CCOO de Industria | 28 marzo 2024.

CCOO de Industria revisará que en los centros de trabajo donde se utilizan cancerígenos o mutágenos se apliquen correctamente los protocolos de vigilancia de la salud

  • Preocupa especialmente el caso de la mujer trabajadora ya que en la actualidad el cáncer de mama ha superado al de pulmón, convirtiéndose en el más común del mundo

En breve, el Gobierno llevará a cabo la transposición de la Directiva (UE) 2019/983 por la que se modifica la Directiva 2004/37/CE relativa a la protección de los trabajadores y trabajadoras contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos o mutágenos durante el trabajo sin que, en realidad, se comprometa a actuar frente a la desidia de las empresas y las Mutuas en la prevención y tratamiento de estas dolencias en los centros de trabajo. 

29/03/2021.
Lazo rosado

Lazo rosado

Hay que recordar que existe un consenso acerca del elevado subregistro de enfermedades producidas por el trabajo y de enfermedades profesionales, pero este subregistro es especialmente acusado para los casos de cáncer laboral. Según los datos del CEPROSS, en 2020 las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social tan solo han comunicado 50 partes de enfermedad profesional correspondientes al Grupo 6 (agentes cancerígenos), siendo tan sólo 34 de ellos con baja. Este dato contrasta con las estimaciones más conservadoras de cáncer laboral en nuestro país que sitúan en 10.000 los nuevos casos cada año.

En el caso de la mujer trabajadora, esta despreocupación se torna especialmente sangrante ahora que el cáncer de mama supera al de pulmón y se convierte en el más común del mundo. En el Estado español se estima que una de cada 8 mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida, aunque las cifras de mortalidad sean cada vez más bajas (la tasa de supervivencia global es el 85,5% a los cinco años del diagnóstico de este tumor, según la Asociación Española Contra el Cáncer). 

Hacer frente a este incremento de un tipo de cáncer específico de las trabajadoras exige desarrollar los procesos de sustitución del agente carcinógeno o mutágeno por una sustancia, una mezcla o un procedimiento que no sean peligrosos para la salud de las trabajadoras o lo sean en menor grado cuando sea técnicamente posible, prioridad que de hecho recoge el RD 665/1997, de 12 de mayo, en su artículo 4. Sin embargo, el número de casos en los que se ha eliminado por completo el uso de un cancerígeno en un proceso productivo es escaso. 

Por eso CCOO de Industria considera que, complementariamente, se deberían ampliar las obligaciones de comunicación de los empresarios a las autoridades, incluyendo listados de productos que contienen sustancias cancerígenas, usos y procesos en los que se utilizan, un estudio detallado de sustitución si es posible y un listado de medidas preventivas. Además, en el caso de los agentes cancerígenos, el periodo de latencia, es decir el tiempo que media entre las exposiciones y el principio de la enfermedad, puede ser muy largo llegando a transcurrir incluso décadas. Por este motivo, un gran porcentaje de estos casos se diagnostican durante el periodo de jubilación lo que dificulta sobremanera el establecimiento de una relación con las exposiciones laborales. 

CCOO de Industria vigilará que en los centros de trabajo que emplean cancerígenos o mutágenos, se apliquen correctamente los protocolos específicos de vigilancia de la salud necesarios para prevenir estas enfermedades. 

Además, CCOO solicitará en el proceso de aprobación de la trasposición que para estos agentes se idee y gestione un sistema similar al existente para el amianto gracias a través del Real Decreto 396/2006, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto, y a la puesta en marcha también de programas similares al Programa Integral de Vigilancia de Salud de los Trabajadores Expuestos al Amianto (PIVISTEA). Una de las consecuencias positivas de su entrada en vigor ha sido el incremento del registro de enfermedades profesionales producidas por el amianto como consecuencia de la existencia del Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA) y un Registro de Trabajadores Expuestos al Amianto (RETEA) y a la existencia de un Protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica del Amianto del Ministerio de Sanidad de obligado cumplimiento.

Que sea el cáncer con mayor incidencia obedece principalmente a “una conjunción de diversos factores”, tal y como señala Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Elche. Entre ellos, el médico destaca, por un lado, “un mayor diagnóstico por las técnicas de cribado poblacional”, y por otro, factores sociales como el envejecimiento de la población, el retraso de la maternidad, la menor lactancia materna, el no tener descendencia, tomar la píldora anticonceptiva, tener la primera menstruación a una edad temprana, y una menopausia más tardía. También la “obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y las dietas inadecuadas” han jugado un papel relevante.