Según narra la tradición del Santuario de San Miguel Arcángel, este ángel se habría aparecido milagrosamente cuatro veces en la historia de Apulia, sur de Italia. Los diferentes obispos del lugar dedicaron el lugar de sus apariciones construyendo este santuario en su nombre. Así se narran sus 4 apariciones: 

La primera aparición de San Miguel

Según la leyenda, entre los siglos tercero y octavo, un hombre rico llamado Gargano cuidaba a sus animales, uno de sus toros escapó y se alejó solo. Enfurecido por encontrar al toro pastando solo frente a una cueva, le disparó una flecha envenenada.


¡La flecha se dio la vuelta y lo hirió! Gargano estaba tan perturbado que le contó al obispo sobre su experiencia. El obispo ordenó tres días de oración y ayuno. En el último día, San Miguel se apareció al obispo.

San Miguel le dijo:

“Has hecho bien en preguntarle a Dios qué estaba escondido de este hombre. Un milagro lo golpeó con su propia flecha, de modo que quedó claro que todo esto sucede por mi voluntad.

Soy el Arcángel Miguel y siempre estoy en la presencia de Dios. La cueva es sagrada para mí. Y como he decidido proteger este lugar y sus habitantes en la tierra, quise dar fe de que soy de este lugar y de todo lo que sucede como patrón y custodio.

Donde la roca se abre, los pecados de los hombres pueden ser perdonados. Lo que se pida aquí en oración se otorgará. Por lo tanto, ve a la montaña y dedica la cueva al culto cristiano”.

La segunda aparición de San Miguel

San Miguel volvió a aparecer en 492. Sin embargo, esta aparición se relaciona con la lucha entre los bizantinos y los lombardos, en la que los griegos atacaron el Santuario de Gargano. El duque de Benevento Grimoaldo I, salió a la defensa del santuario.

La historia dice: “[…] y luego, esa misma noche, que precedió al día de la batalla, San Miguel apareció en visión al obispo (Lorenzo Maiorano), dijo que las oraciones fueron respondidas, que promete estar presente y advierte a dar batalla a los enemigos a la cuarta hora del día “.

Tradicionalmente, el duque de Benevento derrotó a los griegos el 8 de mayo, y la batalla fue “acompañada por terremotos, rayos y relámpagos”, el 8 de mayo.

La dedicación de San Miguel y su tercera aparición

Después de la victoria de Grimoaldo, el obispo Maiorano se sometió a la solicitud de San Miguel y decidió dedicar el santuario.

Sin embargo, volvió a aparecer San Miguel y le dijo a este:

“No es tu tarea consagrar la Basílica que construí. Yo, quien la fundó, yo mismo la consagré. Pero puedes entrar a este lugar bajo mi protección”.

El obispo Lorenzo, siete obispos de Apulia, el clero de Sipontino y la gente de la tierra procedieron a la montaña sagrada.

Según el sitio web de la Basílica, un milagro ocurrió:

“Algunas águilas, con sus alas extendidas, protegieron a los obispos de los rayos del sol. Una vez en la gruta, encontraron un áspero altar erigido allí, cubierto con un palio bermellón y coronado por una cruz. Además, como dice la leyenda, encontraron en la roca la huella de San Michael”.

La cuarta aparición

En 1656, Monte Sant’Angelo, nombre actual al que se le da al sitio donde ocurrieron sus apariciones, experimentó una terrible plaga. El obispo Alfonso Puccinelli recurrió a las oraciones y el ayuno, y pidió la intercesión de San Miguel.

Mientras oraba, sintió un terremoto cuando San Miguel se le apareció “en un esplendor deslumbrante y le ordenó que bendijera las piedras de su cueva, grabando en ellas la señal de la cruz y las letras ‘MA’ (Miguel Arcángel). Cualquiera que hubiera mirado esas piedras con devoción sería inmune a la plaga”.

San Miguel entonces curó la ciudad y cualquiera que pidiera estas piedras.

Aquí hay algunas fotos de este santuario milagroso dedicado por San Miguel:

¡Santo arcángel, líbranos del mal!

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