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DIVERSIDAD CULTURAL Y ESTADO: ESCENARIOS Y DESAFÍOS DE HOY 12 y 13 de agosto de 2015 Centro Cultural Kirchner ÍNDICE INTRODUCCIÓN.................................................................................................................6 CAPÍTULO I. El Patrimonio Cultural Inmaterial: Deiniciones y marcos normativos 1. Introducción. Ezequiel Grimson.........................................................................................8 2. Patrimonio Vivo: Legislación y realidad. Silvia García.....................................................10 3. La Dirección de Patrimonio y Museos: Acciones en torno al Patrimonio Cultural Inmaterial. Susana Petersen.............................31 4. El conocimiento tradicional indígena es a la vez un producto (en tanto saber) y una aptitud frente a la naturaleza. Adolfo Saglio Zamudio....................42 5. Una mirada relexiva a los procesos de la candidatura ante la UNESCO en Venezuela. El caso de los Diablos Danzantes de Venezuela y la tradición oral Mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral. Kelina Campoverde.................................45 6. El principio de participación en la gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial en el Ecuador. Gabriela López Moreno.....................................................................................................52 7. Las Convenciones sobre el Patrimonio de la UNESCO. Primera aproximación para un debate. Ezequiel Grimson...............................................................................................................56 CAPÍTULO II. El Patrimonio Cultural Inmaterial y su relación con las comunidades 1. Introducción. Mariano Cabral..........................................................................................63 2. Afro-serranías, culturas y saberes ancestrales. Marcos Javier Carrizo.............................64 3. Pre-inventario de bienes patrimoniales del departamento Valle Grande. Provincia de Jujuy. Sebastián Peralta..............................................................................65 4. El patrimonio cultural en las ruinas de San Ignacio Mini. Marcial Paredez.....................73 5. Mujeres guardianas de la memoria y transmisoras de la cultura. Moira Millán.........75 6. Motivaciones para la Salvaguarda conjunta entre el Estado y las comunidades portadoras del Patrimonio Cultural Inmaterial en Colombia. Sebastián Londoño............79 7. La participación de las comunidades en la identiicación y deinición de su PCI, una prerrogativa impostergable. Enrique Pérez López.................................................82 CAPÍTULO III. Patrimonio Cultural Inmaterial y sostenibilidad 1. Introducción. Victoria Albornoz Sarof...............................................................................99 2. El Buen Vivir: hacia la descolonialidad de la naturaleza. Boris Marañón Pimentel........100 3. Relexiones y desafíos sobre el proceso de patrimonialización del Tango. Hernán Morel....117 4. Prácticas Alimentarias y patrimonio. Itinerarios y desafíos. Marcelo Álvarez.................124 5. Las múltiples y complejas articulaciones entre los campos del patrimonio y de las artesanías. Mónica B. Rotman...........................................................................................................146 6. Mercado Nacional de artesanías tradicionales de la República Argentina (MATRA).......155 7. Texturas de silencios, encuadres de recuerdos y gramáticas de poder: construcción y administración de la alteridad indígena en proyecto turístico-culturales en Patagonia. Carolina Crespo.........................................................................................167 8. La patrimonialización de un sistema agrícola en la Amazonia brasileña. Laura Emperaire..............................................................................................................178 CAPÍTULO IV. Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial. 1. Introducción. Héctor Luis Goyena.................................................................................189 2. Tras las huellas del patrimonio cultural inmaterial en los territorios del pájaro azul. Ana María Gorosito Kramer..........................................................................................190 3. Relexiones sobre la patrimonialización de bienes simbólicos, inmateriales, vivos o intangibles. Alicia Martín.............................................................................................198 4. Mapeo-cartograia cultural dos lugares sagrados dos povos indígenas do noroeste amazónico. Ana Gita de Oliveira......................................................................207 5. Identiicar y registrar para la Salvaguardia del patrimonio inmaterial: la implementación de la Convención de 2003 en México. Edaly Quiroz.........................212 6. Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial en el Estado plurinacional de Bolivia. Lupita Meneses Peña.......................................................................................................217 7. La agenda post 2015 y el paradigma del patrimonio cultural inmaterial. Fabián Bedón Samaniego................................................................................................220 CAPÍTULO V. Programas educativos y difusión del Patrimonio Cultural Inmaterial. 1. Introducción. Diego Benhabib.........................................................................................235 2. Programas educativos y difusión del Patrimonio Cultural Inmaterial. Ana Larcher.......237 3. Abarcas: Proyecto educativo para revalorizar las raíces culturales andinas. Juan Lázaro...........246 4. Puntos de Cultura. Cultura Viva en movimiento. Celio Turino.........................................248 5. La subjetividad y pertenencia en el proceso de registro público del PCI. Agustín Ruiz Zamora........................................................................................................250 6. Educación Patrimonial. Una experiencia en Brasil. Evelina Grunberg...........................251 CAPÍTULO VI. Mesa de Experiencias. Proceso de patrimonialización de manifestaciones culturales inmateriales: el caso del Tango, las murgas/carnaval de la ciudad de Buenos Aires y la Quebrada de Humahuaca. 1. Introducción. Martina Inés Pérez y Soledad Torres Agüero............…………………..260 2. El Tango: una experiencia de patrimonialización a la espera de un plan de salvaguardia con participación de la comunidad. Teresita Lencina....................................261 3. El abrazo, patrimonio (in)tangible. Julio Bassan..............................................................272 4. Coyunturas y desafíos en la patrimonialización del carnaval porteño. Analía Canale......275 5. La ordenanza 52039. Ariel Prat.......................................................................................279 6. La murga es encuentro, es nacional, es patrimonio y está viva. Luciana Vainer................283 7. Propuesta para una gestión participativa Quebrada de Humahuaca-Jujuy. Lina Rodríguez.................................................................................................................285 8. Patrimonio y turismo. Más allá de los acuerdos y conlictos preestablecidos. Rodolfo Bertoncello..........................................................................................................288 CAPÍTULO VII. Charlas y talleres. 1. ¿El patrimonio tiene género? una mirada al patrimonio cultural inmaterial desde la perspectiva de género. Susana Rostagnol...........................................................300 2. Gauchos y paisanas del presente. Una extensa red de instituciones tras las banderas de la tradición y la nación. Viajes discusiones y nuevas representaciones en torno a la construcción de la identidad nacional. María Cecilia Pisarello.......................................307 3. Las Randas del tiempo. Modelo de Salvaguardia del Arte Textil de El Cercado. MATRA.......330 4. Informe sobre taller teórico-práctico: “Entornos legislativos y políticos para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial” UNESCO - Ministerio de Cultura de la Nación.........331 5. Entornos legislativos y políticos para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Gabriela Pacheco Piñeyro...............................................................................................332 CAPÍTULO VIII. Voces del Patrimonio Vivo. 1. “El canto mapuche para mi es reencontrarme con esa identidad negada, es un reencuentro con mi gente”. Beatriz Pichi Malén....................................................347 2. “Mantuvimos el tambor en las calles”. Javier Bonga......................................................348 3. “Las formas poéticas cantadas no poseen ni buscan espectacularidad sino que generan un encuentro, colectivo y personal”. Laura Peralta..........................................349 4. “Como mi padre era un visionario, sabía que tenía un lugar y algo que hacer en este mundo”. Ema Cuañeri.....................................................................................................................351 CAPÍTULO IX. Convocatoria a trabajos escritos. 1. Introducción. Mariana Cerdeira......................................................................................353 2. Patrimonio intangible, políticas culturales y universidades públicas en las acciones de “salvaguardia” del candombe (afro) uruguayo en Buenos Aires. Viviana Parody..............355 3. La actuación popular porteña como patrimonio cultural intangible. Karina Mauro.......372 4. Las culturas populares: sobre ritos y santos populares. Una perspectiva antroposemiótica de un patrimonio cultural intangible en la región NEA Argentina. Silvina Valeria Sisterna……....................................................................................……379 5. Relexiones sobre Folklore y Folklorología como PCI de la humanidad. Juan Marcelo Teves.........................................................................................................393 6. La randa entre la artesanía y el diseño: ensayando modelos de trabajo. Alejandra Mizrahí............................................................................................................404 7. La postulación del ilete porteño a la lista representativa de patrimonio cultural inmaterial de UNESCO: una experiencia de participación comunitaria. Mercedes González Bracco, Patricia Salatino, Liliana Mazettelle y Nélida Barber........418 CAPÍTULO X. Convocatoria a relatos fotográicos y cortos audiovisuales. 1. Canoero a botador, Marcelo Cugliari...............................................................................429 2. Oraciones, música y alimentos con los muertos. Imágenes de rupturas y continuidades de las prácticas mortuorias andinas en el Cementerio de Flores, ciudad de Buenos Aires. Mariel Alejandra López...................................................................................................432 3. La perseverancia del telar. Gabriela María Leonard.........................................................436 4. Regreso a “La Casualidad”. Federico Dada.......................................................................439 5. Bandas de la muerte. Verónica Dema y Gustavo Barco.....................................................442 6. De pago en pago. Cancionero popular del secano. Leandro Marino.................................443 7. Kamba Yvera Pegua. Mariano Solla (Proyecto Cinekinesis)...........................................444 INTRODUCCIÓN El Ministerio de Cultura, a través de la Subsecretaría de Cultura Pública y Creatividad, organizó el Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo. Dicho Encuentro estuvo auspiciado por UNESCO y contó con la participación de TV Pública, INCAA y Canal Encuentro. El Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) refiere a manifestaciones culturales vigentes y significativas para quienes las reconocen como propias, las cuales sólo se realizan y recrean a través de las personas que las practican y las transmiten de generación en generación. Este vínculo con la acción y los sentidos vivos, admite definirlo también como Patrimonio Vivo, noción que permite enfatizar el aspecto dinámico y creativo de estas prácticas culturales. Las manifestaciones culturales son diversas a través del tiempo y del espacio, lo cual se visibiliza en la originalidad y pluralidad de las identidades que caracterizan a las sociedades, siendo esta diversidad fuente de intercambios, innovación y creatividad. En este sentido, la promoción de la creatividad cultural en todos los ámbitos de la sociedad es un puente hacia el fortalecimiento del diálogo, la cooperación y el entendimiento mutuo. Por otra parte, la identificación de las manifestaciones que se consideran patrimonio cultural conlleva también la necesidad de salvaguardar los recursos naturales y los saberes tradicionales asociados a éstos, por lo cual el PCI constituye una forma innovadora de promover un desarrollo sostenible para las comunidades. Teniendo en cuenta que el reconocimiento, la expresión y la promoción de la diversidad cultural son derechos de los pueblos y considerando que en nuestro país existe una gran riqueza y variedad de manifestaciones culturales, se torna necesario generar un espacio de discusión federal y democrático que promueva el diálogo entre los diferentes actores sociales que hacen al Patrimonio Cultural Inmaterial. En el marco de un Estado que reconoce el vínculo entre derechos humanos, diversidad cultural y desarrollo sostenible, se realizó el Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo convocando a comunidades, investigadores, estudiantes, artistas, formadores, trabajadores de la cultura, organizaciones de la sociedad y público en general, a contribuir al diálogo entre culturas, promover el conocimiento y respeto hacia las distintas prácticas culturales y establecer lineamientos y acciones para la definición de políticas públicas. Entre los objetivos del encuentro se destacaron: intercambiar experiencias y establecer un diálogo activo a nivel nacional y con otros países de América Latina, visibilizar la importancia del PCI en todos los ámbitos de la sociedad, conocer el estado de la cuestión provincial, nacional y regional; identificar necesidades de salvaguardia y discutir metodologías, técnicas e instrumentos oportunos. 6 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo CAPÍTULO I El patrimonio cultural inmaterial definiciones y marcos normativos INTRODUCCIÓN Esta mesa permitió un acercamiento a la problemática del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), desde una perspectiva que procura articular la conceptualización general del tema con su articulación desde el punto de vista jurídico y político. En esta dirección se pusieron en diálogo las orientaciones y definiciones de los organismos internacionales competentes, con las experiencias en curso, tanto en nuestro país, como en dos pueblos hermanos de América del Sur, esto último a través de sendas ponencias de representantes de Ecuador y Venezuela. Uno de los rasgos que atravesaron a varias de las intervenciones es la observación de la tendencia, evaluada de modo positivo, a la difuminación de las fronteras entre patrimonio tangible e intangible, alcanzada a través de una visión dialéctica que enfatiza el hecho indudable de que las creencias y saberes encuentran muchas veces sus cauces de expresión a partir de sustratos materiales. Y en ocasiones, estos últimos constituyen sus huellas más claras y perdurables, como acontece con fiestas, ceremonias, prácticas productivas y artesanías, entre otras. La exposición de la Dra. Silvia García giró en buena parte en torno a este rasgo relevante del PCI, y en las de los restantes expositores la cuestión apareció también, en mayor o menor medida. En lo que respecta a los marcos normativos, hubo coincidencia en que esta permeabilidad entre componentes físicos y simbólicos del patrimonio cultural, logró ser identificada y valorizada a través de un proceso cuyo punto de llegada, para el caso argentino, ha sido la incorporación de sus definiciones en la Ley 26.118, de 2006. Desde un ángulo diverso, pero pasible de convergencia, el Dr. Saglio Zamudio, se refirió a la virtualidad del tipo de conocimiento que puede definirse como ―intelectual‖, a la hora de resolver problemas técnico-prácticos (como la alimentación, la salud, el vestido) o diferentes manifestaciones artísticas. Ello a partir del desarrollo de una aptitud para observar la naturaleza, puesta en orden a su despliegue en un sentido de transformación creativa de su entorno. Otro abordaje común a más de una ponencia ha sido el constituido por los aspectos atinentes a la postulación y construcción, en un sentido amplio, de candidaturas a la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial, de los que fueron sintetizados varios ejemplos, tanto por Susana Petersen, de Argentina, como por la Licenciada Kelina Campoverde, de Venezuela. Destaca entre los casos mencionados, desde el punto de vista de nuestro país, la exitosa presentación del Tango, incluido en la Lista Representativa desde 2009. Para el caso venezolano la expositora le asignó relevancia a la adopción, en las últimas décadas, de normas promotoras de la gestión social, tales como la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993) y la Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas (2009), que facilitan y sustentan la participación consciente e informada de los aportantes en la formulación de candidaturas. Ejemplificó este tipo de gestión participativa a través de la exitosa incorporación a Salvaguardia para dichaNacional manifestación cultural. Vivo 8 | Primer Encuentro de Patrimonio Similar énfasis en la participación se encontró presente en la ponencia de la antropóloga de candidaturas. Ejemplificó este tipo de gestión participativa a través de la exitosa incorporación a la Lista de los ―Diablos Danzantes de Corpus Chirsti‖ y la elaboración del consiguiente Plan de Salvaguardia para dicha manifestación cultural. Similar énfasis en la participación se encontró presente en la ponencia de la antropóloga Gabriela López Moreno, representante del organismo competente del Ecuador. Resaltó ese rasgo, en el contexto de una transformación de la gestión pública del PCI que concibe el involucramiento de los portadores como un principio fundamental en los procesos de salvaguardia, que encuentra un sustento jurídico tanto en la propia norma fundamental ecuatoriana, la ―Constitución del Buen Vivir‖, como en legislación internacional incorporada por Ecuador a su plexo jurídico interno, a través de la ratificación de la Convención para la Salvaguardia del PCI de la UNESCO. De ese modo, la gestión del patrimonio inmaterial se tornaría parte integrante, y consciente, de un modo de gestión característico del proceso político ecuatoriano de la última década. Ezequiel Grimson Director de Cultura de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno” Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 9 PATRIMONIO VIVO: LEGISLACIÓN Y REALIDAD Silvia García* Introducción Llamar Patrimonio Vivo al que en general se denomina inmaterial o intangible es acentuar, con razón, la propuesta de reflexionar sobre el patrimonio inmaterial o intangible vigente, el que es importante para la vida de sus cultores, arraigado en un pasado, pero pasado vivo. La presente ponencia referirá, en primer lugar, la legislación internacional, nacional y provincial acerca de ese patrimonio así como también una síntesis de las especies vivas que hoy encontramos en nuestro país. Finalmente propondré unas recomendaciones de acuerdo a mi conocimiento del mismo como investigadora en antropología durante más de 40 años. Dentro del Patrimonio Inmaterial encontramos el que podríamos llamar patrimonio inmaterial propiamente dicho, que abarca el vasto reino de las creencias, los saberes y el igualmente amplio mundo de las tradiciones orales en prosa, verso y música. Pero a veces, las creencias y saberes patrimoniales se materializan en las artesanías y los otros oficios (desde la elaboración culinaria hasta la construcción de viviendas y la ornamentación), es decir, en algo bien tangible. Y las creencias se pueden rastrear en los rituales y las fiestas, de las que son el sustrato y en las que se nos hacen visibles. Por eso el patrimonio inmaterial se encuentra a menudo en bienes materiales. Y esta característica del PCI ha sido tomada en cuenta por la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, cuya definición de Patrimonio Inmaterial asumió a través de la ley Nacional 26.118 sancionada por el Congreso de la Nación, entrando en vigencia el 9 de noviembre de 2006. En consecuencia, la definición oficial de Patrimonio Inmaterial para la República Argentina es la definición presente en el artículo segundo de la Convención de la UNESCO: 1. Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado * Licenciada en Ciencias Antropológicas /Universidad de Buenos Aires. 10 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. 2. El ―patrimonio cultural inmaterial‖ se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes: a) tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; b) artes del espectáculo; c) usos sociales, rituales y actos festivos; d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; e) técnicas artesanales tradicionales. De acuerdo a ésta Convención, no son las ―creencias‖ (religiosas, mágicas) parte del Patrimonio Cultural Inmaterial y se le otorga a la artesanía un lugar de privilegio por sobre otros oficios tradicionales transmitidos también, a través de las generaciones y la enseñanza empírica. Estamos entonces hablando de algo tan amplio como (―usos), ―usos‖ (costumbres) que pueden ser infinitas; las ―representaciones‖ -fiestas cívicas, religiosas, familiares- ―expresiones‖, ―conocimientos‖ -médicos, veterinarios, astronómicos o de cualquier índole- y sus ―técnicas‖ -cómo se señala un animal o se esquila, cómo se cura, las técnicas para sembrar en secano o con regadío-. Íntimamente vinculado a lo que sería el ―patrimonio material asociado‖ instrumentos, objetos, artefactos y sus ―espacios‖, tales como el corral de la señalada, la capilla, el cementerio, la ruta de peregrinación. Pero no todas las costumbres, ni las expresiones, ni las representaciones, ni los conocimientos sino solo aquellos que los grupos o comunidades reconozcan como parte de su patrimonio cultural y que les infunda un sentimiento de identidad. También nombra la Convención el hecho de que sea un patrimonio que se transmita de generación en generación y recreado constantemente, o sea lo que supo considerarse del folklore: que goce de tradicionalidad, que se transmita y recree en variantes. Para la Convención estos elementos patrimoniales se deberán proteger siempre que no colisionen con los instrumentos internacionales de los DDHH y con los imperativos del ―respeto mutuo‖ entre comunidades y del desarrollo sostenible. Habría mucho que decir respecto de esto tanto a nivel mundial como nacional. Para poner un ejemplo bastante inocente, la poesía popular argentina y de toda Iberoamérica no manifiesta a menudo el dicho ―respeto‖ entre comunidades: Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 11 Tucumano soy señores yo no niego mi nación más vale ser tucumano que santiagueño ladrón. (Tucumán) Dicen que es misericordia dar posada a peregrino dásela mientras no sea cordobés ni sanjuanino. (La Rioja) Entonces, cabe preguntarnos: ¿no las registramos?, ¿no las resguardamos?, o acaso ¿las prohibimos? El patrimonio cultural inmaterial en las leyes provinciales El artículo 35 de la Convención se refiere a los regímenes federales como el nuestro: ―las disposiciones de la presente Convención cuya aplicación compete a cada uno de los estados, provincias, etc., que en virtud del régimen constitucional no estén facultados para tomar medidas legislativas, el gobierno federal comunicará estas disposiciones con su dictamen favorable, a las autoridades competentes [...] para que éstas las aprueben‖. Nuestro país tiene efectivamente una configuración federal que hace necesario hablar no sólo de lo que establece el gobierno nacional sino las distintas jurisdicciones: los estados provinciales y la ciudad autónoma de Buenos Aires, porque nuestras provincias están facultadas a tomar medidas legislativas aunque tienen que acatar las nacionales. Iremos estableciendo cómo en las distintas jurisdicciones se ha tratado el tema del patrimonio inmaterial, muchas veces con anterioridad a la firma de la convención y a la ley nacional mencionada. La Dirección General de Patrimonio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se suma al tratamiento internacional que se le está dando al tema. El Patrimonio Inmaterial es para ésta la integración de diversos patrimonios como los ―saberes cotidianos, prácticas familiares, entramados sociales y convivencias diarias‖. Incluye ciertos oficios, músicas, bailes, creencias, lugares, comidas, expresiones artísticas, rituales o recorridos de escaso valor físico ―pero con una fuerte carga simbólica‖. La Dirección General de Patrimonio considera que estas manifestaciones son complejas, dinámicas y por lo tanto modificables, y mantienen una interdependencia mutua. El Patrimonio Cultural de cada grupo social está compuesto por los patrimonios tangible e intangible, ambas construcciones históricas y resultado de las interacciones sociales, que otorgan sentido de 12 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo pertenencia e identidad a la sociedad que los creó. La relación entre ambos patrimonios es considerada dialéctica puesto que la riqueza de lo tangible se muestra si deja al descubierto ―su alma intangible‖ y al mismo tiempo, lo intangible se vuelve más cercano y aprehensible en tanto se expresa ―a través del soporte de lo material‖. Más aún, monumentos, objetos, e incluso paisajes, estarían impregnados por el patrimonio intangible. Lo mismo cada aspecto de la vida del individuo. (Ley 1227-2003, Ciudad Autónoma de Buenos Aires). En el caso de la ley que reglamenta la protección del patrimonio cultural de la provincia de San Juan, se establece la siguiente definición de Patrimonio Cultural Inmaterial: Forman parte de esta calificación, las creaciones del espíritu que integran el acervo cultural de la Provincia y/o Región, anónimas o registradas, comprendiendo las composiciones musicales, con letra o sin ella, cuentos, poemas, leyendas, adivinanzas, refranes y relatos sobre usos y costumbres tradicionales que hayan sido transmitidos consuetudinariamente (Ley 6.801, Provincia de San Juan). En la ley de Protección y Conservación del Patrimonio Cultural de la Provincia de Río Negro, encontramos dos definiciones, una en el Artículo 2: A fin de establecer una base conceptual se adopta la siguiente definición de Patrimonio Cultural y Natural de la Provincia de Río Negro: Es el conjunto que integran, en un todo armónico, inseparable, las manifestaciones de interés y el ámbito natural, rural o urbano que ha producido el hombre, como ser social, en su permanente interacción vital con sus circunstancias, dentro del territorio provincial. La permanencia material de ese legado conforma la base concreta que da continuidad armónica al desarrollo social y espiritual de nuestra comunidad reafirmando su identidad cultural (Ley 3656, Provincia de Río Negro). Y en el apartado C, acápite 7 Bienes Muebles de Interés Cultural y Natural, se define el patrimonio inmaterial del mismo modo que la Provincia de San Juan. Crea la ley tucumana un ―Sistema de Protección del Patrimonio Cultural de la Provincia‖, que tiene como finalidad la de ―proteger, preservar, valorizar, recuperar, acrecentar, investigar, promover y difundir dicho patrimonio‖ (Provincia de Tucumán). Allí se define qué se considera patrimonio cultural: Todos aquellos bienes materiales o intangibles de valor histórico, arquitectónico, artístico, arqueológico, paleontológico, antropológico, documental, paisajístico y científico tecnológico, que constituyen la expresión o el testimonio de la creación humana, la evolución de la naturaleza y que sean significativos y representativos de la cultura tucumana. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 13 En su Artículo 3 establece que serán declarados de "interés cultural" aquellos bienes del Patrimonio Antropológico-Cultural que estén constituidos por ―toda expresión del acervo popular de la Provincia y/o región, anónimo o registrado, que constituyen las creaciones elaboradas y compartidas que forman parte de la memoria del pueblo y que se expresan como símbolos de identidad de un grupo‖. La autoridad de aplicación será la Secretaría de Estado de Cultura (Artículo 5) y tendrá las siguientes atribuciones: a) Elaborar la planificación de las políticas de custodia, preservación y expansión del patrimonio cultural e intervenir en la ejecución, control y evaluación de las acciones propuestas. b) Declarar de Interés Cultural a los bienes que forman parte del patrimonio cultural mediante acto resolutivo. c) Implementar medidas de urgencia para la preservación y rescate inmediato de todos aquellos bienes que se encuentren en estado de riesgo, destrucción o desaparición. También esta ley en su Artículo 8 crea el Registro Provincial del Patrimonio Cultural dependiente de la autoridad de aplicación, en el que se inscribirán los bienes muebles, inmuebles e intangibles, los que serán inventariados en forma detallada, con la descripción, antecedentes, valoración, ubicación actual, estado de conservación y titularidad. Al establecer qué debe entenderse por ―Patrimonio Antropológico-Cultural‖ se plantea la integración de ―las artesanías, la diversidad lingüística, las composiciones musicales, con letra o sin ella, danzas, cuentos, poemas, leyendas, refranes y relatos o tradiciones orales sobre usos y costumbres, actividades, conocimientos y técnicas tradicionales que hayan sido trasmitidos consuetudinariamente‖ (Ley 7.500de la Provincia de Tucumán). O sea, toma una definición semejante a la de las otras provincias y agrega que, por el carácter particular que presentan estos bienes, muchos de ellos constituidos por símbolos de identidad que el pueblo preserva, crea y forma parte de la cultura viviente, sus portadores (copleras, artesanos, relatores, y otros) serán declarados Patrimonio Vivo (id.). En otras provincias no encontramos leyes de protección del patrimonio inmaterial, ni definiciones explícitas, pero sí se halla la preocupación por la salvaguardia en los programas de gestión. Por ejemplo, la provincia de Formosa creó la Dirección de Patrimonio Sociocultural. Entre sus misiones figuran las que a nuestro parecer reflejan una idea del patrimonio cultural inmaterial totalmente acorde con la de la Convención de la UNESCO. Esta Dirección tiene como objetivo ―la recuperación, preservación y enriquecimiento y concientización de la comunidad a fin de 14 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo salvaguardar un Patrimonio cultural provincial que constituye la fuente de información de esta generación y de la venidera”. Hay provincias y más precisamente Secretarías o Subsecretarías de Cultura o de Patrimonio que no usan ninguna definición de PCI, pero se trabaja o se protegen algunos aspectos del patrimonio inmaterial. Es así, por ejemplo, en la provincia de Mendoza en cuya Dirección de Patrimonio, perteneciente a la Secretaría de Cultura, se habla entre sus áreas de trabajo de “patrimonio intangible”. Dicha área tiene entre sus funciones las de: “identificación, inventario, difusión y asesoramiento sobre el patrimonio inmaterial”. Se ha desarrollado el proyecto de creación del Centro de Documentación y Difusión del Patrimonio Musical. El mismo surge como una respuesta a la necesidad de concentrar en un espacio físico y virtual la información y los bienes patrimoniales concernientes a “la música de Mendoza en todas sus manifestaciones: tradicional, académica y popular urbana”. O sea, en este caso, vemos que la provincia de Mendoza enfatiza un aspecto del patrimonio inmaterial: la música tradicional y popular urbana1. En muchas de las provincias a través de sus secretarias de cultura o patrimonio se promueve la transmisión y recreación del PCI a través de la promoción y protección de ciertas manifestaciones. Asimismo, muchas de las provincias han promulgado leyes o decretos referidos a la protección del patrimonio cultural (material-inmaterial y especialmente las artesanías) y han financiado la formación de recursos humanos para poner en práctica las leyes. En toda la normativa referida a los pueblos indígenas – leyes sobre comunidades aborígenes -, basadas en la ley nacional 23.302 de Política Indígena y apoyo a las comunidades aborígenes, y en el artículo 75 inc. 17 de la Constitución reformada en 1994 encontramos una explícita intención de proteger el PCI de estos pueblos, aunque nunca se lo mencione de esta manera. A este respecto y en el territorio provincial, la ley pionera fue la 426 de la Provincia de Formosa. Por su parte, la ley 2727 de la Provincia de Misiones denominada “Comunidades Guaraníes” habla de la “preservación de sus pautas culturales y el pleno respeto de los valores culturales y espirituales y las propias modalidades de vida” y en el capítulo III de la Educación, en su inc. b) se propone establecer programas especiales, bilingües para los todos los niveles de enseñanza, donde se resguarden los valores espirituales y culturales de la población guaraní y c) utilizar las estrategias más modernas del bilingüismo para que los educandos puedan asimilar la lengua y la cultura argentina a partir del contexto lingüístico y cultural guaraní. (Ley 2727, Provincia de Misiones). La ley 3258/87 de la provincia del Chaco reconoce los derechos a la educación bilingüe y bicultural. En todas estas provincias se crearon Registros de Comunidades Indígenas e Institutos de 1 Más información en ver www.mendoza.gov.ar Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 15 Asuntos Aborígenes como el Instituto del Aborigen Chaqueño, el Instituto de Comunidades Aborígenes de Formosa o la Dirección Provincial de Asuntos Guaraníes en Misiones. Lo datado hasta aquí nos permite concluir que, en primer lugar, en las definiciones adoptadas por algunas provincias (San Juan, Río Negro y Tucumán) vemos resaltada por un lado, una coincidencia con la identidad provincial o regional, y por otro, la tradicionalidad, o sea la característica de ser transmitidos de generación en generación, tal como el uso del término ―consuetudinariamente‖ lo deja claro. Nos parece que queda en evidencia que en estas definiciones el patrimonio inmaterial lo forman fundamentalmente los distintos géneros de la tradición artística oral: música y literatura tradicionales o folklóricas, si queremos utilizar ese término. Si bien no se hace mención, como lo hace la definición de la Convención, a las ―artes del espectáculo, usos sociales, rituales y actos festivos‖ podríamos considerar que estos ítems están comprendidos en lo que estas definiciones denominan ―usos y costumbres tradicionales‖. No están consideradas igualmente en las definiciones de San Juan ni Río Negro las artesanías, la alimentación ni los elementos, objetos, artefactos y espacios, tal como se enuncia en la Convención. En síntesis, en estas definiciones provinciales el PCI no se encuentran unidas al patrimonio material. En cambio en la de Tucumán - incluida en la ley 7500- se amplía el espectro puesto que considera al patrimonio antropológico cultural integrado por las ―artesanías, la diversidad lingüística, las composiciones musicales […] danzas, cuentos, poemas […] o tradiciones orales sobre usos y costumbres‖. Vemos entonces aquí incluida la diversidad lingüística y las artesanías pero tampoco encontramos la relación con el patrimonio material, claramente enunciada en dicha Convención. En Formosa, además de acentuar la necesidad de rescate, preservación y resguardo, se afirma expresamente la diversidad cultural al hablar de salvaguardar ―las expresiones de los diferentes colectivos sociales‖ y velar por la diversidad cultural y la continuidad de las comunidades. Un eco de la Convención lo notamos en su insistencia en recrear el patrimonio cultural ―en función de su entorno, su interacción con la naturaleza‖. Pero tampoco en este caso se considera el vínculo entre los dos tipos de patrimonio. En cambio la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, además de subrayar la importancia que los bienes que integran el patrimonio inmaterial o intangible adquieren para la identidad de un grupo, se menciona no sólo los ―saberes‖ sino oficios, lugares, comidas, entramados sociales, o sea establece el vínculo entre PCI y el patrimonio material o tangible. Respecto de las que tratan de la protección del patrimonio aborigen, aunque estas leyes se dedican preferentemente al derecho de posesión de tierras, en todas se menciona la educación bilingüe y bicultural que implica la salvaguardia de muchos aspectos de su patrimonio inmaterial y fundamentalmente de la lengua. 16 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo El patrimonio cultural inmaterial en las constituciones Veremos ahora las constituciones -nacional o provinciales- y la inclusión en ellas de la protección del patrimonio cultural, guiados por el artículo de Mario F. Valls denominado Patrimonio Cultural Inmaterial. Una nueva categoría jurídica de bienes quien trata este tema2. Según el autor, si bien respecto del Patrimonio Cultural existen muchas normas, no hay sin embargo una legislación nacional general orgánica para su preservación. El artículo 41 de la Constitución Nacional manda que las autoridades provean a la preservación del patrimonio natural y cultural, la ley Nacional 25.197 que crea un Registro Único de Bienes Culturales define el patrimonio cultural argentino, pero solo a los efectos de esa ley como un universo de “bienes culturales”, que integra con aquellos objetos, seres o sitios que constituyen la expresión o el testimonio de la creación humana y la evolución de la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histórico, artístico, científico o técnico excepcional, entre ellos el producto de las exploraciones y excavaciones arqueológicas y paleontológicas, terrestres y subacuáticas (Artículo 2). La ley Nacional 25068 establece el “Premio a la Protección Ambiental y Preservación del Patrimonio Natural” destinado a las personas físicas o jurídicas residentes en la Argentina que se hubieran distinguido por […] actos o servicios en defensa del patrimonio […] cultural”. El Código de Minería somete la conservación del patrimonio natural y cultural en el ámbito de la actividad minera al estricto régimen de sus minuciosos artículos ambientales y a las normas que oportunamente se establezcan en virtud del Artículo 41 de la Constitución Nacional (Título Decimotercero, Sección I). La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires por su parte: a) Manda instrumentar un proceso de ordenamiento territorial y ambiental participativo y permanente que promueva la preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora (Artículo 27). b) Garantiza la preservación, recuperación y difusión del patrimonio cultural, cualquiera sea su régimen jurídico y titularidad (Artículo 32). c) Encomienda al Poder Legislativo, legislar en materia de preservación y conservación del patrimonio cultural (Artículo 81 inc. 8). La ley 10.419 de la Provincia de Buenos Aires crea la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural de esa Provincia con la misión de llevar a cabo la planificación, la ejecución y el control de esa ejecución, de las políticas culturales de conservación y preservación. 2 Valls, Mario F., Patrimonio Cultural Inmaterial. Una nueva categoría jurídica de bienes, p. 3 Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 17 La Constitución de la Provincia de Catamarca declara que el Estado Provincial asegura la conservación, enriquecimiento y difusión del patrimonio cultural, lingüístico, literario, arqueológico, arquitectónico, documental, artístico, folklórico, así como paisajístico en su marco ecológico. Es responsable de los bienes que lo componen y creará el catastro de bienes culturales (Artículo 265). La de Chaco (27/10/1994) atribuye a la Provincia del Chaco la responsabilidad de conservar y enriquecer el patrimonio cultural, histórico, arqueológico, artístico y paisajístico (Artículo 84 inc. 2) y a todas las personas el deber de resguardar y proteger el patrimonio cultural y natural de la Nación, la Provincia y los municipios (Artículo 66 inc. 3). La de Córdoba (1988) atribuye a toda persona el deber de resguardar y proteger los intereses y el patrimonio cultural y material de la Nación, de la Provincia y de los Municipios (Artículo 38 inc. 4). La de Formosa encomienda a los poderes públicos dictar normas que aseguren la compatibilidad de la planificación económica, social y urbanística de la provincia, con la protección de los recursos naturales, culturales y del patrimonio histórico y paisajístico (Artículo 38 inc. 2). La de Jujuy atribuye a toda persona el deber de resguardar y proteger el patrimonio material y cultural de la Nación y de la Provincia (Artículo 43 inc. 3). La de La Pampa (6/10/94) declara que el acervo cultural, histórico, arquitectónico, arqueológico, documental y lingüístico de la Provincia es patrimonio inalienable de todos los habitantes (Artículo 19). La de Río Negro atribuye a todo habitante el deber de resguardar y proteger el patrimonio cultural y material de la Nación y de la Provincia (Artículo 46). La Constitución de San Luis declara que las riquezas prehistóricas, artísticas y documentales, así como el paisaje natural en su marco ecológico, forman parte del acervo cultural de la Provincia que encomienda al Estado tutelar‖ (Artículo 68: Patrimonio Cultural). La ley de Tucumán 6253 norma "toda obra u acción que tuviere incidencia negativa sobre la calidad del paisaje o la preservación del patrimonio histórico o cultural y declarase especialmente protegido y de interés provincial el hábitat y el patrimonio histórico cultural de los pueblos indígenas (Artículo 45). 18 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Existen también desde hace unos años (después de la privatización de las empresas de servicios) resoluciones de Entes Nacionales que protegen el patrimonio cultural. Las Resoluciones 597/98 y 598/98 del Ente Nacional Regulador del Gas al autorizar la extensión de determinados gasoductos obliga a los concesionarios a contratar un seguro que proteja a las provincias contra daños a sus patrimonios arqueológicos y culturales, en un caso, y a los patrimonios científico-culturales, en el otro. La Resolución 598/98 citada impone también el compromiso de cambiar el recorrido de la traza, estudiando las alternativas más convenientes para evitar alterar los restos que integren patrimonios científico-culturales, (por ejemplo, aclaramos nosotros, los cementerios de los pobladores que vivan en la zona y que podemos considerar espacios vinculados con el PCI). En el acápite II denominado ―Contenido y concepto de patrimonio cultural‖ el autor considera que: El término patrimonio no se usa, en esta materia con la acepción clásica del Código Civil que lo considera el conjunto de bienes de una persona [Artículos 2312, 33, 152 bis, 451, 907, 1306, 2288], sino con la tradicional de origen latino de conjunto de bienes heredados de los padres, en sentido lato, que debe ser preservado para otras personas presentes y futuras, lo que impone cargas y deberes y restringe su disponibilidad que aún inspira algunas instituciones del derecho sucesorio. [...] En esta materia el término patrimonio no implica que el bien pertenezca a determinado sujeto, sino que su dominio y disposición está condicionado y sometido a modificaciones, restricciones y limitaciones. Su inclusión en la categoría de patrimonio las somete a restricciones fundadas en el interés público que, como lo dispone el Artículo 2611 del Código Civil, se habrán de regir por el derecho administrativo. Y finalmente la conclusión a la que llega Valls es que ―La aprobación por la ley 21.836 le da a la Convención la jerarquía jurídica necesaria para extender analógicamente su definición de patrimonio cultural mundial al nacional y considerar que a ella se refiere toda mención de patrimonio cultural en una norma jurídica‖ (op. cit. p.6) El Patrimonio cultural inmaterial de la Argentina Constituido el país en su mayor parte por grandes planicies comunicadas con el exterior, desde hace mucho tiempo, a través de una ciudad cosmopolita y su puerto, y poblada por gentes venidas de muy distintas latitudes, podría ser el arquetipo de la sociedad abierta carente de patrimonio que no fuera el contemporáneo. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 19 La gran inmigración ultramarina de fines del XIX y principios del XX fue inmediatamente posterior al arrinconamiento de la población aborigen de pampa-patagonia y Chaco, no solo desde el punto de vista geográfico sino cultural y social. En lo que nos importa: se consolidó un desprestigio de las lenguas y de todos los aspectos del patrimonio de nuestros primeros habitantes. Sin embargo no sólo sobrevivió -y hoy es posible registrarlo- gran parte del patrimonio inmaterial de los pueblos indígenas3 de Pampa y Patagonia, de las selvas misioneras (provincia de Misiones) o de la zona geográfica conocida como Chaco (provincias de Formosa, Salta y Chaco), sino también el patrimonio hispano indígena gestado durante la colonia y el siglo XIX y XX, que se presenta muy semejante al del resto de América. Respecto de los primeros pobladores, encontramos, ante todo, las lenguas indígenas habladas aún, pertenecientes a distintas familias lingüísticas. En segundo lugar hallamos un conjunto de creencias y celebraciones entre las que destacan el Nguillatún entre los Mapuches y la celebración del día de la Pachamama, no sólo entre descendientes de indígenas sino como creencia y práctica arraigada entre diferentes capas de la población del Noroeste argentino. Debemos mencionar como parte de este patrimonio inmaterial de la población aborigen, los cuentos y mitos -a veces mezclados con elementos de la narrativa criolla- cuyos motivos se han difundido a través de grandes distancias: por ejemplo el de la desaparición de los metales preciosos de la faz de la tierra a causa de una falta cometida involucra en la Puna, al rey Inca y Felipe Varela y entre mapuches de Chubut, a la entidad divina nombrada como Guenechen. En el caso en que mitos y rituales se sigan considerando sagrados, ni se dicen ni se actúan frente a extraños, por lo que podemos suponer que algunos de esos aspectos sean desconocidos salvo para los propios cultores. Está presente la música vinculada al ritual de algunos grupos, como la de los Mbyá de la provincia de Misiones o la de los antiguos rituales de los aborígenes del Chaco que hoy perviven, adaptados, en las iglesias pentecostales a las que se han convertido. La vestimenta tradicional de los aborígenes o de los criollos no ha perdurado en la vida diaria, pero sí lo han hecho las artesanías que se producen hoy fundamentalmente para el consumo de los no aborígenes de todo el país (Figura 1). Podemos decir lo mismo de alimentos prehispánicos preparados y consumidos -como en el resto de América- por todos los habitantes de la Argentina, sea cual fuera su origen. 3 Indígena, aborigen, originario, tienen en nuestro idioma el mismo significado, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia: Indígena, del lat. adj.: originario del país de que se trata. Aplícase a personas. Aborigen: lat. adj. 1. Originario del suelo en que vive...2 dícese del primitivo morador de un país, por contraposición a los establecidos posteriormente en él. 20 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 1. Artesano de cuero con sus herramientas. Reserva del Chalía, Chubut. 2011. Foto: Silvia García. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 21 Si fijamos nuestra mirada en el patrimonio criollo, encontramos hoy en el cancionero argentino, la riqueza del registrado durante la primera mitad del siglo XX, aunque ha sufrido mermas importantes, como la poesía narrativa de tema histórico político. Esta poesía estuvo viva mientras los hechos bélico-políticos comprometían también a las capas populares de la población -guerra de la independencia, luchas entre unitarios y federales, etc.-; cuando esto dejó de ser así, desapareció esta interesante especie. De hecho los sucesos cantados no traspasan los años finales del s. XIX. Con este tradicional comienzo el romance a la muerte de Juan Facundo Quiroga, ampliamente difundido entre la población del NOA, Cuyo, Buenos Aires y Córdoba, relataba la muerte del caudillo: Año de mil ochocientos treinta y cinco de año nuevo murió el general Quiroga el dieciséis de febrero Cuando nuevamente el pueblo fue protagonista de hechos políticos -a partir de 1943- estos ya no incluían a los heroicos, y la forma de informar y comentar los acontecimientos ya no necesitó de los modos de la poesía tradicional. La poesía popular siguió transmitiéndose en su vertiente lírica, amorosa, humorística o costumbrista en reuniones sociales y fiestas del NOA, el Noreste y también en las zonas centrales del país. Las expresiones musicales cantadas que hoy acompañan a las fiestas, comparsas y murgas del carnaval recrean y transmiten, en alguna medida, esta poesía de antigua raigambre. Y en esos moldes encontramos también los llamados “cantos de las hinchadas” en los partidos de fútbol que expresan identidades barriales y preferencias deportivas. Las leyendas religiosas e históricas y fundamentalmente los cuentos maravillosos, humanos o de animales forman un corpus extraordinariamente rico, igual que el refranero. Muchas veces es notable la antigüedad y persistencia de los relatos. Para poner un ejemplo: entre los criollos participantes como “milicos” en la llamada conquista al desierto, dentro del área pampeana, el contador de cuentos ostentaba un status especial, siendo particularmente atendido por el resto. Tenía lugar preferencial en la ronda de mates, podía no preocuparse por sus vituallas: siempre era convidado a cambio de disfrutar de sus relatos (Racedo, 1965) ¿Cuáles eran estos relatos tan festejados? De acuerdo a la narrativa recopilada entre antiguos pobladores de esta zona por la Encuesta de Folklore de 1921, sabemos que estos cuentos eran los del pícaro Pedro Urdemales u Ordimán, los del ciclo del zorro, cuentos de mentirosos o exagerados y los larguísimos cuentos maravillosos con sus reyes y princesas y sus “varitas de virtú”, lo mismo que relatos de aparecidos. Toda esta narrativa se puede oír hoy prácticamente en todos los rincones del país. Algunos de ellos 22 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo los he registrado en 1980 en el oeste de Buenos Aires y en Misiones, en el 2000 en la puna de Atacama y, a partir de 2008, en la Patagonia. Dentro de las tradiciones orales de nuestro país la narrativa popular o folklórica abarca tanto los cuentos –relatos de ficción- como las leyendas que requieren de algún tipo de creencia, o se cuentan como algo creído real por alguien. Pueden ser religiosas o históricas y se sitúan en un tiempo más bien remoto, del cual quien lo cuenta no tuvo experiencia. En ambos casos los hechos tienden a agrandarse, y se cuentan solo aquellos edificantes que sirvan como paradigma. Por esto no son biografías sino hagiografías. Pero lo que predomina como narrativa religiosa en la Argentina en general son relatos que informan no sobre vidas de santos ni sobre su aparición milagrosa, sino sobre sus imágenes. En todos estos casos las imágenes manifiestan voluntad de quedarse o de partir y, luego de instalado su culto en el lugar indicado, realizan milagros a pedido de sus devotos. Lo que el pueblo conoce y relata no es la vida del santo – de la cual no se conoce prácticamente nada- sino, la ―vida y milagros‖ de la imagen desde que llegó al lugar donde se la venera hasta hoy. Lo maravilloso, el lugar donde lo milagroso se manifiesta, no es en el comportamiento moral de un cristiano sino en el comportamiento de la imagen. Este es el caso de la Virgen de Luján en el ámbito nacional, la del Valle en Catamarca, San Pedro en Fiambalá y tantas otras. Por su parte, las narraciones - también leyendas- de encuentros con seres no naturales en los que el que cuenta y los que escuchan, tuvieron experiencia directa puesto que están sucediendo en el presente las llamamos ―de experiencia y creencia‖. Los encuentros con la Pacha en la Puna o la aparición de luces malas en todo el país son ejemplos clásicos. La música folklórica con sus grandes áreas distintivas, el NOA, el NEA, Cuyo y la Pampa, tanto por su poesía como por su música y sus danzas variadas y ricas, forman a nuestro entender, junto con las artesanías criollas o indígenas lo más rico y vigente del panorama actual del PCI argentino. A las migraciones internas debemos que las especies litoraleñas y del Noroeste se encuentren hoy en el sur del país. Otro aspecto de interés son las creencias, rituales y devociones vinculadas con la prédica de la Iglesia Católica, reinterpretadas y recreadas por el pueblo. Tales son las procesiones, peregrinaciones, ―velaciones‖ de santos, novenas y fiestas populares vinculadas con lugares de culto domésticos o públicos o las ceremonias del día a los muertos. Todas estas actividades –y la narrativa con ellas vinculada- son organizadas y transmitidas Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 23 Todas estas actividades −y la narrativa con ellas vinculada− son organizadas y transmitidas popularmente con escasa o nula participación de las instituciones eclesiásticas aunque estén estrechamente vinculadas con sus enseñanzas. Ejemplo de lo dicho son el baile y las carreras de caballo con los cuartos de animal para festejar a “San Santiago” el 25 de julio; la celebración de Santa Ana cuando se confeccionan artesanías diminutas; la caminata por las brasas y las fogatas de San Juan, los rituales amatorios vinculados con él y las comidas y bailes realizados con motivo de la celebración de “vísperas” de santos patronos locales o regionales y hasta domésticos son parte importante de este inmenso patrimonio. Pero además las devociones a “santos” no oficiales, como la Difunta Correa o el gaucho Gil entre muchos otros, nos hablan de la imaginación y creatividad y también de anhelos y necesidades diferentes en cada época, que explican la difusión de ciertas figuras en desmedro de otras. En los pasos de altura de la puna argentina se encuentran desde tiempo inmemorial las apachetas en las cuales los caminantes pedían “que se acorten los caminos” y colocaban una ofrenda, piedra o acullico. Desde la mitad del s. XX, acompaña a ellas la capillita de la difunta y sus botellas de agua, devoción que, como se sabe, difundieron los camioneros que también pedían protección en tan difíciles caminos. No sería raro encontrar hoy al Gaucho Gil agregado a estos protectores (Figura2). Figura 2. Altar a la Difunta Correa. Puna de Catamarca. 2013. Foto: Silvia García 24 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Foto: Silvia García Las tareas económicas tradicionales han dado lugar a todo un patrimonio expresado en ―señaladas‖ de animales, ferias de trueque, viajes a lomo de animal o cosechas que son más que tareas económicas. Algunas, como la Señalada de animales es un auténtico ritual y una ocasión de vida social que permite y promueve la transmisión de creencias, cuentos, poesía y música. A lo largo y ancho de todo el país tienen lugar las fiestas tradicionalistas de las cuales es parte principal la destreza ecuestre pero que también son ámbitos donde están vigentes la alimentación, la vestimenta tradicional y las artesanías (Figura 3). Figura 3. Fiesta tradicionalista. Peregrinación a la Virgen de Luján. 2010. Foto: M. Cecilia Pisarello El patrimonio inmaterial lo encontramos asimismo vinculado a lugares, edificios, caminos o cióny del Año Nuevo Chinoy en algunos de Diversidad cultural Estado: escenarios desafíos debarrios hoy | 25 Foto: M. Cecilia Pisarello El patrimonio inmaterial lo encontramos asimismo vinculado a lugares, edificios, caminos o localidades históricos o actuales, como son los que atraviesan los peregrinos llevando sus misachicos hasta algún lugar principal como la Iglesia de la Virgen del Valle en la ciudad de Catamarca. Algunos grupos descendientes de inmigrantes celebran en el país de manera más o menos pública rituales religiosos como el de la Virgen de Copacabana de la comunidad boliviana, y también fiestas populares como las poéticas de los descendientes de galeses en Chubut. Asimismo otras colectividades de más reciente ingreso –peruanos, chinos, coreanos- reproducen en nuestro territorio las celebraciones que puedan subsistir y que sin duda ya han adquirido una semblanza de adaptación al medio. Ejemplo de ello es la celebración del Año Nuevo Chino en algunos barrios de Buenos Aires. El conocimiento de la naturaleza como parte del patrimonio en la Argentina se manifiesta en especial en la medicina tradicional y la botánica. Si bien hay estudios científicos sobre las propiedades de la farmacopea popular y sobre el significado de la medicina y la botánica populares, todavía queda mucho por hacer, tanto entre la población indígena como entre criollos y sobretodo resolver el tema de la propiedad intelectual de estos conocimientos. Conclusiones y Recomendaciones Que la Convención se llame ―de salvaguardia‖ significa que se considera que gran parte del patrimonio inmaterial mundial está en peligro de desaparecer y que hay que abocarse a registrarlo al menos- y a protegerlo. Ambas cosas son difíciles justamente por la calidad de ―intangibilidad‖. Requieren de tiempo y de una relación de confianza y comprensión mutua entre el poseedor y quien lo registra: es fácil fotografiar una fiesta, es difícil conocer el sentido que para los participantes tiene. La Argentina ha sido privilegiada en ese sentido – al menos respecto de algunas especies- por la cantidad y calidad de los recopiladores que en el s. XX se abocaron a compilar y editar narrativa, poesía y música populares. La Encuesta del Magisterio encarada por el Ministerio de Educación a través del Consejo Nacional de Educación en el año 1921, cuyos resultados, aproximadamente 88.000 páginas manuscritas elaboradas por maestros de escuelas nacionales primarias en todo el país. Fue un registro del relato oral argentino de principios del siglo XX, con sus limitaciones, permitió condensar por escrito aspectos de la cultura popular en toda la extensión del territorio de nuestro país. Juan Alfonso Carrizo realizó una tarea ciclópea de recopilación, ordenamiento y clasificación del cancionero argentino del noroeste y Carlos Vega hizo lo propio en cuanto a la música. Berta E. Vidal de Battini y Susana Chertudi fueron las representantes más significativas en no las únicas. En el Fondo Nacional de las Artes y a instancias 26 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo del folklorista Augusto Raúl Cortazar, en las décadas del 60 y 70 del pasado siglo se documentaron clasificación del cancionero argentino del noroeste y Carlos Vega hizo lo propio en cuanto a la música. Berta E. Vidal de Battini y Susana Chertudi fueron las representantes más significativas en lo que a narrativa se refiere, aunque no las únicas. En el Fondo Nacional de las Artes y a instancias del folklorista Augusto Raúl Cortazar, en las décadas del 60 y 70 del pasado siglo se documentaron a través del film celebraciones, costumbres, artesanías en el NOA con la obra del cineasta Jorge Prelorán. Estas obras se encuentran en el archivo fílmico de esta institución. Esto en cuanto a la documentación pero ¿cómo puede preservarse? En palabras de un viejo etnólogo alemán: ―el proceso propiamente decisivo que conduce a la pérdida de sentido es la transformación del concepto del mundo, la orientación del individuo hacia otros contenidos de la realidad y hacia otras posibilidades de expresarlos‖ (Jensen, Ad. E. 1966: 95). La transformación del concepto del mundo está sucediendo tan aceleradamente que pretender conservar los elementos culturales que descansan en determinadas creencias, parece un desatino. Si un importante sector de la población de América Latina deja de ser fiel de la Iglesia Católica, cesará la creencia en la eficacia de los santos patronos para resolver sus carencias, y no participará más de las fiestas que los conmemoran. Pero además el cambio en el concepto del mundo incluye una transformación en la forma de entretenerse o de pasar el tiempo. Cuando ya no se traslada el ganado a caballo en nuestras llanuras o no es necesario comerciar a lomo de burro entre la Puna y los valles, se perderá seguramente el conocimiento sobre los animales, las aguadas, los pasos y caminos ―de herradura‖, las monturas y los recados y también, el arte de las transmisión de casos y sucedidos que entretenían el descanso en medio de la soledad. Por otro lado, en la actualidad el turismo y los medios masivos cada día más invasores, entre otros factores, afectan al PI en muchos sentidos. Las fiestas tradicionales reducidas, familiares o propias de grupos pequeños, han sido a veces, multiplicadas en escala con intervención de distintas instituciones. Los carnavales más publicitados son los espectaculares en el más estricto sentido de la palabra. Los disfraces tradicionales hechos con lo que se tenía a mano se reemplazaron por los comprados a quien los fabrica en forma masiva. Esta uniformización del festejo no es solo un ―cambio de hábito‖, implica una alteración en los gestos, la música y, lo más importante, el papel que cada uno juega, en especial la mujer. Se convierte así en un espectáculo para ver más que en una fiesta para compartir. Una artesanía puede documentarse y también se puede promover a través de las políticas estatales eficaces. Es relativamente fácil aceitar los canales de comercialización, para que los artesanos puedan vivir de su trabajo o al menos, recibir un pago que compense el tiempo invertido. Pero si para lograr esto debe adaptar su producción a medidas, colores y formas estándares, al gusto del público global, se habrá terminado con la artesanía que supone la creatividad y gusto individual. Será así reemplazada con éxito por una mercadería con reminiscencias tradicionales producida en Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 27 público global, se habrá terminado con la artesanía que supone la creatividad y gusto individual. Será así reemplazada con éxito por una mercadería con reminiscencias tradicionales producida en serie, como ha sucedido en varios países de América y del mundo. De todas maneras, y teniendo en cuenta los límites que antes señalamos, se puede y debe proteger este patrimonio tan rico a través de la educación formal, la difusión y el patrocinio de sus mejores cultores para lograr que no desaparezca, aunque se transforme. La primera acción para salvaguardar al PCI es promover su transmisión. Para ello en primer lugar habría que unificar las acciones de las distintas instancias y jurisdicciones estatales y coordinar no sólo entre ellas sino con organismos privados, los proyectos y programas que tengan que ver con la salvaguardia del PCI. El único ámbito en el que existe claramente una política pública unificada y clara en todo el país, es en el de la enseñanza bilingüe e intercultural en el caso de las poblaciones indígenas, como se puede observar tanto en las leyes como en el presupuesto dedicado y los esfuerzos implementados para llevar a cabo la educación intercultural y bilingüe (a través del Programa Nacional Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación de la Nación). Ésta, como en otros países, ha demandado el esfuerzo previo de llevar idiomas que no tuvieron escritura a poseerla, producir material didáctico, formar docentes y a veces, incluso revitalizar el uso de lenguas a punto de extinción. Este esfuerzo lo ha realizado el estado a través del Ministerio de Educación de la Nación pero también de sus homólogos provinciales. Es indispensable capacitar recursos humanos y obtener fondos para registrar el PCI, disperso en un país de gran extensión y escasa población. Una vez avanzado en este registro, determinar qué bienes son los que están amenazados de desaparición y establecer estrategias para registrarlos e intentar revitalizarlos. -Deben protegerse los ámbitos donde el PCI se pueda seguir transmitiendo. Este ámbito es tanto espacial cuanto temporal. Para recobrar los juegos tradicionales de los niños se precisaría un espacio público vecinal y pacífico que ha desaparecido de las grandes ciudades y que parece difícil de recuperar en ellas. Otros bienes como las fiestas y celebraciones, en plena vigencia, necesitan de tiempo libre para poder dedicarlo a su preparación y además el apoyo de todos los que puedan dedicar a la fiesta ese día. Por lo tanto habría que: -Promover los feriados necesarios que permitan la organización y realización de fiestas o espectáculos tradicionales tal como lo hizo la Ciudad de Buenos Aires respecto de los feriados de Carnaval. Se podrían restablecer algunos feriados en los lugares donde ciertas fiestas se desarrollen: el 1 y 2 de Noviembre para que la festividad que conmemora a los muertos especialmente en el NO y NE argentinos no desaparezca, o el del 6 de enero en el cual en provincias como la Rioja se realizan concursos de pesebres. El 24 de junio, día de san Juan y su víspera en el NE de Argentina, 28 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo el 1 y 2 de Noviembre para que la festividad que conmemora a los muertos especialmente en el NO y NE argentinos no desaparezca, o el del 6 de enero en el cual en provincias como la Rioja se realizan concursos de pesebres. El 24 de junio, día de san Juan y su víspera en el NE de Argentina, jornadas en las que se prepara y realiza una de las festividades religiosas para-eclesiásticas más interesantes de nuestro país y de los vecinos de Paraguay y Brasil. El hecho de que todos los habitantes dispongan del feriado influye además en que estas fiestas tradicionales no se conviertan en mero espectáculo para observar, sino que se permita a todos, como fue tradicionalmente, participar de su organización y desarrollo y para eso se necesita tiempo de ocio. -Advertir sobre las distorsiones en las que se cae al unir lo exótico con el patrimonio inmaterial con fines exclusivamente turísticos o comerciales. -Apoyar y difundir el accionar de las distintas jurisdicciones que, junto con sus planes de inclusión social, promueven y sostienen la transmisión del PCI. -Avanzar a la Conformación de un Mapa de la Cultura Nacional, que dadas las diferencias y particularidades provinciales, permitiría el desarrollo de políticas de salvaguardia considerando prioridades y definiendo líneas de acción que no estén sujetas a cambios políticos. -Considerar el Patrimonio Cultural Viviente como una particular categoría de personas o grupos sociales que por su aporte a las tradiciones, en las diversas manifestaciones de la cultura popular, ameriten ser consideradas como integrantes del Patrimonio Cultural de las provincias o de la Nación al igual que lo han hecho la Ciudad de Buenos Aires o la provincia de Tucumán. -Tomar en cuenta en especial la salvaguardia del patrimonio cultural criollo o el vigente de las comunidades extranjeras arraigadas desde hace tiempo en la Argentina y que lo conserven como signo de identidad. El patrimonio Cultural Inmaterial de la población indígena ya se encuentra, no sólo protegido legalmente sino con acciones que se financian desde el estado nacional y los organismos internacionales. Por ejemplo, los cementerios indígenas están protegidos de las obras que resultan de la expansión de diversas industrias extractivas. No lo están los cementerios actuales en uso o abandonados de los pueblos o el campo. La rica literatura folklórica, y sus cultores – verdaderos Patrimonios culturales vivientes-, las danzas y la música junto con el instrumento por excelencia que es la guitarra, las devociones populares, los juegos y todo el folklore infantil, los espacios vinculados con estos bienes, desde enramadas a santuarios o cementerios deberían protegerse. -Afianzar en el caso del Mercado Nacional de Artesanías su función de mercado. Teniendo la sede en la “vidriera” más import ante del país, la ciudad de Buenos Aires, su actua ción como intermediario entre los mercados o casas de artesanías del interior –o con los artesanos- y el gran público de Buenos Aires, es decir como comprador y vendedor de las artesanías tradicionales de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 29 público de Buenos Aires, es decir como comprador y vendedor de las artesanías tradicionales de calidad de todo el país, sería una gran ayuda para el crecimiento de ese sector y para hacer conocer a argentinos y extranjeros las excelencias de nuestras artesanías. -Recomendamos acentuar la presencia del PCI en los medios masivos de comunicación al modo en que los canales Encuentro (del Ministerio de Educación) o el Canal 7 (estatal) lo hacen. También la difusión mediática de este patrimonio en el interior del país crecería con la creación allí de radios temáticas al modo de las porteñas FM Tango o La Folklórica de Radio Nacional. -Y por fin, es necesario seleccionar para que todo lo que decimos no se convierta en ilusión, en vista de un panorama tan amplio y versátil. En esta selección las voces de las comunidades que detentan estos bienes, debe ser indispensable. Bibliografía Encuesta Nacional de Folklore. (1921). Buenos Aires: Ministerio de Educación. García, S. (2008). ―Estado del arte del patrimonio cultural inmaterial Argentina‖. En: Estado del Arte del Patrimonio Cultural Inmaterial. Perú: Crespial, pp. 11-62. Jensen, Ad. E. (1966) Mito y culto entre pueblos primitivos. México, F.C.E. Racedo, E. (1965). La conquista del desierto. Buenos Aires: ediciones Pampa y Cielo. Valls, M. F., Patrimonio Cultural Inmaterial. Una nueva categoría jurídica de bienes [en línea], en elDial.com – Biblioteca Jurídica Online, www.eldial.com.ar, [Fecha de consulta: 27 de abril de 2007]. 30 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PATRIMONIO Y MUSEOS: ACCIONES EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Susana Petersen* Introducción El presente artículo hace referencia a la trayectoria institucional y las acciones llevadas adelante por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos (en adelante DNPM ó Dirección Nacional), organismo dependiente de la Secretaría de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación, con relación al patrimonio cultural de Argentina, y en particular a su rol en el creciente compromiso institucional con el patrimonio cultural inmaterial (en adelante PCI). Desde su creación en 1984, la Dirección Nacional se encuentra a cargo de la protección del patrimonio cultural de la Nación. Además de tutelar las instituciones a su cargo, la DNPM colabora con otros organismos nacionales y con las entidades públicas de cultura en las provincias argentinas. Asimismo ha impulsado la ratificación de acuerdos internacionales como el Convenio de UNIDROIT sobre los bienes culturales robados o exportados ilícitamente de 1995, el Protocolo adicional de la Convención de La Haya de 1999, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 y la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003. Las acciones de la DNPM han evolucionado de acuerdo con las nuevas conceptualizaciones sobre el patrimonio cultural y los museos, los aportes técnicos y metodológicos más recientes, y los compromisos asumidos por Argentina con los organismos internacionales. Estas transformaciones se ven reflejadas tanto en los objetivos como en el modo en que se fueron complejizando y sumando nuevas líneas de acción. En relación con estas cuestiones, y antes de que la Conferencia General de la UNESCO celebrada en 2003 aprobara la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,4 la DNPM había trabajado en la preparación de candidaturas al registro de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.5 * Lic. en Ciencias Antropológicas. Coordinadora del Área de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos. 4 UNESCO (2003) Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Disponible en: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00006 consultado el 18/9/2015. 5 Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad fue un programa de UNESCO vigente entre 2001 y 2005. Tras aprobarse la Convención de 2003, el conjunto de las 90 expresiones culturales inscriptas en este registro fue incorporado a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (noviembre de 2008). 6 El proceso de presentación quedó inconcluso por decisión de las partes involucradas. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 31 En 2002, la Dirección Nacional elaboró el dossier para la candidatura El universo cultural mapuche: el nguillatún, ceremonia mapuche en Argentina y Chile a la Segunda Proclamación de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.6 En el mismo año, la DNPM presentó la candidatura multinacional de la Ruta Cultural de la Yerba Mate de la que participaron Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. En esa oportunidad se solicitó la asistencia de la UNESCO para la elaboración de la documentación que acompañaría a la presentación. En 2003, el jurado encargado de la selección consideró que la postulación no reunía aún las condiciones para ser incluida en el registro. En este marco, además se trabajo en la presentación del Universo Cultural Guaraní junto con Paraguay y en la primera candidatura del Tango. Estas experiencias de trabajo con manifestaciones compartidas con otros países de la región constituyeron un precedente para que posteriormente Argentina y Uruguay elaboraran y presentaran conjuntamente la candidatura de El Tango, que fue incluido en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009. El área de patrimonio cultural inmaterial Desde que en 2006 el Estado Nacional ratificó mediante la Ley 26.1187 la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (en adelante la Convención) la Dirección Nacional ha desarrollado actividades específicamente vinculadas con el PCI. En este lapso, la DNPM no solo se abocó a difundir en diversos ámbitos los contenidos del texto inspirador sino también los debates actuales, las conceptualizaciones y las herramientas disponibles para el abordaje del tema. La Dirección Nacional proporcionó un activo apoyo a la creación del Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (más conocido por su sigla 6 7 registro fue incorporado a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (noviembre de 2008). El proceso de presentación quedó inconcluso por decisión de las partes involucradas. Ley N° 26.118 (2006) Disponible en: http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/115000-119999/118206/norma.htm consultado el 18/9/2015. 32 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo CRESPIAL),8 al participar de la primera reunión para la creación del organismo y suscribir la Declaración de Yucay.9 Asimismo y en atención a la relevancia adjudicada por la DNPM a que Argentina ratificara la Convención de UNESCO 2003, formó parte del grupo de representantes nacionales enviados como observadores a la primera reunión de la Asamblea General de la Convención en junio de 2006, previo a que el Congreso Nacional tratara el tema. Dado que la Dirección Nacional es la encargada de la tutela del patrimonio cultural de la Nación, es a partir de la entrada en vigor de la Convención y de la ratificación de Argentina como Estado Parte, que comenzaron a diseñarse acciones acordes con la conceptualización, lineamientos y métodos contenidos en el mencionado instrumento internacional. En este contexto, se fue conformando dentro de la Dirección Nacional un área orientada a difundir la temática, conocer lo realizado hasta el momento respecto al patrimonio inmaterial, generar sinergias y fortalecer el entramado institucional para dar apoyo a las necesidades de salvaguardia del PCI en Argentina. Desde entonces, el Área de patrimonio cultural inmaterial se dedica a dar seguimiento a las actividades orientadas al reconocimiento, fomento y gestión del PCI de la Nación, así como a: - Brindar apoyo técnico a las iniciativas del Ministerio de Cultura de la Nación, de la Secretaría de Gestión Cultural, de la Dirección Nacional y sus organismos dependientes respecto a la temática. - Diseñar herramientas de producción y sistematización de información cultural sobre manifestaciones, entidades y personas vinculadas con el PCI en territorio argentino. - Desarrollar actividades de capacitación para organismos provinciales, gestores culturales, organizaciones y grupos relacionados con las manifestaciones del PCI. - Evaluar postulaciones para su presentación a las listas, proyectos, concursos, registros y programas que ofrecen los organismos internacionales dedicados al PCI. El Área de patrimonio cultural inmaterial de la DNPM ha desarrollado diversas tareas vinculadas con los propósitos mencionados anteriormente. A continuación se mencionan algunas de las acciones emprendidas con relación a la presentación de candidaturas a la UNESCO, la actividad como Núcleo Focal del CRESPIAL y las capacitaciones dirigidas al sector cultura de las provincias en diferentes regiones del país. 8 9 Se trata de un centro de categoría II que funciona bajo los auspicios de la UNESCO y cuya sede se encuentra en Cusco, Perú. La Declaración de Yucay es el resultado de la primera reunión para la creación del CRESPIAL realizada entre el 22 y el 23 de agosto del 2005 en Cusco, Perú. El documento fue suscrito por representantes de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 33 UNESCO En tanto órgano de aplicación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la Dirección Nacional se ocupa de la evaluación técnica de las propuestas y proyectos que aspiran a representar a la Argentina en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, el Registro de Mejores Prácticas de Salvaguardia y las solicitudes de asistencia internacional al Fondo del patrimonio cultural inmaterial de UNESCO.10 El equipo técnico del Área acompaña a los responsables de las postulaciones en la preparación de las candidaturas de acuerdo con los requisitos establecidos en los formularios e instructivos elaborados por el organismo internacional y en el cumplimiento de los procesos administrativos correspondientes. Asimismo, trabaja coordinadamente con la Comisión Nacional Argentina de Cooperación con la UNESCO (CONAPLU)11 para la presentación de las candidaturas nacionales y otras actividades relativas a la temática. En 2014 ambas instancias elaboraron el Calendario de presentaciones a las Listas, Registro y Fondo del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO con el propósito de unificar pautas que permitan ordenar el proceso de postulación. - En 2008, Argentina y Uruguay presentan la candidatura de El Tango a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.12 - En 2009, el Comité Intergubernamental de la Convención, durante su IV Reunión realizada en Abu Dhabi, aprueba la inscripción de El Tango en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. - En 2012, la Dirección Nacional apoyó la realización del Taller Regional I: Aplicación de la Convención para la salvaguardia del PCI 2003 de la Unesco en el plano nacional (Salta, del 8 al 12/10/2012) desarrollado en el marco del proyecto Patrimonio Vivo del Programa Cultura de la Oficina UNESCO de Montevideo. Participaron del taller profesionales de la Dirección Nacional.13 - En 2013, Argentina presentó la candidatura Café-Bar en los Barrios de Buenos Aires: rituales, prácticas y relaciones sociales a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la 10 11 12 13 Para más información consultar la página web de UNESCO en: http://www.unesco.org/culture/ich/es/inicio La CONAPLU es la instancia que coordina las actividades del organismo internacional en el territorio argentino. Las Comisiones Nacionales son creadas por los gobiernos de los Estados Miembros de la UNESCO (artículo VII de la Constitución) y conforman una red mundial única dentro del sistema de las Naciones Unidas. Por medio de esta estructura, el organismo internacional difunde y coordina sus actividades en cada país. En Argentina, la CONAPLU ha constituido su sede en el Ministerio de Educación de la Nación. Para más información consultar en: https://en.unesco.org/countries/national-commissions Consultar en: http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/06859-ES.pdf Para más información consultar en: ttp://www.unesco.org/new/es/office-in-montevideo/cultura/proyectos-especiales-patrimonio-vivo/ 34 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Humanidad (propuesta presentada por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires).14 En el mismo año, la Dirección Nacional colaboró con el desarrollo de dos nuevas capacitaciones promovidas por el proyecto Patrimonio Vivo iniciado en 2012.15 En esta ocasión, los profesionales del Área vieron fortalecidas sus capacidades por su participación en el Taller Regional II: Salvaguardia del PCI a través de la elaboración de inventarios con base comunitaria (Ciudad de Buenos Aires y San Isidro, del 25/2 al 1/3/2013), y en el Taller Regional III: Preparación de candidaturas de elementos del PCI para su inscripción en las Listas de la Convención UNESCO para la Salvaguardia del PCI (Santiago del Estero, del 14 a 18/10/2015). Asimismo, el Área participó como observadora en las reuniones quincenales que tuvieron por objeto la confección del Inventario de seis milongas de Buenos Aires: experiencia piloto de participación comunitaria, propiciado por el referido proyecto Patrimonio Vivo, y realizadas en la sede del Centro FECA (Foro y Estudios Culturales Argentinos); los resultados de la actividad fueron publicados en forma impresa y digital.16 - En 2014, se elevó a la UNESCO el primer Informe Periódico de Argentina como Estado Parte de la Convención y sobre el estado de El Tango, en tanto elemento inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad,17 y se elaboró un informe para la Auditoría Externa de UNESCO. Además, la Argentina presentó la candidatura Filete Porteño de Buenos Aires, una técnica de pintura tradicional a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (postulación impulsada por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires). En colaboración con la CONAPLU se confeccionó el Cronograma Nacional. Calendario de presentaciones a las Listas, Registro y Fondo del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO. - En 2015, Argentina presentó las candidaturas Las Randas del tiempo: modelo de salvaguardia del arte textil de El Cercado al Registro de Mejores Prácticas de Salvaguardia del PCI y Cuarteto. Música y danza en la ciudad de Córdoba. Argentina a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La primera realizada en forma conjunta por el Mercado de Artesanías Tradicionales de la República Argentina y la Dirección Nacional de Industrias Culturales 14 15 16 17 En noviembre de 2014 el propio Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió retirar la candidatura. Programa Cultura de la Oficina UNESCO de Montevideo. La versión digital puede ser consultada en: http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002276/227699s.pdf Se hace referencia al formulario ICH-10 Periodic Report: Report on the implementation of the Convention and on the status of elements inscribe don the Representative List of the Intangible Cultural Heritage of Humanity. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 35 del Ministerio de Cultura de la Nación; y la segunda, a propuesta elaborada por la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba. Por otra parte, el Área de patrimonio cultural inmaterial colaboró con la CONAPLU y WIKIMEDIA en la formulación del concurso fotográfico sobre PCI dirigido a las escuelas que integran la Red PEA de instituciones educativas asociadas con la UNESCO.18 CRESPIAL Al mismo tiempo, la DNPM en su condición de Núcleo Focal por Argentina ante el CRESPIAL ha representado al país en diversas actividades y proyectos regionales. En ese carácter, coordina el desarrollo local del Inventario del Universo Cultural Guaraní a través del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, dependiente de esta Dirección Nacional y ha participado de la formulación y desarrollo del proyecto multinacional Universo Cultural Afrodescendiente de América Latina a través del Área de patrimonio cultural inmaterial. En las reuniones convocadas por el organismo regional, esta Dirección Nacional ha compartido experiencias, aportado información sobre el PCI de Argentina y colaborado en el fortalecimiento de las capacidades que en esta materia vienen desarrollando los países que integran el CRESPIAL. - En 2005, Argentina participó en Yucay, Cusco, de la 1era. Reunión para la Creación del CRESPIAL (22 al 24 de agosto). - En 2006, el Gobierno de Perú y la UNESCO firmaron el Acuerdo de Creación del Centro (22 de febrero) y se realizó el I CAD,19 primera Reunión del Consejo de Administración del CRESPIAL (Cuzco, 25/11/2006) presidida por Argentina debido a la ausencia del representante de Ecuador. - En 2007, se participó del I COE,20primera Reunión del Comité Ejecutivo del CRESPIAL (Cusco, 12 y 13/4/2007) que resolvió por unanimidad encomendar la Presidencia del Comité Ejecutivo a la República Argentina; y del II CAD, (Quito, 19 y 20/11/2007). - En 2008, se participó del III COE, (Cusco, 27/3/2008) y del III CAD, (Cusco, 27/4/2008). Se elaboró el informe sobre el Estado del Arte del Patrimonio Cultural Inmaterial de Argentina que pasó a integrar el libro Estado del Arte del Patrimonio Cultural Inmaterial editado por CRESPIAL.21 - En 2009, se asistió al IV COE, (Cusco, 24 y 25/3/2009). 18 19 20 21 Se trata de un programa de la UNESCO, pionero en la educación internacional en red, que funciona desde 1953 y cuenta con más de 7000 escuelas distribuidas en 170 países. Para más información consultar en: http://portales.educacion.gov.ar/dnci/comision-nacional-para-la-unesco/red-de-escuelas-asociadas-a-la-unesco/ En adelante, las sucesivas reuniones del Consejo de Administración del CRESPIAL serán identificadas con el número romano correspondiente a su edición, seguido de la sigla CAD (por ejemplo: I CAD). En adelante, las sucesivas reuniones del Comité Ejecutivo del CRESPIAL serán identificadas con el número romano correspondiente a su edición, seguido de la sigla COE (por ejemplo: I COE). La edición digital del libro Estado del Arte del Patrimonio Cultural Inmaterial está disponible en: http://www.crespial.org/public_files/1282942676.pdf 36 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo El Área de patrimonio cultural inmaterial fortaleció sus capacidades al participar del seminario Identificación del Patrimonio Cultural Inmaterial en Latinoamérica: Construcción de Inventarios en el contexto de la Convención 2003 (Cusco, 6 al 8/7/2009) y el I Seminario-Taller Internacional Intercambio de experiencias entre Funcionarios de Comunicación, Prensa y Cultura sobre PCI (Cusco, 26 y 27/11/2009). - En 2010, se participó del V COE, (Cusco, 29 y 30/4/2010) y del IV CAD (Cusco, 29 y 30/4/2010). Con apoyo de la UNESCO y del CRESPIAL se organizaron en Alta Gracia, Córdoba, las siguientes actividades del Centro: • el VI COE, (30/8/2010). • el Seminario Nacional sobre la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial: acciones para su implementación (del 31/8 al 2/9/2010). • la Reunión de trabajo del proyecto Universo Cultural Guaraní (3/9/2010). - En 2011, se asistió al V CAD, (Cusco, 10 y 11/1/2011) y al VI CAD, (Cusco, 11 y 12/11/2011). En la ciudad de La Paz, se realizó la reunión del proyecto multinacional Inventario del Universo Cultural Guaraní del que participaron investigadores del Instituto Nacional de Pensamiento Nacional (La Paz, 13 al 15/4/2011). Latinoamericano, dependiente de la Dirección Na Se colaboró con la realización del Concurso de Fotografía y Video del Patrimonio Cultural Inmaterial organizado por el CRESPIAL. En la oportunidad, Argentina obtuvo el tercer premio en la categoría de fotografía con la serie sobre el Gaucho Antonio Gil de Guillermo Jones; y la mención de honor por la serie Esquila Tradicional, Heredando Valores de Sergio Horacio Martínez. Se participó del Seminario Taller Políticas y Planes para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en América Latina (Bogotá, 3 al 5/5/2011) y del II Taller de Políticas y Planes de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en América Latina (Cuenca, 28 al 30/11/2011). En el mismo año, se colaboró con la Convocatoria a Fondos Concursables de proyectos de salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, ocasión en la que fue premiada la presentación argentina Proyecto de valorización y salvaguardia del Candombe como práctica comunitaria de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. - En 2012, se asistió a la VII CAD, (Caracas, 5 y 6/11/2012). También, se participó de la III Reunión-Taller para la Formulación y elaboración del Plan Operativo 2012-2014 del Proyecto Universo Cultural Afrodescendiente,, organizado por CRESPIAL junto con el IPHAN (Recife, 9 al 11/5/2012)22 y del III Seminario-Taller de Políticas y Planes de 22 Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional dependiente del Ministerio de Cultura de Brasil. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 37 Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en América Latina, organizado por CRESPIAL, IPHAN y el Centro Lucio Costa,23 (Río de Janeiro, 26 al 28/11/2012). Además, se colaboró en la realización del Concurso de Fotografías y Videos del Patrimonio Cultural Inmaterial de Latinoamérica en el que se otorgó la mención de honor a la serie argentina Danza del Choique (ñandú) durante un Camaruco de Alejo Schatzky. Se envió material para ser incorporado a la compilación de temas musicales Cantos y Música Afrodescendiente de América Latina, que fue editada en CD en dos ocasiones, la primera por la Fonoteca de la Radio y Televisión Nacional de Colombia y luego por CONACULTA24. Se elaboró el Informe sobre la situación del PCI afrodescendiente en la República Argentina, compilado por CRESPIAL disponible en versión digital en su sitio web,25 y editado en dos tomos impresos por CONACULTA México, en noviembre de 2013. - En 2013, se asistió al VIII CAD, (Cusco, 17 y 18/11/2013) y a la II Reunión del Proyecto Piloto Música, Canto y Danza Afrodescendiente enmarcado en las actividades del proyecto Universo Cultural Afrodescendiente de América Latina (Acapulco, 4 al 6/9/2013). Se prestó colaboración a la convocatoria a los Fondos Concursables de Proyectos para la Salvaguardia del PCI. Del total de sesenta y cuatro proyectos presentados por Argentina, 26 el jurado internacional premió a Señor Candombe. Relevamiento, puesta en valor y difusión del conocimiento tradicional de los afrodescendientes mayores (La Boca, Bs As). Además, se entregó el informe diagnóstico y las memorias para incorporar a la Sistematización e informes del Inventario del Universo Cultural Guaraní (en formato CD).27 - En 2014, junto con el Programa Afrodescendientes de la Dirección Nacional de Derechos Culturales y Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura se diseñó una experiencia piloto sobre Música, Canto y Danza Afrodescendientes. Se monitoreó el desarrollo del proyecto Señor Candombe. Relevamiento, puesta en valor y difusión del conocimiento tradicional de los afrodescendientes mayores (La Boca, Bs As). Se ofrecieron insumos para el Curso virtual de formación en Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial organizado por el CRESPIAL y el Centro Lucio Costa de Brasil a realizarse en 2015. 23 24 25 26 27 Se trata del Centro Regional de Formación en Gestión del Patrimonio Lucio Costa, organismo de categoría II de la UNESCO creado en 2010, en la ciudad de Brasilia. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) es la institución a cargo del patrimonio artístico y cultural del México. Para más información consultar enhttp://www.conaculta.gob.mx/# Se puede consultar la edición digital en: http://www.crespial.org/public_files/EAPCIA-Argentina.pdf Del total de 64 proyectos, 30 se orientaron a la salvaguardia y 34 a la investigación sobre el tema. La información sobre el diagnóstico se puede consultar en: http://www.crespial.org/public_files/files/guarani-diagnostico-argentina.pdf Y la memoria del proyecto en: http://www.crespial.org/public_files/files/guarani-memorias-argentina.pdf 38 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Se participó del II Taller Virtual: Metodologías participativas de registro fotográfico del PCI (del 11/6 al 4/9). - En 2015, se asistió al X CAD, (Bogotá, 4 y 5/8/2015). Se continúa con el proyecto Música, Canto y Danza Afrodescendientes en colaboración con el Programa Afrodescendientes así como con el monitoreo de las actividades de Señor Candombe. Relevamiento, puesta en valor y difusión del conocimiento tradicional de los afrodescendientes mayores (La Boca, Bs As). Se participa del Curso virtual de formación en Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial organizado por el CRESPIAL y el Centro Lucio Costa (del 19/2 al 4/6/2015). También se colabora con la Convocatoria a Proyectos de Foto y Video para la Salvaguardia del PCI (5/1 al 30/4/2015). Se asiste a la VII Reunión Multinacional del Proyecto de Salvaguardia de PCI de las Comunidades de la Nación Guaraní (Montevideo, 14 y 15/5/2015). Producción de información La DNPM, a través del Área de patrimonio cultural inmaterial, también ha promovido diversos planes para identificar las manifestaciones del PCI presentes en territorio argentino; y ha recopilado y actualizado información sobre las entidades públicas y privadas, organizaciones colectivas y personas dedicadas al PCI. - En 2006 se solicitó a las instituciones de cultura de las provincias la colaboración para el relevamiento de información sobre el PCI local habiéndose obtenido escasa respuesta a la convocatoria. - En 2007 se inició el relevamiento de manifestaciones del PCI mediante la Ficha para el relevamiento de las expresiones del Patrimonio Cultural Inmaterial en Argentina. - Entre 2008 y 2009 se elaboraron la Ficha de Identificación de Manifestaciones Culturales (FI) y el Cuestionario de Identificación de Bienes Culturales (CU), tomando como base los formularios y metodologías del IPHAN. Los formularios fueron enviados a las instituciones de cultura y patrimonio de las provincias para que sean completados con información sobre las manifestaciones del PCI. - Entre 2011 y 2012 se confeccionó y envió a las instituciones de cultura provinciales el Formulario de Relevamiento Nacional de Instituciones Gestoras del Patrimonio Cultural Inmaterial a fin de que proveyeran los datos solicitados. - En 2013 se continuó con el relevamiento iniciado por medio del Formulario de Relevamiento Nacional de Instituciones Gestoras del Patrimonio Cultural Inmaterial. - Entre 2014 y 2015 se evalúa la pertinencia del instrumento utilizado y continúa la labor de relevamiento. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 39 Se brinda asesoramiento a los interesados en elaborar propuestas de salvaguardia del PCI y se emite opinión técnica sobre ciertas iniciativas para las que se solicita colaboración. Capacitaciones Desde el 2012 la DNPM, a través del Área de patrimonio cultural inmaterial, desarrolla actividades de capacitación con el objeto de fortalecer las capacidades del sector cultura en las provincias argentinas. Por medio de talleres y jornadas se ha puesto énfasis en sensibilizar a la población, las organizaciones sociales y las instituciones del Estado sobre la importancia de una gestión respetuosa y la necesidad de la participación informada y activa de las personas directamente involucradas con el PCI. Con igual preocupación se hizo hincapié en el requisito del reconocimiento local del patrimonio que las comunidades resguardan, transmiten y consideran relevante. Las capacitaciones convocaron a más de 200 participantes vinculados con las áreas de cultura, patrimonio y turismo, así como también a gestores y representantes de comunidades indígenas y colectividades extranjeras y fueron organizadas en coordinación con los organismos provinciales de cultura, quienes aportaron la sede y los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades. - Seminario Metodología de relevamiento y confección de inventarios del PCI (Paraná, 1 y 2/11/2012). - Taller Regional Introductorio Conceptos y metodologías del patrimonio cultural inmaterial para la Región Litoral (Corrientes, 13 y 14/6/2013); Región Cuyo (Mendoza, 15 y 16/8/2013) y Región Patagonia Sur (Río Gallegos, 2 y 3/9/2013). - Taller Regional Introductorio Conceptos y metodologías del patrimonio cultural inmaterial dirigido a la Región Pampeana y Patagonia Norte (Toay, 2 y 3/9/2014) y la Jornada sobre patrimonio cultural inmaterial (Viedma, 14/11/2014). - Taller Regional II Inventarios y registros del patrimonio cultural inmaterial: aspectos teóricos y metodológicos para la Región Cuyo (Mendoza, 25 y 26/6/2015) y la Región Litoral (Resistencia, 6 y 7/8/2015). Además, y con el propósito de difundir el trabajo con el PCI se brindaron tres cursos para el personal de la Administración Pública Nacional: - Curso introductorio: Conceptos y metodologías del patrimonio cultural inmaterial, en el Museo Histórico Nacional, el 27 y 28/11/2013. - Curso intermedio metodologías aplicadas al patrimonio cultural inmaterial (PCI), en el Museo Histórico Nacional, el 29/10/2014. 40 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo - Curso introductorio –a distancia-, Conceptos y metodologías del patrimonio cultural inmaterial (PCI) del 1/9 al 3/10/2014. A modo de cierre La reseña presentada se propuso mostrar –a grandes líneas– la evolución del campo de gestión del PCI en el marco institucional brindado por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos, dependiente de la Secretaría de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación. El recorrido comenzó con anterioridad a la aprobación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO 2003 mediante la Ley N° 26.118 (2006) y se fue consolidando a través de la experiencia de trabajo continuo durante los años siguientes. Las acciones mencionadas, si bien no abarcan por completo el conjunto de las actividades desarrolladas por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos y el Área de patrimonio cultural inmaterial, permiten entrever la compleja trama que vincula la temática del PCI con los distintos actores que intervienen en su gestión. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 41 EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL INDÍGENA ES A LA VEZ UN PRODUCTO (EN TANTO SABER) Y UNA APTITUD FRENTE A LA NATURALEZA Adolfo Saglio Zamudio* La mesa no me ha pedido que brinde definiciones, sino que la idea mía es brindarles un panorama a lo que yo considero es la situación en relación al patrimonio genético, los discursos biológicos y el conocimiento tradicional y como se entrelazan estos tres conceptos dentro de lo que es parte del patrimonio de los pueblos originarios. El marco normativo es uno de los más importantes porque es el que va a dictarnos cuál es nuestro campo de acción sobre esta temática. Así podemos mencionar: el Convenio sobre la diversidad biológica, el compromiso internacional sobre recursos genéticos de las plantas para la alimentación y agricultura de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), el Convenio 169 de OIT (Organización Internacional del Trabajo), el cual yo creo que es uno de los instrumentos internacionales más importantes de reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas, en donde se les reconoce el derecho al trabajo, a la tierra, a la educación y a la salud. También, toda la normativa de la organización internacional de la propiedad intelectual y la normativa de la Organización Mundial del Comercio. Cuando hay un desarrollo, este desarrollo comienza con una investigación, que podría estar sustentada por una empresa, un laboratorio farmacéutico, lo hace con fines económicos, no es altruista. Generalmente buscan apropiarse del producto de esa investigación, por eso gastan mucho dinero en el desarrollo de esta investigación y lo defienden de forma muy fuerte, lo dicen las patentes que existen, las luchas que hay en el ámbito internacional. Para la explotación de la apropiación de esos resultados que hacen, está la explotación fitosanitaria y posteriormente el consumo. Con el Convenio de biodiversidad es donde se introduce el factor del acceso a los insumos y es donde tienen fuerte incidencia los pueblos originarios porque es la que nos va a brindar el acceso a que el investigador desarrolle su actividad de forma más eficiente y lucrativa porque el conocimiento que los pueblos originarios traen sobre material biológico es mucho más profundo que el que ha conseguido el conocimiento occidental tradicional. Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Co-Autor del llibro ―Derecho de los Pueblos Indígenas‖. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación realizada durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto de 2015). * 42 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo No quiero citarles como se ha descubierto la penicilina, pero una persona una vez vio que había pueblos originarios en África que cuando se lastimaban comían tierra debajo de un árbol y así se descubrió que ahí había una bacteria que servía para evitar infecciones, esto es un poco de historia. Este acceso, cual es el soporte, la Convención de Biodiversidad obliga a dar participación sobre las ganancias, donde yo lo ubico, en la identidad, en el territorio, en las costumbres, en las comunidades de los pueblos originarios. ¿De qué hay que protegerlo? Hay que protegerlos del desmembramiento del territorio de los pueblos, porque el territorio es su cultura, es parte de su acervo, es parte de lo que yo me puedo apropiar, la apropiación de un consumidor es ese negocio, tengo que proteger ese territorio porque ese territorio tiene una unicidad, tengo que protegerlo del nuevo sistema de producción, porque el sistema de producción es parte también de esa identidad, hay que protegerlos de las alteraciones de creencias y de comunicación. La relación que tienen los pueblos con respecto a la naturaleza que es parte de su religión y parte de su conocimiento es la que yo quiero usar, como ese aspecto puede ser traducido a un mundo mercantil. Y ahí entran en colisión dos mundos, que se beneficien los dos. Y por último la modificación de los bienes comunitarios, esto es uno de los puntos más importantes. En la legislación argentina, la propiedad la entendemos pero no el concepto de comunidad. Con la modificación del código van a ser necesarias sentencias, desarrollos posteriores, pero lo importante es que seguimos avanzando. Ahora bien, todo ese conocimiento que tengo que proteger, porque es el que quiero usar, hay que proteger el componente cultural de los pueblos originarios, que está directamente relacionado con lo religioso/cultural, con la relación que los pueblos tienen con respecto y a la percepción de los seres de la naturaleza. Planteo hacer un cambio, no solo legislativo, sino de la idiosincrasia politico-ecónomica, hay que readaptarla. En este momento, cuando venga analizar la interacción de uno o de otro, del pueblo originario al mundo occidental para poder crear esta relación económica para poder conseguir esos conocimientos que nos van a beneficiar a todos como humanidad, ahí es donde tenemos que crear lazos. ¿Qué es lo que quiere cuando un investigador se presenta? Le importan los recursos biológicos, genéticos y culturales. Hay que crear una interfaz de entendimiento y comprensión, hay que fijar que contenidos están comprendidos en ellos, en esa negociación entre las partes, y en caso de que no se entiendan hay que llevar adelante una limitación consensuada. ¿Quiénes son los legitimados para firmar? Los pueblos originarios, ahí es cuando el derecho tiene que dar cuenta de cómo se va a hacer esa legitimación a los pueblos. Tienen que tener representación suficiente, la certificación de la utilidad de aplicación, y tiene que Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 43 Tienen que tener representación suficiente, la certificación de la utilidad de aplicación, y tiene que haber una autoridad de aplicación, que va a ser encargada de la legitimación y de que los beneficios de ese conocimiento para el desarrollo de una patente o de un producto, lleguen y sean distribuidos a las comunidades. 44 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo UNA MIRADA REFLEXIVA A LOS PROCESOS DE CANDIDATURA ANTE LA UNESCO EN VENEZUELA. EL CASO DE LOS DIABLOS DANZANTES DE VENEZUELA Y LA TRADICIÓN ORAL MAPOYO Y SUS REFERENTES SIMBÓLICOS EN EL TERRITORIO ANCESTRAL Kelina Campoverde* En esta ponencia inscrita en el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo, se presenta un breve recorrido por la plataforma jurídica sobre la cual se articula el trabajo de Venezuela en materia de patrimonio cultural. Seguidamente nos acercamos a dos procesos de postulación de Patrimonio Cultural Inmaterial en el país, reflexionando acerca de algunos de los alcances y consecuencias de estas declaratorias, con el objetivo de ilustrarlos y mirarlos a la luz de la Convención UNESCO 2003. En Venezuela existe desde el año 1993 la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, ley que se encuentra contemplada dentro de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en vigencia desde 1999. Nuestra carta magna reconoce a Venezuela como un país pluricultural y multiétnico, invitando desde su seno a considerar y respetar la diversidad cultural. La Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural se orienta principalmente al resguardo, investigación, restauración, incremento, y revaloración del patrimonio cultural material. Si bien los artículos y disposiciones de esta Ley se enfocan en el excepcional valor histórico o artístico, identificando el patrimonio cultural del país con los bienes muebles e inmuebles, centros históricos, sitios arqueológicos, arquitectura, estatuaria monumental, patrimonio documental y bibliográfico, entre otros, dentro de la caracterización de los bienes que constituyen el Patrimonio Cultural de la Nación, en el Capítulo II. Art. 6 se reconoce como parte de éste ―El patrimonio vivo del país, sus costumbres, sus tradiciones culturales, sus vivencias, sus manifestaciones musicales, su folklore, su lengua, sus ritos, sus creencias y su ser nacional‖. Contamos también con la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2005), marco * Licenciada en Artes. Investigadora del Centro de la Diversidad Cultural del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 45 jurídico en el que se promueve la investigación y salvaguardia del patrimonio cultural tangible e intangible de los pueblos y comunidades indígenas. El máximo ente en materia de políticas públicas culturales en Venezuela fue por mucho tiempo el CONAC, Consejo Nacional de la Cultura, creado en el año 1975. Desde allí se establecían los lineamientos y gestión cultural del país. La institución experimentó diversas transformaciones y en el 2005 adquiere una nueva estructura que cimienta el actual Ministerio del Poder Popular para la Cultura. En este redimensionar, se crean cinco plataformas y lo interesante es que una de ellas es dedicada a la gestión del patrimonio cultural. Esta plataforma denominada: Plataforma del pensamiento crítico, patrimonio y memoria, agrupa a las instituciones del Ministerio del Poder Popular para la Cultura que tienen entre sus acciones el estímulo al pensamiento crítico, el rescate, preservación y difusión de la memoria de la Nación. Los entes que la conforman son: la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Galleros/CELARG; Centro Nacional de Historia; Instituto de Patrimonio Cultural; Archivo General de la Nación; Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas. Sus lineamientos se contemplan en el actual Reglamento Orgánico del Ministe rio del Poder Popular para la Cultura (2008). El Instituto del Patrimonio Cultural/IPC desde su fundación en el año 1993, está encargado de orientar, dirigir y ejecutar las políticas de las referencias simbólicas que por su contenido cultural sean elementos de la identidad nacional, asumiendo la responsabilidad de velar por el registro, salvaguarda y socialización del patrimonio cultural venezolano. Entre sus diversas funciones de registro y protección patrimonial, se encarga de realizar el Registro de Patrimonio Cultural de Venezuela, que comprende el estudio e inventario los bienes y manifestaciones culturales nacionales, a fin de garantizar información que contribuya al proceso de integración y gestión patrimonial. “La creación de un registro ordenado y sistematizado de bienes culturales es la mejor forma para dar a conocer nuestras riquezas culturales a los venezolanos y a los pueblos del mundo y también posibilitar a las comunidades locales defenderlas y conservarlas”. (IPC. Disponible en: http://rpc-venezuela.gob.ve/?op=1&smnu=3) Por otra parte, en el Artículo 29 del Capítulo III del Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para la Cultura titulado “Del Viceministro o Viceministra de Identidad y Diversidad Cultural”, se contemplan directrices y atribuciones de este despacho público que dibuja 46 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo parte de la estructura y marco legal que se ha trazado en el país para articular las acciones de salvaguardia, acordes con el espíritu de la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO del 2003. “El Viceministro o Viceministra de Identidad y Diversidad Cultural tiene a su cargo la planificación y coordinación estratégica de los programas y proyectos relativos a la identificación, investigación, valoración, salvaguarda, conservación, protección y divulgación de los procesos históricos y manifestaciones culturales de especial significación en la construcción de identidades colectivas características de la sociodiversidad venezolana. Abarca a los pueblos y comunidades indígenas, criollas, afro descendientes y de otras procedencias, ya sean urbanas o rurales, tempranas o tardías, en su producción simbólica y material”. Se encuentran bajo la coordinación del Viceministerio de Identidad y Diversidad Cultural, los siguientes entes: Fundación Centro de la Diversidad Cultural; Fundación Vicente Emilio Sojo; Fundación Museos Nacionales y la Fundación Red de Arte. La Fundación Centro de la Diversidad Cultural desde su génesis en la década de los 40, se ha dedicado al estudio, promoción y difusión de la cultura tradicional venezolana. Tiene por misión interactuar con la multiplicidad de formas en que se expresa la diversidad cultural de la sociedad venezolana, valorándola en beneficio de la integración latinoamericana y caribeña. A partir del año 2006 esta Fundación coordina la red de un movimiento con presencia nacional, a través de las Casas de la Diversidad Cultural ubicadas en diversas regiones del país. Cuenta con una colección documental y audiovisual, proyectos expositivos periódicos y se encarga de materializar el Foro Permanente por la Diversidad Cultural. Desde el año 2009 es creada la Oficina de Enlace Técnico con la UNESCO, que se ha encargado de acompañar los procesos comunitarios de elaboración de candidaturas a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial y Lista de Salvaguardia Urgente de la UNESCO. La institución se ha enfocado en el desarrollo de metodologías con miras a la movilización y participación de los grupos, comunidades e individuos en la apropiación y valoración de su PCI, así como en ofrecer herramientas que faciliten a los detentores el análisis de sus problemáticas y búsqueda consensuada de soluciones que favorezcan la transmisión de elemento y refuercen el sentido de pertenencia en las diversas localidades. Si bien los actores dedicados a la gestión patrimonial en el país y las cooperaciones interinstitucionales son más amplias a las descritas, éste es un esbozo de cómo se estructuran las Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 47 principales acciones para salvaguardar el PCI desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura en Venezuela, experiencia en formación, proceso que sigue sumando y buscando aprendizajes. Venezuela ha postulado hasta la fecha cinco candidaturas: Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela; Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire; Tradición Oral Mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral; Conocimientos y tecnologías tradicionales para el cultivo y procesamiento de la Curagua y El Carnaval de El Callao: representación festiva de una memoria e identidad cultural. En el caso de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela, primer elemento postulado en el país que logra formar parte de la LR del PCI en el año 2012, se trata de una expresión de la religiosidad venezolana en la que se celebra la devoción y fe al santísimo sacramento. Los portadores se identifican como promeseros, danzantes, cofrades y devotos que se deben al santísimo sacramento. El elemento promueve la transmisión de valores como la solidaridad, es vehículo de cohesión social, generando identidad y sentido de pertenencia. El proceso que inicia en 2010 por iniciativa de los portadores, se puede sintetizar en una trama de talleres de valoración y salvaguardia del PCI con representantes de 11 cofradías de Diablos Danzantes de diversas zonas del país. En estos espacios, los mismos detentores definieron y caracterizaron el elemento desde los rasgos más profundos hasta los más visibles. Seguidamente se realizó un diagnostico de necesidades y problemáticas con miras a construir soluciones, generando el espacio para que los portadores tuviesen la voz central del proceso. De allí surge el plan de salvaguardia, construido en base a los aportes de todos los participantes. En este ejercicio comunitario se obtuvo el consentimiento previo, libre e informado de todos los portadores, así como la validación de los resultados alcanzados en conjunto. Luego de esta mirada retrospectiva, a dos años de la declaratoria revisamos los alcances y consecuencias que identificamos desde la institucionalidad. Por una parte, observamos que con la declaratoria se logró una mayor visibilización de las expresiones del patrimonio cultural inmaterial venezolano; el fortalecimiento de comunidades portadoras del PCI; incremento de la autoestima y sentido de pertenencia local, regional y nacional, así como una plataforma para el establecimiento de compromisos de salvaguardia del PCI. Otra arista de la declaratoria del elemento, nos muestra un conjunto de situaciones que desde las 48 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo instituciones del Estado y desde las propias comunidades se observan con preocupación y que han sido motivo de talleres de conciliación de intereses, conversatorios con portadores etc. Nos referimos a tres situaciones. La primera asociada al destacado posicionamiento político e institucional que han alcanzado algunos líderes naturales de la comunidad, generando la sobreestimación de su rol individual por encima del carácter colectivo de la manifestación. La segunda situación tiene que ver con la mercantilización del elemento, por ejemplo cuando una marca local de cerveza ha utilizado el nombre de las diferentes Cofradías de Diablos Danzantes para vender su producto. Un tercer aspecto se relaciona con la inapropiada promoción del elemento declarado desde algunos medios de comunicación y ello se ha materializado, por ejemplo, en la producción de una película que no promueve los valores de la manifestación y que mediante la ficción tergiversa el contenido de una tradición venezolana, mostrando anti valores que no tienen que ver con la significación religiosa de la misma. Otra arista muestra un tipo de publicidad que descontextualiza y banaliza el elemento. Ello nos lleva a reflexionar en la responsabilidad compartida de diversos actores: Estado-gestores culturales-comunidad-sector comercio. Observamos que luego de las declaratorias es cuando comienza el trabajo más profundo desde la gestión social. Las situaciones y comunidades no son homogéneas, los portadores de varias cofradías de Diablos Danzantes se encuentran en un rico proceso de reflexión y están trabajando por afianzar sus procesos locales de salvaguardia y superar las dificultades. Si bien la reflexión iniciada con los portadores ha sido importante, resulta preciso duplicar los esfuerzos por contrarrestar esta tergiversación de lo que significa la declaratoria en el imaginario local, nacional e institucional. Otra cara de la moneda nos muestra, en el caso de la tradición oral Mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral, los aspectos favorables que ha traído consigo la declaratoria de este elemento en la LSU. Los Mapoyo, pueblo indígena de filiación lingüística Caribe, integrado por alrededor de 400 personas que habitan en el municipio Cedeño del estado Bolívar en Venezuela. En la cosmovisión Mapoyo el territorio es concebido en términos simbólicos, articulando en su memoria cultural las Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 49 estrechas relaciones entre los lugares y la historia. Las narrativas orales constituyen el principal vehículo de los símbolos que confieren significado al espacio y a las formas propias de relacionarse con la naturaleza. Este elemento comprende a su vez un cúmulo de conocimientos prácticos que se expresan en los calendarios productivos, la alimentación, la etnomedicina, las técnicas constructivas y los saberes ecológicos tradicionales. Desde muy temprana edad, y como parte de las pautas de crianza, los jóvenes acompañan a sus familiares en rutinas domésticas tales como los recorridos, la recolección, la cacería, la pesca, la siembra y la preparación de alimentos. La transmisión de estos saberes supone experiencias corporales y comunicaciones cara a cara. Entre los Mapoyo, los ancianos y ancianas son los principales portadores de estos conocimientos, al conservar los saberes mitológicos, así como las historias y los relatos sobre los espacios simbólicos. El proceso comunitario y el ejercicio institucional que condujo la elaboración del expediente de candidatura pasó por etapas similares a las descritas en el caso de los Diablos Danzantes, sin embargo, la condición de PCI con necesidad de Salvaguardia Urgente ha calado de modo diferente en los portadores. La declaratoria ha sido un catalizador para la salvaguardia del elemento. En dos aspectos concretos ilustramos estos resultados favorables, aun cuando los avances son más amplios, por una parte, los ancianos han sido incorporados al espacio pedagógico del aula para fortalecer la transmisión de conocimientos, así como imparten su sabiduría en recorridos geográficos, espacios dinámicos de aprendizaje para los jóvenes de la comunidad. Por otra parte, el museo comunitario creado antes de la declaratoria se ha redimensionado, posee mayor dinamismo y es espacio de múltiples actividades a raíz de la declaratoria. A modo de reflexiones finales, queremos transmitir la inquietud por seguir trabajando en la búsqueda del equilibrio en la relación comunidad-Estado, atentos a evitar un paternalismo estadal que pueda restar autonomía a las comunidades y que a su vez se pueda superar la tentación a la pasividad en los portadores. Se trata entonces, que desde la gestión cultural sigamos motivando en los portadores una participación activa que los lleve a ser agentes de sus procesos de salvaguardia y a no esperar que las soluciones a sus problemáticas surjan del Estado u otros sectores de la sociedad. Esta disertación es una invitación a duplicar el trabajo de reflexión, de valoración del PCI luego de una declaratoria y a repensar el rol de la gestión social, velando por una gestión que enriquezca, que trace puentes comunidad-Estado y entre los diversos actores sociales de nuestras regiones, buscando 50 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo una retroalimentación en la el protagonismo lo tengan los portadores, tal como lo promueve la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial 2003 de la UNESCO. Bibliografía Constitución de la República Bolivariana de Venezuela /1999, de 30 de diciembre. Gaceta Oficial del Estado, 24 de marzo de 2000, núm. [Extraordinaria] 36.860. Venezuela. Ley /1993, de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural Venezolano, Gaceta Oficial del Estado, 3 de septiembre de 1993, núm. [Extraordinario] 4.623. Venezuela. Ley Orgánica /2005, de Pueblos y Comunidades Indígenas. Gaceta Oficial del Estado, 27 de octubre 2005, núm. 38.344. Venezuela. Reglamento Orgánico /2008, de 9 de septiembre, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Gaceta Oficial del Estado, 14 de octubre 2008, núm. 6.414. Fuente Web Plataformas Culturales (2006).Consultado el Julio 1°, 2015, de http://www.ministeriodelacultura.gob.ve/. Registro del Patrimonio Cultural de Venezuela (s.f). Consultado el Julio 3, 2015, de http://rpcvenezuela.gob.ve/?op=1&smnu=3 Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 51 EL PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN EN LA GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL EN EL ECUADOR Gabriela López Moreno* En el camino hacia la democratización de las relaciones entre la ciudadanía y el Estado, el ejercicio del derecho a la participación es clave. Esta relación resulta por demás importante cuando nos referimos a la gestión pública del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), en la que la participación se concibe como un principio fundamental en la toma de decisiones frente a los procesos de salvaguardia de este tipo de patrimonio. Esta relación se abordará intentando presentar un panorama del marco normativo vigente en el Ecuador para la salvaguardia del patrimonio inmaterial y de las líneas metodológicas desarrolladas tras la aprobación de la Constitución del Buen Vivir y de la ratificación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. La Constitución Nacional conocida también como Constitución del Buen Vivir o Constitución de Montecristi, fue aprobada mediante Consulta Popular el 28 de septiembre de 2008 y entró en vigor el 20 de octubre del mismo año. En ella, lo relevante para el ámbito que nos convoca, es, por un lado, el salto de la noción de multiculturalidad (Constitución de 1998) hacia la plurinacionalidad e interculturalidad, reconociéndose a 14 nacionalidades y 18 pueblos (indígenas, afrodescendientes y montubios) a los que se garantiza, entre sus derechos colectivos, el derecho a mantener su Patrimonio Cultural. De otro lado, a través de la Carta Magna se establece como obligación del Estado el ―velar mediante políticas permanentes por la identificación, protección, defensa, conservación, restauración, investigación, difusión y acrecentamiento del Patrimonio Cultural‖ (art. 380); pero además la articulación del patrimonio cultural al ―Régimen del Buen Vivir‖, lo que implica su vinculación con la soberanía alimentaria, salud, hábitat, educación, ciencia, tecnología e innovación y saberes ancestrales; esto permite una visión integral de la gestión, vinculada al desarrollo. * Antropóloga/ Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Directora de Conservación y Riesgo del Patrimonio Cultural en el Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador . 52 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo La aprobación de la Constitución del 2008, coincidió además con la ratificación, en ese mismo año, de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO (2003), y con una decisión política de gran relevancia para el país como fue la ―Declaratoria de Emergencia del Patrimonio Cultural‖ (2007-2009). Esta declaratoria, realizada mediante Decreto Presidencial, permitió la asignación de recursos al sector patrimonial para inventariar, conservar y difundir el patrimonio cultural ecuatoriano. Un elemento clave de este proceso fue la generación de un inventario de manifestaciones a nivel nacional, ejercicio pionero que permitió la aplicación de los principios y lineamientos metodológicos de la Convención 2003. La norma específica para la protección del patrimonio cultural en el Ecuador es la Ley de Patrimonio Cultural -en vigencia desde 1978-. Si bien ésta no se hace referencia explícita al concepto de ―patrimonio inmaterial‖, puede considerarse como una norma vanguardista para su época, pues establece como mandato la salvaguardia de las manifestaciones culturales y el reconocimiento comunitario de estas últimas, es decir que esas manifestaciones deben ser reconocidas por sus propios portadores. Bajo el amparo de la Ley, desde el año 2001 hasta el 2009, se realizaron trece declaratorias de manifestaciones como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Sin embargo, con la aprobación de la actual Constitución y de la adhesión a la Convención 2003, se lograron establecer nuevas directrices para la gestión del PCI, pasando hacia el enfoque de salvaguardia bajo el principio de la participación. Una de las primeras medidas adoptadas en 2009 fue la suspensión de declaratorias, mientras se desarrollaban los instrumentos que permitieran la adecuada salvaguardia del patrimonio inmaterial, lográndose consolidar la ―Guía metodológica para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial‖, que propone tres instrumentos: el registro, la investigación y los planes de salvaguardia28. A nivel institucional, la gestión del patrimonio cultural – y del patrimonio inmaterial en particularse sostiene en una base territorial, bajo el principio de descentralización determinado en la Constitución. El Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización (2010) establece las competencias exclusivas y concurrentes de todos los niveles de gobierno: nacional, regional, provincial, municipal y parroquial. En este marco, son los gobiernos autónomos descentralizados municipales los que tienen la competencia exclusiva de preservar, mantener, y difundir el patrimonio cultural de su jurisdicción29, lo que permite el desarrollo de mecanismos de planificación, regulación, control y gestión locales. 28 29 En 2015 se realizó la primera declaratoria de Patrimonio Inmaterial bajo estos lineamientos. Esta competencia fue transferida en junio del 2015. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 53 En este proceso, el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador, como ente rector, y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural como ente técnico, se encuentran desarrollando los lineamientos de política pública para la regulación, control, planificación y gestión del patrimonio cultural. La consolidación de la política pública del patrimonio cultural se desarrolla bajo los principios rectores de: participación, sustentabilidad, interinstitucionalidad, interculturalidad y el manejo ético. La Ley Orgánica de Participación Ciudadana (2010), permite ese anclaje, pues tiene por objetivo ―propiciar, fomentar y garantizar el ejercicio de los derechos de participación de las ciudadanas y los ciudadanos, colectivos, comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, pueblos afroecuatoriano y montubio, y demás formas de organización lícitas, de manera protagónica, en la toma de decisiones que corresponda, la organización colectiva autónoma y la vigencia de las formas de gestión pública con el concurso de la ciudadanía; instituir instancias, mecanismos, instrumentos y procedimientos de deliberación pública entre el Estado, en sus diferentes niveles de gobierno, y la sociedad, para el seguimiento de las políticas públicas y la prestación de servicios públicos; fortalecer el poder ciudadano y sus formas de expresión; y, sentar las bases para el funcionamiento de la democracia‖ (art. 1). En el marco de esta norma, se ha conformado el Consejo ciudadano sectorial de cultura y patrimonio del Ecuador, como instancia de diálogo, de deliberación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas a favor de la cultura y el patrimonio. Con esto, y a manera de conclusión, consideramos que se ha dado un avance significativo en la gestión del patrimonio cultural inmaterial en el Ecuador. Sin embargo, la salvaguardia del PCI no responde necesariamente a instrumentos legales convencionales, sino más bien a procesos que incluyan la efectiva participación de los grupos y comunidades involucradas desde la identificación de su patrimonio hasta la definición de las acciones de salvaguardia. En ello, el papel del Estado es fundamental, pues, desde sus distintos niveles, debe garantizar la continuidad de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial y no llegar a ―institucionalizarlas‖ o ―normativizarlas‖. Este es el reto. 54 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Bibliografía Asamblea Constituyente (2008). Constitución de la República del Ecuador, Montecristi. Asamblea Nacional (2010). Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, Quito. Asamblea Nacional (2010). Ley Orgánica de Participación Ciudadana, Quito. Congreso Nacional (2004). Codificación de la Ley de Patrimonio Cultural, Quito. Consejo Nacional de Competencias (2015), Resolución CNC-004-2015, Quito. Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (2013), Guía Metodológica para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, Quito. Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (2013), Plan Nacional de Desarrollo / Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017, Quito, SENPLADES. UNESCO (2003). Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, Paris. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 55 LAS CONVENCIONES SOBRE PATRIMONIO DE LA UNESCO. PRIMERA APROXIMACIÓN PARA UN DEBATE Ezequiel Grimson* Quisiera en primer término agradecer a la subsecretaria María Elena Troncoso por la invitación a participar de este encuentro y quisiera también compartir con ustedes la alegría frente al hecho de que el Ministerio de Cultura de la Nación desarrolle hoy estas jornadas, aquí, otorgándole a los diversos trabajos sobre nuestro Patrimonio cultural, en todas sus expresiones, un impulso renovado. La invitación recibida planteaba como temas de esta mesa ―El Patrimonio cultural inmaterial: definiciones y marcos normativos. Nociones clave y conceptos básicos. Patrimonio cultural. La relación entre patrimonio material e inmaterial‖. Frente a estas consignas propongo detenernos, por un momento, a re-visitar y avanzar hacia una primera aproximación analítica de algunas cuestiones particularmente relevantes de las dos grandes Convenciones sobre Patrimonio de la UNESCO: la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, del año 1972, y la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, del año 2003. En relación con estos textos sugiero cinco conjeturas o hipótesis de trabajo, que aquí simplemente esbozaremos, con la esperanza de poder retomar alguna de estas ideas en conversaciones y discusiones futuras. La convención fundacional de la UNESCO sobre Patrimonio es la Convención sobre el Patrimonio cultural y natural de 1972, que en su momento fue un hito fundamental para las políticas culturales mundiales. Pero también, este texto es particularmente interesante por lo que nos dice sobre la propia UNESCO y sus países miembros, sobre su forma de concebir el patrimonio y el tipo de acciones que se promueven o desarrollan así como sobre los motivos que movieron a unos y a otros a involucrarse en este campo de las políticas culturales. Una de las hipótesis de trabajo que me gustaría dejar planteadas hoy aquí propone que la escisión conceptual entre patrimonio cultural material e inmaterial no es necesariamente conveniente para el trabajo con expresiones culturales y que dicha separación de universos parte en buena medida de las limitaciones conceptuales de la declaración de la UNESCO del año 1972. * Licenciado en Artes. Director de Cultura de la Biblioteca Nacional ―Mariano Moreno‖. 56 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Veamos la definición de Patrimonio cultural que presenta el artículo primero de la Convención: ―A los efectos de la presente Convención se considerará ―patrimonio cultural‖: Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.‖ Siempre en un plano material. Monumentos, conjuntos arquitectónicos y lugares con obras del hombre… Si bien el Patrimonio Cultural Inmaterial, aunque definido en otros términos, como conocimientos, creencias o costumbres, era ya pensado hace tiempo como parte vital de las culturas, y desde un punto de vista tanto teórico como práctico, las concepciones clásicas y contemporáneas de la cultura comprendieron siempre especial dedicación a las manifestaciones intangibles, atendidas como saberes, creencias, moral, derecho, costumbres o sistemas simbólicos, la definición de la UNESCO del año 72 las excluye completamente. Podemos suponer, repasando los primeros considerandos de la Convención, que parte de esta omisión se funda en los motivos que mueven a la organización a ocuparse del patrimonio cultural: fundamentalmente los temores ocasionados por la destrucción del patrimonio de la humanidad a causa de alteraciones sufridas (cito) ―por la evolución de la vida social o económica‖ lo que incluiría su destrucción total en caso de guerra con el consiguiente empobrecimiento del patrimonio de todos los pueblos del mundo. No podemos no estar de acuerdo con esta constatación y consideración general, aunque si podemos agregar que los mismos riesgos de alteración y destrucción del patrimonio alcanzaban y alcanzan a lo que hoy denominamos patrimonio inmaterial o patrimonio vivo, con idéntica alarmante consecuencia. La preocupación frente a la omisión de referencia alguna a la protección del patrimonio cultural inmaterial fue expresada, desde el momento mismo de la firma de la Convención del año 72, por diversos países, bajo marcado liderazgo de los entonces representantes de Bolivia y con el apoyo decidido de diversos Estados orientales, resultando particularmente significativo que el mencionado Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 57 cuestionamiento surja de países situados por fuera de la matriz cultural hegemónica. Desde entonces, comienzan a solicitarse la realización de estudios específicos con el objeto de desarrollar instrumentos para la protección de las manifestaciones de la cultura tradicional y popular. Sobre esta concepción del patrimonio, teñida de un materialista reduccionista, y haciendo referencia constante a ―los bienes del patrimonio cultural y natural‖, la UNESCO reconoce como ―incumbencia primordial‖ de los Estados ―la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio‖. Más allá de la limitación conceptual señalada en la definición del Patrimonio, sobre la que deberemos volver porque tiene consecuencias directas sobre los modos de organización de las políticas culturales en la actualidad, la puesta en práctica de los objetivos de la convención representó en su momento sin duda un importante avance en la protección del patrimonio material, cultural o natural de la humanidad. En Argentina, la Convención de 1972 es aprobada por el Estado según la Ley 21.836, firmada conjuntamente por Jorge Rafael Videla y José Alfredo Martínez de Hoz el 6 de julio de 1978, apenas unos pocos días después del final del campeonato mundial de fútbol. Permítasenos entonces, en una segunda hipótesis de trabajo, proponer que la Convención de la UNESCO y el discurso conservacionista sobre el patrimonio fue utilizado en nuestro país para enmascarar el plan sistemático de desaparición de personas, la apropiación de niños nacidos en cautiverio, la proliferación de centros clandestinos de detención, el asesinato y la tortura. Invirtiendo perversamente el mandato de la UNESCO de contribuir a la paz mediante la educación, la ciencia y la cultura, la preocupación por la conservación del patrimonio material, natural y cultural, en nuestro país, fue impuesta por fuerza de un Decreto-Ley por la mano manchada de sangre de los militares argentinos. Dejo esta hipótesis planteada para desarrollar en futuros trabajos para volver ahora sobre el desarrollo del concepto de cultura y patrimonio inmaterial en los debates de la UNESCO. En la Declaración de México de 1982 se utiliza por primera vez en forma oficial el término ―Patrimonio inmaterial‖. En 1989 se presenta la recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular, primer instrumento jurídico internacional orientado a la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. A partir de entonces florecen las iniciativas y trabajos sobre las culturas tradicionales, el folklore, el patrimonio musical y sobre las lenguas del mundo en peligro de desaparición. Desde el año 93 comienzan a desarrollarse los proyectos Libro Rojo de las Lenguas en Peligro de Desaparición y el sistema de declaración de ―Tesoros humanos 58 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo vivos‖. En 1997/8 la organización aprobó el programa Proclamación de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Entre 2001 y 2003 se trabaja en diversos anteproyectos que derivan en la aprobación de la Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del año 2003, que acuerda la definición y delimitación del campo del patrimonio cultural inmaterial, crea un comité intergubernamental para su salvaguardia, constituye listados representativos del patrimonio cultural inmaterial en general, y del que requiere intervención urgente en particular, regula las formas de cooperación y asistencia internacionales y crea finalmente un Fondo para apoyar proyectos de salvaguardia. La República Argentina, a partir de la Ley 26118 del año 2006, votada por unanimidad en el Congreso de la Nación, aprueba la norma. Esta Convención, y por extensión desde 2006 la Ley argentina, define al Patrimonio Cultural Inmaterial como (cito) ―los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana‖. Considerando que algunos de los derivados concretos del ejercicio práctico de la Convención es la elaboración de listas, inventarios y registros del Patrimonio cultural inmaterial, proponemos una última reflexión que nos permitirá dejar planteadas, para concluir, otras tres hipótesis de trabajo. La UNESCO recomienda avanzar hacia la salvaguarda del Patrimonio Inmaterial constituyendo, como herramienta, registros del mismo, y el desarrollo de variados inventarios y listas. Bien sabemos, existen diversos tipos de registros y diversos modos de cristalizar un patrimonio que por su propia definición es intangible. Podemos también advertir que las comunidades o individuos que transmiten sus conocimientos, representaciones, expresiones y técnicas de generación en generación no desarrollan habitualmente registros ni inventarios de esos saberes, justamente porque su transmisión está confiada a la tradición oral. Por ello, quien desarrolle un registro o inventario de esas características se presenta, la gran mayoría de las veces, como un ―otro‖ respecto a esa cultura, cumpliendo un rol semejante al del antiguo viajero o al del moderno antropólogo. Propongo entonces como tercera hipótesis de trabajo pensar que en el Río de la Plata los primeros registros del Patrimonio Cultural Inmaterial fueron desarrollados durante las primeras décadas del siglo XVII en la entonces Gobernación del Paraguay, por el jesuita Antonio Ruiz de Montoya, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 59 registros que se publicaron en Madrid en los años 1639 y 1640 respectivamente en dos libros titulados "Tesoro de la lengua Guaraní" y "Arte y Vocabulario de la lengua guaraní". Estos trabajos del padre Montoya fueron pioneros en el acercamiento a la cultura de los hoy llamados pueblos originarios y a su patrimonio inmaterial por excelencia, la lengua. Ahora bien, el trabajo de los padres de la compañía de Jesús no era desinteresado, sino que el diccionario guaranítico desarrollado por los jesuitas fue concebido y confeccionado como herramienta para, unificando lo diverso, avanzar en el proceso de evangelización. De hecho, en su paso por el viejo continente después de 25 años de convivencia con los guaraníes, en el año 1640, Antonio Ruiz de Montoya pública, además de los dos títulos mencionados, también un tercer libro titulado ―Conquista espiritual hecha por los religiosos de la Compañía de Jesús en las provincias del Paraguay, Paraná, Uruguay y Tape‖. "Tesoro de la lengua Guaraní", "Arte y Vocabulario de la lengua guaraní" y ―Conquista espiritual…‖. Trabajo de campo en la colonia y edición en la metrópolis. Este posible primer registro del Patrimonio inmaterial del Río de la Plata, como vocabulario de la lengua guaranítica, fue unido desde su gestación misma al concepto de conquista espiritual. Como resultado nos queda la invención de una lengua común escrita a partir de un conjunto de diferentes dialectos orales. Vocabulario y conquista. Entonces, nuestra cuarta hipótesis de trabajo propone que gran parte de los registros del patrimonio cultural inmaterial que se desarrollaron en la historia, antes de que exista convención alguna y mucho antes de la existencia de propia UNESCO, fueron realizados para afianzar el control sobre un ―otro‖, pueblo, territorio, o cultura: así ocurrió con la invención de la escritura musical hacia el año 800, creada para unificar una misma liturgia en todo el territorio del imperio carolingio, y así ocurrirá también en nuestro país, con los diversos diccionarios de lenguas indígenas que se fueron sucediendo, incluyendo aquellos compuestos por destacados gobernantes y militares argentinos como Juan Manuel de Rosas, Bartolomé Mitre y Juan Domingo Perón. Para concluir, me gustaría proponer, como quinta y última hipótesis, que la posibilidad de que un inventario o registro del patrimonio inmaterial no resulte coercitivo, ni se desarrolle como herramienta de dominio, sino como forma emancipada de recreación del propio patrimonio está directamente condicionada por la necesaria participación de las comunidades, o individuos particulares llegado el caso, en su propia gestación. La Convención de la UNESCO es clara en este sentido, específicamente por su artículo 15 titulado, justamente, ―Participación de las comunidades, grupos e individuos‖. (Cito): ―En el marco de sus actividades de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, cada Estado Parte tratará de lograr una participación los más amplia posible de las comunidades, los grupos y si procede, los individuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y de asociarlos activamente a la gestión del mismo‖. El trabajo conjunto entre el Estado y las comunidades es condición sine qua non para la preservación de ese patrimonio. Si el Estado 60 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo con cualquier argumento se desentiende de su obligación, los más relegados tendrán una preservación más relegada. Pero si el Estado no trabaja conjuntamente con los protagonistas, se irá replicando un modelo unidireccional con resultados fallidos. Nos permitimos ser taxativos en este punto, que no debiera quedar planteado solo como una intención: sin participación comunitaria difícilmente habrá trabajo sobre el patrimonio inmaterial que esté liberado de la idea de dominio y sólo con la participación de quienes han heredado, recreado y transmitido un conocimiento o una expresión propia de una cultura podremos avanzar hacia formas novedosas de registro que en el respeto de la diversidad contribuyan a la convivencia pacífica en la diferencia y garanticen la libertad de expresión de todos los pueblos del mundo. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 61 CAPÍTULO II EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Y SU RELACIÓN CON LAS COMUNIDADES INTRODUCCIÓN La característica principal de esta mesa fue la de contar con un panel de activos realizadores, defensores, precursores, difusores del patrimonio cultural inmaterial, la mayoría de ellos miembros de comunidades (originarias o no) no dominantes en el marco institucional de sus naciones. Sebastián Peralta y Sebastián Londoño (el primero funcionario provincial de Argentina y el otro especialista que trabaja junto al estado en Colombia) nos brindaron una perspectiva del PCI desde la óptica estatal y las políticas públicas de abordaje de la cuestión. Plantearon los diferentes avances en el compromiso del estado en la protección del PCI y de la articulación de éste con los creadores y portadores de dicho patrimonio. Señalaron también algunos desafíos, entre los que se pueden destacar la necesidad de relevar e inventariar el PCI, o la propuesta de mejorar los circuitos de comercialización de las producciones culturales (tanto las materiales como las inmateriales). Ambos coincidieron en la necesidad de empoderar a los productores-portadores, en esos procesos. Los representantes comunitarios nos alertaron sobre los peligros y acechanzas que enfrenta el patrimonio inmaterial. Marcial Paredez, de la comunidad mbya-guaraní de Misiones propuso el rescate de las antiguas misiones jesuíticas como espacios para la expresión y el resguardo de la cultura popular, a la vez que narró las vicisitudes que deben atravesar las comunidades cuyo territorio no está protegido y ven sus derechos avasallados. El profesor Marcos Carrizo nos contó sobre el proceso de autorreconocimiento de los miembros de una comunidad difusa, como es el caso de los afrodescendientes de Córdoba. La comunitaria mapuche Moira Millán resaltó la importancia esencial de que sean los propios miembros de las comunidades quienes ―se digan‖ a sí mismos. Finalmente, el mexicano tzotzil Enrique Pérez López nos mostró tal vez un horizonte apetecible: una comunidad absolutamente empoderada, no en oposición al Estado Nacional en que está contenida, sino como parte constitutiva del mismo. Para este coordinador es de gran interés resaltar el uso que los tres miembros de comunidades indígenas (Paredez, Millán y Pérez López) hicieron del término ―territorio‖, mostrándonos que en su concepción y cosmovisión es imposible hablar de cultura sin hablar de territorio. Estableciendo así la tríada cultura-identidad-territorio, cuyos componentes tienen una vinculación necesaria. Así nos invitan a reflexionar, en tiempos de virtualidades, sobre el peso decisivo de las materialidades en la vida cultural del ser humano, y que el PCI no solo tiene al productor-portador como condición sine-qua non, sino también al territorio, que vertebra a ambos. Mariano Cabral Responsable del programa “Colectividades”/ Dirección Nacional de Promoción de los Derechos Culturales y Diversidad Cultural /Ministerio de Cultura de la Nación. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 63 AFRO- SERRANÍAS, CULTURAS y SABERES ANCESTRALES Marcos Javier Carrizo* Históricamente se ha registrado la presencia de africanos y afrodescendientes en el área serranapedemontana de Córdoba y aun en otras regiones de la Provincia30. Con origen en el mundo colonial americano esta presencia “afroserrana” ha perdurado durante más de cuatro siglos documentándose en distintos trabajos académicos, relatos de viajeros y contemporáneos de época, como parte de una historia ligada a la presencia jesuítica y el esclavismo colonial31. Presencia que también puede inferirse si analizamos los censos del periodo independiente (siglo XIX) y registros documentales del siglo XX. En tiempos recientes el estado provincial y la UNESCO han realizado acciones en pos del rescate del legado Jesuítico (material) declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad con una política activa de señalamiento de sitios de memoria. En general no se han realizado acciones para el rescate del Patrimonio Cultural Intangible de los descendientes de aquellos trabajadores esclavizados que realizaron esas obras monumentales. En ese sentido es importante señalar que algunos investigadores hablan de algunas obras jesuíticas como legado afrojesuítico, debido a la pertenencia al colectivo afro de trabajadores, artistas, constructores, y creadores de tales obras32, reflejo de la gran cantidad de afrodescendientes que poblaban el espacio cordobés y su utilización como mano de obra esclavizada para este tipo de trabajos33. Luego de publicar mi trabajo sobre el proceso de invisibilización de comunidades afrocordobesas durante el siglo XIX34, he desarrollado una labor de difusión de la temática con el fin de nuclear a futuros investigadores y militantes de la causa afro-cordobesa; es decir he desarrollado una doble labor como académico (brindando charlas, talleres y cursos- seminarios en espacio culturales y * Profesor y Licenciado en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. 30 Ver Bibliografía anexa. 31 Con el concepto Afroserranos quiero señalar la ancestralidad afro de pobladores de las Sierras de Córdoba, hace referencia no solo a africanos y afromestizos esclavizados durante el período colonial e independiente sino también a los actuales descendientes de aquellos. Por otra parte es importante insistir en el carácter mestizo de los Afroserranos debido a la miscigenación con descendientes de europeos y Pueblos Originarios en el área en cuestión. Utilizare también como sinónimo de Afroserrano el concepto Afromestizo serrano. 32 PAGE, Carlos, 2012, “Hacia la consideración de un arte y una arquitectura afrojesuítica”, en X Jornadas Estudios e Investigaciones. La teoría del Arte frente a los debates de la “globalización” y la “posmodernidad” Instituto de Teoría e Historia del Arte “Julio E. Payró”, Universidad de Buenos Aires. 33 MOYANO, Hugo, 1984, La organización de los gremios en Córdoba. Sociedad artesanal y producción artesanal (1810-1820).Junta Provincial de Historia, Córdoba. 34 Carrizo, Marcos, 2011, Córdoba Morena (1830-1880), Cooperadora de la Facultad de Ciencias Economicas, Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba. 64 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo educativos como Institutos Terciarios y Universitarios) y como militante difundiendo distintos aspectos de mi trabajo y de otras investigaciones sobre afrodescendientes en Argentina a través de las redes sociales. Hace tres años conformamos con un grupo de activistas la agrupación Mesa Afro Córdoba en la ciudad de Córdoba, al grupo se han sumado investigadores e informantes de ciudades como Alta Gracia, Rio Tercero, Cruz del Eje y Villa Dolores, además de poblados serranos más pequeños como Río de los Sauces, Nono, Río Ceballos etc. A partir de la socialización de las actividades del grupo se fue reuniendo un equipo de trabajo integrado en gran medida por afrocordobeses que estábamos relacionados a una búsqueda personal y familiar de sus raíces afros. La búsqueda colectiva redundó en la posibilidad de sumar nuevos datos sobre aspectos de la cultura cordobesa en perspectiva afro en distintos puntos de la provincia; en particular comprendimos que la territorialidad afrocordobesa en gran medida está asociada al ámbito serrano y pedemontano cordobés. Así fue surgiendo la posibilidad de escuchar nuevas voces y testimonios de personas y familias que reconocían una ancestralidad ―invisibilizada‖ según la conceptualización ya clásica de Reid Andrews. También hemos participado en encuentros con otras agrupaciones de afroargentinos, por ejemplo la familia Lamadrid de la Agrupación Misibamba de la Provincia de Buenos Aires y la familia Molina, fundadora de la Casa de la Cultura Indoafroamericana de la ciudad de Santa Fe. Estos referentes han sido señalados como guardianes del Patrimonio Inmaterial Afroargentino. Junto a estos grupos hemos conformado Red Federal de Afroargentinos en 2014, a esta organización se han sumado afrodescendientes de Santiago del Estero, Salta y Corrientes, por ejemplo la familia Caballero encargada de la realización de la fiesta de San Baltazar en el histórico barrio del Camba Cua de la ciudad de Corrientes. Hago esta acotación pues estas familias y organizaciones seguimos aportando a la búsqueda, rescate y transmisión de aspectos de nuestras culturas, fundamentalmente en el interior del país. Como señala Marian Moya el rescate del Patrimonio Intangible afroargentino ha sido obra de los mismos afroargentinos y es en esta senda de trabajo que los aportes mancomunados han redundado en la posibilidad de lograr un mayor alcance y profundidad en nuestros trabajos. En el caso de Córdoba hemos realizado trabajos de corte histórico-antropológico señalando algunos aspectos que hemos podido verificar del legado intangible afro (Patrimonio Cultural Inmaterial, en adelante PCI); el trabajo ha sido realizado durante tres años a través de una participación colectiva Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 65 de investigadores, musicólogos, lingüistas, gestores culturales e informantes en general. El trabajo de campo, de amplia base territorial, abarca a las Sierras de Córdoba y sus áreas urbanas, perirurales y rurales; como señalaba anteriormente hemos logrado identificar familias afrodescendientes, contribuir a su auto-reconocimiento y señalar aspectos culturales afromestizos. Señalamos la cuestión de las personas y familias afromestizas debido que no existe patrimonio intangible sin ellos. De esta manera hemos realizado entrevistas en distintos lugares de la provincia donde hemos grabado material audiovisual que pronto socializaremos a través del documental denominado ―Afroserranos‖. Por otra parte, miembros de Mesa Afro Córdoba han desarrollado una larga trayectoria investigativa de aspectos que considero de amplia relevancia: como la presencia y legado afro en el cancionero folclórico del norte cordobés; el profesor y músico Rodolfo Moises Moyano ha sido quien en un vasto trabajo de campo ha codificado aspectos percutivos en el cancionero de aquella región, aspectos que entiende como de plena influencia africana. Tarea similar pero en una etapa inicial es desarrollada por el Licenciado Noé Fernández en la búsqueda del candombe de Córdoba, ritmo que algunos consideran extinto pero que sabemos por entrevistas de campo realizadas ha sobrevivido en los ancianos afrodescendientes de nuestra ciudad. Lo cual lo señala como uno de los aspectos sujetos a rescatar en un plazo lo más pronto posible. La tarea investigativa sigue su marcha y esperemos que pronto se pueda contar con un corpus similar al logrado con otras investigaciones como las realizadas con el candombe afro-porteño o el afrolitoraleño. También se está investigando sobre la probable influencia afro en los textiles, la posibilidad de su permanencia en áreas serranas y su clasificación para rescatar, revalorizar y transmitir estos saberes a las nuevas generaciones; tarea que realizan investigadoras de Alta Gracia y de la ciudad de Córdoba que también pertenecen a nuestra agrupación. En cuanto a la recuperación de la memoria ancestral y colectiva hemos contado con la inestimable ayuda de la señora Marta Rocha gestora cultural de la ciudad de Villa Giardino, quien a través de entrevistas ha logrado ayudar a recuperar la memoria colectiva de familias afrodescendientes del Valle de Punilla, sus orígenes ancestrales (en las ex estancias jesuíticas) sus derroteros, migraciones regionales, ocupaciones y saberes campesinos. Actividad similar ha desarrollado la Licenciada Verónica Navarro en la zona del Valle de Traslasierra en núcleos urbanos y rurales como Nono, Villa Dolores, Villa Cura Brochero, Las Tapias, etc. Como se ha señalado anteriormente hemos 66 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo recopilado esta información en decenas de horas de grabación que esperamos poder transmitir una vez concluido el documental ―Afroserranos‖. Por mi parte durante el Encuentro de Patrimonio presenté una ponencia relatando las actividades realizadas y el caso de una familia afrodescendiente de la localidad cordobesa del Valle de Punilla denominada Río Ceballos que resume la problemática del Patrimonio Inmaterial en el área y tema en cuestión. Además mi participación en el Encuentro me permitió imbuirme de aspectos del Patrimonio Intangible que desconocía, nuestra experiencia investigativa se remitía más a lo etnográfico que a determinado aspecto teórico. Partiendo de conocer los trabajos de John y Alan Lomax quienes en las décadas del 30 y 40 del pasado siglo investigaron el legado musical de las comunidades negras del Valle del Missisippi en los Estados Unidos de América, intentamos realizar el relevamiento de familias afroserranas, de sus culturas, saberes, prácticas etc. La familia de Pascual Moyano, herboristero con amplios conocimientos de la farmacopea serrana, es un ejemplo de la permanencia de afroserranos en Córdoba, aun cuando ellos no supieron precisar con exactitud datos sobre sus ancestros en el área, podemos inferir que viven en el área desde hace más de un siglo. Las entrevistas con Pascual y su familia nos permitieron acercarnos a un universo muy particular; “aprendimos de los Indios” fue la respuesta ante la pregunta sobre el origen de los conocimientos de herboristería. Pascual señaló la apariencia negro-brasilera de uno de sus abuelos (Fructuoso Moyano) originario de la ciudad de Jesús María: “mi abuelo parecía brasilero, era alto, muy alto y muy negro, más negro que nosotros”. Deducimos de la respuesta que Pascual reconoce de alguna manera su ancestralidad afro, pero no puede asumirse plenamente como tal debido a que simplemente no la conoce. Más bien parece tener incorporado (a pesar de una bajo nivel de escolarización) el discurso de la Generación del 80 que se podría condensar en la conocida frase sarmientina: ―ya no existen negros en la Argentina y para verlos dentro de poco tendremos que ir a Brasil‖. De las entrevistas realizadas a la mencionada familia se desprende distintos aspectos: en primer lugar, el escaso conocimiento que nosotros mismos teníamos sobre esta presencia; por otra parte el innegable mestizaje entre pueblos originarios y afros en la región serrana, proceso que nos permite hablar de pueblos afro- aborígenes o afro indígenas. Esto nos lleva a analizar las continuidades étnicas en un área históricamente determinada por la presencia afromestiza. Por otra parte se debe insistir en la tarea de investigar un territorio señalado como área de cimarronaje y campesinización Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 67 de afrodescendientes35. También tenemos la necesidad de profundizar en el conocimiento de estos saberes ancestrales, salvaguardarlos y difundirlos en pos de la preservación de saberes intangibles de familias y comunidades afromestizas en Córdoba. En definitiva consideramos que la familia Moyano, como tantas otras de la región, nos hablan de una presencia viva del legado afroargentino, la apropiación de saberes ancestrales e interacción con los Pueblos Originarios y Criollos de la región nos permiten visualizar la riqueza de nuestra diversidad cultural. Riqueza que ellos comparte e incluso han convertido en un medio de vida a través de la comercialización de las distintas hierbas curativas serranas. La cultura afromestiza de los Moyano, insistimos, también se manifiesta en muchas familias serranas que han conservado durante muchas generaciones el Patrimonio Intangible de los distintos grupos étnicos que han poblado y pueblan el ámbito serrano y pedemontano cordobés. Bibliografía ANDREWS, George Reid. 1990. Los Afroargentinos de Buenos Aires, Ediciones de la Flor, Buenos Aires. CARRIZO, Marcos. 2011. Córdoba Morena (1830-1880), Cooperadora de la Facultad de Ciencias Económicas, UNC, Córdoba. CIRIO, Pablo, En la lucha curtida del camino. Antología de literatura oral y escrita afroargentina, INADI, Buenos Aires, 2007. DIMUNZIO, Karina, GARCIA, Claudia. 2012. Resistencia esclava en Córdoba. Entre mediados del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Saarbrucken, EAE. ENDREK, Emiliano.1966. El mestizaje en Córdoba, siglos XVIII y Principios del XIX, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba. FERREYRA, María del Carmen. 2010. ―Los afrocordobeses: extinción o africanización‖, en: La Voz del Interior, Sección: Temas, 5 de octubre. GARCIA, Claudia .2013. ―Itinerarios terapéuticos de los esclavos en la Córdoba tardo-colonial y comienzos del período independiente .prácticas formales de atención de la salud‖ en: Actas de las XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza; Argentina. http://jornadas.interescuelashistoria.org/. 35 DIMUNZIO, Karina. GARCIA, Claudia. 2012.Resistencia esclava en Córdoba. Entre mediados del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Saarbrucken. EAE. SAGUIER. Eduardo. 1995. ―La Crisis Social. La fuga esclava como resistencia rutinaria y cotidiana‖. en:Revista de Humanidades y Ciencias Sociales. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia: Universidad Autónoma "Gabriel René Moreno". v.1. n.2. pp.115-184. Punta, Ana Inés, Comunicación Personal. 68 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo GHIRARDI, Mónica .2013. ―Hombres del común con rostro humano. Mestizaje, representaciones del otro e interculturalidad en la conformación histórica de Córdoba, Argentina‖ en: Temas Americanistas. Nº 31, Sevilla. GONZÁLES, Marcela. 1997. Las deserciones en las milicias cordobesas 1573-1870. Centro de Estudios Históricos, Córdoba. GUZMÁN, Florencia. 2013. ―Afroargentinos, guerra y política durante las primeras décadas del siglo XIX. Una aproximación hacia una historia social de la revolución‖ en: Estudios HistóricosCDHRPyB- Año V- Diciembre - Nº 11. Uruguay. MEISEL, Seth. 2002. ―El servicio militar en la construcción del Estado en Córdoba, Argentina, 1810-1840‖, en Serrano, José Antonio y Terán, Marta en: Las guerras de Independencia en la América española. El colegio de Michoacán. Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. SAGUIER, Eduardo, 1995. ―La Crisis Social. La fuga esclava como resistencia rutinaria y cotidiana‖. En: Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: Universidad Autónoma "Gabriel René Moreno", v.1, n.2, pp.115-184. TORRES, Félix.1990. ―La movilización de esclavos en Córdoba‖, en: La historia que escribí. Estudios sobre el pasado cordobés, Córdoba. TURKOVIC, Robert. 1998. Race relations in de Córdoba Province (1800-1853), Wisconsin. Tesis de Doctorado. ZABALA, Mariela E. 2002. “Población y salud en la Ciudad de Córdoba (1800-1850)” Tesis de Licenciatura en Historia .FFyH, UNC. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 69 PRE-INVENTARIO DE BIENES PATRIMONIALES DEL DEPARTAMENTO VALLE GRANDE. PROVINCIA DE JUJUY. Sebastián Peralta* Se expone aquí una experiencia de trabajo desarrollada en una región que tiene muy pocas posibilidades de desarrollarse fuera del ámbito local. Como parte de una nueva gestión el área de Patrimonio Inmaterial de la Dirección Provincial de Patrimonio de la provincia de Jujuy en lo que respecta al patrimonio cultural inmaterial se ha planteado una serie de objetivos. Entre ellos se encuentran la democratización del acceso a la cultura y sus bienes, la regionalización de los recursos y bienes culturales de la provincia (distribución equitativa de los recursos y bienes de los que dispone la Secretaría de Cultura en todos los territorios de la provincia) y la identificación de la cultura como motor del desarrollo sustentable. En relación con éste último objetivo es que presentamos esta línea de trabajo partiendo de la base que resulta necesario promover la valoración del patrimonio cultural a través del desarrollo de programas y proyectos que impulsen la participación comunitaria en torno a su identificación, preservación, difusión y sostenibilidad, como estrategia para la apropiación social del patrimonio cultural. Tenemos un antecedente importante en este tema que es la declaración de la UNESCO de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio de la Humanidad que en cierta forma motivaba a que las otras tres regiones de la provincia de Jujuy tuvieran las mismas posibilidades y el mismo reconocimiento que la Quebrada de Humahuaca. Con este propósito y partiendo principalmente de la percepción y la activa participación de las comunidades locales, es que se desarrolla este programa para la catalogación de bienes patrimoniales. Esto es una herramienta sumamente necesaria para el ejercicio del derecho a la memoria, el sentido de pertenencia, la convivencia y el reconocimiento a las diferencias. Por otra parte, uno de nuestros objetivos prioritarios es realizar un inventario de todos los departamentos de la provincia ya que si bien la Quebrada de Humahuaca cuenta con un inventario preliminar elaborado en su momento para su postulación ante la UNESCO, surge la necesidad de identificar en las regiones geográficas restantes de la provincia, aquellos valores que cada comunidad reconoce como propios, resignifica y mantiene vigentes. El proyecto ―Pre-inventario de Bienes Patrimoniales del Departamento Valle Grande‖ llevado a * Antropólogo. SubDirector de Patrimonio Inmaterial de la Dirección Provincial de Patrimonio de la Secretaría de Cultura de Jujuy. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación realizada durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto de 2015). 70 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo cabo por este equipo de trabajo, apunta en esa dirección y tiene por objetivo confeccionar un Catálogo del Paisaje Cultural de la región. Valle Grande tiene la particularidad de estar justo en el centro de dos regiones muy importantes dentro de Jujuy, una es la Quebrada de Humahuaca que representa toda la cosmovisión del mundo andino desde el punto de vista cultural y la otra es la región de las yungas, que es un ecosistema con características distintas al de la Quebrada y con otras manifestaciones culturales presentes. Valle Grande tiene 8 localidades y una población de 2500 habitantes, el primer censo que se realiza para esta región del país también acusa este número de habitantes, lo cual indica que no ha modificado su densidad demográfica a lo largo de los años. El objetivo del proyecto fue identificar y registrar, con la participación comunitaria, los elementos que constituyen el patrimonio cultural y natural del departamento. Además desarrollar instrumentos de gestión que fomenten la acción cultural e incentiven la investigación histórica, sociocultural, estética y técnica, implementar herramientas y recursos necesarios orientados al aprendizaje sobre patrimonio natural y cultural y crear estrategias para proveer a las entidades y a las comunidades regionales la capacidad legal, técnica y si era necesaria la preservación la salvaguardia la recuperación y sostenibilidad del patrimonio cultural. Para ello se conformó un equipo interdisciplinario del cual participaron dos arquitectos, un antropólogo, una historiadora y 4 alumnos de la carrera de antropología de la Universidad Nacional de Jujuy de (dos arqueólogos y dos antropólogos). Resultó fundamental la participación activa de las comunidades locales, con las que tuvimos un período de tres meses de vinculación para establecer las relaciones necesarias para poder desarrollar después el trabajo. Las actividades previstas para el desarrollo del proyecto fueron: actualización y elaboración de información, elaboración de fichas, identificación de los elementos y valores que constituyen el patrimonio natural y cultural, observación participante y no participante, entrevistas, catalogación de los datos, conformación de una base de datos y la publicación en formato digital e impreso planificada para fines de este año. Los resultados permitieron conformar un preinventario porque el objetivo final es hacer catálogo a partir inventario con la participación de las comunidades, al contrario de lo que sucedió en la Quebrada de Humahuaca en donde un grupo técnico hizo un inventario de los bienes patrimoniales sin consulta a las comunidades. Estamos realizando un proceso inverso, identificar los bienes que la comunidad reconoce como tales. Esto nos permitió reconstruir la historia de Valle Grande para donde no hay casi investigaciones realizadas desde el todo punto de vista (histórico, arqueológico, antropológico, etc.). A partir de la oralidad y fundamentalmente de las personas mayores, pudimos hacer una reconstrucción de los procesos que dieron origen a la conformación de las identidades Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 71 locales. Dentro de los bienes que identificamos los más importantes son las fiestas patronales y la vigencia de artesanías tradicionales. Un ejemplo de ello son los ―rebozos‖ que son tejidos de lana bordados, los cuales se conservan solo en tres localidades del departamento de Valle Grande ya que quedan pocas personas tejiendo en telar. Queda muy poca gente que realice esta artesanía y estamos trabajando para la postulación a una declaratoria Unesco de patrimonio inmaterial. Diversas fiestas o actividades deportivas, celebradas en el departamento, sirven como excusa para la reunión y el desarrollo de actividades que reproducen manifestaciones culturales locales, un ejemplo de ello lo constituye el campeonato de fútbol regional que este último año tuvo lugar en San Lucas. Durante este evento, tienen lugar diferentes actividades con activa participación de la comunidad (culinarias, festivas, deportivas, etc.) que sirven para reforzar vínculos de parentesco y lazos de reciprocidad, propias del mundo andino. 72 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo EL PATRIMONIO CULTURAL EN LAS RUINAS DE SAN IGNACIO MINI Marcial Paredez* El patrimonio cultural en las ruinas de San Ignacio Miní muestra claramente la historia como Patrimonio. Las actuales ruinas jesuíticas de San Ignacio Miní, fueron el centro habitacional y religioso creados por la congregación religiosa de los padres jesuitas y que formaron parte de muchos otros asentamientos de este tipo ubicados en los actuales territorios de Argentina, Brasil y Paraguay. Tras la expulsión de los jesuitas, el sitio fue abandonado y junto a ellos más de 33 pueblos huyeron en busca de la tierra sin mal, creando así el gran éxodo. El desmembramiento cultural llevo a que los pueblos huyeran hacia nuevas tierras escapando de cazadores paulistas. Tratando de destruir la vida comunitaria intacta hasta hoy en día en las comunidades mbya guaraní, el colonialismo, el avance entre los estados y la sociedad en la actualidad; llevo a que las ruinas de cada país se reconocieran como un patrimonio, pero no como un centro de actividades para promover la cultura, hoy en día podemos ver no más allá de los límites marcados por el turismo, la historia remarcada y la leyenda que hoy reina entre las ruinas. Desde 1984, San Ignacio Miní forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco y es un polo turístico que recibe miles de visitantes anuales predispuestos a conocer la historia y las ruinas arquitectónicas que datan de mediados del siglo XVII. Esta historia, está siendo recuperada por la propia comunidad mbya que reside en los alrededores. Una historia propia, que se encuentra en la gente y es transmitida de generación en generación transformada hoy en patrimonio vivo. Dentro de este proceso, la lengua, fue el instrumento de comunicación y la llave del entendimiento. Es así como los “modos de contar” han pervivido en el tiempo, logrando el mantenimiento de una identidad cultural propia y un sentido fuerte de territorialidad entre los miembros de las actuales comunidades más allá de los embates de la sociedad moderna. Desde hace mucho tiempo, la nación Mbia guaraní es la que predomina en el sector del norte de la provincia con estrechas relación con las comunidades de países vecinos (Brasil y Paraguay). En San Ignacio hay varias comunidades que trabajan con las artesanías y viajan a Posadas e Iguazú. Esta gente tiene una cultura que se viene desarrollando hace cientos de años. Esta tierra, que alguna vez se la consideró no habitada tenía miles de personas viviendo. El padre Ruiz de Montoya registró la lengua de estas comunidades y quedaron registros de la forma de entender el mundo. Porque una lengua es también una forma de entender el mundo, tiene que ver con algo espiritual más que * Estudiante de antropología/ Universidad Nacional de Misiones. Miembro de la comunidad mbya guaraní de Misiones. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación realizada durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto de 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 73 material. Yo estuve mucho tiempo con mucha gente reconociendo el lugar pero no como se lo entiende ahora sino viendo la riqueza y la historia propia de la comunidad mbia, de su cosmovisión. En la época jesuítica, muchos estaban adentro de la reducción pero muchos estaban afuera porque no estaban de acuerdo con la religiosidad que se impartía allí. En estas ruinas, hay una historia, una leyenda, que no se ve pero se siente, está rondando en el lugar. Es algo intangible, podemos entender de dónde venimos y como nuestra forma de vida fue intervenida. En Misiones eso circula, se sabe que hay un patrimonio vivo, es un conocimiento que lo tienen las comunidades. En Misiones el paisaje es realmente hermoso, pero es importante analizar cómo se da la explotación de estos espacios. Analizar cómo se le da la oportunidad a la gente de trabajar o participar de las decisiones que tienen que ver con el territorio. Nosotros seguimos vivos, sentimos nuestra cultura. Entonces ¿de qué serviría ser parte de algo que es Patrimonio si no se entiende de esta manera? Un ejemplo de ello es Iguazú, donde están las maravillosas cataratas y allí hay solo una o dos personas de nuestra comunidad participando de esto, trabajando en el parque nacional, nada en comparación de tantos guaraníes que somos. No existe un consentimiento, ni una consulta previa a utilizar los espacios territoriales. En Iguazú es muy triste, hay una invasión de empresas turísticas, hoteleras y también papeleras. También en el Dorado, Aristóbulo del Valle y además se nos hace difícil comunicarnos entre nosotros, viajar, etc. Yo quería poder contarles y mostrarles esta historia de mi lugar, que aparte de tener paisajes lindos para mostrar tiene una cultura, nosotros no perdemos nuestra lengua y contamos otra historia. También mostrarles un video, que fue hecho por las mismas comunidades y que muestra como se está sacando a la gente de sus territorios. Esto fue hecho por nosotros, sin cortar ni que nos digan que era lo que tenemos que decir. La verdad es que es muy feo estar en esta situación. Esto de las políticas, de analizar que es el patrimonio, interviene directamente en el desarrollo de tu propia cultura, que se va deshilachando de a poco, y que te hace ir perdiendo tu cultura, lo que realmente lo hace a uno como persona. 74 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo MUJERES ORIGINARIAS GUARDIANAS DE LA MEMORIA Y TRANSMISORAS DE LA CULTURA Moira Millán* Empecé a pensar en esto de Patrimonio Cultural Vivo. Y a jugar con esa palabra: patrimonio. Cómo resuena en mí esa palabra, como mujer mapuche. Inmediatamente me lleva a asociarla con patriarcado, con patria y me pregunté si estamos discutiendo un concepto en el que verdaderamente nos identificamos. Si este tema es un tema en la agenda de los pueblos originarios, o si una vez más, estas grandes estructuras como la UNESCO intentan reducir demandas de derechos mucho más complejos que tiene que ver con los derechos fundamentales de los pueblos tratando justamente de la perspectiva de los Estados-Nación de la visión hegemónica que tienen de la vida estos estadosnación incorporar o reducir estos derechos para que podamos empezar a generar escenarios distintos Pensé en cómo ilustrar esto que me pasa con esta definición que la siento completamente ajena y me acordaba de algo que me contaba mi mamá que cuando me bañó por primera vez me puso sobre la mesa de la cocina y entró una gallina, cacareó alrededor de la mesa, salió afuera y puso un huevo. No había gallo, y mi mamá me contaba que envió rápidamente a una nena a buscar ese huevo porque ese era un huevo de viento. ¿Escucharon alguna vez hablar de un huevo de viento? Ese huevo de viento es un huevo que sólo tiene clara, sin yema. Y le llaman huevo de veinte porque no hay gallo cuando la gallina lo pone. Entonces ella me dio vuelta, me puso de espaldas, rompió ese huevo de viento, y esa clara la distribuyó sobre mi cadera y dijo: ―ahora sí va a tener buenos partos‖. Y tuve excelentes partos, indoloros. Y pensé: ¿qué sería el patrimonio cultural vivo? ¿Mi mamá? ¿Su conocimiento? ¿Yo beneficiaria de ese saber? ¿Mi pueblo? Creo que reducir ese enfoque o llevarlo a la discusión del patrimonio cultural vivo que hoy, a partir de estas grandes estructuras nos llevan a entender ciertos derechos, sería negar ese mundo maravilloso, ese mundo filosófico, ese arte de habitar de las naciones originarias. Esta mañana escuchaba risueña y triste a la vez un comentario de un señor que se preocupaba por nuestra alianza estratégica con los ingleses, qué pena que existan hoy todavía estos posicionamientos en la sociedad argentina Argentina se instaló y se constituyó sobre el territorio de más de 36 naciones. Argentina, le guste o no, es parte de un territorio en el que cohabitan con naciones originarias. No con comunidades, acá * Activista de origen mapuche, participa activamente en las luchas por las reivindicaciones de la comunidad mapuche participando en foros nacionales e internacionales. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación realizada durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto de 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 75 no hablamos las comunidades. Estamos hablando, a través de cada uno de los pueblos originarios presentes, naciones ancestrales. Y esa tensión entre el estado y los pueblos originarios subsiste porque la lógica con que fue constituido este estado hegemónico es completamente antagónica a los principios, al modo, la filosofía y a la espiritualidad del arte de habitar de los pueblos originarios. Entonces pensar en estos saberes, en estos conocimientos, en esta filosofía, que yo disiento mucho con lo que este señor en la inauguración nos hablaba sobre esta cultura (seguramente lo hacía desde una perspectiva enteramente occidental), sobre esta cultura autodestructiva. Yo creo que los pueblos originarios hemos tenido la cultura de la vida. Porque además nos constituimos culturalmente sobre el territorio. Y pensar de manera fragmentada a esa vida, a esa cultura, es decir podemos resguardar ciertos saberes pero sin resguardar el territorio. Hace años atrás me tocó llevar adelante una lucha que fue sumamente transformadora en mi vida, que era el resguardo del río Leufo. Mi comunidad está atravesada por el río Carreleufú en la provincia de Chubut, a 100 km al sur de Esquel. Es un río que tiene un espíritu sumamente fuerte, se le llama también corcovado porque tiene muchos saltos. Y se iba a hacer un complejo de seis represas y 11000 hectáreas de tierra iban a quedar bajo agua, y asesinaban al río. En nombre del progreso y de las necesidades de suministrar energía eléctrica a las mineras. Empezamos a pelear por ese río. Y recuerdo venir a Buenos Aires en la Cumbre del Cambio Climático y plantear la necesidad de frenar ese mega proyecto, plantearlo desde la perspectiva espiritual y cultural como mujer mapuche. Las mujeres mapuches cantamos en las ceremonias, cantos sagrados, se les llaman taiel. El primer canto que me enseñó mi abuela fue el canto sagrado del río. Y recuerdo que ella me lo enseñó en un contexto urbano, venía a visitarnos, yo me crié en Bahía Blanca, y ella me cantaba su canto sagrado del río y yo no lo podía aprender. ¿Saben cuándo lo aprendí? Cuando fui a visitarla al campo. Me tomó de la manito, me llevó a escuchar el río, me hizo cerrar los ojos, y cuando pude escuchar el río pude capturar su sonido, su canto. Ahí aprendí el canto sagrado de los ríos. Territorio, identidad, cultura es una unidad que es imposible de fragmentar. Es un cordón umbilical que nos va constituyendo, nos constituimos a partir del territorio. Plantear patrimonio cultural vivo sobre todas las cosas se debe pensar en la vida, en el recuerdo de la vida. En una Argentina en donde los pueblos originarios hoy estamos atravesando un difícil proceso contra el extractivismo, contra un modelo económico que está justamente amenazando nuestras vidas. Pero no solamente la vida de las personas, la vida de los territorios, la vida de la naturaleza. La cultura, nuestra cultura, surge a partir de esa vida, de esa naturaleza. No podría haber cantos sagrados si los ríos no siguen cantando. No podemos seguir celebrando nuestras ceremonias si el territorio no se sostiene en sus derechos integrales de vida. Pensaba en algo tan importante que podemos avanzar porque la gran pregunta es por qué estoy acá si no creo que estos Estados hegemónicos puedan cambiar su visión. Yo creo que todos los pueblos, 76 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo en los distintos procesos históricos, debemos comprometernos a transformar el escenario de lucha, a mejorarlo, a generar mejores condiciones. Entonces a pesar de que no creo en estos estados hegemónicos y por supuesto que no creo en Naciones Unidas, no creo en esas hiper estructuras que de manera impune permiten masacres sobre los pueblos. Sin embargo creo que estos espacios pueden contribuir a diálogos profundos, a interpelar todas las lógicas, a cuestionarnos, a revisarnos, a crear neologismos, si entonces no es patrimonio cultural vivo, ¿qué es? Podemos repensarlo desde otro lugar. Porque puede resultar sumamente peligroso encasillarnos en esa etiqueta o en ese concepto y cosificar. Porque lo que he visto, o mi experiencia me ha traído, ver políticas públicas, a los Estados-nación tratando de entender y responder a esa demanda de derechos desde su perspectiva. Entonces a veces para absorber políticamente una demanda la cosifican, la folklorizan. Entonces de repente ciertas ceremonias se empiezan a mercantilizar. La necesidad de dar respuesta del empobrecimiento de los pueblos originarios a través del mercado actual, de la política de mercado. Durante mucho tiempo los pueblos originarios fuimos despojados de nuestro territorio, empobrecidos. Recién ahora con los años he aprendido a decir ―no somos pobres, hemos sido empobrecidos‖. Y ese empobrecimiento no es nuestra responsabilidad, ha sido una política de Estado, de todos los Estados. Y hoy resulta que mágicamente, como los espejitos de colores de hace 500 años nos traen el mega turismo, el desarrollismo, fórmulas mágicas para salir de ese empobrecimiento. Y aquello que años atrás (cuando estos modelos de Estado se constituyeron) desdeñaban, despreciaban, consideraban salvaje, hoy se convierten en aspectos folklorizantes y cosificables para la venta turística. Y eso es preocupante. Y pensaba, hace muy poquito, del 21 al 24 de junio se celebró el Inti Raymi. Y hace muy poquito en mi comunidad se hizo esta celebración. Y mi sobrina va a una escuela argentina, todos nuestros hijos van a las escuelas del Estado, donde por supuesto no se reconoce la diversidad cultural, más allá de avances legislativos. Nuevas bases institucionales para reconstituir la relación entre pueblos originarios y estado. También se va a dar en cada acción de los pueblos originarios de reivindicar, de llevar adelante nuestro derecho a ejercer el arte de habitar y a la defensa de la vida de nuestro territorio. Entonces, mostrar esas contradicciones, esta tensión, emocionarme con el canto sagrado de la hermana qom pero pensar que acá a unas cuadras hace meses que acampan nuestros hermanos de Formosa pidiendo ser recibidos. Pensar que estoy acá como una mujer mapuche planteándoles a ustedes los derechos en los que debemos avanzar y pensar que otra mujer mapuche como Remu Ñalku está siendo procesada judicializada por la presión política y económica que ejerce la empresa Chevron petrolera en nuestro territorio. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 77 No podemos dejar de hablar de eso. Porque somos una integralidad. Mapuche es gente de la tierra. Somos a partir del territorio. Y yo creo que esta visión economicista con que se plantea el derecho, nosotros no podemos hablar de beneficios en concepciones utilitaristas de la cultura. Vamos a empezar a instalar la reciprocidad, no solamente entre los pueblos sino con la naturaleza. Vamos a animarnos a hacer una revolución del pensamiento. Vamos a tratar de construir una alternativa a la crisis civilizatoria. Una alternativa que no se va a resolver en urnas. Sino como interpelamos la crisis civilizatoria recuperando verdaderamente nuestra concepción de la vida. Este señor que se preocupaba por la alianza estratégica entre Inglaterra y el pueblo mapuche, también planteaba el tema de la autenticidad, de la pureza. 78 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo MOTIVACIONES PARA LA SALVAGUARDIA CONJUNTA ENTRE EL ESTADO Y LAS COMUNIDADES PORTADORAS DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL EN COLOMBIA Sebastián Londoño Camacho* Desde la desatadura de las corrientes de pensamiento posmoderno en la antropología, la psicología, la sociología, y las artes, entre otras disciplinas, se rompieron estereotipos de lo que se consideraba una búsqueda noble de conocimientos para acercar a la humanidad a algunas verdades universales, especialmente sobre la manera en que el ser humano se relaciona con otros y la naturaleza, y crea cultura. Con ello la academia sufrió una fractura en su caso: ya no contenía ni producía los aromas de La Verdad, sino que ésta (o éstas) se derramaban en diferentes contextos para ser reinterpretadas, asimiladas y en construcción perenne -el ouroboros que devorándose a sí mismo mantiene su existencia- ya no necesariamente por la sabiduría y el trabajo cansado de investigadores entregados durante décadas a la búsqueda científica del conocimiento, a la observación en campo y a las comparaciones y el hallazgo de patrones universales de socialización, sino ahora por cada pueblo en donde el pensamiento autóctono compartido era digno de su propia verdad, considerando que la interpretación de los fenómenos sociales estaba en sus propias mentes, en sus ideologías, cosmogonías y procesos particulares de restauración de los equilibrios y del orden social deseado mediante una variedad de estrategias tan variopinta, que resulta muy difícil (y en verdad poco relevante y hasta aburrido) tratar de encontrar patrones universales en los procesos de la socialización humana. Esta explosión de verdades origina un nuevo big-bang, donde la búsqueda fútil de verdades absolutas hace parte ya del lejano sueño decimonónico de querer elevar a ciencia exacta un fenómeno que no depende de variables constantes: el fenómeno de la adaptación humana y su capacidad incalculable de hacer pequeñas variaciones significativas ante diversos estímulos igualmente incalculables. Casi de forma simultánea a este proceso, con las comunicaciones mundiales y el avance de nuevas tecnologías, se idealizan algunos modelos de sociedad sobre otros afectando especialmente a las sociedades más apegadas a la tradición, que consideran vital mantener el significado ancestral de lo nuclear de ser, estar y convivir. En países con economías emergentes se han aplicado modelos de desarrollo sustentable para un progreso social que busca con desesperación algunas salidas * Antropólogo/Coordinador Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial, Ministerio de Cultura de Colombia. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 79 concretas de la pobreza, y enfocan sus esfuerzos en el aumento de la oferta educativa, los estímulos tributarios a grandes empleadores, los incentivos al endeudamiento y a microcréditos rurales, la formación técnica para el trabajo (y con ello el consecuente aumento de la seguridad social), y los subsidios para las poblaciones más vulnerables. En general, las colectividades que comparten tradiciones importantes para delimitar y definir los componentes de su identidad, sienten fuertes presiones ante la pérdida latente de los elementos que las cohesionan y las diferencian de otros grupos. En gran parte del mundo, las nuevas generaciones han sido expuestas a un sinnúmero de íconos e ideales de ser ajenos a lo que dicta la tradición de su propia cultura, importados por la intensa mediatización de los valores occidentales a través de discursos que exaltan a la sociedad mayoritaria como más desarrollada, con una oferta siempre creciente de tecnología, productos y servicios que simplifican la solución de problemas y hacen la vida ―más fácil‖ para quien accede a ellos. Pero el asunto va más allá de lo meramente práctico, y trasciende para convertirse en un fenómeno de reconfiguración de las identidades y de riña con las tradiciones a las que se considera arcaicas, pasadas de moda o como ―cosas de los abuelos‖ sin ningún interés aparente para la juventud sedienta de nuevas experiencias, placeres y descubrimientos. Quizás lo más preocupante en este influjo, es que paulatinamente va ganando terreno el individualismo y la carrera de unos contra otros por generar sus propios medios y capitales, contra la versión anterior de sociedades de cooperantes que funcionan bajo el principio de la redistribución de la riqueza y la economía colectiva. Estamos en el vértice de cambiar una pregunta fundamental para los grupos humanos con más arraigo en la tradición, de un para dónde vamos a un para dónde voy. En este nuevo contexto muchas colectividades comienzan a sentir la angustia de querer gritar a viva voz sus propias realidades, casi nunca alineadas con los ideales de progreso social mencionados; muchos portadores de manifestaciones del patrimonio cultural intangible buscan un lugar destacado en la miríada de expresiones, y resaltan sus diferencias nacidas de la tradición, a la vez que luchan por la supervivencia de su cultura y su alteridad. En ese sentido, la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura de Colombia ha puesto en marcha acciones para dar cumplimiento a lo pactado en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, así como a la normatividad interna que rige el sector cultural en el país, y que busca la protección de la diversidad de expresiones culturales del territorio nacional que, incluso, trascienden fronteras y se integran con países como Venezuela y Ecuador. Este proceso, sin embargo, carecería de sentido si fuera solamente realizado o direccionado desde la institucionalidad oficial, pues quizás tomaría caminos que, desde las lógicas locales, no generaran arraigo y pertenencia. En ese sentido, no solamente el patrimonio inmaterial le pertenece a las comunidades, sino también sus procesos de salvaguardia. 80 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Ahora que Colombia se acerca a ratificar los anhelados acuerdos del proceso de diálogo con las FARC, y que se avecina una nueva esperanza de paz para la ciudadanía, especialmente para aquellos que han vivido intensamente el conflicto interno durante décadas en distintas zonas del país, esta aproximación procedimental para que los procesos de salvaguardia se generen desde las comunidades portadoras tomará una relevancia mucho mayor, pues ahora, en el camino de la recomposición social, el patrimonio inmaterial de dichas comunidades servirá como estandarte de la unión, y sus expresiones adquirirán el potencial de convertirse en símbolos de cohesión para afianzar las identidades trasegadas y vulneradas por la guerra. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 81 LA PARTICIPACIÓN DE LAS COMUNIDADES EN LA IDENTIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE SU PCI, UNA PRERROGATIVA IMPOSTERGABLE Enrique Pérez López* El stalel kuxlejal es nuestro inicio, es el origen de la vida de los padres–madres ancestrales. Es el comienzo de nuestra palabra, es el qué y cómo de nuestra vida, es nuestra identidad 36. El fragmento del discurso ceremonial que he seleccionado para iniciar esta presentación da cuenta de la continuidad generacional de las manifestaciones culturales inmateriales de los pueblos; su origen se pierde en los muchos giros y avances del tiempo, pero se recuerda que no es una creación efímera, sino una herencia de los padres y abuelos, de aquellos que se ha llamado como los primeros hijos, los primeros vástagos, que sin duda se refiere a los padres–madres ancestrales que colocaron las primeras ideas de muchos rituales y actos festivos que hasta hoy conservan su esencia, aun con las transformaciones y adaptaciones que han tenido para lograr su continuidad. …así quedó, así principió con los primeros hijos, los primeros vástagos del primer hombre, del primer varón; así lo hacemos también los postreros hijos de hoy, los postreros vástagos de ahora…37 Para hablar del Patrimonio Cultural Inmaterial y su relación con las comunidades, es necesario * Director del Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, México. 36 María Patishtán Likanchitom, tejedora, me’ sakramento, ex mayordoma, ilol – (curadora de espíritus). 37 Fragmento del discurso ceremonial del K’in Tajimol – fiesta de juegos, carnaval – tsotsil de San Juan Chamula, Chiapas, México. 82 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo detenernos a reflexionar sobre lo que significa PCI, desde los propios portadores, así como tratar de comprender lo que son las comunidades y sus dinámicas de organización y funcionamiento, en donde las manifestaciones culturales juegan diversos papeles, entre ellos el de la cohesión social y el sentido de pertenencia. Existen diversos círculos de cohesión y convivencia, de acuerdo al tipo de manifestación cultural que se refiera, como puede ser el caso de las fiestas rituales y ceremoniales, por ser de las más visibles; no sólo porque convocan a un gran número de personas, sino porque en su sentido más profundo generan hermandad entre los responsables de la celebración, que se logra mediante una serie de discursos ceremoniales que se dicen en distintos momentos épocas del año para que el corazón y la mente se preparen para el servicio, con la finalidad de propiciar unidad, convivencia, desarrollo y madurez del ser humano. Por ejemplo, el caso de la celebración de la fiesta del K’in Tajimol que, en algunos pueblos requiere de cuatro responsables. Un fragmento del discurso ceremonial dice: No en vano se nombraron, no en vano se eligieron; no en vano portaron, no en vano llevaron el florido cargo, el florido servicio… Con su hermano mayor, con su hermano menor…38 Esta hermandad que refiere el discurso no es biológica, sino simbólica. El decir “con su hermano mayor/con su hermano menor” brinda la noción de la existencia de jerarquías y el respeto entre ellos; para lo cual debieron compartir sus palabras y sus pensamientos durante la preparación de la fiesta: se procuraron ayuda mutua. Esta insistencia discursiva de la convivencia y la armonía, es una referencia importante que testimonia la importancia de las manifestaciones culturales inmateriales para lograr el “respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible”39. Cuando nos aproximamos a los portadores, para hablar de lo que hacen, muchas veces lo que desde 38 José Jiménez Historia y Manuel Jiménez Moreno, Nichimal k’op ta k’in tajimoltik, La palabra florida del carnaval, Colección Letras Mayas Contemporáneas; México, 1996. 39 Artículo segundo de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en 2003. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 83 el lenguaje técnico o académico se le llama patrimonio o manifestación cultural es vista por quien lo realiza como “trabajo, el trabajo que yo hago”; entonces no s da la idea de que las prácticas culturales inmateriales son sostén de esa cotidianeidad que va moldeando a los miembros de la comunidad y que por tanto los identifica con ese quehacer. Cuando se trata de manifestaciones rituales o festivas, la manifestación se convierte en “fe o promesa”, también es “nuestra vida” porque le da razón a la existencia y a la forma de pensar del grupo. Ti stalel jkuxlejtike xu’ jchantik yu’un ja’ El stalel kuxlejal se puede aprender, pues me xkuxlej jtotik jme’tik, yu’un me mu jk’an ta es la vida de nuestros ancestros, porque no xch’ay yabtel ti jotike, ti jme’tike. Ti buch’utik queremos que se pierda el trabajo de nuestros ba’yel ech’ ta sba banamil, ti jaylajun k’alal padres y madres. De los primeros que pasaron slikeb banamil. hace tantas generaciones que inició la vida.40 En la abstracción del pensamiento tsotsil y tseltal, lo que se le llama PCI, cobra una dimensión amplia que alcanza también a lo material, entonces se le llama talel kuxlejal. En un sentido más amplio, se deduce que talel kuxlejal es el conjunto de expresiones y manifestaciones que se gesta en el pensamiento y corazón de las personas y sus comunidades, son parte integral del pueblo. Les da cohesión social porque nutre a su identidad, que en tsotsil se le llama jtaleltik, que literalmente significa “lo que venimos siendo y nos propicia sentido de pertenencia”, no sólo como parte de un grupo humano que comparte tales características, sino que también nutre y fortalece el sentido de adscripción territorial, porque éste se reproduce en un espacio geográfico con el cual interactúa y le provee de espacios de realización, así como recursos naturales que le son inherentes. El talel kuxlejal es inmaterial, está presente en la mente y el corazón, ahí es su morada para salir en forma de palabras, en representaciones, en actos rituales y festivos, en la comunicación y relación estrecha con la naturaleza. Se manifiesta finamente en forma de tejido y bordado que se va heredando a los hijos, a los nietos, a los que vienen después. Entonces es todo aquello que nos hace sentir lo que somos, vive junto con los hombres y mujeres, pero no muere con ellos, se perpetúa en los descendientes, hasta que algún día decidan dejarlo de practicar. (Pérez López, Enrique, 2015: 86).41 Esto que no es algo palpable, pero que acompaña a la vida de toda la comunidad, no sólo se percibe 40 María Patishtán Likanchitom. 41 20 años del Documento de Nara, memoria del Coloquio Internacional; Guadalajara, Jalisco, México, 2014. 84 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo por los portadores, sino que tiene un sentido social más amplio, es como si dijéramos “unos lo hacen y otros lo sienten, se identifican con él.” Entonces el talel kuxlejal moldea al sujeto en su entorno social y eso hace que en algún momento pueda ser portador, un miembro más de la comunidad que contribuye a que dicha manifestación se continúe realizando. En lo que toca a las comunidades interesadas en una manifestación en términos de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, aunque no brinda una definición formal, se refiere a aquellos que tienen participación “en el uso o la transmisión de un elemento del PCI y lo considera parte integrante de su patrimonio cultural”42. Entendiendo de esta manera lo que son las comunidades, pareciera un ejercicio sin mayores complicaciones lograr la participación, pero no todas las manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial se circunscriben a esta definición ya que existen aquellas en donde hay una participación mucho más amplia; por ejemplo, el caso de los sistemas de cargos aún vigentes en varios pueblos originarios de México: en las celebraciones y actos festivos se nombran por un año a parejas (hombre y mujer) para desempeñar algún cargo durante ese periodo, eso los hace ser portadores durante ese tiempo, concluyen sus servicios y dejan de pertenecer a la comunidad o al grupo de portadores, pero el hecho de haber desempeñado el cargo les da la autoridad para participar y decidir sobre la realización de la manifestación cultural en años posteriores. Las personas que deciden aceptar un cargo toman el compromiso no sólo para ellos y sus familias, sino con sus compañeros de la comunidad; por lo tanto, asumen el papel de ser partícipes de la divinidad de los padres-madres ancestrales. Entonces, sus conductas deben ser congruentes porque durante el cargo estarán en un proceso de maduración, de adquisición de una mayor conciencia, de un mejor entendimiento sobre el sistema y el orden que dan funcionalidad a la vida de su pueblo, puesto que en el futuro serán referencia para otros celebrantes. Quien desempeñe con orden y prestancia su servicio, será considerado como una autoridad y su palabra podrá ser enlace para la continuidad de las expresiones culturales, podrá pasar a ser consejero y apoyo para futuros encargados de las celebraciones.43 La comunidad es un concepto complejo, sus relaciones y sus dinámicas también. Revisando las definiciones adoptadas por la Reunión Internacional de Expertos para la salvaguardia del 42 Artículo 15 de la Convención. 43 Cultura y Desarrollo, revista de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, UNESCO; La Habana, 2014. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 85 Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrado en París del 10 al 12 de junio de 2002, puede encontrarse al menos cuatro ideas de comunidad contenidas en el glosario:44 Comunidad: Individuos con un sentimiento de pertenencia a un mismo grupo, que puede manifestarse, por ejemplo, en un sentimiento de identidad o un comportamiento común, así como por las actividades y un territorio. Los individuos pueden pertenecer a más de una comunidad. Comunidad autóctona: Comunidad cuyos miembros se consideran como originarios de un cierto territorio. Esto no excluye la posibilidad de más de una comunidad autóctona en el mismo territorio. Comunidad cultural: Comunidad que se distingue de otras comunidades por su propia cultura aproximación cultural, o por una variante cultural de referencia. Entre otras acepciones posibles de este término, una nación puede ser una comunidad cultural Comunidad local: Comunidad que vive en un lugar determinado. Esas definiciones establecidas en el texto del citado glosario, caracterizan a las comunidades, pero en definitiva mantienen su complejidad, sobre todo si tomamos en cuenta que en muchos países existen diversas definiciones en los marcos normativos propios. En el caso de las poblaciones originarias, vale tomar muy en cuenta lo que el extinto antropólogo mixe de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, México, Floriberto Díaz Gómez, señala como elementos que sustentan a las comunidades:45 b) Un espacio territorial, demarcado y definido por la posesión. c) Una historia común, que circula de boca en boca y de una generación a otra. d) Una variante de la lengua del pueblo, a partir de la cual identificamos nuestro idioma común. e) Una organización que define lo político, cultural, social, civil, económico y religioso. f) Un sistema comunitario de procuración y administración de justicia. (Díaz Gómez, 2014:95) En estas entramadas y en muchas ocasiones, complejas redes comunitarias, las manifestaciones del PCI se realizan, transmiten por parte de quienes se sienten identificados con él porque aún les 44 Glosario sobre Patrimonio Cultural de la UNESCO, en: Antología sobre culturas populares e indígenas I, Lecturas del Seminario Diálogos en la Acción, pp. 146-147, CONACULTA; México, 2005. 45 Floriberto Díaz Gómez. Comunidad y comunalidad, en: La comunalidad un modo de vida de los pueblos indios. Tomo I. pp.95 86 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo brinda ese sentido de identidad y pertenencia más allá de los espacios territoriales en donde se llevan a cabo. De ahí la importancia de su participación en las intervenciones que realicen las instituciones culturales y educativas, organizaciones no gubernamentales, investigadores, entre otros. Con relación a la salvaguardia del PCI en el plano nacional y la función de los Estados Partes, así como la participación de las comunidades, grupos y personas interesadas, son condiciones que menciona el Artículo 13 de la Convención: b) Entre las medidas de salvaguardia mencionadas en el párrafo 3 del Artículo 2, identificar y definir los distintos elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial presentes en su territorio con la participación de las comunidades, los grupos y las organizaciones no gubernamentales pertinentes d) Adoptar medidas de orden jurídico, técnico, administrativo y financiero adecuadas para: ii) garantizar el acceso al Patrimonio Cultural Inmaterial, respetando al mismo tiempo los usos consuetudinarios por los que se rige el acceso a determinados aspectos de dicho patrimonio46. El artículo 15 de la Convención señala claramente la obligación que tienen los Estados Partes para lograr la participación de las comunidades en relación a su PCI, ya que es producto del quehacer de las comunidades, grupos o personas y, por lo tanto, su participación debe ser ineludible para quienes tengan entre sus objetivos realizar intervenciones o acciones de salvaguardia: En el marco de sus actividades de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, cada Estado tratará de lograr una participación lo más amplia posible de las comunidades, los grupos y si procede, los individuos que crean mantienen y transmiten ese patrimonio y de asociarlas activamente a la gestión del mismo.47 Una de las intervenciones en donde más se recalca la participación de las comunidades es en lo referente a la identificación, definición e inventarización de elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial, para ellos la UNESCO señala: 46 Convención 2013, UNESCO. 47 Convención 2003, UNESCO. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 87 La confección de inventarios debe ser un proceso vertical, de arriba hacia abajo y viceversa, en el que participen tanto las comunidades locales, como los gobiernos locales y las ONG48. Las experiencias de participación de las comunidades, grupos o personas en las acciones de definición, identificación, inventarización y gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial, son diversas y van de la mano con la propia dinámica de las comunidades y las relaciones que al interior de ellas exista. Una condición necesaria para procurar y lograr la participación de las comunidades, los grupos o personas interesadas, es mediante su involucramiento en los procesos de fortalecimiento de capacidades. En la medida que se logre un mayor conocimiento por parte de los portadores habrá posibilidades de éxito. La experiencia realizada en Chiapas, México, en donde nos propusimos llevar a cabo la confección de fichas de inventario bajo el principio del consentimiento libre, previo e informado de las comunidades, fue mediante la formación de promotores culturales originarios de las propias comunidades, procurando que hablaran el mismo idioma de los habitantes. Esta iniciativa dio origen a varias preguntas, entre ellas: ¿Cuántas manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial tenemos en nuestros pueblos? ¿En qué situación se encuentran? ¿Qué tan arraigadas siguen en las comunidades? ¿Cómo se siguen transmitiendo? ¿Cuál es la participación de los niños, los jóvenes, los hombres y las mujeres? ¿Quiénes llevan a cabo las manifestaciones? ¿Las comunidades aún están interesadas en sus manifestaciones? Fueron tantas preguntas y las respuestas fueron surgiendo de supuestos y experiencias de cada uno, ya que la mayoría de los promotores culturales son provenientes de las comunidades indígenas, aunque muchos de ellos viven en la ciudad, situación que les ha provocado cierto distanciamiento. Los resultados del proceso de formación fueron alentadores, la mayoría de ellos desconocía la existencia de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO; fue un tema novedoso. Al respecto, una de las participantes señaló: No tenía ningún conocimiento previo (de la Convención); sí sé de algunas declaraciones que ha hecho la UNESCO, pero más las que se han enfocado a la cuestión material... Pero no a esta parte de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Ahora que he conocido todo este proceso de la confección de inventarios del Patrimonio Cultural Inmaterial, creo que es un aporte porque nos ayuda a sintetizar el trabajo cuando nosotros identificamos el PCI de un pueblo. Sin duda, ahora que hemos estado trabajando sobre el inventario nos deja ver que a 48 Identificar e inventariar el PCI, en Kit sobre Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. 88 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo veces, para nosotros como promotores culturales, identificamos ciertas problemáticas o ciertos riesgos que pueden tener las manifestaciones culturales… Pero al realizar todo un proceso de investigación, nos damos cuenta que sí hay amenazas y riesgos más allá de lo que suponemos… (Gómez Sánchez, Nereida Magally. Entrevista, mayo de 2014). La participación de diversos actores en los talleres y conocer el contenido de la Convención, con relación a la confección de inventarios con la participación de las comunidades, ha propiciado una transformación en la visión y forma de hacer las cosas por parte de quienes han realizado intervenciones para la documentación de manifestaciones culturales en las comunidades: Cambió mi forma de hacer documentales, sobre todo en la parte de la inclusión de las comunidades… porque todo trabajo documental es subjetivo, se trabaja desde la subjetividad. Después del taller de confección de inventarios sí hubo un proceso de reflexión en torno a qué grabamos, y para qué lo grabamos y que tan importante es para la gente lo que estamos grabando… Uno llega a la comunidad y uno platica previamente con las personas con quienes se va a registrar, ellos contribuyen y se vuelven también como productores o directores de ese registro, porque ellos determinan qué es importante para ellos, qué es lo que quieren que se registre y que no. (Arias Martínez, María Dolores. Entrevista, agosto de 2014) Después de un proceso de formación, en donde participaron tanto promotores culturales como portadores de algún elemento del PCI, se inició la confección de fichas de inventario con la participación de las comunidades. Al menos hemos obtenido diversas experiencias, cada uno en un contexto diferente, cito dos casos: Confección de ficha de inventario en San Juan Cancuc San Juan Cancuc es un municipio cuyos habitantes son en su mayoría hablantes de la lengua tseltal. Entre sus diversas manifestaciones se encuentran tradiciones orales, actos festivos y ceremonias rituales, conocimientos de la naturaleza, técnicas artesanales tradicionales y tradiciones gastronómicas. Dos promotores culturales, con fuerte arraigo comunitario y con amplio dominio del idioma local, participaron en el proceso de formación, además de ser partícipes en diversos momentos de la vida cultural comunitaria. En esta localidad existe la figura de los principales, un cuerpo colegiado de ancianos que se reúnen cada domingo para tratar asuntos relacionados a la vida espiritual, ceremonial y festiva de su pueblo. Las figuras representativas son los Ba kawilto, identificados por dos zonas: arriba y abajo, que hacen una referencia territorial, arriba se refiere a la tierra fría, abajo a la zona cálida del Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 89 municipio, a ellos se deben dirigir quienes deseen solicitar una intervención en sus reuniones, plantear un asunto y deliberar su pertinencia. Este cuerpo de ancianos tiene injerencia en el Ayuntamiento municipal, toma decisiones sobre los espacios y sitios materiales inherentes a su PCI, también tienen el control de las actividades de la iglesia católica tradicional de la comunidad. Entonces, para llevar a cabo el trabajo de confección de la ficha de inventario, se sostuvo numerosas reuniones con ellos en donde se trabajaron diversos aspectos: 3. Brindarles información sobre la necesidad de identificar la situación del talel kuxlejal. Ellos platicaron ampliamente y se dieron cuenta que no había trabajo que diera testimonio de sus manifestaciones. Toda la discusión se sostuvo en lengua tseltal. 4. Se les informó que podía realizarse un trabajo más completo en donde ellos pudieran platicar de su talel kuxlejal, entonces se preguntaron ―de qué vamos a hablar,‖ pensaron mucho y entonces se decidieron por el ―Tajimal K‟in‖. Preguntaron para qué iban a platicar y a dónde quedaría sus palabras. Se brindó más información. Entonces concluyeron que era necesario hacer ese trabajo de escribir, grabar, tomar fotos de su fiesta para que los nuevos que ―crecen y hablan‖ tengan ―en donde ver lo que hacemos ahora y para que ellos lo sigan haciendo algún día.‖ 5. La obtención del consentimiento para el acceso, uso y difusión de la información: ya estaban de acuerdo en realizar y participar en la actividad, entonces para formalizar el inicio del trabajo, se pasó a un siguiente momento: la obtención del consentimiento. Pensaron mucho y luego preguntaron ―y para qué ese consentimiento, para qué la difusión fuera de la comunidad si lo que interesa es aquí adentro‖. Pero había una preocupación mayor: que llegaran los turistas a ver la manifestación y tomaran fotos sin su consentimiento y, sobre todo, sin beneficio para ellos. Dialogaron nuevamente, concluyendo que ellos iban a decidir quien sí y quien no podía realizar los registros. 6. El otorgamiento del Consentimiento sucedió en una reunión acordada por los principales, en donde solicitaron la presencia de autoridades municipales, tradicionales, patronato de la iglesia y la institución local de cultura. El resultado, luego de varios meses de interacción comunitaria, fue una ficha de inventario sobre la celebración del Tajimal k‟in, con soporte fotográfico, audio y video, así como la carta de consentimiento. Aquí puede destacarse la importancia de las recomendaciones para la participación de las comunidades y que deben incentivar los Estados Partes, quienes deberían establecer mecanismos a fin de: 90 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Proceder a la oportuna identificación de las comunidades, los grupos y de sus representantes. Asegurarse de que sólo se efectúa el inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial reconocido por las comunidades o los grupos. Asegurarse de que las comunidades y los grupos otorguen su consentimiento libre, previo y con conocimiento de causa a la realización del inventario. El logro de los objetivos en San Juan Cancuc, fue en buena medida por la identificación de quienes toman las decisiones en la vida cultural de la comunidad, respetar la decisión de qué elemento inventariar y obtener el consentimiento, sin presión de ninguna índole, con pleno respeto a los tiempos de la comunidad. Documentación de la fiesta de San Bartolomé en Venustiano Carranza Venustiano Carranza (antes San Bartolomé de los Llanos), Chiapas, históricamente ha sido habitado por personas hablantes de la lengua tsotsil con características socio-históricas muy peculiares: desplazamiento de sus tierras y territorios por la construcción de la presa hidroeléctrica La Angostura, que inició en 1968 y fue puesta en funciones en julio de 1976; los reclamos por la tierra son una constante que les ha valido represión y cárcel a muchos de sus dirigentes. Indígenas y mestizos comparten la ciudad con fuertes tensiones aún durante las celebraciones festivas, por el uso de los espacios para la realización de las manifestaciones. A pesar de ello, existe un elemento de su Patrimonio Cultural Inmaterial, promulgado y transmitido generacionalmente por la población tsotsil, pero que brinda sentido de identidad y pertenencia a ambos grupos, se trata de Los carrerantes: jinetes a caballo que realizan carreras con fines rituales y ceremoniales durante las fiestas de San Sebastián, San Pedro y San Bartolomé . La gestión del patrimonio cultural de este pueblo tsotsil se da de manera independiente, casi autónoma, no intervienen las autoridades municipales, instituciones culturales ni educativas, sólo mantienen un fuerte vínculo con la iglesia católica. Esta comunidad tsotsil manifestó su interés por la documentación de la fiesta patronal de San Bartolomé, con fuerte énfasis en Los carrerantes, ya que tenían la preocupación de no contar con documentos audiovisuales que les permitiera tener referencia de sus manifestaciones. Esta idea se basa de una experiencia que data de hace aproximadamente 8 años, cuando decidieron recuperar una danza a partir de fotografías que alguien tenía en la comunidad; previamente una asociación cultural realizó, varios años atrás, un registro fotográfico y cobraba mucho dinero para obtener Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 91 copias de ese material. Por ello, acudieron al Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas para realizar tal actividad, el cual brindó todas las facilidades, para lograr la documentación en video y fotografía de esta manifestación. Para la edición del video, tuvieron decisiones importantes: elección de imágenes y nombramiento de los principales encargados de narrar algunos momentos de la celebración. Fueron varias sesiones de trabajo, hasta que mediante una carta expresaron que ya estaban de acuerdo con el contenido del video y que además autorizaban su difusión, para fines de promoción cultural. Después de haber entregado copias del video a los participantes, decidieron en asamblea de principales, representantes de los cinco barrios más importantes de Carranza, que los próximos registros deberían ser realizados con el consentimiento de la comunidad y mediante la firma de un convenio que estableciera los compromisos de las partes involucradas. Resulta interesante el fenómeno de gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial de esta comunidad. Se observa el fenómeno de control cultural que menciona Guillermo Bonfil Batalla, en donde la comunidad tiene la capacidad de decisión sobre los elementos culturales que les pertenece y que les nutre su sentido de pertenencia e identidad. En este caso, la sociedad ha definido sus formas de control y este control es histórico, ya que han transmitido generacionalmente sus manifestaciones con sus propios esfuerzos, han demostrado una gran capacidad de uso y mantenimiento de sus elementos culturales y, a su vez, desarrollado la capacidad de producirlo y reproducirlo durante muchas generaciones. Un ejemplo concreto es la recuperación de La Danza de la Malintzin, a partir de las narraciones orales del más viejo de sus líderes y de una fotografía, con la que recordaron cómo era la vestimenta que se usaba en la danza. Existe por lo tanto, una relación cultural autónoma, porque la comunidad tsotsil de Venustiano Carranza posee el poder de decisión sobre sus propios elementos culturales, los produce, usa y reproduce.49 Ésta, que en apariencia es una comunidad pequeña de portadores del PCI, en realidad es apenas la cara visible de ese complejo entramado comunitario en donde los acuerdos se toman en asambleas más íntimas. La asamblea, con la presencia de agentes exógenos, es sólo para escuchar y brindar atención a los asuntos que se han de consultar en el interior de la comunidad; ésta a su vez es el espacio que ha sido la base y fortaleza de su vida, manteniendo aún con mayor arraigo elementos de su Patrimonio Cultural Inmaterial que concentran la identidad del grupo; se crean, recrean y observan las normas categóricas y el poder de las relaciones en la presencia del otro, en donde el yo colectivo e individual se hace vigente. Es en estas comunidades tradicionales en donde la unidad se 49 Bonfil Batalla, Guillermo. Lo propio y lo ajeno, una aproximación al problema del control cultural, en: Pensar nuestra cultura. Ensayos. Alianza Editorial, 1991. 92 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo funda en una moralidad compartida, en un firme compromiso con una norma y creencia 50 que es observado por el colectivo que lo conforma. La documentación de la manifestación cultural conocida como Los carrerantes de Venustiano Carranza, sugiere que si no es la propia comunidad quien realiza el registro y documentación de su PCI, debemos obtener el consentimiento con la comunidad interesada y hay ocasiones en que esta no es suficiente, sino que es necesario entrar en diálogo con otros integrantes de la unidad territorial, que por el momento no son portadores pero que en el futuro pudieran serlo y que desde hoy tienen opinión y decisión sobre su manifestación. Además de ser partícipes de la fijación de normas consuetudinarias para el acceso a su práctica cultural. Por ello, nuevamente tiene sentido la sugerencia de que para establecer la participación de las comunidades, los Estados Partes deben proponerse la instauración de mecanismos para: Asegurarse del consentimiento de las comunidades cuando intervengan personas ajeas a ellas. Respetar los usos consuetudinarios en materia de acceso al Patrimonio Cultural Inmaterial.51 Para concluir es necesario reflexionar sobre la complejidad de las comunidades con el fin de lograr esa necesaria participación impostergable de los portadores, según el espíritu de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, es una manera de visibilizarlos y reconocer sus conocimientos especializados sobre su manifestación; por ello es preciso, estar convencidos del insustituible papel de los portadores y quitarnos la etiqueta de especialistas e interpretadores de las manifestaciones culturales que solo las comunidades, los grupos y las personas que las ejecutan tienen la experiencia de vivirla y comprenderla desde su propio entorno. Las implicaciones de la necesaria participación de las comunidades interesadas en su Patrimonio Cultural Inmaterial, nos permite a nosotros sensibilizarnos, es una oportunidad manifiesta para escuchar la palabra del otro, que en no pocas ocasiones está cansada de ser investigada, estudiada y explotada en sus conocimientos culturales. Llegamos a un momento complejo en donde se da una mirada distinta al PCI desde la Convención, pero también de los portadores, que hoy están dispuestos a colaborar pero en un ambiente de corresponsabilidad y respeto mutuo. 50 Peacock, James L. El enfoque de la antropología; Editorial Herder. Barcelona, España. 1985. 51 Identificar e inventariar el PCI, en Kit sobre Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 93 Figura 1: Niños tseltales de Tenejapa (2015) Figura 2: Carnaval tsotsil. Huixtín, Chiapas, México (2015) 94 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 3: Me' paxonetik del k'in tajimol- Chenalhó, Chiapas, México (2011) Figura 4: Mujeres tseltales de Tenejapa, Chiapas, México (2015) Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 95 Figura 5: Tsotsiles de Venustiano Carranza, Chiapas, México (2014) Bibliografía Bonfil Batalla, Guillermo (1991). Lo propio y lo ajeno, una aproximación al problema del control cultural, en: Pensar nuestra cultura. Ensayos. Alianza Editorial, 1991. CONACULTA (2005), Glosario sobre Patrimonio Cultural de la UNESCO, en Antología sobre culturas populares e indígenas I. México: Lecturas del Seminario Diálogos en la Acción. José Jiménez Historia y Manuel Jiménez Moreno (1996), Nichimal k’op ta k’in tajimoltik, La palabra florida del carnaval. México: Colección Letras Mayas Contemporáneas. Juan José Rendón Monzón (2003), La comunalidad un modo de vida de los pueblos indios. Tomo I. Ediciones Corunda, S.A. de C.V. San Jerónimo Aculco, México, D.F. MEMORIA (2014), 20 años del Documento de Nara: Sus aportaciones en la definición del concepto de Patrimonio Inmaterial. Coloquio Internacional, del 24 al 26 de septiembre de 2014. Guadalajara, Jalisco, México. Peacock, James L (1985), El enfoque de la antropología. Editorial Herder. Barcelona, España. Pérez López, Enrique (1997), Chamula, un pueblo tsotsil. Centro Estatal de Lenguas, Arte y 96 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Literatura Indígenas-CONECULTA. México. Talleres Gráficos del Estado de Chiapas, México. UNESCO (2003). Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. UNESCO (2014). Cultura y Desarrollo. Revista de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, UNESCO. La Habana. UNESCO (sin año). Kit sobre Patrimonio Cultural Inmaterial. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 97 CAPÍTULO III PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Y SOSTENIBILIDAD INTRODUCCIÓN Pensar el sentido de patrimonio cultural hoy introduce un componente nuevo que tiene que ver con la perspectiva que pone en el centro a los derechos humanos, la salud, la cultura, la educación y la soberanía de los pueblos, como fruto de conquistas sociales acompañadas por organismos multilaterales, internacionales, asociaciones. Lo cual implica un giro y un distanciamiento con el concepto de patrimonio anterior, heredado de las tradiciones del siglo XIX, que puede ampliarse en la entrevista a Ramiro Noriega de esta misma publicación a la cual hago referencia, y tiene que ver con el patrimonio ligado a lo económico, donde el sujeto de patrimonio era el sujeto electoral, y quien tenía derecho a voto era solamente quien poseía una propiedad. Esta visión occidental piensa el patrimonio como objeto que se acumula, que se conserva, que es un bien cambiario. El introducir el debate sobre Patrimonio Inmaterial, necesariamente nos interpela desde una perspectiva de derechos porque una de las características de éste tipo de patrimonio tiene como componente una dimensión tangible, material, que además se complejiza porque encierra otra intangible, cuyo valor reside en el orden de lo simbólico. Abre la discusión hacia dimensiones que tienen que ver con pensar cómo revertir conflictos sociales y ambientales; qué sucede con el paisaje humano del cual emerge ese patrimonio; cómo desarrollar modelos económicos que permitan la reforestación de esos recursos naturales que son finitos; cómo instrumentar en términos sur-sur estas políticas los estados, las y los investigadores, las organizaciones sociales y culturales. Los temas principales abordados giraron en torno a ciertas dimensiones económicas, sociales y medio ambientales del patrimonio, los casos de implementación de proyectos de turismo cultural, el caso del Proyecto de la Ley Nacional de Artesanías y el caso del tango como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (Argentina-Uruguay). En esta mesa, contamos con la participación de Hernán Morel (Argentina), Mónica Rotman (Argentina), Carolina Crespo (Argentina), Solana Trucco/MATRA (Argentina), Laura Emperaire (Brasil) y Boris Marañon Pimentel (Perú/México). Victoria Albornoz Saroff Subsecretaría de Cultura Pública y Creatividad, Ministerio de Cultura de la Nación. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 99 EL BUEN VIVIR: HACIA LA DESCOLONIALIDAD DE LA NATURALEZA Boris Marañón* Ante la crisis civilizatoria que atraviesa nuestras vidas y la amenaza de destrucción de las bases mismas de reproducción de la vida humana debido a la voracidad del capitalismo financiero y al extravío de la racionalidad instrumental, esta ponencia tiene como objetivo proponer la necesidad de pensar otra manera de imaginar la vida social, las relaciones sociales, las relaciones con la Naturaleza y la economía. Y en el ámbito de la sociedad en que transcurre nuestras vidas, en la reflexión, investigación, docencia y activismo universitario, es importante sostener que nuestra actividad cotidiana está habitada por relaciones de poder que se sustentan en la colonialidad de la subjetividad, como parte del patrón de poder capitalista, moderno, colonial y eurocentrado. De acuerdo con Wallerstein (1996), la ciencia no es neutra, y el criterio de verdad que establece tiene detrás una relación de poder y expresa intereses sociales específicos. Por tanto, las relaciones de poder en el ámbito de la producción de conocimiento científico definen lo que es verdadero y legítimo tanto de lo que es la acción social como los medios utilizados y los fines perseguidos. Al mismo tiempo, las relaciones de poder definen la legitimidad de las relaciones sociales, del imaginario y de la memoria histórica, de las instituciones, reglas, normas y valores que le dan sentido a la vida social. Nada más claro al respecto que la postura weberiana, al establecer como hegemónica desde una visión eurocéntrica, la racionalidad medios-fines que sustenta la acción social individualista orientada a la obtención de beneficios económicos y poder (Germaná, 2002). Esta ponencia argumenta que para entender el actual proceso de destrucción y mercantilización de la Naturaleza, la vida y el agua y tratar de proponer alternativas para su cuidado, es necesario partir de un cuestionamiento epistemológico a la forma en que las ciencias sociales hegemónicas han establecido una visión de exterioridad y de objetivación con la Naturaleza que conduce a su explotación sin límites para responder a las necesidades de acumulación de capital. Con tal fin la presente comunicación tiene seis partes. La primera enfatiza el carácter eurocéntrico de las ciencias sociales y la exteriorización de la Naturaleza, a partir de las separaciones que caracterizan el pensamiento occidental; la segunda crítica la noción de progreso-desarrollo que ha sido impuesta como parte de un imaginario que propone un tipo de bienestar basado en la * Economista por la Universidad Agraria La Molina de Perú, Magister en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de México, y Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. 100 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo abundancia material; la tercera presenta la propuesta del Buen Vivir como una nueva forma de vida que tiene como eje la solidaridad entre las personas y la Naturaleza, resaltando la idea de considerar a la Naturaleza como sujeto con derechos; la cuarta plantea algunas reflexiones orientadas a buscar la reformulación del concepto dominante de economía, para dar paso a otra forma de relación con la Naturaleza y de satisfacer las necesidades básicas; y finalmente se presentan algunas reflexiones. La crisis del eurocentrismo como forma de conocimiento e imaginario La amplia crisis actual del capitalismo se expresa en la catástrofe ambiental y social que enfrentamos, en un desencanto respecto de las promesas emancipadoras de las modernidad/colonialidad basadas en las ideas de desarrollo, evolución y progreso, mercado, Estado. Al mismo tiempo, se ha ido desarrollando una crítica sistemática a los fundamentos epistemológicos de las ciencias sociales dominantes, desde una perspectiva descolonial, distante del eurocentrismo. El eurocentrismo de las ciencias sociales dominantes es una forma de ver, sentir, conocer, dar sentido a la realidad según una perspectiva científica específica surgida en Europa, la misma que sería la única forma válida de conocimiento científico, y que sirve para legitimar el poder del capital y naturalizar los procesos sociales, presentándolos como inamovibles, inmodificables. El eurocentrismo se caracteriza por las múltiples separaciones de la realidad social, tales como: a) sujeto-objeto, b) razón-cuerpo; c) ciencia-ética, c) medios-fines, sin cuestionar los fines de la acción en sí mismos: la racionalidad instrumental, hay un abandono del sentido de la acción en términos de lo bueno y lo justo (Germaná, 2002, Leff, 2004); d) sociedad-Naturaleza, haciendo de esta última un objeto de dominación y explotación a partir de los desarrollos científicos y tecnológicos (Lander, 2000; Escobar, 2009; Leff, 2004); e) economía-política-cultura, como ámbitos compartimentalizados de la vida donde cada uno se rige por sus propias pautas; f) logos-mito, toda posibilidad de conocimiento de la realidad pasa por el uso del método científico, donde la intuición y los sentidos no pueden ser considerados mecanismos para generar conocimiento válido y legítimo. El eurocentrismo plantea, además, una narrativa universal, una sola historia válida para la humanidad, sosteniendo que la modernidad se encuentra en las prácticas sociales, en las ideas, en las instituciones y logros materiales y culturales alcanzados en Europa y Estados Unidos, en una perspectiva lineal, evolucionista. Así, los países ―subdesarrollados‖, para alcanzar el ―desarrollo‖, deben promover la libre empresa, el mercado, consolidar la democracia representativa, impulsar la homogeneización capitalista (económica, política, cultural, social) y fortalecer el individualismo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 101 egoísta (Quijano, 2000a y 2000b; Dussel 2000). Las diferencias con los otros son convertidas en diferencias de valores, en distancias espaciotemporales, en jerarquías que sirven para definir a todos los seres humanos no-europeos como inferiores: ―salvajes‖, ―primitivos‖, ―atrasados‖, ―subdesarrollados‖... (Lander, 2004). La categoría de raza como instrumento clasificador de los diferentes pueblos del mundo –en una escala de superior a inferior– desempeña aquí un papel central (Quijano 2000a). Así, se entiende una sola modalidad del saber –el saber moderno occidental– como el conocimiento verdadero, universal y objetivo, con lo cual se define simultáneamente toda otra forma de saber como ignorancia o superstición. La separación entre razón y cuerpo está en la base de un saber ―descorporeizado‖, dessubjetivado. Es este el sustento de sus pretensiones de objetividad y desprendimiento del tiempo y del espacio como conocimiento universal; además, a partir de las separaciones entre razón y cuerpo y entre cultura y naturaleza, se establece una relación de exterioridad con la ―Naturaleza‖, condición para la apropiación/explotación que está en la base del paradigma occidental del crecimiento sin límite (Lander, 2004). Frente a esta propuesta eurocéntrica, hegemónica en las ciencias sociales, están surgiendo nuevas miradas críticas, entre ellas la propuesta de la Colonialidad del Poder, según la cual el estudio de la vida social a) no puede realizarse a partir de las múltiples separaciones que ha establecido la ciencia liberal dominante y b) no debe considerarse dicha realidad social como algo inmutable, inmodificable sino el resultado de la acción social y producto de contradicciones antagónicas, relaciones de poder, entre los diversos participantes. Por tanto, se rescata, de un lado, la categoría de totalidad social, ya que la sociedad es un conjunto de elementos articulados; y por otro, la de historicidad, esto es, que la realidad es una creación humana, que toda creación humana es temporal, y que tal realidad debe verse de manera histórica en el tiempo y en el espacio. Según este planteamiento, el capitalismo actual es un patrón de poder mundial moderno/colonial, colonial porque se basa en una dominación basada en el criterio de raza, en la idea de la superioridad ―racial‖ de cierta población sobre otra-, que ha sido la cara negada de la modernidad, lo que no implica que no se reconozcan las clasificaciones y jerarquías de clase y género. Este patrón de poder vigente se originó en el Siglo XVI, desde el descubrimiento de América, para la producción de mercancías destinadas al mercado mundial, articulando diversas formas de control del trabajo (servidumbre, reciprocidad, producción mercantil simple) bajo la relación dominante, la 102 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo del capital. Además del trabajo, se proponen cuatro ejes adicionales donde se tejen relaciones de poder: el sexo, la autoridad colectiva pública, la ―Naturaleza‖, el control del trabajo y la subjetividad (imaginario, conocimiento y memoria histórica). Así, hay una lucha por darle un sentido específico a las jerarquización/desjerarquización), relaciones a la sexuales autoridad (reproducción colectiva pública y placer, (democracia representativa/democracia directa), a la relación con la Naturaleza (externa/interna a la vida humana, objeto/sujeto), al control de trabajo (mercantilización/reciprocidad), a las relaciones intersubjetivas (imaginario basado en jerarquías entre hombres/mujeres, en la división mandar/obedecer, en la mercantilización, en el individualismo egoísta, o bien, un imaginario basado en relaciones horizontales, entre hombres y mujeres, entre las personas en general, en la democracia directa, en la reciprocidad y solidaridad entre las personas y con la Naturaleza; memoria histórica desde las clases dominantes o las clases populares; y conocimiento eurocéntrico o crítico) (Quijano, 2000a, 2008). La crítica al progreso y al desarrollo El progreso La idea del progreso de la humanidad en la cultura occidental existe desde la antigüedad. No obstante, su significado difiere de acuerdo al énfasis dado a una dimensión u otra de la vida que debería progresar. Como propone Nisbet, ―la esencia de la idea de progreso imperante en el mundo occidental puede enunciarse de manera sencilla: la humanidad ha avanzado en el pasado, avanza actualmente y puede esperarse que continúe avanzando en el futuro. En su forma más común, la idea de progreso se ha referido, desde los griegos, al avance del conocimiento y, más especialmente, al tipo de conocimiento práctico contenido en las artes y las ciencias. La perspectiva del progreso es usada, especialmente en el mundo moderno, para sustentar la esperanza en un futuro caracterizado por la libertad, la igualdad y la justicia individuales. (Nisbet, 1986:1). En el mundo moderno la idea del progreso fue entendida como crecimiento acumulativo, continuidad en el tiempo, necesidad del desarrollo de las potencialidades. Hay diversos personajes que contribuyeron a su elaboración teórica a lo largo del tiempo52, pero fueron Bacon, Descartes y Condorcet quienes destacan por sus definitivos aportes, en términos de establecer criterios respecto del conocimiento científico que permitieron impulsar la idea y la práctica del progreso. Sí para 52 Ver al respecto Bury (2009), Nisbet (1986). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 103 Séneca, la exploración de la Naturaleza constituía el medio de escapar a las sórdidas miserias de la vida, para Bacon el fin del conocimiento era la utilidad. En esta perspectiva el verdadero objeto de la investigación de la Naturaleza no es, como pensaban los griegos, la satisfacción especulativa, sino el establecimiento del dominio humano sobre la Naturaleza. De este modo, al sostener la perspectiva utilitaria del conocimiento, Bacon contribuyó a la creación de un nuevo clima mental sobre el que habría de desarrollarse posteriormente la teoría del Progreso. La novedad de su concepción estriba, no en el reconocimiento del saber y de su poder para avanzar aún más, sino en la finalidad que él le atribuía. Así, su enunciado fue revolucionario porque implicaba que la felicidad en la tierra era un fin que había que perseguir por sí mismo y que debía realizarse mediante la cooperación de la humanidad en su conjunto (Bury, 1971: 55-63). Descartes (1596-1650), estableció las bases del racionalismo occidental al plantear su dualismo radical, cogito ergo sum, la separación entre razón/mente-cuerpo; y también planteó que las iniquidades del presente, en un contexto evolucionista, serán superadas si se cuenta con una ayuda adecuada de la acción humana, conduciéndose a un futuro dorado (Descartes, 2009). Según Bury (1971: 66-78), el cartesianismo afirmaba los dos grandes axiomas de la supremacía de la razón y la invariabilidad de las leyes de la Naturaleza y constituía una declaración de la Independencia del Hombre, pues tanto la teoría mecánica del mundo de Descartes como su doctrina de la inmutabilidad de la Ley natural, llevadas a su conclusión lógica excluían la doctrina de la Providencia. Por tanto, los hombres no pudieron formular una teoría del Progreso hasta que no se sintieron independientes de la Providencia. Por su parte, Condorcet (1743-1794), escribió su Esbozo de un cuadro histórico del progreso del espíritu humano, desde el pasado hasta el presente, considerando nueve etapas, con una décima aún por venir, cuando el hombre conocería todos los gozos de la libertad, la igualdad, la justicia y el humanitarismo. Cada una de las nueve etapas tiene una identidad propia basada en algún elemento significativo de la economía o de la cultura: tenemos así la etapa pastoril primitiva, la agrícola, la de las ciudades, la de las artesanías, etc., culminando en el tipo de civilización que había alcanzado su más alto nivel en la Europa occidental. Para Condorcet había leyes invariables del desarrollo surgidas de la propia Naturaleza humana, leyes que, cuando finalmente fueran descubiertas por la ciencia guiarían nuestra visión del futuro. Afirmaba que todo apuntaba al hecho de que nos estábamos acercando a la época de una de las grandes revoluciones de la ―raza humana‖, la misma que aún por venir, representará finalmente el logro definitivo de la igualdad, la libertad y la justicia y la desaparición no sólo de la miseria y el hambre, sino también de todas las restantes coerciones impuestas a la mente humana (Nisbet, 1986: 15-16). Condorcet escribió estas ideas en plena 104 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Revolución francesa, la misma que según Carr (1985: 29), proyectaba sus ideas hacia el futuro más que hacia el pasado, preparando el camino para una doctrina del progreso. Carr añade que más que ninguna otra persona, Condorcet señaló el desplazamiento de la edad de oro de la humanidad, trasladándola del pasado hacia el futuro, a partir del conocimiento basado en la razón. Del progreso al desarrollo Wallerstein sostiene que no hay otro objetivo social que sea casi unánime en la actualidad como el desarrollo económico. Los gobiernos, sin importar su filiación ideológica, después de la segunda guerra mundial han buscado ese objetivo. Anota Wallerstein que si bien el concepto de desarrollo económico es el producto de la geopolítica de la era posterior a 1945 en el sistema mundo, su historia coincide con la historia de la economía mundo capitalista, pues ya en el siglo XVII se realizaban debates intelectuales sobre cómo podrían desarrollarse los países (el debate sobre el mercantilismo) (Wallerstein, 1998: 116). El Desarrollo es entendido como una senda evolutiva, acumulativa de menos a más, en términos materiales y culturales, políticos y sociales. No obstante el Desarrollo no es el desarrollo de un país, una definida jurisdicción estatal sobre un territorio y sus habitantes (Wallerstein, 1998: 117-124), sino, como señala Quijano, se trata de un patrón de poder o una sociedad; y en la actualidad se trata de la sociedad capitalista. Este patrón de poder se ejerce globalmente desde sus comienzos en todo el planeta, pero no existe, ni existió en momento alguno, de modo históricamente homogéneo en todo el espacio mundial. Lejos de eso, por su propio carácter el capitalismo articula múltiples espacios-tiempos o contextos que son histórica y estructuralmente desiguales y heterogéneos y configura con todos ellos un mismo y único orden mundial. En otros términos, este patrón de poder es mundial, no puede existir de otro modo, pero se "desarrolla" de modos diferentes y en niveles distintos en diferentes espacios-tiempos o contextos históricos. O, mejor, tales espacios-tiempos se diferencian por el modo y el nivel de ese patrón de poder. Esto es, en el debate sobre desarrollo-subdesarrollo, algunos de tales espacio-tiempos son reconocidos como desarrollados en el actual mundo capitalista en comparación con otros que estarían en vías de desarrollo y el resto reconocidos como subdesarrollados. En consecuencia lo que está en debate acerca del desarrollo del capitalismo es una doble cuestión. Por un lado, se trata de las condiciones y determinaciones históricas que explican tan diferente trayectoria del desarrollo del patrón de poder capitalista entre regiones y países del mundo. Y, por otro, si es todavía realista para los latinoamericanos tentar el desarrollo capitalista. Respecto de la primera pregunta es posible sostener que la sociedad capitalista es más desarrollada en aquellos países donde el moderno Estado-nación es más democrático, más nacional y más fuerte; y que en todos los países de avanzado desarrollo de ese capitalismo, el proceso que ha llevado hasta allí ha sido presidido por el Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 105 desarrollo del moderno Estado-Nación (Quijano, 2000c). La idea de progreso fue reformulada bajo el concepto de Desarrollo a inicios del siglo XX, y en especial desde la década de 1940. Según Escobar (2007), el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, en 1949 presentó la idea del Desarrollo directamente vinculada a la de subdesarrollo: unos países han avanzado en la ruta del progreso y otros están atrasados. De esta manera, América Latina y otras regiones del sur, debían aplicar un conjunto de políticas, instrumentos e indicadores para salir del ―subdesarrollo‖ y llegar a la deseada condición del ―desarrollo‖. El desarrollo es un proyecto del capitalismo en diversas vertientes, no solo en lo económico. Por ejemplo, se trata de un proyecto cultural porque surge de la experiencia particular de la modernidad europea y subordina a las demás culturas y conocimientos, las cuales pretende transformar (modernizar) bajo principios occidentales para salir de la ―tradición‖ y del ―subdesarrollo‖. El desarrollo privilegia el crecimiento económico, la explotación de los recursos naturales, la lógica del mercado y la búsqueda de satisfacción material e individual por sobre cualquier otra meta, e involucra una serie de principios: el individuo racional, no atado a ningún lugar ni comunidad; la separación de la Naturaleza y de la cultura; la economía separada de lo social y lo natural; la primacía del conocimiento experto por encima de todo otro saber erosionando la diversidad humana y cultural (Escobar, 2009; Quintero, 2010). La idea del desarrollo está anclada en la idea del progreso y ésta a su vez se basa en una concepción epistemológica caracterizada por el dualismo y el evolucionismo. Lo primero significa la separación de la realidad social en polaridades: ―salvaje‖―civilizado‖, ―rural‖-―urbano‖, ―atrasado‖-―avanzado‖, ―tradicional‖-―moderno‖, de modo que las sociedades son clasificadas en ―inferiores‖ y ―superiores‖, según hayan abrazado o no las pautas culturales, políticas y económicas de una modernidad específica, originada en Europa y basada en la racionalidad instrumental (Quintero, 2009; Quijano, 2000b; Lander, 2000; Escobar, 2009; Espinoza, 2010). Lo segundo, el evolucionismo, se entiende como que cada sociedad debe pasar de lo ―tradicional‖ a lo ―moderno‖, entendiéndose que solo hay un devenir histórico, lineal y ascendente, una evolución histórica de menos a más. Por tanto, cada sociedad, teniendo como espejo a EuropaEstados Unidos, debe buscar el ―progreso‖ y el ―desarrollo‖. En lo que respecta a la Naturaleza, la visión dominante la separa de la vida social y la ubica como un objeto que debe ser dominado, explotado para alcanzar el progreso y el desarrollo de la humanidad, y esto según las reglas del mercado, asignándole un precio y privatizando su acceso. El 106 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo ethos del progreso está íntimamente relacionado con las posturas culturales propias de la modernidad de origen europeo. Aparece bajo la atribución de un nuevo protagonismo otorgado al ser humano, por fuera de la Naturaleza, la que debía ser dominada y manipulada. Sir Francis Bacon, como ya se adelantó, plasmó esta ansiedad en un mandato al reclamar que ―la ciencia torture a la Naturaleza, como lo hacía el Santo Oficio de la Inquisición con sus reos, para conseguir develar el último de sus secreto‖. Poco a poco la idea de progreso se convirtió en uno de los conceptos dominantes y más influyentes (Nisbet, 1986), propagándose hacia América Latina, en un largo proceso que empezó con la conquista y que luego transitó durante la fase colonial y se proyectó en las jóvenes repúblicas. En ese largo devenir las concepciones alternativas propias de las culturas originarias fueron minimizadas, subordinadas y relegadas. En el siglo XIX la idea del progreso ya está consolidada en las elites de las repúblicas latinoamericanas y explica muchos aspectos de la estructuración económica y productiva de esos tiempos (Gudynas y Acosta, 2011). Carr (1985) argumenta, además, que desde la Revolución Francesa el progreso fue entendido como abundancia material a partir de la explotación de la Naturaleza, elevando el concepto de productividad a un nuevo y lugar central dentro de los hechos humanos. ―Correspondería a los fisiócratas y a Adam Smith insistir en que la riqueza de las naciones no proviene del comercio, sino de la producción, distinguir entre desembolso de riqueza para el consumo y desembolso en inversiones para fomentar una producción ulterior, convirtiendo la productividad de toda la sociedad en la preocupación de la economía política‖ (Carr, 1985: 30). El Buen Vivir o la crítica descolonial al progreso y al Desarrollo Surgido en la última década en América Latina, a partir de la resistencia al despojo e irracionalidad del capitalismo, el Buen Vivir es una alternativa orientada a tratar de rehacer la vida socialambiental a partir de la solidaridad humana y con la Naturaleza, no sólo en la actividad económica y productiva sino en todas las dimensiones de la existencia social. En esta medida, el Buen Vivir es una ruptura con el Eurocentrismo, tanto en la producción de conocimiento, de memoria histórica, de imaginario y de fundamento de las relaciones sociales, y ha tenido una cristalización legal constitucional en Bolivia y Ecuador, estableciendo una visión relacional entre humanos y no humanos, y de sentido de pertenencia a la Naturaleza y de la necesidad de cuidarla. En términos epistémicos, esta postura plantea el reencuentro entre sociedad y Naturaleza, el retorno a una visión relacional, entre ambos, lo que significa dejar de lado el enfoque sujeto-objeto que ha fundamentado la acción social de tipo instrumental en la modernidad-colonialidad (Walsh, 2008; Marañón, 2012). De este modo, el Buen Vivir constituye el reencuentro entre sociedad y Naturaleza, ambas Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 107 separadas de hecho a partir de la imposición de la Colonialidad del Poder, desde finales del siglo XVI, lo que significaba (y sigue significando) una clasificación social jerárquica de la gente a partir de la idea de raza. Esta racialización de las relaciones sociales y de la clasificación social básica de las gentes, esta dualización de la población del nuevo patrón de poder entre humanos y semi/humanos, entre humanos naturalizados racialmente como superiores e inferiores entre sí, fue decisiva para la elaboración del dualismo radical cartesiano (separación entre razón y Naturaleza, entre sujeto y objeto) y su aceptación como el fundamento mismo de la racionalidad moderna, moderna pero también colonial, en la medida en que se basaba en un criterio de diferencias sociales a partir de diferencias biológicas (Quijano, 2009). Dávalos (2008) sostiene que la teoría económica vigente adscribe al paradigma cartesiano del hombre como ―amo y señor de la Naturaleza‖, y comprende a la Naturaleza desde una ámbito externo a la historia humana (un concepto que incluso es subyacente al marxismo), lo que posibilita su dominación y explotación; en cambio, el Sumak Kawsay (Buen Vivir) incorpora a la Naturaleza en la historia. Se trata de un cambio fundamental en la episteme moderna, porque si de algo se jactaba el pensamiento moderno es, precisamente, de la expulsión que había logrado de la Naturaleza de la historia. Así, con el Buen Vivir a) se abandona la pretensión del desarrollo como un proceso lineal, de secuencias históricas que deben repetirse; b) se defiende otra relación con la Naturaleza, donde se la reconoce sujeto de derechos, y se postulan diversas formas de continuidad relacional con el ambiente; c) no se economizan las relaciones sociales, ni se reducen todas las cosas a bienes o servicios mercantilizables; d) se reconceptualiza la calidad de vida o bienestar en formas que no dependen solamente de la posesión de bienes materiales o los niveles de ingreso, lo que implica la importancia otorgada a explorar la felicidad y el buen vivir espiritual; e) se va más allá de una postura materialista, ya que en su seno conviven otras espiritualidades y sensibilidades; y se potencia la importancia de la ética pues se trata de otra forma de concebir y asignar valores; f) se lucha por la descolonización de los saberes; y g) por una toma de decisiones democrática. El identificar valores intrínsecos en lo no-humano es uno de los elementos más importantes que diferencia a esta postura de la Modernidad occidental. A partir de esta nueva mirada inmediatamente se redefinen las comunidades, ampliándose a lo no-humano, y se generan concepciones alternas de la Naturaleza (Gudynas y Acosta, 2011). 108 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Este es uno de los aportes fundamentales del Buen Vivir, es decir, recuperar la unidad, la complementariedad entre sociedad y Naturaleza, estableciendo entre ambas un vínculo relacional y no de exterioridad, como una alternativa que surge de los pueblos de esta región y como una vía para la subsistencia humana, en base a los conocimientos ancestrales de respeto a la Naturaleza. ―El Buen Vivir es un fenómeno cuyo interés es la señal que hemos ingresado en un periodo histórico radicalmente nuevo; es signo no solo de una resistencia sino que tiene un carácter propio: constituye una propuesta como proceso de una genuina alternativa histórica en un crucial periodo histórico del mundo‖ (Quijano, 2011). En el debate mismo sobre los horizontes alternativos al capitalismo el Buen Vivir debe ser ubicado en una perspectiva anticapitalista, para que pueda lograr su concreción descolonizadora. En palabras de Quijano “Lo que aquí propongo es abrir una cuestión crucial de nuestro crucial período histórico: Bien Vivir, para ser una realización histórica efectiva, no puede ser sino un complejo de prácticas sociales orientadas a la producción y a la reproducción democráticas de una sociedad democrática, un otro modo de existencia social, con su propio y específico horizonte histórico de sentido, radicalmente alternativos a la Colonialidad Global del Poder y a la Colonialidad/Modernidad/Eurocentrada” (Quijano, 2011:77; énfasis propio). Los derechos de la Naturaleza Los derechos de la Naturaleza La idea y la práctica cotidiana del progreso-desarrollo están encontrando sus límites en la devastación de los sistemas ecológicos planetarios y amenazando la viabilidad misma de la vida humana sobre la Tierra. Frente a esta situación, el Buen Vivir plantea una nueva forma de relación entre los humanos y los demás seres existentes sobre el globo terrestre. Una relación de reciprocidad y complementariedad que se expresa en la necesidad de reconocer los límites físicos del desarrollo convencional y subordinar los objetivos económicos a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales, sin perder de vista el respeto a la dignidad y la mejoría de la calidad de vida de las personas (Acosta, 2011: 196 y 2010). Esta lucha de liberación es, ante todo, un esfuerzo político que empieza por reconocer que el sistema capitalista destruye sus propias condiciones biofísicas de existencia. Dotar de Derechos a la Naturaleza significa, entonces, alentar políticamente su paso de objeto a sujeto, como parte de un proceso centenario de ampliación de los sujetos del derecho. Del actual antropocentrismo debemos transitar al biocentrismo, lo que implica organizar la economía preservando la integridad de los procesos naturales, garantizando los flujos de energía y de materiales en la biosfera, sin dejar de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 109 preservar la biodiversidad. De este modo, si los humanos tienen derechos ambientales, es decir derechos a un ambiente sano y no contaminado, la Naturaleza tiene derechos ecológicos, que deben permitir mantener los sistemas de vida, esto es, asegurar la persistencia y sobrevivencia de las especies y sus ecosistemas, como conjuntos, como redes de vida (Acosta, 2011: 198-199; Gudynas, 2011). En las constituciones ecuatoriana y boliviana, aprobadas en 2008 y 2009, respectivamente, es posible encontrar estas preocupaciones respecto de la Naturaleza, con diferencias importantes. En la constitución ecuatoriana se incluyen los derechos ambientales como derechos de tercera generación y, al mismo tiempo, se reconocen los derechos propios de la Naturaleza; los primeros, como ya se ha mencionado, se refieren a los derechos de las personas y mientras que los segundos son derechos ecológicos, es decir de la Naturaleza. Por tanto, el Buen Vivir plantea proteger el ambiente para mantener una buena calidad de vida para las personas y, de manera simultánea, proteger a la Naturaleza independientemente de los beneficios o perjuicios para las personas. De modo diferente, en la carta magna boliviana se establecen derechos ambientales como derechos de tercera generación, pero no existe un reconocimiento de los derechos de la Naturaleza (Gudynas, 2011: 234-235). En diciembre de 2010, el gobierno boliviano aprobó la Ley de Derechos de la Madre Tierra (Estado Plurinacional de Bolivia, 2010), la misma que define a la Madre Tierra como el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común. En su versión corta consta de tres capítulos y diez artículos, en los que se consagran los principios de la misma (armonía, bien colectivo, garantía de regeneración, respeto y defensa de los Derechos de la Madre Tierra, no mercantilización e interculturalidad). Asimismo se la declara sujeto colectivo de interés público, y dota a todas las bolivianas y bolivianos de los derechos establecidos en la ley, al formar parte de la comunidad de seres vivos que componen la Madre Tierra, de forma compatible con sus derechos individuales y colectivos. La ley define tanto los Derechos de la Madre Tierra (a la vida, a la diversidad de la vida, al agua, al aire limpio, al equilibrio, a la restauración y al derecho a vivir libre de contaminación) como los deberes del Estado Plurinacional, especialmente en lo que respecta al desarrollo de políticas públicas en defensa de la Madre Tierra, así como formas de producción y patrones de consumo equilibrados y bajo la perspectiva del Vivir Bien (Arconada, 2009). Hacia otras economías 110 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo La situación de deterioro social y ecológico es extremadamente grave a consecuencia de la forma en que el ser humano y la Naturaleza son considerados en el capitalismo: como objetos de dominación y explotación. Por tanto es indispensable estimular la reflexión crítica sobre los fundamentos de la economía dominante, proponer una organización productiva basada en una racionalidad liberadora (de los seres humanos) y en una racionalidad solidaria (con la Naturaleza). Esto significa pensar y practicar la solidaridad en un contexto de crisis global del capitalismo colonial-moderno en el que va emergiendo un nuevo horizonte de sentido histórico sustentado en la desmercantilización de la vida y de la Naturaleza, resignificando las concepciones y prácticas sociales dominantes. Así, las nuevas propuestas, desde la totalidad, apuntan a una reformulación de lo que se llama economía ya que ésta es una dimensión orientada a la satisfacción de las necesidades que no está separada de los otros ámbitos de la existencia social. Dichas propuestas implican, además, re-discutir la escasez como la base de la asignación de ―recursos‖, la asimilación del trabajo en general como trabajo asalariado, la relación cosificadora con la Naturaleza y colocar a la reciprocidad (intercambio de trabajo y fuerza de trabajo sin pasar por el mercado), simétrica, como el eje básico de las relaciones sociales. Este esfuerzo debe tener como punto de partida la deconstrucción del concepto de economía dominante, teniendo en cuenta los aportes de Escobar (2007), Esteva (1996) y Marañón (2012). Escobar (2007), destaca que la economía occidental es considerada generalmente como un sistema de producción. Sin embargo, desde la perspectiva de la antropología de la modernidad, la economía occidental debe verse como una institución compuesta por sistemas de producción, de poder y de significación. Los tres sistemas, que se fusionaron a finales del siglo XVIII, están ligados en forma indisoluble al desarrollo del capitalismo y de la modernidad. La economía no es única o principalmente una entidad material. Es sobre todo una producción cultural, una forma de producir determinados sujetos humanos productivos y órdenes sociales. Aunque la historia de la economía occidental es bien conocida en el nivel de la producción –el surgimiento del mercado, los cambios en las fuerzas productivas, en las relaciones sociales de producción, los cambios demográficos, la transformación de la vida cotidiana material, y la mercantilización de la tierra, el trabajo y el dinero– los análisis de poder y significación han sido incorporados en la historia de la economía occidental en un grado mucho menor. El poder ingresó en la historia de la economía porque la institucionalización del sistema de mercado requirió una transformación drástica del individuo –la producción de lo que Foucault (1979) ha llamado ―cuerpos dóciles‖– y la regulación de las poblaciones de manera coherente con los movimientos del capital. La gente no asistía alegre ni por su propia voluntad a las fábricas. Por el contrario, se necesitó un régimen completo de disciplina y Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 111 normalización. Además de la expulsión de campesinos y siervos de sus tierras y de la creación de una clase proletaria, la economía moderna exigió la reestructuración profunda de los cuerpos, los individuos y las formas sociales. La reestructuración del individuo y de la sociedad se logró mediante diversas formas de disciplina y de diversas intervenciones que conformaron el campo ya mencionado de lo social. El resultado de este proceso, Homo economicus, es un sujeto normalizado que produce bajo ciertas condiciones físicas y culturales. La acumulación de capital, la difusión de la educación y de la salud, y la regulación de la movilidad de la población y la riqueza requirieron nada menos que el establecimiento de una sociedad disciplinaria (Foucault, 1979). En relación con la significación, el primer aspecto histórico que debemos considerar es la invención de ―la economía‖ como campo autónomo. Es bien sabido que uno de los aspectos esenciales de la modernidad es la separación de la vida social en esferas funcionales (―la economía‖, ―la política‖, ―la sociedad‖, ―la cultura‖), cada uno regido por sus propias leyes. En sentido estricto, este es un desarrollo moderno. Esteva (1996) enfatiza el proceso que tuvo lugar ―durante el siglo XIX, pero en realidad mucho antes en Europa, para asociar la construcción social del desarrollo con el diseño político de extraer de la sociedad y la cultura una esfera autónoma, la económica, e instalarla en el centro de la política y la ética. Esa transformación brutal y violenta, que concluyó primero en Europa, estuvo siempre asociada con la dominación colonial en el resto del mundo. Economización y colonización eran sinónimos‖ (Esteva, 1996: 59). ―Como construcción conceptual, la economía trata de subordinar a su dominio y subsumir en su lógica cualquier otra forma de interacción social en cualquier sociedad que invade‖. De este modo, ―establecer el valor económico exige desvalorizar todas las demás formas de existencia social… La metamorfosis grotesca de hombres y mujeres autónomos en desvalorizados 'hombres económicos' fue de hecho una precondición para la emergencia de la sociedad económica, una condición que debe renovarse, reconfirmarse y profundizarse continuamente para que el dominio económico pueda proseguir. El desvalor es el secreto del valor económico, y no puede crearse sino con violencia y frente a continua resistencia… Los padres fundadores de la teoría económica vieron en la escasez la piedra angular de su construcción teórica. El hallazgo marcó la disciplina para siempre. Toda la construcción de la teoría económica se sustenta en la premisa de la escasez, postulada como una condición universal de la vida social. La 'ley de la escasez' fue construida por los economistas para denotar el supuesto técnico de que los deseos del hombre son grandes, por no decir infinitos, mientras que sus medios son limitados aunque mejorables. El supuesto implica elecciones sobre la asignación de medios (recursos). Este 'hecho' define el 'problema económico' par excellence, cuya 'solución' proponen los economistas por 112 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo medio del mercado o del plan‖ (Ibíd.: 60-61). Finamente, Marañón (2012), plantea la necesidad de que los movimientos sociales centrados en la resistencia a los ataques del capital, pongan mayor atención a la formulación de alternativas concretas inspiradas en el Buen Vivir, pues en relación a los años ochenta, cuando el capitalismo depredador parecía indetenible y habían sido derrotadas las propuestas emancipatorias surgidas en los albores de la modernidad/colonialidad, actualmente este capitalismo se encuentra en una profunda crisis y se cuenta ya con una propuesta alternativa de sociedad, surgida desde los pueblos de América Latina y apoyada en los saberes ancestrales. Es la recuperación, sin fundamentalismos, de la racionalidad andina (basada en la reciprocidad y solidaridad en el trabajo colectivo), que se articula a las promesas mayores de la razón histórica (igualdad, libertad, solidaridad, democracia), para articular las bases de otra racionalidad que oriente la acción social hacia la emancipación definitiva de la humanidad, a partir del respeto a la Naturaleza. Se va poniendo en práctica una ―economía propia‖. Para los comuneros y comuneras Nasa de distintas zonas del Cauca colombiano, ―la economía propia es ante todo una forma de defensa, control y administración de los territorios… nosotros creemos que deben ser actividades económicas y productivas para favorecer la soberanía alimentaria, la sostenibilidad de los territorios y de la vida… pero seguridad alimentaria no es que la comida está segura en las tiendas ni en los supermercados… Entonces, la soberanía alimentaria es el eje transversal del programa económico y ambiental de la organización‖ (Quijano Valencia, 2012: 232). Soberanía alimentaria, territorialidad, lugar, agroecología, reciprocidad, eficiencia ecológica-económica, propiedad familiar-colectiva, gestión colectiva, son algunos de los elementos que van constituyendo una nueva visión de la forma de producir y satisfacer las necesidades básicas, asociada al emergente horizonte de sentido histórico y al Buen Vivir que se orienta a la desmercantilización de la vida y de la Naturaleza e impulsa la reciprocidad como eje de las relaciones sociales de una sociedad libre de la Colonialidad del Poder (Marañón, 2012). Comentarios finales En este trabajo se ha tratado de plantear la necesidad de repensar los problemas ambientales, de la Naturaleza y el agua a partir de una posición crítica a la forma en que el conocimiento científico dominante, eurocéntrico, como expresión de relación de poder, ha moldeado nuestra comprensión de la vida social y natural, en un sentido de exterioridad hacia la Naturaleza, a través de ciertos conceptos e imaginarios que orientan la acción social, a la búsqueda de la satisfacción de nuestras Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 113 necesidades centradas en la abundancia material según criterios impuestos desde los sectores dominantes, a escala mundial. El progreso-desarrollo, basado en la razón y en la ciencia y tecnológica sigue siendo la concepción dominante y de sentido de la vida social. Es una visión homogenizante, vertical que nos empuja a tratar de alcanzar los estilos de vida, las instituciones, los valores y las normas que son parte de la existencia social de los países europeos y de Estados Unidos. Esta visión propone y practica la dominación de los humanos por los humanos y de Naturaleza por los humanos, a partir de una racionalidad instrumental, lo que nos está conduciendo a una amenazante situación de riesgo en relación a las condiciones ecológicas que permiten nuestra existencia social. Esta emergencia de una nueva propuesta societal, el Buen Vivir que nos invita a darle otro sentido a nuestras vidas, a partir del establecimiento de relaciones de reciprocidad y complementariedad entre las personas y con la Naturaleza. Este horizonte histórico de sentido pone en el centro la necesidad de reorganizar nuestras vidas a partir del cuidado de la Naturaleza, estableciendo otras pautas de producción y consumo que rompan con los criterios de eficiencia maximizadora y de exterioridad que caracterizan a la economía dominante. Bibliografía Acosta, Alberto (2011), ―Solo imaginando otros mundos, se cambiará éste. Reflexiones sobre el Buen Vivir‖, en Ivonne Farah y Luciano Vasapollo (coords.), Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista? La Paz: CIDES-UMSA/Sapienza/OXFAM. Acosta, Alberto (2010), ―Hacia la Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, AlaiAmlatina‖, en América Latina en Movimiento, Nº 454, abril de 2010, Quito: coedición ALAI – Fundación Solón. Arconada, Katu (s/f), ―Para Bolivia y para el mundo: Ley de derechos de la madre tierra‖. Disponible en http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010120801, (consultado el 30 de mayo de 2015). Bury, John (1971), La idea del progreso. 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Si nos circunscribimos al ámbito de la ciudad de Buenos Aires, es bastante frecuente el desarrollo de políticas culturales que promueven la valorización del tango en tanto patrimonio local. En este sentido, un aspecto que debería recibir atención es conocer el modo en que estas políticas intervienen, inciden y redefinen las dinámicas de determinados practicantes y grupos de pertenencia que se identifican con este género popular de diversos modos. Más aun, si tenemos en cuenta que estas políticas públicas suelen desencadenar tanto acompañamientos como prácticas reactivas por parte de los distintos grupos y sectores de la población. De manera que a partir de este “giro” patrimonial que exhibe el tango nos planteamos reflexionar sobre algunos de los desafíos a los que éste se enfrenta en los albores del siglo XXI. A menudo cuando nos referimos al patrimonio cultural nos enfrentamos con una idea de sentido común, ésta consiste en asociar al patrimonio con la actividad de protección y promoción de determinados bienes y expresiones culturales que encarnan y representan al pasado y la identidad de un pueblo. En general, se considera a estos bienes culturales como un legado frágil y no renovable por lo que estas “cosas del pasado” a las que se les atribuye un valor singular y excepcional se dice que deben ser conservadas para así poder ser transmitidas a las futuras generaciones (Rosas Mantecón 1998; Smith 2011). Como veremos, si bien esta preocupación es muy válida, es importante tener en cuenta que en realidad una de las cosas que implica la tarea de preservación y promoción del patrimonio es que permite validar determinadas identidades, memorias, lugares, objetos y prácticas culturales por encima de otras, a menudo defendiendo éstas como patrimonio cultural de una nación o de la humanidad (Smith 2011). De manera que la puesta en marcha de estas intervenciones en tanto políticas patrimoniales, supone un proceso de legitimación en el que se suele imponer determinada narrativa y punto de vista sobre el pasado como más legítimo que otros. * Doctor en Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires y docente de la misma. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 117 En este sentido la categoría de patrimonio cultural por mucho tiempo estuvo estrechamente relacionada al origen y el desarrollo de los estados nacionales. Justamente la exaltación del patrimonio fue un poderoso recurso en el proceso de formación y consolidación de los estados nación, quienes a través de la promoción de determinadas identidades culturales favorecieron la construcción de imaginarios nacionales bastante unificados. Así, el campo de acción del patrimonio durante el período de formación de los estados nación operó homogenizando las diferencias hacia el interior de los territorios nacionales, desconociendo y negando al mismo tiempo el legado cultural de distintos sectores subalternos. En otras palabras, la construcción del patrimonio nacional invisibilizó selectivamente aquellas prácticas y manifestaciones disonantes que involucraban a las formas de vida de las clases trabajadoras, los sectores populares, los grupos indígenas, los inmigrantes o los afrodescendientes, entre otros. Fue justamente este proceso de construcción de una identidad nacional en la que predominó una narrativa monocultural, lo que por mucho tiempo no permitió que se considere al tango y a otras expresiones populares como parte de ―nuestro patrimonio‖, al menos desde el ámbito de las políticas culturales oficiales. De ahí que el ―giro‖ patrimonial que evidenció el tango a partir de la década de 1990, tanto a nivel nacional como municipal a través de sus respectivas declaratorias oficiales, así como la nominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (PCIH) concedida por la UNESCO en el año 2009 (compartida con Uruguay) fueron todas ellas declaratorias novedosas y de algún modo contrastantes con la vieja noción de patrimonio (Morel 2009, 2011). Recordemos que esta vieja noción asumía a la identidad nacional no solo como un legado cultural inalterable, una especie de ―substancia intrahistórica que persiste‖ como afirmaba Ricardo Rojas, sino también como proveniente de un pasado ancestral y remoto (Blache 1991-92). Pongamos un ejemplo. En el caso de la Argentina a comienzos del siglo XX la ideología oficial sustentaba que el patrimonio como ―esencia‖ del ser nacional se hallaba en determinadas expresiones culturales. Estas expresiones eran consideradas provenientes de una larga tradición rural y criolla, una tradición selectiva que legitimó cierto simbolismo asociado a los modos de vida de la figura del gaucho de la región de las pampas (Blache 1991-92). Fue en este contexto de efervescencia nacionalista y de formación del Estado moderno (de fines del siglo XIX y comienzos del XX) que esta identidad arquetípica referida a lo criollo adquirió primacía, con un claro predominio sobre otras expresiones populares que podríamos reconocer como ―emergentes‖ por aquel entonces, en cuyo caso el tango fue su más fiel exponente, surgido de un contexto de grandes transformaciones sociales y al calor de la enorme heterogeneidad cultural que se evidenciaba en Buenos Aires y otras ciudades portuarias, producto de las migraciones tanto externas como internas. A la luz de este contexto sociohistórico, aunque claro esta analizándolo desde el presente, el 118 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo proyecto de patrimonializar al tango era evidentemente un proyecto inviable desde el punto de vista de la cultura oficial, ya que éste era percibido como una expresión más bien perturbadora y no como parte de “nuestra cultura”: sea porque se lo asociaba con las formas de expresión y de vida de los sectores populares que habitaban las márgenes de la ciudad o por su carácter “híbrido” (ya que el tango evidenciaba claras influencias no solo de los grupos étnicos afrodescendientes, sino también de los inmigrantes europeos que recién “bajaban de los barcos”), aspecto que hacía que el tango sea calificado por los sectores de elite de la época como una manifestación bastante plebeya y próxima a lo decadente. Si bien, esta tendencia de rechazo se fue aminorando con el tiempo, persistió en el discurso de sectores de la burguesía argentina expresiones de desaprobación, particularmente sobre el baile del tango, condenándolo muy frecuentemente como una práctica de tipo “inmoral”. Como sabemos este discurso de las elites locales comenzó poco a poco a revertirse cuando el tango fue aceptado en Europa, momento en que se produce la primera circulación internacional del baile de tango y este “triunfa” como un boom en los salones de París a partir de 1910. Podríamos afirmar que fue a partir de aquel momento en que ocurre lo que algunos autores han denominado como el “nomadismo” del tango. Al respecto, el musicólogo Ramón Pelinski reconoce dos tipos ideales de tango, uno “porteño” y uno “nómade”: “El tango porteño está territorializado en el Río de la Plata, particularmente en Buenos Aires. El ‘tango nómade’ ha abandonado su territorio para multiplicarse en diásporas imprevisibles por el mundo y, ya en otras latitudes, reterritorializarse sobre otros cielos y otros mares” (Pelinski 2000: 27-29). De ahí que, si bien es cierto que el tango es muy conocido internacionalmente, en él habita una especie de juego de espejos y máscaras, como señaló el antropólogo Eduardo Archetti (2003: 41). Ello significa que su identidad no se reduce a cómo los argentinos y rioplatenses lo definimos sino que, como producto de un largo proceso histórico, esta identidad del tango incluye contextos más amplios que expresan interconexiones y relaciones globales muy tempranas. Luego de esta breve digresión volvamos a la cuestión patrimonial. Podríamos decir que fue a este proceso de “nomadismo” del tango al que apuntó el discurso de Argentina y Uruguay en su fundamentación de por qué el tango rioplatense debía ser salvaguardado como PCIH. De este modo en el Formulario de inscripción para la Lista Representativa que se presentó ante la UNESCO53, lo que se explicitó es que existe la necesidad de proteger al tango desde el punto de vista de su continuidad histórica en el Río de la Plata, en particular, esgrimiéndose que en el extranjero ha proliferado una imagen bastante distorsionada del tango que aquí conocemos. De allí que el formulario presentado destaca los efectos del mercado y la globalización como fuente de peligro 53 Para acceder al formulario de nominación ver: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?RL=00258 (Consultado el 5 de agosto de 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 119 para el patrimonio rioplatense, ello ligado a una progresiva pérdida de autenticidad que tiende a crear una imagen demasiado homogénea y estereotipada del tango. Teniendo en cuenta todos estos antecedentes, cabe reflexionar sobre las políticas culturales que se vienen implementando a nivel local, identificando algunos de los desafíos a los que se enfrentan. Para ello voy enumerar tres estrategias políticas diferentes que en la actualidad considero que afectan el desenvolvimiento del tango en la ciudad de Buenos Aires: me voy a referir a las estrategias políticas de mega eventos, a las políticas populares locales y a las políticas de los lugares. Primeramente me voy a centrar en las políticas de mega eventos. Sabemos que entre los eventos de mayor envergadura y difusión que organiza la ciudad en la promoción del género están el Festival Buenos Aires Tango y el Campeonato Mundial de baile, eventos que vienen realizándose de modo ininterrumpido desde hace más de 10 años. Sin embargo, notamos que con el correr de los años estos eventos fueron modificando sus modos de organización. A grandes rasgos esta transición implicó el abandono de acciones y eventos descentralizados y de menor escala a la producción de un solo evento masivo y acotado en el tiempo. De manera que, simultáneamente a que estos eventos culturales fueron concentrando y unificando sus actividades en delegaciones o sedes centrales, por otro lado, se hizo notorio que los distintos barrios de la ciudad fueron quedando desprovistos de iniciativas culturales oficiales, por lo que la realización de estos mega eventos centralizados fue dejando de lado y postergando aquellas formas de disfrute y participación que se daban en los espacios barriales de pequeña escala. Lo que llama la atención es que si bien en reiteradas ocasiones distintos actores y organizaciones culturales manifestaron sus desencantos con este tipo de oferta cultural, la cual obedece a una lógica excesivamente centralizada, la gestión oficial siguió poniendo en primer término el carácter estratégico que tiene esta política en función de la promoción que representa para el turismo internacional. Subrayemos que el problema de estas intervenciones en el campo de la cultura es que tienden a subsumir a los bienes y expresiones patrimoniales a un imaginario hegemónico que pone en marcha una forzada ―espectacularización‖ de la cultura, con frecuencia a partir de propuestas más orientadas a lejanos públicos receptores que a los deseos y anhelos de participación de la población local (Morel 2013). ¿Es posible gestionar eventos culturales que vayan más allá de una espectacularización del patrimonio tan ligada a los imaginarios hegemónicos? Algunas experiencias recientes muestran que sí. En este caso la aparición de proyectos culturales alternativos no provino precisamente de las agencias gubernamentales sino del activismo de diversos sectores de la población estrechamente relacionados con el tango. Para ello quisiera referirme a la segunda estrategia que mencioné 120 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo anteriormente vinculada con las políticas populares locales. Un hecho interesante de observar es que el descontento desatado por una política cultural oficial que se limita a la realización de megaespectáculos, es que no condujo necesariamente a una disminución de los reclamos sino que, por el contrario, fue generando un conjunto de demandas e intervenciones novedosas en torno a cómo debe definirse y funcionar una política cultural pública más inclusiva y participativa. Buscando promover mayores espacios de participación esta serie de reclamos incluyeron: desde sectores que presionaron a la política estatal para que realice algunos cambios de rumbo hasta la aparición de distintas acciones de intervención cultural, que podríamos caracterizar como ―autogestivas‖, las cuales concretamente se evidenciaron en relación a la música a partir de la organización a nivel barrial de distintos ―festivales‖ de tango o en el ámbito del baile en la realización de ―campeonatos‖ para aficionados organizados por y entre las propias milongas porteñas (Morel 2013, 2015). De algún modo u otro, estas novedosas iniciativas culturales emanadas ―desde abajo‖ y gestadas de un modo autogestivo fueron generando la organización de nuevas redes y grupos que tienen como propósito desarrollar otros usos y formas de apropiación del tango en el espacio urbano. A su vez, este activismo cultural planteó acciones que van más allá de los límites de las políticas de megaeventos, iniciativas que pugnan por una mayor democratización y participación en el quehacer local del tango. En definitiva a partir de estas iniciativas comenzó a gestarse una discusión sobre las posibilidades de estos proyectos que permiten incrementar el acceso y el acercamiento de un nuevo y más amplio público para el tango. El tercer y último punto al que quisiera referirme está vinculado a lo que llamo las políticas de los lugares. En relación a ello si bien algo importante es que las nuevas concepciones y políticas de preservación del patrimonio cultural reconocen y definen los aspectos inmateriales del mismo, no siempre tienen demasiado presente la importancia que tienen los lugares en tanto espacios sociales de pertenencia y reproducción cultural. El problema aparece cuando las políticas de preservación del patrimonio inmaterial se reducen al mero registro e inventario de los conocimientos y las prácticas, desconsiderando las condiciones materiales necesarias para la existencia de dichos bienes patrimonializados, y por tanto no dando cuenta de la complejidad de las expresiones que se pretende proteger (Tomaso 2005: 17). En este sentido no habría que perder de vista estos lugares del patrimonio, en tanto territorios concretos e imaginados, a través de los cuales los grupos reproducen y modifican su identidad. Más aún teniendo en cuenta los lazos estrechos, y a veces imperiosos, que se establecen entre estos lugares y los sentimientos de pertenencia que allí se construyen a partir de la convergencia e interacción más o menos estable y regular de distintas personas y grupos (Trajano Filho 2012). Si trasladamos estas reflexiones a los lugares y las escenas locales en donde se vive y recrea Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 121 cotidianamente el tango, indefectiblemente tenemos que referirnos a aquellos espacios físicos en donde se suele ir a escuchar o a bailar el 2x4 en Buenos Aires, aquellos que funcionan y abren sus puertas durante todo el año. El problema es que estos lugares no están escindidos de un encuadre mayor que afecta su funcionamiento y continuidad. Esto quedó bastante demostrado en el accionar reciente de algunas políticas públicas en la ciudad, las cuales derivaron en clausuras repentinas de más de media docena de milongas54, obligando a cerrar temporalmente sus puertas a “emblemáticos” lugares de baile como el club Sin Rumbo, el club Sunderland o el salón Canning, así como también se clausuraron otros espacios en donde se suelen presentar distintos grupos musicales y orquestas tango. Todo esto nos lleva a pensar y a reflexionar sobre cierta tendencia porteña que subyace a las actuales políticas públicas, las cuales demasiado frecuentemente desconocen o desestiman la importancia que tienen los lugares y los espacios habituales de encuentro y sociabilidad, en pos de generar eventos acotados de fama internacional. De allí que las políticas públicas en sus distintos niveles deberían mostrar un mayor compromiso con estos lugares del patrimonio, considerando que es en estos espacios desde donde las personas y los grupos construyen asiduamente sentidos de pertenencia e identificación con y por el tango. Ya para ir cerrando quiero contarles una anécdota personal. Muchas veces estando en la milonga he escuchado decir, a experimentados milongueros de la noche porteña, una expresión bastante conocida que dice así: “lo que pasa es que el tango es muy generoso”. En general, para quien la enuncia, esta frase connota un sentido irónico que sugiere cierto desdén hacia aquello que se refiere. De cualquier manera, creo que el juego irónico que plantea esta frase tiene un sentido más profundo: quizás nos está recordando que frente a un mundo gobernado por la mera lógica del consumo, un mundo que privilegia las relaciones mercantiles sobre todas las demás, el secreto de la vigencia centenaria del tango es que siempre está dispuesto a dar más de lo que recibe, y es por eso que es “generoso”. Entonces ¿Cuál es el desafío para que el tango siga siendo un patrimonio profundamente “vivo” y sostenido a través del tiempo? Tal vez lo mejor sea que estemos dispuestos a abrir cada vez más y diversas puertas de entrada al tango, puertas amplias y generosas que permitan comunicar al tango que se hace y produce en nuestros días con aquel que hicieron aquellos referentes históricos que nos antecedieron. Puede que este sea un buen legado para los futuros tangueros que están por venir. Bibliografía Archetti, Eduardo (2003), Masculinidades. Fútbol, tango y polo en la Argentina. Buenos Aires: Antropofagia. 54 Ver http://www.telam.com.ar/notas/201507/112037-milonga-ciudad-pro-cierre-tango-baile.html (Consultado el 5 de agosto de 2015). 122 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Blache, Marta (1991-1992), ―Folklore y nacionalismo en la Argentina. Su vinculación de origen y su desvinculación actual‖, en Runa. Archivos para las Ciencias del Hombre, Nº XX, pp. 69-89. Crespo, Carolina; Morel, Hernán; Ondelj, Margarita (2015), ―Presentación‖, en Crespo, Carolina; Morel, Hernán; Ondelj, Margarita (comp.), La política cultural en debate. Diversidad, Performance y Patrimonio Cultural. Buenos Aires: Ciccus. 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Pelinski, Ramón (2000), ―El tango nómade‖, en Pelinski, Ramón (comp.), El tango Nómade. Ensayos sobre la diáspora del tango. Buenos Aires: Corregidor. Rosas Mantecón, Ana (1998), ―Presentación‖, en Alteridades, Nº 8, pp. 3-9. Smith, Laurajane (2011), ―El ―espejo patrimonial‖. ¿Ilusión narcisista o reflexiones múltiples?‖, en Antípoda, Nº 12, pp. 39-63. Tamaso, Izabela (2005), ―A expansão do patrimônio: novos olhares sobre velhos objetos, outros desafios‖, en Sociedade e Cultura, Nº 2, pp. 13-36. Trajano Filho, Wilson (2012), ―Introducción‖, en Trajano Filho, Wilson (org.), Lugares, pessoas e grupos: as lógicas do pertencimento em perspectiva internacional. Brasília: ABA Publicações. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 123 PRÁCTICAS ALIMENTARIAS Y PATRIMONIO. ITINERARIOS Y DESAFÍOS Marcelo Álvarez* Celebro la posibilidad de este encuentro para hablar de productos, cocinas y mesas, de su valorización como bien cultural y su creciente inclusión en el universo de los nuevos patrimonios. De quince años a esta parte, los particularismos alimentarios de carácter local han tomado fuerza como expresión de una de las dinámicas propias de la modernidad alimentaria al mismo tiempo que se integran al debate que supone la ampliación de la noción de patrimonio con el otorgamiento de un valor cultural excepcional a diversas expresiones de la vida social y cotidiana. Se trata de una gestión que responde a múltiples factores relacionados con cambios más globales donde una demanda de identidad aparece relacionada con fenómenos como el turismo, los discursos sobre la biodiversidad y el desarrollo sustentable, el capitalismo tardío y la mercantilización de lo ―auténtico‖.La tradición, la localidad y la autenticidad son categorías ampliamente manipuladas en una época en que el mercado y la comunicación dominan la dinámica social. El rescate de lo local, el terruño, el paisaje y la tradición aparece como una demanda global que da paso a numerosas y diversas estrategias de gestión ambiental, económica, cultural e identitaria con el fin de promover efectos relacionados con –por ejemplo- la regeneración y el desarrollo territorial, la detención del éxodo rural, la inclusión social y la promoción turística de lugares y circuitos. Recientemente las prácticas y representaciones asociadas a la alimentación han sido reconocidas y legitimadas en el ámbito de las políticas culturales y turísticas y de la gestión de organismos internacionales como UNESCO y OMT. En UNESCO se han considerado con diferente suerte los procesos de patrimonialización de la ―dieta mediterránea‖ del olivo, el trigo y la vid; de las cocinas tradicionales mexicanas ligadas por el eje integrador del maíz, el frijol y el chile; de las cocinas regionales peruanas y su exaltación de la biodiversidad (con los innumerables productos provenientes del mar, los Andes y la selva amazónica); y de las gastronomías regionales de Francia y sus productos protegidos por denominaciones de origen o indicaciones geográficas. Estas iniciativas se proponen como herramientas para el resguardo de técnicas, prácticas y conocimientos culinarios que se han transmitido de generación en generación y que son considerados como relevantes y representativos de cada país. Al mismo tiempo dejan abierto un espacio de debate sobre los retos y desafíos planteados por los modos en que el aparato internacional del patrimonio cambia categorías, principios y objetivos existentes en las políticas nacionales de patrimonio y agendas del patrimonio local. * Antropólogo/ Investigador del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). 124 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Nuestra presentación intenta ser una rápida aproximación a la trayectoria que han seguido las gestiones para establecer las prácticas alimentarias como patrimonio inmaterial cultural. Actualmente las instituciones públicas de cultura debaten la inclusión del derecho a la alimentación como derecho cultural y se proponen recuperar, preservar y fomentar la pervivencia de la producción alimentaria a pequeña y mediana escala -con tradición, arraigo e identidad- y promover sus formas de consumo. Mientras los cocineros renuevan su objeto profesional a través de una consigna novedosa: ―gastronomía es cultura‖. Con visión estratégica u oportunismo de coyuntura, resuenan ecos de los aportes que las ciencias sociales realizaron a la explicación de las relaciones entre alimentación, cocina, cultura y los procesos de construcción de identidades colectivas. Ya lo dijo mejor Claude Fischler (1995): el hombre es un omnívoro que se nutre de carne, de vegetales y de imaginario; es decir: de nutrientes y sentidos. Sin embargo, y a pesar de ser pensada y reconocida como una conspicua constructora de sentidos, hasta hace muy poco tiempo la cocina fue un asunto ajeno o menor para gran parte del sector institucional de la cultura. Incluir la alimentación en el universo de las relaciones sociales y la cocina en el universo de la organización social (en el sentido de elaboración de sistemas para organizar y clasificar el mundo) nos permite reflexionar sobre las cocinas tradicionales en procesos de visibilización y emblematización, y pasibles de ser reconocidas hoy como monumentos de una cultura, como expresiones patrimoniales. De paso se puede recordar que en las disciplinas sociales, Émile Durkheim y Marcel Mauss fueron pioneros en demostrar a partir de análisis diferenciados como las prácticas alimentarias y los ritos en torno de ellas contribuyen al establecimiento, refuerzo y reproducción de los vínculos sociales. Por su parte, Pierre Bourdieu se ocupó del arte, la fotografía, los públicos de museos y de las formas ―menores‖ del gusto como la comida, la bebida, la decoración hogareña o la vestimenta, para dar evidencias del papel clave de esas zonas en la diferenciación de las clases. Sus textos muestran como en la cocina hay intimidad familiar, inversiones afectivas, simbólicas, estéticas, sociales y económicas, reafirmando su posición como espejo y microcosmos de la sociedad (García Canclini, 2010). También Michel De Certau y sus seguidores exploraron lo alimentario como práctica cultural, como sistema de valores que estructura la percepción y la posición de los individuos en la cotidianeidad y, por lo tanto, como parte fundante de su identidad y la de su grupo, aun cuando pase desapercibido por los sujetos (Giard, 1999). Los antropólogos demostraron que la cocina no solo remite a una cuestión de identidad sino a la lectura del sentido social: a través de ella se pueden entender la solidaridad grupal y la religión (Bronislaw Malinowski), las maneras de adaptarse al entorno natural (Marvin Harris, 1989), los procedimientos para distinguir lo propio y lo ajeno, lo permitido y lo prohibido, lo puro y lo impuro (Mary Douglas, 1973). El gran aporte de la Antropología ha sido explicitar y explicar los modos diferenciales de producción y consumo de alimentos como una Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 125 construcción material y simbólica. Y que el consumo de alimentos, las representaciones culturales y las estrategias sociales que lo sustentan, contribuyen a la producción y reproducción de los grupos sociales, a la constitución de la identidad individual y colectiva, operan sobre el cuerpo –propio y de los otros- al tiempo que son expresión de relaciones sociales y de poder. Las investigaciones sobre la formación social del gusto remarcan como las "visiones" diferenciales sobre los alimentos y su valor social inciden en la constitución de las lógicas alimentarias de los diversos grupos sociales; o dicho de otra manera: que el alimento es un material nutritivo, aceptado por la subjetividad de los deseos individuales y por los significados simbólicos propios del conjunto social. El comensal es un sujeto social que comparte una mesa y una práctica social: la de comer platos que remiten a saberes, representaciones, formas de ver el mundo, actitudes y aprendizajes compartidos. La multidimensionalidad del proceso alimentario admite una mirada tan naturalizada que cuesta reflexionar acerca de que es una práctica aprendida y por tanto mutable en tiempo, espacio y sociedad. Con estos aportes disciplinarios es posible entender que el acto de comer articula naturaleza y cultura: no sólo nutre, sino que también funda un medio universal para expresar identidades y relaciones sociales; las comidas son portadoras de sentido, dado que ejercen efectos simbólicos y reales, individuales y sociales. Los gustos, la estética, las combinaciones de sabores, los condimentos preferidos, las maneras de mesa, son gestos sociales que se relacionan con la historia y con la transmisión de los signos que distinguen a una comunidad de otra, en el cruce de tradiciones y creatividad, adopciones y recreaciones, abundancia y escasez. Las mismas recetas son parte constitutiva de la narrativa de la memoria social de una comunidad. La historicidad de la sensibilidad alimentaria explica y es explicada por las manifestaciones culturales y sociales, como espejo de un tiempo-lugar y como marcador de época. Los rituales cotidianos y extraordinarios ordenan qué, cuándo y cómo comer, porque primero han pensado la comida y por eso la hacen buena para comer (Lévi-Strauss, 1965). En síntesis: en cualquier sociedad histórica han existido y existen reglas, costumbres y clasificaciones que se entrecruzan en diferentes niveles de simbolización para señalar qué se come, cuándo, dónde, cómo y con quién. Desde finales de la década de 1980, con la intensificación del proceso de globalización y sus implicaciones, la tensión entre un presente cada vez más acelerado y la necesidad de establecer una continuidad en relación al pasado y al futuro hizo más evidente el diálogo entre tradición e innovación. La dinámica global/local de la contemporaneidad ha configurado un espacio de flujos descentrado y fluido promoviendo tanto un intenso contacto entre economías y culturas como un renacimiento de la localidad y de la región. En este contexto hay que incluir el flujo internacional de conocimientos culinarios, la emergencia de los particularismos alimentarios y los procesos de 126 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo valorización de los productos y las cocinas locales y regionales con tradición y arraigo. En estos procesos se incluyen las gestiones para la activación y recreación de productos y culinarias referenciadas como expresiones de la diversidad biocultural, ligadas a un territorio, a relaciones sociales y trayectorias económicas, a saberes y modos de hacer acumulados y transmitidos a través de una dinámica que incorpora lo propio y lo apropiado, la continuidad y la innovación, tensiones y compromisos. La aparición de estos movimientos también se vincula al debate contemporáneo sobre modelos de desarrollo sustentable alternativos a las industrias y los mercados agroalimentarios globales. Los cambios socioculturales y nutricionales provocados por la homogeneización progresiva de la alimentación cotidiana como consecuencia del pasaje de unos ecosistemas diversificados a otros hiperespecializados e integrados en vastos sistemas de producción agroalimentaria a escala internacional alejan cada vez más al productor del consumidor. Como señaló en su momento F. Jegou (1991), la industria proporciona un flujo de alimentos sin memoria en el que la dimensión simbólica de la alimentación, el universo de representaciones asociadas, ya no es resultado de un lento proceso de sedimentación entre el hombre y su alimento, sino que le preexiste: los nuevos productos poseen elementos exteriores a la cultura de la casi totalidad de los individuos a los cuales les son presentados. Los modelos alternativos proponen políticas de desarrollo sustentable que promuevan una garantía alimentaria a través del manejo racional del territorio (lo que incluye el mantenimiento de los paisajes, la protección de centros de origen de cultivos tradicionales y endémicos, la diversidad genética de especies cultivadas y la asociación de cultivos, la protección contra transgénicos), la reproducción de sistemas tradicionales de conocimientos, la equidad social y de género y el apoyo a la revalorización de la producción de los recursos agroalimentarios tradicionales y de sus potencialidades naturales, nutricionales y socioculturales. De los recursos agroalimentarios tradicionales se rescatan sus ventajas como formas de producción menos agresivas y contaminantes, la conservación de la biodiversidad y de la diversidad cultural, su importancia para contrarrestar tanto la industrialización de las cocinas como la homogeneización de los sabores y la pérdida de la seguridad y ―calidad alimentaria‖, además de su contribución al conocimiento de los territorios, las culturas alimentarias locales y la formación social del gusto. En la discusión de estos modelos fueron apareciendo propuestas de acción a favor de tradiciones culinarias que esperaban ser rescatadas de la negación, la invisibilidad o el olvido, recreadas y resignificadas, y producciones alimentarias marginales (con productos nativos, endémicos o apropiados) que pudieran ser reactualizadas y fortalecidas como recursos de la cultura popular, como parte de la memoria histórica de un lugar, una región, un país, al mismo tiempo que Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 127 económicamente valorizadas. En cualquier caso, si hasta la década de 1980 las culturas tradicionales fueron vistas como un obstáculo al desarrollo, los cambios globales produjeron una creciente atención al papel de las diversidades culturales en el crecimiento económico y las técnicas de producción, además de centrar la atención en los hábitos de consumo tradicionales como base para formas alternativas de desarrollo. No diré nada que no se haya dicho sobre cómo, desde aquellos años, la cultura fue convirtiéndose en un elemento estratégico y con la ampliación conceptual de la cultura y del patrimonio, las políticas culturales se abrieron a las industrias culturales y la economía creativa (cine, diseño, industria musical y editorial), los derechos culturales y la gestión de la interculturalidad. Los Estados comenzaron a promover con diferente suerte y sentidos diversos el reconocimiento de expresiones, actores y grupos sociales anteriormente ausentes de las trayectorias de patrimonialización. La gestión estatal fue impulsada tanto por las políticas globales en las que intervienen organismos internacionales como UNESCO, como por las iniciativas surgidas al interior de comunidades locales, grupos sociales y minorías que demandaban el reconocimiento de determinados valores culturales de bienes, sitios o prácticas para afirmar su identidad social y/o modificar su posición subordinada y desigual en la sociedad. Estas demandas también aparecen asociadas a operaciones de denuncia de situaciones de invisibilización, discriminación y exclusión social. Poco a poco, las nociones de reconocimiento (cultural) y redistribución (igualdad social) comienzan a vincularse en la definición de las nuevas políticas culturales (Camarotti, 2014). La transformación que ha implicado la trayectoria desde un régimen de patrimonio restringido a un régimen de patrimonio generalizado, donde esta categoría se suma a las nociones de cultura (en sentido antropológico), memoria e identidad, permitió que los saberes y haceres culinarios, en tanto bienes culturales pasibles de registro y protección, comenzaran a incluirse entre los denominados nuevos patrimonios (como las artesanías, las fiestas, los mercados y los santuarios) (Álvarez, 2008). Para que los denominados nuevos patrimonios adquiriesen legitimidad, fue necesario que, primeramente, se considerase la diversidad cultural como variable fundamental. Y luego fue imprescindible para que la cocina juntamente con otras expresiones culturales alcanzase este status, la institucionalización de la discusión acerca de la intangibilidad de ciertos bienes culturales y la necesidad de su registro y salvaguarda en el contexto de un campo de disputas y de negociaciones articulado a la memoria y a las identidades colectivas. En ese camino, las políticas culturales descubrieron las cocinas, y sus agentes aprendieron a conversar con productores de alimentos y cocineras tradicionales; asisten a cosechas y fiestas asociadas; organizan ferias y seminarios al mismo tiempo que procuran registrar, sistematizar y promover saberes, técnicas y recetarios. En la gestión reconocen como la dinámica alimentaria contemporánea propone juegos de interacción, influencia y convivencia entre innovaciones y tradición, creando un 128 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo escenario en que varias temporalidades se funden y se materializan en sabores, texturas y prácticas (Morais, 2011). Las políticas públicas de patrimonialización de los saberes populares y la gestión del espacio y de la naturaleza asociados a lo alimentario y las cocinas pueden rastrearse con fuerza en Europa desde la década de 1990, en un contexto donde el rescate y promoción de las prácticas alimentarias tradicionales cruza los movimientos de renovación conceptual en los organismos de la cultura con políticas alimentarias globales y regionales, la lógica del mercado agroindustrial y las reestructuraciones en el medio rural a partir de la implementación de la Política Agraria Común de la Unión Europea. En Francia se inicia (y continúa) con el inventario del patrimonio culinario del Conservatorio Nacional de las Artes Culinarias (CNAC) en 1990 bajo la tutela de los Ministerios de Cultura y de Agricultura. Lo remarcable de esta experiencia es que ya relaciona estrechamente la patrimonialización de una especialidad culinaria con la regeneración económica y la valoración turística de lo local. Desde 1995 se desarrolla el Programa ―Sitios Notables del Gusto‖ gestionado conjuntamente por los Ministerios de Cultura, de Agricultura, de Medio Ambiente y de Turismo, para promocionar el lugar de producción de un producto en gastronómico de calidad, emblemático de un territorio, con una continuidad histórica y un reconocimiento asociado, y con un entorno patrimonial arquitectónico y ambiental. El Programa apunta a sostener y promocionar el vínculo entre ese producto, el patrimonio cultural y las comunidades que viven en ese territorio de producción. Aunque estos movimientos son comunes a varios países europeos, especialmente España, Italia y Portugal, no se despliegan, sin embargo, al mismo ritmo. En cualquier caso, comienza una trayectoria de legitimación de los sistemas agroalimentarios y las cocinas tradicionales como campo cultural a escala global al mismo tiempo que las intervenciones políticas transversales asociadas a su reconocimiento y promoción. Desde diversos organismos internacionales (FAO, OMS, UNESCO) surgen nuevos posicionamientos a favor de estos procesos socialmente apropiados de reconocimiento, investigación, valoración, recreación, creatividad y transmisión de los saberes y las prácticas alimentarias y culinarias tradicionales, afincadas en regiones y localidades. Quizás la más emblemática al mismo tiempo que cuestionada es la gestión de UNESCO en el marco de su Convención de 2003, donde el patrimonio inmaterial es formulado según las reglas de este organismo supranacional a fin de ser incluido en alguna de sus tres listas: 1) Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial; 2) Lista de Salvaguardia Urgente; y 3) Proyectos de Buenas Prácticas. Hay que decir que las dos últimas son las menos utilizadas; sin embargo, la cocina catalana ha optado por la última lista en la reciente presentación de su candidatura. La inclusión de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 129 las prácticas alimentarias en la acreditación UNESCO es un hecho reciente. Luego del rechazo del primer expediente de la cocina mexicana presentado para la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2005, varios encuentros entre especialistas plantearon la exigencia de un nuevo marco de recomendaciones dirigido a los evaluadores del organismo para que las candidaturas de las prácticas alimentarias pudieran ser incluidas y aceptadas. Entre esos encuentros quiero resaltar muy especialmente la Reunión de Expertos ―La Cocina Tradicional como Patrimonio Cultural: Criterios y Definiciones‖ realizada en Campeche, México (2008), donde compartimos la elaboración de los Documentos Base para el debate. Algunas de las propuestas del documento final fueron tenidas en cuenta en el informe de los expertos UNESCO reunidos en Vitré, Francia (abril 2009), que dictaminó a favor de la inscripción de las prácticas alimentarias. La recomendación de Vitré establecía que si bien dichas prácticas no son explícitamente mencionadas en el artículo dos de la Convención, son sin embargo partes integrales del patrimonio cultural inmaterial, subrayando que las mismas no deberían ser únicamente consideradas como una respuesta a las necesidades biológicas, sino como experiencias culturalmente elaboradas por los grupos humanos a lo largo de su historia; que participan de manera significativa en proporcionar a las comunidades, los grupos y los individuos un sentimiento de identidad y de continuidad; que se transmiten de generación en generación; y que contribuyen a la valorización de la diversidad cultural, de la creatividad humana, así como al desarrollo sustentable. Asimismo, que tienen una dimensión transversal a los dominios de las tradiciones y las expresiones orales, las artes del espectáculo, las prácticas sociales, rituales y acontecimientos festivos, los conocimientos y prácticas relacionados con la naturaleza y las destrezas asociadas a la artesanía tradicional; y que tampoco pueden ser reducidas a uno o varios actos o etapas de su elaboración, sino que se dan como un proceso estructurado y complejo que va de la obtención de las materias primas hasta el acto de consumo (un segmento aislado no sabría ser representativo del conjunto del proceso, mismo que está en constante transformación). Estas consideraciones, además, establecen claramente la necesidad de que el proyecto patrimonial esté fundado en iniciativas locales y que las comunidades y grupos participen activamente en las estrategias de salvaguardia y de desarrollo (condición sine qua non para la acreditación). La Lista Representativa recién se amplió en 2010 con la inclusión de la cocina tradicional mexicana (el paradigma de Michoacán), la comida gastronómica de los franceses y la dieta mediterránea, además de la elaboración del pan de especias en el norte de Croacia; en 2013 se incluyeron nuevos países a la dieta mediterránea y se sumaron las tradiciones culinarias japonesas, especialmente las de Año Nuevo (Washoku), el modo de preparar y compartir conservas kimchi (Kimjang) en Corea, la cultura y tradición del café a la turca y el antiguo método de vinificación tradicional en kvevris 130 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo (Georgia). Nótese la caracterización: ninguno de estos casos se presentó como candidatura de gastronomía o cocina nacional, sino como una práctica cultural vinculada a una comunidad específica e identificable, limitada a un área geográfica precisa y representativa de la diversidad. En el caso de la dieta mediterránea su trámite es paralelo a la creciente preocupación por el hecho de que la patrimonialización ocurre en el momento en que la región mediterránea está experimentando una "transición nutricional" que la aleja de la misma, considerada durante mucho tiempo un modelo de vida saludable y de sistemas alimentarios sustentables que preservan el medio ambiente y empoderan a los productores locales. Por fin, y en sintonía con estas gestiones, la Resolución del Parlamento Europeo del 12 de marzo de 2014 ―sobre el patrimonio gastronómico europeo: aspectos culturales y educativos‖ subraya en sus considerandos que la gastronomía es una de las manifestaciones culturales más importantes del ser humano y que, dentro de dicho término se entiende todas las expresiones alimentarias y culinarias de las diversas regiones y estratos sociales, incluidas las relacionadas con la ―alta cocina‖ y las tradiciones culinarias regionales vinculadas con la producción local, la tradición y el arraigo; que la misma representa un compromiso con el reconocimiento del valor y la calidad de las materias primas utilizadas y de la necesidad de excelencia en todas las etapas de transformación de los alimentos, incluido el respeto por los animales y la naturaleza; que es importante preservar los ritos y costumbres relacionados con lo regional y local; que la supervivencia de la cocina típica es un patrimonio culinario y cultural que muy a menudo se ve comprometido por la invasión de alimentos estandarizados; que la calidad, la proyección y la diversidad de la gastronomía europea requieren una producción alimentaria europea de calidad y en cantidad suficiente; que el arte de la mesa constituye un vector de la convivencia y un momento importante de socialización; que las distintas culturas gastronómicas contribuyen a los intercambios y puestas en común entre distintas culturas; que el patrimonio europeo está constituido por un conjunto de elementos materiales e inmateriales y que, en el caso de la gastronomía y la alimentación, lo constituyen también el territorio y el paisaje que se forma y que es de donde provienen los productos para su consumo. Por lo tanto, hace hincapié en que la gastronomía representa una sólida exportación cultural para la UE y para cada uno de los distintos Estados miembros y solicita a éstos y a la Comisión Europea que desarrollen los aspectos culturales de la gastronomía y que promuevan hábitos alimentarios que preserven la salud de los consumidores, favorezcan el intercambio y la puesta en común de culturas y promuevan las regiones, sin perjuicio del placer asociado al hecho de comer, a la comensalidad y a la sociabilidad. Además, que los Estados colaboren entre sí y apoyen las iniciativas destinadas a mantener la alta calidad, diversidad, heterogeneidad y singularidad de los productos artesanales, locales, regionales y nacionales para luchar contra la homogeneización que promueve el empobrecimiento del patrimonio gastronómico europeo. Y alienta a la Comisión, al Consejo y a los Estados miembros a que aborden, en sus Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 131 reflexiones sobre las políticas alimentarias, la importancia de apoyar una producción alimentaria europea sustentable, variada, de calidad y en cantidad suficiente, a fin de respaldar la diversidad culinaria europea. Por último solicita a los Estados miembros que tomen medidas para preservar el patrimonio europeo relacionado con la gastronomía y que incluye la protección del patrimonio arquitectónico de los mercados tradicionales de productos alimentarios, las bodegas u otras instalaciones y también de los utensilios y maquinarias relacionados con la alimentación y la gastronomía, además de insistir en la importancia de identificar, censar, transmitir y difundir la riqueza cultural de la gastronomía europea. Finalmente alienta la creación de un observatorio europeo de la gastronomía, sugiriendo a la Comisión Europea que incluya la gastronomía en sus programas e iniciativas culturales. Desde el año 2000, en varios países de América Latina se discute la imposibilidad de disociar las políticas agroalimentarias de las políticas culturales destinadas al fomento de los conocimientos locales, y que el medio ideal para ello pasa por el reconocimiento y promoción de las cocinas tradicionales con tradición y arraigo. Reviso rápidamente algunos casos referenciales del patrimonio alimentario según se registra en las políticas, planes, programas y acciones patrimoniales del sector público de la cultura. En Brasil existen acciones que muestran como el poder público comenzó a interesarse en la cocina como bien cultural a mediados de la década de 1980: en marzo de 1985 el gobierno del estado de Minas Gerais organizó un grupo de trabajo para elaborar el Proyecto ―Culinaria Típica Mineira‖ destinado a la difusión, preservación y valorización de su cocina. Un año antes, la Fundación Cultural de Curitiba, estado de Paraná, promovía la cultura como lo que la población come y piensa, viste e imagina, como arregla su casa y como hace política, como habla y se casa, pinta y baila, canta y escribe, sueña y sufre. A partir de la sanción del decreto 3.551 del año 2000 que promueve el reconocimiento de expresiones de la cultura popular antes excluidas de la categoría de patrimonio, la preservación de bienes culturales inmateriales se ha desarrollado en torno a tres ejes fundamentales: las acciones de inventario y registro; la implementación de acciones de promoción y de apoyo a la continuidad de la expresión cultural; y la protección de derechos colectivos o difusos vinculados a ese patrimonio. El Departamento del Patrimonio Inmaterial del IPHAN, dependiente del Ministerio de Cultura, orienta la política de patrimonialización con un discurso que asume el respeto a la diversidad cultural del país y la valorización de la diferencia a través de la preservación del patrimonio y su inserción en la vida cotidiana según el objetivo de ampliación del acceso al patrimonio cultural como derecho de ciudadanía y base del desarrollo sustentable. La continuidad de los bienes registrados se apoya tanto en la ayuda financiera a detentadores de saber específicos con vistas a su transmisión, como en la organización comunitaria o la facilitación de acceso a materias primas. El IPHAN distribuye los bienes culturales inmateriales en cuatro categorías: saberes (conocimientos y modos de hacer tradicionales de las comunidades, 132 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo que incluye los saberes culinarios); formas de expresión (manifestaciones literarias, musicales, plásticas, escénicas y lúdicas); celebraciones (rituales y fiestas y otras prácticas de la vida social); lugares (mercados, ferias, santuarios y otros espacios donde se concentran y reproducen prácticas culturales colectivas), cada una siendo el objeto de un Libro de Registro autónomo. En relación con el patrimonio alimentario, el Libro de los Saberes ha registrado y declarado Patrimonio Cultural de Brasil el Oficio de las Paneleiras (olleras) del distrito de Goiabeiras en el estado de Espíritu Santo (2002); el Oficio de Baiana de Acarajé, en la ciudad de Salvador de Bahía (2005); el Modo Artesanal de Hacer Quesos (de leche cruda) de Minas (2008); el Sistema Agrícola Tradicional del Río Negro (2010); y la Producción Tradicional y Prácticas Socioculturales Asociadas a la Cajuína en Piauí (2015). La gestión brasileña destaca el hecho de que estas manifestaciones, en tanto constituyen procesos culturales dinámicos, implican una idea de preservación que no se corresponde necesariamente con los conceptos de permanencia o de autenticidad que tradicionalmente se aplicaban a la preservación del patrimonio cultural: los bienes inmateriales poseen una dinámica de desarrollo y transformación que habilitan trabajar con la noción de continuidad histórica. Así, el registro debe ser recurrentemente restablecido a fin de que pueda acompañar las adaptaciones y transformaciones dictadas por el propio proceso cultural al mismo tiempo que las evaluaciones de los impactos derivados de las declaratorias patrimoniales. El mismo carácter procesual impone la revisión de los registros cada diez años. En el Perú, el Ministerio de Cultura ha desarrollado un sistema participativo para la implementación de un inventario de expresiones del patrimonio cultural inmaterial, denominado Declaratorias de Patrimonio Cultural de la Nación (PCN), en concordancia con las atribuciones que le confiere la Ley Nº 28296/2004 (Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación) y con la Convención de UNESCO. Estas declaratorias están normadas por la directiva aprobada mediante resolución ministerial Nº 080/2011 y abarcan el ámbito de las prácticas, las representaciones, las expresiones, los conocimientos y los saberes, así como los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales asociados con ellos, que las comunidades, los grupos y los individuos, reconocen como parte de su patrimonio cultural. Las manifestaciones incluidas son: 1) Lenguas y tradiciones orales; 2) Fiestas y celebraciones rituales; 3) Música y danzas; 4) Expresiones artísticas plásticas, artes y artesanías; 5) Costumbres y normativas tradicionales; 6) Prácticas y tecnologías productivas; 7) Conocimientos, saberes y prácticas como la medicina tradicional y la gastronomía; 8) Los espacios culturales de representación o realización de prácticas culturales. De las Declaratorias se derivan distintas acciones para la promoción del PCI, como la presentación de postulaciones a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad (UNESCO) o la coordinación con organizaciones locales y regionales para proyectos de salvaguarda y promoción (exposiciones, ferias, concursos, seminarios, talleres, etc.). Hasta ahora, las declaratorias nacionales han Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 133 incorporado la denominación de origen pisco, el pisco sour, la pachamanca y las picanterías arequipeñas, sin dejar de mencionar “la cocina peruana” y sus desarrollos regionales (2007) y el antecedente de 2004, cuando el ceviche fue declarado por el Instituto Nacional de Cultura (INC) como Patrimonio Cultural de la Nación. A estas acciones hay que agregar el primer intento de elaboración del expediente destinado a la Lista UNESCO. La última información accesible es que el Ministerio ha decidido iniciar este año un nuevo proceso de elaboración del expediente atendiendo rigurosamente las directrices de la Convención. Por su parte, en el marco de la Política de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, el Ministerio de Cultura de Colombia adoptó en 2011 las recomendaciones y demandas surgidas en congresos y encuentros sobre alimentación y cocinas para formular la Política para el Conocimiento, Salvaguardia y Fomento de la Alimentación y las Cocinas Tradicionales de Colombia. Con anterioridad se habían desarrollado otras acciones como la gestión anual de los Premios Nacionales de Gastronomía al binomio de receta tradicional recuperada y plato innovador, al mismo tiempo que la ciudad de Popayán había logrado inscribirse como Ciudad Creativa en Gastronomía en el marco de la Alianza Global para la Diversidad Cultural también promovida por UNESCO. La Política de Cocinas Tradicionales se presenta como un proceso cultural continuo y socialmente apropiado, de reconocimiento, investigación, valorización, recreación, creatividad y transmisión de los conocimientos y prácticas culinarias tradicionales, afincado en las regiones y localidades. En este marco, la política plantea un recorrido desde la producción de los alimentos hasta su consumo, pasando por las técnicas de preparación y los instrumentos que se utilizan para su elaboración. La construcción de esta política ha tenido en cuenta los contextos socioculturales y naturales con los que se desenvuelve la producción y consumo de alimentos; un sistema educativo que enseña y valora la diversidad culinaria de la nación; una institucionalidad que respeta, valora, salvaguarda, apoya y retribuye de manera justa la producción ampesina y artesanal de productos y alimentos; y una ciudadanía que disfruta y valora las comidas tradicionales y su diversidad como parte de su identidad y pertenencia a la nación colombiana. La política tiene como estrategias. 1) Reconocer, valorar y enseñar el patrimonio de las cocinas y la alimentación tradicional; 2) Salvaguardar el patrimonio cultural en riesgo de las cocinas y la alimentación tradicional; 3) Fortalecer la organización y la capacidad de gestión cultural de los portadores de las tradiciones de la alimentación y la cocina; 4) Fomentar el conocimiento y uso de la biodiversidad con fines alimentarios; 5) Generar alianzas con instituciones públicas de diferentes sectores de la vida social y económica de la Nación en pro del fomento y salvaguardia integral de las cocinas tradicionales. Sus acciones se 134 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo dirigen de manera general a la ciudadanía, y de manera especial a los portadores tradicionales de la cocina y alimentación (cocineras y cocineros), a los gestores culturales y funcionarios públicos con competencia en este campo, a los investigadores de los sistemas culinarios tradicionales y a las organizaciones sociales interesadas. Además de las acciones de registro y promoción en desarrollo, se ha iniciado la publicación de la Biblioteca Básica de Cocinas Tradicionales de Colombia. En Ecuador, la Constitución de 2008 concibe al patrimonio como una memoria activada en las relaciones sociales contemporáneas. Asimismo propone el marco de acción en el campo alimentario basado en la garantía de una ―soberanía alimentaria‖ que constituye un objetivo estratégico y una obligación del Estado para garantizar que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades alcancen la autosuficiencia de alimentos sanos y culturalmente apropiado de forma permanente. Sobre estas bases, el Ministerio de Cultura y Patrimonio trabaja con la siguiente definición de su Patrimonio Alimentario: ―Todo uso, representación, expresión, conocimiento y técnica vinculado a los alimentos con importancia simbólica, cultural e identitaria para un país o territorio determinado. El alimento patrimonial hace relación no sólo a la preparación de platos o bebidas tradicionales, sino también a los productos que se utilizan como ingredientes. Por ello, se habla de patrimonio cultural y natural alimentario‖. Por lo tanto, las políticas culturales relacionadas con lo alimentario se interrelacionan transversalmente con las políticas generadas alrededor del sistema agroalimentario, con la soberanía alimentaria como base y en constante contacto -y muchas veces en contraste- con políticas de agroproducción, sanitarias, de seguimiento y control, de economía solidaria, etc. La política cultural ecuatoriana, sus estrategias y programas, se amparan en el Plan Nacional del Buen Vivir; en esta línea se insertan las acciones vinculadas al Patrimonio Alimentario a través del Proyecto de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial Culinario del Ecuador basado en tres ejes: la identificación y caracterización del patrimonio alimentario sea agrícola o culinario; el fortalecimiento de los actores vinculados a dichos patrimonios y la puesta en valor o difusión de los mismos a la comunidad en general. La gestión de políticas transversales ha resultado en trabajos conjuntos que apoyen la redistribución de recursos básicos: agua, tierra y financiamiento, dirigidos a pequeños y medianos campesinos, además del fomento e introducción de tecnologías orgánicas y agroecológicas, la preservación y recuperación de la agrobiodiversidad y de los saberes ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio libre de semillas, entre otras acciones. En cualquier caso, cabe subrayar que la competencia para la operatividad de las políticas culturales está en manos de los Gobiernos Descentralizados y que la valorización y apropiación de lo patrimonial no se basa tanto en la gestión del gobierno como en la acción ciudadana en el sentido de reconocimiento y autodeterminación de las comunidades. Actualmente se desarrollan los registros e inventarios regionales así como la designación y otorgamiento puntual del sello de Patrimonio Gastronómico a diversas expresiones tradicionales como las huecas (restaurantes Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 135 populares de Quito). En Chile se crea en 2006 el Comité Agrogastronómico directamente adscripto a la Presidencia de la República con el objeto de encadenar la producción agrícola con la elaboración gastronómica, en un marco interinstitucional formado por la Fundación para la Innovación Agraria (fomento de la agricultura familiar) del Ministerio de Agricultura, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), INNOVA Chile de Corfo, el Fondo de Promoción de Exportaciones (ProChile), el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la Asociación de Cocineros de Chile Les Toques Blanches y la Asociación Chilena de Gastronomía ACHIGA. Como parte de su labor —que apunta a coordinar y articular a actores e iniciativas públicas y privadas para rescatar y promover productos y preparaciones con identidad de todo el país— se ha desarrollado una línea de acción destinada a elaborar inventarios por territorio (con el apoyo de instituciones y universidades locales) para disponer de una herramienta que permita valorizar los productos y las preparaciones, su origen y su identidad, contribuyendo a la generación de oportunidades de mercado. En 2010 se presentaron los Inventarios de Productos Patrimoniales de las regiones de Valparaíso y AricaParinacota. Este trabajo incluyó una serie de alimentos y preparaciones patrimoniales, con un detalle de las características productivas de las materias primas y las técnicas utilizadas para su transformación. Además, se incorporaron los usos cotidianos, festivos y rituales de los productos y/o alimentos y un análisis de cómo las identidades personales, familiares y colectivas se relacionan con éstos en el territorio estudiado. Este año se suman los resultados del relevamiento del patrimonio alimentario mapuche. En Centroamérica, el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala declaró en 2007 como parte del Patrimonio Intangible de la Nación algunas elaboraciones culinarias como el Kaq ik, el Pepián, el Jocón y los plátanos en Mole; en 2015 se ha agregado la técnica para la preparación del pinol. Y en México hay que anotar la gestión de CONACULTA publicando en el año 2000 la cartografía de las cocinas regionales dentro de su registro ―La diversidad cultural de México‖, donde a los principales productos alimenticios tradicionales se sumaron especies comestibles de flora y fauna como parte del hábitat, y objetos artesanales relacionados con las cocinas regionales (ollas, platos, hornos, comales, cestos, manteles, cuchillos, cazuelas, metates). Se destacan el trinomio de sustentación popular: maíz-frijol-chile; los consumos básicos; el mestizaje culinario (y las aportaciones de México al mundo); los antojitos (las familias de los tacos y los tamales); los panes; los dulces y postres; y las bebidas (tequila, chocolate, pozol, jamaica). Esta cartografía se sumó a la investigación y publicación de la colección titulada ―Recetarios Indígenas y Populares‖ y de la serie ―Recetarios Antiguos de México‖. En 2005, CONACULTA presentó a UNESCO el expediente ―Pueblo de maíz. La cocina ancestral de México. Ritos, ceremonias y prácticas culturales de la cocina de los mexicanos‖, con los argumentos que sustentaban la candidatura de la cocina mexicana a la lista de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Como se dijo, su 136 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo rechazo disparó un conjunto de acciones destinadas a argumentar su pertinencia y en 2010 un expediente renovado y acotado a las recientes directivas para la declaratoria permitió su inclusión en la Lista. Todas estas gestiones pueden ser ampliamente debatidas en otra oportunidad. En nuestro país, la introducción de las culturas alimentarias en las políticas culturales se da en el marco del Programa ―Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico Argentino‖ (Resolución SCN 1327/02) y su implementación a través del Proyecto ―Alimentación, Territorio e Identidad. El patrimonio cultural alimentario argentino‖ que desarrollamos en el Instituto Nacional de Antropología (INAPL) del Ministerio de Cultura de la Nación (Resolución SCN 1072/03). En los fundamentos del Programa se anotaba el interés por la patrimonialización en tanto herramienta de visibilización: ―Nuestras distinciones culinarias constituyen un patrimonio a identificar, revalorar y promocionar ante el mundo en términos culturales pero también en términos de trabajo, economía, procesos artesanales e industriales asociados, recuperación y protección de especies y productos naturales agentes de la biodiversidad, y como recurso turístico‖. El Programa se proponía la inclusión en el ámbito de las políticas culturales de las prácticas y representaciones asociadas a las cocinas locales y regionales con tradición y arraigo como manifestación viva y vigente de la diversidad cultural, promoviendo el valor de productos, recetas, usos sociales, técnicas y saberes, de los espacios de producción, de distribución y comercialización, más las reglas de comensalidad, los sujetos portadores y transmisores de conocimientos (especialmente mujeres) y las manifestaciones asociadas a la comida (rituales, fiestas, ferias, literatura, artes y artesanías etc.). Asimismo, la propuesta se abría a la posibilidad de diseñar políticas de desarrollo sustentable con base en los recursos alimentarios y el patrimonio culinario tradicional que articularan transversalmente las alianzas estratégicas y la cooperación entre los ámbitos de la cultura, la economía y la producción, la educación y el turismo. Se pretendía favorecer y garantizar la coordinación de todos los actores y la participación directa y eficaz de las comunidades locales, grupos y organizaciones no gubernamentales involucradas en los sistemas alimentarios con toda su complejidad. En fin, que el conocimiento producido en la recuperación y valorización de productos y preparaciones contribuyera a recuperar la producción de alimentos del territorio y saberes culinarios más los usos sociales de los alimentos al mismo tiempo que mejorar el estado nutricional de la población (rural y urbana) y ofrecer oportunidades de redefinición de las funciones de los pobladores del mundo rural. La coyuntura política definió que el Programa se iniciara por el final: la realización de una serie de declaratorias a partir del reclamo puntual de diversas agencias públicas y privadas en torno de productos icónicos como las empanadas, el asado de carne vacuna y el dulce de leche. El siguiente cambio de autoridades permitió reconducir el Proyecto hacia el trabajo de campo y la producción de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 137 conocimiento respecto de sistemas alimentarios tradicionales y sus productos, prácticas y representaciones localmente situados. La inclusión de los resultados de la identificación, documentación e investigación en un esquema de potenciales activaciones patrimoniales no constituía la etapa final del proyecto. Las declaratorias se decidirían en otra instancia política. Antes que nada, se trabajaron archivos y bibliografías para desmontar viejas imágenes del folclore y los estudios culturalistas donde las prácticas alimentarias, descontextualizadas de las relaciones que les otorgan sentido y fundamento, aparecían reflejadas como un conjunto esencialista, duro y perenne de rasgos de cultura (Grignon y Passeron, 1991). Los estudios folclóricos desarrollados entre las décadas de 1920 y 1950 contribuyeron a la construcción de un imaginario que contraponía de manera simplista y cristalizada una ―cultura del cuchillo‖ asentada en la región pampeana (cuyos referentes principales eran el gaucho, el asado, la parrillada y el mate) a una ―cultura de la cuchara‖ que conectaba el norte del país con ollas y potajes, hervidos, guisados y mixturas más relacionadas con el mundo andino, el maíz y la papa. Sin embargo, más allá de sus marcos interpretativos superados que, entre otras cosas, separaban las manifestaciones culturales de su contexto de producción, el trabajo de campo folclórico construyó una importante base documental para el conocimiento de las culturas alimentarias. Si los registros de expresiones folclóricas recuperaron la importancia de la narrativa oral, la diversidad en las producciones locales y en la cocina también se explica por la oralidad de la transmisión de los saberes. Una oralidad que da libertad a las interpretaciones, a las adaptaciones circunstanciales, más importancia a los procedimientos que a los contenidos o ingredientes concretos (Contreras, 2007). En la Argentina, las prácticas alimentarias resultan de una mezcla de influencias que han ido variando en el tiempo: la amplitud y profundidad del movimiento migratorio, junto con sus antecedentes indígenas e hispano-colonial, produjo un contexto de articulación entre lo global y lo local en el que la incorporación de símbolos, imágenes, rituales y objetos generados en espacios y tiempos diferentes estuvo acompañada por la presencia y la mezcla de grupos sociales de origen étnico diverso. Constituida en este proceso, la trama de las cocinas tradicionales y regionales argentinas entrecruza apropiaciones, préstamos, intercambios y adaptaciones en una serie de versiones combinatorias de lo que se define como ―criollo‖ –cruce a su vez de tradiciones indígenas entre sí y con el aporte hispánico de base- con la suma de los saberes culinarios traídos y readaptados por los inmigrantes. Pero además, en la elaboración material y simbólica de la producción del alimento, del cocinar y del comer, subyacen y trascienden no sólo diferencias locales y regionales, sino también desigualdades socio-económicas que marcan procesos históricamente construidos de distinción social, los que sin duda han contribuido a la legitimación de ciertos repertorios alimentarios y culinarios y a procesos de exclusión y segregación social que también se observan en las preparaciones cotidianas. El avance de la investigación permitió desarmar algunas trampas observadas en otros procesos de registro y 138 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo patrimonialización: la tradición conceptualizada como representación de una cultura fija y esencial, la apelación a la existencia de una cocina ―nacional‖ única y homogénea y la construcción de un corpus culinario reducido a una serie de recetas y platos emblemáticos de consumo celebratorio (Giacoman Hernández, 2015). El punto de partida fue, entonces, asumir el carácter sociohistórico de las cocinas en el territorio argentino, sus variaciones temporales y espaciales (regional y local) en la elaboración y consumo, y la inclusión de platos tanto cotidianos como extraordinarios (por ejemplo, los asociados a la conmemoración de fiestas patrias). Por razones de tiempo no me detendré en la agenda de la investigación, en sus metodologías y en los resultados de los trabajos de campo. Hubo razones presupuestarias y prioridades institucionales que acotaron el cumplimiento de etapas a locaciones del Noroeste, Cuyo, Litoral y proximidades del área metropolitana de Buenos Aires. En todo caso los avances están directamente vinculados a la participación activa de los diversos actores involucrados con sistemas alimentarios y cocinas locales y regionales. No obstante, en forma paralela se pudo articular acciones sectoriales e intersectoriales con otras áreas del Ministerio de Cultura, Ministerio de Desarrollo Social (alimentos tradicionales y seguridad alimentaria), Ministerio de Agricultura (agricultores familiares) y Ministerio de Turismo (turismo gastronómico y turismo comunitario), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), organismos públicos provinciales y municipales, universidades, organizaciones de la sociedad civil y grupos sociales, interesados en la circulación del conocimiento relacionado con las prácticas y representaciones que conforman los sistemas alimentarios regionales, con especial referencia a la relación entre la promoción de los alimentos tradicionales, la diversidad cultural y la seguridad alimentaria. En síntesis, de trata de la alimentación conectando transversalmente las diversas formas tradicionales del patrimonio cultural con las industrias culturales, la política agraria y del medio ambiente, el ámbito de la salud y de la nutrición, los programas de desarrollo, la educación y la formación de recursos humanos, la economía creativa, la protección de la propiedad intelectual y las nuevas modalidades del turismo cultural. En cualquier caso, además de la investigación directa, se pudo acompañar la organización oficial de ferias, festivales, encuentros, producciones gráficas, editoriales y audiovisuales, etc., destinados a transferir conocimientos y difundir productos y cocinas populares y regionales a través de una vinculación participativa –por ejemplo- de asociaciones de productores, cocineros y restauradores con el fin de facilitar articulaciones entre el sector cultural público, el sector gastronómico y el productivo agroalimentario. Para monitorear los procesos similares emprendidos en América Latina compartimos la organización de la Red de Investigadores de las Cocinas Regionales de los Países Andinos, que desde 2003 organiza los Congresos de Cocinas Regionales Andinas. Además de seguir críticamente el desempeño de una Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 139 serie de dinámicas desarrolladas en los últimos años por diversos actores de la esfera privada que se apropian de este recurso cultural como base de negocios rentables especialmente relacionados con el turismo. A su modo son agentes patrimonializadores en tanto promueven sus propios mecanismos de identificación gastronómica a partir de las cocinas tradicionales por medio de la creación de marcas comerciales (la cocina de altura, la cocina patagónica), menús de restaurantes, edición de colecciones de recetarios y guías interpretativas, programas de radio y televisión, canales de TV temáticos, páginas de Internet, redes sociales y aplicaciones, propuestas de turismo gastronómico y microemprendimientos locales. A partir de un discurso que postula ―tradición y manejo sustentable de los recursos alimentarios + cocinas innovadoras y creativas‖, nuevos actores intentan posicionarse en los diversos espacios donde diferentes expresiones tradicionales de la producción local y las cocinas regionales son interpretadas (museos alimentarios o gastronómicos), comercializadas (mercados, fiestas, festivales, días de la cocina provincial, ferias y semanas enogastronómicas, exposiciones de productos, boutiques del gusto, etc.) e ingeridas (restaurantes, bares, rutas turísticas alimentarias y gastronómicas) (Espeitx, 2008). A partir de la consideración de nuevos escenarios y actores, existe una línea de trabajo que sigue el movimiento de jóvenes cocineros que promueven el estudio y empleo de productos locales con valor gastronómico desde la resignificación de productos con marca de tradición, la defensa del producto local y la cocina regional, la aplicación de técnicas de gastronomía contemporáneas y la consolidación de alianzas estratégicas con cocineros locales y restauradores en cada región. Hasta aquí un rápido acercamiento a los recientes modos de inclusión de las prácticas alimentarias, las cocinas y la gastronomía en el campo de las políticas culturales. Quedan para el debate las cuestiones complejas que presenta la noción de patrimonio alimentario como patrimonio vivo, con su especificidad material e inmaterial, con toda la problemática que supone su gestión y mantenimiento, su directa cercanía al encuentro entre cultura y mercado. Como hemos dicho, cocinar y comer constituyen una muestra de la diversidad cultural, no son expresiones de una cultura fija y replegada sobre sí misma sino que reflejan la propia evolución de la sociedad y su apego a determinadas prácticas de consumo. Barbara Kirshenblatt-Gimblet (1998) ha señalado que “el patrimonio es un modo de producción cultural en el presente que tiene como recurso el pasado”. Tampoco la tradición es un producto del pasado, sino una interpretación del pasado a partir de criterios rigurosamente contemporáneos (Contreras, 2007). En cualquier caso, cocinas y gastronomía, como en cualquiera otra expresión vinculada a la categoría del patrimonio inmaterial durante este encuentro, nos proponen un debate crítico sobre las posibilidades y límites para convertirse al mismo tiempo en un instrumento de reconocimiento cultural y un recurso para el desarrollo. La patrimonialización se construye a través de procesos sociales y dinámicos orientados 140 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo por el papel que se va a atribuir a ese patrimonio, por el espacio que va a ocupar y por los intereses y objetivos de grupos e instituciones diversas; constituye, además, un repertorio de significados continuamente reinterpretados por los actores involucrados. En otras palabras: las prácticas alimentarias y gastronómicas se inscriben en lugares, contextos, relaciones y significados diversos dependiendo de los agentes sociales que las definan, los criterios utilizados y los intereses puestos en juego (Espeitx, 2008). El principal actor contemporáneo de la patrimonialización es el Estado, pero el patrimonio es sobre todo un recurso y un derecho de y para las comunidades y los sujetos que detentan saberes, que promueven prácticas y que desarrollan las expresiones culturales en la mira de ser incorporadas a la categoría de patrimonio. Sin dejar de mencionar la presencia de agrupaciones locales, civiles y del mercado que también recurren a solicitudes de declaratorias o auspicios que conducen hacia diversas opciones de puestas en valor. Lo que implica que si por un lado la construcción del patrimonio promueve visiones optimistas del presente y del futuro fundadas en objetivos políticos y económicos, por otro lado la multiplicidad de intereses de los promotores ―oficiales‖ y los productores de las expresiones culturales que defienden puntos de vista asociados con sus propios objetivos, experiencias y necesidades, desencadena una siempre presente serie escalonada de tensiones, de confrontaciones y negociaciones. Encuentros como estos no solo permiten mostrar lo que ocurre en casos particulares sino también -para quienes trabajamos en el sector público de la cultura- revisar nuestros respectivos roles en los procesos e intervenciones alrededor de la ampliación conceptual de la cultura y del patrimonio, la planificación interinstitucional (para compatibilizar distintas posiciones sectoriales frente a la globalización y el desarrollo cultural) y la inclusión de la sociedad civil en la gestión cultural. Las actuales políticas y normativas culturales que han asumido los países latinoamericanos, por lo menos en el nivel discursivo, se hacen cargo de esta renovación conceptual de la cultura y el patrimonio, aun cuando en las prácticas todavía puedan encontrarse resabios de una gestión preferentemente ―material‖ y artística del patrimonio al mismo tiempo que siguen excluidos amplios referentes de la cultura y la memoria de grupos y comunidades. Donde la renovación llega a las prácticas, se asiste a otra reacción: se critica insistentemente la prioridad otorgada a las fiestas, la música, la danza y las artesanías en los procesos de patrimonialización, debido a sus vínculos con el turismo, la comercialización y los medios de comunicación. Mientras aumenta el reconocimiento a otras expresiones del patrimonio inmaterial, las mismas no necesariamente responden a la agenda política de los Estados y por lo tanto son ignoradas o inscriptas en agendas secundarias. En este caso, el patrimonio alimentario y la gastronomía parecen haber encontrado un lugar entre las preferentes. Aunque las iniciativas hayan surgido en muchos casos desde actores tan dispares como comunidades de productores rurales, pequeños empresarios locales, agentes turísticos, cocineros y restauradores. Un ejemplo notorio: en Colombia, Perú, Bolivia y otros países de la región, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 141 productos alimentarios y elementos de las cocinas tradicionales comenzaron a ganar mayor visibilidad y reconocimiento cuando fueron apropiados por cocineros que vivieron el proceso durante su estudio y formación en el extranjero. De regreso a sus países, aplicaron técnicas y conocimientos europeos a productos locales (propios y apropiados), estilizándolos, resignificándolos e introduciéndolos con rótulo gourmet en determinados circuitos de consumo relacionados con los sectores medios y altos de la sociedad. Subsiguientemente, los cocineros -y luego los funcionarios- comenzaron a reconocer que no sólo los alimentos tradicionales locales/regionales debían ser puestos en valor, sino también todos los aspectos culturales incluidos en las prácticas alimentarias (saberes; técnicas de preparación; utensilios de cocina y usos; productos artesanales asociados como los instrumentos de madera, cobre, ollas de barro, vajillas y cerámicas, mantelería, cestería; recetarios, etc.). En relación con los intereses económicos y comerciales, la declaratoria patrimonial aparece como menos relevante que la organización de nuevas estrategias: como mercancía cultural que aspira a posicionarse en el mercado global, estos nuevos actores buscan integrar en su práctica los contenidos representacionales tradicionales y locales y las cualidades creativas con una adecuación a estándares de calidad internacionales; todos estos atributos determinarán su precio y su valor simbólico. Como sugiere Matta (2012) para el caso peruano a partir del ejemplo de las cocinas francesa y japonesa, se trata de su capacidad para estructurarse como un sistema fundado en principios y prácticas repertoriables y reproductibles: en un escenario global, el éxito no solo depende de la calidad de sus ingredientes locales –es decir a la relación entre el lugar de origen y la calidad de los alimentos– sino de la sistematización de sus principios elementales. La Convención UNESCO 2003 y sus Listas han captado el interés de gobiernos, instituciones, asociaciones culturales y grupos diversos en todo el mundo por su reconocimiento de las expresiones inmateriales del patrimonio cultural. También por mostrar algunos ejemplos exitosos que han contribuido a proporcionar visibilidad a muchas comunidades locales, grupos étnicos y minorías culturales que, apoyados en aquellos bienes culturales con los que se sienten más representados, han cobrado vigor para afrontar situaciones sociales y políticas desiguales. Sus normativas promueven la confluencia de diversos actores sociales, con especial referencia a la triada compuesta por el Estado, la Academia y las comunidades portadoras de las expresiones culturales. No hay dudas de que son las comunidades y los sujetos productores y portadores los actores principales de la patrimonialización: son quienes deben tomar las principales decisiones ante cualquier acción cultural propuesta. En todo caso, son ellos quienes se han ocupado de salvaguardar sus expresiones culturales de forma espontánea e independiente de las acciones de Estados y Academias. Sin embargo, y como adelantamos, mientras la Convención propone que el Estado 142 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo aparezca como facilitador de herramientas para que las comunidades puedan tomar sus propias decisiones, la multiplicidad de intereses (políticos y económicos) que convergen en los procesos de patrimonialización puede provocar situaciones conflictivas que de hecho han ocurrido y ocurren, lo que promueve una reflexión sobre experiencias que señalan la búsqueda de correcciones o proponen otras vías de reconocimiento. Dado que como se ha dicho, los productos y las prácticas alimentarias son referencias de gran alcance para la autorrepresentación y la constitución identitaria, el vocabulario del patrimonio ha sido asociado en la gestión de la cultura y del turismo con la promoción de los productos locales y las elaboraciones culinarias que forman parte de las estrategias de impulso de las economías locales y regionales. Como el consumo de alimentos está intrínsecamente relacionado con los principios del mercado, las consideraciones económicas aparecen notoriamente interrelacionadas con los proyectos de patrimonio alimentario y gastronómico más que con otros dominios del patrimonio inmaterial. Los riesgos particulares que sustentan este campo llevan a la creación de normas internacionales e interregionales en materia de derechos de propiedad intelectual. La coordinación de estos instrumentos con las normas internacionales y regionales que protegen el patrimonio cultural inmaterial preanuncian el debate sobre nuevos regímenes patrimoniales para la diversidad cultural y las prácticas alimentarias. Hay que decirlo: la patrimonialización no siempre es la única estrategia de salvaguardia de las expresiones culturales inmateriales y en muchos escenarios la patrimonialización no ha sido la mejor estrategia y menos los modos de implementación, seguimiento y monitoreo, generando conflictos y fracturas dentro y fuera de las mismas comunidades, portadores y grupos receptores. En un caso estudiado dentro de nuestro proyecto y situado en la Quebrada de Humahuaca, estos conflictos asumieron la forma de amenazas a la producción alimentaria tradicional, cuestionamientos a la tenencia de la tierra, movimientos de especulación inmobiliaria, etc. (Álvarez y Sammartino, 2012). Los presuntos beneficios económicos y la promoción de la participación no pueden olvidar que ésta se inserta en relaciones históricas de poder, desde donde actúan quienes toman las decisiones y donde se enmarcan aquellos procesos de negociación, discontinuidades y disputas. De cara al diseño de planes de patrimonio vivo o inmaterial e incluso a la reactivación del Programa 2002 del patrimonio alimentario y gastronómico, se impone repensar algunas cuestiones que cruzaron esta intervención: los modos en que el patrimonio cultural se liga a las diferentes prioridades a considerar en materia del desarrollo sustentable deseado, los intereses económicos y comerciales y la protección de los derechos de propiedad intelectual de los saberes en juego. Y el papel de los organismos públicos, de los productores rurales, de las comunidades campesinas y los pueblos originarios en el establecimiento de medidas de protección de los recursos agroalimentarios en nuestros países. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 143 Bibliografía Álvarez, Marcelo (2008) ―El patrimonio ya no es lo que era: los recursos alimentarios entre la diferencia cultural y la desigualdad social‖. En: Álvarez, Marcelo y F. Xavier Medina (eds.), Identidades en el plato. 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Esto se vincula con la relevancia que adquiere en dicha modalidad productiva la habilidad del artesano y su destreza en el oficio: conoce, controla, dirige y ejecuta todos los pasos del proceso productivo; pudiendo darse no obstante en el proceso, la participación del grupo doméstico, o de otros trabajadores. La producción artesanal es de factura preponderantemente manual; de trabajo intensivo más que de capital intensivo, es decir que la mayor inversión es la mano de obra y no el capital; cada pieza es objeto de varios, y en ocasiones complicados procesos manuales que dan cuenta y sintetizan el conocimiento y la experiencia acumulados por los trabajadores en largos años de aprendizaje y práctica (Rotman, 2012). El saber y la destreza (creatividad) demostrados en el diseño, la habilidad en la técnica, el conocimiento exhaustivo de las posibilidades de los materiales, hacen al dominio de la actividad; se moviliza en estos procesos un capital simbólico consistente en capacidad y conocimiento que tendrá su expresión material en determinados bienes. A la breve caracterización expuesta, cabe agregar inmediatamente y como cuestión medular, la heterogeneidad que presenta el campo artesanal. Y esta refiere a la procedencia étnica de los artesanos, a situaciones socio-económicas dispares, a 1as distintas modalidades de producción, a las características diferenciales de los espacios territoriales donde habitan, viven y elaboran los bienes estos trabajadores, así como a la diversidad y multiplicidad de ámbitos institucionales estatales y no gubernamentales intervinientes. Nos encontramos con situaciones diversas tanto en los aspectos referidos a la elaboración de artesanías, como en aquellos concernientes a su comercialización. * Doctora en Antropología Social/Universidad de Buenos Aires, Investigadora de CONICET. 146 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Los bienes elaborados en distintas estructuras productivas, si bien diferentes entre sí, se unifican respecto de la labor manual que llevan incorporada. Y en este sentido, la tarea que realiza el artesano es siempre un trabajo calificado, posee una intención funcional y estética, porta un contenido simbólico. Un aspecto que los productores comparten en general -aunque hay una cierta variabilidad en este aspecto- es la escasísima posibilidad de acumulación de capital. Se trata de una forma de producción que permite al artesano solamente la reproducción de su fuerza de trabajo y la subsistencia familiar, incluida la reposición de los medios necesarios para continuar el proceso productivo (Rotman, 2001). Entonces, respecto a la perspectiva analítica adoptada desde la cual encaramos el tratamiento de las artesanías, importan por una parte las formas de producción, más el tipo de producto resultante de acuerdo al trabajo que llevan incorporado, su comercialización (los distintos canales de venta) y su consumo. Es decir que su caracterización implica examinar todo el proceso social que atraviesan estos bienes. Una cuestión a destacar es que la producción artesanal es simultáneamente económica y simbólica; implica un valor de uso o de cambio y también posee valor simbólico y/o artístico-estético. Y en articulación con el patrimonio, exige una visión crítica de las conceptualizaciones sobre este particular (punto al que me referiré más adelante). En línea con lo planteado, el artesano es un trabajador a la vez que un creador, un hacedor y un reproductor de cultura; en este sentido, adquiere relevancia la consideración de ambos aspectos cuando se aborda el tema y/o se lo vincula con otros tópicos. Por lo demás, las artesanías poseen una dimensión patrimonial; expresan características significativas para la comprensión de la vida de los distintos grupos humanos, en tanto comprometen múltiples aspectos de su realidad histórica, económica y socio-cultural; asimismo representan y manifiestan/exteriorizan identidades, atestiguan continuidades y cambios habidos en los modos de vida; constituyen un fenómeno relevante en la apreciación de la dinámica económica y simbólica de los pueblos. Y en un contexto de diversidad cultural, tales bienes forman parte del patrimonio nacional. Interesa retomar entonces un enfoque analítico que contempla: 1) la doble inscripción de las artesanías -simultáneamente económica y simbólica, material e inmaterial (tangible e intangible); 2) la consideración de este fenómeno como proceso social, comprendiendo la totalidad del mismo; y 3) la visión conjunta del productor- la actividad (conocimientos, técnicas, etc.) y el producto final. Entendemos que las artesanías clasifican en la grilla de patrimonio como patrimonio cultural. La Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 147 separación entre lo físico/material y lo inmaterial/intangible resulta difícilmente viable; ambos aspectos están ineludiblemente unidos y se articulan en cualquier expresión cultural y patrimonial. Además, las manifestaciones de la cultura ingresan en el campo del patrimonio a partir de los significados y valoraciones que se les asignan, estando su legitimación vinculada con cuestiones de poder y de imposición de sentido. Además, tal partición revela dificultades para comprender el patrimonio como construcción social y en tanto proceso. Y dificulta la referencia a la injerencia que los contextos políticos y socioeconómicos poseen sobre tales procesos de atribución. Las prácticas culturales, tienden a ser separadas de sus productores y de las circunstancias y condiciones en que son producidas. La consideración como ―patrimonio intangible‖55 de la actividad aludida, se vincula en gran parte con el hecho de que en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, del año 2003 (UNESCO)56 , se incluye a ―las técnicas artesanales tradicionales‖ como uno de los ámbitos en los cuales éste se manifiesta. Por otra parte, el contexto actual va ―marcando‖ las vinculaciones que el patrimonio establece con diversas materias; y entre las mismas se observa la relevancia que adquiere la actividad turística. Las artesanías se insertan en este proceso -y su real o supuesto rédito económico-, con resultados diversos. En este sentido se incrementa la relevancia que posee la identificación de las heterogeneidades artesanales y de los ―nudos‖ problemáticos que la actividad presenta en sus distintos aspectos (productivos, de comercialización, de normativa, etc.). Si bien no podemos detenernos en las especificaciones de las diferentes situaciones de los productores, si nos permitimos plantear algunas consideraciones al respecto. En los pueblos originarios, entendemos que el desarrollo de la labor artesanal incide en la dinámica poblacional de las comunidades y cobra relevancia en relación con su complementariedad respecto de las distintas actividades económicas que sus miembros desarrollan (tareas recolectoras, 55 Acepción en reemplazo de la categoría ―cultura tradicional y popular‖ utilizada en 1989 en la Recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular. Se presta atención en la misma a manifestaciones tales como danzas, música, ciertas expresiones etnográficas, tradiciones orales, etc. que luego se unificarían en una única categoría de carácter general. A partir de la década del 90, ya no se usarán términos como ―Salvaguardia del Folklore‖ o ―Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular‖, sino que los documentos pasarán a referirse a ―Cultura oral e Inmaterial. 56 En el Artículo 2do. del documento se explicita una definición, comprendiendo el patrimonio inmaterial ―los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas – junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte de su patrimonio cultural‖; se describen además los ámbitos de manifestación del mismo: Estos son: ―tradiciones y expresiones orales‖, ―artes del espectáculo‖, ―rituales y actos festivos‖, ―conocimientos relacionados con la naturaleza y el universo‖ y ―técnicas artesanales tradicionales‖. 148 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo extractivas, agrícolas, ganaderas, turísticas, así como ingresos provenientes de jubilaciones y pensiones, planes de desempleo y trabajos asalariados fuera de las comunidades). Asimismo, las situaciones diferenciales en términos ambientales, vinculadas con la obtención de la materia prima –en relación con problemáticas del medio ambiente, el equilibrio ecológico y restricciones vinculadas a la extinción de diversos elementos naturales necesarios para la producción- y el aislamiento relativo respecto de los centros urbanos, así como la interrelación diferencial con instituciones estatales, organizaciones no gubernamentales y otros actores sociales, generan diversas dinámicas (intra e inter comunitarias) que inciden directamente en la producción y comercialización artesanal. Consideramos que un tema complejo y vital de la actividad se encuentra básicamente en el segundo aspecto mencionado (la comercialización), el cual involucra distinto tipo de problemas: las condiciones de acceso de los artesanos a los mercados locales, regionales e internacionales, la intervención de los intermediarios (particulares, organismos no gubernamentales, instituciones religiosas, agentes estatales regionales/provinciales y nacionales), los inconvenientes de traslado de las piezas, y la estacionalidad (factor de incidencia general, que se potencia además en la relación artesanías- turismo). Y una cuestión central: los tiempos de producción manual difícilmente encuentren correlato en los precios que los compradores abonarán por las piezas. En los artesanos de procedencia urbana y que producen y venden en las urbes del país entendemos que hay ciertos corrimientos en sus problemáticas. En la producción, sus dificultades se vinculan más bien con una limitación de recursos económicos para adquirir materiales y herramientas; el ejercicio de su actividad no los hace sujetos de crédito. En al ámbito de la comercialización se pueden manejar con mayores facilidades que los artesanos de los pueblos originarios, en la medida que la circulación de sus bienes presenta menores inconvenientes; no obstante esta instancia continúa siendo problemática para el desempeño de la actividad y los ámbitos públicos de expendio continúan resultando escasos. Hay una vinculación histórica estrecha de las Ferias artesanales con los espacios públicos; relación que ha sido sumamente compleja históricamente. Además, las normativas regulatorias no contemplan la especificidad de estos trabajadores, lo cual complica su reproducción socio-económica. Y en un punto la situación es semejante para todo el universo artesanal: los tiempos de producción manual no encontrarán fácilmente correlato en los precios que se pagarán por las piezas. En ambos casos, y con sus propias especificidades, los productos son ofrecidos en el mercado sobre Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 149 la base de sus cualidades artesanales, simbólicas, artísticas, estéticas; sin embargo, las relaciones estructurales que vinculan a los productores con el mercado dificultan cualquier proceso de acumulación de capital. Cabe señalar que hay una precariedad laboral de los sujetos que necesita ser comprendida y atendida y una actividad desarrollada que debe contar con mecanismos facilitadores, siendo, regulada, incentivada, fomentada, preservada, protegida y difundida en su especificidad y en tanto patrimonio cultural de la nación. Definimos y consideramos al artesano en tanto trabajador y hacedor cultural, en términos de ―productor cultural‖; y entendemos asimismo que se inserta en un contexto social específico, desde una posición de subalternidad. En este punto, y entendiendo que a lo largo de los años se ha logrado el conocimiento de una serie de características respecto de la actividad artesanal, se han identificado nudos problemáticos en sus diversas instancias y lo que resulta substancial, se ha producido una comprensión de la heterogeneidad del campo y de su condición patrimonial, cabe plantear por una parte la necesidad de disponer de un instrumento legal, a nivel nacional, que ordene, especifique, marque lineamientos centrales y establezca una normativa al respecto; se torna imprescindible contar con la sanción de una Ley Nacional de Artesanías. Por otra parte, se observa, dada la complejidad del campo, la necesidad de contar con una intervención combinada y conjunta de distintos organismos ministeriales que puedan aportar y actuar sobre diferentes aspectos de la problemática, con la implementación de operatorias sostenibles en el largo plazo. Sobre el primer punto, podemos señalar que se han presentado a lo largo de los años, distintos proyectos de Ley que han ido caducando sucesivamente. En la actualidad dos de ellos cuentan con estado parlamentario. Ambos presentan contenidos básicos sobre la problemática objeto de la Ley, no pudiendo por razones de tiempo detenerme en su enunciación detallada. Me referiré sólo a algunas cuestiones generales vinculadas con el tema. Al respecto, interesa señalar la intencionalidad que ha primado en este proceso, de contar con la participación y el aporte de los ―protagonistas‖ (los artesanos). Destacamos al respecto dos ―rondas de consulta‖ sobre los proyectos de Ley, dos Encuentros realizados en abril y mayo del presente año, en los cuales se escuchó la voz de los sujetos sobre y para los cuales se proyectaba legislar. Y se vislumbraron allí problemáticas históricas que afrontan estos trabajadores, así como su intensa preocupación por las características, la composición del organismo rector de la actividad artesanal y su participación en el mismo. Ahora bien, en términos generales, resultan vitales en la futura Ley aspectos que hacen a la previsión social (sistema de jubilaciones y pensiones); a las cuestiones impositivas y de 150 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo tributación; a la generación de operatorias que posibiliten a los productores el acceso a créditos ―blandos‖; a la factibilidad de acceso a líneas de financiamiento de distintos organismos. Y en los tópicos que corresponda, estas facilidades deben comprender tanto a artesanos individuales como a grupos familiares o distinto tipo de colectivos. Además resulta imprescindible, cuestión planteada en ambos proyectos de Ley, la implementación de un Registro de Artesanos, necesario para planificar operatorias para el sector. No obstante, en tal sentido, resultará crucial el establecimiento de los criterios a aplicar para tal identificación. Esta cuestión que no parece problemática en el caso de los artesanos urbanos, se complejiza para los productores de comunidades de pueblos originarios, en la medida en que, como ya hemos mencionado, la actividad en numerosos casos resulta complementaria de sus economías en distintos grados; puede tratarse de una tarea estacional o transitoria y contar además con la participación en la misma de distintos integrantes del grupo doméstico, quienes realizan diferentes fases del trabajo productivo. Por otra parte, la transmisión del saber, de los conocimientos sobre la actividad, y de su valía, es contemplada en los proyectos de Ley. No obstante ameritaría una inclusión explícita de todo el universo artesanal. Esta visión más amplia llevaría a observar con mayor precisión las características y las formas de enseñanza y aprendizaje de la tarea artesanal y a reconsiderar conceptualmente la categoría de ―tradiciones culturales‖. Además implicaría, en términos patrimoniales una mayor y más explícita abarcabilidad de las variadas y diversificadas expresiones artesanales, permitiendo y reforzando su reconocimiento -en tanto tópicos considerados importantes para diferentes grupos sociales, aspectos relevantes para la vida humana (Antonio Arantes 1997:286)-, y una valorización diferente de los criterios de temporalidad asociados usualmente a los bienes y prácticas inmersos en procesos de patrimonialización. En este sentido, entendemos que la ligazón con ―tradiciones culturales‖ específicas comprende tanto a las producciones artesanales de los pueblos originarios como a aquellas elaboradas por los artesanos de las urbes; toda puesta en valor de un bien seleccionado/legitimado como patrimonio, no refiere solamente a una cuestión clasificatoria, sino que conlleva siempre un fuerte contenido ideológico (Rotman, 1999; Torrico y Fernandez de Paz, 1999). Por otra parte, ya hemos mencionado enfáticamente la heterogeneidad de los trabajadores que ejercen la actividad. En tal sentido, observando que la diferenciación entre artesanos urbanos (que viven, producen y venden en las urbes) y artesanos de los pueblos originarios (que viven y producen en sus comunidades y venden mediante distintos canales de expendio, en diferentes ámbitos territoriales) es relevante; y que hay problemáticas específicas y situaciones diferenciales, entendemos que ello debe ser contemplado en la futura Ley. Y advertimos la conveniencia de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 151 ordenar en su articulado las cuestiones comunes y, o bien ampliar otros ítems –que parecen comprender solo a un sector- o señalar y definir claramente los tópicos que generan normativas que atañen a uno u otro de tales grupos de productores. Además, y retomando la situación de precariedad en la que se hallan gran parte de los artesanos, precariedad que no se limita a lo laboral sino que abarca los distintos ámbitos en que se desenvuelve su vida cotidiana y hace a su reproducción socioeconómica, entendemos que la participación del Estado, a través de sus distintos Ministerios, contemplada en uno de los proyectos de Ley de artesanías, resulta imprescindible, tiende a cubrir necesidades y saldar derechos, desde una visión amplia, que implica una acertada comprensión de las características del sector. Dada la complejidad del campo, se plantea la necesidad de contar con tal intervención combinada y conjunta de los diferentes organismos estatales que aporten y actúen sobre diferentes aspectos de la problemática, con la implementación de operatorias sostenibles en el largo plazo. En este punto, cabe señalar que si bien el reconocimiento de la heterogeneidad artesanal, se imbrica en una línea de reconocimiento y valorización de la diversidad cultural, a un nivel más específico corresponde observar que estamos refiriendo a cuestiones atinentes a la diferencia, pero también y específicamente a la desigualdad. No podemos obviar, en el caso que estamos tratando, que tanto el contenido y la sanción de una Ley de Artesanías como la condición patrimonial de los bienes artesanales, llevan implícitos aspectos ideológicos y están atravesados y son expresión de decisiones políticas. Las cuestiones de poder no son ajenas a estos campos y aún una búsqueda o intención de consenso no excluye la existencia y expresión de situaciones de conflicto. Por lo demás, la consideración de las artesanías como bienes con valor de cambio y valor simbólico, la actividad entendida como trabajo, fuente de ingreso económico y como manifestación identitaria, expresiva, tanto de la memoria y de las experiencias de vida de los pueblos originarios, como de los artesanos citadinos, habitantes de las urbes, ubica el doble carácter de esta producción y la necesidad de tratarla desde el Estado en su peculiaridad: atendiendo tanto a la cobertura de los aspectos laborales de los trabajadores, como a la condición patrimonial de los bienes. Cabe señalar que marcar la dimensión patrimonial de las artesanías implica una ―puesta en valor‖ de las mismas. Y se torna preciso aclarar que con esta expresión estamos aludiendo a la recuperación, a la preservación de referentes estimados valiosos, ponderados simbólicamente, implicando su legitimación y comportando su reconocimiento. Tal dilucidación es necesaria dado el 152 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo corrimiento que ha ido experimentado dicha expresión.57 Desde la perspectiva adoptada, entendemos que para que el reconocimiento de esta expresión cultural como patrimonio no sea meramente retórico, se impone una operatoria que plantee medidas concretas, activas, que den cobertura a tales manifestaciones y a sus productores, a los fines de permitir no sólo su pervivencia inmediata, sino su reproducción en el mediano y largo plazo. En esta línea es dable tener presente que cuando hablamos de heterogeneidades dentro del campo artesanal, una cuestión central y básica respecto del patrimonio, estriba en el hecho de que el reconocimiento como tal de la producción de los pueblos originarios, se inserta y forma parte de un contexto más amplio de reivindicaciones históricas, básicas, relevantes y de afirmación de ―lo propio‖. Una cuestión, que ya hemos mencionado, pero que cabe retomar refiriéndonos a los proyectos de Ley es la consideración de las artesanías como ―patrimonio inmaterial‖. Y nuevamente cabe insistir en las dificultades de una conceptualización que privilegiaría los aspectos intangibles de un bien o expresión patrimonial, separando las características inmateriales de las materiales, dos aspectos que conforman en realidad dos dimensiones de un mismo fenómeno cultural y patrimonial. A nuestro entender entonces, la cuestión problemática en primer lugar, no es terminológica sino conceptual; y en segundo lugar tal categorización incide además en el tipo de medidas que puedan implementarse para el sector. Los aspectos señalados hasta aquí guardan relevancia en la medida que contribuyan a reflexionar, planificar, actuar y operar sobre el ámbito artesanal; que se constituyan como insumos que aporten a la problemática. Consideramos que las instancias de diseño y aplicación de políticas para la actividad artesanal implican observar por una parte tanto los aspectos comunes como las especificidades inherentes al campo objeto de intervención y por otra, que las artesanías en su dimensión patrimonial remiten tanto a aspectos tangibles como intangibles. Proyectar políticas efectivas para el sector, implica contemplar escrupulosamente la diversidad existente. En tal sentido se redefine de cierta manera la vinculación artesanías-patrimonio, y por tanto las políticas de intervención. 57 Incorporando aspectos económicos y remitiendo finalmente cada vez más directa y específicamente a éstos últimos, aludiendo la ―puesta en valor‖ de un referente patrimonial preferentemente a los procesos que contribuyen a su valorización en tales términos, a su valía mercantil. En tal sentido, en numerosos casos se observa precisamente que este giro en el uso de dicho término, no sólo se ha incorporado, sino que en cierta forma se está naturalizado en el campo patrimonial. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 153 Bibliografía Agudo Torrico, Juan y Esther Fernandez de Paz (1999) “Introducción”, en E. Paz y J. Agudo Torrico (comp.), Patrimonio cultural y museología: significados y contenidos, FAAEE, Santiago de Compostela. Arantes, Antonio (1997) “Patrimonio cultural e Nacao”, en A.M. 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El MATRA se creó en el año 1985 como mercado de compra y venta de artesanías. Siete años después, en 1992, dejó de cumplir esa función cuando se cerró su cuenta especial de comercialización. A partir de entonces continuó llevando a cabo acciones destinadas al desarrollo del sector artesanal. En los últimos años, una de las funciones principales del organismo tiene que ver con el fortalecimiento del mercado interno, la visibilización y promoción de las artesanías junto a sus creadores a través de las Tiendas MATRA: espacios de comercialización eventuales en diversos lugares como Tecnópolis (Ver Anexo 1), campañas de verano y fiestas de artesanías (Ver Anexo 2). Una deuda pendiente del Estado es el reconocimiento y la inclusión de los artesanos y las artesanas como sujetos de derecho. Para seguir ampliando derechos y completar aquellos vacíos legales que existen hoy en día, la diputada Mayra Mendoza presentó el año pasado el Proyecto de Ley Nacional de Artesanías y de Salvaguardia del Patrimonio Cultural58. Cuyos antecedentes de creación fueron: -Proyecto Ley de Maestros Artesanos59 -Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO) 60 -Proyecto del año 1999 que tiene como cofirmante a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner61 58 Disponible en http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=0602-D-2014 Consulta en septiembre de 2015. 59 Consensuada entre las tres entidades involucradas con el sector artesanal del Estado Nacional: MATRA, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) y el Fondo Nacional de las Artes (FNA). 60 Aprobada por la Conferencia General de la UNESCO, celebrada en 2003 y ratificada por Argentina por la Ley 26.118 http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/115000-119999/118206/norma.htm. 61 MERLO de RUIZ y otros. (1999) “Régimen de protección y fomento de la actividad artesanal”. (2122-D-99). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 155 Desde dicho espacio se convocó al MATRA para trabajar en la difusión de este proyecto, para que los artesanos/as conocieran de su existencia. Desde el organismo se generaron espacios y foros de difusión del proyecto en todas las regiones del país: - Ferias y encuentros provinciales y nacionales de artesanos/as: (Ver anexo 3) Epuyén, Comodoro Rivadavia (Chubut), Feria de Artesanía Aborigen (Quitilipi, Chaco), San Marcos Sierra, Capilla del Monte (Córdoba), San Rafael (Mendoza), Ezeiza, Laprida, Cañuelas, Salto, Capitán Sarmiento (Buenos Aires), Monteros (Tucumán), Salta Capital y Cafayate (Salta), Comisión de Interferias (Ciudad de Buenos Aires), Villa Atamisqui, Ojo de Agua y Santiago Capital (Santiago del Estero), San Fernando del Valle de Catamarca (Catamarca). - Reuniones con representantes de pueblos indígenas: Consejo Nacional de Participación Indígena y ENOPTO - Reuniones con referentes institucionales y académicos del campo artesanal Estos encuentros sirvieron para: g) Presentar y compartir la información del proyecto h) Estimular la participación y la reflexión i) Fortalecer el debate j) Construir consensos k) Observaciones y aportes del sector artesanal al proyecto de ley En dichos espacios, los artesanos y las artesanas solicitaron realizar aportes al texto del proyecto, y también ser recibidos en el ámbito legislativo para expresar a viva voz sus opiniones, necesidades, problemáticas y propuestas. En virtud de las solicitudes realizadas por el sector artesanal la Comisión de Cultura de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación abrió dos espacios de participación para que los artesanos/as de todo el país, ya sea de forma individual o en representación de un colectivo, expusieran oralmente sus opiniones y propuestas al proyecto de Ley Nacional de Artesanías y Salvaguardia del Patrimonio Cultural. Para hacer uso de la palabra se solicitó que los artesanos/as enviaran, por correo electrónico o correo postal o entrega personal, sus aportes y opiniones al proyecto hasta una determinada fecha, utilizando un formulario destinado para tal fin (ver anexo 4), con el objetivo de sistematizar las propuestas. Las Jornadas de participación y opinión con los artesanos/as tuvieron lugar los días 30 de abril y 7 de mayo de 2015. Participaron artesanos/s de todas las regiones del país, académicos, investigadores, funcionarios y referentes del campo artesanal. (Ver anexo 5) 156 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Texto del proyecto original: Ley Nacional de Artesanías y de Salvaguardia del Patrimonio Cultural OBJETO: Preservar, promocionar y difundir artesanías tradicionales y las que se producen en el ámbito rural, urbano y comunidades indígenas. RECONOCIMIENTO: Artesano/a considerado trabajador/a de la cultura. SALVAGUARDIA: Patrimonio Cultural Inmaterial. Desarrollar políticas públicas desde el Estado Nacional para proteger el patrimonio artesanal tradicional, viviente y representativo. DEFINICIONES: - Artesanía - Patrimonio cultural inmaterial - Salvaguardia - Artesano/a - Maestro artesano/a - Marca registrada colectiva COMISIÓN NACIONAL DE PRESERVACIÓN, PROMOCIÓN Y DIFUSIÓN DE LA ACTIVIDAD ARTESANAL Funcionará bajo la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación. Objeto: Coordinación, ejecución, monitoreo y evaluación de las estrategias de desarrollo y promoción de la actividad artesanal según las diferentes modalidades de producción Estará conformada por un Órgano Ejecutivo y un Consejo Consultivo. Funciones del Órgano Ejecutivo: 7. Certificar origen y autenticidad de las piezas 8. Administrar el Fondo Nacional de Incentivo 9. Implementar el Registro Nacional de Artesanos/as 10. Incentivar la enseñanza y difusión de la artesanía y el arte popular a través de la educación formal y no formal; exposiciones, actividades diversas y los medios masivos de comunicación 11. Promover la inclusión de los artesanos/as en el sistema de jubilaciones y pensiones 12. Promover la inserción de la producción artesanal nacional en organismos de cooperación internacional 13. Fomentar la capacitación profesional de los artesanos/as, el mejoramiento de sus Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 157 técnicas de producción y de su calidad de vida 14. Propiciar la preservación, investigación, documentación, promoción y difusión de la actividad artesanal 15. Estimular la transmisión de las técnicas y procedimientos de la artesanía tradicional para su salvaguardia 16. Amparar el desarrollo y preservación de las artesanías de los pueblos originarios y atender el equilibrio ecológico en la búsqueda de las materias primas para la actividad artesanal 17. Declarar el carácter de Maestros Artesanos/as promoviendo el acceso de las actividades y obras a nivel provincial, local, regional, nacional como internacional, mediante ferias, exposiciones y foro 18. Preservar y desarrollar el oficio de artesano/a, así como la vigencia de la actividad artesanal en todo el territorio nacional 19. Generar las pautas de evaluación de las artesanías que garanticen la autenticidad de las mismas Consejo Consultivo Interministerial integrado por: Ministerio de Trabajo Ministerio de Educación Ministerio de Desarrollo Social Consejo Federal de Cultura Representantes artesanos/as a nivel federal uno por cada región cultural del país Funciones Consejo Consultivo: Monitorear y evaluar el Registro Nacional de Artesanos/as Monitorear y evaluar la certificación de origen de autenticidad Participar de la declaración y elección de los maestros/as Delinear políticas públicas de carácter federal relativas al quehacer artesanal REGISTRO NACIONAL DE ARTESANOS/AS: de carácter oficial y público Dimensionar al sector: Quiénes son, cuántos/as, dónde están Diseñar políticas públicas 158 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo CREACIÓN DEL FONDO NACIONAL DE INCENTIVO PARA LA PRESERVACIÓN, PROMOCIÓN Y DIFUSIÓN DE LA ACTIVIDAD ARTESANAL Anexos Figura 1. Tienda MATRA en Tecnópolis, Villa Martelli, Buenos Aires. Figura 2. Stand MATRA Fiesta Nacional e Internacional del Poncho 2015, San Fernando del Valle de Catamarca. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 159 Figura 3. Espacios y foros de difusión del Proyecto de Ley Nacional de Artesanías en ferias, encuentros y fiestas de artesanías. 160 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 4. Foro en el Encuentro de Artesanos de Cahuané, Capitán Sarmiento. Marzo de 2015. Figura 5. Foro en la Fiesta Nacional de Arte Indígena de Quitilipi, Chaco. Diciembre de 2014. Figura 6. Presentación del proyecto en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires, en el marco del Festival Carlos Vega. Abril de 2015. Figura 7. Foro sobre el proyecto en el Encuentro de Tejedoras y Tejedores de Comodoro Rivadavia, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 161 Chubut. Marzo de 2015. Figura 8. Foro sobre el proyecto en el Encuentro Provincial de Artesanos de Epuyén, Chubut. Enero de 2015. 4) Formulario para el envío de aportes y propuestas el proyecto de Ley Nacional de Artesanías. FORMULARIO PARA LA PRESENTACIÓN DE OPINIONES Y PROPUESTAS NORMA PROYECTO DE LEY NACIONAL DE ARTESANIAS Y SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL DATOS DEL PRESENTANTE NOMBRE Y APELLIDO DNI FECHA DE NACIMIENTO (DD/MM/AA) LUGAR DE NACIMIENTO (Localidad, provincia) NACIONALIDAD DOMICILIO TELÉFONO PARTICULAR TELÉFONO LABORAL CORREO ELECTRÓNICO CARÁCTER EN QUE SE PRESENTA (Marcar con una cruz lo que corresponda) Particular interesado (Persona física) Representante de Persona Jurídica (1) (1) En caso de actuar como representante de Persona Jurídica, indique los siguientes datos 162 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo de la representada: DENOMINACIÓN / RAZÓN SOCIAL: DOMICILIO: INSTRUMENTO QUE ACREDITA LA PERSONERÍA INVOCADA: CONTENIDO DE LA OPINIÓN Y/O PROPUESTA En caso de adjuntarla/s por instrumento separado, marcar la opción correspondiente Se adjunta informe por separado TIPO DE DOCUMENTO: CANTIDAD DE FOJAS: FORMULARIO PARA LA PRESENTACIÓN DE OPINIONES Y PROPUESTAS NORMA PROYECTO DE LEY NACIONAL DE ARTESANIAS Y SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL Se realizan observaciones por CAPITULO CAPITULO 1: Disposiciones generales, objeto, definiciones, etc. OBSERVACIONES: CAPITULO 2: Comisión Nacional de Preservación, Promoción y Difusión de la Actividad Artesanal OBSERVACIONES: CAPITULO 3: Registro Nacional de Artesanos/as OBSERVACIONES: CAPITULO 4: Autoridad de aplicación OBSERVACIONES: Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 163 CAPITULO 5: Regiones Culturales OBSERVACIONES: CAPITULO 6: Fondo Nacional de Incentivo para la preservación, promoción y difusión de la actividad artesanal OBSERVACIONES: CAPITULO 7: Disposiciones finales OBSERVACIONES: TEMA: OBSERVACIONES: Si usted desea realizar una exposición oral sobre este documento ante la Comisión de Cultura de la Honorable Cámara de Diputados de La Nación, que tendrá una duración máxima de tres minutos, complete los siguientes datos: Nombre: Apellido: DNI: Teléfono: Email: 164 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 9. Imágenes de las Jornadas de participación y opinión en la Comisión de Cultural de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Figura 10. Daniel Huicapan y Erica Nievas, representantes del Consejo Nacional de Participación Indígena Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 165 Figura 11. Sara Ortega, de la comunidad qom de Quitilipi (Chaco). Bibliografía Proyecto de Ley Nacional de Artesanías y Salvaguardia del Patrimonio Cultural: http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=0602-D-2014 Consultada en septiembre de 2015. Conferencia General de la UNESCO, celebrada en 2003 y ratificada por Argentina en 2006 por la Ley 26.118: http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/11 5000-1119999/118206/norma.htm Consultada el 10 de Septiembre de 2015. MERLO de RUIZ y otros. (1999) “Régimen de protección y fomento de la actividad artesanal”, Referencia: 2122-D-99. 166 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo TEXTURAS DE SILENCIOS, ENCUADRES DE RECUERDOS Y GRAMÁTICAS DE PODER: CONSTRUCCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LA ALTERIDAD INDÍGENA EN PROYECTOS TURÍSTICO-CULTURALES EN PATAGONIA Carolina Crespo* “Los pueblos están expuestos a desaparecer porque están (…) subexpuestos a la sombra de sus puestas bajo la censura o, a lo mejor, pero con un resultado equivalente, sobreexpuestos a la luz de sus puestas en espectáculo. La subexposición nos priva sencillamente de ver aquello de lo que podría tratarse (…). Pero la sobreexposición no es mucho mejor: demasiada luz ciega” (Didi-Huberman, 2014:14. El subrayado pertenece al original) En este trabajo me propongo reflexionar sobre las políticas turístico-culturales desplegadas en dos localidades de la Comarca Andina del Paralelo 42°, Lago Puelo y El Hoyo noroeste de Chubut, Patagonia Argentina a la luz de una línea de investigación sobre la que estoy profundizando en estos últimos años. Esta línea está centrada en estudiar los “itinerarios del silencio”, sus implicancias y secuelas en los procesos de construcción de memorias y patrimonialización de manifestaciones culturales indígenas en el marco de conflictos territoriales (Crespo, 2014, 2015). La mayor parte de las indagaciones sobre la problemática turístico-cultural tiende a examinar las memorias promovidas en estas políticas, las modalidades de inclusión y/o grados de participación de distintos sectores de la población en ellas y sus consecuencias en términos de desarrollo. En este escrito, más que analizar las narrativas y memorias que estas políticas construyen, mi propuesta procura invitar a pensar cómo se configuran y administran silencios en torno a la dimensión indígena en las políticas turístico-culturales implementadas. Particularmente, me interesa reflexionar acerca de cómo los proyectos turísticos desarrollados en estas dos localidades cordilleranas recién señaladas, ponen en juego una “pedagogía de la mirada” retomando una noción de Rufer (2014) que, mediante distintos mecanismos, omiten contextos y memorias vinculados con el pueblo mapuche y las implicancias que ha tenido en las comunidades que desde hace varios años están reclamando la regularización de su espacio territorial. La reflexión propuesta se asienta sobre tres consideraciones o puntos de partida. En primer lugar y, como ya lo han señalado numerosos antropólogos, dada la interrelación entre lo material y lo * Doctora en Antropología Social/ Universidad de Buenos Aires e Investigadora de CONICET-INAPL-UBA. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 167 simbólico, la indagación no diferencia ni dicotomiza entre ―patrimonio material‖ y ―patrimonio inmaterial‖62. Analiza más bien aquello que se clasifica como material a partir de las memorias que se tensionan en ello, pero definiendo a esas memorias menos como representaciones, que como prácticas políticas con implicancias no sólo simbólicas sino también materiales. En segundo lugar, como lo he demostrado con otra colega en un trabajo reciente (Benedetti y Crespo, 2013), considero que el giro mercantil, multicultural y local que varios autores han señalado con relación a las políticas patrimoniales de los últimos años (Nivon, 2010; Prats, 2010), lejos de presentar un horizonte común de pensamiento, definición y acción, muestra una gama de matices en sus conceptualizaciones y acciones. Bajo la noción de reconocer y respetar al ―otro‖ se conformaron en cada espacio local distintos dispositivos de exhibición y producción de la ―otredad‖ y del ―nosotros‖ frente a los cuales los pueblos originarios asumieron diversas posturas. El turismo se constituyó en uno de esos dispositivos, que involucra la producción de territorialidades y de formas de constitución, contemplación y socialización de ―quienes somos‖ y ―no somos‖ e, incluso, de ―quienes no deberíamos ser y hacer‖, definiendo y prescribiendo relaciones, historias, moralidades, apegos afectivos y prácticas, tanto hacia afuera como hacia el interior de las fronteras espaciales que proyecta. En tal sentido, si la decisión acerca de representar, involucrar o subexponer ‒según el caso‒ a una cultura subalternizada en estos proyectos turísticos expresa profundos juicios de poder y autoridad, me interesa compartir en este escrito no un estudio sobre la dimensión económica de la cultura ‒ampliamente discutido por quienes investigan sobre turismo y patrimonio cultural‒ sino una reflexión sobre el lugar de lo político en la ecuación patrimonio-turismo, y sobre el papel y sentido que en estas políticas estatales se le ha otorgado a la diversidad indígena en arenas locales. Finalmente, en tercer lugar, me importa introducir que, si toda narrativa histórica o políticas de la memoria ‒entre ellas, agregaría yo, aquellas desplegadas por el turismo cultural‒ producen silencios significativos (Pollak, 2006; Trouillot, 1995) y las formas de exhibición o representación no son necesariamente presentación o presencia sino muchas veces imágenes borrosas y veladas que ciegan (Didi-Huberman, 2014) o la ―ausencia más manifiesta‖ (Goody 1999: 11 en Lorenzetti, Petit y Geler, en prensa), me orienta responder brevemente a través de este estudio etnográfico: ¿cuáles son los silencios que estas políticas turístico-patrimoniales en estas localidades proyectan sobre el ―nosotros-otros‖ y sobre el territorio? ¿Cuál es el orden discursivo y contextual más amplio que da sentido a esos silenciamientos de sujetos, relaciones y espacios de cara al exterior-interior de la 62 Varios antropólogos han señalado la arbitrariedad de esta clasificación creada por agencias internacionales estatales (Bialogorski y Fischman, 2001; Lacarrieu y Pallini, 2001; entre otros). 168 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo región? y ¿en qué medida lo inenarrable y lo oculto habilita y/o restringe campos de acción, permite o no reconstruir y volver legítimas experiencias y subjetividades político-afectivas indígenas y/o puede tornarse motor para la lucha?63 Exponer y subexponer lo “inexistente o ausente” Lago Puelo y El Hoyo se sitúan en el noroeste andino de la provincia de Chubut. Desde fines de 1990, junto a El Maitén, Epuyén, Cholila y El Bolsón, conforman lo que se dio en llamar la Comarca Andina del Paralelo 42°, una micro-región, creada para impulsar el desarrollo económico y promover el turismo64. Este impulso al turismo se desarrolló en el marco de un histórico reclamo por el despojo y/o la falta de regularización del dominio territorial de varios espacios de estas localidades, de un concomitante proceso de auto-reconocimiento público de comunidades mapuche que iniciaron la demanda por su territorio o por la recuperación del mismo apelando a sus derechos como indígenas, de un reordenamiento y traspaso de la administración de ciertos espacios que estaban en manos de la provincia a los ejidos municipales y de un incremento aún en aumento del valor inmobiliario de la tierra y por ende, del interés y la tensión sobre la misma. Este es el contexto en el que se implementaron varias acciones que buscaron ampliar la oferta de atracciones turísticas y configurar a esta región como unidad sociocultural. Se publicaron libros y revistas sobre la historia de la Comarca y de cada localidad que unificaran y particularizaran a este espacio y, poco a poco, fueron incorporándose a las actividades que tradicionalmente se ofrecían como la contemplación del paisaje natural, el turismo de aventura (trecking, cabalgatas, rafting, caminatas), el turismo deportivo (pesca), el agroturismo y, más paulatinamente y de manera dispar en Lago Puelo y en El Hoyo, se fueron creando propuestas turístico-culturales. Entre estas propuestas turístico-culturales cabe mencionar la creación de distintas festividades y la realización de murales y ferias artesanales. A esto se sumó, en El Hoyo65 municipio que tiene una infraestructura y cantidad de población menor a Lago Puelo , un Museo Histórico y, en Lago Puelo, 63 Este artículo presenta algunas reflexiones vertidas en trabajos previos (Crespo y Tozzini, 2014 y Benedetti y Crespo, 2013). 64 En enero de 1998, después de reuniones previas, se decide establecer las bases institucionales para la formulación, gestión y ejecución del plan de desarrollo sustentable para la microregión de la Comarca, constituyéndose el Consejo Provisorio para el Desarrollo de la Comarca Andina del Paralelo 42 (CODECAP). Se consideraba que este tipo de proyectos resolvería “la inequidad de la distribución regional de la producción nacional. En este sentido, es menester aumentar la productividad de los recursos públicos asignados a los gobiernos municipales impulsando procesos de asociación de municipios que posibiliten mejorar la eficacia y la eficiencia en la administración de las políticas públicas. Se deberá inducir, tanto a nivel provincial como municipal, la introducción de cambios necesarios para configurar microregiones conformadas adecuadamente en términos de población, recursos naturales, identidad cultural, potencialidad productiva, infraestructura y capacidad administrativa y financiera. Esto permitirá desarrollar y gerenciar las políticas públicas, programas y proyectos dentro de áreas con mayor capacidad productiva lo que aumentará la rentabilidad tanto pública como privada” (p. 7). 65 Según el censo de 2010, El Hoyo cuenta con 2947 habitantes y Lago Puelo con 3129. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 169 la exhibición de pinturas rupestres, la creación de esculturas, de un parque temático y de un circuito de caminata sobre los ―Primeros Pobladores‖. Todos estos repertorios y espacios, supusieron objetivar la cultura, lo local y el pasado, volviéndolos recursos de exhibición. Esto es, estas políticas crearon una suerte de ―complejo exhibitorio‖ ‒retomando una expresión de Bennett (1988)‒ que, como las grandes exhibiciones y museos de principios de siglo XIX, producen y transmiten una mirada, una clasificación y un orden del espacio físico y social, ahora no en el interior de la vitrina de una institución en particular, como el Museo, sino en distintos espacios de uso cotidiano y no cotidiano, desarrollados a lo largo de un calendario anual y de una extensión territorial amplia y agregándole formatos performáticos en los que los sujetos que viven en ese espacio sean quienes, dentro de marcos predefinidos, como por ejemplo una festividad que tiene ya su objetivo y agenda, exponen y comparten sus saberes bajo determinadas modalidades de exhibición. Este ―complejo exhibitorio‖ que emerge en una época en el que la cultura y lo particular asumen un valor en el mercado, crea, como lo señalé en la introducción, tanto contexto como recuerdos que articulan lo visible, decible-audible y pensable, y como parte del mismo movimiento lo indecible-invisible e impensable, sea como producto de la ausencia de marcos o instrumentos de pensamiento (de categorías, métodos, técnicas) que permitan dar vida a otra forma de organizar al mundo y sus habitantes (Trouillot, 1995), sea como producto de ideologías y condiciones sociales que clausuran la posibilidad de ciertas escuchas y miradas (Pollak, 2006). Con mucha agudeza analítica, el antropólogo Michel-Rolph Trouillot señala dos tipos de mecanismos de silenciamiento desplegados en las narrativas históricas dominantes con los que se reprime lo impensable para acomodarlo al terreno de lo aceptado. Uno de estos mecanismos opera en el plano del contenido o el qué se dice. Es decir, hay en todo relato eventos, experiencias, sujetos, clasificaciones, problemáticas no dichas y que él denominó ―fórmulas de borramiento‖. El otro mecanismo, de carácter más indirecto, opera a través de la poética o el cómo se dice. Consiste en la elaboración de formas del decir, formas de montar fragmentos y escenas seleccionadas de experiencias, lenguajes, sujetos, relaciones, escenarios que al banalizar lo sucedido, silencian. Ambos mecanismos de silenciamiento, aquel vinculado con lo no dicho y el relacionado con lo que esconden determinadas formas del decir, son posibles de advertir dentro de las políticas turísticopatrimoniales de El Hoyo y Lago Puelo. Mientras en El Hoyo se ha omitido cualquier rejilla de enunciabilidad o exhibición de la existencia de pueblos originarios en el presente y pasado; en Lago Puelo fue produciéndose un desplazamiento 170 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo que transitó desde esta misma omisión a su reciente ―incorporación o exhibición‖ en puntuales actividades vinculadas al turismo que manifiestan, no obstante, en sus formas, zonas de sombras y borramientos. Y es que la impronta cultural y la historia oficial de estas localidades se han edificado menos a partir de un valor positivo otorgado a lo indígena que de la reivindicación de una identidad fundada en un ―crisol de razas‖ en la que se han jerarquizado aquellas prácticas y saberes vinculados con el modelo ―blanco‖, ―civilizado‖ y ―occidental‖. Sin ir más lejos, la historia oficial de estas localidades cordilleranas suele leerse como una línea evolutiva y progresiva de corta trayectoria, que se inicia a partir de fines del siglo XIX, con el asentamiento de un hombre definido como blanco, chileno y cristiano, desconociendo la ocupación previa de la región por parte de pueblos originarios o bien, reconociendo su presencia previa pero no su ocupación del espacio. Asimismo, este relato histórico oficial chilenizó al pueblo mapuche y lo estigmatizó como invasor extranjero que arriba a este valle con posterioridad a la demarcación de los límites nacionales, legitimando políticas territoriales excluyentes y despojos hacia este pueblo. Con ciertos matices, las políticas culturales y turísticas implementadas en estos municipios se han correspondido de una u otra forma con este relato, en el que la diversidad y antigüedad del poblamiento se ordena desde fines de siglo XIX de acuerdo a oleadas migratorias nacionales dispuestas cronológicamente. Este ordenamiento en clave nacional reitera formas de clasificación y solapamiento de colectivos sociales, especialmente de mapuches, establecidas a lo largo del tiempo en el noroeste de Chubut. Replica las formas de categorización y omisiones existentes en: documentos estatales del siglo XIX y gran parte del XX66, en prácticas y procedimientos institucionales, en libros de historia no académicos de la región auspiciados por agentes municipales e incluso en buena parte de la historiografía académica escrita sobre la zona, en los discursos políticos de varios funcionarios locales, en el sentido común de muchos pobladores, etc., en los que se ha desdibujado la adscripción étnica atribuyéndoles nomencladores nacionales extranjeros a los mapuche. Así, reiterando interpretaciones y silencios establecidos se fueron reponiendo en las propuestas turístico-patrimoniales en El Hoyo, un conjunto de sobrentendidos sobre ausencias y presencias que conformarían la identidad local, la alteridad y el espacio territorial. Para dar un ejemplo, el Museo Histórico de El Hoyo, dependiente de la provincia de Chubut y creado hace pocos años, abrió sus puertas con una muestra en la que los pueblos originarios y su patrimonio están completamente ausentes, y omitidos los conflictos territoriales y demandas que manifiestan tres comunidades En los archivos escritos estatales nacionales y provinciales –expedientes de tierras, libros históricos de escuelas, censos, etcétera– se solapó hasta hace pocos años la adscripción mapuche mediante su clasificación bajo nomencladores nacionales extranjeros. 66 Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 171 recientemente adscriptas públicamente como mapuche en la localidad. La omisión operó en el plano del contenido, a través de “fórmulas de borramiento” −suprimiendo eventos, objetos, relaciones y sujetos en los relatos y vitrinas− como de lo que llamamos en otro trabajo, “fórmulas de sustitución o reemplazo” (Crespo y Tozzini, 2014); pues se sustituyeron algunas fechas por otras, comenzando la historia en el 1900, se reemplazaron algunos sucesos y eventos del pasado por otros; se eludieron ciertas clasificaciones por otras, apelando a fronteras nacionales en detrimento de identificaciones étnicas para documentar los orígenes e identidad del poblamiento local y omitiendo a los pueblos originarios67. En el caso de Lago Puelo, las políticas turístico-patrimoniales han seguido algunas bifurcaciones en los últimos seis años aproximadamente. Inscriptos en aquella misma visión sobre la historia y cultura local, pasaron de reivindicar exclusivamente lo folklórico y rural en distintos eventos, monumentos y espacios, a ampliar su mirada bajo una forma particular hacia calendarios y producciones culturales vinculadas con lo indígena. Varios factores han incidido en ello. Mientras los reclamos de las comunidades mapuche se hacían cada vez más públicos, se generaban apoyos entre algunos pobladores locales no indígenas organizados y las comunidades y, desde el año 2009, las comunidades comenzaron a dirimir sus reclamos territoriales en la esfera judicial, el municipio capitalizó para el turismo la circulación de ciertos recursos capaces de producir sentidos de lugar y de diferencia. Sintomáticamente, para ese mismo año, comenzó a exhibir al turismo pinturas rupestres, creó la “Fiesta de las Colectividades y la Familia” a la que se invitó a participar a algunos mapuche de la localidad y, desde el 2012, inventó la “Fiesta de las provincias” en el feriado largo del 12 de octubre68. Así, se pasó de una subexposición total de lo indígena hacia una visibilidad que, como señalan Lorenzetti et al. (en prensa), redistribuye, no obstante, “los espectros desde los cuáles los sujetos deben mirar y ser mirados”. Pues, estas propuestas, o bien remiten su existencia a un pasado totalmente escindido del presente, como es el caso de la narrativa que acompaña la visita a las pinturas rupestres que fue unilateralmente recortada por los funcionarios de turno. O bien remiten, como en el caso de la Fiesta de las Colectividades y la Familia, a incorporar a los mapuche más como parte de un colectivo migrante equiparando lo incomparable: sus historias y experiencias con las de otros colectivos migrantes nacionales y exhibiendo sus prácticas culturales como símbolos detenidos o fuera del tiempo que pasan a adquirir así la textura de ficciones integradas y armónicas. O bien, paradójicamente, en el caso de la Fiesta de las provincias, a utilizar una fecha evocativa de la Conquista de América y sus consecuencias para los pueblos originarios, pero 67 Un análisis más detallado sobre la producción de ciertos silencios en este museo puede leerse en Crespo y Tozzini 68 Estos eventos han sido impulsados por la Secretaría de Cultura y/o la Dirección de Turismo de Lago Puelo según el caso. 172 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo vaciando su sentido al remitirlo de manera excluyente a conmemorar una diversidad cultural ligada a la migración provincial del pueblo. Estas poéticas y políticas que se fueron desplegando en cada localidad suponen mecanismos simultáneos de exhibición-omisión que silencian a los mapuche porque los ubica en los márgenes de la historia y lo patrimonial o les niega y expropia su propio pasado, o les impide hablar de sí mismos y sus relaciones, desplegando sus epistemologías de conocimiento y/o les impone o equipara con un orden nacional-extranjero. Estas formas de silenciamiento que expresan estos complejos exhibitorios, lejos de configurar vacíos, son fuentes y prácticas de producción, orientación de la mirada y administración de sujetos, subjetividades, espacios, conocimientos, valores y relaciones según ordenamientos, contextos y recuerdos que tienen implicancias políticas y definen campos políticos en tensión. Cualquiera sea el caso, lo que dejan fuera estas propuestas son aquellas experiencias histórico-sociales vinculadas a formas de discriminación, ejercicios de violencia y conflictos territoriales, que incluso exceden la problemática indígena. Y, en el trayecto de aquello que puede ser visto y dicho, no ponen en debate ni la opacidad de relatos históricos oficiales, ni sus condiciones sociales de producción, ni tampoco el carácter contingente de la interpretación ofrecida (Lavin y Karp 1991), ni su propio lugar y perspectiva de enunciación. La interrelación de las comunidades mapuche con estas propuestas ha sido variable. En El Hoyo y en Lago Puelo, las comunidades intervienen en estos proyectos turísticos más bien desde sus márgenes, es decir, vendiendo sus producciones culinarias o artesanales a turistas que pasan de camino a otros lugares turísticos por sus campos, abriendo campings en ellos, y difundiendo sus saberes, experiencias, reclamos y entramados de poder en la zona. Sin embargo, desde el año 2013, algunos miembros de una de las comunidades de Lago Puelo que reclama la regularización de su espacio territorial y había sido invitada a participar desde hacía un tiempo a la Fiesta de las Colectividades y la Familia, comenzó a pensar que aun con sus omisiones y condicionamientos, estos espacios turístico-culturales oficiales, en particular algunas festividades, podían constituirse en un campo de oportunidades. En parte, porque a pesar de todo, era una forma en la que una agencia del Estado los ―reconocía‖ como mapuche –adscripción que ha sido discutida muchos años por los funcionarios estatales locales‒. En parte también y, sobre todo, porque son eventos en los que podían volver objeto de escrutinio a los ojos de un numeroso público local y extralocal, ciertos puntos ciegos del sentido común hegemónico y sus implicancias, mostrar sus conocimientos y saberes, y difundir junto a sus problemáticas, canales de comunicación para establecer posibles apoyos a sus luchas y otras formas posibles de pensar las relaciones. Así, si en estas festividades se tiende a mostrar a cada colectivo social en sus contrastes como Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 173 productos-símbolos fuera del tiempo; las performances, objetos, fotos, imágenes, lengua, folletos y cuentos oralmente narrados por la comunidad y sus acompañantes, contrarrestan este lugar de enunciación cuyo régimen de la mirada se circunscribe a ordenar, exponer y clasificar en términos de tradiciones culturales contrastantes, armónicas e integradas, y a otorgar valor a una diferencia cuasi ontológica sólo en el ámbito de lo escenografiable y la puesta en ficción. Para dar un ejemplo concreto, en el año 2014, en el espacio de esta Fiesta desplegaron sus conocimientos y memorias, y expusieron, metafóricamente a través del relato oral de un cuento mapuche, proyectos capitalistas que amenazaban sus espacios territoriales y otras modalidades de pensar la relación entre la naturaleza y los seres humanos. En forma indirecta, pero muy irónicamente contados, esos relatos que atentamente escuchaban los niños pero que podían descifrar con profundidad sólo sus padres, junto a otras intervenciones, folletos y exhibiciones, fueron contribuyendo a incluir adentro del festejo (la exhibición) aquello que suele quedar afuera: los acechos y conflictos, la resignificación política de memorias y subjetividades impedidas, la colonialidad que se expresa en las clasificaciones oficiales conocidas, algunos silenciamientos vividos y transmitidos, las memorias y afectos que orientan sus luchas. Pues estas políticas turístico-culturales oficiales se combinan y deben analizarse en relación a la violencia física y simbólica vivida por estos pueblos a lo largo de la historia, pero también con relación a políticas estatales y acciones de sectores con poder que los avasallan y deniegan derechos, en especial aunque no exclusivamente territorial, y que ocurren contemporáneamente a estas propuestas turístico-culturales; entre ellas, con políticas turísticas más amplias que están siendo una amenaza a la histórica falta de regularización del espacio territorial y contribuyen a tensar el conflicto con las comunidades. Esto es, los proyectos turísticos, los recursos naturales existentes y el lugar estratégico en el que se encuentran varias comunidades mapuche en estas localidades y otras vecinas, volvieron a sus espacios territoriales que con anterioridad no revestían relevancia para el capital, zonas apetecibles para el mercado y con enorme valor inmobiliario, generando una mayor incertidumbre y tensión69. En Lago Puelo por ejemplo, y tal como está ocurriendo en la localidad vecina de El Maitén, vienen proponiéndose proyectos de turismo de refugios de montaña en territorio mapuche y un centro de esquí en El Maitén, que (des)conocen y amenazan ocupaciones y derechos territoriales indígenas, su base de sustentabilidad, su historia, su cultura, etc. A pesar de condicionamientos y restricciones, pues no todo ha sido verbalizado o representado públicamente en este tipo de espacios turístico-culturales; en parte por decisión, como una forma de 69 Las comunidades mapuche Cayún y Motoco Cárdenas en Lago Puelo se encuentran en el margen oeste del río Azul sobre la Cordillera de los Andres, una zona rica en recursos naturales (bosque y agua), de interés para el turismo por su belleza paisajística y en la mira para construir una ruta a Chile que permita conectar en forma directa a la comarca con el país vecino, proyecto que acompañó los inicios de la creación de esta microregión. 174 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo resguardar aquello que se quiere mantener en los límites de la comunidad, en parte porque el marco de este tipo de eventos festivos contiene reglas implícitas que hacen inaudibles ciertos relatos, o bien por otros factores, la comunidad mapuche que participa en este festejo se vale de un lenguaje visual, oral, escrito, performático que desafía ciertos encuadres y lugares de enunciación hegemónicos, especialmente aquellos que los circunscribe –como lo mencioné– al ámbito de lo escenografiable y la ficción. A través de sus recursos culturales hace irrumpir lo político, poniendo en palabras o imágenes algo de lo indecible, inadmisible y/o impensable. Pero además, hace gala de sus saberes no ya para mostrar recuerdos sino para compartir e involucrar a todos en un legado, horizonte y proyecto con valor a futuro. A modo de cierre El estudio de la dinámica de estas políticas en su articulación con procesos históricos y actuales vividos en nuestro país en materia indígena, permite discernir el valor performativo que tiene el silenciamiento de sucesos y sujetos sea a través de su exhibición como de su omisión más plena. Asimismo, posibilita comenzar a repensar más críticamente cómo se concretan estos giros multiculturales, locales y mercantiles de la cultura en los que se tensionan en un campo de fuerza desigual, por un lado, proyectos institucionales de hegemonías locales que siguen instalando desigualdades a través de la incorporación dentro del aparato estatal de una ―pedagogía de la mirada‖ que admite y/o inhabilita la diversidad indígena; y por otro, a los posibles puntos de fuga que estos proyectos ‒sin desearlo‒ promueven con sus silenciamientos y acechos. Pues estas formas actuales de desarrollo turístico e interés del capital que están reorganizando el espacio natural y socio-cultural con propósitos políticos y económicos explícitos, han reavivado y anudado – retomando una expresión de Stella (en prensa)– vínculos y memorias de experiencias de desigualdad con historias de pertenencia mapuche que habían sido ensombrecidas y que, en los últimos años, condicionadas como lo están, desafían, en éstos u otros ámbitos públicos, miradas predefinidas y luchan por demandas de justicia. Bibliografía BENEDETTI, Cecilia y Carolina CRESPO (2013) ―Construcciones de alteridad indígena en el campo patrimonial en Argentina. Algunas reflexiones a partir de estudios situados en Tartagal (Provincia de Salta) y Lago Puelo (Provincia de Chubut)‖. En: Boletín de Antropología Nº46 (28): 161-184. BIALOGORSKI, Mirta y Fernando FISCHMAN (2001) ―Patrimonio intangible y folclore: viejas y nuevas conceptualizaciones‖. 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Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 177 LA PATRIMONIALIZACIÓN DE UN SISTEMA AGRÍCOLA EN LA AMAZONIA BRASILEÑA Laure Emperaire* Los sistemas agrícolas tradicionales, sean indígenas o no, se encuentran hoy frente a procesos de homogeneización y globalización de amplitud mundial ligados a factores como el éxodo para la ciudad, la pérdida de las formas tradicionales de transmisión de saberes, los cambios alimenticios, los procesos de modernización para intensificación de la producción, etc. Si todas las agriculturas son hechas de innovaciones, préstamos, intercambios de prácticas, plantas y saberes de varios horizontes, hoy el fenómeno de uniformización es muy amplio y lleva a una fuerte reducción de las bases culturales y genéticas de las agriculturas tradicionales. Estas son poco visualizadas frente a las opciones productivistas; entretanto, la diversidad agrobiológica y la de saberes y prácticas que los sistemas agrícolas tradicionales producen y conservan se revelan fuentes inspiradoras de soluciones frente a los desafíos del mundo actual, uno entre los cuales (no el único) es responder a los cambios climáticos – véanse, por ejemplo, los casos de la agroecología o la agricultura orgánica. Los sistemas agrícolas tradicionales resultan de continuas adaptaciones a modificaciones ambientales, socioeconómicas e culturales. Son sistemas altamente dinámicos elaborados por las poblaciones locales y cuyo calificativo de ―tradicional‖ se refiere a una estrecha imbricación entre territorio y sociedad y no a un inmovilismo anclado en el pasado. La tradición es dinámica en su esencia y puede incorporar aspectos de la modernidad o de la globalización mientras que no sean destructores de las relaciones sociales, de formas de saber y hacer, de la diversidad de plantas, de una soberanía alimentaria y de otros elementos considerados como relevantes por las poblaciones locales. El propósito de esta discusión aquí es identificar, a partir de un ejemplo, como la patrimonialización constituye una oportunidad para la continuidad de los sistemas agrícolas tradicionales y para la construcción de políticas públicas que sustenten sus dinámicas. Con base en el artículo 216 de la Constitución Federal de 1988, Brasil promulgó en el año 2000 el decreto nº 3551, que permite el registro de bienes culturales de naturaleza inmaterial. El reconocimiento del Patrimonio Cultural Inmaterial brasileño ocurre a pedido de los poderes * Investigadora colaboradora del Dpt. de Antropologia/ UnB/ IRD, UMR ―Patrimonios locales y gobernancia‖ IRD/MNHN. 178 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo públicos o de asociaciones o sociedades civiles con la anuencia de las poblaciones y comunidades implicadas. Posteriormente al análisis de pertinencia y evaluación del dossier de Registro que debe contener la descripción histórica y etnográfica del bien cultural, el bien registrado es inscripto en uno de cuatro libros: de los Saberes, de las Celebraciones, de las Formas de Expresión y de los Lugares (Emperaire et al., en prensa). El registro cuya revalidación ocurre a cada diez años, permite la implementación con la participación de las poblaciones locales, de un plano de salvaguardia cuya finalidad es la sustentabilidad cultural del bien registrado, a través del establecimiento de colaboraciones y articulaciones con políticas públicas intersectoriales. En estas bases, el Sistema Agrícola Tradicional del Rio Negro (SAT-RN de aquí en adelante) fue reconocido como patrimonio inmaterial por el Consejo Consultivo del Patrimonio Cultural del Brasil, en noviembre 2010. ¿Cómo definir un sistema agrícola? Elementos metodológicos El uso de la expresión sistema, un conjunto de elementos en interacción, resulta del alcance del bien registrado (Delattre 1984). Si la noción de sistema es inherente a todo proceso de reconocimiento patrimonial – cualquier bien está siempre integrado en un conjunto de hechos, de objetos y de conceptos, sean elementos materiales o inmateriales, que le dan sentido. Así, es la primera vez que esa noción de sistema fue explicitada en ese contexto. Pasar de la noción de agricultura a la de sistema agrícola significaba poner en evidencia interacciones de este campo de actividad con otros dominios de la vida social, cultural y material de un grupo, limitados a su vertiente trivialmente funcional (los símbolos esconden o recubren funcionalidades vigentes o perdidas o abandonadas o contribuyen en la construcción y afirmación del proprio corpus de saberes). Un sistema agrícola es un sistema abierto, construido alrededor de las relaciones entre sociedades-territorios-plantas que incorpora determinados elementos en función de contextos culturales, ecológicos, históricos y también políticos. De modo más específico, se entiende por sistema agrícola, el conjunto de elementos que gravitan alrededor del hecho agroproductivo, incluyendo saberes, mitos y relatos, formas de organización social, prácticas, productos, técnicas, artefactos y otras manifestaciones asociadas que envuelven espacios utilizados y plantas cultivadas, hasta las formas de transformación de los productos agrícolas y la cultura material asociada, como los sistemas alimenticios locales que resultan, en proporción variable, de esa agricultura. La perspectiva sistémica permite fundir los contornos de lo material y de lo inmaterial, propiciando una mayor aproximación con la realidad vivida por los detentores del bien y eleva la cuestión compleja de como abarcar una multiplicidad de elementos interdependientes en un contexto sociocultural, económico y ecológico de fronteras imprecisas (Fonseca Londres 2010). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 179 Otro componente metodológico importante es la identificación de elemento(s) estructurante(s) de un determinado sistema agrícola; esto es: el (los) marcador(es) material(es) y/o inmaterial(es) de su identidad. Puede ser una especie central en la alimentación (como es el caso de las variedades de yuca en el complejo multiétnico del Rio Negro, Amazonas - Brasil), o en ritos o prácticas sociales (el guaraná en los Sateré-Mawé; Figueroa 1997) o en ambos registros (el pequi, Caryocar, nos Kuikuro, Xingu, Brasil; Smith 2013) etc. Pueden ser formas de manejar el espacio (las rozas de “esgoto” en el cerrado– Lúcio et al. 2013 -, o las rozas temporarias en las márgenes del rio São Francisco), formas de procesar alimentos con la cultura material asociada etc. Se trata de objetos (incluyendo objetos biológicos como plantas), formas de hacer (manejo de las rozas, barbechos y florestas, etc.), conceptos y valores (la importancia otorgada a la diversidad de las plantas cultivadas, a las formas de relacionarse con ellas, etc.), todos elementos que participan de la identidad de un sistema agrícola y, por consecuencia, cuya alteración o desaparecimiento lo descaracterizaría. Esa propuesta metodológica apoyada en las nociones de sistema y de elemento estructurante apunta, por una parte, hacia la necesaria y urgente cartografía de la diversidad de los sistemas agrícolas en las escalas nacionales y, por otra, hacia el registro como bien cultural de naturaleza inmaterial de los sistemas agrícolas en situación de vulnerabilidad. El otro aporte de la propuesta fue de el poner en foco el bien patrimonializado como un objeto biológico complejo, conformado por el conjunto de plantas cultivadas por las poblaciones locales. Pero, como en el caso del abordaje sistémico, no se trataba propiamente de una innovación, sino de la afirmación del papel central de la biodiversidad dentro del registro de un bien. Tratándose aquí de una biodiversidad particular, producida, conservada y continuamente adaptada a nuevos contextos por una o más sociedades. Se trataba, entonces, de dar cuenta de la dimensión patrimonial de una diversidad biológica no perturbada por la acción humana, sino resultante de esta acción. El registro del SAT-RN El objetivo de la patrimonialización era, por una parte, la identificación de un instrumento susceptible de promover la conservación de las plantas cultivadas dentro de un contexto marcado por la globalización. Por el otro, dar visibilidad al trabajo de innovación, selección, conservación de la agrobiodiversidad, o sea, de la diversidad de plantas cultivadas, efectuada por las poblaciones indígenas o tradicionales. Es importante destacar que, actualmente, la mayor parte de las acciones que redundan en la visibilidad regional o nacional de productos locales pasa por una valorización 180 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo económica. La patrimonialización, un tipo de certificación no mercantil, se coloca, entonces, como una alternativa a esa mercantilización. La demanda de registro fue formulada por tres asociaciones indígenas del Rio Negro: la Asociación de Comunidades Indígenas del Medio Rio Negro (ACIMRN), la Federación de las Organizaciones Indígenas del Rio Negro (FOIRN) y la Asociación Indígena de Barcelos (ACIBA), apoyados por una red de colaboraciones que asociaban acción no gubernamental e investigación científica. La región se afirmó, desde los trabajos de Chernela (1986) seguidos por los nuestros (Emperaire et al. 2010), como un polo de diversidad de las yucas amargas, de los ajíes (chiles) y de los ananás, luego con una gran importancia en el plano de los recursos fitogenéticos. Nuestros datos de investigación, así como el análisis local de los indígenas destacaban una fuerte erosión genética. Estábamos, entonces, en un contexto de una pérdida progresiva de un bien, la diversidad de recursos fitogenéticos, de interés local y nacional, al mismo tiempo como bien patrimonial colectivo de las poblaciones locales y como reservorio de genes para la selección varietal, por ejemplo frente al cambio climático. En el Rio Negro, la práctica agrícola es un referencial cultural compartido por todos. Todo grupo familiar tiene sus roças (rozas o plantíos), cultiva e intercambia sus plantas y produce su alimentación, fuente de bien estar y de vínculo a una identidad cultural. El esquema ideal es de proveer al conjunto de las necesidades familiares a partir de su plantío: ―en mi plantío hay de todo‖. En el mismo sentido, en relación a cada ―dueña de roza‖ (expresión que engloba las nociones de responsabilidad, conocimiento, experiencia y autoridad) se entiende que tiene las mismas calificaciones entre las mujeres tanto para administrar su plantío que para preparar la harina de yuca. La cuestión del registro tenía, entretanto, una dimensión que sobrepasaba el aspecto de la conservación de un recurso y bajo la noción de sistema han sido englobadas los campos asociados en los dominios de las narrativas cosmogónico-cosmológicas, de la rica cultura material de la transformación de la yuca y de la diversidad de las preparaciones alimenticias. Por cada unos de los elementos (diversidad biológica, cultura material, alimentación) han sido abordados las prácticas, saberes, representaciones e inserciones en la vida social y cultural. Es importante destacar que, contrariamente a otros bienes inmateriales patrimonializados, las ceramistas fabricantes de ollas de Goiabeiras, las de acarajés (plato típico bahiano), o de totumos, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 181 aquí estamos frente a un caso que está a la base de la existencia material y sociocultural de las poblaciones del Rio Negro y, en cuyo propósito, confluyen intereses particulares e intereses colectivos regionales. Lo biológico y el patrimonio El punto de partida ha sido la diversidad varietal de las yucas amargas relevada en el Rio Negro (Emperaire et al. 2001; McKey et al. 2001). Se han identificado más de 200 especies o variedades cultivadas y una centena de variedades de yuca. Pero ¿de dónde viene esta hiperdiversidad, siguiendo la expresión de Heckler y Zent (2008)? La diversidad de plantas en el Rio Negro responde de manera esquemática a un conjunto de principios agroecológicos, de economía doméstica y de un ethos de relacionamiento con las plantas que analizamos brevemente. Primero, mantener una alta diversidad de plantas cultivadas es una garantía de adaptabilidad a la diversidad de condiciones ecológicas, climáticas y de resistencia a las enfermedades y a predadores. Segundo, esa diversidad permite diversificar la alimentación, de manejar el calendario de las cosechas y es, además, una garantía contra los azares del cotidiano (enfermedad, desplazamientos, necesidad de recursos monetarios etc.). Por último, resumimos los principios y conceptos que orientan el manejo de la diversidad agrobiológica y le dan sentido en tanto que patrimonio. Las dueñas de los plantíos gestionan una colección de variedades de mandioca que es continuamente renovada, realizando una gestión dinámica. Es la noción de colección que está en el centro de este patrimonio vegetal y esta colección tiene una dimensión estética fuerte y frecuentemente enunciada (como delante de la diversidad de campos de camotes de los Kayapó – Robert et al. 2012). El bien es colectivo, en ese sentido las semillas y esquejes o estacas circulan activamente entre los individuos sin apropiación individual de una variedad dada. Esta circulación del material propagativo, aliada a otras modalidades como la gestión de yucas que nacieran de semillas, hace que la innovación esté presente constantemente en los plantíos. El material recibido de parientes, vecinos, conocidos próximos o distantes es continuamente utilizado en lugares diferentes, en diversas condiciones ecológicas. La circulación se inscribe también en el tiempo, pues las variedades de yuca y los saberes que le son asociados, son transmitidos principalmente entre generaciones, de madre a hija, de suegra a nuera. Por fin, las yucas tienen atributos sociales que las conectan al mundo de los humanos e inducen tratamientos particulares. En otros términos, las yucas forman una sociedad paralela a la de los humanos con sus propios atributos sociales, éticos y estéticos materializados por otras plantas acompañantes que reproducen las manifestaciones de la sociedad humana, por ejemplo para crear espíritu de fiesta, insurgirse contra malos tratos (abandono, quema o falta de agua) y, al contrario, apreciar los cuidados minuciosos del desyerbe, del arrancado cuidadoso de los tubérculos, 182 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo etc. Esos cuidados son como los dados a los niños, no se planta yucas, se les cría. La diversidad es al mismo tiempo el objeto y el resultado de un vínculo y de una relación individualizada ente la agricultora y sus plantas. Se está, así, dentro de una configuración marcada por las nociones de colección – innovación – circulación – vínculo social en torno de este patrimonio vegetal. Además, se ve claramente que las plantas cultivadas son un bien artefacto como lo subrayaba Sauer en 1963, en el sentido que ellas son un producto salido de una selección humana deseada, mismo si, en parte, modelada por una selección natural. Del punto de vista práctico, este sistema de gestión colectiva de la agrobiodiversidad que apenas empieza a ser reconocido por las instituciones se revela extremamente eficaz para mantener un amplio espectro de recursos fitogenéticos. El plan de salvaguardia En nivel operacional, el registro de un bien implica la instauración de su plan de salvaguardia. En el caso del Rio Negro, ese plan ha sido construido alrededor de dos entidades: el Consejo de la Roza y el Comité Gestor cuyos atributos son, en el primer caso, locales, con la formulación de recomendaciones frente a demandas de cambio y, en segundo caso, nacionales con el encargo de suscitar y participar en el debate sobre el establecimiento de políticas que permitan la expresión y la valorización de las potencialidades de esas agriculturas diferenciadas. La instalación de los Consejos ocurrió en 2014, siendo difícil por tanto, evaluar apenas un año después sus resultados. Pero el propio reconocimiento de los Consejos ha permitido movilizar las poblaciones y sus asociaciones en torno de ese patrimonio agrícola y de hacer que el tema Sistema Agrícola haya entrado en su orden del día. Así, la XIV reunión de la FOIRN, de noviembre de 2014 estuvo centrada sobre el SAT-RN; la organización de un festival de la yuca ha sido propuesto. El IPHAN de su lado ha publicado un plegable sobre el SAT-RN y organiza dentro las tres ciudades de Barcelos, Santa Isabel do Rio Negro y San Gabriel da Cachoeira, una formación en videopara investigación, documentación e difusión de saberes locales relacionados, por realizadores indígenas. Las acciones de investigación continúan; un taller sobre la agrobiodiversidad ha sido organizado recientemente, una exposición con curaduría participativa sobre el SAT-RN está en curso de montaje para 2016. Una necesaria convergencia de políticas públicas La naturaleza misma de ese patrimonio, a la base de la existencia material y cultural de las poblaciones locales, en tanto que generadora de su alimentación, demanda convergencia de políticas Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 183 públicas para asegurar su perennidad y su dinamismo. En el caso del Rio Negro, se está dentro de una configuración tensa, clásica, entre modernidad y tradición. Un ejemplo de esa tensión ocurre con la reciente aplicación de políticas de modernización de las prácticas agrícolas. Los acontecimientos tomaron, de hecho, un nuevo rumbo en 2012-2013 con la introducción de un proyecto estadual de desarrollo agrícola en la región que se propone, principalmente, incrementar la producción de harina de yuca para el mercado local y regional. Acciones de modernización como inscripción catastral, abertura mecanizada de parcelas agrícolas, previsión de uso de insumos industriales/comerciales, construcción de casas de harina modernizadas, difusión del modelo de ―buenas prácticas‖ están siendo implementadas. Se trata, entonces, de un encuadramiento de una agricultura reconocida como expresión de un diversidad cultural a normas cognitivas y operacionales exógenas. El objetivo de esta acción se configura localmente como la ampliación e institucionalización de un mercado para la harina producida en el entorno de la ciudad o en otras localidades sin llevar en cuenta las especificidades de la agricultura indígena local y los saberes agrotécnicos de las poblaciones locales. Funciona en la base de la aplicación de paquetes agrotecnológicos exógenos creando choque entre dos políticas públicas, una de valorización cultural anclada en un ―agroecosociosistema‖ de características territorializadas, otra de valorización económica respondiendo a un modelo poco diferenciado de modernización agrícola en función de objetivos mercadológicos que parten del preconcepto del ―arcaismo‖ de esas agriculturas y de una supuesta necesidad de modernización sin llevar en cuenta sus líneas de fuerza (bien colectivo, soporte de relaciones sociales, soberanía alimentar, manutención de una alta diversidad de recursos fitogenéticos, funcionamiento de tipo agroecológico y producción orgánica, manutención del paisaje forestal...). Eso a contramano de la tendencia actual de valorizar la riqueza y la sustentabilidad de agriculturas tradicionales, bien como de promover una alimentación saludable y usar circuitos cortos de comercialización. Si hay algunos elementos técnicos positivos en esa modernización, ella fragiliza, entretanto, radicalmente, las bases del SAT-RN, por las transformaciones de las categorías de significados que en él están embutidos, por la pérdida de diversidad de recursos fitogenéticos que va a generar, por la erosión de los suelos etc. Dos políticas públicas andan en descompaso y reposan sobre premisas divergentes: agricultura versus agri-cultura. Mientras que esa agricultura sea, como es hoy, la única propuesta que abre un mercado y ofrece una renta económica para parte de la población, no 184 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo existen, en la práctica, condiciones de libre elección para las poblaciones indígenas. Esta situación induce un doble discurso local sobre la agricultura local, aquel de una tradición versos una modernidad; aquel de la manutención dentro de un supuesto ―pasado‖ versus la agricultura vector de un desarrollo. Esa oposición no es, pues, tan radical puesto que las dos ―partes‖ defienden, de cierta forma los mismos argumentos: necesidad de movilizar los jóvenes para la práctica agrícola, asegurar la transmisión de saberes, mejorar los rendimientos económicos producidos por la agricultura y por eso innovar. La adhesión local al proyecto de modernización ha sido fuerte por responder a una demanda ―tradicional‖ de transmisión y de innovación. Hay una fusión de las fronteras tradicional/moderno en un contexto de mucha incertidumbre. Conclusiones sobre patrimonio y biodiversidad Un primer punto general a mencionar es que el registro permitido por el decreto n° 3551/2000 va en el sentido del Convenio de la Diversidad Biológica, en particular del artículo 8j, del Convenio 169 de la OIT con la consulta y la participación de las poblaciones locales y del Tratado de la FAP que reconoce en su artículo 9, los derechos y contribuciones de los agricultores locales. Un segundo punto es que las categorías material e inmaterial de bienes culturales se esmorecen en ese contexto y el abordaje sistémico permite transponer esa dicotomía, que constituye un debate en fase de superación. En seguida, hemos mostrado que la conservación de ese patrimonio biológico es portador de desafíos en diferentes registros: sociales (¿sobre en cuáles vínculos sociales reposan?), cognitivos (¿cuáles los saberes que están en su origen y en su dinámica?) y ambientales (¿cuáles son las condiciones ecológicas que permiten su continuidad?). El último punto se refiere a la naturaleza cambiante de este patrimonio y del colectivo que está en su origen. Esta dinámica es interna y constituye una de sus propiedades, pero ella también es externa y engendrada por la patrimonialización del bien. A lo largo de su corta historia de apenas cinco años, el bien patrimonializado ha evolucionado considerablemente. Se empezó por un bien objeto de ―propiedad cultural‖, como lo ha calificado Marcela Coelho de Souza (2010), para llegar a un objeto de políticas públicas del campo cultural, pero también reivindicado por otros campos como lo de la agricultura de tipo familiar. Para finalizar, insisto sobre el hecho que lo que constituye patrimonio no es tanto un contenido, pero la manera como éste bien es pensado, apropiado y vivido en el ámbito de una sociedad. El desafío de mantener los frágiles contornos, altamente permeables, que delimitan el Sistema Agrícola Tradicional del Rio Negro es grande, pero se puede esperar que su capacidad a adaptarse a nuevos Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 185 contextos se mantendrá e igualmente, que esa iniciativa patrimonial multicolaborativa se constituirá en una política pública apoyada en una reflexión compartida sobre el futuro de esas agriculturas singulares. Instrumentos económicos, con diferentes formas de certificación o de reconocimiento de derechos intelectuales, adquieren un espacio cada vez más visible en los mercados y contribuyen a sensibilizar el consumidor a una diversidad de producciones. Entretanto, la diversidad de las formas de producir ultrapasa el dominio de lo técnico, pues se extiende por varios registros de la vida social y cultural de las sociedades. Producir vegetales, animales o micro-organismos, es no solamente movilizar saberes, conceptos, herramientas y relaciones sociales de carácter particular, mas es también expresar concepciones del mundo, del espacio/tiempo y de la sociedad. Bibliografía Chernela, Janet M. (1986). "Os cultivares de mandioca na área do Uaupês (Tukâno)." En Ribeiro, Berta (ed.), Suma Etnológica Brasileira - Etnobiologia. Petrópolis: Ed. Vozes/ FINEP. Coelho de Souza, Marcela. (2010). "A cultura invisível: conhecimento indígena e patrimônio imaterial." Anuário Antropológico 1: 149-174. 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Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 187 CAPÍTULO IV GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL INTRODUCCIÓN La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial realizada en París en el año 2003 y propiciada por la Unesco, reconoció la importancia que reviste este patrimonio definiéndolo como: "[…] los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural […]”70 Es importante destacar el último de los conceptos, ya que el patrimonio cultural inmaterial solo puede serlo si es reconocido como tal por los integrantes de colectividades y grupos que lo crean, mantienen y transmiten. Como señala Ana María Gorosito Kramer “[...] la idea de patrimonio inmaterial o intangible es alcanzada gracias a un proceso a la vez de distanciamiento o de descubrimiento de lo que constituye el ámbito natural de nuestras vidas”71. Asimismo la noción de patrimonio cultural conlleva una dinámica que refleja los cambios sociales, políticos y económicos de las comunidades que lo producen o definen. Su fuerza contribuye a construir una visión más plural del patrimonio, ampliando el abanico de corporatividad representado, más allá del vinculado a las elites dominantes de la sociedad occidental. En el Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo, la mesa dedicada a Gestión del patrimonio cultural inmaterial contó con seis expositores de cinco países: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y México. Sus trabajos describieron el desarrollo, en los países representados, de políticas gubernamentales para la preservación del patrimonio inmaterial a través de cartografías, confección de inventarios y planes y programas adecuados a cada una de las realidades culturales regionales. También se hizo hincapié en que en el diseño de los proyectos, así como en el registro del acervo, es fundamental la participación comunitaria, aludiendo, además, a las medidas necesarias de salvaguarda de este patrimonio. A través de los diversos trabajos que ahora se publican, el lector puede apreciar como el texto que fuera elaborado en la Convención de 2003, se ha constituido en fuente de inspiración para desarrollar políticas a favor de la diversidad cultural, siendo esta diversidad y su interés por preservarla lo que conforma un patrimonio cultural inmaterial de enorme alcance universal. Héctor Luis Goyena Director del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” 70 Art 2.1. UNESCO: Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, París, 2003 71 Ana M. Gorosito Kramer: “Tras las huellas del Patrimonio Cultural Inmaterial en los territorios del pájaro azul”. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 189 TRAS LAS HUELLAS DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL EN LOS TERRITORIOS DEL PAJARO AZUL Ana María Gorosito Kramer* En esta ponencia se proponen algunas reflexiones surgidas de la experiencia en diferentes contextos de trabajo en relación con el patrimonio en general y la aproximación más específica al patrimonio inmaterial, al que aquí caracterizaremos como elusivo y extremadamente vulnerable. Dos son las cuestiones en juego y debate: por un lado, la consideración del patrimonio como resultado de una atribución de sentidos, operación que se plantea en un campo de tensiones sociales , y la referencia a dos modalidades del patrimonio, el natural y el intangible o inmaterial, que se expresan particularmente en el relato y en la emotividad. El rastreo de estas modalidades del patrimonio implica, en consecuencia, el esfuerzo por liberarlas del cerco intensamente afectivo que las encierra en experiencias individuales o familiares, para develar su condición colectiva, esto es, su pertenencia a una ―comunidad de sentimientos y de memoria‖ de difícil aprehensión tanto para sus participantes como para el observador. Como el pájaro azul del relato infantil, el Patrimonio Inmaterial buscado con esfuerzo puede ser el pequeño pajarillo que siempre estuvo en una jaula dentro de nuestras casas. Las experiencias Para esta mesa decidí traer dos experiencias surgidas del trabajo de investigación, una actividad que demandó más tiempo y mayores esfuerzos a lo largo de mi vida que las experiencias de gestión. Tienen mucho que ver en mi hipótesis acerca de la extrema vulnerabilidad del patrimonio cultural inmaterial en cuanto a su condición de patrimonio vivo, que es el objeto de tratamiento de este Encuentro. En el primer caso omitiré la referencia al lugar, por razones que tienen que ver con mi relación con sus habitantes y con los procesos muy activos que se continúan desarrollando en el presente en cuanto a las reflexiones y actividades que allí se tienen sobre el patrimonio. Baste decir que se trata de una localidad refundada a finales del siglo XIX junto a los restos de una importante reducción jesuítica, y que la continuidad de sus paisajes, emplazamiento, localización y dinámica social se puso en cuestión a partir del probable emplazamiento de una represa binacional, configurando una situación de crisis e incertidumbre que se volvió propicia para desarrollar allí acciones de * Antropóloga, Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Misiones. 190 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo investigación-acción. Circulaban para la época del inicio de nuestros trabajos diferentes versiones acerca del trazado de un circuito internacional turístico, de la puesta en valor de algunos ámbitos reduccionales, del probable ingreso de créditos internacionales para instrumentar ambos proyectos, así como de la expectativa de otras líneas de crédito que dejarían a la localidad anegada, en todo o en parte, como resultado de la formación del gran espejo de agua de la futura represa. En este complicado contexto de expectativas contradictorias, la investigación avanzó por los caminos convencionales de una antropología social y otros menos habituales, desarrollados a partir de talleres sistemáticos de reflexión sobre las definiciones de las diversas modalidades de patrimonio definidas por la UNESCO y las percepciones vecinales acerca de su expresión concreta en la localidad. El grupo de los adultos, conformado por personalidades destacadas del pueblo, muy conscientes en general acerca de las decisiones que podrían llegar a tomarse sobre el futuro de la localidad desde espacios de poder poco accesibles a ellos, se enfocaba en el valor arquitectónico de las ruinas jesuíticas, de los edificios importantes que conformaban el centro cívico de la localidad (Iglesia, Municipalidad, escuela) o bien el de las familias conspicuas, en todos los casos rodeando la plaza central o cercanos a ella, dentro del esquema clásico del trazado en cuadrículas de las colonias nacionales fundadas para el mismo período. Aunque nuestro relevamiento detectaba la reutilización de la sillería jesuítica en el basamento de esos y otros edificios antiguos del pueblo o de los pozos y aljibes de la misma época, la copresencia material de testimonios tangibles de una secuencia de ocupación no continua, sino manifiesta en estas reutilizaciones, no transmitía a estos participantes adultos la idea –menos aún la convicción- de que las generaciones de principio del siglo XX que habían montado el nuevo pueblo hubieran creado, simultáneamente, patrimonio. Por el contrario, esos restos de sillería en los cimientos de las casas, en los alcantarillados, etc., constituían algo así como la expresión material vergonzante de una depredación del único patrimonio legítimo reconocible por ellos: el que correspondía al momento jesuítico. En síntesis: para estos vecinos, la colonización no había creado patrimonio alguno y en todo caso había destruido aquello que hubiera debido respetarse y valorizarse adecuadamente. La dinámica de los talleres que se desarrollaron junto a los jóvenes estudiantes del colegio secundario local y de los docentes que quisieron participar voluntariamente, fue otra. Dejábamos consignas de trabajo entre encuentros, de modo que pudieran organizar sus repertorios Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 191 patrimoniales, recurriendo a la fotografía, a la memoria familiar y a sus propias experiencias. Esta vez las propuestas acerca de lo que consideraban patrimonio local se escabulleron rápidamente del cerco ilustrado que contenía la percepción de los mayores. Por un lado, lo jesuítico se amplió para identificar puertos, cercados, corrales, indicios de lugares donde se habían cocido tejas, labrado sillería, etc. Lo que iban trayendo estos adolescentes se ajustaba más a las dimensiones espaciales que podría haber alcanzado la reducción jesuítica en los años previos a la expulsión de la Compañía de Jesús, ya que por entonces concentraba una población que doblaba a la censada en el momento de nuestro trabajo. Cuando comenzamos a enfocar los talleres sobre temas tales como ―patrimonio natural‖, paisajes, fiestas, lugares de recordación o de memoria y muy especialmente patrimonio intangible, la curiosidad y el entusiasmo juvenil –que para entonces ya nos mostraban sus resultados utilizando técnicas de power point, montajes fotográficos con el uso de repertorios propios o familiares, recursos tales como efectos dinámicos en las presentaciones, ediciones con música, juegos tipográficos- arrojaba la visión de repertorios muy ricos donde lo lúdico, lo romántico, lo misterioso, mostraban una notable expresividad. Entre esos elementos resaltaré aquí el que puede definirse ampliamente como relatos de tradición oral, acerca del destino trágico de la existencia humana o de su redención, con desenlaces que apuntaban a la admonición moral. Como en la vasta región ocupada por la empresa jesuítica, superpuesta a otra menos extensa ligada a los acontecimientos de la Guerra Grande o Guerra Guazú (1865 a 1870), circula más o menos explícita la idea del tesoro enterrado o ―plata yvyguy‖, tema que a su vez sustenta una cantidad de versiones que refieren a las circunstancias de su hallazgo – sobrenaturales, fruto de la paciencia, o del uso de apropiada tecnología-, de historia personal o bien de las características morales de quienes los hallaron o creyeron hacerlo y del destino fatal o venturoso que tuvieron los protagonistas de estas historias. En los talleres de los adultos las historias presuntamente reales –aunque contadas con deliberado interés en manifestar que se conocía a sus protagonistas mientras simultáneamente se ocultaban sus nombres para evitar el escarnio público- eran las responsables del evidente deterioro de la integridad del monumento jesuítico. Los anónimos protagonistas eran caracterizados como personas ignorantes e incultas, irresponsables, de escasa fortuna y baja condición social, que aprovechaban la oscuridad nocturna para sus infames tropelías. Los jóvenes tampoco lograban –aunque lo intentaban arduamente- dar con esos protagonistas y los talleres en los que se narraban estas historias eran en gran medida divertidos aunque a veces 192 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo tomaban ese tono trágico, misterioso, de las historias de miedo que tanto parecen complacer a los adolescentes. Que se trataba de algo más que meros relatos nos constaba muy duramente: cada ingreso del equipo a los sectores con restos jesuíticos revelaba excavaciones recientes. Un tiempo después, el propio equipo ingresó al repertorio de casos a través del relato de una vecina entrevistada: así, nos contó que hacía mucho tiempo, había ingresado al cementerio un importante vehículo con un grupo de gente evidentemente extranjera, que traían extrañas lanzas para perforar el suelo y diversos aparatos. Ese grupo había trabajado durante algún tiempo hasta que desaparecieron y no volvieron más, seguramente porque habían dado con el tesoro tan largamente buscado. No hizo falta mucho esfuerzo para reconocernos, capturados en la trama del relato, nosotros, los teodolitos, testigos y material de cuadrículas con los que habíamos hecho el relevamiento del cementerio del pueblo, emplazado como hasta ahora en la antigua plaza del espacio misional. Tampoco fue necesario mucho esfuerzo para recolocar en una función misteriosa de búsqueda del tesoro al Agrimensor Maggi, que treinta años antes había trabajado en el relevamiento de los emplazamientos misionales y cuyos informes habían sido un rico punto de partida para nuestro propio trabajo. También por casualidad y fuera del marco de los talleres, emergió con una notable variedad una suerte de monumental tradición oral referida a uno de los personajes míticos de la región: el Pombero. A raíz del presunto encuentro accidental de un allegado mío con este personaje- o mejor, con una de las tantas caracterizaciones de un personaje que puede también ser varios, por ejemplo representado en grupos de dos o en siete o indeterminadamente en ―una banda‖, es decir un grupo de proporciones indeterminadas- que frecuentemente es descripto como un hombrecillo de aspecto raído, rostro escondido bajo un sombrero de grandes proporciones, pies descomunales en proporción a su estatura y ojillos de fulgor maligno que brillan en la penumbra que protege sus facciones, florecieron gran variedad de ―casos del Pombero‖. Estos casos, como en las historias del tesoro enterrado, tenían protagonistas reales y a menudo contemporáneos pero anónimos (una tía, un amigo, un cuñado). También como en ese otro repertorio, los casos terminaban en consideraciones morales: esta vuelta de tuerca de los relatos los aproximaba a los muchos casos relacionados con Pedro Malasartes o Perurimá, frecuentes en la región pero que no fue invocado en la localidad. Hasta llegué a ser beneficiada con una ―oración al Pombero‖ para evitar sus caprichosos ataques y una serie de indicaciones de comportamiento para congraciarme con él. En este momento es que me propongo detenerme para tratar de introducir algunas reflexiones sobre esta experiencia. En primer lugar, la idea dominante en el sector adulto y responsable de que patrimonio refiere a aspectos consistentes y valiosos o al menos que pueden ser puestos en valor Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 193 para recolocar a la localidad en un lugar prominente o al menos participar en él en virtud de su historia institucionalmente reconocida. Y que los obstáculos para lograr este reconocimiento provienen tanto del injusto olvido al que ha sido relegada desde lugares superiores y distantes de poder, o bien por la ignorancia depredadora de los elementos más bajos e incultos de la propia sociedad. En segundo lugar, que cuando las propuestas de pensar y actuar son tomadas por sectores alejados del polo reflexivo y medianamente informado de la sociedad, las búsquedas de lo que eventualmente puede ser valioso se vuelven más festivas, lúdicas, introduciendo en consideración una variedad de especies posibles del patrimonio que ya no guardan referencia a valores materiales ni históricos sino a aspectos relativos a la memoria familiar o individual, a la emotividad y el reconocimiento afectivo. En síntesis, la propuesta de una heterodoxia festiva y altamente creativa que, liberada del confinamiento del secreto o de la censura ―culta‖ expone la posibilidad que en una localidad ―donde nunca pasa nada‖ se configure una geografía mítica, como una suerte de proyección inmaterial de un pueblo poblado de situaciones y personajes fantásticos pero incluidos en la vida cotidiana, donde ―pasa de todo‖. Una especie de ―fata morgana‖, a la vez tan evanescente y tan real que puede erizarle a uno la piel cuando en alguna extraña intersección ambos pueblos (el de todos los días en su aburrida repetición cotidiana y el místico y ambiguo pero fascinante) entran en contacto. El segundo episodio que voy a compartir sucedió en circunstancias totalmente distintas, entre comunidades indígenas mbya guaraníes afincadas en el Valle del Cuñá Pirú y la Universidad de La Plata, en el marco de una disputa que luego se judicializó y que actualmente está en vías de solución por la propiedad de unas siete mil hectáreas con importantes porciones de selva paranaense medianamente explotadas, lo que también quiere decir medianamente conservadas en cuanto a su biodiversidad. En conocimiento de que la Universidad, luego de importantes estudios, había realizado una zonificación del área en función de los recursos naturales, los niveles de conservación, etc., para demostrar la estricta necesidad de administrarla y llevar a cabo allí diversos estudios científicos, las comunidades decidieron hacer lo propio. Iniciaron de este modo un trabajo de mapeamiento, en momentos en que comenzaban a practicarse las mismas estrategias entre otros pueblos originarios, particularmente los Wichí del chaco salteño. Munidos de GPSs fueron practicando distintos esbozos cartográficos merced a los cuales exhibían su conocimiento de los accidentes geográficos, de la particularidad de microambientes, de los lugares donde tendían a localizarse según las épocas del año los recursos que utilizaban tradicionalmente para vivir, así como los senderos actuales y antiguos, los lugares de residencia 194 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo anteriores, tanto los propios como los de algunos ocupantes criollos, etc. Estos procesos que describo tan sucintamente, pero que demandaron considerable esfuerzo y tiempo, arrojaron varios resultados, unos muy visibles –particularmente durante los encuentros de mediación- y otros no tanto. De algunos de estos resultados no tan visibles me he ocupado en otros escritos, de modo que me dirigiré rápidamente a los que constituyen la materia de este encuentro. Lo que surgió para los propios protagonistas de este esfuerzo, las familias guaraníes en lucha por retener el dominio de las hectáreas en disputa, era que habían terminado mapeando el ―verdadero modo de vivir‖, el ―ñanderekó‖, que podría traducirse como ―nuestro modo de existencia‖, o el bello modo de vivir, el ―Tekó porá‖. Y esto era justamente aquello que nosotros los no indígenas designamos como patrimonio cultural. De la misma manera que en el ejemplo anterior, sobre el plano terrestre de la vida cotidiana, ordinaria, trajinada a diario en los afanes sencillos y corrientes, se proyectaba una esfera tanto o más compleja que la de la escala humana medida en sudores, en ocios y mínimos rituales de la cotidianeidad. Se había mapeado la vida y sus afanes, sus trayectorias y el discurrir de la comunidad a través del tiempo. Se había mapeado la cultura, en sentido amplio, que siempre había estado allí, pero que se había convertido en objeto de contemplación en la medida que había debido ser puesta reflexivamente en consideración a partir de una solicitación externa que podía ponerla en riesgo. Pero en ese mismo proceso se descubrió algo nuevo. Sabiendo que para los no indígenas el concepto de ―cementerio‖ constituye un posible resguardo de las pretensiones de ocupación territorial, en estos esquemas y mapas comenzaron a señalarse asimismo los cementerios propios. Tal vez sea preciso aclarar algunas cosas: en occidente las tradiciones de enterramiento han variado mucho en el tiempo, pero los cementerios de la modernidad concilian a la vez dos principios públicamente conocidos: constituyen un resguardo sanitario o, en otros términos, son un recurso de sanidad pública, y simultáneamente son espacios de alta sacralidad. Por eso los llamamos ―camposantos‖, donde encontramos ―eterno reposo‖, donde nuestros restos ―requiescat in pace‖, es decir que ―descansan en paz‖. A pesar de esa sacralidad los cementerios no anulan diferencias sociales o culturales, sino que las arrastran consigo, de modo que es cuestión de disputa el lugar donde deben reposar los suicidas de los restantes difuntos, los difuntos judíos no se entreveran con los cristianos mientras que los más favorecidos por la terrenal fortuna van a parar a fastuosos mausoleos en tanto los que son menos descansarán en la paz de mínimas sepulturas apenas marcadas por cruces de palo hasta que les llegue la hora del desalojo. Ninguno de estos conceptos encuentra espacio en el modo de vivir y del morir mbya guaraní. En Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 195 primer lugar porque nada hay de sagrado en la cáscara imperfecta que dejamos en esta tierra anciana e igualmente imperfecta al partir hacia otras formas de la existencia más venturosas. En segundo lugar, porque no habiendo ya nada que temer de las porciones anímicas que se resistan al viaje, esos restos pueden estar en proximidad de las casas. Y finalmente porque, habiendo que temer del poder de estos espíritus recalcitrantes, la que se muda es la aldea y no los cuerpos vacíos. Pero una vez que la cultura invasora se detiene o manifiesta algún prurito en violar la paz de los enterratorios, estos lugares comienzan a constituir posibles marcas de la historicidad de la ocupación indígena así como de la sacralidad en la escueta y resumida forma en que puedan entenderla los apropiadores. He aquí, pues, una nueva vuelta de tuerca al concepto de patrimonio: sus señalizaciones oficiales pueden quedar a disposición de las luchas sociales por importación –o préstamo, si lo prefieren- de las ideas de la otra cultura con la que se está en disputa. ¿Es esto patrimonio vivo? Naturalmente que sí: relacionado estrechamente con una práctica social, sólo que en un plano nuevo, creativo, original, un recurso metonímico en los fragores de la disputa política. Para concluir En los dos casos que presenté aquí brevemente hay algunas inquietantes cuestiones que invitan a reflexionar. De ambas surge que la idea de patrimonio inmaterial o intangible es alcanzada gracias a un proceso a la vez de distanciamiento o de descubrimiento de lo que constituye el ámbito normal de nuestras vidas. Puede ocurrir que ese descubrimiento provenga de una situación en que somos obligados a exponer ante otros, extraños a la cotidianeidad, las cosas que creemos nos caracterizan en nuestra particular individualidad pero que tienen la potencialidad de demostrarnos que son compartidas, aunque poco frecuentemente nos refiramos a ellas. Algo similar a lo que Alfred Schutz nos decía sobre el habla: somos buenos hablantes de nuestra lengua materna, pero raramente hablamos en conocimiento de las reglas gramaticales que ponemos en juego al hablar. Parafraseándolo, somos habitantes nativos y despreocupados de nuestras culturas locales, pero rara vez nos detenemos a pensar en las recurrencias o las reglas que ponemos en juego para que nuestras conductas sean plausibles y reconocibles por los demás. Pero hay más: para que ese reconocimiento se produzca es necesario librarse de las censuras que nos autoimponemos por repetición de otras que suelen sernos impuestas, y merced a las cuales tendemos a suponer que nuestra vida cotidiana y a menudo nosotros mismos, carecemos de valor sustancial en un paisaje social jerarquizado. Integrantes del ―popolo minuto‖ atribuimos a nuestras vidas, gustos, hábitos, cierta condición mínima, escasamente importante, poco apta para salir en la 196 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo televisión o ser objeto de un documental. Y es allí donde se localiza la extrema vulnerabilidad del patrimonio, presa indefensa de los estilos de prestigio, de las reglas que definen las formas de la alta cultura, de aquello que es característico de los sectores elevados de la sociedad y su Alta Cultura. O no tan indefensa, como en el ejemplo de los habitantes del Cuñá Pirú, porque en tal caso es expuesta como una suerte de ―justa de saberes‖, de quién sabe más de lo que estamos hablando, de quién sabe mejor y desde hace más tiempo. Dispuesta a las comparaciones para establecer su lugar en la jerarquía social de los estilos de vida – jerarquía que a menudo oculta su nombre y sus principios de distinción- reconocida como lo que hacemos o sentimos todos los días casi sin pensar, la cultura inmaterial es elusiva, no se suele entregar fácilmente a la reflexión. Pero cuando lo hace, se proyecta como una fantástica construcción vaporosa y plena de alusiones, que le da sentido a muchas de nuestras opciones y nos pone en contacto con las mismas que hacen nuestros vecinos, de hoy o del pasado. Por esto, mis reflexiones sobre el patrimonio inmaterial y su vitalidad me remiten al cuento infantil del pájaro azul de la felicidad. En una casa que parecía sumida en el infortunio, los niños reciben el consejo de una extraña anciana: ―busquen a ese pájaro maravilloso y traigan a casa de regreso alguna pluma, lo reconocerán por su color azul, pero la búsqueda no será fácil‖. Y así, ellos emprenderán un viaje agotador e infructuoso del cual volverán, desolados y sin la codiciada pluma. En la madrugada de su regreso, las primeras luces del alba iluminan la jaula del humilde pajarillo de la familia. El sol naciente arranca preciosos destellos azules al plumaje del ave: descubren así que el maravilloso pájaro azul de la felicidad no se encontraba en algún lugar remoto e inaccesible, que no era necesario buscarlo en medio de pesares y esfuerzos, sino que siempre había estado allí, a la vista de todos, pero fuera de la atención de todos, tan habitual como el pan, la luz, el agua… Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 197 REFLEXIONES SOBRE LA PATRIMONIALIZACIÓN DE BIENES SIMBÓLICOS, INMATERIALES, VIVOS O INTANGIBLES Alicia Martín* El patrimonio intangible, inmaterial, simbólico o vivo Un giro en el concepto de patrimonio cultural excedió en los últimos treinta años la visión monumentalista (edificios históricos, obras de arte, arquitectura), para incorporar el llamado ―patrimonio vivo‖, es decir, aquél que remite a expresiones cuyos practicantes conviven con las agencias patrimonializadoras, también reconocido como ―patrimonio intangible‖ o ―inmaterial‖ (UNESCO 1989, 1997, 2003), o simbólico, representado por las expresiones de literatura oral, música, festividades, formas del folclore y la cultura popular. A su vez, se revisaron asimismo las acciones oficiales, que detentan el poder legal y simbólico de nominar y declarar como patrimonio a expresiones de la herencia cultural que se busca preservar para las generaciones futuras. Se advierte que el patrimonio está signado por las apropiaciones diferenciales de distintos grupos sociales que tienen distintas formas de representar la herencia común. Es decir, se ponen en escena distintas versiones de la historia y de la identidad social. Esto remite a la polisemia de las referencias patrimoniales, y en general de todo hecho simbólico o cultural. Néstor García Canclini (1994), señala que la valoración del patrimonio responde a una serie de apropiaciones culturales registradas a lo largo de la historia de un bien o práctica cultural. Así, cada referente no posee un único e inequívoco significado social, sino tantos significados como apropiaciones. La acción patrimonial crea un valor (Arantes 1984), el valor de patrimonio, sobre ciertos aspectos de la cultura considerados dignos de atención por el significado que se les atribuye. Entonces, tal valor es otorgado, dado, atribuido, en procesos en los que entran en juego asignaciones de representatividad y autenticidad. Esta creación de valor, que Prats ha llamado proceso de activación patrimonial, remite a la instancia por la cual distintos sectores sociales, con recursos y poder desiguales, discuten y negocian los criterios de selección, atribución y condiciones de la acción patrimonial. Se abre así una dimensión política del patrimonio, un espacio de negociación por el reconocimiento de los bienes culturales y de los derechos ciudadanos. De este modo, los procesos de patrimonialización pueden generar espacios de negociación entre diversos agentes (el Estado, el mercado, los movimientos sociales, según García Canclini (1994)). De todos modos, este espacio de negociación no se agota en la instancia declarativa ni en la coyuntura inicial, sino que involucra la consecución de acciones y medidas legislativas posteriores. Gilmar Rocharealiza una suerte de arqueología de la noción de patrimonio inmaterial, desde los paradigmas * Doctora en Antropología. Profesora de la Universidad de Buenos Aires. Investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Ministerio de Cultura de la Nación Argentina. 198 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo folclóricos de la década de 1960 hasta las conceptualizaciones actuales más acordes con versiones antropológicas de la cultura. A diferencia de aquellas concepciones tradicionales, y evitando caer en el romanticismo que caracteriza a los estudios folclóricos del pasado, los nuevos abordajes de la cultura a la luz del concepto de patrimonio inmaterial pretenden restituir y dar voz al ―pueblo‖. ―Lo que cambia,- señala Rocha-, es la misma concepción de cultura popular a partir de la renovación del concepto de patrimonio. La superación del espíritu ―museográfico‖ que caracteriza a los estudios folclóricos del pasado, abre una posibilidad de una reflexión epistemológica sobre el papel de las teorías nativas en el pensamiento contemporáneo. En este sentido, la justificación para retomar a la tradición, la memoria y los procesos de construcción identitaria por medio del patrimonio inmaterial, …, consiste en el peso dado a la creatividad‖. (Rocha 2011, traducción propia) Por otra parte, Hernán Morel reseña las normativas internacionales respecto de la denominación de este objeto de salvaguardia. Observa que durante la década de los ochenta se habla de ―Salvaguardia del Folklore‖ o de la ―Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular‖, mientras que ya en los noventa se lo denomina ―Cultura Oral e Inmaterial‖. En la actualidad se acepta la denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), que comienza a consolidarse a partir del Informe Nuestra Diversidad Creativa (1997). ―Con el correr de los años, -señala Morel-, el concepto de patrimonio inmaterial fue adquiriendo contenido y forma, y así se fueron desarrollando criterios para definirlo, instrumentos jurídicos más apropiados y medidas para protegerlo; por lo que la regulación de los patrimonios culturales en sus diversas formas se fue instituyendo como un campo específico dentro de las políticas culturales públicas de los Estados. En esta dirección, se establece la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, aprobada en el año 2003 y vigente desde 2006.‖ (Morel, 2011: 73). Al respecto, observa Gilda Betancourt que ―… como concepto clave, la Convención de 2003 plantea que el patrimonio cultural inmaterial sólo puede serlo si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten….‖ (Betancourt, 2014: 8). En resumen, consideramos central la importancia otorgada en los últimos años a la incorporación de los propios productores culturales en los programas para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. El involucramiento de diversos actores, en especial de las comunidades, grupos y agentes culturales, implica reconocer su protagonismo y su activo papel en la producción y reproducción cultural. Una línea divisoria con enfoques anteriores del PCI radica entonces en el lugar otorgado a los productores culturales, que ya no son investigados, dichos, registrados y traducidos por letrados académicos, sino que se trata de que dispongan y decidan en la planificación y restitución del patrimonio. En este artículo reflexiono sobre mi experiencia de treinta años de estudio en temas del folclore y la cultura popular. Centrada principalmente en la cultura popular urbana de la ciudad de Buenos Aires, investigué las Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 199 prácticas de grupos de carnaval, denominados murgas o centro-murgas y el complejo y magnífico mundo del tango porteño. En todos los casos, mis estudios se realizaron junto con los agentes de los campos culturales, poniendo en diálogo a la academia con los mundos del carnaval y el tango. El hecho de haber crecido en el mismo espacio y cultura que los propios creadores, coadyuvó sin dudas en establecer un marco de interpretación común de referencias, sentimientos y valores compartidos. La actividad del trabajo de campo, método de conocimiento que la Antropología ha desarrollado y que consiste en la participación experimental en los fenómenos estudiados, implica una construcción conjunta y dialógica del saber. De allí nace la naturaleza profunda de la experiencia antropológica, que radica en la interacción y diálogo con los agentes involucrados. Involucramiento que atrapa al observador en los hechos, descubriendo en la acción colectiva una realidad que lo incluye y lo compromete. En este trabajo, propongo examinar algunas aristas conflictivas que pueden plantearse cuando desde la cultura oficial se ponen en valor formas culturales subalternas o populares. Lo que vamos a plantear refiere a las dificultades que acarrea la promoción del folclore y la cultura popular por parte de las políticas culturales, teniendo por supuesto que ambas formas de hacer cultura responden a prácticas, principios y valoraciones sociales que clasifican sus objetivos y acciones de muy distinto modo; formas que se hallan estructuralmente diferenciadas por posiciones de poder desiguales, así como articuladas por relaciones sociales de hegemonía (Williams, 1997). En este trabajo, me interesa entonces identificar algunos criterios de la operatoria presente cuando formas subalternas de expresión popular son rescatadas y puestas en valor por la cultura oficial. La cultura que no miramos Los géneros de la cultura se jerarquizan históricamente de acuerdo con los criterios sociales e ideológicos dominantes de cada época. Es decir, las desigualdades sociales remiten y se reproducen también en las diferencias culturales. En este sentido, la producción cultural folclórica y popular, ocupa escasa consideración en la escala cultural oficial, que con esas calificaciones las mantiene diferenciadas de los circuitos legitimados, aún cuando ingresen en circuitos de las industrias culturales. Por otro lado, los sectores subalternos no detentan los medios materiales ni simbólicos para registrar, acumular y exhibir su historia, por lo que ―muchas veces no queda constancia escrita de ella,- señala Dolores Juliano-, como no sea en el testimonio que representan las sanciones penales a las que quedan expuestas‖ (Juliano, 1991: 126). La memoria de los grupos subalternos queda archivada parcialmente en recuerdos y relatos organizados en formatos variables, como los géneros narrativos orales: anécdotas, memorias, casos, rumores, cuentos, chistes. Pero los sectores subalternos no sólo producen menos documentación que los dominantes, sino que su producción cultural es considerada insignificante desde la cultura oficial, de escaso valor (porque en general se los concibe como bienes de uso, y no como bienes del mercado), incompleta, desestructurada (Constantin, 200 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo 2000) ―La producción cultural de las clases más pobres no se archiva y por lo tanto, una vez producida, puede perderse rápidamente. La memoria popular es una memoria corta, precisamente porque depende de la memoria de las personas.‖ (Ribeiro Durham, 1998: 136). Es decir, los registros de expresiones populares conservan gran parte de la memoria de los sectores populares en formatos de la narrativa oral, (cancioneros, leyendas, canonizaciones populares, anécdotas, entre otros), lo que implica una operatoria particular para su reconstrucción. En resumen, los sectores subalternos suelen tener una representación diferida en al menos dos sentidos: 1) sus producciones culturales no se suelen archivar ni conservar, llegando como mucho a conservarse de modo disperso, incompleto y fragmentario; 2) en tanto su archivo, registro y preservación depende de letrados, intelectuales y funcionarios, intervienen mediaciones en la traducción cultural que plantean cuestiones de niveles técnicos, como por ejemplo la trasposición de lo oral a lo escrito, o registrar la coreografía de una danza, con implicancias profundas en las dificultades de estas traducciones intersemióticas. Como señala Luigi Lombardi Satriani ―Lo ignoto del folclore es dominado a través de una categorización cultural y político-cultural deducida de lo conocido de la cultura hegemónica, señal de que no basta individualizar la dinámica de las culturas coexistentes en el mismo tiempo y en el mismo ámbito para sustraerse a una objetiva complicidad con la cultura hegemónica‖ (Lombardi Satriani, 1978: 18). Una metodología de la investigación del patrimonio cultural inmaterial debiera restituir a los subalternos como sujetos y protagonistas de sus propias producciones, cuestionando la relación poder-conocimiento examinando los modos de representación diferidos que acabamos de describir. Como concebimos, hacemos y usamos a la cultura Resulta también importante considerar que la producción cultural subalterna suele proceder con objetivos y criterios diferenciales a los de la cultura consagrada. En primer lugar, la valoración cultural se interesa principalmente en los productos finales, es decir, suele enfocar las producciones culturales como ―obras‖ terminadas, sin profundizar demasiado en el proceso o camino del que estas obras son solo un resultado posible. Canciones, danzas, celebraciones, objetos, libros, discos, son producciones complejas, que involucran distintas etapas y procedimientos para llegar a tomar esas formas, no sólo materiales sino simbólicas. Sin embargo, se suelen reconocer sólo obras y autores; a veces antecedentes e influencias. Se desconocen condiciones y reglas de producción, relaciones entre géneros, imitaciones, marcas de época, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 201 usos y retóricas. De este modo, se extiende esta concepción analítica de producción cultural a otras sociedades, clases y grupos sociales. Se universalizan las reglas de producción del arte occidental moderno y burgués, en las que predomina la idea del creador individual y autónomo que inventa obras únicas, originales e inéditas, y se suponen válidas para todo el mundo y para todas las épocas. No han sido éstos sin embargo, los patrones de creación cultural en todos los tiempos ni en todas las sociedades. Insistir con esos marcos conceptuales propios del arte occidental moderno nos lleva a cometer gruesos errores cuando los aplicamos, por ejemplo, al folclore y a la cultura popular. Además del señalado proceso de producción cultural, que puede culminar o no en la conformación de una obra, única, inmutable, de autor reconocido, veamos algunos otros contrastes. El arte popular no siempre diferencia y recorta analíticamente según las ramas independientes de las bellas artes. Los fenómenos culturales que nos interesan involucran la combinación de varios lenguajes artísticos: música, danza, representación teatral o dramática, plástica, poética, entre otros. Entre otros ejemplos, reducir el candombe, el tango o la murga del carnaval porteño a música y/o danza, es encasillar una producción que combina y cruza además otros lenguajes: recurren a la dramatización de personajes, iconografía, poética de la actuación, invocación de ancestros y rogativas, tradicionalizaciones, que resultan inescindibles en una correcta descripción y apreciación. No se trata de señalar como complemento el factor de representación, o la mención a que es música para bailar, o danza pantomímica, porque en su ejecución, estos diferentes lenguajes se expresan, se crean y necesitan unos con otros. De este modo, cuando investigamos algún género tradicional o popular, advertimos que formas o géneros de la cultura que a veces, por razones de análisis, se estudian por separado como si fueran productos culturales independientes, se encuentran unidos en la experiencia artística. Préstamos, artistas que transitan entre varios géneros expresivos, se encuentran bien documentados por ejemplo, en la historia del tango, el carnaval, la poética repentista, el circo criollo, la literatura popular criollista, el teatro gauchesco y el sainete, y seguramente en la trayectoria de tantos otros conjuntos culturales. Sin embargo, estas producciones culturales enumeradas, se conocen y estudian por separado y según distintas especialidades, siendo difícil encontrar análisis que articulen y estudien sus interrelaciones. Una maniobra de la hegemonía ha sido oponer producciones populares que más bien conviven en el repertorio de los músicos y en la producción de los autores (tango vs. folclore, por ejemplo). Las imbricaciones entre géneros populares, permiten descubrir en sus relaciones una historia de contactos y cruces con matices complejos, que no sólo escapan a la clasificación genérica, cultural o territorial, sino a veces a los mismos límites nacionales o regionales. En el análisis de las prácticas folclóricas y populares es importante entonces, advertir su carácter multidimensional, o integral, como lo identificaba Augusto Cortazar (1975). Casi todos los géneros folclóricos 202 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo se manifiestan conjuntamente como música, danza, plástica, poesía y narrativa, dramas e historia. Es lo que los peruanos llaman ―arte total‖, es decir, estilizaciones de la propia vida de un pueblo en las que confluyen integralmente, las distintas musas o artes que occidente ha visto crecer muchas veces en forma separada. Aquí, el tango por ejemplo, se muestra en toda su complejidad de arte total: surgido como una danza distintiva, desarrolla también una forma musical característica, más tarde una lírica que narra sus propios dramas, genera sus mitos y sus historias, despliega una cosmovisión y una sensibilidad particular. El tango, como expresión originaria de una amalgama de diversos sectores populares, quedó en el centro de debates sobre lo bárbaro o civilizado, lo correcto y lo decente, lo elevado y lo inferior (Savigliano 1993/4). A lo largo de su historia de más de un siglo, el tango ha tenido detractores y defensores, que lo defendieron de la mejor manera: lo han practicado, cantado, bailado, silbado, recreado y adaptado a pesar de los tabués sociales y las prohibiciones. El debate sobre lo correcto e incorrecto, la valoración en términos morales y estéticos dominantes, propios de la alta cultura burguesa, ha signado no sólo buena parte de la historia del tango, sino también de todas las producciones subalternas o periféricas. Retomando nuestro desarrollo sobre la integración de lenguajes en las artes populares, el africanista argentino Alejandro Frigerio, en sus estudios sobre las performances afroamericanas, las define como ―multidimensionales‖, por la condensación de lenguajes expresivos que presentan (Frigerio, 2001). Por eso, considero que para un relevamiento de las expresiones folclóricas y populares, la unidad de análisis debiera tomar en consideración, la relación que se produce entre intérpretes, audiencia y géneros culturales en la concreta ejecución. En este sentido, otro factor de relevancia en la comprensión del arte popular radica en la particular relación entre intérpretes y audiencia. Si bien existen roles diferenciados, muchas veces personajes involucrados en las actuaciones como audiencia, pueden pasar a desempeñarse como intérpretes. Hay una alternancia entre artistas, por lo que una actuación de música, cantos y danza llega a parecerse más a una sesión de improvisación, porque el orden y secuencia de la representación se va desarrollando como un intercambio entre estos roles, y por lo tanto, la ejecución de los géneros artísticos involucra variaciones no siempre planificadas. El poder de nominación, la violencia simbólica En la trasposición del arte y la cultura subalternas a las formas oficiales de clasificación de la cultura, se realiza una interpretación, un enmarcado, y conversión de estas formas, a través de acciones para su preservación, archivo, rescate y registro. Esta cuestión, que puede referir tanto a la polisemia de los repertorios patrimoniales como al entramado de significaciones en relación con sus usos y apropiaciones, se torna sumamente polémica y delicada cuando el Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 203 Estado interviene en lo que se ha llamado ―patrimonio vivo‖, es decir, aquél que remite a expresiones identitarias cuyos cultores conviven con los agentes patrimonializadores. Aquí aparecen cuestiones en torno al control de la producción cultural y quiénes son y cómo se autentican los expertos en el tema, los criterios por los cuáles se incluyen o no algunos fenómenos integrando la categoría de bienes a resguardar, la discusión de las formas en que el Estado resguardará la continuidad de esos bienes, y si además de resguardar, proteger, registrar, archivar los bienes o repertorios patrimonializables, cómo y en qué rol debe intervenir en su difusión y reproducción. Tales acciones involucran, implícita o explícitamente, concepciones de la creación del valor a preservar, construyen un contexto o lugar donde clasificar e interpretar tal valor (espectáculo de calidad, valor turístico). Tal como señala Rosas Mantecón, se fija al bien valorizado en la versión oficial, congelando la dinámica de su reproducción: ―Espacios, prácticas y bienes diversos van siendo retirados del flujo de la vida cotidiana, se reunen, resignifican y recontextualizan y participan de la dinámica específica de la dimensión de la cultura que crean y recrean los órganos públicos de preservación. Una vez que forman parte del patrimonio, adquieren carta de naturalización y el proceso de selección e interpretación queda oculto.‖ (Rosas Mantecón, 1998: 5) El Estado aparece como responsable y garante de la ―nominación legítima‖ (Bourdieu, 1996: 138). La nominación oficial, el acto por el cual se le otorga a alguien un título, una calificación socialmente reconocida, es una de las manifestaciones más típicas del monopolio de la violencia simbólica legítima que pertenece al Estado o a sus mandatarios (Bourdieu, op.cit.). El punto de vista oficial, señala Bourdieu, confiere a esta perspectiva un valor absoluto, universal, arrancándola así a la relatividad que es inherente a todo punto de vista. En los terrenos de la producción de los sectores subalternos, de formas abiertas, cambiantes, dialógicas, como las del tango, candombe o el carnaval porteño, que no están orientadas principalmente al espectáculo ni al lucro, la ―...definición oficial de una identidad oficial arranca a quien tiene... [esa identidad oficial] de la lucha simbólica de todos contra todos, imponiendo la perspectiva universalmente aprobada‖ (Bourdieu, 1996: 138). Siguiendo a Cicourel, Bourdieu señala que el discurso oficial cumple tres funciones: 1. opera un diagnóstico, un acto de conocimiento que tiende a afirmar lo que una cosa es; 2. dice lo que las personas o cosas deben hacer, siendo quienes son, a través de directivas, ordenanzas, reglamentaciones, etc. 3. avala y es garante de lo que las personas han hecho realmente, como en los informes autorizados. (Bourdieu, op.cit.:139) Como efecto de la salvaguardia de las tradiciones, las instancias de patrimonialización normatizan y homogeneizan la diversidad de las formas populares, certificando las credenciales de aquellas formas auténticas, produciendo muchas veces formas de competencia y selectividad entre los distintos grupos que hacen a esa práctica. 204 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Las acciones oficiales generan a través de reglamentos, evaluaciones, subsidios y estipendios monetarios, una intervención que orienta al patrimonio cultural hacia su circulación como mercancía o espectáculo, dejando de lado otras funciones igualmente centrales en estas prácticas, como las lúdicas, expresivas o de creación de sociabilidad. Al reservarse el derecho de discernir y subvencionar a la ―auténtica tradición‖, la acción patrimonializadora puede llegar a limitar y congelar la renovación y experimentación que es propia de todo género cultural. Maestros, artistas, investigadores del Patrimonio Cultural Intangible trabajamos en el conocimiento y difusión de prácticas sociales que se asientan en un sesgo particular: son conocimientos y prácticas que recuperan la memoria de las generaciones pasadas, es decir, la herencia social de nuestra comunidad. Aparece allí la tensión siempre presente entre lo antiguo y lo nuevo, la memoria y el cambio, la paradoja de cómo ser intérpretes leales del pasado sin ser conservadores ni nostálgicos. Conclusiones Podemos seguir la historia de una sociedad según su arte, es decir, cómo el arte la ha representado, estiliza sus imágenes, sonidos y ritmos, el movimiento y la cadencia de su gente. En esta relación, el arte popular expresa y representa sujetos colectivos, a diferencia del arte de elite o de las industrias culturales, donde la autoría se asienta en artistas individuales. El estudio de la creación colectiva, de los grupos humanos produciendo cultura, más allá de las condiciones oficiales y mercantiles, es factor de interés y preocupación de toda problemática patrimonial. Fue sobre todo en las áreas de las políticas públicas y los organismos internacionales donde se comenzó a subrayar a la cultura como factor de desarrollo y promoción social (Yúdice, 2002). Pero aún antes de que las agencias internacionales y las políticas públicas observaran el potencial alternativo de las tradiciones locales, minorías subordinadas y grupos independientes recurrieron a los saberes tradicionales como forma de resignificación y lucha frente a la imposición ideológica que fuerza a interiorizar modelos y valores de la actual era de mundialización. Bibliografía ARANTES, Augusto (1984) Produzindo o passado. Estrategias do construcao del patrimonio. San Pablo, Brasil, Editorial Brasiliense. BETANCOURT, Gilda (2014) ―El programa de capacitación‖ En Cultura y Desarrollo Nº 12. 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Barcelona, Gedisa. 206 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo MAPEO-CARTOGRAFIA CULTURAL DOS LUGARES SAGRADOS DOS POVOS INDIGENAS DO NOROEZTE AMAZONICO Ana Gita de Oliveira* Apresentação O Noroeste Amazônico é muito conhecido pela diversidade de povos e de línguas que abriga. São mais de 20 etnias cujos idiomas pertencem a três famílias linguísticas (Aruák, Makú e Tukáno). Apesar do multilinguismo e de diferenças culturais, esses povos integram um sistema regional articulado por redes de trocas, casamentos etc. e compartilham visões de mundo e uma forma de organização social. As Terras Indígenas compreendem 10,6 milhões de ha, aproximadamente, e compreendem TI Médio Rio Negro I (1.776.138,99 milhões de ha), TI Médio Rio Negro II (316.194,98 milhões de ha) e Alto Rio Negro (7.999,381,16 milhões de ha). Esta região conforma um grande vale irrigado pela bacia do Rio Negro. Faz fronteira com a Colômbia e a Venezuela. Os rios Xié, Içana e Uaupés são os principais tributários do alto curso do Rio Negro, sendo que todos eles, incluindo este último, têm suas nascentes no lado colombiano da fronteira. O Japurá, tributário da margem esquerda do Solimões, é outro rio importante, limitando a região a sudoeste. A par disso, com uma ocupação milenar por povos que ainda hoje vivem neste território, apresenta um contexto cultural e ambientalmente diverso e em bom estado de preservação. Suas paisagens são o resultado de uma coevolução equilibrada entre ecossistemas locais e os sistemas de conhecimentos e praticas das comunidades indígenas ali localizadas. Reconhecer esta riqueza socioambiental significa admitir o lugar e importância das cosmovisões e dos conhecimentos indígenas na proteção desta rede transnacional de bio e de sociodiversidade. Com mais de dois séculos de contato e comércio com os não indígenas, os povos da região também marcam presença nas cidades mais próximas e em algumas delas, como em São Gabriel da Cachoeira e Santa Isabel do Rio Negro, constituem a quase totalidade da população local. Dois dos principais desafios a serem enfrentados por estes povos são o avanço de interesses minerários sobre sua região e o assédio de grandes companhias mineradoras. Além de grandes projetos desenvolvimentistas como as eventuais propostas de construção de pequenas centrais * Antropóloga. Participó de la creación del Departamento de Patrimonio Inmaterial en el ámbito del Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional del IPHAN. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 207 hidroelétricas e a redução, por explosão, das corredeiras e cachoeiras para faciliatr a navegação nos rios da região. Este ultimo inclusive já pôs em risco de desaparecimento a Cachoeira de Ipanoré , localizada no Rio Uaupés, considerada o centro do mundo e lugar que funda e organiza o surgimento da humanidade. Antecedentes A cartografia cultural dos lugares sagrados dos povos indígenas do nororeste amazônico, uma iniciativa binacional – Brasil e Colômbia, teve início em 2008/2009 como resultado de conversas entre as lideranças indígenas sobre os efeitos gerados pelo reconhecimento da Cachoeira de Iauarete- lugar sagrado, como patrimônio cultural do Brasil, em 2006. De fato, o reconhecimento de um ―lugar sagrado‖ como patrimônio cultural estimulou ainda mais um debate que já ocorria entre as lideranças indígenas mais velhas, em ambas as margens da fronteira. Um movimento local chamado ―canoa‖, discutia, em seus encontros, a possibilidade de um reconhecimento e registro de todos os lugares sagrados existentes na rota de transformação percorrida pela ―cobra canoa‖, em tempos ancestrais, quando a humanidade ainda não existia assim, como hoje em dia. Foi neste percurso, nos lugares ou ―casas de transformação‖em que parou durante a grande viagem, que a humanidade foi se gestando, adquirindo conhecimentos para sua vida posterior como humanos,. Assim, iam adquirindo conhecimentos referentes à natureza, às linguas , à distinção entre os povos e ao reconhecimento dos territorios específicos, destinados à cada uma das etnias que compartilharam da viagem, a grande família Tukano Oriental. Conversavam também sobre as possibilidades de implemetação de um projeto politico pedagógico diferenciado que, em seus desdobramentos posteriores, resultou na elaboração de um Instituto de Conhecimentos, algo com equivalência às universidades ocidentais, que deveriam incorporar, em seu curriculum, os conhecimentos resultantes de projetos deste tipo. Em 2009, resolveram propor ao IPHAN e ao Ministério da Cultura uma plataforma de projetos, no âmbito da salvaguarda do patrimônio cultural ali reconhecido, entre os quais este que desse conta de toda a rota de transformação e do sistema de lugares sagrados associados. Tal projeto chamou a atenção do Ministério da Cultura do Brasil, que passou a tratá-lo como um programa, mais amplo e com aporte financeiro do próprio ministerio. Nesta mesma época, por ocasião da reunião da Comissão Mista/Mercosul, os governos da 208 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Colômbia e do Brasil organizaram uma agenda de projetos comuns, em várias áreas. Na cultura/patrimônio cultural, estabeleceram que tal iniciativa tinha as características de um programa, dada sua abrangência, e que deveria ser tratado como um programa de governo. O mapeamento dos lugares sagrados no Rio Negro tornou-se assim, atividade a ser articulada e desenvolvida por ambos os países, entre instituições governamentais e não-governamentais. Em níveis distintos de organização: de um lado o movimento indígena já articulando seu projeto politico/cultural , e de outro lado as instituições governamentais que passaram a manifestar sua vontade política em executá-lo, se inicia o projeto Mapeo. Importante mencionar que, naquele momento , o projeto era entendido como uma iniciativa que criaria as condições para a efetiva implementação do mapeamento daquele patrimônio cultural, dado o grande desafio posto. Tratava-se do envolvimento de muitas instituições governamentais e não governamentais , além das organizações locais indígenas locais em ambos os países. De fato, um grande desafio inclusive pela inexistência de uma experiência anterior que nos servisse de orientação. Do lado brasileiro participaram o Ministério da Cultura e Iphan, a Funai, o Instituto Socioambiental - ISA e a Federação das Organizações Indígenas do Rio Negro- FOIRN, além das várias associações indígenas do rio Uaupés. Pela Colômbia participaram o Ministério da Cultura, a Fundación Gaia e a Associação das Comunidades Indígenas do Rio Piraparanã – ACAIPI. A Iniciativa O principal objetivo da iniciativa ―Mapeo: Iniciativa Binacional de Cartografia Cultural no Noroeste Amazônico‖ foi chamar a atenção para a importância do reconhecimento e respeito á formas específicas dos povos indígenas compreenderem e se relacionarem com o território em que vivem, de modo a contribuir para a garantia de seus direitos territoriais e para sua autodeterminação política e cultural. Neste caso, a cartografia cultural mostrou-se uma ferramenta importante por meio da qual povos, comunidades e orgqnizações indígenas puderam registrar suas próprias concepções e seus conhecimentos ancestrais relacionados ao território em que vivem. Assim, a premissa fundamental estabelecida entre as instituições parceiras que participaram desta Iniciativa Binacional foi a de que as concepções e modos de relacionamento com o território devem ser respeitados e acolhidos em qualquer política pública que incida sobre estes territories, seja em projetos de desenvolvimento dos Estados Nacionais, seja nas políticas de preservação Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 209 cultural e ambiental de ordenação territorial, ou ainda nas políticas educacionais, de preservação e de valorização do patrimônio cultural. Refazendo a rota da cobra-canoa A par do trabalho documental e bibliográfio e aplicando em campo a orientação que as lideranças indígenas vinham construindo, foram feita duas grandes viagens. Em ambas a idéia foi refazer o percurso da cobra-canoa, conforme narrado na história de origem, identificando e documentando cada lugar em que a cobra-canoa em seu percurso rio acima, fez uma parada. Assim, foram duas viagens: a primeira em fevereiro de 2013, entre Manaus, abaixo um pouco no Encontro da Águas dos Rios Negro e Solimões, ali mesmo um lugar sagrado, até São Gabriel da Cachoeira. E a segunda, em fevererio de 2015, entre São Gabriel da Cachoeira e a Cachoeira de Ipanoré, localizada no Rio Uaupés (afluente do Negro), onde então a cobra-canoa teria emergido com a humanidade pronta para viver até os dias de hoje. Depois de navegar durante as duas últimas semanas de fevereiro de 2013 pelo Rio Negro, saindo de Manaus, a expedição aportou em Camanaus, São Gabriel da Cachoeira, encerrando mais uma etapa do mapeamento de lugares sagrados indígenas. Foram cerca de 800 quilômetros percorridos, nos quais foram identificados 23 lugares importantes, apontados pelos conhecedores indígenas como ―lugares sagrados‖ ou ―casas de transformação‖. Em cada parada os conhecedores dos diversos grupos participantes da expedição – Desana, PiraTapuia, Tukano, Tuyuca, Bará e Barasana– narravam suas histórias e os eventos aí ocorridos, sempre destacando o nome do lugar em sua língua e os tipos de conhecimentos, técnicas, artefatos e outros elementos rituais que teriam aí se originado: encantações de cura, cantos, danças, substâncias alucinógenas, de uso cerimonial, enfeites de penas e outros tantos objetos de valor ritual e cotidiano. Tudo isso foi registrado pela equipe de cinegrafistas, da organização nãogovernamental Vídeo nas Aldeias. A segunda viagem, realizada em janeiro/fevererio de 2015, cumpriu o trecho entre São Gabriel da Cachoeira e a Cachoeira de Ipanoré, no Rio Uaupés. Este trecho, mais denso de lugares e melhor conhecido das lideranças que participavam da viagem, revelou o complexo conhecimento que estes povos detêm sobre o ambiente em que vivem, do manejo e das mediações necessárias para faze-lo se reproduzir. Foram identificados mais 23 lugares, aproximadamente. 210 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo A segunda etapa, da mesma forma que a primeira, teve por objetivo realizar a identificação e registro dos lugares sagrados de trecho do Rio Negro e do curso baixo do Rio Uaupés. Até aqui foram produzidos o Informe I, com textos sobre a experiência desta iniciativa, dando uma visão sobre complexidade do contexto ambiental/cultural no qual este patrimônio se insere e um video que deverá estar editado até início de 2016. Importante mencionar que termos como ― lugar sagrado‖ e ―patrimônio cultural‖ devem ser entendidos como categorias do entendimento constitutivas do pensamento ocidental. Neste caso, lugar ― sagrado‖ foi escolhido por conhecedores indígenas por se tartar da tradução mais aproximada à compreensão do homem branco‖. Sagrado aqui não tem conotação religiosa mas remete à especialidade do lugar, à sua característica fundante. ― Patrimônio cultural‖ outra categoria do entendimento ocidental deve ser vista e interpretada à luz de traduções locais. Figura 1. Fuente: Instituto Socioambiental – www. socioambiental.org.br Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 211 IDENTIFICAR Y REGISTRAR PARA LA SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO INMATERIAL: LA IMPLEMENTACIÓN DE LA CONVENCIÓN DE 2003 EN MÉXICO Edaly Quiroz* No quise entrar en mayores detalles sobre definiciones en cuanto a la Convención porque ya lo abordamos. Y por eso he decidido adecuar esta presentación al tema que reúne a la mesa que es la Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial, para compartir un poco lo que se ha hecho en México respecto a la Convención en su marco normativo. De manera específica, la Convención establece en los artículos 11, 12 y 13, la obligación de adoptar las medidas necesarias por los Estados Parte de registrar en un inventario o los que se requieran, los elementos de patrimonio inmaterial presentes en el territorio. Y también por otro lado, en el apartado 2 del artículo 12, está el de designar uno o varios organismos que se ocupen de esta tarea. En el caso de México, tenemos una larga historia, incluso antes de que México ratificara la Convención en el 2005, en el 2003 se crea el Grupo de Trabajo para la Promoción y Protección del Patrimonio Inmaterial que más adelante tomaría el nombre de Comisión Nacional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de México. Esta Comisión, que es un organismo interinstitucional, está conformada por varias dependencias nacionales: el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO, CONALMEX. El esquema de trabajo de la Comisión es como sigue: la Comisión Nacional tiene una presidencia rotativa, la Secretaría Técnica se encarga de la parte del trabajo en cuanto a la vinculación entre las instituciones -en el caso del INAH, la Dirección de Patrimonio Mundial es la responsable de estas acciones, y la figura del relator que elabora todas las minutas de los compromisos adoptados en cada reunión y de las actividades realizadas. En un segundo nivel, más no menos importante, están las instituciones académicas y de investigación como lo es la Universidad Nacional Autónoma de México, cuyo mapa curricular presenta una fuerte vinculación e interés con el tema del Patrimonio Cultural. * Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Actualmente es la Subdirectora de Patrimonio Inmaterial de la Dirección de Patrimonio Mundial-Instituto Nacional de Antropología e Historia (México). 212 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Ahora bien, ¿cómo se inscriben manifestaciones culturales en el Inventario Nacional del PCI? Las solicitudes pueden llegar por diferentes vías y niveles de gobierno y de organización ciudadana, el municipal que es el más básico, sigue el estatal y por último está el federal. Como ya lo mencioné, las propuestas pueden incluso salir de la sociedad civil, pero por lo general, considerando la dinámica que se ha presentado en el país, ha sido a través de gobiernos municipales y/o estatales. A partir de ahí se transmite al Comité Técnico, que transmite y que está al tanto de todo lo que se recibe y evalúa, y que posteriormente, se presenta a la presidencia o al órgano superior de la Comisión. Y de ahí se pasa al Comité Consultivo, que se conforma de especialistas en los diferentes ámbitos del patrimonio inmaterial, ellos son los que llevan a cabo la evaluación e informan sobre la pertinencia de registrar esa expresión en el inventario y posteriormente se envía a la Comisión Nacional para que sea finalmente incluida en el Inventario. Dentro de todo el proceso, el Comité Consultivo es la figura más importante, ya que a partir del trabajo de sus expertos se definen los criterios bajo las cuales una manifestación va a formar parte del inventario y también su respectiva categorización. Entre sus tareas también está la de asesorar directamente a las comunidades dentro de su ámbito de competencia para la elaboración de expedientes y también para crear el plan de salvaguardia. De entre las mayores aportaciones con las que contamos actualmente, se encuentra la creación de los criterios para la inclusión de manifestaciones culturales en el inventario: Criterios generales de elaboración y estructuración del inventario: a) debe ser producto de la colaboración entre instituciones gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil que los impulsan así como la comunidad, b) deberá hacerse de manera que haga posible el manejo de información cruzada dando cuenta de los diferentes aspectos y niveles de sentido y se preservará la unidad conceptual simbólica y significación de las expresiones y manifestaciones registradas, c) para obtener una visión del patrimonio inmaterial como un proceso se registrará no solo significados y conocimientos sino la manera en cómo se conciben los bienes y el proceso de producción, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 213 d) el inventario no podrá tener un carácter exhaustivo tal y como lo establece la Convención sino que debido a la amplitud del universo cultural del país, también deberá ser lo más representativo posible y actualizarse de manera constante y permanente y deberá ser de carácter público, e) deberá tomarse en cuenta tanto los usos ancestrales y de larga data como las nuevas expresiones que enriquecen y otorgan vitalidad al patrimonio cultural inmaterial, f) se podrán considerar patrimonio inmaterial a prácticas de reciente cuño cuando hayan sido apropiadas, adoptadas y valoradas por la comunidad y si se confirma que al ser incorporadas a un sistema cultural contribuyen a su fortalecimiento y continuidad evitando así la confusión entre la cultura en general y el patrimonio en particular, g) es importante que se registre el testimonio del patrimonio que ha dejado de manifestarse o está en desuso, ya que se puede prever su reaparición, así como aquellas manifestaciones en situación crítica o que son más vulnerables de las presiones externas, h) el inventario deberá tener un carácter sistémico para poder ser lo más fiel posible y responder al carácter integral de la cultura y la interpenetración en los diferentes ámbitos el productivo y el ritual, la cosmovisión y los mitos, etc., i) se registraran también los objetos asociados a ellos de igual manera el territorio simbólico y los lugares sagrados, j) es fundamental considerar el contexto social, ambiental y cultural, la relación estrecha entre cultura y ecosistema de las prácticas que se registrarán y no de manera aislada, k) se ubicará cada elemento geográficamente indicando su respectiva cobertura territorial con el objetivo de vincularla a los aspectos ecológicos y medioambientales, l) en el ámbito territorial el patrimonio de las comunidades se enfocará, no solo a partir de la circunscripción formal de las comunidades locales o jurisdicciones municipales, sino desde los 214 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo puntos de vista de los espacios que conforman una región cultural o intercultural, habrá de considerarse también la cultura que se traslada de su territorio originario producto de la movilidad social y la migración nacional e internacional, m) hay que partir de las prácticas culturales para construir el inventario y no al contrario al tratar de encasillarlas en esquemas preconcebidos, n) rescatar las experiencias que ya existen en materia de catálogo o registro de las diferentes instituciones que participan y de las entidades académicas, o) participación comunitaria: es preciso tomar en cuenta las definiciones, los conceptos y las valoraciones de los portadores del patrimonio cultural inmaterial considerando que el registro de la información deberá hacerse en el código comunicativo de la lengua de la comunidad dada la complejidad aún no se ha llevado a cabo, los registros hechos hasta el momento se han hecho en español, finalmente esto es parte de un plan a largo plazo, p) considerar el patrimonio inmaterial dentro del marco organizativo de las comunidades donde se recrea, donde interviene de manera decisiva otro tipo de factores como el económico, el político y el histórico que estos podrán en un momento dado permitir, que estas manifestaciones tengan continuidad, q) interesa identificar las formas en que la comunidad produce sus propios métodos para asegurar la preservación y transmisión de los bienes culturales como resultado de sus experiencias y sus tradiciones, ya que las maneras de preservación pueden ser una forma de patrimonio. Como dije, el texto de la Convención es nuestro marco general, pero considerando lo establecido, es prerrogativa de los Estados Parte adaptar lo que se determina ahí a la realidad local. En ese sentido tomamos los ámbitos de representación de la Convención que son cinco, pero se hicieron ciertas modificaciones. Para la UNESCO las ―tradiciones y expresiones orales‖ constituyen el primer ámbito; en el caso de México, sí consideramos que la lengua per se constituye una forma patrimonial, y por lo tanto están consideradas dentro de nuestra categorización. Otro ejemplo relacionado es el que se da en el Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 215 segundo ámbito, que la UNESCO nombró ―Artes del espectáculo‖, para nosotros, considerando que en el español el término espectáculo puede llegar a ser menos significativo en un sentido cultural, optamos por renombrarlo como ―Artes de la representación‖. En el caso del tercer ámbito: ―Usos sociales, rituales y actos festivos‖, la única modificación por la que se optó fue la de cambiar el término usos sociales por el de prácticas sociales. En cuanto al cuarto ámbito se decidió conservar el mismo nombre ―Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo‖. El quinto ámbito la UNESCO lo nombró ―Técnicas artesanales tradicionales‖, en el caso de México es ―Artes y oficios tradicionales‖ debido a toda la riqueza y diversidad que este ámbito entraña. Finalmente, la ficha de registro está basada en los lineamientos que ha dado la UNESCO para la elaboración de expedientes de candidatura. No obstante, en nuestro caso, le damos una gran importancia al desarrollo histórico que ha tenido la manifestación cultural a efectos de tener un registro lo más completo e integral posible, aspecto que para la Convención de 2003 no es tan relevante o significativo. 216 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo SALVAGUARDA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL EN EL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA Lupita Meneses* El trabajo que yo voy exponerles es todo el accionar, los diferentes proyectos que implementamos en Bolivia. Voy a dividir mi exposición en dos partes, en el marco de la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en el Estado Plurinacional de Bolivia, primero quiero compartir los instrumentos normativos y metodológicos en la salvaguardia del PCI y luego, como una experiencia concreta, la realización de un expediente de postulación a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial, la Ichapikene fiesta de San Ignacio de Mojos en la amazonia boliviana. Primeramente quiero ubicarme en la institución que desarrollamos este trabajo, Ministerio de Culturas y Turismo, como entidad del estado, a partir de este Ministerio, el Viceministerio de Interculturalidad y la Dirección General de Patrimonio Cultural y la Unidad de Patrimonio Inmaterial. Esta instancia, la actual Unidad de Patrimonio Inmaterial, se crea en el contexto de la implementación de un proyecto denominado PASCO, Plan para la Salvaguardia del Carnaval de Oruro. Esta manifestación, que fue declarada como Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad en el 2001, y posteriormente ya a partir de la Convención del 2003, en el 2008 pasa a la Lista Representativa del PCI en la UNESCO. Se crea esta instancia en concordancia a la aplicación de la Convención del 2003 para ejecutar este proyecto, y crear los ámbitos en los que debería aplicarse esta unidad, la catalagación del PCI en Bolivia y también el tema de las declaratorias del PCI. También la asistencia técnica de las solicitudes de instituciones, de las comunidades que nos llegan al Ministerio de Culturas. En referencia a los instrumentos normativos para la gestión y salvaguardia, como una primera norma mayor, tenemos la constitución política del Estado, que a partir del 2009 establece que el Estado asumirá como fortaleza a la existencia de culturas indígenas/ originarias/ campesinas depositada de saberes, conocimientos, valores, espiritualidades y cosmovisiones. Un tema muy importante que está estipulado en la constitución política del Estado, y nos indica que será responsabilidad fundamental del Estado preservar, desarrollar, proteger y difundir las culturas existentes en el país. En el artículo 99 de la misma constitución el patrimonio cultural del pueblo * Licenciada en Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés de la ciudad de La Paz, Bolivia. Actualmente se desempeña como Jefa de la Unidad de Patrimonio Inmaterial, Ministerio de Culturas y Turismo en Bolivia. Este texto es resultado de una desgrabación de la ponencia presentado durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 217 boliviano es inalienable, inembargable e inprescriptible. El Estado garantizará el registro, protección, restauración, recuperación y difusión de su patrimonio cultural en función de la ley. Tenemos también la ratificación de la Convención de la UNESCO mediante la Ley Número 3299 del 12 de diciembre del 2005. La otra norma a la que quiero referirme es la ley de patrimonio cultural, promulgada recientemente , el 23 de mayo del 2014, ya que nos da el marco general para la gestión del patrimonio cultural boliviano, nos da la definición, los ámbitos, la clasificación, tomando en cuenta los diferentes aspectos, las categorías, del PCI. Y obviamente, las categorías, las especialidades, las hemos adaptado a nuestra realidad en cuanto a patrimonio cultural inmaterial. Otro tema muy importante es la declaratoria de patrimonio cultural inmaterial, en Bolivia, en estos últimos años se ha dado una especie de patrimonialitis si vale el término. Pues ha habido un gran interés por las declaratorias de patrimonio cultural. El carnaval de Oruro, la promoción de la cultura kaiawailla, la Ichapekene fiesta, aparte de estas declaratorias tenemos unas 66 danzas, músicas, rituales, declarados como patrimonio cultural del Estado Boliviano. Sin embargo, lo que es importante compartir con ustedes es que si bien es loable el interés que tienen las comunidades en las declaratorias, desde la misma asamblea legislativa, muchas veces no reúnen los requisitos más básicos para una propuesta de declaratoria. Estamos elaborando guías metodológicas y un manual para la elaboración de expediente de declaratoria para que todos estos proyectos de ley tengan la suficiente argumentación para que puedan ser declarados como tales. Muchas veces las autoridades, los diputados nos presentan los proyectos de ley, si ni siquiera tener el conocimiento de las autoridades locales. Uno de los primeros requisitos es la participación y la iniciativa que debe partir de la comunidad. En cuanto a los instrumentos metodológicos, estamos implementando un sistema de registro de patrimonio cultural boliviano. Este sistema de registro será implementado en línea, en las diferentes regiones de nuestro país, para que sea desde las mismas comunidades que puedan hacer sus propios inventarios, catalogación. Como Ministerio de Culturas damos estos instrumentos técnicos, damos la capacitación, para que, quién mejor que las mismas comunidades, las mismas instituciones locales, que reconocen su patrimonio y lo pueden inventariar y registrar. Este sistema contempla, fichas de contexto, de danza, música, análisis musicológico, lo importante es tener información completa de la manifestación que estamos registrando. 218 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo En cuanto a la elaboración de la catalogación de la Ichapekene fiesta, que está en lenguaje ignaciana de la amazonia de nuestro país, que quiere decir la fiesta mayor de San Ignacio de Mojos fue un caso muy interesante. Inicialmente las comunidades locales a la cabeza tenían dos propuestas. Una era postular el sistema hidráulico y también la festividad, la fiesta mayor que se desarrolla el 31 de junio de cada año, la misma comunidad, el municipio, la gobernación decidieron que querían presentarse esta festividad. A partir de esta definición se conforma un comité impulsor a la cabeza el cabildo indígena, la misma comunidad, los grupos que conforman las diferentes danzas, todos ellos dieron su consentimiento libre, previo e informado para elaborar el expediente. Es a partir de este registro, de acuerdo a los requisitos de la UNESCO, los inventarios, la certificación del Ministerio de Culturas, se presenta, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Comisión Nacional de Bolivia para la UNESCO, la embajada de Bolivia en Patris este expediente a la secretaria de la Convención. Se envía este expediente, como sabemos son 2 años que dura este trámite y finalmente en diciembre de 2012 se inscribe en la lista representativa de PCI. El presidente de nuestro país lo comunicó en San Ignacio. A partir de este momento, no queda el trabajo finalizado. Muchas veces las declaratorias se quedan en el papel, no hay un seguimiento, no hay continuidad en las acciones. En lo que estamos insistiendo es elaborar, ajustar el expediente de postulación, seguir el trabajo, elaborar plan de salvaguardia, definiendo objetivos, diagnóstico, ejes de acción, capacitación. La capacitación es muy importante, la transmisión de los saberes. La difusión, el fortalecimiento y un centro cultural. Eso es lo que las comunidades han planteado como prioridad para el plan de salvaguardia. Todo tienen que ir en benéfico de la comunidad, las instituciones hacemos el monitoreo, en última instancia son las comunidades las que tienen que tener el mayor beneficio de todas estas actividades. Por último quiero dejar expresado dos conceptos, nuestro PCI tiende muchas veces a una cosificación de los objetos de las manifestaciones, cuando lo más importante es considerar el proceso de elaboración, los conocimientos, los saberes y por otra parte no toda manifestación cultural deben ser declarada patrimonio. Si bien una declaratoria es un instrumento para su fortalecimiento, lo importante es el reconocimiento de las comunidades, de las instituciones locales. La salvaguardia debe ser de todos y cada uno de los ciudadanos que conformamos un país. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 219 LA AGENDA POST 2015 Y EL PARADIGMA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Fabián Bedón Samaniego* “No hay que ver quienes acumulan más, quienes acumulan menos. Debería haber un indicador de las Naciones Unidas que nos diga quiénes son felices, a su manera, en su cosmovisión, en su pueblo, en su lógica…Y estamos soñando, soñar no cuesta nada.‖ (Participante quichua de las consultas Post-2015 en Ecuador). Introducción. Las Consultas en temas de Cultura y desarrollo en el Ecuador en el marco de la agenda Post 2015. Desde el año 2012, bajo el lema ―El mundo que queremos‖ la Organización de las Naciones Unidas (ONU) viene desarrollando una iniciativa de debate abierto e inclusivo entre múltiples actores, orientada a la implementación de la Agenda para el Desarrollo después del 2015, misma que constituye uno de los mayores procesos de política intergubernamental de la ONU y que, además de buscar ampliar los esfuerzos para el desarrollo inclusivo y sostenible, en sucesión a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), pretende avanzar en procesos inclusivos de cara a la realidad que se desea vivir en el futuro. Mientras que la primera ronda de la consulta se centró en la identificación de los temas y áreas que deben incluirse en la Agenda de Desarrollo Post- 2015, además de la búsqueda de un cambio de paradigma universal y una profundización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio acompañada de una mejora en la gobernabilidad, la sostenibilidad ambiental, la seguridad y la lucha contra las desigualdades. El cómo lograr estas prioridades es un tema cada vez más importante en el debate, que se enfatizó en esta segunda ronda desarrollada a nivel mundial. Las consultas nacionales tuvieron por objeto amplificar las voces de los grupos marginados. Apoyar mecanismos de participación eficiente en las decisiones de política global, nacional o local; garantizar el derecho al desarrollo, con la participación activa, libre y significativa; y abrir canales a la ciudadanía del hemisferio sur (Cfr. Naciones Unidas Ecuador, 2013). * Sociólogo/Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Máster en Gestión de Proyectos/Escuela Poltécnic del Ecuador. Actualmente es el Coordinador de proyectos en el sector cultura de la oficina de la UNESCO en Quito. 220 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Este proceso se sustentó en debates abiertos e inclusivos que permitieron nutrir con las voces de los/as ciudadanos/as la Agenda de Desarrollo Post2015. Ecuador fue uno de los países seleccionados en América Latina y el Caribe para participar en la primera fase de consultas nacionales, mismas que en el país se realizaron en 15 provincias del territorio nacional, con la participación de 3.674 personas, en 75 procesos de consulta. En la segunda fase, el diálogo sobre Cultura y Desarrollo se realizó en Bosnia y Herzegovina, Ecuador, Mali, Marruecos y Serbia, y buscó examinar la contribución de la cultura para el desarrollo; particularmente en lo que refiere a la reducción de la pobreza, educación y salud, igualdad de género y empoderamiento de la mujer, medio ambiente y cambio climático, inclusión y reconciliación, y ciudades sostenibles y urbanización. La segunda consulta nacional en Ecuador tuvo los siguientes objetivos: • Motivar a los actores para contribuir sustancialmente en la conformación de las políticas claves relacionadas con la aplicación de la Agenda de Desarrollo Post 2015, mediante la realización de diálogos abiertos con el Gobierno Nacional en temas relacionados con la cultura. Se necesita encontrar espacios para aquellos tradicionalmente excluidos de los procesos políticos nacionales. • Promover el poder de la cultura como una fuerza de la inclusión para tratar diversas formas de discriminación basadas en el género, así como la clase, la etnia, casta, edad, discapacidad y otros factores, como un aspecto clave para fomentar el desarrollo en la agenda del Gobierno de Ecuador en el proceso intergubernamental posterior a 2015; • Promover alianzas estratégicas entre las redes de actores interesados para fortalecer grupos y amplificar la acción sobre la aplicación, el seguimiento y la rendición de cuentas de la agenda futura; • Estimular la movilización pública, defensa y apoyo a favor de los cambios de política en beneficio de los derechos culturales y la inclusión de las políticas culturales; • Evaluar las asociaciones de la sociedad civil con el Gobierno, con el fin de generar ejemplos concretos de lo que está funcionando bien y lo que no lo está (Cfr. Naciones Unidas Ecuador, 2014). La consulta nacional efectuada en Ecuador da cuenta de la importancia de incluir la cultura como eje fundamental del desarrollo incluyente y sostenible, lo cual exige, desde las miradas contemporáneas, una visión integral del individuo y de las sociedades. Así, el desarrollo incluyente y sostenible, asumido como un proceso integral, solo puede ser abordado desde la diversidad, cuya esencia se encuentra en las culturas del mundo. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 221 La cultura como pilar del desarrollo sostenible A las dimensiones económica, ambiental y social del desarrollo, debería incorporarse la dimensión cultural. Si bien la cultura atraviesa estas tres dimensione; no es suficiente incorporarla como un eje transversal, sino que ésta requiere ser visibilizada como componente fundamental del desarrollo y atendida en sus especificidades para el efectivo goce de los derechos humanos. En la consulta sobre localización de la agenda, también realizada en el Ecuador, que tuvo como objetivo la identificación de soluciones en el ámbito local, destacando la importancia de la dimensión territorial del desarrollo y su validación con las instituciones nacionales, se identificó a la cultura y a la interculturalidad como una necesidad de integrar la diversidad, las diferentes cultural locales, por lo que se sugiere que la agenda global sea concebida para adaptarse a las diferentes realidades. Es a partir de la cultura y con mayor énfasis en las culturas vivas o en el PCI se edifican las relaciones sociales, económicas y ambientales de los seres humanos. La cultura es contenedora de valores simbólicos, históricos e identitarios de los pueblos; es el soporte de la identidad cultural, la memoria colectiva y la cohesión social, al tiempo que ofrece enormes posibilidades para la generación de conocimiento, nuevas tecnologías, alternativas de conservación del medio ambiente y dinamización de las economías locales y nuevas formas de relacionamiento más igualitarias. Los resultados de la Consulta Nacional y las respuestas planteadas por los participantes, se prioriza en seis grandes líneas de acción: i. Educación formal e informal, capacitación y trasmisión de saberes Alcanzar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, requiere del compromiso con la cultura, a fin de generar una educación contextualizada que garantice el respeto por la diversidad, el fomento de la creatividad humana, la conservación del patrimonio, la salvaguardia de las identidades diversas y la herencia cultural. ii. Apoyo a artistas y creadores y fomento de emprendimientos e industrias culturales y creativas Dimensionar el aporte de la cultura para el desarrollo, requiere valorar el rol de las/los artistas, gestores y creadores para la sociedad, y contrarrestar sus condiciones de vulnerabilidad. 222 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo iii. Sensibilización La incidencia de la cultura en el desarrollo de los pueblos, amerita procesos de sensibilización ciudadana que promuevan el respeto por la diferencia, la salvaguardia de las identidades diversas, el ejercicio de los derechos humanos y la eliminación de toda forma de discriminación y violencia. iv. Políticas culturales La consolidación de la cultura como motor del desarrollo incluyente y sostenible demanda de la formulación y ejecución de políticas públicas para la cultura, vinculadas al fomento de la creación artística, el desarrollo de las industrias culturales y creativas, la conservación y salvaguardia del patrimonio cultural, que garanticen el ejercicio de los derechos culturales consagrados en los tratados internacionales, la Constitución y las leyes. v. Soberanía en la producción y el consumo (cambio de la matriz productiva) Potenciar el rol de la cultura en el desarrollo incluyente y sostenible, particularmente en los países en desarrollo, requiere de procesos que, reconociendo la importancia del diálogo intercultural y el intercambio entre los pueblos, garanticen la soberanía en la producción y consumo de bienes y servicios culturales. vi. Salvaguardia de conocimientos tradicionales Una mirada integral del desarrollo demanda la conservación del patrimonio cultural y la salvaguardia de los conocimientos y manifestaciones tradicionales, a fin de promover la diversidad cultural, fomentar la creatividad, la cohesión social y el mantenimiento de las identidades diversas. La conservación del patrimonio cultural, y la salvaguardia de los conocimientos tradicionales que conforman el patrimonio cultural inmaterial, es fundamental para el fortalecimiento de la identidad, el respeto de la diversidad y la promoción del diálogo intercultural. Según los resultados del proceso de consulta, se observa que la salvaguardia de los saberes tradicionales puede contribuir en cambios significativos a nivel socioeconómico, a partir de la recuperación de saberes y conocimientos en ámbitos como la salud, el cuidado del medio ambiente, la calidad y soberanía alimentaria, la producción agrícola, las técnicas constructivas y otros. Hacia una epistemología del Patrimonio Cultural Inmaterial En el largo tiempo que duró la construcción mancomunada de la Convención de la UNESCO del año 2003, sobre la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, gracias al esfuerzo de expertos y representantes permanentes de los países que forman parte de la institución, se llegó a una Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 223 definición del Patrimonio Cultural Inmaterial que versa en su segundo artículo 72 . Pese a su aclaratoria inicial que menciona: “A los efectos de la presente convención”, se entiende que los Estados adheridos a dicho instrumento internacional en el plano local lo pueden definir según sus propios criterios salvo que apliquen los beneficios que otorga esta Convención en el plano internacional de la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial presente en sus territorios. Tanto el paradigma del Patrimonio Cultural Inmaterial, como la ciencia como ente definible y real, necesitan de la presencia de la sociedad, y Popper y Kunh van más allá: no sólo la presencia de la sociedad, sino de la presencia de un tipo de sociedad (Ernest, 1984). Para llegar a la conclusión de que sí existe un paradigma del Patrimonio Cultural Inmaterial, según Kuhn (1962), haciendo referencia a la ciencia, esta es posible si existe un control social conceptual suficientemente estricto para imponer un paradigma a sus miembros o casi todos. Si bien la base del Patrimonio Cultural Inmaterial es la sociedad, la Convención no se refiere a un tipo de sociedad o de comunidad, sino a las comunidades, grupos o individuos. Por lo tanto definir si son sociedades orgánicas o solidarias en términos de Durkheim, no tienen sentido en la definición del Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero el hecho de que la definición del Patrimonio Cultural Inmaterial sea un paradigma es una condición necesaria y suficiente, a partir de la entrada en vigor de la Convención, al resultar un control social conceptual, cuando fue ratificada por los Estados Parte que así lo han establecido. El objetivo medular de los Estados radica en satisfacer las necesidades culturales y garantizar los derechos culturales y colectivos de la población, promover el desarrollo de sus representaciones simbólicas y las iniciativas que impliquen la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial con el consecuente aparataje normativo burocrático, tales como los reglamentos y leyes que establecen la relación entre el estado y los agentes, “estos últimos entendidos como sujetos y objetos culturales” (Teixeira, 2000). 72 A los efectos de la presente Convención:1. Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentesque las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible. 224 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 1. ©UNESCO/Omar Arregui: Procesión náutica de San Pedro y San Pablo en Machalilla Manabí, 2005. Desde este enfoque, son precisamente estos sujetos los que ejercen la presión social, ―no obstante el hecho de que los paradigmas no son lógicamente o, por decirlo así, objetivamente coactivos‖. Desde esta perspectiva eminentemente estructuralista, la Convención y Thomas S. Kuhn coinciden que ―cualquier paradigma es preferible a la terrible libertad de los especialistas en ciencias sociales contemporáneos, que siempre debaten y ponen en tela de juicio principios fundamentales‖ (Ernest, 1984). Ambos enfoques comparten una visión del paradigma cercana a lo ontológico en el primer Wittgenstein, con su visión sobre los ―dominios de discurso‖ (Wittgenstein, 2002). Resulta en este sentido muy inspiradora la teoría de modelos, que plantean como un modelo se afirma a partir de sus oraciones formales, desde el momento en que estas son interpretables. De la misma forma la Convención es clara y evidencia que los principios fundamentales al respecto son los siguientes: La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial; El respeto del Patrimonio Cultural Inmaterial de las comunidades, grupos e individuos de que se trate; La sensibilización en el plano local, nacional e internacional a la importancia de Patrimonio Cultural Inmaterial y de su reconocimiento recíproco; la cooperación y asistencia internacionales. (UNESCO, 2003) Para llegar a estos principios es lógico que surjan de determinadas problemáticas, y la Convención reconoce ―que los procesos de mundialización y de transformación social por un lado crean las condiciones propicias para un diálogo renovado entre las comunidades pero por el otro también traen consigo, al igual que los fenómenos de intolerancia, graves riesgos de deterioro, desaparición y destrucción del patrimonio cultural inmaterial, debido en particular a la falta de recursos para Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 225 salvaguardarlo.” (UNESCO, 2003) Esta la idea general, que Durkheim consideraría como una compulsión conceptual, es tal que a la vez depende de la existencia de la sociedad y de un ritual colectivo (Ribes, 2010). A su vez es un refuerzo, en cierta medida, de la visión posestructuralista de la gestión de los mecanismos de poder y su traslación hacia las manifestaciones de lo cultural y lo social en busca de una “normalización generalizada” (Focault, 1985), y que resulta eminentemente contradictoria con la propia naturaleza del Patrimonio Cultural Inmaterial. Y resulta también un refuerzo de la subyacencia de la relación biunívoca de esta materialidad cultural con la sociedad civil, de cuyos esquemas de relación, formas de vida, etc. es reflejo evidente. La labor de la Sociedad Civil hacia la creación del Paradigma. Desde la perspectiva internacional y en el contexto actual en el que los intereses nacionales se tornan en intereses temáticos internacionales, y al considerar la acción de los sujetos culturales mencionados en las relaciones internacionales, las posturas de la Convención son Regímenes Internacionales. En este caso estos abarcan el interés de la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, debido a que esta tiene un determinado conjunto de principios explícitos de normas, reglas y procedimientos decisionales en torno a los cuales convergen las expectativas de los actores en una determinada área de las Relaciones Internacionales, en este caso el Patrimonio Cultural Inmaterial. 73 La labor en la gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial inició por la preocupación de determinados sectores de la sociedad civil, que formaron redes a nivel internacional auspiciadas por diferentes instituciones involucradas a nivel regional e internacional, y así llegaron estos fundamentos a la construcción de la Convención de la UNESCO. En ella se establecieron normas para la salvaguardia del Patrimonio Cultural, estrechamente ligada a los regímenes internacionales, porque los Estados que la han ratificado tienen normativamente obligaciones que cumplir, como la realización de informes periódicos, la elaboración de uno o más inventarios, la participación de las comunidades en todas las actividades de salvaguardia, etc. Y atendemos al concepto amplio de Institución Internacional cuando hacemos referencia a ellas. Según Keohane (1993) “las Instituciones Internacionales incluyen organizaciones gubernamentales como no gubernamentales y transnacionales formales, convenciones y los regímenes internacionales constituyen una clase 73 La definición más compartida sobre los Regímenes Internacionales es la de Stephen D. Krasner elaborada en 1983: “Los regímenes internacionales son definidos por un conjunto de principios explícitos de normas, reglas y procedimientos decisionales en torno a los cuales convergen las expectativas de los actores en una determinada área de las Relaciones Internacionales. Los principios son convicciones de hecho, casualidad y rectitud. Las normas son pautas de conducta definidas en términos de derechos y obligaciones. Las reglas específicas para la acción. Los procedimientos decisionales son las prácticas que prevalecen para hacer e implementar elecciones colectivas” 226 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo primordial de instituciones internacionales.” Figura 2. ©UNESCO/Omar Arregui: Ejercicio de Inventarios de la UNESCO con comunidades a tejedores de sombrero de paja toquilla en Pile-Manabí, 2015. Es así como setenta años atrás surge la propia UNESCO, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, un organismo intergubernamental que forma parte del sistema de las Naciones Unidas. Como Organización tiene su sede en París y 57 oficinas fuera de la sede en otros tantos Estados. La UNESCO es una organización intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas, integrada por 193 Estados miembros. Atendiendo al Derecho Internacional, La UNESCO elabora los tres tipos principales de instrumentos jurídicos internacionales. Estos son los acuerdos, las recomendaciones y las 74 declaraciones, si bien no todos tienen carácter de instrumentos jurídicos internacionales vinculantes. Con estos antecedentes, una pregunta tan interesante como innecesaria en este foro sería ¿por qué salvaguardar el Patrimonio Cultural Inmaterial? Es evidente que si existiese un auténtico paradigma asociado a nuestra aproximación científica al Patrimonio Inmaterial, en la misma medida que lo hace la sociedad hacia otros reflejos culturales como el Patrimonio Edificado, los bienes 74 Pormenorizadamente: Los acuerdos, tratados y convenciones que son jurídicamente vinculantes. La Convención del Patrimonio Inmaterial es un ejemplo de instrumento internacional vinculante para los Estados Partes en ella. Las recomendaciones. Por ejemplo, la Recomendación de la UNESCO de 1989 sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular. No son jurídicamente vinculantes, salvo su incorporación a la normativa particular de los estados miembros. Las declaraciones. Por ejemplo, la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Tampoco son jurídicamente vinculantes, salvo su incorporación a la normativa particular de los estados miembros. En el caso de las declaraciones, estas suelen incorporarse mediante procesos de incorporación a las estructuras normativas básicas de los propios estados. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 227 arqueológicos, la materialidad artística, tanto mueble como inmueble, etc., probablemente esta pregunta sería innecesaria (y nosotros la defendemos como tal). Pero ¿realmente lo es? Estructuras de estudio y protección: Un “cómo y por qué” a la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. En infinidad de ocasiones, un pequeño comentario se convierte en una palanca para la remoción de la conciencia colectiva. En el año 1962, Ahmadou Hampaté Bá, nos enseñaba como institución que "en África, cuando un anciano muere, una biblioteca arde, toda una biblioteca desaparece, sin necesidad de que las llamas acaben con el papel". Este comentario del gran defensor de la oralidad y su valor hacia la Cultura como gran concepto, ha sido un elemento recurrente en nuestro discurso, y sigue teniendo una inconmensurable validez hoy en día. En demasiadas ocasiones hacemos traslación de lo antropológico hacia las sociedades ágrafas, no contactadas, etc. Sin embargo, tanto el concepto que planteaba Hampaté Bá hacia los grupos africanos, como la posterior definición de Patrimonio Inmaterial que elaboró la UNESCO cuarenta y tres años después de este aldabonazo de conciencia pueden ser observadas con una óptica realmente transversal. Las actividades de salvaguardia pueden estar encaminadas a crear condiciones generales propicias para el florecimiento del Patrimonio Cultural Inmaterial presente en un país, por ejemplo mediante la adopción de medidas de tipo legislativo, administrativo y financiero, o de sensibilización de la opinión pública. Las medidas de salvaguardia también pueden apuntar a elementos específicos del Patrimonio Cultural Inmaterial –o grupos de elementos de éste– cuya viabilidad duradera se halle amenazada o en peligro. Con estas medidas de salvaguardia específicas se trata de garantizar la viabilidad duradera de un elemento específico del Patrimonio Cultural Inmaterial, o de un grupo específico de elementos, cuando su práctica y transmisión corren peligro de alguna forma. No es necesario aplicar este tipo de medidas cuando la práctica y transmisión de un elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial aseguran normalmente su perennidad. En esas circunstancias, como no se ciernen sobre la viabilidad del Patrimonio Cultural Inmaterial amenazas ni riesgos específicos, no son necesarias las intervenciones externas ni las medidas específicas. Lo más adecuado en este caso es aplicar medidas generales de salvaguardia como la sensibilización al valor e importancia del Patrimonio Cultural Inmaterial. 228 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Es menester, eso sí, identificar y analizar las amenazas y los riesgos antes de elaborar medidas de salvaguardia. Algunas veces los problemas son relativamente sencillos, pero en general suelen ser bastante complejos. Con frecuencia, en las medidas de salvaguardia se propone efectuar cambios en la práctica o la transmisión de los elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial para adaptarlos a la rápida evolución de las condiciones de vida de las comunidades interesadas. Este tipo de adaptación es común en la práctica de elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial florecientes. Figura 3. ©UNESCO/Omar Arregui: Domingo Carranza tejedor de sombrero de paja toquilla en Pile-Manabí, 2015. Si no se atenúan las amenazas que se ciernen sobre la viabilidad de un elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial, éste corre el riesgo de no practicarse como patrimonio vivo, aunque se mantengan sus representaciones o se sigan fabricando productos para los turistas y personas ajenas a la comunidad interesada con fines puramente comerciales. No todos los elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial se deben –o se pueden– salvaguardar o revitalizar. Si la comunidad o el grupo interesado consideran que determinados elementos de su Patrimonio Cultural Inmaterial han perdido su pertinencia y/o significado, difícilmente podrán ser objeto de una salvaguardia, tal y como se entiende este concepto la Convención. En esos casos, lo único que cabe hacer es registrar los elementos antes de que cesen de manifestarse por completo. Las actividades de salvaguardia pueden ser sencillas. Por ejemplo: reforzar un comité organizador, plantar árboles para disponer de materia prima que permita fabricar instrumentos musicales, recaudar dinero entre los miembros de una comunidad, u organizar sesiones de capacitación de carácter informal sobre la transmisión de técnicas y competencias. No obstante, las medidas de salvaguardia pueden comprender actividades más complejas, agrupadas en un plan coherente. Por ejemplo: elaborar estrategias de salvaguardia a plazo medio con múltiples vertientes en las que intervengan numerosas personas, cuyas actividades pueden ser coordinadas por una organización Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 229 comunitaria asistida por autoridades locales, instituciones especializadas, ONG, etc. En el Artículo 2.3 se mencionan algunos tipos de medidas de salvaguardia que se pueden aplicar a elementos específicos del Patrimonio Cultural Inmaterial, a saber: ―identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión – básicamente a través de la enseñanza formal y no formal– y revitalización‖. Pero de poco nos ha de servir el establecimiento de medidas de salvaguardia, de capacidades e incentivos para la promoción, cuando obviamos la articulación de una base de análisis, de un paradigma elemental en la manera de inteligir la realidad observada. En el pasado, los trabajos de investigación y documentación del Patrimonio Cultural Inmaterial eran a menudo obra de expertos, centros especializados, institutos de investigación, organismos estatales y ONG, según lo analizado en la primera parte de este artículo, mientras que a las comunidades interesadas sólo se les tomaba en cuenta como fuentes de información. Sin embargo, en el marco de la Convención, esos trabajos se deben realizar con la plena participación y consentimiento de las comunidades. En el contexto de la aplicación de la Convención, para documentar un elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial se deben tener en cuenta las variaciones que se hayan podido producir en sus formas y funciones. He aquí algunas de las actividades que se pueden llevar a cabo en el ámbito de la documentación: ◦ Documentar elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial con participación de las comunidades, con miras a su salvaguardia, a la sensibilización a su valor e importancia y al fortalecimiento de capacidades en el seno de las comunidades. ◦ Ayudar a las comunidades interesadas a administrar un archivo de información sobre su Patrimonio Cultural Inmaterial. ◦ Alentar a los miembros de las comunidades a documentar su Patrimonio Cultural Inmaterial, por ejemplo entrevistando a los practicantes de los elementos de que se trate, así como a los depositarios de tradiciones, y difundiendo la información así acopiada. ◦ Fortalecer las capacidades de los miembros de las comunidades para que coadyuven a la labor de documentación de su Patrimonio Cultural Inmaterial. ◦ Utilizar la documentación y las grabaciones audiovisuales existentes para los proyectos de revitalización de elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial. ◦ Facilitar el acceso de las comunidades interesadas a la información archivada ya existente sobre su Patrimonio Cultural Inmaterial que haya sido acopiada por terceros. 230 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 4. ©UNESCO/Omar Arregui: Taller de confección de inventarios con comunidades de la UNESCO en Manabí, 2015. Conclusiones La consulta nacional orientada a la implementación de la Agenda de Desarrollo Post 2015 ha buscado incorporar las voces de actores diversos, quienes coinciden en la importancia de la cultura en el mundo que se anhela vivir después del año 2015. Durante el proceso se ha evidenciado la importancia de considerar a la cultura como un pilar fundamental del desarrollo inclusivo y sostenible, comprendiendo, al mismo tiempo, que existen visiones múltiples y diversas en torno al concepto de desarrollo. Paralelamente, los participantes han expresado que para efectivizar el aporte de la cultura al desarrollo inclusivo y sostenible, es fundamental erradicar las diversas formas de discriminación y el racismo que impiden el respeto de la diversidad cultural y la igualdad de oportunidades entre grupos diferentes. A continuación, de una manera sintética y argumentada bajo variables de las Ciencias Sociales se establece que la patrimonialización, en efecto es llegar a la materialidad normativa, en el intento de comprender a la inmaterialidad de las manifestaciones culturales con sesgos enfocados en la herencia clásica, canónica, ortodoxa de procurar materializar aquellos mimbres elementales que componen los entresijos de lo cultural, de cara a plantear modelos funcionalistas y relacionistas desde y hacia el ser humano y por lo tanto , con el amparo de sus instituciones. Se analiza al Patrimonio Cultural Inmaterial, como un concepto que proporciona modelos de problemas y soluciones a la comunidad científica, en que las nuevas estructuras de comunicación, establecen nuevos paradigmas, que van más allá de instrumentos normativos, que forman parte de regímenes internacionales y por lo tanto las normas, reglas, y procedimientos decisionales en torno a la expectativa de nuevos actores en este caso en el área global del Patrimonio Cultural Inmaterial. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 231 A partir de esta expectativa en primera instancia se estableció en un instrumento internacional, en este caso la Convención del UNESCO del 2003, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que en efecto sirvió para establecer un control social conceptual, para imponer un paradigma del Patrimonio Cultural Inmaterial a casi todas las legislaciones de los Estados Parte de la UNESCO. En efecto al establecer este paradigma, se ha evitado la terrible libertad de que especialistas en ciencias sociales contemporáneos, que siempre ponen en tela de duda los principios fundamentales, gracias al establecimiento de esta, se ha logrado reconocer a las comunidades como gestoras de su Patrimonio Cultural Inmaterial y evitar así una verticalidad, en el momento de accionar las leyes nacionales, regionales o locales del Patrimonio Cultural Inmaterial. Finalmente se establecen ciertas estrategias para gestionar y salvaguardar el Patrimonio Cultural Inmaterial presente en los territorios, que responde a la pregunta del por qué y cómo realizar determinadas acciones, en especial en los registros e inventarios de las manifestaciones culturales. Bibliografía Focault, M. (1985). Vigilar y Castigar. Madrid: Siglo XXI. Geertz, C. (1984). Distinguished Lecture: Anti-Anti-Relativism. American Anthropologist, 86 (2), 263–278. Keohane, R. (1993). Instituciones Internacionales y poder estatal. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano. Kristiansen, K., Niklasson, E., González-Ruibal, A., & Chilton, E. (2014). Towards a new paradigm? The Third Science Revolution and its Possible Consequences in Archaeology. Current Swedish Archaeology, 22. Kuhn, T. S. (1962). La Estructura de las Revoluciones Científicas. Mexico D.F.: Fondo de Cultura Económica. Naciones Unidas Ecuador. 2014. National Consultations on the post-2015 Development Agenda Phase 2: Culture and Development Ecuador, 2014. Draft Concept Note. Quito: Naciones Unidas Ecuador Naciones Unidas Ecuador. 2013. El Mundo que Queremos 2015. Agenda de Desarrollo post-2015 Consulta Nacional Ecuador. Quito: Naciones Unidas Ecuador. Naciones Unidas. Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia. 2001. Declaración de Durban. Durban: Naciones Unidas. Priesemann, Lena 2014. Informe sobre los resultados de las encuestas dirigidas a público no especializado (encuesta corta). Quito, inédito: UNESCO. 232 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Priesemann, Lena. 2014. Informe sobre los resultados de las encuestas dirigidas a especialistas y funcionarios del sector cultural (encuesta larga). Quito, inédito: UNESCO. Priesemann Lena 2014. Informe sobre los resultados de los cuestionarios de preguntas abiertas, dirigidos a público diverso. Quito, inédito: UNESCO. Ribes, A. (2010). Durkheim contra Durkheim: Los límites de la lógica secuencial totalidadfragmentación. Universidad Complutense de Madrid . Rousseau, J. J. (1756). Emilio, o De la Educación. Mexico, 1970: Porrua. Teixeira, C. (2000). Diccionario Crítico de Política Cultural: Cultura e Imaginario. Mexico: CONACULTA. UNESCO. (2003). Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.París: UNESCO. Wittgenstein, L. (2002). Tractatus Lógico - Philosophicus. Madrid: Alianza. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 233 CAPÍTULO V PROGRAMAS EDUCATIVOS Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL INTRODUCCIÓN Esta mesa estuvo abocada a reflexionar acerca de los distintos aportes que se vienen haciendo desde programas de Estado, pero también desde experiencias autogestivas, a los procesos educativos, de difusión y promoción del patrimonio cultural inmaterial en los últimos años. Su inicio planteó una primera tensión, cuando Juan Lázzaro Mendolas nos indicó que los aerófonos que estaba tocando no habían sido construidos para sonar en una sala sino al aire libre... “el instrumento es el compañero en la montaña” dijo. Y entonces se volvió difusa la categoría materialinmaterial, por lo menos desde una cosmovisión no occidental del tema. Posteriormente, y ya en una mesa ―tradicional‖ de exposición, Ana Larcher nos contó la experiencia desarrollada en Villa Atamisqui, Santiago del Estero, desde la Subsecretaría de Cultura de la provincia, donde luego de haber hecho un relevamiento del PCI de la localidad, llevaron a cabo una capacitación con jóvenes para que conozcan las propias técnicas de telares ancestrales. Lo interesante de la propuesta fue que demostraron la importancia de la difusión a las nuevas generaciones a partir de los lenguajes que ellos manejan (como son los audiovisuales), con lo que adquieren mayor capacidad para convertirse en relatores y protagonistas de su historia. En esta idea se sumó Celio Turino, impulsor del programa Cultura Viva en el Ministerio de Cultura de Brasil. Además de dar cuenta de la potencia que tiene la fórmula ―protagonismo + autonomía‖ para la vida comunitaria y el trabajo en red, eligió mencionar la “acción grio”, desde la cual se ha vuelto a valorizar el saber popular (muy distinto al sentido común, nos asegura) y el compartir a través de contactos muy íntimos. Ambos, sostuvo, son sumamente indispensables para la cohesión social y para “reestablecer el hilo y salir del laberinto de la crueldad en la que vivimos”. Evelina Grunberg, por su parte, hizo un recorrido por diversos proyectos que llevó a cabo el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional del Brasil y resaltó la importancia de la apropiación consciente del patrimonio como forma para un mejor vivir. Para ello, nos planteó que la educación patrimonial debe estar dirigida a crear y desarrollar ciudadanía, sobre todo en países que se reconocen cada vez más pluriculturales. Y detalló su metodología del aprender haciendo, en 4 pasos: la observación; el registro (reforzar lo observado); la exploración (búsqueda de otras fuentes secundarias); y por último, la apropiación. Finalmente, Agustín Ruiz Zamora, coordinador del Sistema de Información para la Gestión Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 235 Patrimonial de Chile, nos recordó que si el patrimonio es una propiedad, entonces es político. Que en general el patrimonio ha sido enajenado... y que por esta razón se ha definido un principio ideológico claro para el desarrollo del Registro de información chileno: la política tiene que estar destinada a los sujetos. Entonces, en el sistema desarrollado, los datos son subidos por una red social participativa, que promueve su patrimonio cultural intangible, que es exclusivo (aunque no excluyente) de quienes lo cultivan. A través de las exposiciones quedó claro que los artículos 14 y 15 de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial son fundamentales para generar conciencia, educar a los jóvenes e involucrarse de manera comunitaria en su cuidado y valorización. Sobrevoló en toda la mesa la necesidad de repensar la cuestión del patrimonio desde una lógica popular, con participación social en su definición. El mexicano Guillermo Bonfil Batalla ya lo planteaba con la idea de control cultural: en la respuesta a la simple pregunta ¿quién decide y sobre cuáles elementos culturales? se juega nuestra soberanía política y libertad expresiva. Es decir, nuestra capacidad para tener una cultura autónoma y apropiada antes que enajenada o impuesta. Diego Benhabib Responsable del Programa “Puntos de Cultura” / Dirección Nacional de Promoción de los 236 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo PROGRAMAS EDUCATIVOS Y DUFUSION DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Ana María Larcher* Introducción Dando inicio a este trabajo comenzaré por citar algunos aspectos de la Convención del 2003 de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, tema que nos convoca para el trabajo final. La Convención del 2003 para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial surge en el marco de considerar la importancia que reviste el patrimonio cultural inmaterial, crisol de la diversidad cultural y garante del desarrollo sostenible, como se destaca en la Recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular de 1989, así como en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural de 2001 y en la Declaración de Estambul de 2002, aprobada por la Tercera Mesa Redonda de Ministros de Cultura. Asimismo considera la profunda interdependencia que existe entre el patrimonio cultural inmaterial y el patrimonio material cultural y natural. También hace referencia a los instrumentos internacionales existentes en materia de derechos humanos, en particular a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966. En el artículo 2 de la Convención trata la definición y los ámbitos del PCI. En su definición acerca del PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL nos dice: Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. * Gestora Cultural especializada en Patrimonio Cultural Inmaterial. Coordinadora del relevamiento del telar como manifestación cultural en la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santiago del Estero. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 237 Respecto de los ámbitos nos dice: El ―patrimonio cultural inmaterial‖ se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes: tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; artes del espectáculo; usos sociales, rituales y actos festivos; conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; técnicas artesanales tradicionales. A continuación dos de los ámbitos del PCI que se pueden asociar a lo que sucede en la localidad de Villa Atamisqui en la provincia de Santiago del Estero en la República Argentina tanto con la lengua materna local, el quichua santiagueño, como con la técnica artesanal tradicional, el telar. Tradiciones y expresiones orales El ámbito ―tradiciones y expresiones orales‖ abarca una inmensa variedad de formas habladas, como proverbios, adivinanzas, cuentos, canciones infantiles, leyendas, mitos, cantos y poemas épicos, sortilegios, plegarias, salmodias, canciones, representaciones dramáticas, etc. Las tradiciones y expresiones orales sirven para transmitir conocimientos, valores culturales y sociales, y una memoria colectiva. Son fundamentales para mantener vivas las culturas. Conforme al espíritu de la Convención de 2003, las medidas de salvaguardia deberían centrarse en las tradiciones y expresiones orales entendidas sobre todo como procesos en los que las comunidades son libres de explorar su patrimonio cultural, y no tanto como productos. Técnicas artesanales tradicionales La artesanía tradicional es acaso la manifestación más tangible del patrimonio cultural inmaterial. No obstante, la Convención de 2003 se ocupa sobre todo de las técnicas y conocimientos utilizados en las actividades artesanales, más que de los productos de la artesanía propiamente dichos. La labor de salvaguardia, en vez de concentrarse en la preservación de los objetos de artesanía, debe orientarse sobre todo a alentar a los artesanos a que sigan fabricando sus productos y transmitiendo sus conocimientos y técnicas a otras personas, en particular dentro de sus comunidades. El patrimonio cultural inmaterial de Santiago del Estero A lo largo de la provincia de Santiago del Estero se celebran fiestas patronales, procesiones, carnavales, rituales, festivales. Todas estas expresiones forman parte de la cultura de los 238 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo santiagueños. Tradiciones y manifestaciones populares conforman su calendario festivo. Algunos de ellos tienen origen milenario y otros más actuales se van sumando al interés popular. El patrimonio cultural inmaterial de la provincia de Santiago del Estero se va manifestando en sus distintos ámbitos: tradiciones, expresiones orales, usos sociales, actos festivos, técnicas artesanales tradicionales. El patrimonio cultural y natural del pueblo santiagueño es fuente de vida e inspiración, es una identidad viviente, latente. Los acontecimientos históricos, la naturaleza geográfica, la herencia española, los habitantes propios del lugar fueron y son el sedimento que dió origen a la creatividad de las distintas localidades. Al ritmo de coplas, chacareras, palmas y bombos legüeros esa identidad se revela, se respira en cada festival popular, en el arte textil milenario de nuestras teleras, en la convivencia de nuestros artesanos y la naturaleza del monte. Tal es el caso de los artesanos de Villa Atamisqui, localidad situada a casi 130 km de la capital provincial. Este pueblo de creativos natos no escapa a ésta parte de la historia: el oficio ancestral de las teleras incluye el hilado a mano de la lana, su teñido con tintes naturales y la construcción de su telar con elementos propios de la naturaleza, el propio tejido y diseño. En estas comunidades aún persiste su cultura y su arte y la mayoría de ellos – adultos mayores – QUICHUAHABLANTES, PATRIMONIO VIVO de nuestra provincia. La lengua materna como vehículo de saberes nos ubica en este universo, sus habitantes y sus saberes: artesanos, luthiers, teleras, músicos, todos ellos bilingües naturales. Este es el caso del QUICHUA SANTIAGUEÑO. Villa Atamisqui: localidad con valor histórico cultural Ubicación Está asentada en la margen derecha del Río Dulce a 121 km. de la capital provincial. Fundada en 1543, es una de las localidades más antiguas de la Argentina. Registro y relevamiento de los telares de Atamisqui El arte en telar constituye un oficio ancestral. El aprendizaje de la actividad de telera se caracteriza como parte del proceso social, que implica las reuniones entre madres, hijas y parientes para hilar, teñir y tejer, en estas reuniones existe una circulación de conocimientos referidos a las técnicas y procedimientos para lograr un determinado tipo de tramado y de dibujo en la manta, lo que le imprime a cada una de ellas un rasgo particular y único. Este arte también heredado de nuestros Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 239 antepasados corresponde a técnicas e iconografías textiles prehispánicas. En esta etapa comenzamos a diseñar un plano de los distintos barrios de la villa de la zona céntrica. En estos barrios localizamos a las primeras teleras. Los jóvenes de Villa Atamisqui provincia de Santiago del Estero. Capacitación “introduciendo a los jóvenes en su patrimonio local” La ciudad/poblado es el lugar donde los seres humanos se unen para crear un espacio común. Cuando recorremos Villa Atamisqui comprendemos el significado de la villa como construcción cultural. Sus habitantes son creativos natos. En este escenario histórico cultural se desarrolla la localidad al ritmo de actividades económicas, sociales, políticas, religiosas, culturales. Los jóvenes son los grandes protagonistas de la villa, joven generación depositaria de los saberes culturales locales. Por ello el objetivo del trabajo de patrimonio cultural de este año fueron los jóvenes como fuerza creativa de la ciudad que los acoge. Habitan el suelo de un paisaje cultural urbano que evoluciona junto a ellos y al resto de la comunidad. Conscientes de que conocer el patrimonio cultural es uno de los pasos principales para su apropiación y que docentes y alumnos son un sector para fomentar el acceso a la información del patrimonio cultural el proyecto y programa ―INTRODUCIENDO A LOS JÓVENES EN LA PROTECCIÓN DE SU PATRIMONIO CULTURAL‖, tuvo dos talleres relacionados al patrimonio cultural y natural y al patrimonio cultural inmaterial. El primero fue una instrucción dedicada al reconocimiento de su localidad VILLA ATAMISQUI como Pueblo Histórico, y el segundo taller fue dedicado a la manifestación cultural local, el telar, oficio ancestral de las teleras atamisqueñas. El programa educativo en patrimonio fue un proyecto para el establecimiento educativo Instituto Juan XXIII, escuela secundaria de la localidad de Villa Atamisqui de la provincia de Santiago del Ester. Propuso la inserción del tema patrimonio cultural en ciertas materias y contenidos de ciclo lectivo, de herramientas pedagógicas fomentando el ejercicio del derecho a la memoria, el sentido de pertenencia, la convivencia y el respeto por el patrimonio cultural y por la diferencia, aspectos indispensables a favor del patrimonio cultural. Esta capacitación apuntó a proporcionar las actividades propuestas generando una mayor conciencia en los estudiantes y docentes sobre temas relacionados con el patrimonio. Consideró otorgar a los docentes una plataforma a través de la cual puedan desarrollar las actividades teniendo en cuenta la coordinación de actividades con otros docentes del mismo plantel para vincular ciertas actividades con otras materias del plan de estudios escolar, tales como arte, química, geografía, historia, etc. Se esperó que ésta aproximación también logre que los estudiantes sean más conscientes de la naturaleza interdisciplinaria del patrimonio, lo cual puede incrementar su interés a largo plazo. 240 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Taller 1: VILLA ATAMISQUI, localidad histórica de la provincia de SDE. Algunos de los objetivos para éste trabajo en común son: ◦ Entender los vínculos entre los ámbitos históricos y naturales y la necesidad de preservarlos para las futuras generaciones. ◦ Describir el sitio seleccionado en términos de su valor histórico, culturales y socioeconómicos (localidad de Villa Atamisqui). ◦ Reconocer las distintas amenazas que enfrenta el patrimonio cultural inmaterial local. ◦ Entender que la preservación del patrimonio también es responsabilidad de la comunidad y que pueden contribuir de muchas maneras a la protección de los sitios declarados patrimonio cultural o manifestaciones declaradas patrimonio cultural inmaterial. ◦ Conectar el conocimiento histórico, geográfico, artístico, aprendido en clase con los aspectos descubiertos sobre la villa ◦ Entender la organización urbana de un pueblo antiguo y reconocer su vínculo con el presente ◦ Identificar los diferentes estilos y períodos de las construcciones de la villa. Taller 2: MEMORIA TEXTIL. EL CASO DE LOS TELARES ATAMISQUEÑOS. SUS TECNICAS. Dentro de la actividad se propuso clases con las teleras atamisqueñas, portadoras del saber y la manifestación cultural, el telar. Sus diferentes técnicas. El caso de los telares de Atamisqui En este punto la particularidad es que compartiremos la enseñanza con las portadoras del patrimonio, las docentes son las teleras, ellas nos enseñan cada técnica de los tejidos, clases en las que no sólo aprenderemos de sus distintos diseños, también aprenderemos la forma de comunicación a través de los tejidos a lo largo del tiempo entendiendo que éste saber milenario ha recorrido kilómetros a lo largo de la cultura inca y ha permanecido en el tiempo en las manos de nuestras teleras, tesoro cultural que se mantiene vivo en Villa Atamisqui. Comprender que una civilización ha derramado su saber a lo largo de una geografía y se hace presente en la villa como patrimonio vivo. Así como se regionalizó nuestra lengua materna el quichua santiagueño también estas técnicas se deben haber regionalizado. Tienen su particularidad. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 241 Las acciones estuvieron orientadas a que cada telera enseñará una técnica específica, será visitada en su casa, su hábitat. Objetivo: Tomar contacto directo con el bien cultural propio estableciendo contacto directo con las portadoras del saber. Procedimiento: Se visitó a la casa de la telera. Los alumnos describieron la técnica con la que decidieron trabajar y lo representaron artísticamente. El propósito es que luego de la clase de la telera se incentive al alumno a expresar lo aprendido con el elemento que él elija, la trama del tejido específico. Siempre expresando la técnica descripta. Es muy importante que la propia comunidad (en éste caso la educativa) se apropie de su bien cultural, que reconozca su valor, sólo así sabrá de la importancia de su patrimonio. Uno de los puntos más importantes de éste trabajo fue formar a los jóvenes para la participación cívica en su comunidad. Bajo este mismo esquema se propuso al Profesorado de Geografía de Villa Atamisqui un intercambio educativo cultural con la materia CARTOGRAFÍA, su docente el Prof. José Carballo y los alumnos de 2º año. Se decidió junto a autoridades docentes y alumnos incluir en el área de investigación éste taller de intercambio entre el patrimonio cultural local y la cartografía participativa georreferenciando a un grupo de teleras atamisqueñas quienes habitan en la zona rural de la villa. ―La cartografía (del griego χάρτις, chartis = mapa y γραφειν, graphein = escrito) es la ciencia que se encarga del estudio y de la elaboración de los mapas geográficos, territoriales y de diferentes dimensiones lineales y demás. Por extensión, también se denomina cartografía a un conjunto de documentos territoriales referidos a un ámbito concreto de estudio. La cartografía social como metodología participativa y colaborativa de investigación en el territorio explora las oportunidades y desafíos socioculturales dentro del patrimonio cultural local. El proceso cartográfico y los mapas como productos son materiales pedagógicos e investigativos con alta densidad de información, razón por la cual se quiere proponer en éste intercambio el análisis de los temas visibles en las representaciones gráficas contenidos en los mapas y que se consideren de particular interés para la geografía, para los estudios socioculturales a saber: las representaciones de la geografía y la visibilización de una cultura, la construcción social local.‖ Apuntamos con este trabajo a futuro en convertirnos en un ejemplo local de la manifestación cultural del telar que está presente en otros lugares de la provincia de Santiago del Estero y que deben ser relevados y registrados con el propósito de un trabajo mancomunado con las instituciones 242 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo y organismos de la provincia y nacionales para ser parte de un proceso que nos permita que esta memoria textil aún vigente en nuestro territorio provincial pueda ser ingresada a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Referencias Materiales que se utilizaron en este programa: Convención para la Salvaguardia del PCI 2003 - UNESCO Convención Patrimonio Mundial 1972 – UNESCO CARTAS INTERNACIONALES – ICOMOS Convención 2005 sobre la protección y promoción de las diversidad de las expresiones culturales Manual ―Introduciendo a los jóvenes en la protección del patrimonio cultural y los centros históricos‖ Una guía práctica para maestros en Colombia. UNESCO, ICCROM, Ministerio de Cultura, República de Colombia. Cartografía social como metodología participativa y colaborativa de investigación en el territorio afrodescendiente de la cuenca alta del río Cauca. De Irene Vélez Torres, Sandra Rátiva Gaona y Daniel Varela Corredor. Videos ejemplos y diapositivas de manifestaciones culturales en América Latina y en Argentina que fueron incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO o declaradas Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad. Este programa educativo en patrimonio cultural cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Villa Atamisqui, de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia, del CICOPAR y del Programa de fortalecimiento de capacidades de PCI de la UNESCO. Larcher, Ana María (2015) ―Cultura Quichua: El caso de los Telares de Atamisqui‖. En: Tesis para Beca ―Curso Virtual Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial‖ dictado por la CRESPIAL y El Centro Lucio Costa de Brasil: páginas 1 a 4. Larcher, Ana María (2014). En: Trabajo presentado para el ―Encuentro Cultural Vivir la Ciudad‖, organizado por el CICOPAr de: páginas 4 a 7. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 243 Mapa referencial y ubicación de Villa Atamisqui en el departamento Atamisqui 244 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Capacitación al instituto Juan XXIII Figura 1. Telera Nely Quiroga. Capacitación al profesorado de geografía Figura 2. Teleras de Tasisgasta Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 245 ABARCAS: PROYECTO EDUCATIVO PARA REVALORIZAR LAS RAÍCES CULTURALES ANDINAS Juan Lázaro Méndolas* El músico Juan Lázaro Mendolas (Bolivia/Argentina) coordina el proyecto Abarcas desde hace más de una década. Este es un proyecto educativo, destinado a alumnos de las escuelas primarias, que se propone revalorizar las raíces culturales andinas, así como el conocimiento y respeto de la diversidad cultural. Mediante el contacto con los aerófonos y la apreciación de sus melodías, los niños reconocen y recuperan sus raíces. Así participan, disfrutan, juegan con los sonidos, cantan, escuchan cuentos y leyendas, preguntan y responden. Todas estas actividades estimulan su creatividad, fortalecen su personalidad en desarrollo, ponen en valor sus orígenes y favorecen la inclusión. En las diferentes clases se va abordando el conocimiento de los instrumentos musicales étnicos, con foco en los aerófonos, e incluyendo asimismo a cordófonos, idiófonos y membranófonos. Abarcas busca transmitir y construir junto al alumnado valores que aportarán a su madurez como pensadores dentro de su accionar cotidiano, con sensibilidad hacia el diálogo y tolerancia de las diferencias. Se parte de la idea de que, sobre todo en la formación temprana, es válido escuchar a otros y reflexionar sobre el respeto a las etnias. Desde esta perspectiva, el proyecto pretende trascender la escuela acompañando ese diálogo entre el estudiante y los otros en las generaciones venideras. En este sentido, el acto de compensar la ausencia de música y culturas étnicas nativas en las instituciones educativas formales no debe ser pensado como una mera reivindicación. Para Lázaro Mendolas representa la oportunidad de recuperar valores culturales de los pueblos nativos con el fin de fortalecer a las nuevas generaciones. Estos valores comprenden las acciones de: aprender a escuchar, recuperar la historia y las vivencias de nuestros pueblos, respetar a los mayores, reconocerse en la diversidad, desarrollar la tolerancia y, fundamentalmente, oponerse al individualismo que signa el mundo actual resaltando la riqueza del compartir en comunidad. De este modo, el proyecto refuerza la comunidad educativa que incluye a alumnos, docentes y padres. Entonces, no se trata solamente de una clase de música étnica sino de un espacio donde se articulan esos valores antiguos y se los lleva a la vida cotidiana. Al respecto, Lázaro Mendolas manifestó que, en la práctica, tocar un instrumento es también articular la sabiduría de los pueblos nativos y * Músico, Responsable del Programa Abarcas, del Programa Pueblos Indígenas, Ministerio de Cultura de la Nación. Este texto es un informe de la ponencia presentada en el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo ( Agosto 2015). 246 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo esos valores antiguos y se los lleva a la vida cotidiana. Al respecto, Lázaro Mendolas manifestó que, en la práctica, tocar un instrumento es también articular la sabiduría de los pueblos nativos y visitarlos. Esos pueblos –agregó el músico– muchas veces están tan cerca que hasta en los barrios donde vivimos encontramos personas que saben de esas costumbres y tradiciones. Invitar a esas personas a la escuela, a que participen de la clase, es algo que el proyecto Abarcas propugna, instando a los mismos alumnos –desde la curiosidad y el interés– a buscarlas en sus barrios e integrarlas. De esta manera se logra un sentido más amplio de comunidad, que propicia el vivir con respeto a las diferencias y en actitud intercultural. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 247 PUNTOS DE CULTURA. CULTURA VIVA EN MOVIMIENTO Celio Turino* CélioTurino (Brasil) ha sido impulsor de Cultura Viva, que marca un cambio de paradigma en la formulación de políticas públicas en Brasil. Esta iniciativa ha permitido la creación de más de dos mil Puntos de Cultura, repartidos en un millar de municipios en ese país, beneficiando a más de ocho millones de personas y generando treinta mil puestos de trabajo. Cultura Viva es una reflexión sobre la dimensión sagrada de la vida y la lógica de convivencia económica fundada en el compartir. Estos dos aspectos son conservados por las culturas tradicionales. Por ejemplo, cuando el candomblé preserva un espejo de agua o una cascada como espacio sagrado, está preservando la vida. La cultura tradicional sobrevive porque todos los de la comunidad ofrecen algo, aunque sea un plato de comida a los caminantes. Eso ya es compartir, y así se cultiva un comportamiento esencial para la cohesión social. Estas expresiones de la cultura tradicional rompen con el ciclo de la alienación y vulgarización de la vida y sirven de base a la construcción de un país justo y solidario. Por el contrario, en las sociedades contemporáneas vivimos un proceso de transformación de los deseos, de las horas. Todo se vuelve mercancía. Esto resulta en la alienación de las poblaciones en relación con las posibilidades de conquista de autonomía y emancipación. En general, sucede lo opuesto a la sacralización de la vida y el compartir. Es decir, en las sociedades actuales normalmente se produce la vulgarización y banalización de la vida, el individualismo, el egoísmo, la transformación de todo y de todos en mercancía, y la cosificación del ser. En este ambiente emerge la violencia urbana, la falta de respeto por la vida del otro, la explotación desenfrenada, la ausencia de amor al prójimo. Todo pierde sentido, excepto el lucro. Sin embargo, mantener apenas la alabanza a la tradición no resuelve nada. Al fin y el cabo– como lo demostró Eric Hobsbawm–, las tradiciones fueron inventadas un día, son construcciones históricas e incorporan prejuicios e ideologías. Ocurre lo mismo con el pragmatismo. No hay nada más atrasado que guiarse por el sentido común. Detrás de las ideas consolidadas hay construcciones históricas y el pragmatismo se vuelve el enemigo de la transformación profunda, acomodándose a una realización sin un cuestionamiento. * Impulsor del Programa Cultura Viva en Brasil. Este texto es un informe de la ponencia presentada en el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo ( Agosto 2015). 248 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo De allí surge la necesidad de reinvención de una tradición. En ese momento la memoria adquiere un papel vital de reelaboración y reinterpretación de la vida. Esta reinvención implica barajar nuevamente, romper las jerarquías y construir nuevas legitimidades, sin que haya una imposición o uniformización de culturas. De esta forma, el saber popular –que es diferente del sentido común– asume un nuevo papel, y el conocimiento no formal es percibido en toda su sofisticación y profundidad. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 249 LA SUBJETIVIDAD Y PERTENENCIA EN EL PROCESO DE REGISTRO PÚBLICO DEL PCI Agustín Ruiz Zamora* El coordinador del Sistema de Información para la Gestión Patrimonial (SIGPA) del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) de Chile, Agustín Ruíz Zamora, transmitió detalles de este sistema y su implementación en ese país. Uno de los mayores desafíos para los Estados que han suscrito la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la UNESCO, lo constituye la necesidad de desarrollar procesos de apropiación social del patrimonio. Este es el asunto nuclear en el tratamiento público del PCI. Esto se debe a que este tipo de patrimonio no responde necesariamente a intereses emblemáticos propios de las operaciones de identidad nacional, sino principalmente a expresiones colectivas (mucha veces de escala local) que, en su alto grado de singularidad, resumen y simbolizan el sentido de la experiencia comunitaria. Otro problema conexo, y no menor, es llegar a determinar no solo en qué sentido y aspecto una expresión merece el tratamiento de patrimonio cultural, sino además quiénes tienen la potestad para establecer este grado de distinciones, sin que ello constituya un acto de discriminación, marginación, menoscabo y/o expolio. En el caso del Gobierno de Chile, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes es el organismo estatal que vela por el cumplimiento de los compromisos contraídos ante UNESCO en materia de PCI. Por los desafíos planteados, este organismo ha desarrollado –entre sus estrategias de salvaguardia– una propuesta para construir y garantizar el acercamiento y diálogo permanente entre los particulares intereses de la ciudadanía y la gestión del Estado. Se trata del mencionado Sistema de Información para la Gestión Patrimonial. En síntesis, este consiste en una plataforma de gestión de contenido, una Web 2.0, que se actualiza y retroalimenta de conocimientos de usuarios mediante procesos abiertos a la participación interactiva. A su vez, SIGPA permite potenciar el protagonismo ciudadano en la definición de la política pública de salvaguardia. * Coordinador del Sistema de Información para la Gestión Patrimonial (SIGPA) del Consejo Nacional de la CulturaylasArtes(CNCA)deChile. Este texto es un informe de la ponencia presentada en el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo ( Agosto 2015). 250 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo EDUCACIÓN PATRIMONIAL. UNA EXPERIENCIA EN BRASIL Evelina Grunberg** La Constitución Brasileña del año 1988 decretó que: El Patrimonio Cultural Brasileño se constituye por los bienes de naturaleza material e inmaterial, individuales o de conjunto que tengan referencia con la identidad, la acción, la memoria de los distintos grupos que forman la sociedad brasileña, incluyendo: las formas de expresión, los modos de crear, hacer y vivir, las creaciones científicas, artísticas y tecnológicas, las obras, objetos, documentos, edificaciones y demás espacios destinados a las manifestaciones artístico – culturales, los conjuntos urbanos y de valor histórico, paisajístico, artístico, arqueológico, paleontológico, ecológico y científico. En el año 2000 se instituye por Decreto Ley el REGISTRO DE LOS BIENES CULTURALES DE NATURALEZA INMATERIAL y el PROGRAMA NACIONAL DE PATRIMONIO INMATERIAL. El Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional – IPHAN do Ministerio da Cultura – MinC implementa el Inventario Nacional de Referencias Culturales – INRC y el de la Diversidad Lingüística – INDL a través de los cuales identifica y registra los bienes inmateriales en los Libros de: SABERES CELEBRACIONES FORMAS DE EXPRESION LUGARES Definimos Educación Patrimonial como un proceso permanente y sistemático de formación educacional que toma el Patrimonio Cultural como fuente primaria de conocimiento individual y colectivo. Es la enseñanza centrada en los bienes culturales (evidencias y manifestaciones de la Cultura) que partiendo del contacto directo y su experiencia con ellos propone desarrollar con niños y adultos un proceso activo de conocimiento, apropiación y valorización de sus raíces culturales. Entendemos el Patrimonio Cultural, no solamente como un conjunto seleccionado de objetos históricos, monumentos representativos de la memoria nacional, centros históricos etc., mas también los saberes populares, las artesanías, las tradiciones, los rituales y fiestas religiosas, los * Arquitecta. Fue funcionaria del instituto de Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN) del Ministerio de Cultura de Brasil. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 251 procesos de trabajo y producción, las relaciones sociales, familiares y con el medio ambiente, las formas de organización económica, política y tecnológica y todos los aspectos que la cultura viva de la población puede asumir y crear. Son los documentos y fotografías guardados en los armarios, las recetas heredadas de nuestras abuelas, las formas de plantar e cultivar, la utilización de yuyos como remedios, los bailes, músicas y juegos de niños. ¿Cuál es entonces el sentido de la preservación de nuestro Patrimonio Cultural? Para responder menciono aquí las palabras de Guillermo Bonfil Batalla que dice: La razón de fondo, la mayor, yo diría la primera es su condición de arma insustituible en la batalla de nuestra descolonización. Libertar el pensamiento, ser capaz de imaginar y construir un futuro propio, romper las amarras y quebrar los conceptos ajenos y dar alas a nuestra autentica creatividad descubriendo así la capacidad de hacer las cosas a nuestra manera. En esta lucha solamente contamos con nuestra decisión y con el patrimonio cultural que heredamos y renovamos todos los días. En cada expresión de este patrimonio, por increíble que parezca hay una semilla de futuro. Son las plantas, las paredes, la mezcla que utilizamos para ampliar nuestra casa, haciéndola más habitable, justa y humana, son los materiales que tenemos para hacer esta obra, porque son riquísimos, variados y sólidos ya que vienen resistiendo al pasaje y al peso de la historia. Este es el significado profundo de nuestro Patrimonio Cultural que nos obliga a proteger ruinas, consolidar edificios, conservar tantos objetos, rescatar tradiciones y saberes populares, valorizar y respetar las mil formas de ser, sentir y expresar del pueblo latino-americano. No es para construir una visión conservadora y nostálgica del pasado, más con la capacidad de sentir el deseo del futuro. Se trata de retomar el hilo de nuestra propia historia, de caminar sobre bases firmes que sirvan como referencial para la planificación futura. Colocar nuestro patrimonio cultural, esa herencia inestimable y variada, al servicio del presente de acuerdo con la naturaleza de cada bien cultural material o inmaterial. Partiendo del conocimiento y valorización de este patrimonio activar la capacidad creadora de toda la población enriqueciendo así el hoy y el mañana, cumpliendo con el deber que cada ciudadano tiene de rescatar y conservar ese patrimonio que es de él y de las futuras generaciones. El objetivo es sensibilizar a los ciudadanos para que usufrutuen de su herencia cultural propiciando la participación activa en la creación cultural que es un HACER continuo y dinámico de la sociedad. Este proceso de conocimiento crítico de apropiación consciente del Patrimonio por parte de las Comunidades es su propia garantía de sobrevivencia y preservación, reforzando los sentimientos de identidad y ciudadanía. Para desarrollar este aprendizaje no se necesita ningún conocimiento especializado, cualquier persona tiene aptitud para hacerlo, basta que use sus capacidades de observación y análisis de los bienes culturales ya sean consagrados o no, en los museos, en las calles, las escuelas, los mercados 252 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo y en sus propias casas. La habilidad de interpretar estos bienes amplía la comprensión del mundo que lo rodea, de la sociedad y del momento histórico. Conozco el pasado entiendo el presente planeo el futuro De donde vengo donde estoy para donde voy Todos los bienes culturales utilitarios o simbólicos son portadores de significados y sentidos que necesitan ser leídos, entendidos y decodificados a través de sus formas, contenidos y expresiones. Son actores mudos, hay que ponerlos a hablar para que cuenten sus historias tanto del presente como del pasado. Aprendiendo con los bienes culturales se desarrolla la observación, la mirada de VER, el análisis y el espíritu crítico. La Educación Patrimonial surge en el Brasil a partir de los años 80 proponiendo una metodología específica de trabajo con los bienes culturales. Basada en una experiencia inglesa de enseñanza de la historia partiendo de las fuentes primarias, se modifica, amplia y se adapta a la realidad brasileña para englobar el Patrimonio Cultural. Su objetivo mayor es crear y desarrollar consciencia de ciudadanía reconociendo y valorizando las raíces culturales de la población, en un país que es eminentemente PLURICULTURAL. Se pretende sensibilizar para un cambio de actitud que provoque una mirada favorable al Patrimonio Cultural en un primer momento, iniciando un proceso de apropiación consciente del mismo. La Metodología propuesta fue y es divulgada a través de Talleres de Educación Patrimonial direccionados a maestros, profesionales y agentes culturales, Instituciones Públicas y Privadas, ONG, asociaciones de barrios, grupos y entidades sociales que quieran trabajar con el Patrimonio Cultural. La Metodología se aplica con el aprender-haciendo, colocando los participantes en un proceso de vivencia concreta de la misma, directamente en contacto con el bien cultural a ser estudiado. Nada substituye el objeto o la expresión real. Los 4 pasos de la metodología: Observación - Identificación del bien cultural, análisis, comparaciones, deducciones, significados. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 253 Desarrollo de la percepción visual y simbólica, a través de ejercicios, experimentaciones, mediciones, preguntas, juegos de detective, etc. Registro - Descripciones verbal escrita, gráfica, fotográfica, en video, sonora, tridimensional. Fijación del conocimiento percibido, profundizar la observación y análisis crítico. Exploración - Investigación en otras fuentes secundarias, orales, documentales, internet, etc. Desarrollo de las capacidades de análisis y juicio crítico, interpretación de las evidencias y significados. Apropiación - Experimentación, vivencia, dramatización, recreación y interpretación creativa. Envolvimiento afectivo, internalización de la capacidad de auto-expresión, participación creativa y valorización del bien cultural. Esta Metodología puede ser aplicada con cualquier edad, faja etaria, grupo social y bien cultural. Ella nos permite no solamente apropiarnos del bien cultural por su conocimiento como hacer referencia con nuestra vida cotidiana dando un significado de pertenencia. Con ella también iniciamos un proceso de trabajo de refuerzo de la identidad, auto-estima y consciencia de los deberes y derechos que tenemos como ciudadanos. El espíritu crítico es un factor importante contra la alienación, es él que puede garantizar la formación de un adulto participativo y consciente de su momento histórico, desempeñando un papel en la formación de las futuras generaciones. Para eso tenemos que identificarnos y sentirnos parte de la corriente histórica que viene del pasado, no perder nuestras raíces para situarnos en el presente, modificarlo y transformarlo en un futuro digno para todos los hombres. Bibliografía Freire, Paulo (1983). Educação como Prática da Liberdade 14º Ed. Rio de Janeiro, Paz e Terra. Stavenhagen Rodolfo, Margulis Mario, Duran Leonel e otros (1987). La Cultura Popular 5º Ed.Direccion General de Culturas Populares de la SEP y Premia Editora de Libros S.A. Puebla – Mexico. Hernández Isabel y otros. Saber Popular y Educación en América Latina (1985).1º Ed. Buenos Aires – Argentina, Ediciones Búsqueda S.A.E.I.C. Parreiras Horta Maria de Lourdes y Grunberg Evelina (1999). Guia Básico de Educação Patrimonial – 4º Edição, Brasilia DF - Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional – IPHAN, Museu Imperial . Bonfil Batalla, Guillermo .México Profundo (1990). Una Civilización Negada, Capitulo: El Problema de la Cultura Nacional – Editora Grijalbo S.A. México DF. Grunberg, Evelina (2004). Guia de Orientação Metodológica para Monitores. Oficina Descobrindo Tesouros, Projeto Escola Aberta UNESCO, Governo do Estado de Pernambuco, Recife – PE . 254 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo 2004. Grunberg, Evelina (2007).Manual de Atividades Práticas de Educação Patrimonial – Brasilia DF – IPHAN. Parreiras Horta, Maria de Lourdes (2007). Museae Textos Varios, Disquete 1, Rio de Janeiro , 1997 Anexo Figuras 1, 2 , 3, 4, 5 y 6. Talleres de Educación Patrimonial, Museu Imperial, Petropolis, R.J. Silveira Martins, RS, Brasil. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 255 Figuras 7, 8, 9, 10, 11 y 12. Talleres de Educación Patrimonial con Indios Ticuna, Amazonas, Brasil. 256 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figuras 15, 16,17 y 18. Talleres de Educación Patrimonial Proyecto Arca de Noé, Itá, Santa Catarina, Brasil. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 257 258 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo CAPÍTULO VI MESA DE EXPERIENCIAS procesos de patrimonialización de manifestaciones culturales inmateriales: el caso del tango, las murgas/carnaval de la ciudad de buenos aires y la quebrada de humahuaca INTRODUCCIÓN El Patrimonio Cultural Inmaterial y los procesos de declaratoria han despertado y movilizado diversos intereses, tanto en el ámbito provincial y nacional como en el internacional. Esto implica la participación de distintos actores sociales y la aplicación de diferentes procedimientos en torno a la activación del proceso patrimonial. En este espacio se presentan casos específicos con el objetivo de dar a conocer experiencias concretas de los procesos de patrimonialización de diferentes manifestaciones culturales inmateriales. Se pretende con ello, exponer las problemáticas ya sea éticas, metodológicas, financieras y/o tecnológicas vinculadas a estos procesos. La primera sección estuvo dedicada al Tango, no sólo en lo que refiere a la declaratoria de UNESCO del Tango como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad sino también a las milongas, reductos que mantienen vigentes y recrean estas manifestaciones relacionadas con el arte de bailar. Es así como, Teresita Lencina abordó la necesidad de la implementación de un plan integral de salvaguardia y Julio Bassan, puso de manifiesto la importancia de las milongas y los códigos que en ellas se replican, reacomodan y modifican como parte de la actividad tanguera. Posteriormente, se presentaron distintas experiencia relacionadas a la murga y al carnaval porteño. Analía Canale, conceptualizó la intangibilidad o inmaterialidad de este patrimonio cultural vinculado al resurgimiento del carnaval en la ciudad de Buenos Aires como fruto de iniciativas populares. Por su parte, Ariel Prat y Luciana Vainer desarrollaron la experiencia de la murga y el proceso para la creación de la ordenanza destinada proteger las actividades relacionadas con esta actividad. Por último, se presentó el caso de la Quebrada de Humahuaca y su incorporación a la lista de la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Para ello, contamos con el aporte de Lina Rodríguez, quien presentó las instancias de participación comunitaria creadas por la División Provincial de Patrimonio a través de la Unidad de Gestión de la Quebrada de Humahuaca cuyo objetivo es la preservación y administración de los recursos patrimonializados en el marco de un proyecto de desarrollo sustentable. En el final, fue Rodolfo Bertoncello quien nos advirtió de los riesgos que implica la activación de un recurso patrimonial, su puesta en valor y su uso turístico, en el marco de las condiciones sociales generales de las comunidades y los conflictos y tensiones que estos procesos conllevan. Martina Inés Pérez y Soledad Torres Agüero Subsecretaría de Cultura Pública y Creatividad 260 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo EL TANGO: UNA EXPERIENCIA DE PATRIMONIALIZACIÓN A LA ESPERA DE UN PLAN DE SALVAGUARDIA CON PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD Teresita Lencina75 Presentación Estimados participantes el PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE PATRIMONIO VIVO, tengan ustedes muy buenas tardes. Agradecemos a la Subsecretaría de Cultura Pública y Creatividad del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina, por invitarnos a participar de este importante evento. Esta ponencia se realiza en representación del Centro´feca – Foro y Estudios Culturales Argentinos, una ONG cultural que tiene por misión contribuir a la promoción y el análisis de manifestaciones de la cultura popular argentina en general, y del tango en particular; y básicamente nuestras actividades se centran en la generación y difusión de contenidos académicos sobre tango. El objetivo de la participación en este encuentro y puntualmente en la Mesa de Experiencias de Patrimonialización,esrepasarlaexperienciadeltangoluegodeladeclaratoriadePatrimonioInmaterialdela HumanidadporUNESCO, enfocándonos primero en uno de los desafíos más interesantes e innovadores que plantea la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de UNESCO que es la incorporación de la comunidad en los procesos de patrimonialización y la relevancia de su papel en la salvaguardia, con foco en lo que sucede con el tango en la ciudad Buenos Aires, y por otra parte, qué es lo que acontece con la creación-recreación del tango en simultáneo al proceso de patrimonialización. Como ha sucedido con otros elementos patrimonializado en nuestro país, hasta hoy no se ha definido un plan integral de salvaguardia del tango con participación de la comunidad. Esta situación no hace más que profundizar esa carencia, ya que ni la propia candidatura a la incorporación a la Lista de PCI, contemplaba una definición clara, acotada y precisa de la comunidad. Las entidades que acompañaron la candidatura lo hicieron en el marco de una cruzada en busca de un reconocimiento Contexto previo a la patrimonialización del Tango Es importante poner en contexto el estado en el cual se llega a la patrimonialización del tango por parte de UNESCO. Identificamos que en la década del 90 se suceden precipitadamente una serie de 75 Presidenta del Centro’feca - Foro y Estudios Culturales Argentinos. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 261 hechos y situaciones, en torno al contexto tanguero, que si bien son iniciativas aisladas y quizás parciales, dieron cuenta de la vitalidad del género y su vez fueron preparando un campo de reconocimiento histórico-político del tango. Para mencionar algunos de estos hechos decimos que, en 1990 se crea la Academia Nacional del Tango76 y la FM Tango (luego será La 2x4) al trasladar Radio Municipal a la Frecuencia Modulada (92.7 FM) y en 1992 se crea la Universidad del Tango (más adelante CETBA, Centro Educativo del Tango en Buenos Aires)77. En el año 1996, después de más de cien años de desarrollo histórico como género, el tango fue reconocido, mediante ley, como parte integrante del patrimonio cultural argentino (Ley 24.684). Dos años después, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reconoce al tango como parte de su patrimonio cultural (Ley 130/1998). Hacia fines de la década de los 90s, el tango ya había tomado nuevamente impulso y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires introduce en sus programas culturales una política explícita de promoción de actividades artísticas, concretamente relacionadas a la danza y a la música, las que continúan hoy vigentes. Así es, que desde 1998 se lleva a cabo el Festival Internacional de Tango de Buenos Aires, desde 2002 se realiza el Campeonato Metropolitano de baile y desde 2003 el Campeonato Mundial de Tango. Como antecedente también, cabe mencionar que en el año 2001 desde la Dirección de Patrimonio de la entonces Secretaría de Cultura de la Nación se propuso postular al Tango como Obra Maestra del Patrimonio Cultural Oral e Intangible de la Humanidad en UNESCO, intento que resultó fallido dado que por entonces el tango no parecía responder a la idea de tradicional, entendida como la reproducción del patrimonio en términos de continuidad, estabilidad y autonomía. El tango aparentemente carecía de ese carácter local y auténtico, dado que se encontraba demasiado transnacionalizado y marcado por la lógica de la recreación y transformación78. Es importante señalar esto, porque en realidad esto es lo que lo hace auténtico al tango: su capacidad de transformación permanente y es luego lo que lo destaca como patrimonio vivo. Luego, a propuesta de los gobiernos de las Ciudades de Buenos Aires y Montevideo, en el año 2009, el tango fue incorporado a la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. La patrimonialización del tango tuvo una gran trascendencia mediática en ese momento, pero la propia comunidad tanguera no llegaba a entender qué significaba que el tango tuviera ese 76 Según Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 1235/90 77 El CETBA cuenta con dos carreras específicas: una formación especializada en historia del tango y un Instructorado de tango danza. Allí funciona una milonga y gran variedad de cursos abiertos a la comunidad. 78 LACARRIEU, M. y RAMOS, C.M. (2013) Documento Final del Workshop “Patrimonio Cultural Inmaterial, Identidad y Turismo. El Tango como expresión rioplatense”, Cátedra de Turismo Cultural UNTREF-AAMNBA, Buenos Aires. 262 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo reconocimiento, qué pasaría con ello, qué impactos o efectos habría en la reproducción de esta expresión, y aún menos qué era lo que se quería salvaguardar, ¿cuál era el patrimonio del tango? La documentación respaldatoria de la nominación para incorporar al tango a la Lista Representativa de PCI, al describir al elemento, argumenta que el tango es considerado una de las manifestaciones más importantes de la identidad para los habitantes de la región del Río de la Plata y que esta declaración busca contribuir a hacer visible esa herencia cultural intangible y a profundizar los conocimientos del tango como expresión regional resultante de la fusión de múltiples culturas79. El Tango, Un Patrimonio Vivo El tango, es reconocido como una expresión rioplatense que se origina hacia fines de del siglo XIX, enraizado en esta geografía, siendo éste su epicentro, pues más allá de que hoy por hoy, hay hacedores de tango en el mundo entero, este territorio sigue siendo la “meca”. El público en general se interesa mayoritariamente en la danza pero hay una nueva e importante generación de creadores, musicales y poetas, que también conforman ese movimiento que constituye al tango como patrimonio vivo. Es esa una importante comunidad portadora, activa y pujante de esta expresión. Es importante señalar que el tango, si bien tuvo periodos de más o menos popularidad en su recorrido, ha estado en permanente creación y recreación. Previo al momento presente de una recomposición del tango, hubo práctica siempre. Sabemos que por este tiempo se incrementaron las milongas y lugares para aprender a bailar, recientemente María Carozzi da cuenta etnográficamente de ese proceso80. Respecto a lo ocurrido con la música de tango, siempre refiriéndonos a este periodo de resurgimiento cuyo inicio lo ubicamos al comienzo de la década de los 90 donde el género se actualiza en el sentido de lo que se ha dado en llamar “guardia joven”, “nuevo tango”, o “tango joven”81. Un trabajo reciente de relevamiento de grupos, diferentes orquestaciones que hacen tango, realizado por el Centro´feca, nos lleva a decir que en los últimos 25 años se ha dado un importante movimiento de renovación en el tango, signado por el surgimiento y consolidación de numerosas orquestas típicas y otras formaciones instrumentales (variadas en cuanto a cantidad de músicos, instrumentos y propuestas estéticas), conformadas por jóvenes que desde los comienzos renovaron significativamente los cánones tradicionales del tango y que en muchos casos se han definido como “tango joven”, “nuevo tango”, “tango contemporáneo”, o “tango de ruptura”, generando nuevos 79 UNESCO (2009) Expediente de Candidatura del tango, para ser incorporado en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial http://www.unesco.org/culture/ich/es/RL/00258 consultado el 30 de septiembre de 2015. 80 CAROZZI, M. J. (2015) Aquí se baila tango. Una etnografía de las milongas porteñas. Buenos Aires, Siglo XXI editores. 81 LENCINA, T. comp (2015) Escritos sobre el Tango (vol. 3) Tango en tiempo presente, Buenos Aires, Centro´feca Ediciones. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 263 circuitos de producción, distribución y consumo musicales. Si bien en los comienzos de este movimiento de tango joven se toman como referentes las orquestas de los años 40 y 50 y de muchos es el inspirador Astor Piazzolla, lo cierto es, que se va a producir cierto corrimiento de aquellos recursos que permanecieron cristalizados por décadas como cierta tímbrica, el uso de determinados instrumentos, y ciertos recursos definidos y adscriptos a un estilo en particular. De modo que estas nuevas formaciones comparten algunos sentidos y tradiciones estéticas con generaciones anteriores pero en muchos casos confrontan y disputan otros sentidos colaborando en la conformación de nuevos paradigmas estéticos ligados a subjetividades contemporáneas. El relevamiento mencionado dio entre sus resultado, gratamente sorprendentes, saber que por lo menos han surgido alrededor de unas doscientas nuevas formaciones musicales tangueras. Es decir una importante cantidad de músicos trabajando en un género que se actualiza permanentemente. Por otra parte, consideramos significativo en este periodo, además de las numerosas propuestas que buscan profundizar en el género a partir de un estudio profundo de recursos de décadas anteriores, la instalación de nuevas formas de vivenciar y experimentar el tango. Sin duda, el movimiento en el tango de estos últimos 25 años es mucho más amplio aún, si consideráramos cantantes y letristas, músicos de tango en el exterior, la enorme actividad tanguística en todo el país, por ejemplo en las Córdoba, Rosario, La Plata, entre otros. En Buenos Aires el circuito de Festivales Barriales independientes y el enorme circuito de la danza, sólo por mencionar algunos. Todo esto para dar cuenta de un periodo reciente de vigorosa creación y recreación del tango que va ampliando y complejizando su base comunitaria y con ello la necesidad de tener en cuenta esos colectivos a la hora de pensar en la salvaguardia. Solo algunos ejemplos para dar cuenta que en el tango la comunidad es grande muy variada: colectivos musicales (orquestas, grupos, agrupaciones, escuelas), colectivos de danza (escuelas de danza, talleres, lugares de práctica), espacios literarios, colectivos tangueros, etc. Ese conjunto de expresiones se multiplican año a año, y generan tensiones en torno al eterno debate sobre ―cuál es el auténtico tango‖, qué es y qué no es tango. Apenas algunas pinceladas sobre el tango actual para dar cuenta de la amplitud de la comunidad tanguera que se debería tener en cuenta para poner en práctica las instancias de participación que los instrumentos PCI previstos en la Convención y sus documentos complementarios. La participación de la comunidad en este contexto implica apertura para incorporar nuevas perspectivas en el diseño de planes y proyectos de gestión: territorialidad, interculturalidad, inclusión social, participación y nuevos patrimonios socialmente gestados en el urbano. Ahora bien es claro que esto pone en tensión el campo de la política y la comunidad, por eso ha sido tan difícil hacerlo. No obstante, no debemos dejar de decir que esa tensión también enriquece. 264 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo La Salvaguarda del Tango en el marco de patrimonialización de UNESCO Desde la incorporación del tango a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial también ha ido creciendo el concepto de patrimonio vivo y en ese marco “el tango como cultura viva”. Ello destaca aún más la importancia de comprender a la comunidad como agente indispensable en la gestión del patrimonio cultural, para asegurar la permanencia y la autenticidad del mismo. Como ha sucedido con otros elementos patrimonializado en nuestro país, hasta hoy no se ha definido un plan integral de salvaguardia del tango con participación de la comunidad. Esta situación no hace más que profundizar esa carencia, ya que ni la propia candidatura a la incorporación a la Lista de PCI, contemplaba una definición clara, acotada y precisa de la comunidad. Las entidades que acompañaron la candidatura lo hicieron en el marco de una cruzada en busca de un reconocimiento más que en términos de la salvaguardia que ello debería implicar. En este sentido los documentos de la UNESCO sobre el PCI son insistentes; la Convención del PCI expresa que es la comunidad la que reconoce al patrimonio cultural como vivo, además plantea que “En el marco de las actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, cada Estado parte tratará de lograr una participación lo más amplia de las comunidades, los grupos y los individuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y por ello asociarlos activamente a la gestión del mismo”82 Luego, en las Directrices Operativas para la aplicación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, dice, en punto 80, que “se alienta a los Estados partes a crear un organismo consultivo o un mecanismo de coordinación para facilitar la participación de las comunidades, los grupos y los individuos, así como de los expertos, centros de competencias e institutos de investigación, en particular en; a) Identificación y definición de los distintos elementos del patrimonio cultural inmaterial presentes en su territorio, b) la confección de inventarios, c) la elaboración y ejecución de los programas, proyectos y actividades, c) la preparación de los expedientes para la inscripción en la Lista”. Lo citado antes, son algunas de las referencias específicas donde los instrumentos de PCI de UNESCO incorporan la participación de la comunidad ¿Qué ha sucedido entonces con el tango, desde la declaratoria en el 2009, respecto de las medidas de salvaguardia y cuál ha sido la participación de la comunidad? Como ya mencionáramos, en sí, no hay un programa de salvaguardia del tango explicito, sí, se han realizado algunas son acciones especificas, tanto por parte de la propia UNESCO como también por 82 UNESCO (2012) Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 265 algunas reparticiones del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en particular de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico. IV.1 La iniciativa de UNESCO La experiencia más relevante de medida de salvaguardia ha sido el El Inventario de Seis Milongas: Experiencia Piloto de Participación Comunitaria, proyecto llevado a cabo por equipo contratado por UNESCO en el 2013 con sede de trabajo en el Centro FECA83, el cual se centró en participación de la comunidad, sin bien se dice “acotada” pero hay una representación genuina de portadores milongueros. La particularidad de este trabajo es que se trató “de un proceso desarrollado por la comunidad, con la co-producción de los facilitadores, destinados a generar y sistematizar la información, pero con el rol central de los miembros de aquella”. En este caso “la milonga” fue lo que se recortó como necesidad de salvaguardia y el resultado ha sido la identificación de una serie de elementos relacionados a ella que según esta comunidad era necesario inventariar. IV.2 Las acciones del Gobierno de la Ciudad Por otra parte, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a modo de reportar actividad en ese marco, ha dado cuenta de una serie de acciones realizadas luego de la incorporación del Tango en el PCI, que son desarrolladas por diferentes reparticiones. En el ámbito de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, se creó, en el año 2013 un Centro de Estudios e Investigaciones sobre Tango, el cual básicamente busca hacer sinergia con otras instituciones o comunidades del medio tanguero en cosas que no solo tienen que ver con la salvaguardia sino también con otras iniciativas. En ese sentido comenzó trabajando con las asociaciones de organizadores de milongas y de bailarines. Así es que en el 2014 se inicia la Semana de las Milongas con orquestas en vivo en los lugares de baile y entrada gratuita, y edición de un mapa de milongas de Buenos Aires. También se han llevado acciones de preservación de partituras originales y expresan que tienen programada la digitalización de las ediciones originales de los discos de Carlos Gardel (de pasta y 78 RPM). Por otra parte y desde la Dirección General de Festivales continúa la realización del Campeonato Metropolitano de Baile de la Ciudad, Festival de Tango de Buenos Aires, y Mundial de Baile, eventos que se editan algunos desde el año 1998. De igual manera también se reporta la reedición bianual de nuevas cohortes de músicos de tango egresados de la Orquesta Escuela de Tango donde 83 UNESCO (2013), Inventario de Seis milongas de Buenos Aires: Experiencia piloto de participación comunitaria, Buenos Aires. 266 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo se aprenden los diferentes estilos de las orquestas clásicas, que el Gobierno de la Ciudad apoya y que fuera creada en el año 2000. El gobierno de la Ciudad también reporta otras actividades, tales como que en el 2014, se inauguró oficialmente el Polo Bandoneón. Se trata de un Polo cultural apoyado en el bandoneón como eje y emplazado en un lugar geográfico paradigmático del Tango. Cuenta con una escuela de bandoneón y de otros instrumentos que integran la orquesta típica (piano, contrabajo, violín, viola, violoncello, canto y guitarra), y se señala que el proyecto es más amplio: incluye museo, biblioteca, archivo de partituras, seminarios de historia del tango, baile, cursos para formación de luthiers, etc. La visibilidad de los Bares Notables de la Ciudad en la agenda cultural porteña es otra actividad relacionada que ha promovido al tango-canción en vivo. IV.3. El Aportes del Centro´feca Otra mirada sobre la salvaguardia del tango, es la desarrollada por Centro´feca como ONG de este campo, una experiencia de trabajo con participación de la comunidad que ha convocado un centenar de tangueros, bailarines, músicos e interesados en el tema. Durante los años 2011 y 2012 se llevó adelante el diseño y desarrollo de un Programa de Salvaguardia del Patrimonio del Tango, desde el reconocimiento del tango como elemento/bien cultural sustancial de nuestra identidad y cuyo propósito es contribuir a su salvaguardia, a preservar sus elementos esenciales y garantizar que permanezca vivo y trascienda a las futuras generaciones. El programa tuvo como objetivo: 1) Contribuir a la definición del patrimonio cultural del tango, 2) Contribuir a la democratización del conocimiento sobre el mismo y de los bienes que lo conforman; 2) Definir sus características como bien cultural; 3) Sensibilizar sobre la situación de riesgo de algunos elementos del patrimonio del tango y la importancia de mantenerlo vivo como forma de expresión popular; y 4) Generar una plataforma de discusión sobre el Patrimonio del Tango desde una perspectiva histórico-cultural. El Programa se estructuró en los siguientes componentes: 1) El desarrollo conceptual del patrimonio del tango, 2) El desarrollo de talleres de difusión y sensibilización a la comunidad sobre los conceptos de patrimonio inmaterial y salvaguardia aplicados al tango; 3) La recuperación de fonogramas correspondientes al período de la Guardia Vieja (fines del siglo XIX hasta 1920); y 4) Los testimonios de la generación testigo de la Época de Oro (1935-1955) del tango. IV.3.1. Desarrollo conceptual sobre el patrimonio del tango Los conceptos desarrollados refieren al tango como patrimonio y a las formas para mantenerlo vivo, la definición de comunidad tanguera; y la definición patrimonio en el tango, conceptualizado como el acervo conformado por el conjunto de bienes/elementos culturales que, por su interés histórico, científico o artístico, son representativos de esta expresión para la comunidad argentina y uruguaya Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 267 en particular y para todos aquellos que, independientemente de su localización geográfica, se identifican con esta forma cultural. La complejidad del tango, como signo cultural y la relación recíproca que esta expresión tiene con otras artes, requirió del desarrollo de categorías según la relación de éstas con el tango. De esta manera, y a fines de su salvaguardia, se estableció que el patrimonio del tango está compuesto por una primera clase de bienes/elementos, son los esenciales o constitutivos, ellos son la poesía, la danza y la música del tango. Luego según su relación con el tango el resto de los bienes/elementos se pueden conceptualizar en: Bienes/elementos culturales contextuales. Son los relacionados al espacio/lugar, significativos por haber albergado el desarrollo histórico o social del género en alguna de sus dimensiones. Bienes/elementos culturales complementarios. Aquellos bienes/elementos culturales provenientes de otras expresiones artísticas que se vincularon de manera directa con el tango, Bienes/elementos culturales proyectados. Son aquellos bienes/elementos culturales que interpretan o analizan el tango y aportan información, pero no constituyen directamente esta expresión cultural84. IV.3.2. La recuperación de Fonogramas85 Sobre este tema cabe destacar que según surge de estudios realizados sobre la discografía de la época, entre 1905 y 1920 se grabaron aproximadamente 2850 tangos, aunque no se puede afirmar que se han preservado todos hasta la actualidad. Los discos que se conservan se encuentran dispersos y no existen repositorios oficiales de los mismos. Buena parte de esta discografía se encuentra en manos de coleccionistas particulares y no cuenta con ninguna medida de protección como patrimonio cultural y, por ende, están sujetas a transacciones comerciales de libre disponibilidad, con lo cual su destino y futura localización son inciertos. El trabajo se realizó bajo la hipótesis (corroborada luego) de que la mayoría de las grabaciones de la Guardia Vieja que han llegado a nuestros días fueron reproducidas y copiadas en velocidades incorrectas. En el tango, normalmente, las grabaciones se realizaban a velocidades que variaban entre 65 y 78 revoluciones por minuto. La consecuencia de esa variabilidad, es que al reproducir los discos, desde unos 60 años a la fecha, con equipos que giran a estrictas 78 rpm, casi siempre se obtiene una escucha con un mayor o menor grado de aceleración, con la consiguiente distorsión de tesituras y timbres, además del tempo incorrecto. Esta actividad consistió en la digitalización de una selección de fonogramas de la etapa de la historia del tango denominada Guardia Vieja (aproximadamente 1900/1920), contenidos en discos 84 LENCINA, T. comp (2011) Escritos Sobre tango (vol. 2) Cultura Rioplatense, Patrimonio de la Humanidad, Buenos Aires, Centro´feca Ediciones. 85 Esta actividad fue realizada con el apoyo del Programa de Desarrollo Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo y en colaboración con la de la Asociación Amigos del Instituto Nacional de Musicología "Carlos Vega". 268 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo de pasta, y que han sido conservados por coleccionistas particulares. Luego se procedió a la restauración, la que fue realizada por un equipo de investigadores especializados dirigidos por Enrique Binda, quienes corrigiendo la velocidad de reproducción en cada caso, según criterios estilísticos, históricos y musicológicos, además de eliminar ruidos propios de las grabaciones de esa época. Finalmente se editó una compilación de 24 tangos recuperados y restaurados en el CD cuyo nombre es Tangos en versión original. IV.3.3.Taller de salvaguardia del patrimonio del tango La actividad de Taller de Salvaguardia del Patrimonio del Tango tiene dos propósitos, por una parte sensibilizar sobre los conceptos de patrimonio –material e inmaterial- a la comunidad tanguera, (no es común que la comunidad sepa de qué hablamos cuando hablamos de patrimonio cultural), y luego generar un espacio de reflexión para que la comunidad identifique los elementos en riesgo del patrimonio del tango y las posibles formas de gestión e identificación de acciones de salvaguardia. Estos talleres se desarrollaron con la colaboración del CETBA (Centro Educativo del Tango de Buenos Aires) y participaron alumnos de Historia del Tango, único centro educativo de educación pública que ofrece una formación específica en este campo de conocimiento en nuestro país. El taller se estructuró en dos partes: la primera consistió en la presentación de los contenidos teóricos que permiten comprender el concepto del patrimonio del tango, sus categorías y la importancia de salvaguardar esta expresión cultural; y una segunda parte de trabajo en grupo coordinado por facilitadores. El resultado de este trabajo da cuenta que hay alrededor de un centenar de personas conocen los principales conceptos de las Convenciones de Patrimonio de la UNESCO y del Patrimonio del tango y han sido sensibilizados en cuanto a la importancia de protegerlo; además, de aportar un extenso listado de bienes identificados como ―en riesgo‖ y un listado de acciones producido colectivamente y consensuado entre agentes de la comunidad tanguera. En lo que respecta a la sensibilización, como un proceso fundamental de la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, además de ayudar en la toma de conciencia sobre del valor del bien/elemento cultural, el taller, fue disparador para identificar los elementos en riesgo del patrimonio del tango. Como expresáramos anteriormente, la lista de elementos del patrimonio del tango en riesgo de pérdida, identificada por los participantes de los talleres es extensa, sólo a modo de ejemplo mencionamos algunos elementos, tales como: grabaciones de diferentes etapas, arreglos orquestales de las principales orquestas, masters/originales de grabaciones, partituras y discos, instrumentos en peligro como el caso de los bandoneones. A lo ya mencionado, nos parece oportuno señalar, a modo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 269 de especificar la surgencias, la situación del bandoneón. Sobre el riesgo de pérdida de este elemento, se ha generado un despliegue entre músicos, luthiers y otros agentes de la comunidad tanguera que alcanzó hasta la sanción de una Ley Nacional de Protección de Bandoneones86. Lo que está en riesgo es el bandoneón tipo diatónico que tocan los músicos de tango en Argentina y le otorga identidad de sonido al tango. La realidad es que no hay instrumentos nuevos y los usados tienen un valor que muchas veces resulta inalcanzable para músicos locales que quieren iniciarse en el estudio del bandoneón o quieren cambiar su instrumento para mejorar. Al no haber producción local ni regulación que limite la especulación, la escasez de instrumentos provoca que cada vez que aparece un ejemplar en el mercado el mismo termine en un destino fuera del país. La ley mencionada prevé una serie medidas pero que aún no son de aplicación efectiva. En cuanto a la danza, los participantes plantearon el riesgo de pérdida de los estilos históricos de baile y las coreografías de grandes maestros sobre los que no se tiene documentación o conocimiento técnico y que han influido en el desarrollo del baile del tango, etc.; la falta de espacios o circuitos locales para escuchar o bailar tango, como así también lugares y la fisonomía de barrios emblemáticos de la historia del tango. También fue señalado como urgente la pérdida de testimonio de generaciones testigos de una etapa fundamental del tango “la denominada Época de Oro”, los cuales son de un inestimable valor historiográfico. Finalmente, y siguiendo la metodología, fueron los mismos participantes, quienes después de listar los bienes en riesgo, identificaron propuestas de acciones de salvaguardia, que dan cuenta, precisamente, de la necesidad de la institucionalidad para la Salvaguardia del Tango. A modo de síntesis, estas acciones propuestas por la comunidad tanguera, se ordenan en los siguientes ejes: 1) Institucionalización de la Protección del Tango. Refiere a la creación de un organismo pertinente cuya función sea atender todo lo relativo al patrimonio del tango y la efectiva reglamentación de la Ley de protección del tango, de acuerdo con los postulados establecidos por la UNESCO, considerando su especificidad de patrimonio cultural inmaterial. En este sentido también se planteó la creación de un museo público del Tango, un lugar que integre espacios museográficos en su contexto urbano. Que además integre y brinde información turística. 2) Creación de un Centro de documentación y fuentes del tango. Creación de registros, archivos, bases de datos, inventarios de acceso público relacionados a la danza, la música, la poesía, el cine, el teatro, la industria del tango, etc. Bibliotecas especializadas. 86 Ley 26.531, la cual prevé, entre otras acciones, la Creación de un Registro Nacional de bandoneones que aún no se reglamentó. 270 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo 3) Profesionalización de la enseñanza del tango. Creación y/o acreditación de instituciones específicas para la enseñanza del tango desde sus aspectos históricos,artísticosytécnicos. 4) Protección de los espacios del tango. Legislación y medidas de protección y revitalización de la fisonomía de los barrios y lugares de tango y los objetos que le son inherentes. Declaración de los loslugares históricos del tango como sitios de interés tanto local como nacional. 5) Confecciónde inventarios, investigaciones y estudio del tango. Promover el compromiso académico con el género a través de una agenda de estudios sobre tango, que incluya desarrollo de entrevistas y registro de testimonios a testigos importantes. Incorporar a los programas oficiales el estudio y conocimiento de la historia del tango contextualizado dentro de la historia argentina. 6) Actividades de promoción y difusión. Se plantearon diferentes acciones de promoción de un amplio espectro de actividades que van desde lo artístico, lo educativo, histórico, etc. A modo de conclusión, dos cosas cabe destacar, por un lado que es extraordinario poder dar cuenta del tango como patrimonio vivo, eso nos convierte raudamente en testigos, su ubicuidad hace que lo encontremos en cada rincón de la ciudad; pero además el tango, sustrato de nuestra identidad, es un privilegiado portador de nuestra historia social; y tal como hemos expresado, hay elementos, vivos y de soporte, que lo constituyen, lo contextualizan, lo complementan o lo representan, que estánriesgo. Por lo señalado las pérdidas no solo repercutirán en la comunidad tanguera, que es inmensa, sino en toda la sociedad argentina y uruguaya. La otra cuestión, casi reiterativa pero no por ello deja de ser importante, es que a casi seis años de la incorporación del Tango en la Lista Representativa de PCI, y si bien se reconocen una serie de acciones puntuales entorno a su patrimonialización, lo cierto es que aún se espera un plan de salvaguardia del tango con participación comunitaria. El tango, desde hace un poco más de una década transita por un periodo favorable de creación, recreación y práctica que lo vigoriza como patrimonio vivo y a su vez da cuenta de una comunidad portadora y trasmisora activa que asegura la vigencia y autenticidad del mismo, y ello los constituye en agente insoslayable en la gestión del patrimonio cultural tanguero, sólo falta el espacio público. El proceso de patrimonialización del tango necesita recuperar rápidamente la instancia participativa y conciliar con su amplia comunidad, por empezar, definiendo qué es lo que hay que salvaguardar en el tango. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 271 EL ABRAZO, PATRIMONIO (IN) TANGIBLE Julio Bassan87 Qué son las milongas, qué sucede en las milongas, donde se realizan...Las milongas son reductos que pueden ser salones, plazas y toman diversas formas, diversas geografías. El objetivo primordial es bailar tango, pero no se cierra solo en bailar. El bailar tiene una connotación mucho más profunda de conectarte con el otro, sentirte identificado en un patrimonio, en una letra, en una canción, en una música. Entramos a una milonga por una puerta y escuchamos sonar de fondo un tango de diversas orquestas. Y ahí uno puede ver una especificación en la geografía misma de esta milonga. En el centro por lo general hay una barra donde se expende comidas y bebidas, y hay unas mesas alrededor de esa pista que dependiendo cuán tradicional o no sea esa milonga van a estar distribuidas estas mesas y estas sillas. Favoreciendo uno de los elementos que vamos a tomar, los códigos de pista, un elemento que se llevó para investigar, diagnosticar en esta búsqueda de este patrimonio cultural inmaterial. En esta distribución de un lado vamos a encontrar las solas, los solos, y luego las parejas o grupos. Favorece también la distribución porque mediante esa distribución uno puede utilizar otro código de pista o baile, que también formó parte de otro elemento inventariado que es el cabeceo. Cuando uno entra a la milonga agarra a la mujer de la mano y le dice ―¿Baila?‖, ahí justamente hay un poder en la observación. Cuando uno entra a la milonga se puede dar cuenta quiénes son los habitúes, quiénes son los que están iniciándose, quiénes son los que bailan hace mucho tiempo. Y justamente el contacto visual es el primer ―Hola‖ porque es el que invita, el que dice ―¿Baila?‖. Y justamente ahí está en la mujer que no se hace cargo de la invitación con la vista y sigue de largo o sale a bailar. Cuando sale a bailar hay otro código de pista inventariado que tienen que ver con la ronda que es la circulación que hay dentro de la pista para tener una convivencia. Esa circulación es antihoraria e invita a respetar los distintos carriles. Vamos a hacer de cuenta que la pista es una autopista donde está el carril de los más lentos o el de los más rápidos. En el centro mismo de la pista están los bailarines que recién empiezan, a medida que vamos a acercándonos a los bordes de la pista la experiencia en el baile es cada vez mayor. Cuando uno está en el centro de la pista el movimiento es menor, cuando nos vamos alejando tiene que haber mayor circularidad. Estos códigos de pista que inventariamos fueron varios con otros cinco referentes de 87 diferentes Presidente Asociación de organizadores de Milongas. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). 272 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo edades. Había diferencia entre lo que sucedía, por ejemplo en algunas milongas de los más jóvenes no existe el cabeceo, hay otro tipo de invitación. Son esas cosas lindas, esos códigos de pista que mantienen las tradiciones, el respeto, la valoración, la barra, no solamente como grupo de amigo sino como lugar para estar. En este inventario que se llevó a cabo, nos dimos cuenta que había una tensión entre lo tradicional y lo nuevo. Entre este patrimonio que muchas veces se va modificando, alterando a medida que pasa el tiempo, que va teniendo distintas modificaciones. Una de las discusiones tiene que ver con la música en vivo, en las milongas no solamente se baila música grabada, acá viene otro elemento inventariado que son las tandas. Las tandas son grupos de cuatro o cinco temas dependiendo del género musical. Si es tango, vals o milonga, están separados por una cortina o un separador que tiene que ver con un tema musical completamente diferenciados, pueden poner swing, rock o salsa para decir terminó. Uno lógicamente acompaña a la compañera hasta el punto de partida y vuelve a su lugar de origen para nuevamente buscar con quien bailar si es que se quiere bailar esa tanda. Antes decía la tensión entre lo tradicional y lo nuevo porque también estuvo como elemento los estilos de baile, no podemos pretender que la época dorada de los años 40 estén acá resonando, porque al igual que Humahuaca, la parte más masiva que escucha música por ahí no es tango. Por más que en el imaginario del extranjero somos 45 millones que bailamos tango. Después en la realidad somos muchísimos menos, cuando en su momento hubo muchísimos más. Por eso empezamos con la cuestión de la música en vivo. Para muchos milongueros que ya peinan canas las orquestas de ahora no son las orquestas, porque tuvieron la dicha de escuchar las orquestas de Pugliese, tantos otros maravillosos artistas y ahora de repente aparecen otros instrumentos, y hasta inclusive aparecen otras vestimentas. Muchas veces se va de zapatilla y de jeans. Con lo cual para algunos más jóvenes no le implica una formalidad necesaria para disfrutar del baile o inclusive para poder bailar. Pero para otros significa una forma de desprecio, de no estar atendido, no estar vestido elegantemente como corresponde, una falta de respeto a la mujer o al caballero, y hasta el tango mismo. Porque se dice que el tango es elegante. En este inventario que estuvimos haciendo manejamos distintas técnicas que tenían que ver con hacer entrevistas a habitúes de estas milongas o a referentes que nosotros creíamos nos podían ayudar a desasnarnos en este inventariado, de este diagnóstico de estas seis milongas (en Villa Urquiza, Palermo, San Cristóbal, Parque Patricios y Flores). Antes las milongas llevaban 3000 personas por domingo ahora no lo hacemos ni en el campeonato de tango de Buenos Aires. Ese es otro aspecto y también llamativo. ¿Cómo puede ser que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 273 Aires que en la meca del mundo, en la ciudad del tango más importante, el cual explota este dossier presentando ante la UNESCO completamente de forma económica, se olvida completamente de las milongas? Las milongas son el 80 por ciento, son el corazón. La milonga es un reducto donde uno puede atravesar cualquier diferencia sociocultural, no importa el país de procedencia, y la lengua que se hable porque la lengua que se va a terminar hablando no suena sino que se siente. No hace falta hablarla. De hecho cuando uno va a una milonga el único momento donde uno va a estar hablando es en los primeros tres compases para identificar la orquesta que está sonando y después que terminó de bailar. Cuando uno está bailando está en un profundo silencio, y en ese profundo silencio está lamentablemente el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires haciendo el festival de tango en el cual no participamos las milongas en absoluto. En realidad si, cuando hace falta en el campeonato de la ciudad de Buenos Aires, porque van los músicos, los artistas plásticos, los bailarines y van los vecinos. Y también va el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cuando le queda un poco cómodo, pero después termina de cambiar la sede y usa La Usina. Ya las milongas no son necesarias para defender este patrimonio. Es muy cómico pensar que el patrimonio puede vivir 15 días de los 365. Para nosotros los organizadores, los que llevamos a cabo esta fiesta del abrazo, donde nos unimos completamente en cada templo que hay en muchos barrios, en todos los barrios, trabajamos los 365 días del año. A pesar de llevar muchas propuestas, a pesar de lo que diga LEY 130, o de la 26 118 y muchas otras leyes nacionales. Lo importante es que también desde el Ministerio de Cultura de la Nación se puedan llevar a cabo políticas concretas que lleven a la protección, a la salvaguarda de las milongas, del patrimonio intangible vivo más latente que tiene el tango. Están los bailarines, los vecinos, los organizadores, que le van a dar un tinte, y por afinidad atraer un público y ese público se va a sentir atraído y sentir identificado. Justamente la identificación tiene que ver con el patrimonio, y con la identidad de uno. Sería muy bueno estar acompañado por políticas que lleven a esta sostenibilidad y protección del tango. 274 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo COYUNTURAS Y DESAFÍOS EN LA PATRIMONIALIZACIÓN DEL CARNAVAL PORTEÑO Analía Canale* El proceso que declara como patrimonio cultural a las actividades que desarrollan las agrupaciones/ asociaciones artísticas del carnaval en el ámbito de la ciudad lo dice el artículo 1º de la ordenanza 52039. Es interesante por varias cuestiones, lo primero y principal y lo que nos convoca a este Encuentro es lo que se patrimonializa. Lo que dice el texto es que lo que se patrimonializa son las actividades, no las agrupaciones, si bien las menciona, las describe, los centro murgas, comparsas, las agrupaciones humorísticas, rítmicas. Ni el carnaval, ya sea en la forma de festejo, los corsos, o como mencionaban antes territorializado en algún barrio, en algún espacio, ni tampoco en términos abstractos…lo que se patrimonializa son las actividades. Este es uno de los primeros casos de patrimonialización intangible. La otra cuestión importante de este proceso es que se produce en el contexto de la propia formación del Estado local. La autonomía de la Ciudad de Buenos Aires que se inicia con la constitución del año 1994. Recién se concreta con la constitución de la Ciudad en diciembre de 1996. Y la ordenanza 52039, sale solo 1 año después, en octubre de 1997. Es decir es muy reciente en la legislación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No es que la constitución de la ciudad haya marcado un cambio absoluto como vamos a ver, hay que revisar un poco la legislación anterior y las instituciones creadas alrededor del patrimonio un poco anterior desde lo que era la municipalidad. Pero como texto y como patrimonialización es la primera en este ámbito y como intangible de la Ciudad de Buenos Aires. Y la tercera cuestión que seguramente es lo que van a charlar más Ariel (Prat) y Luciana (Vainer) es que fue un proceso donde el protagonismo lo tuvieron los propios carnavaleros como agentes de la sociedad civil o como movimiento social. Yo me voy a dedicar más a estos primeros dos puntos que planteaba. El primero que tiene que ver con esta intangibilidad o inmaterialidad del patrimonio cultural y que sería muy interesante discutir * Antropóloga por la Universidad de Buenos Aires. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 275 es que está muy vinculado como lo vimos con las charlas anteriores con la dinámica de estas manifestaciones culturales. Para 1997, en el caso del carnaval porteño, ya lleva unos 10 años de lo que denominamos el proceso de resurgimiento del carnaval porteño, y en este momento, en 1997 aparece también el fenómeno de un reclamo activo de reconocimiento oficial a esas agrupaciones generada dentro de este proceso de resurgimiento y muchas agrupaciones antiguas que vuelven a estar en actividad. Entonces en simultáneo con el proceso que culmina en la ordenanza de patrimonialización se produce otro fenómeno que tiene que ver con la organización y acción conjunta de las agrupaciones que tienen que ver con el carnaval en reclamo por el retorno de los feriados al calendario oficial. Si bien había habido otras iniciativas anteriores, hacia fines de la década del 80‘, digo iniciativas de agrupación y de nucleamiento de las agrupaciones de carnaval, y generalmente se realizaban actividades conjuntas entre agrupaciones, festivales en parques, corsos, etc. La marcha del martes del día de carnaval de 1997 es el hito que marca el comienzo de la institucionalización de las murgas que se van a conformar como Asociación MURGA, que quiere decir: murgueros unidos recuperando y ganando alegría siempre. Entonces este retorno de los feriados fue el disparador y el punto en común que encontraron las agrupaciones para nuclear la heterogeneidad de intereses, orientaciones, particularidades con que cada uno de ellas llevaba adelante la práctica carnavalesca. Los feriados eran una deuda de la democracia, ya que estos habían sido eliminados por la última dictadura, el 6 de junio de 1976 por un decreto elimina los feriados de carnaval del calendario oficial. Este sentido del retorno de los feriados es lo que va a funcionar como punto nuclear para las agrupaciones, para comenzar a organizarse. Por otra parte y volviendo sobre el texto de la ordenanza, en el artículo 2 se evidencia esta cuestión de que las actividades patrimonializadas iban mucho más allá de los feriados de carnaval, del tiempo del carnaval. Ahí dice que se plantea propiciar las medidas para que las agrupaciones de carnaval puedan prepararse, ensayar y actuar durante todo el año. Y en el artículo 6 aparece un reconocimiento a otro papel que tiene que ver con el rol social, el rol de organizaciones que se desempeñan en los barrios, por tal se plantea una articulación de la secretaria de cultura y la de promoción social para desarrollar políticas sociales integrales en aquellos casos en que las agrupaciones de carnaval realicen un trabajo social importante con sus integrantes. Es decir la ordenanza reconoce también este otro rol que va más allá de lo meramente limitado al festejo. En el propio texto de la ordenanza está reflejada esta dinámica de la actividad carnavalesca para ese momento, es como si se sacara una foto de la situación de 1997, de que estaban haciendo las murgas en ese momento. El segundo punto tiene que ver con la coyuntura del estado local, la declaración patrimonial es la 276 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo primera que se produce en el marco de la ciudad. Y es importante tener en cuenta el contexto de los años 90, el giro neoliberal del estado, que implicó para mucho de los programas de promoción social responder a un modelo de racionalización, de descentralización, de autogestión, orientado por estas evaluaciones de cálculo de costo/beneficio. Y en ese sentido encontramos que la Comisión para la Preservación de Patrimonio Cultural había sido creada muy tempranamente en 1986. Pero en 1992 aparece un Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales vinculado a planeamiento urbano, cuyo fin es prestar apoyo en los aspectos valorativos relacionados con la protección patrimonial, así como difundir y promover la rentabilidad y la ventaja de la rehabilitación urbana. Aparece otra declaración que habla de las aéreas de interés turístico que coincide con las aéreas de interés patrimonial que expresan. Vemos que en esta década lo que se está orientando en relación al patrimonio tiene que ver con la rentabilidad inmobiliaria y con el interés turístico. Acá esta explicitado. Por eso es tan original que en el 1997 aparezca este reconocimiento a las actividades de las agrupaciones de carnaval. En esta formulación de la ordenanza se evidencia el proceso participativo que la fue constituyendo y que seguramente les va a contar Ariel (Prat). Yo además lo que quiero destacar es que en alguno de los relatos que fuimos tomando en esta investigación aparece el de una funcionaria que dice que en este momento había diputados que tenían hijos murgueros, es decir, era una actividad que estaba en plena vigencia. No solamente limitada a los barrios de los sectores populares sino que se había expandido a distintos sectores sociales con un protagonismo muy importante dentro de la ciudad. Por otra parte la aprobación en sí de la ordenanza, más allá del proceso participativo, tampoco fue sencillo dentro de la legislatura. Si es interesante ver, a nivel de las instituciones, de esta formación del estado local, que la misma ordenanza crea otra institución que es la comisión de carnaval y va a determinar quiénes son los que la integran: 1 representante del poder ejecutivo de la ciudad, 1 representante del poder legislativo, 2 representantes de las agrupaciones grandes y 2 representantes de las agrupaciones chicas. Esta descripción también nos va a mostrar este estado de la cuestión para 1997. Y esta Comisión creada va a ser la que está encargada de la gestión de las políticas alrededor del carnaval. Recién para el año 2003 se va a lograr la reglamentación de la ordenanza. Y todo este tiempo entre 1997 y 2003, es interesante ver la multiplicación y la velocidad de crecimiento de esta actividad, en el 98' participan en los carnavales porteños 42 agrupaciones con 3500 murgueros en 12 corsos, en el 99' ya hay 24 corsos, el doble, 66 agrupaciones y 5500 murgueros, en el 2000 hay 32 corsos, 77 agrupaciones y alrededor de 7000 murgueros, para el 2001, más de 100 agrupaciones, 12000 murgueros y 57 corsos. En término de 5 años hay una brutal multiplicación de agrupaciones y de cantidad de lugares y gente involucrada en esta práctica. Sin contar el público asistente. Estos números reflejan bien esta rápida progresión y dinámica de la actividad si quiere evaluar los efectos de las Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 277 patrimonializaciones. Para cerrar, esta reglamentación de la ordenanza implicó no solo un ordenamiento desde lo legal, fue también un proceso de discusión que tuvo que ver con definir cuáles son las agrupaciones del carnaval porteño, y definir cuáles son sus componentes artísticos, como es la composición de una agrupación murguera, quienes eran los que participan en estos carnavales porteños. Y esto generó sus rispideces y complejidades al interior del propio movimiento murguero. Así, muchas agrupaciones deciden dejar esta agrupación MURGAS y se conforman otras organizaciones. Eso se los dejo a ustedes. Muchas gracias. 278 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo LA ORDENANZA 52039 Ariel Prat* Agradecido de poder contar, narrar algo tan importante para mí, la murga, la murga porteña, metropolitana, la murga argentina. En este caso, mi lenguaje de patrimonio no es académico,aunque puedo aportar las palabras―matriz‖ o―anclar‖…Mi experiencia tiene que ver con la calle, siempre digo que soy un vehículo entre la calles y el escenario. Y para hablar de murga, la alegría es parte, porque tiene que ver con el carnaval. Pero la murga no es solo alegría, es también una reafirmación, una identidad, es un sentimiento, de rabia y de orgullo que se baila, porque tiene mucho de eso originalmente. La murga es un sujeto vivo, dinámico, comunitario. Se va transformando, de la vieja comparsa negra, a la murga actual, con todas las influencias posibles. Y voy a traer un poco al tango ya que estamos, voy a hacer una breve introducción al fenómeno de patrimonio. En la Ruta del Esclavo del Río de la Plata, editado por la Universidad Tres de Febrero, Daniel Schavelzon titula su trabajo ―La sociedad del tango y del bombo que no reconoce que es un bombo ni que es un tango.‖ Un título muy interesante, aunque algo incompleto, aunque admiro y valoro el trabajo de Daniel. Pichuco Troilo dijo alguna vez ―Pibe, para tocar tango tenés que tener un tambor en la cabeza y el arrabal en el cuore, de zurda.‖ Don Osvaldo Pugliese, al pensar su renombrada ―Yumba‖-aunque hay versiones de unas simples travesuras de sonido orquestal-, también es probable que haya usado el vocablo de―yumbambe‖, pero esta teoría puede resultar conspirativa para los talibanes del monoteísmo cultural. A pesar de ello, cuando se habla de la influencia de la cultura africana, siempre el tango está ahí, y se necesita un pasado más que centenario. Pero ¿qué pasa con la cultura africana vigente, especialmente la de los afroargentinos? Pasando a dos publicaciones que se encuentran en la web que pertenecen a UNESCO podemos encontrar en la 1) sitios de la memoria y cultura de los afrodescendientes, se menciona el candombe, milonga, tango y payada situado en la tumba de Gabino Ezeiza. O sea que como vigencia viva se dice al candombe uruguayo porque son las llamadas al estilo uruguayo las que hoy se estilan sobre todo en Buenos Aires. * Músico, poeta y murguero. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 279 En otra publicación: 2) situación del patrimonio intangible de los afrodescendientes de la República Argentina, y volvemos a encontrar el candombe uruguayo practicado en San Telmo, más la milonga y la payada. Cabe preguntarse, y ahí voy a lo que quiero llegar: ¿Dónde está el baile de los murgueros, que es patrimonio vivo y vigente y es la expresión cultural que más refleja las influencias africanas hoy? Miles y miles de murgueros que bailan, a la hora de contar las influencias culturales urbanas no están. Parece que en realidad a lo que no se conoce es al bombo y al baile de nuestros murgueros. Por eso es que yo fui promotor, agitador y redactor de una ordenanza que declaró de patrimonio a las actividades y a las agrupaciones a las que se refirió Analía (Canale) y se va a referir Luciana (Vainer). Considero necesario la patrimonialización del baile murguero basado en el paso, tembleque, la rumba, y tres saltos. (Ahora me refiero al proceso de esta ordenanza) Cuando por una cortita razón que fue un proyecto en el antiguo Concejo Deliberante por la creación de un Complejo Cultural del Futbol, porque esto es bueno decirlo para ver cómo se llegó a la ordenanza. En esa especie de sociedad creada entre varias personalidades de la cultura del deporte, se me convocó para ser un nexo entre el futbol y la música. Cuando se presentó este proyecto en el Concejo Deliberante, para ejemplificar y unir, generé una murga entre un seleccionado murguero de varios barrios con un enganchado de cantitos de futbol. Y entramos así al salón dorado del Concejo Deliberante, y fue luego de esto cuando Eduardo Jozami, que era el que había impulsado este proyecto del futbol desde su banca en el FREPASO, me dice muy conmovido por lo visto, qué se podía hacer por la murga desde su posición, entonces le dije que había que legislar, que íbamos presos por bailar murga en la calle. Siempre sostengo que parecía que cometíamos un delito de lesa urbanidad. Se iba en cana por bailar murga aún en democracia, ¿por qué?, porque todavía a pesar de la llegada de los talleres del Rojas al sistema cultural oficial, hay todavía un hilo conductor de la murga como representante de algo maldito de nuestra historia cultural. Así como el peronismo es el hecho maldito del país burgués y de nuestra cultura, la murga lo representa también. Digo aún, porque todavía es difícil encontrar un espacio para hablar de este tema. Y entonces aprovecho y voy juntando todos estos elementos para decir que bueno, le dije eso a Eduardo Jozami. Parte de su equipo asesor, encabezado por Cristina Chiste, convocó junto conmigo a un grupo de murgueros entre los que estaba Luciana (Vainer), murgas chicas y murgas grandes. No queríamos entrar en lo de murgas de taller o murgas de barrio para no generar problemas. Diego Robacio (el generador por ejemplo de Agenda Murguera), que fue un poco el ―lenguaraz‖ de 280 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo esas reuniones, porque fue escribiendo, documentando lo que pasaba en esas reuniones, como se llegó a la ordenanza, discusiones, las cuestiones. Me acuerdo de estar en el ascensor del Concejo cuando íbamos al despacho de Jozami, uno me dice: ―negro a ver que nos van a dar‖, y yo me enojé mucho y le dije ―no, nosotros le estamos dando.‖ Le estábamos resignificando lo que era la democracia, y de ahí salió esta ordenanza. Nos pusimos de acuerdo entre los murgueros viejos, los más nuevos, entre las murgas de taller, las murgas de barrio y fuimos generando lo que fue esta ordenanza histórica, que luego Luciana (Vainer) va a contar como fue todo eso, con sus implicancias y con sus discrepancias también o no. Hay de todo un poco, porque el propio murguero no fue utilizado, sino que fue uno de los actores, nosotros mismos los que impulsamos esta idea. Y Diego Robacio decía, lo que es muy importante: ―De último momento: murgueros en el Concejo Deliberante momo press… las reuniones de los lunes sufren un período de decaimiento, los días martes los murgueros se siguen juntando en el Concejo Deliberante para debatir el texto de la ordenanza destinada proteger la actividades de las murgas y regular la realización de los corsos. Esos corsos como decía Analía (Canale) que mucha gente hoy no sabe porque hay tantos corsos y porque a las 7 de la tarde hay más murgueros que gente. Claro esa gente dice eso porque cortan la calle pero a las 10 de la noche no se integran a esa comunidad en la que hay miles y miles de personas disfrutando. La murga de las 7 tiene que pasar porque hasta la 1 de la mañana tiene que seguir actuando, tiene que estar a las 7 haya o no haya gente. Y eso también hay que decirlo, de una falta de información del Gobierno de la Ciudad, precisamente creo, por la sospecha de generar esa intolerancia que viene de la intranquilidad y de la supuesta inseguridad de tener a la gente en la calle…(sigue…)Tras haberse consensuado los artículos 1, 2 ,3 de las ordenanzas, se están realizando modificaciones al artículo 3 referido a los corsos del carnaval y va contando que se planea un nuevo evento por la vuelta del carnaval, una marcha alrededor del congreso, el viernes 27 de junio a las 19hs‖ Es interesante saberlo, porque existen estos actores y a veces no están muy documentados en diferentes textos, esto es importante porque salió de la propia inquietud a partir de un hecho fortuito que era la creación de un Complejo Cultural del Futbol al que jamás se llegó. Que los académicos ignoren esto a estas alturas, y no digan esto, fue un simple caso de discriminación racial más que de ignorancia, porque hay un problema, el baile murguero no es exótico, ni ―moderno‖, es algo incorporado a nuestra realidad cotidiana. Lo que yo llamé el eslabón perdido entre el compadrito y el negro. Lo que hoy bailamos en la Argentina en cuanto a la denominada murga porteña, no es imitación ni parodia ni intento de bailar otro baile, es sencillamente una tradición no inventada que fue pasando barrio en familia y en comunidad y más Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 281 allá de la llegada de los bienvenidos talleres, el baile y la murga nunca desaparecieron como tampoco el candombe y los afro descendientes, siendo justos para no insistir en la historia negada, nutrió a la manifestación política demonizando a un increíble instrumento de percusión como lo es el bombo con platillo que todavía no aparece en los festivales de percusión , habría que preguntarse porque. Vistió de color a las hinchadas de futbol… No desaparece la murga, la murga marginada, prohibida, termina enraizándose, abrazando a lo que se llamó la hinchada de futbol, la barra, pero si musicalizando, poniéndole rítmica al folclore del futbol. Por todo lo puesto y sin extenderme en detalles creo que es hora de repensar al patrimonio vivo que en nuestra murga y sobretodo su baile. Nos merecen otros derechos que exige la necesidad de miles y miles. 282 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo LA MURGA ES ENCUENTRO, ES NACIONAL, ES PATRIMONIO Y ESTA VIVA Luciana Vainer* Muchas gracias por invitarnos, muchas gracias sobre todo por incluir a la murga en este Encuentro. Yo puedo contar un poco lo que viví, soy murguera, fui integrante de la comisión de carnaval varias veces. Y me parece que hay algunas cosas de este proceso que son interesantes para compartir en este ámbito. Cuando me llamaron para participar, me resonaba mucho esto de Encuentro Nacional de Patrimonio vivo que es el título mayor. Y decía la murga tiene todo que ver con esto, por el encuentro, por lo nacional, porque es patrimonio y porque está viva. Y podemos empezar al revés, como la murga está viva, además es patrimonio y se fue haciendo nacional, y genera encuentros, genera encuentros donde va, eso es la murga. Y la murga nos va encontrando, y por ese encuentro es todo lo que vamos generando, y en algún momento la murga, Analía (Canale) estaba dando esas cifras, son increíbles, y esas cifras son solo de la Ciudad de Buenos Aires. Si ampliamos y nos vamos al país hoy en día encontramos murga en todos lados. De Ushuaia a la Quiaca hay murgas en todos lados, en ciudades, en pueblos, en localidades pequeñas, hay murgas para todos los gustos y para todo aquel que quiera participar. Me parece que sin entender del todo académicamente que es patrimonio me parece que esto hace al patrimonio. Por otro lado me parece interesante plantear que la murga siempre fue marginal, marginada y siempre fue desarrollándose en el margen, o al margen. Como decía Analía (Canale), en la peor época del neoliberalismo las murgas florecían por todos lados. Los pibes se encontraban y lo que querían era estar juntos, poder decir lo que querían decir, bailar y sacar para afuera todo lo que no tenían como digerir. Esto fue la murga, esto fue lo que la hecho crecer. La ordenanza nos ayudó muchísimo a crecer, a encontrarnos. A aprender a ponernos de acuerdo, el superar cuando no lográbamos ponernos de acuerdo. El tener que estar de acuerdo para seguir adelante con la ordenanza hizo que pudiera crecer mucho. La ordenanza tuvo suerte desde su nacimiento...estábamos ya aprendiendo a organizarnos, empezábamos a ver cómo hacer para ir para adelante superando diferencias. Ariel (Prat) contó esto, * Murguera, integrante de la ―murga Los Quitapenas‖ y de ―La Carnavalera, espacio de murga y carnaval‖. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 283 de donde surgió la ordenanza. Había también otra cosa que tenía que ver con el fútbol, perdón pero no me sé el nombre exacto, y resulta que lo que salió de casualidad, sigue vivo, que es esto. Qué es la ordenanza que se pudo reglamentar, más allá de las dificultades que hemos encontrado con la reglamentación y lo que hemos aprendido que está bueno hacer y lo que hemos aprendido que no está bueno hacer. Fue casi de casualidad, de carambola que entró esta ordenanza y la verdad es que está dando sus frutos. Hoy en día estamos en un momento más de chatura, nos acostumbramos a que esto está entonces seguimos adelante, es un momento que necesita de renovación. Tenemos que hacer que el festejo del carnaval crezca y tenemos que superar las malas voces que dicen que el carnaval no existe, que para que cortan la calle. Seguir sosteniendo, que la calle es nuestra. Que el carnaval hace que la gente esté junta, que el carnaval es festejo, que la celebración hace a la vida, y así es que tenemos que seguir. Tomando en cuenta esto del crecimiento me parece que hay algo que pasó con la murga que también es muy interesante. Fue creciendo de a poquito, de generación en generación, se fue expandiendo a los laterales, y esto que estaba como más nucleado en determinados lugares al crecer hacia los laterales hizo que lo pibes fueran superando estas barreras que daban más a separación que a unión. En algún momento los colores separaban a las murgas, hoy en día uno se encuentra con un murguero, sobre todo más joven, encuentra que su tiritas tiene además colgadas un montón de otras tiritas de colores, eso quiere decir que el murguero se encontró con un murguero de otra murga y le dijo toma te doy estas tiritas vos dame tus colores. Y hoy los pibes además de lucir sus propios colores, sus propias imágenes en los apliques, lucen la amistad, la amistad que tienen con otras murgas de otros lugares. Que eso no es en el barrio, cruzo la General Paz, es me voy a la murga de Santa Fe, me voy a la murga en Ushuaia, juntemos plata porque en Mendoza hay un encuentro... Esto está en todo el país. Y ni que decir que llegamos a Europa porque también hay murga en Italia, Bélgica. Más que nada es rescatar que el patrimonio es muy bueno cuando esta vivo, y que lo vivo también se va modificando y entonces hay que ver como se adecúa. Y por otro lado, pensar lo interesante de algo que siempre estuvo al margen, que encontró un huequito, ayudado por la claridad. Y ese huequito por el que entró hizo que pudiese o ayudara a enraizar, a crecer y a expandirse. 284 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo PROPUESTA PARA UNA GESTIÓN PARTICIPATIVA QUEBRADA DE HUMAHUACAJUJUY Lina Rodríguez* Si bien es cierto que esto es una mirada a la situación de la Quebrada de Humahuaca actual, no específicamente referido al Patrimonio Inmaterial, respecto a lo que has dicho (dirigiéndose al investigador Rodolfo Bertoncello) hay que aclarar que el gobierno de la Provincia conforma en el 2001 un equipo interdisciplinario de la Provincia de Jujuy para abordar la primera etapa para abordar la pre-factibilidad de proponer a la Quebrada como Patrimonio Mundial, no era un equipo extranjero, si no éramos todos de Jujuy. Justamente como él (Rodolfo Bertoncello) termina su exposición hablando de la gestión de Quebrada de Humahuaca, justamente ese es el desafío que tenemos en esta nueva gestión, que cabe aclarar que a fines del 2012 el gobernador de la provincia, se separa la Secretaría que hasta ese momento era Turismo y Cultura, y se crea la Secretaría de Cultura y a partir de ahí propone una estructura de organización en dos direcciones, una es la Dirección Provincial de Patrimonio de quién depende la Unidad de Gestión Quebrada de Humahuaca. La Quebrada de Humahuaca en la Provincia de Jujuy es inscripta en el año 2003 como Paisaje Cultural, Patrimonio Mundial de la Humanidad. Tiene un área de máxima protección de aproximadamente 172 mil hectáreas, cubre un territorio de norte a sur en forma longitudinal, de unos 155 kilómetros y 9 localidades. Justamente por eso es un gran desafío la gestión de la Quebrada. Son 10 mil años de historia, y son testimonios de esa interrelación del hombre en ese territorio. ¿Cómo asumimos la gestión de la Quebrada? Entre los meses de abril y junio del 2013 convocamos a las Comisiones Locales de Sitios y a las comunidades originarias de los 3 departamentos a unas Jornadas de Reflexión, con el propósito de escuchar lo que ellos tenían para decirnos con respecto a lo que había sucedido en la región en estos casi 10 años de la inclusión de la Quebrada de Humahuaca. Y esto es lo que ellos han planteado en común, que las comunidades locales no han sido beneficiadas, que se produjo una especulación inmobiliaria que llevó a las comunidades a organizarse para defender su territorio obteniendo personería jurídica y la posesión de sus tierras. * Arquitecta, actualmente se desempeña como Directora Provincial de Patrimonio de la Provincia de Jujuy. Este texto es resultado de una desgrabación de la presentación durante el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo (Agosto 2015). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 285 No obstante, alguno de ellos vende alguna parte de su predio, acostumbrados de vivir en un cuarto de manzana con su quinta. Y al ofrecerle un valor importante por su tierra, se quedan con una parte de lo que era su lote. Es para mucho discutir porque le produce un cambio en la forma de vida de los habitantes de la Quebrada. Ellos se quejan mucho de la afluencia de los contingentes turísticos que visitan los sitios arqueológicos. Lo que pretenden es justamente, me ha quedado muy marcada la palabra de ellos: Yo estoy entrando a su propiedad sin pedir permiso. Eso es lo que más me ha quedado después de escucharlo. Las Comisiones Locales de Sitios nos vienen acompañando desde el 2001 cuando se empiezan a hacer trabajos de concientización. Se confirman unas comisiones locales de sitio, en realidad desde el 2004 estaban reconocidas por una resolución del Secretario de Turismo y Cultura de ese momento pero no habían llevado adelante el proceso para la renovación de los referentes de las comunidades, no obstante haber pasado bastante tiempo, no se hizo el proceso para que justamente tengan la representatividad suficiente a 10 años de la inclusión. Esta es una imagen (en referencia a una foto que muestra en un power point proyectado) de las Jornadas de Reflexión que se hicieron entre abril y junio de 2013. Nos pusimos a pensar como seguimos con la gestión del patrimonio. En el 2008 se presenta el plan de gestión ante la UNESCO de Quebrada que incluía un Instituto de Gestión, como un ente autárquico, con directorio, etc. A esa situación se presentan ante la legislatura proyectos de ley, las comunidades originarias manifiestan que no estaban de acuerdo con la confirmación de ese Instituto. Teníamos que pensar como seguimos adelante. Hasta ese momento, la Unidad de Gestión ha formado parte de la Secretaría, con el nuevo organigrama incluimos a la Unidad de Gestión dependiendo directamente de la División Provincial de Patrimonio y tiene como misión la administración Quebrada de Humahuaca y su objetivo es la preservación y administración del sitio en el marco de un desarrollo sustentable, el respeto por la identidad, con el propósito de la apropiación y conservación del paisaje. En la práctica, la Unidad de Gestión es un equipo interdisciplinario, lo que si hicimos en primera instancia es trasladar la Unidad de Gestión a Quebrada de Humahuaca porque hasta este momento funcionaba en San Salvador de Jujuy. Ahora funciona en Hornillos, departamento de Maimará. En todo este contexto nos correspondía considerar que el área inscripta como les decía antes, tanto su zona de máxima protección como de amortiguación, comprende parte de 3 departamentos de la Provincia, Tumbaya, Tilcara y Humahuaca, y un total de 9 gobiernos municipales. O sea que en el área convive la autoridad política del gobierno de la provincia con gobiernos municipales que tienen sus propias competencias, instituciones, agrupaciones, organizaciones sociales y además unas 70 comunidades aborígenes con personería jurídica, y otras 19 con personería en trámite. En ese contexto resulta ineludible confirmar entre todos un equipo de trabajo con el propósito de aunar el 286 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo esfuerzo en esa difícil tarea de conservar el equilibrio entre la conservación del patrimonio y un desarrollo sustentable de la región. Por eso es que proponemos fortalecer la Unidad de Gestión con una estructura integrada por 3 componentes, que para nosotros son excluyentes: el equipo interdisciplinario que en la práctica sigue funcionando y prestando y trabajando en la Quebrada, y además renovar las condiciones locales de sitio. Y además asegurarnos que los gobiernos municipales se involucren en la gestión, que es lo que más nos está costando, nombrando un representante por cada municipio o comisión municipal. Y conformar con habitantes de la Quebrada equipos de Guardia de Sitios con habitantes, que para eso hemos elaborado el proyecto. Empezamos en marzo de 2014 un proceso de consulta sobre esta propuesta de Gestión participativa. La propuesta es que haya una Comisión de Sitio por cada una de las localidades, que sea parte integrante de la Unidad de Gestión, 3 titulares y 3 suplentes elegidos en la Asamblea comunitaria, que ellos sean la relación directa de la comunidad ante la Unidad de Gestión y que sus miembros acrediten residencia permanente en la Quebrada de Humahuaca, porque lo que nos pasa es que van a la Quebrada tienen propiedad pero no viven en la Quebrada. Ya llevamos más de 1 año y medio de proceso, empezamos con un trabajo preliminar llevando adelante la propuesta, que conozcan todos los pueblos que confirman cada una de las localidades. Finalmente eran reuniones previas, una vez que decidían cuando iban a hacer la Asamblea, se hacía la publicación en los diarios, las invitaciones a cada una de las comunidades para asegurarnos su asistencia a la Asamblea, y finalmente se llega a la Asamblea Comunitaria. Hasta este momento hemos llegado a renovar 6 Comisiones Locales de Sitio, nos resta trabajo para renovar 3 Comisiones Municipales. Una vez conseguido esto, es que tengan el sustento legal que necesitan, que representan a sus comunidades, para lo cual estamos en el trabajo de ver con que instrumento legal es necesario para reconocerlos como parte de la estructura de la Unidad de Gestión. Si bien la postulación tuvo un trabajo participativo con las comunidades, creo que lo que no se ha planificado, es justamente que impacto que iba a tener. Yo creo que el error es que Turismo debería haber pedido la opinión a las comunidades porque hay muchos sitios arqueológicos que forman parte de su identidad que probablemente no tengan que ser visitados , y establecer condiciones al visitante y en que marco se va a hacer ese uso público de la Quebrada Patrimonio Mundial. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 287 PATRIMONIO Y TURISMO. MÁS ALLA DE LOS ACUERDOS Y CONFLICTOS PREESTABLECIDOS Rodolfo Bertoncello* Presentación El patrimonio es hoy un atractivo turístico de reconocida importancia, que se inscribe en las nuevas tendencias que la práctica turística viene manifestando, en un contexto en el que las cuestiones relativas al patrimonio también han ido cobrando creciente visibilidad y suscitando interés en amplios grupos de nuestras sociedades. El aprovechamiento que el turismo hace del patrimonio ha sido objeto de largos y acalorados debates, que pueden ser presentados aquí de manera resumida, reconociendo una lectura predominantemente positiva y otra que ha enfatizado en los aspectos negativos (Ballart Hernández, 2001; Bertoncello, 2010). Las positivas han puesto énfasis en la potencialidad del turismo para dar a conocer el patrimonio, permitiendo que la sociedad lo conozca mejor y lo disfrute; menos transitado pero ya muy evidente, están también el reconocimiento del patrimonio como un recurso que sustenta actividades económicas, y dado que las turísticas vienen superando su rol secundario para pasar a ocupar un rol importante tanto en términos de las expectativas para superar situaciones de crisis, como para dar impulso a procesos nucleares de la economía, esta dimensión no es algo menor. Las negativas, en cambio, han destacado los impactos negativos que el uso turístico genera sobre el patrimonio, en términos de los problemas para su adecuada conservación, el deterioro provocado por el uso desaprensivo o excesivo, destacando también problemas con la adecuada interpretación del patrimonio (por ejemplo, las presentaciones turísticas erróneas o sesgadas del patrimonio); también se han destacado conflictos vinculados con las formas de apropiación del patrimonio que el turismo habilita, y las consecuentes exclusiones de quienes no se ven beneficiados por esta utilización . Con el fin de superar el bloqueo interpretativo que provocan estas visiones polares, con sus consecuentes tomas de posición –muchas veces irreductibles- a favor o en contra, aquí se propone avanzar en la discusión del tema inscribiéndolo en el contexto social más amplio en el que tanto el patrimonio como el turismo acontecen y cobran sentido. Con esto se espera poder aportar a lecturas * Investigador independiente de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-CONICET en el Instituto de Geograf ía de la Universidad de Buenos Aires-UBA. Prof esor titular del Departamento de Geograf ía de la Universidad de Buenos Aires. 288 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo más atentas a los matices y a la heterogeneidad que este tema muestra. El turismo en la actualidad Existe amplio acuerdo acerca de la importancia que el turismo tiene en las sociedades actuales, alejándolo de su tradicional posición subordinada respecto de otras prácticas sociales. Esta importancia se expresa en múltiples dimensiones, entre las que el crecimiento del volumen de turistas a escala internacional e interna, o su creciente importancia como actividad económica, basada en la multiplicación de servicios que la satisfacción de la demanda turística estructura, ya se trate de aquellos que se prestan directamente al turista, como de la amplia gama de actividades vinculadas con la provisión de equipamiento e infraestructura soporte del viaje y la estadía de los turistas fuera de sus lugares de residencia habitual (Vera, 1997). Esta creciente importancia del turismo se ve acompañada también por la consolidación de expectativas positivas respecto de sus potencialidades para lograr diversos objetivos. Entre ellas se destacan aquellas relacionadas con la asunción del rol del turismo como impulsor del desarrollo (entendido éste en sentido amplio, no sólo económico), o como vía de acceso a satisfacción de necesidades consideradas legítimas en múltiples sociedades, satisfacción que en muchas sociedades es considerada ya como un derecho. Diversos autores han analizado estas tendencias en el turismo inscribiéndolo en el marco de características y procesos propios de la actualidad. Así por ejemplo, el crecimiento del turismo ha sido analizado como expresión paradigmática de sociedades posindustriales, donde el consumo pasa a tener un rol destacado, y donde la gestión del conocimiento, la economía de servicios o las denominadas industrias culturales desempeñan roles estructurantes que otrora eran propios de las actividades productivas. El turismo es analizado también como una práctica nuclear de los procesos propios de la globalización, tanto en sus dimensiones económicas como también sociales o culturales; aquí se viene poniendo énfasis en el rol del turismo en la difusión a escala planetaria de condiciones homogéneas (que permiten la circulación de turistas o la instalación de modas o de necesidades de ocio y recreación, entre otras cuestiones), al tiempo que ellas son entrecruzadas por la recreación constante de diversidad, en un proceso aparentemente contradictorio, que asegura que el interés por viajar y acceder a nuevos atractivos en múltiples lugares de destino, se sostenga y multiplique entre los potenciales turistas (Meethan, 2001). También deben tenerse presentes los cambios que la propia práctica experimenta. Cabe aquí señalar los planteos acerca de los turismos de nicho o postfordistas, la fragmentación de la demanda y la oferta a medida. Como consecuencia, se reconoce la multiplicación de las experiencias turísticas y de los destinos como lugares donde llevarlas a cabo, con la consecuente incidencia en la necesidad Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 289 de contar con atractivos turísticos múltiples, potentes y específicos. Reconocer esto no debe llevar a pensar que las prácticas dominantes propias del turismo de masas (con sus destinos vacacionales de sol y playa disfrutados por grandes contingentes poblacionales) hayan desaparecido, sino observar que ellas están siendo complementadas por estas nuevas formas de hacer turismo, contribuyendo a la ya señalada importancia superlativa del turismo en la actualidad (Vera, 1997; Meethan, 2001; para el caso de Argentina: Bertoncello, 2006). Lo anterior permite considerar ahora las características específicas que la práctica turística muestra en la actualidad. La masividad y la estandarización dominantes hasta hace unas décadas se ven hoy complementadas –y en parte cuestionadas- por el auge de modalidades y productos turísticos muy diversos, por una mayor fragmentación temporal y por la búsqueda constante de la novedad en la oferta, y de distinción y exclusividad en la demanda. Flujos y destinos turísticos se multiplican junto con los productos ofrecidos para una demanda heterogénea. Aquí cobran un nuevo protagonismo los denominados turismos culturales, en tanto tienen una presencia muy significativa en este nuevo contexto turístico, sin que esto implique desconocer que las manifestaciones de la cultura han tenido históricamente una gran importancia como atractivos turísticos. Sin embargo, mientras en el pasado predominaron los atractivos superlativos vinculados con la historia, la alta cultura y el arte, hoy ellos se ven complementados por un creciente interés por las expresiones culturales en sentido amplio, incluyendo desde las manifestaciones de la cultura popular hasta las que se evidencian a través de la observación y experiencia en la vida cotidiana de los otros (como sucede en muchos casos con el turismo urbano). En este contexto de multiplicación de potenciales atractivos, que parece conducir a que todo sea pasible de ser interesante para los turistas, el establecimiento de criterios de singularización y jerarquización resulta fundamental en la puja que actores –y lugares- llevan a cabo para atraer el interés de los turistas y motivar su viaje. En este contexto, el patrimonio cobra un rol renovado y de creciente importancia en tanto atractivo turístico. El patrimonio como atractivo turístico Actualmente los discursos y representaciones vinculados con el patrimonio tienen gran actualidad, como lo muestra el hecho de que la ―cuestión del patrimonio‖ es un tema candente, de agenda, como pocas veces antes; como tal, es de amplio interés y concita atención y compromiso. Asimismo, también se asiste a lo que Francoise Choay (2001) caracteriza esto como una ―explosión‖ del patrimonio, en tanto mayor cantidad y más diversidad de bienes se incorporan a esta condición, al tiempo que también se incluyen bienes cada vez más actuales y oriundos de los lugares más recónditos del planeta. La gestión de los procesos de selección e incorporación a las listas o nóminas patrimoniales (siendo la nómina de Patrimonio de la Humanidad de UNESCO la 290 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo paradigmática a escala internacional) expresa, con su complejidad y envergadura, estas cuestiones. Pero ¿qué es el patrimonio? En términos tradicionales y ya consolidados en el saber experto, se considera patrimonio al bien –o conjunto de bienes, materiales o inmateriales- heredado cuya valoración y preservación es una obligación que tenemos. Vinculado a esto está la consideración del patrimonio como aquellos bienes de valor superlativo, valor que reposa en sus atributos intrínsecos, vinculados con el genio y la labor humana, con el papel desempeñado en la historia, o con la rareza y singularidad (su condición de únicos e irrepetibles). Estos enfoques han guiado en forma dominante la gestión del patrimonio, y están en la base de los procesos y mecanismos de institucionalización, desde las nóminas internacionales más prestigiosas como la de Patrimonio de la Humanidad de UNESCO, pasando por el patrimonio nacional y otras múltiples instancias. Esta forma de pensar el patrimonio puede ser enriquecida e incluso cuestionada desde otras perspectivas, tales como las que ponen foco en el patrimonio como resultado de un proceso actual de selección y definición, lo que algunos autores como L. Prats (1998) denominan activación patrimonial. Desde este enfoque, el patrimonio no sería un mero legado que recibimos (y que debemos cuidar para legar a nuestros sucesores) sino el resultado de acciones actuales de selección y designación, llevadas adelante por instancias políticas formales (los gobiernos y sus organismos, en distintos niveles). La condición patrimonial de un bien se definiría, de este modo, en función de intereses actuales, al tiempo que en este proceso debe lograrse que en torno al mismo se instaure un consenso amplio acerca de su valor y representatividad; algunos autores denominan ―resonancia del patrimonio‖ a esta capacidad de concitar acuerdos en torno a su valor, el que estaría por encima de los conflictos y divisiones sociales, contribuyendo así a que sea considerado como algo que pertenece –y representa- a todos (Graham et al., 2000). La idea de que el patrimonio es de todos y nos representa a todos es central en esto, en la medida en que sostiene la cualidad diferencial del bien patrimonial -o si se quiere del Patrimonio con mayúscula, pasible de integrar nóminas formales que lo torna objeto de interés y justifica su gestión y preservación, además de su uso. Teniendo presente lo precedente, ¿qué puede decirse acerca del patrimonio como atractivo turístico? Es habitual que se considere que el patrimonio suscita el interés de los turistas y, como tal, se convierte en un atractivo que sustenta la práctica; permite satisfacer la motivación del turista, justifica el viaje y sustenta la satisfacción de la necesidad que lo incentivó. Las cualidades intrínsecas del bien patrimonial serían las responsables de la desigual capacidad de atraer turistas, y permitirían también diferenciar (y multiplicar) los productos turísticos patrimoniales que se colocan en el mercado. Desde estas perspectivas, cabría a la gestión turística garantizar las condiciones para que esto sea posible, al tiempo que desde la gestión patrimonial se reclama el cumplimiento de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 291 medidas para su adecuado uso y preservación (o se señalan ausencias y problemas). Es importante reconocer que desde esta lógica el patrimonio es algo preexistente al uso turístico, o dicho de otra manera, que el turismo hace uso de un patrimonio cuyas cualidades derivan de su condición de tal y fueron establecidas en su definición o activación, sin que el turismo interviniese en este proceso. Con el fin de enriquecerla, la perspectiva precitada puede ser interrogada desde diversos ejes de análisis. Uno de ellos se orienta a pensar el uso turístico del patrimonio teniendo como punto de partida no el valor intrínseco del patrimonio, sino las motivaciones, expectativas y necesidades de los turistas; es decir, reconocer que el uso turístico del patrimonio está en función de las motivaciones e intereses de los turistas, que quienes viajan para conocer un patrimonio lo hacen para satisfacer una expectativa que, en gran medida, está prefigurada en sus sociedades de origen (qué conocer, qué priorizar), y en la que el viaje encuentra sus razones y se concreta la satisfacción de la necesidad que lo motiva. Quedan involucradas, en este sentido, un conjunto de mediaciones vinculadas con matrices culturales, motivaciones preexistentes y demandas incentivadas, vinculadas siempre con el turismo y, subsidiariamente, con el atractivo patrimonial. Esto lleva a reconocer que la valorización turística del patrimonio no es lineal ni depende exclusivamente de los atributos destacados del patrimonio; significa también que su gestión como atractivo turístico no puede ser homologable a la gestión patrimonial. El uso turístico del patrimonio está mediado por la mirada del turista (Urry, 1996), y ésta se construye desde otra lógica diferente a la patrimonial; la lógica turística tiene que ver en gran medida con las especificidades de los contextos de origen, en sentido amplio (siguiendo aquí, en gran medida, los desarrollos del precitado autor). Lo precedente advierte acerca de la necesidad de revisar la asunción de que el patrimonio deviene atractivo turístico según sean sus cualidades o atributos intrínsecos. En este sentido, cabe reconocer que no son sólo estos atributos los que definen su capacidad potencial de atraer el interés o la mirada turística, sino que en esto van a jugar otras lógicas y motivaciones propias de la sociedad de origen de los turistas. Dicho de otro modo, no cabe pensar que las cualidades del bien patrimonial en sí son determinantes de su capacidad para atraer turistas, sino que deben considerarse también otras cuestiones complementarias. Más aún, puede reconocerse que los atributos del patrimonio que el turismo destaca están más vinculados a los fines turísticos que a su importancia desde la lógica patrimonial. Otro eje de análisis está representado por el hecho de que la importancia que el patrimonio pueda tener para la sociedad a la que representa o expresa no necesariamente coincide con su potencial capacidad de convertirse en un atractivo turístico ni de concitar el interés de los turistas por conocerlo. Esto lleva a reconocer la existencia de procesos de selección y adecuación del 292 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo patrimonio en función del turismo, que puede llevar a cuestionar su resonancia social. El patrimonio visto no ya como algo que nos expresa a todos y en función de nuestras necesidades y valores, sino como algo que habla de nosotros para otros, y nos adecua a lo que esos otros quieren ver en nosotros a través de nuestro patrimonio, aparece como un núcleo problemático en el uso turístico del patrimonio, que no siempre se considera adecuadamente. Tratando e ir un poco más allá, es posible poner en cuestionamiento también el carácter preexistente del patrimonio respecto a su valorización turística, para preguntar hasta qué punto el turismo incide en la propia definición del patrimonio. Esto es, puede pensarse que, dado el auge e importancia del turismo en la actualidad, los potenciales usos y funciones del patrimonio como atractivo turístico pueden estar presentes ya en los procesos de selección y activación patrimonial. Puede hablarse, en este sentido, de procesos de ―subversión patrimonial‖, cuando el reconocimiento de su potencial como recurso turístico orienta la propia activación del patrimonio, dando como resultado –en extremo- un patrimonio instituido no en función de su valor en sí o para la sociedad que lo posee, sino en las posibilidades de aprovechamiento turístico que su existencia habilita (Graham et al., 2000; Bertoncello, 2010). Lo precedente lleva a la necesidad de enfocar en los actores concretos que, desde distintos roles y con diversos objetivos e intereses, intervienen en estos procesos. Desde ya que los primeros que vienen a colación son los intereses económicos vinculados al negocio turístico. Para ellos, el patrimonio es un recurso que, en tanto atractivo para los turistas, sostiene el amplio y diverso abanico de actividades que se orientan a la obtención de beneficios; la provisión de bienes y servicios indispensables para el uso turístico del patrimonio son sus rubros de actividad y de su éxito depende el éxito de sus emprendimientos. Estas cuestiones resultan fácilmente reconocibles y han sido ya ampliamente señaladas (Britton, 1991). Pero no son sólo los agentes económicos los que participan activamente en estas cuestiones. Recuperando lo ya señalado respecto de la importancia del turismo como ―impulsor del desarrollo‖ (real o imaginado), los actores políticos también van a jugar un papel destacado en el incentivo del turismo, impulsando el reconocimiento e institucionalización del patrimonio, en particular de aquel patrimonio más apto para alcanzar los objetivos que persiguen. Observaciones similares pueden realizarse respecto de otros actores, entre ellos organizaciones de la sociedad civil, corporaciones expertas, promotores culturales, entre otros. Todos ellos participan en un accionar donde contar con patrimonio pasible de ser valorizado por el turismo es un objetivo a alcanzar, aunque recurriendo a argumentos y acciones diversas. En síntesis, es posible afirmar que es en este juego concreto donde se dirime la cuestión central del uso turístico del patrimonio. Operan aquí desde mecanismos de selección y silenciamiento de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 293 patrimonio ya instituido, hasta procesos de activación patrimonial orientados a intereses no tanto patrimoniales sino fundamentalmente turísticos; también intereses sectoriales, grupales o corporativos que pueden ser resueltos exitosamente a través del uso turístico de dicho patrimonio. Todo esto hace que se pueda plantear que la idea de que el turismo “aprovecha” un patrimonio preexistente transformándolo “neutramente” en un atractivo, cuyo uso tiene ventajas y limitaciones, efectos positivos y negativos en sí, debería ser revisada. Porque el uso turístico del patrimonio implica selecciones y valoraciones que no siempre condicen o coinciden con los criterios que sustentan el valor patrimonial ni con el valor y significado que éste posee para la sociedad a la que expresa. Asimismo, el uso turístico puede vincularse con los cuestionamientos y la desigual valoración social del patrimonio, contribuyendo a su contestación o al cuestionamiento de su representatividad. Turismo y patrimonio. El caso de Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina)88 Quebrada de Humahuaca es un destino turístico relevante en Argentina, que ha recibido turistas ya desde las primeras décadas del siglo XX, atraídos tanto por sus condiciones naturales como por sus atributos culturales vinculados con el pasado colonial y criollo (la gesta independentista), y posteriormente también por sus culturas aborígenes y criolla, expresadas no sólo en ruinas y construcciones, sino también en hábitos y costumbres en el sentido más amplio, de su población. En torno al inicio del siglo actual, Quebrada será objeto de un conjunto de acciones orientadas a incentivar la actividad turística, con el fin de convertirla en una base para superar la pobreza y el estancamiento del área. Diversos planes e intervenciones del gobierno provincial (que luego serán acompañados también por el nacional89), van consolidando una “apuesta” al turismo como impulsor del desarrollo y estrategia para mejorar las condiciones de vida y superar la pobreza de la población local. Se trata, asimismo, de un contexto en el que también se van difundiendo nuevas formas de practicar turismo, asociadas a nuevos productos y atractivos, y nuevos lugares de destino de los turistas. Estos complementan y diversifican la tradicional oferta turística de destinos vacacionales hacia playas y sierras, en coincidencia con las tendencias que se vienen expresando ya en el contexto turístico internacional (Bertoncello, 2006). Al mismo tiempo que se apuesta al desarrollo turístico, el gobierno provincial conducirá un proceso 88 El contenido de este título abreva fundamentalmente en los resultados de investigaciones realizadas por la Dra. Claudia Troncoso. Puede consultarse en general su libro (Troncoso, 2012). 89 Hitos del nuevo rol asignado al turismo en la política de desarrollo nacional son, entre otros, la promulgación de la Ley Nacional de Turismo Nº 25.997 en 2003, la formulación e implementación del Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable (PFETS) por la Secretaría de Turismo de Nación en 2005, o la jerarquización al rango de Ministerio de esta última. 294 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo orientado a obtener el reconocimiento de la Quebrada de Humahuaca como patrimonio mundial, por parte de los órganos específicos de la UNESCO. Estas gestiones concluyen exitosamente cuando en julio de 2003 el Comité de Patrimonio Mundial designa a la Quebrada como Patrimonio Mundial en la categoría de Paisaje Cultural. En dicha sesión la Quebrada de Humahuaca fue incluida en la lista de Patrimonio Mundial en tanto se consideró que respondía a algunos de los criterios establecidos por la UNESCO para los sitios postulados como patrimonio cultural (en ese año aún continuaba vigente la diferenciación entre Patrimonio Natural y Cultural que establecía la UNESCO para los sitios postulados; dicha diferenciación sería anulada en 2005). Los criterios exigidos para el patrimonio cultural que justificaron la designación de la Quebrada fueron los siguientes: Criterio (ii): atestiguar un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes; Criterio (iv): constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana; y Criterio (v): representar un ejemplo destacado de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización de las tierras, representativas de una cultura (o de varias culturas), sobre todo cuando son vulnerables debido a mutaciones irreversibles (Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, 1999: 6). La postulación se apoyó en un documento denominado ―Quebrada de Humahuaca. Un Itinerario Cultural de 10.000 Años‖, en el que se conjugaron diversos saberes expertos para caracterizar al lugar y justificar el pedido de declaratoria como Patrimonio Mundial. Dicho documento destaca atributos que, al mismo tiempo, ya estaban siendo objeto de interés de los turistas, con lo que el patrimonio y su valorización turística quedaron asociados fuertemente desde el inicio. La declaratoria de UNESCO, como es habitual, otorgó prestigio y valor superlativo al patrimonio quebradeño, incrementando el interés de los turistas por visitarla y conocerlo. Al mismo tiempo, se comenzaron a implementar diversas acciones orientadas a dar satisfacción a las normativas de UNESCO vigentes para estos casos, como así también otras orientadas al incentivo de la actividad turística en el lugar. Medidas vinculadas con la protección y salvaguarda del patrimonio se fueron implementando junto con acciones orientadas al incremento y mejoramiento de la capacidad de recepción de turistas, a la diversificación de servicios o a la capacitación de la población local para desempeñarse en las múltiples funciones requeridas por el turismo. En ambos ejes, la participación Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 295 de la población local, beneficiaria prevista tanto de la activación patrimonial como del desarrollo turístico, fue un requisito reiteradamente planteado aunque no siempre cumplido de manera satisfactoria para todos los habitantes del lugar. La salvaguarda del patrimonio enfrentó el desafío de consolidar su reconocimiento y valorización por parte de la población local, algo que si bien estuvo presente en general, evidenció también las diferencias y desigualdades presentes en la población, y los conflictos de intereses que se incrementaron cuando el turismo atravesó el valor patrimonial con sus demandas y sus negocios. El hecho de que la categoría patrimonial fuese la de Paisaje cultural y que se aplicara a una extensa área involucró la gestión de un espacio de vida cotidiana donde los atributos patrimoniales más destacados estuvieron atravesados por las actividades habituales –cada una de ellas con necesidades específicas- de los habitantes; cómo garantizar la protección y pervivencia del patrimonio, asegurando el normal desarrollo de la vida cotidiana de los habitantes, representa un desafío aún en curso. A lo anterior se suman las condiciones y demandas del turismo: cuál es el patrimonio que atrae a los turistas, y qué condiciones ofrece el lugar para que este atractivo satisfaga sus intereses, son cuestiones que van a atravesar la gestión patrimonial, complejizándola y generando nueva conflictividad. En función del turismo, la Quebrada se verá afectada por intervenciones orientadas a adecuarla material y simbólicamente a una ―versión turística‖ del patrimonio quebradeño, que no siempre coincide con los valores y expectativas de la población. Poner en destaque los principales atractivos, garantizar el acceso a los mismos definiendo vistas y descripciones adecuadas a los gustos y preferencias de los turistas, al igual que proveer servicios e infraestructura ―estetizados‖ en función de esta versión, serán acciones que se van implementando paulatinamente, al mismo tiempo que otras facetas de la realidad local (como la presencia de otras actividades económicas, conflictos sociales y ambientales, pobreza o marginación), son silenciadas y ocultadas. La Quebrada de Humahuaca turística y patrimonial se va definiendo a partir de estas acciones y transformaciones, que se reflejan en su paisaje y en las lecturas que del mismo se irán haciendo. Pero esta Quebrada es también el lugar de vida de sus habitantes, parte de una dinámica social que la involucra y transforma no sólo en su condición turística y patrimonial; gran parte de ella no es atractiva para los turistas, y su marginación u ocultamiento provoca nuevas tensiones sociales, culturales e identitarias, las que no siempre se resuelven de manera armónica o carente de conflictos. 296 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Conclusiones Reconocer que el patrimonio es hoy un atractivo turístico de gran importancia es un punto de partida útil para cerrar esta presentación. Más allá de las cualidades intrínsecas de los bienes, el propio carácter de patrimonio otorga prestigio superlativo y funciona como garantía de autenticidad, más aún si esta condición de patrimonio es otorgada por instituciones de prestigio internacional. Esto está en la base del uso que el turismo hace del patrimonio, convirtiéndolo en atractivo y definiendo la condición de destinos turísticos para los lugares que cuentan con él. Pero la puesta en valor turístico del patrimonio no es simple ni lineal, sino que muestra especificidades que se relacionan con las condiciones sociales generales en las cuales tanto el turismo como el patrimonio se inscriben, al tiempo que se entrelazan también con las específicas condiciones en que su vinculación se establece. El valor del patrimonio para las sociedades que lo instituyen como tal (aún asumiendo consenso al respecto, algo que no siempre es así), no es necesariamente el mismo que los turistas le atribuyen; tampoco la valoración turística del patrimonio, sus selecciones y jerarquías, son neutras respecto del valor del patrimonio para sus poseedores. Todo esto permite retomar las visiones dicotómicas presentadas al inicio, para advertir acerca de la necesidad de superarlas. Lo expuesto aquí, tanto en los apartados conceptuales como en la sintética presentación del caso de Quebrada de Humahuaca, permite sostener que el vínculo entre turismo y patrimonio no es intrínsecamente positivo ni negativo; es por encima de todo, complejo, y es en esta complejidad inscripta en la dinámica social general y específica en cada situación, en la que se concretan las características que son valoradas como positivas o negativas del vínculo entre turismo y patrimonio. Esto representa, en última instancia, una invitación a superar abordajes simplistas y dualistas, para reconocer que sólo mediante el adecuado análisis de las formas en que patrimonio y turismo se vinculan es posible alcanzar una adecuada comprensión de la cuestión. Los problemas y conflictos que se reconocen en los procesos de valorización del patrimonio como atractivo turístico son complejos y resultan de múltiples causas. Aceptar esto puede orientar mejor la gestión del turismo patrimonial (o con base en el patrimonio), permitiendo ir más allá de las cuestiones relativas a modelos de manejo y conservación, para reconocer los vínculos que este asunto establece con cuestiones más amplias que atraviesan lo social. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 297 Bibliografía ALMIRÓN, Analía, R. Bertoncello y C. Troncoso (2006). ―Turismo, patrimonio y territorio. Una discusión de sus relaciones a partir de casos de Argentina‖, Estudios y Perspectivas en Turismo, 15(2), 101-124. Buenos Aires: CIET. BALLART HERNANDEZ, Josep y Jordi Juan i Tresserras (2001). Gestión del patrimonio cultural. Barcelona: Ariel. BERTONCELLO, Rodolfo (2006). ―Turismo, territorio y sociedad. El ‗mapa turístico de la Argentina‘. En: A. Geraiges, M. Arroyo y M. Silveira (orgs), América Latina: cidade, campo e turismo. Buenos Aires: CLACSO-USP, pp.317-336. BERTONCELLO, Rodolfo (2010). Turismo y patrimonio, entre la cultura y el negocio. En: Maria Tereza Duarte Paes e Melissa Ramos da Silva Oliveira (eds), Geografia, turismo e patrimonio cultural. Sao Paulo: Annablume, pp.33-54. BRITTON, S. (1991). ―Tourism, capital, and place: towards a critical geography of tourism‖, Environment and Planning, D Society and Space, 9: 451-478, London. CHOAY, Francoise ( 2001). A Alegoria do Patrimônio. Sao Paulo: UNESP. GRAHAM, B., G. Ashworth and J. E. Tunbridge (2000). A Geography of heritage. Power, culture and economy. London: Arnold Publishers. MEETHAN, K. (2001). Tourism in global society. Place, culture, consumption. Nueva York: Palgrave. PRAT, Lorenc (1998). ―El concepto de patrimonio cultural‖. Política y Sociedad, 27: 63-76. TRONCOSO, Claudia Alejandra (2012). Turismo y patrimonio en la Quebrada de Humahuaca. Lugar, actores y conflictos en la definicion de un destino turístico argentino. Tenerife: Pasos (Colección Pasos Edita, 9). URRY, John (2004). La mirada del turista. Lima: Universidad de San Martín de Porres (serie Turismo y Sociedad, 2). VERA, J. Fernando et al. (1997). Análisis territorial del turismo. Barcelona: Ariel. 298 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo CAPÍTULO VII CHARLAS Y TALLERES ¿EL PATRIMONIO TIENE GÉNERO? UNA MIRADA AL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Susana Rostagnol* Introducción Si “género” es un eje organizador de las relaciones sociales a través de una desigual distribución del poder, entonces toda producción cultural está atravesada de alguna manera por el género. Desde este lugar se pretende ensayar una mirada al patrimonio cultural inmaterial desde un doble análisis. Por una parte observar como las relaciones de género inciden en el reconocimiento de ciertos usos, conocimientos o técnicas como un patrimonio de la comunidad, lo cual apunta no solo a quienes tiene voz, sino también a la incidencia del género en la valoración social de las prácticas culturales. Y, por otra parte, analizar si el proceso de ‘patrimonializar’ (entendido como el reconocimiento de la comunidad del valor patrimonial de determinados aspectos de su cultura) puede convertirse en una herramienta hacia la construcción de una sociedad más equitativa. Género y patrimonio El término género con frecuencia es utilizado como sinónimo de mujer; sin embargo no es sinónimo. Podría decirse que género es hombre más mujer, eso lo coloca como categoría descriptiva. Utilizamos el término género cuando queremos referirnos a una sociedad, comunidad o grupo integrado por hombres y mujeres, es decir seres humanos diferenciados. Esta diferenciación está señalando el aspecto relacional que caracteriza al concepto género, aspecto relacional que implica una desigualdad social. Estamos entonces frente a una categoría analítica que nos permite conocer ciertas formas de la vida social pautadas por relaciones de poder. Al considerar género como una categoría que implica relaciones de poder, en tanto relación social básica, fácilmente podemos observar que género atraviesa la sociedad en su conjunto. No es posible pensar la vida social sin contemplar las relaciones de género, por consiguiente todo hecho cultural, lo cual incluye todo aquello que pudiera considerarse patrimonio cultural, está atravesado por el género. Las relaciones de género, si bien están ancladas en mujeres y hombres concretos, van más allá de unas y otros. Los constructos femenino y masculino desbordan a los cuerpos hombre y mujer. Se trata más bien de un eje ordenador de la sociedad; las relaciones de género se caracterizan por la * Doctora en Antropología / Universidad de Buenos Aires. Docente e investigadora en la Universidad de la República. 300 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo jerarquía y poder que implican; son al mismo tiempo que una relación social básica, una construcción simbólica sobre lo que se entiende como femenino y masculino. En relación al PCI, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003, (en adelante la Convención de 2003) es el único tratado internacional que se refiere directamente a este patrimonio. No obstante, previamente, en 1997, UNESCO adoptó un programa para estudiar el papel de la mujer en relación con el patrimonio cultural inmaterial, y sus descubrimientos develaron que las mujeres desempeñan un papel central en varias área del PCI, en especial en la transmisión intergeneracional. El papel de las mujeres como transmisoras de los saberes se ha documentado en numerosos trabajos antropológicos. La menor participación de las mujeres de los espacios públicos y por lo tanto menos expuestas a nuevas ideas y prácticas, junto a su permanencia en el ámbito doméstico signado por su papel en la crianza, las ubica en el lugar privilegiado para la transmisión de las tradiciones. La focalización en las mujeres no significa que se homologue género a mujer, sino que cuando una política, planes o programas no incluyen una perspectiva de género, tienen un abordaje desde el sentido hegemónico –general- que siempre es el masculino. Puede pensarse que existe algo detrás del uso del genérico masculino para referirse a los hombres y mujeres, que invisibiliza a las mujeres más allá del lenguaje. La Convención de 2003 no toma en cuenta el género, al ignorar las cuestiones de género muy probablemente podría ―reproducir o reforzar inadvertidamente la discriminación y exclusión experimentada por las mujeres‖ (Moghadam y Bagheritari, 2005). De parte de UNESCO existe una clara preocupación por tomar en cuenta el género al tratar temas de PCI, lo cual no solo se observa en el estudio referido, sino que también está plasmado en las palabras de Irina Bokova, directora general de UNESCO. El enfoque de la UNESCO en la promoción de la igualdad de género se basa en un compromiso con los derechos culturales y la diversidad cultural, respaldado por el marco internacional de derechos humanos. Desde este punto de vista, se debe considerar a la diversidad cultural y a los derechos humanos como mutuamente beneficiosos, y la igualdad de género es, sin duda, un requisito previo para el desarrollo centrado auténticamente en la gente. La necesidad de eliminar toda forma de discriminación hacia las mujeres y las niñas, incluidas las leyes, normas, prácticas y estereotipos sociales discriminatorios. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 301 Y agrega, Creo firmemente que debemos trabajar más de modo de aprovechar la cultura para el empoderamiento de las mujeres; a este respecto, los instrumentos normativos de la UNESCO significan una valiosa plataforma. La aplicación de las Convenciones de Patrimonio Mundial y Patrimonio Inmaterial demuestra la importancia de comprender los roles propios de cada género en la protección del patrimonio y en la promoción del diálogo y el empoderamiento. La realización de actividades en el marco de la Convención para la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, especialmente en los países menos desarrollados, ha generado cambios sociales positivos, como por ejemplo, el aumento de la igualdad de género a través de emprendimientos culturales. La cita de la directora de la UNESCO reviste una doble importancia, por un lado, el contenido mismo de sus palabras resultan esclarecedoras en la definición del problema; por otro lado, y sobre todo, porque UNESCO es un organismo rector en referencia a los procesos de patrimonialización, por lo que su posición es central en la regulación de las prácticas. A pesar de las declaraciones, continúa presente la problemática en la práctica misma, en las dinámicas culturales que entran en juego en los procesos de ‗patrimonialización‘ (entendido como el reconocimiento de la comunidad del valor patrimonial de determinados aspectos de su cultura) y en la potencialidad del ‗sello‘ de PCI para promover relaciones más equitativas, o reforzar inequidades marginalizando a parte de la población. Este análisis se complejiza al considerar que el género está interseccionado por raza etnia, edad entre otros factores. De modo alguno puede considerarse que género sea una categoría esencial, existe una enorme variabilidad de situaciones y circunstancias. No podemos caer a pensar que todas las mujeres o todos los hombres son de la misma manera, y perder de vista los diferentes matices y diferencias. Finalmente, si el género es un eje organizador de las relaciones sociales a través de una desigual distribución de poder, entonces toda producción cultural está atravesada de alguna manera por el género y desde este lugar quería plantear la doble entrada entre género y patrimonio. Observar la manera en que las relaciones de género inciden en el reconocimiento de ciertos usos costumbres, prácticas como patrimonio de una comunidad. Lo cual apunta no solo a quienes tienen la voz sino también la incidencia de las relaciones de género en la valorización de las prácticas. Y por otro 302 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo lado, es preciso analizar si la definición de determinadas prácticas, usos y actividades como parte del PCI refuerza las inequidades de género o constituyen un factor de cambio. Incidencia de las relaciones de género en los procesos de patrimonialización Se hace necesario reflexionar sobre la incidencia de las relaciones de género en el reconocimiento de una cierta técnica, uso, o conocimiento como patrimonio. En otras palabras, corresponde preguntarnos si las ‗políticas de patrimonio‘ son sensibles al género o ciegas al mismo (y cuando son ciegas, en realidad refuerzan las relaciones establecidas). Es decir, que deberíamos revisar si las políticas desarrolladas en el plano local, nacional e internacional referidas al patrimonio inmaterial son sensibles, si contienen acciones afirmativas en procura de relaciones equitativas. La importancia de abordar las prácticas desde esta perspectiva radica en que con gran frecuencia, la valoración de las prácticas y los conocimientos deriva de quien las hace, de quienes son los sujetos de la acción y no de las acciones en sí mismas. Esto es una consecuencia de las tramas de relaciones de poder que caracterizan la vida social. Las prácticas y los conocimientos de las mujeres –y más aún si se trata de mujeres indígenas- están invisibilizados al no recibir reconocimiento por parte de sus comunidades. No son prestigiosos. Muy probablemente esta valoración sea compartida por la comunidad en su conjunto. Los ejemplos de conocimientos y prácticas que carecen de reconocimiento son múltiples; van desde canciones de cuna, dichos, técnicas relativas a trabajos manuales, cocina, remedios. Es muy claro como en la cultura del medio rural ganadero goza de más prestigio el trabajo del huasquero (masculino) que el de las mujeres para confeccionar las jergas (también llamadas matras) que forman parte del apero. La no valorización de los remedios caseros en base al uso de yuyos, conocimiento que en general se encuentra entre las mujeres ancianas, es compartida por toda la comunidad, es posible que esté asociado al valor positivo de lo moderno (tratamientos médicos y remedios farmacológicos en este caso) en detrimento de los conocimientos tradicionales. Parece necesario hacer visible determinadas prácticas para que luego haya un reconocimiento con valor patrimonial. En general la perspectiva masculina es la que tiene la voz, los hombres en lo público, las mujeres en lo privado. De modo que el reconocimiento de los distintos usos, técnicas, tradiciones presentes en una determinada comunidad se presenta como un paso imprescindible a la hora de evaluar elementos que ameriten ser patrimonializados. Tal como aclara Smith (2008), ―el patrimonio está marcado por el género, en el sentido de que, con mucha frecuencia, es ‗masculino‘, y relata una historia centrada predominantemente en el hombre, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 303 que promueve una visión… masculina del pasado y del presente‖. De modo que en la identificación del PCI es preciso tomar en cuenta ese aspecto, tanto a nivel local, nacional como internacional, y muy especialmente en el proceso de designación conforme a la Convención de 2003. En el proceso de patrimonialización es fundamental el ‗consentimiento comunitario‘. En tal sentido, corresponde preguntarse si este consentimiento no estará reflejando una determinada relación de género caracterizado por las asimetrías y por lo tanto reforzándola. La cuestión es cómo introducir un análisis desde la perspectiva de género, que eventualmente estará en manos de las agencias estatales o intergubernamentales pero que deberá hacerse junto a los integrantes de la comunidad. El PCI y los estereotipos de género Un segundo punto a tratar tiene que ver con la manera en que los procesos de patrimonialización refuerzan las inequidades o por el contrario, constituyen procesos hacia relaciones más equitativas. Se podría hablar de las trampas de la patrimonialización. En algunos casos se le reconoce un valor patrimonial a una técnica desarrollada por las mujeres porque se trata de una técnica tradicional, antigua. Aparecen así las mujeres como guardianas de la tradición. Esto puede tener una doble lectura. Por un lado se les otorga un sitial importante, pero por otro –como ya mencionamos- se las coloca en oposición a la modernización y al progreso (los cuales no necesariamente son buenos, pero en general tienen connotaciones positivas en las comunidades). Adjudicarles un lugar preponderante al lado de la tradición puede reforzar relaciones de inequidad, congelando su importancia en el pasado, sin lugar en el presente. Es preciso ser cuidadoso para encontrar una manera adecuada de reconocimiento que permita avanzar hacia un mundo más equitativo. Más allá de que se quiera recuperar una tradición, más que recuperarla es actualizarla, es re- inventarla. A veces con estas ansias de recuperar o revitalizar el pasado nos perdemos de ver el significado que tiene traerlo al día hoy. Pienso en las fiestas tradicionalistas, en realidad es una resignificación al día de hoy de algo que necesariamente tuvo otro significado hace un siglo o más. A veces se corre el peligro de pretender reproducir o revitalizar el pasado, pero necesariamente los significados se han modificado porque el contexto es otro. Concordamos con Blake, quien afirma que las relaciones de género están insertas en el PCI, por lo que aplicar una perspectiva de género en su preservación debería incluir una mirada a las experiencias de las mujeres frente a la de los hombres, y viceversa. Si las prácticas generan una relación de dominación o que incluso coloquen a la mujeres en un lugar de minoridad (razón por la cual se justifica que sean tuteladas), entonces esas prácticas no deberían considerarse PCI, aún cuando la comunidad así lo perciba. En este sentido resulta muy importante analizar los roles y las 304 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo representaciones atribuidos a los varones y a las mujeres en la producción y transmisión de PCI. Importa la voz de la comunidad, pero todas las voces –aún aquellas acalladas por la misma comunidad. Para finalizar Tomando estos recaudos, podríamos postular que el PCI puede instituirse como un espacio de diálogo social que permita minimizar las distintas formas de discriminación en base al género. Y podría incluso pensarse que a través de los procesos que implica el PCI podría prevenirse situaciones de violencia y conflictos. Las experiencias en distintas partes del globo muestran que las organizaciones de mujeres han jugado un papel muy importante en estos procesos, sería bueno rescatarlas para un trabajo conjunto. Un párrafo final refiere a la relación entre el PCI, género y los derechos culturales. Estos no solamente incluyen derechos que explícitamente se refieren a la cultura, sino que ―incluyen todos los derechos humanos que protegen y promueven los componentes de la identidad cultural de las personas y de las comunidades como parte de su dignidad‖ (Donders, 2007). En tanto los derechos humanos son interdependientes, el desafío consiste en lograr un equilibrio entre las necesidades de la comunidad como un todo y las de los miembros individualmente, considerando que para la identidad de la comunidad puede ser vital mantener ciertas prácticas, y que para ciertos miembros minoritarios –mujeres y niños/as principalmente- esas prácticas pueden significar continuar en relaciones de gran inequidad, que incluso pueden llegar a vulnerar sus derechos. Nos enfrentamos una vez más a la tensión entre universalismo –incluyendo los derechos humanos – y los relativismos. Puede entonces cuestionarse la validez de las reivindicaciones de ciertas prácticas tradicionales que reproducen y fortalecen relaciones muy alejadas de la equidad deseada, que pueden incluso vulnerabilizar sectores de la comunidad. La Convención de 2003, concertada en virtud de las disposiciones de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de 2001, tiene como objetivo principal la salvaguardia de la diversidad cultural, a esto hay que agregar y subrayar que se trata de la diversidad en igualdad. Con demasiada frecuencia se esconden relaciones de dominación bajo el rótulo de diversidad. Por todo ello, es necesario mantener la mirada atenta. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 305 Bibliografía Blake, J. 2014 ―Género y patrimonio cultural inmaterial‖, Igualdad de género, patrimonio y creatividad. UNESCO/Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo el auspicio de la UNESCO Bokova, I. 2014 ―Prólogo‖. Igualdad de género, patrimonio y creatividad. UNESCO/Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo el auspicio de la UNESCO. Donders, Y. 2007. ―The legal framework of the right to take part in cultural life‖. En: Y.Donders and V.Volodin (eds), Human Rights in Education, Science and Culture – Legal developments and Challenges. Paris: UNESCO. Moghadam, M. and Bagheritari, M. 2005. Cultures, Conventions, and the Human Rights of women: Examining the Convention for Safeguarding Intangible Cultural Heritage, and the Declaration on Cultural Diversity. SHS Papers in Women‘s Studies/Gender Research. Paris: UNESCO Smith, L. 2008. ―Heritage, Gender and Identity‖. En: B. Graham and P. Howard (eds), The Ashgate Research Companion to Heritage and Identity. Aldershot: Ashgate Publishing UNESCO 2014 Igualdad de género, patrimonio y creatividad. UNESCO/Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos bajo el auspicio de la UNESCO. 306 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo GAUCHOS Y PAISANAS DEL PRESENTE. UNA EXTENSA RED DE INSTITUCIONES TRAS LAS BANDERAS DE LA TRADICION Y LA NACION. VIEJAS DISCUSIONES Y NUEVAS REPRESENTACIONES EN TORNO A LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD NACIONAL María Cecilia Pisarello* El Tradicionalismo argentino en los inicios del siglo XXI Algunas preguntas con las que iniciamos nuestro trabajo de investigación a fines de los años 90 (1998-1999) giraban en torno a los significados que se atribuyen en el presente a la figura del gaucho por parte de quienes participan del tradicionalismo; también –y ligado a lo anterior-, a poder encontrar las motivaciones que explicaran el enorme impulso en cantidad de instituciones que en los últimos 30 años construyó una llamativa presencia territorial. Sumando interrogantes estaba el contexto que describía la frágil situación de los estados nacionales en el proceso de globalización, quedando por un lado a merced de los dictados del capital financiero internacional (Bernal Meza) y por otro como parte de un proceso de ensamblado multinacional con la consiguiente desterritorialización de los bienes simbólicos. (García Canclini) El Tradicionalismo parecía revitalizarse en los intersticios donde el sistema no lograba afianzarse, enfrentando sus dictados de moda: la preeminencia de las nuevas tecnologías reemplazando las relaciones interpersonales; y la cultura de lo efímero contrapuesta a la historia y la tradición como sustento de identidades. El proyecto de investigación que desarrollamos desde el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano se proponía: producir materiales que permitieran conocer el desarrollo actual del tradicionalismo argentino a través de registros de sus instituciones –por región o provincia-: su ubicación geográfica e inventario de actividades que desarrollan, origen de las instituciones e historias de vida de sus integrantes; también la construcción de calendarios que permitieran identificar las fiestas y celebraciones que organizan y de las que participan. El fin de * Antropóloga-Investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Ministerio de Cultura de la Nación. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 307 organizar un cuerpo documental además de construir un relato que estaba desmembrado en las parcialidades de provincias o regiones (a veces incluso al modo de un álbum de familia); fue generar un aporte que contribuyera al análisis de las identidades colectivas, en especial la identidad nacional, en el actual proceso de globalización. El punto de partida estuvo en la provincia de Buenos Aires y las modalidades usadas para la investigación fueron la entrevista en profundidad y la observación participante, también la encuesta y el registro fotográfico. Los lugares donde se desarrollaron los trabajos de campo fueron las instituciones, las fiestas y sobre todo el campamento gaucho que tenía lugar en ocasión del calendario festivo, previo al evento, donde llegaban los grupos de paisanos amigos o familias y se compartía un tiempo distendido entre caballos, música, mates, comida y charla. Luego de varios años de trabajo logramos construir un directorio de más de seiscientas agrupaciones en provincia de Buenos Aires. En este directorio incluimos agrupaciones y centros tradicionalistas, círculos criollos, fortines, agrupaciones y centros gauchos, y peñas nativistas. En las fiestas nos encontramos con grupos de danzas nativas que participaban también de este calendario e incluso grupos de escolares del ámbito rural o de pueblos de provincia que a veces en una carroza alusiva encontraban su forma de intervenir y formar parte. El criterio usado para incluirlos en el directorio fue que compartían fiestas y celebraciones, que fueron tomadas como el lugar de encuentro de este entramado social. Entre las instituciones hay algunas de larga data –como el caso de Barracas al Sud (1942) ó el Círculo Criollo El Rodeo de Moreno (1939)-, y otras más recientes; pero es a partir de fines de los años 80 e inicios de 1990 que se registra la fundación de numerosas instituciones en todo el territorio. Estas surgen generalmente por el deseo de un grupo de paisanos o paisanas de sumarse al calendario de celebraciones, como lo relata una mujer fundadora de la agrupación gaucha la Tradición de Cayastá, provincia de Santa Fe:” Nos juntamos con mis amigas porque queríamos desfilar, pero no con los hombres, solas, sentadas como los gauchos. Vinimos a practicar, todas teníamos padre y hermanos que trabajaban en el campo, así que bueno, nos decidimos y fundamos la agrupación. Después con el tiempo se sumaron los maridos y los hijos y hoy desfila también mi nietito.”(De la libreta de campo junio 2015 Cayastá, Fiesta de la primera yerra) Cuando se organiza una nueva institución, quienes así lo deciden le ponen un nombre que sea de su agrado, y con él construyen el estandarte que será la carta de presentación en fiestas y desfiles, portados por los abanderados de la ocasión acompañando la bandera nacional y provincial. 308 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo , Estancia las Blancas, Barracas al Sud, el atador de Brandsen, Chascomús, Coronel Suárez, Punta Indio, los costeros (Monte Hermoso), Cuyo, Caucete, Valle Fértil. irgen Gaucha, Ceferino Namuncurá, San Juan Bautista, San Francisco de Asís, San Cayetano, Virgen de Lujan, Gauchito Gil, Virgen de la Merced, Deolinda Correa. Figura 1. Fiesta de la Fundación de Ensenada, provincia de Buenos Aires. 2009. Foto: María Cecilia Pisarello. Nos detendremos en los nombres, ya que tratándose de una elección en libertad nos aporta información sobre las representaciones de este universo. Referidos a la historia nacional:25 de mayo, la cautiva, el centenario, celeste y blanca, Juan Manuel de Figura Rosas, 2:20Cabalgata de junio,deMalvinas Argentinas, Güemes,deelSan Restaurador, Fe a la Difunta Correa.Gauchos Vallecito,deprovincia Juan. 2008. Granadero Baigorria, General Belgrano, Martín Foto Miguel de Güemes, Martina Chapanay, Sargento Cabral, San Antonio de Iraola90. 90 Combate San Antonio de Iraola: En el Partido actual de Benito Juárez, ubicado en la provincia de Buenos Aires, y siendo ésta zona de frontera con los pueblos indígenas tuvo lugar en el año 1855 el combate de San Antonio de Iraola entre las tropas de Yanquetruz (cacique Ranquel) y las tropas al mando del Comandante Nicanor Otamendi, quien fue derrotado y muerto en el enfrentamiento. En el año 1857 se celebran tratados de paz en la región entre los pueblos originarios y el gobierno. Consultado el 20 de mayo de 2011 en: http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_de_Benito_Ju%C3%A1rez. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 309 Homenajeando la querencia Ameghino, Estancia las Blancas, Barracas al Sud, el atador de Estanciadelas Blancas, BarracasBalcarce, al Sud, Benito el atador de Avellaneda, Coronel Estomba, Ayacucho,, gauchos Azul, Bahía Blanca, Juárez, Bernal, Coronel Brandsen, Chascomús, Coronel Suárez, Punta Indio, los costeros (Monte Brandsen, Chascomús, Coronel Suárez, Punta Indio, los costeros (Monte Hermoso), Cuyo, Caucete, Valle Fértil. Hermoso), Caucete, Valleen Fértil. RecordandoCuyo, personajes como el caso de Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune, Buenaventura Luna. Devociones populares: Virgen Gaucha, Ceferino Namuncurá, San Juan Bautista, San Francisco de irgen Gaucha, Ceferino Namuncurá, Juan Bautista, Francisco de Asís, San Cayetano, Virgen de Lujan, Gauchito Gil, Virgen de laSan Merced, DeolindaSan Correa. Asís, San Cayetano, Virgen de Lujan, Gauchito Gil, Virgen de la Merced, Deolinda Correa. Figura 2: Cabalgata de Fe a la Difunta Correa. Vallecito, provincia de San Juan. 2008. Figura 2: Cabalgata de Fe a Foto la Difunta Correa. Vallecito, provincia de San Juan. 2008. Foto: María Cecilia Pisarello. http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_de_Benito_Ju%C3%A1rez http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_de_Benito_Ju%C3%A1rez 310 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo En relación al arquetipo: Martín Fierro, José Hernández; Leales y pampeanos; Entre mate y guitarra; Los amigos; Nuestra identidad; Amigos del folklore; Viejo gaucho; Gauchos unidos; Tradición y libertad; Recuerdos y tradiciones; La unión; Familias argentinas; Patria y tradición; La amistad; Reafirmación gauchesca; Tradición nacional; Tierra de criollo; Tierra de huarpe. Temática campera:El rodeo, el chúcaro, el orejano, el bagual, el estribo, el flete, la carreta, los chañares, el viejo corralón, choique, el chajá, los mensuales, el relincho, el potro, el mate, la encimera, el ñandú, el amanecer, el cencerro, el fogón, el jagüel, la querencia, la taba, el zorzal, el ceibo, las espuelas, la tropilla, el hornerito, las nazarenas, el lucero, la tacuara, caballito criollo, los puesteros, el poncho, el arriero, la huella, pilchas gauchas. Figura 3: Fiesta de los pueblos. San Jerónimo, provincia de San Luis. 2007. Foto María Cecilia Pisarello. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 311 Estas instituciones a veces tienen una sede donde realizan talleres de artesanías (soguería, platería criolla, talabartería, tejeduría criolla); enseñanza de danzas nativas, música de raíz folklórica o peñas y encuentros. En algunos casos de pequeños poblados en los cuales se ha levantado el ramal ferroviario, el municipio entrega en comodato la estación del ferrocarril que ha quedado abandonada con el compromiso de parte del tradicionalismo de garantizar el mantenimiento del sitio. Pero la mayoría de las veces, sobre todo en las provincias del interior del país, las instituciones funcionan en casas de familia. Además de estas actividades están aquellas vinculadas a las destrezas ecuestres (cabalgata, juego de pato, corrida de sortija, prueba de riendas); y las tareas de difusión y educativas encaradas a veces desde una radio o participando del ámbito escolar. Sobre el calendario debemos aclarar que las fiestas que han logrado instalarse definitivamente en el calendario y trascender el espacio geográfico donde se realizan –como es el caso de la Fiesta de las Llanuras que se realiza en Coronel Dorrego-, requieren de una organización compleja para la cual convergen autoridades municipales, agrupaciones tradicionalistas, escuelas, instituciones religiosas y otras asociaciones (desde jubilados hasta bomberos voluntarios), esto teje un extenso entramado social que vincula distintas organizaciones y aúna voluntades. Quienes participan de este colectivo se identifican vistiendo ―pilchas gauchas‖ en la participación de eventos: bombachas camperas, alpargatas, pañuelo al cuello, corralera, boina, botas, sombrero, rastras, o alguno de estos elementos. Este calendario recrea la relación del paisano y el caballo; homenajea héroes de la independencia e hitos históricos; festeja la fundación y el santo patrono de pueblos; celebra manifestaciones de fe y devoción popular. Ocupan un lugar destacado aquellas celebraciones que guardan un lazo estrecho con la región. Daremos algunos ejemplos: Reconstrucción histórica de las Invasiones Inglesas: Durante algunos años a partir de 2006 se realizó en el Fuerte de Barragán, Ensenada, provincia de Buenos Aires, una recreación histórica de la resistencia a las Invasiones Inglesas que impidió a los ingleses desembarcar y hacerse del comercio del Río de la Plata. Para la recreación participaron vecinos, escolares, bandas de música y de las fuerzas armadas con el fin de recordar la reacción popular en los años 1806 y 1807, afirmando el sentimiento común a los ―ensenadenses‖ de conmemorar esta gesta como el hecho fundacional de construcción de la Argentina. “Yo pienso, nosotros pensamos, los que somos de acá de Ensenada, que somos tan afianzados a esto, a nuestro terruño, pensamos que nuestra Independencia de España ahí se gesta, 312 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo cuando nos dimos cuenta que le estábamos haciendo frente al león inglés y ahí empieza a gestarse la revolución de mayo, porque nos dimos cuenta de que podíamos ser.”(Entrevista agosto 2008, Agrupación Tradicionalista y Campo de Pato La Montonera) Figura 4 : Reconstrucción histórica de las Invasiones Inglesas. Ensenada, provincia de Buenos Aires. 2008. Foto María Cecilia Pisarello. La ―Montonera‖ junto a otras instituciones tradicionalistas de Ensenada y a pobladores, son los actores de este evento multitudinario: multitudinario en cuanto a espectadores y multitudinario en cuando a despliegue de tropas de infantería y a caballo representando uno y otro bando (ingleses y escoceses por un lado y españoles y criollos por el otro), al que se sumó en el año 2008 la presencia de una Goleta y botes que hicieron de la escenificación un espectáculo aún mayor que involucró el río y un monte silvestre donde se desarrolló parte del combate. En el caso de los gauchos representan la carga de criollos que combate contra los ingleses. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 313 Figura 5: Reconstrucción histórica de las Invasiones Inglesas. Ensenada, provincia de Buenos Aires. 2008. Foto María Cecilia Pisarello. Figura 6: Fiesta del Gaucho Cuyano. Las Trancas. Punto tripartito San Juan, San Luis y Mendoza. 2009. Foto María Cecilia Pisarello. Desde mediados de los años noventa (1990), se Vivo lleva a cabo la Fiesta del gaucho cuyano en la 314 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio localidad de la Tranca, límite de las provincias cuyanas, San Juan, San Luis y Mendoza. Figura 6: Fiesta del Gaucho Cuyano. Las Trancas. Punto tripartito San Juan, San Luis y Mendoza. 2009. Foto María Cecilia Fiesta de los gauchos Cuyanos: Desde mediados de los años noventa (1990), se lleva a cabo la Fiesta del gaucho cuyano en la localidad de la Tranca, límite de las provincias cuyanas, San Juan, San Luis y Mendoza. “Allí se encuentra erigido un monolito tripartito con figuras en relieve, observándose en cada una de sus caras gauchos ataviados y sus cabalgaduras aperadas a la usanza y costumbres, orientados a cada una de las provincias que representa. El lugar de emplazamiento no fue elegido por mero capricho de sus fundadores, sino que muy cerca de allí se firmó el Tratado de Guanacache, el 1 de abril del año 1827, en circunstancias que el país se desangraba por sus luchas intestinas y por la amenaza de la guerra del Brasil y Paraguay. Los gobiernos cuyanos suscribieron un tratado de hermandad y para lograr una defensa recíproca en caso de querer ser avasallados.” (Fogón de Huella) Figura 7: Fiesta del Gaucho Cuyano. Las Trancas. Punto tripartito San Juan, San Luis y Mendoza. 2009. Foto María Cecilia Pisarello. Homenaje al héroe: Desde los inicios Martín Miguel de Güemes participó en la causa independentista. Formó el Escuadrón de Salteños que se incorporó como vanguardia del Ejército del Norte y las Milicias del Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 315 Valle. En Salta, la consigna de Güemes y sus Gauchos era no deja 2009. Foto María Cecilia Pisarello. Homenaje al héroe: Desde los inicios Martín Miguel de Güemes participó en la causa independentista. Formó el Escuadrón de Salteños que se incorporó como vanguardia del Ejército del Norte y las Milicias del Valle. En Salta, la consigna de Güemes y sus Gauchos era no dejar pasar al invasor, para ello pusieron en juego toda su astucia, su destreza de jinetes y su valor. Sin tregua, de día y de noche, el jefe salteño y sus ―Infernales‖, entre los que se contaban numerosos jujeños, sorprendían a los realistas con estratégicos ataques, asaltando, apareciendo y desapareciendo, esgrimiendo sus fusiles, lanzas y boleadoras. El 17 de junio de 1821 las heridas que le habían provocado el ataque de una partida realista, diez días antes, apagaron la vida de Güemes. Allí en la Cañada de la Horqueta, hizo jurar a su segundo, el coronel Vidt, sobre la cruz de su espada que lucharían hasta que no quedara ningún enemigo en el suelo de la patria. El homenaje del pueblo al Héroe –como es llamado comúnmente en Salta, sin agregar su nombrese realiza todos los 16 de junio, desde 1944. Los fortines gauchos se reúnen en el monumento que recuerda el sitio donde falleció, alrededor de fogones y guitarreadas. La espera se extiende hasta la madrugada del 17. La Guardia bajo las estrellas, comienza a las 23:45 horas con la entonación del Himno Nacional Argentino y a las 24 se realiza un toque de silencio. Éxodo Jujeño. Figura 8 del Éxodo Jujeño. San Salvador de Jujuy. 2012. Foto María Cecilia Pisarello. 316 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 8: Bicentenario del Éxodo Jujeño. San Salvador de Jujuy. 2012. Foto María Cecilia Pisarello. En la ciudad de Jujuy todos los años en el 23 de agosto se realiza una dramatización de lo que fue la devastadora salida del pueblo hacia Tucumán, destruyendo sus viviendas y abandonando las pertenencias. Una caravana que organizan las agrupaciones gauchas atraviesa el centro de la ciudad con ropa de época y carretas y revive las dramáticas circunstancias con la quema de construcciones levantadas para la ocasión. El público –en su mayoría familias-, se acerca a participar de esta recreación del éxodo jujeño ocurrido en el año 1812 bajo las órdenes del General Manuel Belgrano. También se realizan diversos actos conmemorativos en los que participan las agrupaciones gauchas jujeñas: en el lugar del monolito que recuerda el punto de partida del éxodo, en las escuelas y en las plazas; recordando el pueblo que se replegó abandonando su terruño para que las fuerzas realistas no encontraran víveres ni provisiones. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 317 Figura 9: Bicentenario del Éxodo Jujeño. Marcha evocativa. San Salvador de Jujuy. 2012. Foto María Cecilia Pisarello. De estos festejos participa entre otras la agrupación Fortín Gaucho La Almona, de la localidad de La Almona a 15 kilómetros de San Salvador por donde -aclaran durante la entrevista- ―pasó la verdadera ruta del éxodo‖; su fundadora es hoy una abuela de 98 años. “Deciden crear el centro Fortín Gaucho San Santiago de la Almona, allá por el año 1960 empezaron a hablar y lo terminaron conformando en el año 1967.” Así nos cuenta V. Mamaní y C. Mamaní Cruz, integrantes del Fortín: “La fiesta del Éxodo es la mayor fiesta del gaucho. Hay muchos que solamente se preparan todo el año para poder participar en el desfile del 22 y 23 de agosto. Porque no hay mayor orgullo que desfilar con su caballo, tratan de hacerlo engordar a su caballo, o de comprarse un mejor caballo para lucir, que tenga mejor paso, de que su montura esté reluciente, si puede tener algo con plata en la montura mejor, de tener su traje de punta en blanco, su poncho, su sombrero. (…) La del 22 decimos que son los fogones del Éxodo porque es a la espera del Éxodo, que es el 23. El 22 a la noche se hace una marcha evocativa y la quema simbólica de la ciudad. Y el 23 son los actos formales. (Libreta de campo, Jujuy año 2012) 318 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 10: Bicentenario del Éxodo Jujeño. San Salvador de Jujuy. 2012. Foto María Cecilia Pisarello. Fiesta de la primera Yerra Desde 1973 la Asociación Conmemorativa de la Primera Yerra organiza en la localidad de Cayastá, en el departamento Garay de la provincia de Santa Fe, una fiesta tradicionalista en conmemoración de la primera marcación el ganado vacuno y caballar en el Río de la Plata. Aquel hecho dio inicio a la ganadería organizada, a distintas acciones vinculadas con la ocupación del espacio rural y a la modulación del derecho de propiedad. Cayastá es la localidad donde se encuentran las ruinas de la primitiva Ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, que estuvo radicada allí desde su fundación en 1573 hasta casi un siglo después. Esta fiesta rinde homenaje a la historia y a la cultura tradicionalista, en defensa del patrimonio cultural. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 319 Figura 11: Fiesta Provincial de la Yerra. Cayastá, provincia de Santa Fe. 2015. Foto María Cecilia Pisarello. En esta ocasión, las familias de la ciudad y del campo participan de una importante muestra de talabartería criolla y otras artesanías tradicionales. La fiesta se desarrolla en un predio de ocho hectáreas, antiguos potreros con corrales de palo a pique, que aquel 24 de junio de 1576 utilizaran los primeros pobladores encabezados por Don Juan de Garay para realizar la marcación. El programa del año 2015 propone: el día sábado pialada de terneros, y pialada de yeguarizos, monta sobre pial; por la noche conjuntos de música del litoral; el día domingo acto protocolar y desfile de agrupaciones gauchas, 65 montas y 10 tropillas y cierre musical. 320 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 12: Fiesta Provincial de la Yerra. Cayastá, provincia de Santa Fe. 2015. Foto María Cecilia Pisarello. Desarrollo del proyecto El material que fuimos construyendo a lo largo de años de trabajo decidimos organizarlo de modo tal que fuera accesible a diferentes públicos: académicos, funcionarios de cultura, educación y turismo, docentes y alumnos, tradicionalismo y público en general. Para esto trabajamos en la creación de una base digital que permitiría la actualización de datos: ofrecía un directorio de instituciones que incluía además de datos postales, comisión directiva y teléfono; y un archivo fotográfico que desplegaba una explicación del tradicionalismo organizada en imágenes. La base proporcionaba una muestra de 90 instituciones en los cuales se describen datos institucionales (fecha de fundación, nombre de fundadores. datos postales), descripción de las instalaciones, descripción de actividades, foto del estandarte y actividades. Además de brindar información sobre las instituciones también se abordaba el calendario de fiestas. En la encuesta que realizamos preguntábamos por las fiestas a las que concurrían y las fiestas que organizaban, actividades que se desarrollaban en las mismas y época del año en que se realizaba, si lo hubiera fecha fija. Respecto de las fiestas también se construyó una base con los datos y se Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 321 clasificó la fotografía de modo que el calendario fuera comprendido desde sus ejes convocantes. Figura 13. Pantalla de Base de Datos del Tradicionalismo en provincia de Buenos Aires: Datos de la Agrupación. Figura 14: Pantalla de Base de Datos del Tradicionalismo en provincia de Buenos Aires: Datos Postales. 322 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Figura 15: Pantalla de Base de Datos del Tradicionalismo en provincia de Buenos Aires: Actividades. Figura 16: Pantalla de Base de Datos del Tradicionalismo en provincia de Buenos Aires: Estandarte. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 323 Figura 17: Pantalla de Base de Datos del Tradicionalismo en provincia de Buenos Aires: Instalaciones. Esta base acompañó en formato de cd el libro ―Presente de gauchos en provincia de Buenos Aires‖, presentado en la 30° Feria Internacional del Libro. El formato digital además de permitir su actualización –condición indispensable para un fenómeno pleno de vitalidad- , era un formato acorde a los nuevos tiempos tecnológicos, y proponía la posibilidad de relacionar entre sí los diferentes campos. Reconociendo la importancia que tienen los medios audiovisuales realizamos una exposición fotográfica que titulamos ―Fiestas de patria y bandera‖ en la cual ofrecíamos los calendarios de fiestas de la provincia de Buenos Aires ilustrando algunas de ellas con fotografías tomadas en el lugar. Esta exposición la iniciamos en el INAPL en ocasión del 2 de abril junto con el video ―Cartas de Batalla‖, y luego fue inaugurada en fechas patrias en general en aquellos lugares donde habían sido tomadas las fotos (25 de mayo en la Pulpería del Círculo Criollo El Rodeo de Moreno, el 20 de junio en la Casa de la Juventud de San Isidro en cuyo taller de fotografía se había trabajado en la construcción de las muestras o como el caso del 9 de julio en la Feria de Mataderos de la ciudad de Buenos Aires). Cumpliendo con los objetivos del proyecto se desarrolló trabajo de campo además de Buenos Aires, en las provincias de La Pampa, San Luis, San Juan, Jujuy, Salta y Santa Fe, participando de distintas actividades. Realizamos la búsqueda bibliográfica que nos permite poder contextualizar los relatos y a partir de la interpretación de estos materiales se publicaron artículos académicos y de 324 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo divulgación. Con una beca para proyectos grupales que nos fue otorgada por el Fondo Nacional de las Artes en el año 2008, realizamos el documental ―La marca del pasado‖, junto a un equipo de técnicos calificados y el director de cine Julio Cardoso. Este documental de 48 minutos -que fue pensado como piloto para una serie de documentales para televisión-, fue exhibido en la XIX Muestra del Documental Antropológico y Social que organiza el INAPL en la ciudad de Rosario; la XXI Feria del Libro de Antropología e Historia (FLAH), en el Auditorio del Museo de Antropología de la ciudad de México. y en la VIII RAM (Reunión Antropología Mercosur), en la ciudad de Buenos Aires, durante el año 2009. En los años subsiguientes fue entregado a la Confederación Gaucha para que enviara copias a las federaciones provinciales, presentado en el FECICO (Festival de Cine del Conurbano) con una charla en un colegio secundario y concedido para su reproducción y difusión a los organizadores, así también a la Asociación de Escritores Tradicionalistas y otras. En el año 2013 se expuso la muestra ―Gauchos y paisanas a caballo de la tradición‖ en el INAPL organizada en conjunto con el Museo Nacional del Hombre. Se planteó como una forma de brindar resultados del trabajo de investigación de un modo ameno y sin ningún tipo de segmentación en relación a educación formal, edad o experiencias previas; también para ofrecer un canal de comunicación entre quienes participan de sus instituciones y quienes se acercan por primera vez. Esta muestra tuvo una renovada puesta del 2 al 7 de diciembre de 2013 en la Casa de la Cultura de la Universidad del Sur, en Bahía Blanca. Algunas conclusiones. “Es comprensible que en época de crisis y transformaciones sociales haya un renacimiento y, a menudo, invención de tradiciones. El hecho de no tener estas tradiciones una relación con la situación presente es irrelevante, pues el criterio para analizarlas no puede ser un anacronismo, sino lo que ellos representan en el imaginario de los grupos que las cultivan” (Oliven; 1999:142). Si bien no dejamos de destacar el crecimiento significativo en número de instituciones y fiestas del calendario en todas las regiones de Argentina durante los últimos decenios, hay registros del tradicionalismo desde fines del siglo XIX y principios del siglo XX, que mencionan la existencia de agrupaciones y centros criollos en los cuales la figura del payador ocupaba un lugar central. Algunos de sus nombres: “El Alero, La Cañada, Los Criollitos de Bragado, El Chañar, Los Andes, La Coyunda, La Flor del Pago, Los Campechanos, La Flor de la Pampa, Los Fronterizos, Los Gauchos Nobles, La Huella, Los indómitos, Los Montoneros del Llano, El Pucará, La Pialada, La Tradición de Santos Vega, El Señuelo, La Resaca, La Querencia, Picardía y Los Suyos”. (Carlos Vega; 1981:53). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 325 Según Adolfo Prieto: “Grupos de jóvenes de ambos sexos y de origen étnico diverso se reunían en estos centros para reproducir una atmósfera rural que parecía garantizar, por sí misma, la adquisición del sentimiento de nacionalidad necesario para sobrevivir, en algunos casos, a la confusión cosmopolita y, para enfrentar en otros, a los brotes xenofóbicos que acompañaron el entero proceso de modernización. Provincianos, extranjeros o hijos de extranjeros, los afiliados de los “Centros Criollos” se expresaban y se comportaban, en el interior del espacio recordado por esa pertenencia, con las modalidades del habla y de la conducta atribuida o reconocible en el universo literario presidido por la imagen del payador Santos Vega. Leían, recitaban, componían textos, pero también cantaban, bailaban, se vestían, comían de acuerdo con las pautas de esa particular versión del tradicionalismo nativista.”(Adolfo Prieto, 1988:145) La presencia territorial de instituciones en todas las regiones de Argentina y la construcción del calendario festivo que nos hemos detenido a considerar, son algunas de las evidencias que nos permiten reflexionar sobre la resignificación de la figura del gaucho y la dimensión de la categoría ―patria‖. Plantea Ciro René Lafón (1998:59) “Cuando decimos Patria aludimos al conjunto de valores materiales y no materiales, pasados, presentes, y futuros que comparten los naturales de una Nación: el apego al territorio compartido, el respeto por las instituciones y las tradiciones culturales, históricas y sociales, que comparten y el amor y el respeto por sus símbolos”. El calendario de fiestas y celebraciones juega un rol de afirmación identitaria que se representa en la figura del gaucho como personaje épico en la construcción de la Nación, indispensable para conquistar la independencia, que fue perseguido por el poder central y la complicidad de leyes y autoridades que veían en su libertad una amenaza al orden establecido. También la figura legendaria que acompañó las montoneras federales y el transmisor de una forma cultural a la que se asocia el tradicionalismo –identificado con la vida en el campo- en extinción: oficios, usos, costumbres y creencias. En los relatos de quienes participan de estas celebraciones se destaca el protagonismo de la región. Los hechos históricos que se rememoran, se enlazan por un lado con valores y cualidades que se consideran que deben formar parte de la tradición cultural, con los cambios y modificaciones que el presente impone; y por otro actualiza su defensa del federalismo. En relación a los casos que hemos presentado, (Tratado de Guanacache, la guerra gaucha de Martín Miguel de Güemes, Éxodo Jujeño, Resistencia a las Invasiones Inglesas, Primera marcación en el Río de la Plata), se evocan hechos y gestas en las cuales se pone de manifiesto la importancia histórica de la región y sus habitantes, afirmando además el sentimiento de pertenecer a la Nación: esas discusiones expresan las dificultades y problemáticas de una tensión permanente –que no ha 326 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo perdido vigencia con el paso de los siglos-, entre los intereses provinciales y del gobierno central. Plantea Víctor Turner (1987): ―En sus performances, los grupos reexperimentan los códigos identitarios y ponen en juego su capacidad reflexiva en dos niveles: 1) como actores en cuyo papel pueden llegar a conocerse mejor; y 2) en el que se comprenden a sí mismos, a partir de la observación, la participación en los performances generados y representados por otro grupo de seres humanos. En el primero, la reflexividad es singular, aunque actuada en un contexto social; en el segundo, la reflexividad es plural y supone la presencia del otro y de la diferencia.‖ La recreación de la memoria histórica y su teatralización posibilita que se expresen las tensiones sociales y los conflictos, lo que no significa que desaparezcan las relaciones de poder presentes en la estructura social. Hoy asistimos a un proceso de revitalización y creación de nuevas festividades como son los casos presentados, con un sentido diferente, creativo, pues se interpretan como una unidad narrativa presente que da significado al pasado. Podemos concebirlo como la revalorización de parte de la población, de una porción del territorio, que reivindica su capacidad defensiva y estratégica, asociada a procesos políticos contemporáneos. No obstante, el sistema de significaciones y creencias no es homogéneo, hay una evidente pluralidad de perspectivas de los individuos que viven e interpretan estas representaciones. ―En estas situaciones —combates, debates, ritos de paso, luchas por el poder— los participantes no sólo hacen cosas, intentan mostrar a otros qué hacen o qué han hecho: en éstas las acciones también son realizadas para otros.‖ (Víctor Turner 1987: 74). Como plantea George Oliven (1999:141): ―A medida que el mundo se torna más complejo y se internacionaliza, la cuestión de las diferencias se reubica y hay un intenso proceso de construcción de identidades” (Oliven 1999:141). Quienes participan de este fenómeno social y cultural son hombres, mujeres, niños y jóvenes que han decidido un empleo del tiempo libre y el ahorro, que vincula distintas generaciones de acuerdo a parámetros no promocionados por los medios de comunicación masiva. Destrezas ecuestres, fiestas patronales y tradicionales son punto de reunión de un universo que se autoconvoca para dar paso a la tradición siempre renovada de ser tradicionalistas. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 327 Bibliografía Bernal Meza, Raúl. 1994. Globalización, regionalización y orden mundial. En: Rapoport, M (comp.) Globalización, integración e identidad nacional. Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano. García Canclini, Néstor. 1995. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires. Editorial Sudamericana. 1995. Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización. México. Editorial Grijalbo. Lafón, Ciro René. 1998. Los comienzos de la nacionalidad. Buenos Aires, Editorial AZ. Oliven, Ruben George. 1999. Nación y modernidad. La reinvención de la identidad gaúcha en el Brasil. Buenos Aires. EUDEBA. Pisarello, Maria Cecilia. 2004 Presente de gauchos en provincia de Buenos Aires. (156 pp. y CD Rom). Buenos Aires. Unión del Personal Civil de la Nación. ISBN 987-96324-2-7. CDD 2011. “Miradas gauchas sobre la autoridad”. En II Jornadas Nacionales de Antropología Filosófica ―Técnica, familia, autoridad‖. Asociación Amigos INA. Ciudad de Buenos Aires. ISBN 978-98727007-1-3. 2011. “A propósito de gauchos y paisanas: proyecto de documentación del Tradicionalismo.” En Actas de Terceras Jornadas del Mercosur sobre Patrimonio Intangible. Universidad Nacional de Mar del Plata y Asociación Amigos del Museo Archivo Histórico Roberto T. Barili. 2014. “Conflictos y luchas del siglo XIX en el calendario de celebraciones gauchas. Presuntos significados.” En Congreso Latinoamericano de Folklore. XVIII° del Mercosur, III° de Unasur y las XXIII° Jornadas Nacionales. IUNA. (En prensa) Prieto, Adolfo. 1988. El discurso criollista en la formación de la Argentina moderna. Buenos Aires, Editorial Sudamericana. Turner, Víctor. 1974. Dramas, Fields and Metaphors, Ithaca, Cornell. University Press. 1987. The Anthropology of Performance, Nueva York, PAJ Publications. Vega, Carlos. 1981. Apuntes para la historia del movimiento tradicionalista argentino. Buenos Aires, Instituto de Musicología Carlos Vega. 328 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Revista El Fogón de Huella: Federación Gaucha de San Luis- año 7- No. 30; pág. 9 y pág. 17. Consultas en http: http://constitucionweb.blogspot.com.ar/2010/06/tratado-de-huanacache-1827.html. Consultado 19 de marzo 2014. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 329 LAS RANDAS DEL TIEMPO. MODELO DE SALVAGUARDIA DEL ARTE TEXTIL DE EL CERCADO MATRA Con el fin de postular a la Randa para el Registro de Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO91, desde el Ministerio de Cultura, se envió un equipo interdisciplinario a territorio. A principio del corriente año, el equipo integrado por dos antropólogas, un camarógrafo, una fotógrafa, una diseñadora textil, una socióloga y la directora del MATRA, recolectaron material para completar los formularios y poder luego enviar el expediente a UNESCO para su posterior evaluación. La actividad implicó a diferentes áreas del gobierno nacional, provincial, municipal y comunal y a instituciones varias. Junto con la recolección de material e información, se desarrolló un acuerdo con las artesanas en el cual se impulsaba la creación de un sello de certificación localizada para las Randas tejidas en la comuna de El Cercado y un sello de buenas prácticas en el trabajo colaborativo Randeras- diseñadores. Entre la información recolectada, se priorizó aquella referente al contexto de producción, la transmisión del conocimiento artesanal (familiar- consanguínea y por alianza; por vecinazgo), la descripción del espacio geográfico, las características socio-demográficas del lugar, la técnica, la cuestión de género (ya que es una actividad femenina), el relato histórico que permite situar la práctica, entre otras cosas. A partir de ello, se creó, en conjunto con la Universidad Nacional de Tucumán, un proyecto nombrado “A Cercando” que impulsó un laboratorio de trabajo diseño-artesanía. Asimismo, se está desarrollando un Protocolo de Buenas Prácticas para regular la actividad de artesanos y diseñadores en un futuro. En el marco de este proyecto, se brindó un taller para artesanas y diseñadores referente al Patrimonio Cultural Inmaterial a cargo de la Dra. Marian Moya. Entre otras actividades, las Randeras pudieron participar en una capacitación a cargo de la Secretaría de Turismo de la provincia y se prevé una capacitación a cargo de Desarrollo Social con vistas a mejorar las condiciones socioeconómicas de la comunidad de artesanas. Al momento, continúa habiendo un acompañamiento cercano y constante en territorio de la comunidad de Randeras. Referencias Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003), París. 91 Dentro de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del 2003. 330 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo TALLER TEÓRICO-PRÁCTICO: “ENTORNOS LEGISLATIVOS Y POLÍTICOS PARA LA SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL” UNESCO-MINISTERIO DE CULTURA DE LA NACIÓN El segundo día del Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo, trabajadores de la cultura y público en general tuvieron la oportunidad de asistir a un taller de capacitación a cargo de la docente Gabriela Pacheco Piñeyro (Formadora UNESCO, Uruguay). Estuvieron representadas, a través distintos participantes, las provincias de Buenos Aires, San Luis, Neuquén, Río Negro, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero y Tierra del Fuego como así también la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trato, en su gran mayoría, de responsables de las áreas de Patrimonio, Patrimonio y Museos, Administración de Parques Nacionales y de estudiantes de carreras relacionadas con la cultura, el turismo y la administración. El taller estuvo dividido en dos partes, una teórica y otra práctica. En la primera parte se realizó una revisión y un análisis de los conceptos claves de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del año 2003 (UNESCO). Allí se hizo mucho hincapié en los objetivos que se plasmaron en este documento, siendo primordiales la salvaguardia, el respeto, la sensibilización y la cooperación y asistencia internacional. También se focalizó en los ámbitos definidos en este instrumento normativo: tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, conocimientos y técnicas artesanales realizando la salvedad de que cada país puede definir estos ámbitos de acuerdo a su idiosincrasia y a lo que considere apropiado. Finalmente, se expusieron las obligaciones y funciones tanto en el plano nacional como en el internacional. En lo que respecta al primero, se abordó el tema de la confección de inventarios y la participación de las comunidades. En el plano internacional, la postulación para las listas representativas del patrimonio de la humanidad y la lista de aquellas manifestaciones que requieren medidas urgentes de salvaguardia y aquellos proyectos y actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial que son muestras de ―buenas prácticas‖. La segunda parte del taller estuvo destinada a la instrumentación de una dinámica grupal con los participantes, los cuales debían contestar un cuestionario en el cual analizaran la infraestructura necesaria para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en el contexto nacional y de sus propias provincias, identificando retos y necesidades para posteriormente arribar a conclusiones generales. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 331 ENTORNOS LEGISLATIVOS Y POLÍTICOS PARA LA SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Gabriela Pacheco Piñeyro* Conceptos básicos de la Convención para la UNESCO Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial El contenido de la expresión “patrimonio cultural” ha experimentado importantes cambios en las últimas décadas sufriendo una reelaboración importante, debido en parte a los intensos debates internacionales y a los instrumentos elaborados por la UNESCO. Actualmente la concepción del patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes. La UNESCO, en su 32ª reunión, celebrada en París entre el 29 de septiembre y el 17 de octubre de 2003, adoptó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (en adelante, la Convención), quinto instrumento normativo acogido por esta Organización para la protección del patrimonio cultural con los siguientes objetivos: a) la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial (en adelante PCI) que sea conforme a los acuerdos internacionales sobre derechos humanos y de compatibilidad con el desarrollo sostenible; b) el respeto del PCI de las comunidades, grupos y personas; c) la sensibilización en el plano local, nacional e internacional sobre la importancia del PCI, y d) la cooperación y asistencia internacional para su salvaguardia.92 Según el Artículo 2 de la Convención “se entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”93. Asimismo plantea, a modo de ejemplo, que dicho patrimonio puede manifestarse en particular en cinco ámbitos o dominios: tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas artesanales tradicionales (lista no exhaustiva). * Arquitecta. Consultora del Sector Cultura de la Ofcina de UNESCO/Montevideo. Ver Texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00006 92 UNESCO, 2011, Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003, París, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 93 332 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Al día de hoy la Convención cuenta con 163 Estados Parte, 30 de los cuales son de América Latina y el Caribe, entre ellos Argentina, que la ratificó el 9 de agosto de 2006 mediante la Ley Federal Nº 26.118. La adopción de la Convención94 fue un paso muy importante hacia la formulación de nuevas políticas en la esfera del patrimonio cultural ya que ofrece un marco jurídico, administrativo y financiero para la salvaguardia de este patrimonio. Pese a su fragilidad, el PCI es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. En el espíritu de la Convención la comprensión del PCI de diferentes comunidades puede contribuir al diálogo entre culturas y promover el respeto hacia otros modos de vida, así como a los derechos humanos (incluida la igualdad de género), el desarrollo sostenible y la cooperación internacional. Como ocurre con la cultura en general, el patrimonio inmaterial cambia y evoluciona constantemente, y cada nueva generación lo reelabora y enriquece. Para salvaguardar el PCI necesitamos medidas específicas, distintas de las destinadas a conservar monumentos, sitios y espacios naturales. Si queremos mantenerlo vivo, debe seguir siendo pertinente para una cultura y ser practicado y aprendido regularmente en las comunidades y por las generaciones sucesivas. Pero, ¿cómo salvaguardar y efectuar la gestión de un patrimonio que cambia constantemente y forma parte de una “cultura viva”, sin congelarlo o vaciarlo de contenido? Existe el peligro de que ciertos elementos del PCI desaparezcan si no se contribuye a su salvaguardia. Salvaguardarlos requiere la transferencia de conocimientos, técnicas y significados. En otras palabras, la salvaguardia se centra sobre todo en los procesos relacionados a la transmisión o comunicación del patrimonio de una generación a otra, y no tanto en la producción de sus manifestaciones concretas, como la ejecución de una danza o la fabricación de un instrumento musical o un objeto artesanal. Las medidas de salvaguardia pretenden asegurar la viabilidad de este patrimonio y su continua recreación y transmisión. Entre las iniciativas para salvaguardar el PCI se encuentra la identificación, documentación, investigación, preservación, promoción, mejora y transmisión, en particular a través de la educación formal y no formal, así como la revitalización de sus diferentes aspectos. En el plano nacional, la Convención promueve la salvaguardia del patrimonio inmaterial presente 94 Una Convención es un acuerdo entre Estados, concertado con arreglo al derecho internacional, que prevé derechos y obligaciones de cada una de las partes. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 333 en el territorio de un Estado (Artículos 11 al 15) y pide a éstos, entre otras cosas, que identifiquen y definan su patrimonio con la participación lo más amplia posible de las comunidades, los grupos y las organizaciones no gubernamentales concernidas. En el marco de la Convención, todos los Estados que la han ratificado se reúnen cada dos años en una Asamblea General, que es el órgano soberano, y entre otras muchas funciones elige a los 24 miembros de un Comité Intergubernamental encargado de promover los objetivos de la Convención y supervisar su aplicación. El Comité acuerda, entre otras cosas, la inscripción de elementos del PCI en las listas de la Convención y el registro de buenas prácticas de salvaguardia así como la prestación de asistencia financiera internacional. Es decir, los Estados Partes pueden presentar solicitudes de asistencia internacional al Comité con miras a la protección del patrimonio inscrito en la Lista de salvaguardia urgente, la preparación de inventarios y el apoyo a programas, proyectos y actividades95. Aunque sólo los gobiernos de los Estados Partes en la Convención pueden presentar expedientes a las Listas para que sean considerados por el Comité, dichas propuestas deben hacerse con la plena participación y consentimiento de la comunidad o grupo interesado. El primer paso que debe dar un Estado para salvaguardar su patrimonio inmaterial es identificar y registrar o inventariar (Artículo 12) las expresiones y manifestaciones susceptibles de ser consideradas tal patrimonio. Los inventarios pueden servir luego de base para elaborar medidas de salvaguardia de las manifestaciones o expresiones del PCI incluidas o descritas en ellos. Las comunidades deben participar en la identificación y definición de su PCI, puesto que son quienes deciden qué usos forman parte de su patrimonio cultural. Teniendo en cuenta que el PCI cambia constantemente, los inventarios deberían actualizarse con regularidad. Para ayudar a los Estados Partes a aplicar la Convención en los planos nacional e internacional se crearon las Directrices Operativas96 (en adelante DO). Son orientaciones que incluyen criterios, reglamentaciones, procedimientos y recomendaciones para implementar la Convención. Éstas pueden ser modificadas, adaptadas o ampliadas con bastante facilidad y es probable que se mantengan como un trabajo en curso para asegurar su constante actualidad. Temas clave para la elaboración de marcos normativos para la salvaguardia del PCI La Convención alienta a los Estados Partes a tomar las medidas necesarias tendientes a asegurar un entorno propicio para la salvaguardia del PCI, lo cual puede incluir el desarrollo o modificación de las políticas y la legislación relacionada a éste (Artículo 13 DO). 95 96 Ver http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00184 Ver Texto de las Directrices Operativas en http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=en&pg=00026 334 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo En el marco de la Convención los Estados parte tienen dos funciones principales: adoptar las medidas para garantizar la salvaguardia del PCI e identificar e inventariar el PCI con participación de las comunidades, grupos y ONG‘s concernidas. En dicho contexto, si bien la Convención y sus DO alientan a los Estados a crear una infraestructura para la salvaguardia del PCI, no imponen una obligación explícita de hacerlo ni dan sugerencias detalladas. La Convención promueve específicamente el fomento de la participación comunitaria y su consentimiento para todas las actividades relativas a su PCI con el fin de evitar la apropiación indebida y la descontextualización. El Estado debe tratar de garantizar que los derechos de las comunidades interesadas sobre su PCI estén protegidos (Artículo 104 DO). A doce años de aprobada la Convención y a casi diez de haber entrado en vigor (20 de abril de 2006), muchos Estados ya han desarrollado políticas relacionadas con el PCI para contar con herramientas para aplicarla pero aún es un área relativamente nueva. Estas herramientas pueden implicar la modificación de las políticas y la legislación vigente, la ampliación de los mandatos de las instituciones existentes, o el desarrollo de nuevas políticas y leyes junto a la creación de nuevas instituciones. El término "política" puede tener muchos significados, en este contexto se empleará para referirse a un sistema de líneas de acción, principios y procedimientos considerados beneficiosos para un propósito específico –en este caso la salvaguardia del PCI-, utilizado por una entidad gubernamental o sus representantes. La formulación de políticas es en consecuencia un proceso complejo impulsado internamente en un Estado y es mucho más que la redacción de un documento. La literatura sobre PCI relacionada a la elaboración de políticas sugiere que existe una considerable diversidad de disposiciones legales y administrativas para salvaguardar el PCI tanto entre los Estados como al interior de éstos, por ejemplo en los sistemas de gobiernos federales o descentralizados. Esto no es sólo porque los elementos del PCI y las culturas son diversas, sino también porque su función, valor y los beneficios potenciales de su salvaguardia, puede ser percibidos de manera diferente. Las decisiones políticas relacionadas al ámbito de la cultura en general muestran una diversidad similar. La salvaguardia del PCI se ve afectada a la vez que puede contribuir con actividades en otras áreas tales como el desarrollo, la salud, la propiedad intelectual, el turismo y la educación. Las formas en Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 335 que la salvaguardia del PCI se aproxima y cruza con estas otras áreas de formulación de políticas también varían ampliamente entre los Estados. Por ejemplo, algunos Estados priorizan el papel del PCI en el fomento de la cohesión social, el reconocimiento y la protección de las minorías o grupos indígenas; otros dan prioridad a su papel en la promoción de los objetivos de desarrollo. Las comunidades también tienen una amplia variedad de razones para tratar de proteger su PCI, por ejemplo la promoción de la identidad y cohesión del grupo, el reconocimiento, el desarrollo, el reclamo de recursos como la propiedad intelectual o los derechos sobre la tierra, etc. El enfoque adoptado en la Convención y sus DO es necesariamente general y los Estados harán, por supuesto, la identificación de las necesidades específicas de las comunidades y de la salvaguardia del PCI dentro de sus territorios, y adaptarán sus políticas en consecuencia. - Desarrollo de políticas relacionadas al PCI La elaboración de políticas eficaces requiere la combinación de investigación, consultas, diálogo y formación, emprendidos con las comunidades afectadas, los profesionales y otros actores clave, para garantizar la efectiva apropiación y aplicación. Es un proceso complejo que debería estar acompañado por: • fuerte voluntad política para impulsar el proceso y superar los obstáculos; • consulta amplia y abierta con los interesados (comunidades concernidas, público, ONG’s, partidos políticos, organismos gubernamentales y ministerios); • identificación clara de la situación local y reflexión sobre experiencias de otros países, • fortalecimiento de capacidades de las comunidades, las instituciones y otros actores, para implementar las políticas. Políticas, leyes y medidas administrativas para apoyar la salvaguardia del PCI no siempre se encuentran dentro de las legislaciones y políticas específicas relacionadas con el PCI, por lo cual un mosaico de normas pueden influir en las actividades de salvaguardia. Retos específicos que pueden ser experimentados en la elaboración de políticas (o en la modificación de las existentes) en el campo de la cultura: • baja prioridad política dada a la cultura (y presupuestos correspondientemente bajos); • falta de comunicación entre los ministerios y / o en otros organismos; • débil comunicación y colaboración entre el gobierno central y los niveles administrativos descentralizados (si es que existe), y/o entre los niveles administrativos descentralizados en materia cultural; • consulta insuficiente a las comunidades y sus representantes; y 336 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo • capacidades institucionales y recursos humanos débiles97. La formulación de políticas específicas para apoyar la salvaguardia del PCI o la implementación de éstas, pueden encontrar algunos problemas específicos: • confusión acerca de los propósitos y principios de la Convención, que se ilustra, por ejemplo, en los reclamos de "propiedad" de algunos Estados sobre elementos específicos del PCI inscritos o a ser inscritos en la Lista representativa; • dificultades metodológicas, organizativas y financieras que afectan los enfoques de la salvaguardia del PCI dentro del ámbito de la cultura, por ejemplo, perspectiva históricamente ligada a la conservación del patrimonio material, o desarrollo de nuevas políticas para promocionar los productos culturales ; • dificultades para integrar el PCI en las legislaciones y políticas no culturales; • débiles mecanismos de consulta pública y de la comunidad en la formulación de políticas relacionadas con el PCI; y • casos en que la descentralización de la elaboración de política relacionada al PCI a los niveles subnacionales de administración dentro de un país , que por lo general crea oportunidades para atender a las necesidades y situaciones locales, afecta negativamente a la coordinación y la sinergia entre las políticas dentro de un Estado. - Variedad de enfoques El análisis de las leyes y políticas en los Estados Partes en la Convención revela una considerable diversidad de disposiciones legales y administrativas para la salvaguardia del PCI98: • Algunos Estados han desarrollado (o están desarrollando) políticas y legislación específica para la salvaguardia del PCI (por ejemplo, Japón, China, Georgia, Níger), mientras que otros han integrado (o están integrando) el PCI en su legislación general de cultura (por ejemplo, Francia, Marruecos, Serbia, Vietnam); • En algunos Estados, las políticas y la legislación relativa al PCI son promulgadas y aplicadas a nivel subnacional (como en provincias o Estados en una estructura federal) y por lo tanto pueden diferir entre las regiones administrativas dentro de un país (por ejemplo, Austria, Brasil, Bélgica, India, Italia, Mongolia, Suiza, España, Emiratos Árabes Unidos); • Algunos Estados han establecido (o están estableciendo) nuevas instituciones o direcciones responsables del PCI (por ejemplo, la República Dominicana, Gabón, India), otros han ampliado los 97 98 Información extraída de la nota de Orientación elaborada por la Sección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO Información extraída de la nota de Orientación elaborada por la Sección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 337 mandatos de las instituciones existentes (por ejemplo, Burkina Faso); • Algunos Estados tienen instrumentos legales encaminadas a proteger determinados elementos del PCI inscritos en su inventario/registro nacional y / o en la Lista representativa (por ejemplo, Portugal); • Algunos Estados prevén la posibilidad de apoyar a practicantes claves del PCI, llamados a veces Tesoros humanos vivos (por ejemplo, Camboya, Marruecos, Senegal); • Algunos Estados vinculan sus políticas de PCI a las disposiciones para comunidades específicas, si se trata de grupos minoritarios o indígenas, o grupos mayoritarios. Estos diferentes enfoques dentro de los Estados parte pueden atribuirse a diferentes influencias regionales e internacionales, a diferentes contextos socio-políticos, históricos y económicos; y a diferentes interpretaciones y razones de la ratificación de la Convención. Los instrumentos internacionales como la Convención pueden ser muy importantes para formular soluciones y para proporcionar conceptos y definiciones que pueden ser útiles en la formulación de políticas relacionadas con el PCI. La coherencia de la terminología y de los enfoques puede contribuir a la cooperación internacional aunque los Estados también tienen que adaptar la política sobre PCI a sus propias circunstancias. Las disposiciones relacionadas con el PCI pueden estar localizadas en una multiplicidad de lugares dentro del sistema legal: en la Constitución, en el derecho consuetudinario, en la legislación sobre una amplia gama de temas, así como en las políticas y legislaciones generales o subsidiarias de cultura. Muchos Estados delegan la elaboración de políticas sobre la cultura a los niveles subordinados de administración o de gobierno, y algunos tienen sistemas legales plurales que adaptan ciertas formas de derecho consuetudinario, y por lo tanto tienen diferentes disposiciones aplicables a las distintas comunidades en el Estado. La formulación de políticas relacionadas con el PCI no siempre toma la forma de una política de PCI autónoma en el sector de la cultura. Algunas políticas mencionan explícitamente el PCI; otros simplemente pueden afectar su salvaguardia indirectamente. La mayoría de las constituciones nacionales no mencionan específicamente el PCI. En pocas se dan indicaciones sobre cómo se define el PCI, cómo planea el Estado asegurar su salvaguardia, y las funciones de las distintas partes interesadas en hacerlo. Independientemente de si se menciona el PCI, y su valor para la sociedad o las comunidades específicas, hay otros factores en cualquier Constitución que probablemente afecten la naturaleza y el alcance de la formulación de políticas 338 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo relativas al PCI, especialmente cuando la Constitución es la ley suprema. Una Constitución tiende a centrarse en los principios generales del gobierno y por lo tanto es relativamente abstracta, de alto nivel y difícil de modificar. Por lo tanto, puede que no sea óptimo (o posible) incluir las modalidades de salvaguardia del PCI en una Constitución, a menos que haya un sistema federal u otra manera de gobierno descentralizada que requiera de la Constitución para establecer responsabilidades en los diferentes niveles de gobierno. - Derechos humanos y PCI En virtud de la Convención, solamente se tendrá en cuenta como PCI aquellas manifestaciones “...compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos...” (Artículo 2.1). Esta disposición de la Convención se refiere a las acciones a nivel internacional (por ejemplo, las nominaciones a las Listas de la Convención) y no necesariamente requiere que los Estados Partes ignoran a nivel nacional el PCI que no cumpla con las disposiciones de derechos humanos. Sin embargo, sería deseable que las discusiones a nivel nacional aborden, dependiendo del contexto local, las cuestiones de derechos humanos (incluida la igualdad de género) en el desarrollo de las políticas relacionadas con el PCI. La falta de atención a las cuestiones de género y de los derechos humanos en general puede distorsionar la representación del PCI y excluir a algunas comunidades (y algunos miembros de las comunidades) en el proceso de salvaguardia y por lo tanto amenazar la práctica continua y la transmisión del PCI. El simple hecho de que una práctica del PCI sea segregada por sexo (edad, estatus, origen étnico, etc.) no hace que sea discriminatoria en sí, además la práctica del PCI no es estática: cambia constantemente y en algunos casos se adapta. La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural proporciona principios claros para hacer frente a posibles conflictos entre la diversidad cultural y los derechos humanos: “Nadie puede invocar la diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance”99. Es imprescindible que la relación entre los derechos humanos (incluida la igualdad de género) y la práctica, la identificación y la salvaguardia del PCI, reciba, en la medida de lo posible, atención en el proceso de desarrollo de políticas. 99 Ver http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001271/127162s.pdf Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 339 Aunque las disposiciones de la Convención y sus DO se aplican a todas las comunidades, grupos e individuos que se identifican con un elemento específico del PCI, el Preámbulo de la Convención menciona que las comunidades indígenas requieren una consideración especial. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en setiembre de 2007 la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), la cual ha sido ampliamente respaldada por los Estados de todo el mundo. La Declaración reconoce que el respeto de los conocimientos indígenas, las culturas y las prácticas tradicionales contribuye al desarrollo sostenible y equitativo. Dice que los pueblos indígenas tienen el derecho a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres culturales así como el derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, conocimientos tradicionales y expresiones culturales tradicionales. “Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura”100 Los Estados tienen diferentes enfoques en relación a las comunidades indígenas que viven dentro de las fronteras de su territorio, en función de la historia y el contexto legal, de la relación entre las comunidades indígenas y el Estado, de la actitud del gobierno imperante, etc. Por ejemplo la Constitución de Venezuela, reconoce que los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares sagrados y de culto. Las comunidades indígenas y las minorías también pueden tener derechos administrativos y legales específicos respecto al uso del suelo, la oferta lingüística, etc. En este contexto existen dos tipos de descentralización: descentralización territorial, donde las diferentes partes de un Estado tienen sus propias autoridades (por ej. los sistemas federales) y descentralización no territorial, donde las diferentes comunidades etnolingüísticas (vivan donde vivan) u otras entidades no espacialmente definidas, están sujetas a diferentes tipos de gobierno o autoridad gubernamental descentralizada. Esto último se asocia a menudo con el pluralismo jurídico. Los Sistemas jurídicos plurales no son todos iguales: es posible distinguir entre pluralismo "débil" y "profundo". En los sistemas con pluralismo jurídico débil, el derecho consuetudinario se introduce y se valida a través del sistema legal dominante o sea las normas consuetudinarias son aplicadas por el sistema estatal. En los sistemas con un profundo pluralismo jurídico se les da a las instituciones 100 Ver http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/documents/DRIPS_es.pdf 340 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo consuetudinarias el espacio para operar independientemente de las estructuras del Estado. Al analizar los efectos de la descentralización no territorial en asuntos relacionados con la salvaguardia del PCI, es por lo tanto importante tener en cuenta la relación jurídica, administrativa y conceptual entre el Estado y las fuentes de autoridad y el poder tradicional, y las implicancias de esto para la política relacionada con el desarrollo del PCI. La descentralización puede traer algunas ventajas y desventajas: puede brindar oportunidades de una mayor flexibilidad permitiendo adaptar las políticas de PCI a las circunstancias locales, pero también puede generar duplicación o discordancia entre los diferentes niveles de gobierno101. - Marcos políticos en el Sector de la Cultura La mayoría de las políticas relacionadas con el PCI se centran en el sector cultural, donde probablemente residida la responsabilidad de la aplicación de la Convención. Cuando un Estado tiene un Ministerio o Secretaría de Cultura, esta función a veces también se combina con la educación, los medios de comunicación, el deporte, el turismo u otras áreas. Tal estructura multidimensional puede facilitar la integración de las cuestiones relacionadas con el PCI en políticas más amplias, ya que todas ellas están incluidas en el mismo Ministerio (aunque no siempre es así). Si el PCI no se menciona en absoluto en la política cultural existe el peligro de que las disposiciones sobre cultura y patrimonio no cuenten con suficientes recursos presupuestarios para apoyar la infraestructura necesaria ni las actividades de salvaguardia del PCI. Al mismo tiempo, uno de los inconvenientes de la inclusión del PCI dentro de una política cultural general puede ser que este tipo de políticas con frecuencia no se actualiza regularmente. Las políticas de Patrimonio en la mayoría de los Estados se centran en la gestión del patrimonio tangible. Puede ser posible incluir disposiciones para la salvaguardia del PCI en dichas políticas de patrimonio pero, al hacerlo, vale la pena considerar las diferencias y similitudes entre la conservación del patrimonio tangible y la salvaguardia del patrimonio inmaterial. Cuando las disposiciones para apoyar la salvaguardia del PCI están incluidas en las políticas de patrimonio junto con las disposiciones existentes para la gestión del patrimonio tangible, se debe prestar especial atención a las formas en que el consentimiento, la consulta y la participación de la comunidad se promueve y se asegura. También puede ser útil prestar atención a las 101 Información extraída de la nota de Orientación elaborada por la Sección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 341 conceptualizaciones e implementaciones, de forma tal que la gestión del patrimonio no privilegie lo material sobre lo inmaterial, ofreciendo oportunidades para el reconocimiento mutuo y para la gestión integrada. - PCI y políticas de idiomas Puesto que el lenguaje es un vehículo del PCI en la mayoría, si no todas las comunidades, las políticas lingüísticas tienen un gran impacto en la identificación y salvaguardia en general. Debido a la migración y otras formas de interacción entre las personas, en la actualidad no existe ningún Estado estrictamente monolingüe. Todos los Estados tienen políticas lingüísticas, pero éstas no siempre se expresan en la legislación. A menudo los Estados seleccionan un idioma o unos pocos como oficiales o de trabajo. En los Estados federales varios idiomas pueden tener el mismo estatus en diferentes zonas del país. Estados que asignan diferentes estatus a los idiomas en su territorio pueden ser reacios a llevar la lengua dentro de la órbita de la Convención que aboga por la igualdad de las comunidades y su PCI, lo cual les obliga a tomar las medidas oportunas encaminadas a la salvaguardia (en principio) de todo el PCI presente en su territorio. Aunque la lengua es ampliamente reconocida como un vehículo clave de la diversidad cultural y la identidad, aún no se ha desarrollado un instrumento jurídico internacional vinculante para proteger específicamente los derechos lingüísticos, la diversidad lingüística o el multilingüismo. La mayoría de los textos jurídicos internacionales que abogan por los derechos lingüísticos o la diversidad lingüística lo hacen de una manera no vinculante y restrictiva. La lista de ámbitos del PCI que se enumera en el artículo 2.2 de la Convención no es exhaustiva y si bien no excluye explícitamente el idioma sólo lo menciona de manera restrictiva en el primero de los ámbitos que figuran: "tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial”102, y por el momento tampoco aparece en ninguna parte de las Directrices Operativas. Algunos Estados Partes de la Convención, sin embargo, toman el idioma per se en cuenta en la aplicación de la Convención a nivel nacional e incluso algunos lo incluyen en sus inventarios de PCI. 102 Ver Texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00006 342 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo - Políticas autónomas de PCI En algunas situaciones, el desarrollo de una política de PCI independiente es factible, y en otras no. Cuando sea necesario ventajas similares podrían buscarse a través de estrategias alternativas, como por ejemplo introducir un capítulo de PCI en la política de cultura o de patrimonio, y / o fortalecer capacidades y desarrollar materiales de sensibilización que proporcionen una fuente única de información integral para las comunidades, los funcionarios del gobierno y otras partes interesadas. Si el PCI ya se trata en detalle en la Constitución o en las políticas culturales, puede ser más difícil elaborar disposiciones detalladas en un nivel inferior, y la elaboración de reglamentos, el establecimiento de órganos o los ajustes a los mandatos institucionales pueden ser una forma más adecuada de proporcionar un marco para la salvaguardia. - Definición de comunidades y su PCI Es importante que las políticas relacionadas con el PCI se basen en una cuidadosa consideración de las formas en que el PCI y las comunidades interesadas se definen, asegurando que esas definiciones no excluyan involuntariamente ciertos tipos de PCI, y ciertas comunidades (a menos que, por supuesto, estas mismas comunidades elijan tener su PCI excluido). La Convención no ofrece una definición fija de comunidades, grupos e individuos de que se trate (y es un concepto que es problemático definir en cualquier caso). Pero sí fomenta (artículos 11, 12 y 15), un Estado fuerte para garantizar la mayor participación posible de las comunidades, y otras partes interesadas, como las organizaciones no gubernamentales, en todas las actividades relacionadas con su PCI. La infraestructura y las políticas establecidas por el Estado, deberían fomentar la consulta y la cooperación entre las comunidades y otras partes interesadas, sin forzar la participación y el consentimiento y sin desplazar el poder de los interesados para tomar sus propias decisiones. Al mismo tiempo, las políticas deben reconocer que los diferentes miembros de las comunidades a menudo tienen distintos puntos de vista acerca de su PCI y la forma de salvaguardarlo, y asegurarse de que aquellos que se proponen para representar a las comunidades tengan mandato para hacerlo. - Identificación e inventario La identificación e inventario son una de las pocas obligaciones en virtud de la Convención (artículos 11 a 12). Los inventarios deben ser hechos a medida de la situación particular de cada Estado y de cada localidad de ser necesario, cubrir al menos toda la gama del PCI presente "en su territorio" y estar compilado “con miras a la salvaguardia”, además de ser “actualizado periódicamente” (artículo 12.1). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 343 La creación de un inventario es un proceso complejo que puede tomar algún tiempo para organizarlo, crearlo y ponerlo en práctica. La Convención simplemente requiere que los Estados hayan comenzado la tarea, aunque no la hayan terminado, pero todos los elementos propuestos a las Listas de la Convención tienen que estar incluidos en un inventario que cumpla con los artículos 11 a 12. No existe un modelo de inventario que funcione en todos los Estados, o incluso en todas partes dentro de los Estados. Inicialmente puede ser recomendable centrarse en disposiciones políticas generales sobre la necesidad de inventariar, principios fundamentales y las asignaciones de fondos o mandatos institucionales para la coordinación del inventario. Los enfoques específicos para el inventario que se adopten en el Estado pueden determinarse a través de investigaciones, consultas, proyectos piloto de inventario locales y otras actividades similares. Otras disposiciones políticas pueden ser elaboradas una vez que estas investigaciones hayan sido hechas. -Disposiciones específicas para practicantes y elementos del PCI Las DO alientan a los Estados Partes, entre otras cosas, a ―promover políticas para el reconocimiento público de los portadores y practicantes del PCI‖. Un enfoque específico sobre ciertos practicantes y elementos, en algunos casos puede contribuir a la salvaguardia, aunque también puede tener efectos no deseados, creando tensiones al interior de la comunidad. De acuerdo al espíritu de la Convención, el foco de los proyectos de salvaguardia del PCI debe estar centrado en la transmisión en un sentido amplio y orientado más en el conocimiento y las habilidades involucrados que en las personas que pasan a tener estas habilidades en un momento dado. Muchos Estados han adoptado programas, como por ejemplo los Tesoros Humanos Vivos, u otros sistemas relacionados, para reconocer como clave a los practicantes del PCI y recompensarlos de alguna manera con el fin de fomentar la transmisión de sus habilidades y conocimientos a los demás. Los practicantes pueden beneficiarse de la financiación para proporcionar capacitación a otros, el acceso subsidiado a las instalaciones de un taller, los planes de pensiones estatales o programas de exención de impuestos, por ejemplo. Muchos de estos programas implican la creación de una infraestructura legal y administrativa. Sin embargo los Programas Tesoros Humanos Vivos no necesariamente necesitan tener leyes específicas, inventarios u organismos permanentes para administrarlos, y ni necesitan cubrir todas las formas de PCI o todas las regiones del Estado. En el caso de colocarse restricciones sobre los tipos de PCI cuyos practicantes pueden ser reconocidos y premiados, previamente debe realizarse una cuidadosa consideración de los posibles efectos negativos en la transmisión. 344 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo - Legislaciones y marcos políticos fuera del sector de cultura Las legislaciones y los marcos políticos para la salvaguardia del PCI generalmente se ubican en el ámbito del patrimonio y la cultura, pero también están estrechamente relacionados con otros ámbitos como el desarrollo sostenible, la salud, la propiedad intelectual, el turismo y la educación. Sin embargo, estas otras áreas a menudo no tienen en cuenta el PCI de manera de promover su salvaguardia, y hasta a veces pueden impedir esos esfuerzos. Por ejemplo, las políticas de educación no siempre permiten el uso de las lenguas minoritarias en las escuelas, lo que dificulta la transmisión del PCI asociado, tales como la narración de cuentos. La integración del PCI en otras políticas y legislaciones fuera del sector cultural en general se ve obstaculizada por el gran número de instituciones y actores involucrados y la falta de mecanismos de cooperación eficaces entre ellos. No siempre será fácil (o incluso posible) enmendar o desarrollar políticas en otros sectores con el fin de integrar las cuestiones de salvaguardia del PCI. En tales casos, los Estados pueden desarrollar políticas de PCI en el campo de la cultura, y luego identificar fuera las áreas clave donde las políticas y las leyes obstaculizan activamente la salvaguardia del PCI, y encontrar formas particulares de abordar el problema. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 345 CAPÍTULO VIII VOCES DEL PATRIMONIO VIVO “El canto mapuche para mi es reencontrarme con esa identidad negada, es un reencuentro con mi gente” Beatriz Pichi Malen Beatriz Pichi Malén es una cantante argentina de origen mapuche, tataranieta por vía materna del cacique Ignacio Coliqueo. Su trabajo artístico se relaciona con la búsqueda, rescate y difusión de la cultura mapuche. ¿Cómo llega al canto mapuche y qué representa para usted? Canto desde que nací, escuche todo tipo de música hasta que en la adolescencia empecé una búsqueda que me llevó a algo que tenía interiormente pero que no sabía... o negaba. Más tarde llegué al festival de Cosquín que me permitió crecer y me obligo a decidir si seguir cantando como medio de vida o abandonarlo. Y decidí seguir con todo. El canto mapuche para mi es reencontrarme con esa identidad negada, es un reencuentro con mi gente. ¿Cómo se transmite el canto Mapuche? El canto Mapuche se transmite oralmente como tantas otras manifestaciones. Nuestro canto puede surgir de situaciones cotidianas o de situaciones superlativas como lo son los sueños para nosotros. Si bien ha habido muchos avances y somos muchos más los que nos acercamos, podemos difundirlo y dejamos de negar nuestra herencia, sigue siendo difícil preservarlo sin acciones que lo fortalezcan. ¿Qué acciones considera que deben llevarse adelante para fortalecer la preservación de estas manifestaciones? El Encuentro muestra una preocupación por dar más espacio a nuestras manifestaciones. Permite escuchar las voces y esto es un gran aporte para nosotros. Además celebro que se considere Patrimonio Vivo a manifestaciones como el canto Mapuche ya que se transmite por personas y nos permite ser considerados como una parte importante de la cultura nacional. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 347 “Mantuvimos el tambor en las calles” Javier Bonga Javier Bonga es un luthier y músico uruguayo que difunde el candombe y lleva la cultura afro en cada presentación. ¿Qué significa el candombe para vos? Para mí el candombe es la representación de la cultura afro y tocarlo es poder transmitir toda esa herencia... es difundir nuestras raíces. El tambor fue una de las primeras formas de comunicación y al traerlos a América se trajeron también las raíces de África. Nací en Uruguay pero vivo en Argentina desde el '83, en ese entonces no había candombe en este país. Desde que llegue lo difundo con mi familia y crece cada vez más por el trabajo que se hace. Siempre tocamos y mantuvimos el tambor en las calles. En otra época hasta hemos tenido denuncias pero en la actualidad los argentinos están cada vez más interesados en el tambor. ¿Qué importancia consideras que se le da al candombe en nuestro país? En Uruguay hay un apoyo del gobierno a la cultura afro pero en Argentina no es tan reconocida la actividad ni hay acciones para que lo sea. Es beneficioso que la gente conozca el tema porque así la cultura afro está más visible y permite reconocer el aporte de la negritud que fue muy importante... Se trata de no esconder lo nuestro. “Las formas poéticas cantadas no poseen ni buscan espectacularidad sino que investigadora. Se encuentra próxima a editarse una recopilación regional de su autoría de las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero, La Rioja y Catamarca. ¿Cómo empezó con esta actividad? Soy intérprete y docente del Cancionero de Tradición Oral del Noroeste Argentino (NOA). Comencé en el año 1980 a los 16 años, cuando asistí a los talleres de canto originario que brindaba la Sra. 348 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo “Las formas poéticas cantadas no poseen ni buscan espectacularidad sino que generan un encuentro, colectivo y personal” Laura Peralta Laura Peralta es una reconocida coplera y gran difusora del canto con caja. Además es docente e investigadora. Se encuentra próxima a editarse una recopilación regional de su autoría de las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero, La Rioja y Catamarca. ¿Cómo empezó con esta actividad? Soy intérprete y docente del Cancionero de Tradición Oral del Noroeste Argentino (NOA). Comencé en el año 1980 a los 16 años, cuando asistí a los talleres de canto originario que brindaba la Sra. Leda Valladares. Al poco tiempo de haber comenzado fui parte de un grupo que surgió de estos encuentros: la comparsa ―Lirolay‖. Íbamos a las escuelas para difundir el canto con caja. Viaje en el año 1985 recorriendo las provincias de Jujuy, Tucumán y Salta y me radiqué varios años en esta última, en Animaná. Haber vivido allá me permitió acercarme a las mismas cantoras y cantores de coplas para conocer y aprehender algo de ese saber colectivo, transmitido de generación en generación. Como intérprete transité distintos escenarios nacionales e internacionales; también acompaño mis presentaciones con una muestra y proyección de trabajos de recopilación que realicé de este cancionero a través de becas nacionales otorgadas por el Fondo Nacional de las Artes en el año 2004, 2008 y 2014. ¿Qué representa la actividad para usted? Como intérprete, cantar, recopilar y difundir el repertorio de la oralidad identitaria de nuestra cultura, como son las coplas tradicionales, que atesoran el saber, la memoria y la vitalidad del Norte Argentino, me emociona y me compromete para hacerlo, cada vez, pensando y ocupándome en expresar de manera más cercana a esa vitalidad en un espacio escénico. También porque estas formas poéticas cantadas no poseen ni buscan espectacularidad sino que generan un encuentro colectivo y personal. Lejos de algo exótico o detenido en el tiempo, las distintas especies que se abordan en el canto con caja (Tonadas, Bagualas, Vidalas, etc.) son una expresión cultural cotidiana y en permanente cambio y tanto acompañan las prácticas laborales, festivas, o rituales de las comunidades como su proyección a futuro. ¿Considera que es reconocida y valorada a nivel país? valoran es identitario y les da pertenencia. Somos tal vez nosotros quienes no nos hacemos cargo de Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 349 memoria familiar. Sin embargo, en estos últimos años se han visibilizado más estas expresiones: existe ¿Considera que es reconocida y valorada a nivel país? Este cancionero tradicional ya tiene valor en sí mismo. Es vital, vigente, y sus propios hacedores lo valoran es identitario y les da pertenencia. Somos tal vez nosotros quienes no nos hacemos cargo de descolonizar nuestro pensamiento: de mirar y revisar nuestra memoria histórico-cultural y nuestra memoria familiar. Sin embargo, en estos últimos años se han visibilizado más estas expresiones: existe una intención valida, pero por eso mismo creo que es una construcción por hacer, desde distintos espacios como artistas, educadores, difusores y como comunidad toda. ¿Qué acciones deben llevarse adelante desde tu criterio para que se reconozcan? Pienso que en esta construcción hay muchas intenciones sumamente valiosas pero desarticuladas, ya sean individuales o desde el Estado, tal vez con un mismo propósito, una misma finalidad, pero no en conjunto. Por esa misma razón cuesta más trabajo todo. Creo que una de las principales acciones deben partir desde la educación: la puesta en valor de nuestra cultura americana para la formación de un pensamiento y un accionar también latinoamericano. Con ello, es necesario que un docente tenga en su conocimiento las herramientas para respetar y valorar la cultura del otro. Dentro de la planificación de un proyecto de política cultural se pueden llevar a cabo acciones que prioricen nuestro patrimonio: que contemplen y optimicen la capacitación y la visualización, para que todos sepamos de qué estamos hablando y para que se fomente la incorporación de otros actores que también estén trabajando en el cuidado y respeto patrimonial. ¿Cuál será su presencia en el Primer Encuentro de Patrimonio Vivo que se desarrollará el 12 y 13 de agosto? Fui convocada para realizar la apertura del congreso cantando coplas acompañada con la caja, pero además muy bien acompañada y compartiendo escenario con cantoras y cantores residentes en Buenos Aires, oriundos de las provincias de Salta y Jujuy. Ellos continúan con sus tradiciones y cantan en fiestas y celebraciones que organizan los mismos centros de residentes. 350 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo “Como mi padre era un visionario, sabía que tenía un lugar y algo que hacer en este mundo” Ema Cuañeri Ema Cuñeri es cantante y artista argentina de origen qom. Su trabajo artístico se relaciona con la búsqueda, rescate y difusión de la cultura qom. ¿Cómo llega el canto qom y qué representa para usted? Como mi padre era un visionario, sabía que tenía un lugar y algo que hacer en este mundo, canto porque tengo la misión , es el don que me entregó mi padre. Me lo paśo por sueños mi padre, también mi tía abuela me enseñó. Para mí el canto tiene un sentimiento porque son antiguos y me recuerdan a mi infancia, a lo más profundo de mi cultura. ¿Cómo se transmite el canto qom? Actualmente se difunde de generación en generación. El canto antiguo se recibe en sueños. ¿Qué acciones considera que deben llevarse adelante para fortalecer la preservación de estas manifestaciones? Considero que es muy importante la difusión en todos los espacios y ámbitos posibles, en escuelas, festivales, eventos culturales, para que las personas conozcan nuestro canto. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 351 CAPÍTULO IX CONVOCATORIA TRABAJOS ESCRITOS INTRODUCCIÓN El jueves 13 de agosto se presentaron los trabajos escritos seleccionados, en un espacio que buscó abarcar los diferentes ámbitos de discusión desarrollados a lo largo del Encuentro con temáticas y casos específicos. El jurado de la convocatoria de trabajos escritos sobre Patrimonio Vivo, compuesto por María Elena Troncoso y Ezequiel Grimson, seleccionó 11 trabajos, de los cuales 9 fueron presentados en dos mesas durante el evento. La primera de ellas agrupó los trabajos que referían a diferentes expresiones del Patrimonio vivo. Viviana Parody presentó su trabajo “Patrimonio intangible, políticas culturales y universidades públicas en las acciones de “salvaguardia” del candombe (afro) uruguayo en Buenos Aires” que contó con la presencia de referentes de la comunidad. Luego Alejandra Mizrahi presentó “La randa entre la artesanía y el diseño: ensayando modelos de trabajo colaborativo” relatando el trabajo en conjunto entre randeras de la comuna de El Cercado en el departamento de Monteros, de Tucumán y diseñadores textiles y de indumentaria de la provincia. Contamos además con la participación y el testimonio de Marcela del Valle Sueldo, artesana randera de El Cercado. Karina Mauro expuso su trabajo “La actuación popular porteña como patrimonio cultural intangible” donde destacó la importancia de pensar a la actuación popular porteña como patrimonio cultural, en tanto representa una intervención singular y nacional en el arte teatral universal, forjada a través de años de creación, ejercicio y transmisión de procedimientos estéticos, en los que intervinieron e intervienen varias generaciones de artistas. Finalmente, Mercedes González Bracco y Patricia Salatino, presentaron su trabajo “La postulación del filete porteño a la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO” donde relataron no sólo la experiencia de la postulación, sino también una breve historia del filete porteño como práctica cultural en la ciudad de Buenos Aires. La segunda mesa reunió diferentes reflexiones y experiencias de trabajo con la comunidad en torno al Patrimonio Cultural Inmaterial. Dos de las presentaciones mostraron experiencias con niños en relación al PCI, uno fue el trabajo de Inés Finchelstein y Alejandra Rosés, “La revistita cultural, Una experiencia para fortalecer el rol de niños y niñas como productores de patrimonio vivo” donde relataron el caso de este emprendimiento social que desarrolla talleres y una publicación que fortalece y difunde un repertorio del patrimonio vivo de niños y niñas de diversas colectividades. Mariano Scovenna presentó “Nuevas adivinanzas y trabalenguas para los niños de una Argentina pluricultural” donde, a través de un video con audio y dibujos mostró el trabajo que realiza en la Escuela Primaria Nº 36 de la ciudad de Lanús a través de juegos con adivinanzas y trabalenguas que pertenecen Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 353 Mariano Scovenna presentó Primaria Nº 36 de la ciudad de Lanús a través de juegos con adivinanzas y trabalenguas que pertenecen al patrimonio y la tradición de la comunidad. Maia Armando, Ricardo Cuyul Dieu y Martín Izcua presentaron “Aim Mocoilek - Identidad, Memoria y Reivindicación” un trabajo en el cual mostraron la investigación realizada con la comunidad Mocoví en la localidad de Colonia Dolores, de la provincia de Santa Fe. Los autores abordaron la construcción de la identidad de la comunidad Mocoví, la memoria colectiva y las estrategias políticas socio culturales que se aplican desde la comunidad para la revitalización y visibilizacion de su cultura. Gustavo Calleja, presentó “Legislación en Tucumán sobre Patrimonio Cultural Inmaterial” desarrollando las diferentes normativas y procesos legislativos que se llevaron a cabo en relación al PCI, en la provincia de Tucumán. Finalmente, Juan Marcelo Teves, expuso ―Reflexiones sobre folklore y folklorología como PCI de la humanidad‖ donde desarrolla la posibilidad de un vínculo teórico entre folklore, folklorología y Patrimonio Cultural Inmaterial. La exposición concluyó con la participación de los asistentes con preguntas y devoluciones a los expositores. 354 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo PATRIMONIO INTANGIBLE, POLÍTICAS CULTURALES Y UNIVERSIDADES PÚBLICAS EN LAS ACCIONES DE “SALVAGUARDIA” DEL CANDOMBE (AFRO) URUGUAYO EN BUENOS AIRES. Viviana Parody* Introducción Siguiendo la idea de Atlántico Negro de Gilroy (1993), aquí entenderemos que el candombe en el Río de la Plata hace parte de las músicas afroamericanas configuradas a partir de la diáspora africana presente en nuestras ciudades coloniales de Buenos Aires y Montevideo. Sobre esta manifestación, los posteriores procesos de conformación de los Estados-Nacionales de Argentina y Uruguay, incidirán a uno y otro lado de manera disímil, y en consecuencia con ello el desarrollo del candombe desde fines del siglo XIX tenderá a diferenciarse según su pertenencia nacional. Es precisamente a fines del siglo XIX y principios del siglo XX que se originan también en este contexto el tango y la milonga y diversos ritmos de candombe y milonga-candombe (Goldman, 2003, 2008: Cirio, 2006, 2011; Aharonián, 2007; Lacarrieu, 2012) que llegarán a nuestros días por medio de versiones discográficas correspondientes con “la guardia vieja”103 y/o de recreaciones en films cinematográficos de mediados del siglo XX pasado. A lo largo del mismo siglo, el carnaval también sería un espacio tanto para localizar como para negar o reformular al candombe y sus prácticas, tanto en Buenos Aires como en Montevideo. Producto de ello es la reclusión del candombe hacia la esfera privada en el caso porteño (Cirio, 2011), y la adaptación del candombe al dispositivo del desfile de carnaval en el caso montevideano (Goldman, 2003; Ferreira, 1999). A partir de 1956, las llamadas o desfiles de tambores de candombe, para el caso uruguayo, pasarán a estar organizadas por la Intendencia de Montevideo. Podemos así anticipar la incidencia del rol del Estado en el desarrollo de estas expresiones -ya sea favoreciéndolas en pos de cierto tipo de folklorización o espectacularización, como es el caso uruguayo, o bien obstaculizándolas en pos de su negación e invisibilización, como es el caso argentino. De manera específica aquí nos referiremos entonces al candombe de estilo afrouruguayo, que se ejecuta con mano y palo en una variedad de tres tambores con formato de barrica –construidos con “duelas” de madera-, y que se caracteriza por ser una expresión percusiva y danzaria propia de los * Profesora/GEALA (UBA)/IASPM-AL 103 Dícese del primer período de elaboración del tango, donde el mismo coincide en mayores elementos con la milonga y el candombe. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 355 espacios públicos. La asociación entre linajes familiares y estilos de toques es producto también del arraigo territorial de los grupos sociales con los barrios en donde desfilan y residen. Los barrios Cuareim, Ansina y Cordón son destacados en Montevideo por los ―tipos de toques‖ que la salvaguardia también intenta ―salvaguardar‖. El proceso dictatorial conseguirá, previo desalojo de estas familias de los barrios citados, la dispersión y a su vez la expansión del candombe hacia otros barrios montevideanos y, ya entrada la democracia en 1985, su paulatina aceptación dentro de la cultura popular uruguaya. Es precisamente la dictadura la que arroja motivo de migración o exilio, y como consecuencia de ello y de la reapertura democrática argentina de 1983, se reciben en Buenos Aires al menos dos afluentes afrouruguayos importantes para el proceso de relocalización del candombe en el espacio público de esta ciudad. A partir de ello, el desarrollo del candombe de estilo afrouruguayo en el sector histórico de la ciudad de Buenos Aires, facilitará múltiples procesos de sutura (LaclauMouffe, 1987): procesos simbólicos mediante los cuales expresiones negras foráneas –como el estilo de candombe desarrollado durante el siglo XX en Montevideo, Uruguay - pueden ser relocalizadas operando como significantes que al ser puestos en relación con el pasado local activan nuevas narrativas de la Nación en un contexto creciente de retóricas multiculturales. Las expresiones afrodescendientes acarrean, en este sentido, cierta dificultad para ser ubicadas y puestas en valor en Argentina bajo las antiguas narrativas de Nación –correspondientes con un imaginario de europeidad y blanquedad-. La búsqueda de un patrimonio afrodescendiente ―propio‖ –o argentino- responde a su vez a la tensión que emana de las definiciones de pertenencia nacional que se yerguen sobre estas expresiones. Así es que, desde las políticas culturales específicas –como puede ser el caso de programas dedicados a la cultura afrodescendiente- se busca revitalizar las manifestaciones culturales de origen o influencia afro en diversos puntos del país. El caso de la provincia de Corrientes, y su barrio Cambacuá, no hace más que demostrarnos la porosidad de las fronteras, y las múltiples rutas de circulación de los bienes patrimoniales, siempre recreados. Es así que se asiste en algunos casos a un proceso de retradicionalización en lo que respecta a distintas manifestaciones definidas como afroargentinas. Nuestro análisis buscará dar cuenta del impacto de la declaratoria del candombe como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (UNESCO, 2009) para con su desarrollo en Buenos Aires, y hará también énfasis en los instrumentos –jurídicos, políticos, y educativos- producidos localmente a partir de ello. La inclusión de la salida ―tradicional‖ de tambores de días feriados en el casco histórico de la ciudad entre los Sitios de Memoria y Culturas vivas afrodescendientes (UNESCO, 2012) es un claro ejemplo de ello, y es tanto producto de un trabajo articulado entre comunidades, 356 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo investigadores, artistas y expertos, como fruto de diversos imperativos internacionales –como el Año de los Afrodescendientes en 2011-. Como referiremos aquí, los apoyos de organismos y centros dedicados a la salvaguardia del patrimonio inmaterial también servirán para interpelar al Estado respecto del patrimonio. Aquí nos ocupa la sistematización y posterior análisis de estas instrumentaciones en las que se ven puestas en intersección “comunidad”, “sociedad”, patrimonio, instituciones, y políticas públicas locales, transnacionales e internacionales. El candombe afrouruguayo en el casco histórico de la ciudad de Bs.As. y las acciones de salvaguardia. Con el inicio de la dictadura en su país, una generación de inmigrantes afrouruguayos políticamente comprometida con el socialismo y el comunismo del vecino país encontrará en Argentina su lugar de residencia (Parody, 2013). Insertos primero en circuitos de trabajo musical –muchos de ellos como percusionistas- hacia 1978 comienzan a salir a las calles con prácticas percusivas que inmediatamente se convertirán en sus añorados recorridos barriales con tambores. Es finalmente con el advenimiento de la democracia (1983) que estos migrantes inician un proceso de relocalización del candombe afrouruguayo en el casco histórico de la ciudad, ya que precisamente San Telmo –por entonces su barrio de residencia-“les recordaba a sus barrios de Montevideo”. La intención de esta generación era “convocar a la orientalidad” en torno de las salidas de tambores. Desde entonces, en los días feriados, los afrouruguayos -y sus descendientes- inscriben un territorio conmemorativo entre Plaza Dorrego y Parque Lezama donde el peregrinar, paulatinamente, desafió al imaginario blanco y europeo de ciudad. Lo que convierte a ésta inmigración en un elemento de radical importancia para el futuro desarrollo del candombe en la escena porteña no es solo el aumento de su número durante las décadas democráticas, sino también su particular aporte al ámbito de la vida cultural de la ciudad, y posteriormente incluso su aporte al activismo afrodescendiente –alcanzando en más de un caso al desempeño en la función pública en materia de derechos humanos o políticas culturales específicas-. Esta presencia performática negra que también entraría en espacios formales o “alternativos” destinados a “lo cultural”, dio inicio al proceso de difusión, desarrollo, expansión y revitalización del candombe –de origen afrouruguayo, hoy reapropiado por (jóvenes) argentinos-. La Nación y la ciudad, blancas-racionales-seculares, se vieron problematizadas e interpeladas durante los `80 y los `90 por este número creciente de cuerpos negros en movimiento, que desafiaban con su sola Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 357 presencia a la blanquedad -ya no solo en feriados y en San Telmo, sino en teatros, centros culturales, eventos sociales-. En relación al espacio público, esta expresión desafía el orden espacial urbano dado como legítimo. En ésta nueva oportunidad que los tambores entonces tienen de conquistar el espacio público, el candombe de estilo uruguayo en Buenos aires resultó protagonista. Los recorridos de las ―cuerdas‖ de tambores, aún en ciertos horarios marginales o jornadas dominicales y festivas vehiculizaron la apropiación del espacio urbano. No es sino hasta los años 2000 que se comenzó a asistir a un proceso creciente de conformación de ―comparsas‖ que, aún rivalizando entre sí (Carvalho Neto, 1967 cito en Asenjo, 2008: 133), hacen parte de un proceso de reetnicización de la sociedad argentina (Frigerio y Lamborghini, 2012). Las crecientes posibilidades de negociación del espacio simbólico en la ciudad y, muy posteriormente, la consolidación de cierto estatus social para esta expresión, acontecieron en paralelo a su declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (UNESCO, 2009), previa absorción de los marcos multiculturalistas por parte del Estado (Lacarrieu, 2005, 2006). En dicho proceso, dos comparsas pueden ser reivindicadas como pioneras: Hijos de Morenada y Fantasía (conformada alrededor de 1983 por la primer generación de inmigrantes, quienes tocaran con Rubén Rada en 1983 en el estadio de Obras Sanitarias como recibimiento a la democracia), y KalakánGüé (conformada en 1999 en homenaje al trabajador cultural y activista afrouruguayo José ―Delfín‖ Acosta Martínez, asesinado por la policía en 1996). A diferencia de otros grupos sociales, para los afrouruguayos la performance en la vía pública – especialmente las salidas ―tradicionales‖ de feriados que parten de Plaza Dorrego- ha sido también el principal mecanismo de lazo comunitario o comunalización (Brow, 1991). A la no disociación entre esfera pública y esfera doméstica, que para estos actores tiene como representación emblemática a los conventillos, refiere ―la comunidad‖ cuando diferencia al ―candombe como toque‖ del ―candombe como forma de vida‖ (López, 1999). Para el caso del candombe, performance y comunidad (la música, respecto de las personas que la producen, y sus modos de organización social) resultan indisolubles, siendo uno soporte del otro para ―la reproducción de la cultura‖ y sus valores, considerados ―saberes tradicionales‖. Entre ellos, hemos de mencionar las diferentes connotaciones de ancestralidad que, muy a pesar del fuerte proceso de secularización sufrido por Uruguay, a esta práctica revisten. A pesar de que la declaratoria para el candombe en 2009 por Uruguay resultara una conquista simbólica, las resistencias y tensiones que la sociedad civil y los distintos agentes institucionales han presentado para con la cultura negra en el contexto local argentino –y muy especialmente para con el candombe- se perpetúan. En éste sentido, consideramos a partir del análisis del siguiente 358 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo apartado, que las políticas del reconocimiento en esta escena pueden resultar practicables solo a costa del recrudecimiento de las diferencias que propone la “ciudadanía diferenciada”. Examinaremos, de este modo también, los alcances de las políticas de patrimonialización, y mencionaremos algunas propuestas. “Proyecto de valorización y salvaguardia del candombe como practica comunitaria de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires”. Seguido a los acontecimientos del Bicentenario –entendido como “bisagra” en la historia Argentina en lo referido a las nuevas narrativas multiculturales de la Nación- diversos sectores de académicos, profesionales, y activistas acompañamos la (re)ubicación de un centro cultural dedicado íntegramente a la “cultura afro”. Este centro cultural, liderado por la generación afrouruguaya arribada en 1983 –ya constituida hacia 2009 como asociación civil- supo ser definido como “el último quilombo urbano”, y revestía las características de conventillo de estilo afrouruguayo, donde vivienda y “cultura” no presentan diferenciación. Esta segunda generación llega a Buenos Aires con una narrativa “afrodescendiente”, muy diferente a la asumida por los primeros “negros uruguayos” arribados en 1974. No es sino gracias a un juicio por desalojo que esta generación más joven –Grupo cultural afro en los ’80, Movimiento Afrocultural en los 2000-le entabla al Estado metropolitano, que por primera vez se consigue en Buenos Aires un lugar dedicado a “la cultura afro”, que funciona en un predio estatal del gobierno de la Ciudad de Bs. As. , donde el candombe –y la capoeira, tal como se observa también actualmente en barrio Ansina de Montevideo- resultan su actividad central y su fuente de sentidos o “cosmovisión”. Este proceso jurídico, implicó una serie de conflictos interjurisdiccionales -e intergeneracionales-, pero el mismo constituyó las bases para que en 2011, declarado Año de los Afrodescendientes, pudiéramos pensar en la posibilidad de acciones de salvaguardia para con el candombe de estilo afrouruguayo presente en Argentina. En este apartado, daré muy brevemente cuenta todo este proceso, tras el cual se consigue un primer apoyo de CRESPIAL (Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina), y haré algunas observaciones en relación al desarrollo de este primer proyecto y su vínculo con “la comunidad” conformada por dos a tres generaciones de inmigrantes afrouruguayos (e hijos, nietos y bisnietos argentinos). En primer lugar, es necesario resaltar que para llevar adelante un juicio, este grupo conformado por tres a cuatro parejas de hermanos afrouruguayos arribados en 1983 debió formalizar su labor cultural y constituirse como asociación civil, solicitando en primer término la declaración de interés Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 359 cultural de sus actividades. Tras varios años en los cuales se desarrolló el juicio por desalojo (20062009), y a pesar de contarse con una pericia antropológica (Frigerio-Fernández Bravo, 2008) y la recomendación del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación) de no mudar ni al grupo ni a las familias afrodescendientes del predio, el desalojo se llevó a cabo entre el 15 de Septiembre y el 12 de Diciembre de 2009 por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Las ―Llamadas de San Telmo‖, o desfile anual de comparsas de candombe de estilo uruguayo que también tienen lugar en Buenos Aires desde 2005, a partir de entonces se vieron escindidas, existiendo a la fecha dos llamadas: unas ―oficiales‖ (donde se ubican la mayoría de los grupos afrouruguayos), y otras ―independientes‖ (organizadas por parte de la cultura juvenil porteña, que luego veremos radicados en 2014 en barrio Ansina de Montevideo). Las últimas mencionadas, apuestan a una organización ―autogestiva‖ –es decir, al margen del Estado-. Las primeras, contrariamente, buscan que el Estado reconozca el crecimiento de esta expresión asignando recursos -como corte de calles, agua, baños químicos, difusión, y no así dinero- para garantizar la realización de este evento con un total protagonismo de los grupos y comparsas en la toma de decisiones que refieran al mismo. Si bien la intención de estos afrouruguayos devenidos trabajadores culturales únicamente consistía en ―tener un espacio‖ para seguir subsistiendo –y desarrollando la tarea de su grupo y/o ―reproduciendo su cultura‖-, el gobierno de la ciudad les otorgó un Centro Cultural en el casco histórico para que ―desarrollen actividades relacionadas a la cultura afro, siendo convocantes respecto de las demás organizaciones afrodescendientes‖. No preparados para ello, llevó algunos años para que como grupo se articularan con otras organizaciones, al menos intermitentemente. La restante población afrouruguaya –no del todo involucrada en este proceso o conflicto político por diferencias políticas o de ―maneras de hacer‖, pero si protagonista de las Llamadas de tambores de Plaza Dorrego ya consideradas ―tradicionales‖ y puestas en valor por UNESCO (2012)-, pudo ser eventualmente convocada entonces por el Movimiento Afrocultural en 2011 y 2012, a partir de un apoyo obtenido por parte de CRESPIAL. Este tipo de apoyo encuentra a la escena cultural argentina sin un ―paquete jurídico‖ (Canclini, cito en Fernández Bravo, 2013) desde donde viabilizar y/o acompañar estos procesos –y con la asunción de dos afrodescendientes como funcionarios, paralelamente, uno de ellos afrouruguayo y otro hijo de afrouruguayos y de familia política uruguaya-. El acompañamiento de este primer proyecto apoyado por CRESPIAL sin embargo, no incluyó capacitaciones previas, ni distribución de la información en lo que respecta a los principios de la convención, de manera que –y aún con la supervisión de la regional de UNESCO- ―la comunidad‖ no tuvo conocimiento de la existencia del proyecto que fue llevado adelante por el grupo y los registros fílmicos tuvieron carácter ficcional. De este primer proyecto, si 360 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo bien por dificultades de instrumentalidad participaron solo los ―candomberos‖ activistas ya nucleados en esta organización, se obtuvo una cartografía histórica de los recintos de candombe de la zona sur de la ciudad. Asimismo se impartieron talleres de ―candombe a la buena‖ abiertos a la sociedad toda, y se fortaleció un taller de construcción artesanal de tambores. El video clip mediante el cual se ―demostraba‖ la integración de estas dos generaciones revistió las características de una producción audiovisual, con casting (selección de personas por un equipo sin participación de las mismas) y pagos acordes a los criterios de la industria audiovisual: primeros planos, segundos planos. Para los realizadores, jóvenes adeptos a la capoeira y residentes de La Boca, tampoco estuvo claro el objetivo del registro ni la existencia del proyecto. El acercamiento del Movimiento Afrocultural a los barrios de candombe más apartados del casco histórico –como La Boca, sitio donde es filmado este video- no tuvo más que esta acción como única actividad en territorio, y el acercamiento a los barrios de residencia de los afrodescendientes mayores y sus familias no tuvo lugar. La etnografía cubrió todo ello. Con posterioridad a este primer proyecto, cineastas-activistas ya asiduos a esta organización afro, realizaron registros plasmando un documental de reciente estreno denominado Soy tambor, que fundamentalmente es narrativo. Es importante en este punto del relato mencionar que la dinámica política afrodescendiente actual en Buenos Aires se ve atravesada por una serie de tensiones –y rechazo explícito- que mantiene para con la academia, principalmente representada para los activistas afro en la figura de ―los antropólogos‖ en tanto sinónimo de ―blanquedad‖-. Entre el pequeño poder negro o elite afro que ingresa a los sectores de gobierno, y ―la comunidad afrocandombera‖ -las distintas generaciones afrouruguayas-, sin embargo, se reproduce esta misma distancia. Estas tensiones políticas, obstaculizaron –en vez de favorecer- la continuidad de las acciones tendientes a ―la salvaguardia‖. Sin embargo, las acciones políticas tienden a ―lo cultural‖ –y responden a un modelo culturalista-, y las acciones de salvaguardia debieron suplir de algún modo el desarrollo social –y no así el desarrollo sustentable, difícil de ser planificado bajo estas características-. La fabricación de tambores artesanal no puede competir tampoco con las ventajas económicas del mercado, y el dictado de clases es gratuito o con bonos contribución. Entre las salvedades o perfectibilidades que he realizado en ponencias anteriores (CICOP, 2013) respecto de este primer proyecto, se encontraba el necesario equilibrio entre el involucramiento de expertos y el denominado ―empoderamiento de la comunidad‖ en la realización del inventario. Para que una herramienta audiovisual pueda registrar o servir de inventario, se requiere etnografía previa, conocimientos en música y danza de este género específico, empatía con la comunidad, y cierto establecimiento de códigos y significados compartidos entre sectores –es decir, cierta trama Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 361 de interculturalidad o intersubjetividad donde la retroalimentación es mutua y el resultado es óptimo-. En el caso particular que expusimos, las tensiones entre el activismo y la academia – propias de la emergencia multicultural- hicieron que el rol del antropólogo se viera desmerecido, en favor de la inserción de expertos en audiovisuales –y en mucha menor medida de aquello que suele ponderarse como ―la voz propia‖ de los actores sociales-. En dicho proceso, resultó desechada todo tipo de etnografía, y considerando que como metodología la misma excede al campo profesional de la antropología, vuelvo aquí a resaltar su valor como herramienta privilegiada para ubicar las dificultades que se perpetúan a manera de ―condiciones de producción‖ del patrimonio intangible en cuestión –entre otras necesidades más o menos adyacentes que presentan los grupos, y que inciden de manera directa en la salvaguardia de la expresión que nos ocupa, y en la calidad de vida de los sujetos, que resultan ser los ―portadores de saberes‖. Estas distancias también se vieron fortalecidas por la realización de una primer jornada dirigida a funcionarios de todo el país, donde junto con un representante joven del Grupo Asesor de Candombe de Montevideo se convocara a jóvenes argentinos para la ejecución de tambores haciéndose además explícita la indicación de ―no convocar para acciones de patrimonio a afrouruguayos residentes en Argentina‖. Como veremos más adelante, esta generación de afrodescendientes mayores residentes en barrios más bajos, fundadores de las salidas de tambores en el casco histórico, que han atravesado represión seguida de prisión en ambos países a causa de salir con tambores en la vía pública en plena dictadura, será finalmente atendida nuevamente por un organismo internacional como CRESPIAL, e ignorada en sus derechos culturales por todos los organismos de ambos países, a los cuales no dejaron de recurrir con presentaciones y pedidos, muy a pesar de su edad –siempre acompañados de expertos-. Las postulaciones de los proyectos, por otro lado, también requerían de escribas. Es decir, para grupos afro e indígenas en algunos casos el acceso a herramientas de educación formal aún presenta distancias relativas a las desigualdades, por lo tanto los grupos acompañados por expertos suelen alcanzar mayores resultados en las postulaciones. La definición del rol del ―responsable‖ en estos convenios, también suple falencias del Estado, y en gran medida responde a un modelo neoliberal de política cultural que presiona para la onegeización de los grupos o ―comunidades‖. Dicho por los mismos actores: ―si no tenés una asociación civil no te dan nada…sin embargo al resto de la sociedad no le piden una asociación civil…la cultura de origen europeo es sustentada por el Estado en América Latina‖. El valor de este tipo de tarea antropológica capaz de poner a disposición etnografías que den cuenta 362 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo de la conformación amplia de los distintos sectores de ―las comunidades‖ que se espera estén involucradas, es esencial a la hora de discernir también los mecanismos comunitarios que conviene que sean fortalecidos –es decir, de fomentar la resiliencia- , y así mismo los mecanismos que pudieran resultar contraproducentes no solo y no tanto con el patrimonio sino con la propia calidad de vida de los sujetos que, en situación de marginalidad urbana y vulnerabilidad social, paulatinamente ven deterioradas sus ―prácticas de cuidado‖. La racialización en sí misma puede ser entendida como parte de la biopolítica y/o tanatopolítica que padecen en todo el territorio latinoamericano las poblaciones afro e indígenas. Los desalojos o desplazamientos forzados tienen implicancia en el patrimonio, y desde ya en la salud y en la vida de las personas, y esto en otros países latinoamericanos presenta políticas donde los expertos se encuentran en un alto nivel de involucramiento en campo, cuestión pendiente en Argentina donde el patrimonio inmaterial no tiene planes de acción ni identificación y aún se planifica desde oficinas. También por ello, el estigma ―positivista‖ con el que la antropología ha sido concebida en las últimas décadas perdura en el imaginario en términos de burocratización de la cultura, genera desde las políticas también la exclusión de la etnografía como método factible de articularse a las nuevas tecnologías en los proyectos de salvaguardia, y consigue el rechazo de las comunidades a los espacios estatales dada la extensión de los procesos y requerimientos a los que deben asistir en situación, además, de vulnerabilidad social. Evalué ya entonces (CICOP, 2013) que no era necesario excluir agentes para conseguir acciones y relaciones menos ―colonizantes‖, sino que en todo caso la ―descolonización‖ cito términos asumidos por los actores- más consistiría en la revisión del posicionamiento de los expertos y de los actores en la desburocratización ministerial y en la renovación de las perspectivas de acción y abordaje en función de una tarea conjunta, más que en una lectura unívoca. ―La voz del colonizado‖, por otro lado, suele reproducir el discurso exotizante y estigmatizante ―del amo‖ –es decir, los grupos una vez que alcanzan cierto poder tienden a reproducir las dinámicas que criticaban, invirtiendo solo los roles sin transformar la realidad-. Tal lugar del ―académico que supuestamente los coloniza‖, ahora ―vacío‖ y que otrora ocupaban ―los antropólogos‖ –habiendo sido estos la voz autorizada que ―traducía‖ el espectro simbólico de ―la cultura estudiada o en cuestión‖-, hoy pareciera tender a ser ocupado los ―realizadores audiovisuales‖, a veces en nombre de la ficción, a veces en nombre de la realización documental, y escasas veces en nombre de la antropología visual o el cine etnográfico. En cualquiera de los casos, el relato y el guión no resulta de la ―mirada de la comunidad‖, que por su parte tampoco está exenta de exotismos o auto estigmatizaciones. El autor es el realizador. La tarea interdisciplinaria, o tarea entre pares, suele favorecer la instalación de pautas y prácticas de cuidado –imprescindibles para la preservación del patrimonio, y para una mínima calidad de vida de las personas-. Si bien, como expresaban algunos activistas próximos a este proyecto ―la verdad, en cuestiones de memoria, es literatura‖ –expresión Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 363 que desde el sentido común traduce de alguna manera la idea de imaginación histórica (Comaroff y Comaroff, 1992)-, un tipo de trabajo cuasi ficcional no garantiza la ―transmisión‖ de los saberes ni tampoco su recreación sino su manipulación. Detrás de ello también hay disputas de poder internas a ―la comunidad‖. Al margen de todos los aciertos y las mejorabilidades que nos ilustra el caso, pasado el período de instrumentación del proyecto, los propios actores involucrados volvían a estar en situación de desamparo ya que la articulación con las políticas culturales estatales había sido nula. Es en este punto en que nos preguntábamos entonces acerca del alcance de las políticas de patrimonio inmaterial cuando las mismas se proponen como ―desarrollo sostenible‖ en un esfuerzo por relacionar economía y cultura, ya que en tal operación –y siguiendo los conceptos más clásicos de Bourdieu- se observa que el capital cultural de estos grupos resulta invaluable, pero también resulta no traducido en términos de garantías civiles, en términos de derechos, y así mismo en términos socioeconómicos -siguiendo también el planteo que González de Castells, A. en 2008 dejaba en su trabajo Políticas de Patrimonio, exclusión y derecho a la ciudadanía-. Universidad y patrimonio intangible Un segundo proyecto fue también presentado para la salvaguardia del candombe afrouruguayo en Buenos Aires, y en esta oportunidad se priorizó a la parte de la comunidad o grupos que no había participado del proyecto anterior, y que básicamente se volvieron a nuclear en el barrio de La Boca con sus tambores, huyendo en gran parte de la ―sobrepoblación‖ que las prácticas de candombe en San Telmo comenzaron a presentar en los últimos años, dado el valor emblemático atribuido previamente a este sitio –y la proliferación de ―comparsas‖ de candombe que todas quieren salir y lucirse en San Telmo, y no así en sus propios barrios-. Esto sería impensable en Uruguay. Habiéndose localizado en San Telmo en los ‘80 y habiendo fundado estas salidas ―tradicionales‖ y ―comunitarias‖ con tambores, estas familias fueron paulatinamente desalojadas: de Ansina a Buenos Aires luego de haber sido apresados en el Cilindro Municipal de Montevideo, de San Telmo a La Boca en los ‘80, y ya a mediados de los ‘90 –por los propios procesos de gentrificación urbana- son desplazados hacia barrios periféricos o marginales de la ciudad. Reunidos en torno a la conformación de una comparsa familiar –como modo de visibilización dentro de una escena en la que se encuentran en permanente desventaja-, y siguiendo los parámetros internalizados en el carnaval uruguayo cuando jóvenes, este segundo grupo aportó narrativas 364 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo históricas que relacionaron a esta expresión con las dictaduras argentina y uruguaya. Aunque nos parezcan incidencias menores, resulta lícito –según entendemos la articulación entre la convención del PCI y las demás declaratorias, entre ellas Derechos Humanos- tener en cuenta estos relatos como parte de los saberes a inventariar o registrar, ya que estas coyunturas hacen al devenir del patrimonio y/o marcaron su desarrollo entre ambas orillas-. Tratándose de Montevideo, la dictadura produjo el desalojo y derrumbe de los conventillos afrouruguayos emblemáticos –produciendo la dispersión de los linajes familiares y la expansión del candombe hacia otros barrios-. Tratándose de Buenos Aires, estas políticas de desalojo se observaron aún en democracia. Nucleados en La Boca, los afrouruguayos hoy ―veteranos‖ que con motivo de la dictadura en 1974 hubieron migrado a la Argentina, aportaron gracias a los fondos concursables de CRESPIAL de 2013 un relevamiento inédito en materia de repertorios que pudieron ser grabados tanto en el contexto como en un estudio de grabación. Estos registros incluyeron géneros como el tangomilonga, la milonga-candombe, el milongón, y además los ritmos de candombe afrouruguayo y ―afroargentino‖ (o afroporteño) que recordaban haber practicado en la recientemente demolida Casa Suiza –recinto de festividades afroargentinas o afroporteñas del Shimmy Club, hasta entrados los años ‘70-. Un alto número de familias afrodescendientes se acercaron en distintas actividades a participar del proyecto que a su vez cumplió sobre todo con solventar los gastos de traslados y de operación, dadas las distancias producidas por los desalojos y la dificultad que estas familias presentan por su condición social para llevar adelante encuentros de mayor formalidad. Sin embargo, el manejo o la introducción del dinero como un actor más, trajo otras vicisitudes, porque tampoco hubo capacitaciones previas respecto de los criterios, y/o porque los más jóvenes del grupo, en su dinámica, comenzaron a elegir ―producirse‖ para estar a la altura de las demás comparsas en materia de vestuario, teniendo dificultad para comprender que los gastos autorizados eran para las actividades formuladas por los mayores respecto de su propia memoria e historiografía. El propio contexto barrial, recrudecido por tensiones políticas y de marginalización consecuentes con la gentrificación mencionada que se está llevando adelante en el barrio de La Boca, en momentos y para algunas acciones del proyecto resultaba inhóspito. Así es que, en busca de espacios –y en una apuesta más amplia de localización, formalización de las prácticas e institucionalización- algunas de las actividades -como registros fílmicos, o entrevistas en profundidad-, se llevaron a cabo en el contexto de una universidad pública correspondiente con el modelo de Universidades del Bicentenario. Estas universidades cumplen con principios inclusivos y presentan dinámicas más fluidas para la gestión, ávidas de innovación. No obstante, no fue sino gracias a la inscripción como Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 365 alumnos de varios integrantes que se consiguió un programa radial semanal en el que se realizaron las entrevistas a toda la comunidad -dedicando dos a tres programa a cada ―portador de saberes‖ y a todos quienes en estos años habían interactuado con los mismos-, una articulación con el departamento de periodismo y audiovisuales para realizar dos registros fílmicos, y la realización – vía Secretaría de Extensión- de clases de candombe abiertas a la comunidad. Esta universidad además, se encuentra ubicada en una zona de alta residencia de familias afro, de manera que el programa radial que aún subsiste a la conclusión del proyecto, resultó fundante para el lazo entre universidad, sociedad y comunidad. También en esta oportunidad la Dirección Nacional de Patrimonio perteneciente al Ministerio de Cultura funcionó como núcleo focal, llevando adelante la revisión de la rendición de los fondos otorgados, habiendo asistido a una actividad de las realizadas –específicamente a la actividad de carácter fílmico-. Contrariamente, el programa específico dedicado a afrodescendientes correspondiente con la anteriormente Secretaría de Cultura –hoy Ministerio, gracias a procesos que consideró regionales no solo locales y sobre los que no puedo extenderme- con quien se había planificado la distribución a todo el país de los registros y/o su edición, no vio con buenos ojos que un ―experto o académico‖ fuera responsable administrativo de los fondos, de manera que finalmente no acompañó esta tarea. La formulación escrita de un proyecto de estas características –y así mismo la rendición de los gastos-, sin embargo, difícilmente puede ser llevada adelante por grupos con escaso nivel educativo formal y/o con falta de experiencias previas en prácticas de financiación a largo plazo-. Este desfasaje tampoco debe ser entendido como una dificultad de los grupos, sino como una distancia en las instrumentalidades que se produce ante la falta de propuestas de políticas públicas estatales. Solo así, gestores y terceros podemos aproximar herramientas para la viabilización de las demandas de los grupos, entendiendo que estos proyectos puedan ser una transición no tan paulatina hacia verdaderas políticas de patrimonio asumidas interdisciplinariamente –cultura, salud, desarrollo social, educación-. He de observar entonces, para con este segundo proyecto y para con la totalidad de acciones de salvaguardia del candombe afrouruguayo localizado en Buenos Aires diferentes cuestiones. En primer lugar, que las acciones de capacitación o el acercamiento de la información referida a patrimonio –como puede ser la lectura guiada de la convención- es imprescindible, y que parte de los derechos culturales y educativos de los sujetos. La distinción entre una puesta en valor y un creciente proceso de espectacularización solo puede producirse mediante espacios de formación e intercambio, posteriormente a los cuales –y no sin los mismos- los grupos o ―comunidades‖ podrán definir igualmente los criterios ―propios‖ para sus realizaciones. El modelo de universidad con trabajo en territorio es altamente favorecedor para estas acciones de acercamiento de información. 366 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Aún así, los procesos de desubjetivación que a veces implican las acciones educativas –es decir, el cambio de códigos sociales y/o de moralidades o valores- suelen ocasionar momentos sufrientes para varios de los actores, pero sin darse lugar a estas posibilidades en muchos casos tampoco pueden favorecerse los procesos resilientes. Pensar que una propuesta educativa formal junto al trabajo en territorio es algo que también deben asumir los grupos, aún anclados en las viejas contradicciones entre ―modernidad y tradición‖, o simplemente por momentos auto-excluidos, sea esto o no producto de la desigualdad social o la marginalización a la que los somete la vida urbana, en última instancia: distancias de clase. Conclusiones De algún modo, como plantean Chávez-Montenegro y Zambrano, por medio del estudio de caso de las acciones de salvaguardia del candombe afrouruguayo en un contexto translocal como Buenos Aires, atendemos aquí a ―las negociaciones de sentido y los conflictos de poder que‖ el patrimonio inmaterial plantea, sobre la idea de evitar reeditar en sus políticas ―bajo diferentes formas, muchas de las asociaciones históricas ligadas a la idea de folclore, no sólo desde el discurso [...] sino también desde los movimientos sociales y artísticos‖(Ochoa, 2003:98). Tratándose de grupos afrodescendientes históricamente subalternizados, se ponen en relieve las contradicciones entre los mecanismos de postulación –aún arraigados a las lógicas e instrumentalidades del Estado-Nación-, y de aplicabilidad de la salvaguardia. En el caso de Uruguay, si bien las instrumentalidades están abarcando ciertos purismos, en el contexto nacional no pone en dudas el reconocimiento respecto de los saberes -entendidos como patrimonio- de los afrouruguayos en primer lugar, y en las últimas décadas del Uruguay en su conjunto. Hemos de considerar entre las más valiosas prácticas las tareas que el Ministerio de Educación y Cultura –junto a un Grupo Asesor de Candombe, y junto a expertos, ya que el activismo afrouruguayo montevideano no se encuentra enfrentado con la academia- desarrolla para escuelas y educadores al incluir al patrimonio entre los contenidos escolares. El caso en Argentina nos enfrenta con resistencias históricas por parte de la sociedad nacional en relación al desarrollo del candombe, como ser el mismo uso de los tambores en el espacio público (y el templado de los mismos alrededor del fuego), la falta de asunción de un acervo cultural afro como parte integrante de la Nación sumada a la tensión política entre jurisdicciones como la nacional y la metropolitana, todas ellas traducidas en obstaculizaciones para la fluida instrumentalización en materia de patrimonio-. Como afirma Castellanos (2010: 25), la cultura ―entendida ahora en su dimensión, abarcando formas de convivencia y prácticas simbólicas de los grupos humanos o de los individuos, ha dejado de ser un elemento de referencia accesoria, para Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 367 ocupar un espacio de obligatoria reflexión en el paradigma del Estado Social de Derecho‖. En relación a los aciertos, se observan como positivas también aquellas acciones que tiendan a equilibrar los inventarios únicamente hechos por expertos y/o únicamente hechos por ―comunidades‖, entendiendo que es precisamente el diálogo y la construcción entre sectores –y la integración social- lo que los organismos deben promover, garantizando una mayor inclusión de ―las comunidades‖ y/o ―los portadores‖ sin que ello implique el detrimento disciplinar o el autoaislamiento. Para finalizar, entiendo que también a menudo ―se desvanece la operatividad de estos derechos culturales [...] si se carece de exigibilidad, y si los mismos no están plasmados explícitamente en normas constitucionales, legales o incluso a nivel administrativo‖ (Ídem: 27). Los proyectos relacionados al patrimonio cultural inmaterial, en estrecha relación con las identidades culturales colectivas de los grupos afrodescendientes, bien pueden ser una manera inicial de procurar la activación de mecanismos resilientes inherentes a las propias comunidades, y/o una manera de generar lazos superadores de las fracturas existentes. Tal hecho es un ejercicio, y hemos de tener en cuenta que el no acompañamiento puede inhibir estos procesos y/o producir efectos contrarios. Existe un pasaje en el proceso de traducción de cultura a economía– es decir, a lo que aún definimos como ―desarrollo‖-que es el relativo al capital social que debe ser reinventado por los grupos subalternos, como condición para la reproducción de las expresiones y saberes patrimonializados, y como condición para su propia existencia. Creemos que precisamente pudieran ser las universidades con trabajo en territorio las que dediquen acciones de formación a los expertos y a los actores, acciones de contención en materia de espacios físicos y herramientas para los registros –vía sus distintos departamentos o facultades, y sus secretarías-, e incluso de publicación. En el caso más ideal, la articulación entre las mismas y los ministerios y núcleos focales nunca podrá prescindir del conocimiento etnográfico si pretende garantizar la salvaguardia y a su vez la calidad de vida. Bibliografía APPADURAI A. Y STEINOU, K. (2001). El pluralismo sostenible y el futuro de la pertenencia. En Informe Mundial sobre la Cultura 2000-20001. Madrid: Ediciones Mundi-Prensa /Ed. Unesco. APPADURAI, A. ―La producción de lo local‖, La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización. Ed. Trilce. 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Diversos documentos de la UNESCO, como la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 o la Recomendación para la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular de 1989, definen al patrimonio cultural intangible como los usos, representaciones, expresiones y técnicas que las comunidades reconocen como propias y que les infunden un sentimiento de identidad y continuidad a las mismas, promoviendo su creatividad, es decir, promoviendo la creación de nuevos bienes culturales. Y cabe destacar que las artes del espectáculo son mencionadas explícitamente en estos documentos como parte de este patrimonio. Ahora bien, hablar de bienes culturales intangibles es hablar indefectiblemente de un patrimonio siempre en riesgo, dado que su existencia depende exclusivamente del uso y de la transmisión de estos bienes por parte de los sujetos. Y como las prácticas culturales no son objetos sino hechos vivos, varían y surgen mixturas que las transforman a lo largo de las generaciones hasta a veces hacerlas desaparecer. Por consiguiente, estos documentos proponen una serie de medidas para la preservación del patrimonio cultural intangible. Estas medidas consisten en identificar estos bienes y en garantizar que los depositarios de dicho patrimonio prosigan con el desarrollo de sus conocimientos y técnicas, y las trasmitan a las generaciones más jóvenes, e incluso se agrega la posibilidad de que los Estados otorguen, a determinados sujetos, la distinción de ―tesoros humanos vivientes‖. Por supuesto, el riesgo que llevan implícitas iniciativas de este tipo es que estas prácticas culturales se anquilosen o se conviertan en piezas de museo, vaciadas de su carácter acontecimental. Pero en el caso de la tradición del actor popular porteño eso está muy lejos de suceder, debido a ciertas actitudes e ideas muy arraigadas en nuestro campo cultural que a lo largo de los años han * Doctora en Historia y Teoría de las Artes por la UBA. Investigadora Asistente del CONICET. Se especializa en Teoría e Historia de la Actuación en Teatro y Cine. 372 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo perjudicado el desarrollo y la continuidad de la actuación popular poniendo en riesgo su preservación. Es conocida la gran desvalorización de la que esta forma actoral ha sido víctima desde su aparición a fines del siglo XIX y principios del XX, que corrió por cuenta de la intelectualidad e incluso de los mismos dramaturgos cuyos textos eran estrenados por estos actores. La acusación de falta de decoro en el escenario y de falta de respeto al texto dramático era moneda corriente, pero estos reproches de tipo ético fueron mixturándose o decantando en la idea de que estos actores actuaban mal o de que los actores cultos o serios, los de la declamación y con el correr de los años los stanislavskianos, eran mejores. Hay muchos ejemplos de cómo operaba esta deslegitimación, pero recordemos una vez más el caso emblemático de Luis Arata, de quien se decía que era mal actor e incluso que tenía dificultades de intelección. Recién cuando estrena El gorro de cascabeles en 1933 y recibe una felicitación muy elocuente por parte de su autor Luigi Pirandello (una figura y además extranjera, quien exclama que Arata era el mejor actor que había interpretado esa obra), la crítica comenzó a percibirlo de otra manera. Pero recordemos que Arata había sido uno de los actores fundamentales del grotesco discepoliano durante la década anterior y esto no había sido valorado en su justa medida. Sucede con el actor popular lo que sucede con muchos aspectos vinculados al fenómeno teatral, que es el sometimiento a parámetros de valorización provenientes del mundo de las letras, postura que luego irradia a la valorización de manifestaciones actorales en otros medios, como el cine, la radio y la televisión. De este modo se asoció a la actuación popular con el denominado género chico, corriendo igual suerte que el mismo según se lo vituperara o se lo exaltara, pero nunca alcanzando su autonomía como práctica artística, lo que hubiera motivado su valoración como una estética particular que podía desbordar los límites del género teatral en el que se había desarrollado. Pero, ¿qué significa esto? Sabemos que el sainete y el grotesco fueron géneros considerados menores por el campo teatral y cultural, hasta la revisión planteada por David Viñas en su ensayo ―Grotesco, inmigración y fracaso‖. O sea, una vez más, la legitimación procede del campo de las letras y se produce por los valores referenciales de los textos dramáticos, más que por la intervención estética que implicaba su puesta en escena, que desafiaba el canon representativo vigente. En este sentido, el rol del actor popular era fundamental. Es decir, lo que el actor popular era capaz de hacer en el aquí y ahora del hecho escénico era profundamente disruptivo y perturbador en Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 373 términos estéticos y era esto lo que promovía la configuración de referentes con una dimensión política muy fuerte, aunque compleja, no directa ni unívoca. Recordemos que uno de los procedimientos más importantes del actor popular es la parodia: a la actuación seria y al teatro serio, pero más ampliamente es la cultura oficial la que resulta parodiada. En este sentido, la actuación popular tiene un profundo carácter carnavalesco (en términos de Bajtin) sobre todo si tenemos en cuenta que los espectadores de aquél teatro eran las clases populares conformadas por criollos e inmigrantes, marginados de esa cultura oficial que se exaltaba en el teatro culto. Entonces era importante la presencia del conventillo (muchas veces ―abuenado‖, es verdad, pero colocado arriba de la escena, no negado o escondido), la presencia del tango, pero además eran importantes los sujetos que poblaban ese escenario y que recurrían a los acentos extranjeros y el uso del balbuceo, produciendo un habla que resultaba significativa justamente por ser inentendible, y la explotación de una postura corporal en permanente desequilibrio, heredera del payaso, por supuesto. Sin duda, una de las cosas que aportó a la desvalorización fue la relación del actor popular con el humor. Sabemos que en nuestra cultura occidental el humor es considerado inferior al drama, y aunque no podemos justificar mucho por qué, seguimos sosteniendo esta creencia. Pensemos lo que pasó cuando se estrenó La Vida es Bella, por ejemplo. Pareciera que el humor no puede utilizarse para hablar de temas importantes. La relación del actor popular con el humor, promovió esa idea de que los actores populares eran ―caricatos‖ que no podían más que hacer reír mediante groserías. Pero como espectadores sabemos que cuando un actor popular es cómico es muy cómico, pero cuando un actor popular se pone serio es muy difícil escapar a su influjo. ¿Quién se puede resistir a Tita Merello en Los Isleros (Lucas Demare, 1951), o a la interpretación ―llorada‖ de Luis Sandrini? Y ni hablar de la secuencia final de La Cabalgata del Circo, de Mario Soffici (1945). Pero la desvalorización no sólo redundó en el desmerecimiento de los actores populares y de sus capacidades estéticas, sino también en el desmerecimiento del público que gustaba de estos actores, al que se diagnosticaba como carente de educación, cuando en realidad era un público que tenía que conocer las convenciones del teatro serio, para poder disfrutar y reírse de la parodia al mismo. Sin embargo, lo más perjudicial de esta actitud discriminatoria fue que no permitió ver más allá y separar la poética y los procedimientos del actor popular de un determinado tipo de dramaturgia. Si esa distinción hubiera podido operarse, eso habría permitido comprender las posibilidades de la actuación popular para enriquecer cualquier texto de cualquier género teatral, dada su capacidad de producir sentidos indeterminados y referentes más complejos que la actuación culta (incluida el 374 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo realismo), que produce referentes más unidimensionales o carentes de ambigüedad. Como el actor popular se enfrenta cara a cara con el público con el fin de ganarse el sustento (o sea que sabe que depende del público y por eso no se olvida del mismo y busca complacerlo, no educarlo ni emanciparlo, sino entretenerlo y emocionarlo), puede dotar de teatralidad a cualquier texto, bueno o malo, culto o no culto, debido a su enorme capacidad de horadar, de cuestionar, de dialogar con el texto en escena. Pero por supuesto, al precio de no tratarlo con soberbia ni con un respeto acartonado, sino con la voluntad de producir teatralidad de las formas menos esperadas. Esto lo sabía muy bien Armando Discépolo cuando escribía sus textos dramáticos. Cuando uno lee sus obras advierte que necesitan de la actuación popular para producir el ―efecto grotesco‖, esa capacidad de provocar simultáneamente la risa y el llanto con un mismo gesto, con una misma actitud. Es decir, ese efecto, que es dificilísimo de lograr, no se desprende del texto mismo, sino que el texto ―reclama‖ al actor popular y eso Discépolo lo sabía. Sabía cuál era el tipo de actor destinatario de esos textos. Independientemente de que él también defenestrara a los actores populares, porque justamente, la historia que estamos contando es una historia compleja y contradictoria. Y lo más trágico de esta historia es que siendo Discépolo nuestro dramaturgo nacional -esto merced a la lectura de Viñas- y dada la pérdida de la tradición del actor popular, nuestros actores tienen grandes dificultades para representar sus textos en la actualidad: dificultades para lograr el efecto grotesco, que como ya dijimos es estéticamente muy complejo, pero también para la imitación de acentos extranjeros, por ejemplo. Y acá opera la otra gran problemática que afecta la preservación del patrimonio cultural del actor popular y que es la falta de transmisión de sus procedimientos estéticos. Desde el origen de las instituciones de formación actoral en nuestro país, tanto públicas como privadas, los actores populares fueron dejados de lado. Se creía que el contacto de los aspirantes a actores con esta gente era perjudicial. En las últimas décadas, algunas instituciones de enseñanza de la actuación incorporaron procedimientos del teatro popular, pero europeo, como por ejemplo la Commedia dell‟arte, y la técnica del clown en su variante francesa, pero no del teatro popular argentino. De este modo, los grandes actores populares fueron muriendo sin transmitir sus experiencias y sus conocimientos. Otro aspecto que solapadamente atenta contra la transmisión de esta poética es evaluar a los buenos actores populares como artistas excepcionales. Es decir, se los valora, pero por su excepcionalidad y no por su pertenencia a una tradición o a una escuela. Y esto atenta contra la preservación, porque la Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 375 excepcionalidad no es transmisible. Una tradición, una técnica sí, pero eso es justamente lo que se le escamotea al actor popular. El actor popular no tiene técnica, hace lo que le surge, es espontáneo. Entonces, la enorme ductilidad del actor popular para representar todo tipo de textualidades es algo que pasó desapercibido para la mayor parte del campo teatral a lo largo de las décadas, pero algunos teatristas en particular sí lo comprendieron, aunque ellos mismos fueron muchas veces incomprendidos. Hay una incipiente actitud de rescate por parte de Oscar Ferrigno padre, por ejemplo, en Fray Mocho y después también. Hay que leer el relato que hace Eduardo Pavlovsky de su trabajo con Ferrigno, por ejemplo, y de cómo era desvalorizado por los actores cultos. Pero fundamentalmente es Alberto Ure el que explícitamente propugna que es el actor popular el que llegó más lejos estéticamente. Cuando Ure va a los Estados Unidos para encontrarse con los grupos de la experimentación y la vanguardia teatral de los 60, se da cuenta de que lo que ellos hacen ya lo había hecho el actor popular porteño y por eso comienza a utilizar esta estética en sus puestas, como El campo (Griselda Gambaro), Sucede lo que pasa (Griselda Gambaro), Los invertidos (José González Castillo), etc. O sea, la actuación popular era capaz de producir aquello que intentaban generar las propuestas experimentales, es decir, una intervención estética que redundara en una intervención política, pero no mensajista. Lo atinado de Ure fue percatarse de que eso no podía lograrse mediante la implantación directa e irreflexiva de experimentaciones formales foráneas, porque eso diluía el efecto político de esas estéticas, que pasaban a ser percibidas como un juego para unos pocos. Ure apuesta en cambio a la repercusión que producía al interior del campo cultural tomar los rasgos de una poética desestabilizante y encima desvalorizada por el mismo. Hay una anécdota muy conocida, relatada por el mismo Ure, quien en sus clases elogiaba a Alberto Olmedo. En una oportunidad se encontraron en un restaurante y Olmedo se acercó para pedirle que no lo cargara, que no le tomara el pelo. Y Ure no sabía cómo explicarle que él lo admiraba de verdad, pero tan raro era que alguien proveniente del teatro serio o el teatro culto hablara bien de un actor popular. La pregunta que debemos hacernos es, ¿cuánto teatro y cuántos personajes de Olmedo nos perdimos por esa actitud? Hace muy poco tiempo sucedió un hecho en el que todos estos prejuicios mostraron su vigencia en la actualidad, que fue el fallecimiento de Norma Pons. Era increíble escuchar cómo sigue activa la idea de que la legitimación al actor popular le llega cuando actúa ―textos importantes‖ lo cual no sólo hace gala de un prejuicio hacia el actor, sino de una concepción muy extraña del texto dramático, y de cuándo considerarlo importante y cuándo no. 376 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Y era increíble también escuchar la reproducción de declaraciones recientes de la actriz cuando contaba qué le contestaron cuando fue a pedir trabajo al teatro oficial. Cómo esas puertas estaban cerradas porque los actores populares no pueden representar ―textos importantes‖ y porque éstos no se representan en esos teatros. Más o menos esa fue la respuesta. Entonces nuevamente, ¿cuánto teatro y cuántos personajes de Norma Pons nos perdimos por esa actitud? Para concluir, agreguemos que la preservación del patrimonio cultural intangible que representa la actuación popular requiere de varias acciones. En primer término, de su identificación como una práctica artística autónoma y de su descripción en tanto escuela o tradición compartida y transmisible. En este sentido, el trabajo de Osvaldo Pellettieri abrió una puerta invalorable para que esta reflexión sea emprendida académicamente. También la crítica tiene que desarrollar herramientas conceptuales para liberar al actor popular de la mera espontaneidad, y asumir a la actuación popular como un fenómeno artístico susceptible de apreciación estética, pero según parámetros propios y no extrapolados del teatro culto. Por último, promover la práctica de estos procedimientos es quizá una tarea más compleja y que la corresponde a todo el campo cultural. Es tarea de los teatros oficiales promover la puesta en escena de textos vinculados con esta tradición y convocar a los actores populares para que representen esos textos y de todo tipo. De las escuelas de actuación, transmitir explícitamente y promover la práctica de los actores jóvenes en esta poética. En definitiva, pensar la actuación popular es revalorizar nuestra propia experiencia como espectadores, mantener la memoria y comprender que eso que nos emocionó, que nos hizo reír, hizo llorar, es valioso y que merece ser preservado, porque es algo singular y propio. Bibliografía AAVV, (2002). Historia del teatro argentino en Buenos Aires, Tomo II, La emancipación cultural (1884-1930), Osvaldo Pellettieri (Dir.), Buenos Aires: Galerna. BAJTÍN, M. (1994). La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, Buenos Aires: Alianza Editorial. PAVLOVSKY, E. (2001). La ética del cuerpo, Buenos Aires: Atuel. PELLETTIERI, O. (2001) ―En torno al actor nacional: el circo, el cómico italiano y el naturalismo‖, Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 377 en De Totó a Sandrini. Del cómico italiano al “actor nacional” argentino, Buenos Aires: Galerna. UNESCO, (1989). Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular. París. UNESCO, (2003). Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París. URE, A. 2003. Sacate la careta, Buenos Aires: Norma. VIÑAS, D. (1969). ―Armando Discépolo: Grotesco, inmigración y fracaso‖, Introducción a Obras escogidas (de Armando Discépolo), Buenos Aires: Ed. Jorge Álvarez. 378 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo LAS CULTURAS POPULARES: SOBRE RITOS Y SANTOS POPULARES. UNA PERSPECTIVA ANTROPOSEMIÓTICA DE UN PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE EN LA REGIÓN NEA ARGENTINA Silvina Valeria Sisterna* Introducción Las manifestaciones de religiosidad popular han crecido de manera notable en los últimos años en la Argentina (Perasso, 2006), las cuales se ven materializadas a los costados de las rutas o en diversos espacios públicos, donde la gente construye pequeños santuarios al “santo” del cual son devotos. Este “santo” generalmente es una persona fallecida a la que una comunidad atribuye poderes milagrosos y consecuentemente, le rinden honores y ofrendas, para que ésta los escuche y les brinde la ayuda que necesitan. En ese sentido, se considera que el Gauchito Gil es una de las figuras más relevantes en la región, por lo cual se le brindará mayor protagonismo en el análisis que se realizará a lo largo del presente trabajo aunque también se aludirá sobre otros santos que también tienen popularidad: San La Muerte, la Difunta Correa, entre otros. Por otro lado, el interés de este estudio se encuentra en una hipótesis central, la cual se relaciona con la idea de que estas manifestaciones de religiosidad popular constituyen una manera de resistir a las imposiciones de los poderes hegemónicos, y en esta resistencia se va conformando una expresión cultural que permite considerarla como un patrimonio cultural intangible ya sea de una región de nuestro país –especialmente la Región NEA- o de diversas comunidades a lo largo y ancho de la Argentina. En el mismo sentido, se verá si estas creencias populares posibilitan a las comunidades de creyentes conformar sus identidades, es decir, miembros de sectores más postergados logren sentirse identificados y alcancen cierta visibilidad en este mundo globalizado. Las culturas populares y sus manifestaciones de fe En un primer lugar, se hará una aproximación sobre el concepto de cultura. Tal como lo plantea * Biblioteca Pública de las Misiones, Parque del Conocimiento. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 379 Graciela Uequín (2011), cultura es un concepto complejo y vasto, que posee una tradición milenaria, que ha sido ―la plataforma de lanzamiento de todo tipo de controversia tanto política como social y estética.‖ El término ―cultura popular‖ surge cuando aparecen las diferencias entre sujetos que pertenecen a una misma comunidad, ya que se observan aspectos materiales y simbólicos que expresan esta diversidad cultural. Esta cuestión plantea entonces que existe más de una cultura, donde lo popular se asocia a cuestiones menos positivas pero que demuestran la multiplicidad y las relaciones entre unas y otras. Para García Canclini (1986) Las culturas populares serían el resultado de un proceso de apropiación desigual de los bienes económicos y culturales en una sociedad dada por parte de sectores subalternos, así como también expresión de un proceso de comprensión, reproducción y transformación material y simbólica de las condiciones de vida. Su configuración se produciría en una interacción conflictiva con los sectores hegemónicos. Esta expresión de las condiciones de vida de las culturas populares puede verse reflejada en la Región NEA –Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa- a través de la constatación de la existencia de una tradición de creencias populares que comprende a aquéllas que tienen como centro de sus devociones a ―santos‖ considerados profanos por los creyentes católicos. Lo característico de las manifestaciones de religiosidad popular es que exceden el marco regulatorio de las religiones institucionalizadas como el que propone la iglesia católica, con expresiones menos estructuradas e incluso más festivas que aquéllas. Además cada ―santo popular‖ cuenta con una fecha en el año donde es recordado (generalmente coincide con el día de su muerte) y un santuario central (lugar de natalicio o sacrificio que después se multiplica a lo largo del camino en pequeñas ermitas u oratorios que se ven engalados en la fecha conmemorativa) donde sus creyentes se reúnen para brindarle los honores, hacer peticiones o agradecer por los favores recibidos. Es decir, son ―religiones‖ de carácter práctico donde los creyentes acuden buscando respuestas inmediatas a sus dolencias y necesidades terrenales, sean del tipo amoroso, de salud, material o laboral. Dichas prácticas tienen un fuerte influjo de las costumbres de la zona. Cáceres (2008) señala en un artículo sobre la religiosidad popular en Tucumán lo siguiente: Lo cierto es que la religiosidad popular toma hechos y prácticas de la religión formalmente constitutiva (Giraudo 1997) para luego recrearlas libremente. En consecuencia, observamos que los fieles o devotos de estas prácticas no pierden la fe sino que le dan un nuevo sentido, una nueva resignificación a lo religioso. (43) 380 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Esta cuestión es interesante resaltar, ya que esta resignificación de lo religioso, este nuevo sentido dado a la fe, puede ser analizada desde el entramado complejo de nuestras sociedades globalizadas, cuestión que se irá observando a lo largo de esta exposición. Pablo Semán (2010) entiende que existen diferentes vertientes de religiosidad popular que conviven en un mismo espacio físico (un mismo barrio por ejemplo), tratándose de ―la coexistencia de diferentes sensibilidades en un mismo tiempo‖. Según el autor, la primera de estas vertientes –de origen más antigua- agrupa a los creyentes cosmológicos cuyas consideraciones de lo sagrado es ―polivalente, ambiguo, en relación al orden ético propio del catolicismo‖ y a su vez, ―[l]a sensibilidad cosmológica reutiliza a su favor los dispositivos de encuadramiento masivo de las organizaciones religiosas‖ (76). Dentro de este grupo de creyentes cosmológicos se incluirían aquellas personas devotas al Gauchito Gil, la Difunta Correa, Gilda, etc., pero también aquellos partícipes activos de congregaciones evangélicas o que creen en los curanderos, manosantas, pai umbanda. El segundo grupo aglutina a los creyentes institucionalizados –y como el nombre lo señala, son aquéllos que mantienen las bases y estructuras de las religiones más tradicionales, ya sean católicas o pentescostales- y por último, el tercer recorrido agrupa a creyentes que han puesto su mirada crítica hacia las instituciones religiosas, son creyentes cuya sensibilidades han hecho una elaboración sobre los modos institucionalizados de la religión. Con respecto a las religiosidades populares, Korstanje (2007) observa cinco constantes en estas prácticas. La primera es la sacralización de los muertos; la segunda, la idea de conflicto o lucha social de las clases más vulnerables; en cuanto a la tercera, el sincretismo; la cuarta, fechas de conmemoración bien definidas; y por último, la promesa como elemento relacional entre lo sagrado y el grupo humano(4). Más adelante se analizarán estas cinco constantes o elementos comunes a las diversas creencias populares. Los “nuevos” santos y la sacralización de los muertos Teniendo en cuenta la historia, Fustel de Coulanges señalaba que la génesis de este culto a los muertos se encuentra en la tradición romana, donde las familias rendían culto a sus lares protectores, quienes eran familiares fallecidos. La tesis de este historiador es que la génesis de las religiones indo-europeas se halla en el culto a los muertos (Korstanje, 2007:4). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 381 De la misma manera, y como se señaló en un principio, los santos populares habitualmente, son personas fallecidas investidas de capacidades milagrosas por sus seguidores, debido a que han tenido una historia de vida o forma de muerte que amerita tales atributos. Entonces éstos son ―canonizados‖ de manera espontánea y por el pueblo mismo, como sucedió tras la muerte de Gilda o de Rodrigo Bueno104, y no se los ―canoniza‖ porque han llevado una vida ejemplar –o al menos principalmente- sino porque han alcanzado cierta trascendencia o popularidad en vida lo cual es valorado por sus seguidores (Cáceres, 2008). Aunque estos santos no son reconocidos por el santoral de la iglesia católica, igualmente en los últimos años se viene observando que en cada festividad, son los sacerdotes mismos del pueblo quienes guían las peregrinaciones, lo cual lleva a pensar que constituye una estrategia que utiliza la religión católica para el acercar a la población a sus cultos tradicionales. ¿Cuáles son los santos populares en la Región NEA? Podemos señalar que en la esta región y durante la última década, los santos populares por excelencia, los que cuentan con mayores adeptos son el Gauchito Gil seguido por San La Muerte. Brevemente podemos señalar que, San La Muerte, de quien el Gauchito era devoto según la tradición oral, tiene un origen incierto, se cree que es un personaje de la región guaranítica y que es el resultado del encuentro de las creencias de los guaraníes con elementos de la fe cristiana y también la de los esclavos africanos que se instalaron en Corrientes y en el Brasil –por ejemplo, en Salvador de Bahía existe una iglesia denominada Senhor do Bomfim que podría pensarse como otra de las formas que asume San La Muerte en la región brasilera-. En Argentina se conmemora a San La Muerte cada 13 de agosto y posee varios santuarios en las rutas, como la que se encuentra en la provincia de Corrientes sobre la Ruta 14 km 469. Con respecto a Antonio Mamerto Gil, una de las versiones que circulan es la que dice que fue un gaucho que vivió en Corrientes durante el siglo XIX y que era perseguido por las autoridades de su pueblo por desertar en la Guerra de la Triple Alianza. Al ser capturado, Gil manifestó a la autoridad que lo arrestó que él era inocente y le rogó que no lo mate. El Comisario determinó que debía morir a lo que el Gil le indicó que iba a recibir la noticia de que su hijo estaba muy enfermo y que él lo sanaría si lo solicitaba en sus rezos una vez que muriera. Al morir el Gauchito, la leyenda indica que el Comisario corroboró la verdad sobre la enfermedad de su hijo y rogó a Gil para que lo salve y en ese momento se produjo el milagro. 104 Ambos eran cantantes de música tropical que murieron trágicamente. 382 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo En el lugar de su muerte –a 8 km de Mercedes, provincia de Corrientes- se construyó un santuario que fue creciendo a lo largo del tiempo hasta convertirse en un importante centro espiritual, donde cada 8 de enero se reúnen multitudes de personas que se acercan desde los más alejados rincones del país. Reconstruyendo un poco la historia, los primeros antecedentes que permitieron la aparición de este santo popular, tiene sus primeros destellos a finales del siglo XVIII, cuando los campesinos correntinos preferían utilizar como mediadores con el más allá a sus antepasados. Con la aparición de los caminos que se encontraban en el espacio libre entre los campos, los lugareños comenzaron a circular por sendas comunes lo que hacía que los encuentros entre las personas sean más habituales105. Muchos de estos encuentros tuvieron como resultado peleas mortales –debido alguna enemistad existente entre ambos conocidos-. Luego, en ese lugar donde moría algún pueblerino, se colocaban cruces, y con el tiempo, “todas esas cruces, llamadas ‘curuzú’ en guaraní, se convirtieron en lugares de veneración donde se dejaba una ofrenda, se decía una oración o se solicitaba algún favor”106 y había cientos de ellas en los costados del camino. La Cruz Gil –como en sus comienzos se denominaba al santuario- fue una de las cruces que perduraron en el tiempo y su permanencia se debió a que se encontraba en un punto estratégico porque muchos campesinos pasaban las noches allí, antes de llegar a Mercedes y entonces le brindaban sus oraciones y ofrendas. Con la apertura de nuevas rutas y el avance de la tecnología, la devoción a Gil logró mayor difusión a través de los ómnibus y los camiones, pero también con el éxodo de correntinos que se trasladaron a Buenos Aires y a la Patagonia llevándose consigo a la Cruz Gil. Santos de los marginales, el Gauchito y otras iconografías Es interesante señalar en este apartado la relación existente entre los sujetos que forman parte de sectores marginales y los santos populares. 105 “El alambrado estrechó el camino a un curso determinado por el que debían pasar todos”, Entrevista a Carlos Camba Lacour, realizada por Julián Varsavsky, en Página 12, el 3 de enero de 2011, denominada “En busca del sincretismo correntino”. 106 Ibídem. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 383 El Gauchito Gil también es considerado como el santo de los marginales y es visto como un “ladrón noble” que ayudaba a los más pobres al estilo de Robin Wood. Míguez (2008), con respecto a esta figura del ladrón noble refiere lo siguiente: La figura del ladrón noble es construida como una respuesta simbólica que defiende los valores tradicionales en contra de los abusos de poder que cometen las pequeñas figuras locales. No es la construcción de un contra poder que atenta contra el orden social general sino cotidianas resistencias a las arbitrariedades que vulneran el límite de las asimetrías aceptables (Míguez, 2008)107. Entonces, se observa la existencia de una desigualdad cultural, social y económica que responde al poder hegemónico a través de una sacralización transgresora (Ibídem) del Gauchito, quien encarna la lucha de los carenciados frente a los abusos de los más poderosos. Pero Gil no es el único santo de los marginales, también aparecen dos figuras –las más reconocidas- que son San La Muerte –que Cambá Lacour, interpreta como “una especie de rechazo de lo que está formalizado e instituido: no casualmente está muy extendido el culto entre los presidiarios”108- y como sucede con El Frente Vital109. Este último puede ser estudiado de manera más profunda a través del relato de Cristian Alarcón en el libro Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Gauchito Gil: El sentido de los rituales Las conmemoraciones y los actos religiosos tienen una función bien definida, ésta como expresión ritual transfieren, legitiman y regulan el poder dentro de la estructura social, aseguran la continuidad de la tradición y mantienen la cohesión del grupo. Malinoswki, 1994:37 La devoción al Gauchito Gil alcanza su máximo esplendor cada 8 de enero en su santuario ubicado en las cercanías de Mercedes, provincia de Corrientes –específicamente en el cruce de las rutas 123 y 119-, fecha en que sus devotos establecieron como fecha de su muerte. En ese espacio sacralizado se reúnen miles de personas que se trasladan desde los lugares más alejados del país como asimismo asiste gente de países limítrofes. Tan popular se ha vuelto el Gauchito que durante esos días la ciudad se ve desbordada por la gran afluencia de creyentes. 107 El subrayado me pertenece. 108 Ídem nota 3. 109 Un “pibe chorro” –ladrón- que muere en un enfrentamiento con la policía. 384 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Lo más característico del santuario del Gauchito es el color rojo de sus paredes, sus cintas, banderas y velas que durante esos días arden con mayor intensidad –debido a la gran cantidad que se encuentran encendidas-. Durante los días previos al 8 de enero la gente se congrega en las cercanías del santuario y van apareciendo kioskos improvisados, bailantas chamameceras110, y negocios que ofrecen todo tipo de recuerdos. En la mañana del 8, el cura del pueblo organiza una peregrinación cuyo recorrido concluye en el santuario donde ofrece una misa. Luego los fieles se acercan –uno por uno- para besar la estatua del Gauchito y para pedir o agradecer los favores recibidos. Afuera del recinto, se puede oír la música de los chamamés, a los gauchos armando el asado y el barullo propio del jolgorio que contextualiza cada conmemoración a este santo. Todo el día […]los promeseros rinden culto a la Cruz y a la tumba de Gil, prenden velas, se expresan con plegarias u oraciones; entregan su ofrenda: prendas, placas, banderas [rojas], cintas, objetos personales, cartas, fotos, patentes de autos, cigarrillos prendidos, botella de vino, cuchillos, pañuelos, trofeos, por nombrar algunas de ellas; o bien ofrecen un baile, un sapucai [grito-canto eufórico vinculado al pueblo correntino], los músicos ofrecen una canción frente a la tumba […] los promeseros ofrecen en pago del pedido cumplido… (E. Parras, 2004: PAGINA) Este sentido de la fiesta es propio de las religiosidades populares en esta región que transgrede de alguna manera el tono serio y ceremonial típico de la religión católica. Bajtin en su interpretación de la obra de Rabelais, Gargantúa y Pantagruel, analiza la parodia en el carnaval en la Edad Media, decía lo siguiente: Ofrecían [los ritos y los espectáculos] una visión del mundo, del hombre y de las relaciones humanas totalmente diferente, deliberadamente no oficial, exterior a la Iglesia y del Estado. Parecían haber construido al lado del mundo oficial, un segundo mundo. (Uequin, 2010) ¿Y si se traspola esta versión de los hechos a los ritos que se realizan cada 8 de enero en el santuario del Gauchito Gil? ¿No se verá acaso ritos que son exteriores a los que propone la Iglesia Católica? Salvando las diferencias, consideramos que en el análisis que realiza Bajtin, hay elementos relevantes en lo que refiere a lo paródico en las culturas populares, como una forma de subversión, una transgresión frente al poder hegemónico presente en nuestra sociedad. 110 Chamamé: música típica de la zona. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 385 Las promesas Un aspecto indisociable en todo creyente cosmológico -en términos utilizados por Pablo Semán- es el trato que establece con las promesas, ―como elemento relacional entre lo sagrado y el grupo humano‖ (Korstanje, 2007:4). El promesero entonces, se relaciona de una manera más directa con el santo al que es devoto mediante promesas que se cumplirán en un tiempo determinado cuando éste ―escucha‖ sus peticiones. Se trata de ―una relación de obligaciones y responsabilidades a través de un prolongado período de tiempo. Al momento en que termina la obligación cuando se cumple la promesa, se vuelve a reanudar la relación mediante otra petición‖ (14). Lo que caracteriza al promesero es que ―crea un lazo más fuerte y más duradero con el santo, que implica, inclusive, casi la obligación de hacer promeseros a otros y que no se rompe en toda la vida‖ (Martín, 2004:106). Pero esta figura excede a la acción misma de prometer, pues una madre puede volver promesero a su hijo vistiéndolo de una manera particular para asistir al santuario, que podría pensarse como una manera de bautizar al otro para que se vuelva devoto del santo o santa. El conflicto social La necesidad de lo sagrado, sea ésta expresada a través de la magia o la religión, para hacer frente a un poder opresor, autoritario, siniestro, corrupto, etc. Pero ese enfrentamiento no es la causa última, sino la necesidad de un nuevo orden. Maximiliano Korstanje Estamos frente a una cuestión crucial en el desarrollo del presente trabajo y que tiene que ver con la realidad social de las comunidades de la Región NEA pero también con la realidad a nivel nacional y cómo ésta se enlaza a las creencias populares. De Certau en La invención de lo cotidiano (1996), ya refería sobre un espacio polemológico entre las clases poderosas y los ―pobres‖ en donde se producía grietas que permitían a los campesinos abrir un espacio utópico en el que las posibilidades de liberación eran viables, asequibles, en un sentido milagroso. De la misma manera, resulta interesante el concepto violencia simbólica definido Pross y citado por Finol, quien señala que ―la violencia simbólica es el poder de imponer la vigencia de un significado a otros, por medio de la colocación de signos, es decir, por la simbolización, con el efecto de que esas otras personas se identifiquen a sí mismas con el significado allí afirmado‖ (Pross, 1980:149). Siguiendo a De Certau, frente a este orden impuesto, se considera que las comunidades utilizan estos signos a su manera, hacen ―de las acciones rituales, de las representaciones o de las leyes que 386 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo les eran impuestas algo diferente” de lo que suponen los que ejercen el poder. Resulta interesante pensar esta resistencia que hacen las clases populares con respecto a la realidad, que no es aceptada y hasta es enfrentada mediante un discurso milagroso. De la misma manera se pueden hacer ciertas homologaciones con lo que sucede en la Argentina y en especial a la Región NEA con respecto a los santos populares en cuestión. Perasso observa que a partir de la crisis económica ocurrida en diciembre de 2001 –cuyos efectos de desempleo y de inseguridad llegaron a niveles muy altos en la sociedad Argentina- comienza a extenderse en las rutas argentinas los santuarios destinados al Gauchito Gil, o como señala Semán, se hizo más visible un fenómeno que ya existía desde hace más de un siglo. Para Perasso, las creencias populares se convirtieron en una “salida de emergencia” frente a la crisis. El sincretismo El sincretismo ocurre cuando dos o más prácticas religiosas se fusionan creando una nueva, que se encuentra emparentada con aquéllas en ciertos aspectos. Se considera que el culto al Gauchito Gil conforma un sincretismo que toma aspectos de la Iglesia Católica, el indígena guaraní y el Umbanda. Con la Iglesia Católica, - Las peregrinaciones al santuario. - La presencia de velas y flores en los santuarios. - La acción de persignarse frente a la imagen del Gauchito. Con las prácticas umbandas, - La presencia de elementos, que son ofrendados por los devotos, propios de la cosmovisión umbandista, a saber, alcohol, cigarrillos, mechones de pelo, fotos, etc. Con objetos de la vida cotidiana, - Elementos que no tienen que ver con alguna religión en particular pero que sirven como mediadores entre el devoto, su petición y el santo. Procesos de desinstitucionalización religiosa, y de recomposición de las creencias Siguiendo a los datos obtenidos en la “Primera Encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina”111 del CEIL PIETTE – CONICET resulta llamativo observar que el 76% de los argentinos concurre poco o nunca a los lugares de culto. ¿Qué significa esto? ¿Se ha perdido la fe 111 Primera encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina. (FONCYT y CEIL PIETTE-Conicet). Casos: 2403. Alcance nacional. Director: Fortunato Mallimaci. Agosto de 2008. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 387 en la Argentina? Paradójicamente, 9 de cada 10 argentinos dice creer en Dios, es decir que el 90% de la población encuestada es creyente. En esta primera observación podemos inferir que muchos argentinos se han alejado de las instituciones eclesiásticas y ha decidido relacionarse con Dios a su manera (el 61,1% admite hacerlo). Efectivamente, los datos antes señalados dan cuenta de una desinstitucionalización religiosa, la cual tiene que ver con cambios a nivel histórico, social, cultural y religioso que ha transformado la mirada del creyente hacia la institución católica, alejándola de su vida cotidiana porque, como dice Mallimaci: “La Iglesia Católica […] se acostumbró a la idea de que el catolicismo formaba parte de la identidad nacional. En la medida en que se avanzó en derechos […] la Iglesia Católica se encontró sin muchas respuestas frente a los movimientos de mujeres o por la diversidad sexual, entre otros”112. Para Alejandro Frigerio no hay una pérdida del catolicismo, sino que ha habido un cambio en la mirada hacia otras formas de religiosidad que eran históricamente despreciadas. Para él, existió “un monopolio del catolicismo como ´las creencias legítimas´” aunque siempre hubo gente que creyó en otras formas que las que la Iglesia intentaba imponer. “Las cosmovisiones mágico-religiosas forman parte de la cultura argentina desde hace mucho, sólo que ahora son visibles”113. Con la vuelta de la democracia empezaron a ser visibles las otras formas de creencias, y a principio de la década de los 90, los medios alertaban sobre la invasión de sectas en la Argentina. Frigerio señala que “lo diferente es estigmatizado”. Pero a medida en que la democracia avanza y se va afianzando hay mayor aceptación y menos prejuicios sobre estas religiones no católicas. Hoy la búsqueda pasa por otro lado, ya que se tiende hacia la emocionalidad, hacia experiencias religiosas donde la corporalidad participa mucho más, pero también hay técnicas de sanación, se habla en lenguas. Como se dijo anteriormente, hoy la gente participa en religiones más funcionales que otorgan “soluciones” a las vicisitudes de la vida y que, además, no juzga lo bueno o malo de una acción. Pero ¿qué hace la religión católica frente a este nuevo panorama? Se ha observado que frente a la creciente presencia de los santos populares, como es el caso del Gauchito Gil, la Iglesia toma presencia activa en las celebraciones e incluso celebra misas en su nombre. ¿Se trata de una 112 Entrevista a Fortunato Mallimaci “Los dioses están tan activos como hace cien o quinientos años”, Revista Cultura y Creencias, Nro. 14, Año 3, Diciembre 2011. 113 Entrevista a Alejandro Frigerio “La gente siempre creyó en formas diferentes a las que la Iglesia intentaba imponer”, Revista Cultura y Creencias, Nro. 14, Año 3, Diciembre 2011. 388 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo estrategia para ganar o no perder adeptos? Tal vez, un poco de ambas cosas estén presentes. Al respecto, Delgado (1993) advierte lo siguiente: Aquí reside la gran paradoja que el aparato eclesial se ve condenado a repetir. La única manera de divulgar los mensajes de su sistema religioso es vehiculizándolos mediante actitudes y conceptos que le son ajenos, y a veces contrarios. Para ganarse un cierto grado de articulación social, la Iglesia debe constantemente cristianizar el folclore y folclorizar el cristianismo (11). Creencias, ritos y santos: Patrimonio cultural intangible La palabra latina ritus significa ―costumbre‖, ―hábito‖, ―uso‖, y como tal hace referencia a prácticas que van configurando un entramado social y cultural de una comunidad. Para José Enrique Finol (2007) Un rito es una acción semiótica de ruptura/separación/distinción, caracterizada por un conjunto codificado de acciones simbólicas, articuladas en/a un espacio y un tiempo específicos, con un soporte corporal, que expresan valores y creencias de un grupo o comunidad, y cuyo propósito es crear y/o reforzar el sentido de identidad y pertenencia y renovar la cohesión y solidaridad social. En el análisis que se realizó a lo largo de este escrito, las manifestaciones de religiosidad popular lleva hacia consideraciones históricas sobre cómo fue constituyéndose la figura de Gil, pero también remite a un análisis sincrónico sobre cómo en la actualidad el Gauchito ha ganado espacio y adeptos a lo largo y a lo ancho del país. Se puede decir que estos ritos y creencias constituyen un patrimonio cultural intangible que a su vez, definen y conforman la identidad de la comunidad de la región NEA, y aún más específicamente a los correntinos. Siguiendo la definición propuesta por la UNESCO (2003): Se entiende por ‗patrimonio cultural inmaterial‘ los usos, las representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que le son inherentes […] y que se manifiestan en particular en los siguientes ámbitos: tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, artes del espectáculo, usos sociales, rituales y actos festivos, conocimientos y técnicas artesanales tradicionales114. Con respecto a la Identidad, podemos señalar que los ritos dan un sentimiento de identidad y un sentimiento de continuidad a las comunidades y, a su vez, lo intangible de estos rituales no puede ser pensado sin el santuario, la estatua, la cruz roja, y todos los demás objetos que acompañan las expresiones populares de devoción hacia el Gauchito Gil, en este caso, pero también a los demás santos populares. 114 Citado por Alfredo Torre en ―Gestión del patrimonio inmaterial‖, apuntes del Posgrado en Gestión Cultural y Comunicación, FLACSO. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 389 A modo de conclusión A lo largo del desarrollo de este estudio, se pudo conocer y reconocer algunas figuras históricas o populares que han alcanzado el estatus de santos: santos populares o santos del pueblo. Es el pueblo, o sociedad quienes los han elegido, y eso es interesante resaltar, porque no ha sido impuestos por la Iglesia, por el Estado, ni por otras figuras externas a ellos mismos. La Iglesia Católica y el Estado en épocas anteriores a la vuelta de la democracia –ejerciendo violencia simbólica- trataban de imponer formas de creer, de pensar, pero el pueblo siempre fue encontrando las vías de escape, las fisuras que le permitieron ir anudando sus propias creencias, sus propios ritos y formas de ver el mundo. Así se observa que el carácter de estos ritos al Gauchito es más libre, es decir, lo que define a las creencias de estas culturas populares, es la laxitud e informalidad de sus ritos. Hoy en día, en el mundo globalizado que habitamos, la era digital brinda herramientas para otorgar mayor visibilidad a las comunidades que tienen menos poder, y es por ello tal vez, que nos topamos con publicaciones, notas periodísticas, entrevistas, documentales o películas (por ej. El camino de San Diego de Carlos Sorín) que tratan la temática de los santos populares. Pero la búsqueda de visibilidad también va acompañada de una resistencia mediada por la figura del Gaucho Gil, en este caso, que expresa una historia de vida plena de injusticias, que lo lleva a ser ejecutado por un representante del poder y es a través del mismo en que el pueblo logra su redención. La resistencia entonces, de las culturas populares es uno de los fundamentos de estas creencias populares, es el motor que las mueve y permite su permanencia en el tiempo y su ampliación hacia geografías que dan cuenta de por qué “Corrientes tiene payé115”. Bibliografía CÁCERES, M. L. (2008), “Un caso de religiosidad popular: Discurso y expresiones de devoción en San Miguel de Tucumán”, The Hebrew University of Jerusalem, Vol 1. N°1, febrero. Disponible en http://iberoamericaglobal.huji.ac.il/num1/art4_caceres.pdf CAMBA LACOUR, C. 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Una hace referencia a la etimología de la palabra y otra a su definición conceptual: etimológicamente folklore fue un neologismo en el momento de su creación, surge de unir dos palabras, a saber, ―folk‖ y ―lore‖. La primera, folkl, puede significar gente, pueblo, vulgo, humanidad, etc; mientras que la segunda, lore, podía interpretarse como conocimiento, saberes, sabiduría. Así, la unión de los dos vocablos se tradujo en forma generalizada como ―la sabiduría del pueblo‖. Ahora bien, respecto de la segunda acepción, que es la que particularmente nos interesa, fue también Thoms quien explicó, en su carta dirigida a la revista El Ateneo, que con la creación de esa palabra quería hacer referencia a ―aquel sector de las Antigüedades y de la Arqueología que abarca el saber tradicional de las clases incultas en las naciones civilizadas, the traditional learning of the uncultured clases of civilized nations‖ (Magrassi y Rocca, 1991). Hace una explicación conceptual sobre el significado correspondiente a la palabra folk, la cual dice que no se refiere a todas las personas sino a las que pertenecen a ―las clases incultas”, que además se encuentran dentro de las naciones civilizadas. Por otro lado, respecto de la palabra lore la única salvedad que hace es aclarar que no se trata de todos los conocimientos sino de los tradicionales. Y así, para los científicos de la época el concepto de folk quedó asimilado al de ―pueblo‖ y este a su vez al de ―inculto‖; aunque en casi todas las traducciones que encontramos esta palabra, inculto, fue reemplazada por ―popular‖, cuestión cuyas consecuencias intentaré explicar luego. Si bien ha habido algunos intentos de análisis de estas palabras y las consecuencias que ellas conllevan, creo que aún estos intentos no han sido suficiente, y por lo tanto debemos seguir insistiendo en ello para explicar los errores con los que nos encontramos en la actualidad a la hora de definir conceptualmente, no qué significa sino principalmente, quiénes son los portadores de esos ―saberes tradicionales‖. Lic. en Folklore con Mención en Danzas Folklóricas y Tango; presidente de ADIF, Asociación de Investigaciones Folklóricas. * Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 393 Hay varias cosas que debemos identificar y analizar respecto de algunas de las palabras utilizadas en la definición original de folklore, ya que éstas no son neutrales sino todo lo contrario son sumamente subjetivas respecto del marco ideológico de quien las utiliza. En primer lugar observamos y leemos la frase ―clases incultas‖ (uncultured clases), esto significa que para Thoms los portadores originales de los conocimientos folklóricos era ese sector de la sociedad considerado sin cultura. Si de manera simplificada entendemos que cultura es todo lo que el hombre agrega a la naturaleza, podemos decir que no existe ser humano sobre el planeta Tierra que no posea una cultura propia compartida con los integrantes de la sociedad en la que vive. Todos poseemos distintos tipos de saberes referidos a modos de hacer, o cómo transformar la naturaleza que nos rodea; y lo más importante, la cultura de una sociedad está constituida por la suma de los saberes de todos sus miembros. Los parámetros con los que se medía si una sociedad era más o menos ―civilizada‖ o más o menos ―salvaje‖ eran los prejuicios impuestos por los intelectuales del positivismo. En los albores del siglo XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados casi de modo indistinto, sobre todo en francés e inglés. Esto nos convoca a reflexionar sobre el concepto de las ―naciones civilizadas‖ del que venimos hablando. El siglo XIX estuvo invadido por las ideas de Orden y Progreso, entendidas estas ideas como las bases ideológicas de una sociedad. En esta concepción tan rígida, quienes no compartieran estas ideas eran consideradas sociedades incivilizadas. Y es justo recordar que estas sociedades ―incivilizadas‖ resultaban ser los países latinoamericanos, los africanos, y los asiáticos. Podríamos incluso llegar a concluir que estos países ―incivilizados‖ ni siquiera poseían un folk-lore que debía ser ―rescatado‖, ya que para ello había que pertenecer primero a una nación ―civilizada‖ y dentro de ella, pertenecer a la ―clase inculta‖. Otro problema semántico al que nos enfrentamos, continuando con el análisis en el mismo sentido en el que lo venimos haciendo es el de la utilización de la frase ―clase popular‖ en reemplazo de ―clase inculta‖. Lo primero que resalta a simple vista es el término clase. En sociología, la clase es un tipo de estratificación social basada en criterios económicos o educativos. Desde el punto de vista económico son comunes las expresiones ―clase alta‖, ―clase media‖ y ―clase baja‖, alusivas a los tres bloques en los que se suele dividir a la población según su riqueza. Desde el punto de vista educativo, Thoms hace su distinción de ―clase inculto‖ (culto – inculto). Independientemente de la intensión del autor, sabemos que ―clase inculta‖ no es lo mismo que ―clase popular‖. Y entendemos que, en general, el término popular fue y es utilizado como eufemismo de pobreza. Una cosa es ser pobre o rico y otra muy distinta es referirnos a alguien como culto o inculto (aunque como ya aclaramos no existe la persona inculta), y en ese caso estaremos haciendo alusión al mayor o menor 394 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo nivel de información o instrucción académica que tenga la persona. Esta cantidad de malas interpretaciones es lo que ha provocado que siempre se haya asociado el concepto de folklore con la ―gente pobre‖, ―marginal‖, ―del campo‖, etc. de modo tal que podríamos establecer las siguientes relaciones de correspondencia, a saber: Folk== pueblo ==== clase inculta ==== clase popular (eufemismo de pobreza) Lore == sabiduría=== cultura ===== cultura tradicional. Definición de folklore Si quisiéramos hacer una investigación inductiva y buscar todas las definiciones con que, a partir de Thoms, se reinventó o redefinió la palabra ―folklore‖, seguramente terminaríamos escribiendo un libro realmente muy extenso. Un ejemplo de ello es el libro de Alfredo Poviña, quien ya en el año 1953 publica una nómina con 39 definiciones de científicos dedicados a la investigación folklórica. Y es que la razón por la cual se han escrito (y seguimos escribiendo) tantas definiciones radica en las diversas interpretaciones conceptuales en las que derivó la definición original. Este tema es realmente muy complejo porque involucra cuestiones ideológicas, históricas, económicas, políticas y sociales. Cierto es que, de marera más o menos precisa, todas las personas tienen una idea de lo que significa la palabra ―folklore‖. Lo normal es que la gente, cuando no sabe la definición precisa de folklore, lo defina por medio de la enumeración de algunos de los elementos que lo componen. Así, por ejemplo, la gente dice: folklore es lo que tiene que ver con nuestras danzas, cantos, costumbre, etc. y como siempre es infaltable la frase romántica: ―lo nuestro‖, sin saber, a veces, realmente qué es ―lo nuestro‖. En Argentina, el Dr. Augusto Raúl Cortazar, quien dedicó su vida como nadie a la investigación folklórica, en su libro ―Qué es el Folklore‖ argumenta que él está de acuerdo con las definiciones europeas (a diferencia de las concepciones que ya se venías trabajando en EEUU), propuestas para lo que sería considerado folklore y por lo tanto no incluye, como portadores de ―nuestro folklore‖, tanto a los pueblos originarios como a los habitantes de la ciudad y los inmigrantes. En lo personal considero, al igual que el investigador español Luis Viana, que ―todos somos folk o gente‖ (Díaz G Viana, 2007), y en consecuencia, así como consideramos que no existe nadie sin cultura también afirmamos que no existen individuos que no sean también portadores de una Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 395 ―cultura tradicional‖, o sea, portador de un folklore. Por lo tanto, no importa si la persona que realiza tal o cual practica folklórica es de ―clase inculta‖, ―clase culta‖; o si es ―clase popular‖, ―clase baja‖, ―clase media‖. ―clase alta‖; o si vive en el campo o la ciudad; e incluso si esa persona pertenece a los pueblos originarios o no. Porque como señala Colombres (1987), trayendo a otro investigador, ―para Albert Marinus, los hechos folklóricos son hechos sociales, a la par que los lingüísticos, económicos, jurídicos o culturales, y como ellos cumplen una función en el organismo de la colectividad.‖ (PAGINA); y las sociedades están formadas por todos los individuos. Por otro lado, también debemos entender que la palabra folklore sencillamente es un nombre que designa un conjunto de ―cosas‖. Entonces, ¿cuáles son esas ―cosas‖ que en conjunto forman el folklore de una sociedad? En principio la respuesta es todo aquello que forme parte de la ―cultura tradicional de una sociedad‖. Así de simple. Este conjunto de hechos culturales tradicionales, a su vez, lo podemos subdividir internamente en tres grandes sub-grupos: De índole espiritual - como los relativos a la concepción del mundo, a las creencias, a las artes-, de índole social - como el lenguaje, los usos y costumbres, las fiestas y ceremonias-, o de índole material - como las distintas maneras de utilizar los recursos naturales, desde los extrahumanos –animales, vegetales, minerales-, hasta los humanos –técnicas corporales, destrezas-, y desde las formas más simples de aprovechamiento hasta las más complejas de transformación. (Fernández Latour de Botas y Quereilhac de Kussrow, 1986). Todo hecho cultural para llegar a ser tradicional deber haber pasado y superado el proceso de folklorización formulado por el Dr. Cortazar. En eso estoy de acuerdo. Pero hay algo en lo que voy a disentir con dicho autor y es en que para mí la palabra tradición y folklorización son sinónimos. Cortazar sostenía que todo hecho folklórico era tradicional pero que no todo hecho tradicional era folklórico. Yo creo que sí, todo hecho folklórico es tradicional y viceversa. Entramos así en el problema de definir el proceso de tradicionalización. Cortazar sostenía que para que algo fuera tradicional debía de haber perdurado por lo menos tres generaciones o haber cumplido por lo menos 100 años desde el comienzo de su práctica. En la actualidad el concepto de tradicional se va modificando, ya que los medios de comunicación y de transmisión de la información no son los mismos que hace 50 años, y debido a los avances tecnológicos de las telecomunicaciones la información nos es transmitida de una manera muy veloz. En un trabajo realizado por Ana María Dupey y Marta Blache (2007), respecto del concepto de tradición, nos dicen: La tradición ya no se concibe como la marca diacrítica más distintiva de lo folklórico sino como el esfuerzo que realizan los agentes sociales para situar, en tiempo y espacio, las manifestaciones folklóricas con el objeto de mantener vigentes los efectos sociales y culturales; en particular en términos de su papel simbólico en la afirmación y negociación 396 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo de las identidades grupales116. La característica principal de lo tradicional no es una cuestión cuantitativa como puede ser la cantidad de años transcurridos, sino más bien cualitativo referida al “grado de identificación” que el sujeto obtiene reproduciendo determinada práctica folklórica. Esa cualidad identitaria es la que hace que las personas sientan un “sentido de pertenencia” a un determinado grupo social; a su vez, estos grupos sociales pueden ser barriales, provinciales, nacionales; visto de esta manera el folklore puede ser: un folklore barrial, un folklore provincial, un folklore regional o un folklore nacional, etc. Algunas hipótesis contemporáneas A continuación se transcriben algunas hipótesis contemporáneas a nuestro tiempo: “El folklore (en un sentido lato, la cultura tradicional), es una creación originaria de un grupo y fundada en la tradición, expresada por grupos o individuos reconocidos como respondiendo a las aspiraciones de la comunidad en cuanto éstas constituyen una manifestación de su identidad cultural y social. Las normas y valores se transmiten oralmente, por imitación o por otros medios” (UNESCO, 1982) “El hombre en su interacción social trata de integrarse con otros próximos, física, cultural y emocionalmente, para constituir grupos de identidades. Esta identificación se cumpliría según una doble ecuación: el hombre se identifica con el grupo más o menos amplio en que despliega su actividad, y este grupo se diferencia del resto de la comunidad mediante la adopción de determinados comportamientos específicos. Estos mecanismos de identificación y diferenciación no deberán estar previstos en el marco institucional de la sociedad a al que pertenecen. Deberán también seguir pautas de comportamiento incorporadas desde las generaciones precedentes al acervo cultural de dicho grupo de interacción inmediata. La manifestación se da en un ámbito físico aunque no necesariamente tiene que tener una localización geográfica específica"(Blache y Magariños de Moretín, 1980.) “Es la expresión –principalmente ideológica- de un modo de producción o formación socioeconómica determinada, pero no en su sentido puro, inmediato o mecánico, sino en última instancia; es decir, el modo de producción o formación socio-económica (combinación de modos de producción puros), manifestadas en relaciones técnicas y sociales de producción subsistentes en épocas posteriores (puras o combinadas con las nuevas condiciones económicas), dando lugar a expresiones culturales (ideológicas) específicas o combinadas; puestos en manifiesto finalmente en “hechos” folklóricos con características propiamente ideológicas (ritos, costumbres y actividades 116 El resaltado es nuestro. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 397 no económicas, artes, artesanías, etc.), y secundariamente económicas (rezagos de costumbres económicas, etc.), que por ser costumbres pretéritas son también manifestaciones ideológicas‖ (Melgar Vázquez, 2008) ―Para Eduardo Galeano, la cultura popular es un complejo sistema de símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea‖ En la primer definición que planteamos, es decir, la propuesta por la UNESCO vemos que de la misma se desprende un concepto de folklore como ―algo‖ que se crea específicamente para que sea folklórico y la tradición aparece como una suerte de ingrediente que debiera ser agregado ―desde afuera‖ a una receta para producir ese ―algo‖. Las sociedades no crean directamente lo folklórico sino que dichas creaciones, en principio, formaran parte de la cultura de la sociedad y quizás logren ser tradicionalizadas (folklóricas). Luego, dice quiénes o quien reproduce tales expresiones aclarando que puede ser un grupo o un ―individuo‖. Sería un error hablar de ―individuos‖ porque lo que determina que ―algo‖ sea folklórico es la práctica social, colectiva o grupal, o como sea que se lo quiera llamar. Las ―normas y valores‖ son cuestiones que nada tienen que ver con una definición de lo es folklore. En todo caso serán cuestiones anexas. La segunda definición propuesta es con la que más estaríamos de acuerdo en cuanto a su planteo. Quizá su único ―pecado‖ sea el ser muy ―rebuscada‖, o sea, con la utilización de palabras y conceptos bastante complejos de entender en una primera lectura. Las definiciones, de lo que sea que se quiere definir, deben ser lo más precisas y comprensibles posibles. La definición de Blache habla de: ―el hombre‖, ―grupos‖, ―interacción social‖, ―identidad‖, ―diferenciación‖, ―comportamientos específicos‖, ―no institucional‖, ―generaciones precedentes‖, ―no necesariamente localizados‖. Nuevamente nos encontramos con algunos conceptos que son características y por lo tanto no necesitan estar en la definición; en todo caso será algo segundario de explicar o para tener en cuenta. Por ejemplo, al ―ser humano‖ se lo puede definir como: ―Los seres humanos son, desde el punto de vista biológico, una especie animal cuya denominación científica es Homo sapiens‖; pero se define como: ―es lo que tiene dos piernas, dos pies, dos brazos, puede pensar y razonar, etc.…‖ eso sería solamente nombrar sus características. Para el caso de nuestra segunda definición, tales características serían las de ―no institucional‖, ―generaciones precedentes‖, ―localizado o no‖. Además, al caracterizar algo social como lo folklórico, es complicado por las mismas transformaciones que van sufriendo las sociedades con el paso del tiempo. Y lo que ayer era considerado una característica esencial, hoy ya no lo es o puede no serlo más adelante. La tercera definición es sin duda la de mayor complejidad en cuanto a su comprensión, pero no por ello deja de ser sumamente interesante el planteo que se propone. Claramente observamos la 398 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo influencia de la teoría marxista, ya que la definición es planteada en términos de: ―modo de producción‖, ―formación socio-económica‖, ―relaciones técnicas y sociales de producción‖, ―manifestaciones ideológica‖. Esta definición, de alguna manera es muy similar, a la concepción de Gramsci, quien pensaba que el folklore era la principal herramienta que poseían las clases bajas para enfrentase al poder de las clases dominantes. Melgar Vásquez utiliza el término expresión; es decir, que el hombre por medio de ―hechos folklórico‖ puede expresarse y estas intenciones de expresión pueden ser conscientes o inconscientes, o sea, estar cargas de ideología o no. Y cuando el hombre se expresa es libre. Pero el problema de la definición radica como dijimos en su excesiva complejidad conceptual. Por último, la cuarta definición propuesta por Eduardo Galeano, que en realidad es para definir cultura popular; es la más simple y precisa de todas las definiciones. Ésta también podría ser una definición aplicable a folklore, siempre y cuando hiciéramos la salvedad de hablar de ―cultura tradicional popular‖; y entendiendo como popular la de absolutamente todos los integrantes de una sociedad. El uso del lenguaje en una definición es algo arbitrario, y depende solamente de quién está escribiendo. Quien propone una definición, a su vez, también está eligiendo con qué palabras va a exponer lo que pretende explicar. Las definiciones tienen que tratar de ser objetivas, sin ambigüedades o que no acarren discusiones interminables. Claro que el tema de la objetividad es muy difícil porque estamos tratando temas sociales, por eso tales definiciones deben ser dinámicas y no estáticas. Es decir, hay que entender que la cultura folklórica no es algo que pueda ―morir‖ o desaparecer. Nueva hipótesis propuesta La intención de este trabajo es proponer una nueva hipótesis (que quedará a la consideración de la comunidad científica), que nos permitirá tanto ampliar la comprensión de lo que se entiende hoy por folklore, a su vez nos permita desarrollar la investigación dentro de un nuevo marco epistemológico para la Folklorología. Nuestra hipótesis es la siguiente: Folklore: ―es el conjunto de las prácticas culturales, históricamente tradicionalizadas, que se producen en un determinado territorio, y que dan sentido de identidad, pertenencia y cohesión social a sus habitantes‖. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 399 A su vez, esta hipótesis propuesta nos permite reducirla a una proposición más sencilla y coloquial: Folklore: ―es el conjunto de las prácticas culturales tradicionales identitarias producidas por la sociedad de un determinado territorio‖ Es mi intención, al plantear esta nueva hipótesis, cambiar radicalmente el punto de vista desde el cual se ha investigado siempre, es decir la sociedad. Si bien es cierto, y no puede ser de otra manera, que el objeto de estudio sigue siendo el comportamiento social, creo que las investigaciones folklóricas resultarían mucho más enriquecedoras si partimos del análisis de un determinado territorio elegido para ser investigado, y a partir de él estudiar las manifestaciones folklóricas que se producen y/o reproducen dentro del mismo. Esta es la premisa desde la cual partiría nuestra investigación; ya que este punto de vista nos permitiría ampliar el campo de acción y de análisis al no estar sujeto a un ―determinado sector de la sociedad‖. Al poner el foco de observación en el ―territorio‖ (supongamos una provincia), se investigaría a toda la sociedad que lo habita, de manera tal que nadie pueda quedar excluido ni por pertenecer al ―campo‖ o a la ―ciudad‖, ni por ser ―clase baja‖, ―clase media‖, ―clase alta‖, etc. No sería tan importante quién realiza la manifestación sino quienes se sienten identificados con ella. Un ejemplo claro de esto es el tango, ya sea que se practique o no por todas las personas, lo cierto es que todos habitantes del territorio argentino nos sentimos identificados ante el mundo a través del tango. Para nuestra grata sorpresa, y por suerte luego de habernos planteado esta nueva hipótesis, fuimos al diccionario inglés para ver cómo la propia lengua inglesa define el folklore, y dice: ―fokl-lore: ―the traditional stories, customs, etc of a particular area or country‖ (Longman, 2003) Otra ventaja de nuestra hipótesis tiene que ver con la cuestión cronológica. La palabra ―históricamente‖, en la hipótesis, es de una relevancia sumamente importante ya que le da el dinamismo necesario que debe tener una investigación folklórica. Bajo esta idea de lo histórico la investigación podría comenzar, si así lo requiriera, desde el origen histórico de la creación de la manifestación folklórica investigada. Por ejemplo, si queremos investigar la manifestación folklórica conocida como el culto a la Pachamama que se festeja el día 1° de agosto, tendremos que recurrir al estudio de los pueblos originarios que gestaron dicha manifestación. Es decir, que lo pasado y ―muy pasado‖ de la historia cultural tradicionalizada del territorio analizado, también forma parte del campo de acción del folklorólogo. Y con esto quiero decir que el análisis del contexto histórico y social de producción de una manifestación folklórica gestada por los pueblos originarios de nuestro territorio también es de la competencia de la Folklorología. 400 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo El sentido de identidad y pertenencia grupal son, en realidad, características propias de la condición de tradicionalidad, y si bien podrían no estar en nuestra definición, como es el caso de la segunda hipótesis derivada de la primera, creemos que no está demás hacer esta aclaración dentro de la misma hipótesis para evitar discusiones futuras sobre el concepto de tradicionalidad (concepto que ya explicamos más arriba con las palabras de Blache-Dupey). La Folklorología Ya en el año 1953, Alfredo Poviña en un artículo de su libro, se preguntaba ―¿por qué folklore y Folklore; y no folklore y Folclología?‖. Esta pregunta la realiza porque, como es evidente (y siempre lo ha sido), no se puede nombrar de la misma forma al objeto de estudio y a la ciencia que lo estudia. Es como decir: la antropología es la ciencia que estudia la antropología; o la sociología es la ciencia que estudia la sociología. La primera pregunta que uno se hace es: ¿se puede estudiar científicamente el folklore?, y si la respuesta es afirmativa, ¿cómo debiera llamarse dicha ciencia? La respuesta a la primera pregunta es afirmativa, es decir, el folklore de un territorio (según nuestra hipótesis), si es algo que se puede estudiar científicamente, y esto ya ha sido demostrado por diversos investigadores. La respuesta a la segunda pregunta es la Folklorología. Este nombre es tan válido como como: antropología, sociología, politología, comunicología, psicología, tecnología, climatología, astrología, epistemología, bibliotecología, etc., así como con la letra F tenemos: farmacología, filología, fisiología, fitología, fitopatología, fonología, fraseología, frenología; desde la ―a‖ a la ―z‖ (zoología), no hay menos de 157 palabras terminadas en ―logía‖, pasando por palabras que también suenan raro: semasiología, piretología, perisología, paidología, otorrinolaringología, monadología, malacología, histerología, helmintología, haplología, edafología, etc. Entonces, ¿cuál es el problema de que la ciencia que estudia ―el folklore de un territorio‖ se llame Folklorología? Que sea algo difícil de pronunciar no es la respuesta. Por otro lado, podemos también pensar lo siguiente: si ya existe algo que se llama ―Ciencias Sociales‖ y además existe la sociología, ¿por qué siguen existiendo la demás ramas científicas?, ¿La antropología social no es parte de la sociología? El objeto de estudio de cualquiera de las ramas de las ciencias sociales es la ―sociedad‖, y la Folklorología no es una excepción al contrario, entonces la diferenciación está en las variaciones de los análisis y resultados que se obtienen de investigar el mismo objeto. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 401 La Folklorología busca, también, conocer y dar respuesta al interrogante de ―cómo, en un determinado contexto histórico y social, se produce y/o reproduce la interacción de las relaciones sociales mediadas por las prácticas folklóricas‖. Y este es el objetivo principal de la Folklorología. En cuanto a su objeto de estudio está dicho en la misma hipótesis de la definición propuesta; es decir, ―la cultura históricamente tradicionalizada de un territorio‖. Y en relación a la metodología adoptada para su análisis vamos a coincidir con lo planteado por Alejandro Melgar Vásquez, o sea, el ―materialismo histórico‖ o ―método dialéctico‖. Porque no se trata simplemente de hacer un análisis descriptivo de la manifestación folklórica (que está muy bien para el que lo quiera hacer y terminar ahí su investigación, no es nuestro caso), sino avanzar hacia el conocimiento histórico-social del hombre. Como decía Del Hymes (2000): ―Y más allá de los modos de expresión y de la comunicación como tal, los intereses del folklore se extienden a asuntos de identidad y de sistemas de valores, de raíces y aspiraciones; dicho brevemente, al significado que los materiales folklóricos tienen para los que los tienen y los usan‖. La tarea del folklorólogo no solamente ―consiste en una labor permanente de diagnóstico sobre la cultura tradicional de las diversas áreas detectables –en nuestro caso – dentro del territorio político de la nación Argentina y en un procesamiento de esos datos para que puedan ser utilizados por otras disciplinas‖ sino que somos nosotros quienes también debemos utilizar esos datos con nuestra disciplina, la Folklorología. Las sociedades cambian, no se ―civilizan‖, ni ―evolucionan‖, ni ―progresan‖; simplemente vamos cambiando y en el camino vamos adquiriendo nuevos conocimiento que nos permiten conocer más sobre los comportamientos del hombre en su interacción tanto social como con la naturaleza que nos rodea. Y es por ello que también cambian los paradigmas que encierran ese cumulo de conocimiento transformándose en nuevos conocimientos. Bibliografía BLACHE, M.; MAGARIÑOS DE MORETÍN, J. A. (1980). Enunciados Fundamentales Tentativos Para la Definición del Concepto de Folklore. 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Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 403 LA RANDA ENTRE LA ARTESANÍA Y EL DISEÑO: ENSAYANDO MODELOS TRABAJO Desarrollo del trabajo Alejandra Mizrahi* El textil artesanal y su confección, la relación entre arte, diseño y artesanía, la construcción de identidad a partir de las técnicas locales, la puesta en contacto de dos universos de producción vinculados al textil, conforman los puntales de esta presentación. En torno al textil confluyen dos actividades dispares y distantes en algunos aspectos. La práctica artesanal y de diseño convergen en el textil como articulador, no sólo del cuerpo y el contexto, sino esta vez de artesana y diseñador. La randa en este trabajo, es la bisagra sobre la que se plantea un nuevo paradigma de trabajo colaborativo, nuevas morfologías para un textil tradicional y posibles alianzas laborales entre el sector diseño y artesanía. Habitualmente alguien encarga un trabajo a alguien. Alguien solicita la factura de un objeto determinado a otro. Ambas personas se dedican a algo específico, una necesita de la otra. Esta necesidad de algo que uno no sabe hacer, es el motor de un encargo. En un encargo se impone una obligación sobre alguien. Este es el modelo según el cual muchos diseñadores trabajan con respecto a otras personas que tiene sus oficios o actividades. Esos otros reciben un encargo pautado por el diseñador, al cual deberán responder con la máxima fidelidad posible. Mayor acercamiento del encargo a la idea pensada y proyectada por el diseñador, mayor la confianza y prolífico el trabajo. El tema sería medio platónico y más alláaún. Hay alguien que piensa y proyecta una idea que un otro deberámaterializar, intentando acercarse lo más fielmente a esta. La figura del diseñador hubiese sido una imposible en la Grecia de Platón, si este desterróa los poetas por meros imitadores de las ideas, aquíhay una triple imitación que hubiese sido muy rebuscada para el filósofo. Hay un proyectista y un otro que materializaría la idea, proponiendo una triple capa de la actividad mimética: la copia de la copia de la copia. Chiste aparte, en el encargo hay una expectativa de que el otro realizaráalgo como uno le pidió. Los diseñadores de indumentaria encargan a sus talleres la factura de sus prendas, los gráficos a la imprenta la materialidad de sus tarjetas y afiches y asísucesivamente. Aquíes el diseñador quien proyecta y crea, y el ―materializador‖es un médium para lograr lo imaginado por el artífice. Este modelo no sólo se replica en todas las áreas del diseño sino también en la ciencia, en la vida cotidiana, etc. Este es el modelo de trabajo al que estamos habituados hace años. Todos entienden este ámbito de una forma similar. Pero en los últimos treinta años han comenzado a aparecer otras formas de * Coordinadora del Área de Diseño de Indumentaria y Textil de la Universidad Nacional de Tucumán. 404 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo trabajo, otras relaciones entre los agentes inmersos en un ámbito laboral. En la ética del hacker y el espíritu de la era de la información117, Pekka Himanen plantea unaética del trabajo que se funda en el valor de la creatividad, y consiste en combinar la pasión con la libertad. Esta ética plantea una nueva moral que desafía la ética protestante del trabajo, tal como la expuso Max Weber, la cual estáfundada en la laboriosidad diligente, la aceptación de la rutina, el valor del dinero y la preocupación por los resultados. La ética laboral del hacker comparte la información libremente, genera plataformas de visibilidad y acceso para mucha gente, no es sectorial ni elitista, desborda su practica hacia su vida diaria, no se producen escisiones entre el trabajo y la vida. Nuevos modos de trabajar han traído nuevas maneras de relacionarse con los demás. La propuesta de Himanen es una de ellas. Desde el ámbito de la práctica artística el modelo de artista moderno ha ido mutando hacia una figura muchas veces difusa y confusa, combinando estrategias creativas de la producción de su obra con modelos de trabajo, proponiendo a través de este nuevas maneras de entender el ámbito laboral. Todo lo mencionado antes se propone como antecedente para comenzar a pensar en otro modelo de trabajo, en este caso entre diseñadores y artesanas, en el que no exista la idea del encargo, sino que trabajen en una instancia colaborativa. Colaborar significa trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra. En este desafío sería importante que artesanía y diseño puedan colaborarse mutuamente. Esto significaría que no haya proyectista ni materializador, sino que proyecto y materialización vayan apareciendo juntos con el objetivo de lograr una meta común produciendo algo que nunca podrían haber producido solos. Esto también trataría de considerar a ambas partes en igualdad de condiciones, en donde la condición sine qua non sería: ambas se necesitan. La primera experiencia realizada en torno a esta idea se dio en el contexto de la edición de un libro sobre la artesanía textil de la randa. En 2013 convocada por la Universidad Nacional de Tucumán y el Instituto de Desarrollo Productivo de la Provincia de Tucumán (Idep), coordinéla realización del libro: Randa, tradición y diseño tucumano en diálogo118. El libro contócon una parte dedicada a la historia de la técnica realizada por la historiadora Teresita Garabana, otra sección antropológica en la que entrevistaron a randeras de distintas generaciones, llevada a cabo por la antropóloga y fotógrafa Solana Peña, quien también estuvo a cargo del registro fotográfico del libro y una sección de trabajo colaborativo entre diseñadores y randeras, sobre la que me detendréen esta comunicación, y un registro en dibujos del paso a paso de la técnica a modo de documentación y 117 Himanen, Pekka (2002) En la ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Barcelona: Destino 118 Fenik Silvina, Mizrahi Alejandra, Trotteyn Dirk (2013) Randa: tradición y diseño trucamos en diálogo. Tucumán: Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 405 manual. A continuación profundizarésobre el trabajo intensivo de laboratorio entre diseñadores y randeras realizado en el libro y “A cercando, territorio colaborativo entre la randa de El Cercado y el diseño tucumano”. Ambos proyectos que suscitan la reflexión en torno a los limites del diseño y la artesanía, y al paradigma de trabajo colaborativo. Sobre la randa Antes de continuar me detendrébrevemente a comentar algunos detalles sobre la artesanía textil a la que me refiero. La randaes un encaje que se realiza actualmente, casi exclusivamente, en la provincia de Tucumán, específicamente en el departamento de Monteros, centro oeste de la provincia. El comuna rural Cercadoes de una dicho departamento, donde se concentran la gran mayoría de las randeras. Esta actividad se desarrolla desde la época de la conquista, y se ubica geográficamente donde se fundóIbatín (la primera capital de Tucumán) en el año 1565. Las damas castellanas que allíse afincaron, traían entre sus habilidades las labores de estos encajes a la aguja que supieron pacientemente transmitir de forma oral a sus descendientes. Actualmente se registran alrededor de cuarenta randeras que se dedican a la confección de esta artesanía. Este tejido forma parte de los denominados encajes, técnica que difiere de las dos formas más conocidas de confección: los tejidos planos y de punto. Éstos se encuentran dentro de la categoría de “otros modos de construcción del textil”119, lo cual refiere a todas aquellas telas que no se rigen por los principios del tejido (plano y de punto), sino que se producen a través de nudos, comprimiendo las fibras, generando mallas y mallones. La randa ha pasado de ser una denominación genérica en materia de encajes desde el siglo XV en Europa, hasta considerarse una técnica con sus peculiaridades en la actualidad. El tipo de encaje que se realiza hoy en la localidad de Monteros presenta especificidades a la hora de la elaboración de la 119 Etcheverry, Delia (2013) Encajes. Historia e Identificación, Buenos Aires: Fundación Museo del traje. 406 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo malla y en la denominación de los puntos de bordado que se emplean. Las randeras, término con el que se describe a las mujeres que realizan esta artesanía, ponen en juego todas sus herramientas creativas a la hora de realizar los bordados, acuñando a los puntos nombres que responden a la naturaleza circundante. Todo lo que existe sobre la faz de la tierra es susceptible de ser visto y analizado como un lenguaje. El textil se conforma como un tipo de lengua que al ser enunciada, confeccionada, no sólo dice cosas sino que incluso las hace. Este modo de hacer cosas con el textil, remite a la filosofía del lenguaje ordinario de John L. Austin y a la teoría del género performativo de Judith Butler120. Considerar el textil como un lenguaje performativo121 parte de la conjunción de las teorías anteriormente citadas y de la apertura comunicativa que se desprende de las fashion theories122en los años '70. A partir de aquíse abre la posibilidad de reflexionar sobre el textil como un medio a través del cual nos comunicamos. Las ideas de Austin sobre los realizativos o performativos no sólo se pusieron en funcionamiento en el campo de la lingüística, sino que trascendieron el campo verbal para encarnarse en una serie de prácticas artísticas que dieron nombre a lo que Fisher-Lichte denominóperformative turn123. Pensar en este hacer cosas con el textil apunta a reflexionar sobre su performatividad, y es en la filosofía del lenguaje de Austin, más específicamente sus conferencias reunidas en el libro Cómo hacer cosas con palabras, en donde se encuentra la base teórica de estas ideas. El autor explica la existencia de enunciados que, al ser dichos, se convierten en realizativos - neologismo derivado del inglés performative, to perform-. A lo largo de sus conferencias, Austin explica que las oraciones o expresiones realizativas -performative utterances-, o estos realizativos, indican que emitir una expresión es realizar una acción; no un mero decir algo. El textil es comprendido aquícomo un lenguaje performativo; un lenguaje que no sólo enuncia ciertas cosas, habla, comunica y presenta unos códigos, sino que hace cosas con todo esto. Podríamos pensar en la carga histórica y simbólica que tienen ciertos textiles como la Toile de Jouy o el Tartán, que cuando están en uso dialogan con una historia en concreto. 120 121 122 123 Butler, Judith (2001) El género en disputa. Feminismo y subversión de la identidad, México: Paidós. Austin, John L. (1982) Cómo hacer cosas con palabras. Palabras y acciones, Barcelona: Paidós. Barnard, Malcom (2007) Fashion Theory: a reader, London: Routledge Student Readers. Fischer-Lichte, Erika (2008) The transformative power of performance. A new aesthetics, New York: Routledge. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 407 Texto y textil comparten raíz etimológica, ambos términos parten del verbo latino texere que significa tejer. Tejer un texto o un textil. Los textos se analizan desde sus particularidades sintácticas, semánticas y pragmáticas; los textiles según su composición, construcción o discurso. Ambos análisis podrían aplicarse a textos o textiles de forma indiferente. Textos y textiles cuentan cosas, construyen sentido y generan un discurso sobre la época y el lugar en el que se producen. La analogía del texto y el textil nos permite comprender al textil como enunciación, y como dijimos anteriormente, una enunciación de carácter performativo. Sobre las artesanías y el diseño Las artesanías forman parte de un modo de hacer peculiar de cada región. A través de estas, manifestamos una identidad que se encuentra en constante proceso de actualización y revisión. La identidad de cada lugar no es algo dado, preestablecido o esencial al contexto, sino aquello que se va construyendo a lo largo del tiempo y que aún hoy se encuentra en proceso de realización constante. En este “hacer identidad”hoy, las técnicas tradicionales conviven con nuevos materiales, actualizándolas y resignificándolas. Las artesanías son un elemento fundamental de lo que aquídenominaré: confección de identidad local. La idea de “confección”implica aquí una doble acepción. Por un lado, como proceso de fabricación de prendas de vestir en el que intervienen operaciones de hechurado, patronaje y cosido. Por otro lado, en el sentido del verbo conferir, que consiste en atribuir o prestar una cualidad no física a alguien o algo. Este término es útil para demostrar de quéformas nuestra identidad actual se confecciona, teniendo en cuenta a la randa como una actividad que forma parte de esta confección. Resignificar y darle nuevos usos a este tejido ha sido el objetivo de este trabajo experimental entre randera y diseñador que analizaremos a continuación. La forma y los materiales con los que las randas fueron elaboradas hasta el momento se han mantenido desde hace siglos. Los hilos 100% algodón, las formas circulares y rectangulares, los ojitos regulares, su uso en tapetes, centros de mesa, apliques en la ropa, puntas de pañuelos, cuellos, etc., son lugares comunes en 408 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo donde podemos observar la randa, respondiendo a materiales y formas que las randeras han conservado. Diseñadores y randeras, diseño y artesanía, la tradición y la innovación, se han encontrado para experimentar con la técnica de la randa, su forma y su materialidad, en una primera experiencia piloto en el contexto de la realización del libro Randa, tradición y diseño tucumano en diálogo.124 Durante los diversos encuentros, diseñadores y randeras trabajaron con distintos materiales, probando, experimentando, forzando materiales a nuevos lenguajes y adaptando diseño y artesanía en un todo significativo que abrióel espectro para producir prototipos en cada área. El trabajo colaborativo ha significado una experiencia muy motivante para ambas áreas. Las randeras han conocido el modus operandi de los diseñadores locales y han aprendido de los procesos de laboratorio en los que estos se zambullen cuando están en contacto con nuevos materiales y técnicas. Los diseñadores han tenido la oportunidad de trabajar con artesanas locales y aprender de ellas el oficio, la lógica del tejido de la randa y la concentración que esta labor requiere a la hora de su confección. Durante estas experiencias la randa ha sido repensada, resignificada y reelaborada en un proceso de diálogo intenso entre randeras y diseñadores. El diseño contemporáneo tiene una responsabilidad enorme con las artesanías locales y regionales. Existen múltiples factores que ponen esto en evidencia como las economías locales, el rescate y revalorización de técnicas que podrían extinguirse rápidamente, entre otras cosas. Sobre encastrar, encarnar y proyectar la tradición A continuación observaremos los procesos de cada trabajo y sus resultados. En los prototipos que han realizado se puede observar la potencia de la randa y sus posibilidades, la riqueza que encarna el trabajo en colaboración y lo importante que resulta el diálogo entre la contemporaneidad y la tradición para la confección de una identidad local. Cada proceso manifestódiferentes formas de repensar la tradición respecto a lo contemporáneo. En este trabajo de laboratorio la randa fue el medio por el cual se encastrótradición y actualidad, a su vez se encarnóen el cuerpo desde una estructura vestimentaria y además proyectósu malla en el espacio tridimensional. Encastrar, encarnar y proyectar son las operaciones por las que estas duplas de randeras y diseñadores han hecho atravesar a la randa durante su trabajo en colaboración Accesorio / Encastrar la tradición 124 Fenik Silvina, Mizrahi Alejandra, Trotteyn Dirk (2013) Randa: tradición y diseño trucamos en diálogo. Tucumán: Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 409 -Elba Aybar, 1964, El Cercado, Monteros, Tucumán. Randera -Jessica Morillo, 1987, San Miguel de Tucumán, Tucumán. Diseñadora de indumentaria y accesorios y artista visual. Responsable de la firma Ansiosa Hormona de joyería textil. Materiales: 500 mtrs de lana e hilo de yute. Lana de oveja, color natural, espesor grueso, mediano y fino. Aproximadamente 70 randas. Pensar la randa haciéndola, es casi una premisa a la hora de confeccionarla hoy. En esta primera dupla, diseñadora / randera, Jessica, diseñadora de joyería textil y Elba, randera, han trabajado la randa desafiándola desde su materialidad. El acento en el material se puso en evidencia debido a la cantidad de hilos diferentes con los que ambas tejieron. Jean, goma de bicicleta, hilos encerados y fibras naturales han sido experimentados como materiales para realizar las randas. Los problemas venían encarnados en los mismos materiales: la goma al anudarse se cortaba por la tensión o el hilo encerado no fijaba firmemente los nudos. La randa de alguna forma sostenía aquel imperativo del hilo 100% de algodón al cual se intentaba cuestionar con cada nuevo material. Aquel imperativo hizo que se buscarán otros hilos que compartan el origen natural del algodón. Con este criterio el espectro de fibras se abrióa todas aquellas que provienen de la naturaleza. Los nuevos materiales propuestos eran de origen vegetal y animal. El yute, la lana de oveja y de llama, son materiales nuevos para la randa, pero muy usados en otros tejidos. Estos materiales al compartir características de origen similares a las del algodón, dieron resultados muy satisfactorios a la hora de realizar las mallas, y a la vez totalmente distintos una vez acabada esta. La delicadeza de las mallas labradas con hilos de algodón muy finos han cambiado en esta ocasión por mallas más rústicas y voluminosas. 410 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Una vez investigados los materiales, la resolución del accesorio pasa a ser una evidencia conceptual de la operación que Elba y Jessica han estado desarrollando a lo largo del proceso: un encastre entre artesanía y diseño, entre la tradición del medio y la actualidad de los materiales. El prototipo al que arribaron luego de muchas pruebas, cuenta con alrededor de setenta randas tejidas con lana de oveja y yute, unidas con la técnica del crochet (técnica con la cual Jessica produce casi la totalidad de sus collares) que forman dos piezas, dos collares. Ambos para ser vestidos se encastran entre sí. El yute se encastra en la lana, la randa en el crochet y la tradición con la innovación, emulando la operación que randera y diseñadora escogieron para esta colaboración. Indumentaria / Encarnar la tradición - Claudia Aybar, 1969, El Cercado, Monteros, Tucumán. Randera - Gonzalo Villa Max, 1973, San Miguel de Tucumán, Tucumán. Ilustrador y diseñador de indumentaria. Responsable de la marca de indumentaria masculina Maximilian y femenina Malissia Rivero. Materiales: Randas tradicionales tejidas con hilo 100% algodón. Las randas utilizadas tradicionalmente en las prendas se encontraban en los bordes de éstas. Se las llamaba puntas de randas, incluso en la etimología de la palabra randa ya se manifiesta la idea de borde. En cuestiones de uso y forma, el tapete circular es el más popular entre las randeras y es también la forma a través de la cual reconocemos el tejido. En este segundo encuentro entre diseño y artesanía, se decidió trabajar a partir del producto randa (tapete circular) acabado. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 411 Gonzalo, diseñador de indumentaria y Claudia, randera, desplazaron las randas de los bordes hacia el centro de las prendas. Las randas han migrado de las puntas, dejando su lugar de puntillas y han confeccionado el cuerpo del vestido. No sólo hubo un desplazamiento geográfico en el mismo cuerpo sino también de la mesa al cuerpo. Los tradicionales tapetes de randa, se desplazan de la mesa, configurando entre ellos una lámina textil que luego forma el cuerpo. De este modo reutilizan el material que producen generalmente las randeras dando a este un uso diferente. La randera continúa haciendo tapetes, que posteriormente el diseñador uniráen un plano textil con el cual moldearáel vestido. La forma circular de la randa se configura como un módulo que se repite en el cuerpo de modo sistemático pautando la moldería de la prenda. Gonzalo y Claudia encarnan la randa tradicional en el cuerpo, no ya de un modo periférico sino constitutivo. Mobiliario / Proyectar la tradición - Margarita Ariza, 1952, El Cercado, Monteros, Tucumán. Randera -Florencia Vivas, 1975, San Miguel de Tucumán, Tucumán. Arquitecta de interiores (SUPSI – Scuola Universitaria Professionale de la Svizzera italiana). Responsable del Estudio Florencia Vivas, espacio de producción, experimentación y reflexión sobre arquitectura, arte y diseño. Materiales: 30 mts de cable blanco, cinta aisladora y estructura metálica. La tradición ubica a las randas como aquella artesanía textil que se manifiesta en forma de tapetes, bordes de prendas, cuellos, pañuelos, apliques, etc. El gran desafío de este tercer trabajo colaborativo ha sido proyectar estos usos hacia el espacio tridimensional. Cambiar totalmente la materialidad y adaptar la randa a objetos que respondan a la utilidad de la vida contemporánea. Margarita y Florencia comenzaron trabajando en El Cercado a partir de los alambrados de las casas de la zona. Detectaron la analogía de la malla base de la randa con la tela de alambre que bordea y delimita algunos hogares de El Cercado. Sobre esta tela de alambre realizaron los 412 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo puntos básicos de los bordados de las randas, con la idea de generar separadores espaciales con los dibujos más frecuentes de las randas. Esta operación se constituyo como una reflexión sobre El Cercado mismo: en El Cercado algunas casas se separan entre sí por medio de las telas de alambre, cuyas mallas son idénticas a aquellas que producen las randeras para luego bordar. El textil que producen las randeras de El Cercado, dialoga con su contexto de forma directa. De los separadores pasaron a la lámpara. El material cable pautó el hilo con el que se tejería la randa. La materialidad vuelve a ser cuestionada, pero esta vez es el material básico del dispositivo lumínico el que marca la pauta matérica. La randa está tensada en el bastidor lista para ser bordada. Aquí el bastidor ha exagerado su medida corriente y se transformó en lámpara. La randa no está confeccionada con hilos de algodón sino con cables que transmiten la energía con la que el foco de esta lámpara se prende. La randa se duplica, se proyecta. Vemos dos randas: una tejida con cable blanco y otra que es la sombra proyectada de esta malla. En el proceso de trabajo Margarita y Florencia configuran un tercer objeto. Una casita realizada con la malla base de la randa, la cual posee en su interior una randa circular de color rojo. La misma pretende en el futuro ser una lamparita colgante. La luz hace que la casita se proyecte en el espacio. Aquel cerco que separaba las casas en El Cercado, aquella tela de alambre, se constituye como una casa en sí misma. La estructura, las paredes, techos y pisos de la casa que diseñan Margarita y Florencia, están construidas de randa. El sociólogo Z. Bauman en su texto en el que reflexiona sobre la identidad125, alude a la metáfora constructiva de una casa para hacer referencia a la identidad contemporánea como una construcción constante y siempre en proceso. La casita construida con randa se propone como una construcción identitaria local a partir de un tejido tradicional y opera como metáfora de una identidad en constante proceso de confección. 125 Bauman, Zygmunt (2005) Identidad, Madrid: Losada. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 413 Sobre A Cercando Motivada por esta primera experiencia de cruce realizada en el libro y movilizada por la presentación “Las randas del tiempo, modelo de salvaguardia del arte textil de El Cercado”del MATRA (Mercado de Artesanías Tradicionales de la República Argentina), Ministerio de Cultura de la Nación, y su candidatura para la inscripción al Registro de Mejores Practicas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, propusimos junto a la Arquitecta María Lombana, desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, la continuidad de la experiencia del libro desde el proyecto A cercando. Territorio colaborativo de la randa de El Cercado y el diseño tucumano. Este proyecto consiste en un trabajo de investigación entre las relaciones de artesanía y diseño. El trabajo de campo propuesto para este programa se realiza a través de encuentros teóricos-prácticos con el fin de acercar la comunidad de randeras y la de diseñadores tucumanos. La idea de generar estos encuentros surgió por una necesidad de puesta en contacto de estas dos comunidades para lograr un futuro trabajo colaborativo entre ellas. Entre los objetivos del programa se encuentra acercar a la comunidad de randeras y diseñadores/as tucumanos, analizar y explorar nuevas formas de trabajo conjuntas entre el diseño y la artesanía de la randa, fomentando contribuciones equitativas, entender las particularidades textiles de nuestra región como un rasgo de nuestra identidad nacional, incentivar la difusión y aprendizaje de la randa en la comunidad de diseñadores, incentivar la difusión y aprendizaje del diseño en la comunidad de randeras, promover los derechos culturales de las artesanas y de los diseñadores. Conformar una red dinámica de randeras y diseñadores/as que busquen la colaboración en el desarrollo de productos y que compartan un mismo compromiso basado en el respeto y honestidad, este es el lei motiv del proyecto. 414 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo A cercando es la continuidad de aquella prueba piloto propuesta en el libro, que hoy cuenta con nueve grupos de randeras y diseñadores que trabajan en pos de redefinir las relaciones de producción entre artesanía y diseño. Al comienzo del proyecto se realizóuna convocatoria abierta a toda la comunidad de diseñadores y randeras de la provincia. De esta forma se concreto un grupo de trabajo que aúna alrededor de 25 personas. Entre ellas diseñadores, randeras, coordinadores, docentes, investigadores y un fotógrafo. Las randeras y diseñadores que están participando del proyecto son: Gonzalo Villa Max y Claudia Aybar // Elba Aybar, Juliana Estrada y Alejandra Lamelas // Fernanda Villagra Serra y Mirta Costilla // Lili Ruiz, Patricia Salazar y Anice Ariza // Margarita Ariza y Jessica Morillo // Marcela Sueldo y Josefina Luna // Nicolás Berbbof, Facundo del Campo, Agustina Sosa y Mónica Sosa // Juana Margarita Ariza y Sandra Mora. Se agruparon de diversas maneras, los hay dúos, tríos y cuartetos, en los que varían la cantidad de randeras y diseñadores. Actualmente están en pleno proceso de desarrollo de los prototipos. Juntos hemos iniciado un proceso creativo y proyectual, a partir del ejercicio "Construir una forma a partir de un encuentro". Allíse tomócomo punto de partida el poemario“La randera tucumana y otros poemas”de Amalia Prebisch de Piossek126. Desde este ejercicio se definieron los grupos de trabajo y se planteóel referente poético desde el cual trabajar. Los poemas presentaron diferentes morfologías desde las cuales partir para arribar a la formas. Los encuentros se han transformado en viajes al interior de la provincia donde compartimos nuestras inquietudes referidas al diseño y a la artesanía, pensamos estrategias de actualización y difusión, y reflexionamos sobre las posibilidades y limitaciones de un trabajo colaborativo hoy en nuestro contexto. 126 Prebisch de Piossek, Amalia (1981) La randera tucumana y otros poemas, Buenos Aires: Publinter. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 415 Conclusión inconclusiva Nos encontramos en medio de este experimento que tiene muchas aperturas para los diferentes agentes como para las distintas áreas de acción. Desde el ámbito académico este trabajo posibilita la investigación en el área del diseño. El proyecto se erige como trabajo de campo sobre el que estamos intentando elaborar un pensamiento sobre los modos de relación de los protagonistas, como de la historia de estas figuras y de las técnicas en concreto. Desde el diseño propiamente dicho se crean puentes con el ámbito académico y los oficios, poniendo al diseñador en un lugar de responsabilidad social, además de los desafíos materiales que implica el trabajo con una técnica tradicional. Y desde la artesanía, la posibilidad de pensar en diversos canales de actualización que garanticen la continuidad de la técnica, que no desaparezca y que en esa innovación tampoco se pierdan sus rasgos estilísticos característicos. Este proyecto pone en diálogo y trabajo colaborativo no sólo a randeras y diseñadores, sino también a instituciones, disciplinas, clases sociales, contextos diferentes, todos convocados a pensar las relaciones de tradición e innovación alrededor de la artesanía textil de la randa. 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Tejidos y técnicas, Barcelona: Gustavo Gili, 2008 Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 417 LA POSTULACIÓN DEL FILETE PORTEÑO A LA LISTA REPRESENTATIVA DE PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE UNESCO: UNA EXPERIENCIA DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA Mercedes González Bracco Patricia Salatino Liliana Mazettelle Nélida Barber* Introducción: UNESCO y la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial En el marco de un proceso de ampliación semántica y operativa del concepto de patrimonio, en 2003 UNESCO adopta la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, fundamentalmente como resultado de la mayor representatividad que obtuvieron países asiáticos, cuyo patrimonio cultural no se adecuaba a los criterios de selección y valoración de la anterior Convención del Patrimonio Mundial de 1972 (Smith, 2006). La Convención de 2003 pone el énfasis en las prácticas y saberes que los grupos recrean colectivamente y reconocen “como parte integrante de su patrimonio cultural” (UNESCO, 2003). Al igual que la Convención de 1972, se crearon dos listas para que los Estados parte soliciten la inscripción de sus elementos patrimoniales: una de Salvaguardia Urgente y otra Representativa. Actualmente China, Japón y Corea representan el 25% de la totalidad de elementos inscritos hasta la fecha, mientras que la región asiática concentra el 50%. La región latinoamericana representa el 15% de la totalidad de elementos inscritos hasta la fecha, liderada por Perú, Brasil, México y Colombia. En general, los elementos inscritos por estos países están relacionados a saberes y prácticas tradicionales, a carnavales, danzas y expresiones musicales, mayormente asociados a tradiciones indígenas o afrodescendientes. En este marco, la postulación binacional del tango en 2008 por Argentina y Uruguay siguió otra línea que UNESCO venía favoreciendo, equiparable a expresiones mundialmente conocidas como El mariachi mexicano y la samba de roda brasileña, ambos inscritos en 2011 y en 2008 respectivamente. Actualmente el tango es el único elemento que la Argentina tiene en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO. * Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico – CGBA. 418 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo A partir de una iniciativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el año pasado se presentó para su inscripción el filete porteño, cuya postulación todavía se encuentra en evaluación. La particularidad del filete porteño es que está vinculado al ámbito urbano y a la tradición de los inmigrantes europeos que arribaron al país entre fines del siglo XIX y principios del XX, acompañando la transformación de Buenos Aires en gran metrópoli y sosteniéndose con altibajos hasta el día de hoy. Actualmente, los fileteadores y fileteadoras reconocen al filete como representativo de una identidad porteña étnicamente desmarcada (Briones, 2008), a la que además se autoadscriben aquellos que habitan la ciudad de Buenos Aires. La postulación del filete porteño fue desarrollada con el objetivo de asegurar la mayor participación posible de la comunidad, tanto en la definición del elemento como en el diseño e implementación de acciones de salvaguardia, tal como versan los artículos 11 y 15 de la Convención, respectivamente. En este sentido, no sólo se obtuvo el consentimiento previo, libre e informado de la comunidad, sino que los fileteadores y fileteadoras participaron en la definición de contenidos que fueron volcados en el formulario de postulación, lo que generó un intenso intercambio de perspectivas y reflexiones sobre la práctica que los identifica. Posterior a la presentación de la postulación, mantuvimos el diálogo con ellos y ampliamos el relevamiento a consumidores de filete y fileteadores que no participaron de las reuniones previas a la postulación, como así también incrementamos los canales de difusión y de acceso público a la información recopilada. A continuación presentamos el trabajo realizado, los desafíos que tuvimos que afrontar y un balance de los resultados obtenidos hasta el momento. El filete porteño: apogeo, decadencia y resurgimiento El filete porteño es una técnica pictórica que en su momento de surgimiento era practicada como oficio. Se desarrolló en la ciudad de Buenos Aires desde comienzos del siglo XX, logrando alcanzar una notable visibilidad en el espacio público hasta mediados de la década de 1970, cuando comienza su decaimiento. Inicialmente se usó para decorar carros tirados a caballo y luego se trasladó a camiones y colectivos, de manera que muchos fileteadores fueron empleados permanentes de las carrocerías. Otros también hacían trabajo de letras publicitarias en carteles y vidrieras. El oficio se transmitía trabajando, bajo la relación de maestro-aprendiz. Quien solicitaba los servicios del fileteador era otro trabajador urbano, que buscaba imprimirle un sello personal a su vehículo o comercio por lo que pedía la inclusión de frases –generalmente escritas en lunfardo–, íconos religiosos o ídolos populares como la Virgen de Luján, Gardel, o Evita. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 419 De manera que el filete se convirtió en un verdadero medio de expresión colectiva. Esta asociación con el mundo del trabajador sumado al hecho de ser un estilo pictórico desarrollado como un oficio, hizo del filete un elemento distintivo de la cultura popular porteña, que fue evolucionando al compás del crecimiento urbano. En el año 1970 los artistas plásticos Nicolás Rubió y Esther Barugel se propusieron llevar el filete a una galería de arte, ofreciendo una mirada controvertida de este viejo oficio. En un libro publicado con ayuda del Fondo Nacional de las Artes, relatan los inconvenientes sorteados para dar con los fileteadores y convencerlos de participar de la exposición, al tiempo que dan a conocer los resultados de la única investigación desarrollada hasta el momento sobre los comienzos y apogeo del filete acompañada de cuantiosas fotografías a color, motivo por el cual actualmente los fileteadores y fileteadoras lo consideran la ―Biblia del Filete‖. En dicho libro, transcriben lo que Carlos Carboni, uno de los grandes maestros fileteadores, dijo el día en que se inauguró la exposición: ―Me asombra que la gente se asombre de lo que hasta ayer no le asombraba‖ (Rubió y Barugel 1994: 140), dando cuenta de lo ―invisible‖ que era esta expresión artística para los cultores del arte consagrado por la crítica y el mercado. Sin embargo, mientras surgía como arte parecía extinguirse como oficio. Con la prohibición de la tracción a sangre en la década del 60 y del uso del filete en los colectivos en el año 1975, se perdió uno de los soportes de mayor visibilidad en el espacio público, produciendo la impresión en los ciudadanos porteños de que el oficio de fileteador había desaparecido, al tiempo que efectivamente perdió una fuente importante de trabajo. No obstante, muchos siguieron practicando el oficio sobre carteles, vidrieras y camiones, mientras que algunos lo empezaron a desarrollar como arte de caballete. Tal es el caso de Martiniano Arce, quien además colaboró en obras realizadas por Antonio Berni. Los años 90 trajeron una nueva amenaza para el oficio, cuando la aparición de una nueva tecnología, el plotter, que posibilitaba la impresión a bajo costo de cartelería de gran tamaño, desplazó el trabajo artesanal del fileteador. Para entonces, la visión generalizada –manifestada en los titulares de algunos diarios de la época– era que el oficio del filete se había extinguido. Martiniano Arce, considerado el último fileteador, fue declarado en 1996 personaje ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por ordenanza municipal (Boletín Oficial del Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, 03/02/1997). Pero paradójicamente, la amenaza del plotter estimuló, por un lado, a que los maestros fileteadores 420 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo empezaran a dar clases fuera de los espacios de trabajo; y, por otro lado, a que muchos hombres y mujeres quisieran aprender esta técnica que se oponía a la estandarización de la imagen tanto por lo que tenía de artesanal como de tradicional. Esta revalorización del filete fue potenciada por el fenómeno de resurgimiento de identidades locales que se dio como contracara de la globalización. El incremento del turismo internacional fomentado por la devaluación posterior al 2001 en nuestro país potenció aún más al filete, que ahora se ofrecía al extranjero como un producto artesanal típicamente porteño. Una vez más, acompañando los cambios urbanos, barrios como San Telmo o La Boca, frecuentemente visitados por los turistas, son actualmente los que concentran la mayor cantidad de filete en comercios y espacios públicos. Acompañando la revitalización del oficio, en 2005 la Legislatura porteña sancionó la Ley 1.941 que declara al Filete Porteño como Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires; y, en 2007, la Ley 2.350 que instaura la Exposición Permanente del Arte del Fileteado Porteño en el Museo de la Ciudad y la realización de un concurso anual con premio adquisición. Los últimos reconocimientos fueron otorgados a Luis Zorz y Alfredo Genovese, declarados personalidades destacadas de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en 2011 (Ley 3.814) y 2012 (Ley 4.193), respectivamente. Finalmente, en este contexto que los mismos fileteadores y fileteadoras califican de ―resurgimiento‖, en 2012 se conformó la Asociación de Fileteadores127, y el mes de septiembre de ese año organizó el Primer Encuentro Anual de Fileteadores en conmemoración al 12 de septiembre de 1970, fecha en que se dio apertura a la primera exposición de filete en una galería de Buenos Aires y que además se tomó como referencia para celebrar el Día del Fileteador. Construyendo la postulación de filete porteño: procesos reflexivos de enunciación y traducción A comienzos de 2014 la DGPeIH conformó un equipo de trabajo de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) destinado a llevar adelante el proceso de postulación del Filete Porteño para integrar la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO, coordinado por la Lic. Liliana Mazettelle (Sección de Historia Oral de la DGPeIH). En términos operativos decidimos trabajar inicialmente con miembros de la Asociación de fileteadores con quienes entramos en contacto para organizar jornadas de trabajo (Figura 1). La convocatoria realizada por los referentes de la 127 Para más detalle acerca de su historia y conformación, véase http://fileteadores.com/. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 421 Asociación a sus integrantes dio como resultado una amplia y diversa participación. Nuestros interlocutores, fueron alternando su participación en los talleres que reunieron alrededor de 15 personas en cada encuentro. Dos técnicos del área audiovisual registraron los encuentros. Figura 1. Fileteadores y fileteadoras participando de una de las reuniones con el equipo de la DGPeIH (febrero 2014). Los encuentros incluyeron distintas modalidades de trabajo como exposiciones, debates sobre temas específicos y la proyección de fotografías con filetes de la ciudad. Contando con la participación inicial de la Dra. Mónica Lacarrieu, experta en patrimonio inmaterial y facilitadora UNESCO, dedicamos los dos primeros encuentros a explicar de qué se trababa la postulación y lo que UNESCO entiende por PCI y por elemento. A partir de entonces las jornadas se destinaron a trabajar conjuntamente en la definición del elemento, dando lugar a que nuestros interlocutores expresaran su percepción y valoración de la práctica. Quienes participaron de las reuniones representaban una diversidad de roles asociados al mundo del filete que ellos mismos fueron diferenciando: quienes enseñan, quienes aprenden, quienes practican del oficio y ―viven de eso‖, quienes lo practican como ―hobby‖, quienes se sienten más apegados al filete ―tradicional‖ y aquellos que se animaron a innovar. Así los fileteadores y fileteadoras iniciaron un proceso reflexivo sobre un saber-hacer, cuyo aprendizaje requiere más práctica que teoría, más imitación y repetición que reglas explícitas. Intensas discusiones se desarrollaron en torno a la catalogación del filete como una técnica, un arte, un lenguaje o un oficio con el calificativo correspondiente (decorativo, visual, pictórico, tradicional, etc.). Algunos sugerían la imposibilidad de explicarlo con palabras por tratarse de un sentimiento. Pero también se debatió en torno a las particularidades que diferencian a la técnica de otras 422 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo similares. De a poco, se fue recortando un conjunto de particularidades que hacen a su especificidad, agrupadas en seis áreas: 1) técnica; 2) herramientas y materiales; 3) soportes; 4) dibujo y ornato: 5) frases, relatos y sentencias; y 6) íconos, tal como muestra el esquema resultante (Figura 2). Si bien la ausencia, reemplazo o variación de alguna de estas particularidades podría determinar estilos individuales más conservadores o transgresores, se concluyó que es la totalidad articulada de todas ellas la que permite distinguir un filete. El otro punto del formulario trabajado con los fileteadores fue la definición de la comunidad ampliada, que empezó siendo delimitada como la totalidad de los habitantes de Buenos Aires junto con los turistas que ―valoran el filete más que los mismos porteños‖, hasta llegar a un nivel de mayor discriminación distinguiendo actores y/o ámbitos sociales específicos vinculados al filete, como los tradicionalistas, las murgas, dueños de comercios y bares, empresas y choferes de colectivos y camiones, y coleccionistas. Un integrante de la comunidad que fileteadores y fileteadores consideraron de gran importancia es la familia Carnevale, únicos fabricantes en el país de los pinceles de pelo largo que indefectiblemente se requieren para filetear. Finalmente, se consensuaron medidas de salvaguardia, vinculadas principalmente con la difusión, valoración y transmisión de la técnica. El proceso de reflexión conjunta fue ampliamente valorado por los miembros de la Asociación que participaron de las reuniones, quienes señalaron como una permanente inquietud la necesidad de reunirse para consesuar definiciones y perspectivas sobre la técnica, el oficio y su enseñanza. Según pudimos constatar al presenciar reuniones de la Asociación, lo trabajado en los talleres era transmitido al resto de sus miembros, fomentando así un rico debate interno. Paralelamente a los talleres, también acompañamos a algunos fileteadores mientras realizaban su trabajo, ya sea en sus talleres, en un comercio o en la calle. En ese contexto, se entrevistaron transeúntes para conocer su apreciación de la técnica, contarles sobre la iniciativa de la postulación y pedirles su conformidad. En algunos casos, estas entrevistas fueron hechas por los mismos fileteadores (Figura 3). Si bien los entrevistados siempre se mostraban entusiasmados con la iniciativa y reconocían el valor de este arte popular como algo característico de la ciudad de Buenos Aires, no siempre reconocían su vigencia, a pesar de estar presente de forma ubicua en el paisaje urbano. Por el contrario, preponderaba una mirada nostálgica como algo propio de otra época, recordado particularmente por la decoración de los colectivos. Tal como manifestamos en el formulario, consideramos que esta percepción podía ser revertida con la inscripción del elemento en el la Lista de UNESCO, algo que, por otro lado, ya empezó a ocurrir gracias a la difusión que se le Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 423 ha dado a la postulación en distintos medios gráficos y eventos. Pareciera que una vez más los porteños empiezan a asombrarse de lo que hasta ayer no los asombraba. Figura 2. Esquema que expone las particularidades que definen a la técnica resultante de los talleres realizados con miembros de la Asociación de Fileteadores. El registro audiovisual de los talleres, las entrevistas y los consentimientos, junto con legislación relacionada al filete, artículos de prensa, fotografías, videos y entrevistas provenientes de otros ámbitos se hizo accesible a través de la página web www.fileteypatrimonio.com.ar construida específicamente para tal fin. Esta página sigue siendo alimentada con el registro realizado durante la segunda etapa de trabajo que continúa hasta la actualidad. Ampliando el registro y la difusión: diálogo y accesibilidad Una vez terminado el proceso de postulación, seguimos en diálogo con la Asociación de Fileteadores y ampliamos nuestro registro con el objetivo de dar cuenta del dinamismo y vitalidad de la práctica en la actualidad y de dar voz a quienes no participaban de la Asociación, entre quienes, por otra parte, se encuentran algunos de los “grandes maestros”, como es el caso de Martiniano Arce y Luis Zorz. La estrategia en esta segunda etapa fue, por un lado, mantener un diálogo fluido con los fileteadores y fileteadoras para que se involucren activamente en el registro; y, por otro, darle la mayor difusión posible tanto a lo registrado como a los resultados de la etapa de trabajo previa. Tanto el equipo de PCI como miembros de la Asociación realizaron entrevistas y observaciones que fueron registradas en soportes de audio y video. Se visitaron a los fileteadores y fileteadoras en sus talleres, ampliando el registro a quienes no participaron de los talleres (Figura 4) y a miembros de la 424 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo comunidad ampliada, es decir, personas interesadas en el filete, que lo valoran y consumen. En este sentido, se buscó cubrir la diversidad de ámbitos en los que se desarrolla la práctica en la actualidad: colectivos, camiones, comercios, murgas, pintura de caballete, objetos, murales, etc. Asimismo empezamos a asistir a eventos relacionados con el filete, tanto organizados por la Asociación como por otras entidades, para registrarlos, generar nuevos contactos y realizar nuevas entrevistas. A veces los fileteadores han solicitado nuestra participación para dar a conocer el proyecto de la postulación, algo que ciertamente da cuenta de la importancia que ha tenido para ellos este proceso compartido. Figura 3. El fileteador Franco Fullone entrevista a un transeúnte en el barrio de Montserrat. Figura 4. La fileteadora Silvia Dotta entrevista al joven fileteador Facundo Quiroga. Para responder al objetivo de la difusión, a la página web sumamos una página de facebook, un canal de youtube y un mapa construido con la plataforma de googlemaps donde situamos geográficamente las fotos de los filetes que registramos en comercios y espacios públicos. La diversidad de medios empleados resultó muy favorable para que los fileteadores puedan compartir los contenidos que prefieran mediante sus propios canales y redes sociales. Asimismo, fileteadores y fileteadoras también nos envían fotografías de sus trabajos o información específica para agregar a la web o al facebook, lo que nos permitió conformar una red de información virtual en constante crecimiento. Conclusión: El patrimonio definido por la comunidad El proceso de postulación que aquí se describe fue una experiencia innovadora que buscó actualizar elementos ensayados previamente para el registro y discusión sobre PCI128. En tal sentido, la 128 Nos referimos específicamente a la experiencia piloto de inventario de 6 milongas en la Ciudad de Buenos Aires, en la cual participamos dos de las integrantes de este equipo. Sobre esta experiencia puede consultarse Lacarrieu y Maronese (2014). Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 425 participación de la comunidad en el proceso de debate y análisis acerca de aquello que constituye la práctica, los modos de abordarla, los saberes involucrados, el rol de la comunidad ampliada, su vigencia, amenazas y medidas de salvaguarda constituyó una herramienta fundamental para la configuración final del formulario. No obstante, este proceso implicó también un arduo trabajo por parte de nuestro equipo, en tanto debíamos adaptarnos a las necesidades, búsquedas y discusiones propias de cualquier campo, al tiempo que debíamos ponerlas en diálogo con las muchas veces rígidas requisitorias y tiempos institucionales de la postulación. Es en este intercambio donde, gracias al esfuerzo conjunto, encontramos un lugar de diálogo e intercambio fructífero. Por un lado, la comunidad tuvo un lugar por fuera del trabajo individual diario para intercambiar ideas con sus pares, obteniendo así una fotografía más compleja y completa acerca de la actualidad de la actividad. Al mismo tiempo, la necesidad de preguntarse unos a otros sobre definiciones y ―modos de hacer‖ muchas veces arraigados permitió dar cuenta de contradicciones y puntos de vista que también hablan de la vitalidad del filete. Por otro lado, también nuestra labor como técnicas y observadoras se vio interpelada y corrida de lugar pasando a ocupar un rol de dos tiempos: en un primer momento, de asistencia para que ese intercambio pudiera darse de manera abierta, contemplando todas las voces posibles, generando preguntas incómodas, proponiendo ideas ordenadoras y ayudando en la confección de registros; en un segundo momento, nuestro trabajo fue más de traductoras, con la intención de que toda la riqueza de las reuniones, observaciones y entrevistas no quedara diluida a la hora de ―llenar el formulario‖. Consideramos que, al margen de que la postulación a UNESCO sea ratificada o no, la experiencia participativa de armado de la postulación y de registro ampliado resultó exitosa, especialmente porque los mismos referentes reconocieron la importancia de haber generado un proceso de reflexión sobre sus prácticas, un intercambio más fluido entre ellos, discusiones acerca del pasado, presente y futuro del filete, sus amenazas y sus posibilidades y su lugar dentro de la cultura inmaterial no sólo de la ciudad, sino del país. Por otra parte, esta experiencia sirve de base para avanzar en un inventario participativo del PCI de la ciudad (actualmente en proceso de elaboración), en un proceso abierto donde los mismos protagonistas sean los encargados de establecer los límites de las prácticas y la dirección que deben tomar las medidas de valorización y difusión. 426 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo De esta manera, la realización de esta experiencia puso de relieve el valor de dar “voz y voto” a los protagonistas. La realización de una postulación y de un inventario participativo se presenta así como un camino nuevo que apunta a que los procesos de patrimonialización sean construidos por la propia comunidad, incorporando conflictos y tensiones, mostrando así su vigencia. Bibliografía BRIONES, C.(2008) “Formaciones de alteridad: contextos globales, procesos nacionales y provinciales”, en Briones, Claudia (Ed.) Cartografías Argentinas. Políticas indigenistas y formaciones provinciales de alteridad. Buenos Aires: Antropofagia, LACARRIEU, M, y MARONESE, L. (2014) Inventario de seis milongas de Buenos Aires: experiencia piloto de participación comunitaria. Buenos Aires: Centro Feca-UNESCO, RUBIO, N. y BARUGEL, E.(1994) Los Maestros Fileteadores de Buenos Aires. Buenos Aires: FNA. SMITH, L. (2006) Uses of heritage, London-New York: Routl Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 427 CAPÍTULO X CONVOCATORIA RELATOS FOTOGRÁFICOS Y CORTOS AUDIOVISUALES En el marco del Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo, se realizó la convocatoria a presentar relatos fotográficos y cortos audiovisuales con la finalidad de difundir las expresiones y manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial, y así impulsar y fomentar susalvaguardia. Relatos fotográficos ganadores Canoero a botador, por Marcelo Cugliari Olegario Segovia espera al lado de la canoa a orillas del arroyo Carambola, que desemboca en la laguna Paraná, en los Esteros del Iberá. Es gaucho correntino, y es “canoero a botador”, oficio que aprendió a los 7 años, de su padre, que a su vez lo aprendió del suyo. El “botador” es el largo palo de tacuara, fina, derecha, que remata en una tabla en horqueta que asemeja a un pie de ciervo. Aún con los motores fuera de borda, este oficio tan correntino, se mantiene de generación en generación. El “botador” es necesario en los esteros, hay partes donde el motor de una lancha se enredaría entre las plantas acuáticas, que por momentos forman una alfombra sobre elagua. Muy cerca de los botes, varios carpinchos siguen su pachorrienta vida sin importarles la presencia humana. Parado firme en la popa de la canoa, con su sombrero de fieltro negro, su pañuelo azul en el cuello, su rastra, y los facones a la cintura, Olegario, con la sabiduría de lo aprendido desde niño, guía la canoa con perfecto equilibrio sobre el agua transparente, que el cielo límpido tiño de azul. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 429 430 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 431 Oraciones, música y alimentos con los muertos. Imágenes de rupturas y continuidades de las prácticas mortuorias andinas en el Cementerio de Flores, ciudad de Buenos Aires, por Mariel Alejandra López Todos los 2 de noviembre, Día de los Muertos en el calendario litúrgico católico, las familias de origen boliviano se reúnen en el cementerio de Flores en torno a su familiar allí enterrado para festejar con él sudía. Estos festejos son producto de siglos de superposición de la liturgia católica por sobre la andina y viceversa. En consecuencia, implican una serie de rupturas pero, también, de continuidades que, en sentidos figurados, permiten a las familias inmigrantes seguir reproduciendo sentidos y significados en el contexto migratorio de la ciudad de Buenos Aires. A diferencia de las prácticas del habitante de Buenos Aires, caracterizadas por el silencio y la austeridad en el adorno de las tumbas, y siguiendo costumbres andinas, los familiares del muerto boliviano llevan consigo al cementerio todo aquello que prepararon durante los días previos y, en especial, el día anterior: adornos (principalmente flores de papel y banderines), comida, bebidas cola, cerveza, chicha (una bebida fermentada típicamente andina) y miniaturas comestibles con diversas formas. El homenaje y recuerdo al muerto implica una sucesión de prácticas que implican un orden marcado por la ruptura de las prácticas mortuorias andinas a partir de la conquista americana. En efecto, la secuencia se inicia con la práctica de la oración cristiana característica de la liturgia católica, a partir de la cual se da paso a una serie de acciones vinculadas con la liturgia andina. Luego, es posible observar la presencia de diferentes bandas de música que tocan en honor al muerto y el posterior adorno de las tumbas con todo aquello que los familiares y amigos prepararon para festejar con él, expresándose de este modo la mezcla de cosmovisiones y objetos de tradiciones andinas y europeas. 432 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 433 434 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 435 Menciones La perseverancia del telar, por Gabriela María Leonard La historia narra cómo en el acto del telar persevera una relación ancestral entre las manos de la tejedora y la lana que moldea. La lana de oveja, elemento frágil y dócil, se encuentra con las manos curtidas por el frío y el trabajo arduo cotidiano de las tejedoras del sur. Ahí, en ese tiempo, la materia (“la fibra”, como la nombran algunas de las tejedoras) transforma la mano, la vuelve sabia al tacto. Entonces, la tejedora rememora, cuando muchasveces ni siquiera se acuerda de cómo aprendió a tejer. Las manos saben. La técnica del telar la habita y el encuentro con la lana la incluye (muchas veces, la restituye) en su linaje e identidad mapuche. Se actualiza una memoria que insiste; tejer es recordar, enhebrar laidentidad. La serie fotográfica que se presenta despliega distintos momentos del acto memoria-telar: la separación del vellón (carmenado), el ovillado, el armado de la urdimbre, la tensión de los hilos, la envoltura del travesaño, la aparición de una identidad: el che mapuche. Las fotografías que aquí se presentan forman parte de una investigación fotográfica que está en curso. Las imágenes fueron tomadas en enero del 2015, Lago Puelo (Chubut, Argentina) y El Bolsón (Neuquén,Argentina). 436 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 437 438 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Regreso a “La Casualidad”, por FedericoDada Cada año, un grupo de hombres y mujeres, algunos con sus hijos, y con los más viejos a la cabeza, inician desde Salta un viaje de más de 500 kilómetros hacia las ruinas de un antiguo campamento minero enclavado junto a lo que fue una planta fabril, en la puna salteña, sobre la cordillera de los Andes, a más de 4000 metros dealtura. Lo que parece una ida, para ellos es regresar al lugar donde vivieron, trabajaron, donde nacieron, crecieron, y donde quedaron sus muertos cuando el gobierno militar en 1978 ordenó que el establecimiento azufrero “La Casualidad” fuera cerrado junto con las minas, y toda esa población abandonase el lugar. Treinta y seis años después de aquel éxodo, muchos ya no están y los sobrevivientes no son quienes supieron ser. Algunos de los más ancianos, endurecidos por vientos y fríos inefables, ya no hablan de “La Casualidad”, y cuando lo hacen, terminan sollozando. Pero para muchos otros, recordar es resistir al olvido. Cuando se reencuentran, la nostalgia por sus días en aquel caserío los inunda, muestran fotos viejas, cuentan historias, y lamentan el final. Los que nacieron y crecieron en ese paraje, los hijos de los mineros, los desterrados, desde hace mucho vuelven una vez al año. Vuelven para dejar flores a sus familiares enterrados en los cementerios de “La Casualidad” y “Caipe”, para hacer una procesión con la imagen de la virgen que pertenecía a la capilla del pueblo, y para celebrar a la Pachamama. La serie fotográfica documenta el regreso cada año de hombres y mujeres a las ruinas del campamento y la planta La Casualidad y a la estación Caipe a honrar a los suyos, un ritual contemporáneo, una expresión que surgió silenciosa en Salta luego del aniquilamiento del aparato productivo nacional ejecutado por la última dictadura cívico militar. Las imágenes de esta serie fueron tomadas en la mina “La Casualidad”, Provincia de Salta, en enero de 2011. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 439 440 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 441 Cortos audiovisuales ganadores Bandas de la muerte, por Verónica Dema y Gustavo Barco Bandas de la muerte, por Verónica Dema y Gustavo Barco Bandas de la muerte es un corto documental sobre la celebración del Día de los Muertos de las colectividades andinas en el cementerio de Flores, en un contexto megaurbano como la Ciudad de Buenos Aires. Al mediodía del 2 de noviembre, para la cultura andina, las almas vuelven a la Pachamama para visitar a sus seres queridos. Los deudos les preparan sus comidas y bebidas favoritas, y también escuchan su música favorita, que suena en el camposanto a través de las bandas de música. Un grupo folklórico familiar, una banda de vientos y su platillera, y un padre que tiene que celebrar por primera vez esta ceremonia para su hija, hilan el entramado de una ceremonia a veces poco entendida, que obliga a los protagonistas a preguntarse: “¿Nos dejarán entrar al cementerio?”. 442 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo De pago en pago. Cancionero popular del secano, por Leandro Marino Es un proyecto recopilatorio en formato audiovisual de canciones antiguas del secano (norte de Mendoza), interpretadas por abuelos y abuelas que han transmitido ese repertorio oralmente. En muchos casos, la memoria oral y musical se pierde. Esto, como consecuencia del desarraigo que se genera en los jóvenes, provoca un corte generacional en la transmisión de esa sabiduría y ese acervo cultural tan rico einvisibilizado. A partir de esta situación es que decidimos emprender este proyecto que nos resulta urgente y necesario, y que consta de un documental de 30 minutos (a manera de síntesis del proceso) y una página web en construcción con todo el material sistematizado (fotos, bitácoras de viaje, canciones completas y archivos de audio). Por segundo año consecutivo el proyecto De Pago en Pago, Cancionero Popular del Secano, está respaldado por la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, por medio del Programa de Proyectos Mauricio López. Las imágenes de este cortometraje fueron tomadas en La Asunción, San José, Lagunas del Rosario, El Cavadito y Villa Tulumaya, comunidades del secano del departamento de Lavalle (Mendoza), entre abril de 2014 y mayo de 2015. Diversidad cultural y Estado: escenarios y desafíos de hoy | 443 Mención Kamba Yvera Pegua, por Mariano Solla (Proyecto Cine kinesis) Los Kamba son los seres que protegen los esteros desde tiempos remotos. La llegada de un niño blanco los hará salir y aprovecharán esta oportunidad para transmitirles su sabiduría ancestral. Los chicos de la aldea se introdujeron en el mundo del cine durante el taller de Introducción a la Realización Audiovisual y revivieron una leyenda guaraní, aprendiendo la lengua para interpretar a los nativos del lugar. Este cortometraje se realizó en Colonia Carlos Pellegrini, provincia de Corrientes, entre agosto y octubre de 2014. 444 | Primer Encuentro Nacional de Patrimonio Vivo Autoridades Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner Vicepresidente de la Nación Amado Boudou Ministra de Cultura Teresa Parodi Jefa de Gabinete Verónica Fiorito Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional Ricardo Forster Subsecretaria de Cultura Pública y Creatividad María Elena Troncoso