¿Siguen aprendiendo los estudiantes durante el COVID-19? La respuesta podría obtenerse a través de la evaluación formativa

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Estudiantes en un salón de clase en Armenia Estudiantes en un salón de clase en Armenia

En la medida que las escuelas de todo el mundo han cerrado sus puertas debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19) (y muchas han ampliado sus cierres por lo que queda del año escolar), los estudiantes, maestros y padres se están adaptando a la "nueva realidad " del futuro inmediato. Muchas escuelas están implementando sus planes de contingencia de aprendizaje a distancia (algunos de ellos elaborados recientemente), y conectando a estudiantes y maestros mediante plataformas y herramientas en línea. Los gobiernos nacionales y locales se están asociando con proveedores de servicios de radiodifusión con el fin de proporcionar contenido educativo a través de la radio y la televisión durante determinadas horas. Enfrentados a estas circunstancias inesperadas, tanto maestros como padres han tenido que adaptarse rápidamente a la enseñanza en esta nueva realidad para garantizar que los estudiantes se involucren en el aprendizaje.

¿Cuáles son los retos y prioridades de la evaluación del aprendizaje en el contexto actual?

La evaluación del aprendizaje estudiantil es "el proceso de recolección y evaluación de información sobre lo que los estudiantes saben, comprenden y pueden hacer, con el fin de tomar decisiones informadas acerca de los siguientes pasos a tomar en el proceso educativo". (Ver Qué es lo más importante en los sistemas de evaluación estudiantil: Un documento marco). La evaluación del aprendizaje representa un mecanismo de retroalimentación fundamental para la educación, ya que permite que todos los grupos de interés del proceso de aprendizaje entiendan qué es lo que se está aprendiendo y dónde deben enfocarse los recursos de aprendizaje. Las evaluaciones pueden tener diversas modalidades dependiendo de su objetivo. Al igual que los exámenes de alto riesgo y las evaluaciones a gran escala, la evaluación formativa la llevan a cabo, en circunstancias normales, los propios maestros en el salón de clase, como parte del proceso de enseñanza, y comprende todo, desde las observaciones del maestro hasta la constante retroalimentación a las tareas. La evaluación formativa resulta particularmente relevante para entender las necesidades de aprendizaje de cada estudiante en particular y de todos los estudiantes en su conjunto, y para adaptar la instrucción de acuerdo a ello. Adicionalmente, los maestros usualmente implementan evaluaciones sumativas, mediante las cuales se revisa contenido educativo específico para determinar hasta qué punto los estudiantes han logrado las metas de aprendizaje esperadas y han adquirido conocimientos y habilidades considerados críticos.

Antes de la crisis del COVID-19, todas las modalidades de evaluación del aprendizaje dependían, en gran medida, de la presencia física de los alumnos, ya sea para la administración o para la observación del progreso diario de los estudiantes. El actual cierre de escuelas necesita que se desarrollen enfoques alternativos para poder realizar la función crítica de entrega de retroalimentación que caracteriza a la evaluación del aprendizaje. Si bien todo tipo de evaluación del aprendizaje estudiantil es crítico, la necesidad de contar con evaluaciones formativas en este momento resulta particularmente importante porque el aprendizaje necesita llevarse a cabo fuera del salón de clase, y tanto los maestros como los padres convertidos en maestros necesitan entender si los estudiantes están absorbiendo el contenido que se les ha entregado en formatos que difieren a los de siempre.

¿Cómo puede ayudar la evaluación formativa para el aprendizaje en el actual contexto de cierre de escuelas?

Las evaluaciones formativas pueden administrase de manera sincronizada o asincrónica. En la manera sincronizada, donde maestros y estudiantes trabajan juntos al mismo tiempo (vía plataformas en línea como Zoom y Microsoft Teams), así como de manera directa por teléfono, los maestros pueden proporcionar retroalimentación a los estudiantes en vivo. Estados Unidos tiene experiencia en combinar la instrucción por medio de la TV con la conexión sincronizada en base a teléfono entre estudiantes y maestros. En la década de 1990, El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, en California, trabajó con el canal de TV local para producir "Homework Hotline", un programa educativo de TV que iba acompañado de maestros que se conectaban con estudiantes mediante un número telefónico gratuito.

En la forma asincrónica, donde los estudiantes y maestros se encuentran separados tanto en términos de espacio como de tiempo, ciertas herramientas en línea, como Google Classrooms y Moodle, pueden ayudar a los maestros a brindar retroalimentación a los estudiantes mediante preguntas, tareas, actividades y pruebas. Pueden utilizarse diversas aplicaciones en línea, como Recap: Video Response and Reflection for Education, WURRLYedu, y Screencastify  para registrar el desempeño de las tareas realizadas por los estudiantes y compartidas con los maestros. Particularmente, en el caso de los estudiantes más jóvenes, los padres necesitan también orientación específica sobre cómo comunicar los resultados de las evaluaciones formativas a los maestros. Estas instrucciones deben encontrarse disponibles de forma electrónica y/o impresa y ser enviadas por correo electrónico o por correo regular a los hogares o estar disponibles para ser recogidas de la escuela u otra ubicación determinada.

Las evaluaciones formativas pueden desarrollarse aún en aquellos contextos de bajos recursos o poca conectividad durante el cierre de escuelas. Los maestros pueden proporcionar retroalimentación a los estudiantes mediante instrucciones y tareas enviadas por correo regular o por correo electrónico. También pueden utilizarse plataformas de mensajes (como Messenger y WhatsApp): diversas empresas están brindando soluciones que permiten a los maestros diseñar, entregar y hacer seguimiento de evaluaciones de elección múltiple o de respuestas cortas mediante mensajes de texto. En Estados Unidos, cuando Florida emitió la guía para quedarse en casa, las Escuelas Públicas del Condado Miami-Dade modificaron el centro de atención telefónica de aprendizaje a distancia, que se había creado al inicio del cierre de escuelas, del formato físico al virtual, y empezaron a enviarse, mediante un programa de software, preguntas de estudiantes, maestros, padres y administradores, sobre contenidos de aprendizaje y temas técnicos, a las computadoras de expertos en áreas de contenidos y de tecnología de la información. 

También pueden utilizarse las llamadas telefónicas directas entre maestros, estudiantes y padres, aún durante la cuarentena. Los programas "Homework hotlines" han sido utilizados en diversos estados antes del COVID-19 para brindar retroalimentación a estudiantes y padres, y se han ampliado a algunas zonas durante el COVID-19 para apoyar el aprendizaje. Esto ha sucedido en Tennessee, donde existen números telefónicos dedicados específicamente a conectar a estudiantes y padres con maestros certificados que brindan apoyo en diversas asignaturas escolares en inglés y otros seis idiomas, al igual que en Kansas y en Michigan, en este último también se ofrece terapia psicológica y apoyo emocional, así como soporte para estudiantes con discapacidades y/o necesidades educativas especiales/diversas mediante un número telefónico gratuito. Asimismo, se han creado programas de Homework Hotlines para apoyar a los estudiantes con discapacidades de lectura durante el COVID-19, tal como lo demuestra National Homework Hotline for Blind/Visually Impaired Students (NHH-BVI).

Independientemente de la forma cómo se comunique, la evaluación formativa necesita ser válida, puntual, constructiva y específica a las necesidades de aprendizaje del niño. El elemento validez se vincula a la alineación del contenido de la evaluación con el contenido del conocimiento que el estudiante debería haber adquirido como parte del proceso de aprendizaje. El aspecto puntual se refiere al uso oportuno de la evaluación para tomar rápida acción y brindar apoyo de recuperación de ser necesario. El elemento constructivo hace referencia a la capacidad de la evaluación de brindar retroalimentación al estudiante y de hacer que el estudiante obtenga información que lo ayude a identificar incomprensiones, obtener orientación sobre cómo mejorar y comprender las metas del proceso de aprendizaje. Finalmente, la especificidad de la evaluación formativa alude a su capacidad de informar a maestros y estudiantes si se están alcanzando metas de aprendizaje específicas y lo que se necesita en caso de que aún no se logren. Los maestros y padres necesitan ser empoderados con recursos y medios para conducir evaluaciones formativas alineadas con estos elementos, aun en entornos de escasos recursos.

Los maestros y padres pueden utilizar una diversidad de recursos  para apoyar las evaluaciones formativas  en el contexto del COVID-19, y las empresas están haciendo que sus herramientas se encuentren más disponibles para un amplio número de usuarios durante este periodo (sin embargo, para escoger una herramienta específica cualquiera, es importante chequear los términos del contrato y confirmar que su uso esté alineado con todas las leyes y regulaciones aplicables). Algunos ejemplos de aplicaciones para el uso de evaluaciones formativas incluyen DreamBox Math (que brinda instrucción matemática en base a desempeño y permite a los maestros crear actividades específicas utilizando la opción AssignFocus), Questbase (una herramienta gratuita en línea para crear pruebas compatibles con la mayoría de navegadores y IOS), y Woot Math (una aplicación gratuita que genera y evalúa automáticamente miles de problemas para satisfacer las necesidades de aprendizaje de cada estudiante). En contextos de escasos recursos, donde la conectividad y el acceso a dispositivos inteligentes no puede darse por sentado, pueden desarrollarse materiales impresos para apoyar las habilidades tempranas de lectura en el caso de los niños pequeños, y brindar soporte a maestros y familias.

Si bien en muchos lugares actualmente no es posible que maestros y estudiantes se reúnan en el mismo espacio, es necesario que la enseñanza y el aprendizaje continúen para evitar las perdidas en los aprendizajes y para mantener la meta de disminuir la pobreza de enseñanzas. La evaluación formativa puede ayudar a todos los estudiantes a continuar su trayectoria de aprendizaje, brindándoles a sus padres, maestros y a ellos mismos, la información necesaria para apoyar el proceso de aprendizaje, aunque este sea a distancia.

Descargo de responsabilidad: Los recursos mencionados en este artículo se brindan solo con fines informativos. El Banco Mundial no representa a ninguna de las herramientas, empresas o aplicaciones mencionadas en el artículo.


Autores

Julia Liberman

Senior Education Specialist

Diego Luna-Bazaldua

Especialista en Educación Senior

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