No me gustan. Quizás por eso tengo la desgracia de anticiparlas. Llegan como una sensación en el estómago, cualquier cosa, Podrían ser mariposas o arañas. En ese punto, aún puedo confundirlas; pero después suben al pecho. Me miento pensando que puede ser una estrella fugaz o una descarga de oxitocina, pero cuando llega a la garganta, ya lo sé. Me tiemblan las manos y la niebla aparece. Podría vivir por siempre allí. Es como si estuviera en el ensayo de una obra de teatro y ahí estoy, leyendo el guion. Tan fluido, tan familiar. Lo he leído durante toda mi vida. Se materializa todo por lo que estábamos allí ese día: el universo, los ojos enamorados, los roces, las palabras, las hojas que caen de los árboles. Todo fue para llevarnos a ese momento que evito. Esa muerte sin nombre, sin rostro. Todo eso que desaparece con un adiós.

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Natasha Moch, Guadalajara 1992. Estudió la Licenciatura en Medios Audiovisuales con Orientación en Realización de Cine Digital en la Universidad de Medios Audiovisuales en Guadalajara. Ha trabajado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara desde el 2017, en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara desde el 2018 y en el Festival de Música de Mayo. Fundadora de Guanamor Films. Instagram: @nashmoch

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