Hesed I Revista Crece #28

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Hesed

Misericordia, ternura y bondad

En esta edición de revista Crece queremos compartir contigo una palabra que quizá desconoces; Hesed. Este término muchas veces como cristianos lo usamos, sin embargo, no lo comprendemos del todo y más si hablamos de estos términos como atributos de Dios.

Dichas características las podemos ver principalmente en Jesús a lo largo de los evangelios en donde Jesús hizo infinidad de milagros durante su ministerio aquí en la tierra, todos realizados por amor y misericordia hacía personas que quizá a nuestros ojos no lo merecían, esto sin lugar a dudas generó un impacto inmediato no solo a los que recibieron dicho milagro sino también a los que le seguían y fueron testigos de tan maravillosos hechos.

El amor de Dios por nosotros sigue intacto, y una vez que somos expuestos a estos, nuestra vida toma un giro totalmente radical en donde comenzamos a ser testigos de las grandes maravillas que Él aún en nuestro tiempo sigue haciendo, y tiene preparadas para nuestras vidas.

Como verás, podríamos decir que Hesed es la forma en la que Dios nos ama, es por ello, que en esta edición te animamos a adentrarte a conocer más a fondo la misericordia y el amor que Dios tiene por nosotros y como estos pueden generar un impacto total en cada una de las áreas de nuestras vidas. tu vida en Sus manos.

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Se sabe que aquellas personas que han tenido un ataque de pánico, o que han estado bajo mucho estrés experimentan diferentes síntomas que podrían ser traumáticos, uno de los principales es la sensación de falta aire, la solución más común a esto es hacer grandes aspiraciones para tratar de aminorar esta sensación.

Cabe señalar que sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida, sin embargo, las personas que tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias, con frecuencia tendrán estos episodios repetidos y repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan un máximo en cuestión de minutos. Estos sentimientos de ansiedad y pánico suelen interferir con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, una persona puede tratar de evitar ir a ciertos lugares o estar en situaciones nuevas, lo que ocasiona que limite su actividad social.

En ocasiones estos sentimientos tienen su origen en la infancia y/o adolescencia que pueden continuar hasta la edad adulta y si no son atendidos, los resultados pueden ser bastantes destructivos, por ejemplo: la pérdida del trabajo, ruptura de relaciones o divorcio, distanciamiento de los hijos o familiares, adicciones o alcoholismo, incluso pueden generar algún otro trastorno de tipo Psicológico, problemas de salud física y en el peor de los casos tener pensamientos o conductas suicidas.

Todo esto parece muy asfixiante, y podríamos pensar que a mí no me va a pasar, pero ¿Y si te pasa? ¿Habría una solución? Sí, el amor de Dios, este amor tan profundo que puede tomar tu triste historia y moldearla para convertirla en un mensaje con el poder de cambiar la vida de quienes la escuchen. No por ti, si no por lo que Dios puede hacer en ti. Por lo tanto, debemos apropiar de ese amor que cambia de adentro hacia fuera, que como creyentes entendamos que el amor Dios es tan necesario como el aire que respiramos.

El amor de Dios es como el oxígeno, es esencial para la vida cristiana. No podemos vivir sin él. No podemos respirar sin él. Por lo tanto, debemos aprender a respirar bien, tiene que haber ritmo, respiramos y exhalamos. Es decir, así como no podemos solo retener el aire, no podemos retener el amor de Dios, el amor de Dios es algo que exhalamos al mundo que nos rodea, tu vida debe manifestar el amor de Dios, en la misma proporción que recibes de ese amor.

Lectura recomendada: El amor es Oxígeno

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Hace muchos, muchos años sucedió una historia de amor espectacular. De hecho, fue la primera historia de amor de la historia. Dios mismo creó la pareja perfecta.

Es fácil leer la historia de Adán y Eva en Génesis y pasar de largo sin reparar en ella. Pero si nos detenemos veremos de inmediato cuán romántica es realmente.

Imaginemos cómo pudo haberse desarrollado la escena. Adán es el único humano en todo el planeta (ver Génesis 2:7). Nunca ha visto a otro humano. Tras dedicarse sin descanso a poner nombre a cada animal, se percata de algo. Cada animal tiene una pareja perfecta, pero él no tiene ninguna (ver Génesis 2:20). Adán observa al último par de animales salir al trote, y su soltería se vuelve dolorosamente obvia. Un intenso anhelo de compañía lo invade mientras observa el entorno animado a su alrededor. Ve por doquier parejas perfectamente complementarias. Cada animal tiene una pareja. Él no tiene ninguna. A medida que esta realidad inunda su mente, siente un profundo anhelo de una pareja. Ansia compartir su vida con alguien. ¿Pero con quién? Al observar una vez más su entorno animado, se pregunta si alguna vez encontrará a su pareja perfecta.

Mientras el sol se mueve lentamente en el cielo, algo está a punto de cambiar. El Creador del universo tiene un plan. La historia de amor más romántica de todos los tiempos está a punto de desarrollarse.

Dios ve, Dios sabe. Después de hacer caer sueño profundo sobre Adán, Dios hace la criatura más bella e impresionante de todas. De una de las costillas de Adán, Dios forma de manera intrincada la última obra de su creación.

Adán se frota los ojos soñolientos y luego se queda pasmado. Sus ojos se posan en esta nueva e impresionante criatura que está frente a él. Sus ojos suaves y encantadores le devuelven la mirada. Al darse cuenta de quién es ella, el rostro de Adán desborda de alegría. Salta del suelo y exclama emocionado: “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada” (Génesis 2:23). Con un tierno abrazo a su novia, Adán cierra los ojos y sonríe. Dios siempre había tenido un plan.

El amor apasionado fue idea de Dios

La primera historia de amor. Una obra maestra de Dios mismo. Esta hermosa y verdadera historia de Adán y Eva demuestra que Dios no solo es un buen casamentero, sino también un verdadero romántico de corazón. A Dios se le ocurrió la invención espectacular del matrimonio y el sexo (ver Génesis 2:24-25; Efesios 5:31).

Estos son hermosos regalos que vienen directamente de sus manos. Si nos sometemos a Dios aprenderemos a edificar relaciones y matrimonios centrados en Cristo que glorifiquen a Dios.

El amor definido por Dios

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Diseñada especialmente para inspirar tu corazón en la Palabra de Dios. Explora tu creatividad y expresa tu fe interactuando con la Escritura.

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En algunas ocasiones he escuchado a mujeres decir que en los cuentos de hadas todos terminan en «vivieron felices por siempre» porque en todas las historias el príncipe encantador, ¡siempre fue encantador! Eso es verdad… a medias, porque también en todas las historias la princesa siempre fue una linda criatura.

Hemos comprado la idea que nos han vendido acerca del amor de pareja a través de las historias de Hollywood, novelas escritas por personas enamoradas del amor, poesía que nos lleva a admirar la belleza del amor en pareja y las estrellas que parecieran habitar en la habitación.

Sin embargo, la realidad de los matrimonios es totalmente diferente. Cada matrimonio es —por así decirlo— un mundo diferente. Detrás de la puerta de cada hogar hay historias que solo algunos saben. Historias con finales felices, pero también otras con finales dolorosos. Esa es la realidad de un mundo que ha sido manchado con el pecado. Nadie se libra de las consecuencias de ese pecado, está presente en los corazones de hombres y mujeres y mancha los matrimonios.

Por eso es que es común escuchar o ser parte de matrimonios en los que uno se pregunta si acaso en algún momento hubo amor verdadero entre ellos; uno se pregunta si su historia podría cambiar.

No hay fórmulas mágicas para lograrlo, no hay pasos a seguir que funcionen para arreglar su matrimonio en 42 días. No lo hay. Pero sí hay esperanza para esos matrimonios, hay esperanza para los corazones que pareciera que han dejado de amar y de sentirse amados, la hay. Hay esperanza porque en Cristo hay buenas noticias para nuestro matrimonio.

Su vida, muerte y resurrección impactan de manera significativa todo aspecto de nuestras vidas y, al hacerlo, impactará también nuestro matrimonio. Es en Cristo donde encontramos las respuestas para vivir un matrimonio pleno. Es gracias a Él que hay esperanza para nuestros matrimonios, así como para nuestros corazones. Hay esperanza para nuestra paternidad, para las finanzas, para nuestra intimidad, esperanza para las decisiones que tomamos juntos.

No hay fórmulas mágicas, hay evangelio y, el evangelio lo cambia todo. ¿Por dónde empezar? Por reconocer que necesitamos ayuda, que no podemos solos, que, aunque no hay historias perfectas, con príncipes y princesas perfectos; nuestra historia sí puede terminar con un «felices por siempre» porque hemos aprendido a vivir la vida con esperanza, con amor y perdón genuino, con fe y confianza de que en Cristo, todo lo podemos.

«Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree…» (Ro. 1:16).

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Libro recomendado: Creciendo más juntos de editorial Clie

¿QUÉ DICE EL MUNDO SOBRE EL AMOR?

El amor es una fecha en el calendario que se celebra cada año. Es el cariño que se demuestran las parejas; los besos y abrazos. Son los regalos que nos damos por cumpleaños, aniversario o hasta en Navidad. También nos dicen que el amor es una cita romántica; una cena con velas, o un paseo por el parque tomados de la mano; el amor es sentir bonito, la emoción de ver a la persona amada, es sentir que haces “Clic” con esa persona especial, o cuando sientes la emoción de estar con la persona que te gusta y además sientes que hicieron “química” (lo que eso signifique que sea) o simplemente que pierdes la cabeza por una persona.

¿AMO A DIOS?

Como creyentes algunas veces decimos o pensamos que amamos a Dios porque seguimos unas cuantas normas: no hacer cosas malas, no hacer cosas que Dios odia, no maldecir, no tener sexo fuera del matrimonio, ir a un estudio Bíblico, escuchar música cristiana, oír un podcast cristiano, asistir cada domingo a la iglesia… Bla, bla bla. Pero ¿Esto realmente es amarlo? ¿Cuál es tu percepción sobre Él? ¿Qué es lo que piensas cuando ves las Palabra “DIOS”? No dices: Woao ¡Es el SER más impresionante y Santo que existe! ¿Y si lo ves así? ¿Cómo esto afecta tu vida diaria?; Si ver Su GRANDEZA no te afecta, algo anda mal…

Seguramente, alguna vez has escuchado que Dios es amor, pero ¿logras ver la dimensión del amor?

Probablemente aún no lo has hecho, o no de la forma correcta; la mayoría solo imaginamos el amor como el amor romántico, sin embargo, Dios realmente nos ama de una forma muy extraña, de una forma que es locura, Dios hizo un acto de extrema locura, que nadie, ni tu ni yo estaríamos dispuestos a hacer, ¡Dios mandó a Su Hijo a morir por ti y por mí en la CRUZ! ¿Tu estarías dispuesto a cambiar la vida de tu hijo, por la vida tu enemigo? por alguien que te falló, ignoró o simplemente te dijo que sí, pero que nunca confió en ti y te desacreditó.

Si Dios te ha amado de esta forma loquísima, ¿cómo estas respondiendo a esta clase de amor? Tu forma debería ser igual de loca.

AMANDO CON LOCURA

Para empezar a amar de forma loca, lo primero es debes reconocer es que tu forma de ver a Dios es muy estrecha, pensamos en un Dios, como el genio de la lámpara maravillosa, que solo existe para cumplir mis deseos y ayudarme en necesidades y en los tiempos de angustia. Tenemos que aprender a ver a Dios como él se describe a sí mismo, ahí nos empezamos a dar cuenta de cuán grande es Dios y cuando tienes esta visión ALTA de Dios, cambia todo en tu vida: cambia la forma en que oras, en la que le cantas, cambia la forma en la que vives cada día de tu vida.

Lectura recomendad: Loco amor de editorial Creación

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FRANCINE RIVERS

te invita a abrir tu corazón al amor redentor de Dios

Sumérgete en la gracia y el amor incondicional de Dios

La autora de éxito del New York Times FRANCINE RIVERS sigue siendo aclamada en la industria y ganándose la lealtad de sus lectores por todo el mundo. Sus varios éxitos de venta incluyen Una voz en el viento, Amor redentor y Un linaje de gracia. Visita su sitio web en francinerivers.autortyndale.com

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Elaina Burdo
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Conversaba con mi esposo acerca de lo importante que es que nuestros hijos vean el amor que nos tenemos entre nosotros. No sé tú, pero muchos que somos parte de la llamada Generación X no tuvimos un buen ejemplo acerca de lo que es el amor en pareja. No porque nuestros padres no se amaron, sino porque había otras prioridades en ellos que cumplieron a cabalidad. Prioridades en las que el mostrarse amor no era algo tan importante; de hecho, muchos de ellos no tenían demostraciones de afecto para con nosotros. Sabíamos que nos amaban, eso era claro, nos dejaban saber que todo lo que hacían era por amor a nosotros, y así era, nos amaban de verdad. Sin embargo, puedo decirte que sí son necesarias las demostraciones de amor y afecto entre parejas y entre padres e hijos también. El amor debe ser visible para todos.

Me he dado cuenta de que cuando no hay una formación y demostración de amor dentro de los hogares, los integrantes de las familias buscarán suplir esa necesidad afectiva donde sea. Al haber una distorsión de la función de la familia como centro de operaciones donde el amor debe fluir de manera natural, será suplida por cualquiera que le prometa un amor que no ha recibido. Muchos de nuestros jóvenes están buscando amor y afectos en los lugares donde no debieran, con las personas menos indicadas.

El amor que pudieran estar necesitando lo están buscando en relaciones que no dan fruto porque siempre querrán más y más; porque están haciendo de las personas la fuente y sustento de un amor que no los satisfará. Otros de nuestros jóvenes pudieran estar buscando el amor en la pornografía, en la diversidad de géneros, en las relaciones sexuales casuales. Nada de esto es nuevo, no es algo que sea exclusivo de esta generación. Pero sí es necesario que hagamos algo para ayudarlos a entender que el amor es más que un simple sentimiento o emoción.

Es necesario aclarar que no estoy culpando a los padres de las decisiones que tomen sus hijos respecto a su vida íntima; sin embargo, los padres sí somos responsables por darles una educación sexual plena y santa, a la luz de las enseñanzas bíblicas. Eso no lo podemos negar ni evitar, debemos hablarles acerca de esos temas de manera que ellos sean animados a vivir de manera diferente a lo que la cultura les insta a vivir.

Nuestros jóvenes están observando Todo el tiempo, aunque pareciera que no, ellos nos observan. ¿Qué ejemplo les estamos dando en cuanto al amor y las relaciones? ¿Qué escuchan de nuestros labios al referirnos al sexo y a las distorsiones de la sexualidad? ¿De qué forma respondemos a sus dudas y comentarios respecto al amor y a la intimidad? Hay un libro que estoy segura será de ayuda para resolver esta y más preguntas, el libro es “CAZANDO EL AMOR” de editorial Mundo Hispano.

¡No dudes en leerlo!

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Durante los años que he trabajado con parejas jóvenes que se encaminan al matrimonio, siempre sale una pregunta de uno de ellos, o a veces hasta de ambos. Esta pregunta es ¿Cómo saber si es mi amor verdadero?

Como pastor y consejero, muchas veces me veo tentado a decirles en la cara un rotundo “NO ES TU AMOR VERDADERO”, pero la verdad es que muy pocas veces me aventuro a decir algo así tan directamente, sino que los guio a que lo descubran en el proceso. Así que te invito a caminar conmigo el camino a saber si la persona que está al lado tuyo es o no tu amor verdadero.

1. ¿Lo/la amas?

Quizás comenzamos con una pregunta demasiado obvia, pero la verdad es que, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que no es tan obvia. Partamos por reflexiones básicas, donde entendemos primeramente que el amor no es un mero sentimiento, sino que es una decisión. Una decisión de poner al otro en prioridad, servirle y sele fiel. Seguimos con reflexiones más complejas, como el camino continuo de renuncia que toma el amor.

2. ¿Camina junto a ti?

He escuchado decenas de veces hablar sobre el “Yugo desigual”, pero la gran mayoría de las veces solo lo he visto enfocado en las relaciones amorosas, y más puntualmente en que si tu novio/a es cristiano/a o no. Pero la verdad es que el tema del yugo desigual abarca muchas aristas, mucho más allá de lo sentimental. Abarca con quien haces negocios, tus amistades, con quien pasas tus tiempos libres y obviamente, con quien hacer pareja. Pero dentro de este último, no solo tiene que ver con si es cristiano/a o no, sino que tiene que ver más con tu propósito. Si Dios puso en tu corazón un llamado a las personas en situación de calle, pero a tu novio le da asco tan solo acercárseles. Amiga, date cuenta. Un consejo que me dieron cuando adolescente y que doy hasta el día de hoy es: Corre tan fuerte hacia Dios, que cuando alguien te alcance y te guste. Tómala de la mano y sigan corriendo juntos.

3. ¿te impulsa?

Después de hablar del “Yugo desigual”, muchos/as creen que su pareja debe tener el mismo ministerio o llamado puntual, pero la verdad es que no todas las veces es así, y los que, si son así, la gran mayoría lo descubrieron en el tiempo y en un largo caminar ministerial. Quizás por el egoísmo que cada uno/a tenemos en nuestro corazón, por el machismo en diferentes culturas y, por ende, en diferentes hombres y mujeres, o por algo tan complejo como un egocentrismo enfermizo, muchas veces he visto como nos cuesta impulsar a la persona que tenemos al lado. Creemos que nuestro ministerio es más importante, que el servicio en la iglesia es más importante que los sueños fuera de la iglesia que tiene nuestra pareja o invalidamos sus sentimientos, sueños y deseos. La persona que tengas al lado debería impulsarte constantemente, estén o no en un mismo camino ministerial

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Obviamente tu pareja debe criticar con amor si estas tomando malas decisiones, pero esto nunca debería pasar a obligarte a hacer lo que él o ella desea, pasando por encima de tus decisiones o reflexiones.

4. ¿Es tóxica?

Este tema es candente, ya que el tema de la violencia en el noviazgo es una temática que muy poco tocamos dentro de las iglesias, pero que lamentablemente está presente en nuestras realidades. Ya sea por una cultura errada, una educación familiar permeada de violencia o reflexiones teológicas herradas, la violencia dentro de nuestras comunidades existe y la tenemos que erradicar. Este punto suena casi un obvio después de tocar el anterior, pero la cantidad de esposas de pastores que he tratado por violencia, el enorme número de líderes juveniles con relaciones toxicas o los casos que veo a diario en la Fundación Betesda, organización evangélica que dirijo, me hacen ver que una persona “consagrada”, con un “ministerio visible” o con un supuesto “rango espiritual” no necesariamente tiene una relación sana.

Ojo: No solo hablo de golpes. Hablo de humillaciones, manipulaciones, celos enfermizos, abusos sexuales y una gran lista de actitudes y hechos que son tóxicos para la creación de una relación sana.

Ojo x2: Recuerda que tú no eres el o la llamada a transformar a una persona permitiendo que seas abusada/o, humillada/o.

Ojo x3: La violencia dentro del ámbito evangélico tiene muchos de manipulación teológica, así que no permitas que alguien juegue con el mensaje del evangelio para agredirte.

CONCLUSIÓN

El verdadero amor se basa en el servicio, el verdadero amor camina junto a ti, el verdadero amor te impulsa y el verdadero amor no es toxico, ya que el verdadero amor hecha fuera y temor.

Quizás podría seguir escribiendo cientos de líneas sobre el amor, ya que Dios es amor y, por ende, tenemos que conocer profundamente a Dios para entender el amor como tal. Pero me limito a estos simples 4 consejos que no muchas veces veo en talleres o exposiciones del tema.

Dios los guie.

Lectura recomendada: Amor Tóxico de editorial Mundo Hispano

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El pastor principal de mi iglesia, Dennis Episcopo, es de origen italiano, nacido en Nueva York y suele hablar con franqueza. En el púlpito y en la vida diaria es sabio, apasionado y celoso por los perdidos. ¿Mencione que es sabio? Si. Suficientemente sabio para reconocer sus propios defectos. Me hallaba esperando en la fila de una tienda en el centro comercial, y esa mujer joven estaba allí delante de mí. Se hallaba completamente tatuada y tenía perforaciones en todo el rostro, incluso una en la lengua. Lo podías ver porque la chica abría la boca para conversar con otros clientes en la fila. Me quedé mirándola, moviendo los dedos de los pies y pensando: Vamos, no estás entreteniendo a todos. Otras personas tenemos muchas cosas que hacer, por lo que más quieras. Ella era muy paciente y educada con las otras personas en la fila, pero yo cada vez me impacientaba y me molestaba más. Entonces, de repente la muchacha giró la cabeza y me vio. Puso esta mirada de sorpresa en el rostro y exclamó: “¡Pastor! ¡Es un gusto verlo! Qué gran sermón predicó el domingo. ¡Vaya, que me afectó realmente!” ¿Sabes qué? Me dolió en el alma. Fue como si Dios estuviera gritándome: ¿Cuándo vas a aprender a no juzgar a las personas por las apariencias?

Ninguna de nosotras es inmune a percepciones erróneas. Podemos evaluar rápidamente a una persona y hacer suposiciones sobre quién es o qué cree, basándonos en … ¿qué? ¿Su ropa? ¿El color de su piel? ¿Su ocupación, modales, sus ideas políticas, el auto que conduce, lo que come, su equipo deportivo favorito? Vivo en una región donde algunas personas usan voluntariamente en público un sombrero de espuma en forma de queso para mostrar su apoyo al equipo local de fútbol americano, pero incluso esto no nos da pistas del verdadero carácter del súper fanático. Algunos de ellos realmente son personas muy normales de lunes a sábado.

El juicio externo y superficial es peligroso. Porque, como el pastor Dennis afirma, destruye la obra de Dios.

Él explicó: “Cuando juzgas basándote en apariencias, no estás en posición de ser sal y luz, y de amar a las personas. ¡Estás fuera de juego! No puedes ser usado de una manera redentora porque no estás enfocándote en el corazón de los demás, sino en tus opiniones y prejuicios. Sin mencionar que te equivocas la mayor parte del tiempo”.

¿La conclusión? Si quieres ser usada por el Maestro, mira más allá de las apariencias. Entérate de dónde vienen las personas y cómo la historia de sus vidas las ha conformado. Sé abierta, sé amable. Y comprende que ser diferente no significa automáticamente ser malo.

Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros. 1 tesalonicenses 3:12

Amor generoso
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Becky Kopitzke

Algunos jóvenes consideran la soltería como el peor de los castigos, creen que al no tener pareja o estar casado es algo malo, sin embargo, hay un verdadero propósito por la que se encuentran aún en esa etapa. Antes del matrimonio debemos formar un carácter en nuestra vida espiritual, debemos desarrollar disciplinas que nos conduzcan a ser mejores hijos y discípulos de Dios. Es por ello que quiero compartirte tres disciplinas que hacen a nuestro carácter más parecido al de nuestro Maestro.

La primer y gran disciplina es saber «esperar». Ésta es reflejo de un espíritu piadoso y fortalece nuestra confianza (Bitajon) en Dios. Como jóvenes en ocasiones nos es difícil esperar o tener paciencia, nos desesperamos y frustrarnos si las cosas no salen como deseamos por hacerlas a prisa; esto conlleva que surja ansiedad y depresión.

Reflexiona: ¿Qué es aquello que esperas tanto? Buenas calificaciones, una relación, casarte, un buen hogar, cumplir tus sueños… La espera conlleva confianza, y en conjunto resulta en Esperanza. La gran diferencia con el esperar “tradicional”, es que la palabra Kavah «Esperar» también tiene el significado de “disposición a hacer algo”, por lo que la Espera es la acción de “hacer algo productivo”.

2. Compromiso / Esfuerzo / Persistencia – Jazak (Josué 1.9)

Para algunos jóvenes su mayor miedo es el compromiso, el mundo lo ve como la peor de las cadenas a la que pueden estar sujetos. El compromiso requiere esfuerzo y persistencia y estas tres acciones están encerradas en la palabra hebrea Jazak. Por supuesto estas acciones no son natas de un humano, sino que es una fuerza sobrenatural, que solo puede emanar del Eterno; cuando reconocemos la importancia de esperar, Dios infunde valor en nuestro corazón. Hasta entonces el compromiso no será visto como algo negativo, sino como una persistencia de agradar a Dios en nuestra vida con las actividades que nos son conferidas (Colosenses 3:2324).

3. Diligencia / Presteza / Entusiasmo –Zerizut (Proverbios 6.6)

El joven que es perezoso siempre tiene razones para no esforzarse y negarse a dar lo mejor de sí; es conformista o negligente. El rey Salomón nos da una gran enseñanza a través del ejemplo de la hormiga; nos dice que no necesita a nadie que esté tras de ella para hacer sus responsabilidades (v.7), y se preparan para lo porvenir (v.8). ¿Cuántas cosas, el día de hoy, debías realizar y las has pospuesto, o no las has empezado o terminado? ¿Qué es aquello que debes hacer y no has puesto en marcha? Nuestra vida debe estar rebosando de Zerizut, que implica tener: Entusiasmo de hacer algo, cuidado o diligencia con lo que hacemos, y presteza en actuar.

Estas solo son algunas acciones que puedes comenzar a llevar acabo en preparación al matrimonio, pero no lo es todo, por ello Marshal Segal en su libro “Soltero por ahora” nos anima y aconseja en esa etapa tan importante de formación en el que Dios debe ser el centro dándole nuestro tiempo y devoción sin restricción. Aprendamos de la mano de Segal a que el Nombre de nuestro Dios sea exaltado con nuestras acciones, con nuestra espera, esfuerzo y presteza

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1. Aguardar/Esperar – Kavah (Sal 27.14)

Cuando uno despierta ese anhelo de conocer más de la Palabra de Dios, busca profundizar en ella y comienza a cuestionarse ¿Por qué está escrito eso? O ¿Qué quiso decir el autor? Estas preguntas son elementales para adentrarnos en el maravilloso mundo bíblico; no por simple conocimiento, sino para poder agradar y manifestar nuestro amor al Eterno buscando hacer Su Voluntad. Cuando un hijo de Dios quiere vivir apegado a las ordenanzas del Maestro Jesús trata de vivir de acuerdo a cada una de ellas, no por mero fanatismo, sino porque le son para bendición a su vida.

Cierta ocasión, realizando mi devocional, me quedé pensativo al leer: «Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada… »(Mt. 5.13), y el Evangelio de Marcos añade: «Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros» (Mr. 9.50). Indagando en el contexto del uso de la sal del primer siglo, es interesante que el judaísmo, aun en la actualidad, el elemento que nunca le falta es la sal; siempre está presente en la mesa, en el Shabbat, y en la carne de animales adecuados. ¿A qué se debe esto? Dentro de los preceptos que el Eterno estableció al sacerdocio, las ofrendas que se le ofrecían debían ser saladas (Lev 2:13). Después de la destrucción del Templo, el judío, en su casa, ve su mesa como un altar al Eterno, por ello es que, en obediencia a este precepto, siempre emplea la sal. Tanto en la antigüedad, como en la actualidad, la sal tiene dos funciones principales: sazonar y preservar alimentos; pero podríamos añadir una tercera, con la mención de Levítico 2:13: purificar (ser Kosher/adecuado). La pregunta es ¿por qué Jesús nos pide ser Sal?

Sal para Sazonar:

El uso de la sal en la cocina es indispensable; mejora el sabor y un gran toque a la comida. La sal no adquiere el sabor de los alimentos, sino añade. Cuando Jesús nos pide ser «sal» debemos considerar sus dos analogías:

A) ES DISTINTIVA: Nuestras papilas gustativas detectan cuando un alimento carece o excede de sal; Así nuestra vida debe ser distintiva a la del mundo. Debemos animar a las personas a que nos “consuman” y transmitirles nuestra conducta, principios y valores que imitamos de nuestro Maestro. El ser salados es un estilo de vida, que refleja ser discípulos e Hijos de Dios.

B) DA SABOR: Cuando la sal se sirve a su medida es deliciosa, pero cuando es excesiva es desagradable e incomestible. El hijo de Dios debe «salar» a la medida justa siendo cauteloso, oportuno, edificante, prudente y de bendición. Lo contrario solo hará que las personas rehusé del Evangelio y no glorifique el Nombre del Eterno.

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Sal para Preservar:

Los alimentos perecederos como la carne y pescado necesitan ser cubiertos de sal para que se conserven más tiempo y no pierda sus valores nutricionales. El mundo está en «descomposición», es ahí donde los discípulos del Jesús al ser «sal», preservan al hombre de la miseria que acarea el pecado, dándole paz, ánimo y esperanza al manifestar la acción redentora del Mesías. Somos instrumentos de gran valor, reflejando las Buenas Nuevas con la calidad de nuestro Maestro.

Sal para Purificar:

Cuando el Eterno instituyo las ofrendas en el Tabernáculo, estas debían ser saladas, como se menciona en Levítico 2.13 y en Números 18.19-20, y es que la sal tiene el simbolismo de pacto perpetuo. El Eterno ha hecho Pacto con nosotros a través de su Hijo Jesús, y es a través de este Pacto que podemos acercarnos al Padre para ofrecer sacrificios.

Como pueblo del Eterno somos llamados “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa (1 Pedro 2.9)”, y El Eterno al considerarnos sacerdotes debemos ofrecer “sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo (1 Pedro 2.5)”, por consiguiente nuestros sacrificios y ofrendas deben ser saladas, ofreciendo nuestra existencia misma en Santidad. Cuando nosotros somos «sal» nuestros sacrificios son adecuados (Kosher) y aceptables al Todopoderoso, así que nuestros sacrificios no solo son algo que se acercan al Eterno, sino que también es el medio para acercarse a ÉL.

Nuestro Maestro nos ha pedido ser «sal»; Él desea que seamos adecuados y aceptables ante la presencia del Padre, llevando sazón, siendo para preservación y teniendo purificación. Solo así manifestaremos ser verdaderos discípulos de Jesús y dignos hijos del Dios y Padre Eterno.

Lectura recomendada: IRRESISTIBLE de editorial Patmos

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¿Será que los seres humanos nacemos sabiéndonos amados? ¿Será que conforme pasan las horas y los días de nacidos, aumenta nuestra certeza de sabernos amados? Si eso es así, entonces también con el paso del tiempo nos daríamos cuenta si acaso no somos amados.

Pero, ¿qué es el amor? Según la RAE el amor es: “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Interesante que sea un sentimiento necesario para el ser humano; un sentimiento que, según esta definición, no puede ser suplido por uno mismo y por eso es que buscamos a otro ser. Llama mi atención que esto es contrario a lo que se nos enseña acerca de que nos debemos amar a nosotros mismos.

Si el ser humano tiene necesidad de ser amado por alguien más y aún desde que nacemos nos sabemos amados o no, entonces el amor es importante para una vida plena. La realidad es que todos necesitamos amor, no solo el amor de otros hacia nuestra persona, sino dar amor a otros también.

He comprobado que entre más se reparte el amor, más se multiplica. Entre más amor damos a otros, más amor sincero recibimos de los demás. Es probable que no lo recibamos de la misma manera que nosotros lo damos, no en el tiempo que esperamos o, incluso, no de las personas que nos gustaría recibir amor.

Se nos ha mandado a amar. Jesucristo lo resume en el gran mandamiento que menciona el Evangelio de Mateo, y dice: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt. 22:37-39).

Nacemos siendo amados, si no es por nuestros padres terrenales, sí por el Dios de los cielos. Nacemos con un deseo de ser amados por Él y por los que nos rodean. Pero también tenemos la capacidad para amar a los demás, por eso es que se nos manda a amar a Dios primeramente y en respuesta a su gran amor y, a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Nos amamos lo suficiente como para de la misma manera amar a los demás.

Dar amor a otros es tan importante como recibir amor. Podemos amar a otros porque Dios nos llena de su amor, podemos amar a otros pensando en que estaremos cumpliendo el mandato de Cristo.

Quizá con el paso del tiempo no nos sentimos tan amados por otros, pero sí por Dios y en respuesta a su gran amor es que podremos amar sinceramente. Podremos ver por su bienestar y qué bendición poder ser luz en la vida de alguien por medio del amor que le brindemos.

Te recomiendo leer «Las

en este libro el autor nos comparte diferentes principios básicos crear relaciones sólidas.

Hesed 22
siete leyes del amor»

Te has preguntado alguna vez, ¿Por qué Pedro se hundió cuando Jesús le pidió que caminara sobre las aguas? ¿Fue un fracaso para Pedro? Muchas veces podemos caminar al lado de Jesús y sentir que estamos fracasando, nos quedamos atrapados en nuestros propios pensamientos, preguntándonos ¿por qué falle? Especulando ¿y si hubiera hecho esto? Queriendo en nuestra mente que la vida funcione y de una manera sobrenatural “Queremos caminar sobre las aguas”.

El problema es que insistimos en caminar sobre las aguas conforme a lo que está a nuestro alcance, o nos esforzamos en conseguirlo, de esta manera podremos estar poniendo nuestra confianza en alguna otra cosa, como por ejemplo: en la tecnología, para tener una aplicación que me indique el mejor momento para navegar, o en el dinero para comprar un barco más grande, que resista el embate de las olas, o un chaleco salvavidas “en caso de necesidad”, entonces tal vez así podamos conseguir lo que queremos, ¡Pero no! En el momento en que pensamos que podemos, que nuestro plan va a funcionar, confiando en nuestra propia fuerza, en nuestros talentos, en mi inteligencia y sagacidad para resolver los problemas; es entonces cuando sacamos nuestros ojos de Jesús y empezamos a hundirnos, esta fue la causa por la que Pedro se empezó a sumergir, dejo de confiar en la gracia y se vio a sí mismo.

Lo que también es cierto es que Dios nos ha dotado de habilidades y capacidades para desarrollar en nuestro trabajo, muchos somos buenos para las tareas intelectuales y otros para las actividades físicas, hay quienes destacan en actividades deportivas y otros ganan premios Nobel. Podemos decir que estos son los talentos que Dios nos ha dado, todos los tenemos y nos toca a nosotros mismos desarrollarlos, alguna vez te has preguntado: ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Puedes identificar cuáles son competencias exclusivas que están en tu vida? Los reconozcas o no, tus capacidades existen. Mira bien, es fácil llenar la mente con lo que no tienes y perder de vista lo que Dios puede hacer con lo que tienes.

La vida es un viaje, un camino sinuoso lleno de incógnitas, sólo es posible navegar por él, con el poder y la gracia de Dios. Si quieres vivir, amar y liderar como Jesús, deberás vivir en el camino de la fe.

Para descubrir el plan que Dios tiene para ti, tendrás que entrar en lo desconocido y arriesgar todo lo que tienes. Si sales del barco y sigues el sonido de la voz de Dios, darás pasos que nunca pensaste que fueran posibles. Comenzarás una excursión a destinos jamás imaginados, vivirás con la posibilidad de confiar en Dios para hacer lo que parece imposible. Te sentirás desafiado, animado y puesto a prueba. Puedes, incluso, caminar sobre las aguas. ¡Esa es la vida en el camino de la fe!

Te recomendamos leer: «Vive, ama, lidera» de Brian Houston.

Hesed 25

«…ninguno viene hacia el Padre, salvo por mí» (Juan 14.6 - Traducción propia del griego)

¿Qué significan las palabras del maestro? A esta declaración, le anteceden tres sustantivos nominativos: Camino, Verdad y Vida. El Nuevo Testamento sin el Antiguo es una Biblia incompleta ya que Jesús no habla de sí mismo, sino revela al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, por tanto, estos sustantivos, al vivirlos, nos cercan al Dios invisible. Estudiemos brevemente estos términos.

1. Yo soy El Camino (Hodos/Derej):

A los primeros seguidores de Jesús, cuando aún El Maestro caminaba por la tierra de Israel, se les conoció como la secta del “Camino” (Hch. 19.23), no solo como un distintivo de verdad y justicia, sino que esta era una referencia directa a Génesis 3:24, siendo esta el camino de regreso al Edén, el Camino a la Presencia de Dios, en el que se encuentra el Árbol de la Vida.

Este camino conlleva: fe y obediencia, por ello, menciona el Maestro, este camino es “Angosto” (Mt. 7:14); en griego también significa «Aflicción», puesto que el transitar a la presencia de Dios requiere fidelidad en la tribulación y sujeción a Su Palabra.

2. Yo soy La Verdad (Aletheia/Emet):

La “Verdad” bíblicamente es personificada con la Palabra, la Torah (Enseñanza) del Eterno, la cual es el Conocimiento de Dios, por tanto, Jesús es la verdadera Revelación del Eterno. Jesús siendo la Verdad, nuevamente alude a la imagen y semejanza del Padre «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9) ¿Pero de qué forma? Ni aún Moisés pudo ver la Gloria de Dios; -Lo visible revela lo invisible – la apariencia física es irrelevante en lo espiritual, por tanto, Jesús reveló el Carácter de Su Padre, siendo el digno representante del Eterno en la tierra, cumpliendo, viviendo y enseñando la Palabra de Dios.

3. Yo soy La Vida (Zoé/Jai):

El profeta Amos dice de parte del Señor: «Buscadme y viviréis» (Amós 5:4). La vida proviene y es sostenida por Dios, el Dios Viviente, pero el misterio de la vida, la vida Eterna, se encuentra en la muerte. ¿a qué me refiero?

Abordando los dos sustantivos anteriores, concluimos que ambas están relacionadas con la imagen y semejanza del Eterno, la palabra en hebreo para “Semejanza” es Demut (דמות), la cual si la separamos hallaremos un significado profundo: La letra “Dalet (ד)” significa “Puerta” y el resto de la palabra “Mut (מות)”significa “Muerte”; por tanto, debe entenderse, que para llegar a la plena semejanza del Eterno, esto conllevará un gran precio, dado a que un significado de “Semejanza” podría ser «La puerta o entrada a la muerte», pues escrito está: «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará». Por tanto, en contexto, Jesús en Semejanza al Padre, Murió para Vivir, y así ser la primicia de la Resurrección y Vida Eterna, siendo el camino al Árbol de la Vida.

Jesús es la vida vivificante del Todopoderoso, en quien viviremos Eternamente (Isaías 55).

Jesús manifestó ser el enviado de Dios, y Dios cumplió su palabra de enviarnos Su Salvación, así pues, lo escrito desde el Génesis hasta Apocalipsis es la gran historia jamás contada del Dios vivo interviniendo en su creación; no solo leemos de Dios, sino que lo vemos e imitamos su imagen y semejanza tal y como su Hijo lo imitó en Amor y verdad.

Hesed 26
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