Versión clásica

San Isidoro, el desconocido patrón del Reino de León

La iglesia celebró este 25 de abril la fiesta de San Isidoro. Como se sabe, se considera este día, por ser el del paso de esta vida a la vida verdadera; el día del “tránsito”. De ello se deduce que Isidoro murió el día 25 de abril, en concreto, del año 636.

isidoro de sevillaNo vamos a entrar, en esta breve aproximación a quien ha sido denominado “el más santo de los sabios y el más sabio de los santos”, en otros detalles de su nacimiento (Cartagena o Sevilla), en su obra (verdaderamente enciclopédica), ni siquiera en su importancia decisiva, en los concilios cuarto y quinto de Toledo, para conseguir la conversión de los visigodos arrianos a la doctrina católica.

En aras de una necesaria brevedad, señalaremos algunos aspectos, comenzando por su propia muerte y enterramiento.

San Isidoro fallece, como hemos dicho, el día 25 de abril, después de haber llevado a cabo una ceremonia de penitencia pública. Tras despojare de los atributos de su condición, ordenó ser vestido de saco y que su cabeza fuera cubierta de ceniza. De este modo, ante el pueblo de Dios, congregado en la catedral, significaba que, así como había llegado a este mundo desprovisto de toda dignidad, así pretendía despedirse de él; al mismo tiempo que pedía, públicamente, perdón por los males que hubiera podido causar a sus semejantes y en su relación con la divinidad. Posteriormente sería enterrado en Santiponce donde nuestro Guzmán el Bueno, probablemente monaguillo en la Basílica puesto que habitaba muy cerca, en su niñez, fundaría un monasterio y donde está el mismo enterrado al lado de su mujer doña María Alonso Coronel.

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Fotografía: Martínezld

Esta ceremonia de humillación ante la partida al más allá, bien a pesar de que sus restos (y nos expresamos así puesto que sería canonizado más tarde) aún no habían llegado a León, sería imitada tres siglos más tarde por nuestro grandísimo rey, Ramiro II, el Invicto, en la, hoy, humilde iglesia de San Salvador de Palat del Rey, que se encontraba anexa a su palacio real y que el monarca, vencedor, nada menos que del Califa de Córdoba Abderramán III, en Simancas (939), la más grande e importante batalla del periodo que conocemos como Reconquista, había cedido a su hija Elvira que había entrado en religión (otras hay que tienen más de leyenda que de realidad). El hecho de la penitencia pública de este gran rey ocurrió el mes de enero del año 951.

san isidoroCorriendo los tiempos, otro rey leonés, Fernando I (el marido de la reina Sancha, hermana del rey Bermudo III), apenas dos años después de la llegada del gran Santo Isidoro a León (año 1063, entregaría su alma al Creador, en las mismas condiciones, y en la propia Basílica dedicada,hasta la llegada de San Isidoro, a San Juan Bautista y a San Pelayo, el niño martirizado en Córdoba y que había sido permutado por su tío Hermogio, obispo de Tuy.

Pero, ¿por qué esta presencia de San Isidoro entre nosotros?

Muchas leyendas se cuentan sobre el particular, que intentaremos resumir en este breve. Sancha y Fernando gobiernan en León, reino que se ha convertido en el más importante y poderoso de la Península. Hasta tal punto que el resto de los reinos, o le solicitan apoyo o le pagan tributos; así, por solo citar algunos, Toledo, Badajoz, Sevilla o Denia (que envía el cáliz que terminará siendo, tras su embellecimiento con las propias joyas de la infanta, el que conocemos bajo el apelativo de “Cáliz de Doña Urraca”, y que tiene bastantes argumentos para poder ser considerado como el de la Última Cena).

En esas circunstancias y constatando la enorme importancia que, en aquel momento, tenían las reliquias, los reyes pretenden convertir a la urbe regia, también en ese aspecto, en un espejo en el que el resto de ciudades deberían mirarse.

Conociendo la existencia de este gran sabio y santo a la vez, enterrado en Sevilla, se preparó una delegación cuyo encargo era el de traerse las reliquias de Isidoro a la corte. Dicha delegación iba encabezada por el obispo Alvito de León y el obispo Ordoño de Astorga. La protección civil, por decirlo de algún modo, había sido confiada al conde Munio Muñiz, uno de los personajes más influyentes y poderosos de la corte leonesa en aquellos años; era propietario del Castillo de Ulver (a partir del siglo XIV pasará a denominarse Cornatel) así como de otras muchas posesiones, especialmente, en El Bierzo. Según don Antonio Viñayo, iba a la cabeza de un nutrido cuerpo de ejército compuesto por no menos de 700 soldados.

Fotografía:Martínezld

No pretenderemos describir ahora, ni siquiera entrar en la polémica de si los leoneses iban o no a buscar los cuerpos de las santas Justa y Rufina (quizás en otro artículo), pero lo cierto es que los restos que se traen a León (y seguramente los que se pretendía traer desde el inicio) son los del Señor San Isidoro que entran en triunfo, en la urbe regia, el día 21 de diciembre del año del Señor de 1063, en solemnísima procesión, encabezada por la familia real al completo y en la que participaban no menos de 8 obispos, varios abades, grandes señores, etc. Y en medio de grandes manifestaciones y milagros como la curación de un ciego de nacimiento.

De inmediato, el santo será considerado Patrono del Reino de León (puesto que el anterior, Santiago, pasaría a serlo de España) y en calidad de tal se presentará en la noche previa al 25 de julio de 1147, al Emperador Alfonso VII de León, en un momento de gran dificultad cuando este pretende conquistar Baeza, camino de Almería.

Conquistada la ciudad ese día citado, se instituye, por consejo del Emperador una “confraternitas” de caballeros que, con los cambios que imponen los tiempos, aún continua en nuestros días. Es la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro o Pendón de Baeza, enseña que goza de honores de Capitán General de las Fuerzas Armadas.

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Fotografía: Martínezld

Mas, no acaban aquí, naturalmente, las intervenciones de nuestro santo; precisamente en el día de hoy, último domingo de abril, debería haber tenido lugar la tradicional y varias veces centenaria ceremonia de Las Cabezadas, en la que se debate, entre Cabildo y Corregimiento, la obligatoriedad o no de la entrega de una serie de ofrendas al santo por su intervención durante una gran sequía habida en tiempos de Fernando II, hijo de ese emperador arriba citado. No hubiera estado de más que, también en esta pandemia, se hubiera, solemnemente, solicitado la intervención de Santo… ¿Quién puede imaginar lo que habría acontecido? A lo mejor teníamos que haber establecido una nueva tradición…

Algunos años más tarde, ante la amenaza de una incipiente ceguera del infante Alfonso (el que convocaría más tarde las primeras cortes con representación popular), se recoge también la intervención milagrosa del Santo, pues curó al niño con el agua que había brotado de los escalones del presbiterio de la Basílica.

Fotografía: Martínezld

Un apunte aún, para terminar; San Isidoro, además de ser patrono de varias entidades y corporaciones (también de internet, según determinara San Juan Pablo II el 22 de agosto de 2017) lo es asimismo de la Universidad de León, institución que, tras no muchos avatares se consiguió asentar donde, seguramente, hubiera debido estar varios siglos antes, si no hubiera sido por los afanes descentralizadores de nuestros reyes; algo que hoy, por los resultados constatados, casi podemos afirmar que no fue un gran acierto… aunque tuvieran otros muchos, ¡cómo negarlo!.

Texto: Hermenegildo López González

Fecha de inicio: 26-04-2020

Fecha fín: 26-04-2021

Lugar: Basílica San Isidoro
León

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