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Las Teoras De La Complejidad Y Sus Implicaciones En Las Ciencias Del Comportamiento Autores: Munn, Frederic Ao: 1995 En:

: Revista Interamericana de Psicologa Revista Interamericana de Psicologa, 1995, 29, 1, 1-12. Frederic Munn Universidad de Barcelona fmunne@psi.ub.es RESUMEN: Una de las obsesiones de la ciencia actual es aproximarse a la realidad, en sus diversas manifestaciones sin reducirla en su complejidad. Varias teorias recientes, procedentes de las ciencias duras, se dirigen, explcita o implcitamente, en este sentido. Una lectura epistemolgica de las mismas, que es ofrecida, muestra que estas teoras acercan paradjicamente las ciencias naturales y las ciencias humanas. Algunas de las principales aportaciones de estas teoras son descritas y algunas de sus aplicaciones al comportamiento son sugeridas. El concepto de complejidad, entendido tradicionalmente en un sentido cuantitativo, es revisado, proponindose una visin cualitativa de aqulla, dada por ciertas propiedades de la realidad, en nuestro caso de la realidad comportamental, como es el ser borrosa, catastrfica, fractal y catica. Se trata de una nueva visin de carcter operativo, apuntndose cmo puede ser aplicada al estudio y tratamiento del comportamiento humano. Uno de los aspectos fascinantes de la ciencia ms reciente es la aparicin, en diferentes campos disciplinares, de diversas teoras que, de un modo explcito o implcito, intentan aproximarse a la realidad sin reducir su complejidad. Puede dar una idea del impacto que tales teoras estn causando, al menos en el sector ms avanzado del pensamiento cientfico el que se hable ya de "la nueva alianza" (Prigogine y Stenberg, 1979), una "nueva ciencia" (Gleick, 1987), "la gran bifurcacin" (Laszlo, 1989), "la nueva teora que unifica todas las ciencias" (Lewin, 1993), "la ciencia de la no linealidad" (Ruelle, 1991), etc Todo esto puede parecer exagerado. En cualquier caso, estas teoras manejan unos trminos para describir y explicar la realidad que se mueven en unas coordenadas muy distintas a las tradicionales. La realidad, en sus ms diversas manifestaciones, aparece en el nuevo contexto, constituida por fluctuaciones, iteraciones, borrosidad, turbulencias o torbellinos, catstrofes, fractales, bifurcaciones, atractores extraos, etc Se trata de unas teoras que tienen una elaboracin formal de carcter matemtico. Por ello, su aplicacin inmediata se encuentra en las ciencias de la naturaleza, especialmente en la fsica termodinmica y la bioqumica. An ms, cuando uno estudia sus aportaciones llega a la conviccin de que stas afectan de lleno a las ciencias que llamamos humanas, del comportamiento o sociales. Si bien su inicio y elaboracin corren a cargo de ciencias bien o mal

conocidas como ciencias duras, el espritu que las anima es de carcter eminentemente cualitativo. Justamente, ste es el espritu que viene siendo especfico de las ciencias peyorativamente calificadas de blandas. Por esto, sera malentender las cosas, ver en aquella conviccin una proclividad a la matematizacin o a la "fisicalizacin" de estas ltimas ciencias. Cuantificar el comportamiento humano o extrapolar, sin ms, a ste unos conceptos propios del mundo fsico sera tanto como implantar perversamente otro reduccionismo bajo la bandera de la complejidad. Si aquellas teoras importan en el contexto aqu abordado, es porque constituyen un enfoque de la realidad que abre nuevas vas al conocimiento para el anlisis de sta. En otras palabras, importan por su trasfondo epistemolgico. Posiblemente por su heterogeneidad, todava no se ha dado una visin de conjunto de dichas teoras. Este papel pretende proporcionar tal visin, enfatizando en lo posible la naturaleza epistemolgica de las mismas. Hay cuatro grupos de teoras que realizan aportaciones fundamentales al tema de la complejidad. La ms sorprendente es la teora de los fractales; la ms discutida, la de las catstrofes; la ms fructfera, la teora del caos; y la ms subversiva, la teora de los conjuntos borrosos o difusos. Vamos a verlas, forzosamente de una manera muy esquemtica y por orden de su aparicin en el escenario cientfico, apuntando en cada caso algunas manifestaciones del comportamiento en el que esas teoras pueden ser de especial inters. LA TEORIA DE LOS CONJUNTOS BORROSOS En la bivalencia (verdad falsedad, si no) se basan la lgica aristotlica y el lgebra de Boole. Y tambin la dialctica, cuya interpretacin tricotmica del cambio se fundamenta en la polarizacin de lo real. Por otra parte, es indudable que el pensamiento dicotmico ha sido y es fructfero. Las nuevas tecnologas se lo deben todo. Pero la realidad natural y humana (no as la artificialmente creada) no es forzosamente dicotmica o slo es dicotmica en cierto sentido. Una ilustracin del uso de la dicotoma en el mbito de las ciencias humanas, lo encontramos en Marx. En sus escritos polticos, especialmente en el Manifiesto Comunista escrito con Engels, al sostener la lucha entre la burguesa y el proletariado, presenta una visin radical del sistema de clases, basada en la polarizacin de stas. Sin embargo, en sus anlisis de carcter sociolgico e histrico, Marx llega a diferenciar en el sistema social, concretamente en la Alemania y la Francia de su tiempo, hasta siete y ms clases sociales. Desde la dcada de los sesenta, y sin entrar en los antecedentes, Lofti A. Zadeh (1965), un ingeniero iran que trabaja en Berkeley, viene elaborando una teora de los conjuntos borrosos (fuzzy sets), que trata de formalizar en un modelo lgico y matemtico lo impreciso, lo difuminado, lo indeterminado, lo difuso, etc. Un conjunto borroso no cumple los principios aristotlicos de contradiccin y de tercero excludo. Esto significa que una cosa puede pertenecer y no pertenecer a la vez a un mismo conjunto, simplemente porque los crterios de pertenencia no son ntidos.

A partir de ah, las operaciones lgicas no responden a la estadstica de la probabilidad ni por tanto a la frecuencia de un fenmeno, sino que construyen el razonamiento en trminos de posibilidad, que son cualitativos y se refieren a las capacidades y virtualidades. Esta otra lgica, de lo posible, tiene un vasto alcance epistemolgico. Representa un nuevo modo de conocer la realidad, de pensar sobre ella y de construirla conceptualmente. Quizs la implicacin epistemolgica ms directa de todo ello, est en que el mundo de los conceptos, ya se trate de conceptos como la energa o la vida, ya de la salud o la enfermedad, aparece como un mundo impregnado de borrosidad. En las ciencias humanas, esto no es ms que reconocer la evidencia de que conceptos clave como los de cognicin, emocin, inteligencia, mente, grupo, clase social, control social, opinin pblica, institucin social, etc., etc. son esencialmente borrosos. Est claro que la borrosidad no es cmoda a la investigacin social. De ah que se haya procurado obviarla. Por ejemplo, mediante la estrategia reduccionista de las definiciones operativas, que permite contestar con cierto sentido y utilidad incluso a las cuestiones ms ambiguas, como cuntos enfermos, cuntos nios o cuntos pobres hay en Latinoamrica. Ciertamente, algunas veces se ha tenido en cuenta la borrosidad. Es el caso, relativo a las tcnicas de medida de las actitudes, de la escala de Lickert. Con esta escala se obtiene un registro que supone un tratamiento borroso de los datos partiendo de la base, ms o menos implcita, de que las actitudes tienen una naturaleza difusa. Para ello, se introduce en la medicin cualitativa de las respuestas categorias borrosas tales como "bastante", "poco" o "mucho". Una teora psicolgica que responde a los supuestos de los fuzzy sets, es la teora de los prototipos elaborada por Rosch (1978). Desde el marco del cognitivismo psicolgico, esta teora considera que el conocimiento categorial parte de un ncleo ms representativo y ejemplar (prototipo) que es tomado como punto modlico de referencia, a partir del cual el conocimiento se expande o difumina, formndose as la correspondiente categora o tipo. Sera muy sugestivo explotar esta teora desde la lgica borrosa y viceversa. LA TEORIA DE LAS CATASTROFES El tema de la continuidad y la discontinuidad, que late en la lgica difusa, est tambin presente en otra teora, que se mueve en un mbito muy diferente a aqulla. A comienzos de los aos setenta, el matemtico Ren Thom (1972) presentaba una teora de la morfognesis y la estabilidad estructural, conocida poco despus como teora de las catstrofes, nombre que si bien tiene connotaciones que parecen haber contribudo al inters por esta teora tambin es fuente de malentendido porque su denotacin levanta falsas expectativas acerca del objeto tratado por la misma. Sobre una base topolgica pero tambin filosfica, esta teora describe los cambios "repentinos" que ocurren en un sistema sin perjuicio de su estabilidad o

continuidad; expresado con otras palabras, que el sistema consigue mantenerse gracias a una maniobra de subsistencia. La clave de la teora est en los puntos de inestabilidad interna o estructural. Se trata de puntos de bifurcacin y por lo tanto de puntos crticos. Como ejemplos de los mismos, Thom menciona el interruptor de la luz, la ebullicin del agua, la transformacin repentina del maz en maz tostado, etc. El propio autor se ha inspirado en buena medida en la embriologa (Waddington). La teora de las catstrofes ha encontrado interesantes aplicaciones en la hidrodinmica y la economa, entre otros campos. Y el mismo Thom ha hecho insistentes incursiones en la lingstica. Christopher Zeeman (1977) ha hecho de esta teora, que en principio es descriptiva, una teora predictiva y en este sentido la ha aplicado a la comprensin de comportamientos sociales, tanto animales como humanos, desde la agresin en el perro, los motines en las crceles y las reacciones de la Bolsa de valores, hasta los conflictos internacionales. A nivel psicosocial, la teora de las catstrofes podra contribuir a un esclarecimiento de procesos como la toma de decisiones o los cambios bruscos de opinin. Y parece especialmente aplicable al proceso de socializacin, entendido ste como una sucesin de crisis cuyas alternativas van desarrollando socialmente al sujeto, esto es, forman su personalidad en el doble aspecto individual y social. LA TEORIA DE LOS FRACTALES Estos ltimos aos han aparecido en el escenario cientfico unos objetos extraordinarios, denominados fractales. Son objetos dotados de propiedades no eucldeas, entre ellas las de no tener una dimensin espacial entera sino fraccionaria; ms claramente, no son objetos por ejemplo unidimensionales ni bidimensionales sino que se encuentran entre ambas dimensiones. Expresado en trminos matemticos, su dimensin no es ni 1 ni 2 sino, pongamos por caso, 1,75; y en trminos geomtricos, esto significa que no estamos ante una lnea ni una superficie sino ante un objeto de dimensin intermedia, o sea que participa tanto de una como de otra dimensin. Entender este peculiar fenmeno es entrar ya en las propiedades de la fractalidad. Quizs la caracterstica ms citada, incluso por el propio formulador de la teora, el ingeniero francs Benoit Mandelbrot (1975), sea la de que un objeto fractal puede ser subdividido reiteradamente, hasta el infinito, presentando en cada una de estas iteraciones una semejanza con el conjunto. Una representacin grfica de este fenmeno est en las ramificaciones o arborescencias, tan tpicas, del sistema pulmonar, nervioso o sanguneo del cuerpo humano, en el que cada parte se asemeja al todo. Los fractales han sido descubiertos gracias a las potentes posibilidades, combinadas, de clculo y de representacin grfica de las computadoras. Lo curioso del caso es que los fractales, tratados computacionalmente como queda dicho, presentan unas figuras de gran belleza en sus formas. (Esto ha dado ya lugar a un arte fractal).

Pero lo que es ms revelador y esencial es que estas figuras autosemejantes siguen un patrn generador, susceptible de ser formulado mediante una sencilla ecuacin. Los procesos de ramificacin, antes citados, son slo una de las manifestaciones fractales de la naturaleza. Mandelbrot insiste y muestra (1988) que la geometra fractal y no la geometra clsica es la que realmente refleja la geometra de los objetos reales. Un ejemplo, a menudo citado, es la fractalidad de cualquier lnea costera de un pas. Su longitud depende de la escala y del patrn de medida. Por esto, paises vecinos pueden no coincidir en sus mediciones respectivas, como es el caso de Espaa y Portugal, que dan como dato oficial una longitud distinta de su frontera comn. Pero la razn ltima de esto no est tanto en el hecho de que el patrn de medida sea distinto, sino principalmente en las irregularidades del terreno. En la fractalidad interviene, se ha visto con la autosemejanza, el factor escalar: al aumentar o disminuir la escala, las sinuosidades se van repitiendo en formas anlogas y en menor o mayor nmero, respectivamente. En este sentido, puede afirmarse que hay fractalidad en la estructura o forma de un fenmeno cuando ella permanece semejante (lo que no significa que sea idntica) en cualquier escala. El anlisis fractal pone de manifiesto qu y cmo la constancia genera innovacin, qu y cmo lo idntico es distinto, o en otras palabras, qu y cmo lo cuantitativo puede adquirir trascendencia cualitativa. Un ejemplo de esto lo tenemos en la variable cuantitativa tamao del grupo, la cual tiene trascendencia cualitativa. En efecto, dentro de ciertos lmites, al aumentar el nmero de miembros, varian esencialmente el estilo de vida y los problemas del grupo hasta el extremo de que se puede afirmar en determinados supuestos que se est ante un grupo nuevo (ver Munn, 1980). En general, los fenmenos psicolgicos y sociales tienen propiedades fractales: la conducta imitativa, los procesos de enculturacin y de socializacin, la organizacin formal de las empresas, la transmisin de rumores, los efectos de los mass media, etc. LAS TEORIAS DEL CAOS A diferencia de los casos hasta aqu expuestos, el conocimiento que hoy tenemos sobre el caos no tiene un autor principal, sino que es un resultado del trabajo emprico y terico de numerosos investigadores, pertenecientes a diversas especialidades cientficas, que han coincidido en su inters por este fenmeno, y van descubriendo parcelas del mismo. No es de extraar que la bibliografa sobre el caos sea ya muy considerable. Las primeras contribuciones directas aparecen en los sesenta. El inters despertado por ellas y las investigaciones llevadas a cabo, permitieron celebrar ya un primer congreso sobre esta temtica a mitades de la dcada siguiente (en la ciudad de Como, el ao 1977). Pero el desarrollo y aplicacin de las teoras elaboradas no ha tenido sino a partir de los aos ochenta. Hay acuerdo general en que el estudio cientfico del caos tiene su punto de arranque, aunque no intencionado, en Edward Lorenz (1963), del

Massachussets Institut of Technology (M.I.T.). Este meterelogo descubri que con tres variables, concretamente la temperatura, la presin atmosfrica y la velocidad del viento, es posible predecir el clima terrqueo. Como el clima es un fenmeno de carcter claramente catico, esta prediccin conllevaba algo cientficamente inesperable: nada menos que la "determinabilidad" del caos. Se trata de una determinacin que es formulable matemticamente y que se puede representar mediante una curiosa y bella figura en forma de alas de mariposa, ms exactamente en forma de ochos sucesivos y contnuos en espiral, que tienden hacia un atractor, esto es y para entendernos, hacia un foco que "atrapa" trayectorias. Una consecuencia del atractor de Lorenz es la llamada "sensibilidad a las condiciones iniciales", aunque su significacin exacta es: sensibilidad a la variacin de las condiciones iniciales), En virtud de tal sensibilidad, una pequea causa, como el aleteo de una mariposa en Hong Kong, puede llegar a producir un gran efecto, como un tornado o un huracn ocurridos tiempo despus en Nueva York. Esta enorme desproporcin entre la causa y su efecto es propia de los procesos caticos. Los estudios sobre el caos como turbulencia, realizados por dos matemticos, el francs David Ruelle y el holands Floris Takens (1971), ambos del Institut des Hautes Etudes Scientifiques en Bures sur Yvette (donde tambin trabaja Thom), coincidieron con los de Lorenz, en que el caos poda llegar a describirse mediante un sistema de tres variables. Fueron estos autores los que, por primera vez, refirieron este sistema a un atractor. En un pndulo forzado, por ejemplo, el movimiento no es aleatorio sino sistemtico en tanto que tiene un punto de atraccin. Pero ellos pensaron que en el sistema antes mencionado se trataba de un atractor "extrao", haciendo alusin con este calificativo, hoy usual en los trabajos sobre el caos, al hecho de que este tipo de atractores son sensibles a las condiciones iniciales. Que se vea en ello un atractor es muy importante. Porque a travs de l puede representarse el comportamiento del sistema, si bien sea a largo plazo, es decir, transcurrido un tiempo suficiente. A su vez, esto tiene la singularidad de que estamos ante unos fenmenos capaces de englobar el caos y el orden. En la ciencia social, una teora de los atractores "extraos" ofrece amplias posibilidades de aplicacin. Recientsimamente, Eiser (1994) intenta ver las actitudes como atractores, dentro de un contexto conexionista de la mente. Pero pinsese, por citar algunos supuestos, en las turbas agresivas o adquisitivas de Roger Brown, en los modelos sociales que originan las modas, en el liderazgo tanto grupal como de opinin, etc. Otra aportacin fundamental al conocimiento del caos procede de la biologa. El fsico y eclogo Robert May (1976) mostr que la iteracin de una poblacin de individuos lleva a un punto crtico de bifurcacin y caos. Es ms, May encontr un parmetro de crecimiento poblacional: Si ste

parmetro tiene un valor bajo, el sistema es estable; si es alto, el sistema oscila, es decir, tiene una bifurcacin, lo que supone una alternancia entre unos valores; y ms all de esta fluctuacin, van apareciendo iteraciones de bifurcacin que convierten el sistema en catico, hasta que en ste surgen de manera sbita o impredecible sendos ciclos estables. Como he apuntado, las contribuciones sobre los procesos caticos son relativamente numerosas. Entre las teoras que se han omitido caben destacar las investigaciones topolgicas de Steve Smale (1967), que es una de las bases en que se inspiraron Ruelle y Takens al elaborar su teora de las turbulencias, y la teorizacin que Mitchell Feigenbaum (1978) hizo de los trabajos de May. (Un examen ms detenido al respecto puede verse en Munn, 1993). LA COMPLEJIDAD, UN CONCEPTO OPERATIVO Y APLICABLE Habamos empezado hablando de la complejidad y hora es de volver a ella. Se habr advertido que cada una de las teoras o conjuntos tericos examinados se ocupa de algun aspecto, indito y de carcter cualitativo, de la realidad. Desde la perspectiva aqu adoptada, esto es importante por varias razones: a) Estas teoras tienen un enorme valor epistemolgico, pues abren vas de acceso a la realidad, que permiten aprehender sta sin prescindir de su complejidad. b) A la par, estas teoras ponen de manifiesto propiedades desconocidas de la realidad y con ello ofrecen un nuevo concepto de la complejidad. En este sentido, afirmar que la realidad es compleja significa, al menos, cuatro cosas: 1) Que la realidad es borrosa. 2) Que la realidad es catastrfica. 3) Que la realidad es fractal. Y 4) que la realidad es catica. c) Pero hay ms: a la luz de estas teoras se nos aparece una realidad paradjica; una realidad que no es ntida pero tampoco es dual, que no es continua ni discontnua, ni es estable ni inestable, ni reiterativa ni innovadora, ni ordenada ni desordenada (sobre este ltimo aspecto: Munn, en prensa b). Las propiedades de la complejidad subsumen estas alternativas, las cuales nicamente parecen tener pleno sentido en la realidad artificialmente producida por el ser humano (edificios, mquinas, utensilios, objetos producidos, etc.). As las cosas, hay que avanzar en el camino abierto por las teoras examinadas. Por ejemplo, un paso ms en esa direccin se puede dar profundizando en las relaciones entre los aspectos de la complejidad puestos de manifiesto por dichas teoras u otras teoras de la complejidad que se vayan formulando. Algunas de estas relaciones ya son conocidas: La dimensin geomtrica de carcter fraccionado o intermedio de los fractales parece ser indicadora de borrosidad. La teora de las catstrofes describe la morfognesis de la estabilidad y, en este aspecto, procesos no caticos; con todo, es relacionable con la teora del caos, porque este "se cuela" a travs de la catstrofe. Adems, la teora de las catstrofes probablemente pueda ser reentendida a travs de una teora ms general de las bifurcaciones e incluso de las oscilaciones. Tambin los atractores

extraos son fractaliformes: nunca se cortan o yuxtaponen debido a su determinismo y las trayectorias se "aprietan" ms y ms al reducir la escala de observacin. Las turbulencias consisten, como los fractales, en irregularidades. Etc. Otra cuestin es la de las relaciones entre las teoras de la complejidad, las cuales lgicamente no estn exentas de discrepancias. Han originado ya polmicas importantes, por ejemplo, entre Mandelbrot y Thom, o entre Mandelbrot y Feigenbaum. Pero ms all de disputas puntuales, una cuestin que late en toda esta temtica es la que opone la borrosidad, la estabilidad, la iteracin, el equilibrio, etc. a los lmites, los puntos crticos, los ciclos lmite, las transiciones del espacio de fases, etc. A nivel epistemolgico, esta cuestin no es nueva: cuando Louis de Broglie explic en un libro, ya clsico en la filosofa de la ciencia, el enfrentamiento entre las interpretaciones corpuscular y ondulatoria del mundo fsico puso un ttulo a su obra que revela que los conceptos en lid siguen siendo los mismos: Continu et discontinu en physique moderne (1941). Cmo las aportaciones de las anteriores teoras, nacidas en las ciencias naturales, pueden ser aplicadas, en el pleno sentido emprico de la palabra, a las ciencias del comportamiento ? La mejor manera de comprender cmo o en que sentido hay que entender esta aplicacin es darse cuenta de que los constructos aportados desde el enfoque de la complejidad (como son los conceptos de fractal, conjunto difuso, torbellino, caos, atractor extrao, etc.) son altamente formalizables. Esto significa que pueden ser aplicados de un modo transdisciplinar, sin necesidad de acudir a metforas ni analogas. Es lo mismo que sucede con el concepto de feedback: usted puede aplicarlo, con pleno sentido, tanto a un motor como al cuerpo humano, desde a una galaxia a un movimiento social. Sin embargo a usted no se le ocurrir que el cuerpo humano es un motor o que un motor es igual que el cuerpo humano, ni que una galaxia y un movimiento social son confundibles. Y sin aquel concepto muchos fenmenos o procesos, si es que pueden ser planteados, no pueden llegar a ser bien comprendidos. Pinsese tan slo en la revelancia social de los procesos de autorregulacin o autocontrol. Como epistemologas, las teoras examinadas proporcionan un nuevo modo de aprehender la realidad y ayudan a una comprensin menos reductora de los procesos bsicos del comportamiento y la realidad sociales. Y esto no se queda en el anlisis. Conlleva, tambin, al menos potencialmente, nuevas formas de tratamiento de la realidad. Ya se ha dicho que las teoras del caos han entrado en el campo del diagnstico. Puede aadirse que estn asomando al mbito de la intervencin. Una muestra de lo que esto puede significar la tenemos en las recientes investigaciones de Brenda Zimmerman (por ej., 1992) sobre la direccin estratgica, basada en el caos y en la fractalidad de las organizaciones.

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