Palencia, Castilla-León
La parroquia de la Compañía, los delegados de Torreciudad y muchas familias de Palencia peregrinaron a Torreciudad con una réplica de la Virgen de la Calle, Patrona de la localidad, el 13 de mayo de 2017, en el centenario de la Virgen de Fátima.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
El calendario litúrgico de la Iglesia católica dedica el 2 de febrero a la presentación de Jesús en el templo y a la purificación de la Virgen. Históricamente, uno de los ritos de esta jornada es la bendición de las antorchas, de las candelas. En estos orígenes se encuentra el actual culto a la Virgen como madre que presentó a su hijo en el templo, que en cada ciudad tiene diferente advocación. En Palencia, es la Virgen de la Calle, en recuerdo de una imagen mariana propiedad de la cofradía que se encontraba en el exterior del templo dedicado a Nuestra Señora de las Candelas, situado en la actual calle San Bernardo, que poseía otra imagen que se veneraba en el altar mayor y que pertenecía al cabildo catedralicio. Los palentinos rezaban ante la talla exterior cuando las puertas estaban cerradas o cuando tenían prisa y no entraban al interior.
La tradición dice que un panadero que preparaba una hoguera al ver que no conseguía prender un tronco lo lanzó a la calle. Entonces, el trozo de madera le habló y le dijo que “Pues a la calle me echas, me echas con ira, de la calle la Virgen, seré algún día”. El panadero bajó corriendo a la calle y en la punta abrasada del trozo de encina reconoció la talla de la Virgen (de ahí lo de Calle -a lo sumo tendría que ser patrona de otro gremio-, y su apelativo de Morenilla). Con el apelativo de la calle ya era invocada a partir de 1494, por lo que se deduce que la cofradía fue bastante anterior a ese año, según dejó escrito el hermano Timoteo García Cuesta, religioso de La Salle que fue subdirector del colegio de Palencia, que investigó el origen del culto a la Virgen de la Calle. Los datos de este artículo se recogen de su libro El santuario de Nuestra Señora de la Calle. Patrona de Palencia, publicado en 1951.