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Desempeño del Maestro y su evaluación - hector valdes veloz

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Introducción:<br />

En la historia <strong>del</strong> desarrollo educativo <strong>del</strong> presente siglo, la literatura que habla sobre<br />

factores escolares que tienen algún grado de asociación con los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong><br />

aprendizaje de los alumnos y con otros elementos de <strong>su</strong> desarrollo personal, es<br />

realmente reciente.<br />

Durante varias décadas se trabajó en el sector educacional bajo el <strong>su</strong>puesto de que el<br />

peso de las condiciones socioeconómicas y culturales externas al sistema educativo<br />

sobre las posibilidades de éxito de los escolares es tan fuerte, que muy poco podía<br />

hacerse al interior de las escuelas, para contrarrestarlas.<br />

Desde los años cincuenta hasta los ochenta, la investigación educativa reforzó este<br />

<strong>su</strong>puesto. El re<strong>su</strong>ltado más consistente de la investigación educativa en estos años se<br />

refería a la capacidad explicativa <strong>del</strong> contexto socioeconómico y cultural sobre los<br />

logros de la gestión escolar. Se llegó a asegurar en esa época que el sistema<br />

educativo reproducía la estructura social y <strong>su</strong>s desigualdades. Esa afirmación se<br />

sostuvo por corrientes de investigación representadas por Coleman 1 en los Estados<br />

Unidos y por Bourdieu 2 en Europa.<br />

En el último decenio los sistemas educativos latinoamericanos han privilegiado los<br />

esfuerzos encaminados al mejoramiento de la calidad de la educación y en este<br />

empeño se ha identificado a la variable “desempeño profesional <strong>del</strong> maestro” como muy<br />

influyente, determinante, para el logro <strong>del</strong> salto cualitativo de la gestión escolar.<br />

Hoy se aprecia un cierto consenso en la idea de que el fracaso o el éxito de todo<br />

sistema educativo dependen fundamentalmente de la calidad <strong>del</strong> desempeño de <strong>su</strong>s<br />

docentes.<br />

Al respecto en el Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe se<br />

plantean cinco focos estratégicos para la acción conjunta de los países de la región.<br />

Estos focos son las áreas donde los países y la región han de canalizar <strong>su</strong>s esfuerzos<br />

para el logro de la finalidad <strong>del</strong> proyecto y de las metas establecidas en el Marco de<br />

Acción de Educación para Todos. Entre esos focos está: “Los docentes y el<br />

fortalecimiento de <strong>su</strong> protagonismo en el cambio educativo para que respondan a las<br />

necesidades de aprendizaje de los alumnos” 3 .<br />

Podrán perfeccionarse los planes de estudio, programas, textos escolares; construirse<br />

magníficas instalaciones; obtenerse excelentes medios de enseñanza, pero sin<br />

docentes eficientes no podrá tener lugar el perfeccionamiento real de la educación.<br />

1 Coleman, J. Report on the Equality of Educational Opportunity, 1966.<br />

2 Bourdieu, P. La Reproduction. Editions du Minuit, 1970.<br />

3 Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe. Declaración de La Habana, 2002,<br />

pág. 22.<br />

1


Entre las múltiples acciones que pueden realizarse para ello, la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> maestro<br />

juega un papel de primer orden, pues permite caracterizar <strong>su</strong> desempeño y por lo tanto<br />

propicia <strong>su</strong> desarrollo futuro al propio tiempo que constituye una vía fundamental para<br />

<strong>su</strong> atención y estimulación.<br />

En América Latina muchos agentes educativos consideran que para que se generen<br />

necesidades de autoperfeccionamiento continuo de <strong>su</strong> gestión en el personal docente,<br />

re<strong>su</strong>lta imprescindible que este se someta consciente y periódicamente a un proceso de<br />

<strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño. Otros actores educativos, sin embargo, obstaculizan todo<br />

esfuerzo porque se instauren políticas de este tipo en <strong>su</strong>s sistemas educativos, a partir<br />

de posiciones básicamente gremiales que, tratando de “proteger al docente”, olvidan el<br />

derecho de los alumnos a recibir una educación cualitativamente <strong>su</strong>perior e incluso no<br />

reflexionan en el derecho que tienen los docentes a recibir acciones de asesoramiento y<br />

control que contribuyan al mejoramiento de <strong>su</strong> trabajo.<br />

La <strong>evaluación</strong> profesoral no debe verse como una estrategia de vigilancia jerárquica<br />

que controla las actividades de los profesores, sino como una forma de fomentar y<br />

favorecer el perfeccionamiento <strong>del</strong> profesorado, como una manera de identificar las<br />

cualidades que conforman a un buen profesor para, a partir de ahí, generar políticas<br />

educativas que coadyuven a <strong>su</strong> generalización.<br />

Es inaceptable la desnaturalización de la <strong>evaluación</strong> como forma de control externo y de<br />

presión desfigurado de la profesionalización y formación de los docentes.<br />

Re<strong>su</strong>ltaría por tanto sin sentido, apelar a un mo<strong>del</strong>o coercitivo de <strong>evaluación</strong> profesoral,<br />

pues en todo caso las transformaciones educativas deben ser logradas con los<br />

maestros y no contra ellos.<br />

Por la función social que realizan los educadores están sometidos constantemente a<br />

una valoración por todos los que reciben directa o indirectamente <strong>su</strong>s servicios. Estas<br />

valoraciones y opiniones que se producen de forma espontánea sobre <strong>su</strong><br />

comportamiento o competencia, e independientemente de la voluntad de los distintos<br />

factores que intervienen en el sistema escolar, pueden dar lugar a situaciones de<br />

ambigüedad, a contradicciones, a un alto nivel de <strong>su</strong>bjetivismo y, en ocasiones, pueden<br />

ser causa de decisiones inadecuadas y de insatisfacción y desmotivación de los<br />

docentes.<br />

Por esa razón se hace necesario un sistema de <strong>evaluación</strong> que haga justo y racional<br />

ese proceso y que permita valorar <strong>su</strong> desempeño con objetividad, profundidad, e<br />

imparcialidad.<br />

La <strong>evaluación</strong> necesita de la aportación crítica de todos los participantes <strong>del</strong> claustro y<br />

ha de configurarse desde un marco dialógico y de rigurosidad que estructure mediante<br />

el análisis de contenido los criterios propuestos por la Administración.<br />

Las aproximaciones éticas y políticas a la <strong>evaluación</strong> <strong>su</strong>brayan que el problema más<br />

acuciante <strong>del</strong> proceso evaluador <strong>del</strong> profesorado es el que atañe al empleo que la<br />

2


administración y la comunidad educativa puedan hacer de los informes o certificados de<br />

<strong>evaluación</strong> y de las implicaciones derivadas de ella. La <strong>evaluación</strong> puede utilizarse para<br />

impulsar la realización profesional, la autonomía y la colaboración entre los docentes, o<br />

bien puede invertirse y promover recelos, miedos y rechazo expreso <strong>del</strong> profesorado<br />

debido a las desviaciones de que pueda ser objeto la <strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong>s consecuencias<br />

para los docentes.<br />

La <strong>evaluación</strong>, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la<br />

realidad, pero <strong>su</strong> oportunidad y sentido de repercusión tanto en la personalidad <strong>del</strong><br />

evaluado, como en <strong>su</strong> entorno y en el equipo <strong>del</strong> que forma parte, ha de ser entendida y<br />

situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.<br />

En esta obra intentaremos dar respuestas a las interrogantes siguientes:<br />

¿Quién evalúa, a quién y por qué?<br />

¿Para qué y con qué metodología?<br />

¿Desde qué contexto y con qué procesos?<br />

¿Qué evaluar?<br />

¿Cómo contribuir seriamente al desarrollo profesional de los docentes?<br />

3


Fundamentos teóricos para la construcción de un<br />

mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional<br />

<strong>del</strong> docente.<br />

En los sistemas educativos latinoamericanos la realización de reformas se ha<br />

convertido en un proceso cíclico encaminado al mejoramiento de la gestión educativa.<br />

Sin embargo, la mayoría de tales reformas han puesto siempre el énfasis en la<br />

generación de cambios en los llamados componentes impersonales de la Didáctica, a<br />

saber, los contenidos de enseñanza, los objetivos, los medios, los métodos, la<br />

<strong>evaluación</strong> y las formas de organización <strong>del</strong> proceso de enseñanza – aprendizaje.<br />

En nuestra opinión tales reformas no han puesto el énfasis en la transformación de los<br />

componentes más dinámicos de la Didáctica, o sea, los docentes y los alumnos, los<br />

componentes personales <strong>del</strong> proceso de enseñanza – aprendizaje. En particular no se<br />

han generado políticas eficientes, en el marco de estas reformas educativas,<br />

encaminadas al perfeccionamiento <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente. A nuestro juicio una de<br />

las políticas necesarias en este sentido es la instauración de un sistema de <strong>evaluación</strong><br />

<strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />

A continuación analizamos las principales deficiencias que existen en el diseño y<br />

aplicación de sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes en<br />

América Latina y América <strong>del</strong> Norte.<br />

1.1. Crítica a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros.<br />

La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros comenzó a principios de la década de<br />

los años 30 <strong>del</strong> presente siglo y desde entonces ha sido un área <strong>del</strong> quehacer educativo<br />

especialmente controvertida.<br />

Desde fines de la década de 1980, con el mayor uso de las evaluaciones de<br />

desempeño tanto para maestros como para alumnos, las críticas en la literatura<br />

profesional han tendido cada vez más a concentrarse en los aspectos prácticos de las<br />

evaluaciones <strong>del</strong> desempeño. Dwayer y Stufflebeam (1996) han identificado siete<br />

cuestiones negativas en las evaluaciones de los maestros. Estas son:<br />

El uso de sistemas de <strong>evaluación</strong> no validados.<br />

4


El uso in<strong>su</strong>ficiente de estándares profesionales para la planificación y el<br />

mejoramiento de los sistemas educativos.<br />

Indeterminación de criterios claros, válidos y aplicables para realizar la <strong>evaluación</strong><br />

<strong>del</strong> desempeño de los maestros.<br />

La falta de capacitación en <strong>evaluación</strong> para los evaluadores.<br />

La no consideración <strong>del</strong> contexto <strong>del</strong> aula y la escuela en la realización de las<br />

evaluaciones.<br />

La ausencia de una base teórica para las evaluaciones.<br />

Son criticables los sistemas que se basan en observaciones de baja inferencia <strong>del</strong><br />

comportamiento de los maestros; es decir, los sistemas en los que la tarea de<br />

observación se limita a comportamientos claramente observables que requieren un bajo<br />

nivel de inferencia por parte de los evaluadores. Las calificaciones de baja inferencia,<br />

por <strong>su</strong> propia naturaleza no pueden hacer frente a facetas importantes pero<br />

inobservables de la enseñanza. Muchos detractores de las evaluaciones de los<br />

maestros basadas en el desempeño han indicado la deficiencia de los sistemas de baja<br />

inferencia, tanto los basados en las simulaciones como en las interacciones directas,<br />

que no toman en cuenta el contexto <strong>del</strong> aula como parte de la <strong>evaluación</strong>.<br />

Lamentablemente, las evaluaciones de las aptitudes básicas de habilitación y el<br />

conocimiento de la materia, la pedagogía específica para el contenido y las aptitudes<br />

pedagógicas generales se tratan con demasiada frecuencia como si fuesen<br />

intercambiables con las evaluaciones <strong>del</strong> desempeño en el aula. Las inferencias hechas<br />

sobre la base <strong>del</strong> conocimiento de la materia de un maestro atañen a una condición<br />

necesaria pero no <strong>su</strong>ficiente para una enseñanza eficaz en el aula. Por esa razón<br />

consideramos que los sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que se<br />

basan sólo en la aplicación de exámenes sobre el contenido de enseñanza re<strong>su</strong>ltan<br />

in<strong>su</strong>ficientes.<br />

En algunos países latinoamericanos la investigación educativa da cuenta de la<br />

existencia de dos errores típicos que se cometen en la práctica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño <strong>del</strong> maestro: el error de lenidad, descrito como la tendencia de ciertos<br />

evaluadores a sobrestimar los <strong>su</strong>jetos que juzgan. La frecuencia de puntaje máximo es<br />

claramente mayor que la esperada en una distribución normal. El director no se atreve a<br />

descalificar sino en casos muy obvios. El otro error típico es conocido como efecto de<br />

halo, que consiste en que el evaluador, a través de todo el período a evaluar, se forma<br />

una impresión global <strong>del</strong> evaluado y, a partir de ella, asigna puntos a los diferentes<br />

aspectos. Es decir no se evalúa diferencial e independientemente cada aspecto, porque<br />

no logra conocerse <strong>su</strong> comportamiento con detalle y objetividad.<br />

Los errores anteriormente descritos son evitables si se dispone de un adecuado mo<strong>del</strong>o<br />

para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente y si se ejecuta con rigor pedagógico, a partir<br />

de una buena preparación de los evaluadores.<br />

Claro está para la consecución de este objetivo re<strong>su</strong>lta necesario partir de una fuerte<br />

fundamentación teórica que tome como punto de partida la definición de las funciones y<br />

5


los fines de un sistema de <strong>evaluación</strong> de esta naturaleza, pues de estas se derivará de<br />

manera natural el rumbo, el sentido <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o evaluativo que se construya.<br />

1.2. Funciones de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes<br />

Cuando un sistema educativo decide establecer un proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño profesional <strong>del</strong> docente, la primera pregunta que debe hacerse es: “para<br />

qué evaluar”. Se trata de un a<strong>su</strong>nto <strong>del</strong>icado, entre otras, por las siguientes razones:<br />

Por las inquietudes que despierta un proceso de este tipo.<br />

Por los efectos secundarios que puede provocar.<br />

Por problemas éticos.<br />

Acerca de las inquietudes que <strong>su</strong>ele despertar un proceso de este tipo.<br />

Los profesores, en principio, se resisten a ser evaluados. Un planteamiento apre<strong>su</strong>rado,<br />

acompañado de un estado de desinformación o una información sesgada pueden<br />

disparar las especulaciones, creencias y <strong>su</strong>posiciones erróneas, interesadas o<br />

malintencionadas y provocar una oleada de protestas y resistencia activa, tanto de ellos<br />

como de <strong>su</strong>s organizaciones sindicales y profesionales, que truncarán toda posibilidad<br />

de procesos útiles para la mejora.<br />

Sobre los efectos secundarios que puede provocar.<br />

La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes, según la manera de planificarla y<br />

ejecutarla, puede ser más perjudicial que beneficiosa para el desarrollo de los<br />

estudiantes en general y para <strong>su</strong>s aprendizajes en particular. Evidentemente, si los<br />

docentes sienten que se pone en peligro <strong>su</strong> <strong>su</strong>pervivencia laboral y profesional,<br />

tenderán a comportarse y actuar de forma tal que le garantice quedar bien ante la<br />

<strong>evaluación</strong>, independientemente de <strong>su</strong>s convicciones educativas y de la riqueza de los<br />

procesos que ello comporte. Una actuación no comprendida y sin embargo a<strong>su</strong>mida,<br />

por la presión de una <strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño, no <strong>su</strong>pondrá mejoras en la calidad<br />

de la enseñanza, sino trabajo externalista o de fachada, pudiéndose potenciar acciones<br />

indeseadas y distorsionadoras para una educación de alta calidad.<br />

Acerca de los posibles problemas éticos.<br />

Si queremos que la <strong>evaluación</strong> tenga valor formativo para todos los implicados en las<br />

acciones evaluadoras, es imprescindible el conocimiento, análisis y debate conjunto de<br />

las evidencias que afloren durante el proceso de <strong>evaluación</strong>.<br />

Ahora bien, aquí estamos en presencia de un dilema de carácter ético difícil de resolver:<br />

por un lado, el derecho de los docentes a <strong>su</strong> privacidad y, por otro, el derecho público a<br />

saber; o sea, el problema está en cómo compaginar la preservación de la privacidad <strong>del</strong><br />

profesor y la conveniencia de que los estudiantes sean informados sobre algo que les<br />

atañe tan directamente como la acción docente de la que son parte esencial, no sólo<br />

como un derecho legítimo, sino, y sobre todo, como la única posibilidad de poder<br />

6


participar racionalmente en el análisis conjunto de las situaciones de enseñanza –<br />

aprendizaje que tienen lugar en las aulas.<br />

En mi opinión la salida a tal dilema no está en optar por una posición extrema, sino en<br />

reconocer el proceso de enseñanza – aprendizaje como responsabilidad común de<br />

profesores y estudiantes que han de potenciar, más que relaciones jerárquicas y<br />

transmisoras – receptoras <strong>del</strong> saber, comunidades de aprendizaje mutuo. Desde esta<br />

óptica, la privacidad como mezcla de lo personal y lo profesional deja de tener sentido<br />

situándose el análisis de toda acción evaluadora en el ámbito público <strong>del</strong> aula, donde<br />

las responsabilidades y actuaciones son, inevitablemente, coparticipadas y de dominio<br />

público.<br />

El análisis anterior nos sitúa en la necesidad de precisar qué funciones debiera cumplir<br />

un proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente. Una buena<br />

<strong>evaluación</strong> profesoral debe cumplir las funciones siguientes:<br />

Función de diagnóstico: La <strong>evaluación</strong> profesoral debe caracterizar el desempeño<br />

<strong>del</strong> maestro en un período determinado, debe constituirse en síntesis de <strong>su</strong>s<br />

principales aciertos y desaciertos, de modo que le sirva al director, al jefe de área y a<br />

él mismo, de guía para la derivación de acciones de capacitación y <strong>su</strong>peración que<br />

coadyuven a la erradicación de <strong>su</strong>s imperfecciones.<br />

Función instructiva: El proceso de <strong>evaluación</strong> en sí mismo, debe producir una<br />

síntesis de los indicadores <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> maestro. Por lo tanto, los actores<br />

involucrados en dicho proceso, se instruyen, aprenden <strong>del</strong> mismo, incorporan una<br />

nueva experiencia de aprendizaje laboral.<br />

Función educativa: Existe una importante relación entre los re<strong>su</strong>ltados de la<br />

<strong>evaluación</strong> profesoral y las motivaciones y actitudes de los docentes hacia el trabajo.<br />

A partir de que el maestro conoce con precisión cómo es percibido <strong>su</strong> trabajo por<br />

maestros, padres, alumnos y directivos <strong>del</strong> centro escolar, puede trazarse una<br />

estrategia para erradicar las in<strong>su</strong>ficiencias a él señaladas.<br />

Función desarrolladora: Esta función se cumple principalmente cuando como<br />

re<strong>su</strong>ltado <strong>del</strong> proceso evaluativo se incrementa la madurez <strong>del</strong> evaluado y<br />

consecuentemente la relación interpsíquica pasa a ser intrapsíquica, es decir el<br />

docente se torna capaz de autoevaluar crítica y permanentemente <strong>su</strong> desempeño, no<br />

teme a <strong>su</strong>s errores, sino que aprende de ellos y conduce entonces de manera más<br />

consciente <strong>su</strong> trabajo, sabe y comprende mucho mejor todo lo que no sabe y<br />

necesita conocer; y se desata, a partir de <strong>su</strong>s insatisfacciones consigo mismo, una<br />

incontenible necesidad de autoperfeccionamiento. El carácter desarrollador de la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> maestro se cumple también cuando la misma contiene juicios sobre lo<br />

que debe lograr el docente para perfeccionar <strong>su</strong> trabajo futuro, <strong>su</strong>s características<br />

personales y para mejorar <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados. El carácter desarrollador de la <strong>evaluación</strong>,<br />

por si solo, justifica <strong>su</strong> necesidad. (Ver Figura Nº 1)<br />

Una de las precisiones esenciales que deben hacerse como parte <strong>del</strong> proceso de<br />

construcción de un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes, es la de <strong>su</strong>s<br />

7


fines, pues sin dudas esta es una condición necesaria, aunque no <strong>su</strong>ficiente para<br />

alcanzarlos.<br />

Función de diagnóstico<br />

Funciones de la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño profesional<br />

<strong>del</strong> docente<br />

Función educativa<br />

Función instructiva<br />

Función desarrolladora<br />

8<br />

Figura Nº 1


1.3. Fines de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente.<br />

Existe un cierto consenso en considerar que el principal objetivo de la <strong>evaluación</strong><br />

docente es determinar las cualidades profesionales, la preparación y el rendimiento <strong>del</strong><br />

educador.<br />

En la aplicación práctica de sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los maestros y<br />

en la literatura que trata este importante tema, podemos identificar varios posibles fines<br />

de este tipo de <strong>evaluación</strong>. Entre dichos fines figuran los siguientes:<br />

Mejoramiento de la escuela y de la enseñanza en el aula.<br />

Los profesores son importantes defensores de este punto de vista. El mismo entraña un<br />

desarrollo educativo continuo a lo largo <strong>del</strong> cual una persona puede mejorar, una<br />

preferencia por evaluaciones formativas en vez de <strong>su</strong>mativas, y un fuerte vínculo con<br />

las actividades de desarrollo profesional.<br />

Cuando se integran eficazmente desarrollo de personal, <strong>evaluación</strong> de profesorado y<br />

mejora de la escuela, ello lleva a una mayor eficacia.<br />

Muchos de los directivos escolares no han pensado nunca en integrar los esfuerzos de<br />

eficacia o mejora de la escuela en el proceso de <strong>evaluación</strong> para el crecimiento<br />

profesional de los docentes. Esto ocurre porque tienen una tendencia a añadir nuevas<br />

iniciativas en vez de examinar de qué forma se podrían adaptar los esfuerzos de mejora<br />

a los procesos de <strong>evaluación</strong> existentes.<br />

Re<strong>su</strong>lta especialmente adecuado integrar la <strong>evaluación</strong> de profesorado y la mejora de la<br />

escuela en aquellos sistemas escolares en que se están utilizando mo<strong>del</strong>os de<br />

<strong>evaluación</strong> que sirven para establecer objetivos. En dichos contextos, se puede pedir a<br />

los profesores que hagan de la mejora de la escuela parte de <strong>su</strong> objetivo de crecimiento<br />

y, por tanto, parte <strong>del</strong> proceso de <strong>evaluación</strong>. La mejora de la escuela proporciona otra<br />

opción a la hora de que los profesores determinen <strong>su</strong>s objetivos de rendimiento.<br />

Los esfuerzos <strong>del</strong> profesorado tienden a tener una mayor influencia cuando persiguen<br />

un objetivo tan deseado que estimule la imaginación y dé a la gente algo en lo que<br />

desee trabajar, algo que todavía no sepa hacer, algo de lo que pueda enorgullecerse<br />

cuando lo consiga. Re<strong>su</strong>miendo, las iniciativas de mejora de la escuela que <strong>su</strong>elen<br />

tener éxito son los esfuerzos basados en la escuela que centra <strong>su</strong> atención en un<br />

número realista de objetivos prioritarios que abordan las necesidades <strong>del</strong> alumno y<br />

motivan al personal de la misma. Estos objetivos prioritarios proporcionan el centro de<br />

atención para las actividades de mejora, que se pueden integrar en el proceso de<br />

<strong>evaluación</strong>.<br />

Una vez identificados los objetivos prioritarios para mejorar el grado de eficacia de la<br />

escuela, éstos se integran en el proceso de <strong>evaluación</strong> haciendo que los profesores<br />

desarrollen unos objetivos de rendimiento que centren <strong>su</strong> atención en las necesidades<br />

identificadas en los objetivos prioritarios. En algunos sistemas escolares, esto se lleva a<br />

9


cabo pidiéndoles a los profesores que consideren la opción de escribir unos objetivos<br />

de rendimiento que aborden necesidades críticas de mejora.<br />

Tanto si los objetivos se desarrollan individualmente como si los desarrollan en equipo,<br />

es importante que los profesores reflexionen sobre cómo se pueden satisfacer las<br />

necesidades de mejora de la escuela y que aportaciones personales se podría hacer a<br />

esta.<br />

Utilizar el enfoque basado en equipo para desarrollar unos objetivos de mejora tiene<br />

varias ventajas. En primer lugar, fomenta la confianza y la colegialidad. Crea una<br />

atmósfera en la que los profesores pueden trabajar juntos para desarrollar y perseguir<br />

dichos objetivos, los cuales pueden luego servir como base para <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>. En<br />

segundo lugar, saca parte <strong>del</strong> proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> despacho <strong>del</strong> director y lo<br />

traslada al lugar donde se desarrolla el trabajo. Una vez que los profesores se han<br />

acostumbrado a desarrollar objetivos de rendimiento en equipo, este enfoque lleva<br />

menos tiempo que si se desarrollasen los mismos de forma individual con el director. En<br />

tercer lugar, a través de este enfoque, la <strong>evaluación</strong> de profesorado tiene un impacto<br />

más visible y significativo sobre la mejora de la escuela que si los profesores trabajasen<br />

solos en el desarrollo de <strong>su</strong>s objetivos de rendimiento. La <strong>evaluación</strong> de profesorado se<br />

considera así algo para mejorar las escuelas, en vez de material de archivo. Como<br />

señala Darling-Hammond (1986):<br />

“La literatura sobre las escuelas eficaces nos proporcionan una idea de lo que es<br />

posible. Esta ha descubierto que una dirección escolar en la que participan los<br />

profesores, que esté basada en la planificación realizada en colaboración, en la<br />

solución de problemas de una forma colegiada, y en el intercambio intelectual<br />

permanente puede producir enormes beneficios en términos <strong>del</strong> aprendizaje de los<br />

alumnos y <strong>del</strong> grado de satisfacción <strong>del</strong> profesorado y <strong>su</strong> consiguiente retención.<br />

Aunque los profesores en estos contextos pueden o no estar implicados en la revisión<br />

<strong>del</strong> trabajo de <strong>su</strong>s colegas para propósitos de <strong>evaluación</strong> formal, no dejan de poner en<br />

práctica una forma de <strong>evaluación</strong> cuando identifican problemas, se observan unos a<br />

otros, comparten ideas, y se preguntan: ¿Cómo lo estamos haciendo? 4<br />

Responsabilidad y desarrollo profesionales.<br />

Los maestros y <strong>su</strong>s asociaciones profesionales son los defensores principales de este<br />

punto de vista. Entraña una fuerte visión de la enseñanza como profesión con <strong>su</strong>s<br />

propios estándares, ética e incentivos intrínsecos para la persona consagrada. Aún<br />

cuando las responsabilidades son un elemento clave en este punto de vista, la<br />

responsabilidad aquí se refiere fundamentalmente a la profesión y a <strong>su</strong>s estándares de<br />

práctica y ética, más que hacia entidades externas.<br />

Según Stiggins y Duke (1988), la <strong>evaluación</strong> de profesorado puede servir a dos<br />

propósitos básicos: responsabilidad y desarrollo profesional. El primero de ellos implica<br />

4 Darling – Hammond, L. Teacher evaluation: A proposal, The elementary School Journal. 1986. Pág.<br />

531.<br />

10


la reunión de datos para determinar el grado en que los profesores han alcanzado<br />

niveles mínimos aceptables de competencia y definido los estándares que deben lograr.<br />

El interés por la responsabilidad ha tendido a dominar los pensamientos y las acciones<br />

de los directivos responsables de la <strong>evaluación</strong> de los profesores.<br />

El interés de la <strong>evaluación</strong> para el propósito <strong>del</strong> desarrollo profesional, sin embargo, ha<br />

ido aumentando en años recientes. Dicha <strong>evaluación</strong> tiene, como foco central de<br />

atención, la reunión de datos para ayudar a crecer a aquellos profesores que son, por lo<br />

menos, mínimamente competentes en <strong>su</strong> trabajo.<br />

¿Por qué es importante la <strong>evaluación</strong> para el desarrollo profesional?<br />

El potencial de los seres humanos para crecer por sí mismos está limitado por <strong>su</strong>s<br />

estructuras cognitivas, <strong>su</strong>s experiencias pasadas y <strong>su</strong> repertorio de capacidades (Knox,<br />

1977). Una vez que los individuos han agotado <strong>su</strong>s recursos mentales y emocionales,<br />

es poco probable que se sientan motivados para crecer sin la intervención de algún<br />

estímulo externo. Dicho estímulo puede darse en forma de juicio de valor de un colega,<br />

un directivo, un padre o un estudiante. La retroalimentación proporcionada por la<br />

<strong>evaluación</strong> puede representar el reto, el desafío para que tenga lugar el crecimiento<br />

profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Ahora bien, es importante que tengamos presente, que se puede inhibir el crecimiento<br />

como consecuencia de una <strong>evaluación</strong> que re<strong>su</strong>lte amenazadora, que esté<br />

deficientemente dirigida o sea inadecuadamente comunicada.<br />

Para Brock (1981), existen tres factores que pueden influir en la eficacia de la<br />

<strong>evaluación</strong> diseñada para el desarrollo <strong>del</strong> profesor:<br />

Factores contextuales (clima organizativo, recursos, liderazgo, etc.)<br />

Factores relativos a procedimientos (instrumentos utilizados para la reunión de<br />

datos, uso de otras fuentes de retroalimentación, etc.)<br />

Factores relativos al profesor (motivación, eficacia, etc.)<br />

Stiggins y Duke (1988) a través de la realización de un conjunto de estudios de casos,<br />

identificaron las siguientes características <strong>del</strong> profesor que parecían tener relación con<br />

el desarrollo profesional:<br />

Fuertes expectativas profesionales.<br />

Una orientación positiva hacia los riesgos.<br />

Actitud abierta hacia los cambios.<br />

Deseo de experimentar en clases.<br />

Actitud abierta ante la crítica.<br />

Un conocimiento sólido de los aspectos técnicos de la enseñanza.<br />

Conocimientos sólidos de <strong>su</strong> área de especialización.<br />

Alguna experiencia anterior positiva en la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado.<br />

Estos mismos autores plantearon que las características clave de los evaluadores, para<br />

asegurar el crecimiento profesional de los docentes son:<br />

11


Credibilidad como fuente de información.<br />

Tener una relación de cooperación con el profesor.<br />

Confianza.<br />

Capacidad para expresarse de un modo no amenazador.<br />

Paciencia.<br />

Flexibilidad.<br />

Fuerte conocimiento de los aspectos técnicos de la enseñanza.<br />

Capacidad para crear <strong>su</strong>gerencias.<br />

Familiaridad con los alumnos <strong>del</strong> profesor.<br />

Experiencia pedagógica.<br />

Sugerencias útiles.<br />

Los autores antes referidos identificaron como importantes dos conjuntos de<br />

características de los sistemas de <strong>evaluación</strong>: características de los procedimientos de<br />

<strong>evaluación</strong> y características de la retroalimentación para el profesorado.<br />

Entre las características de los procedimientos de <strong>evaluación</strong> que comprobaron que<br />

tenían correlación con la calidad y el impacto de la experiencia de la <strong>evaluación</strong> (basada<br />

en percepciones de los profesores con respecto al crecimiento profesional que habían<br />

experimentado) se incluyen las siguientes:<br />

Claridad de los estándares de rendimiento.<br />

Grado de conciencia <strong>del</strong> profesor con respecto a estos estándares.<br />

Grado en que el profesor considera adecuados los estándares de rendimiento para<br />

<strong>su</strong> clase.<br />

Uso de observaciones de clases.<br />

Examen de los datos sobre el rendimiento académico de los alumnos.<br />

En el estudio de casos realizado por estos autores, se identificaron 9 características de<br />

la retroalimentación para el profesorado que tenían correlación con calidad y el impacto<br />

percibidos de la <strong>evaluación</strong>. Estas son:<br />

1. Calidad de las ideas sobre la mejora.<br />

2. Profundidad de la información.<br />

3. Especificidad de la información.<br />

4. Re<strong>su</strong>men de la información.<br />

5. Grado en que la información era descriptiva.<br />

6. Ciclos de retroalimentación para fomentar la atención sobre el mensaje.<br />

7. Grado en que la retroalimentación estaba ligada a los estándares.<br />

8. Frecuencia de la retroalimentación formal.<br />

9. Frecuencia de la retroalimentación informal.<br />

Bacharach (1989), identificó cuatro principios para la aplicación de un mo<strong>del</strong>o de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que pone el énfasis en el desarrollo profesional<br />

de los profesores. A continuación exponemos de manera sintética estos principios:<br />

12


Evaluación basada en las capacidades frente a aquella basada en el rendimiento<br />

Este principio consiste en centrar el sistema de <strong>evaluación</strong> en la valoración de las<br />

capacidades que con más probabilidad pueden contribuir a un rendimiento eficaz, más<br />

que a medir el rendimiento en sí mismo.<br />

Una ventaja derivada de centrar la atención en la <strong>evaluación</strong> basada en las<br />

capacidades en vez de en el rendimiento es que la primera garantiza, al menos<br />

mínimamente, que incluso los alumnos con un rendimiento más bajo tengan la<br />

oportunidad de aprender con un profesor capacitado.<br />

Si los profesores son evaluados mediante el uso de medidas de rendimiento de <strong>su</strong>s<br />

re<strong>su</strong>ltados (por ejemplo, puntuaciones de tests estandarizados de estudiantes), la<br />

a<strong>su</strong>nción implícita es que la capacidad <strong>del</strong> profesor es meramente una condición<br />

<strong>su</strong>ficiente de buen rendimiento. En cambio, si se evalúa directamente a los profesores<br />

sobre <strong>su</strong>s capacidades, la a<strong>su</strong>nción es que la capacidad <strong>del</strong> profesor es una condición<br />

necesaria para que este tenga un buen rendimiento. Debe haber un equilibrio entre la<br />

orientación de los sistemas de <strong>evaluación</strong> de profesores hacia los re<strong>su</strong>ltados y a las<br />

capacidades.<br />

Criterios de desarrollo frente a criterios de <strong>evaluación</strong> uniforme<br />

Este principio implica especificar criterios de <strong>evaluación</strong> múltiples que reflejen el estadio<br />

de desarrollo de un profesor o un grupo de profesores en vez de formular un único<br />

grupo de criterios y luego aplicarlo uniformemente a todos ellos. Si hemos de tomar en<br />

serio la noción de desarrollo profesional <strong>del</strong> profesor, debemos abandonar la práctica<br />

típica de utilizar criterios idénticos para evaluar a profesores principiantes y veteranos.<br />

Evaluaciones <strong>su</strong>bjetivas frente a evaluaciones objetivas<br />

Este principio reconoce la naturaleza <strong>su</strong>bjetiva de la enseñanza en el proceso de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado. La fuente de dicha <strong>su</strong>bjetividad debería reconocerse de<br />

inmediato: es difícil conseguir un sistema de <strong>evaluación</strong> objetivo en la educación porque<br />

la enseñanza no es simplemente la aplicación técnica de un conjunto de procedimientos<br />

claramente definidos para actuar ante problemas claros y predecibles. En lugar de ello,<br />

la enseñanza implica el ejercicio de la razón para soluciones alternativas en situaciones<br />

inherentemente inciertas.<br />

El rendimiento de un profesor no puede ser observado y evaluado sin que se emita un<br />

juicio sobre la elección que éste haga de las soluciones alternativas.<br />

Evaluaciones formativas frente a evaluaciones <strong>su</strong>mativas<br />

Este último principio implica la utilización <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> como un conjunto<br />

de técnicas de diagnóstico diseñadas para fomentar la mejora <strong>del</strong> profesor, en vez de<br />

cómo un proceso formulado para producir una valoración a favor o en contra <strong>del</strong><br />

profesor.<br />

13


Mientras los sistemas basados en estándares competitivos tienden a hacer uso de la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>su</strong>mativa, los sistemas basados en estándares de desarrollo se centran<br />

fundamentalmente en la <strong>evaluación</strong> formativa.<br />

Control administrativo.<br />

Los directivos de las escuelas son los defensores principales de este punto de vista.<br />

Entraña considerar la enseñanza como una situación de empleo que requiere<br />

<strong>su</strong>pervisión y control <strong>del</strong> maestro por la unidad administrativa.<br />

Las decisiones extremas que re<strong>su</strong>ltan como consecuencia <strong>del</strong> control administrativo <strong>del</strong><br />

desempeño de los profesores son la permanencia o el despido de los mismos de la<br />

actividad docente. Al diseñar un mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> de profesorado que refleje la<br />

importancia crucial de esta decisión, existen por lo menos dos formas de enfocarlo. La<br />

primera consiste en preguntar: ¿Existen razones para negar la permanencia de este<br />

profesor en la enseñanza? Esta manera de formular el problema constituye el marco en<br />

el cual se toma la decisión de despedir a un profesor que ya ocupa una plaza en<br />

propiedad. Este enfoque negativo hacia la decisión encamina a los evaluadores hasta<br />

las deficiencias en el rendimiento <strong>del</strong> profesor y garantiza que esta clase de<br />

profesionales, si se identifican y documentan las causas de <strong>su</strong> bajo rendimiento, no<br />

permanezcan en la docencia.<br />

Otra manera alternativa de enmarcar este problema es plantear la cuestión <strong>del</strong> siguiente<br />

modo: ¿Existen pruebas evidentes de que este profesor merezca permanecer en la<br />

enseñanza? Este enfoque hacia el problema centra la atención en establecer si existen<br />

<strong>su</strong>ficientes pruebas que demuestren que el profesor en cuestión es competente en el<br />

papel que ha de desempeñar dentro <strong>del</strong> aula, en el aula y en la sociedad en general.<br />

Ayuda a los evaluadores a buscar la eficacia, no la inepcia.<br />

Este segundo enfoque es bastante más probable que cumpla los objetivos en cuanto a<br />

la creación de un cuerpo docente de alta calidad. Este enfoque, al contrario <strong>del</strong> primero,<br />

no a<strong>su</strong>me que la prueba de deficiencias documentadas sea prueba de la competencia<br />

de un profesor, ni a<strong>su</strong>me tampoco que el docente que tenga una etapa insatisfactoria,<br />

necesariamente no puede mejorar <strong>su</strong> desempeño.<br />

La permanencia de un docente en la enseñanza debiera ocurrir cuando permanecen las<br />

condiciones siguientes:<br />

Se utilizan múltiples fuentes de evidencias (por ejemplo, observaciones de los<br />

directivos, rendimiento de los estudiantes, opiniones de los alumnos sobre el<br />

desempeño <strong>del</strong> profesor, etc.) para evaluar la competencia <strong>del</strong> profesor y estas<br />

fuentes múltiples llevan a la misma conclusión, es decir se trata de un profesor<br />

competente.<br />

Cada fuente de evidencias se obtiene en distintos momentos y los re<strong>su</strong>ltados en<br />

relación con <strong>su</strong> desempeño son similares.<br />

El profesor es evaluado en una diversidad de contextos.<br />

14


Este tipo de diseño debería poner el énfasis en prácticas que aumenten las<br />

oportunidades de mejora de los que tienen deficiencias en <strong>su</strong> rendimiento.<br />

Entre las diversas perspectivas de formación <strong>del</strong> profesorado destacamos las<br />

aportaciones de Kagan (1992) y Gossman (1992), quienes nos plantean la concepción<br />

<strong>del</strong> conocimiento profesional y <strong>su</strong> incremento, definiéndolo como los cambios a través<br />

<strong>del</strong> tiempo en la conducta, conocimiento, imágenes, creencias o percepciones <strong>del</strong><br />

profesor.<br />

El profesor llega a ser profesional cuando, a<strong>su</strong>miendo con armonía crítico – creadora <strong>su</strong><br />

trabajo, opta por:<br />

La estructuración y búsqueda de coherencia entre el pensamiento y la teoría, la<br />

práctica y la acción reflexiva.<br />

La valoración crítica de <strong>su</strong> personalidad, vivencias y actitudes ante la docencia,<br />

configurando un espacio de diálogo e intercambio con colegas y alumnos.<br />

A<strong>su</strong>nción de nuevo conocimiento educativo – curricular, indagado reflexiva y<br />

colaborativamente desde <strong>su</strong> práctica, vivida en intercambio con los restantes<br />

miembros <strong>del</strong> centro.<br />

Si la <strong>evaluación</strong> se orienta al desarrollo o mejora habrán de descubrirse las dificultades<br />

personales implícitas en el desempeño de la función, emplearse descripciones<br />

exhaustivas que pongan de manifiesto la situación personal y contextual, e indicarse<br />

cómo maniobrar para facilitar el cambio.<br />

La tarea evaluadora y <strong>su</strong> acción autoevaluadora proporcionan a cada educador nuevos<br />

apoyos para profundizar en la profesionalización. Esta formación depende de la<br />

naturaleza y finalidad de la <strong>evaluación</strong>, ya que la <strong>evaluación</strong> de la práctica educativa<br />

realizada requiere de un esfuerzo y metodología específicos, que al realizarla en<br />

colaboración con otros colegas se afianza y mejora; sin embargo, la “auto<strong>evaluación</strong><br />

profesional” es un proceso de formación más profundo, ya que el docente emplea los<br />

procesos metacognitivos más valiosos desde los cuales conocerse mejor como<br />

profesional y tomar decisiones como miembro de un equipo.<br />

Desde esta óptica consideramos la <strong>evaluación</strong>, una actividad de análisis, compromiso y<br />

formación <strong>del</strong> profesorado, que valora y enjuicia la concepción, práctica, proyección y<br />

desarrollo de la actividad y de la profesionalización docente.<br />

Pago por mérito.<br />

En este punto de vista se estima que los maestros necesitan el reconocimiento y la<br />

motivación que proporcionan los incrementos salariales. Los defensores principales de<br />

este punto de vista son el público en general y los funcionarios <strong>del</strong> gobierno que lo<br />

representan. Ellos desean con frecuencia utilizar el rendimiento de los alumnos como<br />

indicador <strong>del</strong> mérito para el que los aumentos de <strong>su</strong>eldo sirven de recompensa. La<br />

aplicación de este criterio puede entrañar la creación de una escala profesional con una<br />

serie de pasos vinculados con el desempeño.<br />

15


La búsqueda de criterios de <strong>evaluación</strong> siempre más objetivos, y de estándares para<br />

establecer distinciones objetivas entre los distintos niveles de mérito respecto a un<br />

criterio dado, es una absoluta necesidad a la hora de conceder <strong>su</strong>bidas salariales de<br />

una forma justa y equilibrada.<br />

Antes de poder considerar cómo compensar a los profesores, debemos tener en cuenta<br />

cómo evaluarlos. Un sistema de compensación sólo puede ser bueno si el sistema<br />

de <strong>evaluación</strong> que lo justifica lo es.<br />

En nuestra opinión para comprender con profundidad este posible fin de un sistema de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente y antes de a<strong>su</strong>mirlo como tal, es<br />

necesario dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿Estamos tratando de purgar a<br />

aquellos profesores con un rendimiento más bajo, o deseamos compensar a los que<br />

tienen un rendimiento más alto, o estamos tratando de mejorar el rendimiento de todos<br />

los miembros <strong>del</strong> sistema?<br />

Los sistemas educativos que han diseñado y aplicado mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

profesorado tomando en cuenta este fin, han defendido tres tipos de estándares de<br />

desempeño profesional diferentes: estándares mínimos, competitivos y de desarrollo.<br />

Los estándares mínimos especifican los niveles de rendimiento que se espera alcancen<br />

y mantengan los profesores. Están diseñados para que entren o se mantengan en la<br />

profesión profesores incompetentes.<br />

En nuestra opinión, un sistema de <strong>evaluación</strong> de desempeño <strong>del</strong> docente, debe hacer<br />

algo más que garantizar la presencia de capacidades y conocimientos básicos; debe<br />

alentar a los profesionales a desarrollar <strong>su</strong>s capacidades al máximo.<br />

Los estándares competitivos tienen como propósito proporcionar incentivos y<br />

compensaciones por alguna clase de rendimiento <strong>su</strong>perior o por determinados tipos <strong>del</strong><br />

mismo. El salario según méritos y la mayoría de las escalas profesionales emplean<br />

estándares competitivos porque proporcionan unos incentivos a los profesores sobre la<br />

base de competitividad. Incluso aunque los requisitos para obtener dichos incentivos<br />

sean a veces expresados en términos de nivel absoluto <strong>del</strong> profesor o la calidad <strong>del</strong><br />

rendimiento <strong>del</strong> mismo, el número de compensaciones existentes es casi siempre<br />

limitado. Cuando el nivel absoluto lo alcanzan más profesores que las compensaciones<br />

que existen, entonces se limita el número de ellos que conseguirán las mismas.<br />

Rosenholtz y Smylie (1984), han criticado los planes de salario según méritos<br />

precisamente porque generan competitividad entre los profesores y deterioran la<br />

colegialidad entre los mismos.<br />

Por estas razones los estándares competitivos son claramente inapropiados en un<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> diseñado para facilitar el crecimiento profesional. Los estándares<br />

competitivos simplemente animarán a los profesores a competir por un número limitado<br />

de promociones o compensaciones económicas, en vez de proporcionar a todos los<br />

profesores los medios e incentivos para lograr un mayor crecimiento profesional. Si<br />

16


solamente el profesor excepcional puede conseguir la recompensa, entonces por qué<br />

se habría de molestar el profesor medio en intentarlo. Hay más profesores medios que<br />

excepcionales, un sistema basado en estándares competitivos puede dar como<br />

re<strong>su</strong>ltado más desmotivación que motivación.<br />

Los estándares de desarrollo están diseñados para fomentar el desarrollo de los<br />

conocimientos y capacidades de los profesores especificando las áreas de capacidades<br />

u objetivos de mejora. En vez de apoyarse en enfoques correctivos (mínimos) o<br />

competitivos, los estándares de desarrollo ponen el énfasis sobre la capacidad de<br />

desarrollo y mejora de los profesores.<br />

Muchas de las propuestas de salario según mérito y escalas profesionales han<br />

fracasado porque no evalúan a los profesores para que tenga lugar el desarrollo de<br />

éstos sino para especificar los niveles mínimos de rendimiento (estándares correctivos)<br />

o para fomentar la competitividad entre los profesores con respecto a las escasas<br />

recompensas que pueden obtener.<br />

Evidentemente si el objetivo de un sistema de <strong>evaluación</strong> ha de ser el desarrollo <strong>del</strong><br />

profesor, debería centrarse en algo que éste puede de verdad desarrollar: <strong>su</strong>s<br />

capacidades profesionales.<br />

Adoptar una decisión con respecto a cuáles de estos fines u otros busca cumplir el<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> que se desea construir re<strong>su</strong>lta imprescindible para continuar<br />

avanzando en <strong>su</strong> concepción. (Ver Figura Nº2)<br />

17


F<br />

I<br />

N<br />

E<br />

S<br />

Mejoramiento de la<br />

enseñanza en el aula<br />

Responsabilidad,<br />

desarrollo profesional<br />

Control administrativo<br />

Pago por mérito<br />

18<br />

Figura Nº 2<br />

Lógicamente en el sistema que estamos construyendo trataremos de tomar distancia de<br />

las imperfecciones antes descritas.<br />

1.4 Mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> maestro identificados por la<br />

investigación educativa.<br />

Con el objetivo de facilitar un marco de referencia para comprender mejor la práctica de<br />

la <strong>evaluación</strong> de la acción <strong>del</strong> docente en algunos países que han iniciado un proceso


de reforma educativa, presentamos a continuación los cuatro mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> de<br />

la eficiencia docente que han <strong>su</strong>rgido de la investigación.<br />

Mo<strong>del</strong>o centrado en el perfil <strong>del</strong> maestro.<br />

Este mo<strong>del</strong>o consiste en evaluar el desempeño de un docente de acuerdo a <strong>su</strong> grado<br />

de concordancia con los rasgos y características, según un perfil previamente<br />

determinado, de lo que constituye un profesor ideal.<br />

Estas características se pueden establecer elaborando un perfil de las percepciones<br />

que tienen diferentes grupos (alumnos, padres, directivos, profesores) sobre lo que es<br />

un buen profesor o a partir de observaciones directas e indirectas, que permitan<br />

destacar rasgos importantes de los profesores que están relacionados con los logros de<br />

<strong>su</strong>s alumnos.<br />

Una vez establecido el perfil, se elaboran cuestionarios que se pueden aplicar a manera<br />

de auto<strong>evaluación</strong>, mediante un evaluador externo que entrevista al profesor, mediante<br />

la con<strong>su</strong>lta a los alumnos y <strong>su</strong>s padres, etc.<br />

La participación y consenso de los diferentes grupos de actores educativos en la<br />

conformación <strong>del</strong> perfil <strong>del</strong> profesor ideal es sin dudas un rasgo positivo de este mo<strong>del</strong>o.<br />

Sin embargo este mo<strong>del</strong>o ha recibido también críticas negativas. Entre ellas se<br />

destacan las siguientes:<br />

Establece el perfil de un profesor inexistente y cuyas características son<br />

prácticamente imposibles de inculcar a futuros maestros, ya que muchas de ellas se<br />

refieren a rasgos de carácter difícilmente enseñables mediante la capacitación.<br />

Puede haber poca relación entre las características <strong>del</strong> buen profesor según las<br />

percepciones de los diferentes actores educativos y las calificaciones de los<br />

alumnos, entre otros productos de la educación.<br />

Mo<strong>del</strong>o centrado en los re<strong>su</strong>ltados obtenidos.<br />

La principal característica de este mo<strong>del</strong>o consiste en evaluar el desempeño docente<br />

mediante la comprobación de los aprendizajes o re<strong>su</strong>ltados alcanzados por <strong>su</strong>s<br />

alumnos.<br />

Este mo<strong>del</strong>o <strong>su</strong>rge de una corriente de pensamiento que es muy crítica con la escuela y<br />

lo que en ella se hace. Los representantes <strong>del</strong> mismo sostienen que, para evaluar a los<br />

maestros, “el criterio que hay que usar no es el de poner la atención en lo que hace<br />

éste, sino mirar lo que acontece a los alumnos como consecuencia de lo que el profesor<br />

hace”.<br />

Con el establecimiento de este criterio como fuente esencial de información para la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> docente se corre el riesgo de descuidar aspectos <strong>del</strong> proceso de<br />

enseñanza - aprendizaje, que son en última instancia los que determinan la calidad de<br />

los productos de la educación.<br />

19


Por otra parte es cuestionable la justicia que hay en considerar al profesor como<br />

responsable absoluto <strong>del</strong> éxito de <strong>su</strong>s alumnos, pues como sabemos los re<strong>su</strong>ltados que<br />

obtienen los alumnos son efectos de múltiples factores, uno de los cuales, de los<br />

fundamentales, es el docente y <strong>su</strong> desempeño.<br />

Mo<strong>del</strong>o centrado en el comportamiento <strong>del</strong> docente en el aula.<br />

Este mo<strong>del</strong>o propone que la <strong>evaluación</strong> de la eficacia docente se haga identificando<br />

aquellos comportamientos <strong>del</strong> profesor que se consideran relacionados con los logros<br />

de los alumnos. Dichos comportamientos se relacionan, fundamentalmente, con la<br />

capacidad <strong>del</strong> docente para crear un ambiente favorable para el aprendizaje en el aula.<br />

El mo<strong>del</strong>o de referencia ha predominado desde la década de los años sesenta,<br />

empleando pautas de observación, tablas de interacción o diferentes escalas de medida<br />

<strong>del</strong> comportamiento docente.<br />

Esta forma de <strong>evaluación</strong> ha recibido una crítica fundamentalmente referida a la<br />

persona que realiza la <strong>evaluación</strong>. Se objeta que los registros obedecen a la<br />

concepción que los observadores sostienen sobre lo que es una enseñanza efectiva y<br />

que se demuestra por los estándares que <strong>su</strong>stentan para cada hecho observado. La<br />

<strong>su</strong>bjetividad <strong>del</strong> observador entra fácilmente en juego y posibilita que este gratifique o<br />

perjudique a los observados por razones ajenas a la efectividad docente, sino más bien<br />

por <strong>su</strong> simpatía o antipatía hacia ellos.<br />

Mo<strong>del</strong>o de la práctica reflexiva o de la reflexión en la acción.<br />

Consiste en una instancia de reflexión <strong>su</strong>pervisada. Se trata de una <strong>evaluación</strong> para la<br />

mejora <strong>del</strong> personal académico y no de control para motivos de despidos o promoción.<br />

El mo<strong>del</strong>o se fundamenta en una concepción de la enseñanza como “una secuencia de<br />

episodios de encontrar y resolver problemas, en la cual las capacidades de los<br />

profesores crecen continuamente mientras enfrentan, definen y re<strong>su</strong>elven problemas<br />

prácticos” a la que Schon (1987) llama reflexión en la acción y que requiere de una<br />

reflexión sobre la acción o <strong>evaluación</strong> después <strong>del</strong> hecho para ver los éxitos, los<br />

fracasos y las cosas que se podrían haber hecho de otra manera. Aunque básicamente<br />

cuando hablamos de acción nos estamos refiriendo a la clase, también puede<br />

concebirse <strong>su</strong> utilización para cualquier otra forma de organización <strong>del</strong> proceso de<br />

enseñanza - aprendizaje.<br />

En la ejecución de este mo<strong>del</strong>o se contemplan tres etapas. Ellas son:<br />

Una sesión de observación y registro anecdótico de la actividad.<br />

Una conversación reflexiva con la persona que se observa para comentar lo<br />

observado y en la que se hacen preguntas encaminadas a descubrir significatividad y<br />

la coherencia de la práctica observada.<br />

20


Una conversación de seguimiento en la que se retoman los temas conversados y las<br />

acciones acordadas en la segunda etapa. Si es necesario y conveniente, en esta<br />

etapa se puede hacer una nueva observación con registro.<br />

La aplicación de este mo<strong>del</strong>o requiere de la existencia de un sistema de <strong>su</strong>pervisión,<br />

con personas y tiempos destinados a ello. Sin embargo, el mo<strong>del</strong>o puede ser adaptado<br />

para que la observación sea hecha por otras personas, como por ejemplo, colegas <strong>del</strong><br />

mismo establecimiento o algún directivo.<br />

La <strong>evaluación</strong> es esencialmente un juicio de valor, profundamente comprensivo de una<br />

realidad, en este caso con la acción y participación <strong>del</strong> profesorado en el diseño y<br />

desarrollo de la tarea educativa y en <strong>su</strong> proyección sociorrelacional y<br />

profesionalizadora. Para configurarse como juicio ajustado, crítico – formativo de la<br />

acción e implicación de los participantes necesita de la indagación y de la innovación.<br />

La indagación como base de acción y fundamentación de los datos que sintetiza y<br />

acota la realidad a juzgar, sin indagación la <strong>evaluación</strong> y específicamente la <strong>del</strong><br />

profesorado carece de una base esencial. La innovación proyecta y da razón de ser a la<br />

<strong>evaluación</strong>.<br />

Hasta aquí hemos descrito las características fundamentales de los mo<strong>del</strong>os de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente identificados por la investigación educativa. Para<br />

precisar qué mo<strong>del</strong>o concretamente nosotros a<strong>su</strong>mimos, tenemos dos opciones, a<br />

saber: escogemos uno de los anteriormente descritos o construimos un nuevo mo<strong>del</strong>o<br />

que potencie las ventajas de los anteriores y que al mismo tiempo, tome distancia de<br />

<strong>su</strong>s respectivas desventajas. Nosotros optamos por la segunda alternativa. (Ver Figura<br />

Nº3)<br />

21


Mo<strong>del</strong>o<br />

centrad<br />

o en el<br />

perfil<br />

<strong>del</strong><br />

docente<br />

Mo<strong>del</strong>o de la<br />

práctica<br />

reflexiva<br />

Mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong><br />

<strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong><br />

docente<br />

Mo<strong>del</strong>o<br />

centra-<br />

do en<br />

los<br />

re<strong>su</strong>lta--<br />

dos ob-<br />

tenidos<br />

Mo<strong>del</strong>o<br />

centra-<br />

do en el<br />

compor<br />

tamien-<br />

to en el<br />

aula<br />

22<br />

Figura Nº 3


1.5 Reseña histórica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes<br />

en Cuba.<br />

La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente en los años de Revolución.<br />

Con el objetivo de conformar una sistematización histórica de lo acontecido con esta<br />

política educativa en los años de Revolución, se ha seguido como criterio para la<br />

periodización, tratar de dar respuesta, en cada etapa, a las preguntas: ¿para qué<br />

evaluar?, ¿qué evaluar? y ¿cómo evaluar? La primera pregunta hace alusión a los<br />

objetivos, fines y funciones que se planteaban entonces para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño <strong>del</strong> docente. La segunda pregunta se refiere a los aspectos o indicadores<br />

que se evaluaban y la tercera alude a los métodos utilizados para <strong>su</strong> realización.<br />

Al mismo tiempo se trata de inferir de los principales hechos históricos acontecidos en<br />

cada etapa, la influencia que ejercieron en las respuestas que los documentos<br />

normativos de esta política educativa les daban a cada una de las preguntas<br />

anteriormente referidas.<br />

De esta manera se puede apreciar el movimiento, la evolución que tuvo en todos estos<br />

años la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente y hacer un análisis diacrónico que<br />

permita establecer las tendencias prevalecientes en cada etapa y cómo y por qué se<br />

llegó a lo que se tiene hoy en este importante elemento de la conducción <strong>del</strong> sistema<br />

educativo.<br />

Primera etapa: De 1959 a 1971.<br />

Con el triunfo de la Revolución el 1° de enero de 1959, comienza un profundo proceso<br />

de cambios y transformaciones de la base económico - social de Cuba, y<br />

consecuentemente se modifica radicalmente <strong>su</strong> <strong>su</strong>perestructura.<br />

Siendo consecuente con el Programa <strong>del</strong> Moncada enunciado por Fi<strong>del</strong> Castro en <strong>su</strong><br />

alegato “La Historia me Absolverá”, la educación constituyó desde los primeros años de<br />

la Revolución y lo continúa siendo una de <strong>su</strong>s principales prioridades.<br />

Los primeros esfuerzos de la Revolución, en materia de educación estuvieron dirigidos<br />

a dar solución a los grandes problemas heredados <strong>del</strong> pasado capitalista; a la<br />

reorganización <strong>del</strong> Ministerio de Educación, y a la adopción de un conjunto de medidas<br />

encaminadas a garantizar la extensión de los servicios educacionales y a la eliminación<br />

<strong>del</strong> analfabetismo.<br />

En un breve lapso de tiempo el Gobierno Revolucionario extendió los servicios<br />

educacionales en la educación primaria a los lugares más apartados <strong>del</strong> país. En<br />

apenas un solo día se crearon 10 000 nuevas aulas y la escolarización se elevó en el<br />

año 1959 a casi el 90% en las edades de 6 a 12 años.<br />

Este colosal esfuerzo en la creación de escuelas unido al abrupto crecimiento<br />

demográfico, provocó un acelerado incremento de la matrícula en la enseñanza<br />

23


primaria; en consecuencia, se requería entonces de una mayor fuerza profesional que<br />

inicialmente se fue integrando por maestros que dieron el paso al frente ante el llamado<br />

de la Revolución y luego por un contingente nutrido de jóvenes estudiantes que<br />

marcharon a educar a los niños de las montañas, integrados en la Brigada de <strong>Maestro</strong>s<br />

Voluntarios. Posteriormente, se <strong>su</strong>maron los maestros populares, que tenían gran<br />

motivación para resolver el importante déficit existente entonces en el magisterio<br />

cubano, aún cuando no todos tenían el nivel cultural y técnico necesario para ello.<br />

Con gran entusiasmo y sorprendente inteligencia brotaban ideas filosóficas<br />

trascendentales desde la dirección de la Revolución, que han marcado el quehacer<br />

educativo en la nación cubana hasta el presente.<br />

Así por ejemplo, en el “Mensaje Educacional <strong>del</strong> pueblo de Cuba”, presentado por el<br />

compañero Armando Hart, entonces Ministro de Educación, el 30 de noviembre de<br />

1959, se señala lo siguiente:<br />

“Concebimos a los Directores <strong>del</strong> Ministerio como maestros de los Directores<br />

Provinciales, a estos como maestros de los Directores Municipales, a estos últimos<br />

como maestros de los inspectores, a los inspectores como maestros de los Directores<br />

de Escuelas, a estos como maestros de los maestros de aula” 5 .<br />

Nacía así la idea de estructurar un verdadero sistema educacional, donde cada nivel de<br />

dirección estaba bien eslabonado con el nivel <strong>su</strong>perior y el <strong>su</strong>bordinado, y donde todos<br />

estaban comprometidos con acompañar al maestro en la realización de <strong>su</strong> obra<br />

creadora.<br />

En el propio año 1959 el gobierno Revolucionario dicta un conjunto de leyes que crean<br />

las condiciones para que el Ministerio de Educación inicie una colosal reforma<br />

educacional.<br />

Así por ejemplo, el 15 de septiembre de 1959, se promulga la Ley N° 559, mediante la<br />

cual, en <strong>su</strong> Disposición Transitoria Cuarta, se autoriza al Ministerio de Educación para<br />

establecer las medidas que considere convenientes al buen régimen de la enseñanza.<br />

Al mismo tiempo esta ley declara en <strong>su</strong>spenso todas las leyes y reglamentos<br />

promulgados con anterioridad al 1° de enero de 1959, en cuanto se opongan a tales<br />

medidas.<br />

Posteriormente, el 23 de diciembre de 1959, se promulga la Ley N° 680, que autoriza al<br />

Ministerio de Educación a dictar las regulaciones que fueren oportunas para propiciar la<br />

implantación de la reforma educativa.<br />

Apoyado precisamente en las leyes antes referidas, el Ministerio de Educación<br />

comienza a concretar un conjunto de esfuerzos normativos encaminados a reformar la<br />

educación cubana.<br />

5 Hart Dávalos, Armando. Mensaje Educacional <strong>del</strong> Pueblo de Cuba, 1959, pág. 111.<br />

24


El 18 de julio de 1962, se dicta la Resolución Ministerial 1892 / 62, mediante la cual se<br />

establece un sistema para la <strong>evaluación</strong> de los maestros y directores de escuelas<br />

primarias en ejercicio.<br />

En la referida Resolución Ministerial se planteaba lo siguiente:<br />

“POR CUANTO: Se hace necesario establecer la norma para la <strong>evaluación</strong> de los<br />

maestros y directores de escuelas primarias, en ejercicio, con vista a la confección de<br />

los escalafones que regirán, a <strong>su</strong>s efectos correspondientes, en el curso escolar de<br />

1962 a 1963.<br />

POR CUANTO: Es responsabilidad de este Ministerio que la <strong>evaluación</strong> de maestros y<br />

directores, a estos fines, se base en la justa interpretación de aquellos aspectos de la<br />

labor que a los mismos corresponde, y que sean índices ciertos de comprobación<br />

objetiva de una provechosa labor docente y de la correcta actitud que exige la función<br />

magisterial” 6 .<br />

En estos dos “Por cuanto”, se evidencia que el único fin u objetivo de la <strong>evaluación</strong> de la<br />

actividad pedagógica profesional entonces era ordenar jerárquicamente a los docentes<br />

de este masivo nivel de enseñanza, según <strong>su</strong> desempeño, para efectos escalafonarios.<br />

De estos escalafones dependían los movimientos, cambios de plazas de los docentes,<br />

etc.<br />

En cuanto a qué evaluar, en esta Resolución Ministerial se establecía que los aspectos<br />

a evaluar eran los siguientes:<br />

I. Trabajo docente.<br />

Este aspecto se desglosaba en:<br />

a) Promoción de los alumnos.<br />

b) Asistencia <strong>del</strong> maestro o director.<br />

II. Superación.<br />

a) Por el doctorado o licenciatura en Pedagogía, en adición al título básico.<br />

b) Por estudios incompletos <strong>del</strong> Plan de Liquidación.<br />

c) Por la publicación de textos escolares, obras y estudios pedagógicos, etc., aprobados<br />

por el MINED.<br />

III. Antigüedad.<br />

IV. Otras especificaciones.<br />

a) Por atender aula propia de aceleración, o por acelerar en horas extraescolares, en<br />

aulas normales.<br />

b) Por atender aula de seguimiento.<br />

c) Por atender un aula de <strong>su</strong>peración obrera.<br />

d) Por haber participado como profesor en cursos de <strong>su</strong>peración de maestros populares<br />

o en ejercicio.<br />

e) Por residir en el pueblo o ciudad donde está ubicada la escuela en que ejerce el<br />

maestro.<br />

6 Resolución Ministerial 1892 /62, <strong>del</strong> 18 de julio e 1962.<br />

25


A cada uno de los aspectos antes descritos le correspondía un puntaje (arbitrariamente<br />

establecido) y se establecía una manera precisa para <strong>su</strong> calificación.<br />

Si se analizan detenidamente tales aspectos o indicadores, se puede concluir que el fin<br />

u objetivo que cumplía este sistema de <strong>evaluación</strong> signaba, determinaba un contenido<br />

de aspectos cuantificables con relativa facilidad, sin que se pueda afirmar que los<br />

mismos penetraran al interior de lo que se debe considerar lo más trascendente <strong>del</strong><br />

trabajo de un maestro.<br />

En cuanto al ¿cómo evaluar?, no se hacía alusión explícita en la mencionada<br />

Resolución Ministerial a los métodos que se debían utilizar para obtener los datos<br />

referidos al desempeño a evaluar.<br />

En toda esta etapa las características de las Resoluciones Ministeriales relacionadas<br />

con esta política educativa eran similares a la anteriormente descrita. Así cada año se<br />

emitía una Resolución similar, que se establecía para evaluar a los docentes en el curso<br />

o en varios cursos escolares posteriores, también para fines escalafonarios, sólo se<br />

producían ligeras variaciones en los aspectos o indicadores a evaluar, todo lo cual<br />

puede constatarse en el ANEXO II.<br />

Nótese que en esa etapa había necesidad de alfabetizar o dar seguimiento a personas<br />

alfabetizadas, trabajar en aulas de aceleración destinadas a reducir el retraso escolar,<br />

trabajar en la <strong>su</strong>peración de obreros u otras tareas docentes, por lo que a través de la<br />

<strong>evaluación</strong> se pretendía estimular esas importantes tareas de la época.<br />

Segunda etapa: De 1972 a 1981.<br />

En el curso escolar 1970 – 1971 el Comandante en Jefe Fi<strong>del</strong> Castro promueve, como<br />

parte de la política de fortalecimiento <strong>del</strong> movimiento obrero, un conjunto de eventos en<br />

el sector educacional.<br />

Así se desarrollaron asambleas de maestros y profesores en cada una de las provincias<br />

<strong>del</strong> país.<br />

“Las asambleas provinciales sirvieron para analizar y debatir los principales problemas<br />

de la educación y las inquietudes <strong>del</strong> personal docente en un amplio marco<br />

democrático” 7 .<br />

Este importante proceso asambleario tuvo como colofón el Primer Congreso de<br />

Educación y Cultura. Dicho Congreso, que contó con una alta representación de<br />

maestros, funcionarios, técnicos, dirigentes y representantes de las organizaciones<br />

políticas y de masas y de un gran número de instituciones, reveló con un gran espíritu<br />

crítico las in<strong>su</strong>ficiencias que presentaba el sistema educacional cubano.<br />

7 Informe <strong>del</strong> Ministerio de Educación a la Asamblea Nacional <strong>del</strong> Poder Popular, 1982. pág. 45.<br />

26


Entre las principales críticas y recomendaciones que se derivaron de las profundas<br />

discusiones sostenidas entonces, se encuentran las siguientes:<br />

- “La realidad actual en que se encuentra nuestro magisterio exige, más que<br />

fiscalización y vigilancia, ayuda, consejos, aclaraciones y orientaciones, por lo que<br />

<strong>su</strong>gerimos que se adopte el nombre de Asesor para el dirigente educacional encargado<br />

de orientar, coordinar, dirigir, estimular y <strong>su</strong>pervisar toda la ayuda técnica que se brinda<br />

al personal bajo <strong>su</strong> responsabilidad” 8 .<br />

- “La tarea fundamental <strong>del</strong> director es asesorar técnicamente a los maestros, el número<br />

excesivo de tareas que tienen los directores, le impide realizar estas funciones,<br />

viéndose interrumpida con la solicitud de datos que pueden obtenerse a través <strong>del</strong><br />

asesor, en los consejos seccionales de educación, etc. 9<br />

Las numerosas recomendaciones que re<strong>su</strong>ltaron de este importante evento, se<br />

comenzaron a analizar de inmediato, y en consecuencia se aplicaron progresivamente,<br />

por lo que se puede afirmar que este Congreso marcó un nuevo rumbo en el desarrollo<br />

de la actividad educacional <strong>del</strong> país.<br />

Un año después de celebrado el I Congreso Nacional de Educación y Cultura, se<br />

celebró el II Congreso de la UJC, en cuya clau<strong>su</strong>ra el Comandante en Jefe, luego de<br />

realizar un profundo análisis sobre la situación educacional <strong>del</strong> país, planteó lo<br />

siguiente:<br />

“... no queda la menor duda de que todas estas circunstancias configuran la necesidad<br />

de realizar una verdadera revolución educacional.<br />

Nosotros creemos que el país, en este momento, dispone de los medios y de los<br />

recursos materiales y de la fuerza para apoyar la revolución educacional” 10 .<br />

Se iniciaron los trabajos para comenzar a aplicar el Plan de Perfeccionamiento <strong>del</strong><br />

Sistema Nacional de Educación, cuyo propósito principal era el de adecuar el sistema<br />

educacional a las necesidades de la construcción socialista <strong>del</strong> país, a la luz <strong>del</strong><br />

progreso científico – técnico y cultural.<br />

Sobre el carácter de esta tarea en el informe central al I Congreso <strong>del</strong> Partido<br />

Comunista de Cuba, se señala lo siguiente:<br />

“El Plan sienta las bases para el continuo e ininterrumpido perfeccionamiento <strong>del</strong><br />

sistema, ya que los principios metodológicos y organizativos marxistas – leninistas en<br />

que <strong>su</strong>stenta <strong>su</strong> fundamentación, conllevan estudios e investigaciones sobre el<br />

pronóstico científico <strong>del</strong> desarrollo de la educación, que le sirven para proyectarse<br />

perspectivamente” 11 .<br />

Las tesis, al abordar las deficiencias que tendrían que ser <strong>su</strong>peradas, señalan lo relativo<br />

a la escuela y a los docentes, destacando dos aspectos fundamentales:<br />

8<br />

Dictámenes y Recomendaciones. I Congreso Nacional de Educación y Cultura, N° 2, pág. 115.<br />

9<br />

Ibídem., pág. 118.<br />

10<br />

Informe <strong>del</strong> Ministro de Educación a la Asamblea Nacional <strong>del</strong> Poder Popular, 1982, pág. 45.<br />

11<br />

Informe Central al I Congreso <strong>del</strong> Partido Comunista de Cuba, 1975, pág. 122.<br />

27


“la escasa cantidad y débil calidad de los cuadros pedagógicos y la excesiva carga en el<br />

trabajo <strong>del</strong> maestro y los directores de los centros escolares, con tareas no centradas<br />

en <strong>su</strong> esencial labor docente” 12 .<br />

Re<strong>su</strong>miendo, se puede afirmar entonces que los grandes cambios que se producen a<br />

partir de 1971 en el sistema educativo cubano estuvieron determinados por tres<br />

acontecimientos muy importantes:<br />

El I Congreso de Educación y Cultura.<br />

El II Congreso de la UJC.<br />

El Congreso <strong>del</strong> Partido Comunista de Cuba.<br />

A continuación se precisa qué influencia ejercieron los re<strong>su</strong>ltados de estos eventos en<br />

las regulaciones y normas relativas a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los<br />

docentes:<br />

En cuanto al qué y cómo evaluar se produce en esta etapa un cambio radical con<br />

respecto a la etapa anterior.<br />

Se establece “el método de escogencia forzada” para evaluar el desempeño de los<br />

docentes, caracterizado por el uso de frases descriptivas de determinadas alternativas<br />

de tipo de desempeño individual. Se dan bloques de cinco frases (desde una extrema<br />

positiva hasta una extrema negativa), para que el evaluador escogiera forzosamente<br />

apenas una, la que más identificara el desempeño <strong>del</strong> docente en cuestión (Ver<br />

ANEXO).<br />

Se amplía notablemente el conjunto de indicadores, para cada uno de los cuales se<br />

plantean cinco frases posibles a escoger una. Los indicadores evaluados eran los<br />

siguientes:<br />

Salud física.<br />

Aspecto personal.<br />

Carácter.<br />

Relaciones humanas (sin precisar con quién: alumnos, docentes, directores o<br />

padres).<br />

Actitud ante el trabajo productivo.<br />

Actitud ante la crítica.<br />

Actitud ante la defensa.<br />

Actitud ante la <strong>su</strong>peración política.<br />

Actitud ante el trabajo.<br />

Autodisciplina.<br />

Asistencia y puntualidad.<br />

Preparación de clases.<br />

Conocimiento sobre la materia.<br />

Utilización y cuidado de los medios de enseñanza.<br />

Cumplimiento <strong>del</strong> programa de estudio.<br />

12 Tesis y Resoluciones sobre Política Educacional: 1975. I Congreso <strong>del</strong> PCC, pág. 380.<br />

28


Atención al aprovechamiento académico de los alumnos.<br />

Actitud ante la disciplina en el aula y en el centro.<br />

Atención a los horarios de con<strong>su</strong>lta y guardias docentes.<br />

Actitud ante la <strong>su</strong>peración técnica profesional.<br />

Atención a los círculos de interés.<br />

Atención a los monitores, a alumnos instructores o ayudantes.<br />

Asistencia y participación en los colectivos y reuniones de cátedras.<br />

Cumplimiento de las orientaciones de la inspección técnica.<br />

Entrega de la documentación.<br />

El uso <strong>del</strong> método de escogencia forzada representó un paso de avance en cuanto a la<br />

calidad de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente en Cuba, básicamente<br />

porque el mismo <strong>su</strong>ele proporcionar re<strong>su</strong>ltados más confiables y puede alejarse más de<br />

influencias <strong>su</strong>bjetivas y personales en el proceso evaluador, al tiempo que <strong>su</strong> aplicación<br />

es simple y no exige una preparación intensa o sofisticada de los evaluadores, y como<br />

ya se ha dicho anteriormente, en aquella época a los directores de escuelas les faltaba<br />

preparación pedagógica y tiempo para desempeñar adecuadamente <strong>su</strong>s funciones.<br />

Sin embargo, este es un método fundamentalmente comparativo y discriminativo que<br />

presenta sólo re<strong>su</strong>ltados globales que permiten discriminar a docentes de desempeño<br />

bueno, regular y malo, sin brindar mayor y más precisa información que caracterice con<br />

especificidad el trabajo de cada maestro, como premisa necesaria para <strong>del</strong>inear una<br />

estrategia de <strong>su</strong>peración y capacitación efectiva para cada uno de ellos.<br />

Un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente centrado en <strong>su</strong> desarrollo profesional<br />

requeriría de una complementación de información sobre necesidades de<br />

entrenamiento y potencial de desarrollo, lo que pre<strong>su</strong>pone obtención de datos válidos y<br />

fiables sobre la frecuencia de errores en los diferentes indicadores <strong>del</strong> desempeño o<br />

proporciones de los desaciertos, para lograr entonces una adecuada jerarquización de<br />

las acciones de capacitación.<br />

Ahora bien, la gran cantidad y variedad de aspectos que se evaluaban en esa época<br />

hacían que el proceso evaluador re<strong>su</strong>ltara más integral. No obstante, es cuestionable la<br />

inclusión de indicadores relativos al carácter <strong>del</strong> profesor, los que no son de solución<br />

fácil como consecuencia de un proceso de capacitación o entrenamiento.<br />

Tercera etapa: De 1982 a 2004<br />

Realmente en todos esos años se produjeron muy pocos cambios en la legislación <strong>del</strong><br />

MINED sobre la <strong>evaluación</strong> profesoral, asociados sobre todo a la necesidad de unificar<br />

las metodologías vigentes para la <strong>evaluación</strong> y de incluir nuevos cargos docentes que<br />

fueron <strong>su</strong>rgiendo producto <strong>del</strong> propio desarrollo <strong>del</strong> sistema educativo.<br />

En esencia la tendencia predominante fue la de perfeccionar los mecanismos de<br />

estimulación de los trabajadores con mejores re<strong>su</strong>ltados en <strong>su</strong> trabajo, así como de<br />

sanción de los que alcanzaban re<strong>su</strong>ltados insatisfactorios, es decir se le puso énfasis<br />

especial en el “pago por mérito”. No menos importante fue la prioridad dada al<br />

29


cumplimiento de las funciones educativa y desarrolladora de la <strong>evaluación</strong>, todo lo cual<br />

se puede constatar, por ejemplo, en los objetivos de la misma enunciados en la<br />

Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal docente correspondiente a la Resolución<br />

Ministerial 517 / 83, donde se expresa: “Conocer de forma integral las características<br />

personales y la preparación político – ideológica, científica, pedagógico – metodológica<br />

de los profesores, maestros, educadoras, instructores de enseñanza práctica,<br />

bibliotecarios escolares, auxiliar de reeducación, auxiliar técnico docente,<br />

psicopedagogo, pedagogo clínico, psicólogo y logopeda y mantener una constante<br />

atención sobre <strong>su</strong> desarrollo, de modo que la <strong>evaluación</strong> cumpla <strong>su</strong> función<br />

educativa” 13 .<br />

En esta etapa también se realizaron algunos avances conceptuales como por ejemplo<br />

el considerar que “la <strong>evaluación</strong> es un proceso ininterrumpido, constante que posibilita<br />

la educación y corrección de los evaluados en el propio desarrollo de <strong>su</strong> trabajo, es por<br />

ello que no puede reducirse solamente a la confección <strong>del</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>,<br />

sino que requiere de la acción permanente <strong>del</strong> jefe con <strong>su</strong> <strong>su</strong>bordinado, <strong>del</strong><br />

señalamiento oportuno y preciso, cuando fuera necesario” 14 .<br />

En cuanto a qué evaluar, en estos años se produce una sensible disminución de las<br />

dimensiones e indicadores a evaluar, los que en general quedan como sigue:<br />

Dimensiones<br />

Re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> trabajo.<br />

Preparación para el desarrollo <strong>del</strong> trabajo.<br />

Características personales y cumplimiento de las normas de conducta y principios<br />

de la Ética Pedagógica y Profesional.<br />

Indicadores<br />

Calidad de la docencia impartida, especialmente la clase.<br />

Nivel de solidez de los conocimientos alcanzados por <strong>su</strong>s alumnos.<br />

Grado de desarrollo de las capacidades, hábitos y habilidades y en la formación de<br />

convicciones en los educandos.<br />

Conducta social que se observa en los educandos puesta de manifiesto en <strong>su</strong><br />

interés por el estudio, autodisciplina, hábitos de cortesía, de respeto, higiénicos,<br />

formas de expresión, uso <strong>del</strong> uniforme y <strong>su</strong>s atributos, cuidado de la propiedad<br />

social e individual, en la educación para el trabajo y en la educación patriótico –<br />

militar.<br />

Participación de los educandos en el estudio – trabajo, en las actividades de<br />

formación vocacional.<br />

Dominio metodológico y <strong>del</strong> contenido de enseñanza que debe impartir.<br />

Interés demostrado y re<strong>su</strong>ltados alcanzados en <strong>su</strong> <strong>su</strong>peración profesional.<br />

Ejemplaridad sobre la base de <strong>su</strong>s características personales.<br />

Presencia, vocabulario y equilibrio emocional.<br />

13 Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal docente. Resolución Ministerial 517 / 83, pág. 1<br />

14 Metodología para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal técnico de la docencia. Resolución Ministerial Nº 435 / 89,<br />

pág. 7.<br />

30


Relaciones con los educandos, con el colectivo laboral y con la familia de los<br />

alumnos,<br />

Disciplina laboral.<br />

Prestigio que posee en <strong>su</strong> centro laboral y en la sociedad.<br />

En relación con el cómo evaluar continúa siendo la observación directa de <strong>su</strong>s clases la<br />

principal vía recomendada por las metodologías establecidas para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño docente en esos años.<br />

Se abandona el método de la “escogencia forzada” y se deja plena libertad a los<br />

evaluadores para elaborar los certificados de <strong>evaluación</strong> a partir de <strong>su</strong>s concepciones y<br />

los datos que obtienen <strong>del</strong> desempeño de cada docente durante el proceso evaluador.<br />

Como se puede apreciar, en ninguna de las tres etapas antes descritas se mostró a los<br />

directivos educacionales <strong>del</strong> país las mejores vías y métodos para realizar la <strong>evaluación</strong><br />

<strong>del</strong> desempeño de los docentes con precisión, objetividad y especificidad.<br />

Esa es una de las razones por la que nos animamos a escribir este libro, ideas que<br />

desarrollamos más a<strong>del</strong>ante en el capítulo 3.<br />

31


Propuesta de un mo<strong>del</strong>o para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

El mo<strong>del</strong>o que a continuación exponemos, trata en primer lugar de evitar caer en los<br />

errores que señala la crítica a los sistemas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente que<br />

existen hoy en la práctica educativa de algunos de nuestros países. Por esa razón<br />

procura partir de un marco teórico coherente, de donde se derive, de forma natural, un<br />

conjunto de indicadores, cuya medición confiable y objetiva, sin desconocer la<br />

<strong>su</strong>bjetividad <strong>del</strong> evaluador y <strong>del</strong> evaluado, permita emitir juicios de valor pertinentes<br />

sobre el desempeño de los docentes.<br />

En segundo lugar, trata de re<strong>su</strong>mir las ventajas principales de cada uno de los mo<strong>del</strong>os<br />

anteriormente caracterizados, aunque sin dudas es el mo<strong>del</strong>o de la práctica reflexiva o<br />

de la reflexión en la acción el que le sirve de principal inspiración.<br />

2.1 Marco conceptual para la construcción de un sistema de indicadores para<br />

evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

El proceso para el que nos proponemos construir un mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> es el<br />

desempeño profesional docente. El mismo debe tomar como punto de partida la<br />

educación, pues educar es en <strong>su</strong>ma la meta esencial y final de la actividad profesional<br />

<strong>del</strong> docente.<br />

Ante todo nos parece necesario precisar los conceptos de “educación”, “calidad”,<br />

“<strong>evaluación</strong>”, pues los mismos nos pueden servir de guía teórica para llegar a una<br />

definición <strong>del</strong> concepto “calidad de la educación” y a partir de este encontrar una<br />

definición teórica y operacional <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong><br />

docente”.<br />

“La educación es un proceso conscientemente organizado, dirigido y sistematizado<br />

sobre la base de una concepción pedagógica determinada, que se plantea como<br />

objetivo más general la formación multilateral y armónica <strong>del</strong> educando para que se<br />

integre a la sociedad en que vive, contribuya a <strong>su</strong> desarrollo y perfeccionamiento. El<br />

núcleo esencial de esa formación ha de ser la riqueza moral” 15 .<br />

15 Colectivo de autores <strong>del</strong> Grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias<br />

32


Sin dudas el concepto anterior analiza la educación en un sentido estrecho, pues se<br />

refiere sobre todo a la educación escolarizada. Sin embargo como todos sabemos “la<br />

educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte” 16 , lo que implica que ella<br />

tiene lugar en todos los ámbitos en que se desarrolla la vida humana, a saber: la familia,<br />

la escuela y la comunidad-sociedad. No obstante, esa es realmente la educación que<br />

ha de brindar un docente, un proceso conscientemente organizado, dirigido y<br />

sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica determinada. Por lo tanto<br />

re<strong>su</strong>lta esencial la naturaleza de la concepción pedagógica que guía el desempeño y es<br />

por ella por donde debe comenzar un proceso evaluativo de la calidad de <strong>su</strong><br />

desempeño.<br />

Durante el siglo XX se ha ido produciendo un proceso paulatino y sostenido de<br />

reducción <strong>del</strong> concepto de educación. De un concepto general y abarcador <strong>del</strong> proceso<br />

que tiene lugar en todos los ámbitos de la vida humana, se ha pasado a un concepto de<br />

educación escolar, de este al de educación escolar básica y, si nos descuidamos, al<br />

paso que vamos estaremos hablando dentro de muy poco de educación escolar básica<br />

aúlica.<br />

Esta reducción progresiva <strong>del</strong> concepto de educación, ha condicionado la existencia de<br />

un proceso de desresponsabilización creciente de los agentes sociales, no escolares,<br />

que tienen sin dudas mucho que ver con el contexto, in<strong>su</strong>mos, procesos y re<strong>su</strong>ltados de<br />

la educación; y por lo tanto con <strong>su</strong> calidad.<br />

En consecuencia, existe una marcada tendencia en la mayoría de las sociedades<br />

latinoamericanas a buscar el origen y la solución de la mayoría de los problemas<br />

sociales en la escuela. Así, no es extraño escuchar cuando se analizan las causas de<br />

determinados flagelos sociales: “Algo no se hace o se hace mal en la escuela”, como si<br />

esta fuera el único espacio de socialización que tienen las generaciones actuales de<br />

ciudadanos y ciudadanas.<br />

Cuando analizamos los cambios en los escenarios en que tiene lugar la educación de<br />

hoy, debemos reconocer que hay un cierto debilitamiento de los espacios de<br />

socialización primario y secundario, o sea, de la escuela y la familia, que confluye con el<br />

<strong>su</strong>rgimiento y desarrollo de nuevos espacios de socialización que escapan al “control”<br />

de la escuela, incluso en la mayoría de los países, escapan al “control” de los estados<br />

nacionales. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a los medios masivos de comunicación y<br />

<strong>su</strong> potenciación a partir <strong>del</strong> desarrollo de nuevas y más poderosas tecnologías, el<br />

llamado ciberespacio cuyos fines están absolutamente dominados por las<br />

transnacionales de la informática, etc.<br />

Pedagógicas. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia, folleto,<br />

1997, pág. 29.<br />

16 Martí, Pérez. La Edad de Oro. Edit. Cultural S.A, La Habana, 1959, pág. 183.<br />

33


Ante esta indiscutible realidad, se debe tener mucha precisión en definir cuál es el<br />

verdadero rol de la institución escolar en general y <strong>del</strong> docente en particular, para la<br />

consecución de los objetivos de la educación y precisar qué es lo esperable de <strong>su</strong><br />

desempeño con realismo y al mismo tiempo con optimismo. (Ver Figura Nº 4)<br />

REDUCCIÓN PROGRESIVA DEL CONCEPTO DE EDUCACIÓN<br />

Educación Educación<br />

escolar<br />

Educación<br />

escolar<br />

básica<br />

Analicemos ahora una definición <strong>del</strong> concepto “calidad”:<br />

Educación<br />

escolar<br />

básica<br />

aúlica<br />

PROCESO DE DESRESPONSABILIZACIÓN SOCIAL CON LA<br />

EDUCACIÓN<br />

34<br />

Figura Nº 4<br />

“Calidad de algo se refiere a una o varias propiedades de ese algo, que permiten<br />

apreciarlo como igual, mejor o peor que otras unidades de <strong>su</strong> misma especie. Siendo en<br />

esencia un concepto evaluativo, averiguar la calidad de algo exige constatar <strong>su</strong><br />

naturaleza y luego, expresarlo de modo que permita una comparación” 17 . Luego, al<br />

17 Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación. Buenos Aires, abril de 1988. Dirección Nacional de<br />

Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio de Educación y Justicia, págs. 12 –<br />

13.


tratar de evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes, es necesario<br />

aislar las capacidades y características más generales de <strong>su</strong> labor que deben ser<br />

atributos de todos, independientemente que reconozcamos que cada contexto en el que<br />

desarrollan <strong>su</strong> trabajo es único e irrepetible<br />

Ahora consideramos que es necesario encontrar una adecuada definición <strong>del</strong> concepto<br />

de calidad de la educación.<br />

Un análisis minucioso de la literatura disponible en Cuba y en otros cinco países acerca<br />

<strong>del</strong> tratamiento dado al concepto “calidad de la educación”, nos lleva a la conclusión de<br />

que en general existen tres tendencias claramente diferenciadas al abordarlo: una de<br />

ellas procura discutirlo y definirlo en forma constitutiva o conceptual, o sea, busca<br />

definirlo teóricamente; la segunda trata de definirlo operacionalmente y la tercera elude<br />

definirlo.<br />

A continuación haremos un análisis, basado en ejemplos concretos, de cada una de las<br />

tendencias antes referidas.<br />

1 ª tendencia<br />

El autor argentino Pedro Lafourcade señala que “una educación de calidad puede<br />

significar la que posibilite el dominio de un saber desinteresado que se manifiesta en la<br />

adquisición de una cultura científica o literaria, la que desarrolla la máxima capacidad<br />

para generar riquezas o convertir a alguien en un recurso humano idóneo para<br />

contribuir al aparato productivo; la que promueve el <strong>su</strong>ficiente espíritu crítico y fortalece<br />

el compromiso para transformar una realidad social enajenada por el imperio de una<br />

estructura de poder que beneficia socialmente a unos pocos, etc” 18 .<br />

Este autor se inscribe en la primera tendencia a la que hacíamos referencia<br />

anteriormente, es decir, procura ofrecer una definición teórica <strong>del</strong> concepto calidad de la<br />

educación. Ahora bien, en nuestra opinión, al hacerlo comete el error de darle un<br />

carácter adjetivo a la calidad cuando habla de “educación de calidad”, pre<strong>su</strong>poniendo<br />

entonces la existencia de otra educación “sin calidad”. Comete así un grave error<br />

filosófico, pues la calidad de todo objeto, en este caso la educación, está enlazada con<br />

todo el objeto, lo engloba por completo y es inseparable de él. El concepto calidad se<br />

vincula con el ser <strong>del</strong> objeto, que, siendo el mismo, no puede perder <strong>su</strong> calidad.<br />

Por lo tanto, toda educación tiene una determinada calidad, ahora bien, esta puede ser<br />

mayor o menor (cantidad), en la medida en que <strong>su</strong>s características se acercan o se<br />

alejan de los paradigmas filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos que<br />

imperen en una sociedad histórico-concreta.<br />

18 Lafourcade, Pedro. Calidad de la Educación, Buenos Aires, abril de 1988. Dirección Nacional de<br />

Información, difusión estadística y tecnología educativa <strong>del</strong> Ministerio de Educación y Justicia, pág. 1.<br />

35


Por otra parte, para nuestra sociedad no es la formación de un “recurso humano”<br />

idóneo el objetivo esencial de la educación, sino el que cada hombre y mujer se<br />

desarrolle plenamente en correspondencia con <strong>su</strong>s potencialidades y esté en capacidad<br />

y disposición de poner <strong>su</strong> talento y energías al servicio de la sociedad a partir de los<br />

valores universales y nacionales de los cuales se ha apropiado. Además, la educación<br />

no sólo debe posibilitar el dominio de un “saber”, sino también de un “saber hacer” y de<br />

“saber ser”. Esto último está determinado por la formación de un conjunto de cualidades<br />

de la personalidad que no se reducen a poseer un determinado espíritu crítico.<br />

2 ª tendencia<br />

La autora mexicana Silvia Schmelkes asegura:<br />

“En países como los nuestros, en los que la universalización de la educación básica<br />

todavía no es una realidad, es importante precisar que por calidad de este nivel<br />

educativo estamos entendiendo un concepto complejo que incluye cuando menos los<br />

siguientes componentes:<br />

a) La relevancia: Un sistema educativo, para ser de calidad, debe ser capaz de ofrecer<br />

a <strong>su</strong> demanda real y potencial aprendizajes que re<strong>su</strong>lten relevantes para la vida<br />

actual y futura de los educandos y para las necesidades actuales y futuras de la<br />

sociedad en la que estos se desenvuelven. La relevancia de los objetivos y de los<br />

logros educativos se convierte en el componente esencial de esta manera de<br />

entender la calidad de la educación, fundamentalmente porque ella tiene mucho que<br />

ver con la capacidad de asegurar cobertura y permanencia de los alumnos dentro <strong>del</strong><br />

sistema educativo.<br />

b) La eficacia: Entiendo la eficacia como la capacidad de un sistema educativo básico<br />

de lograr los objetivos - <strong>su</strong>poniendo que estos son relevantes - con la totalidad de los<br />

alumnos que teóricamente deben cursar el nivel, y en el tiempo previsto para ello. Un<br />

sistema educativo será más eficaz en la medida en que se acerque a esta finalidad.<br />

Este concepto incluye el de cobertura, el de permanencia, el de promoción y el de<br />

aprendizaje real.<br />

c) La equidad: Un sistema de educación básica -que es el nivel que se presenta como<br />

obligatorio para toda la población en una determinada edad- para ser de calidad,<br />

debe partir <strong>del</strong> reconocimiento de que diferentes tipos de alumnos acceden a la<br />

educación básica con diferentes puntos de partida. Al hacerlo, se propone ofrecer<br />

apoyos diferenciales a fin de asegurar que los objetivos de la educación se logren, de<br />

manera equiparable, para todos. La equidad implica dar más, apoyar más, a los que<br />

lo necesitan. La equidad se verá reflejada en la eficacia.<br />

d) La eficiencia: Un sistema será de mayor calidad en la medida en que, comparado<br />

con otro, logra re<strong>su</strong>ltados similares con menores recursos” 19 .<br />

Esta autora comete el mismo error, ya comentado anteriormente, en relación con el uso<br />

de la expresión “educación de calidad”. Además, partir de una definición operacional <strong>del</strong><br />

19 Schmelkes, Silvia. Documento 3. Programa Evaluación de la Calidad de la Educación. Cumbre<br />

Iberoamericana, 1997, págs. 4 – 5.<br />

36


concepto calidad de la educación, sin una precedencia de <strong>su</strong> definición teórica, nos<br />

hace perder el vínculo entre teoría y práctica, y quedan por lo tanto muchas preguntas<br />

esenciales sin respuesta. Por ejemplo, cuándo podemos decir que es relevante un<br />

aprendizaje, un objetivo o un logro educativo.<br />

3 ª tendencia<br />

En <strong>su</strong> libro “Claves para una educación de calidad”, los autores chilenos Juan Casas<strong>su</strong>s<br />

y Violeta Arancibia plantean:<br />

“Calidad de la educación es uno de esos conceptos significantes, movilizadores y<br />

cargados de fuerza emotiva que se manejan extensivamente en la sociedad. Su riqueza<br />

radica precisamente en <strong>su</strong> ambigüedad” 20 .<br />

Desde el punto de vista filosófico en general y lógico en particular, consideramos<br />

inadecuada esta postura a los efectos de poder penetrar en la esencia de este complejo<br />

objeto que es la calidad de la educación (C.E). Definir, caracterizar, ejemplificar,<br />

dividir, limitar y generalizar un concepto son operaciones lógicas que se deben realizar<br />

para poder conocerlo con profundidad y no cabe dudas de que si no hay <strong>su</strong>ficiente<br />

claridad acerca de la esencia de este concepto, poco puede hacerse para diseñar un<br />

adecuado sistema que permita evaluarlo.<br />

¿Qué posición debemos a<strong>su</strong>mir entonces, en qué tendencia debemos incluirnos?<br />

Sin lugar a dudas los esfuerzos por conocer qué es C.E son todos válidos, aportan a la<br />

penetración en <strong>su</strong> esencia. Ahora bien, nosotros partimos <strong>del</strong> criterio de que si bien el<br />

camino <strong>del</strong> conocimiento de un objeto es infinito, existen caminos que lo facilitan<br />

mientras que otros lo dificultan.<br />

Lenin en <strong>su</strong> obra “Cuadernos Filosóficos”, asegura que “el conocimiento es la<br />

aproximación eterna, infinita, <strong>del</strong> pensamiento al objeto. El reflejo de la naturaleza en el<br />

pensamiento <strong>del</strong> hombre debe ser entendido, no en forma inerte, no en forma abstracta,<br />

no carente de movimiento, no carente de contradicciones, sino en el eterno proceso <strong>del</strong><br />

movimiento, en el <strong>su</strong>rgimiento de las contradicciones y en <strong>su</strong> solución” 21 .<br />

De estas palabras de Lenin se desprende la comprensión <strong>del</strong> problema <strong>del</strong><br />

conocimiento como un proceso en el cual el hombre como <strong>su</strong>jeto cognoscente va en<br />

busca de la verdad objetiva a través <strong>del</strong> camino dialéctico de infinitas verdades<br />

absolutas y relativas, donde el carácter contradictorio <strong>del</strong> conocimiento, en <strong>su</strong><br />

naturaleza refleja y en <strong>su</strong> carácter infinito e inagotable, permite aproximarnos cada vez<br />

más y mejor a la esencia <strong>del</strong> objeto o fenómeno que pretende conocer.<br />

20 Casas<strong>su</strong>s, Juan y Arancibia, Violeta. Claves para una Educación de Calidad. Edit. Kapelusz, Buenos<br />

Aires, 1997, pág.9.<br />

21 Lenin, Vladimir I. Cuadernos Filosóficos. Edit.Progreso.<br />

37


Por todo lo anterior, en el caso que nos ocupa, nos parece necesario partir de una<br />

definición teórica <strong>del</strong> concepto C.E y derivar de esta, una definición operacional cuya<br />

efectividad se puede corroborar en la práctica educativa a través de múltiples análisis<br />

multivariados, que nos permitan sistemáticamente ir aumentando lo que conocemos y<br />

disminuyendo lo que desconocemos sobre C.E.<br />

Como no nos satisfacen las definiciones teóricas encontradas en la literatura<br />

con<strong>su</strong>ltada, construimos la nuestra, la que exponemos a continuación:<br />

“Calidad de la educación, se refiere a las características de los in<strong>su</strong>mos, los procesos<br />

y los re<strong>su</strong>ltados de la formación <strong>del</strong> hombre, condicionados histórica y socialmente; que<br />

toman una expresión concreta a partir de los paradigmas filosóficos, pedagógicos,<br />

sociológicos y psicológicos imperantes en una sociedad determinada y se mide por<br />

la distancia existente entre la norma (los paradigmas) y el dato (lo que ocurre realmente<br />

en la práctica educativa” 22 .<br />

La definición anterior nos conduce a un mo<strong>del</strong>o evaluativo de discrepancia (Provus,<br />

1971), pues está orientado fundamentalmente hacia dos propósitos: la toma de<br />

decisiones y la de responsabilidades, las que constituyen la base de un sistema de<br />

indicadores como el que se quiere construir.<br />

La definición anterior sirve de marco conceptual general de partida, pero naturalmente<br />

nos obliga a precisar, por lo menos, qué es un paradigma y cuáles son los paradigmas<br />

filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos que en el caso de nuestro país<br />

representan el mo<strong>del</strong>o ideal, el deber ser para la educación cubana de estos tiempos.<br />

Existen diferentes criterios sobre el concepto de paradigma:<br />

T.S Kuhn (1964) plantea que el paradigma constituye el marco referencial para<br />

generalizaciones, los valores, las creencias, normas y actitudes ante la vida y el<br />

conocimiento de cada individuo y de los diferentes grupos sociales.<br />

Veinte años después el propio T.S Kuhn (1984) considera que los paradigmas son<br />

realizaciones científicas universales reconocidas, que durante cierto tiempo<br />

proporcionan mo<strong>del</strong>os de problemas y soluciones a una comunidad científica.<br />

Nosotros nos adscribimos a esta última definición de T.S Kuhn.<br />

22 Valdés Veloz, Héctor. Revista Desafío Escolar. Año 1, Vol.1. Mayo-Junio de 1997. Artículo: De la<br />

utopía de la cantidad a la utopía de la calidad: Reflexiones sobre la calidad de la educación y <strong>su</strong><br />

<strong>evaluación</strong>, México, pág.18.<br />

38


Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma filosófico para la escuela<br />

cubana actual.<br />

“El <strong>su</strong>stento filosófico de la educación cubana es el marxismo - leninismo, pero como<br />

expresión más alta de la evolución <strong>del</strong> legítimo desarrollo <strong>del</strong> pensamiento nacional,<br />

principalmente <strong>del</strong> ideario martiano con el que se conjuga creadoramente” 23 .<br />

Al a<strong>su</strong>mir esta importante afirmación <strong>del</strong> Grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de<br />

Ciencias Pedagógicas, lo hacemos con las consecuencias que ello entraña en relación<br />

con los tres cuerpos teóricos esenciales de la filosofía: la ontología o teoría <strong>del</strong> ser, la<br />

lógica y la teoría <strong>del</strong> conocimiento.<br />

La filosofía de la educación propicia el tratamiento acerca de la educabilidad <strong>del</strong> hombre<br />

y da respuestas a interrogantes tan importantes como ¿qué es educación? y ¿por qué y<br />

para qué se educa? Por lo tanto re<strong>su</strong>lta muy importante para evaluar la calidad de la<br />

educación, partir de identificar la naturaleza de las respuestas que los maestros y<br />

directivos le dan a esas interrogantes en teoría y sobre todo en la práctica educativa,<br />

pues estas determinan en gran medida el fin y los objetivos de la educación, que como<br />

asegura el Dr. Justo Chávez, son la brújula orientadora de toda acción educativa.<br />

“La educación cubana se identifica con un proyecto social que tiene como finalidad la<br />

prosperidad, la integración, la independencia, el desarrollo humano sostenible y la<br />

preservación de la identidad cultural <strong>del</strong> pueblo. Luego todo proyecto educativo de<br />

nuestras instituciones escolares deben partir de la ponderación de tales valores y de la<br />

lucha tenaz contra antivalores tales como: el egoísmo, el divisionismo, la ineficiencia, la<br />

desnacionalización, etc” 24 .<br />

La educación debe ser concebida de forma que el educando desarrolle <strong>su</strong> espíritu<br />

crítico y se favorezca el desarrollo de <strong>su</strong> creatividad y debe lograr un adecuado<br />

equilibrio entre la formación científico-técnica y el pleno desarrollo espiritual <strong>del</strong> hombre.<br />

Debe ser un proceso donde se complemente la explicación y la comprensión <strong>del</strong> mundo<br />

social y natural.<br />

Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma psicológico para la escuela<br />

cubana actual.<br />

Sabido es que la concepción que se adopte <strong>del</strong> desarrollo psicológico ejerce una<br />

importante influencia en la concepción <strong>del</strong> proceso de educación <strong>del</strong> hombre. Por esa<br />

razón la fundamentación psicológica juega un papel muy importante en el diseño de la<br />

educación, en el proceso de enseñanza y por lo tanto en <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>. Claro está esta<br />

influencia no es determinística, toda concepción psicológica para ser aplicada a la<br />

23 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. Marco<br />

conceptual para la elaboración de una teoría pedagógica, 1998, pág. 4.<br />

24 Ibidem, págs. 5 – 6<br />

39


práctica educativa debe ser pasada rigurosamente por un “tamiz pedagógico”, en<br />

evitación de caer en el psicologismo, mal que ha estado presente en no pocas prácticas<br />

pedagógicas de nuestra región geográfica.<br />

En la educación cubana actual, la concepción <strong>del</strong> desarrollo histórico cultural de la<br />

psiquis humana elaborada por Vigostky y desarrollada por la psicología soviética<br />

constituye la teoría psicológica que fundamenta la pedagogía cubana. Claro está, la<br />

psicología cubana a partir de esta concepción ha tenido un amplio desarrollo y ha<br />

hecho importantes aportes que atemperan a nuestro contexto ese paradigma<br />

psicológico.<br />

El paradigma histórico cultural tiene una esencia humanista y se basa en la concepción<br />

ontológica de la filosofía marxista. Además, es coherente con las ideas educativas de<br />

nuestros principales maestros de los siglos pasado y antes pasado.<br />

El enfoque histórico cultural de la psicología pedagógica ofrece una profunda<br />

explicación acerca de las grandes posibilidades de la educabilidad <strong>del</strong> hombre,<br />

constituyéndose así en una teoría <strong>del</strong> desarrollo psíquico, íntimamente relacionada con<br />

el proceso educativo, y que se puede calificar de optimista y responsable.<br />

Este enfoque le demuestra al educador las indudables posibilidades que tiene de influir<br />

en la formación y desarrollo de las nuevas generaciones y lo per<strong>su</strong>ade de lo<br />

determinante que re<strong>su</strong>lta la acción educativa en todos los ámbitos en que vive.<br />

En esta teoría psicológica, la categoría principal es la apropiación por el hombre de la<br />

herencia cultural, elaborada por las generaciones precedentes, entendida ésta no como<br />

una copia o reflejo pasivo de la realidad, ni como la entienden los biologicistas, sino<br />

como las formas y recursos a través de los cuales el <strong>su</strong>jeto, de forma activa y en íntima<br />

relación con <strong>su</strong>s pares y con los adultos, hace <strong>su</strong>yos los conocimientos, las técnicas, las<br />

actitudes, los valores, los ideales de la sociedad en que vive y los mecanismos<br />

mediante los cuales se autodesarrolla.<br />

Al mismo tiempo que el <strong>su</strong>jeto se apropia de la herencia sociocultural, la construye, la<br />

desarrolla, la enriquece y la transforma y convierte <strong>su</strong> aporte, en <strong>su</strong> legado a las<br />

generaciones futuras.<br />

En esta teoría psicológica está muy clara la unidad entre instrucción y educación, la<br />

cual pre<strong>su</strong>pone que el proceso de apropiación se vincula tanto al plano cognitivo como<br />

al afectivo.<br />

Al evaluar la efectividad de esta concepción en la práctica educativa, debemos ver <strong>su</strong><br />

aplicación no de manera directa sino mediada por una reflexión pedagógica creativa y<br />

dialéctica.<br />

40


Breve síntesis <strong>del</strong> marco conceptual <strong>del</strong> paradigma pedagógico para la escuela<br />

cubana actual.<br />

Diversos estudios realizados en Cuba, entre los que se destacan los realizados por el<br />

“Grupo Pedagogía” <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, han revelado la<br />

existencia de una valiosa tradición pedagógica cubana, que al sistematizarse, tomando<br />

en cuenta además las ideas universales, contribuyen a una concepción autónoma de la<br />

educación y de la escuela cubanas.<br />

En principio re<strong>su</strong>lta necesario, para expresar de manera sintética la esencia de nuestra<br />

concepción pedagógica, definir un conjunto de <strong>su</strong>s principales categorías así como<br />

caracterizar <strong>su</strong>s interrelaciones fundamentales.<br />

“El proceso instructivo se refiere básicamente al sistema de información, a los<br />

conocimientos y a los procedimientos que los estudiantes deben alcanzar en función de<br />

la concepción curricular en que se inserten” 25 .<br />

La Pedagogía cubana actual valora la necesaria integración de la didáctica como una<br />

sola rama de la pedagogía, abarcadora de los procesos instructivos y no respondiendo<br />

dicotómicamente la teoría de la enseñanza y a la teoría de la educación, o sea,<br />

considera que la instrucción está incluida en el proceso educativo y por lo tanto, no<br />

puede darse aisladamente <strong>del</strong> resto de las influencias que integran este último.<br />

La posición anterior no desconoce las especificidades metodológicas determinadas por<br />

el contenido y el tipo de actividades que se realicen en el proceso educativo.<br />

La categoría objetivo tiene un papel rector de todo el proceso educativo y por lo tanto,<br />

a partir de las reflexiones anteriores referidas a la relación que existe entre educación e<br />

instrucción, consideramos que carece de sentido que en la práctica educativa se utilicen<br />

dicotómicamente objetivos instructivos y educativos.<br />

Por <strong>su</strong> parte la enseñanza la comprendemos como la dirección, organización,<br />

orientación y control <strong>del</strong> aprendizaje, pero que puede incluir el propio autoaprendizaje,<br />

como autodirección y autocontrol <strong>del</strong> proceso por el propio alumno, aspectos que son<br />

cada vez más posibles como re<strong>su</strong>ltado <strong>del</strong> desarrollo de las técnicas educativas, y<br />

también de nuevas relaciones, más democráticas y cooperadoras entre el maestro y el<br />

alumno.<br />

El aprendizaje es posiblemente la categoría más compleja de la pedagogía, ha sido por<br />

lo general monopolizada por la psicología, particularmente por el conductismo y el<br />

cognitivismo, las que han hecho enfocar aprendizaje en términos muy técnicos,<br />

pragmáticos, y cientificistas. La comprensión <strong>del</strong> aprendizaje en el contexto pedagógico<br />

puede expresarse como “un proceso en el cual el educando, bajo la dirección directa e<br />

25 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> ICCP. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia,<br />

1997, pág. 31<br />

41


indirecta <strong>del</strong> maestro, en una situación especialmente estructurada para formarlo<br />

individual y socialmente, desarrolla capacidades, hábitos y habilidades que le permiten<br />

apropiarse de la cultura y de los medios para conocerla y enriquecerla. En el proceso de<br />

esa apropiación se van formando también los sentimientos, intereses, motivos de<br />

conducta, valores, es decir, se desarrollan simultáneamente todas las esferas de la<br />

personalidad” 26 .<br />

Al concebir la relación entre la enseñanza y el aprendizaje a partir <strong>del</strong> enfoque histórico<br />

cultural, a<strong>su</strong>mimos que la educación y la enseñanza guían el desarrollo y a <strong>su</strong> vez<br />

toman en cuenta las regularidades <strong>del</strong> propio desarrollo, éste es un producto de la<br />

enseñanza, de la actividad y de la comunicación <strong>del</strong> alumno con dicho proceso.<br />

Entre los rasgos que deben caracterizar el proceso de enseñanza aprendizaje según<br />

nuestra concepción pedagógica están: <strong>su</strong> carácter social, individual, activo,<br />

comunicativo, motivante, significativo, cooperativo y consciente en determinadas etapas<br />

evolutivas.<br />

Entender la educación como desarrollo implica reconocer que es en primer lugar un<br />

proceso de cambios y transformaciones cuantitativos y cualitativos que ocurren en el<br />

individuo, la sociedad y los grupos, los cuales constituyen premisa, condición y<br />

re<strong>su</strong>ltado de la propia educación, pues sin un determinado desarrollo, sin determinadas<br />

premisas biológicas y sociohistóricas no es posible el desarrollo humano pleno sin la<br />

acción formativa consciente, facilitadora y dirigida a lograr determinado tipo de<br />

desarrollo.<br />

La formación es un concepto que llega desde la filosofía, y que hoy toma mucha<br />

fuerza, algunos lo proponen como el concepto principal de la pedagogía, porque es el<br />

que define lo educativo, que radica en ser un proceso de humanización, de creación de<br />

un tipo de hombre de acuerdo a determinados ideales y fines sociales. El hombre no<br />

nace, se hace y por lo tanto hay que formarlo, es decir hay que dotarlo de valores y de<br />

un sentido de la vida. Este concepto destaca la dimensión axiológica de la educación y<br />

apunta esencialmente a <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />

El desarrollo y la formación deben verse en <strong>su</strong> unidad: toda formación implica un<br />

desarrollo y todo desarrollo conduce en última instancia a una formación psíquica de un<br />

orden <strong>su</strong>perior.<br />

Al procurar una definición operacional de un concepto complejo como es el de C.E,<br />

agruparemos las variables o elementos que lo integran, de tal manera, que se haga<br />

evidente la relación causa-efecto a través de la relación variables incidentes-variables<br />

de producto.<br />

Aquí tomamos <strong>del</strong> marxismo la categoría causalidad entendida como categoría<br />

filosófica que designa la conexión genética necesaria de los fenómenos, uno de los<br />

26 Colectivo de autores, grupo Pedagogía <strong>del</strong> ICCP. Principales categorías de la Pedagogía como ciencia,<br />

1997, pág. 33<br />

42


cuales (llamado causa), condiciona al otro (llamado efecto o acción). Se diferencia la<br />

causa completa de la causa específica. La causa completa es el conjunto de todas las<br />

circunstancias cuya concurrencia produce necesariamente el efecto. La causa<br />

específica es el conjunto de varias circunstancias, cuya aparición (estando presentes<br />

otras muchas circunstancias que existían ya en la situación dada antes <strong>del</strong> <strong>su</strong>rgimiento<br />

<strong>del</strong> efecto y que constituyen las condiciones de la acción de la causa) conduce a la<br />

aparición <strong>del</strong> efecto.<br />

A partir de la definición anterior se nos hace claro que en el caso <strong>del</strong> concepto C.E,<br />

sería poco menos que imposible procurar una definición operacional precisando la<br />

causa completa de una educación de buena calidad. Más bien, re<strong>su</strong>lta aconsejable,<br />

aunque muy difícil precisar la causa específica; no sólo al plantear las variables<br />

involucradas en este concepto, sino también y sobre todo al operacionalizarlas en<br />

dimensiones e indicadores.<br />

El establecimiento de la causa completa sólo re<strong>su</strong>lta posible en casos relativamente<br />

simples y este evidentemente no lo es.<br />

43


Filosófico<br />

La educación cubana se<br />

identifica con un proyecto<br />

social que tiene como<br />

finalidad la prosperidad, la<br />

integración, la<br />

independencia, el<br />

desarrollo humano<br />

sostenible y la<br />

preservación de la<br />

identidad cultural <strong>del</strong><br />

pueblo. Esta debe lograr un<br />

justo equilibrio entre la<br />

formación científico –<br />

técnica y el pleno<br />

desarrollo espiritual <strong>del</strong><br />

hombre y de la mujer.<br />

Psicológico Pedagógico<br />

La teoría psicológica que<br />

fundamenta la pedagogía<br />

cubana es la concepción<br />

<strong>del</strong> desarrollo histórico<br />

cultural de la psiquis<br />

humana, de Vigotsky<br />

44<br />

Sistema categorial<br />

principal de la Pedagogía:<br />

Educación<br />

Instrucción<br />

Objetivo<br />

Enseñanza<br />

Aprendizaje<br />

Desarrollo<br />

Formación<br />

Figura Nº 5


2.2. Implicaciones de las principales corrientes psicológicas para la teoría y<br />

la práctica pedagógicas.<br />

El conductismo<br />

La concepción conductista dominó gran parte de la primera mitad de este siglo. Las<br />

investigaciones sobre el comportamiento animal hicieron pensar que el aprendizaje era<br />

una respuesta que se producía ante un determinado estímulo. La repetición era la<br />

garantía para aprender y siempre se podía obtener más rendimiento si se <strong>su</strong>ministraban<br />

los refuerzos oportunos.<br />

Esta concepción <strong>del</strong> aprendizaje, asociada al esquema estímulo – respuesta, era<br />

coherente con las concepciones epistemológicas empiristas – conductistas sobre la<br />

naturaleza <strong>del</strong> conocimiento y la investigación, que ya habían defendido Bacon y<br />

Pearson en los siglos XVIII y finales <strong>del</strong> XIX, respectivamente.<br />

Los años cuarenta <strong>del</strong> siglo XX fueron hegemónicos de esta concepción y debido a ello<br />

se eclipsaron otras tendencias que empezaban a <strong>su</strong>rgir, para las que la comprensión<br />

humana se basaba en algo más que en la lógica <strong>del</strong> descubrimiento.<br />

En este enfoque el trabajo <strong>del</strong> maestro consiste en desarrollar una adecuada serie de<br />

arreglos contingenciales de reforzamiento para enseñar. Keller (1978) ha señalado que<br />

en esta aproximación, el maestro debe verse como un "ingeniero educacional y un<br />

administrador de contingencias". Un maestro eficaz debe de ser capaz de manejar<br />

hábilmente los recursos tecnológicos conductuales de este enfoque (principios,<br />

procedimientos, programas conductuales), para lograr con éxito niveles de eficiencia en<br />

<strong>su</strong> enseñanza y sobre todo en el aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos. Dentro de los principios<br />

deben manejar especialmente los referidos al reforzamiento positivo y evitar en la<br />

medida de lo posible los basados en el castigo (Skinner, 1970).<br />

El Humanismo<br />

El núcleo central <strong>del</strong> papel <strong>del</strong> docente en una educación humanista está basada<br />

en una relación de respeto con <strong>su</strong>s alumnos. El profesor debe partir siempre,<br />

de las potencialidades y necesidades individuales de los alumnos y con ello crear y<br />

fomentar un clima social fundamental para que la comunicación de la información<br />

académica y la emocional sea exitosa (Hamachek, 1987).<br />

Otra característica importante <strong>del</strong> maestro humanista, asociada con la anterior es<br />

que debe ser un facilitador de la capacidad potencial de autorrealización de los<br />

alumnos. Sus esfuerzos didácticos, deben estar encaminados a lograr que las<br />

actividades de los alumnos sean autodirigidas fomentando el autoaprendizaje y la<br />

creatividad. El maestro no debe limitar, ni poner restricciones en la entrega de los<br />

materiales pedagógicos, más bien debe proporcionarles a los alumnos, todos los que<br />

estén a <strong>su</strong> alcance (Rogers, 1978).<br />

Varios autores mencionan otros rasgos no menos importantes que debe poseer el<br />

45


maestro humanista, a saber:<br />

Debe ser un maestro interesado en la persona total de los alumnos (Hamachek,<br />

1987).<br />

Debe estar abierto ante nuevas formas de enseñanza u opciones educativas<br />

(Carlos, Hernández y García, 1991: Sebastián, 1986).<br />

Fomentar el espíritu cooperativo de <strong>su</strong>s alumnos (Sebastián, 1986).<br />

Debe ser frente a <strong>su</strong>s alumnos tal y como es, auténtico y genuino (Good y<br />

Brophy, 1983; Sebastián, 1986).<br />

Debe comprender a los alumnos poniéndose en el lugar de ellos, siendo<br />

sensible a <strong>su</strong>s percepciones y sentimientos (comprensión empática) (Good y<br />

Brophy, 1983).<br />

Debe rechazar las posturas autoritarias y egocéntricas (Sebastián, 1986).<br />

El cognitivismo.<br />

Como primera condición, el maestro debe partir de la idea de un alumno activo que<br />

aprenda significativamente, que aprenda a aprender y a pensar. Su papel en este<br />

sentido, se centra especialmente en confeccionar y organizar experiencias didácticas<br />

que logren esos fines. Las diferencias con el profesor tradicionalista consisten en<br />

no centrarse en enseñar exclusivamente información, ni en tomar un papel<br />

protagónico (es el que sabe, el que da la clase, etc.) en detrimento de la<br />

participación de los alumnos.<br />

Desde la perspectiva au<strong>su</strong>beliana, el profesor debe estar profundamente<br />

interesado en promover en <strong>su</strong>s alumnos el aprendizaje significativo de los<br />

contenidos escolares (descubrimiento y recepción). Para ello, es necesario que<br />

procure que en <strong>su</strong>s lecciones, exposiciones de los contenidos, lecturas y experiencias<br />

de aprendizaje, exista siempre un grado necesario de significatividad lógica (arreglo<br />

lógico de ideas, claridad de expresión, estructuración adecuada, etc.) para aspirar a<br />

que los alumnos logren un aprendizaje verdaderamente significativo. Igualmente,<br />

debe conocer y hacer uso de las denominadas estrategias instruccionales<br />

cognitivas, para aplicarlas de manera efectiva en <strong>su</strong>s cursos o situaciones<br />

instruccionales. Otro aspecto relevante, es la preocupación que debe mostrar por el<br />

desarrollo, inducción y enseñanza de habilidades o estrategias cognoscitivas y<br />

metacognitivas de los alumnos. En los enfoques de enseñar a pensar, el maestro<br />

debe permitir a los alumnos experimentar y reflexionar sobre tópicos definidos de<br />

antemano o que emerjan de las inquietudes de los alumnos, con un apoyo y<br />

retroalimentación continuas.<br />

El constructivismo.<br />

De acuerdo con la aproximación psicogenética el maestro es un promotor <strong>del</strong><br />

desarrollo y de la autonomía de los educandos. Debe conocer a profundidad los<br />

problemas y características <strong>del</strong> aprendizaje operatorio de los alumnos y las etapas y<br />

estadios <strong>del</strong> desarrollo cognoscitivo general. Su papel fundamental consiste en<br />

promover una atmósfera de reciprocidad, de respeto y auto confianza para el<br />

46


niño, dando oportunidad para el aprendizaje autoestructurante de los educandos,<br />

principalmente a través de la "enseñanza indirecta" y <strong>del</strong> planteamiento de<br />

problemas y conflictos cognoscitivos.<br />

El maestro debe reducir <strong>su</strong> nivel de autoridad en la medida de lo posible, para que el<br />

alumno no se sienta <strong>su</strong>peditado a lo que él dice, cuando intente aprender o conocer<br />

algún contenido escolar y no se fomente en él la dependencia moral e intelectual. En<br />

este sentido, el profesor debe respetar los errores (los cuales siempre tienen algo de<br />

la respuesta correcta) y estrategias de conocimiento propias de los niños y no exigir la<br />

emisión simple de la "respuesta correcta". Debe evitar el uso de la recompensa y el<br />

castigo (sanciones expiatorias) y promover que los niños construyan <strong>su</strong>s propios<br />

valores morales y sólo en aquellas ocasiones cuando sea necesario hacer uso más<br />

bien, de lo que Piaget llamó sanciones por reciprocidad, siempre en un contexto de<br />

respeto mutuo.<br />

De acuerdo con los escritos de Piaget (1985) existen dos tipos de sanciones: las<br />

sanciones expiatorias y las sanciones por reciprocidad. Las sanciones por<br />

expiación, son aquellas donde no existe una relación lógica entre la acción a ser<br />

sancionada y la sanción; esto es, el vínculo es totalmente arbitrario e impuesto por una<br />

persona con autoridad. Estas sanciones, obviamente están asociadas con el fomento<br />

de una moral heterónoma en el niño. En cambio las sanciones por reciprocidad, son<br />

aquellas que están directamente relacionadas con el acto a sancionar y <strong>su</strong> efecto es<br />

ayudar a construir reglas de conducta mediante la coordinación de puntos de vista<br />

(finalmente esta coordinación, es la fuente de la autonomía tanto moral como<br />

intelectual). Las sanciones de este tipo están basadas en la "regla de oro" (no hagas a<br />

otro lo que no quieras que te sea hecho) y deben ser utilizadas sólo en casos<br />

necesarios y siempre en un ambiente de mutuo respeto entre el maestro y el alumno.<br />

Finalmente, respecto a la formación docente es importante también ser congruente<br />

con la posición constructivista, esto es, permitiendo que el maestro llegue a a<strong>su</strong>mir<br />

estos nuevos roles y a considerar los cambios en <strong>su</strong>s prácticas educativas (en la<br />

enseñanza, la interacción con los alumnos, etc.) por convicción autoconstruida (no por<br />

simple información sobre las ventajas de esta nueva forma de enseñar, aunque en el<br />

fondo no crean en ellas...) luego de la realización de experiencias concretas e<br />

incluso dando oportunidad a que <strong>su</strong> práctica docente y los planes de estudio se vean<br />

enriquecidos por <strong>su</strong> propia creatividad y vigencias particulares.<br />

El Histórico - Cultural<br />

En este paradigma o corriente psicológica la figura cimera es Vigotsky. Este autor<br />

estudió el impacto <strong>del</strong> medio y de las personas que rodean al niño en el proceso de<br />

aprendizaje y desarrolló la teoría <strong>del</strong> “origen social de la mente”.<br />

El concepto básico aportado por Vigotsky es el de “zona de desarrollo próximo. Según<br />

él, cada alumno es capaz de aprender una serie de aspectos que tienen que ver con <strong>su</strong><br />

nivel de desarrollo, pero existen otros fuera de <strong>su</strong> alcance que pueden ser asimilados<br />

con la ayuda de un adulto o de iguales más aventajados. Este tramo entre lo que el<br />

47


alumno no puede aprender por sí mismo y lo que puede aprender con ayuda es lo que<br />

denomina zona de desarrollo próximo.<br />

Este concepto re<strong>su</strong>ltó de gran interés, ya que define una zona donde la acción <strong>del</strong><br />

profesor es de especial incidencia. En este sentido la teoría de Vigotsky concede al<br />

docente un papel esencial al considerarle facilitador <strong>del</strong> desarrollo de estructuras<br />

mentales en el alumno para que sea capaz de construir aprendizajes más complejos.<br />

Vigotsky propone también la idea de la doble formación, al defender que toda función<br />

cognitiva aparece primero en el plano interpersonal y posteriormente se reconstruye en<br />

el plano intrapersonal. Es decir, se aprende en interacción con los demás y se produce<br />

el desarrollo cuando internamente se controla el proceso, integrando las nuevas<br />

competencias a la estructura cognitiva. La importancia que el autor ruso concede a la<br />

interacción con adultos y entre iguales ha hecho que se desarrolle una interesante<br />

investigación sobre el aprendizaje cooperativo como estrategia de aprendizaje.<br />

En la concepción sociocultural podemos hacer extensiva la noción de maestro a<br />

cualquier otro guía o experto que mediatice o provea un tutelaje, aún en<br />

situaciones de educación informal o extraescolar que propicia un aprendizaje guiado<br />

(Cole, 1985). En este sentido hay que hacer mención <strong>del</strong> paralelismo existente entre<br />

aquellos estudios que han investigado a través de un análisis microgenético las<br />

interacciones didácticas madre-hijo (que <strong>su</strong>pone una cierta instrucción) los<br />

estudios de Bruner y Cole. citados en Linaza, 1984 y los realizados por McLane,<br />

1987 y Wertsch, 1988 o los estudios realizados sobre aprendizaje cooperativo en<br />

grupos pequeños de niños, bajo el paradigma de la "enseñanza recíproca"<br />

(Brown y Palincsar, 1984) y los estudios realizados en escenarios naturales de<br />

corte más bien etnográfico (v. Cole o Rogoff) sobre la llamada "enseñanza<br />

problémica, donde se ha demostrado cómo se involucra la noción de Zona<br />

Desarrollo Próximo y la gran similitud de las actividades realizadas con aquellas que<br />

se <strong>su</strong>pone debe realizar un maestro en el aula que oriente <strong>su</strong> práctica de<br />

acuerdo con la postura vygotskiana.<br />

La teoría de Au<strong>su</strong>bel<br />

Au<strong>su</strong>bel publica en 1963 <strong>su</strong> obra “Psicología <strong>del</strong> aprendizaje verbal significativo”. Su<br />

teoría acuña el concepto de aprendizaje significativo para distinguirlo <strong>del</strong> repetitivo o<br />

memorístico y señala el papel que juegan los conocimientos previos <strong>del</strong> alumno en la<br />

adquisición de nuevas afirmaciones.<br />

Estima que aprender significa comprender y para ello es condición indispensable tener<br />

en cuenta lo que el alumno ya sabe sobre aquello que se quiere enseñar. Propone la<br />

necesidad de diseñar para la acción docente lo que llama organizadores previos, una<br />

especie de puentes cognitivos, a partir de los cuales los alumnos puedan establecer<br />

relaciones significativas con los nuevos contenidos. Defiende un mo<strong>del</strong>o didáctico de<br />

transmisión – recepción significativa, que <strong>su</strong>pere las deficiencias <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o tradicional,<br />

al tener en cuenta el punto de partida de los estudiantes y la estructura y jerarquía de<br />

los conceptos.<br />

48


Para Au<strong>su</strong>bel lo fundamental, por lo tanto, es conocer las ideas previas de los alumnos.<br />

Propone para ello la técnica de los mapas conceptuales que es capaz de detectar las<br />

relaciones que los alumnos establecen entre los conceptos. Por medio de la enseñanza<br />

se van produciendo variaciones en las estructuras conceptuales a través de dos<br />

procesos que él denomina diferenciación progresiva y reconciliación integradora.<br />

La diferenciación progresiva significa que a lo largo <strong>del</strong> tiempo los conceptos van<br />

ampliando <strong>su</strong> significado así como <strong>su</strong> ámbito de aplicación. Con la reconciliación<br />

integradora se establecen progresivamente nuevas relaciones entre conjuntos de<br />

conceptos. Las personas inteligentes parecen caracterizarse por tener más conceptos<br />

integrados en <strong>su</strong>s estructuras y poseer mayor número de vínculos y jerarquías entre<br />

ellos.<br />

Au<strong>su</strong>bel planteó que las tres condiciones necesarias para que se produzca un<br />

aprendizaje significativo son:<br />

Que los materiales de enseñanza estén estructurados lógicamente con una jerarquía<br />

conceptual, situándose en la parte <strong>su</strong>perior los más generales, inclusivos y poco<br />

diferenciados.<br />

Que se organice la enseñanza respetando la estructura psicológica <strong>del</strong> alumno, es<br />

decir, <strong>su</strong>s conocimientos previos y <strong>su</strong>s estilos de aprendizaje.<br />

Que los alumnos estén motivados para aprender.<br />

La teoría de Ausebel aportó ideas muy importantes como la <strong>del</strong> aprendizaje<br />

significativo, el interés de las ideas previas y las críticas a los mo<strong>del</strong>os inductivistas. Sin<br />

embargo, se ha criticado por varios autores <strong>su</strong> reduccionismo conceptual y el mo<strong>del</strong>o<br />

didáctico que defiende la transmisión – recepción. Muchos investigadores cuestionan la<br />

pertinencia de <strong>su</strong> aplicación en edades tempranas.<br />

Driver y Gil (1986), critican este mo<strong>del</strong>o porque consideran que no es capaz de resolver<br />

los problemas asociados a la persistencia de los errores conceptuales o concepciones<br />

alternativas o creencias.<br />

Dada la abundancia de las teorías de la enseñanza, hemos de seleccionar aquella que<br />

por <strong>su</strong> amplitud comprensiva, relevancia y significatividad, facilite las bases necesarias<br />

para entender la acción didáctica, como actividad interactiva. Desde esta concepción la<br />

enseñanza es un proceso de interrelación y clarificación continua entre docentes y<br />

alumnos en el marco de un clima social generado por estos protagonistas dentro de un<br />

contexto comunitario.<br />

En general, cualquiera sea la tendencia o enfoque psicopedagógico al cual se adscriba<br />

nuestra práctica educativa, la mejor estrategia para evaluar el desempeño de los<br />

maestros puede re<strong>su</strong>mirse en: identificar primero qué es importante conocer acerca<br />

<strong>del</strong> maestro y <strong>su</strong> labor y, luego, determinar el procedimiento óptimo para obtener<br />

la información necesaria.<br />

49


2.3. Aportes de la teoría de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente a la<br />

<strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño.<br />

La actividad humana<br />

En el diccionario enciclopédico de Filosofía se define la “actividad”, como “forma<br />

específicamente humana de relación activa con el mundo circundante cuyo contenido<br />

estriba en la transformación <strong>del</strong> mundo en concordancia con un objetivo. La actividad<br />

<strong>del</strong> hombre pre<strong>su</strong>pone determinada contraposición <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto y el objeto de la<br />

actividad” 27 .<br />

De la definición anterior de esa importante categoría puede inferirse el carácter<br />

necesariamente consciente que pre<strong>su</strong>pone la actividad humana.<br />

Es decir, esta se realiza a partir de la existencia de objetivos previamente definidos en<br />

el hombre que él debe concienciar como premisa necesaria para que pueda lograr,<br />

como <strong>su</strong>jeto de la actividad, la transformación <strong>del</strong> objeto.<br />

También se puede inferir de la definición antes referida que las categorías filosóficas<br />

básicas de la actividad humana son el “<strong>su</strong>jeto” y el “objeto”.<br />

Según M. S. Kagán, “la actividad humana, desde el punto de vista filosófico, no es otra<br />

cosa que la actividad <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto que está dirigida hacia el objeto y hacia otros <strong>su</strong>jetos” 28<br />

Cuando la educación se propone que los alumnos además de adquirir conocimientos,<br />

formen o asimilen valores, necesita recurrir a un tipo de relación maestro – alumno en<br />

que se impone el diálogo, en el que el alumno es considerado como <strong>su</strong>jeto, dotado de<br />

independencia.<br />

La actividad pedagógica<br />

N. V. Kuzmina, en <strong>su</strong> “Ensayo sobre la psicología de la actividad <strong>del</strong> maestro” afirma<br />

que: “ Si para el éxito de otra actividad tiene gran importancia la actitud <strong>del</strong> hombre ante<br />

la misma, <strong>su</strong> interés, <strong>su</strong> atracción por ella, <strong>su</strong> responsabilidad, entonces el éxito de la<br />

actividad pedagógica no sólo depende de la actitud <strong>del</strong> pedagogo hacia los niños, sino<br />

también de la actitud de los niños hacia el pedagogo, es decir, de las interrelaciones…<br />

La peculiaridad <strong>del</strong> objeto de la actividad pedagógica consiste también en que este no<br />

se desarrolla en dependencia proporcional directa de la influencia pedagógica sobre<br />

dicho objeto, sino de acuerdo con las leyes propias de la psique, es decir de las<br />

particularidades de la percepción, de la comprensión, <strong>del</strong> recuerdo, <strong>del</strong> proceso de<br />

formación de la voluntad y <strong>del</strong> carácter” 29 .<br />

27<br />

Diccionario enciclopédico de Filosofía. Editorial enciclopedia soviética. Moscú, 1983, pág. 151.<br />

28<br />

Kagán, M. S. Conferencias sobre teoría de la cultura. Instituto Superior de Arte. Material<br />

mimeografiado, 1989, pág. 2.<br />

29<br />

Kuzmina, N.V. Ensayo sobre la psicología de la actividad <strong>del</strong> maestro. Editorial Pueblo y Educación,<br />

Ciudad de la Habana, 1987, p+ag. 6.<br />

50


Siguiendo esta línea de pensamiento y aportando otras precisiones relativas a las<br />

diferentes formas de organizar la relación <strong>su</strong>jeto – objeto y <strong>su</strong>jeto – <strong>su</strong>jeto, O.A.<br />

Abdulina señala que “la actividad pedagógica es una actividad conjunta <strong>del</strong> maestro y<br />

los alumnos, en cuyo proceso se desarrollan tanto la relación <strong>su</strong>jeto – objeto (<strong>su</strong>jeto de<br />

la acción pedagógica, el maestro, objeto de la influencia pedagógica, el niño, que al<br />

mismo tiempo es <strong>su</strong>jeto de auto – educación), como también la relación <strong>su</strong>jeto – <strong>su</strong>jeto<br />

(relaciones interpersonales <strong>del</strong> maestro y los alumnos sobre la base de la colaboración,<br />

la confianza mutua, generosidad espiritual, bondad). Unas y otras relaciones se forman<br />

sobre la base de una constante comunicación <strong>del</strong> maestro con los alumnos en el<br />

proceso de enseñanza – aprendizaje, <strong>del</strong> trabajo extra – clase, en el curso de la<br />

utilización de diferentes formas y métodos de educación ideopolítica, laboral, moral y<br />

estética de los escolares. Su comunicación con los niños tiene un carácter<br />

particularmente profesional y tiene una dirección pedagógica expresada con<br />

precisión” 30 .<br />

Re<strong>su</strong>ltan muy importantes los criterios expresados por esta autora, en particular en lo<br />

relativo a la necesidad <strong>del</strong> carácter profesional que debe tener el proceso de<br />

comunicación <strong>del</strong> docente con los alumnos, así como a <strong>su</strong> dirección pedagógica.<br />

Ahora bien, una idea verdaderamente crucial sobre la especificidad de la actividad<br />

pedagógica fue expresada por Y. N. Kuliutkin cuando expresó:<br />

“La actividad pedagógica pertenece al tipo de profesión en cuya base se encuentra la<br />

relación hombre – hombre. La particularidad esencial la constituye el hecho de que ella<br />

se presenta como actividad para dirigir otra actividad” 31 .<br />

Las ideas expresadas anteriormente conducen a la conclusión de que la misión esencial<br />

de la actividad pedagógica consiste en enseñar a los alumnos a transformar la<br />

educación en auto – educación, la regulación externa en autorregulación, todo lo cual<br />

pre<strong>su</strong>pone que el alumno se convierta de objeto de las influencias pedagógicas <strong>del</strong><br />

maestro, en <strong>su</strong>jeto de <strong>su</strong> propia formación.<br />

La actividad pedagógica es un proceso muy complejo y dinámico que exige una<br />

rigurosa organización y planificación por parte <strong>del</strong> maestro. En <strong>su</strong> ejecución se realiza la<br />

dirección de la actividad cognoscitiva <strong>del</strong> alumno, en conjunción estrecha con la<br />

formación de las cualidades de <strong>su</strong> personalidad previstas en el fin y los objetivos de la<br />

educación.<br />

Para la realización exitosa de la actividad pedagógica re<strong>su</strong>lta imprescindible que el<br />

maestro conozca exhaustivamente las características de partida <strong>del</strong> objeto de <strong>su</strong><br />

influencia, el cual es verdaderamente muy complejo porque, por una parte, la<br />

personalidad <strong>del</strong> educando es en sí un fenómeno muy amplio y tiene un carácter activo<br />

pues refleja de manera individual, acorde con <strong>su</strong>s características internas, las<br />

30 Abdulina, O.A. La preparación pedagógica general <strong>del</strong> maestro. Sistema de Instrucción Superior<br />

Pedagógica. Prosvechenia, Moscú, 1984. Traducido al Español en el I.S.P “Enrique José Varona”.<br />

Impresión ligera, pág. 39 – 40.<br />

31 Kuliutkin, Y. N. El pensamiento creador en la actividad profesional <strong>del</strong> maestro. Voprosil. Psijologuie 2,<br />

1986, pág. 21.<br />

51


influencias externas que recibe; y por otra parte, la enseñanza y la educación se<br />

realizan de forma colectiva, pues el maestro trabaja al mismo tiempo con muchas<br />

personalidades que se influyen mutuamente y esas influencias también deben ser<br />

dirigidas por el maestro.<br />

Luego el colectivo estudiantil y la materia de estudio deben ser consideradas también<br />

componentes <strong>del</strong> objeto de la actividad pedagógica.<br />

La actividad pedagógica profesional.<br />

En esta obra se a<strong>su</strong>me la definición de “actividad pedagógica profesional” planteada por<br />

Lisardo García Ramis y otros en <strong>su</strong> trabajo inédito de ese propio nombre cuando<br />

expresaron:<br />

“La actividad pedagógica profesional es aquella actividad que está dirigida a la<br />

transformación de la personalidad de los escolares en función de los objetivos que<br />

plantea el Estado a la formación de las nuevas generaciones. Se desarrolla en el marco<br />

de un proceso de solución conjunta de tareas pedagógicas tanto de carácter instructivas<br />

como educativas y en condiciones de plena comunicación entre el maestro, el alumno,<br />

el colectivo escolar y pedagógico, la familia y las organizaciones estudiantiles” 32 .<br />

En ese propio trabajo los autores hicieron un estudio acerca de las características<br />

históricas de la actividad pedagógica profesional de la pedagogía cubana en los siglos<br />

XIX y XX. Al respecto aseguraron que entre tales características se encuentran:<br />

El sentido orientador de la actividad pedagógica dirigido al fortalecimiento <strong>del</strong><br />

patriotismo, de la cultura y tradiciones nacionales y de los más puros sentimientos<br />

ciudadanos.<br />

El carácter especial y primordial de la comunicación entre maestro y alumno, que<br />

tiene particularidades específicas y cuya correcta realización garantiza un<br />

aprendizaje satisfactorio y el desarrollo de los sentimientos y convicciones en los<br />

jóvenes.<br />

El papel fundamental <strong>del</strong> ejemplo <strong>del</strong> maestro en la formación de los estudiantes,<br />

que debe partir de una alta maestría pedagógica.<br />

El carácter desarrollador y creador de la actividad pedagógica que ha puesto el<br />

énfasis más que en la trasmisión de los conocimientos, en el desarrollo de las<br />

potencialidades de los niños, en correspondencia con los a<strong>del</strong>antos científicos y<br />

pedagógicos de la época y la búsqueda de hombres libres y activos transformadores<br />

de la sociedad.<br />

La insistencia en el carácter especializado de la profesión pedagógica y de la<br />

preparación que el maestro debe poseer para el éxito de <strong>su</strong> labor.<br />

Los aspectos antes señalados constituyen un buen re<strong>su</strong>men de la experiencia<br />

pedagógica cubana y sientan las bases para la adopción de nuestros puntos de vista<br />

sobre el funcionamiento de las tradiciones <strong>del</strong> magisterio cubano.<br />

32 García Ramis, Lisardo y otros. La actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> maestro. Material<br />

mimeografiado, 1989, pág. 65.<br />

52


Análisis estructural de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente.<br />

La actividad pedagógica profesional exige <strong>del</strong> maestro un sistema de trabajo<br />

determinado y una secuencia de acciones y operaciones que se relacionan formando<br />

una estructura peculiar.<br />

Al tratar de penetrar en la esencia de tal estructura, debe partirse de la estructura<br />

general de la actividad humana ya analizada en epígrafes anteriores, tanto desde el<br />

punto de vista filosófico como psicológico. Además re<strong>su</strong>lta necesario considerar<br />

también las peculiaridades que distinguen lo específico de la actividad pedagógica<br />

como tipo específico de actividad social.<br />

Se puede afirmar entonces que los componentes de la actividad pedagógica profesional<br />

son:<br />

El objeto, que es aquello a cuya transformación se dirige esencialmente, que es<br />

complejo y dinámico por lo que se hace necesario conocer profundamente <strong>su</strong>s<br />

peculiaridades. El objeto es en esencia la personalidad <strong>del</strong> educando. Como ya se<br />

ha explicado antes, el objeto es también <strong>su</strong>jeto de <strong>su</strong> propio desarrollo y educación.<br />

El <strong>su</strong>jeto, o sea el maestro, que es un elemento portador de las necesidades,<br />

motivos y objetivos, que ejecuta <strong>su</strong>s acciones y operaciones en condiciones<br />

cambiantes, y el que al hacerlo también cambia, se transforma.<br />

Las condiciones en que se desarrolla, a saber: los factores ambientales, los recursos<br />

con que se cuenta, las condiciones económicas, políticas y sociales, el nivel de<br />

desarrollo alcanzado por cada uno de los alumnos y por el colectivo estudiantil en <strong>su</strong><br />

conjunto, por el colectivo pedagógico y por el propio maestro, así como los contextos<br />

en que se desarrollan cada una de las formas de organización de la enseñanza.<br />

Los medios, es decir los recursos pedagógicos de que se vale el docente para<br />

educar, tales como los métodos de enseñanza y de educación, el contenido de la<br />

enseñanza y educación, así como lo que se conoce como medios de enseñanza y<br />

demás componentes de la Didáctica.<br />

El re<strong>su</strong>ltado, que consiste básicamente en lograr la transformación esperada en la<br />

personalidad de los alumnos, un cambio en la calidad de <strong>su</strong> formación, que se<br />

expresa en el sistema de conocimientos, hábitos y habilidades que asimila, las<br />

capacidades que desarrolla, así como en las convicciones, normas de conducta y<br />

cualidades <strong>del</strong> carácter que muestra tener.<br />

Análisis funcional de la actividad pedagógica profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Al interpretar la actividad pedagógica profesional como un conjunto de acciones<br />

encaminadas al logro de un determinado objetivo, se pone de manifiesto la<br />

comprensión de la actividad como un sistema funcional.<br />

“Al determinar las principales funciones de la actividad pedagógica (como un sistema<br />

funcional), entenderemos por tales aquellos efectos de la actividad que satisfacen<br />

necesidades, objetivamente existentes, de vital importancia e indispensable para la<br />

53


conservación y desarrollo <strong>del</strong> proceso pedagógico” 33 .<br />

Se puede asegurar que las principales funciones que debe cumplir la actividad<br />

pedagógica profesional son:<br />

La función instructiva – informativa, la que exige que el profesor pertreche a los<br />

alumnos de los conocimientos fundamentales de las diferentes asignaturas que<br />

imparte.<br />

Ahora bien, en las condiciones de la actual revolución científico – técnica en que<br />

vivimos, el cumplimiento de tal función se complejiza en alto grado, pues el maestro<br />

debe elegir, dentro de un amplio repertorio de recursos mediáticos tales como los<br />

softwares, los videos educativos, las publicaciones periódicas, los programas de<br />

televisión, etc. El debe analizar cuando es mejor utilizar uno u otro medio en función de<br />

lo que pre<strong>su</strong>miblemente pueden impactar en el cumplimiento de los objetivos de la<br />

actividad docente – educativa de que se trate.<br />

Luego el maestro tiene el deber de regular y poner orden en el flujo de información que<br />

reciben los alumnos en las diferentes actividades escolares y extraescolares.<br />

El cumplimiento adecuado de esta función pre<strong>su</strong>pone que el docente tenga un profundo<br />

dominio de los contenidos que le corresponde enseñar y comprende el abordaje de<br />

todos los sistemas de conocimientos, a saber: los político – ideológicos, los científicos<br />

propios de <strong>su</strong> materia de estudio, los morales, estéticos, físicos, sexuales, etc.<br />

La función educativa, la que está presente en todo momento de la actividad<br />

pedagógica y que por tanto se desarrolla a lo largo de todo el proceso pedagógico.<br />

Esta tiene un carácter general y abarca la transformación <strong>del</strong> estudiante de manera<br />

integral y multifacética.<br />

La función orientadora, que consiste esencialmente en formar en los alumnos las<br />

relaciones positivas hacia la realidad objetiva, hacia el medio en que se desarrolla.<br />

El cumplimiento de esta función crea los valores sociales de los estudiantes hacia el<br />

contexto en que viven, les proporciona <strong>su</strong> concepción <strong>del</strong> mundo y ejerce una gran<br />

influencia sobre la esfera intelectual y moral de los alumnos y los guía a abrazar las<br />

ideas revolucionarias y patrióticas de nuestro pueblo.<br />

La función desarrolladora, que expresa no sólo las relaciones hacia la orientación<br />

<strong>del</strong> alumno como un <strong>su</strong>jeto activo en el proceso pedagógico, sino además el<br />

desarrollo al máximo de las potencialidades creadoras y las capacidades de los<br />

alumnos.<br />

Esta función expresa la unidad entre enseñanza y educación. El cumplimiento de la<br />

misma exige <strong>del</strong> docente la habilidad para conocer la capacidad de los alumnos para<br />

33 Komarov, M. S. “La explicación funcional en la sociología burguesa contemporánea”, en: Problemas<br />

actuales <strong>del</strong> desarrollo de las investigaciones sociales concretas. Colectivo de autores. Sociología.<br />

Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1980.<br />

54


el estudio, para determinar en cada uno de ellos qué pueden hacer con<br />

independencia y qué pueden hacer solamente si cuentan con la ayuda de otro, para<br />

pronosticar en cada caso el próximo estadio a alcanzar y la mejor vía para lograrlo.<br />

La función investigativa, la que exige <strong>del</strong> maestro un enfoque científico hacia los<br />

fenómenos pedagógicos, así como habilidades para plantearse hipótesis, proyectar<br />

y realizar estudios pedagógicos sencillos. Exige estar en capacidad de analizar la<br />

experiencia propia y la de los demás maestros, tener hábitos de estudio y trabajo<br />

con la literatura científica.<br />

La realización de esta función posibilita darle al trabajo <strong>del</strong> maestro un sentido<br />

creador.<br />

La función movilizadora, que se expresa en el logro de una correcta actitud de los<br />

alumnos hacia el estudio y el trabajo, así como en los motivos para mantener una<br />

conducta adecuada en la escuela y en <strong>su</strong> vida.<br />

2.4. Contribución de la teoría general de la administración de los recursos<br />

humanos en las organizaciones, a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los<br />

docentes.<br />

Las prácticas de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los empleados en <strong>su</strong>s organizaciones,<br />

no son nuevas; desde que el hombre dio empleo a otro, el trabajo de este último fue<br />

evaluado.<br />

Durante mucho tiempo los administradores de las organizaciones se preocuparon<br />

exclusivamente de la eficiencia de la máquina, como medio de aumentar la<br />

productividad de las mismas. Esta “Teoría Clásica de la Administración”, no logró<br />

resolver el problema <strong>del</strong> aumento de la eficiencia de la organización.<br />

A partir de la humanización de la teoría de la administración y con el <strong>su</strong>rgimiento de la<br />

“Escuela de las Relaciones Humanas”, ocurrió un cambio rotundo en el enfoque clásico,<br />

siendo entonces el hombre la principal preocupación de los administradores. La<br />

atención que había estado colocada frente a la máquina pasó a colocarse frente al<br />

hombre.<br />

Surgieron entonces un conjunto de interrogantes, cuyas respuestas re<strong>su</strong>ltaron cruciales<br />

para el desarrollo ulterior de la teoría y práctica de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Entre<br />

tales interrogantes se encuentran las siguientes:<br />

¿Cómo conocer y medir la potencialidad <strong>del</strong> hombre?<br />

¿Cómo llevarlo a aplicar totalmente ese potencial al desempeño de <strong>su</strong> trabajo?<br />

¿Qué lleva al hombre a ser más eficiente y productivo?<br />

¿Cuál es la fuerza básica que lleva <strong>su</strong>s energías a la acción?<br />

¿Cuáles son <strong>su</strong>s necesidades para un funcionamiento estable y duradero?<br />

¿Cuál es el ambiente más adecuado para <strong>su</strong> funcionamiento?<br />

55


Con las primeras respuestas a estas interrogantes y estudios sobre la motivación<br />

humana <strong>su</strong>rgió la “Teoría Behaviorista de la Administración”, preocupada no sólo por el<br />

comportamiento individual <strong>del</strong> hombre dentro de la organización, sino principalmente,<br />

por el comportamiento organizacional.<br />

Según este nuevo enfoque, mediante el trabajo el hombre vislumbra consciente o<br />

inconscientemente las perspectivas de satisfacción y autorrealización que las<br />

actividades que desarrolla le permitirán alcanzar.<br />

Innumerables investigaciones revelaron ciertas aspiraciones fundamentales que<br />

condicionan el comportamiento <strong>del</strong> hombre dentro de la organización:<br />

Deseo de sentirse necesario e importante para la organización a la que<br />

pertenece.<br />

Deseo de sentir el interés <strong>del</strong> Jefe por <strong>su</strong> éxito o bienestar.<br />

Deseo de recibir reconocimiento y aprobación por lo que hace, principalmente<br />

cuando tiene éxito y cuando produce provecho a la organización.<br />

Deseo de recibir consideración y respeto por medio de un tratamiento capaz de<br />

mantener <strong>su</strong> amor propio y <strong>su</strong> autoapreciación.<br />

Deseo de participar y de sentirse integrado y satisfecho dentro de un ambiente<br />

de relaciones humanas compatibles.<br />

Deseo de sentirse comprendido por <strong>su</strong>s <strong>su</strong>periores en cuanto a <strong>su</strong>s problemas<br />

personales que lo afectan y que muchas veces condicionan <strong>su</strong> pensamiento y<br />

acción.<br />

Percepción de posibilidades claras de permanencia en la organización, de<br />

progreso y de futuro.<br />

Vi<strong>su</strong>alización de los objetivos organizacionales capaces de hacerlo sentirse<br />

orgulloso de ser miembro de la organización.<br />

Esta obra abraza los preceptos fundamentales de la Teoría Behaviorista, aplicados a<br />

una organización muy singular que es la institución escolar, donde la coordinación de<br />

las influencias educativas de todo el colectivo pedagógico se convierte en una premisa<br />

necesaria para el éxito en la formación de los educandos.<br />

El gran reto está entonces en lograr el diseño e implementación de un sistema de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente, que esté centrado en <strong>su</strong> desarrollo<br />

profesional, y por lo tanto estimule <strong>su</strong> permanencia y compromiso con la escuela y <strong>su</strong>s<br />

re<strong>su</strong>ltados docentes y educativos.<br />

Para ello re<strong>su</strong>lta imprescindible partir de conceptos claros y coherentes sobre “la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño”.<br />

Según María Antonieta Mesa, “la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño, consiste en la<br />

identificación y medición de los objetivos de la labor que desempeña un individuo, la<br />

56


forma en que utiliza los recursos para cumplir esos objetivos y la gestión <strong>del</strong><br />

rendimiento humano en las organizaciones” 34 .<br />

En la definición anterior queda claro que las primeras acciones destinadas a la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de un individuo en <strong>su</strong> organización, deben estar<br />

encaminadas a la identificación de los objetivos de <strong>su</strong> empleo, porque es contra ellos,<br />

por contrastación, contra los que se medirá si los cumple en la práctica con eficiencia y<br />

eficacia. Sin embargo, esta definición sólo hace referencia a la medición <strong>del</strong> rendimiento<br />

humano, dejando de lado el análisis <strong>del</strong> comportamiento <strong>del</strong> proceso que conduce a tal<br />

rendimiento, única fórmula capaz de propiciar que se detecten las posibles causas de<br />

los efectos laborales no deseables.<br />

Por <strong>su</strong> parte Idalberto Chiavenato asegura que “la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño es un<br />

sistema de apreciación <strong>del</strong> desenvolvimiento <strong>del</strong> individuo en <strong>su</strong> cargo, y de <strong>su</strong><br />

potencial de desarrollo. Toda <strong>evaluación</strong> es un proceso para estimar o juzgar el valor, la<br />

excelencia, las cualidades o el status de algún objeto o persona” 35 .<br />

Este autor, con esa definición aporta un nuevo elemento muy importante, la necesidad<br />

de evaluar no sólo la actuación <strong>del</strong> individuo en el ejercicio de <strong>su</strong> cargo, sino también<br />

estimar <strong>su</strong> potencial de desarrollo.<br />

En esta misma línea de pensamiento se manifiestan los autores Ernesto Blanco y<br />

Mercedes Di Vora, quienes consideran que “la apreciación <strong>del</strong> desempeño o <strong>evaluación</strong><br />

es el proceso de precisar, medir y desarrollar la idoneidad, talento, aptitud,<br />

competencia, <strong>su</strong>ficiencia y disposición <strong>del</strong> personal de las organizaciones en el ejercicio<br />

de las funciones propias de <strong>su</strong> cargo u oficio” 36 .<br />

Y más a<strong>del</strong>ante señalan que “un sistema eficaz de apreciación debe no solamente<br />

medir con exactitud los niveles de desempeño actual, sino también contener<br />

mecanismos para reforzar las potencialidades, precisar las deficiencias y comunicar tal<br />

información a los evaluados con el fin de que ellos puedan perfeccionar <strong>su</strong> desempeño<br />

futuro. La apreciación <strong>del</strong> desempeño es entonces el proceso de observar, precisar,<br />

medir y desarrollar el comportamiento humano en las organizaciones” 37 .<br />

34 Mesa Espinosa, María Antonieta y otros. La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Folletos gerenciales, Año IV,<br />

N° 6, junio <strong>del</strong> 2000. Publicación Periórica <strong>del</strong> Centro de Estudios de Dirección. Ministerio de Educación<br />

Superior, pág. 40.<br />

35 Chiavenato, Idalberto. Administración de recursos humanos. Mc Graw – Hill, México, 1988, pág. 300.<br />

36 Blanco G. Ernesto y Di Vora, Mercedes. Evaluación <strong>del</strong> personal docente. Guía para <strong>su</strong> desarrollo.<br />

Ediciones Publicitarias, Venezuela, 1992, pág. 25.<br />

37 Blanco G. Ernesto y Di Vora, Mercedes. Evaluación <strong>del</strong> personal docente. Guía para <strong>su</strong> desarrollo.<br />

Ediciones Publicitarias, Venezuela, 1992, pág. 25.<br />

57


Al analizar detenidamente la definición y el comentario anterior, se destacan tres<br />

elementos distintivos de la concepción de estos autores sobre la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño, a saber:<br />

1. Observar y precisar, refriéndose al proceso de ver, examinar, inquirir y averiguar<br />

cuidadosamente los comportamientos <strong>del</strong> trabajo y <strong>su</strong>s circunstancias; elegir<br />

aquellos comportamientos que se deben observar de la persona evaluada y la<br />

frecuencia en que deben observarse.<br />

2. Medir, en el sentido de cerciorarse de la extensión, grado y nivel de un<br />

comportamiento o conducta. Después que el evaluador elige qué información<br />

debe examinar, compara esta información acerca <strong>del</strong> comportamiento de la<br />

persona evaluada con un conjunto de expectativas organizacionales o<br />

personales para cada trabajo o cargo. El grado en el cual el comportamiento<br />

observado cumple o excede las expectativas determina el nivel de logro o el nivel<br />

de desempeño alcanzado.<br />

3. Desarrollar, refiriéndose al mejoramiento <strong>del</strong> desempeño en el tiempo. Un<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño debe contener mecanismos para<br />

comunicar las expectativas a las personas que están siendo evaluadas,<br />

motivarlas para que corrijan las deficiencias encontradas y reforzar las<br />

potencialidades con el fin de perfeccionar el desempeño futuro.<br />

Ahora bien, en el planteamiento de cualquier <strong>evaluación</strong> es esencial determinar cuál es<br />

el <strong>su</strong>jeto u objeto que deberá ser evaluado. Esta determinación ayuda a precisar la<br />

clase de información que debe ser recolectada y cómo debe ser analizada.<br />

Por tanto, si se trata de evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente, se requiere<br />

a<strong>su</strong>mir una definición específica al respecto.<br />

En esta obra se a<strong>su</strong>me que la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />

comprende la medición y valoración tanto de la actuación como de la idoneidad <strong>del</strong><br />

docente, expresada esta última esencialmente en un conjunto de capacidades<br />

pedagógicas, necesarias para la realización de un ejercicio profesional eficiente y<br />

eficaz.<br />

2.5 Aportes de la teoría de las competencias profesionales a la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño profesional de los docentes<br />

Cuando exploramos los antecedentes <strong>del</strong> término competencia, observamos que este<br />

comienza a ser empleado en el campo de la ciencia psicológica a finales de la década<br />

de los cincuenta <strong>del</strong> siglo pasado por los teóricos de la nueva psicología cognitiva 38 ,<br />

cuando Noam Chomsky introduce el concepto de competencia lingüística para hacer<br />

referencia a un conocimiento formal y abstracto acerca de las reglas y principios que<br />

regulan el sistema lingüístico.<br />

38 La llamada revolución cognitiva se inicia en 1956 en los Estados Unidos, como respuesta a las demandas<br />

tecnológicas de la sociedad postindustrial, entendiendo al ser humano como un activo procesador de información y<br />

ubicando <strong>su</strong> estudio desde la analogía mente-ordenador.<br />

58


Sin embargo, no es hasta finales de la década de los ochenta e inicios de los noventa,<br />

que la categoría competencia, abordada hasta entonces desde la arista de la actividad<br />

cognitiva-instrumental humana, comienza a ser reconceptualizada en los marcos <strong>del</strong><br />

debate internacional y regional en torno a los problemas de la calidad de la educación y<br />

la in<strong>su</strong>ficiente relevancia o significatividad social e individual de los currículos de las<br />

instituciones educativas formales, tanto en los niveles básico y medio, como en la<br />

enseñanza técnica, la formación docente y la educación universitaria.<br />

En los últimos años se ha registrado un uso frecuente de la categoría “competencia<br />

profesional” en diversas publicaciones pedagógicas y documentos de agencias<br />

internacionales. Sin embargo, no todos los autores se refieren necesariamente a lo<br />

mismo cuando hacen alusión a la misma.<br />

Así por ejemplo los doctores Beatriz Castellanos, Miguel Jorge Llivina y Ana María<br />

Fernández, en <strong>su</strong> curso pre – Congreso Pedagogía 2003 “La gestión de la actividad de<br />

ciencia e innovación tecnológica y la competencia investigativa <strong>del</strong> profesional de la<br />

educación”, aseguran que existen varios enfoques en la conceptualización <strong>del</strong> término<br />

“competencia”, a saber:<br />

Enfoque centrado en la competitividad.<br />

Enfoque centrado en la nueva ciudadanía.<br />

Enfoque reduccionista / conductista.<br />

Enfoque integrador / contextualista.<br />

Enfoque centrado en la competitividad.<br />

Desde este enfoque, <strong>su</strong>stentado en una filosofía pragmática, utilitarista y racionalista, la<br />

educación y la formación se convierten en un medio o inversión indispensable a los<br />

efectos de los intereses económicos de los consorcios y las competencias se identifican<br />

con las competencias laborales o profesionales, definiéndose a partir de un perfil<br />

estrecho que privilegia el componente técnico en detrimento de otros aspectos de la<br />

personalidad integral.<br />

Su lógica centrada en la competitividad puede conducir a la formación de tecnócratas<br />

altamente especializados y capaces de insertarse con éxito en los modernos procesos<br />

de producción y servicios.<br />

Enfoque centrado en la nueva ciudadanía.<br />

Las competencias para la vida abarcan todas las esferas de la existencia humana y no<br />

se reducen a las competencias laborales. El concepto articulador de esas grandes<br />

competencias sería el de la nueva ciudadanía <strong>del</strong> siglo XXI, como utopía que plantea el<br />

mo<strong>del</strong>o universal de un nuevo tipo de hombre.<br />

Estas posiciones pueden conducir en algunos casos a un análisis ingenuo y<br />

desideologizado de la educación y de los factores que determinan en última instancia la<br />

dinámica de la vida social: el mejoramiento de la educación constituye una condición<br />

59


dinamizadora, pero no puede solucionar, por si solo, los graves problemas estructurales<br />

de las sociedades contemporáneas.<br />

Enfoque reduccionista / conductista.<br />

En este enfoque las competencias profesionales son entendidas a partir de las<br />

conductas y acciones que el profesional puede realizar en un área laboral concreta a<br />

partir de un perfil preestablecido por los empleadores, lo que viabiliza la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

trabajador.<br />

Por tanto los autores de este enfoque definen la competencia laboral como “un conjunto<br />

identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionadas<br />

entre sí que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de trabajo,<br />

según estándares utilizados en el área ocupacional” 39 .<br />

Como respuesta a los enfoques antes descritos, comienzan a <strong>su</strong>rgir ideas más<br />

integradoras acerca de las competencias, como las de Pearson (1984) quien distingue<br />

entre el “conocimiento teórico habitual”, derivado <strong>del</strong> análisis de tareas que preparan a<br />

una persona para el desempeño de ciertas rutinas necesarias en <strong>su</strong> profesión, y el<br />

“conocimiento teórico inteligente”, que <strong>su</strong>pone el ejercicio <strong>del</strong> discernimiento, la acción<br />

inteligente en situaciones no estructuradas que requieren creatividad y la búsqueda de<br />

alternativas ante la toma de decisiones, entre otros requerimientos.<br />

Enfoque integrador / contextualista.<br />

En los últimos años se ha ido abriendo pasos la concepción de las competencias como<br />

“unidades integradas y complejas”, que incluyen diferentes componentes psicológicos y<br />

/ o personológicos interrelacionados que van a determinar la actuación exitosa en un<br />

contexto.<br />

Al abordar la problemática de la estructura de las competencias, predomina el consenso<br />

de que estas incluyen componentes diversos, a saber: conocimientos, destrezas,<br />

habilidades, capacidades y otros aspectos intelectuales, prácticos, éticos, actitudinales,<br />

afectivos, volitivos, estéticos y sociales, así como capacidades interactivas.<br />

Dentro de este enfoque la competencia se considera una categoría psicológica que<br />

integra determinados componentes figurativos, procedimentales, actitudinales y<br />

personológicos, en función de lograr un desempeño eficiente en un contexto concreto<br />

de actuación.<br />

La competencia como configuración psicológica.<br />

Para adentrarnos con éxito en la esencia misma de la categoría competencia, re<strong>su</strong>lta<br />

necesario tratar de responder las interrogantes siguientes:<br />

39 FROMM, ERICH. ¿Tener o ser? Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1993. P. 28.<br />

60


¿Qué tipo de estructura psicológica es la competencia?<br />

¿Podemos identificarla con la capacidad?<br />

¿Cuáles son <strong>su</strong>s componentes estructurales y qué papel desempeñan en la<br />

regulación de la actividad de la persona en determinados contextos de actuación?<br />

Según José Tejeda (1999) poseer capacidades no significa ser competente, por cuanto<br />

la competencia no reside en los recursos (capacidades), sino en la movilización misma<br />

de los recursos, no es poseer, es utilizar.<br />

Para Rubinstein las capacidades constituyen “propiedades o cualidades <strong>del</strong> hombre que<br />

lo hacen apto para realizar con éxito algunos tipos de actividades socialmente útiles” 40 ,<br />

mientras que para Leontiev, son “propiedades <strong>del</strong> individuo cuyo conjunto condiciona el<br />

éxito en el cumplimiento de determinada actividad” 41 .<br />

De las definiciones anteriores de capacidades, se infiere que estas son condiciones<br />

necesarias pero no <strong>su</strong>ficientes para un desempeño exitoso en el campo de actuación<br />

de que se trate. En ambas se expresa de manera diferente la dialéctica de lo potencial y<br />

lo real: si la capacidad es potencialidad que puede llegar o no a convertirse en realidad<br />

y actualizarse, la competencia es realidad actualizada y se manifiesta en un<br />

comportamiento concreto, en la acción.<br />

La competencia no puede ser entendida entonces como una formación psicológica, sino<br />

como una configuración psicológica que se distingue funcional y estructuralmente de las<br />

capacidades.<br />

La Dra. Isel Parra en <strong>su</strong> tesis doctoral define este concepto de la manera siguiente: “Las<br />

competencias profesionales constituyen configuraciones psicológicas en las que se<br />

integran competencias motivacionales, cognitivos, metacognitivos y cualidades de la<br />

personalidad que permiten que se desarrollen desempeños sociales deseables en el<br />

contexto particular de actuación profesional” 42 .<br />

La utilidad entonces de la categoría competencia para la conceptualización de la<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente radica entonces en que <strong>su</strong> definición<br />

como configuración permite integrar formaciones de carácter fundamentalmente<br />

cognitivo (como las capacidades y las habilidades) y otras de carácter motivacional, con<br />

vistas a explicar el funcionamiento exitoso de la personalidad en un contexto dado,<br />

revelado en una actuación exitosa.<br />

40 RUBINSTEIN, S. L.. El problema de las capacidades y las cuestiones relativas a la teoría psicológica. En:<br />

Antología de la Psicología Pedagógica y de las Edades. Compilado por I. I. Iliasov y V. Ya. Liaudis. Editorial Pueblo y<br />

Educación, La Habana, 1986, p. 60.<br />

41 LEONTIEV, A. N. Sobre la formación de las capacidades. En: Antología de la Psicología Pedagógica y de las<br />

Edades. Compilado por I. I. Iliasov y V. Ya. Liaudis. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1986, p. 45.<br />

41 RUBINSTEIN, S. L. Op. cit., p. 63.<br />

42 Parra Vigo, Isel Bibiana. Tesis doctoral: “Mo<strong>del</strong>o didáctico para contribuir a la dirección <strong>del</strong> desarrollo<br />

de la competencia didáctica <strong>del</strong> profesional de la educación en formación inicial, La Habana, 2002, pág.<br />

21.<br />

61


Ello se expresa a través de determinados indicadores funcionales como el alto nivel de<br />

flexibilidad y reflexión, el comportamiento alternativo ante la solución de problemas,<br />

entre otros, que apuntan a un nivel de regulación <strong>su</strong>perior.<br />

En este trabajo nos adscribimos entonces a la definición de competencia de Beatriz<br />

Castellanos y otros, en el trabajo que citamos anteriormente donde expresaron que: “es<br />

una configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos,<br />

metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad en estrecha unidad<br />

funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la<br />

actividad, en correspondencia con el mo<strong>del</strong>o de desempeño deseable socialmente<br />

construido en un contexto histórico concreto” 43 .<br />

A manera de conclusión, podemos plantear que consideramos pertinente utilizar el<br />

término competencia para referirnos a un comportamiento <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto ante la solución de<br />

problemas de <strong>su</strong> actuación profesional y personal, diferente a lo nominado con el uso<br />

de otras categorías, como las capacidades. Aunque la relación entre ambos conceptos<br />

es indiscutible, el enfoque de un contenido de la personalidad estructurado como<br />

configuración psicológica, ofrece la posibilidad de integrar y articular diferentes<br />

formaciones y cualidades que intervienen en el desempeño, lo que debe propiciar un<br />

comportamiento autorregulado.<br />

Estas posiciones tienen importantes implicaciones en el orden educativo en general y<br />

pedagógico en particular, ya que una configuración psicológica no se forma directa y<br />

linealmente a partir de la apropiación de conocimientos y habilidades en el proceso de<br />

aprendizaje. Así, la competencia representa un producto <strong>del</strong> desarrollo psicológico; es una<br />

neoformación psicológica <strong>su</strong>perior que se constituye como re<strong>su</strong>ltado de los complejos<br />

nexos dialécticos existentes entre la educación, el aprendizaje y el desarrollo individual.<br />

2.6. Una definición teórica <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional<br />

<strong>del</strong> docente”<br />

En la amplia literatura con<strong>su</strong>ltada sobre este tema no encontramos una definición clara<br />

y específica de este concepto, por esa razón nos dimos a la tarea de elaborar nuestra<br />

propia definición de este concepto central de la presente obra.<br />

La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente es un proceso sistemático<br />

de obtención de datos válidos y fiables, con el objetivo de comprobar y valorar el<br />

efecto educativo que produce en los alumnos el despliegue de <strong>su</strong>s capacidades<br />

pedagógicas, <strong>su</strong> emocionalidad, responsabilidad laboral y la naturaleza de <strong>su</strong>s<br />

relaciones interpersonales con alumnos, padres, directivos, colegas y<br />

representantes de las instituciones de la comunidad.<br />

De la definición anterior se infiere que evaluar es proceder a conocer una realidad<br />

pasada, en <strong>su</strong> máxima extensión, destacando los conflictos en las condiciones y<br />

43 Castellanos Simona, Beatriz y otros. Curso Pre – Congreso Pedagogía 2003. La gestión de la actividad<br />

de ciencia e innovación tecnológica y la competencia investigativa <strong>del</strong> profesional de la educación.<br />

62


acciones realizadas, avanzando hipótesis de mejora y sobre todo, a partir <strong>del</strong> conjunto<br />

de datos e informes más fundamentados, con la máxima intervención de los<br />

participantes, emitir un juicio sobre la amplitud, evolución y complejidad de la tarea.<br />

Evaluar al profesorado no es proyectar en él las deficiencias o razonables limitaciones<br />

<strong>del</strong> Sistema Educativo, sino es a<strong>su</strong>mir un nuevo estilo, clima y horizonte de reflexión<br />

compartida para optimizar y posibilitar espacios reales de desarrollo profesional de los<br />

docentes, de generación de culturas innovadoras en los centros.<br />

La <strong>evaluación</strong> es un juicio de valor que necesita referentes bien consolidados a los que<br />

tender y con los que contrastar la realidad evaluada, más esta constatación exigiría<br />

plena coincidencia en la identificación de tales referentes y en <strong>su</strong> aplicación.<br />

La definición anterior nos proporciona una clave para la determinación de las<br />

dimensiones que debe comprender la operacionalización de la variable “desempeño<br />

profesional <strong>del</strong> docente”, y por lo tanto re<strong>su</strong>lta muy útil para la construcción de una<br />

definición operacional <strong>del</strong> referido concepto.<br />

2.6 Propuesta de un sistema de indicadores para evaluar la calidad <strong>del</strong><br />

desempeño <strong>del</strong> docente.<br />

Reflexiones acerca <strong>del</strong> concepto de indicador<br />

Procuremos ahora, definir operacionalmente lo que entendemos por “desempeño <strong>del</strong><br />

maestro”, o sea pretendemos encontrar un sistema de indicadores que nos permitan<br />

evaluar la calidad <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente. Antes nos parece necesario<br />

definir el concepto indicador.<br />

“Indicador es un elemento informativo, específicamente cuantitativo, sobre atributos de<br />

los sistemas educativos como totalidad o de algunos de <strong>su</strong>s componentes básicos, que<br />

pueden servir como fundamento para elaborar juicios sobre los fines, los contextos, los<br />

in<strong>su</strong>mos, los procesos o los productos de la educación”(14).<br />

Al a<strong>su</strong>mir la definición anterior debemos tener presente que la explicación e<br />

interpretación de la realidad, es una tarea compleja, al menos tan compleja como la<br />

propia realidad, que exige diversos enfoques y herramientas.<br />

Los indicadores tienen la virtud, entre otras, de objetivar el debate educativo en las<br />

sociedades democráticas, proporcionando una información relevante, significativa y<br />

fácilmente comprensible incluso para los ciudadanos no especialistas en Educación.<br />

Ahora bien, al construir un sistema de indicadores, debemos tener en cuenta que:<br />

- Los indicadores deben apoyarse en alguna teoría o mo<strong>del</strong>o de los procesos<br />

educativos.<br />

- Deben referirse a rasgos estables <strong>del</strong> sistema educativo<br />

63


- Se requiere que previamente a la construcción de un sistema de indicadores se ponga<br />

de manifiesto lo que se espera <strong>del</strong> sistema educativo; en este caso de la actuación <strong>del</strong><br />

maestro.<br />

- Lo más que podemos esperar de un sistema de indicadores, y no es poco, es que<br />

representen de manera coherente la parcela de la realidad educativa para cuya<br />

valoración se ha diseñado, que destaque <strong>su</strong>s puntos fuertes y débiles, y que permita un<br />

cierto grado de comparación y el estudio de las tendencias principales.<br />

Siendo consecuente con las valoraciones realizadas anteriormente sobre el concepto<br />

de indicador de la calidad educativa y <strong>su</strong> uso, se impone ahora que caractericemos,<br />

brevemente, el mo<strong>del</strong>o de actuación <strong>del</strong> maestro, según cada uno de los principales<br />

paradigmas psicológicos. Cada uno de ellos tiene sin dudas <strong>su</strong>s propias implicaciones<br />

para la teoría y práctica pedagógicas.<br />

Para juzgar adecuadamente la calidad de un sistema de indicadores, existen por lo<br />

menos seis criterios generales, los que explicamos a continuación:<br />

Validez interna<br />

Consiste en la precisión matemática <strong>del</strong> cálculo involucrado en los indicadores<br />

cuantitativos o en la precisión conceptual de los indicadores cualitativos.<br />

Validez externa<br />

Se refiere a la capacidad <strong>del</strong> indicador para representar correctamente el fenómeno <strong>del</strong><br />

sistema educativo de que trate.<br />

Consistencia interna<br />

Consiste en la coherencia de los indicadores entre sí, evitando contradicciones entre la<br />

categoría de información reportada. Los sistemas de indicadores deben tener un cierto<br />

grado de redundancia, en el sentido de que varios indicadores deben medir el mismo<br />

fenómeno, con el objetivo de determinar la consistencia de la información y de los<br />

indicadores utilizados.<br />

Comprensibilidad<br />

Consiste en la capacidad de los sistemas de indicadores para considerar los factores<br />

críticos que permiten describir o explicar la condición <strong>del</strong> sistema educativo.<br />

Deben basarse en un mo<strong>del</strong>o causal<br />

Los indicadores deben centrarse en los factores estratégicos para que decisiones o<br />

acciones políticas puedan alterar en forma dramática el comportamiento <strong>del</strong> sistema.<br />

Por <strong>su</strong> uso<br />

En última instancia este es el criterio más relevante para evaluar los indicadores.<br />

Deben informar lo <strong>su</strong>ficiente como para elaborar juicios con fundamento sobre la<br />

condición de la educación en general o de determinadas variables de esta, que sirvan<br />

de base para diseñar, implementar y evaluar políticas para <strong>su</strong> mejoramiento.<br />

La propuesta que a continuación presentamos de operacionalización de la variable<br />

64


desempeño profesional <strong>del</strong> docente, se apoya fundamentalmente en las ideas <strong>del</strong><br />

paradigma histórico - cultural, aunque toma en cuenta las ideas que consideramos más<br />

positivas de otros paradigmas.<br />

Es necesario que el sistema de <strong>evaluación</strong>, que empleemos se base en ítems<br />

específicos de conductas que la investigación ha descubierto, que correlacionen<br />

positivamente con productos de la enseñanza. Tal es el caso de los indicadores que<br />

proponemos a continuación:<br />

DIMENSIONES INDICADORES<br />

1.Capacidades<br />

pedagógicas.<br />

D1<br />

1.1. Grado de dominio de los contenidos que<br />

imparte, de la Teoría de la Educación, de la<br />

Didáctica General y de la Didáctica de la<br />

especialidad.<br />

1.2. Capacidad para hacer <strong>su</strong> materia<br />

entretenida e interesante.<br />

1.3. Calidad de <strong>su</strong> comunicación verbal y no<br />

verbal.<br />

1.4. Capacidad para planificar adecuadamente<br />

el proceso docente – educativo.<br />

1.5. Alcance de <strong>su</strong> contribución a un adecuado<br />

clima de trabajo en el aula.<br />

1.6. Capacidad para identificar, comprender las<br />

situaciones áulicas y ajustar <strong>su</strong> intervención<br />

pedagógica.<br />

1.7. Utilización de variedad de prácticas<br />

educativas.<br />

1.8. Grado de conocimiento y tratamiento de<br />

las características psicológicas individuales de<br />

los alumnos.<br />

1.9. Grado de información sobre la marcha <strong>del</strong><br />

aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

1.10. Calidad de <strong>su</strong> representación sobre el<br />

encargo social de la escuela.<br />

1.11. Contribución a la formación de valores<br />

nacionales y universales y al desarrollo de<br />

capacidades valorativas.<br />

1.12. Efectividad de <strong>su</strong> capacitación y<br />

autopreparación.<br />

1.13. Capacidad para crear un ambiente<br />

favorable para que el alumno conozca <strong>su</strong>s<br />

derechos y responsabilidades, y aprenda a<br />

ejercerlos.<br />

65


DIMENSIONES INDICADORES<br />

1.14. Capacidad para desarrollar un proceso de<br />

reflexión autocrítica permanente sobre <strong>su</strong><br />

práctica educativa<br />

2.<br />

Emocionalidad<br />

D2<br />

3.Responsabilidad<br />

en el desempeño de<br />

<strong>su</strong>s funciones<br />

laborales.<br />

D3<br />

4. Relaciones<br />

interpersonales con<br />

<strong>su</strong>s alumnos,<br />

padres, directivos,<br />

docentes y<br />

comunidad escolar<br />

en general.<br />

D4<br />

1.5. Re<strong>su</strong>ltados de<br />

<strong>su</strong> labor educativa.<br />

D5<br />

2.1. Vocación pedagógica.<br />

2.2. Autoestima.<br />

2.3. Capacidad para actuar con justicia, y<br />

realismo.<br />

2.4. Nivel de satisfacción con la labor que<br />

realiza.<br />

3.1. Asistencia y puntualidad a la escuela y a<br />

<strong>su</strong>s clases.<br />

3.2. Grado de participación en las sesiones<br />

metodológicas o en jornadas de reflexión entre<br />

los docentes.<br />

3.3. Cumplimiento de la normativa..<br />

3.4. Nivel profesional alcanzado.<br />

3.5. Implicación personal en la toma de<br />

decisiones de la institución.<br />

3.6. Grado de autonomía profesional relativa<br />

alcanzada para desarrollar <strong>su</strong> tarea en la<br />

institución.<br />

3.7. Nivel profesional alcanzado.<br />

4.1. Nivel de preocupación y comprensión de<br />

los problemas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

4.2. Nivel de expectativas respecto al<br />

desarrollo de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

4.3. Flexibilidad para aceptar la diversidad de<br />

opinión y sentimientos de los alumnos y<br />

respeto real por <strong>su</strong>s diferencias de género,<br />

raza y situación socioeconómica.<br />

1.5.1. Rendimiento académico alcanzado por<br />

<strong>su</strong>s alumnos en la o las asignaturas que<br />

imparte.<br />

1.5.2. Grado de orientación valorativa positiva<br />

alcanzado hacia las cualidades de la<br />

personalidad deseables de acuerdo al mo<strong>del</strong>o<br />

de hombre que se pretende formar.<br />

66


DIMENSIONES INDICADORES<br />

1.5.3. Grado en que <strong>su</strong>s alumnos poseen<br />

sentimientos de amor a la Patria, a la<br />

naturaleza, al estudio y al género humano.<br />

Caracterización de cada uno de los indicadores planteados<br />

Dimensión 1: Capacidades pedagógicas.<br />

La actividad pedagógica es uno de los dominios más complejos <strong>del</strong> trabajo humano. Su<br />

realización exitosa plantea al docente la necesidad de poseer una sólida formación<br />

científica, así como profundos conocimientos, capacidades y habilidades pedagógicas.<br />

Aquí estamos entendiendo por actividad pedagógica profesional “aquella actividad que<br />

está dirigida a la transformación de la personalidad de los escolares, en función de los<br />

objetivos que plantea la sociedad a la formación de las nuevas generaciones. Se<br />

desarrolla en el marco de un proceso de solución conjunta de tareas pedagógicas tanto<br />

de carácter instructivo como educativas, y en condiciones de plena comunicación entre<br />

el docente, el alumno, el colectivo escolar y pedagógico, la familia y las organizaciones<br />

estudiantiles”, tal como lo planteó Lisardo García Ramis ya citado anteriormente.<br />

Para poder operacionalizar de manera adecuada las capacidades pedagógicas en un<br />

grupo de indicadores que posean consistencia interna y externa, debemos partir de<br />

tratar de dar respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son las principales características de la<br />

actividad pedagógica?<br />

En <strong>su</strong> libro “Los retos <strong>del</strong> cambio educativo”, los integrantes <strong>del</strong> Grupo <strong>Maestro</strong> <strong>del</strong><br />

Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de Cuba identifican las siguientes<br />

características de la actividad pedagógica, luego de precisar que se trata de un tipo de<br />

actividad profesional muy especial:<br />

1. Tiene un carácter transformador.<br />

2. Es una actividad eminentemente creadora.<br />

3. Tiene un carácter humanista.<br />

4. Sus componentes fundamentales son: los motivos y las tareas docentes; las<br />

acciones docentes y las acciones de control y <strong>evaluación</strong> de los escolares.<br />

5. Es un proceso dinámico que requiere de un alto nivel de planificación y proyección.<br />

6. Tiene un carácter orientado, dirigido hacia el cumplimiento de los objetivos trazados.<br />

Por <strong>su</strong> parte el destacado psicólogo ruso A. V. Petrovski en <strong>su</strong> libro “Psicología<br />

General”, define el concepto capacidades de la manera siguiente:<br />

“Así, las capacidades son particularidades psicológico – individuales de la personalidad<br />

que son condiciones para realizar con éxito una actividad dada y que revelan las<br />

diferencias en el dominio de los conocimientos, habilidades y hábitos necesarios” 44 .<br />

44 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 470.<br />

67


Re<strong>su</strong>lta necesario aclarar que si bien Petrovski no precisa en esta definición la<br />

naturaleza de tales “condiciones para realizar con éxito una actividad dada”, en otra<br />

parte <strong>del</strong> texto citado puede encontrarse que él las considera condiciones necesarias<br />

pero no <strong>su</strong>ficientes.<br />

Este autor señala que en relación con los hábitos, habilidades y conocimientos, las<br />

capacidades <strong>del</strong> hombre intervienen como posibilidad, o sea es necesaria la existencia<br />

de las capacidades para que la adquisición de los conocimientos hábitos y habilidades<br />

se transformen de posibilidad en realidad.<br />

Siendo particularidades psicológico – individuales, las capacidades no pueden ser<br />

contrapuestas a otras cualidades y propiedades de la personalidad tales como la<br />

inteligencia, la memoria, los rasgos <strong>del</strong> carácter, las propiedades emocionales; las<br />

cuales no deben ser colocadas en un mismo orden.<br />

La estructura conjunta de las cualidades psíquicas que se manifiestan como capacidad,<br />

en última instancia, se determina por las exigencias de la actividad concreta y es<br />

distinta para las diferentes formas de actividad. En particular, las capacidades relativas<br />

a la actividad pedagógica tienen <strong>su</strong>s peculiaridades.<br />

Por <strong>su</strong> parte el psicólogo ruso V. A. Krutetski brindó la siguiente definición <strong>del</strong> concepto<br />

capacidad pedagógica:<br />

“Se llaman capacidades pedagógicas el conjunto de peculiaridades psicológico –<br />

individuales de la personalidad que corresponden a los requisitos de la actividad<br />

pedagógica y predeterminan el éxito en dominar dicha actividad” 45 .<br />

La predisposición hacia los alumnos Krutetski la entiende como el amor sensato y el<br />

apego a ellos, el deseo y la aspiración a trabajar e intercomunicarse con <strong>su</strong>s alumnos,<br />

la profunda satisfacción por la posibilidad de penetrar en <strong>su</strong> peculiar mundo interior. Se<br />

expresa además en el trato atento, benevolente y <strong>del</strong>icado a ellos que no se debe<br />

confundir con condescendencia y sentimentalismos irresponsables.<br />

El aguante y dominio de sí mismo es considerado por este autor como un factor muy<br />

importante para el docente, que pre<strong>su</strong>pone la aptitud para dominarse a sí mismo<br />

siempre y en cualquier situación, la posibilidad de, en circunstancias imprevistas, no<br />

perder el control de <strong>su</strong> comportamiento.<br />

La aptitud para dirigir <strong>su</strong> propio estado psíquico, <strong>su</strong> ánimo se relaciona con la<br />

constante permanencia <strong>del</strong> docente en estado psíquicamente óptimo durante las clases<br />

y otras formas de organización <strong>del</strong> proceso docente – educativo, caracterizándose por<br />

la jovialidad y vivacidad.<br />

45 Krutetski, V.A. Psicología. Vneshtorgizdat, Moscú,1989, pág. 335.<br />

68


La aptitud para explicar pre<strong>su</strong>pone la capacidad para presentar <strong>su</strong>s ideas de modo<br />

comprensible para los demás, <strong>su</strong> posibilidad de aclarar y explicar lo complicado e<br />

incomprensible, de convertir en fácil lo difícil.<br />

Las aptitudes académicas se entienden como las cualidades que posee el docente<br />

para profundizar en la ciencia que explica, las aptitudes para alcanzar conocimientos de<br />

gran envergadura, impulsado por el imperativo de ampliar constantemente <strong>su</strong> dominio<br />

sobre la o las disciplinas que explica.<br />

Por aptitud para hablar se entiende la aptitud para expresar de manera clara y concisa<br />

<strong>su</strong>s pensamientos y emociones.<br />

Por <strong>su</strong> parte las capacidades organizativas se manifiestan tanto en la aptitud para<br />

organizar el colectivo de alumnos, como <strong>su</strong>s propias actividades, lo que pre<strong>su</strong>pone la<br />

habilidad de planificar <strong>su</strong> trabajo y ejercer un adecuado autocontrol, la habilidad de<br />

distribuir adecuadamente <strong>su</strong> trabajo en el tiempo.<br />

La capacidad comunicativa pre<strong>su</strong>pone la disposición a establecer correctas<br />

interrelaciones con los alumnos, con todos y con cada uno de ello individualmente, a<br />

partir de <strong>su</strong>s peculiaridades psicológicas individuales.<br />

La aptitud para la observación es la capacidad de penetrar en el mundo interior de los<br />

alumnos.<br />

El tacto pedagógico se manifiesta en la aptitud para tomar las más acertadas medidas<br />

para ejercer influencia adecuada en los alumnos, con arreglo a las peculiaridades<br />

individuales y la edad de ellos, dependiendo de la situación concreta. Se expresa<br />

también en saber combinar el respeto y la exigencia a los alumnos, brindarle confianza<br />

y ejercer el control sistemático.<br />

La aptitud <strong>su</strong>gestiva pre<strong>su</strong>pone el influjo volitivo – emocional sobre los alumnos, la<br />

capacidad de presentar metas y objetivos, y conseguir <strong>su</strong> cumplimiento incondicional<br />

por parte de los alumnos.<br />

La imaginación pedagógica se denota en la aptitud para pronosticar las<br />

consecuencias de <strong>su</strong>s acciones, la programación <strong>del</strong> proceso de educación de la<br />

personalidad de los alumnos, está relacionada con el optimismo pedagógico, con la fé<br />

en el poder de la educación, con la fé en el hombre.<br />

La distribución de la atención consiste en la posibilidad de que el docente distribuya<br />

<strong>su</strong> atención entre dos o más actividades, objetos o <strong>su</strong>jetos, con determinada<br />

simultaneidad.<br />

Krutatski asegura además que las capacidades antes referidas tienen un carácter<br />

general porque todo docente las necesita, independientemente de la disciplina que<br />

69


imparte y <strong>del</strong> nivel de enseñanza donde labora.<br />

Indicadores<br />

Dominio de los conocimientos que imparte, de la Didáctica General y de la Didáctica de<br />

la especialidad: Aquí se evalúa si el profesor conoce no solo lo que debe lograr que<br />

<strong>su</strong>s alumnos aprendan, sino si posee conocimientos y habilidades que le permiten tener<br />

un dominio más amplio de los temas y prever el grado de dominio que necesitarán los<br />

alumnos en los grados que restan <strong>del</strong> ciclo y en el ciclo que sigue. Comprende además<br />

el conocimiento de las leyes, principios, funciones y reglas de la Didáctica General , así<br />

como mantenerse actualizado en el conocimiento de los avances de la Didáctica de la<br />

especialidad.<br />

Capacidad para hacer <strong>su</strong> materia entretenida e interesante: Hace referencia a la<br />

capacidad profesional <strong>del</strong> maestro para hacer <strong>del</strong> acto instructivo, un acto agradable<br />

que despierta interés, motivación por aprender y placer por lo aprendido por <strong>su</strong>s<br />

alumnos.<br />

Alcance de <strong>su</strong> contribución a un adecuado clima de trabajo: Aquí se trata de valorar el<br />

papel <strong>del</strong> docente en el colectivo pedagógico y en qué medida él contribuye a que se<br />

cree un adecuado clima de trabajo en el centro.<br />

Capacidad para renovar los modos de actuación en función de las necesidades de los<br />

alumnos y <strong>del</strong> colectivo pedagógico: Se trata de evaluar la capacidad <strong>del</strong> docente de<br />

modificar patrones de conductas frente a necesidades de <strong>su</strong> actividad como formador.<br />

Utilización de variedad de prácticas educativas: Aquí se procura medir hasta qué punto<br />

el profesor utiliza diferentes prácticas educativas en función de los requerimientos <strong>del</strong><br />

contenido y de la situación educativa de <strong>su</strong> grupo.<br />

Grado de conocimiento y tratamiento de las características psicológicas individuales de<br />

los alumnos: En este indicador debe investigarse el conocimiento que tienen los<br />

docentes no solo sobre las características psicológicas generales propias de las edades<br />

que tienen <strong>su</strong>s alumnos, sino también de las características individuales relativas a <strong>su</strong><br />

autoestima, autoconcepto, autoideal, carácter, temperamento, etc.<br />

Grado de información sobre la marcha <strong>del</strong> aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos: Este indicador<br />

evalúa el grado en que el docente conoce las in<strong>su</strong>ficiencias y los logros de <strong>su</strong>s<br />

alumnos.<br />

Fundamentación <strong>del</strong> “Indice de certeza <strong>del</strong> diagnóstico <strong>del</strong> maestro”.<br />

Para lograr una construcción adecuada <strong>del</strong> conocimiento, re<strong>su</strong>lta necesario que el<br />

docente mantenga actualizada la información que posee sobre el estado real <strong>del</strong><br />

aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos. Esto si bien no es una condición <strong>su</strong>ficiente para alcanzar<br />

un adecuado nivel de logros de aprendizaje en <strong>su</strong>s discípulos si re<strong>su</strong>lta una condición<br />

necesaria para dirigir adecuadamente el proceso docente educativo.<br />

Por lo tanto es muy útil contar con un procedimiento que permita constatar eficazmente<br />

el nivel de conocimiento real que tiene el maestro sobre la marcha <strong>del</strong> aprendizaje de<br />

<strong>su</strong>s alumnos.<br />

70


En general la distribución <strong>del</strong> rendimiento académico de un grupo de alumnos formados<br />

al azar es de tipo normal. Esto implica que al calcular el puntaje medio obtenidos por los<br />

alumnos en una prueba, así como <strong>su</strong> distribución estándar, se puede precisar una<br />

clasificación de los alumnos de acuerdo a <strong>su</strong> rendimiento académico en esa asignatura<br />

en cuestión <strong>del</strong> modo siguiente:<br />

Bajo Rendimiento Rendimiento Medio Alto Rendimiento<br />

X – S X + S<br />

Luego, si tenemos los puntajes alcanzados por todos los alumnos de un grupo en una<br />

prueba, es fácil aproximarnos, de la manera descrita anteriormente, a una clasificación<br />

de los alumnos de acuerdo a <strong>su</strong> rendimiento académico en esa asignatura.<br />

Por otra parte, podemos pedirle a los docentes que clasifiquen a <strong>su</strong>s alumnos en esas<br />

tres categorías de acuerdo a <strong>su</strong> comportamiento habitual en las clases de dicha<br />

asignatura. De esta manera tenemos dos clasificaciones que se pueden comparar y<br />

obtener así coincidencias y discrepancias. Lo esperable aquí es que a mayor<br />

coincidencia, mejor diagnóstico <strong>del</strong> maestro.<br />

Calidad de <strong>su</strong> representación sobre el encargo social de la escuela: Aquí se trata de<br />

valorar si el docente se representa el encargo social de la escuela en toda <strong>su</strong> dimensión<br />

o ve la acción escolar limitada a alguna o algunas de <strong>su</strong>s dimensiones. Esto significa,<br />

entre otras cosas, evaluar si comprende la necesidad de la acción educativa de la<br />

escuela y <strong>su</strong> papel en la comunidad, además de <strong>su</strong> labor instructiva.<br />

Contribución a la formación de valores nacionales y universales y al desarrollo de<br />

capacidades valorativas: A través de este indicador se trata de valorar en qué medida el<br />

docente propicia en la clase la realización de valoraciones, la discusión acerca de la<br />

utilidad de los conocimientos, destaca el vínculo con la práctica social en general y con<br />

la comunidad de <strong>su</strong>s alumnos en particular, y cómo trata de formar y desarrollar en <strong>su</strong>s<br />

alumnos los más caros valores nacionales y universales.<br />

Efectividad de <strong>su</strong> <strong>su</strong>peración y autopreparación: Aquí se evalúa hasta en qué medida la<br />

<strong>su</strong>peración y autopreparación <strong>del</strong> docente marcha en la dirección de la solución de <strong>su</strong>s<br />

deficiencias científico-pedagógicas y técnico-metodológicas y cómo estas tienen una<br />

repercusión directa en el mejoramiento de <strong>su</strong> práctica educativa.<br />

Capacidad para crear un ambiente favorable para que el alumno conozca <strong>su</strong>s derechos<br />

y responsabilidades y aprenda a ejercerlos : Se refiere a la creación de un clima<br />

adecuado de trabajo en el aula y fuera de ella para que los alumnos asimilen <strong>su</strong>s<br />

derechos y los defiendan con firmeza y respeto, y al propio tiempo, acepten <strong>su</strong>s<br />

71


esponsabilidades y se propongan cumplirlas.<br />

Capacidad para desarrollar un proceso de reflexión autocrítica sobre <strong>su</strong> práctica<br />

educativa : Se trata de la manera responsable en que el docente se representa las<br />

causas <strong>del</strong> éxito y el fracaso de <strong>su</strong>s alumnos tanto en el plano instructivo como en el<br />

educativo, de <strong>su</strong> capacidad de autoperfeccionamiento de la práctica educativa.<br />

Dimensión 2: Emocionalidad.<br />

“Los sentimientos son el reflejo en el cerebro <strong>del</strong> hombre de <strong>su</strong>s relaciones reales, o<br />

sea, de las relaciones <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto que experimenta las necesidades con los objetos que<br />

tienen significado para él” 46 .<br />

No deben identificarse los términos “sentimientos” y “emociones”, como comúnmente se<br />

hace de manera popular y hasta en determinados manuales de psicología. Emoción es<br />

sólo la forma concreta, el transcurso <strong>del</strong> proceso psíquico de experimentación de los<br />

sentimientos. Los procesos emocionales y los estados emocionales o sentimientos,<br />

como <strong>su</strong>ele decirse en la acepción más restringida <strong>del</strong> término, constituyen la forma<br />

u<strong>su</strong>al y característica en que se experimentan los sentimientos. La emoción es la<br />

experimentación directa, inmediata de cualquier sentimiento.<br />

Lenin dijo: ...”sin emociones humanas no se ha acometido ni puede acometerse la<br />

búsqueda humana de la verdad 47 . Sin embargo, una gran emotividad, puede en<br />

ocasiones, traer aparejado un reflejo distorsionado, alterado, de los objetos, la<br />

interpretación <strong>su</strong>bjetiva de los hechos, errores lógicos en las conclusiones y<br />

valoraciones.<br />

Por esa razón, todo docente debe aprender a autorregularse, a dominar <strong>su</strong>s emociones<br />

de orientación negativa en el proceso de enseñanza aprendizaje y en general en <strong>su</strong>s<br />

relaciones interpersonales con <strong>su</strong>s alumnos, padres, directivos y colegas.<br />

Estudios educacionales cualitativos y cuantitativos, señalan que uno de los puntos<br />

obstaculizadores para un mejoramiento y transformación <strong>del</strong> desempeño docente, lo<br />

constituyen los marcos de referencia que <strong>su</strong>stentan las prácticas pedagógicas basadas<br />

en el paradigma positivista, el concibe al conocimiento como información, fundado en<br />

verdades absolutas y ahistóricas.<br />

Un grupo de teorías sociales y <strong>del</strong> ámbito de la educación, fuertemente influidas por<br />

este reduccionismo teórico y metodológico legitimó cuál era el conocimiento verdadero.<br />

La preocupación por la búsqueda de leyes universales de la conducta humana y la<br />

atención por los comportamientos observables y cuantificables, lleva a aceptar<br />

<strong>su</strong>puestos mecanicistas, estáticos, que permiten pensar que los individuos pueden ser<br />

estudiados de modo objetivo, mediante análisis empíricos, aislando e ignorando el<br />

46 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 392.<br />

47 Lenin, Vladimir I. Obras completas, tomo 25, pág. 112. (En ruso).<br />

72


contexto socioemocional y cultural. El peso que logró alcanzar la postura positivista,<br />

dotó a las investigaciones de una perspectiva no humana, ya que no consideraban las<br />

emocionalidades y las valoraciones que existen en toda interacción social.<br />

Las prácticas pedagógicas no deben ser un accionar irreflexivo que puede llevar a la<br />

robotización, sino más bien deben estar apoyadas en el análisis y la reflexión crítica,<br />

para tratar de mejorar los niveles de calidad de los procesos de enseñanza y<br />

aprendizaje.<br />

Según Echeverría (1994), las emociones al igual que las motivaciones son estados<br />

internos, difícilmente observables o medibles en forma externa. Las emociones las<br />

asociamos con los quiebres, esto es, con las interrupciones en nuestra transparencia<br />

en el fluir de nuestro actuar pedagógico. Al hacer un análisis crítico de las prácticas<br />

pedagógicas se descubre que al producirse los episodios críticos, que son momentos<br />

concretos de quiebre en la rutina pedagógica en el cual el docente entra en conflicto<br />

emocional y/o intelectualmente por la forma de interacción con el alumno, se modifica el<br />

espacio de posibilidades de acción pedagógica adecuada.<br />

“La emoción, por tanto, es una distinción que hacemos en el lenguaje para referirnos al<br />

cambio de nuestro espacio de posibilidades a raíz de determinados acontecimientos.<br />

Cuando hablamos de emociones, podemos señalar que existen circunstancias<br />

particulares que la generan. Podemos identificar los acontecimientos que gatillan las<br />

emociones” 48 .<br />

La autoimagen <strong>del</strong> docente se ve constantemente afectada por las actitudes propias<br />

hacia mismo y por las actitudes de los otros (alumnos, docentes, directivos, padres). En<br />

la autoimagen están implicadas diversas reacciones emocionales hacia sí mismo, tales<br />

como el orgullo, la vanidad, la arrogancia, la humildad, la confusión, la falta de<br />

confianza en sí mismo, la vergüenza, el desamparo, la autocomplacencia, entre otras,<br />

las cuales se encuentran a la base de las acciones pedagógicas (Rosenberg, 1977).<br />

Indicadores<br />

Vocación pedagógica: Se refiere al grado de sentimiento afectivo que siente el maestro<br />

por la carrera pedagógico, a <strong>su</strong> compromiso emocional con esta actividad humana, a <strong>su</strong><br />

predisposición positiva por esta ocupación.<br />

Autoestima: Grado de valoración positiva o negativa que los docentes tienen de si<br />

mismos, es decir, cuánto se quieren, aprecian o valoran. Se trata de la correspondencia<br />

entre valoración, juicio y autoconcepto.<br />

Capacidad para actuar con justicia, realismo y sentido <strong>del</strong> humor: Este indicador informa<br />

sobre la capacidad <strong>del</strong> docente de pensar y actuar en cada momento adecuándose a la<br />

situación real que se le presenta ante sí, dando los niveles de ayuda o ejerciendo la<br />

crítica que cada cual merece y todo ello con el mayor tacto pedagógico y con la debida<br />

autorregulación.<br />

48 Pretovski, A.V. Psicología General. Editorial Pueblo y Educación, 1982, pág. 396.<br />

73


Nivel de satisfacción con la labor que realiza: Grado de aprobación o rechazo que los<br />

docentes tienen de las acciones que realizan en la escuela, así como de <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />

Dimensión 3: Responsabilidad en el desempeño de <strong>su</strong>s funciones laborales.<br />

Indicadores<br />

Asistencia y puntualidad a la escuela y a <strong>su</strong>s clases: Se trata <strong>del</strong> grado de cumplimiento<br />

que logra de <strong>su</strong> primer deber como trabajador de la docencia, asistir puntualmente a la<br />

escuela y <strong>su</strong>s clases.<br />

Grado de participación en las sesiones metodológicas o en jornadas de reflexión entre<br />

los docentes: Aquí se trata de medir la asistencia y el grado de participación <strong>del</strong> docente<br />

en las sesiones de trabajo metodológico que se realizan con otros maestros de <strong>su</strong><br />

departamento o de la escuela, si contribuye o no al enriquecimiento <strong>del</strong> acervo<br />

pedagógico de <strong>su</strong>s colegas.<br />

Cumplimiento de la normativa: En este indicador se controla si el docente ha recibido<br />

alguna sanción disciplinaria en el período lectivo que se evalúa.<br />

Grado en que a<strong>su</strong>me teórica y prácticamente la necesidad profesional de la formación y<br />

capacitación permanente : En este indicador se pretende medir en qué medida el<br />

docente comprende y es consecuente con la capacitación y formación permanente<br />

tanto formal como informal.<br />

Implicación personal en la toma de decisiones de la institución : Se refiere al grado en<br />

que se identifica positivamente con las decisiones que se adoptan en la institución a<br />

partir de percibir <strong>su</strong> participación en ellas y al grado de compromiso que siente con <strong>su</strong><br />

cumplimiento.<br />

Grado de autonomía profesional relativa alcanzada para desarrollar <strong>su</strong> tarea en la<br />

institución : Aquí se necesita evaluar la relativa independencia <strong>del</strong> docente en <strong>su</strong><br />

actuación ganada con <strong>su</strong> autoridad funcional en la institución, sin negar por ello <strong>su</strong><br />

compromiso con la coordinación de las influencias educativas que debe lograr con el<br />

resto de los docentes.<br />

Nivel profesional alcanzado: Este indicador informa sobre el mayor título, grado<br />

académico o grado científico alcanzado por el maestro en cuestión, o en <strong>su</strong> defecto, el<br />

último año aprobado de la carrera para obtener el título idóneo.<br />

Dimensión 4: Relaciones interpersonales con <strong>su</strong>s alumnos, padres, directivos,<br />

docentes y comunidad escolar en general.<br />

“El término proceso pedagógico incluye los procesos de enseñanza y educación<br />

organizados en <strong>su</strong> conjunto, y dirigidos a la formación de la personalidad; en este<br />

proceso se establecen relaciones sociales activas entre pedagogos y educandos, y <strong>su</strong><br />

influencia recíproca, <strong>su</strong>bordinados al logro de los objetivos planteados por la<br />

sociedad” 49 .<br />

49 García Ramis, Lisardo y otros. Los retos <strong>del</strong> cambio educativo. Editorial Pueblo y Educación, 1996,<br />

pag. 14.<br />

74


En este proceso no están aislados el docente y los alumnos. Hay que tener en cuenta el<br />

carácter complejo de las interrelaciones <strong>del</strong> colectivo escolar, de <strong>su</strong>s organizaciones,<br />

<strong>del</strong> colectivo pedagógico, la familia, la comunidad y las organizaciones sociales.<br />

En estas relaciones desempeñan un papel esencial las relativas a las relaciones<br />

maestro – alumno, no sólo en el marco de la clase, sino también en el trabajo que el<br />

maestro desarrolla fuera de la clase, y que va dirigido a la formación multilateral de la<br />

personalidad. Es en este contexto que ocupa un lugar destacado la dirección por el<br />

maestro de la actividad docente de los alumnos.<br />

Nivel de preocupación y comprensión de los problemas de <strong>su</strong>s alumnos: Aquí se trata<br />

de medir hasta qué punto el maestro se preocupa y conoce los problemas docentes,<br />

familiares y personales de <strong>su</strong>s alumnos y en qué medida lo ayuda en <strong>su</strong> solución.<br />

Nivel de expectativas respecto al desarrollo de <strong>su</strong>s alumnos: Este indicador informa<br />

sobre el nivel de aspiraciones de los docentes con respecto al grado escolar máximo<br />

que deben alcanzar <strong>su</strong>s alumnos, así como a <strong>su</strong> futura inserción laboral en la sociedad<br />

en que viven.<br />

Dimensión 5: Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />

Rendimiento académico alcanzado por <strong>su</strong>s alumnos en la o las asignaturas que<br />

imparte: Aquí se mide el porcentaje de respuestas correctas que el alumno alcanza en<br />

una prueba objetiva estandarizada y debidamente validada.<br />

Grado de orientación valorativa positiva hacia cualidades de la personalidad deseables:<br />

Se trata de constatar el signo de las orientaciones valorativas de los alumnos hacia las<br />

cualidades de la personalidad que se corresponden con el ideal de hombre que busca<br />

formar el proyecto educativo institucional.<br />

Estas cualidades deben estar adecuadamente definidas y operacionalizadas para poder<br />

aproximarnos al logro de una <strong>evaluación</strong> de ellas, al menos de manera opinática.<br />

A continuación ejemplificamos lo anterior con algunas cualidades universalmente<br />

deseables :<br />

Concepto Cualidad Comportamiento<br />

Organización: Es el orden en<br />

el espacio, tiempo, estructura<br />

social y en la secuencia de<br />

actividades 50 .<br />

Organizado<br />

75<br />

Asistir diariamente a la<br />

escuela.<br />

Distribuir y controlar el<br />

tiempo de estudio, de<br />

trabajo y de recreación<br />

para hacer en cada<br />

momento la actividad<br />

señalada.<br />

Terminar todas las<br />

50 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />

cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.23.


Concepto Cualidad Comportamiento<br />

tareas que emprende.<br />

Tener en el puesto de<br />

trabajo únicamente lo<br />

que vaya a utilizar en<br />

cada tarea.<br />

Recoger ordenadamente<br />

los materiales, al<br />

terminar cada tarea.<br />

Cuidar los materiales y<br />

equipos, forrar las<br />

Responsabilidad: Es el<br />

cumplimiento cabal (en<br />

tiempo y con calidad) de las<br />

misiones, tareas o<br />

compromisos y el a<strong>su</strong>mir las<br />

consecuencias de <strong>su</strong>s<br />

actos 51 .<br />

Respeto: Es la forma<br />

adecuada de comportarse<br />

con las personas y honrar la<br />

Patria 52 .<br />

Responsable<br />

Respetuoso<br />

76<br />

libretas y los libros, etc.<br />

Estudiar diariamente,<br />

especialmente<br />

re<strong>su</strong>lta difícil.<br />

lo que<br />

Pensar en lo que hace y<br />

realizarlo con calidad.<br />

Participar en las<br />

actividades que<br />

programa la escuela.<br />

Recordar llevar a la<br />

escuela los materiales<br />

necesarios para realizar<br />

las actividades.<br />

Cumplir con los<br />

compromisos<br />

obligaciones.<br />

y<br />

Pensar en las<br />

consecuencias de <strong>su</strong>s<br />

actos y responder por<br />

ellos.<br />

Honrar los símbolos<br />

patrios,<br />

mártires.<br />

héroes y<br />

Tener en cuenta a los<br />

demás.<br />

Escuchar cuando otros<br />

hablan.<br />

Practicar con todos la<br />

51 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />

cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.23.<br />

52 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />

cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.


Concepto Cualidad Comportamiento<br />

cortesía, saludar, cuidar<br />

los modales.<br />

Hablar en voz baja y<br />

esperar <strong>su</strong> turno.<br />

Valorar el trabajo ajeno.<br />

Plantear los desacuerdo<br />

a la persona indicada en<br />

buena forma, en lugar u<br />

Colectivismo: Es la<br />

incorporación al grupo para<br />

realizar conjuntamente las<br />

actividades escolares con la<br />

mayor armonía 53 .<br />

Honestidad: Es la sinceridad,<br />

la veracidad, la actuación sin<br />

dobleces, ocultamientos,<br />

engaños ni encubrimientos 54 .<br />

Colectivista<br />

Honesto<br />

77<br />

momentos adecuados.<br />

Trabajar y estudiar para<br />

que <strong>su</strong> grupo sea el<br />

mejor.<br />

Cooperar con<br />

entusiasmo y alegría en<br />

las labores de la<br />

escuela.<br />

Llevarse bien con los<br />

compañeros.<br />

Ayudar a los<br />

compañeros para que<br />

todos trabajen, estudien<br />

y se comporten<br />

correctamente.<br />

Aceptar la ayuda que le<br />

brindan.<br />

Compartir materiales y<br />

otras cosas.<br />

Contribuir a que todos<br />

se pongan de acuerdo.<br />

Portarse bien aunque<br />

nadie lo vea.<br />

En las evaluaciones<br />

demuestra lo que él<br />

realmente sabe, no<br />

copia.<br />

Decir la verdad, ser<br />

sincero.<br />

Repudiar el robo y el<br />

53 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y<br />

cómo quiero ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.<br />

54 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />

ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.24.


Concepto Cualidad Comportamiento<br />

fraude.<br />

Decir lo que piensa, no<br />

hablar de nadie por<br />

detrás.<br />

Reconocer los errores y<br />

Independencia: Amar el<br />

trabajo y demostrarlo<br />

trabajando 55 .<br />

Laboriosidad: Amar el<br />

trabajo y demostrarlo<br />

trabajando 56 .<br />

Independiente<br />

Laborioso<br />

rectificarlos.<br />

78<br />

Resolver con <strong>su</strong>s<br />

propios esfuerzos las<br />

tareas orientadas.<br />

Pensar por si sólo.<br />

Enfrentar las dificultades<br />

y luchar hasta vencerlas.<br />

Mantener los puntos de<br />

vista mientras no lo<br />

convenzan de <strong>su</strong> error.<br />

Tomar decisiones<br />

después de analizar las<br />

posibles soluciones o<br />

vías.<br />

Criticar los errores y<br />

ayudar a corregirlos.<br />

Respetar el trabajo que<br />

realizan los demás.<br />

Realizar las tareas que<br />

se le encomiendan con<br />

calidad.<br />

Ayudar en las tareas <strong>del</strong><br />

hogar.<br />

Asistir regularmente al<br />

trabajo.<br />

Demostrar interés por<br />

las labores que realiza.<br />

Demostrar satisfacción<br />

personal por la labor que<br />

realiza.<br />

55 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />

ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.25.<br />

56 Avendaño Olivera, Rita M. Y Minujin, Alicia. Metodología de los círculos ¿Cómo soy y cómo quiero<br />

ser?, folleto, ICCP, octubre 1985, pág.25.


Grado en que <strong>su</strong>s alumnos poseen sentimientos de amor a la Patria, a la naturaleza, al<br />

estudio y al género humano: Se trata de valores <strong>su</strong>premos y universales, que sólo se<br />

pueden alcanzar con una educación humanista y muy comprometida socialmente. La<br />

idea martiana de que Patria es humanidad, debe ser inculcada a cada alumno, teniendo<br />

en cuenta que ellos sólo se apropiarán de ella se observan en el texto y en el contexto<br />

una acción coherente y consecuente con el discurso, en las relaciones macro, meso y<br />

microsociales.<br />

Capacidades<br />

pedagógicas<br />

Mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> Docente<br />

Emocionalidad Responsabilidad Sistema de<br />

relaciones<br />

interpersonales<br />

RESULTADOS DE SU<br />

LABOR EDUCATIVA<br />

Figura Nº 6<br />

79


De los métodos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño<br />

profesional <strong>del</strong> docente<br />

A continuación mostramos los métodos cuya utilización consideramos necesaria y útil<br />

para evaluar de manera válida y confiable el desempeño profesional <strong>del</strong> maestro, así<br />

como las dimensiones sobre los que pueden información pertinente:<br />

MÉTODO DIMENSIONES QUE EVALÚA<br />

1. Observación de clases. Capacidades pedagógicas.<br />

Sistema de relaciones interpersonales<br />

con <strong>su</strong>s alumnos.<br />

Responsabilidad en el desempeño de<br />

<strong>su</strong>s funciones.<br />

Emocionalidad.<br />

Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />

2. Encuesta de opiniones profesionales. Capacidades pedagógicas.<br />

Emocionalidad.<br />

3. Pruebas objetivas estandarizadas y Re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> labor educativa.<br />

test sobre desarrollo humano.<br />

4. Portafolio Responsabilidad en el desempeño de<br />

<strong>su</strong>s funciones.<br />

5. Test de conocimientos y ejercicios de Capacidades pedagógicas.<br />

rendimiento profesional.<br />

6. Auto<strong>evaluación</strong> Capacidades pedagógicas.<br />

Responsabilidad en el desempeño de<br />

<strong>su</strong>s funciones.<br />

Por la importancia que le concedemos a la observación de clases como necesaria<br />

actividad para evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente desarrollamos a<br />

continuación, en toda <strong>su</strong> extensión, nuestras ideas sobre este método de <strong>evaluación</strong>.<br />

Desarrollamos también en este capítulo un epígrafe relacionado con cada uno de los<br />

principales métodos anteriormente referidos y finalmente desplegamos algunas ideas<br />

80


esenciales acerca de los métodos para la combinación de datos de <strong>evaluación</strong><br />

procedentes de diferentes fuentes, por la complejidad que constituye el tránsito <strong>del</strong><br />

análisis a la síntesis en todo proceso evaluativo.<br />

3.1 La observación de clases.<br />

La <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente, cualquiera que sea el método utilizado, es<br />

compleja y difícil. Existe una serie de enfoques, pero cada uno de ellos tiene <strong>su</strong>s pros y<br />

<strong>su</strong>s contras. En lo que parecen coincidir esos enfoques es en el hecho de que la<br />

omisión de la observación directa en la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente re<strong>su</strong>lta<br />

impensable, pues ¿cómo puede evaluarse a los profesores sin ver a estos en acción?<br />

Sin embargo, las observaciones no deberían tener un papel tan predominante que por<br />

<strong>su</strong> presencia se ignoren aspectos de la enseñanza que no son fácilmente observables.<br />

Por esa razón para nosotros una <strong>evaluación</strong> ideal incorpora fuentes múltiples de datos<br />

sobre el desempeño de los profesores y <strong>su</strong>s consecuencias sobre los alumnos.<br />

Las entrevistas pre y posobservación pueden proporcionar parte de la información<br />

necesaria para completar la imagen de las competencias necesarias en todo docente.<br />

Estas pueden revelar los planes de un profesor, así como <strong>su</strong>s razones para enseñar<br />

como lo hace a un tipo determinado de alumnos. Además de las entrevistas, se pueden<br />

utilizar algunos instrumentos de “papel y lápiz” como los cuestionarios que exploran el<br />

comportamiento de determinadas variables relativas a la actuación <strong>del</strong> docente y <strong>su</strong><br />

contexto institucional y aúlico, o incluso las pruebas para valorar el conocimiento que<br />

tienen sobre las diversas materias así como Pedagogía.<br />

Las observaciones de clases pueden ser la pieza fundamental de una estrategia de<br />

<strong>evaluación</strong> sistemática <strong>del</strong> desempeño de los docentes.<br />

Re<strong>su</strong>lta necesario precisar desde el inicio mismo de estas reflexiones que todo método<br />

de observación de clases debe estar acompañado de una concepción de lo que es la<br />

enseñanza y, específicamente, una concepción de lo que es una enseñanza buena o<br />

eficaz. Al analizar el uso de un proceso de <strong>evaluación</strong> tal como la observación<br />

sistemática, se encuentran de inmediato no solo problemas de método y<br />

procedimientos, sino la misma raíz <strong>del</strong> problema de definir la enseñanza en sí.<br />

Ahora bien, los procedimientos no son neutros. O bien amplían o bien limitan las<br />

propias opiniones con respecto a la enseñanza y a determinados eventos pedagógicos.<br />

Las categorías incorporadas a un sistema de observación centran la atención en<br />

algunos aspectos de la actividad pedagógica y excluyen otros. Es mejor reconocer<br />

explícitamente estas elecciones que pensar que se está siendo totalmente objetivo,<br />

científico o neutro al utilizar un procedimiento observacional sistemático. Al seleccionar<br />

y desarrollar un procedimiento observacional, se da una forma explícita a las<br />

a<strong>su</strong>nciones y creencias sobre lo que constituye la enseñanza y se toman decisiones<br />

acerca de aquellos aspectos dignos de atención y escrutinio.<br />

Existe un nexo bastante directo entre el rendimiento observable y la competencia<br />

<strong>su</strong>byacente. El uso de la observación como un procedimiento de <strong>evaluación</strong> pre<strong>su</strong>me<br />

81


que las acciones didácticas observables proporcionan una base <strong>su</strong>ficiente para juzgar el<br />

grado de idoneidad de un profesor incluso si se sostiene que la enseñanza no es<br />

solamente un conjunto de comportamientos o rendimientos observables.<br />

La observación es un método empírico de investigación que se utiliza con mucha<br />

frecuencia en la mayoría de los mo<strong>del</strong>os de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente. Su<br />

amplio uso se justifica por la necesidad de analizar las características <strong>del</strong> desempeño<br />

<strong>del</strong> maestro en <strong>su</strong> contexto, lo que evita realizar inferencias inobjetivas acerca de lo que<br />

verdaderamente acontece en la sala de clase.<br />

Esta modalidad de recolección de testimonios de la actuación <strong>del</strong> maestro ha tenido<br />

históricamente varios enfoques paradigmáticos. Uno de estos paradigmas es el<br />

proceso-producto, que se define como la relación entre lo que los docentes hacen en<br />

el aula (proceso de enseñanza) y lo que ocurre con <strong>su</strong>s alumnos (productos <strong>del</strong><br />

aprendizaje) (Shulman,1990; Montern, 1990).<br />

Otros de los paradigmas que han guiado el uso de este método es el mediacional. Este<br />

enfoque se centra más en la enseñanza que en el aprendizaje y considera a la primera<br />

como un proceso tecnológico de resolución de problemas. Luego aquí se considera que<br />

la eficacia <strong>del</strong> trabajo <strong>del</strong> docente se asocia a <strong>su</strong> capacidad para diagnosticar los<br />

problemas de aprendizaje de los alumnos, elaborar estrategias para darle solución y<br />

contrastar <strong>su</strong> efectividad en la práctica (Schulman, 1975; Clark, 1976; Wagner, Elstein,<br />

1977; Schaselson, 1979; entre otros).<br />

Hacia fines de la década <strong>del</strong> 70 se desarrolla el denominado paradigma ecológico que<br />

caracteriza la vida <strong>del</strong> aula en términos de intercambios socioculturales y por lo tanto<br />

utiliza esencialmente una metodología cualitativa en la medición de la efectividad <strong>del</strong><br />

desempeño <strong>del</strong> maestro. Gibaja (1988-1991), representante de este paradigma, llega a<br />

plantear que lo que <strong>su</strong>cede en cada aula es un fenómeno único que puede entenderse<br />

solo bajo condiciones relativamente ideosincráticas.<br />

La propuesta que estamos presentando aquí se adscribe fundamentalmente al<br />

paradigma proceso-producto. No obstante se a<strong>su</strong>men un conjunto de indicadores que<br />

se derivan de los otros paradigmas.<br />

El uso de listas de comportamientos específicos es compatible con la idea de que la<br />

enseñanza consiste en ciertas clases de acciones pedagógicas, pero no es compatible<br />

con una visión de la enseñanza como la preparación de un medio en el que tenga lugar<br />

el aprendizaje <strong>del</strong> alumno. Sin embargo, a los efectos de completar información o<br />

verificar <strong>su</strong> validez sobre el desempeño docente, obtenida a través de otros<br />

procedimientos tales como entrevistas, cuestionarios, etc., las listas de<br />

comportamientos específicos pueden re<strong>su</strong>ltar muy útiles por <strong>su</strong> alto grado de<br />

concreción y por la factibilidad de <strong>su</strong> cuantificación e interpretación cualitativa.<br />

Se puede hacer una distinción muy general entre las evaluaciones cuyo objetivo es<br />

llegar a una decisión relativa a empleo, certificación, permanencia o despido, promoción<br />

en la enseñanza, etc., y aquella utilizada esencialmente para el desarrollo <strong>del</strong><br />

82


profesorado, para que tenga lugar una mejora permanente de la enseñanza y de la<br />

escuela. Las observaciones pueden ser especialmente adecuadas para propósitos<br />

llamados de “mejora”, porque proporcionan una base de discusión sobre la enseñanza<br />

real que tiene lugar en cada aula en particular.<br />

En términos generales, la observación es buena para considerar comportamientos o<br />

acciones, pero es una herramienta muy limitada para lograr comprender los<br />

pensamientos y sentimientos <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto observado. Así, si se desea saber cómo se<br />

comporta un docente con un grupo de alumnos durante una clase, la observación<br />

puede ser una buena forma de reunir información. Por el contrario, si se quiere saber<br />

por qué se comportan los docentes de una manera determinada, la observación por sí<br />

sola sería una elección incompleta. También sería un procedimiento inadecuado si se<br />

quisiera saber cómo se siente un docente durante una clase.<br />

Cuando se utiliza la observación, debe a<strong>su</strong>mirse que la muestra de comportamiento<br />

obtenida indica competencia en dominios que no se han observado, que las pruebas<br />

con respecto a los mismos no es esencial para evaluar, o que las pruebas<br />

concernientes a competencias sin observar se obtendrán por otros medios.<br />

Por lo tanto, debe tenerse muy en cuenta que la observación en el aula deja fuera<br />

pruebas sistemáticas directas sobre la planificación que hace el profesor de <strong>su</strong>s clases,<br />

<strong>su</strong> valoración y modificación de los materiales didácticos que emplea, <strong>su</strong> elección y<br />

adaptación de métodos pedagógicos, y <strong>su</strong>s relaciones de trabajo con colegas, padres y<br />

miembros de la comunidad escolar.<br />

Distintos sistemas de observación<br />

La observación como método de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente, puede tomar<br />

formas muy diversas. En algunos de los países donde se realiza desde hace algún<br />

tiempo <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado, esta las llevaba a cabo el director o el <strong>su</strong>pervisor<br />

basándose en una o más observaciones cortas durante las clases <strong>del</strong> profesor. Los<br />

procedimientos para la observación que utilizaban en la mayoría de ellos eran<br />

típicamente informales, no se requería de un formato especial. El observador<br />

reflexionaba sobre la que veía o bien emitía un juicio sobre el profesor, o bien <strong>su</strong>giería<br />

posibles mejoras pedagógicas.<br />

Más recientemente se han instituido procedimientos que implican la observación<br />

sistemática de los profesores mediante la utilización de instrumentos específicos.<br />

En la actualidad se utiliza un amplio abanico de instrumentos que incluyen listas de<br />

comportamientos, sistemas de categorías, informes escritos, resúmenes y sistemas de<br />

clasificación. Los procedimientos también varían con respecto al grado de inferencia<br />

que pueden requerir para categorizar los comportamientos observados.<br />

Existen diferencias entre los métodos de observación abiertos y los métodos cerrados<br />

(Wright, 1969). En los sistemas abiertos se incluyen notas, narraciones, informes, así<br />

como películas o cintas de video. El informe de la observación contiene una descripción<br />

83


de una secuencia de comportamientos en lenguaje ordinario o en forma mecánicamente<br />

reproducible. Al tomar informes abiertos se hace un esfuerzo para describir plenamente<br />

“todo” el comportamiento que tiene lugar para evitar las interpretaciones o la selección.<br />

Los sistemas abiertos se utilizan a veces en conexión con los juicios emitidos por el<br />

evaluador. Los informes proveen ejemplos específicos que se pueden discutir o analizar<br />

en una reunión entre el evaluador y el profesor o en una revisión realizada por los<br />

colegas.<br />

Por el contrario, los sistemas cerrados ponen el énfasis en la reunión de datos y centran<br />

<strong>su</strong> atención en tipos o aspectos específicos <strong>del</strong> comportamiento. Los sistemas cerrados<br />

incluyen sistemas de categorías y signos, así como listas de comportamientos y escalas<br />

de clasificación. El sistema de categorías típico contiene categorías mutuamente<br />

exclusivas y exhaustivas que son aplicadas a los comportamientos de interés. Cuando<br />

se utiliza un sistema de categorías, todos los comportamientos de relevancia<br />

observados se sitúan en una y sólo una categoría.<br />

Un claro ejemplo de sistema de categorías es el utilizado por Good y Brophy (1987)<br />

para valorar la implicación <strong>del</strong> alumno en el trabajo asignado durante la clase. En <strong>su</strong><br />

aplicación práctica, <strong>su</strong>gieren que todos los alumnos sean observados cada dos minutos<br />

y que <strong>su</strong> comportamiento se sitúe en una de cuatro categorías mutuamente exclusivas:<br />

claramente implicado en el trabajo asignado, no se puede decir, quizá pensando y sin<br />

trabajar.<br />

Los sistemas de signos también contienen categorías de codificación predefinidas, pero<br />

mientras que las categorías son mutuamente exclusivas, no son exhaustivas. Sólo se<br />

registran comportamientos específicos seleccionados cuando se utiliza un sistema de<br />

signos; el observador ignora comportamientos que no encajen en ninguna categoría y<br />

que por tanto carecen de interés. Good y Brophy (1987) también proporcionan un<br />

ejemplo de sistema de signos. En este caso lo utilizan para constatar el tipo de<br />

preguntas realizada por el profesor durante la clase. Aquí las categorías utilizadas por<br />

ellos son: preguntas académicas sobre datos, académicas sobre opinión, y no –<br />

académicas. Nótese que algunas preguntas no se pueden acomodar en ninguna de<br />

estas categorías, por ejemplo aquellas que requieren aplicación, síntesis u otros<br />

procesos mentales que sean académicos pero que no se basen en los datos. La<br />

selección de categorías, como en este caso, es característica de un sistema de signos.<br />

Por <strong>su</strong> parte, las listas de comportamientos son una forma común de observación<br />

cerrada que se utiliza en las evaluaciones de profesorado. Las listas de<br />

comportamientos están hechas de tal manera que el observador indica la presencia o<br />

ausencia de un comportamiento dado durante una clase o durante un intervalo de<br />

tiempo determinado de una clase.<br />

Al contrario que muchos sistemas cerrados, especialmente las listas de<br />

comportamientos, los sistemas de clasificación representan un procedimiento de alta<br />

inferencia en que el evaluador emite juicios acerca <strong>del</strong> rendimiento <strong>del</strong> profesor. Las<br />

clasificaciones a veces se realizan después de llevar a cabo un registro sistemático de<br />

las observaciones abiertas así como después <strong>del</strong> uso de listas de comportamientos.<br />

84


Estabilidad, generalización, fiabilidad y validez de los sistemas de observación.<br />

Del párrafo anterior se deduce que existen sistemas de observación de alta y de baja<br />

inferencia. La diferencia entre ambos está en la especificidad de las definiciones de<br />

comportamientos <strong>del</strong> sistema de observación. En los sistemas de baja inferencia se<br />

codifican comportamientos específicos y fácilmente identificados. Aquí las<br />

observaciones normalmente están dirigidas hacia la frecuencia de comportamientos<br />

pedagógicos. Consecuentemente, los observadores normalmente llegan a altos niveles<br />

de exactitud con los sistemas de baja inferencia a menos que se les pida que registren<br />

un número excesivo de comportamientos a intervalos cortos. Uno de los puntos fuertes<br />

de los sistemas de baja inferencia es <strong>su</strong> fiabilidad (la fiabilidad de la medida, tal y como<br />

aquí se utiliza, se refiere a la objetividad y grado en que se puede reproducir una<br />

observación en un momento dado. Si un procedimiento es fiable en este sentido, las<br />

frecuencias o las clasificaciones derivadas de una observación deberían ser muy<br />

parecidas si participa en la observación más de una persona).<br />

El aspecto de la fiabilidad más afín a la coherencia, estabilidad o generalización<br />

representa la idea de que aparecerán clasificaciones y juicios similares cuando el<br />

mismo profesor sea observado en una serie de ocasiones.<br />

Para tener un procedimiento de observación válido, tanto el instrumento en sí como el<br />

plan de muestra que se utilice deben reflejar adecuadamente la definición de<br />

enseñanza que utiliza el evaluador.<br />

Hay una especie de pacto entre la validez y la fiabilidad a la hora de seleccionar un<br />

sistema de observación de alta o baja inferencia. Si se considera que la enseñanza es<br />

decididamente algo más que la <strong>su</strong>ma de unas partes definibles, un sistema de baja<br />

inferencia, puede ser muy fiable, pero es con toda probabilidad menos válido que un<br />

sistema de alta inferencia.<br />

Ha habido, en mi opinión y la de muchos autores con<strong>su</strong>ltados, una desafortunada<br />

tendencia a preocuparse excesivamente de la fiabilidad y objetividad de los sistemas de<br />

observación de profesorado y a ocuparse in<strong>su</strong>ficientemente de la validez y de las<br />

definiciones de lo que constituye la enseñanza.<br />

Por todo lo anterior considero que la selección de un sistema de observación para este<br />

proyecto debería estar determinada por la coherencia entre la visión de la dirección<br />

general de escuelas de la provincia Buenos Aires sobre la enseñanza efectiva y la<br />

fi<strong>del</strong>idad con que el instrumento refleje dicha visión. Luego, soy de la opinión de que<br />

una combinación armónica y coherente de sistemas de alta y baja inferencia puede<br />

lograr altos índices de fiabilidad y validez. Por lo tanto, propongo concretamente utilizar<br />

un sistema de observación que conste de dos instrumentos utilizados en dos etapas<br />

<strong>su</strong>cesivamente: En la primera etapa se debe aplicar un sistema de observación abierto,<br />

específicamente un informe (sistema de alta inferencia), y en la segunda etapa, a partir<br />

<strong>del</strong> informe, se debe llenar una lista de comportamientos (sistema de baja inferencia).<br />

85


Acerca de la muestra de clases a observar<br />

En la práctica actual dos o tres observaciones de una hora de duración representan el<br />

máximo de tiempo que se le dedica a observar a un docente (Kowalski, 1978; Wise,<br />

1984; Mc Laughlin y Pfeifer, 1988).<br />

Bajo una perspectiva de medida tradicional es esperable que aumentar el número de<br />

observaciones incrementaría la constancia y la fiabilidad. Rowley (1978) demostró que<br />

más observaciones producen una fiabilidad más altas en algunas medidas de clase,<br />

especialmente cuando las circunstancias bajo las que se están realizando las<br />

observaciones son relativamente similares. Este autor señala que un número mayor de<br />

observaciones de una menor duración pueden producir una mayor fiabilidad que<br />

observaciones más largas incluso aunque la cantidad de tiempo total sea igual en los<br />

dos casos. Se puede intuir que es mejor observar clases íntegras que partes de las<br />

mismas, pero desde el punto de vsta de la fiabilidad, las observaciones más cortas<br />

probablemente produzcan datos más fiables.<br />

Para generalizar y encontrar validez y fiabilidad, habría que tomar muestras de diversos<br />

tipos de clases en una serie de asignaturas de las que imparte el docente en cuestión.<br />

Cuando las observaciones se utilizan para mejorar la instrucción, la estabilidad y la<br />

posibilidad de generalizar pueden ser cuestiones de menos importancia. Un pequeño<br />

número de observaciones puede proporcionar <strong>su</strong>gerencias de gran utilidad, siempre y<br />

cuando se tenga claro que no se ha obtenido una visión completa de las capacidades y<br />

habilidades pedagógicas <strong>del</strong> profesor.<br />

Un plan de muestra que tenga en cuenta una serie de observaciones seleccionadas<br />

para representar los contextos clave en los que trabaja el profesor constituye un<br />

enfoque, si bien caro, potencialmente deseable. Otra alternativa es centrar la atención<br />

en un pequeño número de los tipos de clase utilizados o de asignaturas enseñadas más<br />

frecuentemente. Una tercera estrategia seleccionaría el tipo de clase utilizado que fuera<br />

indicativo de las habilidades <strong>del</strong> profesor debido a <strong>su</strong> importancia. Cada uno de estos<br />

criterios muestrales tiene en cuenta las fuentes de variación principales de la práctica<br />

pedagógica y las acomoda de modos distintos pero plausibles.<br />

En conclusión <strong>su</strong>giero tratar de aproximarnos, hasta donde sea posible, a la primera de<br />

las estrategias descritas anteriormente, observándoles 4 clases a cada profesor de la<br />

muestra y tratando de que sean distintos tipos de clases.<br />

Algunas consideraciones sobre procedimientos para la aplicación práctica de un<br />

sistema de observación de clases.<br />

Al ejecutar un sistema de observación se presentan algunos problemas de tipo práctico.<br />

En primer lugar, es necesario decidir si se debe informar al profesor que será observado<br />

con antelación. A veces es una obligación contractual notificar previamente estas<br />

visitas, y en general parece deseable. Una observación planificada permite realizar una<br />

reunión previa a la observación con objeto de que evaluador y profesor discutan las<br />

características de la clase, así como los procedimientos de observación y las<br />

86


expectativas. Planificar las observaciones también permite que tenga lugar una<br />

selección más precisa <strong>del</strong> tipo de clases que se va a observar. En cambio, unas<br />

observaciones que no se han anunciado con antelación pueden detectar a aquellos<br />

profesores que no preparan <strong>su</strong>s clases o que no están motivados y quienes alteran <strong>su</strong><br />

comportamiento habitual cuando saben que van a ser observados.<br />

En segundo lugar, está la cuestión de si el docente a observar debería o no estar<br />

familiarizado de antemano con el instrumento de observación y con el modo en que se<br />

obtendrán las conclusiones. Para algunos dar esta información a los docentes que<br />

serán observados es como describir el contenido de un examen al <strong>su</strong>jeto al que se le va<br />

a aplicar. Sin embargo, no se dispone de datos basados en investigación alguna sobre<br />

esta cuestión, aunque hay pruebas anecdóticas de que algunos profesores tratan de<br />

tener comportamientos específicos cuando se utilizan listas de baja inferencia. En mi<br />

opinión, los profesores deberían conocer los estándares y las expectativas de la<br />

<strong>evaluación</strong> de la que serán objeto. Si el proceso en sí influye sobre el modo en que<br />

enseñe el profesor, entonces puede inferirse que se trata de un tipo de acción que,<br />

potencialmente, puede impulsar la mejora educativa. Considerar si dicha influencia es<br />

deseable o no es responsabilidad de las autoridades que demandan y dirigen este<br />

proyecto.<br />

Casi siempre es necesario que se mantenga una reunión después de la observación<br />

para discutir la misma y las conclusiones extraídas. Los profesores tienen derecho a<br />

saber cuándo se han sacado conclusiones acerca de <strong>su</strong> rendimiento, de qué tipo han<br />

sido estas, y según ello planificar <strong>su</strong>s objetivos de desarrollo profesional. Por <strong>su</strong>puesto,<br />

cuando las observaciones tienen lugar como un medio para compartir información y<br />

percepciones con los colegas, las discusiones posteriores a la observación son una<br />

parte natural <strong>del</strong> proceso.<br />

En las condiciones de nuestro proyecto <strong>su</strong>giero que sólo al final de las 4 observaciones<br />

se establezca con el docente en cuestión un diálogo abierto, franco y profesional sobre<br />

lo observado, donde no se discuta solamente sobre los aciertos y desaciertos de <strong>su</strong>s<br />

clases, sino también donde se les ponga ejemplo de la importancia de los datos<br />

recolectados como in<strong>su</strong>mos para la toma de decisiones de política educativa que<br />

pudieran beneficiar <strong>su</strong> práctica. De esta manera se lograría disminuir un tanto la actitud<br />

de permanente sospecha y predisposición desfavorable que tienen algunos docentes<br />

sobre la acciones de <strong>evaluación</strong> de <strong>su</strong> desempeño.<br />

Acerca de los evaluadores<br />

El papel de evaluador lo desempeñan personas que por <strong>su</strong> trabajo dentro de <strong>su</strong> sistema<br />

escolar están <strong>su</strong>puestamente más capacidades para ello. Dentro de los sistemas<br />

escolares estas personas <strong>su</strong>elen ser inspectores, directores, <strong>su</strong>bdirectores, jefes de<br />

departamento o <strong>su</strong>pervisores <strong>del</strong> currículo.<br />

El propósito de una <strong>evaluación</strong> es relevante a la hora de decidir quién va a realizar las<br />

observaciones y quién va a extraer las conclusiones pertinentes. Son importantes, en<br />

87


todas las circunstancias, la objetividad y la equidad, y deben ponerse en práctica a<br />

través de una conducta profesional y una formación adecuada.<br />

Probablemente sea más fácil realizar el papel de evaluador por aquellas personas que<br />

enseñan los mismos cursos y las mismas materias que el <strong>su</strong>jeto evaluado. Esto implica<br />

que re<strong>su</strong>lta conveniente y deseable incluir en los equipos de evaluadores a docentes<br />

sin cargos directivos que han acumulado gran experiencia en el ejercicio de la docencia<br />

en circunstancias similares a las <strong>del</strong> contexto de los profesores que serán evaluados.<br />

Si la experiencia <strong>del</strong> evaluador es muy diferente de la <strong>del</strong> profesor objeto de la<br />

<strong>evaluación</strong>, entonces lo más probable es que sea necesario que disponga de una lista<br />

de comportamientos muy estructurada. Cuando el procedimiento de observación está<br />

muy definido, quizá tenga menos importancia disponer de un conocimiento previo de<br />

determinados tipos de enseñanza, aunque siga siendo importante tener un antecedente<br />

en el campo de la educación. No obstante, una experiencia similar mejorará la validez<br />

de una observación aún cuando se trabaje con un sistema de categorías cerradas.<br />

La formación <strong>del</strong> observador se ve influenciada por el tipo específico de observación y<br />

el propósito de la misma. Una formación adecuada en el uso de métodos abiertos y<br />

cerrados puede con frecuencia llevarse a cabo mediante el uso de cintas de vídeo en<br />

vez de observaciones. No obstante, es importante que los observadores vayan a las<br />

aulas y realicen observaciones “en vivo”, de modo que se puedan familiarizar con el<br />

proceso de centrar <strong>su</strong> atención sobre los <strong>su</strong>cesos relevantes en el contexto global de<br />

una clase. Las observaciones reales también proporcionan formación en lo que se<br />

refiere a <strong>su</strong> trato directo con los profesores, los estudiantes, y demás personal de la<br />

escuela.<br />

Probablemente uno de los aspectos más difíciles de la formación <strong>del</strong> evaluador es la<br />

especificación de los medios por los cuales se van a traducir los datos de las<br />

observaciones a las conclusiones. En algunos casos, un estándar numérico sobre la<br />

frecuencia de determinados comportamientos es satisfactorio y el procedimiento<br />

bastante mecánico. Sin embargo, otros procedimientos, por ejemplo los que requieren<br />

la formulación de recomendaciones para mejorar la enseñanza <strong>del</strong> profesor evaluado,<br />

demandan el ejercicio <strong>del</strong> juicio y la experiencia profesionales. Para aplicarlos se<br />

demanda experiencia y alto grado de inferencia por parte de los evaluadores.<br />

El instrumento que presentamos a continuación es una “Guía de observación<br />

estructurada” que actualmente se utiliza de forma generalizada en las escuelas de la<br />

educación primaria en Cuba. La misma es fruto <strong>del</strong> trabajo de construcción <strong>del</strong> “Grupo<br />

Aprendizaje” de investigadores <strong>del</strong> Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, el que<br />

realizó una ardua labor de sistematización de todo lo producido al respecto por los<br />

investigadores de nuestro país.<br />

Re<strong>su</strong>lta necesario destacar la necesidad de atender celosamente a las “orientaciones<br />

metodológicas para el llenado de la guía en cuestión, como elemento indispensable<br />

para garantizar la “consistencia externa de los indicadores” que forman la misma en<br />

forma de ítems. Por esa razón mostramos a continuación ambos documentos, es decir,<br />

88


la guía y las orientaciones para <strong>su</strong> llenado.<br />

Datos generales<br />

Ministerio de Educación<br />

Instituto Central de Ciencias Pedagógicas<br />

Guía para la Observación de Clases<br />

Educación Primaria<br />

2003<br />

Escuela: __________________________ Provincia: __________ Municipio: __________<br />

Grado: ______ Grupo:_____ Nombre <strong>del</strong> maestro: ____________________ No: _______<br />

Marque con una (X) el tipo de formación: Lic. ___ Emergente ___<br />

Auxiliar pedagógica en formación _____<br />

Asignatura:__________________ A<strong>su</strong>nto de la clase:_____________________________<br />

Nombre de observador: _______________________________________<br />

Marque por filas, con solo una equis (X), en cada columna, según corresponda.<br />

DOMINIO DE LOS OBJETIVOS<br />

1. El maestro conoce los objetivos de <strong>su</strong> clase.<br />

INDICADORES Bien Regular Mal<br />

2. Comunica los objetivos con claridad a los alumnos.<br />

3. Se corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, asignatura,<br />

momentos <strong>del</strong> desarrollo y nivel.<br />

4. Las actividades de aprendizaje se corresponden con los<br />

objetivos, así como con los diferentes niveles de<br />

desempeño.<br />

5. Propicia que los alumnos comprendan el valor <strong>del</strong> nuevo<br />

conocimiento.<br />

DOMINIO DEL CONTENIDO<br />

6. Realiza un tratamiento correcto y contextualizado de los<br />

conceptos. Establece relaciones entre los conceptos y los<br />

procedimientos que trabaja en la clase.<br />

7. Correspondencia, entre objetivos, contenido y<br />

características psicológicas de los alumnos.<br />

8. Atiende a las diferencias individuales en función <strong>del</strong><br />

diagnóstico.<br />

9. Exige a los alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />

10. Propicia el vínculo intermateria.<br />

11. Aprovecha todas las posibilidades que el contenido ofrece<br />

para educar a los alumnos.<br />

12. Trabaja para lograr la nivelación de los alumnos, a partir <strong>del</strong><br />

diagnóstico.<br />

89


INDICADORES Bien Regular Mal<br />

13. Orienta actividades que se corresponden con los diferentes<br />

niveles de asimilación o de desempeño.<br />

USO DE MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS<br />

METODOLÓGICOS<br />

14. Utiliza métodos y procedimientos metodológicos que<br />

orientan y activan al alumno hacia la búsqueda<br />

independiente <strong>del</strong> conocimiento hasta llegar a la esencia<br />

<strong>del</strong> concepto y <strong>su</strong> aplicación.<br />

15. Estimula a la búsqueda de información en otras fuentes,<br />

propiciando el desarrollo <strong>del</strong> pensamiento reflexivo y de la<br />

independencia cognoscitiva.<br />

16. Dirige el proceso sin anticiparse a los razonamientos y<br />

juicios de los alumnos.<br />

17. El maestro utiliza niveles de ayuda que permiten al alumno<br />

reflexionar sobre <strong>su</strong> error y rectificarlo.<br />

MEDIOS DE ENSEÑANZA<br />

18. Emplea los medios de enseñanza(láminas, juegos,<br />

maquetas, mo<strong>del</strong>os, etc.) para favorecer un aprendizaje<br />

desarrollador.<br />

19. Utiliza el contenido de la emisión televisiva, vinculándolo a<br />

los objetivos y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />

20. Utiliza los software educativos vinculándolos a los objetivos<br />

y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />

21. Utiliza el vídeo a partir de los objetivos y contenidos de<br />

enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />

22. Explota las potencialidades <strong>del</strong> medio.<br />

CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />

23. Favorece un clima agradable hacia el aprendizaje, donde<br />

con respeto y afecto, los alumnos expresan sentimientos,<br />

argumentos y se plantean proyectos propios. Utiliza un<br />

lenguaje coloquial con tono adecuado.<br />

24. Las actividades que se realizan contribuyen al desarrollo<br />

de las posibilidades comunicativas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

25. Contribuye con <strong>su</strong> ejemplo y con el uso adecuado de<br />

estrategias de trabajo a la correcta formación de hábitos.<br />

26. Demuestra confianza en la posibilidades de aprendizaje de<br />

todos <strong>su</strong>s alumnos, apoyándolos con palabras que les den<br />

seguridad.<br />

MOTIVACIÓN<br />

27. Con la motivación implica al alumno durante toda la clase.<br />

90


ETAPA DE ORIENTACIÓN<br />

INDICADORES Bien Regular Mal<br />

28. Logra que el alumno comprenda qué, para qué, por qué,<br />

cómo y bajo qué condiciones va a aprender antes de<br />

ejecución(Orientación hacia el objetivo).<br />

29. Propicia que el alumno establezca nexos entre lo conocido<br />

y lo nuevo por conocer(aseguramiento de las condiciones<br />

previas).<br />

30. Utiliza vías metodológicas que orienten e impliquen al<br />

alumno en el análisis de las condiciones de las tareas y en<br />

los procedimientos que habrá de utilizar en <strong>su</strong> solución<br />

posterior.<br />

31. Controla si comprenden lo orientado.<br />

ETAPA DE EJECUCIÓN<br />

32. Los alumnos ejecutan sólo actividades individuales<br />

33. Los alumnos ejecutan actividades por parejas, por equipos<br />

y por grupos.<br />

34. Los alumnos ejecutan actividades variadas, diferenciadas y<br />

con niveles crecientes de complejidad.<br />

35. Atiende diferenciadamente las necesidades y<br />

potencialidades de los alumnos individuales y <strong>del</strong> grupo, a<br />

partir <strong>del</strong> diagnóstico.<br />

ETAPA DE CONTROL<br />

36. El maestro propicia la realización de actividades de control<br />

y valoración, por parejas y colectivas.<br />

37. Los alumnos autocontrolan y autovaloran <strong>su</strong>s tareas.<br />

38. Durante la clase el maestro utiliza diferentes formas de<br />

control.<br />

PRODUCTIVIDAD DURANTE LA CLASE<br />

39. Las actividades que planifica contribuyen a garantizar la<br />

máxima productividad de cada alumno durante toda la<br />

clase.<br />

FORMACIÓN DE HÁBITOS<br />

40. Da atención a los hábitos posturales<br />

41. Se aprecia en los alumnos cuidado de <strong>su</strong> apariencia personal y<br />

hábitos de higiene y orden en el aula<br />

91


DIMENSIONES e INDICADORES:<br />

DOMINIO DE LOS OBJETIVOS<br />

1. El maestro conoce los objetivos de <strong>su</strong> clase.<br />

2. Comunica los objetivos con claridad a los alumnos.<br />

3. Se corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, asignaturas y momentos <strong>del</strong><br />

desarrollo.<br />

4. Las actividades de aprendizaje se corresponden con los objetivos, así como con<br />

los diferentes niveles de desempeño.<br />

5. Propicia que los alumnos comprendan el valor <strong>del</strong> nuevo conocimiento.<br />

DOMINIO DEL CONTENIDO.<br />

6. Realiza un tratamiento correcto y contextualizado de los conceptos. Establece<br />

relaciones entre los conceptos y los procedimientos que trabaja en la clase.<br />

7. Correspondencia, entre objetivos, contenido y características psicológicas de los<br />

alumnos.<br />

8. Atiende a las diferencias individuales en función <strong>del</strong> diagnóstico.<br />

9. Exige a los alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />

10. Propicia el vínculo intermateria.<br />

11. Aprovecha todas las posibilidades que el contenido ofrece para educar a los<br />

alumnos.<br />

12. Trabaja para lograr la nivelación de los alumnos, a partir <strong>del</strong> diagnóstico<br />

USO DE MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS<br />

13. Utiliza métodos y procedimientos metodológicos que orientan y activan al<br />

alumno hacia la búsqueda independiente <strong>del</strong> conocimiento hasta llegar a la<br />

esencia <strong>del</strong> concepto y <strong>su</strong> aplicación.<br />

14. Estimula a la búsqueda de información en otras fuentes, propiciando el<br />

desarrollo <strong>del</strong> pensamiento reflexivo y de la independencia cognoscitiva.<br />

15. Dirige el proceso sin anticiparse a los razonamientos y juicios de los alumnos.<br />

16. El maestro utiliza niveles de ayuda que permiten al alumno reflexionar sobre <strong>su</strong><br />

error y rectificarlo.<br />

MEDIOS DE ENSEÑANZA<br />

17. Emplea los medios de enseñanza(láminas, juegos, maquetas, mo<strong>del</strong>os, objetos<br />

naturales) para favorecer un aprendizaje desarrollador.<br />

18. Utiliza el contenido de la emisión televisiva, vinculándolo al contenido de<br />

enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />

92


19. Utiliza los software educativos vinculándolos al contenido de enseñaza <strong>del</strong> grado.<br />

20. Utiliza el vídeo a partir de los objetivos y contenidos de enseñanza <strong>del</strong> grado.<br />

CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />

21. Favorece un clima agradable hacia el aprendizaje, donde con respeto y afecto,<br />

los alumnos expresan sentimientos, argumentos y se plantean proyectos propios.<br />

22. Las actividades que se realizan contribuyen al desarrollo de las posibilidades<br />

comunicativas de los alumnos.<br />

23. Contribuye con <strong>su</strong> ejemplo y con el uso adecuado de estrategias de trabajo a la<br />

correcta formación de hábitos.<br />

24. Utiliza métodos y estrategias metodológicas para contribuir a la formación de<br />

valores.<br />

MOTIVACIÓN<br />

25. Motivación durante la clase, y grado de implicación que logra en el alumno, de<br />

modo que el proceso tenga significado y sentido para él en los diferentes<br />

momentos de la actividad.<br />

Organización y dirección de los diferentes momentos de la actividad: (Momentos<br />

en los que está presente la motivación)<br />

Orientación:<br />

26. Propicia que el alumno establezca nexos entre lo conocido y lo nuevo por<br />

conocer(aseguramiento de las condiciones previas).<br />

27. Orienta qué, cómo, por qué, para qué y bajo que condiciones el alumno(a) ha de<br />

aprender(Orientación hacia el objetivo).<br />

28. 26.Utiliza preguntas de reflexión, u otras vías que orienten e impliquen al alumno<br />

en el análisis de las condiciones de las tareas y los procedimientos,<br />

favoreciendo con ello la formación <strong>del</strong> hábito de controlar mejor <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados.<br />

29. Controla como parte de la orientación la comprensión por el alumno(a) de lo que<br />

ha de aprender y de lo que va a ejecutar.<br />

Ejecución.<br />

30. Propicia la ejecución de tareas individuales,<br />

31. Propicia la ejecución de tareas por parejas, por equipos o por grupos, favoreciendo<br />

con estas últimas los procesos de socialización.<br />

32. Atiende diferenciadamente las necesidades y potencialidades de los alumnos<br />

individuales y <strong>del</strong> grupo, a partir <strong>del</strong> diagnóstico, para desde la utilización de<br />

niveles de ayuda, lograr el máximo desarrollo de cada alumno en el alcance de<br />

los objetivos.<br />

Control<br />

93


33. Propicia la realización de actividades de control y valoración por parejas, y<br />

colectivas.<br />

34. Los alumnos autocontrolan y autovaloran <strong>su</strong>s tareas.<br />

35. Durante la clase el maestro utiliza diferentes formas de control.<br />

Atención a la formación de normas y valores.<br />

36. Da atención al desarrollo de hábitos, de normas de comportamiento y valores<br />

sociales, como parte <strong>del</strong> proceso de formación de cualidades y orientaciones<br />

valorativas de la personalidad de los escolares.<br />

Productividad en la clase.<br />

37. Las actividades que planifica contribuyen a garantizar la máxima productividad<br />

de cada alumno durante todo el tiempo que dura la clase.<br />

Algunas precisiones para la comprensión y el control valorativo de los<br />

indicadores <strong>del</strong> Proceso de Enseñanza-Aprendizaje<br />

Dominio <strong>del</strong> Fin, los objetivos <strong>del</strong> grado, de la asignatura y de los momentos <strong>del</strong><br />

desarrollo que orientan la planificación de la clase y <strong>del</strong> sistema de clases.<br />

Se apreciará el dominio de estos aspectos en la planificación que ha hecho <strong>del</strong><br />

contenido de <strong>su</strong> clase y de <strong>su</strong> correspondencia con el sistema de actividades de<br />

aprendizaje seleccionadas, así como en el tratamiento a los aspectos educativos<br />

derivados de este sistema, para la clase en particular y para el sistema de clases. No se<br />

trata de que lo tenga escrito en una libreta sino de que sea visible durante el desarrollo<br />

de la clase, esto no significa que se le diga al niño mecánicamente cuáles son los<br />

objetivos, sino que se pueda apreciar que estén implícitos a partir de lo que se hace.<br />

Los objetivos deben reflejar las exigencias <strong>del</strong> grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño<br />

y la asignatura de que se trate de acuerdo con el Fin y los objetivos más generales de la<br />

escuela.<br />

Se evaluará en:<br />

Bien: Si se corresponde lo que hace con los objetivos que se plantea y esto es visible<br />

en el desarrollo de la clase y, en particular en el sistema de actividades que planifica y<br />

realizan los alumnos. Estos objetivos deben corresponderse con las exigencias <strong>del</strong><br />

grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño y la asignatura de que se trate.<br />

Regular: Si puede precisar cuáles son los objetivos de la clase pero éstos no se<br />

revelan claramente en <strong>su</strong> sistema de actividades, o no demuestra conocer cuáles son<br />

esos objetivos, pero <strong>su</strong> diseño de actividades permite al menos inferirlos.<br />

Mal: Si no demuestra tener claridad con lo que quiere de la clase ni las actividades<br />

que realiza hacen visible qué objetivos se pretendían con la clase, o estos no se<br />

corresponden con las exigencias <strong>del</strong> grado, el momento de desarrollo <strong>del</strong> niño y la<br />

asignatura de que se trate.<br />

94


Dominio <strong>del</strong> contenido instructivo y educativo y de los vínculos interasignaturas,<br />

de la clase que imparte y <strong>del</strong> sistema de clases concebida.<br />

Se apreciará en el tratamiento que da al trabajo con los conceptos, y las relaciones<br />

entre ellos, así como a las habilidades y procedimientos que el alumno debe aprender<br />

vinculados a éstos, en la forma que los precise durante la clase, en <strong>su</strong> expresión<br />

verbal, escrita o dentro de las actividades que propone, lo que garantiza la necesaria<br />

sistematización de <strong>su</strong> aprendizaje por el alumno. Como parte de las relaciones que ha<br />

de lograrse entre conceptos y procedimientos, es esencial la búsqueda de la<br />

articulación lógica que logra entre el contenido de diferentes asignaturas, sin vínculos<br />

forzados, lo que enriquece dicha sistematización, así como toda la riqueza de<br />

influencias <strong>del</strong> contenido instructivo en todo el proceso educativo.<br />

Este dominio encuentra además <strong>su</strong> manifestación correcta cuando el maestro no<br />

comete imprecisiones y errores de contenido, <strong>su</strong> vocabulario es correcto, las<br />

actividades que propone no presentan errores de este tipo y exige a <strong>su</strong>s alumnos<br />

corrección en <strong>su</strong>s respuestas. De igual forma, un aspecto esencial de este dominio, se<br />

expresa en la correspondencia que logre con los objetivos y las características<br />

psicológicas de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

Este indicador se evaluará de la forma siguiente:<br />

Bien: Si se corresponde con los parámetros antes mencionados y, en particular no<br />

comete errores de contenido, <strong>su</strong> vocabulario es correcto, las actividades que propone<br />

no presentan errores de ese tipo y exige a <strong>su</strong>s alumnos corrección en <strong>su</strong>s respuestas.<br />

Regular: Si comete algún error o imprecisiones de contenido, o de vocabulario o<br />

diseña alguna actividad con errores de ese tipo.<br />

Mal: Si comete errores o imprecisiones de contenido y de vocabulario, así como,<br />

diseña actividades con errores de ese tipo y no es exigente con los alumnos en cuanto<br />

a <strong>su</strong> corrección al expresarse o al realizar los procedimientos previstos en la clase.<br />

Métodos y procedimientos que emplea en la dirección <strong>del</strong> proceso. Como parte de<br />

este aspecto re<strong>su</strong>ltan esenciales los indicadores siguientes:<br />

En un proceso de aprendizaje productivo, re<strong>su</strong>ltan desde <strong>su</strong> dirección metodológica<br />

esenciales, tener en cuenta los indicadores referidos a la posibilidad de lograr orientar y<br />

activar intelectualmente al alumno, de forma gradual, hacia la búsqueda independiente<br />

<strong>del</strong> conocimiento, de los procedimientos, <strong>del</strong> empleo de diferentes fuentes para buscar<br />

información, con lo que se propicia un aprendizaje reflexivo y el desarrollo de la<br />

independencia cognoscitiva. Como parte de estos indicadores un lugar especial lo<br />

ocupa el no anticiparse a los razonamientos y juicios de los alumnos, dándole la<br />

posibilidad de expresar <strong>su</strong>s ideas, sentimientos plantearse proyectos propios, así como<br />

el poder ofrecer niveles de ayuda que permitan al escolar reflexionar sobre <strong>su</strong> error y<br />

rectificarlo en un proceso productivo en el que el alumno pueda reconocer que es<br />

posible equivocarse y rectificar el error.<br />

Estos indicadores se evaluarán de la forma siguiente:<br />

95


Bien: Si utiliza los procedimientos descritos en los indicadores referidos. Obsérvese que en la<br />

formulación de dichos indicadores están contenidas las acciones metodológicas requeridas para el<br />

cambio.<br />

Regular: Cuando se aprecia en la dirección pedagógica por el maestro el tener en<br />

cuenta algunos de estos aspectos pero otros re<strong>su</strong>ltan in<strong>su</strong>ficientes o no los tiene en<br />

cuenta, o se observa aún fuerte predominio o tendencia hacia que sea el docente el que<br />

ofrezca la información.<br />

Mal: Cuando no se aprecia en <strong>su</strong> dirección la presencia de estos procederes<br />

metodológicos.<br />

Utilización de los Medios de Enseñanza en un proceso desarrollador.<br />

Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltarán pertinentes la incorporación por el docente de<br />

los diferentes medios como láminas, juegos didácticos, maquetas, etc, que potencien<br />

una asimilación <strong>del</strong> conocimiento más productiva y reflexiva para el escolar,<br />

constituyendo algunos de ellos elementos esenciales como vía materializada de los<br />

conceptos objeto de aprendizaje y con los cuales es fundamental que el alumno<br />

interactúe y que se constituyen en niveles de ayuda importantes para aquellos alumnos<br />

con dificultades en el aprendizaje.<br />

Un lugar especial han venido a constituir la introducción en las clases de la emisión<br />

televisiva, el empleo de los software educativos y de los videos, medios que deberá el<br />

docente vincular con los objetivos y el contenido de enseñanza <strong>del</strong> grado. La realización<br />

de este trabajo requiere desde la concepción y planificación <strong>del</strong> sistema de clases,<br />

buscar los momentos oportunos que permitan una articulación efectiva y productiva de<br />

estos medios, siempre en función de potenciar al máximo el alcance hacia los objetivos.<br />

La Tecnología Educativa, y en particular la Computación, constituye hoy un gran reto de<br />

carácter didáctico para los docentes pues es extraordinaria la diversidad de formas en<br />

que puede llegar la información <strong>del</strong> conocimiento a cada uno de los escolares y sobre<br />

todo de poder interactuar cada uno de ellos de manera individual con esta información.<br />

Lo anterior, sin dudas requiere de la remo<strong>del</strong>ación profunda de la dirección <strong>del</strong> proceso<br />

de enseñanza aprendizaje, pues bajo estas exigencias y condiciones de posibilidades<br />

de aprendizaje individual interactivo, también hay que atender a condiciones de<br />

aprendizaje grupal, requisito esencial cuando se a<strong>su</strong>me una posición desarrolladora <strong>del</strong><br />

proceso de enseñanza aprendizaje.<br />

Es oportuno que se seleccionen de acuerdo con el tiempo que se dispone en clase si<br />

se requiere o todo el video o todo el software o parte de ellos. Su selección permite<br />

llevar al alumno a la comprensión, ejercitación y aplicación de la esencia <strong>del</strong> concepto<br />

objeto de enseñanza-aprendizaje.<br />

De esta forma se puede, en el tiempo de clases, explotar la utilización productiva de los<br />

mismos en tiempos de 10, 15 o 20 minutos o combinarlos, pero siempre precedidos de<br />

un trabajo de planificación eficiente, de lo contrario, si se realizan actividades con <strong>su</strong><br />

96


empleo pero ocupando grandes espacios de tiempo pueden dañar la motivación y<br />

productividad de la clase. Un trabajo de selección y planificación eficiente permite lograr<br />

un proceso más enriquecido y que actúe en un buen aprendizaje.<br />

Los indicadores que seguidamente se presentan se utilizarán en la planificación y<br />

<strong>evaluación</strong> de las clases cuando éstas se apoyen en el uso de la computación<br />

como medio de enseñanza <strong>del</strong> docente y de aprendizaje de los alumnos.<br />

Los indicadores propuestos están dirigidos a potenciar los procesos de instrucción,<br />

desarrollo y educación de los escolares, tomando como posibilidad las propias<br />

potencialidades que ofrece la computación como recurso tecnológico.<br />

Ofrecemos, por consiguiente, un grupo de ideas previas, las cuales pueden ayudar a<br />

reflexionar desde la planeación <strong>del</strong> proceso cómo acercarnos, desde estas ideas y<br />

desde la utilización de un grupo de indicadores, a la búsqueda de niveles <strong>su</strong>periores de<br />

calidad de la clase y <strong>del</strong> sistema de clases, donde el uso de este importante medio se<br />

inserte a <strong>su</strong> vez de manera armónica en el resto de los componentes <strong>del</strong> proceso de<br />

enseñanza aprendizaje, y en el cual el docente sigue siendo el mediador principal, guía<br />

y conductor de este proceso y que tiene entre otros y varios de <strong>su</strong>s propósitos, que la<br />

tecnología acompañe al aprendizaje de <strong>su</strong>s alumnos.<br />

Concepción de la utilización <strong>del</strong> medio en la planificación <strong>del</strong> sistema de clases.<br />

(A modo de ideas previas a la utilización de los indicadores).<br />

Estudio y análisis de los objetivos y contenidos de los programas de la asignatura,<br />

de los objetivos <strong>del</strong> grado y de los software que se orientan para el grado y ciclo y<br />

selección <strong>del</strong> contenido de éstos o parte de éstos por <strong>su</strong> correspondencia con los<br />

objetivos de la asignatura y grado en particular.<br />

Determinación y precisión de <strong>su</strong> utilización en el sistema de clase de acuerdo con<br />

las tareas o funciones didácticas que ha de cumplir cada clase en el sistema<br />

(apropiación de nuevos contenidos, desarrollo de habilidades y hábitos,<br />

sistematización de conocimientos y habilidades, control de conocimientos,<br />

habilidades y hábitos).<br />

Precisión de la estructura de cada clase en el sistema de clases, estableciendo el<br />

vínculo y la concreción necesaria entre todos los componentes <strong>del</strong> proceso (objetivocontenido-métodos<br />

y procedimientos-medios-formas de organización<strong>evaluación</strong>).<br />

Posteriormente se describen un conjunto de indicadores para la observación de las<br />

clases con la inserción de la televisión(con acciones <strong>del</strong> docente antes, durante y<br />

después de la emisión) sin embargo, como parte de este indicador más general que se<br />

analiza y que abarca las diferentes tecnologías, es posible observar si el docente en la<br />

planificación de <strong>su</strong> sistema de clases y, en la clase particular que se observa retoma<br />

aspectos <strong>del</strong> mensaje televisivo que pueden articularse con elementos de los software o<br />

de un video o el uso <strong>del</strong> pizarrón o de láminas u otras fuentes gráficas, para facilitar la<br />

fijación, ejercitación y aplicación <strong>del</strong> contenido de enseñanza de la propia emisión<br />

97


televisiva lo que equivale a utilizar los medios de enseñanza como sistema, dentro <strong>del</strong><br />

propio sistema de clases. Siempre considerando el papel rector de los objetivos como<br />

categoría rectora en este proceso.<br />

Otras formas de organización <strong>del</strong> proceso, como las excursiones, visitas, trabajos<br />

prácticos, entre otras, son factibles de vincular al trabajo con la televisión, como<br />

extensión de algunos de <strong>su</strong>s programas que adoptan estas formas organizativas, pero<br />

que aunque son de valor, no <strong>su</strong>stituyen las vivencias directas de niños y niñas en la<br />

naturaleza u otras fuentes y la búsqueda de información en ellas.<br />

Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltarán pertinentes las acciones metodológicas que<br />

la escuela y estructuras trabajen para el logro <strong>del</strong> Fin y los objetivos, teniendo en cuenta<br />

el enriquecimiento que aportan las tecnologías que por ser de introducción reciente<br />

requieren de un trabajo especial para lograr potenciar <strong>su</strong> utilización al máximo.<br />

Este indicador se evaluará de la forma siguiente:<br />

Bien: Si en la clase al utilizar los diferentes medios se puede apreciar una articulación<br />

lógica a los objetivos y contenidos objeto de enseñanza que enriquezcan y potencien la<br />

comprensión y aplicación de estos últimos. Es importante además, poder apreciar el<br />

trabajo como sistema de medios siempre como apoyo al cumplimiento <strong>del</strong> Fin y los<br />

Objetivos.<br />

Regular: Si son utilizados pero no se aprecia una explotación totalmente consecuente<br />

que permitan el cumplimiento de los objetivos y contenidos que se trabajan, en el caso<br />

de los videos o software, si se dilata mucho la clase por no selección de aspectos<br />

esenciales de estos y <strong>su</strong> extensión en tiempo afecta la motivación y productividad.<br />

Mal: Si no se utiliza ningún tipo de medios de enseñanza como parte de la clase.<br />

CLIMA PSICOLÓGICO DEL AULA<br />

Como parte de esta dimensión re<strong>su</strong>ltan de gran importancia los indicadores<br />

relacionados con un ambiente positivo en cuanto al respeto, relaciones afectivas,<br />

posibilidades de estimular a cada niño de acuerdo con <strong>su</strong>s diferencias y en particular a<br />

los escolares con problemas de aprendizaje los que deberán ser apoyados con<br />

palabras que impliquen seguridad y posibilidades que tienen todos para aprender,<br />

demostrando así <strong>su</strong> confianza en todos por igual.<br />

Otro aspecto importante esta vinculado con las posibilidades comunicativas que genera<br />

a partir de las diferentes tareas que planifica.<br />

Su ejemplo y el ser portador de las normas que trata de desarrollar, así como el<br />

lenguaje coloquial y afectivo que utiliza, se constituyen en elementos importantes <strong>del</strong><br />

clima, lo que permite que los alumnos tengan confianza para expresar <strong>su</strong>s vivencias<br />

criterios, necesidades, etc.<br />

98


Motivación y orientación que realiza en los diferentes momentos de la clase.<br />

Se apreciará desde las actividades iniciales mediante las cuales el maestro(a) debe<br />

propiciar que los niños(as) sientan deseos de aprender lo nuevo o de continuar<br />

trabajando con mayor profundidad los conocimientos y procedimientos que ya conocen,<br />

lo que es esencial para crear un ambiente emocional positivo ante el aprendizaje<br />

Estas actividades iniciales de motivación, están vinculadas con el proceso de<br />

orientación de lo nuevo que se va a aprender en la clase o a reafirmar, pues queda para<br />

ellos claro lo que han de aprender y cómo, pues además el maestro tiene en cuenta <strong>su</strong>s<br />

necesidades, vivencias, sentimientos e ideas precedentes. La motivación se apreciará<br />

en todo el desarrollo de la clase, lo que está relacionado con la calidad de la orientación<br />

y el tipo de actividades que propone el maestro(a) y ejecutan los niños(as) y <strong>su</strong><br />

carácter instructivo y educativo desarrollador.<br />

Un aspecto también muy importante dentro de la motivación, es que en el desarrollo de<br />

la clase lo que se haga tenga significación para el niño, o sea que él lo comprenda<br />

perfectamente, así como pueda valorar la importancia de lo que aprende y hace para la<br />

vida práctica y para <strong>su</strong> propio desarrollo como persona. La conducción por el maestro<br />

debe propiciar que el alumno se implique en la actividad a partir <strong>del</strong> significado que<br />

tiene para él el contenido de enseñanza.<br />

Se evaluará este indicador en:<br />

Bien: Si desarrolla actividades de motivación, con las características descritas en los<br />

párrafos anteriores.<br />

Regular: Si desarrolla actividades de motivación, pero estas no son <strong>su</strong>ficientes o no<br />

están bien diseñadas, por lo que no siempre logran el objetivo de motivar a los niños<br />

para la actividad.<br />

Mal: No desarrolla actividades que propicien la motivación en los alumnos, o estas<br />

son tan deficientes que no logran motivar a los niños.<br />

Orientación que realiza <strong>del</strong> proceso de aprendizaje dentro de la clase.<br />

La orientación es una de las etapas fundamentales en el proceso de aprendizaje <strong>del</strong><br />

niño, y en especial tiene gran importancia dentro de la clase, como se ha reflejado como<br />

parte de la motivación. Esta orientación se pone de manifiesto cuando se precisa al<br />

alumno qué es lo nuevo que se va a aprender y en qué se diferencia de lo que ya ha<br />

aprendido, lo que se logra cuando mediante diferentes actividades el maestro propicia<br />

que el alumno establezca nexos entre lo conocido y lo nuevo que va a aprender de una<br />

forma muy clara para el alumno.<br />

Para poder establecer los nexos antes planteados es indispensable que el maestro(a)<br />

conozca cuáles son las condiciones previas que poseen <strong>su</strong>s alumnos para aprender lo<br />

nuevo, y qué conocen ya de lo nuevo que van a aprender (ideas, vivencias, nociones<br />

acerca de lo nuevo)<br />

99


También se pone de manifiesto la orientación, cuando el maestro utiliza diferentes vías<br />

que propician que el niño se ubique e implique en el análisis de las condiciones de las<br />

tareas y en los procedimientos de solución, utilizando técnicas generales para el<br />

trabajo de aprendizaje(válidas para cualquier asignatura) como por ejemplo, la lectura<br />

global(enseñar al niño la necesidad de realizar una primera lectura general de la tarea),<br />

la lectura analítica(la necesidad, como procedimiento de trabajo, de realizar una<br />

segunda lectura que le permita identificar los aspectos esenciales para comprender<br />

qué se pide, con qué datos e información cuento, qué vías de solución son posibles de<br />

aplicar, qué re<strong>su</strong>ltados se esperan) que les permitirá realizar con mayor profundidad el<br />

referido análisis, evitando con ello la tendencia a la ejecución mecánica e irreflexiva. De<br />

igual forma, la mo<strong>del</strong>ación se constituye en un procedimiento de trabajo que permite al<br />

alumno poder apreciar con mayor objetividad los nexos y las relaciones esenciales que<br />

se dan entre los diferentes elementos de una tarea como ejemplo de nivel de ayuda<br />

importante para una ejecución consciente por el alumno.<br />

Se manifiesta también la orientación, cuando el maestro en el proceso inicial de<br />

búsqueda de ideas para resolver una tarea dada, propicia en colaboración conjunta,<br />

que él y los alumnos(as) tanteen diferentes vías de solución en lo que ha de hacerse,<br />

mediante el análisis y búsquedas de otras formas de realizar la actividad, lo que<br />

contribuye al desarrollo de un pensamiento flexible y a formas de independencia<br />

cognoscitiva a trabajar desde las primeras edades escolares.<br />

En sentido general, las orientaciones hacia la actividad de aprendizaje deben<br />

considerar con <strong>su</strong>ficiente precisión el qué los alumnos van a aprender, el cómo<br />

aprenderán(que incluye la orientación hacia los procedimientos lógicos, y habilidades<br />

dirigidos hacia la búsqueda <strong>del</strong> conocimiento, en particular de los elementos esenciales<br />

de los conceptos y procedimientos objetos de aprendizaje)Otros aspectos a tener en<br />

cuenta como parte de la orientación se dirigen a bajo qué condiciones se organiza el<br />

proceso de aprendizaje (individual, por equipos, en parejas); el para qué y el por qué se<br />

realiza el aprendizaje propiciando con estos últimos los aspectos vinculados al sentido y<br />

significado de la actividad.<br />

Este trabajo de orientación se hace más efectivo cuando se enseña al niño a que<br />

participe junto con el maestro, en la construcción de la Base Orientadora de la<br />

Actividad de aprendizaje.<br />

De particular importancia como parte de la orientación re<strong>su</strong>ltan las acciones de control<br />

que realice el maestro para verificar la comprensión por el alumno(a) de lo que va a<br />

hacer antes de ejecutarlo.<br />

Cada indicador correspondiente al momento de orientación se evaluará de:<br />

Bien: Si desarrolla actividades de orientación con las características descritas en los<br />

párrafos anteriores.<br />

Regular: Si desarrolla actividades de orientación, pero estas no son <strong>su</strong>ficientes o no<br />

son muy claras y precisas pues no incluyen el análisis de las acciones que el niño ha de<br />

aprender, por lo que no siempre logran <strong>su</strong> objetivo de orientarlos en el desarrollo de la<br />

100


actividad y por consiguiente se afecta la comprensión, motivación y ejecución<br />

satisfactoria de la actividad.<br />

Mal: No desarrolla actividades que propicien la orientación de los alumnos, o éstas<br />

son tan deficientes o confusas que no logran orientar adecuadamente a los niños.<br />

Posibilidades que ofrece el maestro para favorecer las acciones ejecutoras en los<br />

niños en el proceso de la clase.<br />

Las etapas de orientación y de ejecución se caracterizan por la correspondencia que<br />

hay entre las acciones que realizan los niños. Esto significa que no pueden ser dos<br />

etapas desarticuladas, pues de ser así la orientación dejaría de tener sentido para el<br />

niño y carecería de valor pedagógico. Por otra parte, si la orientación fue efectiva, el<br />

proceso de ejecución se puede lograr con una mayor independencia por parte de los<br />

alumnos(as), los que no requerirán de tantas orientaciones individuales y colectivas por<br />

parte <strong>del</strong> maestro para ejecutar <strong>su</strong>s tareas.<br />

Las posibilidades que el maestro ofrece para que el niño tenga una implicación<br />

consciente, motivada y participativa en la etapa de ejecución en los diferentes<br />

momentos de la actividad dentro de la clase, se pone de manifiesto, entonces, desde la<br />

etapa de orientación cuando propicia tareas con diferentes tipos de órdenes, así como<br />

la ejecución de tareas donde se combinen las actividades colectivas (por parejas, por<br />

equipos o por grupos) con las individuales, cuando las tareas son significativas para los<br />

alumnos porque están inmersas en <strong>su</strong> contexto y vivencias personales o cuando ellos<br />

mismos han participado en la elaboración de los procedimientos de orientación.<br />

De gran importancia en esta etapa, re<strong>su</strong>ltan las actividades y tareas de aprendizaje que<br />

con crecientes y diferentes niveles de dificultad el maestro selecciona para atender a la<br />

zona de desarrollo próximo de cada uno de los niños, y al grupo, dando de este modo<br />

atención a las diferencias individuales dentro de la clase y propiciando <strong>su</strong> máximo<br />

desarrollo, en el alcance de todos hacia los objetivos, así como logrando un tratamiento<br />

al error desde posturas que permitan al alumno(a) reflexionar sobre cómo resolvió el<br />

ejercicio, problema o respuesta que ofrece, para <strong>su</strong> rectificación.<br />

Este indicador se evaluará de:<br />

Bien: Si planifica <strong>su</strong> actividad atendiendo a las características antes descritas.<br />

(referidas a los procesos de socialización y a la atención diferenciada y desarrolladora<br />

de las actividades que ejecutan los alumnos) y si logra una atención correcta a los<br />

escolares a partir de procesos de reflexión.<br />

Regular: Si planifica <strong>su</strong> actividad de modo que se propicien algunas acciones de<br />

ejecución adecuadas en los niños en cuanto a los procesos de socialización, pero esto<br />

no lo hace con <strong>su</strong>ficiente sistematicidad dentro de la clase y no son lo <strong>su</strong>ficientemente<br />

desarrolladoras, no atiende adecuadamente las diferencias individuales, por lo que no<br />

siempre se propicia el mayor desarrollo posible en todos los alumnos. No en todos los<br />

momentos de la actividad favorece las reflexiones correspondientes con respecto a los<br />

errores individuales y/o colectivos.<br />

Mal: Si no desarrolla actividades que propicien favorablemente la ejecución en los<br />

alumnos en cuanto a los procesos de socialización o éstas son tan deficientes que no<br />

101


propician ningún desarrollo en los alumnos. Los errores se <strong>su</strong>stituyen por las respuestas<br />

correctas ofrecidas por el maestro u otros alumnos(as).<br />

Acciones de control y auto control que se realizan en la clase.<br />

Un aspecto importante <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> proceso dentro de la clase es el control que el<br />

maestro ejerce sobre el aprendizaje que se va produciendo en los niños, así como en<br />

qué medida va logrando que cada alumno aprenda a controlar y valorar por sí solo <strong>su</strong>s<br />

avances.<br />

El control es una de las acciones más importantes que el maestro debe planificar y<br />

ejecutar en todo momento de la clase de modo que pueda realmente monitorear cómo<br />

se está desarrollando el proceso y pueda realizar las correcciones individuales y<br />

colectivas en <strong>su</strong>s alumnos, así como en <strong>su</strong> propio proceder, de modo que se garantice<br />

que el aprendizaje se produzca en la dirección deseada.<br />

Un control es adecuado cuando permite al maestro conocer con bastante exactitud<br />

cuáles son los errores más frecuentes que se están cometiendo en cada momento de la<br />

clase y en qué aspectos hay mejores re<strong>su</strong>ltados, y cuando sabe también, con bastante<br />

precisión, cuáles son los alumnos que están presentando mayores dificultades y cuáles<br />

son éstas, así como los que se manifiestan con más éxito en la realización de cada<br />

actividad. Esto le permitirá reorientar <strong>su</strong> clase si es necesario, o indicar tareas<br />

especializadas o correctivas, de acuerdo al caso, a aquellos que avanzan con más<br />

lentitud o más rapidez que la prevista.<br />

Estas acciones de control también deben incluir, cono antes se señaló, al propio niño<br />

que también debe aprender a autocontrolar y autovalorar <strong>su</strong> actividad de aprendizaje y<br />

reorientar <strong>su</strong> proceder si esto es necesario, un aspecto importante en este logro lo<br />

constituye la incorporación gradual <strong>del</strong> alumno en el control de las actividades de <strong>su</strong>s<br />

compañeros, pues mediante este proceso va aprendiendo las exigencias o indicadores<br />

que debe cumplir en cada tipo de tarea o actividad de aprendizaje las cuales reflejan la<br />

calidad que debe ser alcanzada en el desarrollo de las mismas.<br />

En este sentido, el maestro les debe ofrecer vías para que realicen <strong>su</strong> autocontrol o<br />

debe exigirle el uso de ellas <strong>su</strong>poniendo que ya sean conocidas con anterioridad. Estas<br />

acciones de autocontrol pueden estar dirigidas a los re<strong>su</strong>ltados que han obtenido en el<br />

desarrollo de alguna actividad, y pueden ser acciones de comparación con algún<br />

mo<strong>del</strong>o, conjunto de exigencias o indicadores, o mediante el empleo de técnicas de<br />

comprobación, como las que se emplean en las operaciones de cálculo, solución de<br />

ecuaciones y solución de problemas matemáticos.<br />

También pueden ser acciones de autocontrol <strong>del</strong> proceso de realización de <strong>su</strong> actividad,<br />

lo que representa una mayor exigencia para el alumno, pero que es necesario irlas<br />

incorporando en <strong>su</strong> actividad de aprendizaje si se quiere realmente que este se<br />

produzca de una manera consciente.<br />

La <strong>evaluación</strong> de este indicador se realizará siguiendo los criterios siguientes:<br />

102


Bien: Si el maestro utiliza formas variadas de control adecuadas a las características<br />

de la actividad que está realizando, y este control que realiza le permite saber con<br />

bastante exactitud donde están los éxitos y los fracasos más comunes en cada<br />

actividad que realiza, así como la situación que presentan <strong>su</strong>s alumnos más<br />

desaventajados y los de mayores éxitos y reorienta <strong>su</strong> trabajo a partir de esta<br />

información. Se tendrá en cuenta además si el maestro va logrando avances en <strong>su</strong>s<br />

alumnos con respecto a las acciones de autocontrol y autovaloración.<br />

Regular: Si el maestro utiliza formas de control adecuadas a las características de la<br />

actividad que está realizando, pero este control que realiza solo le permite saber con<br />

poca exactitud donde están los éxitos y los fracasos más comunes en cada actividad,<br />

así como la situación que presentan los alumnos más desaventajados o los de mayores<br />

éxitos, lo que no le permite reorientar bien <strong>su</strong> trabajo a partir de esta información. Es de<br />

valor también considerar que el maestro no atiende a la formación de acciones de<br />

control y autovaloración en <strong>su</strong>s alumnos.<br />

Mal: Sus formas de control son muy in<strong>su</strong>ficientes y poco variadas por lo que conoce,<br />

a lo <strong>su</strong>mo, cómo se están desenvolviendo <strong>su</strong>s alumnos más desaventajados y, por<br />

tanto, si realiza acciones de reorientación de <strong>su</strong> clase solo estarán dirigidas a este tipo<br />

de alumnos, por lo que el resto se queda sin avanzar; o por el contrario si solamente se<br />

aprecia atención en el control hacia los alumnos aventajados.<br />

Formas que utiliza el maestro para dirigir el proceso de aprendizaje y atención<br />

que brinda en la clase a la formación de valores y a la adquisición de hábitos y de<br />

normas de comportamiento.<br />

En este aspecto hay que tener en cuenta la disposición <strong>del</strong> maestro para atender, en<br />

los diferentes momentos de la clase, no solo los aspectos relacionados con la<br />

instrucción sino también la educación de <strong>su</strong>s alumnos en cuanto a los valores<br />

socialmente establecidos y los hábitos y normas de comportamiento reconocidos por la<br />

comunidad social.<br />

Para ello es importante el clima con el que desarrolla <strong>su</strong> clase (ambiente que genera<br />

con <strong>su</strong> actuación) y el trato que le da a <strong>su</strong>s alumnos. Como parte <strong>del</strong> clima se tendrán<br />

en cuenta las formas de comunicarse y las relaciones que establece el maestro(a) con<br />

<strong>su</strong>s alumnos en el aula, así como las que establecen los alumnos entre sí.<br />

Estas formas de comunicación no deben ser autoritarias, ni formales sino afectivas, de<br />

cooperación y las relaciones deben ser de respeto, pero a la vez armoniosas y<br />

agradables, sin perder de vista que aún estos niños son pequeños y la excesiva<br />

formalidad ni la comprenden ni les favorece en <strong>su</strong> comportamiento.<br />

En este aspecto, y muy ligado al clima, es muy importante la forma en que el maestro<br />

dirige el proceso de aprendizaje de los niños, en todos los momentos en que estos<br />

desarrollan <strong>su</strong>s acciones tanto de orientación, como de ejecución, como de control, de<br />

modo que se revele el carácter flexible, democrático y creador que debe tener este<br />

proceso.<br />

103


Lo antes planteado se pone de manifiesto cuando en los diferentes momentos de la<br />

clase, la comunicación que establece el maestro con <strong>su</strong>s alumnos es de amplia<br />

colaboración y participación mutua y el maestro le da posibilidad a los niños de expresar<br />

<strong>su</strong>s ideas, sentimientos, les permite plantearse proyectos propios así como dar<br />

argumentos sin anticiparse a <strong>su</strong>s juicios y razonamientos, y permite y propicia que los<br />

niños realicen actividades por <strong>su</strong> propia iniciativa y creatividad.<br />

Una concepción <strong>del</strong> proceso de enseñanza aprendizaje de la manera antes expresada<br />

posibilita que los niños se manifiesten contentos, sin inhibiciones y se relacionan con<br />

armonía y cordialidad entre ellos, así como que tengan la posibilidad de manifestarse y<br />

expresar <strong>su</strong>s ideas, vivencias y sentimientos durante el desarrollo de la clase, lo cual es<br />

muy importante para <strong>su</strong> formación.<br />

Es importante que el maestro tenga muy en cuenta que cuando en el aula se crea un<br />

ambiente de autoritarismo en <strong>su</strong> trato con los alumnos y en <strong>su</strong> forma de dirigir el<br />

proceso, esto se refleja de inmediato en el comportamiento poco espontáneo o inhibido<br />

de los niños, así como en las relaciones entre ellos, lo que es muy negativo para el<br />

desarrollo de <strong>su</strong> personalidad y para <strong>su</strong> educación en sentido general.<br />

La <strong>evaluación</strong> de este indicador será:<br />

Bueno si se percibe un trato adecuado por parte <strong>del</strong> maestro, con las características<br />

antes descritas y los niños se manifiestan contentos y se relacionan con armonía y<br />

cordialidad entre ellos, así como tienen la posibilidad de manifestarse y expresar <strong>su</strong>s<br />

ideas y sentimientos durante el desarrollo de la clase.<br />

Regular si se percibe un trato adecuado por parte <strong>del</strong> maestro, pero no se aprecia en<br />

los niños <strong>su</strong> alegría natural, sino mas bien inhibidos, o las relaciones entre ellos no es<br />

muy cordial, o no siempre se les permite expresar <strong>su</strong>s ideas, vivencias y sentimientos.<br />

Malo si se percibe en el aula un ambiente de autoritarismo por parte <strong>del</strong> maestro en<br />

<strong>su</strong> trato con los alumnos y en <strong>su</strong> forma de dirigir el proceso y esto se refleja en el<br />

comportamiento poco espontáneo o inhibido de los niños, así como en las relaciones<br />

entre ellos.<br />

Diseño de actividades o aprovechar situaciones que favorezcan la formación de<br />

valores.<br />

En la planificación de la clase el maestro debe prever todas las potencialidades que el<br />

contenido le ofrece para contribuir a formar en los alumnos valores asociados a <strong>su</strong><br />

identidad nacional, amor a <strong>su</strong> patria, <strong>su</strong>s costumbres y tradiciones, a las personas y al<br />

medio que les rodea, entre otros aspectos, así como otras que contribuyan a la<br />

formación de determinadas características de la personalidad de los alumnos deseadas<br />

por la sociedad.<br />

Lo antes planteado debe hacerse de forma integrada al contenido, siempre que sea<br />

posible, apreciándose dicha integración de forma natural. En el desarrollo de la clase<br />

el maestro debe atender, a esa formación en <strong>su</strong>s alumnos sin desaprovechar todas las<br />

situaciones que le permitan influir en dicha formación y permitiendo y propiciando que el<br />

alumno pueda plantear <strong>su</strong>s puntos de vista, opiniones y reflexionar colectivamente<br />

acerca de las mismas.<br />

104


Formación de hábitos y de normas de comportamiento.<br />

En este aspecto el maestro debe preocuparse y ocuparse durante la clase por la<br />

formación de hábitos en <strong>su</strong>s alumnos tales como la realización sistemática de <strong>su</strong>s<br />

tareas, la asistencia y puntualidad a clases, la limpieza y orden con el que trabajan, el<br />

cuidado de <strong>su</strong> apariencia personal, el uso correcto <strong>del</strong> vestuario, los hábitos posturales,<br />

entre otros. También debe atender a algunas normas de comportamiento como son las<br />

de saludar, dar las gracias, pedir excusas, prestarse las cosas, la forma en que se<br />

sientan, participan y salen a los recesos, entre otras, así como a otros rasgos o<br />

cualidades previstas para el momento de desarrollo en que se encuentran. Se tendrá en<br />

cuenta también aquí, la forma integrada en que se instrumenten las acciones dirigidas<br />

en este sentido, a partir de las posibilidades que brinda el contenido de la clase.<br />

Este indicador se valorará como sigue:<br />

Bien si se aprecia un comportamiento adecuado en los niños y el maestro evidencia <strong>su</strong><br />

ocupación por esos aspectos relativos a la formación de hábitos y de comportamiento<br />

correctos, integrándolos adecuadamente para <strong>su</strong> formación a los contenidos de la clase<br />

que está impartiendo.<br />

Regular si se aprecian dificultades en el comportamiento de los niños o falta de<br />

ocupación <strong>del</strong> maestro por los referidos aspectos.<br />

Mal si se aprecian dificultades en el comportamiento de los niños y falta de ocupación<br />

<strong>del</strong> maestro por los referidos aspectos.<br />

Productividad durante la clase.<br />

Como parte de este indicador, debe velarse por las diferentes actividades planificadas<br />

por el docente que permitan el máximo desarrollo de cada alumno durante toda la clase,<br />

en ello también están presentes los momentos de orientación y control que hagan más<br />

eficiente el desarrollo fluido de la actividad, así como que pueda apreciarse un empleo<br />

de actividades y tareas de acuerdo con el diagnóstico de cada alumno(a) en particular y<br />

<strong>del</strong> grupo en <strong>su</strong> conjunto, lo que a <strong>su</strong> vez está asociado al trabajo que se desarrolla<br />

para lograr la nivelación <strong>del</strong> grupo, lo que significa lograr desde los inicios <strong>del</strong> trabajo en<br />

cada grado, un nivel básico mínimo y común para la generalidad de los alumnos que<br />

cursan el grado en cuestión, lo que puede considerarse una condición necesaria para<br />

elevar el nivel de logros en el aprendizaje.<br />

En esta dirección de trabajo son esenciales las acciones previas de diagnóstico fino e<br />

integral de cada alumno en particular y <strong>del</strong> grupo en general, con la utilización de<br />

métodos, procedimientos y actividades que conduzcan a un proceso de aprendizaje<br />

motivante, consciente, reflexivo y valorativo, en los avances hacia el alcance de metas<br />

<strong>su</strong>periores en el que todos estén implicados y en el cual se desarrolle un sistema de<br />

actividades con niveles crecientes de exigencias, desde los más simples de<br />

familiarización de conceptos y habilidades, pasando por el nivel necesario de<br />

reproducción, de aplicación y creatividad, que contribuyan al alcance de tales metas.<br />

Este indicador, como puede apreciarse, nos permite tener un juicio general de la calidad<br />

de la clase en el que intervienen los diferentes indicadores, de ahí que <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong><br />

estuviere asociada al cumplimiento en mayor o menor medida de los diferentes<br />

105


indicadores analizados con anterioridad que encuentran <strong>su</strong> integración en una clase<br />

expresando la productividad de la misma.<br />

3.2. La Auto<strong>evaluación</strong>.<br />

¿Qué es la auto<strong>evaluación</strong>?<br />

“La auto<strong>evaluación</strong> es “el método por medio <strong>del</strong> cual, el propio empleado es solicitado<br />

para hacer un sincero análisis de <strong>su</strong>s propias características de desempeño” 57 .<br />

Entre los objetivos de este método de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente se<br />

pueden citar:<br />

Estimular la capacidad de autoanálisis y autocrítica <strong>del</strong> profesor, así como <strong>su</strong><br />

potencial de autodesarrollo.<br />

Aumentar el nivel de profesionalidad <strong>del</strong> profesor.<br />

Bolam (1988), Escudero (1992) y De Vicente (1993), han evidenciado que la<br />

auto<strong>evaluación</strong> es una propuesta esencial para facilitar la teoría <strong>del</strong> cambio y promover<br />

una cultura innovadora en los centros y aulas.<br />

La auto<strong>evaluación</strong> sitúa al propio docente en el principal protagonismo de la tarea<br />

evaluadora, mientras que la hetero<strong>evaluación</strong> se lleva a cabo por los directivos o por<br />

una comisión evaluadora que ellos presiden y que integran además a colegas, padres,<br />

etc. Según el énfasis que se de a una o a otra, se estimulará el protagonismo <strong>del</strong><br />

profesorado o se ponderará el control externo de la acción docente.<br />

La auto<strong>evaluación</strong> reflejará el proceso de desarrollo profesional partiendo de la<br />

narración de la tarea educativa, profundizando en el contraste entre la historia vivida,<br />

críticamente a<strong>su</strong>mida y la transformación de la acción futura, mediante el autoanálisis<br />

de la práctica pasada más cercana.<br />

El papel fundamental de la <strong>evaluación</strong> en la actualidad es expandir las oportunidades<br />

para que los docentes reflexionen sobre la enseñanza examinando analíticamente el<br />

proceso docente educativo. Por esa razón es muy importante el uso de la<br />

auto<strong>evaluación</strong> en todo sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente<br />

que se desee implementar.<br />

A continuación examinamos brevemente las técnicas que con mayor frecuencia se<br />

utilizan al aplicar este método:<br />

Retroalimentación proporcionada por cintas de vídeo y audio.<br />

Esta técnica implica la grabación de un episodio pedagógico para el propósito de la<br />

auto<strong>evaluación</strong>. Es el medio potencialmente más poderoso de auto<strong>evaluación</strong>, pues<br />

57 Chiavenato Idalberto. Administración de recursos humanos, Brasil, 1998, pág. 328.<br />

106


permite al <strong>su</strong>jeto evaluado verse a sí mismo como lo ven los demás, por lo que algunos<br />

autores llaman a esta técnica “confrontación con uno mismo”.<br />

La técnica con frecuencia implica el uso de algún instrumento de observación dirigida<br />

que aclare qué es lo que se desea observar.<br />

En numerosas investigaciones realizadas en E.U se ha encontrado que la<br />

retroalimentación proporcionada por cintas de vídeos es de gran utilidad para propiciar<br />

cambios a largo plazo en el desempeño <strong>del</strong> docente.<br />

Hojas de autoclasificación<br />

Una hoja de autoclasificación es un instrumento que requiere que el profesor se puntúe<br />

a sí mismo en lo referente a una diversidad de capacidades pedagógicas citadas en la<br />

misma. La escala puede ser numérica o categórica .<br />

Generalmente estas hojas se utilizan en conjunción con otros tipos de técnicas de<br />

auto<strong>evaluación</strong>.<br />

Informes elaborados por el propio profesor<br />

Esta clase de informes son similares a las hojas de autoclasificación, en que son un<br />

instrumento escrito preparado por el profesor, pero difieren de estas últimas en el hecho<br />

de que estos informes normalmente utilizan un formato abierto que consiste en<br />

respuestas a preguntas relacionadas con la instrucción y educación que brinda a <strong>su</strong>s<br />

alumnos.<br />

Los informes preparados por el propio profesor generalmente proporcionan información<br />

más extensiva que una escala de clasificación.<br />

Materiales de autoestudio<br />

Los materiales de autoestudio son algunos programas diseñados de tal manera que el<br />

propio profesor pueda valorar y analizar <strong>su</strong> estilo de enseñanza, así como investigar<br />

técnicas y materiales alternativos. Frecuentemente, estos materiales adoptan la forma<br />

de un texto de enseñanza programada.<br />

Mo<strong>del</strong>aje<br />

El “mo<strong>del</strong>aje” consiste en la observación de una enseñanza de alta calidad con el<br />

objetivo de imitarla. En este caso los profesores comparan <strong>su</strong> propio estilo de<br />

enseñanza y educación, y <strong>su</strong>s habilidades didácticas con las de uno o varios profesores<br />

expertos.<br />

Sus observaciones pueden ser libres y poco estructuradas o pueden estar<br />

específicamente dirigidas hacia determinados aspectos <strong>del</strong> profesor mo<strong>del</strong>o. La<br />

107


observación puede tomar la forma de varias clases reales <strong>del</strong> colega recomendado<br />

grabadas en vídeos u observadas directamente. También pueden realizarse<br />

observaciones de otras formas de organización <strong>del</strong> proceso docente educativo.<br />

Cuestionarios a alumnos y/o padres de familia<br />

En este caso el profesor sólo o asistido por un experto construye cuestionarios<br />

destinados a alumnos y a padres de familia, donde de forma anónima, ellos evalúan la<br />

actuación educativa y didáctica <strong>del</strong> profesor. La tabulación e interpretación de los<br />

re<strong>su</strong>ltados por el propio docente, sin lugar s dudas le puede proporcionar una valiosa<br />

información a los efectos de repensar y remo<strong>del</strong>ar <strong>su</strong> práctica educativa, en aras de<br />

alcanzar mejores re<strong>su</strong>ltados formativos e instructivos en <strong>su</strong>s alumnos.<br />

En la práctica pocas veces se encuentran ejemplos de una técnica de auto<strong>evaluación</strong><br />

que se utilice por sí sola. Lo más frecuente es encontrar combinaciones de técnicas de<br />

auto<strong>evaluación</strong>, así los puntos débiles de determinadas técnicas pueden equilibrarse<br />

con las fortalezas de otras.<br />

Es importante precisar que el mo<strong>del</strong>o de reflexión en la acción que hemos propugnado<br />

en esta obra, pre<strong>su</strong>pone que cada acción evaluativa que se ejerza sobre el docente, lo<br />

haga partícipe de <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados y, por lo tanto, de hecho todas las acciones<br />

evaluativas, contribuyen a la profundización y perfeccionamiento de la auto<strong>evaluación</strong><br />

<strong>del</strong> docente, sobre todo si todas ellas le proporcionan in<strong>su</strong>mos informativos objetivos y<br />

trascendentes.<br />

3.3. El Portafolio.<br />

Aquí entenderemos el término “portafolio” como un receptáculo, un archivo, un<br />

expediente donde se colocan, de manera ordenada, con arreglo a una guía<br />

preconcebida, documentos relativos a un grupo de actividades <strong>del</strong> profesor que sirven<br />

para testimoniar una parte de <strong>su</strong> desempeño profesional.<br />

Lo más frecuente es encontrar en los portafolios documentos de tres tipos: los<br />

elaborados por el profesor, realizados por el profesor y otros colegas y elaborados por<br />

los directivos.<br />

Ahora bien, sin una tradición que les ayude a documentar <strong>su</strong> trabajo, se podría esperar<br />

que los profesores elaborasen unos portafolios como un ejercicio de acumulación de<br />

papeles y una pérdida de tiempo tanto para ellos como para las personas encargadas<br />

de revisarlos. Por esa razón, nosotros concebimos el portafolio como un simple “file”,<br />

que documentan y controlan fundamentalmente los directivos (jefes de ciclos o<br />

departamentos, director, etc.), y que se construye a partir de una estructura<br />

preconcebida que encaje en la naturaleza específica <strong>del</strong> trabajo <strong>del</strong> profesor y de las<br />

actividades de este que se quieran documentar.<br />

A partir <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente que estamos<br />

108


proponiendo, nos parece conveniente <strong>su</strong>gerir los siguientes componentes estructurales<br />

para un portafolio:<br />

A. Asistencia y puntualidad al trabajo en general y a <strong>su</strong>s clases en particular.<br />

B. Planificación de clases y otros documentos presentados por él y analizados en<br />

colectivos de ciclo o departamento por <strong>su</strong>s colegas, así como los principales<br />

re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> debate académico que se produzca.<br />

C. Cumplimiento de las normativas (código de ética pedagógica, estatutos o<br />

reglamento para los docentes, etc.).<br />

D. Interacción con los padres de <strong>su</strong>s alumnos y con miembros de la comunidad en<br />

general.<br />

E. Re<strong>su</strong>ltados de las comprobaciones de conocimientos y otras evaluaciones externas<br />

realizadas a <strong>su</strong>s alumnos por directivos de las escuelas y <strong>su</strong>pervisores de los<br />

diferentes niveles de dirección <strong>del</strong> sistema educativo.<br />

3.5. Ejercicios de rendimiento profesional.<br />

Los ejercicios de rendimiento <strong>del</strong> profesor han sido creados para medir cuerpos de<br />

conocimientos y capacidades que parecen de vital importancia para que tenga lugar<br />

una buena enseñanza, pero que puede re<strong>su</strong>ltar muy difícil o imposible medir mediante<br />

la utilización de exámenes convencionales u otros métodos para evaluar el desempeño<br />

profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Entre los ejercicios de rendimiento que se han desarrollado con éxito en diferentes<br />

países podemos citar:<br />

Impartición de una clase por un docente a uno de <strong>su</strong>s grupos de alumnos o a un<br />

pequeño <strong>su</strong>bgrupo, observada por <strong>su</strong>s colegas de ciclo o departamento.<br />

Comentarios críticos de un profesor, sobre lo observado en una cinta de vídeo o en<br />

una clase observada directamente a un colega.<br />

Dar respuestas a preguntas formuladas por alumnos por escrito, sobre la materia<br />

que él imparte, ante <strong>su</strong>s colegas.<br />

Presentar la planeación de una clase que debe impartir en días próximos y<br />

argumentar el porqué de las actividades diseñadas.<br />

Presentar la estrategia de trabajo educativo y psicológico para remo<strong>del</strong>ar la<br />

actuación de alumnos “difíciles”.<br />

Crítica de materiales curriculares, etc.<br />

Está claro que los ejercicios de rendimiento que requieren que se dé o se realice una<br />

crítica de una clase, están diseñados para someter a examen la habilidad global <strong>del</strong><br />

profesor para preparar y dictar una clase, y requieren mucho más que la mera<br />

aplicación de capacidades concretas.<br />

Ahora bien, re<strong>su</strong>lta necesario tener presente que los ejercicios de rendimiento pueden<br />

mostrar lo que un profesor es capaz de hacer, pero no pueden revelar lo que<br />

normalmente hace. Para comprobar esto último hemos estado explicando,<br />

109


anteriormente, otros métodos para evaluar el desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Los ejercicios de rendimiento ponderan el “saber cómo” sobre el “saber qué”. Por eso<br />

<strong>su</strong> inclusión en un sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente es muy importante.<br />

3.6. Tests de desarrollo humano.<br />

Al hablar de desarrollo integral o formación humana se está haciendo referencia a un<br />

aspecto de lo humano de gran amplitud, que dificulta el distinguir todos los aspectos o<br />

variables que lo componen. Por eso lo primero es decidir qué explorar, lo cual no re<strong>su</strong>lta<br />

tarea fácil. En tal sentido es conveniente concebir un conjunto de criterios que<br />

conduzcan la selección.<br />

En nuestra opinión pueden re<strong>su</strong>ltar útiles, entre otros, los siguientes criterios:<br />

Que re<strong>su</strong>lten posible de explorar a través de instrumentos relativamente masivos.<br />

Que presenten relación con el desarrollo de competencias en las áreas que el<br />

profesor a evaluar imparte, o que no re<strong>su</strong>lten una transversalidad utópica e<br />

impracticable con éxito y naturalidad.<br />

Que constituyan demandas de la sociedad a la escuela.<br />

Que se relacionen con los procesos de toma de decisiones de los alumnos.<br />

De este modo se pueden explorar aspectos o variables tales como el autoconcepto, la<br />

autorregulación, motivación y valores. Un alumno que confía en <strong>su</strong>s capacidades para<br />

aprender y para relacionarse con los demás (autoconcepto), que es capaz de desplegar<br />

esfuerzos y poner en práctica hábitos de aprendizaje efectivos (autorregulación),<br />

deseoso e interesado por aprender (motivación), que a<strong>su</strong>me con responsabilidad <strong>su</strong>s<br />

compromisos y orienta <strong>su</strong> existencia hacia una relación armónica y cooperativa con <strong>su</strong><br />

entorno (valores), tiene más probabilidades de lograr adecuados niveles de logros en<br />

<strong>su</strong>s aprendizajes y lo que es más importante, transformarse en una persona con un<br />

desarrollo integral y pleno.<br />

La <strong>evaluación</strong> de aspectos como los antes referidos, permite conocer rasgos de la<br />

personalidad <strong>del</strong> alumno que están en la base de los procesos de aprendizaje de las<br />

disciplinas, que <strong>su</strong>stentan el desarrollo de <strong>su</strong> formación humana y, sobre los que la<br />

escuela y en particular el docente tiene un rol importante que desempeñar.<br />

De esta manera nos situamos ante una visión holística de la <strong>evaluación</strong> de los alumnos<br />

y de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente, lo que pre<strong>su</strong>pone un<br />

enfoque que busca apreciar todos los elementos que intervienen en un proceso, con<br />

una mirada que busca aprehender la totalidad. Esta visión concibe al proceso educativo<br />

como todo aquello que ocurre en la escuela y fuera de ella, y que influye en el<br />

desarrollo integral de los alumnos y de todos los integrantes de la comunidad educativa.<br />

El término “valor” está relacionado con la propia existencia de la persona, afecta a <strong>su</strong><br />

conducta, configura y mo<strong>del</strong>a <strong>su</strong>s ideas y condiciona <strong>su</strong>s sentimientos. Se trata de algo<br />

dinámico, que, en apariencia, hemos elegido libremente entre diversas alternativas.<br />

110


Depende, sin embargo, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo <strong>del</strong> proceso de<br />

socialización y, por consiguiente; de ideas y actitudes que reproducimos a partir de las<br />

diversas instancias socilizadoras.<br />

Todo valor tiene una polaridad, ya que puede ser positivo o negativo; es valor o<br />

antivalor (contravalor). Hay unos más estimables que otros, les otorgamos una<br />

jerarquía.<br />

Los contenidos generales de todo diseño curricular moderno debieran incluir contenidos<br />

conceptuales (hechos, conceptos, principios); contenidos procedimentales<br />

(procedimientos) y contenidos actitudinales (actitudes, valores , normas). Estos últimos<br />

deben responder a problemas y realidades que están vivas en el ámbito social, que <strong>su</strong>s<br />

alumnos experimentan en <strong>su</strong> vivir cotidiano y que, por <strong>su</strong> importancia existencial, en el<br />

presente y para el futuro, requieren y demandan un respuesta educativa.<br />

El acto educativo debe ser considerado como una acción eminentemente<br />

humanizadora, es decir, una acción capaz de favorecer y potenciar en los alumnos la<br />

interiorización y desarrollo de valores humanos.<br />

Los valores se relacionan entre sí y unos hacen referencia a otros. Así por ejemplo si<br />

coincidimos en que la responsabilidad, la justicia, el amor y la autoestima son cuatro<br />

macrovalores, podemos encontrar que se relacionan con estos los siguientes:<br />

Con RESPONSABILIDAD<br />

Criterio propio<br />

Esfuerzo<br />

Implicación<br />

Constancia<br />

Colaboración<br />

Respeto<br />

Gusto por el trabajo bien realizado<br />

Honradez<br />

Con JUSTICIA<br />

Solidaridad<br />

Sinceridad<br />

Colaboración<br />

Respeto<br />

Crítica constructiva<br />

Con AMOR<br />

No violencia<br />

Convivencia<br />

111


Amistad<br />

Tolerancia<br />

Implicación<br />

Colaboración<br />

Respeto<br />

Sinceridad<br />

Compañerismo<br />

Con AUTOESTIMA<br />

Confianza en uno mismo<br />

Autonomía<br />

Criterio propio<br />

Respeto<br />

Consideramos que es básico dentro de una formación o educación en valores construir<br />

criterios “prosociales”. La “prosocialidad”, que se define como la conducta que tiende a<br />

beneficiar a otras personas, grupos o metas sociales sin que existe la previsión de una<br />

recompensa exterior (Roche, 1985).<br />

En la formación de la prosocialidad inciden aspectos como los siguientes: ayuda física,<br />

servicio físico, compartir, ayuda verbal, con<strong>su</strong>elo verbal, confirmación y valoración<br />

positiva <strong>del</strong> otro, presencia positiva, escucha profunda, empatía y solidaridad.<br />

Los sistemas valorativos de las personas cumplen, básicamente, las funciones<br />

siguientes:<br />

Función valorativa: Frente a cada hecho, objeto o fenómeno de la vida, a las personas<br />

sólo le queda una alternativa, valorar, tomar una postura valorativa, juzgan la situación<br />

de alguna manera y e producto final se concreta en un juicio o valoración. Esta es pues<br />

la función fundamental <strong>del</strong> sistema valorativo, producir valoraciones éticas, estéticas,<br />

políticas, afectivas, etc.<br />

Permitir optar: Ante los dilemas de la vida, son los sistemas valorativos de las personas<br />

los que le permiten optar, elegir, una postura y consecuentemente una actuación.<br />

Función prospectiva o proyectiva: Como afirma Miguel de Zubiría (33), “el ser humano<br />

no es un navegante sin rumbo”. Durante la adolescencia y la primera fase de la adultez<br />

cada ser humano se formula un proyecto de vida. Este elige una carrera, un partido<br />

político, una pareja, una religión, etc. De esta manera compromete toda <strong>su</strong> existencia.<br />

Las funciones de los sistemas valorativos antes descritas, <strong>su</strong>gieren la idea de que<br />

cuando exploramos el estado de los sistemas valorativos de los alumnos, captamos<br />

información acerca <strong>del</strong> desarrollo de tales funciones.<br />

Los valores no son directamente observables, pero sí lo son las actitudes y el respeto a<br />

112


las normas, así como el esfuerzo para comprenderlos y defenderlos. Su <strong>evaluación</strong><br />

debe ser diversa pues cada actitud pues cada actitud se puede estimar desde distintos<br />

puntos de vista y con diferentes procedimientos, tales como: la observación sistemática,<br />

la observación intergrupal de la cualidad, los cuestionarios, las escalas tipo Líker, los<br />

dilemas valorativos (tipo Kolhberg), los tests psicológicos objetivos, los tests<br />

proyectivos, la auto<strong>evaluación</strong>, etc.<br />

A continuación mostramos, a manera de ejemplos, un conjunto de actividades<br />

evaluativas diversas destinadas a evaluar en los alumnos el comportamiento de <strong>su</strong>s<br />

orientaciones valorativas o el estado de <strong>su</strong>s sentimientos.<br />

AUTOEVALUACIÓN<br />

Con el objetivo de conocer el grado de sinceridad alcanzado por un grupo de alumnos<br />

de enseñanza básica, se les puede proponer el siguiente cuestionario:<br />

¿Soy sincero?<br />

Cada alumno autoevaluará el grado de sinceridad que le caracteriza respondiendo si<br />

está de acuerdo o no:<br />

Ïtem Sí No<br />

1. Cuando no he realizado la tarea para la casa ¿digo que se me<br />

olvidó?<br />

2. Si encontrara $100.00 pesos en el aula ¿preguntaría si algún<br />

compañero los ha perdido?<br />

3. Cuando prometo no decir un secreto ¿se lo cuento a alguien?<br />

4. Si un niño o una niña me re<strong>su</strong>lta muy simpático ¿ se lo digo?<br />

5. Por la mañana cuando no deseo ir a la escuela ¿le digo a mis<br />

padres que me siento mal?<br />

6. Si tomo algo de algún compañero y pregunta quién lo ha tomado<br />

¿digo, enseguida, que he sido yo?<br />

7. Cuando me cuentan un chiste y me preguntan si me ha gustado<br />

¿digo siempre que sí?<br />

8. Cuando cojo una golosina a escondidas y pregunatn quién ha<br />

sido ¿lo reconozco?<br />

9. Si no entiendo lo que explica el profesor ¿le pido que vuelva a<br />

explicarlo porque no he entendido bien?<br />

10. Cuando hago algo que está mal ¿reconozco mi error?<br />

Para evaluar las respuestas dadas por los alumnos, debe tenerse en cuenta que las<br />

actitudes sinceras serán:<br />

Respuestas Sí en las preguntas: 2, 4, 6 .8, 9, 10<br />

Respuestas No en las preguntas: 1, 3, 5, 7<br />

En el caso de que en las preguntas 6 y 10 un alumno no responda lo mismo, habrá<br />

113


que sospechar de la sinceridad de las respuestas.<br />

Consideraremos que un alumno tiene una actitud sincera a partir de 8 respuestas<br />

correspondientes a actitudes sinceras.<br />

Este cuestionario debe aplicarse al inicio y al final <strong>del</strong> curso escolar, con la finalidad de<br />

poder considerar que una cuota de la responsabilidad <strong>del</strong> cambio de comportamiento<br />

que experimenten los alumnos, se debe al desempeño <strong>del</strong> docente durante ese curso<br />

escolar. No deberá desconocerse la incidencia de la familia, de los grupos formales e<br />

informales de socialización donde se desarrolla la vida de los alumnos y la sociedad en<br />

<strong>su</strong> conjunto en la evolución negativa o positiva que puedan experimentar los alumnos.<br />

Por esa razón todos los datos <strong>del</strong> contexto que los evaluadores tengan deberán ser<br />

tomados en cuenta.<br />

Veamos a través de una gráfica los dos perfiles de la sinceridad logrados en un grupo<br />

de alumnos (inicio y final <strong>del</strong> curso escolar).<br />

Puntaje obtenido<br />

Nº Alumnos Inicio <strong>del</strong> curso Final <strong>del</strong> curso<br />

1. Alfonso 4 4<br />

2. Carlos 5 7<br />

3. Ana 3 8<br />

4. Esperanza 6 7<br />

5. Pedro 9 7<br />

6. Selma 5 9<br />

7. Susel 7 8<br />

8. Juan 4 6<br />

9. Pablo 9 9<br />

10. Enrique 8 10<br />

114


12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

Alfonso<br />

Carlos<br />

Ana<br />

Esperanza<br />

Pedro<br />

Selma<br />

Susel<br />

Juan<br />

Pablo<br />

Enrique<br />

Inicio<br />

Final<br />

115<br />

Figura Nº 7<br />

En sentido general la gráfica muestra la prevalencia de una tendencia al incremento de<br />

las actitudes sinceras en los alumnos de este grupo, aunque en dos casos no hay<br />

movimiento y uno involuciona.<br />

OBSERVACIÓN<br />

Para evaluar el valor “Amistad”, por ejemplo, se puede hacer una observación <strong>del</strong> clima<br />

de la clase. El evaluador podría observar, durante varias clases u otras actividades, el<br />

comportamiento de los alumnos frente a las siguientes situaciones cotidianas:<br />

1. Si un compañero pide que le ayuden a realizar la tarea orientada por el docente,<br />

algún alumno <strong>del</strong> grupo lo ayuda...<br />

___a) Siempre<br />

___b) Frecuentemente<br />

___c) Alguna vez<br />

___d) Nunca<br />

2. Si falta algún compañero a clase porque está enfermo, algún alumno se brinda<br />

voluntariamente para llevarles las notas de clases y preocuparse por <strong>su</strong> salud.<br />

___a) Siempre<br />

___b) Frecuentemente<br />

___c) Alguna vez


___d) Nunca<br />

3. Si se produce alguna indisciplina en clases, el alumno responsable se lo informa al<br />

profesor y evita que se castigue a todo el grupo.<br />

___a) Siempre<br />

___b) Frecuentemente<br />

___c) Alguna vez<br />

___d) Nunca<br />

4. Hay manifestaciones de indiferencia y/o sentimientos de envidia de algunos<br />

alumnos con respecto a otros que obtienen muy buenas notas.<br />

___a) Siempre<br />

___b) Frecuentemente<br />

___c) Alguna vez<br />

___d) Nunca<br />

CUESTIONARIO PARA EXPLORAR SENTIMIENTOS EN ALUMNOS DE LOS<br />

PRIMEROS GRADOS DE PRIMARIA<br />

A continuación mostramos un ejemplo de Cuestionario muy simple que puede ser<br />

utilizado para explorar cómo se sienten los niños de los primeros grados de la<br />

enseñanza primaria en <strong>su</strong>s distintos espacios de socialización.<br />

INSTITUTO CENTRAL DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS<br />

MINISTERIO DE EDUCACIÓN<br />

Estamos haciendo un estudio con el objetivo de conocer lo que tu sientes en relación<br />

con aspectos fundamentales de tu vida y poder ayudarte. Tus respuestas nos serán de<br />

gran utilidad. No tienes que poner tu nombre.<br />

Muchas gracias.<br />

Edad: _____ años Sexo: Masculino___ Femenino ____<br />

Nombre de la escuela: ______________________ Urbana ____ Rural ____<br />

Grupo: ____ Nombre de tu maestra: ________________________________<br />

Municipio: ________________________ Provincia: __________________<br />

INSTRUCCIONES :<br />

116


En esta hoja te proponemos una lista de situaciones variadas frente a las cuales, tú y<br />

tus amigos pueden sentir cosas diferentes. Por esta razón NO HAY RESPUESTAS<br />

CORRECTAS O INCORRECTAS.<br />

Queremos saber lo que TU SIENTES. Por eso te pedimos que marques con una (X) la<br />

cara que exprese lo que tu sientes en cada una de las diez (10) situaciones.<br />

Si por ejemplo respondes de la siguiente forma:<br />

¿ Qué cara expresa lo que tú sientes cuando ...<br />

1. ... llegas a la casa cada día ?<br />

Esto quiere decir que al llegar a la casa cada día te sientes contento ó contenta<br />

Si uno de tus compañeros responde esta misma pregunta de la siguiente forma:<br />

1. ... llegas a la casa cada día ?<br />

Esto quiere decir que el se siente triste al llegar a la casa.<br />

Estas son las opciones para dar respuesta a cada pregunta:<br />

Satisfecha ó<br />

Satisfecho<br />

Contenta ó<br />

Contento<br />

No me<br />

importa<br />

¿ Qué cara expresa lo que tú sientes cuando ...<br />

1. ... llegas a la escuela cada día ?<br />

2. ... estás con tus compañeros ?<br />

Triste<br />

Enojado ó<br />

Enojada<br />

117


3. ... piensas en tu maestra o maestro ?<br />

4. ... piensas en ti ?<br />

5. ... tienes que resolver un problema de<br />

matemática ?<br />

6. ... estás leyendo ?<br />

7. ... piensas en tu familia ?<br />

8. ... tienes que compartir algo ?<br />

9. ... tienes que estudiar ?<br />

10. ... piensas en tú país ?<br />

PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION<br />

Escuela:___________________________ Grado:____ No. Alumnos_____<br />

ITEM<br />

Alumno 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

...<br />

118


Total<br />

Escala:<br />

Satisfecho 5<br />

Contento 4<br />

No me importa 3<br />

Triste 2<br />

Enojado 1<br />

Por cada alumno se recogerá la puntuación obtenida en cada ítem acorde a la escala<br />

utilizada.<br />

Nota: El total es igual a la <strong>su</strong>matoria de los valores de forma vertical que<br />

aparecen en cada ítem, dividido por el número de alumnos.<br />

CUESTIONARIO PARA EVALUAR LAS ORIENTACIONES VALORATIVAS DE<br />

ALUMNOS DE SECUNDARIA BÁSICA<br />

Nombre de la escuela: _______________________________<br />

Provincia:___________________<br />

Municipio:___________________<br />

Edad:___ años. Sexo: F___ M ___ Grado<br />

El Ministerio de Educación realiza un estudio de los aspectos que pueden preocupar o<br />

interesar a los estudiantes, con el objetivo de conocer y analizar los más significativos,<br />

los cuales serán considerados para mejorar la labor educacional.<br />

Por lo antes expuesto, necesitamos que respondas todas las preguntas de forma<br />

que se corresponda con tu verdadera opinión. Nadie más que nosotros conocerá tus<br />

respuestas.<br />

Muchas gracias.<br />

I. Siempre que valoramos a una persona u opinamos sobre alguien, lo hacemos<br />

teniendo en cuenta <strong>su</strong>s cualidades.<br />

Lee cuidadosamente hasta el final la lista que se te ofrece a continuación; todas las<br />

cualidades son importantes pero debes seleccionar marcando con una equis (X) las 5<br />

cualidades que tú consideras más importantes.<br />

a) ___Ser educado y disciplinado en todos los lugares.<br />

b) ___Querer a los maestros y mantener buenas relaciones con ellos<br />

119


c) ___Ser un buen hijo. Que los padres se sientan orgullosos de él<br />

d) ___ Cooperar, ayudar a quien lo necesite y ser capaz de sacrificarse por los demás.<br />

e) ___ Ser preferido entre los compañeros y que siempre lo inviten a las fiestas.<br />

f) ___ Respetar, amar y defender <strong>su</strong> Patria.<br />

g) ___ Cuidar la apariencia física. Estar siempre correctamente vestido y presentable.<br />

h) ___ Ser un buen alumno: estudioso y preocupado por aprender.<br />

i) ___ Ayudar en los quehaceres de la casa y ser considerado con los padres y demás<br />

familiares.<br />

j) ___ Reconocer los errores cometidos y ser crítico con los demás.<br />

k) ___ Ser entusiasta, divertido y alegre.<br />

l) ___ Sentir respeto y admiración por los héroes de la Patria y <strong>su</strong>s más abnegados<br />

trabajadores.<br />

ll) ___ Respetar lo establecido. Ser disciplinado y cumplir con los deberes.<br />

m) ___ Tener buena actitud ante el trabajo.<br />

n) ___ Ser preocupado, cariñoso y atento con la familia.<br />

0) ___ Ser sincero, defender la verdad ante todo y rechazar cualquier forma de hipocresía.<br />

p)___ Vestirse a la moda.<br />

q) ___ Tener la valentía necesaria para enfrentar las calumnias de los enemigos de la<br />

Revolución.<br />

II- A continuación te presentamos una serie de situaciones que pueden reflejar lo<br />

<strong>su</strong>cedido a<br />

un estudiante. Necesitamos que nos digas si los compañeros más cercanos a ti<br />

actuarían así; y tú Cómo actuarías.<br />

1) En la realización de un trabajo agrícola, se conoció que un grupo de compañeros<br />

de una brigada incumplió la norma establecida para la jornada. Sin embargo,<br />

acordaron informar más de lo producido para que la brigada ocupara un mejor<br />

lugar en la emulación.<br />

¿Tus compañeros más cercanos actuarían así ? Si ___ No ___ ¿Por qué?<br />

______________________________________________________________________<br />

______________________________________________________________________<br />

______________________________________________________________________<br />

¿ Cómo actuarías tú ?<br />

2) En un matutino hay varios alumnos que no entonan el Himno Nacional, ni prestan<br />

atención al izamiento de la bandera, mientras que otros conversan, se trasladan<br />

de un lugar a otro e incluso juegan.<br />

¿Tus compañeros más cercanos actuarían así? Si ___ No ___ ¿Por qué?<br />

______________________________________________________________________<br />

120


______________________________________________________________________<br />

______________________________________________________________________<br />

¿Cómo actuarías tú?<br />

III- Pablo dice que es más importante vestirse a la moda que ser estudioso.<br />

Mercy dice que<br />

ser estudioso es más importante. ¿Con quién estás de acuerdo?<br />

Estoy de acuerdo con: _________________________<br />

¿Por qué?<br />

______________________________________________________________<br />

______________________________________________________________________<br />

______________________________________________________________________<br />

IV- A dos alumnas le preguntaron cómo querían ser:<br />

Laura dijo que quería ser bonita, alta, laboriosa, bailadora y estudiosa.<br />

Nancy dijo que quería ser alegre, cariñosa, revolucionaria y solidaria con los demás.<br />

Escoge dos cualidades que más te gusten de las planteadas por Laura:<br />

__________________________________________<br />

__________________________________________<br />

Escoge dos cualidades que más te gusten de las planteadas por Nancy:<br />

_________________________________________<br />

_________________________________________<br />

V- Escribe tres de las cualidades que, en tu opinión, describen cómo tú eres:<br />

Yo soy ________________________________________<br />

Yo soy ________________________________________<br />

Yo soy ________________________________________<br />

121


TABULACIÓN DEL CUESTIONARIO SOBRE ORIENTACIONES VALORATIVAS<br />

Áreas exploradas Incisos<br />

correspondientes<br />

Cualidades<br />

d), j), o)<br />

sociomorales<br />

Comportamiento a), g), ll)<br />

social<br />

Vida escolar b), h), m)<br />

Vida familiar c), i), n)<br />

Aspectos<br />

e), k), p)<br />

personales<br />

Formación<br />

f), l), q)<br />

políticoideológica<br />

1er. i 2do. i 3er. i Total %/t<br />

En la tabla se sitúan los totales de cada uno de los incisos seleccionados y los<br />

porcientos que representa cada área <strong>del</strong> total de opciones de selección de los alumnos,<br />

con lo cual queda claro en nuestra opinión en qué proporción de alumnos y hacia qué<br />

áreas y cualidades presentan una mayor orientación.<br />

Al contrastar el re<strong>su</strong>ltado anterior contra la jerarquía de valores que el sistema social o<br />

la escuela en <strong>su</strong> proyecto educativo se ha propuesto lograr, se puede inferir la<br />

tendencia de cada <strong>su</strong>jeto y <strong>del</strong> grupo objeto de muestra lo que sirve como punto de<br />

partida para las acciones futuras de la sociedad, la familia y la escuela.<br />

3.7. Las pruebas pedagógicas de lápiz y papel.<br />

Para obtener información acerca de los conocimientos y habilidades que poseen los<br />

alumnos en las distintas asignaturas <strong>del</strong> currículo se pueden aplicar pruebas escritas<br />

(de lápiz y papel). En nuestra opinión deben aplicarse al menos en dos momentos <strong>del</strong><br />

curso escolar (preferentemente al inicio y al final <strong>del</strong> mismo), con el objetivo de apreciar<br />

“el valor agregado o añadido” que ha podido representar el desempeño <strong>del</strong> docente a<br />

evaluar en el curso escolar en cuestión. Estas pruebas se clasifican según el tipo de<br />

respuestas en pruebas de desarrollo, pruebas objetivas y pruebas mixtas.<br />

Las pruebas de desarrollo no son estructuradas, o sea, consisten en ítems que<br />

demandan <strong>del</strong> alumno respuestas amplias, creatividad, expresarse con <strong>su</strong>s propias<br />

palabras, etc. Y requieren determinar los criterios que se tendrán en cuenta para <strong>su</strong><br />

calificación y tabulación.<br />

Las pruebas objetivas son altamente estructuradas, pues emplean ítems de opción<br />

múltiple que están constituidos por una proposición (expresada en forma directa o como<br />

una oración incompleta) y una serie de soluciones establecidas en forma de opciones<br />

(palabras, frases, símbolos, números), una de las cuales es la correcta o la mejor<br />

respuesta , y las demás actúan como distractores.<br />

122


En la actualidad la prueba objetiva representa el tipo de prueba más empleado. Su<br />

mayor uso se debe, a que presenta , entre otras, las siguientes ventajas:<br />

Su estructura es menos artificial.<br />

Neutralizan la tendencia a las preguntas y respuestas en series.<br />

Los puntajes son más objetivos.<br />

Permiten precisar las implicancias y derivaciones de las respuestas dadas a las<br />

preguntas, de un modo más coherente, relacionado homogéneo que lo que podría<br />

esperarse de otras pruebas.<br />

La presencia de múltiples opciones posibilita diagnosticar (en el caso de que el<br />

alumno elija algún distractor) las deficiencias de aprendizaje que necesitan ulteriores<br />

ajustes.<br />

Posibilidad de calificación, tabulación, interpretación y devolución de re<strong>su</strong>ltados en<br />

un breve lapso de tiempo.<br />

Independiente de los reparos que se podrían formular a todas las pruebas de lápiz y<br />

papel (No miden conductas en situaciones reales), quizás <strong>su</strong>s desventajas esenciales<br />

serían:<br />

Dificultades para <strong>su</strong> construcción.<br />

Incapacidad para medir variedades de objetivos relacionados con el pensamiento<br />

divergente.<br />

En los últimos tiempos crece el número de docentes y especialistas que optan por la<br />

utilización de pruebas mixtas, es decir pruebas donde confluyen armónicamente ítems<br />

abiertos y de opciones múltiples, de forma que se <strong>su</strong>men las ventajas de ambos tipos<br />

de ítems.<br />

3.8. La combinación de datos procedentes de diversas fuentes de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Desde el primer capítulo de este libro, hemos insistido en que la <strong>evaluación</strong> profesoral<br />

puede tener diferentes fines y que estos condicionan los métodos evaluativos a utilizar,<br />

el tipo de datos a captar y los instrumentos a aplicar; así como la toma de decisiones<br />

que se adopte a partir de los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>.<br />

En general, la decisión a la que se ha de llegar a partir de los datos, determina si es<br />

necesario una calificación compuesta o combinada. Además, si uno desea utilizar una<br />

calificación compuesta, que propicie el cumplimiento de diferentes fines, tal vez sea<br />

sensato informar también de las <strong>su</strong>bclasificaciones que han dado lugar a aquella.<br />

Como los distintos propósitos requieren diferentes decisiones, la necesidad de combinar<br />

los datos depende de estas.<br />

En la <strong>evaluación</strong> para propósitos de desarrollo o mejora profesional, por ejemplo, uno<br />

desea obtener un perfil de las capacidades pedagógicas <strong>del</strong> profesor. En dichos casos,<br />

no hay necesidad de obtener una calificación compuesta, global, de las capacidades de<br />

123


éste. Sin embargo, si distintas fuentes de datos miden la misma capacidad, dichas<br />

medidas tal vez deban ser combinadas de algún modo para obtener una medida<br />

<strong>su</strong>ficientemente fiable a los efectos de tomar decisiones relativas a la necesidad de<br />

desarrollo o mejora en esa área en particular.<br />

En la <strong>evaluación</strong> para “pago por méritos”, la persona que toma la decisión debe<br />

combinar los datos de cada docente objeto de <strong>evaluación</strong> de forma explícita o implícita.<br />

Schmidt y Kaplan (1971), aseguran que si los datos emanados de las diferentes fuentes<br />

tienen poca o ninguna correlación entre sí, entonces están midiendo variables<br />

diferentes y combinarlos produce calificaciones que son tan ambiguas que no es posible<br />

interpretarlas.<br />

En la literatura con<strong>su</strong>ltada sobre este tema, es común encontrar que los métodos de<br />

combinación de datos pueden ser clínicos o estadísticos. Combinar los datos de un<br />

modo clínico significa mirar por encima los distintos grupos de datos para llegar a una<br />

decisión global, mientras que hacerlo de un modo estadístico implica el uso de valores<br />

fijos que se han atribuido a los datos en una ecuación matemática.<br />

La investigación ha mostrado que, en general, cuando se dispone de un criterio de<br />

medida la predicción estadística provee una mayor precisión que la predicción clínica, si<br />

se determina una combinación estadística óptima a través de un procedimiento<br />

empírico. Así pues, si se tienen valores numéricos para una serie de medidas de<br />

calidad <strong>del</strong> profesor, es preferible combinarlos de algún modo algorítmico que mirarlos<br />

por encima para llegar a alguna conclusión sobre la misma.<br />

Ahora bien, si se desea una <strong>evaluación</strong> justa, no debería permitirse que el libre albedrío<br />

de los evaluadores determine qué valores dar a cada variable.<br />

Los tres mo<strong>del</strong>os más difundidos de toma de decisiones estadística para combinar<br />

datos son el conjuntivo, el disyuntivo, y el compensatorio.<br />

En el mo<strong>del</strong>o conjuntivo los evaluados deben aprobar todas las medidas para obtener<br />

una calificación general satisfactoria. En el mo<strong>del</strong>o disyuntivo, los evaluados deben<br />

obtener satisfactorio sólo en una de las medidas.En el mo<strong>del</strong>o compensatorio, se<br />

combinan los datos en un algoritmo, comúnmente aditivo, que permite que las bajas<br />

puntuaciones en unas variables se vean compensadas por las altas puntuaciones en<br />

otras.<br />

Criterios para la utilización de los mo<strong>del</strong>os conjuntivos, disyuntivos y<br />

compensatorios.<br />

El mo<strong>del</strong>o disyuntivo generalmente se utiliza cuando hay varias medidas de la misma<br />

variable y se desea beneficiar a los evaluados, considerando sólo la medida más alta o<br />

la aceptabe. Por ejemplo, si se le aplica varias veces a un docente un test de<br />

conocimientos sobre <strong>su</strong> especialidad o área y se desea a<strong>su</strong>mir como aceptable que al<br />

menos apruebe en una ocasión.<br />

124


Ahora bien, para elegir entre los mo<strong>del</strong>os conjuntivos y compensatorios, lo más<br />

importante es analizar si es o no factible que un exceso de la medida de una variable<br />

compense el déficit de la medida de otra variable.<br />

No siempre es cierto que un exceso de una variable pueda compensar una deficiencia<br />

en otra. En la educación, existen de hecho muchas áreas en las que un exceso de la<br />

medida de una variable no compensa la carencia de otra. Por ejemplo, un profesor de<br />

Biología en una secundaria básica necesita saber Biología y saber relacionarse con <strong>su</strong>s<br />

alumnos, entre otras cosas. Un alto sentido de la justicia, tacto pedagógico y una gran<br />

sensibilidad hacia los alumnos, le permite relacionarse con ellos de manera adecuada,<br />

pero no compensa las deficiencias que pueda tener en el conocimiento de la Biología.<br />

Sin embargo, tal vez preparar clases de Biología con <strong>su</strong>mo cuidado pueda compensar<br />

una deficiencia en la capacidad necesaria para atender a las diferencias cognitivas<br />

individuales de los alumnos. Por lo tanto, la <strong>evaluación</strong> satisfactoria de un docente<br />

debería exigir un mínimo en cada variable evaluada. Así tal vez en estos casos se<br />

necesite emplear un enfoque evaluativo que combine los mo<strong>del</strong>os conjuntivo y<br />

compensatorio.<br />

125


Consideraciones éticas <strong>del</strong> proceso de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong><br />

docente.<br />

4.1 De los derechos de los agentes educativos en el proceso de <strong>evaluación</strong> de los<br />

docentes.<br />

Sólo en un clima de paz, de verdadero respeto por el otro, puede desarrollarse un<br />

proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes, de manera que<br />

estos queden motivados intrínsecamente para perfeccionar <strong>su</strong> labor educativa. Y no<br />

sólo ellos, padres, alumnos y directivos, deben también constatar en cada proceso<br />

evaluativo, que <strong>su</strong>s derechos han sido respetados y que han experimentado también un<br />

nuevo aprendizaje que los sitúa en condiciones para ejercer tales derechos cada vez<br />

con mayor profundidad, exigencia y justicia.<br />

Como dijo el ilustre mexicano Benito Juárez,: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.<br />

Inspirados en este apotenma juarista, iniciamos este capítulo declarando cuáles son, a<br />

nuestro juicio, los principales derechos de cada agente educativo que interviene en el<br />

proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Kenneth A. Strikke (1997), plantea los siguientes principios generales como aspectos<br />

éticos que deberán tenerse en cuenta en todo proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado:<br />

1. Procedimientos legales: Que los juicios se emitan sobre la base de unos estándares<br />

conocidos y razonables, y que éstos se apliquen de igual forma de unos docentes a<br />

otros; que se utilicen procedimientos sistemáticos y razonables para reunir y verificar<br />

los datos.<br />

2. Intimidad: Se requiere que los procedimientos evaluativos no sean excesivamente<br />

intrusivos y que la <strong>evaluación</strong> se centre en aquellos aspectos de la actividad <strong>del</strong><br />

profesor relacionados con el trabajo. Se debe además proteger la confidencialidad<br />

de la información relativa a la <strong>evaluación</strong>.<br />

3. Igualdad: Consiste sobre todo en la prohibición contra la toma de decisiones<br />

basadas en datos irrelevantes.<br />

4. Transparencia: Se requiere estar permanentemente abiertos a las personas que<br />

tienen relación con los procedimientos, los propósitos y los re<strong>su</strong>ltados de la<br />

126


<strong>evaluación</strong>.<br />

5. Humanidad: Pre<strong>su</strong>ponen que se muestre consideración por los sentimientos de los<br />

individuos implicados en el proceso evaluativo.<br />

6. Beneficios para el cliente: Requiere que las decisiones evaluativas se tomen de tal<br />

manera que se respeten los intereses de los alumnos, los padres y el público en<br />

general relacionado con el producto <strong>del</strong> servicio educativo, por encima de las<br />

instituciones educativas y <strong>su</strong> personal.<br />

7. Libertad académica: Implica que prime una atmósfera de libertad intelectual tanto<br />

por los profesores como por los alumnos. La <strong>evaluación</strong> no debe limitar tal<br />

atmósfera.<br />

Los principios éticos generales antes referidos pueden y deben ser operacionalizados<br />

en un conjunto de derechos específicos para cada uno de los agentes educativos que<br />

tienen alguna participación en el proceso de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de<br />

los docentes. Entre estos consideramos básicos los siguientes:<br />

Derechos de los directivos de las instituciones escolares<br />

Los directivos de las instituciones educativas tienen derecho a:<br />

Supervisar el trabajo de los profesores de <strong>su</strong>s instituciones y tomar decisiones al<br />

respecto con el objetivo de mejorar la calidad de la educación que proporcionan.<br />

Reunir información relevante a los efectos de <strong>su</strong>pervisión y <strong>evaluación</strong>.<br />

Actuar a partir de dicha información en interés de los estudiantes a quienes tratan de<br />

formar.<br />

Recibir la cooperación <strong>del</strong> personal docente en la aplicación y ejecución de un<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> justo y eficaz.<br />

Derechos de los docentes<br />

Los docentes tienen derecho a:<br />

Ser evaluados sobre la base de criterios relevantes.<br />

No ser evaluados sobre la base de rumores o quejas no verificadas.<br />

Ser evaluados según unos estándares generales, públicos y comprensibles.<br />

Ser avisados de cuándo van a ser evaluados.<br />

Conocer los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />

Expresar <strong>su</strong> opinión sobre los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />

Que les comuniquen las razones de cualquier acción emprendida con respecto a <strong>su</strong><br />

trabajo.<br />

Apelar cualquier decisión adversa y a tener <strong>su</strong>s propias opiniones.<br />

Una <strong>evaluación</strong> ordenada y puntual.<br />

Unos procedimientos de <strong>evaluación</strong> humanos.<br />

Que <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong> sea confidencial.<br />

Que <strong>su</strong>s vidas privadas se consideren irrelevantes en <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />

127


Que las evaluaciones no se utilicen coercitivamente para propósitos ilegítimos.<br />

Ser sometidos a criterios y procedimientos que no sean discriminatorios.<br />

Que no se utilice la <strong>evaluación</strong> para inhibir la expresión de opiniones poco<br />

populares.<br />

Una <strong>evaluación</strong> global honesta y abierta de <strong>su</strong> desempeño.<br />

Derechos de los padres de los alumnos y de los miembros de la comunidad<br />

Los padres y miembros de la comunidad tienen derecho a:<br />

Esperar que el bienestar educativo de <strong>su</strong>s hijos sea el interés central de cualquier<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes que se aplique.<br />

Esperar que <strong>su</strong>s hijos sean educados por profesionales competentes.<br />

Esperar que la competencia de los docentes sea evaluada regularmente de un modo<br />

justo y funcional.<br />

Exigir que la <strong>evaluación</strong> sirva para mejorar la educación de <strong>su</strong>s hijos.<br />

Que se tengan en cuenta <strong>su</strong>s quejas y opiniones sobre <strong>su</strong> conocimiento y<br />

percepción de la calidad educativa que reciben <strong>su</strong>s hijos.<br />

Que los profesores sean evaluados según los estándares y prácticas públicamente<br />

conocidas.<br />

Es un deber de toda la comunidad educativa participar activa y responsablemente en<br />

los procesos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> profesorado, no con opiniones<br />

infundadas que sólo pueden contribuir a enrarecer el clima de paz y profesionalidad que<br />

debe caracterizar tales procesos, sino con opiniones formadas a partir de datos<br />

obtenidos mediante procedimientos pertinentes y adecuadamente utilizados.<br />

128


¿Y después de la <strong>evaluación</strong> qué?<br />

Los informes o certificados de <strong>evaluación</strong> son descripciones y narraciones<br />

estructuradas, apoyadas en datos contrastados y coherentes con el mo<strong>del</strong>o de<br />

<strong>evaluación</strong>, que pretenden comprender y explicar la actividad educativa y profesional<br />

<strong>del</strong> profesorado. Los informes han de posibilitar la afirmación profesional y la<br />

actualización de los docentes, la consolidación <strong>del</strong> claustro de profesores <strong>del</strong> centro<br />

docente y la repercusión positiva en la formación <strong>del</strong> alumnado.<br />

Los certificados de <strong>evaluación</strong> han de servir prioritariamente a los docentes para<br />

comprobar <strong>su</strong> actuación en el aula, descubrir <strong>su</strong>s limitaciones y diseñar en colaboración<br />

con <strong>su</strong>s colegas la línea de <strong>su</strong>peración profesional permanente.<br />

Cada docente tendrá anualmente los informes adecuados a <strong>su</strong>s necesidades y<br />

expectativas, avanzando en la <strong>evaluación</strong>, desde la opción formativa y la mejora<br />

profesional. Estos informes sólo tienen razón de ser, si evitan toda orientación<br />

controladora e inhibidora.<br />

En la definición <strong>del</strong> concepto “<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente” que<br />

brindamos en este libro, planteamos que los juicios re<strong>su</strong>ltantes <strong>del</strong> proceso de<br />

<strong>evaluación</strong> se utilizarán en la toma de decisiones con el objetivo de mejorar el<br />

desempeño valorado. En consecuencia, re<strong>su</strong>lta necesario que tratemos ahora cómo<br />

concretar la incorporación a la toma de decisiones de la dirección de la institución<br />

escolar, los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong> docente.<br />

5.1. La entrevista con el evaluado para analizar los re<strong>su</strong>ltados de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>.<br />

La comunicación <strong>del</strong> re<strong>su</strong>ltado de la <strong>evaluación</strong> al docente evaluado es un momento<br />

fundamental dentro <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño. Re<strong>su</strong>lta necesario darle<br />

al docente conocimiento sobre las informaciones significativas de <strong>su</strong> desempeño, a fin<br />

de que los objetivos de la política educativa puedan ser plenamente alcanzados.<br />

Según Planty y Efferson 58 , los propósitos de la entrevista de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño,<br />

la cual ellos nombran entrevista de consejería para comunicar los re<strong>su</strong>ltados de la<br />

<strong>evaluación</strong>, son los siguientes:<br />

58 Earl G. Planty y Carlos E. Efferson, “Counseling Executives after merit Rating or Eavaluation” en J. M.<br />

Dooher e V. Marquis, The Development of Executive Talent (Nueva York, American Management<br />

Association, 1953), págs. 239 y 240.<br />

129


Facilitar al <strong>su</strong>bordinado condiciones para mejorar <strong>su</strong> trabajo mediante una<br />

comunicación clara e inequívoca de <strong>su</strong> patrón de desempeño. La entrevista le da<br />

oportunidad al <strong>su</strong>bordinado no solamente de conocer y aprender lo que el jefe<br />

espera de él en términos de calidad, cantidad y método de trabajo, sino también de<br />

entender las razones de esos patrones de desempeño. Son las reglas <strong>del</strong> juego, el<br />

que sólo podrá ser bien jugado cuando los jugadores entiendan y compartan las<br />

reglas.<br />

Dar una idea clara de cómo está desempeñando <strong>su</strong> trabajo, resaltando <strong>su</strong>s puntos<br />

fuertes y débiles, y comparándolos con los patrones de desempeño esperados.<br />

Muchas veces, el <strong>su</strong>bordinado cree <strong>su</strong>bjetivamente que todo va bien y puede<br />

desarrollar una idea distorsionada respecto a <strong>su</strong> desempeño ideal. Necesita saber lo<br />

que el jefe opina de <strong>su</strong> trabajo, a fin de ajustar y adecuar du desepeño a los<br />

patrones esperados.<br />

Discutir los dos, el <strong>su</strong>bordinado y el jefe, las medidas y los planes para desarrollar<br />

mejor y utilizar las aptitudes <strong>del</strong> <strong>su</strong>bordinado, que necesita entender cómo podrá<br />

mejorar <strong>su</strong> desempeño para participar activamente en la determinación de las<br />

medidas para tal mejoría.<br />

Estimular relaciones personales más fuertes entre el jefe y el <strong>su</strong>bordinado, en las<br />

que ambos tengan condiciones y oportunidades de hablar francamente respecto <strong>del</strong><br />

trabajo, cómo se está desarrollando, y cómo podrá mejorarse e incrementarse. La<br />

intensificación de la comprensión hombre a hombre es factor básico para el<br />

desarrollo de relaciones humanas fuertes y sanas.<br />

Eliminar o reducir ansiedades, tensiones e incertidumbres que <strong>su</strong>rgen cuando los<br />

individuos no gozan de las ventajas de la consejería planeada y bien orientada.<br />

En nuestra opinión los objetivos planteados por Planty y Efferson para la entrevista de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los empleados de cualquier organización, son totalmente<br />

válidos en particular para la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

Consideramos no obstante conveniente que el papel <strong>del</strong> jefe sea a<strong>su</strong>mido por una<br />

comisión de <strong>evaluación</strong> que, dirigida por el director de la institución escolar, integre<br />

además a representantes de las organizaciones sindicales, políticas, padres de familia,<br />

etc.<br />

Las buenas relaciones humanas en el trabajo deben basarse en un diálogo franco y<br />

cordial de hechos, aciertos, potencialidades y problemas entre los directivos y el<br />

docente evaluado. A veces re<strong>su</strong>lta difícil tener habilidad de presentar los hechos y<br />

lograr que el docente, al terminar la entrevista, quede convencido de desarrollar y<br />

ajustar <strong>su</strong> desempeño al nivel exigido por <strong>su</strong>s funciones, y sea consciente de los<br />

aspectos positivos y negativos de <strong>su</strong> desempeño. El éxito de una entrevista de<br />

<strong>evaluación</strong> depende de muchos factores. La entrevista debe ser debidamente<br />

preparada, para que la comisión evaluadora sepa de antemano lo que dirá al evaluado<br />

y cómo lo dirá.<br />

El evaluador debe tomar muy en cuenta dos aspectos importantes:<br />

1. Todo docente posee aspiraciones y objetivos personales y debe considerársele<br />

siempre una persona individualizada, diferente a las demás.<br />

130


2. El desepeño debe ser evaluado en función de las funciones específicas <strong>del</strong> docente,<br />

y principalmente de la orientación y de las oportunidades que ricibió <strong>del</strong> directivo.<br />

Re<strong>su</strong>ltan muy interesantes los re<strong>su</strong>ltados de un estudio realizado por Meyer, Kay y<br />

French, Jr. 59 , para verificar la eficacia <strong>del</strong> programa de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño en la<br />

General Electric. En dicho estudio ellos concedieron mucha atención a la entrevista<br />

entre el <strong>su</strong>bordinado y <strong>su</strong> gerente por el impacto que esta puede tener en la motivación<br />

<strong>del</strong> evaluado para mejorar <strong>su</strong> desempeño.<br />

Los autores antes referidos defienden la participación <strong>del</strong> evaluado en la determinación<br />

de objetivos para <strong>su</strong> propio trabajo como medio para obtener un efecto favorable sobre<br />

la moral y el desempeño individual. En entrevistas con gerentes y <strong>su</strong>bordinados<br />

comprobaron que la acción sobre a<strong>su</strong>ntos salariales había dominado la entrevista de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño anual, dejando completamente de lado la discusión de<br />

planes para mejorar el desempeño. Pidieron a los gerentes que dividieran la tradicional<br />

entrevista de <strong>evaluación</strong> en dos secciones: una para evaluar el desempeño y la acción<br />

salarial, y otra, para planear el mejoramiento <strong>del</strong> desempeño dos semanas después de<br />

la primera.<br />

Tal separación les permitió realizar una experiencia sobre los efectos de la participación<br />

<strong>del</strong> <strong>su</strong>bordinado en el planteamiento de los objetivos. Una parte de los gerentes fue<br />

instruida en el sentido de permitir un enfoque de elevada participación en la entrevista<br />

(en la cual el evaluado preparaba un conjunto de objetivos para alcanzar mejoría en <strong>su</strong><br />

desempeño, sometiéndolo a la consideración <strong>del</strong> gerente para <strong>su</strong> apreciación y<br />

aprobación) y a la otra parte se le pidió una técnica de baja participación. Comprobaron<br />

que:<br />

La discusión de la <strong>evaluación</strong> en sí tiene poca influencia en el desempeño futuro <strong>del</strong><br />

cargo.<br />

Las críticas generan defensas en el <strong>su</strong>bordinado, la fijación de objetivos, y no de<br />

críticas, mejora el desempeño.<br />

Se deben hacer evaluaciones separadas para diferentes propósitos, tales como: mejora<br />

<strong>del</strong> desempeño, promociones, aumentos salariales, etc.<br />

Finalmente estos autores <strong>su</strong>gieren:<br />

Discusiones más frecuentes respecto <strong>del</strong> desempeño.<br />

Abandono de juicios <strong>su</strong>marios o por categorías.<br />

Discusiones sobre recomendaciones salariales hechas separadamente.<br />

Énfasis en el planteamiento mutuo de objetivos y solución de problemas.<br />

De los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> estudio antes referido se puede inferir que es necesario no perder<br />

de vista nunca cuál es la orientación principal que tiene el sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

59 Meyer, Kay y French, Jr. , Págs, 378 – 379, citado por Idalberto Chiavenato en<br />

“Administración de recursos humanos”, Brasil, 1994.<br />

131


desempeño profesional <strong>del</strong> docente que a<strong>su</strong>mimos. Si esta está determinada<br />

esencialmente por <strong>su</strong> función desarrolladora, es decir, si está centrada en el desarrollo<br />

profesional <strong>del</strong> docente, entonces parece clara la conveniencia de concederle al<br />

evaluado un papel activo y protagónico en la determinación de los objetivos y acciones<br />

para el mejoramiento de <strong>su</strong> desempeño, lo cual pudiera ser incluido en la parte final de<br />

<strong>su</strong> auto<strong>evaluación</strong>. Esto último deberá tener un espacio prioritario en la entrevista de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño.<br />

Consideramos que la entrevista entre el evaluador y el evaluado no sólo debe<br />

constituirse en una oportunidad de crecimiento profesional para el evaluado, sino<br />

también para el evaluador. Este último deberá reflexionar permanentemente sobre las<br />

dificultades que tuvo, en el período evaluado, para reunir información adecuada sobre<br />

el desempeño <strong>del</strong> docente evaluado y para mantenerla actualizada. Además, debe<br />

evitar conducir la entrevista de <strong>evaluación</strong> como si fuera una tarea de rutina.<br />

El evaluador no debe perder de vista que existen algunos docentes que presentan una<br />

conducta profesional no adecuada, caracterizada por recelos, preocupaciones y<br />

prejuicios, que en ocasiones no son <strong>del</strong> todo injustificadas, y que requieren de un<br />

tratamiento muy profesional y convincente a los efectos de lograr convencer y no vencer<br />

al evaluado.<br />

5.2. Meta<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional <strong>del</strong> docente.<br />

En este epígrafe final <strong>del</strong> libro, transcribimos de forma re<strong>su</strong>mida los estándares para<br />

evaluaciones de personal desarrollados por el Comité Conjunto de Estándares para la<br />

Evaluación Educativa, publicados en 1988 por Sage Publications y cuyos 16 miembros<br />

fueron designados de entre 14 asociaciones muy influyentes e interesadas en la<br />

educación, según Daniel L. Stufflebeam y James R. Sanders. Al hacerlo, pretendemos<br />

entregarle al lector un conjunto de estándares que le permitan evaluar la calidad de un<br />

sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño docente, o sea realizar adecuadamente la<br />

meta<strong>evaluación</strong>.<br />

En <strong>su</strong> “guía de definiciones” este Comité define un estándar como “un principio<br />

consen<strong>su</strong>ado por las personas implicadas en la práctica profesional de la <strong>evaluación</strong><br />

para la medida <strong>del</strong> valor o de la calidad de una <strong>evaluación</strong>” 60 .<br />

Si entendemos meta<strong>evaluación</strong> como “la <strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong>”, en este caso <strong>del</strong><br />

desempeño profesional <strong>del</strong> docente, entonces podemos comprender que los<br />

estándares, anteriormente definidos, pueden contribuir de manera decisiva a<br />

metaevaluar con profundidad el desempeño profesional <strong>del</strong> docente, es decir pueden<br />

constituir una guía práctica para el análisis de la calidad de los informes o certificados<br />

de <strong>evaluación</strong> elaborados, así como <strong>del</strong> propio proceso cuyos re<strong>su</strong>ltados ellos<br />

pretenden re<strong>su</strong>mir.<br />

60 Joint Committe, 1981, pág. 12.<br />

132


A continuación presentamos los estándares desarrollados por el referido Comité:<br />

El principio básico que anima este grupo de estándares es que las escuelas<br />

existen para servir a los estudiantes; por lo tanto, las evaluaciones de personal<br />

deberían centrar <strong>su</strong>s esfuerzos en determinar si los educadores están<br />

satisfaciendo las necesidades de los alumnos.<br />

P1. Orientación <strong>del</strong> servicio: La <strong>evaluación</strong> de educadores debería fomentar unos<br />

principios educativos sólidos, la realización de misiones institucionales, y una<br />

a<strong>su</strong>nción eficaz de las responsabilidades relativas al trabajo de modo que se<br />

satisfagan las necesidades de estudiantes, comunidad y sociedad.<br />

P2. Pautas de <strong>evaluación</strong> formal: Las pautas para la <strong>evaluación</strong> de personal<br />

deberían proporcionarse a los empleados en forma de enunciados sobre políticas,<br />

acuerdos negociados y/o manuales de <strong>evaluación</strong> de tal manera que las evaluaciones<br />

sean coherentes, equitativas y cumplan las leyes y códigos éticos pertinentes.<br />

P3. Conflicto de intereses: Los conflictos de intereses deberían identificarse y ser<br />

tratados abierta y honestamente de modo que no comprometan el proceso de<br />

<strong>evaluación</strong> y los re<strong>su</strong>ltados.<br />

P4. Acceso a los informes sobre <strong>evaluación</strong> de personal: El acceso a los informes<br />

sobre <strong>evaluación</strong> de personal debería estar limitado a los individuos que tengan una<br />

nacesidad legítima de revisar y utilizar los informes, y así garantizar.<br />

P5: Interacciones con los <strong>su</strong>jetos evaluados: La <strong>evaluación</strong> debería proceder ante<br />

los <strong>su</strong>jetos evaluados de un modo profesional, considerado y cortés de tal forma que<br />

<strong>su</strong> autoestima, <strong>su</strong> motivación, <strong>su</strong> reputación profesional, <strong>su</strong> rendimiento y <strong>su</strong>s<br />

actitudes hacia la <strong>evaluación</strong> mejoren o, al menos, no <strong>su</strong>fran perjuicio alguno.<br />

Los estándares de utilidad deben guiar la <strong>evaluación</strong> de tal forma que esta sea<br />

informativa, oportuna y capaz de ejercer una influencia adecuada. Estos estándares<br />

requieren, especialmente, que la <strong>evaluación</strong> provea una información útil para que<br />

individuos y grupos de educadores mejoren <strong>su</strong> rendimiento.<br />

U1: Orientación constructiva: La <strong>evaluación</strong> debería ser constructiva de modo que<br />

ayude a las instituciones a desarrollar los recursos humanos y a los <strong>su</strong>jetos de la<br />

<strong>evaluación</strong> a proporcionar un servicio excelente.<br />

U2: Usos definidos: los u<strong>su</strong>arios y los usos de una <strong>evaluación</strong> de personal deberían<br />

ser identificados de manera que la <strong>evaluación</strong> pueda abordar las cuestiones<br />

apropiadas.<br />

133


U3: Credibilidad <strong>del</strong> evaluador: El sistema de <strong>evaluación</strong> deberían dirigirlo y aplicarlo<br />

personas con las cualificaciones, capacidades y autoridad necesarias, y los evaluadores<br />

deberían conducirse de un modo profesional con objeto de que los informes de la<br />

<strong>evaluación</strong> sean respetados y utilizados.<br />

U4: Informe funcional: Los informes deberían ser claros, oportunos y precisos de<br />

forma que tengan un valor práctico para el <strong>su</strong>jeto evaluado u otros públicos.<br />

U5: Seguimiento e impacto: Se debería realizar un seguimiento de la <strong>evaluación</strong> para<br />

que <strong>su</strong>s u<strong>su</strong>arios puedan comprender los re<strong>su</strong>ltados y emprender las acciones<br />

pertinentes.<br />

Los estándares de viabilidad requieren sistemas de <strong>evaluación</strong> que sean<br />

eficaces, fáciles de utilizar, viables políticamente y estén adecuadamente<br />

financiados.<br />

V1: Procedimientos prácticos: Deberían planificarse y aplicarse procedimientos de<br />

<strong>evaluación</strong> de personal que produzcan la información necesaria al tiempo que<br />

minimizan <strong>su</strong> costo.<br />

V2: Viabilidad política: El sistema de <strong>evaluación</strong> debería desarrollarse y tutelarse en<br />

colaboración de tal manera que todas las partes interesadas se vean implicadas<br />

constructivamente en el funcionamiento <strong>del</strong> sistema.<br />

V3: Viabilidad fiscal: Deberían proporcionarse tiempo y recursos adecuados para la<br />

realización de las actividades de <strong>evaluación</strong> de modo que se puedan aplicar eficaz y<br />

eficientemente los planes de <strong>evaluación</strong>.<br />

Estos estándares requieren que la información obtenida sea técnicamente<br />

defendible y que las conclusiones puedan relacionarse de un modo lógico con los<br />

datos.<br />

P1: Papel definido: El papel, las responsabilidades, los objetivos de rendimiento y las<br />

cualificaciones necesarias <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado deberían estar claramente definidas, de<br />

modo que el evaluador pueda determinar unos criterios de <strong>evaluación</strong> válidos.<br />

134


P2: Ambiente de trabajo: Debería identificarse y describirse el contexto en el que tiene<br />

lugar la <strong>evaluación</strong> de tal manera que las influencias y limitaciones ambientales sobre el<br />

rendimiento puedan considerarse en la <strong>evaluación</strong>.<br />

P3: Documentación de procedimientos: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> seguidos<br />

deberían estar documentados con objeto de que los <strong>su</strong>jetos evaluados y otros u<strong>su</strong>arios<br />

puedan evaluar los procedimientos reales con respecto a los planificados.<br />

P4: Medidas válidas: Los procedimientos de medida deberían elegirse o desarrollarse<br />

y aplicarse sobre la base <strong>del</strong> papel descrito y el uso deseado de forma que las<br />

inferencias referentes al <strong>su</strong>jeto evaluado sean válidas y precisas.<br />

P5: Medidas fiables: Los procedimientos de medida deberían elegirse o desarrollarse<br />

para garantizar la fiabilidad de tal manera que la información obtenida proporcione<br />

indicaciones <strong>del</strong> rendimiento <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado.<br />

P6: Control sistemático de datos: La información utilizada debería procesarse y<br />

almacenarse con cuidado con objeto de garantizar que los datos analizados son los<br />

mismos que los reunidos.<br />

P7: Control de sesgos: El proceso de <strong>evaluación</strong> debería proporcionar una<br />

salvaguardia contra los sesgos, de tal modo que las cualificaciones <strong>del</strong> <strong>su</strong>jeto evaluado<br />

se evalúen de manera justa.<br />

Los estándares antes referidos nos pueden servir de guía orientadora para la<br />

<strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes<br />

(meta<strong>evaluación</strong>). Para ello re<strong>su</strong>lta conveniente operacionalizarlos a través de un<br />

conjunto de interrogantes cuyas respuestas posibiliten conocer el grado en que el<br />

sistema evaluativo satisfacen los mismos tanto en un nivel teórica como en <strong>su</strong><br />

aplicación práctica.<br />

A continuación mostramos un cuestionario de 100 preguntas que nos pueden facilitar la<br />

realización de la meta<strong>evaluación</strong> de cualquier sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño<br />

profesional de los docentes que se haya diseñado.<br />

CUESTIONARIO PARA LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DEL<br />

SISTEMA DE EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DE LOS<br />

DOCENTES<br />

En 1988 la Editorial Sage Publications publicó el libro “Estándares de <strong>evaluación</strong> de personal” .<br />

Estos estándares fueron elaborados por el Comité Conjunto de Estándares para la <strong>evaluación</strong><br />

educativa, integrado por 16 miembros designados por 14 de las asociaciones profesionales más<br />

influyentes interesadas en la educación de los Estados Unidos de América.<br />

Compañero Director (a):<br />

135


A partir de los referidos estándares, este investigador ha elaborado un cuestionario que nos permitirá<br />

evaluar con objetividad y profundidad la calidad <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de<br />

los docentes que está vigente en nuestro país.<br />

Le rogamos que lo responda con el mayor apego a la realidad que le sea posible.<br />

ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-1: ORIENTACIÓN HACIA EL SERVICIO<br />

136<br />

Muchas gracias<br />

P-1: Las evaluaciones de los educadores deberían promover los<br />

principios de educación bien fundamentados, el cumplimiento de<br />

misiones institucionales, ejecución eficaz de responsabilidades<br />

profesionales para que las necesidades educativas de los alumnos, la<br />

comunidad y la sociedad se cumpla.<br />

A continuación le formulamos un conjunto de preguntas que en nuestra opinión operacionalizan la<br />

aplicación práctica <strong>del</strong> estándar antes referido. Lo mismo haremos a partir <strong>del</strong> enunciado de cada uno de<br />

los restantes estándares.<br />

MARQUE CON UNA CRUZ EN LA CELDA QUE CORRESPONDA SEGÚN SU OPINIÓN.<br />

PREGUNTAS<br />

1. ¿Está previsto que todos los profesores sean evaluados?<br />

2. ¿Está previsto tomar decisiones en materia de empleo<br />

basadas en los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>?<br />

3. ¿Está previsto recompensar la práctica educativa que<br />

evaluada de sobresaliente?<br />

4. ¿Está previsto evaluar si los docentes brindan una<br />

atención equitativa a <strong>su</strong>s alumnos?<br />

5. ¿Está previsto utilizar los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong><br />

profesoral como base para diseñar el trabajo metodológico de<br />

la escuela tanto colectivo como individual?<br />

6. ¿Está previsto rehabilitar la actuación deficiente de algunos<br />

docentes y en caso necesario prescindir de <strong>su</strong>s servicios?<br />

7. ¿Está previsto determinar si el docente se mantiene<br />

actualizado acerca de los a<strong>del</strong>antos de las ciencias que<br />

explican?<br />

8. ¿Incluyen los criterios de <strong>evaluación</strong> alguna medida<br />

concreta <strong>del</strong> impacto de <strong>su</strong> desempeño en el aprendizaje de<br />

<strong>su</strong>s alumnos?<br />

9. ¿Incluyen los criterios de <strong>evaluación</strong> las necesidades de<br />

los alumnos y las prioridades de la comunidad?<br />

* N.S: Significa “No <strong>su</strong>ficientemente”.<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-2: ORIENTACIONES FORMALES DE EVALUACIÓN<br />

P-2: Las orientaciones de las evaluaciones de los docentes deberían<br />

ser comunicadas en declaraciones de política, y/o manuales de


<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> profesorado para que las evaluaciones sean<br />

consistentes, equitativas, y de acuerdo con códigos éticos y las leyes<br />

correspondientes.<br />

PREGUNTAS<br />

10. ¿Hay orientaciones para aplicar los métodos y<br />

procedimientos de <strong>evaluación</strong> en alguno de los documentos<br />

normativos relativos a la <strong>evaluación</strong> profesoral?<br />

11. ¿Se limitan los criterios de <strong>evaluación</strong> sólo a algunos<br />

temas importantes relacionados con el trabajo de los<br />

docentes?<br />

12. ¿Son claros, específicos y comprensibles tanto las<br />

orientaciones para la implementación de la <strong>evaluación</strong><br />

profesoral como los criterios e indicadores de la misma?<br />

13. ¿Están previsto en los documentos normativos sobre la<br />

<strong>evaluación</strong> profesoral los énfasis o pesos que se adjudican a<br />

cada criterio e indicador para la <strong>evaluación</strong>?<br />

14. ¿Está previsto explicar el sistema de <strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong><br />

aplicación práctica en la escuela a todos los evaluados,<br />

anualmente?<br />

15. ¿Está previsto aplicar planes de rehabilitación para los<br />

que re<strong>su</strong>lten con malos re<strong>su</strong>ltados en la <strong>evaluación</strong>, con<br />

etapas progresivas?<br />

16. ¿Se dan declaraciones claras y precisas de los tipos de<br />

re<strong>su</strong>ltados de <strong>evaluación</strong> que probablemente causarán el<br />

despido <strong>del</strong> docente?<br />

17. ¿Existe un calendario para realizar la <strong>evaluación</strong> por<br />

etapas dentro <strong>del</strong> curso escolar, donde se precisan cuándo<br />

se aplican los diferentes instrumentos?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-3: CONFLICTO DE INTERESES<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

P-3: Los conflictos de intereses deben ser detectados y tratados<br />

abiertamente y con honestidad con el fin de que no comprometan el<br />

proceso y los re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong>.<br />

PREGUNTAS<br />

18. ¿Está prevista la cooperación entre la dirección<br />

administrativa, las organizaciones políticas, el sindicato, las<br />

organizaciones estudiantiles y los padres en el diseño de la<br />

aplicación de la <strong>evaluación</strong>?<br />

19. ¿Está previsto controlar los conflictos de intereses como<br />

parte de la selección <strong>del</strong> personal que llevará a cabo las<br />

evaluaciones?<br />

20. ¿Está prevista la implicación y participación <strong>del</strong> evaluando<br />

en la revisión <strong>del</strong> proceso y las evidencias re<strong>su</strong>ltantes antes<br />

de finalizar la elaboración final <strong>del</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

137


PREGUNTAS<br />

21. ¿Está previsto qué evidencias <strong>del</strong> proceso evaluativo son<br />

decisivas y deben utilizarse en caso de apelación?<br />

22. ¿El sistema utiliza múltiples fuentes de <strong>evaluación</strong> como<br />

la auto<strong>evaluación</strong>, <strong>evaluación</strong> hecha por los alumnos,<br />

observaciones de las actividades docentes, evaluaciones<br />

hechas por los colegas, portafolios, etc?<br />

23. ¿Si se da un conflicto irresoluble está previsto designar<br />

evaluadores alternativos?<br />

24. ¿Está previsto llegar a acuerdos entre el evaluador y el<br />

evaluando sobre los criterios que regirán el proceso<br />

evaluativo y <strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-4: ACCESO A INFORMES DE EVALUACIÓN DE<br />

PERSONAL<br />

P-4: El acceso a los informes de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal debería<br />

limitarse a los individuos con una necesidad legítima de revisar y<br />

utilizar los informes de manera que se garantice el uso adecuado de la<br />

información.<br />

PREGUNTAS<br />

25. ¿Está previsto el almacenamiento seguro de la<br />

información recogida durante el proceso de <strong>evaluación</strong> (uso<br />

de bases de datos u otros medios similares)?<br />

26. ¿Está previsto limitar el acceso a los certificados de<br />

<strong>evaluación</strong> a aquellos que deben tomar o defender decisiones<br />

basadas en ellos?<br />

27. ¿Está previsto quién recibe copias de los certificados de<br />

<strong>evaluación</strong>?<br />

28. ¿Está previsto discutir toda la información con el evaluado<br />

antes de que se archive en el archivo oficial de personal?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PROPIEDAD P-5: INTERACCIÓN CON LOS EVALUANDOS<br />

P-5: La <strong>evaluación</strong> debería tratar a los evaluando de una manera<br />

profesional, cortés, educada, para que <strong>su</strong> propia estima, motivación,<br />

reputación profesional, actuación y actitud hacia la <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong><br />

personal mejoren, o por lo menos, no sean dañadas<br />

innecesariamente.<br />

138


PREGUNTAS<br />

29. ¿Está previsto establecer fechas específicas de<br />

<strong>evaluación</strong> en colaboración con los evaluandos?<br />

30. ¿Está prevista la asistencia o intervención inmediata<br />

cuando las deficiencias de la actuación requieran tal<br />

respuesta?<br />

31. ¿Está previsto apoyar y estimular el crecimiento<br />

profesional de los docentes?<br />

32. ¿Está previsto sostener permanentemente sesiones<br />

privadas con el evaluando para retroalimentarlo con respecto<br />

a los re<strong>su</strong>ltados parciales de <strong>su</strong> <strong>evaluación</strong>?<br />

33. ¿Está previsto un proceso de apelación de las<br />

evaluaciones?<br />

34. ¿Está previsto que los evaluandos señalen que están de<br />

acuerdo o en desacuerdo con <strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong> y<br />

que adjunten en este último caso <strong>su</strong> respuesta por escrito?<br />

35. ¿Está previsto que los evaluandos reciban una copia de<br />

<strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />

36. ¿Está previsto que los evaluadores reciban capacitación<br />

en “interacción humana”?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-1: ORIENTACIÓN CONSTRUCTIVA<br />

U-1: Las evaluaciones deberían ser constructivas para que ayuden a<br />

las instituciones a desarrollar recursos humanos y estimulen y<br />

apoyen a los evaluados a proporcionar un servicio excelente.<br />

PREGUNTAS<br />

37. ¿Está previsto que se definan estándares para la<br />

actuación de los docentes en la escuela y que todas las<br />

partes interesadas participen o estén representadas en el<br />

proceso de definición?<br />

38. ¿Está previsto comenzar todas las entrevistas con los<br />

evaluandos para comunicar los re<strong>su</strong>ltados <strong>del</strong> proceso<br />

evaluador con una comunicación positiva (puntos fuertes en<br />

<strong>su</strong> actuación).<br />

39. ¿Está previsto detectar explícitamente áreas de actuación<br />

que requieran refuerzo y 7 o mejora?<br />

40. ¿Está previsto proporcionarle al evaluando recursos para<br />

mejorar <strong>su</strong> actuación (apoyo de profesores expertos, líderes<br />

educativos, libros y nombre de libros que debe estudiar,<br />

cursos de capacitación a los que debe asistir, etc?<br />

41. ¿Está previsto darle pautas al evaluando para que mejore<br />

<strong>su</strong> auto<strong>evaluación</strong> y <strong>su</strong> propia práctica?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

139


ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-2: USOS DEFINIDOS<br />

U-2:Los u<strong>su</strong>arios y los usos pretendidos de una <strong>evaluación</strong> de<br />

personal deberían ser identificados para que la <strong>evaluación</strong> pueda<br />

tratar cuestiones adecuadas.<br />

PREGUNTAS<br />

42. ¿Está previsto informarle a todos los agentes educativos<br />

interesados (docentes, alumnos, padres de los alumnos) los<br />

principales re<strong>su</strong>ltados de la <strong>evaluación</strong> de cada docente?<br />

43. ¿Está previsto limitar el acceso a los certificados de<br />

<strong>evaluación</strong> y acordar los usos que se les darán antes de<br />

iniciar el proceso evaluador?<br />

44. ¿Está previsto que los jefes académicos utilicen los<br />

certificados de <strong>evaluación</strong> para elaborar el plan de mejora y<br />

de desarrollo profesional de cada evaluando para la próxima<br />

etapa?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-3: CREDIBILIDAD DEL EVALUADOR<br />

U-3: El sistema de <strong>evaluación</strong> debería ser gestionado y ejecutado por<br />

personas con la necesaria cualificación y autoridad, y todos los<br />

evaluadores deberían comportarse profesionalmente para que los<br />

certificados de <strong>evaluación</strong> sean respetados y utilizados.<br />

PREGUNTAS<br />

45. ¿Está previsto proporcionarle preparación específica en<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño profesional de los docentes a los<br />

evaluadores?<br />

46. ¿Está previsto que esté implicado más de un evaluador<br />

en la recogida de información para la <strong>evaluación</strong> de un<br />

docente concreto?<br />

47. ¿Está previsto darle apoyo en la recogida y análisis de la<br />

información a aquellos evaluadores que no tienen la<br />

competencia profesional necesaria para determinadas tareas<br />

evaluativas?<br />

48. ¿Está previsto garantizar la estabilidad <strong>del</strong> evaluador<br />

durante todo el proceso evaluativo o la entrega formal y<br />

detallada de un evaluador a otro en los casos en que<br />

necesariamente se producen cambios?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

140


ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-4: INFORMES O CERTIFICADOS<br />

FUNCIONALES<br />

U-4: Los informes o certificados de <strong>evaluación</strong> deberían ser<br />

claramente oportunos en el tiempo, precisos y concisos para que<br />

tengan un valor práctico para el evaluado y otras audiencias<br />

pertinentes.<br />

PREGUNTAS<br />

49. ¿Está previsto utilizar múltiples criterios e indicadores<br />

para evaluar el desempeño de los docentes?<br />

50. ¿Está previsto otorgar una calificación o puntaje general<br />

de eficacia de la actuación docente?<br />

51. ¿Está prevista la realización de varios cortes evaluativos<br />

durante el curso escolar, con comunicación al evaluando de<br />

<strong>su</strong>s re<strong>su</strong>ltados?<br />

52. ¿Está prevista la comunicación formal y escrita <strong>del</strong><br />

evaluador al evaluando cada vez que concluye un evento<br />

evaluativo (observación de clases, aplicación de encuesta a<br />

alumnos, prueba de conocimientos aplicada a los alumnos,<br />

etc.)<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

ESTÁNDAR DE UTILIDAD U-5: SEGUIMIENTO E IMPACTO<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

U-5: Las evaluaciones deberían tener un seguimiento de manera que<br />

los u<strong>su</strong>arios y evaluados sean asistidos en <strong>su</strong> comprensión de los<br />

re<strong>su</strong>ltados y en las acciones consiguientes.<br />

PREGUNTAS<br />

53. ¿Está previsto revisar y analizar con el evaluando los<br />

puntos fuertes y débiles de <strong>su</strong> desempeño y brindarle<br />

<strong>su</strong>gerencias para mejorarlo?<br />

54. ¿Está previsto establecer un plan preciso y calendariado<br />

para la mejora de los puntos débiles <strong>del</strong> desempeño <strong>del</strong><br />

evaluando?<br />

55. ¿Está prevista la participación activa <strong>del</strong> evaluando en la<br />

concepción <strong>del</strong> plan para <strong>su</strong> crecimiento profesional que le<br />

permita reforzar los puntos fuertes de <strong>su</strong> desempeño y<br />

mejorar los puntos débiles?<br />

56. ¿Está previsto realizar entrevistas de seguimiento de la<br />

<strong>evaluación</strong> con el evaluando y registrar por escrito <strong>su</strong>s<br />

re<strong>su</strong>ltados?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

141


ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V1: PROCEDIMIENTOS PRÁCTICOS<br />

V-1: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal deberían ser<br />

planificados y dirigidos de manera ue produzcan la información<br />

necesaria al tiempo que reducen al mínimo la desorganización y el<br />

costo.<br />

PREGUNTAS<br />

57. ¿Está previsto evitar o eliminar la duplicidad de<br />

información que ya existe?<br />

58. ¿Están previstas sesiones de orientación periódicas para<br />

ayudar a los educadores a comprender los fines y los<br />

procedimientos <strong>del</strong> sistema de <strong>evaluación</strong>?<br />

59. ¿Está previsto estimular al profesorado a <strong>su</strong>gerir formas<br />

en las que los procedimientos de <strong>evaluación</strong> puedan hacerse<br />

más útiles?<br />

60. ¿Está previsto limitar la recogida de la información que<br />

re<strong>su</strong>lta relevante a los fines de la <strong>evaluación</strong>?<br />

ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V2: VIABILIDAD POLÍTICA<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

V-2: El sistema de <strong>evaluación</strong> de personal debería ser desarrollado y<br />

<strong>su</strong>pervisado de forma colaborativa de manera que todas las partes se<br />

impliquen constructivamente en que l sistema funcione.<br />

PREGUNTAS<br />

61. ¿Está previsto que el Consejo de Dirección de la escuela<br />

decida qué a<strong>su</strong>ntos específicos sea los que definitivamente<br />

se evaluarán?<br />

62. ¿Está previsto que una comisión decidida por el Consejo<br />

de Dirección revise y proponga anualmente los cambios que<br />

deben producirse en los procedimientos y a<strong>su</strong>ntos que han<br />

de evaluarse?<br />

63. ¿Está previsto que el Consejo de Dirección llegue a<br />

acuerdo con el claustro en relación con los a<strong>su</strong>ntos a evaluar<br />

en el año escolar y los procedimientos que se utilizarán?<br />

ESTÁNDAR DE VIABILIDAD V3: VIABILIDAD FISCAL<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

V-3: Se deberían proporcionar el tiempo y recursos adecuados para<br />

las actividades de personal para que los planes de <strong>evaluación</strong> puedan<br />

ser aplicados eficaces y eficientemente.<br />

142


PREGUNTAS<br />

64. ¿Se dispone de los recursos necesarios para la ejecución<br />

de los diferentes procedimientos para la <strong>evaluación</strong> cuya<br />

aplicación está prevista?<br />

65. ¿Está previsto invertir un mínimo de tiempo y de<br />

procedimientos para obtener la información necesaria para la<br />

<strong>evaluación</strong>?<br />

66. ¿Está previsto <strong>su</strong>pervisar la eficacia y eficiencia <strong>del</strong><br />

sistema (<strong>evaluación</strong> de la <strong>evaluación</strong>)?<br />

67. ¿Está prevista la búsqueda continua de nuevas ideas<br />

para elevar al mayor nivel posible la eficacia <strong>del</strong> sistema de<br />

<strong>evaluación</strong>?<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.1: PAPEL DEFINIDO<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

Pr.-1: El papel, las responsabilidades, los objetivos de actuación y las<br />

cualificaciones <strong>del</strong> evaluado deberían estar claramente definidas para<br />

que el evaluador pueda determinar datos de <strong>evaluación</strong> válidos.<br />

PREGUNTAS<br />

68. ¿Existen descripciones claras de las funciones y tareas<br />

educativas de los docentes que sirven de patrón para la<br />

<strong>evaluación</strong>?<br />

69. ¿Está previsto evaluar otras responsabilidades que no<br />

son directamente las educativas como pueden ser hábitos de<br />

trabajo, colaboración con los compañeros, etc.?<br />

70. ¿Los docentes están informados de los niveles de<br />

actuación de ellos que se consideran aceptables?<br />

71. ¿Está prevista la revisión periódica de los criterios de<br />

<strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> desempeño de los docentes y la descripción<br />

de <strong>su</strong>s funciones?<br />

72. ¿Está previsto requerir la aptitud de los evaluados para<br />

conocer permanentemente el grado de conocimientos de <strong>su</strong>s<br />

alumnos?<br />

73. ¿Está previsto determinar el nivel de implicación de los<br />

evaluados en actividades o espacios para la reflexión<br />

colectiva y la coordinación de influencias educativas entre<br />

docentes?<br />

74. ¿Está previsto evaluar si los alumnos reciben un trato<br />

justo por los profesores?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.2: AMBIENTE DE TRABAJO<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

Pr.-2: El contexto en el que trabaja el evaluado debería ser<br />

identificado, descrito y registrado de manera que las influencias<br />

143


ambientales y los límites a <strong>su</strong> actuación puedan ser tenidos en cuenta<br />

en la <strong>evaluación</strong>.<br />

PREGUNTAS<br />

75. ¿Está previsto tener en cuenta y registrar la disponibilidad<br />

e idoneidad de las instalaciones escolares y materiales<br />

docentes?<br />

76. ¿Está previsto registrar y tener en cuenta las condiciones<br />

de otros espacios donde se desempeña el docente en alguna<br />

otra forma de organizar el proceso docente educativo?<br />

77. ¿Está previsto registrar y tener en cuenta las<br />

características <strong>del</strong> alumnado que puedan afectar la actuación<br />

<strong>del</strong> profesorado?<br />

78. ¿Está previsto tener en cuenta el tipo de escuela y nivel<br />

de educación, <strong>su</strong> régimen (interno o externo) y otras<br />

características que pueden determinar que las condiciones<br />

laborales <strong>del</strong> docente sean menos favorables?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.3: DOCUMENTACIÓN DE PROCEDIMIENTOS<br />

Pr.-3: Los procedimientos de <strong>evaluación</strong> aplicados deben ser<br />

documentados para que el evaluado y otros u<strong>su</strong>arios puedan evaluar<br />

los procedimientos reales, en relación con los pretendidos.<br />

PREGUNTAS<br />

79. ¿Está previsto que los procedimientos de <strong>evaluación</strong> que<br />

se van a utilizar sean aprobados en el Consejo de Dirección<br />

de la escuela?<br />

80. ¿Está previsto registrar las evaluaciones basándose en<br />

criterios de <strong>evaluación</strong> establecidos?<br />

81. ¿Está previsto incluir todas las fuentes de datos de<br />

<strong>evaluación</strong> en los certificados de <strong>evaluación</strong>?<br />

82. ¿Está previsto mantener registros escritos de los<br />

re<strong>su</strong>ltados de las entrevistas individuales con los evaluados<br />

cuando se le da a conocer <strong>su</strong> certificado de <strong>evaluación</strong>?<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.4: MEDICIÓN VÁLIDA<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

Pr.-4: Los procedimientos de medición deberían ser elegidos o<br />

desarrollados sobre la base <strong>del</strong> papel descrito y el uso pretendido<br />

para que las inferencias relacionadas con el evaluado sean válidas y<br />

precisas.<br />

144


PREGUNTAS<br />

83. ¿Está previsto recoger información de <strong>evaluación</strong> de una<br />

variedad de fuentes?<br />

84. ¿Está previsto asegurar que las fuentes de información<br />

de <strong>evaluación</strong> utilizadas se correspondan con los fines <strong>del</strong><br />

sistema?<br />

85. ¿Está previsto implicar a los docentes, padres y alumnos<br />

en la determinación de la idoneidad de los fines, criterios,<br />

procesos e instrumentos utilizados en la <strong>evaluación</strong>?<br />

86. ¿Está previsto limitar la <strong>evaluación</strong> a la valoración de los<br />

criterios e indicadores previstos y acordados?<br />

87. ¿Está previsto explicitar y describir claramente y con<br />

precisión los datos en los que se basa la <strong>evaluación</strong>?<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.5: MEDICIÓN FIABLE<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

Pr.-5: Los procedimientos de medición deberían ser elegidos o<br />

desarrollados para que garanticen la fiabilidad, de manera que la<br />

información obtenida proporcione información consistente sobre la<br />

actuación <strong>del</strong> evaluado.<br />

PREGUNTAS<br />

88. ¿Está previsto formar a los evaluadores en el uso de los<br />

instrumentos y procedimientos que se pretenden emplear en<br />

la <strong>evaluación</strong>?<br />

89. ¿Está previsto probar la consistencia de los<br />

procedimientos entre todos los evaluadores y realizar los<br />

cambios indicados por los re<strong>su</strong>ltados?<br />

90. ¿Están previstas pruebas pilotos de cambios en los<br />

procedimientos e instrumentos antes de <strong>su</strong> aplicación<br />

completa para garantizar <strong>su</strong> consistencia?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.6: CONTROL SISTEMÁTICO DE LOS DATOS<br />

Pr.- 6: La información utilizada en la <strong>evaluación</strong> debería guardarse en<br />

lugar seguro y debería ser procesada y mantenida cuidadosamente<br />

con el fin de asegurar que los datos mantenidos y analizados son los<br />

mismos que los datos recogidos.<br />

PREGUNTAS<br />

91. ¿Está previsto guardar la documentación de la <strong>evaluación</strong><br />

en archivos de seguridad?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

145


PREGUNTAS<br />

92. ¿Está previsto desarrollar y mantener un sistema de<br />

archivo adecuado para que la información pueda ser<br />

recuperada de forma fácil y precisa cuando sea necesario?<br />

93. ¿Está previsto asegurar que los documentos tomados de<br />

los lugres de almacenamiento sean devueltos a <strong>su</strong> forma<br />

original?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.7: CONTROL DEL SESGO<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

Pr.-7: El proceso de <strong>evaluación</strong> debería proporcionar salvaguardias<br />

contra el sesgo con el fin de que las cualificaciones o la actuación <strong>del</strong><br />

evaluado sea evaluada adecuadamente.<br />

PREGUNTAS<br />

94. ¿Está previsto que se realicen revisiones rápidas por<br />

terceras personas ante las apelaciones?<br />

95. ¿Está previsto <strong>su</strong>pervisar el proceso de <strong>evaluación</strong> para<br />

que no se centre sobre aspectos de la actuación y<br />

actividades personales irrelevantes con respecto a las<br />

funciones de la <strong>evaluación</strong> identificadas y acordadas?<br />

96. ¿Está previsto que el evaluador y el profesor evaluado<br />

revisen conjuntamente el borrador <strong>del</strong> certificado de<br />

<strong>evaluación</strong>?<br />

97. ¿Está previsto comunicar la información relevante al<br />

evaluado, incluso si entra en conflicto con las conclusiones y<br />

recomendaciones generales?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

ESTÁNDAR DE PRECISIÓN Pr.8: SUPERVISIÓN DE SISTEMAS DE EVALUACIÓN<br />

Pr.-8: El sistema de <strong>evaluación</strong> <strong>del</strong> personal debería ser revisado<br />

periódicamente y sistemáticamente para que se puedan hacer<br />

revisiones sistemáticas.<br />

PREGUNTAS<br />

98. ¿Está previsto revisar políticas, procedimientos e<br />

instrumentos de <strong>evaluación</strong> periódicamente, para determinar<br />

si son todavía adecuados y eficaces?<br />

99. ¿Está previsto comparar los planes de <strong>evaluación</strong> con la<br />

práctica real?<br />

100. ¿Está previsto encuestar al personal para obtener<br />

críticas y recomendaciones relacionadas con las políticas,<br />

procedimientos e instrumentos de <strong>evaluación</strong>?<br />

Se evidencia en<br />

los documentos<br />

normativos<br />

Se evidencia en<br />

la práctica de la<br />

<strong>evaluación</strong><br />

SÍ NO SÍ NO NS<br />

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