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Universidad de Buenos Aires Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Ciencias Antropológicas Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas El déficit habitacional y el mercado informal inmobiliario en las villas de la Ciudad de Buenos Aires Tesista: María Lucia Guaimas Directora: Mgter. Claudia F. Guebel Agosto 2018 Agradecimientos: Este trabajo lo pude lograr gracias a la ayuda de varias personas, las que me han acompañado a lo largo del mismo, me han dado fuerzas para que pueda desarrollarlo de la manera más completa, seria y que a la vez aporte conocimientos a la problemática analizada. En primer lugar, quiero agradecer a mi Directora Claudia F. Guebel, ya que sin su persistencia, incondicional acompañamiento e infinita paciencia, junto con sus indispensables aportes, comentarios y relecturas, este trabajo no hubiera sido posible. Ha sido fundamental el haber conocido a la Dra. Elena Liberatori quien me ha dado la oportunidad de ser parte de su equipo de trabajo en el Juzgado a su cargo, aún cuando yo provenía de un ámbito tan diferente al del derecho. Su generosidad y su visión amplia respecto de las disímiles problemáticas que se abordan en los expedientes del Juzgado, me han permitido aportar desde una mirada antropológica. Gracias a este trabajo pude conocer la realidad habitacional de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires. Le agradezco también a Raúl González y a Fernando Risso por haber colaborado con la obtención de datos para el presente trabajo, dado su conocimiento empírico en este tema. A Silvina Gautier por permitirme utilizar sus maravillosas fotografías que ilustran algunas de las ideas acá vertidas. A María José Fernández por haberme asistido en esclarecer algunas cuestiones referidas al derecho. Y a Juan Martín Miraldo, por auxiliarme con cuestiones técnicas/ informáticas para el armado inicial del trabajo. A mi colega Guadalupe Colque Villegas por su generosidad para pensar pautas y darle forma a algunas ideas del presente trabajo. 2 A mi amiga y colega la Dra. Josefina Flores Coni, la que dedico su tiempo y esfuerzo en leer la tesis en sus distintas instancias de producción, realizando minuciosos aportes sobre la redacción y las imágenes aquí presentes. Y le agradezco especialmente su gran amistad. Finalmente quiero agradecer a mi familia, a mis padres Fernando y Lucía, a mi hermano Francisco por apoyarme todos estos años. Y a Santiago mi compañero de vida, por darle formato a algunas de las imágenes aquí presentes, gracias a sus conocimientos técnicos pero también y principalmente le agradezco su amor y acompañamiento al incentivarme en todo momento en relación a la Tesis. Y a nuestro bebé en camino que me acompañó estos últimos meses. 3 INDICE INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 6 PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA ....................................................................................... 6 METODOLOGÍA Y TRABAJO DE CAMPO ............................................................................ 9 ESTRUCTURA DE LA TESIS ...............................................................................................14 CAPÍTULO 1: CONCEPTOS CENTRALES ....................................................................... 16 1.1. ESPACIO SOCIAL .........................................................................................................16 1.2. URBANISMO, SEGREGACIÓN ESPACIAL Y JUSTICIA SOCIAL .................................18 1.3. POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL .....................................21 1.4. ESTADO, ECONOMÍA INFORMAL Y SEGREGACIÓN ECONÓMICA. ..........................24 1.5. VIVIENDA MODERNA....................................................................................................26 1.6. APROPIACIÓN DE LA TIERRA. ACUMULACIÓN DE CAPITAL ....................................28 CAPÍTULO 2: LA CIUDAD. CONCEPTOS, CAMBIOS E HISTORIA ................................. 32 2.1. HACIENDO UN POCO DE HISTORIA ...........................................................................32 2.2. SEGREGACIÓN ESPACIAL EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES................................42 2.3. TRANSFORMACIONES SOCIO-URBANAS ..................................................................51 2.4. CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN SOCIO-ESPACIAL...................................................52 2.5. LA UBICACIÓN DE LAS COSAS Y EL INGRESO DE LOS INDIVIDUOS ......................53 CAPITULO 3: EL DÉFICIT HABITACIONAL ..................................................................... 60 3.1. ORIGEN DEL CONCEPTO COMO CATEGORÍA NATIVA .............................................60 3.2. EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA. LAS CAUSAS DEL DEFICIT HABITACIONAL ........62 4 3.2.1. Falta de viviendas o solo viviendas para el mercado ................................................63 3.2.2. El rol del Estado y las inversiones privadas en relación a la vivienda .......................67 3.3. DISTRIBUCIÓN DESIGUAL. EL ACCESO A LOS RECURSOS Y A LA TIERRA URBANA EN RELACION A LA VIVIENDA. ...........................................................................71 3.3.1 La acumulación por desposesión: la especulación inmobiliaria .................................84 3.3.2. ¿Cómo generar una justa distribución del ingreso? ..................................................86 CAPÍTULO 4: UN LABERINTO SIN SALIDA: VIVIR EN CONDICIONES INDIGNAS COMO LA ÚNICA OPCIÓN EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES ................................ 87 4.1. ESTRATEGIAS HABITACIONALES INFORMALES, UN CAMINO OBLIGADO .............90 4.2. CONDICIONES HABITACIONALES EN LOS BARRIOS VULNERADOS.....................107 4.2.1. Situación Sanitaria .................................................................................................107 4.2.2 La vivienda digna y el hábitat adecuado..................................................................115 4.3. LAS ACCIONES DEL GOBIERNO ...............................................................................125 4.3.1. Abordaje de la problemática habitacional ...............................................................125 4.3.2. Sobre los proyectos de reurbanización ..................................................................134 CONCLUSIÓN .................................................................................................................. 144 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 150 EXPEDIENTES ................................................................................................................. 166 ANEXO: Organigramas y Fotografías ............................................................................ 168 5 INTRODUCCIÓN PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA Con la presente investigación se pretende abordar una problemática que se desarrolla hace ya varios años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nos referimos aquí al llamado “déficit habitacional”. Este problema es, a su vez, una categoría nativa, utilizada por los formadores de políticas públicas, y que se encuentra presente en varios textos normativos como la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros1. Reflexionar sobre el “déficit habitacional” nos lleva a considerar las derivaciones en relación al acceso a la vivienda para la clase media y, principalmente, para los sectores populares o de menores recursos que habitan o pretenden habitar el suelo porteño. Frente a la dificultad de acceder a una vivienda en la Ciudad mediante el mercado inmobiliario formal se desarrollaron en los barrios vulnerados2 de la misma -más comúnmente llamados “villas de emergencia”- estrategias inmobiliarias informales. Una de las estrategias inmobiliarias informales más difundidas es la autoconstrucción de viviendas en terrenos públicos o privados vacíos para su uso habitacional; pero también, se realiza la construcción de más habitaciones, para su posterior alquiler. Estas son las alternativas habitacionales posibles para algunos habitantes de la Ciudad. El universo que accede a esta alternativa habitacional es amplio. Está compuesto por una población trabajadora formal e informal y desocupados que han sido marginados de la 1Esto 2 será abordado en el capítulo 3. Esta categoría será explicitada en la metodología. 6 ciudad, migración rural-urbana, migrantes de países limítrofes, etc. En su mayoría, recurren a esta solución para residir en la Ciudad ya que no cuentan con los requisitos mínimos formales y económicos para acceder a un alquiler o propiedad por fuera de los barrios vulnerados. El problema del “déficit habitacional” nos obliga a pensar porqué hay escasez de viviendas adecuadas disponibles para estos sectores sociales, o que no poseen condiciones dignas de habitabilidad3. También es relevante considerar cuáles son las lógicas de exclusiónsegregación espacial física y social que llevan a que los barrios vulnerados y sus habitantes estén ubicados en zonas excluidas de la Ciudad. Exclusión social y económica, exclusión dominial por el carácter irregular de los terrenos en los que están construidos los barrios vulnerados, exclusión física por la zona geográfica en la que están ubicados, o por la falta de presencia o presencia deficiente del Estado en relación a estos sectores de la sociedad. Para analizar esta problemática tendremos en cuenta a diversos actores intervinientes, como ser los diferentes sectores de la administración gubernamental de la Ciudad, entre ellos, el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (de ahora en más IVC), el Ministerio de Desarrollo Social (actualmente de Desarrollo Humano y Hábitat), la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS), los habitantes de los barrios vulnerados en su carácter de “propietarios” o de “inquilinos”, la Legislatura, el Poder Judicial, tanto juzgados como defensorías, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, algunas organizaciones sociales y asociaciones civiles, los grandes desarrolladores inmobiliarios, y sectores financieros involucrados, entre otros. 3 Más adelante profundizaremos en el término vivienda adecuada y condiciones dignas de habitabilidad. 7 Asimismo, consideraremos la importancia que tiene el mercado inmobiliario formal y la especulación inmobiliaria y su relación con las políticas estatales respecto de los sectores populares, dada la importancia que tiene este sector en relación a este problema. Nos proponemos analizar las desigualdades en el acceso de las oportunidades habitacionales que poseen los habitantes de la ciudad, en especial aquellos de más bajos recursos económicos. Junto a ello, analizaremos el contexto en que se están desarrollando los proyectos de reurbanización de los barrios vulnerados en la Ciudad. Analizaremos los procesos de reurbanización que se están dando actualmente en cinco barrios de la Ciudad, los que fueron anunciados en el año 2015.Evaluaremos la locación de los mismos en relación al valor de la tierra y también la oportunidad del anuncio vinculados a eventos que se desarrollarán en la Ciudad como las olimpiadas juveniles en octubre del 2018 y la construcción del Paseo del Bajo que se extiende por la zona portuaria desde el barrio de Retiro hasta Puerto Madero aproximadamente. Llamamos procesos de reurbanización4 y no de urbanización a secas, por considerar que los barrios vulnerados ya han pasado por un proceso de urbanización llevado a cabo por los habitantes de los mismos a través de autogestión y autoconstrucción. Analizaremos estos procesos por ser un hecho nuevo y por el otro, por considerarlos de suma importancia en lo referente a la problemática del déficit habitacional, y su posible reducción. 4 Categoría nativa utilizada por Urbanistas, Arquitectos y especialistas en la temática urbana 8 METODOLOGÍA Y TRABAJO DE CAMPO Antes de comenzar queremos aclarar que el presente apartado va a estar redactado en primera persona del singular a diferencia del resto del documento. Se tomó esta decisión por considerar que tanto el proceso metodológico como el de trabajo de campo ha transitado por un camino de construcción y reflexión intimista y así será expuesto a continuación. Comencé con la búsqueda del tema de investigación en el año 2009 aproximadamente. Cursando el Seminario Anual de la carrera de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desarrollé un proyecto de tesis que abordaba el estudio de los artesanos urbanos de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo lo enfocaba desde la perspectiva que había adquirido en el seminario de “Tiempo y Espacio como categorías sociales” que cursé durante el año 2008, en el Departamento de Ciencias Antropológicas, de la FFyL, UBA, a cargo de la Prof. Claudia F. Guebel. Sin embargo, la definición del problema de tesis se me hacía esquiva y decidí avanzar mediante el Profesorado, recibiéndome de Profesora de Ciencias Antropológicas en el año 2011. Con el título en trámite cursé una Especialización en Antropología en FLACSO y me incorporé a trabajar en un Juzgado. Desde el año 2012 vengo desarrollando la experiencia de trabajar como antropóloga en la Secretaría Ad-Hoc de Barrios Vulnerados la que forma parte del Juzgado de Primera Instancia Contencioso Administrativo y Tributario N°4 de la CABA a cargo de la Dra. Elena Liberatori. Esta experiencia ha sido motivadora para hacer la tesis de licenciatura. 9 En dicho Juzgado se tramitan distintas causas vinculadas a diversas problemáticas sociales que se ven plasmadas en expedientes judiciales (Liberatori 2017). Gracias a este trabajo en el que aporto desde mi mirada antropológica, pude conocer la realidad habitacional de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, a la vez que realicé trabajo de campo desde el 2012 a la fecha, para el Juzgado. Como parte del mismo, se desarrolló la categoría “barrio vulnerado” y no “vulnerable”, para sustituir la de villa de emergencia. La consideración de “barrio” tiene un carácter inclusivo y no con contenido de segregación como el de “villa”. A la vez consideramos que el carácter vulnerado de estos barrios y de los habitantes que viven en ellos no es una característica intrínseca e innata del colectivo referido, sino condiciones creadas por un contexto social mayor que ha llevado a estos barrios y a sus habitantes a vivir en las condiciones habitacionales, de salud, de educación, económicas, etc., en que lo hacen. La idea de “barrios vulnerados” o “colectivo social vulnerado” ha sido incluida en fallos judiciales de los amparos habitacionales del Juzgado de Primera Instancia CAyT N°4 de la CABA. Como por ejemplo lo resuelto en el Expediente A50835-2013/05. Como parte del trabajo profesional, tomé un curso de posgrado “La gestión participativa y la articulación interdisciplinaria e institucional en programas habitacionales públicos” en el año 2014, en la Universidad Nacional de Avellaneda, a cargo del Arquitecto Jaime Sorin. En mismo participaron varios expositores como por ejemplo el Arquitecto Eduardo Reese. “Se trata de un sector vulnerado y no de un sector vulnerable por considerar que dicha condición la padecen luego de una sucesiva puesta en marcha de políticas tendientes a generarla y no una condición natural o intrínseca del colectivo social referido.” Extracto de Sentencia del 05/12/2013 del Expediente A50835-2013/0. 5 10 En el año 2015, participé como parte del equipo de Cátedra, del Seminario “Hacia una Antropología del Espacio”, del Departamento de Ciencias Antropológicas y comencé a realizar los borradores para esta tesis. En el año 2017, me sumé al Proyecto UBACyT “Espacio Social y Políticas Públicas de Acceso a la Tierra y a la Vivienda en Buenos Aires en Perspectiva Histórica” del 2017, a cargo de mi Directora. En relación a la Tesis, el trabajo en el Juzgado despertó en mí el interés por realizarla vinculada a la problemática habitacional, a la vez que me incentivó a la profundización en la teoría antropológica y social vinculada a este tema y me puso en contacto con la población que vive en situaciones de vivienda precaria. Por ello, el presente escrito es el resultado tanto de la aproximación al problema y al campo a partir de mi la inserción profesional en el Juzgado como de mi aprendizaje académico en Antropología. Debido a ello los temas que abordé están vinculados a las preocupaciones que la población presenta ante el Juzgado, mediante un abogado o por medio de organizaciones o asociaciones civiles, preocupaciones que se materializan en demandas, que llevan a realizar continuas visitas al campo y se organizan en expedientes y se expresan en fallos. No trataré la cuestión jurídica en este trabajo, sin embargo, las líneas y problemas que se abordan desde lo jurídico están presentes en esta tesis y las organizo a través de un marco teórico que se verá en el primer y segundo capítulo. Como mencionara desarrollo las temáticas que se expresan en los expedientes judiciales que tramitan en la Secretaría Ad- Hoc como ser: acceso a servicios públicos básicos 11 de agua, luz, recolección de residuos, electricidad, la realización de obras de infraestructura como la construcción de cloacas, prevención de incendios y accidentes por riesgo eléctrico y otros. Los datos vertidos en la presente tesis son de acceso público o relevados por mí en el campo con discrecionalidad. Hay temas e información que tramitan en los procesos judiciales que son confidenciales los que por mi pertenencia a un Juzgado no puedo exponerlos aquí. En relación al relevamiento de datos en campo me refiero a información relevada entre los años 2012 y 2018. El trabajo de campo que efectué no fue a la manera de Malinowski (1986 [1922]) sino que como señalé se realizó para el Juzgado, incluyendo observación participante y entrevistas (Guber, 2004). El trabajo de campo consistió en numerosas visitas a lo largo de estos años (2012 a la actualidad), a los Barrios 1-11-14 “Padre Ricciardelli” del Bajo Flores: 31 y 31bis “Padre Mugica” de Retiro; 21-24 de Barracas; Rodrigo Bueno de Puerto Madero- Costanera Sur; 20, el Elefante Blanco y Ciudad Oculta de Villa Lugano; Ramón Carrillo, Fátima y Piletones de Villa Soldati. En las visitas, mantuve conversaciones sobre las condiciones de vida en los barrios, con diversos actores sociales: los habitantes de los mismos, los trabajadores gubernamentales, los miembros de organizaciones sociales y asociaciones civiles. En relación a la metodología y la recolección de datos en el trabajo de campo, recuperé lo aprendido en los Seminarios y en la Carrera de Antropología de FFyL de la UBA, también en los cursos de Especialización seguidos en FLACSO y en la UNAV y también del Seminario de 12 Ciencias Antropológicas en el que participé como docente y finalmente por la inserción en el UBACyT mencionado. En este sentido, a partir del campo, se recuperan algunas categorías nativas, modalidad de trabajo de la perspectiva etnográfica señalada por Kaplan y Manners (1985), y por Peirano (1985). En el campo, observamos cómo la categoría “espacio social” era “… relevante en términos teóricos, pero también metodológicos. Es una categoría conceptual y también es un indicador porque permite rastrear información en el campo y comprender/explicar situaciones, prestando atención a los usos del espacio y su significación. Mediante la observación de las acciones en los espacios se pueden inferir situaciones sociales que serían difíciles de rastrear a través de las preguntas. El espacio torna visibles determinadas relaciones sociales”. (Guebel 2015, Guebel y Zuleta 1995b). En el presente trabajo resulta fundamental considerar que la categoría “déficit habitacional” es una categoría nativa. Estas categorías con las cuales los actores sociales expresan en términos propios su realidad son, para el antropólogo, un “símbolo maestro” particular o una palabra clave que puede “…dejar al descubierto toda la estructura de un sistema social y los principios subyacentes sobre los cuales se basa un orden social” (Shore 2010). En este sentido, visibilizan las representaciones, valoraciones y lógica sociales acerca de los procesos en los cuales están implicados (Murgida y Guebel 2013). Para la investigación desarrollada, se utilizan, además de los datos de campo, fuentes secundarias, constituidas por información y datos obtenidos de: expedientes judiciales, 13 documentos oficiales, informes realizados por diferentes organizaciones públicas y privadas, y notas periodísticas. ESTRUCTURA DE LA TESIS En el primer capítulo, trataremos los principales lineamientos teóricos, de autores internacionales y nacionales, que han dado cuerpo a la presente investigación. Se desarrollan las temáticas que nos han permitido interpretar la realidad observada: la distribución espacial de la ciudad, la segregación espacial y social, la construcción de vivienda social, la política pública, la justicia social y la distribución de los ingresos. En el capítulo 2, realizaremos un abordaje introductorio a la historia de la política de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires y a nivel nacional (fines del siglo XIX a la actualidad), como un antecedente de la situación actual. También tendremos en cuenta como se ha ido conformando la Ciudad de Buenos Aires, generando en su interior una segregación socioespacial. Analizaremos a su vez cómo se producen las transformaciones espaciales de la Ciudad y veremos cómo influye dicha configuración en la distribución de los ingresos de las personas que habitan en ella. En el capítulo 3, nos introduciremos en la problemática específica del “déficit habitacional” en la Ciudad, desnaturalizando esta categoría nativa y tratando de encontrar los elementos que la configuran. Asimismo, se abordarán las temáticas presentadas en el capítulo1 y se vincularán con el caso particular aquí estudiado. Introduciremos los diferentes factores que han influido, a nuestro entender, en la profundización de la problemática del déficit 14 habitacional, como ser: la especulación inmobiliaria y el no considerar a la tierra como un bien estratégico y social. En el capítulo 4, se tratará el acceso a una vivienda digna y las estrategias desarrolladas por la población que no puede llegar a ella mediante el mercado inmobiliario formal. Se analizarán las condiciones de vida en los barrios vulnerados de la Ciudad. Y en relación a ello, se indagará en el accionar gubernamental y los nuevos procesos de reurbanización que se están llevando a cabo en algunos de los barrios vulnerados de la Ciudad. 15 CAPÍTULO 1: CONCEPTOS CENTRALES En el presente trabajo utilizaremos los aportes teóricos de autores tales como: Emile Durkheim, Marcel Mauss, Karl Marx, David Harvey, Pierre Bourdieu, Loïc Wacquant, y Slajov Zizek. 1.1. ESPACIO SOCIAL Comenzaremos presentando los aportes que tomaremos del arquitecto inglés David Harvey ([1973] 2007), por considerar que este autor realiza una síntesis de varios conceptos claves para comprender la problemática que abordamos en el presente trabajo. En el marco de sus estudios en urbanismo, tomaremos los desarrollos teóricos de los procesos y las formas sociales. Desde allí retomaremos cuáles son las conceptualizaciones del espacio realizadas por las sociedades y lo que ellas significan, qué significa el espacio, qué es la justicia social y lo que ella implica, y la distribución del ingreso en la aplicación de políticas sociales. Partimos del supuesto de que en la Ciudad de Buenos Aires, como en cualquier ciudad, los espacios tienen una manera de ser entendidos y conceptualizados por las personas que lo habitan. A la vez que, lo que allí se haga, o la manera en que se configure la ciudad, tendrá un impacto en las vidas de esas personas. Poder llegar a entender lo que significa el espacio para los individuos tanto social como geográficamente, nos va a permitir entender cómo se relacionan las personas con su entorno y comenzar a comprender los actores que se encuentran involucrados en estos espacios y cómo los espacios afectan dichas relaciones. 16 Lo que resulta imprescindible en este proceso de comprensión es entender cómo el medio ambiente adquiere significado para sus habitantes. Al respecto, es interesante observar cómo se manifiestan las jerarquías sociales en las construcciones y diseños espaciales hechos por las personas y cómo se desarrollan los procesos sociales en su interior. Harvey ([1973] 2007) nos propone el ejemplo del diseño del interior de las iglesias medievales y también menciona lo trabajado por Levi Strauss, donde a través de una estructura espacial específica que nos muestra la distribución espacial del pueblo, podemos ver su mitología y algunas relaciones entre sectores de dicha sociedad. Así mismo, cómo está organizado espacialmente un espacio en particular a veces genera barreras étnicas o religiosas donde un grupo no se cruza con otro (Durkheim y Mauss [1902] 1971; Harvey ([1973] 2007)). Esto también lo señala Bourdieu ([1980] 2013) respecto a la distribución de la casa cabila, y como la distribución y disposición de la vivienda refleja la estructura social. Harvey destaca que Lowenthal y Prince (1964) han señalado de igual modo que el hecho de que cada época modela su medio ambiente para reflejar las normas sociales del momento.6 Al respecto, Durkheim y Mauss ([1902] 1971) han estudiado la “función clasificadora” es decir, como los hombres ordenan lo que les sucede diariamente en géneros y especies, en grupos, con límites bien definidos; esto les permite establecer un orden jerárquico y las relaciones que se establecen entre los grupos. Asimismo, entendemos como Durkheim a las categorías sociales como “nociones esenciales que dominan toda nuestra vida intelectual (...) son sólidos marcos que delimitan el pensamiento” (1993:8). Dichos marcos de entendimiento son producidos colectivamente. Al individuo le antecede un mundo conceptualizado, clasificado 6 Esto me recuerda lo que me generó internamente ver el Foro Romano y lo insignificante que me sentí en ese momento frente a ello, y allí me pregunté si eso era lo que sentirían los romanos para con los gobernantes del Imperio. 17 y organizado previamente. Durkheim advierte que justamente al ser sociales no son “perpetuas” ni “naturales”, sino que varían de acuerdo a los sistemas socio-culturales que las engendran. 1.2. URBANISMO, SEGREGACIÓN ESPACIAL Y JUSTICIA SOCIAL En el marco de la problemática habitacional aquí considerada cabe resaltar la configuración espacial de la Ciudad y el desarrollo de ciertas partes y su rol en la profundización de la dificultad del acceso a la vivienda por parte de varios sectores de la sociedad porteña. Sumado a ello, deben también considerarse las Leyes y regulaciones que administran la ocupación del suelo y cómo con ellas se deja relegada a una parte importante de la sociedad, logrando construir una ciudad para pocos. Esto será desarrollado en mayor profundidad y con datos específicos en el capítulo 2. Ahora bien, ello no solo se puede observar en la dificultad de acceso a la vivienda, sino en la calidad de vida general de los habitantes de la Ciudad. Al respecto Harvey ([1973] 2007) desarrolla las nociones de distribución del ingreso y de justicia social que nos ayudan a comprender mejor estos aspectos de nuestra investigación. El autor señala que cuando pensamos en la aplicación de políticas sociales nos encontramos con el problema de cómo en dicho proceso se puede generar una justa distribución de los ingresos. Ello surge de considerar que “en un complejo sistema urbano, los ‘mecanismos ocultos’ de redistribución del ingreso normalmente aumentan las desigualdades 18 en vez de reducirlas” (Harvey [1973] 2007:49). Esto será desarrollado a lo largo del capítulo 2 y también en parte del capítulo 3. Este autor nos trae los aportes de Thompson (1965) donde señala que “El ingreso real de un individuo puede ser modificado cambiando los recursos a los que tiene acceso” ([1973] 2007:66), de esta manera los cambios generados en la forma espacial de las ciudades, y en los procesos sociales, impactan directamente en los ingresos de los individuos. La importancia de la localización de los servicios y las posibilidades habitacionales, resultan fundamentales si consideramos que, como señalan Harvey ([1973] 2007) y Bourdieu ([1977] 2013), los cambios en la localización de la actividad económica dentro de una ciudad significan cambios en la localización de las oportunidades de trabajo. Así como los cambios que acontecen en la localización de la actividad constructora significan cambios en la localización de las oportunidades de alojamiento. El principio de justicia social también hace referencia a los órdenes y las instituciones sociales implicados en la producción y en la distribución. Por ello, consideramos tener especialmente en cuenta a los sectores políticamente poderosos y por ello influyentes que configuran y han configurado el espacio en la Ciudad, a través de su peso en el mercado inmobiliario. Frente a ello, Harvey ([1973] 2007), indica que los programas que buscan modificar la distribución, sin modificar la lógica de mercado capitalista, donde el ingreso y la riqueza se crean y distribuyen, no van a rendir frutos. Esto será ampliado en el capítulo 3. En nuestro análisis consideramos que la intervención gubernamental desde el Estado es muy importante para asegurar, en un supuesto optimo, una equitativa redistribución de los recursos de la ciudad, por considerarlo una entidad que debe velar por intereses de todos sus representados. Al respecto haremos algunas consideraciones en el capítulo 3. 19 Para poder contener los efectos de los mecanismos de mercado se debe tener en cuenta que los medios capitalistas sirven a los fines capitalistas y estos no se fundan en la justicia social, ya que su base fundamental es el mantenimiento de la escasez para mantener el valor de cambio, no la distribución justa de los recursos. A ello se suma que para tender hacia una distribución lo más justa posible del ingreso se debe remarcar la importancia de controlar el proceso de redistribución de la localización de los servicios públicos, dado que estos son unos de los medios más importantes para lograr este fin en nuestra economía (Harvey [1973] 2007). Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, podemos derivar en lo que Harvey señala como Justicia Social: “Sugiero que la esencia de la justicia social puede reducirse a tres criterios, siendo la necesidad el más importante, la contribución al bien común el segundo en importancia y el mérito el tercero.” ([1973] 2007:102). Mencionaremos específicamente a que hace referencia el autor con ‘necesidad’ en tanto consideramos que es el concepto más esclarecedor de los tres para entender lo que autor quiere decir con lograr Justicia Social dado que refiere a equilibrar en cantidad y calidad dentro de las siguientes categorías: comida, vivienda, servicios médicos, educación, servicios sociales y ambientales, bienes de consumo, oportunidades de diversión, distracciones vecinales, y servicios de transporte. Los valores mínimos de cada categoría estarán determinados por las normas sociales del momento determinado que se esté viviendo, lo que permitirá tener un parámetro para lograr el fin distributivo más justo. Ahondaremos en estos temas en los capítulos 2 y 3. En el estudio comparativo que Wacquant ([2007]2010) realiza entre el gueto de Chicago y las cités francesas señala que estas últimas no serían guetos, si con gueto se entiende un espacio social determinado por particularidades “raciales” o culturales que provocan una relegación forzosa de una parte de la población que se tipifica negativamente en un territorio 20 específico. Si bien se da un proceso fuerte de estigmatización que se basa en diferenciación y distanciamiento social, no tiene una raíz racial que lo sustente. El autor describe estos procesos de segregación espacial que están sucediendo en varias partes del mundo como “la nueva marginalidad urbana”, y se refiere a una desigualdad que avanza en un contexto económico global de prosperidad. De esto se desprende una pregunta que resulta relevante, si bien no es el eje principal del presente trabajo, ¿quién se está beneficiando con esta prosperidad económica global? Está claro que las poblaciones segregadas en todas partes del mundo no serían las beneficiadas. 1.3. POLÍTICAS PÚBLICAS Y SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL A los fines de profundizar acerca de cómo se generan las condiciones de vida y el sometimiento socio-económico de una parte de la población y poder articular estos conocimientos con los procesos que se desarrollan en la Ciudad de Buenos Aires, consideramos pertinente adentrarnos en lo que propone Loic Wacquant en su libro “Parias Urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio” ([2007]2010). Dentro de los aportes teóricos que nos acerca el autor, nos centraremos en lo referente a cómo políticas públicas concretas determinan la segregación socio-espacial de una parte de la población. En el capítulo 2 se retomarán aspectos desarrollados por Wacquant ([2001] 2010) respecto de la configuración de guetos en algunas partes de EE.UU., específicamente en Chicago, donde ha habido una política pública específica que llevó a que la población afroamericana pobre se 21 concentrara en una parte determinada de la ciudad, en paralelo con un retraimiento de la presencia de Estado para con esa parte de la población. Wacquant trabaja en el apartado “Rebusque y supervivencia en la economía informal” la noción de hiperguetificación. Este proceso de segregación espacial y social de parte de la sociedad norteamericana, en especial una parte de ella que es negra y pobre se genera por la acumulación en tiempo de numerosas situaciones desfavorables para esta parte de la sociedad. En estos años ha cambiado el sistema de producción adaptándose a patrones de consumo cada vez más diferenciados. Ha persistido la segregación residencial de los negros acompañado de una política pública de vivienda que suma a esta segregación el hacinamiento. El retiro del Estado de bienestar, que ya venía achicándose hace tiempo, sumado a las crisis que fueron aconteciendo, generaron mayor pobreza y profundizándola en las zonas céntricas urbanas. A esto debe agregársele la “contracción planificada” de los servicios y las instituciones en el gueto por el cambio de las políticas federales y locales. Aspectos de estas elaboraciones serán retomadas en el capítulo 4. Como un elemento clave que sumerge en la pobreza y la segregación a este sector de la sociedad norteamericana, Wacquant señala el acceso deficiente a medios de transporte públicos también defectuosos, aspecto fundamental también mencionado por David Harvey. En el contexto local de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la importancia de los medios de transporte reside en que la población con menores recursos económicos se desplaza desde las periferias de la Ciudad y del conurbano hacia zonas más céntricas, donde se encuentran las fuentes de empleo. Dicha problemática será ampliada en el capítulo 2. En la misma línea argumentativa se encuentra lo que sostiene Wacquant sobre la política de vivienda y el sistema educativo. Si nos adentramos en el sistema educativo también 22 encontramos una política específica de diferenciación de los habitantes de los guetos para con el resto de la población estadounidense. Para esta población las escuelas ya no son instituciones educativas, sino espacios de custodia. Además, de éstas se pasa a un sistema de colegios universitarios municipales también definidos por el color de piel o la procedencia étnica y la pobreza. En este contexto es esperable que no estén preparados para desempeñarse de la misma manera en la sociedad y en la economía que otros norteamericanos que recibieron otra educación definida por otro estatus económico. Wacquant sostiene que el aumento de la pobreza y la expulsión de parte de la población de los núcleos urbanos no significa la aparición de una “infraclase” sino negligencia pública del rol del Estado en cuanto a su influencia en el acceso a la vivienda y a la segregación espacial. Al respecto, resulta pertinente tener en cuenta los datos que nos trae el autor sobre la gran diferencia entre la gran cantidad de viviendas construidas con el respaldo de la Agencia Federal de Vivienda para sectores medios/medios-altos en EE.UU. (10.000.000 entre 1937 a 1968) y la política de vivienda para los sectores bajos (800.000 para el mismo periodo) (Kerner Commission, 1989: 474). Por otro lado, señala el autor que los proyectos federales han fomentado invariablemente la segregación ya que los complejos habitacionales construidos para estos sectores bajos de la población los emplazaron, en Chicago, en los límites del gueto, delimitando con claridad el área de pobreza de la ciudad. De esta manera, Wacquant sostiene que el aumento de la pobreza y la expulsión de parte de la población de los núcleos urbanos se dio por negligencia pública. A su vez, hay una clara relación de “la nueva marginalidad urbana” con los cambios en el ámbito del trabajo, tal como lo afirma Wacquant ([2007]2010). Los cambios se dan tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Desde lo cuantitativo han desaparecido millones de 23 empleos semicalificados bajo la presión combinada de la automatización y la competencia laboral extranjera. Desde lo cualitativo, se ha generado una degradación y dispersión de las condiciones laborales, de la remuneración y la seguridad social para casi la totalidad de los trabajadores. Solo para enumerar algunas de estas consecuencias podemos señalar que una fracción significativa de la clase obrera se ha convertido en prescindible y es probable que nunca vuelva a encontrar trabajo. Por otro lado, el recibir un salario ya no asegura salir de la pobreza. A su vez, se han flexibilizado de tal manera las relaciones laborales que el tener un trabajo se ha convertido en una fuente de fragmentación y precariedad y no de homogeneidad y seguridad sociales para los que acceden a los empleos más precarios. Estos aportes serán retomados en el capítulo 2. Por otra parte, se retomará lo señalado por Girola (2004) quien sostiene para la Ciudad de Buenos Aires que las particularidades en la disposición espacial de los diferentes sectores sociales se deben a la concepción urbanística que se ha tenido sobre ella desde los mismos inicios de su proceso de conformación. Al respecto, la autora aporta datos como la ubicación de centros de acopio y gestión de basura (quema de residuos) en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires y la posterior asimilación de ese sector a una zona indeseable por los olores que emanaba. Esta temática será trabajada también en el capítulo 2. 1.4. ESTADO, ECONOMÍA INFORMAL Y SEGREGACIÓN ECONÓMICA. 24 Wacquant ([2007]2010), en otro de sus apartados llamado “Elias en el gueto negro” estudia cuáles son las causas y las consecuencias del hipergueto que se fue creando entre los ‘80s y los ‘90s; concretamente él analizará el caso del gueto negro de Chicago. Para ello se identifica con lo propuesto por Norbert Elias ([1934] 1994) en cuanto a revisar el rol del Estado en este tipo de problemáticas. Al considerar cuáles fueron los elementos causantes de la hiperguetificación, el autor distingue tres procesos. En primer lugar, la introducción de la violencia en el entramado de la vida cotidiana local. En segundo lugar, la disolución de los lazos sociales provocado por la persistencia del desempleo y la aguda privación material y una profundización de la estigmatización de este sector a través de todas las instituciones públicas que entran en contacto con esta parte de la población. Como tercer proceso, el autor distingue la informalización económica, ya sea el comercio callejero o la asistencia social, dado que el trabajo asalariado es muy escaso y precario como para anclar la vida en esa fuente de ingresos. En este apartado Wacquant incorpora específicamente la informalización económica como uno de los aspectos clave en la “hiperguetificación”. Algunas de estas estrategias informales de subsistencia serán ampliadas a lo largo del presente trabajo, particularmente en el capítulo 4. En especial serán trabajadas las estrategias informales en el mercado inmobiliario que se desarrollan en los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, siendo fundamental el rol que juega el Estado aquí. Para poder analizar en profundidad y de manera amplia el rol del Estado en la generación de estas problemáticas planteadas, se sugiere el estudio, por un lado, de todos los niveles del aparato de gobierno así como de las estrategias que desarrollan los habitantes del 25 gueto hacia él. Por otro lado, otro elemento a estudiar son las políticas estatales que lleven a profundizar la desigualdad socio-espacial. Intentaremos dar cuenta de las acciones estatales y de gobierno específicas que provocan, a nuestro entender, la segregación espacial y económica de las poblaciones vulneradas de la Ciudad de Buenos Aires, sosteniendo que, todo lo que el Estado hace o deja de hacer, va a modelar la marginalidad urbana y social. Esto será abordado tanto en el capítulo 2 como en el 4. 1.5. VIVIENDA MODERNA Nos proponernos analizar las desigualdades en el acceso de las oportunidades habitacionales que poseen los habitantes de la ciudad, en especial aquellos de más bajos recursos económicos. Junto a ello, analizaremos el contexto en que se están desarrollando los proyectos de reurbanización de barrios vulnerados en la Ciudad. Para ello, los conceptos elaborados por Pierre Bourdieu en su libro “Argelia 60” ([1977]2013), resultan un gran aporte. En dicho libro Bourdieu analiza las desigualdades económicas y sociales por medio de la introducción de la economía racional (el ethos capitalista) en la sociedad argelina. Él encuentra como ello choca con la racionalidad económica que los miembros de las tribus nómades Cabila ya poseían. Aquí se puede observar cómo, a través de las transformaciones de las actitudes económicas, se fortalecen y profundizan las desigualdades. 26 Al analizar los procesos de cambio hacia la vivienda moderna a través de programas de vivienda, donde pasarán de la villa7 a la vivienda moderna, Bourdieu señala que no debe tomarse como un proceso lineal y mucho menos como algo simple. Esto lo indica en base a las modificaciones que la población beneficiaria de un programa de vivienda tiene que hacer en su forma de vida. En la experiencia argelina los cambios hacia la vivienda moderna significaron una reconfiguración de una estructura familiar colectiva a una nuclear en una misma unidad habitacional. Esto implicó una fuerte modificación del abastecimiento de los recursos económicos de los que se proveía la unidad familiar cohabitante. Bourdieu repara en los aspectos distributivos de la localización de los emplazamientos, al igual que lo vimos en Harvey ([1973]2007). Mudarse a las nuevas unidades habitacionales significó un aumento considerable de los gastos para estas familias. El alquiler es más alto, y como estos complejos se encuentran emplazados lejos de los centros urbanos, les significa estar lejos de las oportunidades de trabajo; de esta manera, los costos de transporte para acceder al lugar de trabajo son mayores. Muchos de estos nuevos emplazamientos no están provistos de servicios tales como escuelas y comercios, lo que significa que las personas que allí habitan tienen que disponer de más dinero para poder afrontar los gastos de transporte a los fines de proveerse de lo necesario para desarrollar su vida. Esto lo veremos en los capítulos 2 y 3. Frente a esto, el autor señala que adquirir estas nuevas viviendas generan una metamorfosis cultural. No todos pueden afrontar estos cambios que acontecen en su forma de vida, principalmente por carecer de los medios económicos necesarios para hacerlo. una 7 En el caso que aquí estudiamos en la Ciudad de Buenos Aires. 27 cuestión que debe ser tenida en cuenta al emprender un proyecto de construcción y acondicionamiento de viviendas. 1.6. APROPIACIÓN DE LA TIERRA. ACUMULACIÓN DE CAPITAL Para lograr entender cómo se generan los procesos de apropiación de la tierra en pocas manos resulta atinado exponer lo que Marx resalta respecto a la “llamada acumulación originaria” ([1867]1938). Sobre ello señala que, en los albores del cambio de modo de producción, la relación del capital se crea por medio de la escisión entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo. Por un lado, esto transforma los medios de producción y de subsistencia sociales en capital. Por otro lado, convierte a los productores directos en asalariados. Por lo tanto, lo que Marx llama “la llamada acumulación originaria” es el proceso histórico de separación entre productor y los medios de producción. El proceso de escisión del productor de los medios de producción en Europa se genera a través del despojo de las tierras comunales y transformación de las tierras de labor. Lo que hicieron sirvió para conquistar el campo para la agricultura capitalista; incorporaron el suelo al capital y crearon para la industria urbana la necesaria oferta de un proletariado enteramente libre. El concepto de “acumulación originaria” acuñado por Marx es retomado por David Harvey en su escrito “El nuevo imperialismo. Acumulación por desposesión” (2004) donde señala que este proceso no sólo acontece en los comienzos del desarrollo del capitalismo, sino que sigue sucediendo a lo largo de la permanencia del sistema. Encontramos en lo que 28 destaca el autor un aumento de la especulación en el mercado inmobiliario, elemento clave para pensar el problema de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires. A la especulación inmobiliaria, elemento que tendremos en principal consideración a lo largo del trabajo, el autor lo ve con un elemento más de este proceso de acumulación originaria ampliado, donde se encuentran procesos tales como: “la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva, estatal, etc.– en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes comunes; la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas de producción y consumo alternativas; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de apropiación de activos, incluyendo los recursos naturales; la monetización de los intercambios y la recaudación de impuestos, particularmente de la tierra; el tráfico de esclavos; y la usura, la deuda pública y, finalmente, el sistema de crédito.”(2004:113) De algunos de estos procesos da cuenta Bourdieu en relación a la experiencia argelina y el desplazamiento que sufrieron los campesinos. Un elemento más que nos lleva a pensar en la distribución de la tierra entre los diferentes sectores de la sociedad. Zizek (1997) plantea, al igual que Wacquant, cómo este sistema crea excluidos, donde la acumulación desmedida es parte integrante de ello. “Las ‘excepciones’ actuales -los sin techo, los que viven en guetos, los desocupados permanentes- son el síntoma del sistema universal del capitalismo tardío; constituyen una evidencia permanente, en aumento, que nos recuerda cómo funciona la lógica inmanente del capitalismo tardío: la verdadera utopía capitalista consistía en creer que se puede - en principio, al menos, aunque a largo plazo- acabar con esta ‘excepción’ a través de medidas 29 apropiadas (para los liberales progresistas, la acción afirmativa; para los conservadores, el retorno a la autoconfianza y a los valores de la familia)”(1997:177). Estos temas los volveremos a abordar tanto en los capítulos 2, como en el 3 y 4. 30 Figura 1: Mapa con la ubicación geográfica de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires. Mapa de elaboración propia utilizando datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la CABA (2016) e información del propio trabajo de campo. 31 CAPÍTULO 2: LA CIUDAD. CONCEPTOS, CAMBIOS E HISTORIA 2.1. HACIENDO UN POCO DE HISTORIA Es pertinente en este punto traer los aportes de Karl Marx en “La llamada acumulación originaria” ([1867] 1983) ,ya que veremos cuáles son las lógicas que se están priorizando, y que están provocando el déficit habitacional al que hacemos referencia en el presente trabajo en el marco de una economía de mercado dentro del sistema capitalista. Por ello, cabe hacer un poco de historia al respecto. Marx ([1867] 1983) señala que la relación del capital se crea por medio de la escisión entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo lo cual, por un lado, transforma en capital los medios de producción y de subsistencia sociales, y por otro, convierte a los productores directos en asalariados. Por lo tanto, lo que Marx denomina “acumulación originaria” es el proceso histórico de separación entre el productor y los medios de producción. El despojo de las tierras comunales y transformación de las tierras de labor hacia fines del S. XVI para destinarlas a la ganadería por la necesidad de la producción de lana, marcan el comienzo de este proceso. En esa época se dan como casos individuales y violentos. Sin embargo, en el S. XVIII la legislación pasa a ser el elemento que avala la expropiación de las tierras del pueblo, aunque los grandes arrendatarios siguen implementando sus métodos menores y privados. De esta manera, el Estado pasa a jugar un papel fundamental en las condiciones necesarias para el desarrollo de la clase capitalista. 32 A estas tierras expropiadas se suman, por la expoliación de los bienes eclesiásticos, tierras fiscales, de propiedad comunal. La usurpación violenta de la propiedad feudal y de las tierras mencionadas fueron los métodos utilizados para generar la acumulación originaria. Esos métodos utilizados en Europa conquistaron el campo para la agricultura y ganadería capitalista, incorporaron el suelo al capital, y crearon para la industria urbana la necesaria oferta de un “proletariado enteramente libre”. “Libres” en los términos capitalistas, es decir, a disposición de capital. Resulta interesante mencionar cómo, durante el proceso de construcción de la Nación Argentina luego de su independencia de España, se tejieron lazos comerciales con Inglaterra y facilitaron el endeudamiento de la Argentina para que ésta pudiera comprarle su excedente de producción. Lo mencionado tiene relación con lo que se desarrolló anteriormente en referencia a la acumulación originaria según Marx. Dicho proceso se llevó a cabo con las guerras como la realizada contra Paraguay, donde participó parte de la región (Brasil y Uruguay) y con la “campaña del desierto” ejecutada por Julio Argentino Roca (Siglo XIX), tratándose de claras luchas para acumular capital (Pomer: [1968] 2008). En lo respectivo a la campaña del desierto, encabezada por Roca tanto en el norte como en el sur de la Argentina, debe destacarse que la apropiación de la tierra también conlleva el empleo de la mano de obra de los pueblos originarios, aunque no como obreros sino más bien como mano de obra esclava en el ámbito rural, con el pago en especias (Trinchero et al. 1992). Cabría preguntarse si las condiciones laborales de los incipientes obreros europeos distaban mucho de la de los jornaleros de los pueblos originarios que trabajaban en los ingenios azucareros, o en las estancias ganaderas del sur. 33 Fue esta acumulación de tierras en pocas manos en la Argentina lo que generó las bases para el desarrollo de una nación agroexportadora. A fines del S. XIX y principios del S. XX comenzó un proceso de inmigración masiva de población proveniente de Europa. Los nuevos habitantes de la Argentina arribaban al país con muy bajos recursos, por lo que las alternativas habitacionales que se les presentaban eran precarias. Dichos espacios habitacionales eran principalmente los conventillos, donde las condiciones habitacionales que allí se vivían eran paupérrimas. Se encontraban más o menos próximas al centro urbano, en pleno auge (Lienur 2001). Los conventillos fueron concebidos para ser habitados por los sectores populares, sin embargo, estaban atravesados por la búsqueda de altos beneficios y rentabilidad para quienes los construían, es decir, los propietarios de los inmuebles (conventillos o casa de rentas). Cabe destacar que este tipo de vivienda popular surgió luego de la epidemia de fiebre amarilla en 1871, los palacetes y casas señoriales abandonadas por las elites fueron transformadas en conventillos para alquilar habitaciones a los inmigrantes recién llegados. Los conventillos ubicados en la Boca, como así también los ubicados en otras partes de la ciudad tales como San Telmo, estaban principalmente hechos de chapa, se caracterizaban por no requerir de la intervención de especialistas para su construcción, y se empleaba tecnología elemental y materiales precarios. Consistían en una sucesión de cuartos iguales alineados a un lado o ambos de un patio, al final del cual se ubicaban los sanitarios, en su mayoría letrinas, y piletones compartidos por todos. Cabe destacar que este es un modelo clásico de construcción. Aun cuando la construcción fuera precaria, el estilo de vivienda en hilera o alrededor de un patio, ya formaba parte de un estilo arquitectónico (Lienur 2001). Tanto en Buenos Aires como en Córdoba y Rosario, junto con el crecimiento de los 34 conventillos creció también el problema de la higiene y la salud de sus habitantes. Consecuentemente, las municipalidades empezaron a legislar y controlar las construcciones de este tipo de vivienda imponiendo condiciones mínimas de salubridad que debían cumplir: mínimo de sanitarios por cantidad de habitantes, duchas para mujeres y hombres, dimensiones de las habitaciones y aprobación de planos por la municipalidad (Lienur 2001). La vivienda popular no se agotaba en los conventillos; en 1907 con el avance de los medios de comunicación, tales como la electrificación de los tranvías, surgió la autoconstrucción de viviendas de los trabajadores afectados a las obras de construcción en la ciudad. “Para el modelo de país que impulsaban las elites dirigentes resultaba más conveniente el sistema de la vivienda autoconstruida, en tanto éste podía servir como aliento a la especulación inmobiliaria, modo de dispersión de los trabajadores en el territorio, estímulo a la formación de unidades domésticas familiares mononucleares, radicación de los extranjeros, canalización local de los ahorros, ocupación del tiempo libre y súper explotación encubierta.” (Liernur 2001:55). El problema de la vivienda popular en esta época fue tratado sobre todo desde la salud (higienismo) por médicos y curas. Muchas veces, las empresas, tanto de obras públicas como los ingenios azucareros, cervecerías, ferroviarias, etc., construían viviendas para sus empleados, pero no eran destinadas a obreros sino a dirigentes o empleados medios. Los obreros por lo general se albergaban en conventillos construidos por los industriales para este fin. En la primera década del siglo XX se empezó a legislar sobre las viviendas para los sectores obreros. Una consecuencia de ello fue la construcción de un barrio municipal en Parque Patricios en 1909. A su vez, el Partido Socialista fundó en 1905 la Cooperativa El Hogar Obrero mediante la cual se construyeron viviendas unifamiliares y pequeños conjuntos de 35 casas individuales (Lienur 2001). El periodo que comprende del año 1910 al año 1930, se caracteriza por el papel de los sectores populares inmigrantes como protagonistas en la construcción de país. A su vez, Buenos Aires (así como otras grandes ciudades del país) se expande a través de loteos que crecieron en conjunto con la red ferroviaria y ligados a ésta. El problema de la vivienda para los sectores populares en este período dejó de ser afrontado de manera particular y empezó a tratarse desde las instituciones; en Buenos Aires las que se destacaron fueron: Partido Socialista, Iglesia Católica, Estado Nacional y Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En 1915 se conforma la Comisión Nacional de Casas Baratas que construyó siete barrios que sumaron aproximadamente mil viviendas. La construcción se llevó a cabo bajo dos tipologías: casas individuales mixtas y casas colectivas aisladas. Según Liernur: “no se trataba de políticas que apuntaban a soluciones globales sino de operaciones de especulación financiera que en ningún modo procuraban maximizar los resultados en términos de cantidad de beneficiarios, calidad urbana y calidad de vida de los habitantes.” (2001: 111). Luego de la crisis de 1929, más conocida como la crisis del ´30, cuya principal consecuencia para los sectores populares fue el aumento del desempleo-, el Estado asumió un rol intervencionista en la economía proponiendo un plan de industrialización nacional para suplir las importaciones. Asimismo, el Estado impulsó fuertemente la obra pública para generar empleo. La vivienda para los sectores populares pasó a ser una preocupación y una ocupación estatal, se dejó de lado la idea de que el problema habitacional se resolvería espontáneamente por acción de particulares y se replanteó el papel del Estado en ese sentido. La Comisión de Nacional de Casas Baratas sufrió así un cambio en las políticas que llevaba a cabo, lo cual 36 incluyó implementar viviendas rurales para el interior del país. La comisión planteó la importancia del planeamiento urbano dentro del problema de viviendas populares y las ventajas de construcciones colectivas de alta densidad, mostrando una contraposición con la etapa anterior que privilegiaba la vivienda unifamiliar. Se sostenía que la vivienda individual implicaba un gasto que los sectores populares no podían afrontar (Lienur 2001). A partir de la década del ´40 la Ciudad va a comenzar a cambiar su configuración “aristocratizante” (Romero 1983) de elites, para comenzar un proceso de integración donde pasará a ser una ciudad de las masas (Torres [1993]2006). Horacio Torres (1978) señala que para el periodo posterior a 1930- 1960, las características que lo distinguen son las siguientes: “a) una intensa suburbanización (es decir, importantes aumentos poblacionales relacionados principalmente con las migraciones internas y acompañados por una drástica disminución de las densidades y un aumento del radio urbano); b) una progresiva ocupación del espacio suburbano por los grupos de menores recursos; c) una difusión masiva de la pequeña propiedad urbana (el porcentaje de viviendas ocupadas por sus propietarios pasa del 26.8% al 58.1% en la Región Metropolitana entre 1947 y 1960); d) el desarrollo de un modo original de transporte público, el ´colectivo´, cuyo crecimiento acelerado contrasta con el moderado crecimiento de la red de subterráneos, el estancamiento de la red ferroviaria suburbana y la supresión del sistema tranviario; e) un proceso de desarrollo de la industria que tiene un importante impacto como factor de crecimiento y estructuración urbanos, y f) la existencia de políticas generales de tipo redistribucionista que tiene efecto sobre la política de vivienda y de transporte que actúan indirectamente sobre los procesos de estructuración espacial urbana.” (1978: 163-164) 37 Este periodo se ve marcado por un proceso de industrialización, de sustitución de importaciones para abastecer el mercado interno con la fabricación de bienes de consumo. Este periodo, y en especial de 1945 a 1955 (primera y segunda presidencia de Perón), se caracteriza por una fuerte presencia del Estado, con control de la economía, accesibilidad al crédito bancario, nacionalización de servicios públicos y la elaboración de un Plan Quinquenal y redistribución del ingreso a favor de los asalariados. A principio de la década del ´40 el tipo de tenencia que predominaba era el alquiler, tanto de casas individuales, compartidas o casa de departamentos. Los inquilinos se vieron beneficiados por la Ley de Locaciones Urbanas de 1943 que congeló el precio de los alquileres por décadas (Torres [1993]2006). No obstante, al mismo tiempo, entre la década de 1940 y 1960, el mercado de alquileres deja de tener tanta importancia por el aumento sustancial del acceso a la propiedad como forma de tenencia. Esto se pudo dar gracias a las líneas de crédito subsidiadas y una política de transporte con tarifas subsidiadas en los medios de transporte públicos nacionales. Esto generó dos tipos de expansiones urbanas: por un lado hacia la periferia ampliando las zonas suburbanas donde se asentaron los sectores con menos recursos gracias a los loteos económicos que se ponían a disposición sin ningún tipo de inversión en servicios, terrenos a bajos precios para sectores populares. El bajo precio marca una clara diferencia con el fenómeno de los barrios privados que hay hoy en día, pero la ausencia de servicios es un elemento común (tema que será abordado más adelante). Por otro lado, en las zonas centrales hubo un proceso de densificación donde se van a asentar los sectores medios, principalmente gracias a los edificios de “propiedad horizontal” (Ley de 1948) (Torres [1993]2006). 38 También en esta época tienen su origen las villas (o barrios vulnerados) en relación a la expansión urbana y la migración interna. Durante la etapa inicial de industrialización, estas alternativas habitacionales fueron aceptadas en cuanto solución transitoria de emergencia. Para abordar la problemática, se pusieron a disposición planes específicos de créditos y adjudicaciones de vivienda, pero a lo largo de los años no se pudo encontrar una manera significativa de abordar este fenómeno urbano (Torres [1993]2006). A partir de 1960 disminuye el crecimiento del área metropolitana. En 1970 el área metropolitana congrega al 35,4% del total de la población argentina. Ya entre 1970 y 1980, por primera vez el crecimiento vegetativo supera el crecimiento por migración y la inmigración de los países limítrofes comienza a tener más importancia. Luego de 1955 la incidencia del mercado en la actividad económica comienza a ser más fuerte: se deja sin efecto la ley de alquileres, se suspenden los subsidios y se elimina el financiamiento público en la compra de viviendas siendo viable solamente a través de los privados. En este periodo que abarca desde 1960 a 1980 aproximadamente, hubo varios cambios en la estructura urbana. Torres ([1993]2006) identifica tres: a) el surgimiento y ocaso de los grandes planes de desarrollo metropolitano (1958-1977), b) Los instrumentos de control del suelo, con una nueva legislación (1977), y c) El fin de los loteos económicos y la aparición de nuevas formas de suburbanización (1960-1980). Respecto al punto a) puede decirse que se quisieron implementar grandes esquemas de ordenamiento metropolitano que tuvieron problemas de implementación, entre otras cuestiones, por la interacción de varias jurisdicciones en los proyectos y también porque estos temas no entraron en el discurso político de las grandes corrientes de opinión. Algunos de los 39 proyectos fueron: el Plan Director de la Ciudad de Buenos Aires (1958-1965), el Esquema Director (1967-1969), el Estudio Preliminar del Transporte de la Región Metropolitana, el Sistema Metropolitano Bonaerense (1977). Respecto al punto b) que señala el autor, se implementaron dos elementos normativos de ordenamiento urbano: el Código de Planeamiento Urbano en la Ciudad y la Ley 8912 de usos del suelo de la Provincia de Buenos Aires. La primera buscaba drásticos cambios en las formas de ocupación de las parcelas y disminuye sustancialmente las alturas a las que se puede construir. Esto apunta a cambiar gradualmente el tejido urbano. La segunda, de la provincia de Buenos Aires, busca la estructuración del tejido suburbano disperso imponiendo una serie de requerimientos a las operaciones de subdivisión. Asimismo, cabe destacar la construcción de la red de autopistas urbanas y en la ruta panamericana su tramo del “Acceso Norte”, lo que dará pie a futuras suburbanizaciones. Respecto al fin de los loteos económicos que acontecen a partir de 1960 y en un contexto de crisis hacia la década del ´80, el número de propietarios se mantiene estacionario en los años ´70, y los habitantes de las “villas” o barrios vulnerados (como las llamamos en este trabajo) se duplica en el Gran Buenos Aires, en conjunto con los planes de erradicación de villas de los gobiernos de facto. A partir de los años ´80, con una crisis económica asentada donde las políticas neoliberales son las que se van a desarrollar y el Estado va a dejar de ser el protagonista, se da un fenómeno donde se privilegia lo local (municipalidad, barrio, etc.), lo operativo (en emprendimientos de poca inversión), la gestión (con la aparición de nuevos actores, grupos autogestionados). Sin embargo, se emprendieron a su vez, a nivel municipal, la rehabilitación de viviendas y provisión de servicios a través de sistemas autogestionarios, y también grandes 40 proyectos locales de renovación urbana (armado del proyecto para la ejecución de Puerto Madero en los años ‘90), con la condición de que su rentabilidad esté garantizada y el financiamiento asegurado (Torres [1993]2006). Asimismo, en lo referente a la estructura urbana, Torres ([1993]2006) señala tres procesos específicos: a) de la “villa miseria” a los “asentamientos”, b) aparición de suburbanizaciones para sectores de altos ingresos (country clubs), c) aumento del deterioro central con la proliferación de los “hoteles y pensiones”, las villas (o barrios vulnerados) en Ciudad de Buenos Aires y la ocupación de viviendas desocupadas. El primero de los procesos que menciona el autor hace referencia a la ocupación ilegal de tierras periféricas. Los asentamientos van a buscar tierras vacantes y se asientan tratando de no diferenciarse del tejido urbano regular, es decir, adoptando un diseño regular, amanzanado y parcelado, lo cual ayuda a que el proceso administrativo para regularizar el asentamiento sea más fácil, lo que en la provincia de Buenos Aires se llevó a cabo a través de la Dirección General de Regularización Dominial. Estas medidas resultan las únicas accesibles para los sectores de menores ingresos. El segundo proceso al que hace referencia Torres ([1993]2006), la aparición de los “Country Clubs”, se da por la creación de las vías de acceso más agiles, como ser, el Acceso Norte, la Autopista 25 de mayo, y el Acceso Sudeste; estos “countries” se van a ubicar en las cercanías de estas vías de acceso. Administrativamente se organizan como un consorcio de propiedad horizontal. Ya ha sido analizado este fenómeno desde los efectos de segregación social que provocan y también su relación la “falta de seguridad” en relación a delitos. Respecto al deterioro central dicho proceso se observa en la perdurabilidad de los conventillos con hacinamiento y precariedad; en algunos casos, en la estabilidad como inquilino 41 dentro de esa vivienda y en la precariedad edilicia también. Los hoteles y pensiones también representan una forma de precarización habitacional en cuanto ofrecen habitaciones donde la privacidad es mínima, las condiciones edilicias son altamente deficitarias, así como la iluminación, la ventilación y las instalaciones sanitarias. No poseen contratos lo que provoca que puedan ser desalojados de forma inmediata. En estos dos casos (los conventillos y los hoteles y pensiones), “el acceso a la centralidad se paga con hacinamiento” (Torres [1993]2006: 40). Concretamente, los procesos de deterioro central que menciona el autor y que se dan por fuera del mercado son: por un lado, las villas (o barrios vulnerados) y el aumento de su población, y por el otro, las casas tomadas donde frente a la crisis se busca en casas deshabitadas, propiedades con juicios sucesorios, edificios en construcción paralizados y propiedades fiscales en desuso, espacios donde asentarse y vivir. Esta síntesis del proceso histórico de cómo ha evolucionado la cuestión habitacional y de la tierra en Argentina busca dar una base para comprender lo que se va a analizar en el presente trabajo, en especial el correlato entre políticas habitacionales específicas llevadas a cabo por el Estado. Esto cambia cuando esas políticas dejan de estar presentes y a su vez se presentan situaciones de crisis económica. 2.2. SEGREGACIÓN ESPACIAL EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES En la presente sección daremos cuenta de algunos aspectos que contribuyen a configurar la segregación espacial (ver Figura 1 y 2) en la Ciudad de Buenos Aires. Presenta 42 características definidas en su configuración espacial en la que se distingue a los diferentes sectores sociales que la conforman. Nos basamos en lo elaborado por Wacquant ([2001] 2010) respecto de la configuración de guetos en Chicago (EE.UU.), donde por una política pública específica se concentra la población afroamericana pobre en una parte específica de la ciudad, acompañado con un retraimiento de la presencia del Estado. También seguimos a Girola (2004), quien sostiene que las particularidades en la disposición espacial de los diferentes sectores sociales en la Ciudad se debe a la concepción urbanística de la misma desde los inicios de su conformación como tal. Figura 2: Contraste urbano y segregación espacial. Imagen del Barrio vulnerado 31, de la zona de Retiro, con edificios en torre de la ciudad “formal”, de fondo (Foto de Silvina Gautier del año 2012). 43 El hecho de que haya una distribución diferenciada y desigual de los espacios en la Ciudad significa que no todos sus habitantes acceden de la misma manera a los recursos disponibles en ella, como por ejemplo: la tierra, la vivienda, el trabajo, el transporte y los servicios públicos como: la luz, el gas, la electricidad, entre otros (Guaimas 2012). Este punto está directamente relacionado con lo que planteamos anteriormente, respecto al acceso a la vivienda y quienes pueden vivir dentro de ella, y quienes no, siendo expulsados de la misma (Oszlak 1991), o viviendo en condiciones indignas en el interior de la misma. Esto último lo abordaremos en profundidad en el capítulo 4 A lo largo de este apartado veremos cómo la distancia espacial respecto de los recursos genera en los sectores populares la imposibilidad de acceder a condiciones dignas de vida, o bien que éstas se vean considerablemente mermadas, o tener que vivir a mayor distancia, lo que les implica más tiempo de viaje y un aumento en sus costos de vida. Las relaciones que se han desarrollado entre el espacio físico y el espacio social (Bourdieu 2002), han llevado a producir y reproducir las relaciones de diferenciación que se establecen entre los sectores de mayores ingresos económicos y los sectores más vulnerados de la Ciudad. El espacio físico indica un rango de orden y locación de un individuo u objeto, en cambio la relación con el espacio social da cuenta del lugar que ocupan los agentes sociales para ser considerados como tales, las relaciones con los campos en los que se mueven y con las cosas en cuanto los agentes se apropian de ellas. “la posición de un agente en el espacio social se expresa en el lugar del espacio físico en que está situado, por lo tanto, (…) en la relación entre la distribución de los agentes y la 44 distribución de los bienes en el espacio se define el valor de las diferentes regiones del espacio social reificado” (2002:120). Prestar atención a las relaciones y condicionamientos mutuos entre espacio físico y espacio social nos permite comprender el proceso de identificación de un espacio determinado que puede denominarse Barrio, por ejemplo, con un grupo socio-económico particular (Segura 2009). Esto puede delimitar el tránsito en la Ciudad si consideramos que hay zonas consideradas “peligrosas” por algunos sectores sociales. Ejemplo de ello es la experiencia de una de las primeras visitas de trabajo de campo, que realizamos al barrio “21-24” de Barracas: “Habíamos ido hasta el barrio con el equipo de trabajo de la Secretaría del Juzgado, en un taxi esa fue la primera vez que al estar acercándonos al lugar de destino, escuché que desde el GPS que tenía el vehículo que nos llevaba, el dispositivo indicaba: “Nos estamos acercando a una zona peligrosa”” (libreta de campo). De este modo, vemos cómo se han configurado hasta los dispositivos electrónicos para marcar las barreras espaciales que implican barreras sociales. Como señala Van Gennep los habitantes de un territorio “y sus vecinos conocen muy bien los límites territoriales a los que se extienden sus derechos y prerrogativas” ([1909] 1986: 24, 25), y en este punto incluso los dispositivos electrónicos nos lo recuerdan. La vida de los habitantes de los barrios vulnerados se ve modelada por dos elementos antagónicos: por un lado los procesos de segregación que empujan a la población hacia el aislamiento; pero, a la vez, se ven obligados a salir de sus límites ya que no pueden autoabastecerse si se mantienen aislados (Wacquant [2001] 2010). 45 Para conocer las maneras de experimentar el espacio social, Da Matta (1985) y Durkheim y Mauss (1902) nos dan elementos para focalizarnos en los diferentes modos que tienen las personas para relacionarse entre el afuera y el adentro, lo público y lo privado, lo propio y la otredad, etc. La mayoría de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, están ubicados en la zona sur, contraponiéndose a la pudiente zona norte: norte rico, sur pobre, clasificación por orientación sumado a clase social. En el caso de los barrios vulnerados ubicados en zonas “pudientes” de la ciudad (ver Figura 1 y fotografías en Anexo), no son considerados como parte del lugar en el que se encuentran. Así es como ocurre con el Barrio “31-31bis” ubicado en el barrio de Retiro, a pocos metros del “elegante y aristocrático” Barrios de la Recoleta, lugar tradicionalmente e históricamente habitado por la clase alta argentina desde finales del S. XIX. En esa zona se ubican los “palacios” de la oligarquía argentina en la tradicional Av. Alvear y también la sede de las estaciones de tren de Retiro, de las líneas Mitre, Belgrano Norte y San Martín, así como la terminal de ómnibus de Retiro. Es en estos terrenos pertenecientes al Gobierno Nacional, donde desde hace más de 50 años se ubica el Barrio 31, y en los últimos años, el 31 bis, próximos también a la terminal de ómnibus de la Ciudad de Buenos Aires8. Otro caso paradigmático es el caso del Barrio “Rodrigo Bueno” que se encuentra ubicado en el Barrio Puerto Madero (ver Figura 1), un barrio “nuevo” dentro de la configuración histórica de la Ciudad. Rodrigo Bueno surge antes de que el Barrio Puerto Madero hubiera 8 A donde llega la población del interior del país en muchos casos con pocos recursos económicos. 46 pasado por su proceso de ennoblecimiento9. Dicha zona era anteriormente llamada Costanera Sur, llenada de escombros en la época de la dictadura militar (1976-1983), impidiendo el acceso al río y posteriormente cubierta de naturaleza transformándose y categorizándose como una reserva natural. En los años ´80 comenzó la llegada de los primeros “ocupantes” del Barrio (Carman et al. 2005). Al día de hoy, con el proceso de ennoblecimiento que comenzó a principios de la década de los ´90 y siendo una zona abandonada, se construyen grandes edificaciones en la Costanera Sur transformándose en Puerto madero, uno de los lugares más modernos y caros de la ciudad de Buenos Aires. La ubicación de estos barrios populares implica proximidad física pero no social con el entorno; esta proximidad no lleva consigo la pertenencia al espacio social que se encuentra a su alrededor. Aspectos que han trabajado y hemos señalado Bourdieu (2002), Wacquant ([2001] 2010), Da Matta (1985), Guaimas (2012). Por esta razón, puede comprenderse por qué se ha intentado desplazar y reubicar al Barrio 31 y a Rodrigo Bueno en más de una oportunidad y por qué, en la actualidad, sean los primeros barrios a ser reurbanizados. El papel del Estado en la producción y reproducción de las diferenciaciones espaciales tanto físicas como sociales, ha sido y es fundamental. Un ejemplo interesante sobre las decisiones que toma el Estado en la configuración espacial de la Ciudad es el que da Girola (2004) sobre el complejo habitacional ubicado en Villa Soldati. Resulta pertinente analizar la decisión política que se tomó cuando se construyó este complejo de viviendas sociales en una Concepto elaborado por María Carman (2005), quien retoma a O’Connor y Wynne (1997), para señalar que se genera que un recentramiento de zonas que antes eran consideradas marginales. Se verá mejor desarrollado este concepto más adelante. 9 47 parte particular de la zona sur de la Ciudad. Allí se concentraban los residuos domiciliarios y se procedía a su quema por encontrarse en una zona alejada del resto de la ciudad lo que provocaba una emanación de olores, identificando al barrio y a la población negativamente con la actividad que allí se realizaba. En la actualidad, en la zona de Villa Soldati y Lugano, tienen viviendas y edificios que fueron construidos con fin social y también se encuentra el centro de acopio de basura de la Ciudad y numerosos barrios vulnerados ubicados en sus cercanías.10 Los límites que se establecen en la Ciudad son tanto territoriales, económicos como simbólicos y se establece una relación directa entre la distancia social y la configuración espacial. Como señala Wacquant ([2007]2010), se produce un fortalecimiento de relaciones sociales particulares por la reproducción de las condiciones que posibilitaron dichos límites lo que genera segregación social a través de la reproducción de las diferencias sociales. Es decir que si se concentra a dicha población en espacios específicos, separados del resto de la sociedad, se ligará íntimamente el espacio limitado con las condiciones socio-económicas de la población que lo habita, generando que entre ellos las relaciones sociales particulares se fortalezcan. Profundizando en relación a la problemática de la segregación especial, resulta imprescindible considerar cómo se da la distribución de los servicios y a quién benefician. Al respecto traemos lo que señala Harvey: “Es útil empezar por dividir los bienes en bienes puramente privados (que ser producidos y consumidos sin que existan efectos contra terceras personas) y bienes puramente públicos 10 Algunos de los barrios que allí se encuentran son: “20”, “Ramon Carrillo”, “Fátima”, “Piletones”, “Cildañez”, entre otros. Ver Figura 1. 48 (que una vez producidos, están libremente disponibles para quien quiera utilizarlos). (…) Es interesante observar que un ejemplo de un bien público ‘impuro’ utilizado por Buchanan se refiere a la localización. La localización de un servicio público, como un parque de bomberos (o para el caso cualquier servicio público), significa que la población no se beneficia homogéneamente, ni en cantidad ni en calidad, de la protección contra incendios en lo que al consumo se refiere, aunque exista la misma cantidad y calidad de protección contra incendios al servicio de la población en lo que a la producción se refiere” ([1973] 2007:56). Dentro de los elementos que configuran una vivienda adecuada, se encuentra la accesibilidad, como veremos en el capítulo 4. Tal como señala Harvey: “Para comprender el impacto distributivo es necesario combinar las nociones de accesibilidad y proximidad, desarrolladas anteriormente, con la noción de bien público impuro. Todos los bienes públicos localizados son ‘impuros’, y la exterioridad existe como un ‘campo espacial de efectos” ([1973] 2007:57). Al respecto, un elemento a ser mencionado es el acceso a los servicios por parte de los sectores más pobres de la sociedad y cómo ello hace más difícil el acceso a los lugares donde se encuentran las posibilidades laborales. El uso de los medios de transporte públicos para llegar al lugar del trabajo y las dificultades que se pueden tener para acceder a ellos puede impactar en el acceso a las fuentes de trabajo. David Harvey ([1973] 2007) sostiene que cuando en una ciudad cambia la localización de la actividad económica, estos cambios generarán cambios en las oportunidades de trabajo; de la misma manera cuando acontecen cambios en la localización de la actividad constructora, esto representará cambios en las oportunidades de alojamiento. 49 “El proceso de relocalización dentro del sistema urbano ha servido para mejorar las oportunidades de las familias prósperas que habitan los suburbios y para disminuir las posibilidades de las familias de bajos ingresos del interior de la ciudad. La situación podría ser contrarrestada en parte con una adecuada política de transportes, pero esta política ha facilitado en general la situación actual en vez de contrarrestarla” ([1973] 2007:59) Lo mencionado es fácilmente relacionable con la distribución de las zonas más y menos pudientes de la Ciudad. Al respecto, Da Matta (1985), Durkheim y Mauss ([1902] 1971), y específicamente Grimson (2009) dando ejemplos en Buenos Aires, señalan que se puede observar una clara distinción entre centro/periferia, norte/sur en diferentes aspectos como ser: elementos históricos, infraestructura urbanística de Buenos Aires, la ubicación de los subterráneos o la distribución de los servicios en general. Por ejemplo, el subterráneo no llega a la zona sur de la Ciudad; más adelante daremos más ejemplos de la diferencia en la distribución de los servicios entre el sur y el norte de la Ciudad y sus consecuencias en el acceso a las fuentes de trabajo (Ver Figuras3 y 4). Frente a esto que venimos señalando Harvey dice que: “El movimiento de población, bienes, servicios e información se desarrolla en un espacio relativo, dado que ello significa dinero, tiempo, energía, etc., para superar el problema de las distancias. Asimismo, los terrenos se revalorizan por el hecho de estar relacionados con otros terrenos. Por otro lado, las fuerzas potenciales de la población, el mercado y el comercio al por menor son bastante reales dentro de los sistemas urbanos, y, en forma de renta, el espacio relacional se convierte en un aspecto fundamental de la práctica humana social” ( Harvey: [1973] 2007:6). 50 En relación a lo recién mencionado es interesante cuestionarnos acerca de los nuevos proyectos de reurbanización en la Ciudad ¿Por qué se eligieron esos y no otros barrios para reurbanizar? ¿Será porque los elegidos están en una zona muy valiosa y su mejoramiento o progresiva desaparición si son vendidos los terrenos, revalorizará aún más dichas zonas? Estas son algunas de las cuestiones a ser tenidas en cuenta. 2.3. TRANSFORMACIONES SOCIO-URBANAS María Cristina Cravino en su libro “Las villas de la Ciudad. Mercado e informalidad urbana”([2006]2014) hace una síntesis histórica del contexto de surgimiento y desarrollo de las villas de la Ciudad de Buenos Aires. Además, analiza el desarrollo de un mercado inmobiliario informal dentro de las villas de la Ciudad de Buenos Aires, elemento que desarrollaremos aquí intentando señalar algunos elementos que han sucedido desde la publicación de la autora. Cravino analiza una serie de “transformaciones sociourbanas” que acontecen actualmente en la Ciudad a través de inversiones de grandes grupos económicos en ciertos sectores y que provocan, en algunos casos, segregación urbana de ciertas partes de la población al generarse la valorización de nuevos espacios, antes olvidados, tales como determinadas zonas del sur. Esto toma nueva forma con los proyectos de reurbanización de algunos barrios vulnerados y los cambios en los códigos urbanísticos y de edificación. La autora desarrolla lo que representa el mercado inmobiliario informal en las villas de la ciudad; frente a esta realidad se pregunta acerca del porqué del surgimiento de esta forma de mercado que funciona de forma paralela al formal, y cuál es la problemática del acceso al suelo 51 y a la vivienda de estos sectores sociales que optan por esta forma para procurarse un techo. Al adentrarse en esta problemáticas e encuentra con una extensa red de relaciones que permean los procesos de compraventa y alquiler de inmuebles en la villa. A partir de ello, sostiene que no es sólo una lógica económico-comercial la que mueve estas transacciones, sino que también se ven atravesadas por lógicas de reciprocidad; cuestiones que discutiremos en el presente trabajo, en relación con el resto de los elementos que nos proponemos analizar. 2.4. CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN SOCIO-ESPACIAL. Resulta conveniente mencionar aquí que, a la par de los procesos que estuvimos mencionando también se desarrollan procesos de gentrificación en la Ciudad que está generando claras situaciones de desigual acceso a la vivienda para los sectores de recursos medios y bajos. Con gentrificación11 nos referimos, como Pablo Ciccolella (1999), al desplazamiento territorial de sectores bajos de la sociedad, por parte de sectores más altos. Según Hilda Herzer (2008), para que esto se lleve a cabo se debe cumplir con ciertos pasos: debe haber una merma en la población antes de la transformación urbana, cambiar el valor de la tierra y la propiedad de la misma, cambiar la población del lugar por individuos de mayores recursos, cambiar el espacio construido y surgirán nuevos servicios, lo que traerá consigo la reunión de grupos de individuos con los mismos intereses de consumo. Este proceso trae aparejado una serie de acciones del Estado que pueden ir desde 11 Un término proveniente del idioma inglés derivado de la palabra gentry que denominaba a una parte de la población británica, nobleza venida a menos e incipiente burguesía, previo a los albores de la revolución industrial. 52 fomento tributario para atraer otro tipo de sector social/cultural del que habitualmente ocupa dicho espacio, generar cambios tales como el traslado de edificios públicos que comience a cambiar la configuración espacial del lugar. Éstos son solo algunos ejemplos posibles que acontecieron en el barrio de La Boca, Barracas y en Parque Patricios. Damos cuenta de procesos similares contemplando también los conceptos elaborados por María Carman (2005), sobre ennoblecimiento urbano, quien retoma a O’Connor y Wynne (1997), señalando que se genera un recentramiento de zonas que antes eran consideradas marginales. Asimismo, la autora señala en su estudio sobre el barrio del Abasto que este proceso conlleva una transformación cultural que reconfigura la zona haciéndola digna de ser vista, visitada y habitada. Lo encuentra íntimamente relacionado con un posterior aumento en los valores de los terrenos en cuestión. 2.5. LA UBICACIÓN DE LAS COSAS Y EL INGRESO DE LOS INDIVIDUOS Ya hablamos de la segregación espacial y los efectos que trae para los sectores más vulnerados de la sociedad. A ellos les resulta más difícil adaptarse a los cambios que acontecen a su alrededor por carecer de recursos económicos que le permitan adaptarse a las distancias a las que pueden ubicarse los nuevos complejos económicos- laborales, o las viviendas a las que ellos pueden acceder por su costo, ya sea la construcción en el conurbano, la ocupación de tierras, etc. Como parte del mismo problema, se encuentra el tema de la distribución del ingreso y la relación que tiene en la segregación espacial de las ciudades, y en los ingresos de los 53 individuos. Al respecto, ya mencionamos lo que Da Matta (1985), Durkheim y Mauss ([1902] 1971), Grimson (2009) y Harvey ([1973] 2007) señalan. Lo propio hace Bourdieu en su libro “Argelia 60” ([1977] 2013): repara en los aspectos distributivos de la localización de los emplazamientos, al igual que lo visto en Harvey ([1973] 2007). Mudarse a las nuevas unidades habitacionales lejos de los lugares de trabajo significa un aumento considerable de los gastos para estas familias. El alquiler es más alto, se dejan de compartir gastos dado que vivían varias familias en una misma unidad habitacional y ahora con la vivienda moderna pasan a ser familias mononucleares. Como estos complejos se encuentran emplazados lejos de los centros urbanos, les significa estar lejos de las oportunidades de trabajo, y por ende los costos de transporte para acceder al lugar de trabajo son mayores. Muchos de estos nuevos emplazamientos no están provistos de servicios tales como escuelas o comercios, lo que significa que las personas que allí habitan tienen que disponer de más dinero para poder afrontar los gastos de transporte a los fines de proveerse de lo necesario para desarrollar su vida (Bourdieu: [1977] 2013). Wacquant ([2007] 2010) también señala un elemento clave que sumerge en la pobreza y la segregación a la parte afroamericana vulnerada de la sociedad norteamericana: el acceso insuficiente a medios de transporte públicos también deficientes. En la Ciudad de Buenos Aires también es significativo, dado que las posibilidades habitacionales dentro de la ciudad son deficitarias y si se opta por vivir en la periferia sur de la ciudad, o en el conurbano, el tiempo de viaje para llegar al trabajo aumenta considerablemente (ver Figuras 3 y 4). Esto está directamente relacionado con el acceso a las fuentes de trabajo, lo que impacta en los grados de ocupación y desocupación. (ver Figura 3) 54 De esta manera, y como ha sido señalado, la ubicación de los servicios públicos, de las zonas productivas, de los centros urbanos habitacionales, etc., van dando forma a la ciudad y la distribución de los habitantes al interior de la misma, o fuera de ella. Asimismo, dan cuenta de cómo será el acceso a los recursos para cada uno de esos habitantes Por ejemplo las diferencias entre genero (ver Figura 4). Un ejemplo de ello, es el acceso a los medios de transporte, por ejemplo, en el caso de la zona sur de la ciudad. En esta parte de la ciudad es insuficiente y deficiente. En primer lugar, las líneas de subterráneos no llegan al extremo sur oeste de la Ciudad, si bien la línea H está programada para llegar al Bajo Flores. En segundo lugar, el tren llega en su línea Belgrano Sur, una de las más deficitarias de todo el sistema ferroviario por su escasa frecuencia y el precario estado de las formaciones. Por último, las líneas de colectivo funcionan e incluso se ha hecho una extensión del Metrobus, pero ello no asegura el servicio continuo ya que por momentos el servicio se corta o cambia su recorrido en algunas zonas. De más está señalar que es en la zona sur de la Ciudad donde se encuentra más población con una situación habitacional vulnerada. A continuación, proporcionaremos datos sobre los niveles de ocupación y desocupación laboral en la Ciudad, estableciendo diferencias entre zonas geográficas, así como también por género pudiendo observar que el “ser mujer” también es un elemento que restringe las posibilidades de conseguir trabajo. En la Figura 3 los niveles de desocupación y de subocupación van elevándose a media que nos dirigimos hacia el sur de la Ciudad. Los niveles de subocupación son mayores que los de ocupación en toda la Ciudad. En la Figura 4, tanto la tasa de desocupación como la de subocupación es mayor en las mujeres en comparación con los hombres lo que se condice con 55 los datos de la Figura 2 en cuanto a que los niveles de desocupación y subocupación aumentan a medida que nos dirigimos hacia el sur de la Ciudad. Figura 3: Tasa de desocupación y subocupación de la Ciudad de Buenos Aires expresado en porcentajes, desagregado por zonas norte, centro y sur. En el 2017. Referencias: Tasa de desocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se encuentra desocupada; cociente entre la suma de la población desocupada sobre el total de la población económicamente activa. Tasa de subocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se encuentra ocupada y trabaja menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y desea trabajar más horas; cociente entre la suma de la población subocupada sobre el total de la población económicamente activa. Zona Norte: Comuna 13 (Nuñez, Belgrano), Comuna 14 (Palermo), Comuna 2 (Recoleta). Zona Centro: Comuna 1 (Retiro, Constitución), Comuna 3 (Balvanera), Comuna 5 (Almagro), Comuna 6 (Caballito), Comuna 7 (Flores ), Comuna 11 (Villa del Parque), Comuna 12 (Villa Pueyrredon), Comuna 15 (Villa Crespo). Zona Sur: Comuna 4 (Parque Patricios, Barracas, La Boca), Comuna 8 (Villa Lugano), Comuna 9 (Mataderos), Comuna 10 (Floresta). Gráfico de elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (2017) “Tasas de actividad, empleo, desocupación y subocupación horaria de la población de 10 años y más por comuna. Ciudad de Buenos Aires. Años 2008/2017.” http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=70420. 56 Figura 4: Tasa de Desocupación y subocupación en la Ciudad de Buenos Aires, diferenciado por género y zona geográfica norte, centro y sur, expresado en porcentajes. En el 2017. Referencias: Tasa de desocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se encuentra desocupada; cociente entre la suma de la población desocupada sobre el total de la población económicamente activa. Tasa de subocupación: porcentaje de la población de 10 años o más que se encuentra ocupada y trabaja menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y desea trabajar más horas; cociente entre la suma de la población subocupada sobre el total de la población económicamente activa. Zona Norte: Comuna 13 (Nuñez, Belgrano), Comuna 14 (Palermo), Comuna 2 (Recoleta). Zona Centro: Comuna 1 (Retiro, Constitución), Comuna 3 (Balvanera), Comuna 5 (Almagro), Comuna 6 (Caballito), Comuna 7 (Flores), Comuna 11 (Villa del Parque), Comuna 12 (Villa Pueyrredón), Comuna 15 (Villa Crespo). Zona Sur: Comuna 4 (Parque Patricios, Barracas, La Boca), Comuna 8 (Villa Lugano), Comuna 9 (Mataderos), Comuna 10 (Floresta). Varón: género masculino, Mujer: género femenino. Gráfico de elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (2017) “Tasas de actividad, empleo, desocupación y subocupación de la población de 10 años y más según sexo y comuna. Ciudad de Buenos Aires. Año 2017.” http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=82406. 57 Retomando lo que veníamos señalando, la distancia y el espacio en un sistema urbano son fundamentales para medir la accesibilidad. Esto no es lo mismo a proximidad, señala Harvey, ya que la proximidad la entiende como “los efectos de estar junto a algo que la gente no utiliza directamente” ([1973] 2007:54). Ello puede ser, por ejemplo, vivir cerca de una fuente de contaminación, como los habitantes del barrio “20” por ejemplo, que vivían al lado de un cementerio de autos que provocó una alarmante contaminación de dichos suelos (en el capítulo 4 daremos más datos sobre ello). Esto le va a imponer un costo extra a la familia ya sea en gastos médicos (o de transporte hacia el médico) o de mudanza, o emocionales por tener que reubicarse, entre otros posibles. Según los datos mencionados por la EAH (encuesta anual de hogares de la Ciudad de Buenos Aires), podemos ver la diferencia que hay entre quienes pueden acceder a un espacio determinado y quiénes no, con qué recursos cuenta (Durremberger1987), y con ello el acceso a un empleo (Ver Figuras 3 y 4). Para las poblaciones de bajos recursos económicos implicaría un costo muy grande en términos monetarios y temporales mudarse a zonas rurales o muy alejadas para vivir, ya que para ellos el costo de trasladarse todos los días a trabajar desde allí sería muy alto. No resulta comparable la situación de una persona de altos recursos, que puede vivir en Pilar o tener una casa de fin de semana en las afueras de la ciudad, por ejemplo, que se traslada a las zonas rurales a jugar al golf, o vive en un country y se traslada en auto a la ciudad (Harvey [1973] 2007). Lo antedicho alude a que los ingresos reales de las personas cambian según los recursos a los que tengan acceso o no y también en relación a la proximidad, distancia o accesibilidad. Por ello, quienes tomen la decisión de elegir donde se ubicará tal o cual edificio, área de servicios, plaza, etc. debe tener en cuenta que esa medida tiene un significado e 58 impacto distributivo. 59 CAPITULO 3: EL DÉFICIT HABITACIONAL 3.1. ORIGEN DEL CONCEPTO COMO CATEGORÍA NATIVA Según diversos estudios (Asiain y Putero: 2015a; Guebel: 2017, Putero: 2011), en la Ciudad de Buenos Aires, hay “déficit habitacional”. Si bien es una problemática nacional, se encuentra agravada en la Ciudad. El “déficit habitacional” es una categoría nativa utilizada por los formadores de políticas públicas habitacionales que a su vez se encuentra presente en varios textos normativos, como ser, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires creada en el año 1996 y en la relativamente reciente Ley 14.449 de “Acceso justo al hábitat” de la Provincia de Buenos Aires sancionada en el año 2012. En la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su Capítulo Quinto (que refiere al Hábitat), Art. 31 se toma la noción de “déficit habitacional” desde la siguiente perspectiva: “La Ciudad reconoce el derecho a una vivienda digna y a un hábitat adecuado. Para ello: 1. Resuelve progresivamente el déficit habitacional, de infraestructura y servicios, dando prioridad a las personas de los sectores de pobreza crítica y con necesidades especiales de escasos recursos. 2. Auspicia la incorporación de los inmuebles ociosos, promueve los planes autogestionados, la integración urbanística y social de los pobladores marginados, la 60 recuperación de las viviendas precarias y la regularización dominial y catastral, con criterios de radicación definitiva. 3. Regula los establecimientos que brindan alojamiento temporario, cuidando excluir los que encubran locaciones” (CCABA, [1996]2016:36). En la Ley 14.449 de “Acceso justo al hábitat” de la Provincia de Buenos Aires se parte del concepto basado en la noción de “Déficit Urbano- Habitacional” donde se señala en su art. 4: “la escasez, la calidad insuficiente o la inaccesibilidad a condiciones materiales, servicios y espacios aptos para satisfacer las necesidades y promover una mejor calidad de vida de la población en el marco de un hábitat ambientalmente sostenible” (Ley 14.449: 2012). Esta categoría de “déficit habitacional” se desarrolló en base a nociones elaboradas en el programa de la ONU (Organización de Naciones Unidas) “Hábitat” donde, en la segunda conferencia llevada a cabo en Estambul en el año 1996, se acordó entre los miembros participantes dos principios a resguardar: asegurar vivienda adecuada para todos, y garantizar el desarrollo adecuado de los asentamientos humanos en el mundo urbanizado. Al evaluar la noción de déficit habitacional debe considerarse que están contempladas tanto una variable cualitativa como una cuantitativa, según varios autores (Asiain y Putero 2015ª, Guebel 2017c, Putero 2011). Desde la variable cualitativa se tiene en cuenta que, si bien hay un gran número de viviendas habitadas, las mismas necesitan mejoras para que sean consideradas viviendas dignas. Desde la perspectiva cuantitativa, se entiende que hay un faltante de viviendas para la población de toda la Argentina y, en nuestro caso, para los habitantes de la Ciudad. Asimismo, la denominación “déficit habitacional” contempla “la escasez, la calidad insuficiente o la inaccesibilidad a condiciones materiales, servicios y 61 espacios aptos para satisfacer las necesidades y promover una mejor calidad de vida de la población en el marco de un hábitat ambientalmente sostenible”12. En el último capítulo desarrollaremos la noción de vivienda adecuada desarrollada por la ONU, la cual nos sirve para describir lo que aquí se entiende como vivienda digna, especificando cuáles serían los elementos que deberían tener todas las viviendas para ser habitables. En este sentido, se entiende que la vivienda no es sólo una unidad física, sino también un “hábitat” y dentro de ese “hábitat” se desarrollan relaciones sociales específicas (Colque 2017) que la constituyen como tal en una unidad habitacional y a su vez la hacen parte de una unidad mayor que es la ciudad. Tal como fuera especificado, la categoría de “déficit habitacional” es una categoría construida y pensada desde las políticas públicas. Por ello, resulta pertinente pensar a la vivienda como “hábitat” a los fines de que en el diseño de políticas públicas tendientes a abordar el “déficit habitacional”, se piense a la vivienda como un bien social donde se desarrollarán relaciones sociales específicas. En este sentido, este abordaje permite pensar a la vivienda desde una perspectiva amplia, no focalizándose en su aspecto físico, es decir, no considerarla como una mercancía. 3.2. EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA. LAS CAUSAS DEL DEFICIT HABITACIONAL 12 Definición de Déficit Habitacional presente en la Ley de la provincia de Buenos Aires N° 14.449 de “Acceso justo al hábitat”. 62 3.2.1. Falta de viviendas o solo viviendas para el mercado Ahora bien, pensar a la problemática de la vivienda, desde el Estado, va a depender de los momentos políticos y de las políticas públicas. De esta manera, si bien no se toma a la vivienda como una mercancía, debe entenderse que el “déficit habitacional” se encuentra dentro de un sistema neoliberal donde a partir de políticas públicas específicas, profundizadas en la Ciudad de Buenos Aires por el gobierno PRO13, los procesos urbanos son un elemento más en función del mercado y, dentro de esta lógica, las desigualdades sociales se profundizan. Al adentrarnos en esta problemática, y siguiendo principalmente a Harvey ([1973] 2007), entendemos que las lógicas desiguales de acceso a la vivienda se deben a que nos encontramos insertos en una lógica capitalista de mercado, la que genera un acceso desigual a los recursos, en este caso, la tierra y la vivienda. Es decir que, los menos favorecidos en esta lógica social no logren acceder de la misma manera a una solución habitacional. Cabe mencionar que, no solo estamos hablando de los sectores populares, sino también de sectores medios que también tienen dificultad de acceso a la vivienda. La lógica de mercado que rige el sector inmobiliario y las inversiones que allí se realizan no responden a una construcción planificada de la Ciudad sino a la búsqueda del aumento de la rentabilidad y ganancia de dicha inversión (Asiain y Putero 2015a; Clichevsky 2012). 13 Fuerza política que en la actualidad, inserto en la Alianza Cambiemos, gobierna la República Argentina y los dos distritos más poderosos del país, a saber, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires; y otros distritos más si consideramos las alianzas políticas. Hasta el año 2015 solo gobernaban la Ciudad de Buenos Aires. 63 Con respecto al “déficit habitacional”, la economista Lorena Putero (2011) sostiene que en la Argentina más de 3.000.000 de hogares se encuentran con problemas de vivienda, teniendo en cuenta la calidad de las viviendas, si son aptas, recuperables o no, y cuál es el grado de hacinamiento. Esto involucra a más de 10.000.000 de personas. Las distinciones que hace la autora son las siguientes: “Viviendas aptas: son casas y departamentos que no presentan problemas físicos relevantes. Viviendas inadecuadas: son las viviendas recuperables (viviendas con piso de tierra o ladrillo suelto u otro material, o no tiene provisión de agua por cañería dentro de la vivienda o no disponen de inodoro con descarga de agua, situaciones que podrían ser reversibles), y las irrecuperables (ranchos, casillas, locales no construidos para fines habitacionales o viviendas móviles. Son viviendas que necesitan ser reconstruidas en su totalidad o de una reubicación del hogar)” (Putero 2011:3). Asimismo, señala que: “Hogar: es el grupo de personas, pariente o no, que viven bajo un mismo techo de acuerdo con un régimen familiar, es decir comparten sus gastos de alimentación. Las personas que viven solas constituyen cada una un hogar. Hacinamiento en el hogar: cuando conviven más de tres personas por cuarto. Hacinamiento de hogares: cuando conviven más de un hogar por vivienda” (2011:3 y 4). En la tabla 1 se replican los datos elaborados por Putero (2011) que ayudan a contextualizar y poner en números la problemática analizada. Esta tabla está organizada mediante indicadores cualitativos que representan una clasificación del tipo de viviendas, y las condiciones de los hogares. 64 Tabla 1: Hogares con problemas de vivienda. Fuente: Lorena Putero, 2011. Lo sostenido hasta aquí, y en concordancia con lo planteado por varios autores (Asiain y Putero 2015a; Clichevsky 2012) es que el mercado, es decir, los propietarios o empresas inmobiliarias o constructoras, por si solos, no están dando respuesta a este problema de la falta de viviendas, aún cuando el nivel de construcción es sostenido y ha venido aumentando en los últimos años. Pues, las viviendas que se están construyendo según los autores antes mencionados, no están dirigidas a las personas que las están necesitando, sino en cambio, tienen una función especulativa. Al respecto, Lorena Putero (2011), nos acerca los siguientes datos que son más que ilustrativos: “(...) El sector de la construcción viene acompañando de manera positiva el crecimiento económico del país. La participación de este sector en el PBI era del 4,4% en 2003 y fue de 5,7% en 2010. El crecimiento anual en 2011 fue de 9,2%. Entonces, el siguiente paso es analizar qué sucede con las construcciones, utilizando para ello, el dato de viviendas ocupadas del Censo 2010. A nivel nacional se registra un aumento de las casas vacías; en nuestro país existen 13.835.751 de viviendas, de éstas 2.494.618 están 65 deshabitadas, es decir el 18%. En la ciudad de Buenos Aires este problema es aún más grave, de 1.425.840, están vacías 340.975 (casi el 24%)” (2011:7). Dentro de este proceso daremos cuenta de la incidencia del sector privado, el mercado inmobiliario y el sector financiero, en la construcción de esta problemática. La cantidad de viviendas vacías responde al fenómeno donde el mercado inmobiliario no puede dar respuesta al déficit de vivienda. En diálogo con la búsqueda de ganancia y en resguardo del capital acumulado, las inversiones inmobiliarias resultan un lugar apetecible, sin embargo, las viviendas construidas no están dando una respuesta favorable a los individuos con necesidades habitacionales. A continuación, daremos cuenta de estos supuestos. La información provista por Lorena Putero nos permite ver cómo ha crecido el sector inmobiliario en los últimos años. En consonancia, Nora Clichevsky (2012) indica que los sectores inmobiliarios que se desarrollaron después de los años 70, tanto empresas argentinas, como internacionales, así como también el sector financiero, solo han invertido para el sector medio y alto de la sociedad. Esto da como resultado que los sectores bajos no tengan alternativas ofrecidas por el sector privado para acceder a la vivienda propia. En su gran mayoría, las viviendas construidas por este sector no ofrecen opciones para familias de más de dos personas. Asimismo, una parte de estas nuevas viviendas no son compradas para ser habitadas, sino para mantener el poder adquisitivo de los ahorros de sus nuevos propietarios, o con fines especulativos. A partir de este panorama, consideramos que es importante replantear el rol del Estado en relación a esta problemática para ver de qué manera se logra un acceso más equitativo a la 66 vivienda, y de este modo procurar que todos los sectores de la sociedad puedan acceder a una vivienda digna ya sea por medio de la compra o también puede serlo a través del alquiler. 3.2.2. El rol del Estado y las inversiones privadas en relación a la vivienda Pensar en el acceso a una vivienda digna y en las políticas públicas nos lleva a preguntarnos sobre el rol que juegan las tierras en manos del Estado y de qué manera o no están ayudando a ofrecer alternativas habitacionales a los sectores de la población que hoy en día no acceden a una vivienda. Es decir, ¿se utilizan las tierras públicas como base de políticas públicas de vivienda dirigidas a sectores populares, o medios, que no tienen posibilidad de acceso a una vivienda digna? Lo que estamos puntualizando aquí es si las tierras públicas están sirviendo a una acumulación de renta para el sector inmobiliario. En este punto merece ser analizada la relación entre mercado y el Estado, y cómo el Estado puede llegar a favorecer al mercado. Cabe mencionar que se hará foco no solo en las tierras públicas (fiscales), sino también en las inversiones en servicios públicos que realiza el Estado. Concretamente, se verá cómo el mercado aprovecha cada una de las oportunidades que tiene para hacer valer más la inversión realizada. Del mismo modo, se da cuenta de cómo el mercado maneja la realidad para que el saldo económico cierre a su favor; muchas veces realizando escasa o ninguna inversión. Esto suele suceder, por ejemplo, con la apropiación de la inversión colectiva que se realiza desde el Estado, es decir, financiado por el conjunto de la sociedad. De esta manera, se adquieren tierras baratas, se construyen servicios (shoppings, 67 por ejemplo) o viviendas para sectores medios o altos, con la expectativa de que se revaloricen. Una vez realizadas estas inversiones se espera a que el resto de los servicios públicos lleguen de mano del Estado, aumentando su ganancia sin aumentar la inversión. En esta oportunidad focalizamos en la finalidad de las políticas públicas que se desarrollan, y quién se ve beneficiado por ellas. Casos como estos se pueden observar en todo el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), uno de ellos es la obra hidráulica que comenzó AySA (Agua y Saneamiento Argentinos S.A.) en el año 2014, la planta potabilizadora “Juan Manuel de Rosas” en la cuenca del río Luján, para abastecer de agua potable a más de 2.000.000 de bonaerenses14. De esta obra de gran envergadura se han beneficiado no solo los habitantes de la provincia de Buenos Aires que viven en la “ciudad abierta”, para llamarla de alguna manera, sino también las nuevas urbanizaciones cerradas, como Nordelta en el municipio de Tigre. Estas urbanizaciones cerradas de lujo se han asentado en terrenos que no estaban dispuestos por la normativa para urbanizaciones; la inversión privada que realizaron sólo fue sobre el loteo y acondicionamiento del terreno, y como se señaló anteriormente y se indicará a continuación, tras la inversión inicial y sin aumentarla, se ven beneficiados de la inversión colectiva en obras públicas que se realizan desde el Estado. 14Actualidad de Tigre: 9/6/2014, AySA: 2014, TELAM: 29/5/2014 68 Tabla 2: Incidencia de las redes de infraestructura en la valorización del suelo y comparación con el costo final de ejecución de las obras. Diferencia entre la Valorización del suelo Costo final de valorización y el costo Red de infraestructura promedio (en pesos construcción (en pesos argentinos por m2) por m2) de construcción (en pesos por m2) Red de cloacas 95,7 32,4 63,3 Red de gas natural 31,5 11,1 20,4 Red de agua potable 70,7 9,1 61,3 Pavimento 2 61,3 54,9 6,4 Referencias: m2: metros cuadrados. Pavimento del tipo 2: “En el cuadro se incluyó para su comparación el tipo 2 de pavimentación (pavimento de concreto asfáltico sin cordón cuneta y desagüe superficial) en la medida que la gran mayoría de los lotes relevados se ubican en barrios que cuentan con un servicio de similares características constructivas.” Fuente: Ronconi, et al. 201315. Los datos de la tabla 2 hacen referencia a lo previamente mencionado. Se observa la valorización que se hace del suelo con la presencia de los diferentes servicios públicos. Servicios públicos cuyas obras son ejecutadas por el Estado y de los que se benefician económicamente los desarrollos inmobiliarios que pueden especular con estos hechos. 15 Área de trabajo: Municipios de Berazategui y Florencio Varela. Precios a Junio de 2013 69 Tabla 3: Valor del precio de mercado según el cambio de la normativa en terrenos de 5000 m2 Precio Pesos/m2 Variación porcentual Ganancia en dolares entre el antes y el que tienen los dueños después del cambio de la tierra con los en la zona cambios mencionados Concepto Antes Suelo Rural a Urbano Densificación/ Después 2 10 400% 40.000 100 180 80% 400.000 200 400 100% 1.000.000 Verticalización Zonificación (de Residencial a Central) Referencias: m2:metros cuadrados. Densificación: aumento de cantidad de m 2 construidos de forma horizontal en un espacio determinado. Verticalización: aumento de cantidad de m 2 construidos de forma vertical en un espacio determinado Fuente: Smolka 2010 Los datos que se expresan en la tabla 3 señalan la incidencia que tiene el cambio de zonificación en el valor que adquiere la tierra. Esto sucede en muchos de los emprendimientos inmobiliarios que se llevan a cabo en la Ciudad de Buenos Aires cuando se realizan en zonas que eran industriales o que no eran aptas para zona residencial o central y luego, al cambiar la normativa, aumenta su precio de un momento a otro por cambiar la zonificación a residencial o central. Al respecto, podemos observar en la página de internet de la empresa IRSA (Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima), en el apartado de “Futuros 70 Desarrollos”16, como la empresa ha ido adquiriendo propiedades a lo largo de años esperando que cambie la regulación vigente o pidiendo excepciones a la misma para que se les permita desarrollar el emprendimiento que desean realizar. Los cambios de regulación en algunos casos son cambios de zonificación (de industrial a residencial, por ejemplo) y en otros, pedidos de proyecto de Ley para poder realizar los emprendimientos. 3.3. DISTRIBUCIÓN DESIGUAL. EL ACCESO A LOS RECURSOS Y A LA TIERRA URBANA EN RELACION A LA VIVIENDA. Frente a lo que venimos señalando y con los datos que acabamos de presentar respecto a la instalación de servicios o la modificación de la normativa desde el Estado, podemos preguntarnos acerca de quiénes se llevan el rédito económico de los desarrollos inmobiliarios, y del cambio de zonificación de la tierra urbana. De esta manera, pude hacerse foco en quién se perjudica. Desde el año 2016 se está trabajando en un nuevo Código Urbanístico de la Ciudad. Este proyecto comenzó a ser trabajado con los sectores del mercado inmobiliario más importantes. Según la ley que regula las modificaciones en el Código de Planeamiento Urbano, la Ley 2930 “Plan Urbano Ambiental” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las modificaciones se tienen que llevar a cabo previamente habiendo sido trabajadas por varios órganos de participación ciudadana. Dado que esto último no se estaba cumpliendo, un grupo 16http://www.irsa.com.ar/irsa-portafolio-futuros-desarrollos.php 71 de personas presentó un amparo17, que quedó radicado en el Juzgado de Primera Instancia N°4 CAyT de la CABA, para que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cumpla con lo que la ley señala. Frente a esta solicitud la Jueza Elena Liberatori, titular de dicho Juzgado, dio lugar al pedido instruyendo que se de participación a los ciudadanos en el marco de lo establecido por la mencionada Ley18. Frente a ello, en esta sección se analizará qué actores están implicados, qué intereses podrían estar implicados o quienes se beneficiarían con estas modificaciones. Al profundizar en la problemática planteada nos encontramos con varios problemas relacionados vinculados con las dificultades para el acceso a la vivienda y que nos ayudan a completar el cuadro de situación mencionado. Estos son: a) Alquileres (casi desregulados) b) Viviendas en mal estado c) Viviendas ociosas d) La falta de fomento para el acceso a la vivienda propia. Escaso acceso a líneas de crédito para sectores sociales de bajos recursos e) Insuficiencia de políticas estatales de construcción de vivienda social y/o cesión de tierras, para la construcción de las mismas, destinadas a sectores bajos y medios f) La función social de la tierra “Art.2 Procedencia: La acción de amparo es expedita, rápida y gratuita y procede, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace con arbitrariedad e ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por la Constitución Nacional, los tratados internacionales, las leyes de la Nación, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las leyes dictadas en su consecuencia y los tratados interjurisdiccionales en los que la Ciudad sea parte.” (Ley 2145) 18Medida Cautelar del Expt. A24068-2016/0 17 72 a) Alquileres (casi desregulados) El acceso al alquiler de una vivienda en el mercado formal cuenta con limitaciones por los requisitos que se le piden al futuro inquilino. Hasta el año 2017, la cantidad de dinero que se solicitaba como adelanto por anticipado para alquilar la vivienda, consistía entre 4 y 5 meses de alquiler, entre la garantía, el adelanto y la comisión de la inmobiliaria. En agosto del 2017 se modificó en la Ciudad de Buenos Aires la Ley 2340 que regula al Colegio Único de Corredores Inmobiliarios, mediante la Ley 5859. Luego de sucesivos reclamos llevados a cabo por asociaciones de inquilinos, principalmente la agrupación “Inquilinos Agrupados”. Entre estas modificaciones se estipula que el costo de gestoría de los informes que sean necesarios solicitar para el ingreso a la vivienda única, y que se realizan sobre el inquilino y sobre el garante, no le sean cobrados al inquilino. Con esta modificación, esos gastos serán afrontados por el dueño. Asimismo, se estableció que la comisión de la inmobiliaria no puede superar el 4,15% del total del contrato firmado. Dicha comisión debe pagarla el dueño de la vivienda a ser alquilada, no el inquilino. Mediante la Ley 5859, se dejó establecido, a su vez, la modificación de la Ley 1251 que regula al IVC (Instituto de la Vivienda de Buenos Aires) en su artículo 4to. Inc. i.; será esta dependencia la que ejerza el control del cumplimiento de las leyes que regulan lo concerniente a la materia alquileres habitacionales y brindará asesoramiento tanto a dueños como a inquilinos. 73 Estos han sido cambios positivos en lo que respecta a la accesibilidad al alquiler. Sin embargo, ya ha habido denuncias de incumplimiento19. También los corredores inmobiliarios han iniciado un amparo ante el Poder Judicial de la CABA, para que se deje sin efecto la ley por considerar que los perjudica gravemente20. Frente a estas modificaciones, algunas cuestiones deben ser tenidas en cuenta: es posible que acontezcan cambios en los precios de los alquileres para que al dueño no le signifique pérdida de rentabilidad tener que afrontar el costo de la comisión de la inmobiliaria; las modificaciones mencionadas nada señalan al respecto. Estas modificaciones no alcanzan a resolver las dificultades para alquilar una vivienda. Por ejemplo, otro de los elementos que dificultan el acceso a una vivienda en alquiler es la “garantía” que se le solicita al inquilino. La “garantía” es la fotocopia del título de propiedad de otro inmueble, e implica que un propietario de otra vivienda sea el respaldo del inquilino en caso de que éste no pague el alquiler. En general, no se aceptan “garantías” que no sean de familiares directos, y/o dentro del mismo distrito donde se va a alquilar, para evitar garantías compartidas. Teniendo en cuenta las modificaciones mencionadas para las cuales el IVC debe controlar su cumplimiento según lo establecido por la Ley y considerando que también existen asociaciones de inquilinos que brindan asesoramiento, lejos se está de las leyes de alquileres sancionadas durante los primeros gobiernos peronistas donde se restringían los desalojos y se ofrecían créditos a los inquilinos21. Nueva Ciudad 6/11/2017 La Nación 24/8/2017 21Ley 14288 “Prorrogase con varias modificaciones la vigencia de la Ley de Alquileres” 19 20 74 Sumado a esto, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación ha generado que, por medio de su art. 2048, los inquilinos tengan que hacerse cargo del pago de las expensas extraordinarias sino se deja en claro en el contrato de alquiler (Loisi 2017). Acceder a una vivienda por alquiler implica destinar más de un tercio de los ingresos al mismo. A su vez, estos ingresos deben ser formales/ en blanco, con recibo de sueldo tal como señalas Asiain y Putero en el diario Página 12: “El alquiler de un departamento de 42 metros cuadrados en CABA sobrepasa, en promedio, el 30 por ciento del salario medio de un trabajador registrado. Un porcentaje muy elevado, que supera ampliamente el de otras naciones (en los países de la OCDE el promedio de gasto en vivienda es de 21 por ciento del salario” (Página 12 22/2/2015). Transformarse en propietario lleva esa misma cifra al doble: “La cantidad de salarios de un trabajador registrado requerida para adquirir un departamento de 42 metros cuadrados en la CABA ronda entre los 61 –salarios- en promedio (con variaciones por comuna que van de los 34 a los 114)” (Página 12:22/2/2015). De este modo, nos encontramos con un proceso restrictivo para el acceso a la vivienda para sectores medios, medios bajos, y sectores populares. En el caso de estos últimos, se agrega que, en muchos casos, no cuentan con trabajos registrados (formales, en blanco), lo que les impide a su vez, contar con un recibo de sueldo. En este sentido, para los sectores populares, los requisitos planteados para un alquiler “formal”, (adelanto, comisión, garantía, recibo de sueldo en blanco, y 30% del sueldo), vuelven casi imposible su acceso. 75 b) Viviendas en mal estado Como vimos anteriormente, un gran número de las viviendas en la actualidad en la Ciudad son viviendas en mal estado. Según Asiain y Putero (2015a) el número de viviendas en mal estado pero recuperables, es de 18.838. De ser esas viviendas mejoradas, algunos habitantes de la Ciudad que hoy en día viven en viviendas deficitarias estarían mejorando sus condiciones de vida sin tener que trasladarse a una vivienda nueva, lo cual sería más fácil de resolver. En años anteriores existían créditos del IVC para la refacción de viviendas en mal estado pero ya no se encuentran disponibles. No mencionamos las viviendas no aptas para ser habitadas que, según los autores recién mencionados, asciende a 51.479 por considerar que ese número de viviendas tendría que ser abordado con la construcción de viviendas nuevas en su totalidad. Cabe mencionar que no se distingue la situación dominial del inmueble (ya sean ocupadas, alquiladas, ocupadas por su propietario, etc.) para realizar esta contabilización. c) Viviendas ociosas Un gran número de viviendas se encuentran desocupadas en la Ciudad de Buenos Aires. Para el año 2015 el número de viviendas ociosas ascendía al 24%. Ese número de viviendas desocupadas en la Ciudad representan unas 341 mil unidades (Asiain y Putero 2015a). Como ya mencionáramos, este fenómeno se ha dado en el marco de un aumento del volumen constructivo; sin embargo, la compra de esas viviendas nuevas ha sido principalmente con fines especulativos, de renta, o alquiler, pero no para la compra de una vivienda propia o 76 única (Asiain y Putero 2015a; Clichevsky 2012)22. Esto, a su vez, está alentado con el Nuevo Código de Planeamiento urbano que modifica las superficies constructivas (FOT), a fines de generar un aumento en la cantidad de posibles construcciones. Esto generará más unidades de vivienda con fines especulativos y no tendientes a revertir el déficit habitacional, si no se cambia el objetivo que tendrán esas nuevas construcciones y se las deja que el mercado lo regule. Desalentar este proceso, en principio, implicaría un cambio de la dirección de las políticas públicas por parte del poder ejecutivo, lo que consideramos altamente improbable en este momento dado que la voluntad política y los intereses representados son otros (Guebel 2016a, 2016b, 2006, 2005, 1995a; Weber 1980, 1992, 1994). Sin embargo, mencionamos que no es un imposible, pues en otros países se ha realizado la experiencia de limitar las viviendas ociosas.23 En nuestro país, este aspecto se tuvo en cuenta en la Provincia de Buenos Aires con la Ley 14.449 “Acceso justo al hábitat” del año 2012. Allí la Ley impone un aumento del 50% en impuesto provincial a los terrenos ociosos para desalentar que eso siga sucediendo, y contempla que esa recaudación extra se destine a “un fideicomiso que garantiza la intangibilidad de los fondos para ser utilizados solamente para loteos sociales” (Reese 2014:6). En la actualidad, las partes reglamentadas de dicha Ley continúan en vigencia y aplicándose, Más adelante analizaremos los créditos que se han ido ofreciendo en los últimos años y su impacto en el mercado inmobiliario. 23Una manera es que las viviendas ociosas puedan ser un elemento considerado para contar con una tributación diferencial, en relación con las viviendas que se encuentran ocupadas. De hecho, tanto en Francia, como en España, se aplican impuestos a las viviendas vacías para desalentar que eso siga sucediendo, y a su vez estos países junto con Gran Bretaña pueden tomar la potestad de ponerlas en alquiler o asignarlas a personas de muy bajos recursos. En algunos de estos países pueden hasta expropiar las viviendas ociosas (Asiain y Putero 2015a). 22 77 como por ejemplo el pago de un porcentaje de los emprendimientos inmobiliarios de lujo para que esos fondos sean destinados a vivienda social. d) La falta de fomento para el acceso a la vivienda propia. No se ha facilitado de modo suficiente el acceso a líneas de crédito para sectores sociales de bajos recursos Desde el sistema bancario financiero no se ha fomentado el acceso a créditos para sectores sociales de bajos recursos para acceder a la vivienda, con la excepción del Programa PRO.CRE.AR impulsado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner articulado a través del Banco Hipotecario.24 A partir del año 2016, con Mauricio Macri como presidente de la Nación, se ofrecen créditos hipotecarios a tasa variable ajustable al índice de precios de la construcción (tasas UVA25). Según la línea de crédito que se tome, son de acceso amplio, es decir que gran parte de la población puede acceder a ellos. Sin embargo, están exceptuados los que se encuentran en situación más vulnerada que cuentan con escasos ingresos y que trabajan informalmente. Sumado a esto, en los últimos dos años, se ha modificado el programa PRO.CRE.AR por lo que ahora estos créditos también se ajustan por el índice UVA. En esta nueva etapa de los créditos PRO.CRE.AR se acepta la solicitud del mismo a personas que no tienen un trabajo formal/ en blanco26, como lo hacía la línea anterior del crédito (como veremos más adelante). Estos créditos han tenido bastante aceptación dado que ofrecen una cuota mensual que no superaría la cuota del alquiler mensual de una vivienda. Ahora bien, la tasa de este crédito es variable, se mueve con la inflación. Existen grandes reparos desde sectores de la población 24Dejamos de lado por ahora los programas de vivienda como el FONAVI y otros, de los que hablaremos más adelante. 25 Unidad de Valor Adquisitivo. 26 Clarín 23/09/2017 78 en general y académicos, frente a cuál podría ser la evolución de la cuota a futuro. Considerando que es un crédito a 20 años, de mantenerse la inflación de 2016, , el salario de las personas que tomen dicho crédito puede llegar a deteriorase hasta un 50%. Además, se encuentra latente en los analistas que evalúan estas líneas de crédito lo sucedido con la Circular 1050 del Banco Central durante la última Dictadura Cívico Militar (1976-1983) cuando el Ministro de Economía era Martínez de Hoz, donde se llegaron a rematar miles de viviendas por imposibilidad de pago de la cuota que se había indexado (Observatorio de Políticas Públicas, UNAV27 2017). A los reparos mencionados con respecto a los créditos UVA, debe sumársele que las herramientas crediticias a ser implementadas y puestas en el mercado deben prever las implicancias que pueden generar en el mercado inmobiliario. A continuación, explicaremos por qué. Como fuera mencionado, una política pública de acceso a la vivienda para los sectores populares a nivel Nacional, han sido los créditos PRO.CRE.AR, durante la Administración Nacional anterior (2003-2015). Esta política proponía créditos a tasas fijas muy por debajo de los valores de las tasas de mercado, y estaba dirigido al público en general pero contemplaba a las personas de más bajos recursos que lo solicitarán “con ingresos ‘de cero a 30.000 pesos’ y a tasas en pesos que van del 2 al 14 %anual, según los ingresos.” (“La presidenta…” 2012) “Para los que ganan menos de $5.000 la tasa de interés será de 2% anual, los primeros 5 años y luego un 4%, el monto máximo será de $200.000. En el caso de una familia que reúne estas condiciones y se le prestan $200.000 la cuota será de unos $744 mensuales. Para 27 Universidad Nacional de Avellaneda 79 quienes ganan entre $5.000 y $10.000 la tasa será del 7% los primeros años y variará si hay modificaciones en los ingresos, de esta manera a mayor nivel de ingresos se modifica la tasa de interés, hasta llegar a los que ganen entre $20.000 y $30.000” (“La presidenta…” 2012). A su vez, este Programa quería incentivar la construcción de la vivienda propia. Ahora bien, un requisito para acceder más fácilmente al crédito era de contar con un terreno propio en el cual construir. Muchos solicitantes del crédito poseían terreno, por lo cual resultaron beneficiarios del programa. Por su parte, dado que muchos no poseían terreno se habilitó otra línea de crédito –extra- para la compra del terreno (“Lanzamiento de la nueva línea…” 2013). Este programa creado por una política de Estado que era beneficioso para los sectores populares que no contaban con vivienda propia o digna, tuvo una contracara compleja por parte del mercado inmobiliario. Frente a la demanda de terrenos, se generó una presión sobre los existentes, por lo cual los precios de los mismos subieron notablemente. Esto tuvo como efecto que los montos ofrecidos por el crédito no lograban cubrir el precio de mercado de los terrenos para construcción de la vivienda propia28. Está claro en lo mencionado como una política estatal favorable a los sectores populares, se ve limitada y entra en colisión con el interés de lucro del mercado. En este sentido creemos que es necesaria una articulación estado-mercado, o en caso de no ser posible, prever los efectos posibles de las políticas de estado. Estos son elementos que no pueden soslayarse al pensar una línea de créditos hipotecarios ya que, indirectamente, y sin ser un objetivo ni buscado ni deseado, se termina financiando la suba de los precios. Dicho aumento no tiene relación con algún costo que se tenga que cubrir o acción económica similar 28Estos datos los hemos obtenido de conversaciones con beneficiarios del crédito y trabajadores del Programa. 80 sino que es producto de la mera especulación y apropiación del dinero circulante en el mercado, como bien lo señalara Harvey ([1973] 2007). El ofrecimiento que en la actualidad han realizado los bancos de los créditos UVA, desde el año 2016, ha generado la suba de los precios de las viviendas, un 12% en dólares, sin tener correlato en la inflación ni en los precios de la construcción. Esto es gracias al acceso a los créditos hipotecarios que hay hoy en el mercado (Infobae 22/8/2017). e) Insuficiencia de políticas estatales de construcción de viviendas sociales y/o cesión de tierras, para la construcción de las mismas, destinadas a sectores bajos y medios Desde los años ’90, a lo largo y lo ancho del país, se han ejecutado numerosos programas nacionales de construcción de viviendas y mejoramiento de las mismas. Estos se han realizado desde el FONAVI (Fondo Nacional de Vivienda) desde 1995 a partir de la Ley nacional 24.464 “Sistema Federal de Viviendas” y más cerca en el tiempo el Programa Federal de Vivienda (2009), y el Programa Federal de Mejoramiento de Viviendas - Mejor Vivir (2010). También se han ejecutado otros programas nacionales que abordan la problemática habitacional desde una perspectiva más integral, considerando no solo la construcción de la vivienda sino también la infraestructura que rodeará a esa vivienda, como el Programa de Mejoramiento de Barrios (PRO.ME.BA) vigente desde 1997, el Programa Arraigo (2004), y programas tales como el subprograma de regulación de villas y asentamientos (2009). Desde éstos se generaron soluciones habitacionales mediante la construcción o mejoramiento de cientos de miles de viviendas, según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano de la Nación (2009). Los Programas generan un panorama prometedor si se sigue en dicha línea de 81 acción. Aún así sigue habiendo un gran número de personas que no tienen acceso a una vivienda digna. Es por ello que creemos que es fundamental el papel del Estado en la política habitacional cumpliendo un rol activo en relación al hábitat de los sectores populares. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires es primordial el rol del Estado en la construcción de soluciones habitacionales o en la puesta en el mercado de tierras estatales con fines habitacionales sociales, o bien en el mercado inmobiliario. Creemos que debería ser su función, tal como se desprende de la Constitución de la Ciudad, intentar asegurar una distribución justa del espacio urbano. Contrastando con esta afirmación, cabe señalar que en la Ciudad de Buenos Aires durante la mayor parte de la gestión macrista (2008-2015), casi no se construyeron viviendas sociales por parte del Estado. A esto se le suma la creación de la Agencia de Bienes del Estado en la Ciudad impulsada desde el Poder Ejecutivo y con la aprobación del Legislativo. Esta Agencia pone a disposición del mercado inmobiliario gran número de tierras estatales, alejándolas de posibles fines sociales. La manera en que actúe el Estado (sus poderes) y sus políticas va a estar influenciado por quienes son los representantes de cada Poder en un momento histórico determinado (Guebel 2016a, 2016b, 2006a, 2005, 1995a; Weber 1980, 1992, 1994). Esto es importante en relación al punto siguiente. f) La función social de la tierra Creemos que es importante entender a la tierra, y a su acceso, no solamente desde la perspectiva del mercado, de la renta inmobiliaria, sino también poder pensarla en términos de 82 su función social y de planificación de la Ciudad. Esta manera de concebirla debería incluir o considerar a todos sus habitantes. Quizás sea este el problema principal y a la vez el más conflictivo de abordar. Un antecedente importante para pensar la función social de la tierra y una política pública de acceso a la tierra con fines sociales, es la Ley 14.449 del año 2012 “De Acceso Justo al Hábitat” de la Provincia de Buenos Aires (Guebel 2017b). Esta normativa, además de ser un antecedente en el tema permite reflexionar cómo se aborda este problema. Esta Ley tiene como elemento central la función social de la Tierra. Este es uno de los aspectos que provocó gran resistencia por parte de los inversores inmobiliarios, junto con el artículo de la Ley que grava impositivamente (fiscalmente) el emprendimiento inmobiliario de lujo, para que sea destinado a vivienda social.29 En este sentido la Ley bonaerense 14.449, ya mencionada, es sumamente innovadora en la Argentina. Tal es así que resultó muy difícil de ser tratada en la Legislatura de la Provincia, contó con mucho apoyo por parte de organizaciones sociales para que efectivamente fuera tratada y aprobada, y finalmente se votó y aprobó. Aunque en la actualidad Asiain y Putero (2015a) señalan cómo en otros países como Gran Bretaña o Francia las urbanizaciones privadas deben aportar el 30% o 20% respectivamente para ser destinado a sectores vulnerados de la sociedad. Asimismo, tanto en Francia, como en España, se aplican impuestos a las viviendas vacías para desalentar que eso siga sucediendo, como ya señaláramos, y a su vez estos países junto con Gran Bretaña pueden tomar la potestad de ponerlas en alquiler o asignarlas a personas de muy bajos recursos, en algunos de estos países pueden hasta expropiar las viviendas ociosas. (Asiain y Putero 2015a). Es decir, que tienen políticas públicas activas en relación a las viviendas ociosas, y respecto del hábitat para sectores de bajos recursos. El Arquitecto Alvaro Daniel Arrese (2003), especialista en Urbanismo y Territorio y docente de la Universidad de Buenos Aires, expone que en Holanda, las políticas de viviendas sociales comenzaron dos años antes de la Revolución Francesa (1787) lo que les permitió resolver el problema a fines de 1920 habiendo sido el siglo XX “un laboratorio de la vivienda social”. En la actualidad, a partir de los ‘90s, el Estado holandés se ha retirado de la construcción de las “viviendas asistidas” exigiendo a cambio un porcentaje de ellas en cada emprendimiento inmobiliario particular lo cual logra revertir a cero la exclusión social, concretando la inclusión y la igualdad. 29 83 está en pleno proceso de implementación, las negativas a su cumplimiento no son pocas, además de que no se ve favorecida ante el cambio de autoridades provinciales desde finales del año 2015 (Guebel 2017b). En la Ciudad de Buenos Aires, en cambio, no existen o no se aplican regulaciones para generar condiciones equitativas para ingresar en el mercado inmobiliario. A los fines de proveer un ejemplo: el elevado número de desarrollos inmobiliarios que se han estimulado en la zona sur de la Ciudad, junto con el traslado de inmuebles gubernamentales, ha provocado un efecto de revalorización económica de la tierra. Esto ha generado un proceso de expulsión de gran parte de la población de sectores bajos que allí habitaba dado que no puede afrontar el alza de los valores de las propiedades, tanto en alquiler o compra, o bien fueron desalojados en el caso de estar ocupados (Sanchez 2017). Tal es así que en las zonas de Barracas y La Boca (Herzer 2012) se asiste a un claro proceso de gentrificación o ennoblecimiento, concepto que hemos desarrollado en el primer capítulo (Carman 2005; Ciccolella 1999). 3.3.1 La inmobiliaria acumulación por desposesión: la especulación David Harvey, en su artículo “Acumulación por desposesión” (2004) señala que la realidad habitacional se inserta en una realidad global de especulación financiera y acumulación desmedida de capital. Retomando la noción elaborada por Karl Marx “acumulación originaria”, ya mencionada anteriormente, Harvey profundiza en dicha noción, incluyendo en la misma: “la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la conversión 84 de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva, estatal, etc.– en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes comunes, etc.” (Harvey 2004:113). Dentro de estos procesos, destacamos uno de ellos que consideramos relevante para el presente trabajo. Nos referimos aquí a la especulación inmobiliaria, la que ha tomado un vigor sostenido desde la recesión generalizada en todos los otros sectores económicos a nivel mundial desde mediados de 2001 (Harvey 2004). Aquí estamos hablando de un proceso que está aconteciendo en todo el mundo, constituyéndose en una nueva manera de acumular capital. Esto puede relacionarse con todos los aspectos del “déficit habitacional” en la Ciudad de Buenos Aires analizados en el presente capitulo. Desde la falta de viviendas sociales, el rol del mercado inmobiliario en ello, el rol del Estado en relación a las inversiones privadas en vivienda, y quien tiene acceso y quien no a la tierra en la Ciudad. En relación a la problemática habitacional que aquí se está planteando debemos preguntarnos cómo se está beneficiando a los sectores especulativos financieros- inmobiliarios. En el mercado inmobiliario en la Ciudad se observa: “Que el neoliberalismo implica una competencia abierta antes que un control monopólico o competencia limitada dentro de estructuras oligopólicas es una idea fraudulenta que, como de costumbre, el fetichismo de la libertad de mercado enmascara. El libre comercio no significa comercio justo” (Harvey 2004:109). Esto último es importante, pues da elementos para pensar de qué manera se beneficia a un sector de la economía/sociedad, -sobre todo con herramientas provistas y ejecutadas desde el Estado-, en detrimento de otro sector social. 85 3.3.2. ¿Cómo generar una justa distribución del ingreso? En relación a la pregunta planteada en el titulo Harvey señala: “Los programas que tratan de alterar la distribución sin alterar la estructura del mercado capitalista, dentro del cual el ingreso y la riqueza se crean y distribuyen, están condenados al fracaso” ([1973] 2007:112). Por ello señala que la redistribución del ingreso se puede llevar a cabo a través de ciertos cambios en: “1. La localización de los trabajos y las viviendas; 2. El valor de los derechos de propiedad; 3. El precio de los recursos para el consumidor” ([1973] 2007:85). “La mayoría de las sociedades aceptan ciertas responsabilidades al desviar la corriente natural del movimiento del capital para solucionar estos problemas. Pero, sin embargo, hacer esto sin alterar básicamente el proceso total del movimiento de capital parece más bien imposible. (...) Así, encontramos la paradójica situación de la retirada de capital de zonas de gran necesidad para satisfacer las demandas de las comunidades suburbanas relativamente opulentas. Bajo el capitalismo ésta es una conducta buena y racional, es decir, todo aquello que el mercado necesita para una “óptima” asignación de los recursos” ([1973] 2007:114-115). 86 CAPÍTULO 4: UN LABERINTO SIN SALIDA: VIVIR EN CONDICIONES INDIGNAS COMO LA ÚNICA OPCIÓN EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES Figura 5: Condiciones de vida en los Barrios Vulnerados de la Ciudad. En la imagen puede observarse la falta de recolección de basura en Barrio Fátima (Foto de Silvina Gautier del año 2012). En este capítulo veremos a partir de nuestra experiencia de campo cómo algunos habitantes de la Ciudad de Buenos Aires han desarrollado estrategias habitacionales para sobrellevar el hecho de que no todos pueden tener un techo en la Ciudad. Sin embargo, veremos que dichas estrategias no les permiten acceder a una vivienda digna. 87 Nora Clichevsky en su artículo “Acceso a la tierra urbana y políticas de suelo en el Buenos Aires metropolitano. Apuntes para la reflexión” (2012), señala: “Ya a inicios de la década del ochenta -con el aumento del empobrecimiento de la población y las regulaciones estatales vigentes a partir de fines de la década del setenta- se advierte la multiplicidad de las formas que adopta la ilegalidad: a las históricas villas, se suman los asentamientos, la venta de terrenos en parcelas rurales indivisas, los loteos clandestinos e irregulares, muchos de ellos en terrenos no aptos para la localización residencial (inundables, cercanos a basurales, etc.), los hoteles-pensión (que si bien existían desde hacía décadas, como los inquilinatos, se multiplican), y el nuevo fenómeno de los equipamientos y las casas tomadas”(2012:4) . A esta enumeración de informalidades, como las denominaremos nosotros siguiendo a Cravino ([2006] 2014), acercaremos una más, los alquileres en las villas. Las personas que deben “optar” por estas alternativas habitacionales atraviesan una realidad económica que produce, según Wacquant ([2001] 2010), consecuencias de fuerte impacto en el mercado laboral. “[Por un lado], una fracción significativa de la clase obrera se ha convertido en superflua y constituye una ‘población excedente absoluta’ que probablemente nunca vuelva a encontrar trabajo. (...) [Por otro], y más importante, el carácter mismo de la relación salarial cambió en las dos últimas décadas de una manera tal que ya no otorga una protección a toda prueba contra la amenaza de pobreza, ni siquiera a quienes están incluidos en ella. (…) Mientras que antaño el crecimiento económico y la expansión correlativa del sector asalariado representaban la cura universal contra la pobreza, hoy son parte de la enfermedad” ([2001] 2010:174-175). 88 Lo anteriormente mencionado nos ayuda a entender la difícil situación en la cual tienen que moverse los habitantes de los barrios vulnerados, a lo que se suma el hecho de que no haya un acompañamiento y/o ayuda para protegerlos, al menos en el ámbito de la vivienda. Esto lleva a que esta situación sea cada vez peor y más difícil de revertir. Asimismo, se tiene en consideración que, como ya hemos analizado en los capítulos anteriores, el problema del acceso a una vivienda también representa una dificultad parala clase media, lo que hace que este problema sea aún más complejo. Bourdieu ([1977] 2013) señala cual es la situación económica y socio- educativa de la sociedad argelina que a él le toca analizar en su libro “Argelia 60”: “Para todos aquellos que no poseen ni diploma ni calificación -la gran mayoría-, la libertad de elegir profesión se reduce a nada y un empleo no puede ser sino efecto de la suerte, al igual que la orientación. (...) En la gran mayoría de los casos, no es el trabajador el que elige su trabajo, sino el trabajo el que elige al trabajador. Obligados a comenzar a ganarse la vida muy temprano, entre los diez y los quince años, los jóvenes son arrojados a la competencia por el empleo sin ninguna preparación, apenas salidos de la escuela, cuando han tenido la suerte de asistir a ella” ([1977] 2013:73). En relación a las limitaciones en las posibilidades de elección de forma de vida mencionadas en el trabajo de Bourdieu anteriormente citado, puede establecerse que, en el caso de los habitantes de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires, las dificultades en las posibilidades de elección de sus condiciones de vida se ven extendidas también al aspecto habitacional. 89 4.1. ESTRATEGIAS CAMINO OBLIGADO HABITACIONALES INFORMALES, UN Las condiciones de precariedad o de riesgo habitacional en que se encuentran la mayoría de las viviendas de los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires han sido denunciadas en múltiples oportunidades como veremos más adelante, tanto por los habitantes de estos barrios como también por las diferentes organizaciones sociales y las asociaciones defensoras de los derechos de las personas. Como dijimos al inicio de este trabajo llamamos “barrios vulnerados” (y no vulnerables), a las “Villas de emergencia” de la Ciudad de Buenos Aires. Consideramos que dicha condición de vulneración de derechos no es intrínseca al colectivo social que habita las villas de la ciudad sino que dichas condiciones han sido generadas por, o son consecuencia de innumerables hechos históricos, económicos y sociales. Éstas llevaron a que esta población se vea obligada a vivir en condiciones precarias e insalubres que no son generadas por los sujetos que deben padecerlas. Numerosas han sido las manifestaciones públicas tendientes a visibilizar los reclamos ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (de ahora en más GCBA). En éstas, los pobladores de estos barrios han demandado por condiciones de habitabilidad dignas; han cortado calles30, realizado marchas31 hacia diferentes organismos del Poder Ejecutivo32, y hacia la Legislatura porteña33,han realizado pintadas también en protesta por sus condiciones habitacionales34, entre otras manifestaciones públicas realizadas (Ver figura 6). 30La Nación 18/10/2012; La Nación 19/3/2014 Uno 19/3/2014 32La Nación 28/8/2014 33La Nación 28/8/2014; La Nación 10/10/2013 34La Nación 28/8/2014 31Minuto 90 En la foto que se encuentra a continuación, se puede observar una pintada35 que expresa la lucha por la vivienda y la reurbanización de un barrio vulnerado de la Ciudad. Figura 6: Lucha de los vecinos de barrios vulnerados por vivienda. Pintada hecha por vecinos del Barrio Fátima (Foto de Silvina Gautier del año 2012). Asimismo, representantes de los vecinos de los barrios vulnerados, han presentado amparos ante el Poder Judicial de la CABA para que el GCBA cumpla, principalmente con el “Acción de pintar en las paredes letreros preferentemente de contenido político o social.” Definición de la RAE (Real Academia Española) http://dle.rae.es/?id=T4aQxio|T4dRj0k 35 91 art. 31 de la Constitución de la Ciudad, y otorgue a los habitantes de estos barrios acceso a una vivienda digna, a los servicios públicos básicos, etc. En estas demandas, que se han presentados entre los años 2005 hasta la actualidad (2018), se reclama al GCBA la atención en diversos aspectos que han sido descuidados o ignorados, como por ejemplo: en el barrio Fátima la construcción de viviendas en condiciones dignas dadas las particularidades de los grupos familiares solicitantes (la presencia de niños con discapacidad, o familias numerosas);en el barrio Zabaleta también se demanda la mejora de las viviendas y el acceso a los servicios públicos; en el barrio Rodrigo Bueno de la Costanera Sur se solicita se lo considere como barrio constituido y no un asentamiento precario; en el barrio Fátima y en el 20 se demanda por la recolección de basura y desratización; en el barrio 21-24 y 31/31 bis se realizan amparos para evitar el riesgo eléctrico; en los barrios La Carbonilla y San Martín se solicita el acceso a servicios en general; en el barrio 20 se hace el pedido ante el Poder Judicial para solicitar la reubicación de manzanas afectadas por contaminación de plomo en sangre; se realizan amparos para solicitar las elecciones de delegados/representantes en los barrios vulnerados para que se implemente la Ley 148 de urbanización en todos ellos.36 Los barrios a los que hacemos referencia han realizado un plan de urbanización informal a través de la autoconstrucción (Ver figura 7). Esta urbanización se ha llevado a cabo sin considerar la planificación urbanística oficial, pues ha sido producto de la planificación del día a día y de la necesidad que ha llevado a que las obras sean insuficientes, intentando de esta manera proveerse de un techo para cobijarse (Clichevsky 2012). 36 Expedientes: 37531/0, 33591/0, 17699/0, 42239/0, 25818/0, 39716/0, 44388/0, A-277-2013/0, 12975/5, 31699/0, que tramitan ante el Juzgado de Primera Instancia CAyT N°4 de la CABA. 92 En la foto que acercamos a continuación se pueden observar las obras en proceso de los vecinos del barrio La Carbonilla para los desagües cloacales de sus viviendas. Dichas obras fueron llevadas a cabo sin intervención del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Figura 7: Autoconstrucción, inicio del proceso de urbanización de los barrios, obras de infraestructura realizada por los vecinos de los barrios vulnerados. Autogestión urbana en el Barrio La Carbonilla, autoconstrucción de pozo ciego (Foto de Silvina Gautier del año 2012). El espacio construido en los barrios vulnerados, ya sea su extensión o tamaño, se realiza sin planificación previa formal. Se da en forma de toma de tierras o de ampliación de 93 viviendas ya construidas. La ausencia de regulación estatal de estos espacios no implica la falta de organización, pues hay una autogestión de los espacios físicos. Esta autogestión es la elaboración de una respuesta frente a una problemática de necesidad y de déficit habitacional. Frente a la necesidad de viviendas para las familias de escasos recursos, en los barrios se da un aprovechamiento del espacio disponible que permite sumar ingresos extras para las familias, mediante el proceso de agrandar sus viviendas y alquilar las habitaciones en desuso o directamente construidas con ese fin. Esto abre la puerta al negocio inmobiliario dentro de los barrios para algunos vecinos, los que cuentan con los recursos económicos para solventar estas construcciones. Lo llamamos “negocio” inmobiliario porque, así como hay vecinos que construyen una habitación dado que se amplió la vivienda familiar para alquilar y poder tener un ingreso fijo, hay también emprendimientos de 60 habitaciones o más según el barrio. Estos datos han sido mencionados por vecinos en numerosas oportunidades en visitas a los barrios “1-11-14”, “31”, “21-24” y con emprendimientos de menor envergadura en algunos barrios como “Rodrigo Bueno”. El factor principal que lleva a que se desarrollen estas prácticas informales de explotación del mercado inmobiliario de alquiler dentro de los barrios, es la necesidad de una vivienda, de un alojamiento, y las dificultades de acceso a la misma para los sectores populares, que llegan a los barrios a través de relaciones personales. Asu vez no cuentan con los requisitos para el alquiler “formal”, en el “mercado formal”, como las “garantías”, o “sueldos en blanco”. Esto se ve agravado por la prácticamente inexistente presencia de regulación del Estado, más precisamente del Gobierno de la Ciudad, en los barrios vulnerados. Resulta conveniente traer aquí lo que señala Loïc Wacquant sobre la población de los guetos norteamericanos en el apartado “Rebusque y supervivencia en la economía informal”: 94 “La preponderancia de la desocupación y subocupación crónicas entre los residentes del gueto los fuerza a buscar la asistencia pública. A su vez, la inadecuación insigne de la ayuda pública aun para la mera supervivencia los empuja a buscar actividades adicionales no denunciadas o indenunciables que generen dinero” (Scharf 1987 en Wacquant [2007]2010:60-61). Frente a esta realidad de la dificultad de acceso a una vivienda “formal”, se desarrollan diversas estrategias por parte de los vecinos y habitantes de estos barrios que los llevan a actuar de forma supletoria al Estado. Estas formas de actuar se ven sustentadas y reproducidas en la práctica cotidiana, en los procesos de autoconstrucción y también en la venta y alquiler inmobiliario informal. Por otra parte, como ya hemos mencionado, los barrios vulnerados de la Ciudad ya se encuentran en proceso de urbanización iniciado por los mismos vecinos (Ver figura 7), sin la presencia ni asistencia del Estado (Poder Ejecutivo) respecto de los servicios públicos o infraestructura en general (ver figura 8)37. Al respecto Adriana Clemente (2007), señala de que existe un fuerte vínculo entre pobreza y desigualdad. La autora analiza cómo se han llevado a cabo las políticas sociales en Argentina, desde mediados de la década del ‘70 hasta, por lo menos, la explosión social de diciembre del 2001. Realiza un diagnóstico de las políticas sociales implementadas, remarcando cómo se va produciendo un vaciamiento de recursos humanos, tecnológicos y materiales de las instituciones del Estado, acompañado por una descentralización de las políticas sociales. Ello sumado a una política de endeudamiento externo para el desarrollo de programas sociales, con el consiguiente condicionamiento sobre las políticas por parte de los organismos internacionales de crédito. En este contexto surgen las ONGs y las organizaciones de base, para la implementación de algunas políticas sociales, cuando esto es una tarea de responsabilidad principalmente gubernamental, que no debería ser trasladarla a la sociedad civil. 37 95 Figura 8: Modelo simplificado de las relaciones entre la retirada del Estado y la hiperguetización. Fuente: Wacquant [2007] 2010:114 El aspecto político de la vida social, es decir, las estructuras de poder, las jerarquías y lo que ellas significan, nos permiten visualizar las diferentes aristas de la organización social. Como señala Cravino ([2006] 2014), el negocio inmobiliario que se desarrolla informalmente (ver figuras 9 y 10) en los barrios vulnerados de la Ciudad, tendía al principio a resolverse al interior de los grupos familiares y por medio del fortalecimiento de diferentes lazos sociales, recíprocos dentro del barrio. Sin embargo, en los últimos tiempos, dicha práctica recíproca ha virado hacia la mercantilización de la necesidad habitacional. A continuación, podemos observar el cartel de una casa en venta en un barrio vulnerado de la Ciudad. 96 Figura 9: Mercado informal. Casa en venta en barrio vulnerado de la Ciudad de Buenos Aires 38 (Foto de Silvina Gautier del año 2012). La problemática de los inquilinatos y sobre todo de las piezas para alquiler administradas por “dueños” o “propietarios” de inquilinatos al interior de los Barrios Vulnerados, es un elemento que condiciona y afecta la vida de los vecinos de estos barrios de la Ciudad (ver figura 10). Esto ha sido señalado en las diversas conversaciones con los vecinos, realizadas en las sucesivas visitas a los barrios. De estas charlas se deduce que una parte importante de los vecinos vive en condición de inquilino, y la otra, es propietaria de la vivienda, no del terreno 38No se identifica el barrio específicamente para resguardar la identidad del habitante de la vivienda. 97 (Ver figura 9). La razón por la cual se opta por alquilar una habitación allí, como señaláramos, tiene que ver con la imposibilidad de acceder al mercado formal de alquiler, por no poseer los requisitos que le son solicitados. Las garantías, los adelantos, recibo de sueldo en blanco, y en el caso de ser extranjero, las condiciones de residencia en el país y una situación regularizada, son algunos de los factores que llevan a estas familias y personas a alquilar dentro de los barrios vulnerados y aceptar las condiciones de habitabilidad que les son ofrecidas. Asimismo, cabe destacar que el precio de los alquileres informales en los barrios vulnerados de la Ciudad no son sustantivamente menores que los precios de un alquiler en el mercado formal, según los datos aportados por los vecinos, lo cual sustenta la idea de la “elección” de alquilar en un barrio vulnerado dada la imposibilidad de acceder a los requisitos solicitados en el mercado formal.39 39Clarín 30/06/2018 98 Figura 10: Cartel que informa alquiler de una pieza en barrio vulnerado de la Ciudad de Buenos Aires 40 (Foto de Silvina Gautier del año 2012). El abordaje institucional de la población inmigrante41 pobre o de escasos recursos es un factor complejo en relación al Estado con respecto a procurarles condiciones dignas de vida al arribar al país. Aún teniendo en cuenta que la política migratoria durante el gobierno nacional anterior (2003-2015), a través de los organismos públicos, facilitaba la tramitación de la documentación para regularizar su residencia en el país. Esto lo señalamos dado que si hay decisión política, un mayor conocimiento de dicha población permitiría generar políticas públicas que los contengan/protejan/asesoren, no en un sentido restrictivo sino de contención 40No 41 se identifica el barrio específicamente para resguardar la identidad del habitante de la vivienda. Extranjero, o del interior del país, de zonas rurales o urbanas. 99 dentro del país con posibilidades de vida digna aquí y no que los obligue a optar por el mercado informal de alquileres que saca beneficio de la condición de inmigrante de esta porción de la población porteña. Al no poder acceder al trabajo en blanco ni tampoco a la garantía para alquilar en las condiciones que solicitan hoy en día, no pueden cubrir las condiciones necesarias para acceder a un contrato de alquiler dentro de la ley que lo ampara. Los problemas que viene aparejados a la condición económica pobre en general, no solo con la condición de inmigrante, y la vivienda, se encuentran claramente descriptas en Argelia 60, por Pierre Bourdieu [1977] 2013.Allí el autor hace mención de las dificultades que tiene la población argelina pobre para adaptarse a condiciones de vida más dignas; por ejemplo dificultad de acceder al gas natural de la vivienda que le asignaron por no poder pagar el servicio, o la imposibilidad de poder amueblar la vivienda asignada por la misma razón. Como señalamos esto no solamente sucede con la población migrante; mencionamos en el capítulo anterior que el acceso al alquiler de una vivienda es un problema de gran parte de la sociedad; en este caso, la población porteña que es el universo aquí analizado ya que las condiciones para su acceso implican requisitos que resultan de muy difícil acceso para gran parte de la sociedad de recursos bajos y medios. Las viviendas dispuestas para el alquiler (ver figura 10) en los barrios vulnerados presentan paupérrimas condiciones de habitabilidad, y responden a la lógica del inquilinato de fines del siglo XIX y principios del siglo XX en la Argentina, donde se concentran varias habitaciones y se comparte el baño y la cocina. Es decir, que hay un solo baño y cocina para todas las habitaciones del edificio. Como dijimos, el precio de alquiler de estas habitaciones puede considerarse alto para las condiciones ofrecidas del servicio. Un aspecto importante a tener en cuenta es el continuo proceso de expansión en los barrios, en la construcción de 100 viviendas, en altura, o en extensión con la toma de tierras; un proceso que en la actualidad no merma. Como mencionáramos en los capítulos anteriores, las relaciones de poder y la desigualdad económica se ven reflejados al interior de los barrios vulnerados y a nivel general dentro la sociedad. Estas limitan las posibilidades de elección de los sectores populares, que se ven obligados a recurrir a las habitaciones para alquiler dentro de los barrios vulnerados, a precios altos y en condiciones de construcción precaria (condiciones que analizaremos en los apartados que siguen). El universo que recurre a esta alternativa habitacional en los barrios vulnerados es amplio. Sin embargo, debe destacarse que la mayoría de las personas que acceden a ello cuentan con condiciones económicas limitadas (recursos económicos escasos). En general, son personas procedentes de la inmigración interna argentina o de países latinoamericanos que no llegan a obtener los requisitos necesarios para acceder a un alquiler dentro de la ley del mercado y fuera de los barrios vulnerados. Dentro de las actividades de intervención del Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la Ciudad de Buenos Aires, se destacan las demandas señaladas anteriormente. La mayoría de ellas se tramitan en la Secretaría Ad Hoc de Barrios Vulnerados, también denominada: “de Expedientes de Incidencia Colectiva en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”. Allí se organizan las elecciones para elegir a los representantes de los barrios que serán el nexo con el Gobierno de Ciudad en el marco de las mesas de negociación de la ley 14842“De Atención prioritaria a la problemática social y habitacional en las Villas y Núcleos habitacionales transitorios”, por la urbanización de los barrios vulnerados. 42 Ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 101 Para la realización de las elecciones se comienza con la elaboración de un censo del barrio. De dicho censo, y de los datos provistos, se extrae después la información necesaria para la confección del padrón, el que será utilizado en el proceso eleccionario. Los diferentes censos que se han hecho hasta la fecha en los Barrios fueron realizados por organismos de Gobierno del Poder Ejecutivo, principalmente, el IVC. También realizaron censos la UTN y las intervenciones judiciales encargadas de organizar el proceso eleccionario. El hecho de que haya numerosas viviendas alquiladas y dependientes de un “dueño”, genera inconvenientes a la hora de relevar los datos de los inquilinatos, ya que en muchos casos los “propietarios” prohíben a sus inquilinos que se censen, para evitar que se sepa que allí hay un vínculo comercial y la envergadura del mismo. Otra de las razones mencionadas por los vecinos por las cuales se limita el acceso de los censistas, es por la especulación acerca de una posible futura reurbanización del barrio u otorgamiento de viviendas sociales, donde el “dueño”, dado el carácter irregular e informal de su emprendimiento inmobiliario, puede llegar a perder su negocio o que se vea reducido a una sola vivienda. Ya mencionamos algunas cuestiones que acontecen durante la realización de los censos para los “dueños” o “inquilinos”. Si en cambio tomamos en consideración al GCBA, la realización del censo conlleva la implementación de un cuerpo de trabajadores técnicos especializados en esta tarea. Con los datos obtenidos, el GCBA limita el universo de posibles futuros reclamos, si bien cuando comienza a circular la información de la realización de un censo (sean cuales fueran sus fines), el número de posibles individuos a ser censados suele aumentar. Cuando un censo se realiza para ejecutar un plan de viviendas, el tiempo que transcurre entre la ejecución y finalización del censo y la finalización de la obra, es decir de las viviendas, 102 debe ser aceitado. Además, los planes de obras deben tener un tiempo limitado, entre otras cosas, porque las familias censadas tienen un crecimiento vegetativo, con lo cual puede aumentar el número de integrantes de los grupos familiares o el número de los grupos familiares, lo que genera que haya que hacer viviendas más grandes o más viviendas (también llamado desglose del grupo familiar). En la tabla 4 se observa la cantidad de población que habita en los barrios vulnerados de la Ciudad según los datos del último censo poblacional llevado a cabo por el INDEC en el 2010. 103 Tabla 4: Población por condición de necesidades básicas insatisfechas (NBI) según Barrio Vulnerado en la Ciudad de Buenos Aires. 104 Referencias: (1) Incluye población en radios censales en los que la totalidad, la mitad o más de la mitad de las viviendas pertenecen a un barrio vulnerado. Excluye los barrios vulnerados Bartolomé Mitre, Agustín Magaldi, Pedro Luján (Bosh), Hubac, Los Pinos, y las villas 16 y 17, ubicados en radios en los que menos de la mitad de las viviendas pertenecen a un barrio vulnerado. Excluye las personas censadas en la calle. NHT: Núcleo Habitacional Transitorio. NBI: Necesidad Básica Insatisfecha. Se consideran hogares con NBI aquellos en los cuales está presente al menos uno de los siguientes indicadores de privación: Hogares que habitan viviendas con más de 3 personas por cuarto (hacinamiento crítico), Hogares que habitan en una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo), Hogares que habitan en viviendas que no tienen retrete o tienen retrete sin descarga de agua, Hogares que tienen algún niño en edad escolar que no asiste a la escuela, Hogares que tienen 4 ó más personas por miembro ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educación (sólo asistió dos años o menos al nivel primario) (INDEC 2018) Tabla elaborada con datos de la Dirección General de Estadísticas y Censo de la CABA en base a datos del Censo nacional de población 2010 del INDEC. Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (2010) “Hogares por condición de necesidades básicas insatisfechas (NBI) según villa, asentamiento o Núcleo Habitacional Transitorio. Ciudad de Buenos Aires. Año 2010.” http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=24220 En la tabla 4 los datos expuestos públicamente o datos oficiales no dan cuenta de la totalidad de la población habitante de los barrios vulnerados de la Ciudad. La construcción de datos de la cantidad de habitantes, como ya mencionamos, es un problema en sí mismo. Los datos oficiales son recabados a nivel de la Ciudad por distintas instituciones que trabajan en los barrios vulnerados o que obtienen datos estadísticos de la Ciudad, como el IVC o la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así como también por los censos nacionales realizados por el INDEC. A su vez se cuenta con datos extraoficiales que se conforman con la información recabada a partir de entrevistas a los habitantes de los barrios vulnerados, a las instituciones de la sociedad civil como, iglesia, comedores, etc., y también del acompañamiento para la realización de los censos del IVC en contextos eleccionarios por el Poder Judicial. En este acompañamiento se ha dado cuenta de las dificultades para recabar datos. De los datos extraoficiales surge que los habitantes de los barrios son una población mayor de la que figura en los censos, como estuvimos analizando anteriormente. 105 Los motivos por los cuales los censos no dan cuenta de toda la población pueden deberse a: dificultades de los propios censistas al momento de relevar, población que no quiere ser censada, o no la dejen ser censada (es el caso de los inquilinos), y lugares a los que no puede tenerse acceso por motivos de acciones fuera de la Ley. Sobre estas dificultades de acceso a algunas partes de los barrios Andrea Echevarría (2014) señala: “Los puntos del barrio, del territorio, donde la violencia (o su percepción) se intensifica son ‘marcados’ por la misma, generando nuevos y cambiantes patrones de inaccesibilidad, entendida ésta tanto como la imposibilidad o dificultad (material o simbólica) para acceder al barrio, o para acceder a determinados sectores del mismo. ‘Acá no te entra una ambulancia, no te entra nada, un vendedor, no te entra el correo, no te entra nada… Una sola calle llega hasta el fondo, pero nadie se anima a ir y entrar, porque se está muriendo una persona, está la ambulancia en el acto, pero entre que le robaron, se quedaron sin ruedas, se quedaron sin nada…’ (entrevista grupal a jóvenes)” (Echevarría 2014:175) En el marco del déficit habitacional en la Ciudad de Buenos Aires surgen varias cuestiones a tener en cuenta que provocan dicha situación en cuanto a las condiciones de habitabilidad en la que viven los habitantes de los barrios vulnerados. Hasta aquí estuvimos mencionando las condiciones de vida los inquilinos y el mercado informal de inmuebles. En los apartados que siguen profundizaremos en algunas otras cuestiones, como ser las condiciones habitacionales en los barrios vulnerados, el rol de GCBA en la implementación de las políticas habitacionales en la CABA, y las nuevas reurbanizaciones. 106 4.2. CONDICIONES VULNERADOS HABITACIONALES EN LOS BARRIOS 4.2.1. Situación Sanitaria Contaminación Una de las grandes preocupaciones sanitarias que está presente en estos barrios, es el grado de contaminación al que están expuestos los habitantes, dada la ubicación de los mismos (ver figuras 17 y 18). En general los barrios se asientan en espacios vacíos o subutilizados por estar contaminados en muchos casos. Una de las consecuencias de vivir en zonas contaminadas es la plombemia, que significa plomo en sangre (Murgida y Guebel 2013). En el 2014 el Ing. Facundo del Gaiso, quien es también auditor general de la Ciudad de Buenos Aires, realizó una investigación para indagar acerca de la contaminación de plomo en sangre de los niños de los barrios vulnerados de la Ciudad. (Del Gaiso 2014). En el informe que resultó de esa investigación se hace referencia a que “Los efectos del plomo en el cuerpo son potencialmente irreversibles. Aún los bajos niveles de plomo pueden causar ‘daño cerebral silencioso’ y el envenenamiento ligero puede ser asintomático. No existe un nivel de concentración de plomo en sangre que pueda considerarse exento de riesgo” (2014:2). Los niños son potencialmente los más afectados ya que las proporciones de dicho contaminante que pueden ingresar a sus cuerpos son mayores que para los adultos; además, dadas sus costumbres lúdicas generalmente desarrolladas en el suelo, se encuentran mucho más expuestos. 107 En el informe se menciona que los análisis realizados a los niños del barrio 2043 “…todos los niños analizados (32) tenían plomo en sangre, si bien con distintos porcentajes. El 68,9% tenían valores de 7 microgramos por dl, 17,9 % con valores entre 7 y 10, 13,8% con valores entre 10 y 20, siendo el valor máximo hallado de 14,2 microgramos por dl. Además, se constató la presencia de niños con desnutrición, anemias, y parasitosis” (Del Gaiso2014: 7-8, lo indicado entre paréntesis es agregado propio). En la investigación sobre el barrio Rodrigo Bueno, donde también había un depósito de autos de la Policía, se destacó que: “todos los niños comprendidos en el estudio tenían niveles de plomo en sangre. Del total, el 25% presentaban valores iguales o mayores a 5ug/dl de plomo en sangre” (Del Gaiso 2014: 11). En el barrio 21-24 de Barracas: “de una muestra tomada a 962 niños menores de 6 años, el 25% tiene plomo en sangre, determina un estudio socioambiental realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo” (Del Gaiso 2014:8). En la conclusión del informe el autor agrega: “Como se señala desde la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica de las Intoxicaciones Ambientales con Plomo, ‘hoy se sabe que una exposición de escasa magnitud (plombemias inferiores a los 5 μg/dl) pero sostenida, resulta en alteraciones neuromotoras, pérdida irreversible de la inteligencia, problemas de conducta y bajo rendimiento escolar.’ (...) El plomo se absorbe y distribuye rápidamente en el organismo. La deficiencia de nutrientes puede aumentar la absorción del mismo e interfiere en los procesos dependientes del calcio. La desnutrición y la anemia son factores Que se encuentra dentro de la Cuenca Matanza-Riachuelo, y ubicado donde durante muchos años hubo un cementerio de autos de la Policía Federal Argentina, el que por medio de un amparo promovido por la Asesoría Tutelar de la CABA se logró levantar. Expt 12975/5. 43 108 agravantes ya que el plomo sustituye al calcio y al hierro en los huesos y en la sangre” (2014:16-17). En el informe sociodemográfico y de salud realizado por ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) para la Ciudad de Buenos Aires para el año 2014 se han dado a conocer datos sobre las condiciones de vida y salud de la población de los Barrios ubicados en las comunas 4, 7, 8 y 9. En dicho informe se señala que para el año 2012 la Tasa de Mortalidad Infantil en las comunas investigadas fue mayor que la media de la Ciudad. Los valores fueron de 10.2 ‰ en las comunas 4, 7, 8 y 9 mientras que el total de la Ciudad fue del 8,3 ‰. Los resultados obtenidos se vinculan directamente a los indicadores de las comunas 4 (11,8 ‰) y 8 (10,6 ‰), lo que nos señala que allí mueren entre dos y tres niños más que en el resto de la ciudad cada 1000 nacidos vivos. En las evaluaciones que se realizaron respecto al desarrollo psicomotor en el barrio 2124 de Barracas, se derivó al 22.4% de la población a los efectores de salud. En los estudios realizados en el barrio 26-Magaldi-Luján la metodología fue diferente. De los niños que no pasaron la primera prueba, se les hizo una segunda y de ellos el 64,51% no la pasó por lo que fueron derivados a los efectores locales de salud. En las evaluaciones nutricionales y relacionadas con desordenes nutricionales, realizadas tanto en el barrio 21-24 como en las realizadas en el barrio 26-Magaldi-Lujan, se observó predominio de exceso de peso en niños menores de 6 años y en mujeres embarazadas. Asimismo, el porcentaje de anemias en niños menores de 6 años tuvo un rango de 6,6%-23,8%. 109 En el mapa a continuación (figura 11), vemos como se cruzan las regiones sanitarias, la cuenca del río Matanza Riachuelo, con los barrios y las comunas. Figura 11: Mapa de regiones sanitarias creadas en el año 2008 en base a la ley 153/99 “Ley básica de salud” donde se identificaron 4 regiones para la organización territorial del sistema de salud local. Referencias: La comuna 4 pertenece a la región sanitaria I, y las comunas 7, 8 y 9 a la región sanitaria II. ACUMAR 2014. 110 El informe señala que el déficit de peso y de talla en menores de 19 años en la región I y II (que representan el sur de la Ciudad, principalmente comunas 4, 7, 8 y 9, que se corresponden en gran parte con la Cuenca Matanza Riachuelo) resulta sustancialmente mayor que para el resto de la Ciudad (ver figura 11). Asimismo, el informe también señala que en el año 2010 el 9,1 % de los hogares de Argentina tenían al menos un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (de ahora en más NBI), es decir, 1.110.915 de hogares, a diferencia de la CABA donde sólo el 6% de sus hogares lo presentaban (n: 68.776 hogares). El 37,3% (n: 25.645) estaban ubicados en la Cuenca Matanza Riachuelo (CMR), lo que significa que el 9,4% de los hogares de la CMR de la CABA presentaban NBI. A continuación, presentamos uno de los mapas que se encuentran en el informe elaborado por ACUMAR (2014) (Figura 12), donde se presentan los porcentajes de hogares con NBI, de la Cuenca Matanza Riachuelo, en la CABA. 111 Figura 12: Mapa que indica los niveles de necesidades básicas insatisfechas en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires para el año 2010, siendo Soldati, Barracas y La Boca las zonas con más nivel de NBI en la Ciudad. Referencias: NBI: necesidades básicas insatisfechas; CMR: cuenca Matanza Riachuelo; CABA: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente:ACUMAR 2014. Respecto de los valores de plombemia capilar (plomo en sangre) en el Barrio 21-24, el 25% de la población infantil de menores de 6 años evaluada presentó valores mayores a los valores de referencia. En los estudios realizados en el barrio 26- Magaldi-Luján la población con valores mayores a los de referencia fue del 17%. En el barrio 21-24 se realizaron estudios para analizar las determinaciones de biomarcadores en orina, por lo cual se efectuaron análisis a 383 niños enviándose a los laboratorios de referencia de la red de ACUMAR (Garrahan y Cenatoxa) 309 muestras de orina. Dieron los siguientes resultados: 112 ● Evaluación de Cromo: de 271 muestras, 7 no pudieron ser analizadas por cuestiones técnicas, y en 4 se encontraron valores superiores a los de referencia. ● Evaluación de Mercurio: de 268 muestras, 10 de ellas no pudieron ser analizadas por razones técnicas, y en 7 se encontraron valores superiores a los de referencia ● Evaluación de O-cresol (metabolito urinario del tolueno): 250 muestras, 13 de ellas no pudieron ser analizadas por razones técnicas, en 6 se encontraron valores superiores a los de referencia. ● Evaluación de TTMA (metabolito urinario del benceno): de 259 muestras, 18 de ellas no pudieron ser analizadas por razones técnicas y en 29 se encontraron valores superiores a los de referencia. En el informe realizado por el Ing. Del Gaiso, se establecen espacios donde el GCBA debería intervenir para buscar revertir los índices encontrados. Los objetivos son: “**Fortalecer y ampliar la Red del Sistema de Vigilancia de la Salud. **Mejorar la cobertura del seguimiento médico del embarazo, afín de contribuir a la reducción de la Tasa de Mortalidad Infantil. **Disminuir la prevalencia de exceso de peso y la elevada prevalencia de anemia. **Facilitar la accesibilidad a una red eficiente para la atención de las alteraciones del desarrollo psicomotor de los niños y niñas. **Disminuir a una mínima expresión la exposición al riesgo ambiental, ya sea por condiciones de trabajo, de infraestructura de la vivienda o de tóxicos existentes en el medioambiente” (Del Gaiso 2014: 7). No se han encontrado datos actualizados que se condigan con la profundidad de los aquí señalados como para poder hacer un estudio comparativo. Sí resulta pertinente señalar 113 que se están llevando acciones directas para trasladar a las familias que viven en las inmediaciones de las Cuenca Matanza Riachuelo en el marco de la causa judicial con fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza – Riachuelo)”,con lo cual esto nos lleva a pensar que si se hubieran revertido los índices aquí señalados , estas medidas de relocalización podrían haberse suspendido. Servicios de Salud Con respecto a los servicios de salud, los mismos se encuentran limitados para estos habitantes de la Ciudad, principalmente por cuestiones de cercanía a los mismos. Aunque existen diferentes maneras de acceder a servicios de salud, ya sea a través del servicio públicos de salud por medio de los Hospitales Públicos, CESACs (Centros de Salud y Acción Comunitaria), o servicios privados de salud a través de obras sociales o prepagas para las familias que poseen trabajo en blanco o que cuentan con recursos económicos, en su mayoría se atienden en los CESACs que son los centros de salud que se encuentran más cerca de su domicilio. En el caso de los CESACs estos centros permiten una atención más rápida de la del Hospital pero tienen grandes déficits de insumos e infraestructura en este momento, por lo que no ofrecen un servicio de salud del todo apropiado. Al respecto, cabe destacar que se ha presentado un amparo para mejorar las condiciones de los CESACs y, en la actualidad, es por medio de dicho expediente que se están llevando a cabo mejoras en los Centros de Salud44. 44Expt. 39381/0. 114 Por otra parte, en relación a las urgencias, hubo momentos en que no se realizaba el acceso de las ambulancias a los barrios. Por ejemplo, en el barrio 31, se logró mediante un amparo judicial que las ambulancias del sistema de salud público ingresen al mismo. 4.2.2 La vivienda digna y el hábitat adecuado Como señalamos anteriormente, las condiciones habitacionales en los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires no son dignas. Para pensar qué es una vivienda digna, o un hábitat adecuado45, nos basamos en las condiciones para una vivienda adecuada que propone la ONU. Éstas comprenden: seguridad de la tenencia; disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; asequibilidad; habitabilidad; accesibilidad; ubicación; y adecuación cultural (ONU Hábitat, Naciones Unidas Derechos Humanos, 2010). El documento identifica para cada uno de dichas condiciones las siguientes especificaciones: Seguridad en la tenencia refiere a la existencia de un marco jurídico que proteja a los habitantes de posibles desalojos, hostigamientos y otras amenazas. Respecto de la disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura, se hace alusión a la provisión de servicios públicos seguros como: agua potable, cloacas, servicios energéticos que provean de iluminación, energía para la cocción de alimentos, calefacción, conservación de alimentos, y recolección de residuos. La Constitución de la CABA, en su art. 31, hace referencia a los términos “vivienda digna” y “hábitat adecuado”. 45 115 Con asequibilidad, se señala que el costo de la vivienda no debe poner en peligro las condiciones de vida de las personas afectadas. Debe poseer habitabilidad en tanto provee seguridad física, espacio suficiente, protección contra el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento, y evitar que provoque a sus habitantes alguna enfermedad, o riesgos estructurales. Deber ser accesible, teniendo en cuenta las necesidades de los grupos sociales desfavorecidos y/o marginales, es decir, que su acceso no sea discriminatorio y que se de en igualdad de condiciones. La ubicación debe proporcionar acceso a fuentes de trabajo, centro de salud y educativos, así como otros centros sociales y no estar en cercanía de lugares contaminados o peligrosos. También debe ser adecuada culturalmente, porque debe respetar las expresiones posibles de las diferentes identidades culturales. La población que habita en los barrios vulnerados accede a una vivienda sin servicios o a un terreno que no cuenta con servicios adecuados. Parte de esta población proviene de zonas rurales en las que tampoco tenían acceso a servicios, pero la ciudad y vivir en ella implica ciertas condiciones de habitabilidad (Guebel 2011). En los barrios vulnerados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, varios son los elementos que demuestran lo lejano dedignas que se encuentran las condiciones habitacionales en las que vive la población. A continuación, hablaremos del acceso a los servicios de cloacas, electricidad, agua, gas y recolección de residuos. 116 Cloacas Los barrios vulnerados de la Ciudad no poseen “cloacas”46. En la mayoría de los barrios, se “resuelve” el problema con un “pozo ciego”47 (ver Figura 7) en el cual se evacuan/depositan las aguas servidas, o en cambio, pueden tener conexiones cloacales precarias. Cuando llueve, si los depósitos no están limpios, vacíos, es decir que haya pasado el camión atmosférico para desagotarlos, los pozos rebalsan e inundan las inmediaciones con las aguas servidas. Este servicio lo provee el GCBA, y no funciona siempre con la frecuencia necesaria para evitar lo que aquí señalamos. Esto acarrea un gran problema sanitario. “Desde el punto de vista de la infraestructura cloacal, algunas villas cuentan con pozos ciegos y otros con redes precarias conectadas a pequeñas cámaras que frecuentemente colapsan. Las descargas de efluentes cloacales domiciliarios se realizan a estas precarias cámaras que se encuentran en los pasillos muy próximas a las viviendas e incluso dentro de los mismos domicilios. Estas precarias redes cloacales, como en el caso del Barrio Carlos Múgica (Villa 31 y 31 bis), a veces se conectan a sistemas pluviales cuya existencia era anterior a la conformación de los asentamientos” (Koutsovitis y Baldiviezo 2015:140). En el barrio “21-24”, además del problema de los pozos ciegos que rebalsan con las lluvias, se suma el problema del “Riachuelo”48. El barrio está ubicado sobre las márgenes del río, por lo cual cuando llueve, crece y sus aguas contaminadas ingresan al barrio y a las viviendas. Cloaca: Conducto por donde van las aguas sucias o las inmundicias de las poblaciones. Definición de la RAE. http://dle.rae.es/?id=9U8bXs0 47 Pozo ciego: pozo que para depósito de aguas inmundas se hace junto a las casas, cuando no hay alcantarillas. Definición de la RAE http://dle.rae.es/?id=Tst4nI1#JKwHRDG 48 “El río Matanza-Riachuelo, llamado Riachuelo en su desembocadura y río Matanza en la mayor parte de su desarrollo, es un curso de agua de 64 km al este de Argentina, que nace en la provincia de Buenos Aires, constituye el límite Sur de la ciudad autónoma de Buenos Aires y desemboca en el Río de la Plata. Esta desembocadura origina el nombre del barrio porteño de La Boca. La Cuenca Matanza-Riachuelo se encuentra localizada al noreste de la provincia de Buenos Aires. Al noroeste limita con la cuenca del río 46 117 Electricidad Respecto al tendido eléctrico de los barrios, las conexiones precarias, informales e ilegales son la práctica general. A su vez, son una solución a la falta de electricidad pública, por falta de un tendido eléctrico público que debe proveer el GCBA. La precariedad de las conexiones eléctricas, como la sobrecarga de las mismas, hacen que, tanto en invierno como en verano, se sucedan accidentes y numerosos problemas. Estos comprenden, por ejemplo, la falta de servicio, que en muchos casos implica imposibilidad para cocinar, calefaccionarse o refrigerarse e incluso bañarse. También pueden generarse accidentes como incendios, provocando riesgos de vida49. La falta de seguimiento y control de las instalaciones por parte del GCBA agravan los problemas que anteriormente mencionamos. A esto se le suma la falta de presencia de las empresas concesionarias de los servicios públicos en los barrios vulnerados. Esto se debe a que no ingresan a estos barrios como si lo hacen en otros barrios de la Ciudad. Argumentan que, al no ser barrios que estén integrados al “tejido urbano”, el encargado de proveer el servicio al interior de los mismos es el GCBA. Es por ello que el GCBA debe realizar las obras de servicios públicos al interior de los barrios vulnerados. El control de las conexiones eléctricas en el interior de las viviendas es un tema más complejo en relación a la posibilidad de ingresar a las mismas como a la posibilidad de coordinar las visitas con los habitantes, o Reconquista, al sudoeste con la cuenca del río Salado, al sudeste con las cuencas del río Samborombón y de la vertiente del Río de la Plata superior, y al noreste con el Río de la Plata.Tiene una longitud aproximada de 60 km y una dirección general sudoeste-noreste, y un ancho medio de 35 m, cubriendo una superficie de 2200 km² hasta la desembocadura en el Río de La Plata.(…) Su curso recibe numerosos desechos industriales, especialmente metales pesados; y aguas servidas provenientes de las napas saturadas de toda la cuenca. Recientemente, varios estudios alertaron sobre las graves consecuencias de la contaminación en la población, especialmente infantil.” https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Matanza-Riachuelo 49La Nación 23/7/2016 118 también porque los vecinos pueden no querer dejar ingresar al personal “de control” a sus viviendas (ver figura 13). En la siguiente figura, podemos observar un “enjambre”50 de cables de tendido de electricidad que se conecta con la red general; lo que puede llevar a los problemas que señalamos anteriormente. Figura 13: Condiciones de los servicios públicos en los barrios vulnerados de la Ciudad. “Enjambre” de cables en barrio 31. Acceso precario51 a la conexión eléctrica lo que genera sobrecargas por saturación y por tener muchas conexiones en un solo sentido (Foto de Silvina Gautier del año 2012). Categoría nativa utilizada por técnicos e ingenieros electricistas. Precaria porque una conexión de estas características que puede generar sobrecargas en el tejido urbano formal la empresa concesionaria del servicio de electricidad cortaría esta conexión por ser, precaria, ilegal y gratuita. 50 51 119 Agua potable El acceso al agua potable constituye otro problema importante en los barrios vulnerados. Las conexiones que se realizan en los barrios a la red de agua pública pueden presentar filtraciones. Por ejemplo, en el Barrio La Carbonilla la empresa AySA proveyó un caño de agua potable directo de la red ubicado en el ingreso al barrio. Desde allí (ver figura 14 y 15), los vecinos hacen las conexiones hacia las viviendas52. Las mangueras se apoyan en el suelo, y dadas las filtraciones de las mismas el agua entra en contacto con el piso de tierra o cemento. Este piso, en la mayoría de los casos, está contaminado por los derrames de las aguas servidas mencionadas anteriormente, por lo cual, el agua que circula por las “cañerías” termina no siendo potable… y las consecuencias son fácilmente deducibles en relación a la salud/enfermedad de sus habitantes. En la figura que sigue a continuación (Figura 14 y 15), puede observarse dos ejemplos en el barrio La Carbonilla. 52Nueva Ciudad 29/6/2016 120 Figura 14: Conexión precaria al servicio de agua potable. Obsérvese el caño de agua que está en contacto directo con el piso de tierra (Foto de Silvina Gautier del año 2012). 121 Figura 15: Conexión precaria al servicio de agua potable. Obsérvese las condiciones en que se encuentran los caños que dan acceso al agua en esta canilla pública en el barrio La Carbonilla. (Foto de Silvina Gautier del año 2012). Gas Los barrios vulnerados de la Ciudad de Buenos Aires tampoco tienen acceso al gas de red. Por ello, la principal fuente de energía para cocinar y calefaccionarse se realiza a través de la electricidad que es gratuita, pero presenta las dificultades mencionadas. Algunos habitantes tienen acceso al gas con garrafa pero son caras sino consiguen la “garrafa social”. También las conexiones de gas son más costosas que las conexiones de electricidad. Por otra parte, las 122 conexiones a las mismas tampoco tienen seguimiento y control alguno por parte del Estado o las empresas, por lo cual los riesgos al utilizarlas pueden ser numerosos. Recolección de basura Respecto al tema de salud que fue señalado en el apartado anterior sobre la situación sanitaria de la población, cabe destacar que la recolección de basura es deficitaria, lo que incide en la salud de la población de estos barrios (ver figuras 5, 16 y 17). Cabe mencionar que las consecuencias de la recolección deficitaria de basura han traído numerosas enfermedades, como nos ha contado en una oportunidad una trabajadora social, ha traído problemas en los oídos de los niños (bacteria que va “comiendo” el tímpano) y enfermedades relacionadas con la presencia de roedores, entre otras. A continuación, puede observarse en las fotografías ejemplos de la problemática de residuos (Figuras 16 y 17). 123 Figura 16: Condiciones de salubridad en los barrios vulnerados de la Ciudad. Recolección deficitaria de basura en los barrios vulnerados de la Ciudad. Imagen del barrio 31 (Foto de Silvina Gautier del año 2012). 124 Figura 17: Condiciones de salubridad en los barrios vulnerados de la Ciudad. Presencia de basura en los subsuelos del edificio el “Elefante Blanco” en el barrio porteño de Lugano (Foto de Silvina Gautier del año 2014). 4.3. LAS ACCIONES DEL GOBIERNO 4.3.1. Abordaje de la problemática habitacional Si miramos retrospectivamente las políticas de gobierno desarrolladas desde fines de 2007 hasta el 2015 del GCBA, durante los 8 años de como Jefe de Gobierno de Mauricio Macri no se avizora la búsqueda de una solución integral a la problemática habitacional. No se 125 observan alternativas principalmente dirigidas hacia los sectores de la sociedad más desprotegidos pero tampoco respecto de la clase media, como hemos señalando. Durante ese periodo, observando el organigrama del GCBA53, se podía ver que las dependencias que se encargaban del tema habitacional eran varias, si bien no estaba claro cuál era la incumbencia de cada una de ellas. En el caso del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), se desvirtuó el objetivo de construcción de viviendas del Instituto, y entre finales del 2007 y hasta finales del 2015, era prácticamente un ente “prestador” de créditos hipotecarios. La política estatal en los barrios vulnerados por parte del GCBA durante la gestión Macri tenía esta característica clave, de ser varios organismos los que intervenían en cada barrio, lo que permitía comprender su actuar en estos espacios. Como señala Cravino ([2006] 2014), esta característica refiere a atomización de las dependencias estatales que tienen incumbencias para intervenir en los barrios vulnerados de la Ciudad. Podemos nombrar entre ellas: al Instituto de Vivienda de la Ciudad, la Corporación Sur, la Secretaría de hábitat e integración y la Unidad de Gestión e Intervención Social, y los organismos de los cuales dependen. Es decir que las incumbencias no estaban claras y a la vez, en algunos casos se superponían y en otros, ninguno de los entes se hacía cargo. Hasta el 2015 el organismo del GCBA que más obras de infraestructura realizaba en los barrios y que más presencia tenía en ellos54 erala Unidad de Gestión e Intervención Social Se podía observar durante la gestión de Mauricio Macri en: http://www.buenosaires.gob.ar/. Ahora ya no se encuentra disponible, lo han borrado. 54 Sin considerar las excepciones, como en el caso de los Piletones, donde la Corporación Buenos Aires Surera el ente que estuvo haciendo las obras de infraestructura. “La Corporación Buenos Aires Sur Sociedad del Estado es una organización destinada a colaborar en la estrategia que el Gobierno de la Ciudad promueve para el desarrollo integral de la zona sur.” (http://www.buenosaires.gob.ar/corporacionsur) Esto señala la página oficial del GCBA sobre la Corporación Buenos Aires Sur. 53 126 (UGIS) organismo encargado de actuar en la emergencia y cuyas soluciones son transitorias, solo a fin de mitigar la emergencia. Con la gestión de Horacio Rodríguez Larreta como Jefe de Gobierno porteño, ganador de las elecciones a Jefe de Gobierno en el año 201555, que continúa la gestión PRO en la Ciudad, este panorama ha tenido variaciones que no han sido menores. Desde fines del 2015 a principios del 2016, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) está volviendo a “encargarse” de la cuestión habitacional en las villas de la Ciudad. Organismo que, como mencionáramos anteriormente, había dejado de hacerlo desde el año 2008, con la llegada de Macri al GCBA. El único barrio donde no tiene incumbencia es el barrio 31 y 31 bis, ya que se creó la Secretaría de Integración Social y Urbana que se ocupa específicamente de él. Ambas dependencias, el IVC y la Secretaria de Integración Social y Urbana, se encuentran bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete del GCBA, es decir, dependen directamente del Jefe de Gobierno. Aparte de estos organismos, se encuentran el Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano (anteriormente denominado Ministerio de Desarrollo Social) del que dependen la Subsecretaría de Hábitat e Inclusión (la ex SECHI, Secretaría de Hábitat e Inclusión) y la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) (ver organigrama en anexo). Con estos cambios en la Administración Pública, los barrios vulnerados en los que se están realizando proyectos de reurbanización son: el barrio 31 y 31bis, Rodrigo Bueno, 20, Playón Chacarita56 y Magaldi. Podemos sumar aquí dos barrios más sobre los cuales se han estado haciendo obras de infraestructura, Piletones y Ramón Carrillo, aunque no se está llevando un plan de reurbanización como en los ya mencionados. El resto de los barrios, y aun 55 56 Anteriormente con dos gobiernos sucesivos de Mauricio Macri, del 2007-2011, y del 2011-2015. También conocido como Fraga. 127 con los cambios, siguen con los mismos problemas de infraestructura y precariedad, que en momentos anteriores a la gestión de Rodríguez Larreta. A excepción de los barrios como procesos de reurbanización, los barrios vulnerados reconocidos no son los únicos sobre los cuales las políticas de gobierno tardan en llegar. Se suman aquí los que Florencia Rodríguez (2012) analiza y donde algunos son denominados NAU, Nuevos Asentamientos Urbanos. Ya desde antes de la gestión PRO se identificaron estos asentamientos por parte del GCBA, pero no se los consideraba como espacios sobre los cuales intervenir o auxiliar. Este fenómeno social comenzó a aparecer aproximadamente a partir del año 2001. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad, en el año 2006, es la que crea la denominación de NAU, que permite visibilizar esta nueva realidad, aún cuando desde el gobierno de ese momento, no se proponían actuar. La definición de NAU era la siguiente: “procesos informales de ocupación de predios o inmuebles públicos y/ o privados por familias de escasos recursos” (Rodriguez2012:78). Aunque la problemática de los NAU es anterior a los gobiernos PRO, focalizaremos nuestro análisis en las políticas públicas desarrolladas durante las gestiones de gobierno en la CABA por parte de Mauricio Macri (2007-2015) y de Horacio Rodríguez Larreta (2015 a hoy), etapas en las cuales los NAU siguieron existiendo y se fueron afianzando. Cabe señalar que dentro de esta denominación estaban incluidos también barrios como Playón Chacarita y Rodrigo Bueno. En relación al segundo, éste ya había sido considerado como Barrio (y no NAU) por un fallo judicial dictado por la Jueza Elena Liberatori del año 201157. Este fallo obligaba a la suspensión de los desalojos en dicho barrio, y a la intervención y urbanización por parte del GCBA. Sin embargo, no fue hasta el gobierno de Rodríguez 57Expt: 17699/0 128 Larreta (2015), quien en un principio al salir el fallo señaló que urbanizar dicho barrio era un “disparate”58, que la reurbanización planteada para este barrio puede llegar a ser una realidad. En la actualidad, los subsidios habitacionales junto a los paradores nocturnos son la única herramienta que utiliza el GCBA como respuesta a la necesidad habitacional para las personas en situación de calle o en inminente situación de calle (Sanchez 2017). El Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano (ex Desarrollo Social) es el encargado de otorgar los subsidios habitacionales, que están reglamentados a través del decreto 690/06. Este decreto ha tenido varias modificaciones, pero su fundamento se sintetiza en el artículo 3°: “Artículo 3° - El programa otorga un subsidio con la finalidad de mitigar la emergencia habitacional de los residentes en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su objetivo primordial es el fortalecimiento transitorio del ingreso familiar con fines exclusivamente habitacionales, debiendo los fondos otorgados estar destinados a cubrir gastos de alojamiento” (BOCBA 2006, N°2463). El mismo no provee una solución habitacional definitiva, sino más bien es una mitigación al problema de la emergencia habitacional, tal como se menciona en el artículo 3° citado. Este decreto se utiliza, la mayoría de las veces, para el pago de una habitación en un hotel familiar, lo que es una solución habitacional transitoria, y que a futuro, puede devenir en una situación de calle nuevamente. En los hoteles realizan una “preselección” informal de las personas para que se alojen allí. No son bien recibidos los jóvenes, ya sean solos o en pareja, y tampoco son bien recibidas las familias con hijos chicos. Por lo cual, a la dificultad de conseguir una habitación en un hotel 58La Nación 24/3/2011 129 que no consiste en una solución habitacional, ni presenta las mejores condiciones de habitabilidad, hay que sumarle las restricciones a la condición etaria y parental que presenten las personas solicitantes (Sanchez 2017). Susser y Krensike (1987, en Loic Wacquant [2001]2010) nos dan elementos para pensar sobre las dificultades y posibilidades de los habitantes de los barrios bajos de Chicago, comparable con lo que pudimos observar y relevar en la presente investigación. Uno de los aspectos destacables es cómo se comportan los “propietarios” inmobiliarios con los habitantes del gueto (en el caso de Chicago). Podemos encontrar un paralelo con la actitud de los “propietarios” de los inquilinatos en las villas o barrios vulnerados, de la Ciudad de Buenos Aires: “El sistema de bienestar social también interactúa con los propietarios inmobiliarios para agravar las condiciones de vida de los residentes del gueto, y contribuye de manera indirecta a la profusión de viviendas de calidad inferior a la normal. Sabedores de que sus inquilinos son una clientela rehén, los propietarios de los barrios bajos -incluidas las autoridades de los organismos públicos de viviendacobran elevados alquileres y descuidan las reparaciones y servicios necesarios, a la vez que reciben una renta completa por el departamento que solo los receptores de la seguridad social estarían dispuestos a ocupar (Susser y Krensike 1987, en Wacquant [2001]2010:92). Resulta llamativo encontrar aquí algunos puntos de coincidencia con lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires. Tanto en relación a los inquilinatos de las villas, respecto del rol que cumplen los “dueños” de las habitaciones disponibles para ser “alquiladas” en estos barrios vulnerados, como también respecto de los hoteles. Y finalmente, respecto del rol que cumple el Estado en el mantenimiento de esta realidad. 130 Esto nos lleva a concluir que el Gobierno de la Ciudad, aún sin proponérselo, o tal vez sí, está sosteniendo la vida en condiciones no dignas para parte de la población que habita en la misma. Señalamos esto porque, como veremos a continuación, el GCBA no ha estado poniendo el foco presupuestariamente para abordar esta problemática. Según el informe elaborado por la asociación civil ACIJ, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (2016),59 el GCBA ha ido disminuyendo el presupuesto destinado a políticas de vivienda, principalmente desde el año 2011 (ver Figura 18). En cambio, en el presupuesto elaborado para el año 2017 se observa una notable alza, la cual responde principalmente a los proyectos de urbanización que hemos mencionado anteriormente que implican toma de deuda externa, y también favorecimiento a ciertos grupos económicos con las obras que se realizan (Guebel y Sanchez2017c). Figura 18: Porcentaje del presupuesto de la Ciudad destinado a política de vivienda desde el año 2007 al 2017 Referencias: Desde el 2007 a finales 2015, gestión Macri, desde 2015 en adelante gestión Rodríguez Larreta. Datos de ACIJ (2016). 59 Denominado “El presupuesto de la Ciudad para las políticas de vivienda 2017”. 131 Durante varios años, disminuyó el presupuesto en Ciudad para este problema (ver figura 18). Estos datos a su vez tienen un correlato con la subejecución del presupuesto en general y especialmente en el área de vivienda. Al respecto, ACIJ ha elaboró un informe para el año 2014 en el que refleja esta problemática de la subejecución. A continuación, presentamos algunos datos aportados en dicho informe. Para el tercer trimestre del 2014, vemos que la mitad del presupuesto destinado a vivienda no se ejecutó en el caso de la SECHI, casi lo mismo para la UGIS, y en el caso del IVC es mayor lo no ejecutado que lo ejecutado, superando más de la mitad del presupuesto. Es decir que tres organismos públicos que contaban con presupuesto para la vivienda, subejecutaron sus partidas de manera dramática (ver figuras 19, 20 y 21). Figura 19: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (SECHI: Secretaría de Hábitat e Inclusión) para el tercer trimestre del año 2014. 50.6% 49.4% Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos de ACIJ (2014). 132 Figura 20: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (UGIS: Unidad de Gestión e Inclusión Social) para el tercer trimestre del año 2014. 58% 42% Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos de ACIJ (2014). Figura 21: Porcentaje y cantidad de pesos destinados a la dependencia del GCBA (IVC: Instituto de la Vivienda de la Ciudad) para el tercer trimestre del año 2014. 44% 56% Referencias: Se aclara que el porcentaje ejecutado y lo no ejecutado figura en pesos argentinos. Datos de ACIJ (2014). 133 Las figuras 19, 20 y 21 aportan datos que permiten comprender lo que sucede con las políticas de gobierno en relación a la problemática habitacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y qué interés o desinterés existe en relación a resolver este problema por parte de los gobernantes. 4.3.2. Sobre los proyectos de reurbanización Acerca de los proyectos de reurbanización que se anunciaron a fines del año 2015 y que son producto de una obligación constitucional60, cabe hacer algunas apreciaciones. Como hemos mencionado, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta que se inicia en diciembre del 2015, comenzaron los procesos de reurbanización de algunos barrios vulnerados. Se seleccionaron barrios que se encuentran ubicados en lugares claves, como veremos (ver Figura 22). Estos son: ● “31-31 bis” ubicado en el barrio de Retiro, en terrenos del Ferrocarril, con proximidad a éste y a la Estación de Micros de larga distancia, con proyecto de Paseo del Bajo en ejecución y desarrollos inmobiliarios a futuro. ● “Rodrigo Bueno”, ubicado en la Costanera Sur, lo que actualmente es Puerto Madero y con el proyecto de IRSA de los Solares de Santa María al lado de los terrenos del Barrio. 60 Así lo destaca la Constitución de la CABA en su art. 31. 134 ● “Playón Chacarita”, ubicado en terrenos del ferrocarril de la estación de Federico Lacroze; su reurbanización permitirá abrir calles que darán más accesibilidad a los barrios en ascenso como “Villa Ortuzar”. ● “Villa 20”, ubicado en las inmediaciones de la Ciudad Olímpica que se está proyectando para el 2018. ● Lamadrid, localizado en el barrio de La Boca, zona que se encuentra en pleno proceso de ‘gentrificación’, afectada a obras de renovación urbana mediante obra pública donde se está desarrollando un polo de arte y otro gastronómico. Frente al hecho de que se hayan elegido estos barrios para ser reurbanizados, y no otros, vale la pena preguntarse el porqué de esta selección (Guebel y Sanchez: 2017c). Estos barrios vulnerados están ubicados sobre terrenos de mucho valor actual o están sujetos a obra pública, o privada futura, en sus proximidades (ver Figura 22). Al respecto surge también una pregunta asociada, ¿Será la reurbanización una modalidad que permitirá ingresar esas tierras tan valiosas al mercado inmobiliario? Esto es factible dado que, mediante la reurbanización se dan dos procesos juntos: la urbanización y la regularización dominial (Clichevsky 2012; Guebel 2017c) requisitos necesarios para que esas tierras estén dentro de la reglamentación urbana. Estas son preguntas que se podrán contestar según cómo se desarrollen los hechos una vez terminada toda intervención en estos barrios. Sobre estos procesos de reurbanización el arquitecto JulianSalvarredy indica: “Por un lado, el gobierno porteño dejó atrás la erradicación de la villa 31 por la resistencia de sus pobladores y organizaciones, pero además encontró la posibilidad de un proceso de transformación urbana asimilable a la urbanización que le permite dar continuidad a su 135 política de desigualdad territorial en favor de los desarrolladores inmobiliarios, grandes empresarios y financistas. De las entre 40 y 60 villas y asentamientos porteños -según la fuente que se tome-, los cuatro casos que se han priorizado (Villa 20 y 31, Fraga, Rodrigo Bueno) son procesos asociados a desarrollos inmobiliarios y emprendimientos de marketing urbano vinculados al turismo. En este sentido, no debe entenderse la urbanización de villas como un proceso que únicamente implique avances en la resolución de los problemas habitacionales de sus pobladores” (El grito del Sur 29/07/2018) 136 Figura 22: Mapa de Barrios que están en proceso de reubanización en la Ciudad de Buenos Aires. Referencias: 1. 31 y 31 bis- Padre Múgica, ubicado en el barrio porteño de Retiro; 2. Rodrigo Bueno, ubicado en barrio de Puerto Madero; 3. Lamadrid, ubicado en el barrio de La Boca; 4. 20, ubicado en el barrio de Lugano; 5. Playón Chacarita, ubicado en el barrio de Chacarita. Mapa de elaboración propia. Utilizando datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la CABA (2016) e información del propio trabajo de campo. 137 Ahora bien, sería importante que el GCBA explicite y haga públicas cuáles serán las medidas que adoptará en relación a estas reurbanizaciones. Nos referimos acá a las medidas o reglamentaciones necesarias para que el mercado inmobiliario no se apropie de estas tierras expulsando a los pobladores actuales, por la venta de las mismas con posterioridad a su regularización dominial. Ni tampoco del esfuerzo colectivo que implica la reurbanización en el sentido de que es a través de los dineros públicos que se realizan las obras al dotar de servicios públicos a los barrios vulnerados, acciones que son ejecutadas a través del Estado, con el objetivo manifiesto de resolver la situación habitacional de modo definitivo y digno para estas poblaciones y no para que pasen al mercado. A partir de los procesos de reurbanización que se están realizando en la Ciudad de Buenos Aires, es interesante recordar, aún con las necesarias diferencias de los casos, lo que Bourdieu ([1977] 2013) señala, respecto de la población rural argelina y del proceso de despojo de sus tierras de pastoreo: “Convertidos en dueños de un título de propiedad auténtico y fácilmente alienable como consecuencia de la división favorecida por las leyes del 26 de julio de 1873 y del 23 de abril 1867, numerosos pequeños propietarios, apremiados por la miseria, fueron tentados por la atracción del dinero y vendieron su tierra; poco familiarizados con el uso de la moneda, muy pronto disiparon su pequeño capital y se vieron obligados a emplearse como trabajadores agrícolas o a huir hacia la ciudad” ([1977] 2013:44). Si bien en este caso no hay desconocimiento del uso de la moneda, en el texto se señala cómo a través de la legislación se dividen las tierras, y al no tener una restricción que funcione como protección, el título de propiedad entra directamente al mercado, es decir, la tierra se vuelve una mercancía de la cual se apropian los sectores más favorecidos, siendo una 138 herramienta de despojo, tal como señala Marx ([1867]1938) con respecto a la acumulación originaria (vista en más en detalle en el capítulo 2 y 3). Es decir que, la seguridad jurídica que debería darle a las poblaciones el hecho de la regularización dominial, puede, sin embargo, ser un mecanismo de expropiación de las mismas, mediante la venta de sus tierras/viviendas. Aún cuando se podría suponer que eso implique una capitalización de esa población, el autor advierte que esto puede no suceder, y lo mismo valdría para este caso. Se favorecería así solamente el mercado inmobiliario. Esto también es señalado por David Harvey (2008): “¿Qué opinar, por otro lado, de la propuesta aparentemente progresista de conceder derechos de propiedad privada a las poblaciones que ocupan ilegalmente, proporcionándoles activos que les permitirían salir de la pobreza? Un plan de este tipo se está discutiendo ahora para las favelas de Rio de Janeiro, por ejemplo. El problema es que los pobres, asediados por la inseguridad de su renta y frecuentes dificultades financieras, pueden ser persuadidos fácilmente de vender ese activo por un pago en metálico relativamente bajo. (…) Apuesto que en quince años, si continúan las tendencias actuales, la totalidad de las colinas de Rio de Janeiro ocupadas por favelas estarán cubiertas por altos edificios de viviendas con vistas fabulosas sobre la idílica bahía de la ciudad, mientras que los anteriores habitantes de aquéllas habrán sido filtrados a alguna remota periferia.” (2008:36) Además del valor de la tierra, como medio de expulsión, o de apropiación por parte del mercado, existen otros factores que hay que considerar y que pueden generar expulsión de la población una vez realizadas las reurbanizaciones. 139 En los procesos de reurbanización, o cuando se construyen complejos habitacionales, se deben tener en consideración aspectos culturales y sociales (como mencionáramos también citando a la ONU) así como también económicos para que los proyectos urbanísticos en ejecución brinden soluciones habitacionales que resulten favorables para los futuros beneficiarios. A continuación, veremos cómo, tanto Bourdieu ([1977] 2013:144), como Harvey ([1973] 2007:30), nos advierten sobre algunos elementos a tener en cuenta: Bourdieu señala que: “…el acceso a la vivienda (moderna) requiere una verdadera metamorfosis cultural, de la que no todos los realojados son capaces, porque no poseen los medios económicos para cumplirla, ni las disposiciones (culturales) que no pueden constituirse en ausencia de esos medios” ([1977] 2013:144, lo puesto entre paréntesis me pertenece). En el mismo sentido Harvey señala que: “Grupos distintos dentro de una población pueden, por consiguiente, tener una capacidad muy distinta para esquematizar el espacio, y no hay duda de que la educación desempeña un papel importante en la determinación de la capacidad espacial” (Smith 1964, en Harvey [1973] 2007:30). Es decir que, la nueva vivienda no es meramente un cambio de espacio físico sino que implica también una transformación cultural. Bourdieu señala que el cambio de vivienda implica también una transformación en relación a lo económico: 140 “…hay un abismo entre el hecho de no tener gas cuando se vive en un barrio pobre y el de verse obligado a cortarlo cuando está allí, dentro mismo del departamento, y tener que volver al kanoun (especie de hornillo cerámico tradicional de los cabila) para abaratar” ([1977] 2013:141). Por tanto, no es lo mismo estar privado de ciertos elementos básicos de confort como el gas en una vivienda precaria, a tener que hacerlo por no poder pagarlo en una vivienda nueva. A su vez, el autor destaca cómo les resulta dificultoso amoblar el nuevo departamento por sus altos costos. Las nuevas viviendas implican nuevos costos, que tienen que ser considerados, o pensados a la hora de este cambio habitacional. En la vivienda precaria anterior Bourdieu ([1977] 2013) señala, varias familias convivían juntas, sin mobiliario extra y compartiendo los gastos habitacionales. En cambio, en estas viviendas nuevas modernas, es la familia nuclear la que tiene que hacer frente de modo individual, a los costos de su manutención que implican desde el amoblamiento, al gas, la luz, el agua, el impuesto inmobiliario, etc. En el caso de las nuevas reurbanizaciones en la Ciudad de Buenos Aires, para que la población actual continúe viviendo allí una finalizadas las obras, debería contemplarse que los impuestos y servicios que tengan que pagar, posean una modalidad de subsidio o impuesto/o servicio social de modo que no sean tan excesivos que obliguen a la población a irse de dicho espacio, el cual habitan hace años, por no poder solventar las cargas públicas. Pensamos que esto debería ser tenido en cuenta, en los procesos de reurbanización que están llevándose a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, con la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. 141 Asimismo, Bourdieu ([1977] 2013) menciona las modificaciones que han ido haciendo los habitantes de los nuevos complejos habitacionales, para adaptarlos a sus necesidades familiares y económicas, y vincularlos también con aspectos culturales, como su modo y forma de vida: “En los barrios horizontales, se construyen barracas en los patios (en la Montagne, por ejemplo). En los barrios verticales, se cierran las galerías para convertirlas en habitaciones destinadas a albergar una nueva unidad familiar” ([1977] 2013:147). En esta cita se mencionan las modificaciones por ampliación (crecimiento) del grupo familiar. Nos permite pensar no sólo sobre las construcciones futuras, sino también, sobre casos ya existentes. Tal es el caso de las adaptaciones que realizaron los nuevos habitantes del Complejo Habitacional “Padre Múgica” ubicado en Castañares y Gral. Paz. En este complejo, los dos casos que citaremos a continuación-que no son modificaciones por crecimiento del núcleo familiar- involucran modificaciones vinculadas a las prácticas económicas. En uno de los casos, varios (nuevos) vecinos adaptaron partes de las zonas comunes para poder ubicar en ellas a sus caballos que los acompañan en el día a día en la actividad laboral de cartoneo que realizan. También es el caso de otra vecina, que adaptó una pared de su vivienda (ubicada en planta baja) para poder realizar la atención al público, de su quiosco, el que se encuentra ubicado en una habitación de la vivienda; esta actividad económica le permite la subsistencia y ya la realizaba en el barrio del que provenía y no fue contemplada/prevista en la planificación de la reurbanización. En relación al valor de la tierra, desde que se han anunciado las obras de reurbanización en la villa 31, numerosas son las notas periodísticas que aluden al valor de la 142 tierra. Un ejemplo de ello es una nota en la que se menciona que el precio de una vivienda en el barrio ascendería a $400.000.61 Aún cuando pueda parecer excesivo el precio de una vivienda en un barrio de dichas características, es decir, en un barrio vulnerado, si se lo compara con el precio del metro cuadrado en dicha zona de la Ciudad en la cual este barrio está emplazado, podemos darnos cuenta de que es un valor muy por debajo del precio de mercado. Por lo cual, en vistas a la construcción del “Paseo del Bajo”, obra pública anunciada y planificada por el GCBA en ejecución, el Barrio 31 puede llegar a ser un barrio codiciado por especuladores inmobiliarios. Uno de los proyectos inmobiliarios que allí se vislumbran es el Quartier Puerto Retiro en el ex Hospital Ferroviario. Es por ello que insistimos en la necesidad de que se explicite la política gubernamental que tenderá a evitar esta nueva acumulación originaria, o en cambio favorecerá a que esto suceda. 61La Nación 14/8/2016, Clarín 21/05/2018, Clarín 30/06/2018. 143 CONCLUSIÓN La presente investigación busca ser una herramienta para repensar y reflexionar sobre las dificultades en el acceso a una vivienda digna y con condiciones de habitabilidad adecuadas que presenta una parte importante de la población de la Ciudad de Buenos Aires, dado que hablamos tanto de la clase media como de los sectores populares. Creemos que a partir del material aquí vertido se pueden tomar algunas medidas que podrían llegar a mejorar las condiciones habitacionales de parte del colectivo social referido. Aquí se abordó una problemática que afecta hace ya hace varios años a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; nos hemos referimos al llamado “déficit habitacional”. Este problema es también, como se ha mencionado, una categoría nativa, utilizada por los formadores de políticas públicas y se encuentra presente en varios textos normativos como la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Reflexionar sobre este tema nos ha llevado a considerar las derivaciones en relación al acceso a la vivienda para la clase media y principalmente para los sectores populares o de menores recursos que habitan o pretenden habitar el suelo porteño. Y para dar cuenta de ello hemos ofrecido información que muestra el estado actual de situación. Lo que entendemos como “déficit habitacional” en la Ciudad de Buenos Aires evidencia que este espacio urbano que es la Ciudad se está convirtiendo en un lugar para ser habitado por (o estar en manos del) sector más pudiente de la sociedad argentina y también en manos de “inversores” extranjeros. 144 Esta problemática ha llevado a un sector de la población porteña a desarrollar estrategias inmobiliarias informales en los barrios vulnerados. Éstas han sido como fuimos mencionando: la autoconstrucción de viviendas en terrenos públicos o privados vacíos, para su uso habitacional y también la construcción de más habitaciones, para su posterior alquiler o venta. Resulta pertinente recordar al respecto que consideramos el carácter vulnerado y no vulnerable de estos barrios y este colectivo social, porque esto no es una característica intrínseca e innata del colectivo referido, sino que es una condición creada por un contexto social mayor que ha llevado a estas personas a vivir en las condiciones indignas en lo que refiere a lo habitacional, la salud, la educación, lo económico, entre otros aspectos ya mencionados. Recurren a esta alternativa habitacional la población trabajadora formal e informal así como desocupados que han sido marginados de la Ciudad, migración rural-urbana, migrantes de países limítrofes. Esta alternativa les permite residir en la Ciudad ya que como hemos visto no cuentan con los requisitos mínimos formales y económicos para acceder a un alquiler o propiedad por fuera de los barrios vulnerados. En el análisis del “déficit habitacional” hemos abordado el porqué de la escasez de viviendas adecuadas disponibles o que no poseen condiciones dignas de habitabilidad para estos sectores sociales y también la cantidad de viviendas vacías que hay. La forma en que se ha ido configurando la Ciudad ha generado lógicas de exclusiónsegregación espacial física y social que llevan a que los barrios vulnerados y sus habitantes estén ubicados en zonas excluidas de la misma. En el proceso de análisis de las formas de configuración del espacio y cómo éstas se llevan a cabo, se dio cuenta de cómo se fueron generando los procesos de segregación 145 espacial en la Ciudad de Buenos Aires, y cómo han delimitado zonas para pobres y zonas para sectores medios, medios-altos y ricos. Estas delimitaciones físicas, económicas y sociales de la Ciudad y la expulsión de ciertas partes de la población hacia afuera de sus fronteras, generan también desigualdades en los ingresos de la población afectada. Los sectores menos favorecidos de la sociedad resultan los más perjudicados porque los cambios que pueden llegar a darse en su modo de vida, por esta segregación, pueden impactar fuertemente en el desarrollo de su vida cotidiana, cambios en los aspectos culturales, económicos y sociales de su desarrollo vital. El contar con escasos recursos económicos impide que se puedan revertir dichas condiciones de vida. Esta realidad se expresa de un modo circular: los que tienen pocos recursos acceden a lugares alejados, eso dificulta acceder a un trabajo y genera un círculo vicioso respecto a esos pocos recursos económicos disponibles. Lo que hemos sostenido a lo largo de esta tesis, en base a los conceptos teóricos aquí desarrollados, así como también desde el propio análisis de la situación aquí planteada es lo siguiente: el mercado por sí solo no está dando respuesta a este problema del déficit habitacional, aún cuando el nivel de construcción es sostenido y ha venido aumentando en los últimos años; el déficit no se reduce. De este modo, lo que se desprende como conclusión es que las viviendas que se construyen no están dirigidas a las personas que las necesitan, ya sea de sectores medios, medios bajos, o sectores populares, sino que están dirigidas a la especulación financiera o rentística. En esta economía de mercado “dejar hacer”, implica que los que no tienen el suficiente poder o los recursos económicos para hacer prevalecer sus necesidades por sobre las de los otros (los poderosos económica o políticamente hablando), serán dejados de lado y echados a su suerte. Al estar en pleno proceso de cambio el Código Urbanístico y de Edificación de la 146 Ciudad, se observa que se dio prioridad en los inicios de la elaboración del nuevo proyecto de Código a los intereses de los grandes desarrolladores inmobiliarios. Sin embargo, creemos que estos intereses deberían estar en un segundo lugar por tener mayor capacidad de reacción frente a los cambios políticos y económicos que puedan acontecer a diferencia de las necesidades de los sectores bajos y medios de la sociedad. O en tal caso, el Estado debería responder a los intereses y al bien común de toda la sociedad, de todos sus sectores, y no favorecer solamente al “mercado”, en detrimento de otros sectores sociales. La cuestión es que, hasta ahora, a la luz de los hechos, no ha sido así. Esto refuerza la idea de que la apropiación de la tierra en Argentina se ha concentrado en muy pocas manos. Es por ello que creemos que reglamentar la función social de la tierra (concepto desarrollado en el capítulo 3) resulta en este momento, determinante. Pues, de ser implementada, muchos de los aspectos que profundizan las desigualdades, podrían ser revertidos. El mercado inmobiliario formal tiene un gran poder económico y político que influye en las políticas estatales, y por tanto lo consideremos uno de los actores responsables en la profundización de la problemática analizada. Debido a esto es que el acceso a la tierra es un espacio de disputas entre distintos actores sociales, el Estado, el mercado inmobiliario, las distintas clases sociales, etc. Esto genera desigualdades en el acceso a las oportunidades habitacionales de los habitantes de la misma, en especial aquellos de más bajos recursos económicos. Si creemos en lo que postula la Constitución Nacional, y la Constitución de la Ciudad, las necesidades de los más débiles, en esta contienda por los recursos de la Ciudad, deben estar contempladas y amparadas por el Estado. Sin embargo, el Estado y sus órganos entran 147 en pujas y responden muchas veces a intereses que lejos están de velar por dichas necesidades. Lo anteriormente mencionado nos ayuda entender la difícil situación en la cual tienen que moverse los habitantes de los barrios vulnerados; lo que se suma a la ausencia de políticas públicas claramente dirigidas a estos sectores, por lo menos para que en el ámbito de la vivienda se encuentren protegidos. Como fuera señalado, esto también se aplica para la clase media que tiene también problemas para acceder a una vivienda. La intervención estatal en la Ciudad respecto a esta problemática ha sido muy deficitaria en los últimos años. Principalmente, ha implementado una política de gobierno con nula construcción de viviendas sociales, con una estructura administrativa que no ha facilitado la intervención en los barrios vulnerados, y una subejecución del presupuesto destinado a esta materia. Esto ha sucedido desde el año 2008. Hacia el final de este trabajo se ha problematizado el anuncio en el año 2015 de proyectos de reurbanización de barrios vulnerados por parte del nuevo gobierno que ha asumido la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Los barrios seleccionados para comenzar se localizan en ubicaciones estratégicas tanto en lo relacionado con el valor de la tierra, en las construcciones proyectadas en asociación con éstas así como por futuros eventos a llevarse a cabo que se verían beneficiados con la reurbanización de dichos espacios. Esto genera incertidumbre respecto de los motivos de la reurbanización, y alerta sobre el futuro destino de los barrios dado que es factible que las tierras sean incorporadas rápidamente al mercado una vez finalizadas las obras. De esta manera estarían dadas las condiciones para que los desarrolladores inmobiliarios pueden hacerse de esas tierras por un valor mucho menor del de las tierras de la zona. 148 Respecto a este último tema mencionado hemos señalado posibles consecuencias que podrían generarse tras la implementación de proyectos de reurbanización que no contemplan a los pobladores que los habitan y solo especulan con el valor de la tierra y los beneficios económicos que pueda brindar, como por ejemplo: si el valor de los impuestos y servicios que deberán pagarse en estos barrios reurbanizados serán los mismos que los de las zonas linderas. Estos aspectos señalados pueden generar una expulsión de la población, por acumulación originaria de la tierra, o por dificultades económicas para el pago de impuestos y servicios. Sostenemos que el proyecto de reurbanización debería ser abordado de manera integral a los fines de que las obras a ejecutar sean bien recibidas por sus futuros usuarios y puedan hacer pleno uso de ellas en relación con sus necesidades culturales, económicas y sociales. De este modo, se privilegiaría mejorar las condiciones de vida de los habitantes de estos barrios en vez de empeorarlas. Este trabajo de tesis ha buscado poner de manifiesto la problemática del déficit habitacional en la Ciudad de Buenos Aires dando cuenta de las múltiples aristas que componen el tema. A su vez, buscó dar cuenta de los trasfondos incluidos en los proyectos de reurbanización. 149 BIBLIOGRAFÍA • ACIJ (2014) “Monitoreo de gasto público en vivienda en la Ciudad de Bs As” https://acij.org.ar/monitoreo-de-gasto-publico-en-vivienda-en-la-ciudad-de-bs-as/ • ACIJ (2016) “El presupuesto de la Ciudad para las políticas de vivienda en 2017”. https://acij.org.ar/acij-presento-el-informe-sobre-presupuesto-caba-para-vivienda-en2017/ • Actualidad de Tigre, (9/6/2014) “Se inauguró la primera etapa de la planta potabilizadora de AySA en Dique Luján” http://www.actualidaddetigre.com/index.php?option=com_content&view=article&id=7694 :se-inauguro-la-primera-etapa-de-la-planta-potabilizadora-de-aysa-en-diquelujan&catid=40:informacion-general&Itemid=28 • ACUMAR, (2014) Informe sociodemográfico y de salud de las Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Observatorio unidad sanitaria ambiental CABA. 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Reflexiones sobre el multiculturalismo, Buenos Aires, Paidos 165 EXPEDIENTES • Expt: 12975/5 “Asesoría Tutelar Justicia Contencioso Administrativo y Tributario contra GCBA sobre otros Procesos Incidentales”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2006. • Expt: 17699/0 “Zarate Villalba Juan Ramón y otros contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2005. • Expt: 25818/0 “ACIJ contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2007. • Expt: 31699/0 “Di Filippo Facundo Martin contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2008. • Expt: 33591/0 “Fusari Neris Amanda y otros contra GCBA y otros sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2009. • Expt: 37531/0 “Grupo Familiar Miguel Acevedo y otros contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2011. • Expt: 39381/0 “Asesoría Tutelar Nº1 FueroCAyTy otros contra GCBA sobre Amparo (ART. 14 CCABA)”.Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2010. • Expt: 39716/0 “ACIJ y otros contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2010. • Expt: 42239/0 “Ortega Guerreño Rosa contra GCBA sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2011. 166 • Expt: 44388/0 “Chavez Acevedo Yeny del Pilar y otros contra GCBA y otros sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2012. • Expt: A277-2013/0 “Bravo Francia José Manuel y otros contra GCBA sobre Amparo”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2013. • Expt: A50835-2013/0 “Rolón Sara Esperanza contra GCBA y otros sobre Amparo (Art. 14 CCABA)”, Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2013. • A24068-2016/0 “Baldiviezo Jonatan Emanuel y otros contra GCBA sobre Amparo” Juzgado de Primera Instancia CAyT Nº4 de la CABA, 2016. • Expt: M. 1569. XL. “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza – Riachuelo)” Corte Suprema de Justicia de la Nación. 167 ANEXO: Organigramas y Fotografías Organigrama de Gobiernos de Horacio Rodríguez Larreta. Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/?menu_id=505 168 Organigrama del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de Horacio Rodríguez Larreta. Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/min_habitat_des_humano.php 169 Organigrama de Jefatura de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta. Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/organigrama/jefe_gabinete.php?menu_id=7907 170 Segregación espacial y social Barrio 31 Fuente: https://mundovilla.com/article.php?idArticle=2695 171 Segregación espacial y social Barrio Rodrigo Bueno Fuente: https://www.clarin.com/ciudades/costanera-sur-urbanizan-quieren barrio_0_HyUdDcPbg.html 172 Proyecto IRSA Solares de Santa Maria al lado de Rodrigo Bueno Fuente: http://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/201606/26671-larreta-quiere-volver-a-impulsarel-barrio-solares-de-santa-maria.html 173 Proceso de Reurbanización en Barrio 31 Fuente: https://www.clarin.com/ciudades/villa-31-reclamos-mudan-primeros-vecinos-avanzarobra-illia_0_Hy7MgLf4f.html 174 Proyecto Quartier Puerto Retiro Fuente: http://www.distritoquartierpuertoretiro.com.ar/ 175 Proyecto Quartier Puerto Retiro con Paseo del Bajo a la derecha. Fuente: http://www.distritoquartierpuertoretiro.com.ar/#galeria 176