Algunos internos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de València están en huelga de hambre desde el viernes por la noche. Esta es su manera de protestar ante la privación de libertad por carecer de permiso de residencia -una falta administrativa, no un delito- y por la situación de un menor y varios internos enfermos que no reciben el tratamiento médico que deberían, según denuncian y como ha publicado este periódico en las últimas semanas.

Adrián Vives, portavoz de la campaña CIE NO, que reclama el cierre de estos centros, explica que los internos se organizaron el viernes y decidieron no comer a partir de esa noche. Esa tarde, la del viernes, tres furgones de Policía Nacional accedieron a las instalaciones y las personas internas fueron cacheadas, y sus celdas y pertenencias registradas, quizás «para intimidar» al ver que los migrantes se habían reunido, apunta Vives.

Ayer, la protesta se llevaba a cabo sin incidentes y las personas migrantes se limitaban a acudir al comedor a la hora establecida para las comidas y tomar asiento, pero sin recoger las bandejas ni ingerir ningún alimento.

Vives afirma que, desde la campaña, apoyan la huelga «y cualquier acción que lleven a cabo los internos». «Nos sumamos a su reivindicación porque están privados de libertad sin cometer ningún delito», recuerda el portavoz, quien asegura que estarán «atentos» para ver cómo evoluciona la situación. Y es que, como inciden desde la campaña, las personas que están en el centro sufren una «gran vulnerabilidad cuando denuncian o emprenden cualquier acción de protesta».

El malestar entre los internos ha aumentado en las últimas semanas por la presencia en Zapadores de un joven que ha probado su minoría de edad, según denunció CIE NO; y de los casos de dos hombres -uno enfermo de VIH- que no reciben la medicación necesaria. A esto, se suma una queja recurrente, la de la mala calidad de la comida de cátering que se sirve: «fría (porque está congelada), cruda y poco variada», según las fuentes consultadas.

Vives también destaca que la huelga de hambre debe considerarse como una acción política llevada a cabo por personas con derechos. «Es tal su nivel de deshumanización que no se les suelen reconocer sus reivindicaciones y se tratan de manera superficial o como problemas de conducta», afirma. «Son sujetos políticos que reivindican y llevan a cabo acciones de protesta o resistencia contra su opresión, y así deberían ser consideradas por la Policía», explica, ya que detalla que esta no es la primera huelga de hambre que se da en el CIE de Zapadores.

Podemos pregunta sobre las colas de citas en Zapadores

María Luisa Saavedra y Héctor Illueca, diputados de Podemos en el Congreso, han preguntado al Gobierno sobre las medidas tomadas en la comisaría de Zapadores, donde las personas migrantes pueden solicitar el asilo, pero con cita previa. En el escrito, los diputados se hacen eco de las informaciones de Levante-EMV, ilustradas con «imágenes terribles de familias con niños pasando la noche en la puerta de la comisaría para conseguir una cita». Ante esto, preguntan sobre el plan de choque anunciado por la Delegación del Gobierno; la cantidad de agentes que atienden a estos ciudadanos y los recursos disponibles; y los plazos y tiempos de espera, entre otras cuestiones.