Quito, en manos de un médico, locutor y músico

Jorge Homero Yunda Machado dirigirá desde mañana la capital. Su creatividad, solidaridad y carácter explosivo lo definen. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Jorge Homero Yunda Machado dirigirá desde mañana la capital. Su creatividad, solidaridad y carácter explosivo lo definen. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Jorge Homero Yunda Machado dirigirá desde mañana la capital. Su creatividad, solidaridad y carácter explosivo lo definen. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Jorge Yunda, el guaneño de 54 años que desde mañana (14 de mayo del 2019) será alcalde de Quito, nunca puede quedarse quieto. Cree que fue un niño hiperactivo y que de allí han surgido sus pasiones.

Una angosta vía lastrada conduce a la comunidad Santa Rosa de Guano (Chimborazo), a cinco minutos de la cabecera cantonal. Allí, aún está en pie la pequeña casa donde él vivió hasta 1972, con sus abuelos Francisco Machado y María Esther Orozco.

En Santa Rosa hay 33 casas, muchas deshabitadas tras la migración de los 90. Mercy Hidalgo se quedó en el lugar en el que conoció a Jorge niño: “Jugábamos toda la tarde. Mi hermana Cecilia, Jorge y su hermano, Ney, fueron mis mejores amigos en esa época”.

En la comunidad Santa Rosa de Guano (Chimborazo) está la casa donde Jorge Yunda vivió su infancia con sus abuelos maternos. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO

Jorge era un niño “curioso e inteligente, amoroso con sus abuelitos y generoso con sus compañeros. No puedo olvidarlo cediendo su puesto en la fila del desayuno a otros niños”, dice Miguel Yépez, quien fue su profesor en la escuela García Moreno, a la que el pequeño llegaba luego de largas caminatas y un tramo en bus.

En Quito, Yunda revive su historia y piensa que desde niño fue un “poco político” pues en el barrio o en la escuela intervenía en temas comunitarios. Pero, oficialmente, hace política desde el 2017, cuando fue asambleísta por Alianza País. Allí vio la ruptura entre Lenín Moreno y Rafael Correa como un divorcio y se sintió como un niño que no sabe si irse “con el papá o la mamá”.

Una de sus banderas legislativas fue su proyecto de enmienda a la Constitución, para bajar la cifra de legisladores de 137 a 52. A fines del 2018 cambió su curul por la campaña política por la Alcaldía de Quito.

Pabel Muñoz
fue su compañero de bancada y rival en la cancha, en partidos de fútbol entre “nacionalistas y liguistas”. Allí, Muñoz lo vio como un tipo de trato agradable y proclive al buen humor. Ahora lo define como un político con nuevas formas de contacto con la gente, algo que no les gusta a los políticos tradicionales.

Jorge Yunda tocando el bajo cuando era parte del grupo Sahiro.

Jorge es el mayor de cinco hermanos. Ney siguió sus huellas en la medicina, la música y la radio. Ambos amaban el ecuavóley y tras un partido el 31 de mayo del 2009, en Machachi, Ney sufrió un accidente de tránsito fatal. “Era una especie de alma gemela y mi vida cambió sustancialmente cuando tuvimos que enfrentar su partida. No lo he podido superar”.

Los adultos lo conocieron como el “bajero” del grupo Sahiro y los jóvenes como el ocurrido ‘Loro Homero’ del programa ‘Radiación Temprana’, de radio Canela. Pero Yunda también es un médico que no gusta de las corbatas y compra su ropa en aeropuertos, pues no tiene tiempo de escogerla en centros comerciales.

En los quirófanos de algunas casas de salud, Yunda ha aplicado sus conocimientos de cirujano general ocasionalmente. El ginecólogo Carlos Torres es uno de sus amigos y colegas y cuenta que han compartido seminarios médicos, para mantenerse actualizados. A futuro, Yunda tiene en mente colaborar con un equipo de cardiocirujanos en un proyecto de trasplantes de corazón.

Es padre de Anaí, de 14 años, y de Sebastián, de 25. Su hermana, Liliana, dice que Jorge los adora, aunque la menor es la consentida. Él cuenta que no vive con ella, pero trata de llevarla “a la escuelita, al cine, a pasear”. A Sebastián lo ve menos, porque él tiene sus ocupaciones. No toca baladas como Jorge, pero también se inclinó por el bajo en su banda 4 AM.

Para Sebastián, su padre es un líder creativo, solidario y humilde que le enseñó a trabajar desde niño. Solía ir a sus entregas de libretas y le exigía sacar mejores notas. “Me ayudó a saber que en la vida tienes que estar preparado y entre más preparado estás, más posibilidad tienes de tener éxito”.

Desde hace 15 años, Yunda comparte el micrófono con Patricio Díaz, periodista deportivo, quien lo describe como un gran profesional y un jefe relajado y divertido. Mañana, Yunda dejará su programa y Díaz aún no sabe cómo continuará sin su compañero de fórmula.

Frente a los micrófonos, Yunda es tan alegre y ocurrido como en el diario vivir, dice Carlos Fraga, quien trabaja para él desde el 2000. Su jovialidad, sus bromas y su estilo no son una pose. Según Fraga, él actúa igual frente al micrófono como en una reunión laboral. En la radio suelen tener desayunos de trabajo, con menudo y hasta hornado. El ‘Loro Homero’ (como lo bautizó su abuela por ser muy conversón) ama los platos típicos.

Es de buen comer, aunque algo desordenado en sus horarios y su hueca favorita está en la calle Benalcázar: Las Guatitas de La Colmena.

Jorge Yunda, en su radio



Es el director creativo y no se involucra en lo administrativo, que está a cargo de Liliana. Díaz dice que Jorge no es muy metódico ni planificador. Lleva su agenda en la cabeza y detesta tratar temas comerciales. Jorge y Liliana coinciden en que ninguno interfiere en el área del otro. Ahora, ella dirigirá el Patronato San José.

En la radio está su éxito más visible y también su principal polémica, desde que presidió el Conartel entre el 2007 y el 2009. En el 2018, la Contraloría dispuso anular el concurso para adjudicar frecuencias de radio y TV y Yunda fue uno de los señalados por supuestas irregularidades. Él afirma que es el creador de la marca Canela y que, a través de convenios, se entrega el modelo a otros.

Jorge y Liliana tienen distinta tendencia política. Ella tiende a la derecha y él, a la izquierda. Pero Liliana cuenta que fue quien más apoyó sus candidaturas. Los demás dudaron, por los ataques y la discriminación que él prefiere ignorar.

Julieta Estrella, quien trabajó con Yunda durante 13 años, cree que su campaña no empezó tras su postulación a la Alcaldía, sino que se ha construido por años. Recuerda el espacio Si yo fuera alcalde, en el que él leía disparatados discursos de la coyuntura de la ciudad. Se ganaba el cariño de la gente con su actitud divertida, distendida y solidaria. Hacía campañas para recaudar fondos para quienes necesitaban tratamientos médicos costosos.

Estrella lo describe como un hombre coqueto (algo que le ha causado problemas) e ingenioso que triunfa con su máxima: “no es lo que le gusta a usted, sino lo que le gusta a la gente”. Pero el Alcalde no es solo risas. Ella afirma que Yunda es de reacciones viscerales y que no siempre está consciente de las normas. De allí que en la página de la Función Judicial acumula 55 causas judiciales, incluyendo 18 demandas laborales y ocho por infracciones de tránsito.

En diciembre se viralizó un video en el que invadía el carril exclusivo de la Ecovía y se enojaba por los reclamos. Sobre su faceta explosiva se conocieron al menos dos casos: una pelea con Nicolás Vega cuando Yunda presidió el Conartel y un fuerte reclamo a los jugadores en el camerino de El Nacional, cuando fue su dirigente.

Otra de sus facetas es la solidaria. Diego Jara, su ahora secretario de Cultura, tenía 16 años cuando conoció a Yunda en el almacén de equipos de sonido que tenía. El joven quería representar a la banda Glass, pero no tenía dinero. Yunda le dio crédito luego de escuchar a los músicos y le pidió a Jara que le pagara con trabajo. “Desde ahí siento agradecimiento y admiración por ‘El Doctor’, que confió en alguien sin conocerlo”. Para Yunda, su faceta de un hombre confiado a veces es un defecto y en otras, su mayor virtud.

Suplementos digitales