Ponen fin a Plaza Jaguares

AutorJulieta Riveroll

El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio Raúl Arroyo, se negó a calificar de irresponsable la "polémica" decisión de este organismo de autorizar en 1994 la construcción de la Plaza Jaguares en la zona teotihuacana de La Ventilla, cuya estructura fue demolida ayer en su totalidad.

El funcionario justificó la medida por considerar que fue tomada para solucionar el problema del ambulantaje en el área, pero marcó una diferencia "académica y política" con el proyecto impulsado por su antecesora, Teresa Franco, a iniciativa del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

"En ese momento, arqueólogos y especialistas evaluaron los aspectos técnicos para desarrollar el proyecto de Plaza Jaguares, el asunto llegó a la Cámara de Diputados y no se encontraron razones o motivos para inculpar a nadie... Pienso que pesaba mucho la determinación de reorientar a los comerciantes, aunque diferimos del uso que se le estaba dando a esta área".

Matos Moctezuma, entonces director del Proyecto Teotihuacan, planteó reubicar a los vendedores fijos y ambulantes del sitio arqueológico en tres centros comerciales: Jaguares, ubicado en La Ventilla en un terreno privado; Manuel Gamio, a un costado de la Pirámide del Sol, y Corzo (sede del Museo de la Pintura Mural Teotihuacana), atrás de la Pirámide de la Luna.

"El problema del ambulantaje no está resuelto, pero se busca una solución con ayuda de los municipios aledaños y el Gobierno del estado para situar a los comerciantes fuera de las áreas nucleares de la zona arqueológica mediante instalaciones que no perjudiquen el subsuelo", admitió Arroyo, quien consideró que el acuerdo político con los afectados será el aspecto más complejo.

Arquitectos y arqueólogos de la Comisión para la Defensa del Patrimonio Cultural del Sindicato de Investigadores y Académicos del INAH, junto con vecinos de San Juan Teotihuacan, denunciaron en esa época que la edificación de las plazas causaba daño al patrimonio arquitectónico, acusación que no pudo comprobarse.

Ante la presión de la opinión pública, la construcción de los centros comerciales se suspendió y Franco propuso la compra del terreno de La Ventilla, perteneciente a Isaac Hilú, donde se encontraron vestigios arqueológicos y fue levantada la estructura de Plaza Jaguares.

Una serie de litigios del dueño del predio impidió su inmediata expropiación, la cual se concretó el 30 de marzo de 2001 mediante un pago de 5 millones 377 mil 592 pesos, y...

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