Los expertos apuntan que en menos de una década, para el año 2030, el modelo de economía circular y sostenible también será parte vital de la logística y de la distribución de mercancías en el interior de las ciudades, fomentando la reutilización de materiales de forma continuada con el fin de minimizar el consumo de recursos naturales.

Sin embargo, actualmente se estima que tan solo un 13% de los planes de movilidad urbana existentes a nivel nacional establecen soluciones específicas para la distribución urbana de mercancías. Y ello teniendo en cuenta que la logística urbana sostenible tiene un papel relevante, potenciado por el crecimiento generalizado del comercio electrónico y las compras on-line, que también han crecido a consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el covid-19.

En este contexto, ejemplo de sostenibilidad en este sector lo constituye la empresa Citylogin, de distribución urbana de mercancías, que opera en diez grandes ciudades de España, entre ellas Córdoba. No en vano, y como afirman desde esta empresa especializada en micrologística en los centros urbanos, «somos conscientes de la problemática actual de las grandes ciudades en materia de movilidad, contaminación acústica y polución, por lo que estamos comprometidos en ofrecer nuevas soluciones de entrega urbana».

Así, esta empresa no solo se caracteriza por utilizar vehículos de bajas emisiones, sino que ofrece soluciones de logística circular -también llamada logística inversa- para las empresas.

Esta logística facilita no solo la recogida de residuos, haciendo de puente con la gestión posterior que ellos requieran, sino que también se encarga de la recuperación y reciclaje de los mismos, gestionando cuestiones como excesos de inventario, devoluciones de clientes, productos obsoletos o inventarios estacionales. Una forma de gestionar las mercancías llamadas a reutilizarse, reciclarse o repararse, en línea con la filosofía de la economía circular.

Por lo que respecta a la citada utilización de vehículos de bajas emisiones, Citylogin usa vehículos eléctricos, híbridos o impulsados por gas, que disminuyen las emisiones de CO2, óxidos de nitrógeno y partículas respecto a sus homólogos de motores diésel, «además de ayudar a reducir las emisiones acústicas», resaltan desde esta empresa.

Logística urbana | La distribución de pequeñas mercancías es esencial para la marcha de las ciudades. FRANCISCO GONZÁLEZ

No en vano, Córdoba fue hace dos años banco de pruebas para unos nuevos vehículos que utiliza esta empresa que cuentan con una autonomía de 100 kilómetros, 1’4 metros cúbicos de capacidad y hasta 419 kilos de carga admisible. Estos tienen homologación como ciclomotor, por lo que se pueden aparcar en zonas reservadas para motocicletas y aceras permitidas, y se han extendido a otras ciudades en las que opera esta firma.

Más recientemente, esta empresa ha participado hace unos meses en la prueba del primer camión 100% eléctrico desarrollado y fabricado en España, en colaboración con el operador FM Logistic. Este vehículo, de 12 toneladas y 120 kilómetros de autonomía, «amplía el camino hacia una distribución urbana más sostenible», afirman.

Se trata del primer camión eléctrico desarrollado bajo el proyecto europeo CIvitas Eccentric en el que han participado varias entidades públicas y privadas, para probar medidas innovadoras que mejoren la movilidad sostenible en la logística urbana de transporte de mercancías, contribuyendo a lograr una distribución de bajas emisiones en las áreas periféricas y del interior de las ciudades.

Además de este proyecto, y teniendo en cuenta que el hidrógeno se está posicionando como un nuevo vector energético con posibilidades de futuro para la movilidad, desde esta empresa también se trabaja en proyectos de I+D+i que apuestan por el hidrógeno para lograr una distribución de cero emisiones.

Además, y para ayudar a las empresas que utilizan sus servicios a reducir su huella de CO2, asesoran sobre posibles soluciones que permitan disminuir esta huella y/o compensar las emisiones que no se hayan podido evitar.

Todo ello con una metodología que optimiza diversos parámetros como el tipo de vehículos que se utilizan en el transporte, así como las redes, rutas y puntos de distribución y entrega de las mercancías.

En definitiva, un ejemplo de transporte y micrologística urbana más respetuoso con el medio ambiente, y que tiene en cuenta que «el futuro, si no es sostenible, no es futuro», como reza uno de los lemas de esta firma.