Llamamiento a un gran pacto de regeneración política en Cataluña que supere las crisis que la atenazan

  1. Nos dirigimos a todos los ciudadanos de Cataluña y en especial a aquellos que ven con profunda preocupación el conjunto de crisis que nos aquejan y la falta de soluciones políticas a estas. La pandemia del coronavirus ha agravado la situación, por lo que Cataluña se encuentra hoy en una tesitura particularmente grave. Si no encontramos el camino para superar el callejón sin salida, corremos el riesgo de hacer un gran paso atrás. Tenemos una responsabilidad histórica ante nosotros.
  2. Para lograrlo hay que superar el bloqueo, la división, el pesimismo y la polarización política con un esfuerzo transformador y movilizador, capaz de reunir a la ciudadanía en torno a un nuevo proyecto político ambicioso y renovador. Este debe centrarse en las personas, en la búsqueda de soluciones a los problemas reales y en la gestión honesta y eficaz de la cosa pública. Hay que recuperar la cordura, la ilusión y el pulso del país en una empresa compartida con España y Europa.
  3. España es una realidad plural, como indica el propio preámbulo de la Constitución, a cuya modernización debemos contribuir y, en su caso, adecuarla en el tiempo. Europa es nuestro marco natural y nos ofrece, ahora mismo, una agenda política transformadora, un apoyo económico solidario y nos marca el camino a seguir para superar las crisis que nos atenazan. Por otra parte, hemos de contribuir a completar el proyecto de una Europa unida y plural, sin la cual todos iríamos a la irrelevancia internacional.
  4. Las próximas elecciones catalanas del mes de febrero son una encrucijada decisiva. Pedimos a todas las fuerzas políticas que se adhieran a este DECÁLOGO y manifiesten explícitamente el compromiso de traducirlo -inmediatamente después de las elecciones- en un gran pacto de regeneración política para el futuro de los catalanes, que cubra, al menos, todo el horizonte de la próxima legislatura.

DECÁLOGO DE REGENERACIÓN

I .- La Constitución española y el Estatuto de Cataluña, en el marco del Tratado de la Unión Europea, son las bases de nuestra convivencia y de nuestro Estado de derecho.

II .- Es la hora de Europa. Desde la Unión Europea se nos marca el camino que debemos seguir para superar las crisis actuales. Debemos aprovechar la oportunidad que nos ofrecen los fondos europeos que llegarán a Cataluña para superar la pandemia y que marcan los objetivos productivos de futuro. Es necesario un nuevo europeísmo en Cataluña que trabaje al unísono con España y la Unión Europea.

III.- La Unión Europa respeta la integridad territorial de sus Estados miembros según sus respectivas normas constitucionales y sólo acepta referendos territoriales de acuerdo con estas normas, tal como acaba de hacer patente la Comisión de Venecia del Consejo de Europa. No se puede engañar a los ciudadanos con propuestas ilegales, unilaterales y contrarias a la Unión Europea.

IV.- La Unión Europea es el marco de nuestros valores democráticos y fundamenta nuestra economía social de mercado, herramienta para la transformación y recuperación económicas y base de nuestra proyección en el mundo.

V.- Compromiso en hacer una autocrítica honesta que examine la parte de responsabilidad de cada uno en la génesis de la situación actual de beligerancia política, causada especialmente por el «procés», y compromiso en tratar de superarla, sin caer en la recriminación del otro.

VI.- Impulsar un nuevo catalanismo comprometido con nuestra lengua y cultura, el progreso de las personas, contando con España y Europa como marcos políticos más amplios.

VII.- Es necesario mejorar la gobernanza política y eso significa gobernar para todos los catalanes, modernizar la administración para hacerla eficiente y eficaz, reformar la ley electoral y situar los problemas de los ciudadanos en el centro de la agenda política, especialmente de los jóvenes y los menos favorecidos.

VIII.- Hay que priorizar y consensuar posturas sobre el reequilibrio territorial de Cataluña, así como una nueva política de salud pública, una nueva ley sobre educación y proporcionar un apoyo vital a la familia y a la natalidad.

IX.- Toda política para levantar Cataluña pasa necesariamente por superar la decadencia de la ciudad de Barcelona y lograr nuevos liderazgos a escala global para volver a ser competitiva con Madrid en la condición y consideración que ambas ciudades tienen en el concierto internacional.

X.- Los ciudadanos tienen derecho a un buen gobierno y son merecedores de una regeneración de la política. Hay que volver al debate sobre el bien común, superar las heridas sociales y priorizar la recuperación económica, social y cultural del país.

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