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Los empresarios Miguel Alemán y Carlos Cabal Peniche intentan tomar a la fuerza el control de Radiópolis

El Grupo PRISA, propietario del 50% de las acciones, denuncia que buscan quedarse con el control editorial de la compañía, que opera 17 estaciones de radio en México

El País
México -
Miguel Alemán, frente a un avión de Interjet
Miguel Alemán Magnani, presidente ejecutivo de la aerolínea Interjet y accionista de Radiópolis, en una imagen de 2015.Jeff Bottari (WireImage)

Los empresarios Miguel Alemán Magnani y Carlos Cabal Peniche han lanzado una ofensiva por la cual pretenden tomar a la fuerza el control de Radiópolis. Así lo ha denunciado el Grupo PRISA (editora de este periódico), que posee el 50% de las acciones del grupo radiofónico mexicano, y así se desprende también de un comunicado que ambos empresarios distribuyeron el martes. En una secuencia de hechos que alcanzó su nivel más virulento este martes, Magnani y Cabal Peniche trataron de imponer un cuadro de directivos para hacerse con el control editorial de Radiópolis. Las maniobras de Alemán y Cabal Peniche –que se suman a otros episodios de distinto carácter en el paisaje empresarial mexicano en los últimos dos años– vuelven a dejar en evidencia la inseguridad jurídica bajo la que operan los inversionistas en el país norteamericano.

La situación límite se produjo este martes, cuando personal enviado por Alemán y Cabal Peniche entró en las instalaciones en Ciudad de México de Radiópolis, una firma que posee y opera 17 estaciones de radio en México, entre ellas W Radio (generalista) y Los 40 (musical). Junto a personal de una compañía de seguridad privada, intentaron acceder al sistema de correo electrónico para comunicar a los empleados el cese del actual director general, Francisco Cabañas y el nombramiento de uno nuevo, aunque no consiguieron su propósito.

PRISA ha informado en un comunicado este miércoles que llevará a cabo las necesarias acciones legales “para preservar el adecuado funcionamiento de Radiópolis y para que sus profesionales puedan seguir desempeñando su labor con el rigor y la independencia que les caracteriza, al objeto de que sus emisoras sigan prestando el mejor servicio a sus oyentes y a la sociedad mexicana”. Este periódico ha preguntado al Grupo Alemán por su opinión al respecto, sin haber obtenido respuesta. Consultado también por este diario, el Gobierno de México mantiene que se trata de un asunto entre particulares y que el Ejecutivo no tiene nada que ver.

Hace dos años que la relación de Alemán Magnani y PRISA ha pendido de un hilo. En febrero de 2018, Televisa, titular entonces del 50% de las acciones de Radiópolis, comunicó al Grupo PRISA, titular del otro 50% del capital social, su intención de vender su paquete accionarial. PRISA había comprado sus acciones a Televisa en 2001. Televisa dio entrada a PRISA para que esta aportase su know-how en materia de explotación del negocio radiofónico. Con este fin, los accionistas acordaron que PRISA propondría el director general de Radiópolis (que luego habría de ser aprobado por el Consejo de Administración), capaz de armar un equipo de primera línea y poner en aplicación ese know-how. Como resultado, las audiencias, ingresos y beneficios de Radiópolis aumentaron muy significativamente, consiguiendo posiciones de liderazgo.

En el segundo semestre de 2018, Televisa comunicó a PRISA que el comprador de las acciones de su propiedad sería Miguel Alemán Magnani. El empresario es presidente del consejo de administración de Interjet, aerolínea mexicana que pasa por una crítica situación financiera, y forma parte del consejo asesor empresarial del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Alemán Magnani es nieto de Miguel Alemán Valdés, presidente de México entre 1946 y 1952. PRISA y Alemán Magnani firmaron el 12 de diciembre de 2018 un acuerdo con los términos básicos de la que debía ser su relación como socios en Radiópolis, en el que se mantuvieron las reglas de funcionamiento que vinieron operando exitosamente en los años anteriores, y que se ajustan a lo exigido por la Dirección General de Inversión Extranjera de México. Sobre la base de ese acuerdo, PRISA autorizó a Televisa efectuar la transmisión de sus acciones a Alemán Magnani.

El empresario mexicano realizó la compra de las acciones a través de una compañía controlada por él, Corporativo Coral, que firmó con PRISA el 17 de julio de 2019 un contrato de accionistas de Radiópolis, que recoge y desarrolla lo pactado por ambas partes en el acuerdo de diciembre de 2018 e incluye los estatutos sociales que deberán ser aprobados por la asamblea de accionistas de Radiópolis, una vez que la compra de las acciones por Coral hubiera finalizado. Ese mismo día, Coral firma un contrato de compra de las acciones con Televisa. Ese contrato condiciona la compraventa de las acciones a que reciba la autorización del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y a que Coral pague el precio de la compra a continuación. El IFT autorizó la compraventa en agosto de 2019, pero por problemas de liquidez, Coral incumplió su obligación de pagar. Televisa demandó a Coral por el incumplimiento.

Finalmente, el pasado 2 de julio Coral completó el pago a Televisa. Para conseguir la financiación, Coral pidió dinero a ciertos inversionistas. Alemán Magnani comunicó de manera informal a PRISA que algunos inversionistas entrarían directamente en el capital de Coral y siempre manteniendo el empresario mexicano el control de al menos el 51% de Coral. El 8 de julio se celebró una reunión para que el equipo de Radiópolis y el de PRISA conociesen a los nuevos inversionistas de Coral, presentándose como tales Teresa Pasini, esposa de Carlos Cabal Peniche; Samantha del Valle, hija del empresario Alejandro del Valle y Rosa Rubio, esposa de Carlos Aguirre, quien fuera director del Grupo Radio Centro. Pocos días después, la aerolínea Interjet anunciaba que Cabal Peniche y Del Valle formaban parte del grupo de inversionistas que realizaron la capitalización por más de 150 millones de dólares que permitía a Interjet, inmersa en una grave crisis, consolidar sus operaciones. En la reunión del 8 de julio se acordó llevar a cabo la asamblea de accionistas pactada en el Contrato de Accionistas.

Alemán Magnani, que a su entrada en el capital de Radiópolis se había convertido en presidente del Consejo de Administración, nunca convocó la asamblea mencionada, a pesar de haber sido requerido formalmente para ello. En su lugar, manifestó a PRISA que había puntos del contrato de accionistas que debían modificarse; Coral envió un acta firmada por Alemán Magnani de una asamblea nunca celebrada en la que, entre otros puntos que incumplen lo acordado en el contrato de accionistas, pretendía nombrar al director de Contenidos de Radio Hablada, al director de Informativos y al subdirector de Noticieros Informativos, así como a Carlos Cabal Peniche como vicepresidente del Comité Editorial de Radiópolis. Cabal Peniche personifica como pocos el lado más oscuro de los vínculos entre el poder político y empresarial en México, especialmente durante la época del expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Durante muchos años, fue uno de los empresarios favoritos del PRI hasta que en 1994 huyó del país y terminó encarcelado en Australia acusado de los turbios manejos en su banco.

Entre el 20 y el 27 de julio de 2020, el abogado de los nuevos inversionistas fue comunicando a PRISA, de manera parcial, que las acciones compradas por Coral habían sido transmitidas el 2 de julio de 2020 a un fideicomiso controlado por los nuevos inversionistas, como paso previo para la venta de esas acciones a una nueva sociedad propiedad de los nuevos inversionistas, y en la que Alemán Magnani mantiene solo un 10%. El 19 de agosto de 2020, PRISA notificó a Coral que la transmisión realizada al fideicomiso incumplía el contrato de accionistas y solicitó a Coral que subsanara el incumplimiento.

La situación llega al límite este martes, 25 de agosto. Francisco Cabañas, director general de Radiópolis, es convocado por Alemán Magnani a la sede de la Fundación Alemán. Allí se encuentra también Cabal Peniche, quien junto con Alemán, más un notario y abogados contratados por ambos, exigen a Cabañas que firme su carta de dimisión y que dé instrucciones para autorizar a que una compañía de seguridad privada contratada por Coral entre en las instalaciones de Radiópolis en Tlalpan, en Ciudad de México. Cabañas se niega a firmar la carta de dimisión.

Otra serie de hechos se suceden en paralelo este mismo martes. Un abogado de Cabal Peniche hace llegar a diversas sedes de Radiópolis un acta de una supuesta asamblea de accionistas celebrada el 24 de agosto de 2020, no convocada conforme a lo establecido en los estatutos sociales, desconocida por PRISA y nula, según la compañía española, en la que se dice haber tomado los siguientes acuerdos: destitución de todos los consejeros de Radiópolis, incluidos los representantes de PRISA, y su sustitución por los autodenominados nuevos inversionistas; el cese del director general y del director de Finanzas de Radiópolis y su sustitución por personal de la confianza de Cabal Peniche; así como el cese de los comisarios de Radiópolis y su sustitución también por personas de la confianza de éste; revocación de cualquier poder concedido hasta la fecha por la compañía y concesión de poderes a los supuestos nuevos director General y director de Finanzas.

Durante la tarde, personas enviadas por la empresa Coral y que utilizan una excusa falsa entran en las instalaciones de Radiópolis. También lo hace personal de una compañía de seguridad privada contratada por Coral. Intentan acceder al sistema de correo electrónico de Radiópolis para comunicar a todos los empleados el cese de Francisco Cabañas y el nombramiento de un nuevo director general, pero tras varias horas no consiguen su propósito. Ante esa tesitura, Coral difunde un comunicado, haciéndolo pasar como un comunicado de la propia Radiópolis, en la que informa de los supuestos relevos en el Consejo de Administración y en la Dirección General.

Este miércoles, 26 de agosto, PRISA recibe una notificación de Luis Cervantes, abogado contratado por Coral, en la que manifiesta que un juez le ha concedido a Coral ciertas medidas cautelares, de las que PRISA no ha sido notificado y cuyo contenido desconoce.

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