Universidad de Buenos Aires
Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de Ciencias Antropológicas
Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas
El déficit habitacional y el mercado informal inmobiliario en
las villas de la Ciudad de Buenos Aires
Tesista: María Lucia Guaimas
Directora: Mgter. Claudia F. Guebel
Agosto 2018
Agradecimientos:
Este trabajo lo pude lograr gracias a la ayuda de varias personas, las que me han
acompañado a lo largo del mismo, me han dado fuerzas para que pueda desarrollarlo de la
manera más completa, seria y que a la vez aporte conocimientos a la problemática analizada.
En primer lugar, quiero agradecer a mi Directora Claudia F. Guebel, ya que sin su
persistencia, incondicional acompañamiento e infinita paciencia, junto con sus indispensables
aportes, comentarios y relecturas, este trabajo no hubiera sido posible.
Ha sido fundamental el haber conocido a la Dra. Elena Liberatori quien me ha dado la
oportunidad de ser parte de su equipo de trabajo en el Juzgado a su cargo, aún cuando yo
provenía de un ámbito tan diferente al del derecho. Su generosidad y su visión amplia respecto
de las disímiles problemáticas que se abordan en los expedientes del Juzgado, me han
permitido aportar desde una mirada antropológica. Gracias a este trabajo pude conocer la
realidad habitacional de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires.
Le agradezco también a Raúl González y a Fernando Risso por haber colaborado con la
obtención de datos para el presente trabajo, dado su conocimiento empírico en este tema. A
Silvina Gautier por permitirme utilizar sus maravillosas fotografías que ilustran algunas de las
ideas acá vertidas. A María José Fernández por haberme asistido en esclarecer algunas
cuestiones referidas al derecho. Y a Juan Martín Miraldo, por auxiliarme con cuestiones
técnicas/ informáticas para el armado inicial del trabajo.
A mi colega Guadalupe Colque Villegas por su generosidad para pensar pautas y darle
forma a algunas ideas del presente trabajo.
2
A mi amiga y colega la Dra. Josefina Flores Coni, la que dedico su tiempo y esfuerzo en
leer la tesis en sus distintas instancias de producción, realizando minuciosos aportes sobre la
redacción y las imágenes aquí presentes. Y le agradezco especialmente su gran amistad.
Finalmente quiero agradecer a mi familia, a mis padres Fernando y Lucía, a mi hermano
Francisco por apoyarme todos estos años. Y a Santiago mi compañero de vida, por darle
formato a algunas de las imágenes aquí presentes, gracias a sus conocimientos técnicos pero
también y principalmente le agradezco su amor y acompañamiento al incentivarme en todo
momento en relación a la Tesis. Y a nuestro bebé en camino que me acompañó estos últimos
meses.
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INDICE
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 6
PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA ....................................................................................... 6
METODOLOGÍA Y TRABAJO DE CAMPO ............................................................................ 9
ESTRUCTURA DE LA TESIS ...............................................................................................14
CAPÍTULO 1: CONCEPTOS CENTRALES ....................................................................... 16
1.1. ESPACIO SOCIAL .........................................................................................................16
1.2. URBANISMO, SEGREGACIÓN ESPACIAL Y JUSTICIA SOCIAL .................................18
1.3. POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL .....................................21
1.4. ESTADO, ECONOMÍA INFORMAL Y SEGREGACIÓN ECONÓMICA. ..........................24
1.5. VIVIENDA MODERNA....................................................................................................26
1.6. APROPIACIÓN DE LA TIERRA. ACUMULACIÓN DE CAPITAL ....................................28
CAPÍTULO 2: LA CIUDAD. CONCEPTOS, CAMBIOS E HISTORIA ................................. 32
2.1. HACIENDO UN POCO DE HISTORIA ...........................................................................32
2.2. SEGREGACIÓN ESPACIAL EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES................................42
2.3. TRANSFORMACIONES SOCIO-URBANAS ..................................................................51
2.4. CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN SOCIO-ESPACIAL...................................................52
2.5. LA UBICACIÓN DE LAS COSAS Y EL INGRESO DE LOS INDIVIDUOS ......................53
CAPITULO 3: EL DÉFICIT HABITACIONAL ..................................................................... 60
3.1. ORIGEN DEL CONCEPTO COMO CATEGORÍA NATIVA .............................................60
3.2. EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA. LAS CAUSAS DEL DEFICIT HABITACIONAL ........62
4
3.2.1. Falta de viviendas o solo viviendas para el mercado ................................................63
3.2.2. El rol del Estado y las inversiones privadas en relación a la vivienda .......................67
3.3. DISTRIBUCIÓN DESIGUAL. EL ACCESO A LOS RECURSOS Y A LA TIERRA
URBANA EN RELACION A LA VIVIENDA. ...........................................................................71
3.3.1 La acumulación por desposesión: la especulación inmobiliaria .................................84
3.3.2. ¿Cómo generar una justa distribución del ingreso? ..................................................86
CAPÍTULO 4: UN LABERINTO SIN SALIDA: VIVIR EN CONDICIONES INDIGNAS COMO LA
ÚNICA OPCIÓN EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES ................................ 87
4.1. ESTRATEGIAS HABITACIONALES INFORMALES, UN CAMINO OBLIGADO .............90
4.2. CONDICIONES HABITACIONALES EN LOS BARRIOS VULNERADOS.....................107
4.2.1. Situación Sanitaria .................................................................................................107
4.2.2 La vivienda digna y el hábitat adecuado..................................................................115
4.3. LAS ACCIONES DEL GOBIERNO ...............................................................................125
4.3.1. Abordaje de la problemática habitacional ...............................................................125
4.3.2. Sobre los proyectos de reurbanización ..................................................................134
CONCLUSIÓN .................................................................................................................. 144
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 150
EXPEDIENTES ................................................................................................................. 166
ANEXO: Organigramas y Fotografías ............................................................................ 168
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INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA
Con la presente investigación se pretende abordar una problemática que se desarrolla
hace ya varios años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nos referimos aquí al llamado
“déficit habitacional”. Este problema es, a su vez, una categoría nativa, utilizada por los
formadores de políticas públicas, y que se encuentra presente en varios textos normativos
como la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros1.
Reflexionar sobre el “déficit habitacional” nos lleva a considerar las derivaciones en
relación al acceso a la vivienda para la clase media y, principalmente, para los sectores
populares o de menores recursos que habitan o pretenden habitar el suelo porteño.
Frente a la dificultad de acceder a una vivienda en la Ciudad mediante el mercado
inmobiliario formal se desarrollaron en los barrios vulnerados2 de la misma -más comúnmente
llamados “villas de emergencia”- estrategias inmobiliarias informales.
Una de las estrategias inmobiliarias informales más difundidas es la autoconstrucción
de viviendas en terrenos públicos o privados vacíos para su uso habitacional; pero también, se
realiza la construcción de más habitaciones, para su posterior alquiler. Estas son las
alternativas habitacionales posibles para algunos habitantes de la Ciudad.
El universo que accede a esta alternativa habitacional es amplio. Está compuesto por
una población trabajadora formal e informal y desocupados que han sido marginados de la
1Esto
2
será abordado en el capítulo 3.
Esta categoría será explicitada en la metodología.
6
ciudad, migración rural-urbana, migrantes de países limítrofes, etc. En su mayoría, recurren a
esta solución para residir en la Ciudad ya que no cuentan con los requisitos mínimos formales y
económicos para acceder a un alquiler o propiedad por fuera de los barrios vulnerados.
El problema del “déficit habitacional” nos obliga a pensar porqué hay escasez de
viviendas adecuadas disponibles para estos sectores sociales, o que no poseen condiciones
dignas de habitabilidad3. También es relevante considerar cuáles son las lógicas de exclusiónsegregación espacial física y social que llevan a que los barrios vulnerados y sus habitantes
estén ubicados en zonas excluidas de la Ciudad. Exclusión social y económica, exclusión
dominial por el carácter irregular de los terrenos en los que están construidos los barrios
vulnerados, exclusión física por la zona geográfica en la que están ubicados, o por la falta de
presencia o presencia deficiente del Estado en relación a estos sectores de la sociedad.
Para analizar esta problemática tendremos en cuenta a diversos actores intervinientes,
como ser los diferentes sectores de la administración gubernamental de la Ciudad, entre ellos,
el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (de ahora en más IVC), el Ministerio de Desarrollo Social
(actualmente de Desarrollo Humano y Hábitat), la Unidad de Gestión e Intervención Social
(UGIS), los habitantes de los barrios vulnerados en su carácter de “propietarios” o de
“inquilinos”, la Legislatura, el Poder Judicial, tanto juzgados como defensorías, la Defensoría
del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, algunas organizaciones sociales y asociaciones
civiles, los grandes desarrolladores inmobiliarios, y sectores financieros involucrados, entre
otros.
3
Más adelante profundizaremos en el término vivienda adecuada y condiciones dignas de habitabilidad.
7
Asimismo, consideraremos la importancia que tiene el mercado inmobiliario formal y la
especulación inmobiliaria y su relación con las políticas estatales respecto de los sectores
populares, dada la importancia que tiene este sector en relación a este problema.
Nos proponemos analizar las desigualdades en el acceso de las oportunidades
habitacionales que poseen los habitantes de la ciudad, en especial aquellos de más bajos
recursos económicos. Junto a ello, analizaremos el contexto en que se están desarrollando los
proyectos de reurbanización de los barrios vulnerados en la Ciudad.
Analizaremos los procesos de reurbanización que se están dando actualmente en cinco
barrios de la Ciudad, los que fueron anunciados en el año 2015.Evaluaremos la locación de los
mismos en relación al valor de la tierra y también la oportunidad del anuncio vinculados a
eventos que se desarrollarán en la Ciudad como las olimpiadas juveniles en octubre del 2018 y
la construcción del Paseo del Bajo que se extiende por la zona portuaria desde el barrio de
Retiro hasta Puerto Madero aproximadamente.
Llamamos procesos de reurbanización4 y no de urbanización a secas, por considerar
que los barrios vulnerados ya han pasado por un proceso de urbanización llevado a cabo por
los habitantes de los mismos a través de autogestión y autoconstrucción. Analizaremos estos
procesos por ser un hecho nuevo y por el otro, por considerarlos de suma importancia en lo
referente a la problemática del déficit habitacional, y su posible reducción.
4
Categoría nativa utilizada por Urbanistas, Arquitectos y especialistas en la temática urbana
8
METODOLOGÍA Y TRABAJO DE CAMPO
Antes de comenzar queremos aclarar que el presente apartado va a estar redactado en
primera persona del singular a diferencia del resto del documento. Se tomó esta decisión por
considerar que tanto el proceso metodológico como el de trabajo de campo ha transitado por
un camino de construcción y reflexión intimista y así será expuesto a continuación.
Comencé con la búsqueda del tema de investigación en el año 2009 aproximadamente.
Cursando el Seminario Anual de la carrera de Ciencias Antropológicas de la Facultad de
Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desarrollé un proyecto de
tesis que abordaba el estudio de los artesanos urbanos de la Ciudad de Buenos Aires. El
mismo lo enfocaba desde la perspectiva que había adquirido en el seminario de “Tiempo y
Espacio como categorías sociales” que cursé durante el año 2008, en el Departamento de
Ciencias Antropológicas, de la FFyL, UBA, a cargo de la Prof. Claudia F. Guebel.
Sin embargo, la definición del problema de tesis se me hacía esquiva y decidí avanzar
mediante el Profesorado, recibiéndome de Profesora de Ciencias Antropológicas en el año
2011. Con el título en trámite cursé una Especialización en Antropología en FLACSO y me
incorporé a trabajar en un Juzgado.
Desde el año 2012 vengo desarrollando la experiencia de trabajar como antropóloga en
la Secretaría Ad-Hoc de Barrios Vulnerados la que forma parte del Juzgado de Primera
Instancia Contencioso Administrativo y Tributario N°4 de la CABA a cargo de la Dra. Elena
Liberatori. Esta experiencia ha sido motivadora para hacer la tesis de licenciatura.
9
En dicho Juzgado se tramitan distintas causas vinculadas a diversas problemáticas
sociales que se ven plasmadas en expedientes judiciales (Liberatori 2017). Gracias a este
trabajo en el que aporto desde mi mirada antropológica, pude conocer la realidad habitacional
de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, a la vez que realicé trabajo de campo
desde el 2012 a la fecha, para el Juzgado.
Como parte del mismo, se desarrolló la categoría “barrio vulnerado” y no “vulnerable”,
para sustituir la de villa de emergencia. La consideración de “barrio” tiene un carácter inclusivo
y no con contenido de segregación como el de “villa”. A la vez consideramos que el carácter
vulnerado de estos barrios y de los habitantes que viven en ellos no es una característica
intrínseca e innata del colectivo referido, sino condiciones creadas por un contexto social mayor
que ha llevado a estos barrios y a sus habitantes a vivir en las condiciones habitacionales, de
salud, de educación, económicas, etc., en que lo hacen. La idea de “barrios vulnerados” o
“colectivo social vulnerado” ha sido incluida en fallos judiciales de los amparos habitacionales
del Juzgado de Primera Instancia CAyT N°4 de la CABA. Como por ejemplo lo resuelto en el
Expediente A50835-2013/05.
Como parte del trabajo profesional, tomé un curso de posgrado “La gestión participativa
y la articulación interdisciplinaria e institucional en programas habitacionales públicos” en el año
2014, en la Universidad Nacional de Avellaneda, a cargo del Arquitecto Jaime Sorin. En mismo
participaron varios expositores como por ejemplo el Arquitecto Eduardo Reese.
“Se trata de un sector vulnerado y no de un sector vulnerable por considerar que dicha condición la
padecen luego de una sucesiva puesta en marcha de políticas tendientes a generarla y no una condición
natural o intrínseca del colectivo social referido.” Extracto de Sentencia del 05/12/2013 del Expediente
A50835-2013/0.
5
10
En el año 2015, participé como parte del equipo de Cátedra, del Seminario “Hacia una
Antropología del Espacio”, del Departamento de Ciencias Antropológicas y comencé a realizar
los borradores para esta tesis.
En el año 2017, me sumé al Proyecto UBACyT “Espacio Social y Políticas Públicas de
Acceso a la Tierra y a la Vivienda en Buenos Aires en Perspectiva Histórica” del 2017, a cargo
de mi Directora.
En relación a la Tesis, el trabajo en el Juzgado despertó en mí el interés por realizarla
vinculada a la problemática habitacional, a la vez que me incentivó a la profundización en la
teoría antropológica y social vinculada a este tema y me puso en contacto con la población que
vive en situaciones de vivienda precaria.
Por ello, el presente escrito es el resultado tanto de la aproximación al problema y al
campo a partir de mi la inserción profesional en el Juzgado como de mi aprendizaje académico
en Antropología.
Debido a ello los temas que abordé están vinculados a las preocupaciones que la
población presenta ante el Juzgado, mediante un abogado o por medio de organizaciones o
asociaciones civiles, preocupaciones que se materializan en demandas, que llevan a realizar
continuas visitas al campo y se organizan en expedientes y se expresan en fallos.
No trataré la cuestión jurídica en este trabajo, sin embargo, las líneas y problemas que
se abordan desde lo jurídico están presentes en esta tesis y las organizo a través de un marco
teórico que se verá en el primer y segundo capítulo.
Como mencionara desarrollo las temáticas que se expresan en los expedientes
judiciales que tramitan en la Secretaría Ad- Hoc como ser: acceso a servicios públicos básicos
11
de agua, luz, recolección de residuos, electricidad, la realización de obras de infraestructura
como la construcción de cloacas, prevención de incendios y accidentes por riesgo eléctrico y
otros. Los datos vertidos en la presente tesis son de acceso público o relevados por mí en el
campo con discrecionalidad.
Hay temas e información que tramitan en los procesos judiciales que son confidenciales
los que por mi pertenencia a un Juzgado no puedo exponerlos aquí.
En relación al relevamiento de datos en campo me refiero a información relevada entre
los años 2012 y 2018.
El trabajo de campo que efectué no fue a la manera de Malinowski (1986 [1922]) sino
que como señalé se realizó para el Juzgado, incluyendo observación participante y entrevistas
(Guber, 2004).
El trabajo de campo consistió en numerosas visitas a lo largo de estos años (2012 a la
actualidad), a los Barrios 1-11-14 “Padre Ricciardelli” del Bajo Flores: 31 y 31bis “Padre
Mugica” de Retiro; 21-24 de Barracas; Rodrigo Bueno de Puerto Madero- Costanera Sur; 20, el
Elefante Blanco y Ciudad Oculta de Villa Lugano; Ramón Carrillo, Fátima y Piletones de Villa
Soldati.
En las visitas, mantuve conversaciones sobre las condiciones de vida en los barrios,
con diversos actores sociales: los habitantes de los mismos, los trabajadores gubernamentales,
los miembros de organizaciones sociales y asociaciones civiles.
En relación a la metodología y la recolección de datos en el trabajo de campo, recuperé
lo aprendido en los Seminarios y en la Carrera de Antropología de FFyL de la UBA, también en
los cursos de Especialización seguidos en FLACSO y en la UNAV y también del Seminario de
12
Ciencias Antropológicas en el que participé como docente y finalmente por la inserción en el
UBACyT mencionado.
En este sentido, a partir del campo, se recuperan algunas categorías nativas, modalidad
de trabajo de la perspectiva etnográfica señalada por Kaplan y Manners (1985), y por Peirano
(1985).
En el campo, observamos cómo la categoría “espacio social” era “… relevante en
términos teóricos, pero también metodológicos. Es una categoría conceptual y también es un
indicador porque permite rastrear información en el campo y comprender/explicar situaciones,
prestando atención a los usos del espacio y su significación. Mediante la observación de las
acciones en los espacios se pueden inferir situaciones sociales que serían difíciles de rastrear
a través de las preguntas. El espacio torna visibles determinadas relaciones sociales”. (Guebel
2015, Guebel y Zuleta 1995b).
En el presente trabajo resulta fundamental considerar que la categoría “déficit
habitacional” es una categoría nativa. Estas categorías con las cuales los actores sociales
expresan en términos propios su realidad son, para el antropólogo, un “símbolo maestro”
particular o una palabra clave que puede “…dejar al descubierto toda la estructura de un
sistema social y los principios subyacentes sobre los cuales se basa un orden social” (Shore
2010). En este sentido, visibilizan las representaciones, valoraciones y lógica sociales acerca
de los procesos en los cuales están implicados (Murgida y Guebel 2013).
Para la investigación desarrollada, se utilizan, además de los datos de campo, fuentes
secundarias, constituidas por información y datos obtenidos de: expedientes judiciales,
13
documentos oficiales, informes realizados por diferentes organizaciones públicas y privadas, y
notas periodísticas.
ESTRUCTURA DE LA TESIS
En el primer capítulo, trataremos los principales lineamientos teóricos, de autores
internacionales y nacionales, que han dado cuerpo a la presente investigación. Se desarrollan
las temáticas que nos han permitido interpretar la realidad observada: la distribución espacial
de la ciudad, la segregación espacial y social, la construcción de vivienda social, la política
pública, la justicia social y la distribución de los ingresos.
En el capítulo 2, realizaremos un abordaje introductorio a la historia de la política de
vivienda en la Ciudad de Buenos Aires y a nivel nacional (fines del siglo XIX a la actualidad),
como un antecedente de la situación actual. También tendremos en cuenta como se ha ido
conformando la Ciudad de Buenos Aires, generando en su interior una segregación socioespacial. Analizaremos a su vez cómo se producen las transformaciones espaciales de la
Ciudad y veremos cómo influye dicha configuración en la distribución de los ingresos de las
personas que habitan en ella.
En el capítulo 3, nos introduciremos en la problemática específica del “déficit
habitacional” en la Ciudad, desnaturalizando esta categoría nativa y tratando de encontrar los
elementos que la configuran. Asimismo, se abordarán las temáticas presentadas en el
capítulo1 y se vincularán con el caso particular aquí estudiado. Introduciremos los diferentes
factores que han influido, a nuestro entender, en la profundización de la problemática del déficit
14
habitacional, como ser: la especulación inmobiliaria y el no considerar a la tierra como un bien
estratégico y social.
En el capítulo 4, se tratará el acceso a una vivienda digna y las estrategias
desarrolladas por la población que no puede llegar a ella mediante el mercado inmobiliario
formal. Se analizarán las condiciones de vida en los barrios vulnerados de la Ciudad. Y en
relación a ello, se indagará en el accionar gubernamental y los nuevos procesos de
reurbanización que se están llevando a cabo en algunos de los barrios vulnerados de la
Ciudad.
15
CAPÍTULO 1: CONCEPTOS CENTRALES
En el presente trabajo utilizaremos los aportes teóricos de autores tales como: Emile
Durkheim, Marcel Mauss, Karl Marx, David Harvey, Pierre Bourdieu, Loïc Wacquant, y Slajov
Zizek.
1.1. ESPACIO SOCIAL
Comenzaremos presentando los aportes que tomaremos del arquitecto inglés David
Harvey ([1973] 2007), por considerar que este autor realiza una síntesis de varios conceptos
claves para comprender la problemática que abordamos en el presente trabajo. En el marco de
sus estudios en urbanismo, tomaremos los desarrollos teóricos de los procesos y las formas
sociales. Desde allí retomaremos cuáles son las conceptualizaciones del espacio realizadas
por las sociedades y lo que ellas significan, qué significa el espacio, qué es la justicia social y lo
que ella implica, y la distribución del ingreso en la aplicación de políticas sociales.
Partimos del supuesto de que en la Ciudad de Buenos Aires, como en cualquier ciudad,
los espacios tienen una manera de ser entendidos y conceptualizados por las personas que lo
habitan. A la vez que, lo que allí se haga, o la manera en que se configure la ciudad, tendrá un
impacto en las vidas de esas personas. Poder llegar a entender lo que significa el espacio para
los individuos tanto social como geográficamente, nos va a permitir entender cómo se
relacionan las personas con su entorno y comenzar a comprender los actores que se
encuentran involucrados en estos espacios y cómo los espacios afectan dichas relaciones.
16
Lo que resulta imprescindible en este proceso de comprensión es entender cómo el
medio ambiente adquiere significado para sus habitantes. Al respecto, es interesante observar
cómo se manifiestan las jerarquías sociales en las construcciones y diseños espaciales hechos
por las personas y cómo se desarrollan los procesos sociales en su interior. Harvey ([1973]
2007) nos propone el ejemplo del diseño del interior de las iglesias medievales y también
menciona lo trabajado por Levi Strauss, donde a través de una estructura espacial específica
que nos muestra la distribución espacial del pueblo, podemos ver su mitología y algunas
relaciones entre sectores de dicha sociedad. Así mismo, cómo está organizado espacialmente
un espacio en particular a veces genera barreras étnicas o religiosas donde un grupo no se
cruza con otro (Durkheim y Mauss [1902] 1971; Harvey ([1973] 2007)).
Esto también lo señala Bourdieu ([1980] 2013) respecto a la distribución de la casa
cabila, y como la distribución y disposición de la vivienda refleja la estructura social. Harvey
destaca que Lowenthal y Prince (1964) han señalado de igual modo que el hecho de que cada
época modela su medio ambiente para reflejar las normas sociales del momento.6
Al respecto, Durkheim y Mauss ([1902] 1971) han estudiado la “función clasificadora” es
decir, como los hombres ordenan lo que les sucede diariamente en géneros y especies, en
grupos, con límites bien definidos; esto les permite establecer un orden jerárquico y las
relaciones que se establecen entre los grupos. Asimismo, entendemos como Durkheim a las
categorías sociales como “nociones esenciales que dominan toda nuestra vida intelectual (...)
son sólidos marcos que delimitan el pensamiento” (1993:8). Dichos marcos de entendimiento
son producidos colectivamente. Al individuo le antecede un mundo conceptualizado, clasificado
6
Esto me recuerda lo que me generó internamente ver el Foro Romano y lo insignificante que me sentí
en ese momento frente a ello, y allí me pregunté si eso era lo que sentirían los romanos para con los
gobernantes del Imperio.
17
y organizado previamente. Durkheim advierte que justamente al ser sociales no son
“perpetuas” ni “naturales”, sino que varían de acuerdo a los sistemas socio-culturales que las
engendran.
1.2. URBANISMO, SEGREGACIÓN ESPACIAL Y JUSTICIA
SOCIAL
En el marco de la problemática habitacional aquí considerada cabe resaltar la
configuración espacial de la Ciudad y el desarrollo de ciertas partes y su rol en la
profundización de la dificultad del acceso a la vivienda por parte de varios sectores de la
sociedad porteña. Sumado a ello, deben también considerarse las Leyes y regulaciones que
administran la ocupación del suelo y cómo con ellas se deja relegada a una parte importante de
la sociedad, logrando construir una ciudad para pocos. Esto será desarrollado en mayor
profundidad y con datos específicos en el capítulo 2.
Ahora bien, ello no solo se puede observar en la dificultad de acceso a la vivienda, sino
en la calidad de vida general de los habitantes de la Ciudad. Al respecto Harvey ([1973] 2007)
desarrolla las nociones de distribución del ingreso y de justicia social que nos ayudan a
comprender mejor estos aspectos de nuestra investigación.
El autor señala que cuando pensamos en la aplicación de políticas sociales nos
encontramos con el problema de cómo en dicho proceso se puede generar una justa
distribución de los ingresos. Ello surge de considerar que “en un complejo sistema urbano, los
‘mecanismos ocultos’ de redistribución del ingreso normalmente aumentan las desigualdades
18
en vez de reducirlas” (Harvey [1973] 2007:49). Esto será desarrollado a lo largo del capítulo 2 y
también en parte del capítulo 3. Este autor nos trae los aportes de Thompson (1965) donde
señala que “El ingreso real de un individuo puede ser modificado cambiando los recursos a los
que tiene acceso” ([1973] 2007:66), de esta manera los cambios generados en la forma
espacial de las ciudades, y en los procesos sociales, impactan directamente en los ingresos de
los individuos.
La importancia de la localización de los servicios y las posibilidades habitacionales,
resultan fundamentales si consideramos que, como señalan Harvey ([1973] 2007) y Bourdieu
([1977] 2013), los cambios en la localización de la actividad económica dentro de una ciudad
significan cambios en la localización de las oportunidades de trabajo. Así como los cambios
que acontecen en la localización de la actividad constructora significan cambios en la
localización de las oportunidades de alojamiento.
El principio de justicia social también hace referencia a los órdenes y las instituciones
sociales implicados en la producción y en la distribución. Por ello, consideramos tener
especialmente en cuenta a los sectores políticamente poderosos y por ello influyentes que
configuran y han configurado el espacio en la Ciudad, a través de su peso en el mercado
inmobiliario. Frente a ello, Harvey ([1973] 2007), indica que los programas que buscan
modificar la distribución, sin modificar la lógica de mercado capitalista, donde el ingreso y la
riqueza se crean y distribuyen, no van a rendir frutos. Esto será ampliado en el capítulo 3.
En nuestro análisis consideramos que la intervención gubernamental desde el Estado
es muy importante para asegurar, en un supuesto optimo, una equitativa redistribución de los
recursos de la ciudad, por considerarlo una entidad que debe velar por intereses de todos sus
representados. Al respecto haremos algunas consideraciones en el capítulo 3.
19
Para poder contener los efectos de los mecanismos de mercado se debe tener en
cuenta que los medios capitalistas sirven a los fines capitalistas y estos no se fundan en la
justicia social, ya que su base fundamental es el mantenimiento de la escasez para mantener el
valor de cambio, no la distribución justa de los recursos. A ello se suma que para tender hacia
una distribución lo más justa posible del ingreso se debe remarcar la importancia de controlar el
proceso de redistribución de la localización de los servicios públicos, dado que estos son unos
de los medios más importantes para lograr este fin en nuestra economía (Harvey [1973] 2007).
Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, podemos derivar en lo que Harvey
señala como Justicia Social: “Sugiero que la esencia de la justicia social puede reducirse a tres
criterios, siendo la necesidad el más importante, la contribución al bien común el segundo en
importancia y el mérito el tercero.” ([1973] 2007:102). Mencionaremos específicamente a que
hace referencia el autor con ‘necesidad’ en tanto consideramos que es el concepto más
esclarecedor de los tres para entender lo que autor quiere decir con lograr Justicia Social dado
que refiere a equilibrar en cantidad y calidad dentro de las siguientes categorías: comida,
vivienda, servicios médicos, educación, servicios sociales y ambientales, bienes de consumo,
oportunidades de diversión, distracciones vecinales, y servicios de transporte. Los valores
mínimos de cada categoría estarán determinados por las normas sociales del momento
determinado que se esté viviendo, lo que permitirá tener un parámetro para lograr el fin
distributivo más justo. Ahondaremos en estos temas en los capítulos 2 y 3.
En el estudio comparativo que Wacquant ([2007]2010) realiza entre el gueto de Chicago
y las cités francesas señala que estas últimas no serían guetos, si con gueto se entiende un
espacio social determinado por particularidades “raciales” o culturales que provocan una
relegación forzosa de una parte de la población que se tipifica negativamente en un territorio
20
específico. Si bien se da un proceso fuerte de estigmatización que se basa en diferenciación y
distanciamiento social, no tiene una raíz racial que lo sustente. El autor describe estos
procesos de segregación espacial que están sucediendo en varias partes del mundo como “la
nueva marginalidad urbana”, y se refiere a una desigualdad que avanza en un contexto
económico global de prosperidad.
De esto se desprende una pregunta que resulta relevante, si bien no es el eje principal
del presente trabajo, ¿quién se está beneficiando con esta prosperidad económica global? Está
claro que las poblaciones segregadas en todas partes del mundo no serían las beneficiadas.
1.3. POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL
A los fines de profundizar acerca de cómo se generan las condiciones de vida y el
sometimiento socio-económico de una parte de la población y poder articular estos
conocimientos con los procesos que se desarrollan en la Ciudad de Buenos Aires,
consideramos pertinente adentrarnos en lo que propone Loic Wacquant en su libro “Parias
Urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio” ([2007]2010). Dentro de los
aportes teóricos que nos acerca el autor, nos centraremos en lo referente a cómo políticas
públicas concretas determinan la segregación socio-espacial de una parte de la población. En
el capítulo 2 se retomarán aspectos desarrollados por Wacquant ([2001] 2010) respecto de la
configuración de guetos en algunas partes de EE.UU., específicamente en Chicago, donde ha
habido una política pública específica que llevó a que la población afroamericana pobre se
21
concentrara en una parte determinada de la ciudad, en paralelo con un retraimiento de la
presencia de Estado para con esa parte de la población.
Wacquant trabaja en el apartado “Rebusque y supervivencia en la economía informal” la
noción de hiperguetificación. Este proceso de segregación espacial y social de parte de la
sociedad norteamericana, en especial una parte de ella que es negra y pobre se genera por la
acumulación en tiempo de numerosas situaciones desfavorables para esta parte de la
sociedad. En estos años ha cambiado el sistema de producción adaptándose a patrones de
consumo cada vez más diferenciados. Ha persistido la segregación residencial de los negros
acompañado de una política pública de vivienda que suma a esta segregación el hacinamiento.
El retiro del Estado de bienestar, que ya venía achicándose hace tiempo, sumado a las crisis
que fueron aconteciendo, generaron mayor pobreza y profundizándola en las zonas céntricas
urbanas. A esto debe agregársele la “contracción planificada” de los servicios y las instituciones
en el gueto por el cambio de las políticas federales y locales. Aspectos de estas elaboraciones
serán retomadas en el capítulo 4.
Como un elemento clave que sumerge en la pobreza y la segregación a este sector de
la sociedad norteamericana, Wacquant señala el acceso deficiente a medios de transporte
públicos también defectuosos, aspecto fundamental también mencionado por David Harvey. En
el contexto local de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la importancia de los medios de
transporte reside en que la población con menores recursos económicos se desplaza desde las
periferias de la Ciudad y del conurbano hacia zonas más céntricas, donde se encuentran las
fuentes de empleo. Dicha problemática será ampliada en el capítulo 2.
En la misma línea argumentativa se encuentra lo que sostiene Wacquant sobre la
política de vivienda y el sistema educativo. Si nos adentramos en el sistema educativo también
22
encontramos una política específica de diferenciación de los habitantes de los guetos para con
el resto de la población estadounidense. Para esta población las escuelas ya no son
instituciones educativas, sino espacios de custodia. Además, de éstas se pasa a un sistema de
colegios universitarios municipales también definidos por el color de piel o la procedencia étnica
y la pobreza. En este contexto es esperable que no estén preparados para desempeñarse de la
misma manera en la sociedad y en la economía que otros norteamericanos que recibieron otra
educación definida por otro estatus económico.
Wacquant sostiene que el aumento de la pobreza y la expulsión de parte de la
población de los núcleos urbanos no significa la aparición de una “infraclase” sino negligencia
pública del rol del Estado en cuanto a su influencia en el acceso a la vivienda y a la
segregación espacial. Al respecto, resulta pertinente tener en cuenta los datos que nos trae el
autor sobre la gran diferencia entre la gran cantidad de viviendas construidas con el respaldo
de la Agencia Federal de Vivienda para sectores medios/medios-altos en EE.UU. (10.000.000
entre 1937 a 1968) y la política de vivienda para los sectores bajos (800.000 para el mismo
periodo) (Kerner Commission, 1989: 474). Por otro lado, señala el autor que los proyectos
federales han fomentado invariablemente la segregación ya que los complejos habitacionales
construidos para estos sectores bajos de la población los emplazaron, en Chicago, en los
límites del gueto, delimitando con claridad el área de pobreza de la ciudad. De esta manera,
Wacquant sostiene que el aumento de la pobreza y la expulsión de parte de la población de los
núcleos urbanos se dio por negligencia pública.
A su vez, hay una clara relación de “la nueva marginalidad urbana” con los cambios en
el ámbito del trabajo, tal como lo afirma Wacquant ([2007]2010). Los cambios se dan tanto en
lo cuantitativo como en lo cualitativo. Desde lo cuantitativo han desaparecido millones de
23
empleos semicalificados bajo la presión combinada de la automatización y la competencia
laboral extranjera. Desde lo cualitativo, se ha generado una degradación y dispersión de las
condiciones laborales, de la remuneración y la seguridad social para casi la totalidad de los
trabajadores. Solo para enumerar algunas de estas consecuencias podemos señalar que una
fracción significativa de la clase obrera se ha convertido en prescindible y es probable que
nunca vuelva a encontrar trabajo. Por otro lado, el recibir un salario ya no asegura salir de la
pobreza. A su vez, se han flexibilizado de tal manera las relaciones laborales que el tener un
trabajo se ha convertido en una fuente de fragmentación y precariedad y no de homogeneidad
y seguridad sociales para los que acceden a los empleos más precarios. Estos aportes serán
retomados en el capítulo 2.
Por otra parte, se retomará lo señalado por Girola (2004) quien sostiene para la Ciudad
de Buenos Aires que las particularidades en la disposición espacial de los diferentes sectores
sociales se deben a la concepción urbanística que se ha tenido sobre ella desde los mismos
inicios de su proceso de conformación. Al respecto, la autora aporta datos como la ubicación de
centros de acopio y gestión de basura (quema de residuos) en la zona sur de la Ciudad de
Buenos Aires y la posterior asimilación de ese sector a una zona indeseable por los olores que
emanaba. Esta temática será trabajada también en el capítulo 2.
1.4.
ESTADO,
ECONOMÍA
INFORMAL
Y
SEGREGACIÓN
ECONÓMICA.
24
Wacquant ([2007]2010), en otro de sus apartados llamado “Elias en el gueto negro”
estudia cuáles son las causas y las consecuencias del hipergueto que se fue creando entre los
‘80s y los ‘90s; concretamente él analizará el caso del gueto negro de Chicago. Para ello se
identifica con lo propuesto por Norbert Elias ([1934] 1994) en cuanto a revisar el rol del Estado
en este tipo de problemáticas.
Al considerar cuáles fueron los elementos causantes de la hiperguetificación, el autor
distingue tres procesos. En primer lugar, la introducción de la violencia en el entramado de la
vida cotidiana local. En segundo lugar, la disolución de los lazos sociales provocado por la
persistencia del desempleo y la aguda privación material y una profundización de la
estigmatización de este sector a través de todas las instituciones públicas que entran en
contacto con esta parte de la población. Como tercer proceso, el autor distingue la
informalización económica, ya sea el comercio callejero o la asistencia social, dado que el
trabajo asalariado es muy escaso y precario como para anclar la vida en esa fuente de
ingresos.
En este apartado Wacquant incorpora específicamente la informalización económica
como uno de los aspectos clave en la “hiperguetificación”. Algunas de estas estrategias
informales de subsistencia serán ampliadas a lo largo del presente trabajo, particularmente en
el capítulo 4. En especial serán trabajadas las estrategias informales en el mercado inmobiliario
que se desarrollan en los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, siendo fundamental
el rol que juega el Estado aquí.
Para poder analizar en profundidad y de manera amplia el rol del Estado en la
generación de estas problemáticas planteadas, se sugiere el estudio, por un lado, de todos los
niveles del aparato de gobierno así como de las estrategias que desarrollan los habitantes del
25
gueto hacia él. Por otro lado, otro elemento a estudiar son las políticas estatales que lleven a
profundizar la desigualdad socio-espacial. Intentaremos dar cuenta de las acciones estatales y
de gobierno específicas que provocan, a nuestro entender, la segregación espacial y
económica de las poblaciones vulneradas de la Ciudad de Buenos Aires, sosteniendo que, todo
lo que el Estado hace o deja de hacer, va a modelar la marginalidad urbana y social. Esto será
abordado tanto en el capítulo 2 como en el 4.
1.5. VIVIENDA MODERNA
Nos proponernos analizar las desigualdades en el acceso de las oportunidades
habitacionales que poseen los habitantes de la ciudad, en especial aquellos de más bajos
recursos económicos. Junto a ello, analizaremos el contexto en que se están desarrollando los
proyectos de reurbanización de barrios vulnerados en la Ciudad. Para ello, los conceptos
elaborados por Pierre Bourdieu en su libro “Argelia 60” ([1977]2013), resultan un gran aporte.
En dicho libro Bourdieu analiza las desigualdades económicas y sociales por medio de
la introducción de la economía racional (el ethos capitalista) en la sociedad argelina. Él
encuentra como ello choca con la racionalidad económica que los miembros de las tribus
nómades Cabila ya poseían. Aquí se puede observar cómo, a través de las transformaciones
de las actitudes económicas, se fortalecen y profundizan las desigualdades.
26
Al analizar los procesos de cambio hacia la vivienda moderna a través de programas de
vivienda, donde pasarán de la villa7 a la vivienda moderna, Bourdieu señala que no debe
tomarse como un proceso lineal y mucho menos como algo simple. Esto lo indica en base a las
modificaciones que la población beneficiaria de un programa de vivienda tiene que hacer en su
forma de vida. En la experiencia argelina los cambios hacia la vivienda moderna significaron
una reconfiguración de una estructura familiar colectiva a una nuclear en una misma unidad
habitacional. Esto implicó una fuerte modificación del abastecimiento de los recursos
económicos de los que se proveía la unidad familiar cohabitante.
Bourdieu repara en los aspectos distributivos de la localización de los emplazamientos,
al igual que lo vimos en Harvey ([1973]2007). Mudarse a las nuevas unidades habitacionales
significó un aumento considerable de los gastos para estas familias. El alquiler es más alto, y
como estos complejos se encuentran emplazados lejos de los centros urbanos, les significa
estar lejos de las oportunidades de trabajo; de esta manera, los costos de transporte para
acceder al lugar de trabajo son mayores. Muchos de estos nuevos emplazamientos no están
provistos de servicios tales como escuelas y comercios, lo que significa que las personas que
allí habitan tienen que disponer de más dinero para poder afrontar los gastos de transporte a
los fines de proveerse de lo necesario para desarrollar su vida. Esto lo veremos en los capítulos
2 y 3.
Frente a esto, el autor señala que adquirir estas nuevas viviendas generan una
metamorfosis cultural. No todos pueden afrontar estos cambios que acontecen en su forma de
vida, principalmente por carecer de los medios económicos necesarios para hacerlo. una
7
En el caso que aquí estudiamos en la Ciudad de Buenos Aires.
27
cuestión que debe ser tenida en cuenta al emprender un proyecto de construcción y
acondicionamiento de viviendas.
1.6. APROPIACIÓN DE LA TIERRA. ACUMULACIÓN DE CAPITAL
Para lograr entender cómo se generan los procesos de apropiación de la tierra en pocas
manos resulta atinado exponer lo que Marx resalta respecto a la “llamada acumulación
originaria” ([1867]1938). Sobre ello señala que, en los albores del cambio de modo de
producción, la relación del capital se crea por medio de la escisión entre el obrero y la
propiedad de sus condiciones de trabajo.
Por un lado, esto transforma los medios de producción y de subsistencia sociales en
capital. Por otro lado, convierte a los productores directos en asalariados. Por lo tanto, lo que
Marx llama “la llamada acumulación originaria” es el proceso histórico de separación entre
productor y los medios de producción. El proceso de escisión del productor de los medios de
producción en Europa se genera a través del despojo de las tierras comunales y transformación
de las tierras de labor. Lo que hicieron sirvió para conquistar el campo para la agricultura
capitalista; incorporaron el suelo al capital y crearon para la industria urbana la necesaria oferta
de un proletariado enteramente libre.
El concepto de “acumulación originaria” acuñado por Marx es retomado por David
Harvey en su escrito “El nuevo imperialismo. Acumulación por desposesión” (2004) donde
señala que este proceso no sólo acontece en los comienzos del desarrollo del capitalismo, sino
que sigue sucediendo a lo largo de la permanencia del sistema. Encontramos en lo que
28
destaca el autor un aumento de la especulación en el mercado inmobiliario, elemento clave
para pensar el problema de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires.
A la especulación inmobiliaria, elemento que tendremos en principal consideración a lo
largo del trabajo, el autor lo ve con un elemento más de este proceso de acumulación originaria
ampliado, donde se encuentran procesos tales como:
“la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones
campesinas; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva,
estatal, etc.– en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes
comunes; la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas
de producción y consumo alternativas; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales
de apropiación de activos, incluyendo los recursos naturales; la monetización de los
intercambios y la recaudación de impuestos, particularmente de la tierra; el tráfico de
esclavos; y la usura, la deuda pública y, finalmente, el sistema de crédito.”(2004:113)
De algunos de estos procesos da cuenta Bourdieu en relación a la experiencia argelina
y el desplazamiento que sufrieron los campesinos. Un elemento más que nos lleva a pensar en
la distribución de la tierra entre los diferentes sectores de la sociedad.
Zizek (1997) plantea, al igual que Wacquant, cómo este sistema crea excluidos, donde
la acumulación desmedida es parte integrante de ello.
“Las ‘excepciones’ actuales -los sin techo, los que viven en guetos, los desocupados
permanentes- son el síntoma del sistema universal del capitalismo tardío; constituyen una
evidencia permanente, en aumento, que nos recuerda cómo funciona la lógica inmanente
del capitalismo tardío: la verdadera utopía capitalista consistía en creer que se puede - en
principio, al menos, aunque a largo plazo- acabar con esta ‘excepción’ a través de medidas
29
apropiadas (para los liberales progresistas, la acción afirmativa; para los conservadores, el
retorno a la autoconfianza y a los valores de la familia)”(1997:177).
Estos temas los volveremos a abordar tanto en los capítulos 2, como en el 3 y 4.
30
Figura 1: Mapa con la ubicación geográfica de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos
Aires.
Mapa de elaboración propia utilizando datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la
CABA (2016) e información del propio trabajo de campo.
31
CAPÍTULO 2: LA CIUDAD. CONCEPTOS, CAMBIOS E
HISTORIA
2.1. HACIENDO UN POCO DE HISTORIA
Es pertinente en este punto traer los aportes de Karl Marx en “La llamada acumulación
originaria” ([1867] 1983) ,ya que veremos cuáles son las lógicas que se están priorizando, y
que están provocando el déficit habitacional al que hacemos referencia en el presente trabajo
en el marco de una economía de mercado dentro del sistema capitalista. Por ello, cabe hacer
un poco de historia al respecto.
Marx ([1867] 1983) señala que la relación del capital se crea por medio de la escisión
entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo lo cual, por un lado, transforma en
capital los medios de producción y de subsistencia sociales, y por otro, convierte a los
productores directos en asalariados. Por lo tanto, lo que Marx denomina “acumulación
originaria” es el proceso histórico de separación entre el productor y los medios de producción.
El despojo de las tierras comunales y transformación de las tierras de labor hacia fines
del S. XVI para destinarlas a la ganadería por la necesidad de la producción de lana, marcan el
comienzo de este proceso. En esa época se dan como casos individuales y violentos. Sin
embargo, en el S. XVIII la legislación pasa a ser el elemento que avala la expropiación de las
tierras del pueblo, aunque los grandes arrendatarios siguen implementando sus métodos
menores y privados. De esta manera, el Estado pasa a jugar un papel fundamental en las
condiciones necesarias para el desarrollo de la clase capitalista.
32
A estas tierras expropiadas se suman, por la expoliación de los bienes eclesiásticos,
tierras fiscales, de propiedad comunal. La usurpación violenta de la propiedad feudal y de las
tierras mencionadas fueron los métodos utilizados para generar la acumulación originaria.
Esos métodos utilizados en Europa conquistaron el campo para la agricultura y
ganadería capitalista, incorporaron el suelo al capital, y crearon para la industria urbana la
necesaria oferta de un “proletariado enteramente libre”. “Libres” en los términos capitalistas, es
decir, a disposición de capital.
Resulta interesante mencionar cómo, durante el proceso de construcción de la Nación
Argentina luego de su independencia de España, se tejieron lazos comerciales con Inglaterra y
facilitaron el endeudamiento de la Argentina para que ésta pudiera comprarle su excedente de
producción. Lo mencionado tiene relación con lo que se desarrolló anteriormente en referencia
a la acumulación originaria según Marx. Dicho proceso se llevó a cabo con las guerras como la
realizada contra Paraguay, donde participó parte de la región (Brasil y Uruguay) y con la
“campaña del desierto” ejecutada por Julio Argentino Roca (Siglo XIX), tratándose de claras
luchas para acumular capital (Pomer: [1968] 2008).
En lo respectivo a la campaña del desierto, encabezada por Roca tanto en el norte
como en el sur de la Argentina, debe destacarse que la apropiación de la tierra también
conlleva el empleo de la mano de obra de los pueblos originarios, aunque no como obreros
sino más bien como mano de obra esclava en el ámbito rural, con el pago en especias
(Trinchero et al. 1992). Cabría preguntarse si las condiciones laborales de los incipientes
obreros europeos distaban mucho de la de los jornaleros de los pueblos originarios que
trabajaban en los ingenios azucareros, o en las estancias ganaderas del sur.
33
Fue esta acumulación de tierras en pocas manos en la Argentina lo que generó las
bases para el desarrollo de una nación agroexportadora.
A fines del S. XIX y principios del S. XX comenzó un proceso de inmigración masiva de
población proveniente de Europa. Los nuevos habitantes de la Argentina arribaban al país con
muy bajos recursos, por lo que las alternativas habitacionales que se les presentaban eran
precarias. Dichos espacios habitacionales eran principalmente los conventillos, donde las
condiciones habitacionales que allí se vivían eran paupérrimas. Se encontraban más o menos
próximas al centro urbano, en pleno auge (Lienur 2001).
Los conventillos fueron concebidos para ser habitados por los sectores populares, sin
embargo, estaban atravesados por la búsqueda de altos beneficios y rentabilidad para quienes
los construían, es decir, los propietarios de los inmuebles (conventillos o casa de rentas). Cabe
destacar que este tipo de vivienda popular surgió luego de la epidemia de fiebre amarilla en
1871, los palacetes y casas señoriales abandonadas por las elites fueron transformadas en
conventillos para alquilar habitaciones a los inmigrantes recién llegados.
Los conventillos ubicados en la Boca, como así también los ubicados en otras partes de
la ciudad tales como San Telmo, estaban principalmente hechos de chapa, se caracterizaban
por no requerir de la intervención de especialistas para su construcción, y se empleaba
tecnología elemental y materiales precarios. Consistían en una sucesión de cuartos iguales
alineados a un lado o ambos de un patio, al final del cual se ubicaban los sanitarios, en su
mayoría letrinas, y piletones compartidos por todos. Cabe destacar que este es un modelo
clásico de construcción. Aun cuando la construcción fuera precaria, el estilo de vivienda en
hilera o alrededor de un patio, ya formaba parte de un estilo arquitectónico (Lienur 2001).
Tanto en Buenos Aires como en Córdoba y Rosario, junto con el crecimiento de los
34
conventillos creció también el problema de la higiene y la salud de sus habitantes.
Consecuentemente, las municipalidades empezaron a legislar y controlar las construcciones de
este tipo de vivienda imponiendo condiciones mínimas de salubridad que debían cumplir:
mínimo de sanitarios por cantidad de habitantes, duchas para mujeres y hombres, dimensiones
de las habitaciones y aprobación de planos por la municipalidad (Lienur 2001).
La vivienda popular no se agotaba en los conventillos; en 1907 con el avance de los
medios de comunicación, tales como la electrificación de los tranvías, surgió la
autoconstrucción de viviendas de los trabajadores afectados a las obras de construcción en la
ciudad.
“Para el modelo de país que impulsaban las elites dirigentes resultaba más
conveniente el sistema de la vivienda autoconstruida, en tanto éste podía servir como aliento a
la especulación inmobiliaria, modo de dispersión de los trabajadores en el territorio, estímulo a
la formación de unidades domésticas familiares mononucleares, radicación de los extranjeros,
canalización local de los ahorros, ocupación del tiempo libre y súper explotación encubierta.”
(Liernur 2001:55). El problema de la vivienda popular en esta época fue tratado sobre todo
desde la salud (higienismo) por médicos y curas.
Muchas veces, las empresas, tanto de obras públicas como los ingenios azucareros,
cervecerías, ferroviarias, etc., construían viviendas para sus empleados, pero no eran
destinadas a obreros sino a dirigentes o empleados medios. Los obreros por lo general se
albergaban en conventillos construidos por los industriales para este fin.
En la primera década del siglo XX se empezó a legislar sobre las viviendas para los
sectores obreros. Una consecuencia de ello fue la construcción de un barrio municipal en
Parque Patricios en 1909. A su vez, el Partido Socialista fundó en 1905 la Cooperativa El Hogar
Obrero mediante la cual se construyeron viviendas unifamiliares y pequeños conjuntos de
35
casas individuales (Lienur 2001).
El periodo que comprende del año 1910 al año 1930, se caracteriza por el papel de los
sectores populares inmigrantes como protagonistas en la construcción de país. A su vez,
Buenos Aires (así como otras grandes ciudades del país) se expande a través de loteos que
crecieron en conjunto con la red ferroviaria y ligados a ésta.
El problema de la vivienda para los sectores populares en este período dejó de ser
afrontado de manera particular y empezó a tratarse desde las instituciones; en Buenos Aires
las que se destacaron fueron: Partido Socialista, Iglesia Católica, Estado Nacional y
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1915 se conforma la Comisión Nacional de Casas Baratas que construyó siete
barrios que sumaron aproximadamente mil viviendas. La construcción se llevó a cabo bajo dos
tipologías: casas individuales mixtas y casas colectivas aisladas. Según Liernur: “no se trataba
de políticas que apuntaban a soluciones globales sino de operaciones de especulación
financiera que en ningún modo procuraban maximizar los resultados en términos de cantidad
de beneficiarios, calidad urbana y calidad de vida de los habitantes.” (2001: 111).
Luego de la crisis de 1929, más conocida como la crisis del ´30, cuya principal
consecuencia para los sectores populares fue el aumento del desempleo-, el Estado asumió un
rol intervencionista en la economía proponiendo un plan de industrialización nacional para
suplir las importaciones. Asimismo, el Estado impulsó fuertemente la obra pública para generar
empleo. La vivienda para los sectores populares pasó a ser una preocupación y una ocupación
estatal, se dejó de lado la idea de que el problema habitacional se resolvería espontáneamente
por acción de particulares y se replanteó el papel del Estado en ese sentido. La Comisión de
Nacional de Casas Baratas sufrió así un cambio en las políticas que llevaba a cabo, lo cual
36
incluyó implementar viviendas rurales para el interior del país.
La comisión planteó la
importancia del planeamiento urbano dentro del problema de viviendas populares y las ventajas
de construcciones colectivas de alta densidad, mostrando una contraposición con la etapa
anterior que privilegiaba la vivienda unifamiliar. Se sostenía que la vivienda individual implicaba
un gasto que los sectores populares no podían afrontar (Lienur 2001).
A partir de la década del ´40 la Ciudad va a comenzar a cambiar su configuración
“aristocratizante” (Romero 1983) de elites, para comenzar un proceso de integración donde
pasará a ser una ciudad de las masas (Torres [1993]2006). Horacio Torres (1978) señala que
para el periodo posterior a 1930- 1960, las características que lo distinguen son las siguientes:
“a) una intensa suburbanización (es decir, importantes aumentos poblacionales relacionados
principalmente con las migraciones internas y acompañados por una drástica disminución de
las densidades y un aumento del radio urbano); b) una progresiva ocupación del espacio
suburbano por los grupos de menores recursos; c) una difusión masiva de la pequeña
propiedad urbana (el porcentaje de viviendas ocupadas por sus propietarios pasa del 26.8%
al 58.1% en la Región Metropolitana entre 1947 y 1960); d) el desarrollo de un modo original
de transporte público, el ´colectivo´, cuyo crecimiento acelerado contrasta con el moderado
crecimiento de la red de subterráneos, el estancamiento de la red ferroviaria suburbana y la
supresión del sistema tranviario; e) un proceso de desarrollo de la industria que tiene un
importante impacto como factor de crecimiento y estructuración urbanos, y f) la existencia de
políticas generales de tipo redistribucionista que tiene efecto sobre la política de vivienda y de
transporte que actúan indirectamente sobre los procesos de estructuración espacial urbana.”
(1978: 163-164)
37
Este periodo se ve marcado por un proceso de industrialización, de sustitución de
importaciones para abastecer el mercado interno con la fabricación de bienes de consumo.
Este periodo, y en especial de 1945 a 1955 (primera y segunda presidencia de Perón), se
caracteriza por una fuerte presencia del Estado, con control de la economía, accesibilidad al
crédito bancario, nacionalización de servicios públicos y la elaboración de un Plan Quinquenal y
redistribución del ingreso a favor de los asalariados.
A principio de la década del ´40 el tipo de tenencia que predominaba era el alquiler,
tanto de casas individuales, compartidas o casa de departamentos. Los inquilinos se vieron
beneficiados por la Ley de Locaciones Urbanas de 1943 que congeló el precio de los alquileres
por décadas (Torres [1993]2006). No obstante, al mismo tiempo, entre la década de 1940 y
1960, el mercado de alquileres deja de tener tanta importancia por el aumento sustancial del
acceso a la propiedad como forma de tenencia. Esto se pudo dar gracias a las líneas de crédito
subsidiadas y una política de transporte con tarifas subsidiadas en los medios de transporte
públicos nacionales. Esto generó dos tipos de expansiones urbanas: por un lado hacia la
periferia ampliando las zonas suburbanas donde se asentaron los sectores con menos recursos
gracias a los loteos económicos que se ponían a disposición sin ningún tipo de inversión en
servicios, terrenos a bajos precios para sectores populares. El bajo precio marca una clara
diferencia con el fenómeno de los barrios privados que hay hoy en día, pero la ausencia de
servicios es un elemento común (tema que será abordado más adelante). Por otro lado, en las
zonas centrales hubo un proceso de densificación donde se van a asentar los sectores medios,
principalmente gracias a los edificios de “propiedad horizontal” (Ley de 1948) (Torres
[1993]2006).
38
También en esta época tienen su origen las villas (o barrios vulnerados) en relación a la
expansión urbana y la migración interna. Durante la etapa inicial de industrialización, estas
alternativas habitacionales fueron aceptadas en cuanto solución transitoria de emergencia.
Para abordar la problemática, se pusieron a disposición planes específicos de créditos y
adjudicaciones de vivienda, pero a lo largo de los años no se pudo encontrar una manera
significativa de abordar este fenómeno urbano (Torres [1993]2006).
A partir de 1960 disminuye el crecimiento del área metropolitana. En 1970 el área
metropolitana congrega al 35,4% del total de la población argentina. Ya entre 1970 y 1980, por
primera vez el crecimiento vegetativo supera el crecimiento por migración y la inmigración de
los países limítrofes comienza a tener más importancia.
Luego de 1955 la incidencia del mercado en la actividad económica comienza a ser más
fuerte: se deja sin efecto la ley de alquileres, se suspenden los subsidios y se elimina el
financiamiento público en la compra de viviendas siendo viable solamente a través de los
privados.
En este periodo que abarca desde 1960 a 1980 aproximadamente, hubo varios cambios
en la estructura urbana. Torres ([1993]2006) identifica tres: a) el surgimiento y ocaso de los
grandes planes de desarrollo metropolitano (1958-1977), b) Los instrumentos de control del
suelo, con una nueva legislación (1977), y c) El fin de los loteos económicos y la aparición de
nuevas formas de suburbanización (1960-1980).
Respecto al punto a) puede decirse que se quisieron implementar grandes esquemas
de ordenamiento metropolitano que tuvieron problemas de implementación, entre otras
cuestiones, por la interacción de varias jurisdicciones en los proyectos y también porque estos
temas no entraron en el discurso político de las grandes corrientes de opinión. Algunos de los
39
proyectos fueron: el Plan Director de la Ciudad de Buenos Aires (1958-1965), el Esquema
Director (1967-1969), el Estudio Preliminar del Transporte de la Región Metropolitana, el
Sistema Metropolitano Bonaerense (1977).
Respecto al punto b) que señala el autor, se implementaron dos elementos normativos
de ordenamiento urbano: el Código de Planeamiento Urbano en la Ciudad y la Ley 8912 de
usos del suelo de la Provincia de Buenos Aires. La primera buscaba drásticos cambios en las
formas de ocupación de las parcelas y disminuye sustancialmente las alturas a las que se
puede construir. Esto apunta a cambiar gradualmente el tejido urbano. La segunda, de la
provincia de Buenos Aires, busca la estructuración del tejido suburbano disperso imponiendo
una serie de requerimientos a las operaciones de subdivisión.
Asimismo, cabe destacar la construcción de la red de autopistas urbanas y en la ruta
panamericana su tramo del “Acceso Norte”, lo que dará pie a futuras suburbanizaciones.
Respecto al fin de los loteos económicos que acontecen a partir de 1960 y en un contexto de
crisis hacia la década del ´80, el número de propietarios se mantiene estacionario en los años
´70, y los habitantes de las “villas” o barrios vulnerados (como las llamamos en este trabajo) se
duplica en el Gran Buenos Aires, en conjunto con los planes de erradicación de villas de los
gobiernos de facto.
A partir de los años ´80, con una crisis económica asentada donde las políticas
neoliberales son las que se van a desarrollar y el Estado va a dejar de ser el protagonista, se
da un fenómeno donde se privilegia lo local (municipalidad, barrio, etc.), lo operativo (en
emprendimientos de poca inversión), la gestión (con la aparición de nuevos actores, grupos
autogestionados). Sin embargo, se emprendieron a su vez, a nivel municipal, la rehabilitación
de viviendas y provisión de servicios a través de sistemas autogestionarios, y también grandes
40
proyectos locales de renovación urbana (armado del proyecto para la ejecución de Puerto
Madero en los años ‘90), con la condición de que su rentabilidad esté garantizada y el
financiamiento asegurado (Torres [1993]2006).
Asimismo, en lo referente a la estructura urbana, Torres ([1993]2006) señala tres
procesos específicos: a) de la “villa miseria” a los “asentamientos”, b) aparición de
suburbanizaciones para sectores de altos ingresos (country clubs), c) aumento del deterioro
central con la proliferación de los “hoteles y pensiones”, las villas (o barrios vulnerados) en
Ciudad de Buenos Aires y la ocupación de viviendas desocupadas.
El primero de los procesos que menciona el autor hace referencia a la ocupación ilegal
de tierras periféricas. Los asentamientos van a buscar tierras vacantes y se asientan tratando
de no diferenciarse del tejido urbano regular, es decir, adoptando un diseño regular,
amanzanado y parcelado, lo cual ayuda a que el proceso administrativo para regularizar el
asentamiento sea más fácil, lo que en la provincia de Buenos Aires se llevó a cabo a través de
la Dirección General de Regularización Dominial. Estas medidas resultan las únicas accesibles
para los sectores de menores ingresos.
El segundo proceso al que hace referencia Torres ([1993]2006), la aparición de los
“Country Clubs”, se da por la creación de las vías de acceso más agiles, como ser, el Acceso
Norte, la Autopista 25 de mayo, y el Acceso Sudeste; estos “countries” se van a ubicar en las
cercanías de estas vías de acceso. Administrativamente se organizan como un consorcio de
propiedad horizontal. Ya ha sido analizado este fenómeno desde los efectos de segregación
social que provocan y también su relación la “falta de seguridad” en relación a delitos.
Respecto al deterioro central dicho proceso se observa en la perdurabilidad de los
conventillos con hacinamiento y precariedad; en algunos casos, en la estabilidad como inquilino
41
dentro de esa vivienda y en la precariedad edilicia también. Los hoteles y pensiones también
representan una forma de precarización habitacional en cuanto ofrecen habitaciones donde la
privacidad es mínima, las condiciones edilicias son altamente deficitarias, así como la
iluminación, la ventilación y las instalaciones sanitarias. No poseen contratos lo que provoca
que puedan ser desalojados de forma inmediata. En estos dos casos (los conventillos y los
hoteles y pensiones), “el acceso a la centralidad se paga con hacinamiento” (Torres
[1993]2006: 40).
Concretamente, los procesos de deterioro central que menciona el autor y que se dan
por fuera del mercado son: por un lado, las villas (o barrios vulnerados) y el aumento de su
población, y por el otro, las casas tomadas donde frente a la crisis se busca en casas
deshabitadas, propiedades con juicios sucesorios, edificios en construcción paralizados y
propiedades fiscales en desuso, espacios donde asentarse y vivir.
Esta síntesis del proceso histórico de cómo ha evolucionado la cuestión habitacional y
de la tierra en Argentina busca dar una base para comprender lo que se va a analizar en el
presente trabajo, en especial el correlato entre políticas habitacionales específicas llevadas a
cabo por el Estado. Esto cambia cuando esas políticas dejan de estar presentes y a su vez se
presentan situaciones de crisis económica.
2.2. SEGREGACIÓN ESPACIAL EN LA CIUDAD DE BUENOS
AIRES
En la presente sección daremos cuenta de algunos aspectos que contribuyen a
configurar la segregación espacial (ver Figura 1 y 2) en la Ciudad de Buenos Aires. Presenta
42
características definidas en su configuración espacial en la que se distingue a los diferentes
sectores sociales que la conforman. Nos basamos en lo elaborado por Wacquant ([2001] 2010)
respecto de la configuración de guetos en Chicago (EE.UU.), donde por una política pública
específica se concentra la población afroamericana pobre en una parte específica de la ciudad,
acompañado con un retraimiento de la presencia del Estado. También seguimos a Girola
(2004), quien sostiene que las particularidades en la disposición espacial de los diferentes
sectores sociales en la Ciudad se debe a la concepción urbanística de la misma desde los
inicios de su conformación como tal.
Figura 2: Contraste urbano y segregación espacial. Imagen del Barrio vulnerado 31, de la zona
de Retiro, con edificios en torre de la ciudad “formal”, de fondo (Foto de Silvina Gautier del año
2012).
43
El hecho de que haya una distribución diferenciada y desigual de los espacios en la
Ciudad significa que no todos sus habitantes acceden de la misma manera a los recursos
disponibles en ella, como por ejemplo: la tierra, la vivienda, el trabajo, el transporte y los
servicios públicos como: la luz, el gas, la electricidad, entre otros (Guaimas 2012). Este punto
está directamente relacionado con lo que planteamos anteriormente, respecto al acceso a la
vivienda y quienes pueden vivir dentro de ella, y quienes no, siendo expulsados de la misma
(Oszlak 1991), o viviendo en condiciones indignas en el interior de la misma. Esto último lo
abordaremos en profundidad en el capítulo 4
A lo largo de este apartado veremos cómo la distancia espacial respecto de los recursos
genera en los sectores populares la imposibilidad de acceder a condiciones dignas de vida, o
bien que éstas se vean considerablemente mermadas, o tener que vivir a mayor distancia, lo
que les implica más tiempo de viaje y un aumento en sus costos de vida.
Las relaciones que se han desarrollado entre el espacio físico y el espacio social
(Bourdieu 2002), han llevado a producir y reproducir las relaciones de diferenciación que se
establecen entre los sectores de mayores ingresos económicos y los sectores más vulnerados
de la Ciudad. El espacio físico indica un rango de orden y locación de un individuo u objeto, en
cambio la relación con el espacio social da cuenta del lugar que ocupan los agentes sociales
para ser considerados como tales, las relaciones con los campos en los que se mueven y con
las cosas en cuanto los agentes se apropian de ellas.
“la posición de un agente en el espacio social se expresa en el lugar del espacio físico en
que está situado, por lo tanto, (…) en la relación entre la distribución de los agentes y la
44
distribución de los bienes en el espacio se define el valor de las diferentes regiones del
espacio social reificado” (2002:120).
Prestar atención a las relaciones y condicionamientos mutuos entre espacio físico y
espacio social nos permite comprender el proceso de identificación de un espacio determinado
que puede denominarse Barrio, por ejemplo, con un grupo socio-económico particular (Segura
2009). Esto puede delimitar el tránsito en la Ciudad si consideramos que hay zonas
consideradas “peligrosas” por algunos sectores sociales. Ejemplo de ello es la experiencia de
una de las primeras visitas de trabajo de campo, que realizamos al barrio “21-24” de Barracas:
“Habíamos ido hasta el barrio con el equipo de trabajo de la Secretaría del Juzgado, en un
taxi esa fue la primera vez que al estar acercándonos al lugar de destino, escuché que
desde el GPS que tenía el vehículo que nos llevaba, el dispositivo indicaba: “Nos estamos
acercando a una zona peligrosa”” (libreta de campo).
De este modo, vemos cómo se han configurado hasta los dispositivos electrónicos para
marcar las barreras espaciales que implican barreras sociales. Como señala Van Gennep los
habitantes de un territorio “y sus vecinos conocen muy bien los límites territoriales a los que se
extienden sus derechos y prerrogativas” ([1909] 1986: 24, 25), y en este punto incluso los
dispositivos electrónicos nos lo recuerdan.
La vida de los habitantes de los barrios vulnerados se ve modelada por dos elementos
antagónicos: por un lado los procesos de segregación que empujan a la población hacia el
aislamiento; pero, a la vez, se ven obligados a salir de sus límites ya que no pueden
autoabastecerse si se mantienen aislados (Wacquant [2001] 2010).
45
Para conocer las maneras de experimentar el espacio social, Da Matta (1985) y
Durkheim y Mauss (1902) nos dan elementos para focalizarnos en los diferentes modos que
tienen las personas para relacionarse entre el afuera y el adentro, lo público y lo privado, lo
propio y la otredad, etc.
La mayoría de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, están ubicados en
la zona sur, contraponiéndose a la pudiente zona norte: norte rico, sur pobre, clasificación por
orientación sumado a clase social.
En el caso de los barrios vulnerados ubicados en zonas “pudientes” de la ciudad (ver
Figura 1 y fotografías en Anexo), no son considerados como parte del lugar en el que se
encuentran. Así es como ocurre con el Barrio “31-31bis” ubicado en el barrio de Retiro, a pocos
metros del “elegante y aristocrático” Barrios de la Recoleta, lugar tradicionalmente e
históricamente habitado por la clase alta argentina desde finales del S. XIX. En esa zona se
ubican los “palacios” de la oligarquía argentina en la tradicional Av. Alvear y también la sede de
las estaciones de tren de Retiro, de las líneas Mitre, Belgrano Norte y San Martín, así como la
terminal de ómnibus de Retiro. Es en estos terrenos pertenecientes al Gobierno Nacional,
donde desde hace más de 50 años se ubica el Barrio 31, y en los últimos años, el 31 bis,
próximos también a la terminal de ómnibus de la Ciudad de Buenos Aires8.
Otro caso paradigmático es el caso del Barrio “Rodrigo Bueno” que se encuentra
ubicado en el Barrio Puerto Madero (ver Figura 1), un barrio “nuevo” dentro de la configuración
histórica de la Ciudad. Rodrigo Bueno surge antes de que el Barrio Puerto Madero hubiera
8
A donde llega la población del interior del país en muchos casos con pocos recursos económicos.
46
pasado por su proceso de ennoblecimiento9. Dicha zona era anteriormente llamada Costanera
Sur, llenada de escombros en la época de la dictadura militar (1976-1983), impidiendo el
acceso al río y posteriormente cubierta de naturaleza transformándose y categorizándose como
una reserva natural. En los años ´80 comenzó la llegada de los primeros “ocupantes” del Barrio
(Carman et al. 2005).
Al día de hoy, con el proceso de ennoblecimiento que comenzó a principios de la
década de los ´90 y siendo una zona abandonada, se construyen grandes edificaciones en la
Costanera Sur transformándose en Puerto madero, uno de los lugares más modernos y caros
de la ciudad de Buenos Aires.
La ubicación de estos barrios populares implica proximidad física pero no social con el
entorno; esta proximidad no lleva consigo la pertenencia al espacio social que se encuentra a
su alrededor. Aspectos que han trabajado y hemos señalado Bourdieu (2002), Wacquant
([2001] 2010), Da Matta (1985), Guaimas (2012).
Por esta razón, puede comprenderse por qué se ha intentado desplazar y reubicar al
Barrio 31 y a Rodrigo Bueno en más de una oportunidad y por qué, en la actualidad, sean los
primeros barrios a ser reurbanizados.
El papel del Estado en la producción y reproducción de las diferenciaciones espaciales
tanto físicas como sociales, ha sido y es fundamental. Un ejemplo interesante sobre las
decisiones que toma el Estado en la configuración espacial de la Ciudad es el que da Girola
(2004) sobre el complejo habitacional ubicado en Villa Soldati. Resulta pertinente analizar la
decisión política que se tomó cuando se construyó este complejo de viviendas sociales en una
Concepto elaborado por María Carman (2005), quien retoma a O’Connor y Wynne (1997), para señalar
que se genera que un recentramiento de zonas que antes eran consideradas marginales. Se verá mejor
desarrollado este concepto más adelante.
9
47
parte particular de la zona sur de la Ciudad. Allí se concentraban los residuos domiciliarios y se
procedía a su quema por encontrarse en una zona alejada del resto de la ciudad lo que
provocaba una emanación de olores, identificando al barrio y a la población negativamente con
la actividad que allí se realizaba. En la actualidad, en la zona de Villa Soldati y Lugano, tienen
viviendas y edificios que fueron construidos con fin social y también se encuentra el centro de
acopio de basura de la Ciudad y numerosos barrios vulnerados ubicados en sus cercanías.10
Los límites que se establecen en la Ciudad son tanto territoriales, económicos como
simbólicos y se establece una relación directa entre la distancia social y la configuración
espacial.
Como señala Wacquant ([2007]2010), se produce un fortalecimiento de relaciones
sociales particulares por la reproducción de las condiciones que posibilitaron dichos límites lo
que genera segregación social a través de la reproducción de las diferencias sociales. Es decir
que si se concentra a dicha población en espacios específicos, separados del resto de la
sociedad, se ligará íntimamente el espacio limitado con las condiciones socio-económicas de la
población que lo habita, generando que entre ellos las relaciones sociales particulares se
fortalezcan.
Profundizando en relación a la problemática de la segregación especial, resulta
imprescindible considerar cómo se da la distribución de los servicios y a quién benefician. Al
respecto traemos lo que señala Harvey:
“Es útil empezar por dividir los bienes en bienes puramente privados (que ser producidos y
consumidos sin que existan efectos contra terceras personas) y bienes puramente públicos
10
Algunos de los barrios que allí se encuentran son: “20”, “Ramon Carrillo”, “Fátima”, “Piletones”,
“Cildañez”, entre otros. Ver Figura 1.
48
(que una vez producidos, están libremente disponibles para quien quiera utilizarlos). (…) Es
interesante observar que un ejemplo de un bien público ‘impuro’ utilizado por Buchanan se
refiere a la localización. La localización de un servicio público, como un parque de bomberos
(o para el caso cualquier servicio público), significa que la población no se beneficia
homogéneamente, ni en cantidad ni en calidad, de la protección contra incendios en lo que al
consumo se refiere, aunque exista la misma cantidad y calidad de protección contra incendios
al servicio de la población en lo que a la producción se refiere” ([1973] 2007:56).
Dentro de los elementos que configuran una vivienda adecuada, se encuentra la
accesibilidad, como veremos en el capítulo 4. Tal como señala Harvey:
“Para comprender el impacto distributivo es necesario combinar las nociones de accesibilidad
y proximidad, desarrolladas anteriormente, con la noción de bien público impuro. Todos los
bienes públicos localizados son ‘impuros’, y la exterioridad existe como un ‘campo espacial de
efectos” ([1973] 2007:57).
Al respecto, un elemento a ser mencionado es el acceso a los servicios por parte de los
sectores más pobres de la sociedad y cómo ello hace más difícil el acceso a los lugares donde
se encuentran las posibilidades laborales. El uso de los medios de transporte públicos para
llegar al lugar del trabajo y las dificultades que se pueden tener para acceder a ellos puede
impactar en el acceso a las fuentes de trabajo. David Harvey ([1973] 2007) sostiene que cuando
en una ciudad cambia la localización de la actividad económica, estos cambios generarán
cambios en las oportunidades de trabajo; de la misma manera cuando acontecen cambios en la
localización de la actividad constructora, esto representará cambios en las oportunidades de
alojamiento.
49
“El proceso de relocalización dentro del sistema urbano ha servido para mejorar las oportunidades
de las familias prósperas que habitan los suburbios y para disminuir las posibilidades de las
familias de bajos ingresos del interior de la ciudad. La situación podría ser contrarrestada en parte
con una adecuada política de transportes, pero esta política ha facilitado en general la situación
actual en vez de contrarrestarla” ([1973] 2007:59)
Lo mencionado es fácilmente relacionable con la distribución de las zonas más y menos
pudientes de la Ciudad. Al respecto, Da Matta (1985), Durkheim y Mauss ([1902] 1971), y
específicamente Grimson (2009) dando ejemplos en Buenos Aires, señalan que se puede
observar una clara distinción entre centro/periferia, norte/sur en diferentes aspectos como ser:
elementos históricos, infraestructura urbanística de Buenos Aires, la ubicación de los
subterráneos o la distribución de los servicios en general. Por ejemplo, el subterráneo no llega
a la zona sur de la Ciudad; más adelante daremos más ejemplos de la diferencia en la
distribución de los servicios entre el sur y el norte de la Ciudad y sus consecuencias en el
acceso a las fuentes de trabajo (Ver Figuras3 y 4).
Frente a esto que venimos señalando Harvey dice que:
“El movimiento de población, bienes, servicios e información se desarrolla en un espacio
relativo, dado que ello significa dinero, tiempo, energía, etc., para superar el problema de las
distancias. Asimismo, los terrenos se revalorizan por el hecho de estar relacionados con
otros terrenos. Por otro lado, las fuerzas potenciales de la población, el mercado y el
comercio al por menor son bastante reales dentro de los sistemas urbanos, y, en forma de
renta, el espacio relacional se convierte en un aspecto fundamental de la práctica humana
social” ( Harvey: [1973] 2007:6).
50
En relación a lo recién mencionado es interesante cuestionarnos acerca de los nuevos
proyectos de reurbanización en la Ciudad ¿Por qué se eligieron esos y no otros barrios para
reurbanizar? ¿Será porque los elegidos están en una zona muy valiosa y su mejoramiento o
progresiva desaparición si son vendidos los terrenos, revalorizará aún más dichas zonas?
Estas son algunas de las cuestiones a ser tenidas en cuenta.
2.3. TRANSFORMACIONES SOCIO-URBANAS
María Cristina Cravino en su libro “Las villas de la Ciudad. Mercado e informalidad
urbana”([2006]2014) hace una síntesis histórica del contexto de surgimiento y desarrollo de las
villas de la Ciudad de Buenos Aires. Además, analiza el desarrollo de un mercado inmobiliario
informal dentro de las villas de la Ciudad de Buenos Aires, elemento que desarrollaremos aquí
intentando señalar algunos elementos que han sucedido desde la publicación de la autora.
Cravino analiza una serie de “transformaciones sociourbanas” que acontecen
actualmente en la Ciudad a través de inversiones de grandes grupos económicos en ciertos
sectores y que provocan, en algunos casos, segregación urbana de ciertas partes de la
población al generarse la valorización de nuevos espacios, antes olvidados, tales como
determinadas zonas del sur. Esto toma nueva forma con los proyectos de reurbanización de
algunos barrios vulnerados y los cambios en los códigos urbanísticos y de edificación.
La autora desarrolla lo que representa el mercado inmobiliario informal en las villas de la
ciudad; frente a esta realidad se pregunta acerca del porqué del surgimiento de esta forma de
mercado que funciona de forma paralela al formal, y cuál es la problemática del acceso al suelo
51
y a la vivienda de estos sectores sociales que optan por esta forma para procurarse un techo.
Al adentrarse en esta problemáticas e encuentra con una extensa red de relaciones que
permean los procesos de compraventa y alquiler de inmuebles en la villa. A partir de ello,
sostiene que no es sólo una lógica económico-comercial la que mueve estas transacciones,
sino que también se ven atravesadas por lógicas de reciprocidad; cuestiones que discutiremos
en el presente trabajo, en relación con el resto de los elementos que nos proponemos analizar.
2.4. CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN SOCIO-ESPACIAL.
Resulta conveniente mencionar aquí que, a la par de los procesos que estuvimos
mencionando también se desarrollan procesos de gentrificación en la Ciudad que está
generando claras situaciones de desigual acceso a la vivienda para los sectores de recursos
medios y bajos. Con gentrificación11 nos referimos, como Pablo Ciccolella (1999), al
desplazamiento territorial de sectores bajos de la sociedad, por parte de sectores más altos.
Según Hilda Herzer (2008), para que esto se lleve a cabo se debe cumplir con ciertos pasos:
debe haber una merma en la población antes de la transformación urbana, cambiar el valor de
la tierra y la propiedad de la misma, cambiar la población del lugar por individuos de mayores
recursos, cambiar el espacio construido y surgirán nuevos servicios, lo que traerá consigo la
reunión de grupos de individuos con los mismos intereses de consumo.
Este proceso trae aparejado una serie de acciones del Estado que pueden ir desde
11
Un término proveniente del idioma inglés derivado de la palabra gentry que denominaba a una parte
de la población británica, nobleza venida a menos e incipiente burguesía, previo a los albores de la
revolución industrial.
52
fomento tributario para atraer otro tipo de sector social/cultural del que habitualmente ocupa
dicho espacio, generar cambios tales como el traslado de edificios públicos que comience a
cambiar la configuración espacial del lugar. Éstos son solo algunos ejemplos posibles que
acontecieron en el barrio de La Boca, Barracas y en Parque Patricios.
Damos cuenta de procesos similares contemplando también los conceptos elaborados
por María Carman (2005), sobre ennoblecimiento urbano, quien retoma a O’Connor y Wynne
(1997), señalando que se genera un recentramiento de zonas que antes eran consideradas
marginales. Asimismo, la autora señala en su estudio sobre el barrio del Abasto que este
proceso conlleva una transformación cultural que reconfigura la zona haciéndola digna de ser
vista, visitada y habitada. Lo encuentra íntimamente relacionado con un posterior aumento en
los valores de los terrenos en cuestión.
2.5. LA UBICACIÓN DE LAS COSAS Y EL INGRESO DE LOS
INDIVIDUOS
Ya hablamos de la segregación espacial y los efectos que trae para los sectores más
vulnerados de la sociedad.
A ellos les resulta más difícil adaptarse a los cambios que
acontecen a su alrededor por carecer de recursos económicos que le permitan adaptarse a las
distancias a las que pueden ubicarse los nuevos complejos económicos- laborales, o las
viviendas a las que ellos pueden acceder por su costo, ya sea la construcción en el conurbano,
la ocupación de tierras, etc.
Como parte del mismo problema, se encuentra el tema de la distribución del ingreso y la
relación que tiene en la segregación espacial de las ciudades, y en los ingresos de los
53
individuos. Al respecto, ya mencionamos lo que Da Matta (1985), Durkheim y Mauss ([1902]
1971), Grimson (2009) y Harvey ([1973] 2007) señalan.
Lo propio hace Bourdieu en su libro “Argelia 60” ([1977] 2013): repara en los aspectos
distributivos de la localización de los emplazamientos, al igual que lo visto en Harvey ([1973]
2007). Mudarse a las nuevas unidades habitacionales lejos de los lugares de trabajo significa
un aumento considerable de los gastos para estas familias. El alquiler es más alto, se dejan de
compartir gastos dado que vivían varias familias en una misma unidad habitacional y ahora con
la vivienda moderna pasan a ser familias mononucleares. Como estos complejos se encuentran
emplazados lejos de los centros urbanos, les significa estar lejos de las oportunidades de
trabajo, y por ende los costos de transporte para acceder al lugar de trabajo son mayores.
Muchos de estos nuevos emplazamientos no están provistos de servicios tales como escuelas
o comercios, lo que significa que las personas que allí habitan tienen que disponer de más
dinero para poder afrontar los gastos de transporte a los fines de proveerse de lo necesario
para desarrollar su vida (Bourdieu: [1977] 2013).
Wacquant ([2007] 2010) también señala un elemento clave que sumerge en la pobreza
y la segregación a la parte afroamericana vulnerada de la sociedad norteamericana: el acceso
insuficiente a medios de transporte públicos también deficientes. En la Ciudad de Buenos Aires
también es significativo, dado que las posibilidades habitacionales dentro de la ciudad son
deficitarias y si se opta por vivir en la periferia sur de la ciudad, o en el conurbano, el tiempo de
viaje para llegar al trabajo aumenta considerablemente (ver Figuras 3 y 4). Esto está
directamente relacionado con el acceso a las fuentes de trabajo, lo que impacta en los grados
de ocupación y desocupación. (ver Figura 3)
54
De esta manera, y como ha sido señalado, la ubicación de los servicios públicos, de las
zonas productivas, de los centros urbanos habitacionales, etc., van dando forma a la ciudad y
la distribución de los habitantes al interior de la misma, o fuera de ella. Asimismo, dan cuenta
de cómo será el acceso a los recursos para cada uno de esos habitantes Por ejemplo las
diferencias entre genero (ver Figura 4). Un ejemplo de ello, es el acceso a los medios de
transporte, por ejemplo, en el caso de la zona sur de la ciudad. En esta parte de la ciudad es
insuficiente y deficiente. En primer lugar, las líneas de subterráneos no llegan al extremo sur
oeste de la Ciudad, si bien la línea H está programada para llegar al Bajo Flores. En segundo
lugar, el tren llega en su línea Belgrano Sur, una de las más deficitarias de todo el sistema
ferroviario por su escasa frecuencia y el precario estado de las formaciones. Por último, las
líneas de colectivo funcionan e incluso se ha hecho una extensión del Metrobus, pero ello no
asegura el servicio continuo ya que por momentos el servicio se corta o cambia su recorrido en
algunas zonas. De más está señalar que es en la zona sur de la Ciudad donde se encuentra
más población con una situación habitacional vulnerada.
A continuación, proporcionaremos datos sobre los niveles de ocupación y desocupación
laboral en la Ciudad, estableciendo diferencias entre zonas geográficas, así como también por
género pudiendo observar que el “ser mujer” también es un elemento que restringe las
posibilidades de conseguir trabajo.
En la Figura 3 los niveles de desocupación y de subocupación van elevándose a media
que nos dirigimos hacia el sur de la Ciudad. Los niveles de subocupación son mayores que los
de ocupación en toda la Ciudad. En la Figura 4, tanto la tasa de desocupación como la de
subocupación es mayor en las mujeres en comparación con los hombres lo que se condice con
55
los datos de la Figura 2 en cuanto a que los niveles de desocupación y subocupación
aumentan a medida que nos dirigimos hacia el sur de la Ciudad.
Figura 3: Tasa de desocupación y subocupación de la Ciudad de Buenos Aires expresado en
porcentajes, desagregado por zonas norte, centro y sur. En el 2017.
Referencias: Tasa de desocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se
encuentra desocupada; cociente entre la suma de la población desocupada sobre el total de la
población económicamente activa. Tasa de subocupación: porcentaje de la población de 10 años
o más que se encuentra ocupada y trabaja menos de 35 horas semanales por causas
involuntarias y desea trabajar más horas; cociente entre la suma de la población subocupada
sobre el total de la población económicamente activa. Zona Norte: Comuna 13 (Nuñez,
Belgrano), Comuna 14 (Palermo), Comuna 2 (Recoleta). Zona Centro: Comuna 1 (Retiro,
Constitución), Comuna 3 (Balvanera), Comuna 5 (Almagro), Comuna 6 (Caballito), Comuna 7
(Flores ), Comuna 11 (Villa del Parque), Comuna 12 (Villa Pueyrredon), Comuna 15 (Villa
Crespo). Zona Sur: Comuna 4 (Parque Patricios, Barracas, La Boca), Comuna 8 (Villa Lugano),
Comuna 9 (Mataderos), Comuna 10 (Floresta).
Gráfico de elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (2017) “Tasas de actividad, empleo, desocupación y
subocupación horaria de la población de 10 años y más por comuna. Ciudad de Buenos Aires.
Años 2008/2017.” http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=70420.
56
Figura 4: Tasa de Desocupación y subocupación en la Ciudad de Buenos Aires,
diferenciado por género y zona geográfica norte, centro y sur, expresado en
porcentajes. En el 2017.
Referencias: Tasa de desocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se
encuentra desocupada; cociente entre la suma de la población desocupada sobre el total de la
población económicamente activa. Tasa de subocupación: porcentaje de la población de 10 años
o más que se encuentra ocupada y trabaja menos de 35 horas semanales por causas
involuntarias y desea trabajar más horas; cociente entre la suma de la población subocupada
sobre el total de la población económicamente activa. Zona Norte: Comuna 13 (Nuñez,
Belgrano), Comuna 14 (Palermo), Comuna 2 (Recoleta). Zona Centro: Comuna 1 (Retiro,
Constitución), Comuna 3 (Balvanera), Comuna 5 (Almagro), Comuna 6 (Caballito), Comuna 7
(Flores), Comuna 11 (Villa del Parque), Comuna 12 (Villa Pueyrredón), Comuna 15 (Villa
Crespo). Zona Sur: Comuna 4 (Parque Patricios, Barracas, La Boca), Comuna 8 (Villa Lugano),
Comuna 9 (Mataderos), Comuna 10 (Floresta). Varón: género masculino, Mujer: género
femenino.
Gráfico de elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (2017) “Tasas de actividad, empleo, desocupación y
subocupación de la población de 10 años y más según sexo y comuna. Ciudad de Buenos Aires.
Año 2017.” http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=82406.
57
Retomando lo que veníamos señalando, la distancia y el espacio en un sistema urbano
son fundamentales para medir la accesibilidad. Esto no es lo mismo a proximidad, señala
Harvey, ya que la proximidad la entiende como “los efectos de estar junto a algo que la gente
no utiliza directamente” ([1973] 2007:54). Ello puede ser, por ejemplo, vivir cerca de una fuente
de contaminación, como los habitantes del barrio “20” por ejemplo, que vivían al lado de un
cementerio de autos que provocó una alarmante contaminación de dichos suelos (en el capítulo
4 daremos más datos sobre ello). Esto le va a imponer un costo extra a la familia ya sea en
gastos médicos (o de transporte hacia el médico) o de mudanza, o emocionales por tener que
reubicarse, entre otros posibles.
Según los datos mencionados por la EAH (encuesta anual de hogares de la Ciudad de
Buenos Aires), podemos ver la diferencia que hay entre quienes pueden acceder a un espacio
determinado y quiénes no, con qué recursos cuenta (Durremberger1987), y con ello el acceso a
un empleo (Ver Figuras 3 y 4). Para las poblaciones de bajos recursos económicos implicaría
un costo muy grande en términos monetarios y temporales mudarse a zonas rurales o muy
alejadas para vivir, ya que para ellos el costo de trasladarse todos los días a trabajar desde allí
sería muy alto. No resulta comparable la situación de una persona de altos recursos, que
puede vivir en Pilar o tener una casa de fin de semana en las afueras de la ciudad, por ejemplo,
que se traslada a las zonas rurales a jugar al golf, o vive en un country y se traslada en auto a
la ciudad (Harvey [1973] 2007).
Lo antedicho alude a que los ingresos reales de las personas cambian según los
recursos a los que tengan acceso o no y también en relación a la proximidad, distancia o
accesibilidad. Por ello, quienes tomen la decisión de elegir donde se ubicará tal o cual edificio,
área de servicios, plaza, etc. debe tener en cuenta que esa medida tiene un significado e
58
impacto distributivo.
59
CAPITULO 3: EL DÉFICIT HABITACIONAL
3.1. ORIGEN DEL CONCEPTO COMO CATEGORÍA NATIVA
Según diversos estudios (Asiain y Putero: 2015a; Guebel: 2017, Putero: 2011), en la
Ciudad de Buenos Aires, hay “déficit habitacional”. Si bien es una problemática nacional, se
encuentra agravada en la Ciudad. El “déficit habitacional” es una categoría nativa utilizada por
los formadores de políticas públicas habitacionales que a su vez se encuentra presente en
varios textos normativos, como ser, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
creada en el año 1996 y en la relativamente reciente Ley 14.449 de “Acceso justo al hábitat” de
la Provincia de Buenos Aires sancionada en el año 2012.
En la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su Capítulo Quinto (que
refiere al Hábitat), Art. 31 se toma la noción de “déficit habitacional” desde la siguiente
perspectiva: “La Ciudad reconoce el derecho a una vivienda digna y a un hábitat adecuado.
Para ello:
1.
Resuelve progresivamente el déficit habitacional, de infraestructura y
servicios, dando prioridad a las personas de los sectores de pobreza crítica y con
necesidades especiales de escasos recursos.
2.
Auspicia la incorporación de los inmuebles ociosos, promueve los planes
autogestionados, la integración urbanística y social de los pobladores marginados, la
60
recuperación de las viviendas precarias y la regularización dominial y catastral, con
criterios de radicación definitiva.
3.
Regula los establecimientos que brindan alojamiento temporario,
cuidando excluir los que encubran locaciones” (CCABA, [1996]2016:36).
En la Ley 14.449 de “Acceso justo al hábitat” de la Provincia de Buenos Aires se parte
del concepto basado en la noción de “Déficit Urbano- Habitacional” donde se señala en su art.
4: “la escasez, la calidad insuficiente o la inaccesibilidad a condiciones materiales, servicios y
espacios aptos para satisfacer las necesidades y promover una mejor calidad de vida de la
población en el marco de un hábitat ambientalmente sostenible” (Ley 14.449: 2012).
Esta categoría de “déficit habitacional” se desarrolló en base a nociones elaboradas en
el programa de la ONU (Organización de Naciones Unidas) “Hábitat” donde, en la segunda
conferencia llevada a cabo en Estambul en el año 1996, se acordó entre los miembros
participantes dos principios a resguardar: asegurar vivienda adecuada para todos, y garantizar
el desarrollo adecuado de los asentamientos humanos en el mundo urbanizado.
Al evaluar la noción de déficit habitacional debe considerarse que están contempladas
tanto una variable cualitativa como una cuantitativa, según varios autores (Asiain y Putero
2015ª, Guebel 2017c, Putero 2011). Desde la variable cualitativa se tiene en cuenta que, si
bien hay un gran número de viviendas habitadas, las mismas necesitan mejoras para que sean
consideradas viviendas dignas. Desde la perspectiva cuantitativa, se entiende que hay un
faltante de viviendas para la población de toda la Argentina y, en nuestro caso, para los
habitantes de la Ciudad. Asimismo, la denominación “déficit habitacional” contempla “la
escasez, la calidad insuficiente o la inaccesibilidad a condiciones materiales, servicios y
61
espacios aptos para satisfacer las necesidades y promover una mejor calidad de vida de la
población en el marco de un hábitat ambientalmente sostenible”12.
En el último capítulo
desarrollaremos la noción de vivienda adecuada desarrollada por la ONU, la cual nos sirve para
describir lo que aquí se entiende como vivienda digna, especificando cuáles serían los
elementos que deberían tener todas las viviendas para ser habitables.
En este sentido, se entiende que la vivienda no es sólo una unidad física, sino también
un “hábitat” y dentro de ese “hábitat” se desarrollan relaciones sociales específicas (Colque
2017) que la constituyen como tal en una unidad habitacional y a su vez la hacen parte de una
unidad mayor que es la ciudad.
Tal como fuera especificado, la categoría de “déficit habitacional” es una categoría
construida y pensada desde las políticas públicas. Por ello, resulta pertinente pensar a la
vivienda como “hábitat” a los fines de que en el diseño de políticas públicas tendientes a
abordar el “déficit habitacional”, se piense a la vivienda como un bien social donde se
desarrollarán relaciones sociales específicas. En este sentido, este abordaje permite pensar a
la vivienda desde una perspectiva amplia, no focalizándose en su aspecto físico, es decir, no
considerarla como una mercancía.
3.2. EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA. LAS CAUSAS DEL
DEFICIT HABITACIONAL
12
Definición de Déficit Habitacional presente en la Ley de la provincia de Buenos Aires N° 14.449 de
“Acceso justo al hábitat”.
62
3.2.1. Falta de viviendas o solo viviendas para el mercado
Ahora bien, pensar a la problemática de la vivienda, desde el Estado, va a depender de
los momentos políticos y de las políticas públicas. De esta manera, si bien no se toma a la
vivienda como una mercancía, debe entenderse que el “déficit habitacional” se encuentra
dentro de un sistema neoliberal donde a partir de políticas públicas específicas, profundizadas
en la Ciudad de Buenos Aires por el gobierno PRO13, los procesos urbanos son un elemento
más en función del mercado y, dentro de esta lógica, las desigualdades sociales se
profundizan.
Al adentrarnos en esta problemática, y siguiendo principalmente a Harvey ([1973] 2007),
entendemos que las lógicas desiguales de acceso a la vivienda se deben a que nos
encontramos insertos en una lógica capitalista de mercado, la que genera un acceso desigual a
los recursos, en este caso, la tierra y la vivienda. Es decir que, los menos favorecidos en esta
lógica social no logren acceder de la misma manera a una solución habitacional. Cabe
mencionar que, no solo estamos hablando de los sectores populares, sino también de sectores
medios que también tienen dificultad de acceso a la vivienda.
La lógica de mercado que rige el sector inmobiliario y las inversiones que allí se realizan
no responden a una construcción planificada de la Ciudad sino a la búsqueda del aumento de
la rentabilidad y ganancia de dicha inversión (Asiain y Putero 2015a; Clichevsky 2012).
13
Fuerza política que en la actualidad, inserto en la Alianza Cambiemos, gobierna la República
Argentina y los dos distritos más poderosos del país, a saber, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la
provincia de Buenos Aires; y otros distritos más si consideramos las alianzas políticas. Hasta el año 2015
solo gobernaban la Ciudad de Buenos Aires.
63
Con respecto al “déficit habitacional”, la economista Lorena Putero (2011) sostiene que
en la Argentina más de 3.000.000 de hogares se encuentran con problemas de vivienda,
teniendo en cuenta la calidad de las viviendas, si son aptas, recuperables o no, y cuál es el
grado de hacinamiento. Esto involucra a más de 10.000.000 de personas. Las distinciones que
hace la autora son las siguientes:
“Viviendas aptas: son casas y departamentos que no presentan problemas físicos relevantes.
Viviendas inadecuadas: son las viviendas recuperables (viviendas con piso de tierra o ladrillo
suelto u otro material, o no tiene provisión de agua por cañería dentro de la vivienda o no
disponen de inodoro con descarga de agua, situaciones que podrían ser reversibles), y las
irrecuperables (ranchos, casillas, locales no construidos para fines habitacionales o viviendas
móviles. Son viviendas que necesitan ser reconstruidas en su totalidad o de una reubicación
del hogar)” (Putero 2011:3).
Asimismo, señala que:
“Hogar: es el grupo de personas, pariente o no, que viven bajo un mismo techo de acuerdo
con un régimen familiar, es decir comparten sus gastos de alimentación. Las personas que
viven solas constituyen cada una un hogar.
Hacinamiento en el hogar: cuando conviven más de tres personas por cuarto.
Hacinamiento de hogares: cuando conviven más de un hogar por vivienda” (2011:3 y 4).
En la tabla 1 se replican los datos elaborados por Putero (2011) que ayudan a
contextualizar y poner en números la problemática analizada. Esta tabla está organizada
mediante indicadores cualitativos que representan una clasificación del tipo de viviendas, y las
condiciones de los hogares.
64
Tabla 1: Hogares con problemas de vivienda.
Fuente: Lorena Putero, 2011.
Lo sostenido hasta aquí, y en concordancia con lo planteado por varios autores (Asiain
y Putero 2015a; Clichevsky 2012) es que el mercado, es decir, los propietarios o empresas
inmobiliarias o constructoras, por si solos, no están dando respuesta a este problema de la falta
de viviendas, aún cuando el nivel de construcción es sostenido y ha venido aumentando en los
últimos años. Pues, las viviendas que se están construyendo según los autores antes
mencionados, no están dirigidas a las personas que las están necesitando, sino en cambio,
tienen una función especulativa.
Al respecto, Lorena Putero (2011), nos acerca los siguientes datos que son más que
ilustrativos:
“(...) El sector de la construcción viene acompañando de manera positiva el crecimiento
económico del país. La participación de este sector en el PBI era del 4,4% en 2003 y fue de
5,7% en 2010. El crecimiento anual en 2011 fue de 9,2%.
Entonces, el siguiente paso es analizar qué sucede con las construcciones, utilizando para ello,
el dato de viviendas ocupadas del Censo 2010. A nivel nacional se registra un aumento de las
casas vacías; en nuestro país existen 13.835.751 de viviendas, de éstas 2.494.618 están
65
deshabitadas, es decir el 18%. En la ciudad de Buenos Aires este problema es aún más grave,
de 1.425.840, están vacías 340.975 (casi el 24%)” (2011:7).
Dentro de este proceso daremos cuenta de la incidencia del sector privado, el mercado
inmobiliario y el sector financiero, en la construcción de esta problemática. La cantidad de
viviendas vacías responde al fenómeno donde el mercado inmobiliario no puede dar respuesta
al déficit de vivienda. En diálogo con la búsqueda de ganancia y en resguardo del capital
acumulado, las inversiones inmobiliarias resultan un lugar apetecible, sin embargo, las
viviendas construidas no están dando una respuesta favorable a los individuos con
necesidades habitacionales. A continuación, daremos cuenta de estos supuestos.
La información provista por Lorena Putero nos permite ver cómo ha crecido el sector
inmobiliario en los últimos años. En consonancia, Nora Clichevsky (2012) indica que los
sectores inmobiliarios que se desarrollaron después de los años 70, tanto empresas argentinas,
como internacionales, así como también el sector financiero, solo han invertido para el sector
medio y alto de la sociedad. Esto da como resultado que los sectores bajos no tengan
alternativas ofrecidas por el sector privado para acceder a la vivienda propia. En su gran
mayoría, las viviendas construidas por este sector no ofrecen opciones para familias de más de
dos personas. Asimismo, una parte de estas nuevas viviendas no son compradas para ser
habitadas, sino para mantener el poder adquisitivo de los ahorros de sus nuevos propietarios, o
con fines especulativos.
A partir de este panorama, consideramos que es importante replantear el rol del Estado
en relación a esta problemática para ver de qué manera se logra un acceso más equitativo a la
66
vivienda, y de este modo procurar que todos los sectores de la sociedad puedan acceder a una
vivienda digna ya sea por medio de la compra o también puede serlo a través del alquiler.
3.2.2. El rol del Estado y las inversiones privadas en relación a la
vivienda
Pensar en el acceso a una vivienda digna y en las políticas públicas nos lleva a
preguntarnos sobre el rol que juegan las tierras en manos del Estado y de qué manera o no
están ayudando a ofrecer alternativas habitacionales a los sectores de la población que hoy en
día no acceden a una vivienda. Es decir, ¿se utilizan las tierras públicas como base de políticas
públicas de vivienda dirigidas a sectores populares, o medios, que no tienen posibilidad de
acceso a una vivienda digna?
Lo que estamos puntualizando aquí es si las tierras públicas están sirviendo a una
acumulación de renta para el sector inmobiliario. En este punto merece ser analizada la
relación entre mercado y el Estado, y cómo el Estado puede llegar a favorecer al mercado.
Cabe mencionar que se hará foco no solo en las tierras públicas (fiscales), sino también en las
inversiones en servicios públicos que realiza el Estado.
Concretamente, se verá cómo el mercado aprovecha cada una de las oportunidades
que tiene para hacer valer más la inversión realizada. Del mismo modo, se da cuenta de cómo
el mercado maneja la realidad para que el saldo económico cierre a su favor; muchas veces
realizando escasa o ninguna inversión. Esto suele suceder, por ejemplo, con la apropiación de
la inversión colectiva que se realiza desde el Estado, es decir, financiado por el conjunto de la
sociedad. De esta manera, se adquieren tierras baratas, se construyen servicios (shoppings,
67
por ejemplo) o viviendas para sectores medios o altos, con la expectativa de que se
revaloricen. Una vez realizadas estas inversiones se espera a que el resto de los servicios
públicos lleguen de mano del Estado, aumentando su ganancia sin aumentar la inversión. En
esta oportunidad focalizamos en la finalidad de las políticas públicas que se desarrollan, y
quién se ve beneficiado por ellas.
Casos como estos se pueden observar en todo el AMBA (Área Metropolitana de Buenos
Aires), uno de ellos es la obra hidráulica que comenzó AySA (Agua y Saneamiento Argentinos
S.A.) en el año 2014, la planta potabilizadora “Juan Manuel de Rosas” en la cuenca del río
Luján, para abastecer de agua potable a más de 2.000.000 de bonaerenses14. De esta obra de
gran envergadura se han beneficiado no solo los habitantes de la provincia de Buenos Aires
que viven en la “ciudad abierta”, para llamarla de alguna manera, sino también las nuevas
urbanizaciones cerradas, como Nordelta en el municipio de Tigre. Estas urbanizaciones
cerradas de lujo se han asentado en terrenos que no estaban dispuestos por la normativa para
urbanizaciones; la inversión privada que realizaron sólo fue sobre el loteo y acondicionamiento
del terreno, y como se señaló anteriormente y se indicará a continuación, tras la inversión inicial
y sin aumentarla, se ven beneficiados de la inversión colectiva en obras públicas que se
realizan desde el Estado.
14Actualidad
de Tigre: 9/6/2014, AySA: 2014, TELAM: 29/5/2014
68
Tabla 2: Incidencia de las redes de infraestructura en la valorización del suelo y comparación
con el costo final de ejecución de las obras.
Diferencia entre la
Valorización del suelo
Costo final de
valorización y el costo
Red de infraestructura
promedio (en pesos
construcción (en pesos
argentinos por m2)
por m2)
de construcción (en
pesos por m2)
Red de cloacas
95,7
32,4
63,3
Red de gas natural
31,5
11,1
20,4
Red de agua potable
70,7
9,1
61,3
Pavimento 2
61,3
54,9
6,4
Referencias: m2: metros cuadrados. Pavimento del tipo 2: “En el cuadro se incluyó para su comparación
el tipo 2 de pavimentación (pavimento de concreto asfáltico sin cordón cuneta y desagüe superficial) en
la medida que la gran mayoría de los lotes relevados se ubican en barrios que cuentan con un servicio
de similares características constructivas.” Fuente: Ronconi, et al. 201315.
Los datos de la tabla 2 hacen referencia a lo previamente mencionado. Se observa la
valorización que se hace del suelo con la presencia de los diferentes servicios públicos.
Servicios públicos cuyas obras son ejecutadas por el Estado y de los que se benefician
económicamente los desarrollos inmobiliarios que pueden especular con estos hechos.
15
Área de trabajo: Municipios de Berazategui y Florencio Varela. Precios a Junio de 2013
69
Tabla 3: Valor del precio de mercado según el cambio de la normativa en terrenos de 5000 m2
Precio Pesos/m2
Variación porcentual
Ganancia en dolares
entre el antes y el
que tienen los dueños
después del cambio
de la tierra con los
en la zona
cambios mencionados
Concepto
Antes
Suelo Rural a Urbano
Densificación/
Después
2
10
400%
40.000
100
180
80%
400.000
200
400
100%
1.000.000
Verticalización
Zonificación (de
Residencial a Central)
Referencias: m2:metros cuadrados. Densificación: aumento de cantidad de m 2 construidos de forma
horizontal en un espacio determinado. Verticalización: aumento de cantidad de m 2 construidos de forma
vertical en un espacio determinado Fuente: Smolka 2010
Los datos que se expresan en la tabla 3 señalan la incidencia que tiene el cambio de
zonificación en el valor que adquiere la tierra. Esto sucede en muchos de los emprendimientos
inmobiliarios que se llevan a cabo en la Ciudad de Buenos Aires cuando se realizan en zonas
que eran industriales o que no eran aptas para zona residencial o central y luego, al cambiar la
normativa, aumenta su precio de un momento a otro por cambiar la zonificación a residencial o
central.
Al respecto, podemos observar en la página de internet de la empresa IRSA
(Inversiones
y
Representaciones
Sociedad
Anónima),
en
el
apartado
de
“Futuros
70
Desarrollos”16, como la empresa ha ido adquiriendo propiedades a lo largo de años esperando
que cambie la regulación vigente o pidiendo excepciones a la misma para que se les permita
desarrollar el emprendimiento que desean realizar. Los cambios de regulación en algunos
casos son cambios de zonificación (de industrial a residencial, por ejemplo) y en otros, pedidos
de proyecto de Ley para poder realizar los emprendimientos.
3.3. DISTRIBUCIÓN DESIGUAL. EL ACCESO A LOS RECURSOS
Y A LA TIERRA URBANA EN RELACION A LA VIVIENDA.
Frente a lo que venimos señalando y con los datos que acabamos de presentar
respecto a la instalación de servicios o la modificación de la normativa desde el Estado,
podemos preguntarnos acerca de quiénes se llevan el rédito económico de los desarrollos
inmobiliarios, y del cambio de zonificación de la tierra urbana. De esta manera, pude hacerse
foco en quién se perjudica.
Desde el año 2016 se está trabajando en un nuevo Código Urbanístico de la Ciudad.
Este proyecto comenzó a ser trabajado con los sectores del mercado inmobiliario más
importantes. Según la ley que regula las modificaciones en el Código de Planeamiento Urbano,
la Ley 2930 “Plan Urbano Ambiental” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las
modificaciones se tienen que llevar a cabo previamente habiendo sido trabajadas por varios
órganos de participación ciudadana. Dado que esto último no se estaba cumpliendo, un grupo
16http://www.irsa.com.ar/irsa-portafolio-futuros-desarrollos.php
71
de personas presentó un amparo17, que quedó radicado en el Juzgado de Primera Instancia
N°4 CAyT de la CABA, para que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cumpla con lo que
la ley señala. Frente a esta solicitud la Jueza Elena Liberatori, titular de dicho Juzgado, dio
lugar al pedido instruyendo que se de participación a los ciudadanos en el marco de lo
establecido por la mencionada Ley18. Frente a ello, en esta sección se analizará qué actores
están implicados, qué intereses podrían estar implicados o quienes se beneficiarían con estas
modificaciones.
Al profundizar en la problemática planteada nos encontramos con varios problemas
relacionados vinculados con las dificultades para el acceso a la vivienda y que nos ayudan a
completar el cuadro de situación mencionado. Estos son:
a)
Alquileres (casi desregulados)
b)
Viviendas en mal estado
c)
Viviendas ociosas
d)
La falta de fomento para el acceso a la vivienda propia. Escaso acceso a
líneas de crédito para sectores sociales de bajos recursos
e)
Insuficiencia de políticas estatales de construcción de vivienda social y/o
cesión de tierras, para la construcción de las mismas, destinadas a sectores bajos y
medios
f)
La función social de la tierra
“Art.2 Procedencia: La acción de amparo es expedita, rápida y gratuita y procede, siempre que no
exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace con arbitrariedad e
ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por la Constitución Nacional, los tratados
internacionales, las leyes de la Nación, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las
leyes dictadas en su consecuencia y los tratados interjurisdiccionales en los que la Ciudad sea parte.”
(Ley 2145)
18Medida Cautelar del Expt. A24068-2016/0
17
72
a) Alquileres (casi desregulados)
El acceso al alquiler de una vivienda en el mercado formal cuenta con limitaciones por
los requisitos que se le piden al futuro inquilino. Hasta el año 2017, la cantidad de dinero que se
solicitaba como adelanto por anticipado para alquilar la vivienda, consistía entre 4 y 5 meses de
alquiler, entre la garantía, el adelanto y la comisión de la inmobiliaria.
En agosto del 2017 se modificó en la Ciudad de Buenos Aires la Ley 2340 que regula al
Colegio Único de Corredores Inmobiliarios, mediante la Ley 5859. Luego de sucesivos
reclamos llevados a cabo por asociaciones de inquilinos, principalmente la agrupación
“Inquilinos Agrupados”.
Entre estas modificaciones se estipula que el costo de gestoría de los informes que
sean necesarios solicitar para el ingreso a la vivienda única, y que se realizan sobre el inquilino
y sobre el garante, no le sean cobrados al inquilino. Con esta modificación, esos gastos serán
afrontados por el dueño.
Asimismo, se estableció que la comisión de la inmobiliaria no puede superar el 4,15%
del total del contrato firmado. Dicha comisión debe pagarla el dueño de la vivienda a ser
alquilada, no el inquilino.
Mediante la Ley 5859, se dejó establecido, a su vez, la modificación de la Ley 1251 que
regula al IVC (Instituto de la Vivienda de Buenos Aires) en su artículo 4to. Inc. i.; será esta
dependencia la que ejerza el control del cumplimiento de las leyes que regulan lo concerniente
a la materia alquileres habitacionales y brindará asesoramiento tanto a dueños como a
inquilinos.
73
Estos han sido cambios positivos en lo que respecta a la accesibilidad al alquiler. Sin
embargo, ya ha habido denuncias de incumplimiento19. También los corredores inmobiliarios
han iniciado un amparo ante el Poder Judicial de la CABA, para que se deje sin efecto la ley
por considerar que los perjudica gravemente20. Frente a estas modificaciones, algunas
cuestiones deben ser tenidas en cuenta: es posible que acontezcan cambios en los precios de
los alquileres para que al dueño no le signifique pérdida de rentabilidad tener que afrontar el
costo de la comisión de la inmobiliaria; las modificaciones mencionadas nada señalan al
respecto.
Estas modificaciones no alcanzan a resolver las dificultades para alquilar una vivienda.
Por ejemplo, otro de los elementos que dificultan el acceso a una vivienda en alquiler es la
“garantía” que se le solicita al inquilino. La “garantía” es la fotocopia del título de propiedad de
otro inmueble, e implica que un propietario de otra vivienda sea el respaldo del inquilino en
caso de que éste no pague el alquiler. En general, no se aceptan “garantías” que no sean de
familiares directos, y/o dentro del mismo distrito donde se va a alquilar, para evitar garantías
compartidas.
Teniendo en cuenta las modificaciones mencionadas para las cuales el IVC debe
controlar su cumplimiento según lo establecido por la Ley y considerando que también existen
asociaciones de inquilinos que brindan asesoramiento, lejos se está de las leyes de alquileres
sancionadas durante los primeros gobiernos peronistas donde se restringían los desalojos y se
ofrecían créditos a los inquilinos21.
Nueva Ciudad 6/11/2017
La Nación 24/8/2017
21Ley 14288 “Prorrogase con varias modificaciones la vigencia de la Ley de Alquileres”
19
20
74
Sumado a esto, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación ha generado que, por
medio de su art. 2048, los inquilinos tengan que hacerse cargo del pago de las expensas
extraordinarias sino se deja en claro en el contrato de alquiler (Loisi 2017).
Acceder a una vivienda por alquiler implica destinar más de un tercio de los ingresos al
mismo. A su vez, estos ingresos deben ser formales/ en blanco, con recibo de sueldo tal como
señalas Asiain y Putero en el diario Página 12:
“El alquiler de un departamento de 42 metros cuadrados en CABA sobrepasa, en promedio,
el 30 por ciento del salario medio de un trabajador registrado. Un porcentaje muy elevado,
que supera ampliamente el de otras naciones (en los países de la OCDE el promedio de
gasto en vivienda es de 21 por ciento del salario” (Página 12 22/2/2015).
Transformarse en propietario lleva esa misma cifra al doble: “La cantidad de salarios de
un trabajador registrado requerida para adquirir un departamento de 42 metros cuadrados en la
CABA ronda entre los 61 –salarios- en promedio (con variaciones por comuna que van de los
34 a los 114)” (Página 12:22/2/2015).
De este modo, nos encontramos con un proceso restrictivo para el acceso a la vivienda
para sectores medios, medios bajos, y sectores populares. En el caso de estos últimos, se
agrega que, en muchos casos, no cuentan con trabajos registrados (formales, en blanco), lo
que les impide a su vez, contar con un recibo de sueldo.
En este sentido, para los sectores populares, los requisitos planteados para un alquiler
“formal”, (adelanto, comisión, garantía, recibo de sueldo en blanco, y 30% del sueldo), vuelven
casi imposible su acceso.
75
b) Viviendas en mal estado
Como vimos anteriormente, un gran número de las viviendas en la actualidad en la
Ciudad son viviendas en mal estado. Según Asiain y Putero (2015a) el número de viviendas en
mal estado pero recuperables, es de 18.838. De ser esas viviendas mejoradas, algunos
habitantes de la Ciudad que hoy en día viven en viviendas deficitarias estarían mejorando sus
condiciones de vida sin tener que trasladarse a una vivienda nueva, lo cual sería más fácil de
resolver. En años anteriores existían créditos del IVC para la refacción de viviendas en mal
estado pero ya no se encuentran disponibles.
No mencionamos las viviendas no aptas para ser habitadas que, según los autores
recién mencionados, asciende a 51.479 por considerar que ese número de viviendas tendría
que ser abordado con la construcción de viviendas nuevas en su totalidad. Cabe mencionar
que no se distingue la situación dominial del inmueble (ya sean ocupadas, alquiladas,
ocupadas por su propietario, etc.) para realizar esta contabilización.
c) Viviendas ociosas
Un gran número de viviendas se encuentran desocupadas en la Ciudad de Buenos
Aires. Para el año 2015 el número de viviendas ociosas ascendía al 24%. Ese número de
viviendas desocupadas en la Ciudad representan unas 341 mil unidades (Asiain y Putero
2015a).
Como ya mencionáramos, este fenómeno se ha dado en el marco de un aumento del
volumen constructivo; sin embargo, la compra de esas viviendas nuevas ha sido principalmente
con fines especulativos, de renta, o alquiler, pero no para la compra de una vivienda propia o
76
única (Asiain y Putero 2015a; Clichevsky 2012)22. Esto, a su vez, está alentado con el Nuevo
Código de Planeamiento urbano que modifica las superficies constructivas (FOT), a fines de
generar un aumento en la cantidad de posibles construcciones. Esto generará más unidades de
vivienda con fines especulativos y no tendientes a revertir el déficit habitacional, si no se
cambia el objetivo que tendrán esas nuevas construcciones y se las deja que el mercado lo
regule.
Desalentar este proceso, en principio, implicaría un cambio de la dirección de las
políticas públicas por parte del poder ejecutivo, lo que consideramos altamente improbable en
este momento dado que la voluntad política y los intereses representados son otros (Guebel
2016a, 2016b, 2006, 2005, 1995a; Weber 1980, 1992, 1994). Sin embargo, mencionamos que
no es un imposible, pues en otros países se ha realizado la experiencia de limitar las viviendas
ociosas.23
En nuestro país, este aspecto se tuvo en cuenta en la Provincia de Buenos Aires con la
Ley 14.449 “Acceso justo al hábitat” del año 2012. Allí la Ley impone un aumento del 50% en
impuesto provincial a los terrenos ociosos para desalentar que eso siga sucediendo, y
contempla que esa recaudación extra se destine a “un fideicomiso que garantiza la
intangibilidad de los fondos para ser utilizados solamente para loteos sociales” (Reese 2014:6).
En la actualidad, las partes reglamentadas de dicha Ley continúan en vigencia y aplicándose,
Más adelante analizaremos los créditos que se han ido ofreciendo en los últimos años y su impacto en
el mercado inmobiliario.
23Una manera es que las viviendas ociosas puedan ser un elemento considerado para contar con una
tributación diferencial, en relación con las viviendas que se encuentran ocupadas. De hecho, tanto en
Francia, como en España, se aplican impuestos a las viviendas vacías para desalentar que eso siga
sucediendo, y a su vez estos países junto con Gran Bretaña pueden tomar la potestad de ponerlas en
alquiler o asignarlas a personas de muy bajos recursos. En algunos de estos países pueden hasta
expropiar las viviendas ociosas (Asiain y Putero 2015a).
22
77
como por ejemplo el pago de un porcentaje de los emprendimientos inmobiliarios de lujo para
que esos fondos sean destinados a vivienda social.
d) La falta de fomento para el acceso a la vivienda propia. No se ha facilitado de
modo suficiente el acceso a líneas de crédito para sectores sociales de bajos recursos
Desde el sistema bancario financiero no se ha fomentado el acceso a créditos para
sectores sociales de bajos recursos para acceder a la vivienda, con la excepción del Programa
PRO.CRE.AR impulsado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner articulado a través
del Banco Hipotecario.24
A partir del año 2016, con Mauricio Macri como presidente de la Nación, se ofrecen
créditos hipotecarios a tasa variable ajustable al índice de precios de la construcción (tasas
UVA25). Según la línea de crédito que se tome, son de acceso amplio, es decir que gran parte
de la población puede acceder a ellos. Sin embargo, están exceptuados los que se encuentran
en situación más vulnerada que cuentan con escasos ingresos y que trabajan informalmente.
Sumado a esto, en los últimos dos años, se ha modificado el programa PRO.CRE.AR por lo
que ahora estos créditos también se ajustan por el índice UVA. En esta nueva etapa de los
créditos PRO.CRE.AR se acepta la solicitud del mismo a personas que no tienen un trabajo
formal/ en blanco26, como lo hacía la línea anterior del crédito (como veremos más adelante).
Estos créditos han tenido bastante aceptación dado que ofrecen una cuota mensual que
no superaría la cuota del alquiler mensual de una vivienda. Ahora bien, la tasa de este crédito
es variable, se mueve con la inflación. Existen grandes reparos desde sectores de la población
24Dejamos
de lado por ahora los programas de vivienda como el FONAVI y otros, de los que hablaremos
más adelante.
25 Unidad de Valor Adquisitivo.
26 Clarín 23/09/2017
78
en general y académicos, frente a cuál podría ser la evolución de la cuota a futuro.
Considerando que es un crédito a 20 años, de mantenerse la inflación de 2016, , el salario de
las personas que tomen dicho crédito puede llegar a deteriorase hasta un 50%. Además, se
encuentra latente en los analistas que evalúan estas líneas de crédito lo sucedido con la
Circular 1050 del Banco Central durante la última Dictadura Cívico Militar (1976-1983) cuando
el Ministro de Economía era Martínez de Hoz, donde se llegaron a rematar miles de viviendas
por imposibilidad de pago de la cuota que se había indexado (Observatorio de Políticas
Públicas, UNAV27 2017).
A los reparos mencionados con respecto a los créditos UVA, debe sumársele que las
herramientas crediticias a ser implementadas y puestas en el mercado deben prever las
implicancias que pueden generar en el mercado inmobiliario. A continuación, explicaremos por
qué.
Como fuera mencionado, una política pública de acceso a la vivienda para los sectores
populares a nivel Nacional, han sido los créditos PRO.CRE.AR, durante la Administración
Nacional anterior (2003-2015).
Esta política proponía créditos a tasas fijas muy por debajo de los valores de las tasas
de mercado, y estaba dirigido al público en general pero contemplaba a las personas de más
bajos recursos que lo solicitarán “con ingresos ‘de cero a 30.000 pesos’ y a tasas en pesos que
van del 2 al 14 %anual, según los ingresos.” (“La presidenta…” 2012)
“Para los que ganan menos de $5.000 la tasa de interés será de 2% anual, los primeros 5
años y luego un 4%, el monto máximo será de $200.000. En el caso de una familia que reúne
estas condiciones y se le prestan $200.000 la cuota será de unos $744 mensuales. Para
27
Universidad Nacional de Avellaneda
79
quienes ganan entre $5.000 y $10.000 la tasa será del 7% los primeros años y variará si hay
modificaciones en los ingresos, de esta manera a mayor nivel de ingresos se modifica la tasa
de interés, hasta llegar a los que ganen entre $20.000 y $30.000” (“La presidenta…” 2012).
A su vez, este Programa quería incentivar la construcción de la vivienda propia. Ahora
bien, un requisito para acceder más fácilmente al crédito era de contar con un terreno propio en
el cual construir. Muchos solicitantes del crédito poseían terreno, por lo cual resultaron
beneficiarios del programa. Por su parte, dado que muchos no poseían terreno se habilitó otra
línea de crédito –extra- para la compra del terreno (“Lanzamiento de la nueva línea…” 2013).
Este programa creado por una política de Estado que era beneficioso para los sectores
populares que no contaban con vivienda propia o digna, tuvo una contracara compleja por parte
del mercado inmobiliario. Frente a la demanda de terrenos, se generó una presión sobre los
existentes, por lo cual los precios de los mismos subieron notablemente. Esto tuvo como efecto
que los montos ofrecidos por el crédito no lograban cubrir el precio de mercado de los terrenos
para construcción de la vivienda propia28.
Está claro en lo mencionado como una política estatal favorable a los sectores
populares, se ve limitada y entra en colisión con el interés de lucro del mercado. En este
sentido creemos que es necesaria una articulación estado-mercado, o en caso de no ser
posible, prever los efectos posibles de las políticas de estado. Estos son elementos que no
pueden soslayarse al pensar una línea de créditos hipotecarios ya que, indirectamente, y sin
ser un objetivo ni buscado ni deseado, se termina financiando la suba de los precios. Dicho
aumento no tiene relación con algún costo que se tenga que cubrir o acción económica similar
28Estos
datos los hemos obtenido de conversaciones con beneficiarios del crédito y trabajadores del
Programa.
80
sino que es producto de la mera especulación y apropiación del dinero circulante en el
mercado, como bien lo señalara Harvey ([1973] 2007).
El ofrecimiento que en la actualidad han realizado los bancos de los créditos UVA,
desde el año 2016, ha generado la suba de los precios de las viviendas, un 12% en dólares, sin
tener correlato en la inflación ni en los precios de la construcción. Esto es gracias al acceso a
los créditos hipotecarios que hay hoy en el mercado (Infobae 22/8/2017).
e) Insuficiencia de políticas estatales de construcción de viviendas sociales y/o
cesión de tierras, para la construcción de las mismas, destinadas a sectores bajos y
medios
Desde los años ’90, a lo largo y lo ancho del país, se han ejecutado numerosos
programas nacionales de construcción de viviendas y mejoramiento de las mismas. Estos se
han realizado desde el FONAVI (Fondo Nacional de Vivienda) desde 1995 a partir de la Ley
nacional 24.464 “Sistema Federal de Viviendas” y más cerca en el tiempo el Programa Federal
de Vivienda (2009), y el Programa Federal de Mejoramiento de Viviendas - Mejor Vivir (2010).
También se han ejecutado otros programas nacionales que abordan la problemática
habitacional desde una perspectiva más integral, considerando no solo la construcción de la
vivienda sino también la infraestructura que rodeará a esa vivienda, como el Programa de
Mejoramiento de Barrios (PRO.ME.BA) vigente desde 1997, el Programa Arraigo (2004), y
programas tales como el subprograma de regulación de villas y asentamientos (2009). Desde
éstos se generaron soluciones habitacionales mediante la construcción o mejoramiento de
cientos de miles de viviendas, según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano de la
Nación (2009). Los Programas generan un panorama prometedor si se sigue en dicha línea de
81
acción. Aún así sigue habiendo un gran número de personas que no tienen acceso a una
vivienda digna. Es por ello que creemos que es fundamental el papel del Estado en la política
habitacional cumpliendo un rol activo en relación al hábitat de los sectores populares.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires es primordial el rol del Estado en la
construcción de soluciones habitacionales o en la puesta en el mercado de tierras estatales con
fines habitacionales sociales, o bien en el mercado inmobiliario. Creemos que debería ser su
función, tal como se desprende de la Constitución de la Ciudad, intentar asegurar una
distribución justa del espacio urbano.
Contrastando con esta afirmación, cabe señalar que en la Ciudad de Buenos Aires
durante la mayor parte de la gestión macrista (2008-2015), casi no se construyeron viviendas
sociales por parte del Estado.
A esto se le suma la creación de la Agencia de Bienes del Estado en la Ciudad
impulsada desde el Poder Ejecutivo y con la aprobación del Legislativo. Esta Agencia pone a
disposición del mercado inmobiliario gran número de tierras estatales, alejándolas de posibles
fines sociales.
La manera en que actúe el Estado (sus poderes) y sus políticas va a estar influenciado
por quienes son los representantes de cada Poder en un momento histórico determinado
(Guebel 2016a, 2016b, 2006a, 2005, 1995a; Weber 1980, 1992, 1994). Esto es importante en
relación al punto siguiente.
f) La función social de la tierra
Creemos que es importante entender a la tierra, y a su acceso, no solamente desde la
perspectiva del mercado, de la renta inmobiliaria, sino también poder pensarla en términos de
82
su función social y de planificación de la Ciudad. Esta manera de concebirla debería incluir o
considerar a todos sus habitantes. Quizás sea este el problema principal y a la vez el más
conflictivo de abordar.
Un antecedente importante para pensar la función social de la tierra y una política
pública de acceso a la tierra con fines sociales, es la Ley 14.449 del año 2012 “De Acceso
Justo al Hábitat” de la Provincia de Buenos Aires (Guebel 2017b). Esta normativa, además de
ser un antecedente en el tema permite reflexionar cómo se aborda este problema. Esta Ley
tiene como elemento central la función social de la Tierra. Este es uno de los aspectos que
provocó gran resistencia por parte de los inversores inmobiliarios, junto con el artículo de la Ley
que grava impositivamente (fiscalmente) el emprendimiento inmobiliario de lujo, para que sea
destinado a vivienda social.29
En este sentido la Ley bonaerense 14.449, ya mencionada, es sumamente innovadora
en la Argentina. Tal es así que resultó muy difícil de ser tratada en la Legislatura de la
Provincia, contó con mucho apoyo por parte de organizaciones sociales para que
efectivamente fuera tratada y aprobada, y finalmente se votó y aprobó. Aunque en la actualidad
Asiain y Putero (2015a) señalan cómo en otros países como Gran Bretaña o Francia las
urbanizaciones privadas deben aportar el 30% o 20% respectivamente para ser destinado a sectores
vulnerados de la sociedad.
Asimismo, tanto en Francia, como en España, se aplican impuestos a las viviendas vacías para
desalentar que eso siga sucediendo, como ya señaláramos, y a su vez estos países junto con Gran
Bretaña pueden tomar la potestad de ponerlas en alquiler o asignarlas a personas de muy bajos
recursos, en algunos de estos países pueden hasta expropiar las viviendas ociosas. (Asiain y Putero
2015a). Es decir, que tienen políticas públicas activas en relación a las viviendas ociosas, y respecto del
hábitat para sectores de bajos recursos.
El Arquitecto Alvaro Daniel Arrese (2003), especialista en Urbanismo y Territorio y docente de la
Universidad de Buenos Aires, expone que en Holanda, las políticas de viviendas sociales comenzaron
dos años antes de la Revolución Francesa (1787) lo que les permitió resolver el problema a fines de
1920 habiendo sido el siglo XX “un laboratorio de la vivienda social”. En la actualidad, a partir de los
‘90s, el Estado holandés se ha retirado de la construcción de las “viviendas asistidas” exigiendo a cambio
un porcentaje de ellas en cada emprendimiento inmobiliario particular lo cual logra revertir a cero la
exclusión social, concretando la inclusión y la igualdad.
29
83
está en pleno proceso de implementación, las negativas a su cumplimiento no son pocas,
además de que no se ve favorecida ante el cambio de autoridades provinciales desde finales
del año 2015 (Guebel 2017b).
En la Ciudad de Buenos Aires, en cambio, no existen o no se aplican regulaciones para
generar condiciones equitativas para ingresar en el mercado inmobiliario. A los fines de proveer
un ejemplo: el elevado número de desarrollos inmobiliarios que se han estimulado en la zona
sur de la Ciudad, junto con el traslado de inmuebles gubernamentales, ha provocado un efecto
de revalorización económica de la tierra. Esto ha generado un proceso de expulsión de gran
parte de la población de sectores bajos que allí habitaba dado que no puede afrontar el alza de
los valores de las propiedades, tanto en alquiler o compra, o bien fueron desalojados en el caso
de estar ocupados (Sanchez 2017). Tal es así que en las zonas de Barracas y La Boca (Herzer
2012) se asiste a un claro proceso de gentrificación o ennoblecimiento, concepto que hemos
desarrollado en el primer capítulo (Carman 2005; Ciccolella 1999).
3.3.1 La
inmobiliaria
acumulación
por
desposesión:
la
especulación
David Harvey, en su artículo “Acumulación por desposesión” (2004) señala que la
realidad habitacional se inserta en una realidad global de especulación financiera y
acumulación desmedida de capital.
Retomando la noción elaborada por Karl Marx “acumulación originaria”, ya mencionada
anteriormente, Harvey profundiza en dicha noción, incluyendo en la misma: “la mercantilización
y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la conversión
84
de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva, estatal, etc.– en derechos de
propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes comunes, etc.” (Harvey 2004:113).
Dentro de estos procesos, destacamos uno de ellos que consideramos relevante para el
presente trabajo. Nos referimos aquí a la especulación inmobiliaria, la que ha tomado un vigor
sostenido desde la recesión generalizada en todos los otros sectores económicos a nivel
mundial desde mediados de 2001 (Harvey 2004). Aquí estamos hablando de un proceso que
está aconteciendo en todo el mundo, constituyéndose en una nueva manera de acumular
capital.
Esto puede relacionarse con todos los aspectos del “déficit habitacional” en la Ciudad
de Buenos Aires analizados en el presente capitulo. Desde la falta de viviendas sociales, el rol
del mercado inmobiliario en ello, el rol del Estado en relación a las inversiones privadas en
vivienda, y quien tiene acceso y quien no a la tierra en la Ciudad.
En relación a la problemática habitacional que aquí se está planteando debemos
preguntarnos cómo se está beneficiando a los sectores especulativos financieros- inmobiliarios.
En el mercado inmobiliario en la Ciudad se observa:
“Que el neoliberalismo implica una competencia abierta antes que un control monopólico o
competencia limitada dentro de estructuras oligopólicas es una idea fraudulenta que, como de
costumbre, el fetichismo de la libertad de mercado enmascara. El libre comercio no significa
comercio justo” (Harvey 2004:109).
Esto último es importante, pues da elementos para pensar de qué manera se beneficia
a un sector de la economía/sociedad, -sobre todo con herramientas provistas y ejecutadas
desde el Estado-, en detrimento de otro sector social.
85
3.3.2. ¿Cómo generar una justa distribución del ingreso?
En relación a la pregunta planteada en el titulo Harvey señala: “Los programas que
tratan de alterar la distribución sin alterar la estructura del mercado capitalista, dentro del cual
el ingreso y la riqueza se crean y distribuyen, están condenados al fracaso” ([1973] 2007:112).
Por ello señala que la redistribución del ingreso se puede llevar a cabo a través de
ciertos cambios en: “1. La localización de los trabajos y las viviendas; 2. El valor de los
derechos de propiedad; 3. El precio de los recursos para el consumidor” ([1973] 2007:85).
“La mayoría de las sociedades aceptan ciertas responsabilidades al desviar la corriente natural
del movimiento del capital para solucionar estos problemas. Pero, sin embargo, hacer esto sin
alterar básicamente el proceso total del movimiento de capital parece más bien imposible. (...)
Así, encontramos la paradójica situación de la retirada de capital de zonas de gran necesidad
para satisfacer las demandas de las comunidades suburbanas relativamente opulentas. Bajo el
capitalismo ésta es una conducta buena y racional, es decir, todo aquello que el mercado
necesita para una “óptima” asignación de los recursos” ([1973] 2007:114-115).
86
CAPÍTULO 4: UN LABERINTO SIN SALIDA: VIVIR EN
CONDICIONES INDIGNAS COMO LA ÚNICA OPCIÓN EN LA
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Figura 5: Condiciones de vida en los Barrios Vulnerados de la Ciudad. En la imagen puede observarse la
falta de recolección de basura en Barrio Fátima (Foto de Silvina Gautier del año 2012).
En este capítulo veremos a partir de nuestra experiencia de campo cómo algunos
habitantes de la Ciudad de Buenos Aires han desarrollado estrategias habitacionales para
sobrellevar el hecho de que no todos pueden tener un techo en la Ciudad. Sin embargo,
veremos que dichas estrategias no les permiten acceder a una vivienda digna.
87
Nora Clichevsky en su artículo “Acceso a la tierra urbana y políticas de suelo en el
Buenos Aires metropolitano. Apuntes para la reflexión” (2012), señala:
“Ya a inicios de la década del ochenta -con el aumento del empobrecimiento de la población
y las regulaciones estatales vigentes a partir de fines de la década del setenta- se advierte
la multiplicidad de las formas que adopta la ilegalidad: a las históricas villas, se suman los
asentamientos, la venta de terrenos en parcelas rurales indivisas, los loteos clandestinos e
irregulares, muchos de ellos en terrenos no aptos para la localización residencial
(inundables, cercanos a basurales, etc.), los hoteles-pensión (que si bien existían desde
hacía décadas, como los inquilinatos, se multiplican), y el nuevo fenómeno de los
equipamientos y las casas tomadas”(2012:4) .
A esta enumeración de informalidades, como las denominaremos nosotros siguiendo a
Cravino ([2006] 2014), acercaremos una más, los alquileres en las villas. Las personas que
deben “optar” por estas alternativas habitacionales atraviesan una realidad económica que
produce, según Wacquant ([2001] 2010), consecuencias de fuerte impacto en el mercado
laboral.
“[Por un lado], una fracción significativa de la clase obrera se ha convertido en superflua y
constituye una ‘población excedente absoluta’ que probablemente nunca vuelva a encontrar
trabajo. (...) [Por otro], y más importante, el carácter mismo de la relación salarial cambió en
las dos últimas décadas de una manera tal que ya no otorga una protección a toda prueba
contra la amenaza de pobreza, ni siquiera a quienes están incluidos en ella. (…) Mientras
que antaño el crecimiento económico y la expansión correlativa del sector asalariado
representaban la cura universal contra la pobreza, hoy son parte de la enfermedad” ([2001]
2010:174-175).
88
Lo anteriormente mencionado nos ayuda a entender la difícil situación en la cual tienen
que moverse los habitantes de los barrios vulnerados, a lo que se suma el hecho de que no
haya un acompañamiento y/o ayuda para protegerlos, al menos en el ámbito de la vivienda.
Esto lleva a que esta situación sea cada vez peor y más difícil de revertir. Asimismo, se tiene
en consideración que, como ya hemos analizado en los capítulos anteriores, el problema del
acceso a una vivienda también representa una dificultad parala clase media, lo que hace que
este problema sea aún más complejo.
Bourdieu ([1977] 2013) señala cual es la situación económica y socio- educativa de la
sociedad argelina que a él le toca analizar en su libro “Argelia 60”:
“Para todos aquellos que no poseen ni diploma ni calificación -la gran mayoría-, la libertad de
elegir profesión se reduce a nada y un empleo no puede ser sino efecto de la suerte, al igual
que la orientación. (...) En la gran mayoría de los casos, no es el trabajador el que elige su
trabajo, sino el trabajo el que elige al trabajador. Obligados a comenzar a ganarse la vida muy
temprano, entre los diez y los quince años, los jóvenes son arrojados a la competencia por el
empleo sin ninguna preparación, apenas salidos de la escuela, cuando han tenido la suerte de
asistir a ella” ([1977] 2013:73).
En relación a las limitaciones en las posibilidades de elección de forma de vida
mencionadas en el trabajo de Bourdieu anteriormente citado, puede establecerse que, en el
caso de los habitantes de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, las dificultades
en las posibilidades de elección de sus condiciones de vida se ven extendidas también al
aspecto habitacional.
89
4.1. ESTRATEGIAS
CAMINO OBLIGADO
HABITACIONALES
INFORMALES,
UN
Las condiciones de precariedad o de riesgo habitacional en que se encuentran la
mayoría de las viviendas de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires han sido
denunciadas en múltiples oportunidades como veremos más adelante, tanto por los habitantes
de estos barrios como también por las diferentes organizaciones sociales y las asociaciones
defensoras de los derechos de las personas.
Como dijimos al inicio de este trabajo llamamos “barrios vulnerados” (y no vulnerables),
a las “Villas de emergencia” de la Ciudad de Buenos Aires. Consideramos que dicha condición
de vulneración de derechos no es intrínseca al colectivo social que habita las villas de la ciudad
sino que dichas condiciones han sido generadas por, o son consecuencia de innumerables
hechos históricos, económicos y sociales. Éstas llevaron a que esta población se vea obligada
a vivir en condiciones precarias e insalubres que no son generadas por los sujetos que deben
padecerlas.
Numerosas han sido las manifestaciones públicas tendientes a visibilizar los reclamos
ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (de ahora en más GCBA). En éstas, los
pobladores de estos barrios han demandado por condiciones de habitabilidad dignas; han
cortado calles30,
realizado marchas31 hacia diferentes organismos del Poder Ejecutivo32, y
hacia la Legislatura porteña33,han realizado pintadas también en protesta por sus condiciones
habitacionales34, entre otras manifestaciones públicas realizadas (Ver figura 6).
30La
Nación 18/10/2012; La Nación 19/3/2014
Uno 19/3/2014
32La Nación 28/8/2014
33La Nación 28/8/2014; La Nación 10/10/2013
34La Nación 28/8/2014
31Minuto
90
En la foto que se encuentra a continuación, se puede observar una pintada35 que
expresa la lucha por la vivienda y la reurbanización de un barrio vulnerado de la Ciudad.
Figura 6: Lucha de los vecinos de barrios vulnerados por vivienda. Pintada hecha por vecinos del Barrio
Fátima (Foto de Silvina Gautier del año 2012).
Asimismo, representantes de los vecinos de los barrios vulnerados, han presentado
amparos ante el Poder Judicial de la CABA para que el GCBA cumpla, principalmente con el
“Acción de pintar en las paredes letreros preferentemente de contenido político o social.” Definición de
la RAE (Real Academia Española) http://dle.rae.es/?id=T4aQxio|T4dRj0k
35
91
art. 31 de la Constitución de la Ciudad, y otorgue a los habitantes de estos barrios acceso a
una vivienda digna, a los servicios públicos básicos, etc.
En estas demandas, que se han presentados entre los años 2005 hasta la actualidad
(2018), se reclama al GCBA la atención en diversos aspectos que han sido descuidados o
ignorados, como por ejemplo: en el barrio Fátima la construcción de viviendas en condiciones
dignas dadas las particularidades de los grupos familiares solicitantes (la presencia de niños
con discapacidad, o familias numerosas);en el barrio Zabaleta también se demanda la mejora
de las viviendas y el acceso a los servicios públicos; en el barrio Rodrigo Bueno de la
Costanera Sur se solicita se lo considere como barrio constituido y no un asentamiento
precario; en el barrio Fátima y en el 20 se demanda por la
recolección de basura y
desratización; en el barrio 21-24 y 31/31 bis se realizan amparos para evitar el riesgo eléctrico;
en los barrios La Carbonilla y San Martín se solicita el acceso a servicios en general; en el
barrio 20 se hace el pedido ante el Poder Judicial para solicitar la reubicación de manzanas
afectadas por contaminación de plomo en sangre; se realizan amparos para solicitar las
elecciones de delegados/representantes en los barrios vulnerados para que se implemente la
Ley 148 de urbanización en todos ellos.36
Los barrios a los que hacemos referencia han realizado un plan de urbanización
informal a través de la autoconstrucción (Ver figura 7). Esta urbanización se ha llevado a cabo
sin considerar la planificación urbanística oficial, pues ha sido producto de la planificación del
día a día y de la necesidad que ha llevado a que las obras sean insuficientes, intentando de
esta manera proveerse de un techo para cobijarse (Clichevsky 2012).
36 Expedientes: 37531/0, 33591/0, 17699/0, 42239/0, 25818/0, 39716/0, 44388/0, A-277-2013/0, 12975/5,
31699/0, que tramitan ante el Juzgado de Primera Instancia CAyT N°4 de la CABA.
92
En la foto que acercamos a continuación se pueden observar las obras en proceso de
los vecinos del barrio La Carbonilla para los desagües cloacales de sus viviendas. Dichas obras
fueron llevadas a cabo sin intervención del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Figura 7: Autoconstrucción, inicio del proceso de urbanización de los barrios, obras de infraestructura
realizada por los vecinos de los barrios vulnerados. Autogestión urbana en el Barrio La Carbonilla,
autoconstrucción de pozo ciego (Foto de Silvina Gautier del año 2012).
El espacio construido en los barrios vulnerados, ya sea su extensión o tamaño, se
realiza sin planificación previa formal. Se da en forma de toma de tierras o de ampliación de
93
viviendas ya construidas. La ausencia de regulación estatal de estos espacios no implica la falta
de organización, pues hay una autogestión de los espacios físicos. Esta autogestión es la
elaboración de una respuesta frente a una problemática de necesidad y de déficit habitacional.
Frente a la necesidad de viviendas para las familias de escasos recursos, en los barrios
se da un aprovechamiento del espacio disponible que permite sumar ingresos extras para las
familias, mediante el proceso de agrandar sus viviendas y alquilar las habitaciones en desuso o
directamente construidas con ese fin. Esto abre la puerta al negocio inmobiliario dentro de los
barrios para algunos vecinos, los que cuentan con los recursos económicos para solventar
estas construcciones. Lo llamamos “negocio” inmobiliario porque, así como hay vecinos que
construyen una habitación dado que se amplió la vivienda familiar para alquilar y poder tener un
ingreso fijo, hay también emprendimientos de 60 habitaciones o más según el barrio. Estos
datos han sido mencionados por vecinos en numerosas oportunidades en visitas a los barrios
“1-11-14”, “31”, “21-24” y con emprendimientos de menor envergadura en algunos barrios como
“Rodrigo Bueno”.
El factor principal que lleva a que se desarrollen estas prácticas informales de
explotación del mercado inmobiliario de alquiler dentro de los barrios, es la necesidad de una
vivienda, de un alojamiento, y las dificultades de acceso a la misma para los sectores
populares, que llegan a los barrios a través de relaciones personales. Asu vez no cuentan con
los requisitos para el alquiler “formal”, en el “mercado formal”, como las “garantías”, o “sueldos
en blanco”. Esto se ve agravado por la prácticamente inexistente presencia de regulación del
Estado, más precisamente del Gobierno de la Ciudad, en los barrios vulnerados. Resulta
conveniente traer aquí lo que señala Loïc Wacquant sobre la población de los guetos
norteamericanos en el apartado “Rebusque y supervivencia en la economía informal”:
94
“La preponderancia de la desocupación y subocupación crónicas entre los residentes del
gueto los fuerza a buscar la asistencia pública. A su vez, la inadecuación insigne de la ayuda
pública aun para la mera supervivencia los empuja a buscar actividades adicionales no
denunciadas o indenunciables que generen dinero” (Scharf 1987 en Wacquant
[2007]2010:60-61).
Frente a esta realidad de la dificultad de acceso a una vivienda “formal”, se desarrollan
diversas estrategias por parte de los vecinos y habitantes de estos barrios que los llevan a
actuar de forma supletoria al Estado. Estas formas de actuar se ven sustentadas y reproducidas
en la práctica cotidiana, en los procesos de autoconstrucción y también en la venta y alquiler
inmobiliario informal. Por otra parte, como ya hemos mencionado, los barrios vulnerados de la
Ciudad ya se encuentran en proceso de urbanización iniciado por los mismos vecinos (Ver
figura 7), sin la presencia ni asistencia del Estado (Poder Ejecutivo) respecto de los servicios
públicos o infraestructura en general (ver figura 8)37.
Al respecto Adriana Clemente (2007), señala de que existe un fuerte vínculo entre pobreza y
desigualdad. La autora analiza cómo se han llevado a cabo las políticas sociales en Argentina, desde
mediados de la década del ‘70 hasta, por lo menos, la explosión social de diciembre del 2001. Realiza
un diagnóstico de las políticas sociales implementadas, remarcando cómo se va produciendo un
vaciamiento de recursos humanos, tecnológicos y materiales de las instituciones del Estado,
acompañado por una descentralización de las políticas sociales. Ello sumado a una política de
endeudamiento externo para el desarrollo de programas sociales, con el consiguiente condicionamiento
sobre las políticas por parte de los organismos internacionales de crédito. En este contexto surgen las
ONGs y las organizaciones de base, para la implementación de algunas políticas sociales, cuando esto
es una tarea de responsabilidad principalmente gubernamental, que no debería ser trasladarla a la
sociedad civil.
37
95
Figura 8: Modelo simplificado de las relaciones entre la retirada del Estado y la
hiperguetización.
Fuente: Wacquant [2007] 2010:114
El aspecto político de la vida social, es decir, las estructuras de poder, las jerarquías y lo
que ellas significan, nos permiten visualizar las diferentes aristas de la organización social.
Como señala Cravino ([2006] 2014), el negocio inmobiliario que se desarrolla
informalmente (ver figuras 9 y 10) en los barrios vulnerados de la Ciudad, tendía al principio a
resolverse al interior de los grupos familiares y por medio del fortalecimiento de diferentes lazos
sociales, recíprocos dentro del barrio. Sin embargo, en los últimos tiempos, dicha práctica
recíproca ha virado hacia la mercantilización de la necesidad habitacional. A continuación,
podemos observar el cartel de una casa en venta en un barrio vulnerado de la Ciudad.
96
Figura 9: Mercado informal. Casa en venta en barrio vulnerado de la Ciudad de Buenos Aires 38 (Foto de
Silvina Gautier del año 2012).
La problemática de los inquilinatos y sobre todo de las piezas para alquiler
administradas por “dueños” o “propietarios” de inquilinatos al interior de los Barrios Vulnerados,
es un elemento que condiciona y afecta la vida de los vecinos de estos barrios de la Ciudad
(ver figura 10).
Esto ha sido señalado en las diversas conversaciones con los vecinos, realizadas en las
sucesivas visitas a los barrios. De estas charlas se deduce que una parte importante de los
vecinos vive en condición de inquilino, y la otra, es propietaria de la vivienda, no del terreno
38No
se identifica el barrio específicamente para resguardar la identidad del habitante de la vivienda.
97
(Ver figura 9). La razón por la cual se opta por alquilar una habitación allí, como señaláramos,
tiene que ver con la imposibilidad de acceder al mercado formal de alquiler, por no poseer los
requisitos que le son solicitados. Las garantías, los adelantos, recibo de sueldo en blanco, y en
el caso de ser extranjero, las condiciones de residencia en el país y una situación regularizada,
son algunos de los factores que llevan a estas familias y personas a alquilar dentro de los
barrios vulnerados y aceptar las condiciones de habitabilidad que les son ofrecidas. Asimismo,
cabe destacar que el precio de los alquileres informales en los barrios vulnerados de la Ciudad
no son sustantivamente menores que los precios de un alquiler en el mercado formal, según los
datos aportados por los vecinos, lo cual sustenta la idea de la “elección” de alquilar en un barrio
vulnerado dada la imposibilidad de acceder a los requisitos solicitados en el mercado formal.39
39Clarín
30/06/2018
98
Figura 10: Cartel que informa alquiler de una pieza en barrio vulnerado de la Ciudad de Buenos Aires 40
(Foto de Silvina Gautier del año 2012).
El abordaje institucional de la población inmigrante41 pobre o de escasos recursos es un
factor complejo en relación al Estado con respecto a procurarles condiciones dignas de vida al
arribar al país. Aún teniendo en cuenta que la política migratoria durante el gobierno nacional
anterior (2003-2015), a través de los organismos públicos, facilitaba la tramitación de la
documentación para regularizar su residencia en el país. Esto lo señalamos dado que si hay
decisión política, un mayor conocimiento de dicha población permitiría generar políticas
públicas que los contengan/protejan/asesoren, no en un sentido restrictivo sino de contención
40No
41
se identifica el barrio específicamente para resguardar la identidad del habitante de la vivienda.
Extranjero, o del interior del país, de zonas rurales o urbanas.
99
dentro del país con posibilidades de vida digna aquí y no que los obligue a optar por el mercado
informal de alquileres que saca beneficio de la condición de inmigrante de esta porción de la
población porteña. Al no poder acceder al trabajo en blanco ni tampoco a la garantía para
alquilar en las condiciones que solicitan hoy en día, no pueden cubrir las condiciones
necesarias para acceder a un contrato de alquiler dentro de la ley que lo ampara. Los
problemas que viene aparejados a la condición económica pobre en general, no solo con la
condición de inmigrante, y la vivienda, se encuentran claramente descriptas en Argelia 60, por
Pierre Bourdieu [1977] 2013.Allí el autor hace mención de las dificultades que tiene la población
argelina pobre para adaptarse a condiciones de vida más dignas; por ejemplo dificultad de
acceder al gas natural de la vivienda que le asignaron por no poder pagar el servicio, o la
imposibilidad de poder amueblar la vivienda asignada por la misma razón.
Como señalamos esto no solamente sucede con la población migrante; mencionamos
en el capítulo anterior que el acceso al alquiler de una vivienda es un problema de gran parte
de la sociedad; en este caso, la población porteña que es el universo aquí analizado ya que las
condiciones para su acceso implican requisitos que resultan de muy difícil acceso para gran
parte de la sociedad de recursos bajos y medios.
Las viviendas dispuestas para el alquiler (ver figura 10) en los barrios vulnerados
presentan paupérrimas condiciones de habitabilidad, y responden a la lógica del inquilinato de
fines del siglo XIX y principios del siglo XX en la Argentina, donde se concentran varias
habitaciones y se comparte el baño y la cocina. Es decir, que hay un solo baño y cocina para
todas las habitaciones del edificio. Como dijimos, el precio de alquiler de estas habitaciones
puede considerarse alto para las condiciones ofrecidas del servicio. Un aspecto importante a
tener en cuenta es el continuo proceso de expansión en los barrios, en la construcción de
100
viviendas, en altura, o en extensión con la toma de tierras; un proceso que en la actualidad no
merma.
Como mencionáramos en los capítulos anteriores, las relaciones de poder y la
desigualdad económica se ven reflejados al interior de los barrios vulnerados y a nivel general
dentro la sociedad. Estas limitan las posibilidades de elección de los sectores populares, que se
ven obligados a recurrir a las habitaciones para alquiler dentro de los barrios vulnerados, a
precios altos y en condiciones de construcción precaria (condiciones que analizaremos en los
apartados que siguen).
El universo que recurre a esta alternativa habitacional en los barrios vulnerados es
amplio. Sin embargo, debe destacarse que la mayoría de las personas que acceden a ello
cuentan con condiciones económicas limitadas (recursos económicos escasos). En general,
son personas procedentes de la inmigración interna argentina o de países latinoamericanos que
no llegan a obtener los requisitos necesarios para acceder a un alquiler dentro de la ley del
mercado y fuera de los barrios vulnerados.
Dentro de las actividades de intervención del Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4
de la Ciudad de Buenos Aires, se destacan las demandas señaladas anteriormente. La mayoría
de ellas se tramitan en la Secretaría Ad Hoc de Barrios Vulnerados, también denominada: “de
Expedientes de Incidencia Colectiva en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales”. Allí se organizan las elecciones para elegir a los representantes de los barrios que
serán el nexo con el Gobierno de Ciudad en el marco de las mesas de negociación de la ley
14842“De Atención prioritaria a la problemática social y habitacional en las Villas y Núcleos
habitacionales transitorios”, por la urbanización de los barrios vulnerados.
42
Ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
101
Para la realización de las elecciones se comienza con la elaboración de un censo del
barrio. De dicho censo, y de los datos provistos, se extrae después la información necesaria
para la confección del padrón, el que será utilizado en el proceso eleccionario.
Los diferentes censos que se han hecho hasta la fecha en los Barrios fueron realizados
por organismos de Gobierno del Poder Ejecutivo, principalmente, el IVC. También realizaron
censos la UTN y las intervenciones judiciales encargadas de organizar el proceso eleccionario.
El hecho de que haya numerosas viviendas alquiladas y dependientes de un “dueño”,
genera inconvenientes a la hora de relevar los datos de los inquilinatos, ya que en muchos
casos los “propietarios” prohíben a sus inquilinos que se censen, para evitar que se sepa que
allí hay un vínculo comercial y la envergadura del mismo. Otra de las razones mencionadas por
los vecinos por las cuales se limita el acceso de los censistas, es por la especulación acerca de
una posible futura reurbanización del barrio u otorgamiento de viviendas sociales, donde el
“dueño”, dado el carácter irregular e informal de su emprendimiento inmobiliario, puede llegar a
perder su negocio o que se vea reducido a una sola vivienda.
Ya mencionamos algunas cuestiones que acontecen durante la realización de los
censos para los “dueños” o “inquilinos”. Si en cambio tomamos en consideración al GCBA, la
realización del censo conlleva la implementación de un cuerpo de trabajadores técnicos
especializados en esta tarea. Con los datos obtenidos, el GCBA limita el universo de posibles
futuros reclamos, si bien cuando comienza a circular la información de la realización de un
censo (sean cuales fueran sus fines), el número de posibles individuos a ser censados suele
aumentar.
Cuando un censo se realiza para ejecutar un plan de viviendas, el tiempo que transcurre
entre la ejecución y finalización del censo y la finalización de la obra, es decir de las viviendas,
102
debe ser aceitado. Además, los planes de obras deben tener un tiempo limitado, entre otras
cosas, porque las familias censadas tienen un crecimiento vegetativo, con lo cual puede
aumentar el número de integrantes de los grupos familiares o el número de los grupos
familiares, lo que genera que haya que hacer viviendas más grandes o más viviendas (también
llamado desglose del grupo familiar).
En la tabla 4 se observa la cantidad de población que habita en los barrios vulnerados
de la Ciudad según los datos del último censo poblacional llevado a cabo por el INDEC en el
2010.
103
Tabla 4: Población por condición de necesidades básicas insatisfechas (NBI) según Barrio
Vulnerado en la Ciudad de Buenos Aires.
104
Referencias: (1) Incluye población en radios censales en los que la totalidad, la mitad o más de la mitad de las
viviendas pertenecen a un barrio vulnerado. Excluye los barrios vulnerados Bartolomé Mitre, Agustín Magaldi, Pedro
Luján (Bosh), Hubac, Los Pinos, y las villas 16 y 17, ubicados en radios en los que menos de la mitad de las
viviendas pertenecen a un barrio vulnerado. Excluye las personas censadas en la calle. NHT: Núcleo Habitacional
Transitorio. NBI: Necesidad Básica Insatisfecha. Se consideran hogares con NBI aquellos en los cuales está
presente al menos uno de los siguientes indicadores de privación: Hogares que habitan viviendas con más de 3
personas por cuarto (hacinamiento crítico), Hogares que habitan en una vivienda de tipo inconveniente (pieza de
inquilinato, vivienda precaria u otro tipo), Hogares que habitan en viviendas que no tienen retrete o tienen retrete sin
descarga de agua, Hogares que tienen algún niño en edad escolar que no asiste a la escuela, Hogares que tienen 4
ó más personas por miembro ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educación (sólo asistió dos años o
menos al nivel primario) (INDEC 2018)
Tabla elaborada con datos de la Dirección General de Estadísticas y Censo de la CABA en base a datos del Censo
nacional de población 2010 del INDEC. Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, (2010) “Hogares por condición de necesidades básicas insatisfechas (NBI) según villa, asentamiento
o
Núcleo
Habitacional
Transitorio.
Ciudad
de
Buenos
Aires.
Año
2010.”
http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=24220
En la tabla 4 los datos expuestos públicamente o datos oficiales no dan cuenta de la
totalidad de la población habitante de los barrios vulnerados de la Ciudad.
La construcción de datos de la cantidad de habitantes, como ya mencionamos, es un
problema en sí mismo.
Los datos oficiales son recabados a nivel de la Ciudad por distintas instituciones que
trabajan en los barrios vulnerados o que obtienen datos estadísticos de la Ciudad, como el IVC
o la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así
como también por los censos nacionales realizados por el INDEC.
A su vez se cuenta con datos extraoficiales que se conforman con la información
recabada a partir de entrevistas a los habitantes de los barrios vulnerados, a las instituciones
de la sociedad civil como, iglesia, comedores, etc., y también del acompañamiento para la
realización de los censos del IVC en contextos eleccionarios por el Poder Judicial. En este
acompañamiento se ha dado cuenta de las dificultades para recabar datos. De los datos
extraoficiales surge que los habitantes de los barrios son una población mayor de la que figura
en los censos, como estuvimos analizando anteriormente.
105
Los motivos por los cuales los censos no dan cuenta de toda la población pueden deberse a:
dificultades de los propios censistas al momento de relevar, población que no quiere ser
censada, o no la dejen ser censada (es el caso de los inquilinos), y lugares a los que no puede
tenerse acceso por motivos de acciones fuera de la Ley. Sobre estas dificultades de acceso a
algunas partes de los barrios Andrea Echevarría (2014) señala:
“Los puntos del barrio, del territorio, donde la violencia (o su percepción) se intensifica son
‘marcados’ por la misma, generando nuevos y cambiantes patrones de inaccesibilidad,
entendida ésta tanto como la imposibilidad o dificultad (material o simbólica) para acceder al
barrio, o para acceder a determinados sectores del mismo.
‘Acá no te entra una ambulancia, no te entra nada, un vendedor, no te entra el correo, no te
entra nada… Una sola calle llega hasta el fondo, pero nadie se anima a ir y entrar, porque se
está muriendo una persona, está la ambulancia en el acto, pero entre que le robaron, se
quedaron sin ruedas, se quedaron sin nada…’ (entrevista grupal a jóvenes)” (Echevarría
2014:175)
En el marco del déficit habitacional en la Ciudad de Buenos Aires surgen varias
cuestiones a tener en cuenta que provocan dicha situación en cuanto a las condiciones de
habitabilidad en la que viven los habitantes de los barrios vulnerados. Hasta aquí estuvimos
mencionando las condiciones de vida los inquilinos y el mercado informal de inmuebles. En los
apartados que siguen profundizaremos en algunas otras cuestiones, como ser las condiciones
habitacionales en los barrios vulnerados, el rol de GCBA en la implementación de las políticas
habitacionales en la CABA, y las nuevas reurbanizaciones.
106
4.2. CONDICIONES
VULNERADOS
HABITACIONALES
EN
LOS
BARRIOS
4.2.1. Situación Sanitaria
Contaminación
Una de las grandes preocupaciones sanitarias que está presente en estos barrios, es el
grado de contaminación al que están expuestos los habitantes, dada la ubicación de los
mismos (ver figuras 17 y 18). En general los barrios se asientan en espacios vacíos o
subutilizados por estar contaminados en muchos casos. Una de las consecuencias de vivir en
zonas contaminadas es la plombemia, que significa plomo en sangre (Murgida y Guebel 2013).
En el 2014 el Ing. Facundo del Gaiso, quien es también auditor general de la Ciudad de
Buenos Aires, realizó una investigación para indagar acerca de la contaminación de plomo en
sangre de los niños de los barrios vulnerados de la Ciudad. (Del Gaiso 2014). En el informe que
resultó de esa investigación se hace referencia a que “Los efectos del plomo en el cuerpo son
potencialmente irreversibles. Aún los bajos niveles de plomo pueden causar ‘daño cerebral
silencioso’ y el envenenamiento ligero puede ser asintomático. No existe un nivel de
concentración de plomo en sangre que pueda considerarse exento de riesgo” (2014:2). Los
niños son potencialmente los más afectados ya que las proporciones de dicho contaminante
que pueden ingresar a sus cuerpos son mayores que para los adultos; además, dadas sus
costumbres lúdicas generalmente desarrolladas en el suelo, se encuentran mucho más
expuestos.
107
En el informe se menciona que los análisis realizados a los niños del barrio 2043
“…todos los niños analizados (32) tenían plomo en sangre, si bien con distintos porcentajes. El
68,9% tenían valores de 7 microgramos por dl, 17,9 % con valores entre 7 y 10, 13,8% con
valores entre 10 y 20, siendo el valor máximo hallado de 14,2 microgramos por dl. Además, se
constató la presencia de niños con desnutrición, anemias, y parasitosis” (Del Gaiso2014: 7-8, lo
indicado entre paréntesis es agregado propio).
En la investigación sobre el barrio Rodrigo Bueno, donde también había un depósito de
autos de la Policía, se destacó que: “todos los niños comprendidos en el estudio tenían niveles
de plomo en sangre. Del total, el 25% presentaban valores iguales o mayores a 5ug/dl de
plomo en sangre” (Del Gaiso 2014: 11).
En el barrio 21-24 de Barracas: “de una muestra tomada a 962 niños menores de 6
años, el 25% tiene plomo en sangre, determina un estudio socioambiental realizado por la
Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo” (Del Gaiso 2014:8).
En la conclusión del informe el autor agrega:
“Como se señala desde la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia
Epidemiológica de las Intoxicaciones Ambientales con Plomo, ‘hoy se sabe que una
exposición de escasa magnitud (plombemias inferiores a los 5 μg/dl) pero sostenida, resulta
en alteraciones neuromotoras, pérdida irreversible de la inteligencia, problemas de conducta
y bajo rendimiento escolar.’ (...) El plomo se absorbe y distribuye rápidamente en el
organismo. La deficiencia de nutrientes puede aumentar la absorción del mismo e interfiere
en los procesos dependientes del calcio. La desnutrición y la anemia son factores
Que se encuentra dentro de la Cuenca Matanza-Riachuelo, y ubicado donde durante muchos años
hubo un cementerio de autos de la Policía Federal Argentina, el que por medio de un amparo promovido
por la Asesoría Tutelar de la CABA se logró levantar. Expt 12975/5.
43
108
agravantes ya que el plomo sustituye al calcio y al hierro en los huesos y en la sangre”
(2014:16-17).
En el informe sociodemográfico y de salud realizado por ACUMAR (Autoridad de
Cuenca Matanza Riachuelo) para la Ciudad de Buenos Aires para el año 2014 se han dado a
conocer datos sobre las condiciones de vida y salud de la población de los Barrios ubicados en
las comunas 4, 7, 8 y 9. En dicho informe se señala que para el año 2012 la Tasa de Mortalidad
Infantil en las comunas investigadas fue mayor que la media de la Ciudad. Los valores fueron
de 10.2 ‰ en las comunas 4, 7, 8 y 9 mientras que el total de la Ciudad fue del 8,3 ‰. Los
resultados obtenidos se vinculan directamente a los indicadores de las comunas 4 (11,8 ‰) y 8
(10,6 ‰), lo que nos señala que allí mueren entre dos y tres niños más que en el resto de la
ciudad cada 1000 nacidos vivos.
En las evaluaciones que se realizaron respecto al desarrollo psicomotor en el barrio 2124 de Barracas, se derivó al 22.4% de la población a los efectores de salud. En los estudios
realizados en el barrio 26-Magaldi-Luján la metodología fue diferente. De los niños que no
pasaron la primera prueba, se les hizo una segunda y de ellos el 64,51% no la pasó por lo que
fueron derivados a los efectores locales de salud.
En las evaluaciones nutricionales y relacionadas con desordenes nutricionales,
realizadas tanto en el barrio 21-24 como en las realizadas en el barrio 26-Magaldi-Lujan, se
observó predominio de exceso de peso en niños menores de 6 años y en mujeres
embarazadas. Asimismo, el porcentaje de anemias en niños menores de 6 años tuvo un rango
de 6,6%-23,8%.
109
En el mapa a continuación (figura 11), vemos como se cruzan las regiones sanitarias, la
cuenca del río Matanza Riachuelo, con los barrios y las comunas.
Figura 11: Mapa de regiones sanitarias creadas en el año 2008 en base a la ley 153/99 “Ley
básica de salud” donde se identificaron 4 regiones para la organización territorial del sistema de
salud local.
Referencias: La comuna 4 pertenece a la región sanitaria I, y las comunas 7, 8 y 9 a la región
sanitaria II. ACUMAR 2014.
110
El informe señala que el déficit de peso y de talla en menores de 19 años en la región I
y II (que representan el sur de la Ciudad, principalmente comunas 4, 7, 8 y 9, que se
corresponden en gran parte con la Cuenca Matanza Riachuelo) resulta sustancialmente mayor
que para el resto de la Ciudad (ver figura 11).
Asimismo, el informe también señala que en el año 2010 el 9,1 % de los hogares de
Argentina tenían al menos un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (de ahora en
más NBI), es decir, 1.110.915 de hogares, a diferencia de la CABA donde sólo el 6% de sus
hogares lo presentaban (n: 68.776 hogares). El 37,3% (n: 25.645) estaban ubicados en la
Cuenca Matanza Riachuelo (CMR), lo que significa que el 9,4% de los hogares de la CMR de la
CABA presentaban NBI.
A continuación, presentamos uno de los mapas que se encuentran en el informe
elaborado por ACUMAR (2014) (Figura 12), donde se presentan los porcentajes de hogares
con NBI, de la Cuenca Matanza Riachuelo, en la CABA.
111
Figura 12: Mapa que indica los niveles de necesidades básicas insatisfechas en la zona sur de
la Ciudad de Buenos Aires para el año 2010, siendo Soldati, Barracas y La Boca las zonas con
más nivel de NBI en la Ciudad.
Referencias: NBI: necesidades básicas insatisfechas; CMR: cuenca Matanza Riachuelo;
CABA: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente:ACUMAR 2014.
Respecto de los valores de plombemia capilar (plomo en sangre) en el Barrio 21-24, el
25% de la población infantil de menores de 6 años evaluada presentó valores mayores a los
valores de referencia. En los estudios realizados en el barrio 26- Magaldi-Luján la población
con valores mayores a los de referencia fue del 17%.
En el barrio 21-24 se realizaron estudios para analizar las determinaciones de
biomarcadores en orina, por lo cual se efectuaron análisis a 383 niños enviándose a los
laboratorios de referencia de la red de ACUMAR (Garrahan y Cenatoxa) 309 muestras de orina.
Dieron los siguientes resultados:
112
●
Evaluación de Cromo: de 271 muestras, 7 no pudieron ser analizadas
por cuestiones técnicas, y en 4 se encontraron valores superiores a los de referencia.
●
Evaluación de Mercurio: de 268 muestras, 10 de ellas no pudieron ser
analizadas por razones técnicas, y en 7 se encontraron valores superiores a los de
referencia
●
Evaluación de O-cresol (metabolito urinario del tolueno): 250
muestras, 13 de ellas no pudieron ser analizadas por razones técnicas, en 6 se
encontraron valores superiores a los de referencia.
●
Evaluación de TTMA (metabolito urinario del benceno): de 259
muestras, 18 de ellas no pudieron ser analizadas por razones técnicas y en 29 se
encontraron valores superiores a los de referencia.
En el informe realizado por el Ing. Del Gaiso, se establecen espacios donde el GCBA
debería intervenir para buscar revertir los índices encontrados. Los objetivos son:
“**Fortalecer y ampliar la Red del Sistema de Vigilancia de la Salud. **Mejorar la cobertura
del seguimiento médico del embarazo, afín de contribuir a la reducción de la Tasa de
Mortalidad Infantil. **Disminuir la prevalencia de exceso de peso y la elevada prevalencia de
anemia. **Facilitar la accesibilidad a una red eficiente para la atención de las alteraciones
del desarrollo psicomotor de los niños y niñas. **Disminuir a una mínima expresión la
exposición al riesgo ambiental, ya sea por condiciones de trabajo, de infraestructura de la
vivienda o de tóxicos existentes en el medioambiente” (Del Gaiso 2014: 7).
No se han encontrado datos actualizados que se condigan con la profundidad de los
aquí señalados como para poder hacer un estudio comparativo. Sí resulta pertinente señalar
113
que se están llevando acciones directas para trasladar a las familias que viven en las
inmediaciones de las Cuenca Matanza Riachuelo en el marco de la causa judicial con fallo de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional
y otros s/daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza –
Riachuelo)”,con lo cual esto nos lleva a pensar que si se hubieran revertido los índices aquí
señalados , estas medidas de relocalización podrían haberse suspendido.
Servicios de Salud
Con respecto a los servicios de salud, los mismos se encuentran limitados para estos
habitantes de la Ciudad, principalmente por cuestiones de cercanía a los mismos. Aunque
existen diferentes maneras de acceder a servicios de salud, ya sea a través del servicio
públicos de salud por medio de los Hospitales Públicos, CESACs (Centros de Salud y Acción
Comunitaria), o servicios privados de salud a través de obras sociales o prepagas para las
familias que poseen trabajo en blanco o que cuentan con recursos económicos, en su mayoría
se atienden en los CESACs que son los centros de salud que se encuentran más cerca de su
domicilio. En el caso de los CESACs estos centros permiten una atención más rápida de la del
Hospital pero tienen grandes déficits de insumos e infraestructura en este momento, por lo que
no ofrecen un servicio de salud del todo apropiado. Al respecto, cabe destacar que se ha
presentado un amparo para mejorar las condiciones de los CESACs y, en la actualidad, es por
medio de dicho expediente que se están llevando a cabo mejoras en los Centros de Salud44.
44Expt.
39381/0.
114
Por otra parte, en relación a las urgencias, hubo momentos en que no se realizaba el
acceso de las ambulancias a los barrios. Por ejemplo, en el barrio 31, se logró mediante un
amparo judicial que las ambulancias del sistema de salud público ingresen al mismo.
4.2.2 La vivienda digna y el hábitat adecuado
Como señalamos anteriormente, las condiciones habitacionales en los barrios
vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires no son dignas. Para pensar qué es una vivienda
digna, o un hábitat adecuado45, nos basamos en las condiciones para una vivienda adecuada
que propone la ONU. Éstas comprenden: seguridad de la tenencia; disponibilidad de servicios,
materiales, instalaciones e infraestructura; asequibilidad; habitabilidad; accesibilidad; ubicación;
y adecuación cultural (ONU Hábitat, Naciones Unidas Derechos Humanos, 2010).
El documento identifica para cada uno de dichas condiciones las siguientes
especificaciones:
Seguridad en la tenencia refiere a la existencia de un marco jurídico que proteja a los
habitantes de posibles desalojos, hostigamientos y otras amenazas.
Respecto de la disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura, se
hace alusión a la provisión de servicios públicos seguros como: agua potable, cloacas,
servicios energéticos que provean de iluminación, energía para la cocción de alimentos,
calefacción, conservación de alimentos, y recolección de residuos.
La Constitución de la CABA, en su art. 31, hace referencia a los términos “vivienda digna” y “hábitat
adecuado”.
45
115
Con asequibilidad, se señala que el costo de la vivienda no debe poner en peligro las
condiciones de vida de las personas afectadas.
Debe poseer habitabilidad en tanto provee seguridad física, espacio suficiente,
protección contra el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento, y evitar que provoque a sus
habitantes alguna enfermedad, o riesgos estructurales.
Deber ser accesible, teniendo en cuenta las necesidades de los grupos sociales
desfavorecidos y/o marginales, es decir, que su acceso no sea discriminatorio y que se de en
igualdad de condiciones.
La ubicación debe proporcionar acceso a fuentes de trabajo, centro de salud y
educativos, así como otros centros sociales y no estar en cercanía de lugares contaminados o
peligrosos.
También debe ser adecuada culturalmente, porque debe respetar las expresiones
posibles de las diferentes identidades culturales.
La población que habita en los barrios vulnerados accede a una vivienda sin servicios o
a un terreno que no cuenta con servicios adecuados. Parte de esta población proviene de
zonas rurales en las que tampoco tenían acceso a servicios, pero la ciudad y vivir en ella
implica ciertas condiciones de habitabilidad (Guebel 2011).
En los barrios vulnerados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, varios son los
elementos que demuestran lo lejano dedignas que se encuentran las condiciones
habitacionales en las que vive la población. A continuación, hablaremos del acceso a los
servicios de cloacas, electricidad, agua, gas y recolección de residuos.
116
Cloacas
Los barrios vulnerados de la Ciudad no poseen “cloacas”46. En la mayoría de los barrios,
se “resuelve” el problema con un “pozo ciego”47 (ver Figura 7) en el cual se evacuan/depositan
las aguas servidas, o en cambio, pueden tener conexiones cloacales precarias. Cuando llueve,
si los depósitos no están limpios, vacíos, es decir que haya pasado el camión atmosférico para
desagotarlos, los pozos rebalsan e inundan las inmediaciones con las aguas servidas. Este
servicio lo provee el GCBA, y no funciona siempre con la frecuencia necesaria para evitar lo
que aquí señalamos. Esto acarrea un gran problema sanitario.
“Desde el punto de vista de la infraestructura cloacal, algunas villas cuentan con pozos
ciegos y otros con redes precarias conectadas a pequeñas cámaras que frecuentemente
colapsan. Las descargas de efluentes cloacales domiciliarios se realizan a estas precarias
cámaras que se encuentran en los pasillos muy próximas a las viviendas e incluso dentro de
los mismos domicilios. Estas precarias redes cloacales, como en el caso del Barrio Carlos
Múgica (Villa 31 y 31 bis), a veces se conectan a sistemas pluviales cuya existencia era
anterior a la conformación de los asentamientos” (Koutsovitis y Baldiviezo 2015:140).
En el barrio “21-24”, además del problema de los pozos ciegos que rebalsan con las lluvias, se
suma el problema del “Riachuelo”48. El barrio está ubicado sobre las márgenes del río, por lo
cual cuando llueve, crece y sus aguas contaminadas ingresan al barrio y a las viviendas.
Cloaca: Conducto por donde van las aguas sucias o las inmundicias de las poblaciones. Definición de
la RAE. http://dle.rae.es/?id=9U8bXs0
47 Pozo ciego: pozo que para depósito de aguas inmundas se hace junto a las casas, cuando no hay
alcantarillas. Definición de la RAE http://dle.rae.es/?id=Tst4nI1#JKwHRDG
48 “El río Matanza-Riachuelo, llamado Riachuelo en su desembocadura y río Matanza en la mayor parte
de su desarrollo, es un curso de agua de 64 km al este de Argentina, que nace en la provincia de Buenos
Aires, constituye el límite Sur de la ciudad autónoma de Buenos Aires y desemboca en el Río de la Plata.
Esta desembocadura origina el nombre del barrio porteño de La Boca. La Cuenca Matanza-Riachuelo se
encuentra localizada al noreste de la provincia de Buenos Aires. Al noroeste limita con la cuenca del río
46
117
Electricidad
Respecto al tendido eléctrico de los barrios, las conexiones precarias, informales e
ilegales son la práctica general. A su vez, son una solución a la falta de electricidad pública, por
falta de un tendido eléctrico público que debe proveer el GCBA. La precariedad de las
conexiones eléctricas, como la sobrecarga de las mismas, hacen que, tanto en invierno como
en verano, se sucedan accidentes y numerosos problemas. Estos comprenden, por ejemplo, la
falta de servicio, que en muchos casos implica imposibilidad para cocinar, calefaccionarse o
refrigerarse e incluso bañarse. También pueden generarse accidentes como incendios,
provocando riesgos de vida49.
La falta de seguimiento y control de las instalaciones por parte del GCBA agravan los
problemas que anteriormente mencionamos. A esto se le suma la falta de presencia de las
empresas concesionarias de los servicios públicos en los barrios vulnerados. Esto se debe a
que no ingresan a estos barrios como si lo hacen en otros barrios de la Ciudad. Argumentan
que, al no ser barrios que estén integrados al “tejido urbano”, el encargado de proveer el
servicio al interior de los mismos es el GCBA. Es por ello que el GCBA debe realizar las obras
de servicios públicos al interior de los barrios vulnerados. El control de las conexiones
eléctricas en el interior de las viviendas es un tema más complejo en relación a la posibilidad de
ingresar a las mismas como a la posibilidad de coordinar las visitas con los habitantes, o
Reconquista, al sudoeste con la cuenca del río Salado, al sudeste con las cuencas del río Samborombón
y de la vertiente del Río de la Plata superior, y al noreste con el Río de la Plata.Tiene una longitud
aproximada de 60 km y una dirección general sudoeste-noreste, y un ancho medio de 35 m, cubriendo
una superficie de 2200 km² hasta la desembocadura en el Río de La Plata.(…) Su curso recibe
numerosos desechos industriales, especialmente metales pesados; y aguas servidas provenientes de las
napas saturadas de toda la cuenca. Recientemente, varios estudios alertaron sobre las graves
consecuencias
de
la
contaminación
en
la
población,
especialmente
infantil.”
https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Matanza-Riachuelo
49La Nación 23/7/2016
118
también porque los vecinos pueden no querer dejar ingresar al personal “de control” a sus
viviendas (ver figura 13).
En la siguiente figura, podemos observar un “enjambre”50 de cables de tendido de
electricidad que se conecta con la red general; lo que puede llevar a los problemas que
señalamos anteriormente.
Figura 13: Condiciones de los servicios públicos en los barrios vulnerados de la Ciudad. “Enjambre” de
cables en barrio 31. Acceso precario51 a la conexión eléctrica lo que genera sobrecargas por saturación y
por tener muchas conexiones en un solo sentido (Foto de Silvina Gautier del año 2012).
Categoría nativa utilizada por técnicos e ingenieros electricistas.
Precaria porque una conexión de estas características que puede generar sobrecargas en el tejido
urbano formal la empresa concesionaria del servicio de electricidad cortaría esta conexión por ser,
precaria, ilegal y gratuita.
50
51
119
Agua potable
El acceso al agua potable constituye otro problema importante en los barrios
vulnerados. Las conexiones que se realizan en los barrios a la red de agua pública pueden
presentar filtraciones. Por ejemplo, en el Barrio La Carbonilla la empresa AySA proveyó un
caño de agua potable directo de la red ubicado en el ingreso al barrio. Desde allí (ver figura 14
y 15), los vecinos hacen las conexiones hacia las viviendas52. Las mangueras se apoyan en el
suelo, y dadas las filtraciones de las mismas el agua entra en contacto con el piso de tierra o
cemento. Este piso, en la mayoría de los casos, está contaminado por los derrames de las
aguas servidas mencionadas anteriormente, por lo cual, el agua que circula por las “cañerías”
termina no siendo potable… y las consecuencias son fácilmente deducibles en relación a la
salud/enfermedad de sus habitantes.
En la figura que sigue a continuación (Figura 14 y 15), puede observarse dos ejemplos
en el barrio La Carbonilla.
52Nueva
Ciudad 29/6/2016
120
Figura 14: Conexión precaria al servicio de agua potable. Obsérvese el caño de agua que está en
contacto directo con el piso de tierra (Foto de Silvina Gautier del año 2012).
121
Figura 15: Conexión precaria al servicio de agua potable. Obsérvese las condiciones en que se
encuentran los caños que dan acceso al agua en esta canilla pública en el barrio La Carbonilla. (Foto de
Silvina Gautier del año 2012).
Gas
Los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires tampoco tienen acceso al gas de
red. Por ello, la principal fuente de energía para cocinar y calefaccionarse se realiza a través de
la electricidad que es gratuita, pero presenta las dificultades mencionadas. Algunos habitantes
tienen acceso al gas con garrafa pero son caras sino consiguen la “garrafa social”. También las
conexiones de gas son más costosas que las conexiones de electricidad. Por otra parte, las
122
conexiones a las mismas tampoco tienen seguimiento y control alguno por parte del Estado o
las empresas, por lo cual los riesgos al utilizarlas pueden ser numerosos.
Recolección de basura
Respecto al tema de salud que fue señalado en el apartado anterior sobre la situación
sanitaria de la población, cabe destacar que la recolección de basura es deficitaria, lo que
incide en la salud de la población de estos barrios (ver figuras 5, 16 y 17). Cabe mencionar que
las consecuencias de la recolección deficitaria de basura han traído numerosas enfermedades,
como nos ha contado en una oportunidad una trabajadora social, ha traído problemas en los
oídos de los niños (bacteria que va “comiendo” el tímpano) y enfermedades relacionadas con la
presencia de roedores, entre otras.
A continuación, puede observarse en las fotografías ejemplos de la problemática de
residuos (Figuras 16 y 17).
123
Figura 16: Condiciones de salubridad en los barrios vulnerados de la Ciudad. Recolección deficitaria de
basura en los barrios vulnerados de la Ciudad. Imagen del barrio 31 (Foto de Silvina Gautier del año
2012).
124
Figura 17: Condiciones de salubridad en los barrios vulnerados de la Ciudad. Presencia de basura en los
subsuelos del edificio el “Elefante Blanco” en el barrio porteño de Lugano (Foto de Silvina Gautier del
año 2014).
4.3. LAS ACCIONES DEL GOBIERNO
4.3.1. Abordaje de la problemática habitacional
Si miramos retrospectivamente las políticas de gobierno desarrolladas desde fines de
2007 hasta el 2015 del GCBA, durante los 8 años de como Jefe de Gobierno de Mauricio Macri
no se avizora la búsqueda de una solución integral a la problemática habitacional. No se
125
observan alternativas principalmente dirigidas hacia los sectores de la sociedad más
desprotegidos pero tampoco respecto de la clase media, como hemos señalando.
Durante ese periodo, observando el organigrama del GCBA53, se podía ver que las
dependencias que se encargaban del tema habitacional eran varias, si bien no estaba claro
cuál era la incumbencia de cada una de ellas. En el caso del Instituto de Vivienda de la Ciudad
(IVC), se desvirtuó el objetivo de construcción de viviendas del Instituto, y entre finales del 2007
y hasta finales del 2015, era prácticamente un ente “prestador” de créditos hipotecarios.
La política estatal en los barrios vulnerados por parte del GCBA durante la gestión Macri
tenía esta característica clave, de ser varios organismos los que intervenían en cada barrio, lo
que permitía comprender su actuar en estos espacios. Como señala Cravino ([2006] 2014),
esta característica refiere a atomización de las dependencias estatales que tienen
incumbencias para intervenir en los barrios vulnerados de la Ciudad. Podemos nombrar entre
ellas: al Instituto de Vivienda de la Ciudad, la Corporación Sur, la Secretaría de hábitat e
integración y la Unidad de Gestión e Intervención Social, y los organismos de los cuales
dependen. Es decir que las incumbencias no estaban claras y a la vez, en algunos casos se
superponían y en otros, ninguno de los entes se hacía cargo.
Hasta el 2015 el organismo del GCBA que más obras de infraestructura realizaba en los
barrios y que más presencia tenía en ellos54 erala Unidad de Gestión e Intervención Social
Se podía observar durante la gestión de Mauricio Macri en: http://www.buenosaires.gob.ar/. Ahora ya
no se encuentra disponible, lo han borrado.
54
Sin considerar las excepciones, como en el caso de los Piletones, donde la Corporación Buenos Aires
Surera el ente que estuvo haciendo las obras de infraestructura. “La Corporación Buenos Aires Sur
Sociedad del Estado es una organización destinada a colaborar en la estrategia que el Gobierno de la
Ciudad
promueve
para
el
desarrollo
integral
de
la
zona
sur.”
(http://www.buenosaires.gob.ar/corporacionsur) Esto señala la página oficial del GCBA sobre la
Corporación Buenos Aires Sur.
53
126
(UGIS) organismo encargado de actuar en la emergencia y cuyas soluciones son transitorias,
solo a fin de mitigar la emergencia.
Con la gestión de Horacio Rodríguez Larreta como Jefe de Gobierno porteño, ganador
de las elecciones a Jefe de Gobierno en el año 201555, que continúa la gestión PRO en la
Ciudad, este panorama ha tenido variaciones que no han sido menores.
Desde fines del 2015 a principios del 2016, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC)
está volviendo a “encargarse” de la cuestión habitacional en las villas de la Ciudad. Organismo
que, como mencionáramos anteriormente, había dejado de hacerlo desde el año 2008, con la
llegada de Macri al GCBA. El único barrio donde no tiene incumbencia es el barrio 31 y 31 bis,
ya que se creó la Secretaría de Integración Social y Urbana que se ocupa específicamente de
él.
Ambas dependencias, el IVC y la Secretaria de Integración Social y Urbana, se
encuentran bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete del GCBA, es decir, dependen
directamente del Jefe de Gobierno. Aparte de estos organismos, se encuentran el Ministerio de
Hábitat y Desarrollo Humano (anteriormente denominado Ministerio de Desarrollo Social) del
que dependen la Subsecretaría de Hábitat e Inclusión (la ex SECHI, Secretaría de Hábitat e
Inclusión) y la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) (ver organigrama en anexo).
Con estos cambios en la Administración Pública, los barrios vulnerados en los que se
están realizando proyectos de reurbanización son: el barrio 31 y 31bis, Rodrigo Bueno, 20,
Playón Chacarita56 y Magaldi. Podemos sumar aquí dos barrios más sobre los cuales se han
estado haciendo obras de infraestructura, Piletones y Ramón Carrillo, aunque no se está
llevando un plan de reurbanización como en los ya mencionados. El resto de los barrios, y aun
55
56
Anteriormente con dos gobiernos sucesivos de Mauricio Macri, del 2007-2011, y del 2011-2015.
También conocido como Fraga.
127
con los cambios, siguen con los mismos problemas de infraestructura y precariedad, que en
momentos anteriores a la gestión de Rodríguez Larreta.
A excepción de los barrios como procesos de reurbanización, los barrios vulnerados
reconocidos no son los únicos sobre los cuales las políticas de gobierno tardan en llegar. Se
suman aquí los que Florencia Rodríguez (2012) analiza y donde algunos son denominados
NAU, Nuevos Asentamientos Urbanos. Ya desde antes de la gestión PRO se identificaron
estos asentamientos por parte del GCBA, pero no se los consideraba como espacios sobre los
cuales intervenir o auxiliar. Este fenómeno social comenzó a aparecer aproximadamente a
partir del año 2001. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad, en el año 2006, es la que crea la
denominación de NAU, que permite visibilizar esta nueva realidad, aún cuando desde el
gobierno de ese momento, no se proponían actuar. La definición de NAU era la siguiente:
“procesos informales de ocupación de predios o inmuebles públicos y/ o privados por familias
de escasos recursos” (Rodriguez2012:78). Aunque la problemática de los NAU es anterior a los
gobiernos PRO, focalizaremos nuestro análisis en las políticas públicas desarrolladas durante
las gestiones de gobierno en la CABA por parte de Mauricio Macri (2007-2015) y de Horacio
Rodríguez Larreta (2015 a hoy), etapas en las cuales los NAU siguieron existiendo y se fueron
afianzando.
Cabe señalar que dentro de esta denominación estaban incluidos también barrios como
Playón Chacarita y Rodrigo Bueno. En relación al segundo, éste ya había sido considerado
como Barrio (y no NAU) por un fallo judicial dictado por la Jueza Elena Liberatori del año
201157. Este fallo obligaba a la suspensión de los desalojos en dicho barrio, y a la intervención
y urbanización por parte del GCBA. Sin embargo, no fue hasta el gobierno de Rodríguez
57Expt:
17699/0
128
Larreta (2015), quien en un principio al salir el fallo señaló que urbanizar dicho barrio era un
“disparate”58, que la reurbanización planteada para este barrio puede llegar a ser una realidad.
En la actualidad, los subsidios habitacionales junto a los paradores nocturnos son la
única herramienta que utiliza el GCBA como respuesta a la necesidad habitacional para las
personas en situación de calle o en inminente situación de calle (Sanchez 2017).
El Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano (ex Desarrollo Social) es el encargado de
otorgar los subsidios habitacionales, que están reglamentados a través del decreto 690/06.
Este decreto ha tenido varias modificaciones, pero su fundamento se sintetiza en el artículo 3°:
“Artículo 3° - El programa otorga un subsidio con la finalidad de mitigar la emergencia
habitacional de los residentes en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su
objetivo primordial es el fortalecimiento transitorio del ingreso familiar con fines exclusivamente
habitacionales, debiendo los fondos otorgados estar destinados a cubrir gastos de alojamiento”
(BOCBA 2006, N°2463).
El mismo no provee una solución habitacional definitiva, sino más bien es una
mitigación al problema de la emergencia habitacional, tal como se menciona en el artículo 3°
citado.
Este decreto se utiliza, la mayoría de las veces, para el pago de una habitación en un
hotel familiar, lo que es una solución habitacional transitoria, y que a futuro, puede devenir en
una situación de calle nuevamente.
En los hoteles realizan una “preselección” informal de las personas para que se alojen
allí. No son bien recibidos los jóvenes, ya sean solos o en pareja, y tampoco son bien recibidas
las familias con hijos chicos. Por lo cual, a la dificultad de conseguir una habitación en un hotel
58La
Nación 24/3/2011
129
que no consiste en una solución habitacional, ni presenta las mejores condiciones de
habitabilidad, hay que sumarle las restricciones a la condición etaria y parental que presenten
las personas solicitantes (Sanchez 2017).
Susser y Krensike (1987, en Loic Wacquant [2001]2010) nos dan elementos para
pensar sobre las dificultades y posibilidades de los habitantes de los barrios bajos de Chicago,
comparable con lo que pudimos observar y relevar en la presente investigación. Uno de los
aspectos destacables es cómo se comportan los “propietarios” inmobiliarios con los habitantes
del gueto (en el caso de Chicago). Podemos encontrar un paralelo con la actitud de los
“propietarios” de los inquilinatos en las villas o barrios vulnerados, de la Ciudad de Buenos
Aires:
“El sistema de bienestar social también interactúa con los propietarios inmobiliarios para agravar las
condiciones de vida de los residentes del gueto, y contribuye de manera indirecta a la profusión de
viviendas de calidad inferior a la normal. Sabedores de que sus inquilinos son una clientela rehén, los
propietarios de los barrios bajos -incluidas las autoridades de los organismos públicos de viviendacobran elevados alquileres y descuidan las reparaciones y servicios necesarios, a la vez que reciben
una renta completa por el departamento que solo los receptores de la seguridad social estarían
dispuestos a ocupar (Susser y Krensike 1987, en Wacquant [2001]2010:92).
Resulta llamativo encontrar aquí algunos puntos de coincidencia con lo que sucede en
la Ciudad de Buenos Aires. Tanto en relación a los inquilinatos de las villas, respecto del rol
que cumplen los “dueños” de las habitaciones disponibles para ser “alquiladas” en estos barrios
vulnerados, como también respecto de los hoteles. Y finalmente, respecto del rol que cumple el
Estado en el mantenimiento de esta realidad.
130
Esto nos lleva a concluir que el Gobierno de la Ciudad, aún sin proponérselo, o tal vez
sí, está sosteniendo la vida en condiciones no dignas para parte de la población que habita en
la misma. Señalamos esto porque, como veremos a continuación, el GCBA no ha estado
poniendo el foco presupuestariamente para abordar esta problemática.
Según el informe elaborado por la asociación civil ACIJ, Asociación Civil por la Igualdad
y la Justicia (2016),59 el GCBA ha ido disminuyendo el presupuesto destinado a políticas de
vivienda, principalmente desde el año 2011 (ver Figura 18). En cambio, en el presupuesto
elaborado para el año 2017 se observa una notable alza, la cual responde principalmente a los
proyectos de urbanización que hemos mencionado anteriormente que implican toma de deuda
externa, y también favorecimiento a ciertos grupos económicos con las obras que se realizan
(Guebel y Sanchez2017c).
Figura 18: Porcentaje del presupuesto de la Ciudad destinado a política de vivienda desde el
año 2007 al 2017
Referencias: Desde el 2007 a finales 2015, gestión Macri, desde 2015 en adelante gestión Rodríguez
Larreta. Datos de ACIJ (2016).
59
Denominado “El presupuesto de la Ciudad para las políticas de vivienda 2017”.
131
Durante varios años, disminuyó el presupuesto en Ciudad para este problema (ver
figura 18). Estos datos a su vez tienen un correlato con la subejecución del presupuesto en
general y especialmente en el área de vivienda.
Al respecto, ACIJ ha elaboró un informe para el año 2014 en el que refleja esta
problemática de la subejecución. A continuación, presentamos algunos datos aportados en
dicho informe. Para el tercer trimestre del 2014, vemos que la mitad del presupuesto destinado
a vivienda no se ejecutó en el caso de la SECHI, casi lo mismo para la UGIS, y en el caso del
IVC es mayor lo no ejecutado que lo ejecutado, superando más de la mitad del presupuesto. Es
decir que tres organismos públicos que contaban con presupuesto para la vivienda,
subejecutaron sus partidas de manera dramática (ver figuras 19, 20 y 21).
Figura 19: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (SECHI:
Secretaría de Hábitat e Inclusión) para el tercer trimestre del año 2014.
50.6%
49.4%
Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos
de ACIJ (2014).
132
Figura 20: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (UGIS:
Unidad de Gestión e Inclusión Social) para el tercer trimestre del año 2014.
58%
42%
Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos
de ACIJ (2014).
Figura 21: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (IVC:
Instituto de la Vivienda de la Ciudad) para el tercer trimestre del año 2014.
44%
56%
Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos
de ACIJ (2014).
133
Las figuras 19, 20 y 21 aportan datos que permiten comprender lo que sucede con las
políticas de gobierno en relación a la problemática habitacional en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, y qué interés o desinterés existe en relación a resolver este problema por parte
de los gobernantes.
4.3.2. Sobre los proyectos de reurbanización
Acerca de los proyectos de reurbanización que se anunciaron a fines del año 2015 y
que son producto de una obligación constitucional60, cabe hacer algunas apreciaciones.
Como hemos mencionado, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta que se
inicia en diciembre del 2015, comenzaron los procesos de reurbanización de algunos barrios
vulnerados. Se seleccionaron barrios que se encuentran ubicados en lugares claves, como
veremos (ver Figura 22). Estos son:
●
“31-31 bis” ubicado en el barrio de Retiro, en terrenos del Ferrocarril, con
proximidad a éste y a la Estación de Micros de larga distancia, con proyecto de Paseo
del Bajo en ejecución y desarrollos inmobiliarios a futuro.
●
“Rodrigo Bueno”, ubicado en la Costanera Sur, lo que actualmente es
Puerto Madero y con el proyecto de IRSA de los Solares de Santa María al lado de los
terrenos del Barrio.
60
Así lo destaca la Constitución de la CABA en su art. 31.
134
●
“Playón Chacarita”, ubicado en terrenos del ferrocarril de la estación de
Federico Lacroze; su reurbanización permitirá abrir calles que darán más accesibilidad a
los barrios en ascenso como “Villa Ortuzar”.
●
“Villa 20”, ubicado en las inmediaciones de la Ciudad Olímpica que se
está proyectando para el 2018.
●
Lamadrid, localizado en el barrio de La Boca, zona que se encuentra en
pleno proceso de ‘gentrificación’, afectada a obras de renovación urbana mediante obra
pública donde se está desarrollando un polo de arte y otro gastronómico.
Frente al hecho de que se hayan elegido estos barrios para ser reurbanizados, y no
otros, vale la pena preguntarse el porqué de esta selección (Guebel y Sanchez: 2017c). Estos
barrios vulnerados están ubicados sobre terrenos de mucho valor actual o están sujetos a obra
pública, o privada futura, en sus proximidades (ver Figura 22).
Al respecto surge también una pregunta asociada, ¿Será la reurbanización una
modalidad que permitirá ingresar esas tierras tan valiosas al mercado inmobiliario? Esto es
factible dado que, mediante la reurbanización se dan dos procesos juntos: la urbanización y la
regularización dominial (Clichevsky 2012; Guebel 2017c) requisitos necesarios para que esas
tierras estén dentro de la reglamentación urbana. Estas son preguntas que se podrán contestar
según cómo se desarrollen los hechos una vez terminada toda intervención en estos barrios.
Sobre estos procesos de reurbanización el arquitecto JulianSalvarredy indica:
“Por un lado, el gobierno porteño dejó atrás la erradicación de la villa 31 por la resistencia
de sus pobladores y organizaciones, pero además encontró la posibilidad de un proceso de
transformación urbana asimilable a la urbanización que le permite dar continuidad a su
135
política de desigualdad territorial en favor de los desarrolladores inmobiliarios, grandes
empresarios y financistas. De las entre 40 y 60 villas y asentamientos porteños -según la
fuente que se tome-, los cuatro casos que se han priorizado (Villa 20 y 31, Fraga, Rodrigo
Bueno) son procesos asociados a desarrollos inmobiliarios y emprendimientos de marketing
urbano vinculados al turismo. En este sentido, no debe entenderse la urbanización de villas
como un proceso que únicamente implique avances en la resolución de los problemas
habitacionales de sus pobladores” (El grito del Sur 29/07/2018)
136
Figura 22: Mapa de Barrios que están en proceso de reubanización en la Ciudad de Buenos
Aires.
Referencias: 1. 31 y 31 bis- Padre Múgica, ubicado en el barrio porteño de Retiro; 2. Rodrigo
Bueno, ubicado en barrio de Puerto Madero; 3. Lamadrid, ubicado en el barrio de La Boca; 4. 20,
ubicado en el barrio de Lugano; 5. Playón Chacarita, ubicado en el barrio de Chacarita.
Mapa de elaboración propia. Utilizando datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de
la CABA (2016) e información del propio trabajo de campo.
137
Ahora bien, sería importante que el GCBA explicite y haga públicas cuáles serán las
medidas que adoptará en relación a estas reurbanizaciones. Nos referimos acá a las medidas o
reglamentaciones necesarias para que el mercado inmobiliario no se apropie de estas tierras
expulsando a los pobladores actuales, por la venta de las mismas con posterioridad a su
regularización dominial. Ni tampoco del esfuerzo colectivo que implica la reurbanización en el
sentido de que es a través de los dineros públicos que se realizan las obras al dotar de
servicios públicos a los barrios vulnerados, acciones que son ejecutadas a través del Estado,
con el objetivo manifiesto de resolver la situación habitacional de modo definitivo y digno para
estas poblaciones y no para que pasen al mercado.
A partir de los procesos de reurbanización que se están realizando en la Ciudad de
Buenos Aires, es interesante recordar, aún con las necesarias diferencias de los casos, lo que
Bourdieu ([1977] 2013) señala, respecto de la población rural argelina y del proceso de despojo
de sus tierras de pastoreo:
“Convertidos en dueños de un título de propiedad auténtico y fácilmente alienable como
consecuencia de la división favorecida por las leyes del 26 de julio de 1873 y del 23 de abril
1867, numerosos pequeños propietarios, apremiados por la miseria, fueron tentados por la
atracción del dinero y vendieron su tierra; poco familiarizados con el uso de la moneda, muy
pronto disiparon su pequeño capital y se vieron obligados a emplearse como trabajadores
agrícolas o a huir hacia la ciudad” ([1977] 2013:44).
Si bien en este caso no hay desconocimiento del uso de la moneda, en el texto se
señala cómo a través de la legislación se dividen las tierras, y al no tener una restricción que
funcione como protección, el título de propiedad entra directamente al mercado, es decir, la
tierra se vuelve una mercancía de la cual se apropian los sectores más favorecidos, siendo una
138
herramienta de despojo, tal como señala Marx ([1867]1938) con respecto a la acumulación
originaria (vista en más en detalle en el capítulo 2 y 3). Es decir que, la seguridad jurídica que
debería darle a las poblaciones el hecho de la regularización dominial, puede, sin embargo, ser
un mecanismo de expropiación de las mismas, mediante la venta de sus tierras/viviendas. Aún
cuando se podría suponer que eso implique una capitalización de esa población, el autor
advierte que esto puede no suceder, y lo mismo valdría para este caso. Se favorecería así
solamente el mercado inmobiliario.
Esto también es señalado por David Harvey (2008):
“¿Qué opinar, por otro lado, de la propuesta aparentemente progresista de conceder
derechos
de
propiedad
privada
a
las
poblaciones
que
ocupan
ilegalmente,
proporcionándoles activos que les permitirían salir de la pobreza? Un plan de este tipo se
está discutiendo ahora para las favelas de Rio de Janeiro, por ejemplo. El problema es que
los pobres, asediados por la inseguridad de su renta y frecuentes dificultades financieras,
pueden ser persuadidos fácilmente de vender ese activo por un pago en metálico
relativamente bajo. (…) Apuesto que en quince años, si continúan las tendencias actuales,
la totalidad de las colinas de Rio de Janeiro ocupadas por favelas estarán cubiertas por
altos edificios de viviendas con vistas fabulosas sobre la idílica bahía de la ciudad, mientras
que los anteriores habitantes de aquéllas habrán sido filtrados a alguna remota periferia.”
(2008:36)
Además del valor de la tierra, como medio de expulsión, o de apropiación por parte del
mercado, existen otros factores que hay que considerar y que pueden generar expulsión de la
población una vez realizadas las reurbanizaciones.
139
En los procesos de reurbanización, o cuando se construyen complejos habitacionales,
se deben tener en consideración aspectos culturales y sociales (como mencionáramos también
citando a la ONU) así como también económicos para que los proyectos urbanísticos en
ejecución brinden soluciones habitacionales que resulten favorables para los futuros
beneficiarios.
A continuación, veremos cómo, tanto Bourdieu ([1977] 2013:144), como Harvey ([1973]
2007:30), nos advierten sobre algunos elementos a tener en cuenta:
Bourdieu señala que:
“…el acceso a la vivienda (moderna) requiere una verdadera metamorfosis cultural, de la
que no todos los realojados son capaces, porque no poseen los medios económicos para
cumplirla, ni las disposiciones (culturales) que no pueden constituirse en ausencia de esos
medios” ([1977] 2013:144, lo puesto entre paréntesis me pertenece).
En el mismo sentido Harvey señala que:
“Grupos distintos dentro de una población pueden, por consiguiente, tener una capacidad
muy distinta para esquematizar el espacio, y no hay duda de que la educación desempeña
un papel importante en la determinación de la capacidad espacial” (Smith 1964, en Harvey
[1973] 2007:30).
Es decir que, la nueva vivienda no es meramente un cambio de espacio físico sino que
implica también una transformación cultural.
Bourdieu señala que el cambio de vivienda implica también una transformación en
relación a lo económico:
140
“…hay un abismo entre el hecho de no tener gas cuando se vive en un barrio pobre y el de
verse obligado a cortarlo cuando está allí, dentro mismo del departamento, y tener que
volver al kanoun (especie de hornillo cerámico tradicional de los cabila) para abaratar”
([1977] 2013:141).
Por tanto, no es lo mismo estar privado de ciertos elementos básicos de confort como el
gas en una vivienda precaria, a tener que hacerlo por no poder pagarlo en una vivienda nueva.
A su vez, el autor destaca cómo les resulta dificultoso amoblar el nuevo departamento por sus
altos costos. Las nuevas viviendas implican nuevos costos, que tienen que ser considerados, o
pensados a la hora de este cambio habitacional.
En la vivienda precaria anterior Bourdieu ([1977] 2013) señala, varias familias convivían
juntas, sin mobiliario extra y compartiendo los gastos habitacionales. En cambio, en estas
viviendas nuevas modernas, es la familia nuclear la que tiene que hacer frente de modo
individual, a los costos de su manutención que implican desde el amoblamiento, al gas, la luz,
el agua, el impuesto inmobiliario, etc.
En el caso de las nuevas reurbanizaciones en la Ciudad de Buenos Aires, para que la
población actual continúe viviendo allí una finalizadas las obras, debería contemplarse que los
impuestos y servicios que tengan que pagar, posean una modalidad de subsidio o impuesto/o
servicio social de modo que no sean tan excesivos que obliguen a la población a irse de dicho
espacio, el cual habitan hace años, por no poder solventar las cargas públicas.
Pensamos que esto debería ser tenido en cuenta, en los procesos de reurbanización
que están llevándose a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, con la gestión de Horacio
Rodríguez Larreta.
141
Asimismo, Bourdieu ([1977] 2013) menciona las modificaciones que han ido haciendo
los habitantes de los nuevos complejos habitacionales, para adaptarlos a sus necesidades
familiares y económicas, y vincularlos también con aspectos culturales, como su modo y forma
de vida:
“En los barrios horizontales, se construyen barracas en los patios (en la Montagne, por
ejemplo). En los barrios verticales, se cierran las galerías para convertirlas en habitaciones
destinadas a albergar una nueva unidad familiar” ([1977] 2013:147).
En esta cita se mencionan las modificaciones por ampliación (crecimiento) del grupo
familiar. Nos permite pensar no sólo sobre las construcciones futuras, sino también, sobre
casos ya existentes. Tal es el caso de las adaptaciones que realizaron los nuevos habitantes
del Complejo Habitacional “Padre Múgica” ubicado en Castañares y Gral. Paz. En este
complejo, los dos casos que citaremos a continuación-que no son modificaciones por
crecimiento del núcleo familiar- involucran modificaciones vinculadas a las prácticas
económicas. En uno de los casos, varios (nuevos) vecinos adaptaron partes de las zonas
comunes para poder ubicar en ellas a sus caballos que los acompañan en el día a día en la
actividad laboral de cartoneo que realizan. También es el caso de otra vecina, que adaptó una
pared de su vivienda (ubicada en planta baja) para poder realizar la atención al público, de su
quiosco, el que se encuentra ubicado en una habitación de la vivienda; esta actividad
económica le permite la subsistencia y ya la realizaba en el barrio del que provenía y no fue
contemplada/prevista en la planificación de la reurbanización.
En relación al valor de la tierra, desde que se han anunciado las obras de
reurbanización en la villa 31, numerosas son las notas periodísticas que aluden al valor de la
142
tierra. Un ejemplo de ello es una nota en la que se menciona que el precio de una vivienda en
el barrio ascendería a $400.000.61
Aún cuando pueda parecer excesivo el precio de una vivienda en un barrio de dichas
características, es decir, en un barrio vulnerado, si se lo compara con el precio del metro
cuadrado en dicha zona de la Ciudad en la cual este barrio está emplazado, podemos darnos
cuenta de que es un valor muy por debajo del precio de mercado. Por lo cual, en vistas a la
construcción del “Paseo del Bajo”, obra pública anunciada y planificada por el GCBA en
ejecución, el Barrio 31 puede llegar a ser un barrio codiciado por especuladores inmobiliarios.
Uno de los proyectos inmobiliarios que allí se vislumbran es el Quartier Puerto Retiro en el ex
Hospital Ferroviario. Es por ello que insistimos en la necesidad de que se explicite la política
gubernamental que tenderá a evitar esta nueva acumulación originaria, o en cambio favorecerá
a que esto suceda.
61La
Nación 14/8/2016, Clarín 21/05/2018, Clarín 30/06/2018.
143
CONCLUSIÓN
La presente investigación busca ser una herramienta para repensar y reflexionar sobre
las dificultades en el acceso a una vivienda digna y con condiciones de habitabilidad
adecuadas que presenta una parte importante de la población de la Ciudad de Buenos Aires,
dado que hablamos tanto de la clase media como de los sectores populares.
Creemos que a partir del material aquí vertido se pueden tomar algunas medidas que
podrían llegar a mejorar las condiciones habitacionales de parte del colectivo social referido.
Aquí se abordó una problemática que afecta hace ya hace varios años a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires; nos hemos referimos al llamado “déficit habitacional”. Este
problema es también, como se ha mencionado, una categoría nativa, utilizada por los
formadores de políticas públicas y se encuentra presente en varios textos normativos como la
Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Reflexionar sobre este tema nos ha llevado a considerar las derivaciones en relación al
acceso a la vivienda para la clase media y principalmente para los sectores populares o de
menores recursos que habitan o pretenden habitar el suelo porteño. Y para dar cuenta de ello
hemos ofrecido información que muestra el estado actual de situación.
Lo que entendemos como “déficit habitacional” en la Ciudad de Buenos Aires evidencia
que este espacio urbano que es la Ciudad se está convirtiendo en un lugar para ser habitado
por (o estar en manos del) sector más pudiente de la sociedad argentina y también en manos
de “inversores” extranjeros.
144
Esta problemática ha llevado a un sector de la población porteña a desarrollar
estrategias inmobiliarias informales en los barrios vulnerados. Éstas han sido como fuimos
mencionando: la autoconstrucción de viviendas en terrenos públicos o privados vacíos, para su
uso habitacional y también la construcción de más habitaciones, para su posterior alquiler o
venta. Resulta pertinente recordar al respecto que consideramos el carácter vulnerado y no
vulnerable de estos barrios y este colectivo social, porque esto no es una característica
intrínseca e innata del colectivo referido, sino que es una condición creada por un contexto
social mayor que ha llevado a estas personas a vivir en las condiciones indignas en lo que
refiere a lo habitacional, la salud, la educación, lo económico, entre otros aspectos ya
mencionados.
Recurren a esta alternativa habitacional la población trabajadora formal e informal así
como desocupados que han sido marginados de la Ciudad, migración rural-urbana, migrantes
de países limítrofes. Esta alternativa les permite residir en la Ciudad ya que como hemos visto
no cuentan con los requisitos mínimos formales y económicos para acceder a un alquiler o
propiedad por fuera de los barrios vulnerados.
En el análisis del “déficit habitacional” hemos abordado el porqué de la escasez de
viviendas adecuadas disponibles o que no poseen condiciones dignas de habitabilidad para
estos sectores sociales y también la cantidad de viviendas vacías que hay.
La forma en que se ha ido configurando la Ciudad ha generado lógicas de exclusiónsegregación espacial física y social que llevan a que los barrios vulnerados y sus habitantes
estén ubicados en zonas excluidas de la misma.
En el proceso de análisis de las formas de configuración del espacio y cómo éstas se
llevan a cabo, se dio cuenta de cómo se fueron generando los procesos de segregación
145
espacial en la Ciudad de Buenos Aires, y cómo han delimitado zonas para pobres y zonas para
sectores medios, medios-altos y ricos. Estas delimitaciones físicas, económicas y sociales de la
Ciudad y la expulsión de ciertas partes de la población hacia afuera de sus fronteras, generan
también desigualdades en los ingresos de la población afectada. Los sectores menos
favorecidos de la sociedad resultan los más perjudicados porque los cambios que pueden
llegar a darse en su modo de vida, por esta segregación, pueden impactar fuertemente en el
desarrollo de su vida cotidiana, cambios en los aspectos culturales, económicos y sociales de
su desarrollo vital. El contar con escasos recursos económicos impide que se puedan revertir
dichas condiciones de vida. Esta realidad se expresa de un modo circular: los que tienen pocos
recursos acceden a lugares alejados, eso dificulta acceder a un trabajo y genera un círculo
vicioso respecto a esos pocos recursos económicos disponibles.
Lo que hemos sostenido a lo largo de esta tesis, en base a los conceptos teóricos aquí
desarrollados, así como también desde el propio análisis de la situación aquí planteada es lo
siguiente: el mercado por sí solo no está dando respuesta a este problema del déficit
habitacional, aún cuando el nivel de construcción es sostenido y ha venido aumentando en los
últimos años; el déficit no se reduce. De este modo, lo que se desprende como conclusión es
que las viviendas que se construyen no están dirigidas a las personas que las necesitan, ya
sea de sectores medios, medios bajos, o sectores populares, sino que están dirigidas a la
especulación financiera o rentística.
En esta economía de mercado “dejar hacer”, implica que los que no tienen el suficiente
poder o los recursos económicos para hacer prevalecer sus necesidades por sobre las de los
otros (los poderosos económica o políticamente hablando), serán dejados de lado y echados a
su suerte. Al estar en pleno proceso de cambio el Código Urbanístico y de Edificación de la
146
Ciudad, se observa que se dio prioridad en los inicios de la elaboración del nuevo proyecto de
Código a los intereses de los grandes desarrolladores inmobiliarios. Sin embargo, creemos que
estos intereses deberían estar en un segundo lugar por tener mayor capacidad de reacción
frente a los cambios políticos y económicos que puedan acontecer a diferencia de las
necesidades de los sectores bajos y medios de la sociedad. O en tal caso, el Estado debería
responder a los intereses y al bien común de toda la sociedad, de todos sus sectores, y no
favorecer solamente al “mercado”, en detrimento de otros sectores sociales. La cuestión es
que, hasta ahora, a la luz de los hechos, no ha sido así. Esto refuerza la idea de que la
apropiación de la tierra en Argentina se ha concentrado en muy pocas manos. Es por ello que
creemos que reglamentar la función social de la tierra (concepto desarrollado en el capítulo 3)
resulta en este momento, determinante. Pues, de ser implementada, muchos de los aspectos
que profundizan las desigualdades, podrían ser revertidos.
El mercado inmobiliario formal tiene un gran poder económico y político que influye en
las políticas estatales, y por tanto lo consideremos uno de los actores responsables en la
profundización de la problemática analizada. Debido a esto es que el acceso a la tierra es un
espacio de disputas entre distintos actores sociales, el Estado, el mercado inmobiliario, las
distintas clases sociales, etc. Esto genera desigualdades en el acceso a las oportunidades
habitacionales de los habitantes de la misma, en especial aquellos de más bajos recursos
económicos.
Si creemos en lo que postula la Constitución Nacional, y la Constitución de la Ciudad,
las necesidades de los más débiles, en esta contienda por los recursos de la Ciudad, deben
estar contempladas y amparadas por el Estado. Sin embargo, el Estado y sus órganos entran
147
en pujas y responden muchas veces a intereses que lejos están de velar por dichas
necesidades.
Lo anteriormente mencionado nos ayuda entender la difícil situación en la cual tienen
que moverse los habitantes de los barrios vulnerados; lo que se suma a la ausencia de políticas
públicas claramente dirigidas a estos sectores, por lo menos para que en el ámbito de la
vivienda se encuentren protegidos. Como fuera señalado, esto también se aplica para la clase
media que tiene también problemas para acceder a una vivienda.
La intervención estatal en la Ciudad respecto a esta problemática ha sido muy deficitaria
en los últimos años. Principalmente, ha implementado una política de gobierno con nula
construcción de viviendas sociales, con una estructura administrativa que no ha facilitado la
intervención en los barrios vulnerados, y una subejecución del presupuesto destinado a esta
materia. Esto ha sucedido desde el año 2008.
Hacia el final de este trabajo se ha problematizado el anuncio en el año 2015 de
proyectos de reurbanización de barrios vulnerados por parte del nuevo gobierno que ha
asumido la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Los barrios seleccionados para comenzar se
localizan en ubicaciones estratégicas tanto en lo relacionado con el valor de la tierra, en las
construcciones proyectadas en asociación con éstas así como por futuros eventos a llevarse a
cabo que se verían beneficiados con la reurbanización de dichos espacios. Esto genera
incertidumbre respecto de los motivos de la reurbanización, y alerta sobre el futuro destino de
los barrios dado que es factible que las tierras sean incorporadas rápidamente al mercado una
vez finalizadas las obras. De esta manera estarían dadas las condiciones para que los
desarrolladores inmobiliarios pueden hacerse de esas tierras por un valor mucho menor del de
las tierras de la zona.
148
Respecto a este último tema mencionado hemos señalado posibles consecuencias que
podrían generarse tras la implementación de proyectos de reurbanización que no contemplan a
los pobladores que los habitan y solo especulan con el valor de la tierra y los beneficios
económicos que pueda brindar, como por ejemplo: si el valor de los impuestos y servicios que
deberán pagarse en estos barrios reurbanizados serán los mismos que los de las zonas
linderas.
Estos aspectos señalados pueden generar una expulsión de la población, por
acumulación originaria de la tierra, o por dificultades económicas para el pago de impuestos y
servicios.
Sostenemos que el proyecto de reurbanización debería ser abordado de manera
integral a los fines de que las obras a ejecutar sean bien recibidas por sus futuros usuarios y
puedan hacer pleno uso de ellas en relación con sus necesidades culturales, económicas y
sociales. De este modo, se privilegiaría mejorar las condiciones de vida de los habitantes de
estos barrios en vez de empeorarlas.
Este trabajo de tesis ha buscado poner de manifiesto la problemática del déficit
habitacional en la Ciudad de Buenos Aires dando cuenta de las múltiples aristas que componen
el tema. A su vez, buscó dar cuenta de los trasfondos incluidos en los proyectos de
reurbanización.
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Expt: 31699/0 “Di Filippo Facundo Martin contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”,
Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2008.
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Expt: 33591/0 “Fusari Neris Amanda y otros contra GCBA y otros sobre Amparo (Art. 14
CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2009.
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Expt: 37531/0 “Grupo Familiar Miguel Acevedo y otros contra GCBA sobre Amparo (Art.
14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2011.
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(ART. 14 CCABA)”.Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2010.
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Expt: 39716/0 “ACIJ y otros contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de
Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2010.
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Expt: 42239/0 “Ortega Guerreño Rosa contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”,
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Expt: A277-2013/0 “Bravo Francia José Manuel y otros contra GCBA sobre Amparo”,
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A24068-2016/0 “Baldiviezo Jonatan Emanuel y otros contra GCBA sobre Amparo”
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Expt: M. 1569. XL. “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y
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Riachuelo)” Corte Suprema de Justicia de la Nación.
167
ANEXO: Organigramas y Fotografías
Organigrama de Gobiernos de Horacio Rodríguez Larreta.
Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/?menu_id=505
168
Organigrama del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de Horacio Rodríguez Larreta.
Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/min_habitat_des_humano.php
169
Organigrama de Jefatura de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta.
Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/jefe_gabinete.php?menu_id=7907
170
Segregación espacial y social Barrio 31
Fuente: https://mundovilla.com/article.php?idArticle=2695
171
Segregación espacial y social Barrio Rodrigo Bueno
Fuente: https://www.clarin.com/ciudades/costanera-sur-urbanizan-quieren
barrio_0_HyUdDcPbg.html
172
Proyecto IRSA Solares de Santa Maria al lado de Rodrigo Bueno
Fuente: http://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/201606/26671-larreta-quiere-volver-a-impulsarel-barrio-solares-de-santa-maria.html
173
Proceso de Reurbanización en Barrio 31
Fuente: https://www.clarin.com/ciudades/villa-31-reclamos-mudan-primeros-vecinos-avanzarobra-illia_0_Hy7MgLf4f.html
174
Proyecto Quartier Puerto Retiro
Fuente: http://www.distritoquartierpuertoretiro.com.ar/
175
Proyecto Quartier Puerto Retiro con Paseo del Bajo a la derecha.
Fuente: http://www.distritoquartierpuertoretiro.com.ar/#galeria
176