Néstor Guerrero Rojas

El pasado 21 de noviembre el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) publicó el estudio “La seguridad de los mexicanos, lo prometido aún es deuda” en el que, entre otros hallazgos, se identificó que seis entidades en lo que va de 2019: Quintana Roo, Ciudad de México, Colima, Chihuahua, Morelos y Zacatecas deben concentrar nuestra atención debido a que se ubican dentro de los primeros cinco lugares en hasta 3 delitos dentro del grupo de los considerados como prioritarios: homicidio doloso, feminicidio, secuestro, extorsión, robo con violencia, trata y narcomenudeo; dicha posición fue calculada respecto a la tasa de delitos cometidos por cada cien mil habitantes.

Por otro lado, el ONC también ha insistido en dos temas torales para mejorar las condiciones de seguridad: en primer lugar, en la necesidad de basar en evidencia el diseño de políticas y programas que buscan atender la problemática de inseguridad; y, en segundo lugar, la oportunidad de mejorar los mecanismos de solución de problemas públicos a través del consenso y corresponsabilidad de gobierno, sociedad civil, iniciativa privada y academia por mencionar los actores principales.

Dentro del grupo de entidades mencionadas al inicio, destaca la Ciudad de México por dos aspectos: es la quinta ciudad más poblada en el mundo, y la segunda de Latinoamérica de acuerdo con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas; es decir, si somos capaces de entender los factores estructurales de la inseguridad de la Ciudad de México y mejorarlos, estaremos en capacidad de replicar estos esfuerzos en otras ciudades de nuestro país y del mundo.

Por otro lado, durante la actual administración se ha visto una decidida política de datos abiertos que ha permitido mejorar los argumentos y propuestas desde distintos sectores en la discusión y propuesta de solución de problemas públicos.

En este sentido y como ejercicio exploratorio, analizamos la concentración por colonia en cuatro delitos: robo con violencia, secuestro, trata y violencia familiar. Los tres primeros porque son donde la Ciudad de México se ubica entre los estados más violentos a nivel nacional, mientras que el último es un buen referente para identificar infractores reincidentes en otros delitos.

De esta forma, encontramos que de las 1,812 colonias identificadas en la Ciudad de México para 2019, tan solo el 7% (130) concentran el 30% (3,084) de las carpetas de investigación de violencia familiar; el 5.5% (100) de colonias registran el 30% (8,241) de las carpetas de investigación de robo con violencia; el 3.5% (64) de colonias registran el 30% (358) de las carpetas de investigación de secuestro; y que el 0.8% (14) de las colonias concentran el 30% (18) de las carpetas de investigación de trata.

Más aún, solamente 24 colonias, es decir, el 1.3% del total, forman parte de las que concentran el 30% de 3 o 4 de los delitos analizados. Estas colonias podrían ser el objetivo principal de las acciones que busquen cambiar la situación de inseguridad que vivimos diariamente en la Ciudad de México. En este sentido, la alcaldía Cuauhtémoc es la que más colonias registra: 14; le siguen Iztapalapa con 3; Iztacalco, Magdalena Contreras y Venustiano Carranza, todas con 2; y Xochimilco con 1.

Dentro del paradigma de policiamiento orientado a la solución de problemas, el primer paso es identificar la problemática, describiéndola a través de cada uno de sus elementos; este ejercicio estadístico descriptivo es parte del primer paso de este método policial que funge como la base del cambio en la relación de las policías con sus comunidades en diversas partes del mundo.

Es importante completar la ubicación geográfica de la problemática, con análisis cualitativo que permita entender las dinámicas sociales y el perfil de los usuarios de los espacios públicos y las interacciones que éstos realizan para entonces generar hipótesis que nos permitan explicar por qué estas 24 colonias son las que concentran la mayor cantidad de carpetas de investigación.

A partir de este trabajo, se podrían generar líneas de acción que atiendan a las causas de la problemática. Esto a través de acciones policiales o de índole social o económico, es aquí donde el policía se puede convertir en un factor de cambio en la toma de decisiones en mesas de trabajo donde coinciden con otras dependencias u actores de la gobernanza de seguridad.

En el Observatorio Nacional Ciudadano estamos convencidos que la generación de capacidades organizacionales a través de la formación del capital humano nos permite hacer las cosas diferentes a como se han venido haciendo, y por ende, esperar resultados diferentes.

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
nguerrero@onc.org.mx

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