El hambre avanza indetenible

Niños comen una sopa preparada con suministros del Programa Mundial de Alimentos en Pibor, Sudán del Sur. El hambre ha aumentado en lo que va de 2021 en 43 países y las fuentes de financiamiento para la ayuda internacional están sobrecargadas. Foto: Marwa Awad/PMA

ROMA – El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió que sigue creciendo el número de personas que se encuentran al borde de la hambruna, y el de las que sufren hambre aguda se ha disparado y crecido en alrededor de tres millones de personas desde el inicio de año.

El estadounidense David Beasley, director ejecutivo de la agencia de las Naciones Unidas,  dijo que “los conflictos, el cambio climático y la covid-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda, y los últimos datos muestran que ahora hay más de 45 millones de personas que están al borde de la inanición”.

“Decenas de millones de personas se asoman a un abismo”, resumió.

Con 45 millones de personas al borde la inanición en 43 países, cuando eran 42 millones a principios de año y 27 millones en 2019, el PMA calcula que el coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de 2021.

Mientras las necesidades crecen, los recursos faltan y las fuentes de financiamiento están sobrecargadas.

“Decenas de millones de personas se asoman a un abismo. Los conflictos, el cambio climático y la covid-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda, y los últimos datos muestran que ahora hay más de 45 millones de personas que están al borde de la inanición”: David Beasley.

La pandemia y los conflictos no son la única fuente de problemas, dijo Beasley, y apuntó a otros factores externos que aumentan la inestabilidad alimentaria.

«Ha subido el costo del combustible, se han disparado los precios de los alimentos, los fertilizantes son más caros, y todo esto alimenta nuevas crisis como la que se vive en Afganistán, y las emergencias de larga duración en Yemen y Siria”, ejemplificó.

En Afganistán unos 24 millones de personas padecen hambre aguda debido al devastador impacto de las múltiples sequías que, combinado con la situación de colapso económico que vive el país, conduce a las familias al borde del abismo justo antes de la llegada de un duro invierno.

El PMA aumenta su apoyo para tratar de llegar a 23 millones de personas y estima que en 2022 necesitará para ese país unos 220 millones de dólares cada mes.

Por otra parte, el alza de precios de los alimentos no solo los coloca fuera del alcance de millones de las personas más pobres del mundo, sino que también aumenta el costo de la adquisición de la comida en los mercados mundiales.

Se suman los altos precios del combustible, que aumentan los costos de transporte y suponen una mayor presión sobre las cadenas de suministro mundiales: hace un año el envío de un contenedor costaba 1000 dólares y ahora cuesta 4000 o más.

Las complicaciones se extienden también a las familias que se ven obligadas a tomar decisiones devastadoras para hacer frente al aumento del hambre.

Un análisis de vulnerabilidad del PMA en 43 países demostró que las familias se ven forzadas a comer menos, o a saltarse las comidas por completo, a alimentar a los niños en lugar de a los adultos y, en casos extremos, a comer langostas (insectos devoradores de plantas), hojas silvestres o cactus, como en Madagascar.

En otras zonas, las familias se ven obligadas a casar a los niños a una edad temprana o a sacarlos de la escuela, a vender sus escasos ganados o algunos otros pocos bienes que les quedan.

Un caso extremo es el reportado por los medios de comunicación de Afganistán, que señalan que las familias se ven impelidas a vender a sus hijos en un intento desesperado por sobrevivir.

Otro caso dramático es el de Etiopía, pues se estima que más de 4,3 millones de personas en el norte de esa nación del Cuerno de África enfrentan una situación de hambre aguda, con perspectivas de crecer a medida que se intensifica el conflicto armado entre fuerzas nacionales y regionales en el área.

El caso de Madagascar es que el sur de esa enorme isla en el océano Índico experimenta su peor sequía en 40 años y ha colocado a 1,3 millones de personas en situación de hambre aguda, la mitad de ellas en condiciones de emergencia.

Las cifras sobre situaciones de inseguridad alimentaria siguen desgranándose: 16,2 millones de personas en Yemen, 12 millones en Siria, 7,2 millones de personas en Sudán del Sur, más millones de personas en África occidental y central y, en el hemisferio occidental, los casos de Haití y Venezuela.

A-E/HM

 

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