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Studien zur romanischen Sprachwissenschaft und interkulturellen Kommunikation HERAUSGEGEBEN VON GERD WOTJAK Band 75 PETER LANG Frankfurt am Main · Berlin · Bern · Bruxelles · New York · Oxford · Wien Carsten Sinner / Elia Hernández Socas / Christian Bahr (eds.) Tiempo, espacio y relaciones espacio-temporales Nuevas aportaciones de los estudios contrastivos PETER LANG Internationaler Verlag der Wissenschaften "IBLIOGRAFISCHEå)NFORMATIONåDERå$EUTSCHENå.ATIONALBIBLIOTHEKå $IEå$EUTSCHEå.ATIONALBIBLIOTHEKåVERZEICHNETåDIESEå0UBLIKATIONåINåDERå $EUTSCHENå.ATIONALBIBLIOGRAFIEåDETAILLIERTEåBIBLIOGRAFISCHEå $ATENåSINDåIMå)NTERNETåÓBERåHTTPDNBD NBDEåABRUFBAR 'EDRUCKTåAUFåALTERUNGSBESTÛNDIGEM SÛUREFREIEMå0APIER )33.å  )3".å     Úå0ETERå,ANGå'MB( )NTERNATIONALERå6ERLAGåDERå7ISSENSCHAFTEN &RANKFURTåAMå-AINå !LLEå2ECHTEåVORBEHALTEN $ASå7ERKåEINSCHLIE”LICHåALLERåSEINERå4EILEåISTåURHEBERRECHTLICH GESCHÓTZTå*EDEå6ERWERTUNGåAU”ERHALBåDERåENGENå'RENZENåDES 5RHEBERRECHTSGESETZESåISTåOHNEå:USTIMMUNGåDESå6ERLAGESå UNZULÛSSIGåUNDåSTRAFBARå$ASåGILTåINSBESONDEREåFÓR 6ERVIELFÛLTIGUNGEN åãBERSETZUNGEN å-IKROVERlLMUNGENåUNDåDIE %INSPEICHERUNGåUNDå6ERARBEITUNGåINåELEKTRONISCHENå3YSTEMEN WWWPETERLANGDE Índice La expresión de tiempo, espacio y relaciones espacio-temporales. Nuevas aportaciones de los estudios contrastivos Carsten Sinner (Leipzig) Elia Hernández Socas (Leipzig) Christian Bahr (Leipzig)………………………………………………………..…..……….9 Verbos itivos y ventivos en español e italiano. Usos concretos y abstractos Ignacio Arroyo Hernández (Pescara) ................................................................................... 15 Notas sobre el aspecto gramatical en español a partir de su comparación con el alemán y el griego moderno José Juan Batista Rodríguez (La Laguna / Leipzig) Encarnación Tabares Plasencia (Leipzig) ............................................................................ 35 La medida del tiempo y su expresión en español y otras lenguas María Luisa Calero Vaquera (Córdoba) ............................................................................... 51 ¿Se puede medir el significado interlingüísticamente? Valores locativos, temporales y nocionales en la comparación de preverbios griegos, latinos, españoles y alemanes Héctor Hernández Arocha (Leipzig) José Juan Batista Rodríguez (La Laguna / Leipzig) Elia Hernández Socas (Leipzig) ........................................................................................... 73 Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno: el caso de los tiempos del pasado del indicativo Eleni Leontaridi (Salónica) .................................................................................................. 93 Construcciones de ‘entrar’ y ‘salir’ y sus equivalentes en alemán Barbara Lübke (Santiago de Compostela) Victoria Vázquez Rozas (Santiago de Compostela) .......................................................... 115 La expresión del aspecto perfectivo en los idiomas español y serbio Andjelka Pejović (Kragujevac) Ivana Nikolic (Kragujevac) ................................................................................................ 131 Futuro y pasado progresivo de indicativo en español y alemán Raúl Sánchez Prieto (Salamanca) ...................................................................................... 145 Mecanismos de expresión temporal en criollos de base hispánica Teresa Solias Arís (Valladolid) .......................................................................................... 159 Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno: el caso de los tiempos del pasado del indicativo Eleni Leontaridi (Salónica) Resumen En este trabajo hemos abordado cuestiones de índole morfosintáctica entre dos idiomas poco estudiados de forma contrastiva como son el español y el griego moderno. Hemos enfocado nuestro análisis en las afinidades y divergencias que presenta la expresión del tiempo verbal en los dos idiomas, centrándonos especialmente en el paradigma de los tiempos del pasado del indicativo. Para ello, nos hemos basado en el modelo vectorial propuesto por Rojo / Veiga (1999), adaptándolo a la vez, a la estructuración de las formas verbales griegas. Hemos llegado a la conclusión de que las coincidencias en las categorías de temporalidad y dislocación temporal que caracterizan los dos idiomas hacen posible hablar de paralelismos sistemáticos, tanto en relación con los usos ‘rectos’ como con los usos ‘idiomáticos’ de los dos paradigmas. Creemos que una aproximación contrastiva como la de este trabajo, aparte de contribuir a un mejor entendimiento del funcionamiento de los mecanismos que operan en los dos sistemas lingüísticos, podría ofrecer aportaciones pedagógicas en el campo de la glotodidáctica. Abstract In the present article we are dealing with questions of morphosyntactic nature between two languages rarely contrasted, Spanish and Modern Greek. We have focused our analysis on the ways the two languages express verbal tense, especially in the field of the past tenses of the indicative. We have seen that although verbal forms are often used to express meanings that do not seem to correspond to the functions traditionally assigned to them, based on Rojo and Veiga’s theory of temporality, along with the categories of temporal dislocation, it is possible to explain all uses, both ‘straight’ and ‘dislocated’ of a verbal form and, at the same time, show that as far as the latter is concerned we are dealing with systematic rather than ‘idiomatic’ uses, therefore their usage can be explained. 1. Introducción El griego moderno y el español1 son dos idiomas provenientes de diferentes ramas de la familia de lenguas indoeuropeas. No obstante, la similitud que presentan en distintos niveles de análisis gramatical (fonética, morfología, sintaxis, etc.) aparte de sorprender, quizá pueda explicar —en gran medida— la facilidad con la que los griegos aprenden español y viceversa.2 En el presente trabajo, pues, nos ocupamos de un fenómeno lingüístico observado en los dos idiomas; nos referimos a enunciados como los 1 2 En el presente trabajo se hace referencia a la lengua castellana como ‘española’ sin que esto insinúe que los otros idiomas hablados en el estado español son menos legítimos como ‘españoles’. En todo caso, el análisis del paradigma verbal español describe la norma de español peninsulsar estándar. Tal vez, a esta facilidad se deba el hecho de que Grecia viene siendo en los últimos años el primer país, a nivel mundial, en cuanto al número de candidatos que se presentan a los exámenes DELE del Instituto Cervantes, registrándose, durante los últimos 5 años, una media de 6500 candidatos por año (vid. Leontaridi 2009 y Lugo Mirón 2007). 94 Eleni Leontaridi siguientes, en español (o en griego), que aunque, en cierto sentido, se podrían considerar gramaticalmente erróneos, no dejan de ser perfectamente entendidos por un estudiante de lengua materna griega (o española respectivamente): (1) (2) (3) a. —¿Qué hora es? —No tengo reloj; serán las 3. b. —Τι ώρα είναι; —Ε, δε θα είναι 3.3 a. No iba mañana con ellos, aunque me pagaran los billetes. b. Δεν πήγαινα αύριο μαζί τουσ, ακόμη και να μου πλήρωναν τα εισιτήρια. a. —¿Me lo mandarás por fax la semana que viene? — ¡Hecho! b. —Θα μου το στείλεισ με φαξ την άλλη βδομάδα; —Έγινε! En todas estas frases que acabamos de ver, las formas verbales se usan para expresar un valor temporal distinto al que les corresponde tradicionalmente. Así, hemos visto que el futuro se ha usado para hacer referencia a lo que ocurre en el presente, el imperfecto para hablar de un hecho futuro, etc. ¿Cómo se explica, pues, el hecho de que el estudiante griego es capaz de entenderlas perfectamente? Según nosotros, esta capacidad de comprensión junto con la anteriormente mencionada facilidad en el aprendizaje de español por griegos y viceversa, se deben al hecho de que —en gran medida— los usos ‘idiomáticos’ de los dos sistemas verbales se pueden sistematizar. Por limitaciones de espacio, en el presente estudio, nos centraremos en usos de este tipo que se dan no en la totalidad de los dos sistemas verbales, sino en el paradigma de los tiempos del pasado del indicativo, por ser este un conjunto de formas amplio y, a la vez, un claro exponente de los mecanismos de estructuración del tiempo en español. 2. Marco teórico Para llevar a cabo este análisis, nos hemos basado en el Modelo Vectorial, tal como fue inicialmente postulado para la lengua española por Rojo en 19744 y desarrollado por Rojo y Veiga en 1999, en la Gramática descriptiva de la lengua española de la Real Academia Española. Hemos optado por la base teórica en cuestión porque creemos que constituye un modelo descriptivo-explicativo altamente económico, pues su propuesta esencial es que tanto los usos ‘rectos’ como los usos ‘no rectos’ de las formas verbales españolas se pueden explicar mediante la noción de la temporalidad. Más concretamente, la temporalidad, en combinación con algunas categorías generales de dislocación temporal pueden aclarar los usos ‘idiomáticos’ de una forma verbal; dichos usos no se conciben como excepciones de la regla sino como usos que se caracterizan por sistematicidad, y consecuentemente, se pueden explicar. 3 4 En todo el trabajo, a menos que se señale lo contrario, los ejemplos en griego constituyen traducción exacta del ejemplo español que les acompaña, casi siempre precediéndoles. Rojo, a su vez, fue influenciado por los trabajos de Bello (1984 [1847]), Bull (1960) y Klum (1961). Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 95 2.1 Relaciones temporales lingüísticas y fórmulas vectoriales Rojo y Veiga (1999) sugieren que todas las formas verbales expresan un tipo de temporalidad que no es absoluta; más bien se trata de relaciones temporales lingüísticas de modo que un evento puede ser anterior, simultáneo o posterior, siempre en relación con otro evento. Dichas relaciones temporales se pueden representar de forma económica mediante un conjunto de vectores —que recuerdan fórmulas matemáticas— como sigue: –V (anterior), oV (simultáneo) y +V (posterior). Igualmente, podemos denominar O el punto central (el origen) de todas las relaciones temporales, y de esta forma, las tres posibles relaciones entre un evento y el punto central (o punto cero), se pueden simbolizar así: i) O–V = anterior al origen [un evento es anterior –V al origen O]. ii) OoV = simultáneo al origen [un evento es simultáneo oV al origen O]. iii) O+V = posterior al origen [un evento es posterior +V al origen O]. Ahora bien, la referencia interna central (es decir, el punto de origen) del sistema deíctico del tiempo verbal es móvil, y, normalmente, se identifica con el momento de enunciación —aunque, también, puede desplazarse—.5 Por otra parte, estas tres relaciones temporales básicas, pueden crear relaciones temporales más complejas, como en (O–V)+V, que indica un evento que es posterior +V a otro acontecimiento, que, a su vez, es anterior –V al origen.6 Igualmente, en el ejemplo (4), el habían llegado / είχαν φτάσει expresa anterioridad –V a una referencia, que a su vez, es anterior al origen: me informaron / με πληροφόρησαν (O–V): (4) a. Me informaron de que habían llegado a París el día anterior. b. Με πληροφόρησαν ότι είχαν φτάσει στο Παρίσι την προηγούμενη. (O–V) (O–V)–V En cuanto a la estructuración de las fórmulas, estas deben leerse de derecha a izquierda. Es importante comprender que la orientación (directa o indirectamente) de los eventos expresados por las formas verbales en relación con el origen no implica su localización en el eje temporal de forma absoluta, es decir, a una distancia concreta del origen, sino solo su orientación con respecto a él. Esto significa que: a) lo importante a 5 6 “[…] lo característico de la temporalidad verbal es la expresión de la anterioridad, posterioridad o simultaneidad de un hecho con respecto a otro o a un origen móvil que, aunque suele coincidir con el momento en que se realiza la comunicación lingüística, no siempre es identificable con él” (Rojo 1974: 78). Es el caso del ‘presente analítico’ en frases como “la policía dispersa la manifestación con botes de humo”, donde el punto origen respecto del cual la forma verbal de ‘presente’ contempla el acontecimiento como simultáneo se sitúa en el momento de los mismos hechos. En el caso del ‘presente histórico’ (“Te cuento: ayer voy yo tan tranquilo por la calle cuando aparece un chiflado en una moto que casi me atropella”), en lugar de formas de ‘pretérito’ se usan formas de ‘presente, desplazándose retrospectivamente el centro de referencia a un momento del pasado. Dicha reorientación temporal no es exclusiva de las formas de presente; puede ocurrir lo mismo con un pretérito perfecto, un futuro imperfecto, etc. Dicha complejidad no radica en el aumento de estas relaciones iniciales, sino en su encadenamiento en una serie de escalones, teóricamente ilimitada. Para más detalles consúltese Rojo / Veiga (1999: 2877). 96 Eleni Leontaridi la hora de estudiar una forma verbal es su relación temporal primaria, o sea, el valor temporal que expresa primariamente; b) el punto de origen es una entidad de la misma índole que los puntos de referencia secundarios o terciarios. 7 Lo que diferencia dichos puntos de referencia es el hecho de que el origen, por constituir el punto central del sistema en relación con el cual se orienta el resto de los puntos, es el más importante de todos. En resumen, la adopción de las fórmulas vectoriales permite distinguir entre la relación temporal de anterioridad / simultaneidad / posterioridad que expresan las formas verbales y el punto en relación con el cual lo hacen. Junto con el uso de estas fórmulas, Rojo / Veiga (1999) han optado por adoptar la nomenclatura propuesta por Bello (1984 [1847]) para denominar cada una de las formas verbales. 8 En cuanto a la estructura de cada fórmula podemos distinguir: a. El vector primario: es el punto derecho de cada fórmula. Expresa la relación temporal primaria, que es lo que expresa básicamente la forma verbal. b. El punto de referencia: en la fórmula, es todo lo que queda a la izquierda del vector primario. Puede ser el origen o un punto situado en relación con este. Dicho punto sitúa en el eje temporal el momento con respecto al cual las formas verbales expresan la relación temporal primaria. c. El vector originario: en la fórmula es lo que sigue inmediatamente después del símbolo del origen. Por ejemplo, en la forma cantaba / τραγουδούσα (O–V)oV distinguimos: — el vector primario (oV) que expresa simultaneidad; — el punto de referencia que es un punto anterior al origen (O–V); — el vector originario que expresa anterioridad (–V). Ahora bien, aplicando el modelo vectorial en griego, observamos que los valores temporales básicos de cada forma verbal, tal como se representan por las fórmulas correspondientes, son los mismos en los dos idiomas. En la tabla 1 queda reflejado el carácter prioritario de la relación temporal primaria de anterioridad. 7 8 No se trata, pues, de diferencias de estatus jerárquico entre las relaciones temporales expresadas por las distintas fórmulas, sino de diferencias en cuanto al número de vectores de la fórmula. Aun reconociendo que esta nomenclatura refleja con mayor exactitud el valor temporal de cada forma, en el presente trabajo adoptaremos la terminología ‘tradicional’, por su gran difusión en la literatura pertinente. Para una presentación de la aplicación del modelo en el indicativo español, en cuanto a las fórmulas vectoriales y la nomenclatura adoptada por Rojo / Veiga (1999), consúltese Leontaridi (2001: 166). En el apéndice, al final de este trabajo, se recogen los puntos más importantes de la misma, junto con la respectiva adaptación al indicativo griego. Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 97 Tabla 1. Clasificación de las formas de pasado españolas y griegas según su punto de referencia, vector originario y vector primario9 FORMA VERBAL FÓRMULA VECTORIAL Canté / Τραγούδησα (pret. indefinido / aoristo) Había cantado / Είχα τραγουδήσει (pret. pluscuamperfecto / hypersyntélikos) Cantaba / Τραγουδούσα (pret. imperfecto / paratatikós) He cantado / Έχω τραγουδήσει (pret. perfecto / parakímenos) Punto de Vector Vector referencia originario primario O –V –V O–V Expresa una acción anterior al origen (O–V) –V –V (O–V)–V Indica anterioridad en relación con un punto de referencia anterior al origen (O–V) –V oV (O–V)oV Indica simultaneidad con respecto a un punto de referencia anterior al origen (OoV) oV –V (OoV)–V Expresa anterioridad al origen, dentro de lo que se considera simultáneo a él 2.2 La dislocación temporal Antes de ver con más detalle los principios que rigen el funcionamiento del modelo, debemos señalar que, por razones prácticas, no es posible estudiar detenidamente en el presente trabajo la relación entre la temporalidad y el aspecto gramatical.10 En todo caso, es importante tener en cuenta que el modelo vectorial no niega la presencia de la categoría del aspecto en el paradigma verbal sino que, basándose en criterios distintos, constituye una propuesta explicativa alternativa del mismo. Así, las distintas realizaciones de la categoría del aspecto se pueden explicar como derivados de las relaciones temporales primarias. En otras palabras, se observa concordancia entre ciertos contenidos de aspecto gramatical y cierta relación temporal. Por ejemplo, todas las formas verbales cuya relación temporal primaria expresa anterioridad, se caracterizan por aspecto perfectivo; no hay ninguna forma verbal que exprese relación primaria de anterioridad y que al mismo tiempo sea imperfectiva.11 Dicho esto, centrémonos ahora en la relación de los valores temporales y modales que caracterizan un sistema verbal. Veamos un ejemplo: (5) 9 10 11 a. — ¿Dónde está Ana? —No sé; habrá ido a casa de sus padres. Hemos optado por no incluir en nuestro estudio la forma del pretérito anterior (hube cantado), puesto que ha quedado desplazada hacia la periferia del sistema verbal español y es rara de encontrar fuera del lenguaje literario. Hoy en día, no es más que una forma redundante, plenamente sustituible por canté o había cantado —siempre en combinación con algún otro elemento contextual— y demasiado especializada, por quedar su empleo restringido a oraciones subordinadas que expresan sucesión inmediata. Comparte la misma fórmula vectorial con el pluscuamperfecto (O–V)–V y el paradigma griego no cuenta con una forma correspondiente. Para un análisis exhaustivo del tema, remitimos al lector a Rojo (1974, 1988 y 1990) y Rojo / Veiga (1999). Para consideraciones en cuanto a la realización de la categoría del aspecto en español y el griego, vid. Leontaridi (2002 y 2008). Rojo (1974: 131) afirma que la explicación es lógica: “Una acción directamente anterior a un punto ha de estar, por este mismo hecho, terminada o, dicho de otra forma, ser presentada como perfectiva”. Para más detalles sobre correspondencias entre la temporalidad y aspecto en el indicativo español y griego, vid. Leontaridi (2001: 178-180). 98 Eleni Leontaridi b. —Που είναι η Άννα; —Δεν ξέρω, θα έχει πάει στο σπίτι των γονιών τησ. Habitualmente, las gramáticas —por lo menos del griego y de las lenguas románicas— encuadran las formas verbales en categorías que se denominan modos. Asimismo, los modos se dividen en tiempos. No obstante, frente a esta estructuración tan jerarquizada surgen discrepancias en casos en los que los valores temporales confluyen con los modales. Las formas cantaría / θα τραγουδούσα y habría cantado / θα είχα τραγουδήσει constituyen un buen ejemplo de esto:12 (6) a. Me prometió que volvería pronto. / Μου υποσχέθηκε ότι θα γύρναγε νωρίσ. b. Cuando nos conocimos, ella tendría treinta años. / Όταν γνωριστήκαμε, θα ήταν τριάντα χρονών. c. Si tuviéramos tiempo, iríamos a verte. / Αν είχαμε χρόνο, θα ερχόμασταν να σε δούμε. d. Me gustaría trabajar en ese lugar. / Θα μου άρεσε να εργασθώ σε αυτό το μέροσ. Lo interesante en los ejemplos en (6) es que la misma forma puede expresar distintos valores, tanto temporales como modales. En otras palabras, se observa la existencia de usos que no corresponden al valor inicial de la forma: por una parte aparecen funciones temporales distintas de las reflejadas por las fórmulas, y, por otra, las acciones que se expresan pueden verse cargadas de ciertos matices que no pertenecen a la esfera temporal. Frente a esta observación es posible adoptar dos posturas: a) considerar dichos usos desviaciones, errores o usos especiales o b) basándonos en criterios distintos de la temporalidad, relegándola a un plano secundario, intentar ver si detrás de estos usos hay algún tipo de sistematicidad. En palabras de Rojo (1974: 90): […] hemos caracterizado cada forma verbal mediante una fórmula […] [No obstante] no todos sus usos responden plenamente al valor asignado. Hay extensiones o ampliaciones, neutralizaciones y, probablemente […], la posibilidad de alterar la estructura del sistema en ciertos puntos y según unas líneas determinadas. Esto último es lo que llamaremos dislocación del sistema temporal [énfasis nuestro]. La gran variedad de usos de cada forma se basa, […] en la posibilidad de abandonar los usos “rectos” (los que responden a la definición de cada una) y adoptar una función diferente. […] Aun suponiendo que estos empleos “dislocados” puedan anular las relaciones temporales, esto no significa negarlas; simplemente se suspenden ciertas características, generalmente conservando un notable paralelismo en varios puntos del sistema. La suspensión o incluso la anulación de las funciones iniciales implican su previa existencia. Hay que distinguir, pues, entre un “uso recto” y un “uso dislocado” o “desplazado”,13 sin perder de vista, no obstante, que el desplazamiento no se da en todas las formas del sistema verbal; además, cuando una forma se usa según sus usos dislocados (es decir, cuando se le añade al significado algún matiz modal nuevo) eso no significa que la forma pierde su identidad modal —como forma del indicativo o del subjuntivo—. En12 13 Los ejemplos en español provienen de Rojo / Veiga (1999: 2893). En la misma línea, Gutiérrez Araus (1995) distingue entre “valores primarios” y “valores secundarios” de las formas verbales. Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 99 trando en más detalle en la descripción del fenómeno de la dislocación temporal, Rojo (1974: 112-113) explica que: El sistema verbal está integrado por un conjunto F de formas {f1, f2,…fn} cada una de las cuales puede ser definida temporalmente […] mediante un cierto rasgo o conjunto de rasgos r, representable en una fórmula […] según el cual le corresponde expresar una relación temporal R entre un cierto hecho y el origen o una referencia. Cuando la forma f1, definida según el rasgo r1, es empleada para expresar la relación temporal R1, no encontramos en la acción expresada ningún matiz extratemporal que no pueda ser explicado mediante su pertenencia a un cierto modo. Lo mismo sucede cuando la forma f2, definida según el rasgo r2, indica una relación temporal R2. Ahora bien, cuando la forma f1, es empleada para indicar la relación temporal R2, que presupone la posesión del rasgo r2, a su significado se añade un cierto matiz extratemporal m que no aparece cuando indica la relación R1. Esto es un caso de dislocación del sistema: el empleo de una forma en una función distinta a la que corresponde a su valor implica la adición de un matiz no temporal que sólo puede ser explicado mediante la alteración de la identidad entre valor y función [énfasis nuestro]. Y continúa un poco más adelante: El cambio de posición [de una forma] dentro del sistema ocasiona, además de la expresión de una relación temporal distinta, la adquisición de un matiz extratemporal que no posee [la forma] en la función original ni, por otro lado, está en la forma sustituida. […] La dislocación del sistema temporal no consiste en que una o varias formas adquieran ciertos significados nuevos cuando son utilizadas en una función que corresponde a otra forma. Es todo un subconjunto de formas, definido a partir de un cierto rasgo común, el que altera su posición en el sistema en un mismo sentido y consigue de este modo la adición de un mismo significado no temporal [énfasis nuestro] (Rojo 1974: 112-113). Ahora bien, siguiendo lo postulado por Rojo / Veiga (1999), podemos distinguir entre dos categorías generales de dislocación temporal. El primer caso de dislocación, llamado matiz modal de incertidumbre, afecta exclusivamente a formas verbales indicativas en cuyo valor temporal recto interviene algún vector de posterioridad (por ejemplo cantaré, cantaría y sus correspondientes compuestas). Dichas formas pueden adquirir un matiz modal de incertidumbre. Lo vemos ejemplificado en la tabla 2. Tabla 2. Primer caso de dislocación: matiz modal de incertidumbre —En este momento son las diez / —Αυτή τη στιγμή είναι 10:00 —Dentro de un rato serán las diez / (b) —Σε λίγο θα είναι 10:00 — Serán las diez (en este momento) / (c) — (Υποθέτω) θα είναι 10:00 (αυτή τη στιγμή) (a) Expresa simultaneidad al origen Expresa posterioridad al origen Una forma que expresa posterioridad se usa para expresar simultaneidad. Como resultado, la frase adquiere un matiz de incertidumbre Las frases (a) y (b) expresan los valores temporales rectos de las formas utilizadas. Al contrario, las formas (c) muestran el mismo valor temporal (simultaneidad al origen) que aparece en (a) pero emplean las formas de (b). Como resultado de este desajuste entre el valor central y la relación temporal expresada, las frases (c) adquieren un valor modal adicional de probabilidad que no aparece ni en las frases (a) ni en las (b). 100 Eleni Leontaridi La segunda categoría de dislocación se llama matiz modal de irrealidad. En este caso, determinadas formas indicativas y subjuntivas en cuyo valor temporal recto interviene algún vector originario de anterioridad (por ejemplo, cantaba, cantaría, etc.) pueden adquirir contenidos modales relacionados con la irrealidad o el alejamiento en general.14 Explicado esto, Rojo / Veiga (1999: 2897) emplean los dígitos 1 y 2 como indicadores de los dos casos de dislocación arriba mencionados para denominar los cinco contenidos modales resultantes, en una realización de contenido temporal de ‘presente’ (OoV): — INDICATIVO 0: valor modal expresado por las formas verbales indicativas en sus usos rectos. — INDICATIVO 1: valor modal expresado por aquellas formas verbales indicativas que han experimentado el primer caso de dislocación15 [= incertidumbre]. — INDICATIVO 2: valor modal expresado por aquellas formas verbales indicativas que han experimentado el segundo caso de dislocación [= irrealidad].16 — SUBJUNTIVO 0: valor modal expresado por las formas verbales subjuntivas en sus usos rectos. — SUBJUNTIVO 2: valor modal expresado por las formas verbales subjuntivas que han experimentado el segundo caso de dislocación [= irrealidad]. 3. Paralelos de temporalidad en español y en griego Puesto que los paradigmas que queremos estudiar son los tiempos del pasado del indicativo español y griego (es decir, formas cuyo valor temporal recto se caracteriza por la presencia de vectores de anterioridad), es evidente que los contenidos modales que más nos interesan son el Indicativo 0 y el Indicativo 2. Como se verá a continuación, el indicativo griego presenta casos de dislocación parecidos a los que se registran para el español. No nos detendremos en particular en el estudio de los usos rectos (Indicativo 0) de los tiempos del pasado puesto que nos interesa más la posible sistematización de 14 15 16 Cabe señalar que Vairel (1979) y James (1982) han defendido que esta doble posibilidad modotemporal de significación (existencia de formas verbales que pueden expresar contenidos temporales en los que interviene la anterioridad y, a la vez, contenidos modales relacionados con la irrealidad) constituye un fenómeno universal. Las conclusiones de nuestro análisis parecen justificar tal propuesta. Recordamos que se trata exclusivamente de formas verbales del indicativo en cuyo valor temporal recto interviene un vector de posterioridad: cantaré, habré cantado, cantaría y habría cantado. En relación con las dos últimas, habría que señalar que las formas griegas correspondientes (θα τραγουδούσα, θα είχα τραγουδήσει) se clasifican entre las formas del ‘modo potencial’, pues son varias las razones que indican que no pertenecen al subjuntivo ni pueden considerarse claros representantes del indicativo. Para más detalles consúltese Leontaridi (2001: 66-67). No nos hemos detenido en dar ejemplos de este tipo de dislocación en este punto, puesto que nos ocuparemos de ello con detenimiento en los apartados siguientes, donde nos centramos en la oposición de los tiempos del pasado del indicativo en español y en griego. Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 101 sus usos desplazados y la explicación de los mismos mediante el funcionamiento del fenómeno de la dislocación temporal.17 3.1 Cantaba / Τραγουδούσα (O–V)oV El imperfecto y su correspondiente tiempo griego, el paratatikós, expresan simultaneidad (amplia,18 habitual, puntual19 o incluso permanente20), en relación con un punto de referencia anterior al origen: (7) (8) (9) (10) a. Cuando lo conocí, escribía un libro sobre Egipto.21 b. Όταν τον γνώρισα, έγραφε ένα βιβλίο σχετικά με την Αίγυπτο. a. Mientras estuvimos allá, íbamos al campo todos los domingos.22 b. Όσο ήμασταν εκεί, πηγαίναμε στην εξοχή κάθε Κυριακή. a. Cuando entré, cerraba el libro.23 b. Όταν μπήκα, έκλεινε το βιβλίο. a. Estaba tan borracho que era incapaz de comprender que dos y dos eran [/son] cuatro.24 b. Ήταν τόσο μεθυσμένοσ που ήταν ανίκανοσ να καταλάβει ότι δυο και δυο έκαναν [/κάνουν] τέσσερα. Se trata del tiempo de las descripciones por excelencia, en ambos idiomas. En general, sus usos rectos coinciden, expresando duración, repetición o costumbre en el pasado, acciones pasadas simultáneas, acciones duraderas que quedan interrumpidas por otra 17 18 19 20 21 22 23 24 Para una presentación exhaustiva de los usos rectos y dislocados de todos los tiempos del pasado del indicativo en español y en griego, consúltese Leontaridi (2001). Igualmente, para una presentación pormenorizada de la realización en español de los cinco contenidos modales previamente mencionados (usos rectos y dislocados), vid. Rojo (1974) y Rojo / Veiga (1999). En este caso de coincidencia amplia entre dos eventos, uno de los dos posee extensión más amplia que el otro. O coincidencia absoluta. En ciertos contextos, el imperfecto se emplea para hacer referencia a situaciones que existen (o que pueden existir) en el presente pero que el hablante enfoca desde el pasado. Fernández González (1991: 557) denomina este empleo del imperfecto ‘uso referido a hechos pasados que se supone perviven en el presente’, y cita ejemplos como estos: — Galileo demostró que la tierra era redonda. — Me dijo el otro día que sólo tenía 28 años. El presente OoV [es, tiene] puede sustituir en todos estos casos al imperfecto (O-V)oV. Este fenómeno se puede dar también en griego, aunque es más probable que el hablante grecófono utilice directamente las formas en presente: — Ο Γαλιλαίοσ απέδειξε ότι η Γη ήταν (είναι) στρογγυλή. — Μου είπε τισ προάλλεσ ότι ήταν (είναι) μόλισ 28 χρονών. La acción expresada por la forma conocí / γνώρισα se presenta como simultánea a una referencia anterior al origen que tiene una duración más o menos amplia. Se trata de un uso ampliado para indicar acciones habituales. Esta coincidencia absoluta no se puede dar con todo tipo de verbos. Contra lo sugerido por algunos autores (vid. Rojo 1974: 97) de que cantaba no puede emplearse paralelamente al presente intemporal porque la presencia del vector –V (simultaneidad a una referencia anterior al origen) impediría la destemporalización, son perfectamente admisibles ejemplos como este, tanto en griego, como en español (para más detalles consúltese Leontaridi 2001: 191). 102 Eleni Leontaridi acción, circunstancias, etc. Otro uso recto común es el llamado imperfecto de conato,25 según el cual se expresan acciones que (generalmente) no han llegado a realizarse, y que quedaron en una simple intención.26 Igualmente, en ambos idiomas podemos hablar de imperfecto de apertura en cuentos27 e imperfecto de cierre28 para dar énfasis a cierta acción o crear una cercanía psicológica más grande. Pero, ¿qué pasa con los usos dislocados? Tanto el paratatikós como el imperfecto no se limitan en el espacio temporal del pasado sino que se usan, a menudo, para hacer referencia a situaciones presentes o incluso futuras. Según lo postulado por el modelo vectorial, cuando formas que indican anterioridad respecto a un punto se usan para expresar lo simultáneo a él, se añaden a la acción cargas modales relacionadas con la irrealidad o el alejamiento en general. Por eso, en los dos idiomas podemos hablar, por ejemplo, del imperfecto / paratatikós de cortesía: la expresión de un ruego inevitablemente conlleva cierta imposición sobre el interlocutor; una forma para disminuir este probable tono imperativo, que supondría el uso de una forma ‘directa’ como canto / τραγουδώ OoV, es emplear la forma cantaba / τραγουδούσα (O–V)oV, puesto que así la petición, etc., se presenta como algo que se supone que ya estaba en la situación:29 (11) a. Quería un pantalón como ese del escaparate. (! quiero) b. Ήθελα ένα παντελόνι σαν αυτό τησ βιτρίνασ. (! θέλω) Asimismo, la sustitución (sobre todo en la lengua oral) del presente canto / τραγουδώ OoV por la forma cantaba / τραγουδούσα (O–V)oV, para expresar este un deseo en el presente o una disposición para una acción futura por parte del interlocutor, añade al enunciado un matiz de alejamiento de la realidad: (12) (13) a. De buena gana iba al cine esta noche. (! voy = quiero ir ) b. Ευχαρίστωσ πήγαινα σινεμά απόψε. (! πάω = θέλω να πάω) a. Con tanto calor que hace hoy, con muchas ganas me comía un helado. (! me como = quiero comer) b. Με τόση ζέστη που κάνει σήμερα, ευχαρίστωσ έτρωγα ένα παγωτό. (! τρώω = θέλω να φάω) Por otra parte, el imperfecto y el paratatikós pueden emplearse para expresar sorpresa en el presente. Gutiérrez Araus (1995: 52) explica que en este caso, el pasado al que se refiere indirectamente el hablante es el de sus expectativas, contradichas por el presente. El hablante no esperaba enfrentarse a esta situación; tenía en mente otro pensamiento y en este uso para indicar sorpresa hay todo este planteamiento implícito. Es 25 26 O conatu, según Seco (1995: 300). El autor también usa el término imperfecto conativo. Según Alarcos Llorach (1994: 163), en el pretérito de conato, “la prevista intención de producirse un hecho queda anulada mediante su negación”: Se marchaba en octubre próximo, pero tuvo que quedarse (esto es “no se marcha”). 27 El término proviene de Sastre Ruano (1995: 40). A modo de ejemplo: — En aquel palacio vivía un rey que tenía tres hijas. — Σε εκείνο το παλάτι ζούσε ένασ βασιλιάσ που είχε τρεισ κόρεσ. 28 El término también proviene de Sastre Ruano (1995: 41). Por ejemplo: — Nos llamó por teléfono y, poco después, se presentaba en casa. (! se presentó) — Μασ πήρε τηλέφωνο και λίγο αργότερα, παρουσιαζόταν στο σπίτι. (! παρουσιάστηκε) 29 Cf. Matte Bon (1995: 29). Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 103 como si usáramos la forma (O–V)oV para expresar algo que ‘ya estaba en el contexto’. Así, ante la inesperada visita de un amigo llamando a la puerta, el empleo del imperfecto / paratatikós transmite de modo más eficaz este matiz de sorpresa cuando decimos: (14) a. — ¡Anda! Si eras tú…! b. — Αχ! Εσύ ήσουν; (! eres tú) (! εσύ είσαι) A su vez él, no esperando encontrarnos en casa, podría decir: (15) a. —¡Pero, ¿tú estabas aquí? ¿No te habías ido de viaje? (!¿estás aquí?)30 b. —Α! Μα καλά, εδώ ήσουν εσύ; Δεν είχεσ φύγει ταξίδι; (! εδώ είσαι;) También, se registra el uso del imperfecto por parte de los niños para el reparto de papeles anterior al comienzo de sus juegos, es decir para crear situaciones ficticias (imperfecto lúdico o imperfecto de juego). Así, en el lenguaje infantil se puede usar la forma (O–V)oV, como presente OoV, con valor hipotético-imaginativo:31 (16) (17) a. Yo era la mamá y tú eras mi niño. (! soy, eres) b. Να κάνουμε πωσ εγώ ήμουν η μαμά και εσύ ήσουν το μωρό μου. [lit.: Hagamos que yo era…] (! είμαι, είσαι) a. Yo era el policía y vosotros los ladrones y os perseguía. (! soy, persigo) b. Να παίξουμε ότι εγώ ήμουν ο αστυνόμοσ και εσείσ οι κλέφτεσ και σασ κυνηγούσα. [lit.: Juguemos que yo era …] (! είμαι, κυνηγώ) 3.2 Canté / Τραγούδησα (O–V) Tanto la forma canté como la forma τραγούδησα en los ejemplos que siguen expresan una acción anterior al origen: (18) a. El año pasado fui a Mallorca. b. Πέρυσι πήγα στη Μαγιόρκα. En general, los usos rectos de los dos tiempos coinciden. La forma O–V es la que normalmente usamos para referirnos a una acción pasada única o singular,32 de corta o 30 31 32 Gutiérrez Araus (1995: 52-54) también habla de imperfecto de reproche (¡Ahora que estaba yo tan feliz, vienes tú con ese lío! / Τώρα που ήμουν τόσο ευτυχισμένοσ, έρχεσαι μ’ αυτή την ιστορία…) e imperfecto de contrariedad (Cuando esperaba que me iba a echar la bronca, vino y me felicitó por mi postura. / Εκεί που περίμενα να με κατσαδιάσει, ήρθε και μου είπε μπράβο για τη στάση μου). Hay que tener en cuenta que en contextos de este tipo el imperfecto puede formalizarse en el verbo principal de la oración mientras el paratatikós solo en verbos subordinados al verbo de la oración principal, que, a su vez, suele tener el significado de “suponer”, “hacer”, “jugar”, etc. Puede tratarse de acciones pasadas no necesariamente determinadas con exactitud en el eje temporal: ‘Te lo advertí’. / ‘Σε προειδοποίησα’; pero también: ‘Colón llegó a América en 1492’. / ‘Ο Κολόμβοσ έφτασε στην Αμερική το 1492’. 104 Eleni Leontaridi larga duración.33 Es el tiempo de las narraciones en ambos idiomas, pero su mayor diferencia consiste en que el aoristo es en griego el tiempo que se usa para denotar acciones muy cercanas al presente (es decir, en casos donde en español estándar se usa el pretérito perfecto).34 Aun así, en todos los casos, estas acciones se sitúan en un contexto cerrado y así, los dos tiempos presentan acciones pasadas (periódicas o cíclicas) descritas en su totalidad.35 Asimismo, pueden expresar una acción puntual que interrumpe una acción duradera en el pasado,36 o una acción que queda interrumpida en un determinado momento en el pasado.37 También pueden adquirir un sentido gnómico, especialmente en refranes o aforismos o enunciados de carácter general.38 Ahora bien, aunque Rojo / Veiga (1999) no registran usos desplazados para la forma O–V en español, el aoristo puede emplearse para expresar no solo anterioridad sino también simultaneidad.39 Esto ocurre cuando el hablante desea cambiar una situación en el presente o cuando una situación del futuro próximo se concibe como algo muy seguro o cercano. Se trata de ejemplos que se registran habitualmente en la lengua hablada, pero de uso altamente frecuente. Así, a menudo, se usa el aoristo O–V en lugar del presente OoV, porque seguramente, al desear el hablante que la situación actual cambie, la presenta como ya iniciada; consecuentemente, la necesidad de que ocurra un cambio se demuestra más imperativa. Así, si durante un congreso de lingüística, un participante le dice a otro: (19) a. —Πείνασα! [‘tuve hambre’ = ‘tengo hambre’] b. —Βαρέθηκα! [‘¡Me aburrí! = ‘me estoy aburriendo’] (! πεινώ) (! βαριέμαι) seguramente lo que está sugiriendo es “vamos a comer” o “vamos a hacer algo más interesante”. 33 34 35 36 37 38 39 En el sentido de que no se trata obligatoriamente de acciones momentáneas: ‘Reinó durante más de tres décadas’ / ‘Κυβέρνησε για πάνω από τρεισ δεκαετίεσ’. Compárense: ‘Ha llamado María hace 10 minutos’. / ‘Τηλεφώνησε η Μαρία πριν από 10 λεπτά’. ‘Esta mañana he visto a Carmen’. / ‘Σήμερα το πρωί είδα την Κάρμεν’. Es decir, acciones no puntuales pero que se describen en su totalidad, como por ejemplo en: ‘Estudió sistemáticamente dos años y entró a la Universidad a la primera’. / ‘Μελέτησε συστηματικά δύο χρόνια και πέρασε στο Πανεπιστήμιο με την πρώτη’. Por ejemplo: ‘Cocinaba cuando sonó el teléfono. / Μαγείρευα όταν χτύπησε το τηλέφωνο’. No obstante, para esta función también se puede emplear el imperfecto/ paratatikós; la elección de una u otra forma dependerá de las intenciones comunicativas: ‘Colaboré [vs. colaboraba] con ellos hasta que se marcharon’. / ‘Συνεργάσθηκα [vs. συνεργαζόμουν] μαζί τουσ, μέχρι που έφυγαν’. Por ejemplo: ‘No se hizo la miel para la boca del asno’. O en griego: ‘Κύλησε ο τέντζερησ και βρήκε το καπάκι’ (=‘nunca falta un roto para un descosido’). “The Aorist Indicative is a much more versatile form [en comparación con el Perfecto], which can be used not only for different degrees of remoteness in the past or to indicate anteriority […] but even for events in the present or in the future” (Mozer 1994: 86). Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 105 El aoristo O–V se usa también en casos de promesa40 en los que el hablante quiere presentar la acción “futura” prometida como algo muy cercano o seguro, mitigando el matiz de irrealidad que caracteriza la acción:41 (20) (21) (22) (23) —Γκαρσόν, ένα καφέ! —Έφτασε!42 (! τον φέρνω τώρα αμέσωσ) [‘–Camarero, ¡un café! —¡Llegó!’ = ‘lo llevo ya’] Φύγαμε! (! φεύγουμε αμέσωσ) [—‘¡Nos fuimos!’ = ‘nos iremos inmediatamente’] —Μήπωσ μπορείσ αύριο πληρώσεισ τη ΔΕΗ; –Έγινε! (! ([θα] το κάνω αμέσωσ) [–‘¿Puedes, si acaso, pagar la luz mañana? —¡Hecho!’ = ‘descuida, me encargo yo’] Ηρέμησε, σε δέκα λεπτά φτάσαμε! (! είμαστε ήδη εκεί) [— ‘Tranquilízate, en diez minutos llegamos’ = ‘ya estamos llegando’] 3.3 He cantado / Έχω τραγουδήσει (OoV)–V El ‘problema’ recurrente que presenta la categoría intra-lingüística del perfecto es que no se le pueden atribuir en un modo absoluto propiedades claramente aspectuales ni claramente temporales.43 En cuanto a la realización de las primeras en el sistema verbal griego y español remitimos al lector a Leontaridi (2008 y 2002); en cuanto a las segundas, a continuación haremos un breve repaso.44 La fórmula vectorial del pretérito perfecto y del parakímenos denota anterioridad al origen, dentro de lo que se considera simultáneo a él. Ahora bien, aunque estas formas verbales coinciden en que son primariamente formas de anterioridad y secundariamente de simultaneidad, para la función ‘prototípica’ del perfecto de pasado reciente45 hemos visto en el apartado anterior que normalmente en griego se usa el aoristo, pues el empleo del parakímenos resultaría agramatical: 40 41 42 43 44 45 “It is interesting to note the frequent colloquial use of this form [el aoristo] to refer to future time. The cases in which this occurs are expressions of promise or threat [énfasis nuestro], in which the action is viewed by the speaker as being so certain that (s)he wants to avoid the rather contingent nature of a situation expressed by a ‘future tense’, Thus: έγινε! –‘done!’ (i. e. ‘consider your request as having already been carried out’), έφτασα! –‘I’ve arrived!’ (said by a waiter to reassure a customer who has summoned him)” (Mackridge 1985: 130). Consúltese también a Mirambel (1988: 143), Mozer (1994: 86), Kleris / Babiniotis (1999: 66) y PIDE de GM/LE (1998: 122). Para Tsopanakis (1994), ejemplos como este son especialmente comunes en casos de demostración de disponibilidad de asistencia o servicio. Según Mozer (1988: 51) temporalmente se encuentra en un área entre el presente y el pasado; aspectualmente, se puede sostener que se encuentra fuera de la oposición bipartita entre perfectivo e imperfectivo —aunque su nombre puede indicar cierta afinidad con el primero—. Para más observaciones sobre la interacción de aspecto y tiempo en relación con el perfecto / parakímenos consúltese Leontaridi (2001: 307-320). Es decir, el denotar de acciones ocurridas en un período de tiempo que no ha terminado aún, en un período de tiempo muy cercano al presente o un período que psicológicamente incluye el presente. 106 Eleni Leontaridi (24) (25) a. Ha llegado hace poco. b. *Έχει φτάσει πριν από λίγο. (vs. Έφτασε πριν από λίγο) a. Me he enterado ahora mismo de que os vais mañana. b. *Έχω μάθει τώρα μόλισ ότι φεύγετε αύριο. (vs. Έμαθα μόλισ τώρα ότι…) Aparte de esta diferencia, los tiempos en cuestión parecen coincidir en la mayoría de sus usos rectos. Así pues, podemos hablar de perfecto / parakímenos de experiencia que indica si el sujeto ha adquirido o no en el pasado la experiencia que describe el verbo,46 como también de perfecto / parakímenos de resultado que denota hechos pasados cuyas consecuencias tienen relación con el presente.47 La forma (OoV)–V además expresa acción o proceso que ocupa una extensión larga en el pasado, continúa hasta el presente y se prolonga al futuro48 (es decir, implícitamente está presente la idea de que la acción continúa), como en (26) y (27): (26) (27) a. Nunca ha habido protestas. b. Ποτέ δεν έχουν υπάρξει διαμαρτυρίεσ. a. Jorge, jamás se ha quejado como hacían todos sus compañeros. b. Ο Γιώργοσ ποτέ δεν έχει παραπονεθεί όπωσ έκαναν όλοι του οι συνάδελφοι.49 Al pasar a examinar los usos dislocados de la forma (OoV)–V en griego y español, nos encontramos con que las dos formas, siendo (secundariamente) formas de simultaneidad, en contextos coloquiales, pueden obtener una función de posterioridad (O+V), pasando así de (OoV)–V a significar (O+V)–V. El punto de referencia se traslada al futuro haciéndose alusión a momentos posteriores de la enunciación, presentándose la acción como ya ocurrida y conllevando un matiz modal de certeza dentro de lo irreal que representa el futuro. Estamos, pues, delante de un perfecto pro futuro o perfecto prospectivo en ejemplos como: (28) 46 47 48 49 a. Seguro que mañana ya hemos terminado. (! habremos terminado) ‘No he probado nunca comida japonesa’. / ‘Δεν έχω δοκιμάσει ποτέ γιαπωνέζικο φαγητό’. Es interesante señalar —siguiendo a Kleris / Babiniotis (1999: 69-70)— que aunque el parakímenos puede ser sustituido casi siempre por el aoristo O–V, la referencia a experiencias es desempeñada casi exclusivamente por el parakímenos. Se describe una acción pasada, cuya distancia del momento de la enunciación no constituye un hecho de especial interés, no obstante, sus consecuencias se extienden hasta el presente y nos afectan de forma objetiva o subjetiva / afectiva: ‘La Guerra Civil española ha dejado secuelas importantes’. / ‘Ο Εμφύλιοσ Πόλεμοσ έχει αφήσει σημαντικέσ συνέπειεσ’. Gutiérrez Araus (1995: 22) denomina tal uso del perfecto “valor de pasado continuativoresultativo” y Sastre Ruano (1995: 52) habla de “acción o proceso que ocupa una extensión larga en el pasado”. A nuestro juicio, la denominación que adopta aquí Sastre Ruano no es lo suficientemente clara y descriptiva ya que empleos parecidos podrían ser atribuidos a otras formas verbales como por ejemplo a la forma (O–V)oV. Como se ve también en estos ejemplos, suelen aparecer en el contexto adverbios como siempre / πάντα y nunca / ποτέ y sus equivalentes semánticos (expresiones del tipo jamás / ποτέ, desde hace mucho tiempo/ εδώ και πολύ καιρό, durante mucho tiempo / για πολύ καιρό, toda su vida / όλη του τη ζωή, etc.). Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno b. Αύριο σίγουρα έχουμε τελειώσει. 107 (! θα έχουμε τελειώσει) En relación con esto, hay que observar que, interesantemente en ambos idiomas, si se alude a acciones por ocurrir pero en un contexto sintáctico de prótasis condicional con “si / αν” la norma exige el empleo de (OoV)–V, rechazándose habré cantado / θα έχω τραγουδήσει (O+V)–V: (29) a. Si mañana ya hemos terminado… b. Aν αύριο έχουμε τελειώσει… Entre otros usos dislocados podríamos incluir el empleo coloquial del perfecto con valor de mandato,50 el perfecto con valor de presente,51 etc. —funciones, no obstante, que no desempeña en griego exclusivamente el parakímenos, pues la elección del aoristo a menudo resulta más natural—.52 3.4 Había cantado / Είχα τραγουδήσει (O–V)–V Ambas formas expresan anterioridad en relación con una referencia (implícita o explícitamente marcada como) anterior al origen, coincidiendo, en gran medida, tanto en sus usos rectos como dislocados —siendo tal vez el punto de divergencia más llamativo el uso del hypersyntélikos para marcar lejanía en el pasado, para ubicar acciones en un pasado muy lejano, sin asociarlas temporalmente a otros hechos, explícitamente expresos—.53 En cuanto a los usos rectos, el hablante usa la forma (O–V)–V para referirse a situaciones pasadas y terminadas que le interesan en su relación con otros sucesos pasados.54 Igualmente, la puede usar para dar información sobre las premisas de una situación en la que sucedió otro acontecimiento.55 También, en un contexto negativo puede 50 51 52 53 54 55 ‘¡Ya te has callado!’; ‘Myriam, ¡ya te has ido a la cama!’. En griego, dado el uso del aoristo en contextos de pasado reciente, sería más probable el empleo de dicho tiempo en frases de este tipo: ‘Έφυγεσ, όπωσ είσαι! Δεν θέλω να σε βλέπω!’ ‘Presente ficticio’ —o ‘perfecto pro presente’ según Porto Dapena (1989: 63-107)—: ‘Y las nieblas bajan y ciegan los horizontes …; el pastor y el ganado se han perdido dentro de este humo espeso…’ Vid. al respecto Leontaridi (2001: 342-352). ‘Κάποτε είχα δει μια ταινία του Φελίνι και είχα εντυπωσιαστεί’. = ‘Una vez había visto una película de Felini y me había impresionado’ (! vi, impresionó). Aunque el pluscuamperfecto puede usarse para conseguir el mismo efecto de lejanía —al contrario del hypersyntélikos— no es contextualmente independiente, pues en español es imprescindible la expresión de un “antes genérico” en relación con el momento de habla. Por ejemplo: ‘Cuando llegué, el tren ya había llegado’. / ‘Όταν έφτασα, το τρένο είχε ήδη φτάσει’. En otras palabras, la información presentada por las formas (O–V)–V constituye el marco de experiencia anterior que se posee en ese momento: ‘—¿Cómo te enteraste? —Es que ya me habían hablado de este programa, había leído unas cosas relacionadas a estas becas… / –Πώσ το έμαθεσ; –Μου είχαν ήδη μιλήσει για αυτό το πρόγραμμα, είχα διαβάσει κάποια πράγματα σχετικά με αυτέσ τισ υποτροφίεσ…’. 108 Eleni Leontaridi transmitir una afirmación explícita de que, a partir de un momento dado, la acción se realiza o empieza a realizarse.56 En relación con los usos dislocados, el hypersyntélikos, pero sobre todo el pluscuamperfecto, pueden emplearse —acompañados de ciertas expresiones adverbiales— en lugar de la correspondiente forma O–V para dar énfasis a la rapidez con la que se realiza una acción: (30) a. Le dicté el problema y en un segundo ya lo había resuelto. (! resolvió) b. Του υπαγόρευσα το πρόβλημα και σε ένα δευτερόλεπτο το είχε λύσει. (! έλυσε) Igualmente, se registra el caso del denominado pluscuamperfecto / hypersyntélikos lúdico, sobre todo en el lenguaje infantil: a través de la neutralización de la forma (O– V)–V con las formas he cantado / έχω τραγουδήσει (OoO)–V o habré cantado / θα έχω τραγουδήσει (O+V)–V se crean situaciones ficticias.57 (31) a. Yo había perdido mi espada, pero tenía un puñal. (!he perdido / habré perdido) b. Να κάνουμε ότι εγώ είχα χάσει το σπαθί μου…. [lit.: Hagamos que yo había perdido…] (! he perdido) 4. Conclusiones En este trabajo hemos querido abordar cuestiones de índole morfosintáctica entre dos idiomas poco estudiados de forma contrastiva como son el español y el griego moderno. Hemos enfocado nuestro análisis en las afinidades y divergencias que presenta la expresión del tiempo verbal en los dos idiomas, centrándonos especialmente en el paradigma de los tiempos del pasado del indicativo, para comprobar hasta qué punto los dos idiomas comparten mecanismos de expresión de la temporalidad parecidos. Para ello, nos hemos basado en el modelo explicativo propuesto por Rojo / Veiga (1999), adaptándolo a la vez, a la estructuración de las formas verbales griegas. Dicho modelo vectorial sugiere que las formas verbales expresan relaciones temporales de anterioridad, simultaneidad y posterioridad, representables mediante fórmulas en las que interviene una serie de vectores, de modo que un evento siempre es anterior (–V), simultáneo (oV) o posterior (+V) a otro. No obstante, resulta que en ambos idiomas pueden verse funciones temporales que no responden al valor inicial asignado a la forma verbal, o acciones cargadas con matices que no pertenecen a la esfera temporal. Frente la alternativa de considerar dichos usos como desviaciones o usos especiales aislados, el modelo vectorial, relegando la 56 57 ‘Lo siento, Sr. Jiménez, NO me había enterado de la muerte de su esposa. / Λυπάμαι, Κύριε Χιμένεθ, ΔΕΝ είχα μάθει για το θάνατο τησ συζύγου σασ’. Tal como pasa con el imperfecto lúdico, en contextos de este tipo, el pluscuamperfecto puede aparecer como verbo principal de la oración mientras el hypersyntélikos se formaliza sólo en verbos subordinados al verbo de la oración principal, que a su vez suele tener el significado de “suponer”, “hacer”, “jugar”, etc. Paralelos (?) de temporalidad en español y en griego moderno 109 temporalidad a un plano secundario e introduciendo la noción de la dislocación temporal, consigue revelar la sistematicidad que subyace bajo alteraciones sistémicas de este tipo. Partiendo de estas premisas, tras una comparación cuantitativa del paradigma español y griego, hemos pasado revista a las diferencias cualitativas entre los usos rectos pero también entre los usos dislocados del imperfecto / paratatikós (O–V)oV, indefinido / aoristo O–V, perfecto / parakímenos (OoV)–V y pluscuamperfecto / hypersyntélikos (O–V)–V. Nuestro análisis ha revelado el carácter prioritario de la relación temporal primaria de anterioridad en los dos sistemas y ha demostrado que los miembros de cada par comparten fórmulas vectoriales idénticas y, consecuentemente, los mismos valores temporales básicos. De este esquema salen en cierta medida el perfecto y el parakímenos por presentar muchas más diferencias entre sí en cuanto a sus usos —en comparación con los otros tres pares de tiempos—. Así, de los cuatro usos principales que se pueden identificar para el pretérito perfecto en diversas lenguas58 —entre ellas el español— el parakímenos puede funcionar como perfecto de Experiencia, pero no como perfecto de situación persistente (uso desempeñado por el presente) y tampoco como perfecto de pasado reciente (uso restringido al aoristo), mientras comparte el uso de perfecto de resultado con el aoristo.59 En resumidas palabras, la diferencia más característica entre los dos idiomas es el hecho de que el parakímenos, al contrario del perfecto, no puede expresar acciones muy cercanas al presente. En cuanto al indefinido y el aoristo, la mayor divergencia radica en la ausencia de usos dislocados para la forma española; al contrario hemos visto que a menudo el aoristo O–V expresa simultaneidad oV, cuando el evento se contempla como algo tan seguro o cercano que el hablante prefiere emplear una forma de anterioridad para evitar la naturaleza contingente de una situación expresada por un tiempo futuro. El pluscuamperfecto y el hypersyntélikos comparten, en grandes rasgos, usos dislocados parecidos, encontrándose tal vez el punto de divergencia más interesante entre los usos rectos, dada la capacidad del hypersyntélikos de marcar lejanía en el pasado, independientemente de consideraciones que asocian entre sí a las dos acciones. En términos absolutos, el imperfecto y el paratatikós son los que más usos dislocados presentan —compartidos además entre los dos idiomas— en comparación con los tiempos anteriormente mencionados. Esto se debe al hecho de que las relaciones temporales de simultaneidad y posterioridad se pueden neutralizar60, de modo que ninguno de los dos tiempos se limita en el espacio temporal del pasado sino que ambos se usan a menudo para hacer referencia a situaciones presentes o futuras, atribuyendo al enunciado matices de cortesía, ficción, etc. 58 59 60 Comrie (1976: 56-61) habla de ‘Experiential perfect’ (Have you seen “Gone with the wind?”); ‘Perfect of persistent situation’ (I have lived here since 1970); ‘Perfect of the recent past’ (I have recently learned that…); ‘Perfect of result’ (I have written a book). Vid. al respecto Mozer (1988: 48 y 1994: 85) y Leontaridi (2001: 310-314). Dicho de otro modo, una forma que indica simultaneidad al origen también puede indicar posterioridad a él (principio que explica además el funcionamiento de los mecanismos del primer caso de dislocación –expresión de incertidumbre). 110 Eleni Leontaridi En resumen, la temporalidad junto con las categorías de dislocación temporal no solo pueden justificar los usos rectos de las formas verbales sino también sistematizar y explicar los usos ‘idiomáticos’ de las mismas, pues como aclaran Rojo / Veiga (1999: 2896): la dislocación constituye un fenómeno sistemático que afecta a conjuntos de unidades verbales que presenten algún rasgo común en sus valores temporales. No se trata, pues, de enumerar usos diversos para formas verbales inconexas, sino de reconocer y explicar un mecanismo que en el interior del sistema verbal interrelaciona ciertos rasgos y contenido temporal y ciertos rasgos de contenido modal, posibilitando que determinadas formas verbales puedan expresar más de una combinación modo-temporal de contenidos gramaticales, lo que supone una innegable economía para el sistema […] De lo expuesto en este trabajo, es evidente que en el caso de los tiempos del pasado del indicativo es posible hablar de paralelismos entre el español y el griego moderno (tanto en relación con sus usos rectos como con sus usos dislocados), y que una aproximación contrastiva como la de este trabajo, aparte de contribuir a un mejor entendimiento del funcionamiento de los mecanismos que operan en los dos sistemas lingüísticos, podría ofrecer aportaciones pedagógicas en el campo de la glotodidáctica. 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Había cantado Ante-pretérito (O–V)–V Είχα τραγουδήσει Προ-παρελθοντικόσ El jueves me enteré de que Ana había llegado el día anterior. Την Πέμπτη έμαθα ότι η Άννα είχε φθάσει την προηγούμενη. Cantaba Co-pretérito (O–V)oV Τραγουδούσα Ταυτο-παρελθοντικόσ El jueves me enteré de que Ana estaba ese mismo día en Vigo. Την Πέμπτη έμαθα ότι η Άννα βρισκόταν εκείνη τη μέρα στο Vigo. Cantaría Pos-pretérito (O–V)+V Θα τραγουδούσα Μετα-παρελθοντικόσ El jueves me enteré de que Ana llegaría al día siguiente. Την Πέμπτη έμαθα ότι η Άννα θα έφθανε την επόμενη. He cantado Ante-presente (OoV)–V Έχω τραγουδήσει Προ-παροντικόσ Ana ha trabajado hoy. Η Άννα έχει δουλέψει σήμερα. Habré cantado Ante-futuro (O+V)–V Θα έχω τραγουδήσει Προ-μελλοντικόσ Cuando llegue Ana, habremos terminado el trabajo. Όταν φτάσει η Άννα, θα έχουμε τελειώσει τη δουλειά. Habría cantado Ante-pos-pretérito ((O–V)+V)–V Θα είχα τραγουδήσει Προ-μετα-παρελθοντικόσ Estaba seguro de que habríamos terminado el trabajo cuando llegara Ana. Ήμουν σίγουροσ ότι θα είχαμε τελειώσει τη δουλειά όταν θα έφθανε η Άννα. En general, los autores siguen la nomenclatura propuesta por Bello (1984 [1847]), diferenciándose de éste en cuanto el término asignado al pluscuamperfecto. Rojo / Veiga lo llaman antepretérito, término que Bello guardó para el pretérito anterior hube cantado (siendo —según él— una forma viva de la conjugación castellana), presentando había cantado como un ‘ante-copretérito’ (vid. Rojo / Veiga 1999: 2883).