Loa
famosa
|
|
Tocando un clarín primero, salga una DAMA a caballo en el Pegaso, que ha de
traer unas alas a los lados, y ella un tocado de plumas altas, y un
manto de velo de plata, bordado de ojos y lenguas, preso en los
hombros.
|
[DAMA 1.ª] |
Yo llego a buena
ocasión, |
|
si no me engaña el
deseo; |
|
los mismos que dijo son |
|
hoy en su templo Febeo, |
|
el gran padre de
Faetón. |
5 |
Aquí dijo
que hallaría, |
|
en las siestas de este
día, |
|
el Sol y Luna de
España: |
|
¡qué gloria los campos
baña! |
|
¡Qué resplandor!
¡Qué alegría! |
10 |
Diome el caballo
Pegaso, |
|
de varias plumas vestido, |
|
que estampa en el aire el
paso, |
|
cuyas alas me han
traído |
|
de las cumbres del Parnaso. |
15 |
Puesto que la
tierra y cielo |
|
puedo penetrar de un vuelo, |
|
porque toda plumas soy, |
|
ciega de mirar estoy |
|
tantos cielos en el suelo. |
20 |
Con haberme
fabricado |
|
¡oh, tú que el cielo
gobiernas, |
|
alto Júpiter sagrado! |
|
Toda de lenguas eternas, |
|
aquí todas me han
faltado. |
25 |
Pues para ver sin
enojos |
|
tan soberanos despojos, |
|
pocas las estrellas son |
|
del esmaltado pavón |
|
a quien Argos dio los ojos. |
30 |
Ya mi
propósito muda |
|
el resplandor de su llama: |
|
de hablar he quedado en duda; |
|
¿quién dijera que la
Fama |
|
jamás estuviera muda? |
35 |
Pero podré
disculparme, |
|
aunque el callar es mudarme |
|
en otra naturaleza; |
|
que sólo vuestra
grandeza |
|
pudo a silencio obligarme. |
40 |
Yo vi a
Alejandro, y hablé |
|
de Alejandro, aunque
señor |
|
de toda la tierra fue, |
|
y a César, cuyo valor |
|
sobre Roma puso el pie. |
45 |
Pero aunque
tantas parecen |
|
mis lenguas, hoy enmudecen |
|
viendo con tanto valor |
|
un Alejandro mayor, |
|
pues dos mundos le obedecen. |
50 |
Yo vi reinas,
cuya historia |
|
osé escribir, y dejar |
|
para siempre a la memoria; |
|
y aquí me viene a
faltar |
|
pluma para tanta gloria. |
55 |
Pero
¡qué desconfianza |
|
hace de quien soy, mudanza! |
|
Hablar quiero; que pues soy |
|
la Fama, obligada estoy |
|
a vuestra eterna alabanza. |
60 |
|
|
|
(Sale por otra parte, tocándose chirimías,
otra DAMA a caballo, con
un tocado de palmas de oro enlazadas, y un manto de plata en los
hombros, bordado de palmas.)
|
DAMA 2.ª |
El sitio lo
manifiesta: |
|
él es, que a la vista
ofrece |
|
tan esmaltada floresta: |
|
no he tardado, pues parece |
|
que dan principio a la fiesta. |
65 |
Todo lo alcanza
el deseo; |
|
retratos del cielo veo |
|
con tan altas majestades, |
|
que pienso que en sus deidades |
|
la turbada vista empleo. |
70 |
Y como su
perfección |
|
apenas la diferencio, |
|
y de igual belleza son, |
|
la lengua han puesto en
silencio, |
|
la vista en admiración. |
75 |
Luego que el
sonoro fin |
|
del animado clarín |
|
de la Fama hirió mi
oído, |
|
vine a este jardín, que ha
sido |
|
ya cielo, que no
jardín. |
80 |
Lejos de las
señas voy: |
|
errar el sitio podía, |
|
¡oh, qué venturosa
soy! |
|
pues a este jardín
venía. |
|
y dentro del cielo estoy. |
85 |
Presumo, deidades
bellas, |
|
que estoy en él, pues por
ellas |
|
es fácil de conocer |
|
que tierra no puede ser |
|
donde hay sol, luna y
estrellas. |
90 |
Aquí se
turbara Apeles |
|
viendo sus luces mayores, |
|
y dejara los pinceles, |
|
aunque le dieran colores |
|
los jazmines y claveles. |
95 |
Aquí
Virgilio dejara |
|
la pluma, en el mundo rara, |
|
pues para miraros sólo, |
|
todos sus rayos Apolo |
|
en medio del cielo para. |
100 |
No es alabaros mi
intento; |
|
que si tanta perfección |
|
fiara a mi entendimiento, |
|
cayera, como Faetón, |
|
al mar de mi atrevimiento. |
105 |
Por eso, claras
estrellas, |
|
angélicas luces bellas, |
|
daré al silencio mis
faltas; |
|
que ofende las cosas altas |
|
quien no sabe encarecellas. |
110 |
Quisiera tener
lugar |
|
desde donde ver pudiera |
|
la fiesta; quiero mirar |
|
el sitio. ¿Quién me
pudiera |
|
mejor de todo informar, |
115 |
que aquella dama
que llama |
|
a su vista mi deseo? |
|
¿Quién sois, generosa
dama? |
|
Aunque las señas que
veo |
|
me dicen que sois la Fama. |
120 |
|
|
|
DAMA 2.ª |
Este día
|
|
llevaréis bien qué
contar. |
|
|
|
DAMA 1.ª |
Lo que no
acierto a mirar, |
|
acertar después
querría |
|
a encarecer y pintar. |
125 |
Vos,
¿quién sois? |
|
|
|
DAMA 1.ª |
¿La Envidia? Pues
¿tan gallarda? |
|
No la pintaron ansí |
|
tantas edades pasadas: |
|
poetas e historiadores. |
130 |
de manera la retratan, |
|
que no hay furia, no hay
arpía |
|
con quien tenga semejanza; |
|
vos disfrazada venís. |
|
|
|
DAMA 2.ª |
El nombre, Fama, os
engaña; |
135 |
que yo no soy esa Envidia |
|
que las historias infaman. |
|
Soy aquella Envidia noble, |
|
que es virtud heroica y santa; |
|
no la que es vicio, que
aquí, |
140 |
como hay tanto sol, no
entrara. |
|
¿No veis lleno mi
vestido |
|
de laureles y de palmas? |
|
Pues por envidia las tengo |
|
en las letras y en las armas. |
145 |
Lloró Alejandro de
envidia |
|
que su padre no dejaba |
|
más tierra que
conquistase, |
|
que fue de excederle causa. |
|
Con envidia de Platón |
150 |
estudió cosas tan raras |
|
Aristóteles, que pudo |
|
merecer más nombre y
fama. |
|
Aquesta Envidia soy yo; |
|
porque si yo no animara |
155 |
los ingenios de los hombres, |
|
las plumas y las espadas, |
|
ni hubiera libros famosos |
|
de tantas ciencias, ni
hallaras, |
|
Fama, a quién dar tus
laureles. |
160 |
|
|
DAMA 1.ª |
Altamente desengañas |
|
la que tu nombre promete; |
|
pero ¿a qué vienes,
qué aguardas |
|
de esta fiesta? |
|
|
DAMA 2.ª |
Quien la emprende,
|
|
a que pretenda me llama, |
165 |
con envidia de otra fiesta, |
|
puesto que ninguna basta |
|
animar a lo imposible |
|
las fuerzas de su esperanza. |
|
Yo le dije que advirtiese |
170 |
que era la empresa tan alta, |
|
que a la misma Envidia noble, |
|
con ser tan noble, desmaya, |
|
y que habiendo precedido |
|
tan rara invención, que
basta |
175 |
a ocupar eternamente |
|
fama por naciones varias, |
|
todo el bronce de tus lenguas, |
|
todo el vuelo de tus alas, |
|
no hallaba camino alguno, |
180 |
porque la desconfianza |
|
es ya mayor que la Envidia. |
|
|
|
DAMA 1.ª |
¿Tú, por quien tantas
hazañas |
|
se han hecho en el mundo,
dices |
|
ahora tales palabras? |
185 |
¿Qué invención
pretende hacer? |
|
|
|
DAMA 2.ª |
Aquella historia que canta |
|
Ovidio, de donde tuvo |
|
principio el Tusón de
España. |
|
|
|
DAMA 1.ª |
¿Es la de Frixo y
Helenia? |
190 |
|
|
DAMA 2.ª |
Esos trujeron al Asia |
|
el vellocino de oro, |
|
a quien Marte puso en guarda, |
|
con dos toros, un
dragón, |
|
por cuya empresa las aguas |
195 |
vieron la primera nave |
|
abrir sus campos de plata. |
|
|
|
|
DAMA 2.ª |
Jasón,
|
|
dando favor a sus armas |
|
los encantos de Medea. |
200 |
|
|
|
|
|
(Venga por lo alto, en una invención, la
POESÍA, vestida de
dama, con un laurel en las manos y en la cabeza.)
|
POESÍA |
Envidia noble,
prosigue: |
|
no tengas temor, que ya |
|
la Fama oyéndole
está, |
|
y tus pensamientos sigue: |
205 |
aunque la
desconfianza |
|
buenos sucesos prometa, |
|
siempre fue cosa discreta |
|
desconfiar con templanza. |
|
|
|
DAMA 2.ª |
Tu opinión
quiero seguir: |
210 |
¿quién eres? |
|
|
POESÍA |
Soy la Poesía,
|
|
que a los Reyes este
día |
|
vengo a alabar y servir. |
|
|
|
DAMA 2.ª |
Vienes a buena
ocasión; |
|
diles lo que yo no puedo. |
215 |
|
|
POESÍA |
A mi pluma tengo miedo: |
|
tan altas deidades son; |
|
pero
llamaré a mi hermana. |
|
|
|
|
|
DAMA 2.ª |
Pues di
|
|
que los alabe por ti, |
220 |
y que lo escriba la Fama. |
|
|
|
|
(Váyanse la ENVIDIA y la FAMA y diga la POESÍA:)
|
|
|
(Responda una voz de adentro cantando.)
|
|
POESÍA |
Tu hermana: soy la
Poesía. |
|
|
|
|
POESÍA |
Loar querría
|
|
las dos estrellas que ves. |
225 |
|
|
MÚSICA |
Vete a tu fiesta, y
verás |
|
cómo celebran las Musas |
|
su valor, pues tú te
excusas. |
|
|
|
|
|
(Vuélvase a subir, y cante la MÚSICA este
villancico.)
|
MÚSICA |
Ya son mundos las almas, |
230 |
de gloria llenas; |
|
que Isabel y Felipe |
|
reinan en ellas. |
|
en los reinos reinan |
|
todos los reyes, |
235 |
en las almas sólo |
|
quien los merece; |
|
pero amor les tienen. |
|
|
|
|
(Salen por el mar HELENIA y FRIXO, sentados un carnero de oro,
diciendo así:)
|
FRIXO |
¡Favor,
Neptuno divino, |
|
si te obliga la inocencia! |
240 |
|
|
HELENIA |
¿Quién ha de hacer
resistencia |
|
al furor de su destino? |
|
|
|
FRIXO |
A tu centro cristalino |
|
lleguen, deidad soberana. |
|
las lágrimas de mi
hermana; |
245 |
pero dejásla llorar |
|
porque enriquezca tu mar |
|
la mayor riqueza humana. |
|
Alza los ojos al
cielo, |
|
hermosa Helenia, si
está |
250 |
el mar tan airado ya, |
|
que se ha convertido en hielo: |
|
obliga el piadoso celo |
|
de las supremas deidades; |
|
que si no las persüades |
255 |
con ver llorar dos estrellas, |
|
temo por sus perlas bellas |
|
mayores adversidades. |
|
|
|
HELENIA |
Este dorado
animal |
|
debéis haber codiciado, |
260 |
ninfas de Neptuno airado, |
|
por el precioso metal: |
|
por los campos de cristal |
|
no sabrá pacer corales |
|
entre ramas desiguales; |
265 |
dejalde, que ya le espera |
|
coronada la ribera |
|
de jacintos orientales. |
|
|
|
FRIXO |
Mientras
más, Helenia, lloras, |
|
más enriqueces el mar, |
270 |
que en conchas, sale a buscar |
|
tus dos divinas auroras: |
|
guarda el valor que atesoras, |
|
hermana querida, en ellas, |
|
que pues con perlas tan bellas |
275 |
permiten que las respondas, |
|
codiciosas son las ondas |
|
y envidiosas las estrellas. |
|
|
|
HELENIA |
Loca de verse
pisar |
|
por donde más se
dilata. |
280 |
encrespa lazos de plata |
|
la superficie del mar; |
|
¡ondas, dejadnos pasar! |
|
|
|
|
HELENIA |
¡Ninfas, piedad, si es
razón! |
285 |
|
|
FRIXO |
El mar sus montes allana; |
|
que aquellos bultos, hermana, |
|
celajes de tierra son. |
|
|
|
HELENIA |
Las nubes celajes
nombras, |
|
pero en el temor consiste; |
290 |
que siempre engañan a un
triste |
|
las esperanzas con sombras. |
|
|
|
FRIXO |
¡Ay, Dios! Con razón
asombras |
|
de la aspereza del mar, |
|
si nos salen a matar |
295 |
sus ninfas. |
|
|
|
HELENIA |
No puede
ser, |
|
porque con tanto placer |
|
a nadie se dio pesar. |
|
|
|
|
(Ábrase un peñasco y salga de él
DORICLEA, ninfa, sentada
en un delfín de plata.)
|
DORICLEA |
En los palacios,
sobre blanda arena, |
300 |
de perlas y corales
fabricados, |
|
al Rey que el proceloso mar
enfrena. |
|
¡oh, hermanos, cuanto
hermosos, desdichados! |
|
Envidiosa propuso una sirena, |
|
y a los marinos dioses
convocados, |
305 |
que os diese el agua eterna
sepultura; |
|
así trata la envidia a la
hermosura. |
|
Ese animal dorado
pretendía |
|
que fuese a su deidad
sacrificado |
|
sobre fuego del ámbar que el
mar cría, |
310 |
por atrevido a su cristal
sagrado: |
|
no se calificó por
osadía, |
|
sino desdicha, haber su campo
arado; |
|
que puesto que hay desdichas
atrevidas, |
|
las perdona el peligro de las
vidas. |
315 |
Varios fueron los
votos; mas venciendo |
|
las ninfas, que a piedad
habéis movido, |
|
tres veces el Tridente
reprimiendo |
|
las voces del Consejo
dividido, |
|
manda que os guíe a la
ribera, haciendo |
320 |
camino este delfín al
atrevido |
|
bello animal, que de su gran
tesoro |
|
bordó las aguas con guedejas
de oro; |
|
y que ninguna
ninfa osada sea |
|
a hurtar sutil de su dorada
lana, |
325 |
hasta que en tierra algunas hebras
vea, |
|
en que ensarte su aljófar la
mañana: |
|
Friso, yo soy la ninfa
Doriclea, |
|
sigue mis pasos con tu bella
hermana; |
|
que ya, como a marítimas
deidades, |
330 |
en la orilla os reciben las
náyades. |
|
|
|
|
(Salen la MÚSICA y las ninfas que puedan,
coronadas de corales y perlas, con velos de plata sobre vestidos
azules, y ramos de coral y perlas en las manos, y FRIXO y HELENIA desciendan del carnero de
oro.)
|
MÚSICA |
A quien el mar
perdona. |
|
recíbale la tierra; |
|
así piadoso el cielo |
|
defiende la inocencia. |
335 |
Náyades de las fuentes, |
|
y de la mar sirenas, |
|
rendid vuestras envidias |
|
a la Idëal belleza. |
|
Cantemos dulces coros, |
340 |
sembrando por la arena |
|
en ramos de corales |
|
los racimos de perlas, |
|
pues lo quieren los dioses, |
|
¡vivan Frixo y Helenia! |
345 |
hermanos perseguidos |
|
de su madrastra fiera. |
|
Y a quien el mar perdona |
|
recíbela la tierra; |
|
así piadoso el cielo |
350 |
defiende la inocencia. |
|
|
|
FRIXO |
Sagradas ninfas
del mar, |
|
tú, hermosa Doriclea, |
|
parto de las claras ondas, |
|
gloria y honor de las selvas; |
355 |
tú, como Venus, nacida |
|
de las espumas que besan, |
|
de las peinadas orillas |
|
la blanca y lustrosa arena, |
|
oíd la historia que
pudo |
360 |
ser por desdichas tragedia, |
|
si faltara la piedad, |
|
atributo a la nobleza: |
|
adonde la blanca aurora |
|
compone la cuna tierna, |
365 |
Fénix de su misma luz, |
|
al sol que renace en ella, |
|
sabio, aunque no venturoso, |
|
el rey Atamante reina, |
|
depuesta la blanca espada |
370 |
de mil gloriosas empresas. |
|
Casóse en sus tiernos
años |
|
con la bellísima Celia, |
|
de quien los dos somos hijos |
|
con desdichadas estrellas. |
375 |
Mi nombre, ninfas, es Frixo, |
|
mi hermana se llama Helenia, |
|
gran sujeto a la Fortuna |
|
para ejercitar sus fuerzas. |
|
Los dos nos criamos juntos |
380 |
hasta que la primavera |
|
de nuestra edad dividió |
|
la vida por la sospecha. |
|
Atamante, con los años, |
|
que todas las cosas truecan, |
385 |
puso el dolor en olvido, |
|
sombra de memorias muertas. |
|
juntó consejeros
sabios, |
|
todos pienso que lo eran, |
|
mas la voluntad de un rey |
390 |
fue siempre la ley primera. |
|
Dijo que quería
casarse, |
|
todos convienen que acierta; |
|
que pretensiones y aumentos |
|
abonan cuanto se yerra. |
395 |
Casóse con Erifile, |
|
más hermosa que
discreta, |
|
aunque era bien entendida, |
|
pero con poca prudencia. |
|
Quísola con pocos
años; |
400 |
que la edad que a muchos
llega, |
|
ama con mayor lealtad |
|
y agradece que le quieran. |
|
Ganóle el alma Erifile |
|
que no es mucho que esto pueda |
405 |
el artificio en los brazos |
|
cuando nieva en las cabezas. |
|
Comenzó a olvidar sus
hijos, |
|
¿quién pensara que
pudiera? |
|
Pero ¿quién no lo
pensara |
410 |
entrando la envidia en ella? |
|
Yo, en la caza divertido, |
|
le presentaba las fieras, |
|
pero nunca con ninguna |
|
pude aplacar su fiereza. |
415 |
Como vi que la cansaba, |
|
seguí animoso la
guerra, |
|
o para que me matasen, |
|
o agradarla con mi ausencia. |
|
Dábame el cielo
victorias |
420 |
como si yo las pidiera; |
|
pero rasgábanle el alma |
|
las cajas y las trompetas. |
|
Cuando vía tremolando |
|
las victoriosas banderas |
425 |
entrar al son de las cajas. |
|
se desmayaba en las rejas. |
|
Mi hermana, por otra parte, |
|
procuraba entretenerla, |
|
ya con labores que
hacía, |
430 |
ya con inventarle fiestas. |
|
Llegó a su extremo la
envidia, |
|
creció con lo que otros
menguan, |
|
porque, al revés de otros
vicios, |
|
con buenas obras se aumenta. |
435 |
En fin, supo hacer de modo |
|
que, de mi padre en la
ausencia, |
|
nos mandó echar en el
mar |
|
en un arca sin cubierta. |
|
Al retirarse las ondas |
440 |
de las opuestas riberas, |
|
obedientes al imperio |
|
que puso la luna en ellas, |
|
vimos el golfo cantando |
|
tan lastimosas endechas, |
445 |
que gimieron los delfines |
|
y lloraron las sirenas. |
|
Mil veces vimos el arca |
|
de las estrellas tan cerca, |
|
que a poderse desclavar, |
450 |
alcanzáramos estrellas; |
|
y mil veces al abismo |
|
descender con tal violencia, |
|
que nos pareció que ya |
|
pasaba de las arenas, |
455 |
cual suelen de los pintados |
|
arcos, para que desciendan |
|
con la violencia que suelen, |
|
los indios tirar las flechas. |
|
En medio de estas desdichas, |
460 |
sobre las ondas se muestra, |
|
en un sepulcro de espumas, |
|
sombra nuestra madre Celia. |
|
«Hijos, nos dice
llorando, |
|
¿adónde a morir os
lleva |
465 |
la envidia de una
madrastra?» |
|
Lloramos juntos con ella, |
|
y ella, a Júpiter
moviendo, |
|
de quien tuvo descendencia |
|
su sangre, miró piadosa |
470 |
las márgenes de la
tierra, |
|
de donde aqueste animal |
|
rompe las ondas soberbias, |
|
y para fe del milagro |
|
doradas las rubias hebras. |
475 |
Subimos en él los dos, |
|
y aunque a costa de perderlas, |
|
por altas montañas de
agua |
|
hallamos sendas estrechas. |
|
Pero como por envidia |
480 |
salimos de nuestra tierra, |
|
también quiso airada el
agua |
|
que muriéramos en ella; |
|
hasta que con tu favor, |
|
bellísima Doriclea, |
485 |
pisamos los verdes campos |
|
destas enramadas selvas. |
|
Contra quien ayuda Dios, |
|
cánsase la envidia
necia; |
|
que cuando hubiera fortuna, |
490 |
Dios gobernará su
rueda. |
|
|
|
DORICLEA |
¿A
quién, con vuestros cuidados, |
|
príncipes, no les
daréis, |
|
si inocentes padecéis, |
|
y hermosos sois envidiados? |
495 |
Pero vivid confiados |
|
de que saldréis con
victoria; |
|
que el cielo tiene memoria |
|
de que estáis en tierra
ajena, |
|
y que ha de ser vuestra pena |
500 |
para más descanso y
gloria. |
|
Donde la vista
termina |
|
deste horizonte la cumbre, |
|
su dorada pesadumbre, |
|
que con las nubes confina, |
505 |
consagrado a la divina |
|
deidad de Marte, levanta |
|
un templo, por cuya planta |
|
los délficos
diferencio, |
|
donde en respeto y silencio |
510 |
veneran su imagen santa. |
|
Aquí
nereidas hermosas, |
|
conduciréis a los dos, |
|
porque el armígero
dios, |
|
en sus aras belicosas, |
515 |
lleno de purpúreas
rosas, |
|
ofrezcan este animal, |
|
preciosa víctima igual |
|
a su divino decoro, |
|
pues al estrellado Toro |
520 |
vence la luz celestial; |
|
que yo vuelvo en mi
delfín |
|
a los centros del Nereo, |
|
porque ya el vario Proteo |
|
toca el sonoro clarín: |
525 |
tendrán vuestros males
fin |
|
con este holocausto santo; |
|
y luego que en negro manto |
|
suba el humo al quinto cielo, |
|
bajará vuestro
consuelo, |
530 |
y cesará vuestro
llanto. |
|
|
|
|
(Mientras van las ninfas guiando al carnero de oro, que
irá sobre sus ruedas, vuelva a cantar la MÚSICA:)
|
[MÚSICA] |
Apacibles
prados, |
|
creced las hierbas; |
|
que ganado de oro |
|
pasa por ellas. |
535 |
|
|
|
(Aquí suenan trompetas y cajas, tiros, arcabuces y
fuegos, y se abra el templo del dios MARTE, donde, sobre otras tantas
columnas, se vean nueve retratos de los nueve de la FAMA, y en la décima el
emperador Carlos V, a caballo, entre diversas armas y despojos, que
por todo el templo estén pendientes de velos de plata y
lazos de colores; MARTE en
medio, armado, con plumas, lanza y rodela.)
|
FRIXO |
Sacro armipotente
Marte, |
|
Dios de las batallas fuerte, |
|
que de no temer la muerte |
|
sangriento enseñas el
arte; |
|
si tuve en tus glorias parte |
540 |
por tantas victorias claras, |
|
recibe, pues siempre amparas |
|
a los que tu amor merecen, |
|
los que esta víctima
ofrecen |
|
a los jaspes de tus aras. |
545 |
Dos desterrados
hermanos, |
|
de ajena ofensa inocentes, |
|
tienes a tus pies presentes, |
|
favor pidiendo a tus manos; |
|
así los brazos humanos |
550 |
veas de tu blanca diosa |
|
en tu esfera luminosa, |
|
sin que el sol, que en medio
vive, |
|
de tanta gloria te prive, |
|
lleno de envidia celosa; |
555 |
y así
Vulcano, jamás |
|
forme red, del cielo risa, |
|
a quien de tu amor avisa |
|
por los celos que le das; |
|
y así no te cuente
más |
560 |
de Adonis, Venus, la historia, |
|
ni despierte la memoria |
|
el lirio azul de su amor; |
|
pues dar a un triste favor, |
|
aun es en los hombres, gloria. |
565 |
|
|
MARTE |
Hijos del noble
Rey del claro Oriente |
|
felicísima sangre de
Atamante, |
|
a quien la envidia trujo el mal
presente |
|
y envidia de mujer siempre
arrogante; |
|
el cielo os mira ya
piadosamente; |
570 |
ningún temor vuestra
inocencia espante, |
|
que presto volveréis al
patrio suelo; |
|
así lo dice ya
présago el cielo. |
|
El templo adonde
estáis os asegura |
|
de todo cuanto la Fortuna
intenta; |
575 |
así la ofrenda recibir
procura |
|
quien la estrellada máquina
sustenta; |
|
la Fama, que al igual del tiempo
dura, |
|
de los preceptos del olvido
exenta, |
|
aquí tiene su centro,
aquí reside, |
580 |
aquí favor para las letras
pide. |
|
Aquél de
la celada que remata |
|
un sol entre suspensos
paralelos, |
|
al valeroso Josué
retrata, |
|
que le detuvo, y admiró los
cielos: |
585 |
aquél del peto de luciente
plata, |
|
que el manto cubre de listados
velos, |
|
es el pastor que derribó el
Gigante |
|
a los cercos del
cáñamo tronante; |
|
aquél de
la casaca azul celeste, |
590 |
es el gran defensor de los
hebreos, |
|
a quien la Fama eternos siglos
preste |
|
bronce inmortal, elogios y
trofeos; |
|
éste de la encarnada
sobreveste, |
|
que con presteza igual a sus
deseos |
595 |
bebió de polo a polo el mar
profundo, |
|
es Alejandro, vencedor del
mundo; |
|
Héctor,
aquél del morrión dorado, |
|
invicto, aunque en el griego
desafío, |
|
entre la roja púrpura
bañado, |
600 |
aró la arena del troyano
río; |
|
éstos que no han nacido,
aunque han llegado |
|
por el valor futuro al templo
mío |
|
Júpiter manda que su imagen
sea |
|
copiada aquí de su divina
idea; |
605 |
aquél, es
César, ínclito romano, |
|
que ha de obrar y escribir tantas
historias; |
|
éste es Carlos,
francés, llamado el Mano |
|
coronado de palmas y
victorias; |
|
aquél, Arturo, el
ínclito britano, |
610 |
y éste Bernardo, que a
mayores glorias |
|
llegara si le viera edad
alguna |
|
con menos sangre o con mejor
fortuna. |
|
Décimo
destos que la Fama nombra, |
|
manda poner sobre esta basa y
plinto, |
615 |
con la ferocidad que al Cita
asombra, |
|
al Marte de la tierra, a Carlos
quinto; |
|
la reina de las aves hará
sombra |
|
de suerte a España en
término sucinto, |
|
que dando envidia a las
demás naciones |
620 |
penetren los dos polos sus
pendones. |
|
El vellocino que
hoy me sacrificas, |
|
de tanto honor le haré que
ilustre el pecho |
|
de los reyes de España,
entre las ricas |
|
piedras que el fuego
esmaltarán deshecho; |
625 |
mira a qué cielo su valor
aplicas, |
|
después de estar de treinta
estrellas hecho, |
|
cuando le bañe el sol en su
alta esfera, |
|
al paso de la verde primavera. |
|
La venturosa edad
que está esperando |
630 |
dorado el siglo de mayor
tesoro, |
|
de tres Filipos le verá
adornando |
|
el católico pecho entre
aspas de oro: |
|
yo, en tanto, a un árbol le
pondré, formando |
|
para custodia de mayor decoro, |
635 |
dos toros y un dragón,
linces de fuego, |
|
a cuyas armas su riqueza
entrego. |
|
Y ojalá
que llegara a la dichosa |
|
del gran Felipe cuarto el
vellocino; |
|
que destos animales la
espantosa |
640 |
furia domara su valor divino; |
|
que del bridón rigiendo la
espumosa |
|
boca, y vibrando el temple
diamantino, |
|
los deshiciera con valor
profundo, |
|
que en años diez y siete
asombra el mundo. |
645 |
No me permite
Júpiter que cuente |
|
los grandes hechos deste gran
Monarca |
|
mas que le ponga en el lugar
decente |
|
que libra del olvido y de la
parca. |
|
Tú, Frixo, en tanto, de tu
patria ausente, |
650 |
con tosca piel y con grosera
abarca, |
|
vive estos montes con tu hermana
bella; |
|
que aun tiene rayos tu enemiga
estrella. |
|
|
|
|
(Ciérrese el templo, y salga, después de
haberse tocado las trompetas, el príncipe FINEO en hábito de caza, con un
venablo.)
|
FINEO |
Monte que al
cielo subes, |
|
cuyos ásperos riscos |
655 |
apenas retratar el mar se
atreve, |
|
penetrando las nubes |
|
tus altos obeliscos, |
|
ya vestidos de hierba, ya de
nieve, |
|
por donde el paso mueve, |
660 |
la fiera más hermosa |
|
que a vuestros valles pasa, |
|
la nieve que me abrasa, |
|
la hermosa imagen de jazmín
y rosa, |
|
la bella ninfa altiva, |
665 |
más que vuestros arroyos
fugitiva. |
|
|
|
|
(Sale MEDEA en
hábito de caza por otra parte, con arco y
flechas.)
|
MEDEA |
Montes que en
aspereza |
|
de peñas elevadas, |
|
silvestres fieras, bárbaros
pastores, |
|
excedéis la fiereza |
670 |
y selvas encantadas |
|
de Arcadia, faltos de aves y de
flores, |
|
por no escuchar amores, |
|
por no entender suspiros, |
|
a vuestras soledades |
675 |
ofrezco libertades, |
|
al viento voces y a las fieras
tiros; |
|
que quien de amor se ofende, |
|
huyendo de quien ama se
defiende. |
|
|
|
FINEO |
Amor, duro
castigo |
680 |
de nuestros pensamientos, |
|
que a tantas humildades nos
obligas; |
|
pacífico enemigo, |
|
que los entendimientos |
|
dulce enloqueces, y áspero
fatigas; |
685 |
así jamás
persigas |
|
a quien no te merece, |
|
pues tu poder ignora |
|
quien mata a quien le adora, |
|
que me digas, amor,
¿cómo padece |
690 |
tus penas sin mudanza |
|
quien no supo jamás
qué es esperanza? |
|
|
|
MEDEA |
Desdén que
me defiendes |
|
de los atrevimientos |
|
en que suelen caer las
voluntades, |
695 |
y victorioso emprendes |
|
con altos pensamientos |
|
castigar las ajenas
libertades; |
|
pues tú me persuades |
|
que amor es todo
engaños, |
700 |
prosigue en tus extremos; |
|
juntos los dos pasemos |
|
la verde primavera de mis
años; |
|
que es insufrible pena |
|
querer vivir por voluntad
ajena. |
705 |
|
|
FINEO |
Bellísima
homicida |
|
del alma que desdeñas, |
|
dulce cuidado generoso
mío, |
|
que me cuestas la vida, |
|
¿en cuál de aquestas
peñas |
710 |
tu retrato verá mi
desvarío? |
|
Pues vengarme confía |
|
en los piadosos cielos |
|
de tu cruel belleza; |
|
que por ser tu aspereza |
715 |
sujeta un hora, aunque me maten
celos, |
|
quiero pedir que quieras, |
|
y morirme de amor porque tú
mueras. |
|
|
|
MEDEA |
Aborrecido
amante, |
|
que conquistas en vano |
720 |
el hielo de mi pecho,
¿cómo emprendes |
|
deshacer un diamante, |
|
pues ya como tirano |
|
la dulce libertad del alma
ofendes? |
|
Imposibles pretendes, |
725 |
los rayos del sol miras, |
|
siembras en el arena, |
|
pues mientras con más
pena |
|
loco de amor por mi desdén
suspiras, |
|
con más libre deseo |
730 |
mi libertad en tu desprecio
empleo. |
|
|
|
FINEO |
¡Ay, dulce
imaginación, |
|
poderosa a hacer efeto! |
|
¡Ay, imposible sujeto |
|
de mi loca pretensión! |
735 |
¡Ay, sombra
del pensamiento! |
|
Mas, pues no puede abrasar |
|
la sombra, os haré
pensar |
|
que es verdad mi atrevimiento. |
|
Llegad,
corazón turbado, |
740 |
y tanta dicha gozad; |
|
que alguna vez es verdad |
|
lo que piensa un desdichado. |
|
Si pudieran
esconderme |
|
de tu luz tantos enojos, |
745 |
te conocieran mis ojos |
|
en que te pesa de verme. |
|
Yo sé que
no me ha engañado, |
|
prima, el pensamiento
mío, |
|
pues que me muestras
desvío |
750 |
aun antes de haberme hablado. |
|
Excusas palabras
breves |
|
por mostrar largos enojos, |
|
pues remites a los ojos |
|
la respuesta que me debes. |
755 |
Tú no vas
a matar fieras, |
|
porque, si fueras, sospecho |
|
que a la crueldad de tu pecho |
|
volver el arco pudieras. |
|
Irás a
matarme a mí: |
760 |
¡ojalá lo fuera
yo, |
|
no para matarme, no, |
|
para no esperarte, sí! |
|
Yo espero; tira,
procura |
|
mi muerte, si ya la esperas, |
765 |
porque solamente fieras |
|
huyeran de tu hermosura. |
|
Que puesto que me
aborreces, |
|
podré tener por favor |
|
matarme amor, que al amar |
770 |
en arco y flechas pareces. |
|
|
|
MEDEA |
Gallardo primo
Fineo, |
|
pésame de verte triste, |
|
si tu tristeza consiste |
|
en tu amoroso deseo. |
775 |
Tanta
desesperación |
|
es indigna de hombre sabio, |
|
ni querer formar agravio |
|
que no se funde en
razón. |
|
No sé yo
que esté obligada |
780 |
a amar una dama a quien |
|
dice que la quiere bien; |
|
porque no ha de amar forzada. |
|
Voluntad que no
responde |
|
a quien muestra voluntad, |
785 |
a mayor dificultad |
|
que la de amor corresponde. |
|
Es
definición de amor |
|
correspondencia de estrellas; |
|
que donde no quieren ellas, |
790 |
pierden servicios valor. |
|
Fuera destos, en
cortesía |
|
te estima mi voluntad. |
|
|
|
FINEO |
Agradezco tu piedad, |
|
ingrata enemiga mía; |
795 |
porque es tenerla
de mí |
|
el darte prisa a matarme; |
|
que deberte el
engañarme. |
|
fuera más crueldad en
ti. |
|
El Rey, tu padre,
Medea, |
800 |
desde la muerte de Albano, |
|
mi amado padre y su hermano, |
|
mi aumento y vida desea. |
|
Él me ha
criado: ¡ay de mí! |
|
que de criarme contigo |
805 |
nació este amor, mi
enemigo, |
|
pues que nunca nace en ti. |
|
¡Caso
extraño que se aumente |
|
amor sin amor! Pues mira |
|
no llegue de amor la ira |
810 |
a que la venganza intente. |
|
Que podrá
ser que algún día |
|
te arrepientas de mis
daños |
|
vencida de otros
engaños, |
|
ya que no de mi porfía. |
815 |
Falten las luces
serenas |
|
de tus estrellas crueles, |
|
para tu boca claveles, |
|
para tu frente azucenas. |
|
Eclipse la nieve
pura |
820 |
su divino resplandor. |
|
porque el tiempo es el mayor |
|
contrario de la hermosura. |
|
Y entonces, amor
lo quiera, |
|
que no te aborrezca, no, |
825 |
pero que me vengue yo |
|
de tu hermosura siquiera. |
|
|
|
MEDEA |
Fineo, yo escucho mal |
|
a quien habla en querer bien. |
|
|
|
FINEO |
Detente, hermoso
desdén. |
830 |
para mí muerte
inmortal; |
|
que aunque el
respeto perdone, |
|
amor licencia me da. |
|
|
|
MEDEA |
Mira, Fineo, que ya |
|
parece que el sol se pone. |
835 |
¿No lo ves
en su arrebol? |
|
|
|
FINEO |
Detén las plantas
crueles |
|
porque no haya dos laureles, |
|
pues no hay más de un solo
sol. |
|
Ama un hombre que
te adora |
840 |
a ejemplo de cuanto vive, |
|
que vida de amor recibe, |
|
y por vivir se enamora. |
|
No viene la
primavera |
|
con verdes pasos al prado, |
845 |
cuando de amor esmaltado, |
|
de sus flores fruto espera. |
|
Apenas las libres
aves |
|
ven la risa de la aurora, |
|
cuando amor las enamora |
850 |
y enseña amores suaves, |
|
las palomas se
requiebran |
|
y las tórtolas se
casan: |
|
hasta las aguas que pasan, |
|
en las pizarras se quiebran; |
855 |
que amor junta
hasta las piedras, |
|
y en los árboles de
Alcides |
|
suben las fértiles
vides, |
|
y por los muros las yedras. |
|
Deja un
león el rigor, |
860 |
brama por su amada ausente; |
|
no hay sirena en mar, ni en
fuente |
|
ninfa, que no tenga amor. |
|
No hay pez en el
mar profundo |
|
que no tenga sentimiento: |
865 |
amor es un elemento |
|
en que se conserva el mundo. |
|
Pues ¿sola
no ha de querer |
|
obedecer tu belleza |
|
la ley de naturaleza? |
870 |
¿Eres montaña o
mujer? |
|
|
|
MEDEA |
Mientras
más me persuades. |
|
más me enojas; primo,
adiós; |
|
que de estar solos los dos |
|
murmuran las soledades. |
875 |
En palacio me
dirás |
|
lo que no te escucho
aquí. |
|
|
|
|
|
|
MEDEA |
En fin,
¿esperanza es ya? |
880 |
|
|
FINEO |
Ni dice el alma que es mucha, |
|
porque quien sola no escucha, |
|
acompañada
¿qué hará? |
|
Dame un
favor. |
|
|
|
FINEO |
Una flor; que si la alcanza, |
885 |
será en mi alma
esperanza |
|
lo que en tu cabello es flor. |
|
|
|
MEDEA |
Hartas, primo,
tiene el prado; |
|
cógelas, y adiós, que
suena |
|
gente. |
(Vase.)
|
|
|
FINEO |
Detente, sirena
|
890 |
del mar de mi amor turbado. |
|
Detente; tenedla, cielos; |
|
creced en forma de
ríos, |
|
agua os dan los ojos
míos; |
|
poneos delante, arroyuelos. |
895 |
Zarzas, en besar
dichosas |
|
sus pies, detened sus pies; |
|
pero si es Venus,
después |
|
volveréis a tener
rosas. |
|
Detened su
ligereza, |
900 |
peñas; pero no
querréis, |
|
por lo que della
tenéis, |
|
que aunque no es sangre, es
dureza. |
|
¡Ay de mi
corta ventura, |
|
que de mis méritos no; |
905 |
que el cielo nos igualó |
|
en lo que no es hermosura! |
|
¿Cómo es posible culparme |
|
de ser tan indigno? Hoy muero; |
|
en vuestros cristales quiero |
910 |
¡oh, puras fuentes!
mirarme. |
|
No soy el loco
Narciso; |
|
pero ¿cómo me
aborrece |
|
Medea, si aquí parece |
|
que naturaleza quiso |
915 |
favorecerme en no
ser |
|
tan desigual a Medea? |
|
¡Cielos, mi muerte
desea! |
|
Amar es obedecer. |
|
Yo me quiero dar
la muerte; |
920 |
vengaréme de mi amor, |
|
y della, si su rigor |
|
de tanta crueldad le advierte. |
|
Vuelve, Medea, a
mirarme |
|
morir, no a verme querer, |
925 |
pues no quisiste volver |
|
a darme vida y matarme. |
|
Mas echarme
quiero en ti; |
|
ondas, abrid vuestro centro: |
|
voces oigo; si son dentro, |
930 |
deben de salir por mí. |
|
|
|
|
(Dentro digan JASÓN y TESEO:)
|
JASÓN |
Tierra, y tierra
deseada. |
|
|
|
|
|
FINEO |
Parece gente de guerra: |
|
pero la vista,
engañada, |
935 |
no conoce que en
el mar |
|
es imposible haber gente, |
|
porque el húmedo
Tridente |
|
no se ha dejado pisar. |
|
Gente viene.
¡Hola, pastor, |
940 |
que habitas estas
cabañas, |
|
que de neas y espadañas |
|
compone tosca labor! |
|
¿Sabes de
qué se ha causado |
|
en la mar este rüido? |
945 |
|
|
|
(Sale FRIXO en
traje de pastor.)
|
FRIXO |
Señor, yo estaba
dormido |
|
en las sombras deste prado, |
|
cuando el confuso
alboroto |
|
del agua me despertó, |
|
y vi que el ganado huyó |
950 |
desde su ribera al soto. |
|
Dila silbos,
rasgué el viento |
|
con la honda, y a la fe, |
|
que ignorante le llamé |
|
de tan extraño
portento; |
955 |
que volviendo, al
mar los ojos, |
|
vi por sus campañas
rasas |
|
unas portátiles casas |
|
llenas de varios despojos, |
|
con más
cuerdas que se mira |
960 |
un instrumento ordenado, |
|
y asiento un lienzo pintado |
|
decir: «Bota, amaina y
vira», |
|
gente que dentro
se esconde: |
|
en fin, el furor del viento |
965 |
con seguro movimiento |
|
templadamente responde; |
|
que cortando las
espumas |
|
que forma el azul cristal, |
|
entre los campos de sal |
970 |
parece flecha con plumas. |
|
Al principio
imaginé |
|
que fuese ballena o foca, |
|
isla movediza o roca; |
|
pero engañado
quedé, |
975 |
que dejando la
mar fiera, |
|
de la alta casa trasladan, |
|
en tablas que asidas nadan, |
|
a la mojada ribera |
|
cajas, armas,
gente fuerte, |
980 |
galas, espadas y lanzas. |
|
|
|
FINEO |
Tened paciencia, esperanzas, |
|
que hay mayor mal que la
muerte. |
|
Guerra es
ésta; no es razón |
|
que no ayudéis a Medea, |
985 |
puesto que ingrata desea |
|
vuestra injusta
perdición. |
|
Pastor, si
galán pastor |
|
lo puede ser deste valle, |
|
de tu discreción y
talle |
990 |
me prometo igual valor. |
|
Vente a la corte
conmigo. |
|
|
|
FRIXO |
Señor, tengo aquí una
hermana, |
|
y no es para cortesana. |
|
|
|
FINEO |
¿Por qué si viene
contigo? |
995 |
Que yo, no puedo
creer |
|
que digna de estar no sea |
|
con la divina Medea, |
|
ángel, peñasco y
mujer; |
|
pues es forzoso que a ti |
1000 |
se parezca. |
|
|
FRIXO |
Pues allá,
|
|
si ella con la Reina
está, |
|
¿qué pensáis
hacer de mí? |
|
|
|
FINEO |
¿Tú
no serás jardinero |
|
del Rey mi tío? |
|
|
FRIXO |
Sí, a fe,
|
1005 |
porque es oficio que
sé. |
|
|
|
FINEO |
Llevarte a la corte quiero. |
|
|
|
FRIXO |
Estoy diestro en
saber bien |
|
lo que las flores requieren, |
|
unas que poca agua quieren. |
1010 |
y otras que mucha
también. |
|
Los claveles,
azucenas, |
|
clavellinas, carmesíes, |
|
anémonas,
alelíes, |
|
lirios de moradas venas; |
1015 |
rosas, mayas,
valerianas, |
|
manutistas y mosquetas, |
|
tornasoles y violetas, |
|
narcisos y mejicanas; |
|
de artemisas y
jacintos, |
1020 |
campanillas, cidronelas, |
|
junquillos y pimpinelas |
|
entre verdes laberintos, |
|
haré un
jardín tan perfeto, |
|
que pueda envidiarle Apolo. |
1025 |
|
|
FINEO |
Si te llevo, es porque
sólo |
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has de saber un secreto. |
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FINEO |
¿Tan presto lo has
conocido? |
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FRIXO |
Sí, señor, que
enfermo he sido, |
1030 |
y os conozco en la color. |
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FINEO |
Cajas vuelven a
sonar: |
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¿cómo te llamas? |
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FINEO |
Aquí lo que fuere
aguardo. |
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FRIXO |
Mi hermana voy a llamar: |
1035 |
griegos son: no
hay que me asombre, |
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pues tengo el nombre mudado; |
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que de quien muda el estado, |
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aun apenas queda el nombre. |
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(Salen cajas, banderas y soldados, JASÓN y TESEO.)
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JASÓN |
Aquí hay
un hombre, Teseo. |
1040 |
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TESEO |
Llega de paz, que la guerra |
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por donde habemos venido |
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no es posible que la teman. |
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JASÓN |
Caballero, si lo sois |
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como el semblante lo muestra |
1045 |
que naturaleza escribe |
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en la frente la nobleza, |
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¿podemos llegar de paz? |
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FINEO |
Capitanes, vuestra lengua |
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dice quien sois, y esta
hazaña |
1050 |
digna de las armas griegas. |
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Soy el príncipe Fineo, |
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sobrino del rey Oeta, |
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rey de Colcos, padre ilustre |
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de la divina Medea; |
1055 |
Medea, cuya hermosura |
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es de aqueste reino Elena, |
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no para incendios de Troya, |
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ni para infamias de Grecia, |
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hoy anda en aqueste monte |
1060 |
cazando silvestres fieras, |
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seguro que diese el mar |
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a vuestras armas licencia. |
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y por quien sois os suplico, |
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que con el milagro sepa |
1065 |
la intención con que
venís. |
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JASÓN |
Tu cortesía y nobleza |
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obligan, Príncipe
ilustre, |
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a que Jasón te
agradezca |
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el alma con que le escuchas, |
1070 |
la voluntad que le muestras. |
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Y, pues ya te he dicho el
nombre, |
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sabrás que reinaba en
Grecia |
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Pelias con Esón, mi
padre: |
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murió Esón, y
quedó Pelias; |
1075 |
No teniendo sucesión, |
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dábale notable pena |
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el ver que yo le heredase; |
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que está la envidia
más cerca |
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que la amistad y la sangre; |
1080 |
aquella víbora fiera, |
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a quien mata el bien ajeno, |
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y el mal del amigo alegra, |
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y con no haber heredero |
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que en el reino le suceda, |
1085 |
trató mi muerte
conmigo, |
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o por lo menos mi ausencia. |
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Díjome Pelias un
día: |
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«Hijo, si en la
primavera |
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de tus años no
ejercitas |
1090 |
las armas, ¿qué honor
profesas? |
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Entra por el ocio amor, |
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tirano de las potencias, |
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y muere un hombre sin fama, |
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vida de memorias muertas. |
1095 |
Tú tienes alto valor, |
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que de nuestra sangre heredas, |
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raro ingenio, salud firme, |
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pocos años, muchas
fuerzas. |
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Adquiere nombre que a todos |
1100 |
nos dé honor, y harás
que sea |
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nuestra sangre tu corona, |
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y tu victoria la nuestra. |
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Hércules tiene vencidas |
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las difíciles empresas |
1105 |
del mundo, en Europa y Asia; |
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como la sierpe Lernea, |
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el fiero león de
Arcadia, |
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y la calidonia fiera. |
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Mató al gigante
Aqueloo; |
1110 |
y así, no queda que
emprendas |
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sino el vellocino de oro, |
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que Marte puso en la huerta, |
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pendiente de un lauro verde, |
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del Rey de Colcos, Oeta. |
1115 |
Si éste conquistas,
Jasón, |
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heroica fama te espera, |
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bronces y jaspes te aguardan |
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con epigramas eternas.» |
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Y puesto que vi su envidia, |
1120 |
no quise que conociera, |
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ni en mi valor
cobardía, |
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ni en sus intentos bajeza. |
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Hablé al gallardo
Teseo, |
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honor y gloria de Tebas, |
1125 |
y porque pasar a Colcos |
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por alta mar era fuerza, |
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pensamos los dos un día |
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la mayor cosa y más
nueva |
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que imaginaron los hombres; |
1130 |
porque estando en una selva, |
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se cayó un nido de un
árbol |
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de manera en la ribera |
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del mar, que con padres e
hijos, |
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las mimbres y pajas secas |
1135 |
conducidas de las ondas, |
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que como ves salen y entran, |
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fueron caminando al golfo |
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sin que el agua las ofenda. |
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Atravesóse una pluma |
1140 |
entre dos pajas y en ella |
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daba el viento, que
movía |
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el nido con blanda fuerza. |
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Luego fabriqué una nave |
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y puse en un árbol
velas, |
1145 |
a imitación de la
pluma, |
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para moverlas por ellas. |
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Diéronme pinos las
faldas |
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del Pegaso, y por hacerla |
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de su monte su apellido, |
1150 |
fue la nave Pegasea, |
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aunque otros la llaman Argos, |
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porque ejecutó mi idea |
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un griego de aqueste nombre, |
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que al diestro Dédalo
afrenta. |
1155 |
Echéla al mar, adornada |
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de blandas jarcias y cuerdas, |
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con que he tocado el abismo |
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y espantado las estrellas. |
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Los peligros que he pasado |
1160 |
no es razón que los
refiera, |
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por acercarse la noche |
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cubierta de sombras negras. |
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Yo vengo de paz a Colcos, |
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y así es razón que
precedas |
1165 |
mi embajada, dando al Rey |
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de mi pensamiento cuenta. |
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Que si tiene por casar, |
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como yo pienso, a Medea, |
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y en esta empresa me ayuda, |
1170 |
yo me casaré con ella. |
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FINEO |
¡Notable hazaña la
tuya! |
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No me admira lo que intentas, |
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mas la de pasar el mar |
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a pesar de su soberbia... |
1175 |
yo te quiero conducir |
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al Rey, pero no pretendas |
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casamiento con su hija, |
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por ciertas cosas secretas |
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que yo te diré
después. |
1180 |
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JASÓN |
No quiera Dios que le ofenda, |
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que sólo servirle
quiero. |
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FINEO |
Sígueme, para que veas |
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al Rey de mayor valor, |
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y a la más hermosa
Reina. |
1185 |
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