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CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO, POEMARIO DE

TERESA CALDERN.
ESTRATEGIAS TEXTUALES, PARATEXTUALES E
INTERTEXTUALES.
Adolfo Bisama Fernndez Universidad de Playa Ancha.

En primer lugar, quisiramos expresar que menos que referimos a la poesa de


Tersa Caldern (sic) como seala el trptico que reproduce el programa de
actividades de este Coloquio, nuestro propsito es bastante ms modesto: se trata
aqu de analizar algunas estrategias textuales, intertextuales y paratextuales en el
poemario de Teresa Caldern,

Celos

que

matan

pero

no

tanto,

fundamentalmente mediante los instrumentos crticos que nos proveen


algunos aportes de Juan Villegas y Gerard Genette2 .
Tambin debemos sealar que este trabajo tiene su origen en las clases de
Teora y Anlisis del Discurso Lrico que impartimos desde hace bastante
tiempo a los alumnos de la Carrera de Pedagoga en Castellano de la Universidad de
Playa Ancha, validando de algn modo lo que en aos pretritos afirmaba
nuestro profesor y amigo, Luis igo Madrigal, en el sentido de que publicaciones,
ponencias y cualquier elemento discursivo semejante deba ser la lgica
consecuencia de la labor de aula.
Teresa Caldern, naci en La Serena en 1955, es Profesora de Castellano y
Licenciada en Esttica en la Universidad Catlica de Chile. Actualmente es
acadmica de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, donde
imparte las asignaturas de Literatura Chilena y Creacin Literaria. Cultiva
mayoritariamente la poesa lrica (Causas Perdidas, 1984; Gnero
Femenino, 1989; Imgenes Rotas, 1995; No me arrepiento de nada,
1999: Aplausos para la memoria, 1999), pero adems ha escrito cuentos que
han sido publicados en antologas, como Voces de Eros (1997) o como volumen
propio, Vida de Perras (2000), amn de la novela infantil, Aventuras de
Sper Inti y Analfabruja (2000).
Respecto de esta trada de preferencias escriturales, la misma Teresa Caldern
ha dicho en una entrevista a alumnos de su carrera:

"Yo s cuando voy a escribir poesa porque estoy sobrecargada de


emociones, con sobredosis de sensaciones y yo s inmediatamente que eso se va a
transformar en un texto potico, porque no puedo narrar con todo eso. Es un
material de imgenes que yo traduzco".
"El cuento, en cambio, surge cuando sucede algo o me cuentan o veo algo que
me llama mucho la atencin, digo este cuento est listo, no hay que inventar nada,
hay que escribirlo"
El tercer momento, el de las historias infantiles, "las hago sobre la base de
determinados esquemas, previamente solicitados".
De esta produccin literaria de Teresa Caldern, nos interesa centrar
nuestra atencin en su faceta lrica, que a nuestro entender es la ms destacada
y la que la ha convertido en una de las voces ms relevantes de las nuevas
promociones poticas chilenas.
Muestra de esta relevancia es el hecho que en ninguna de las antologas
importantes de poesa lrica publicadas en Chile y en el extranjero a partir de los
80 (por ejemplo la de Arteche, Massone y Scarpa, Poesa Chilena
Contempornea; la de Juan Villegas, Nueva Poesa Femenina Chilena; la
de Erwin Daz, 16 Poetas Chilenos, Desde Parra a Nuestros Las; la de Miguel
Arteche, Antologa de la Poesa Religiosa Chilena, la de Ediciones Altazor,
Seis Poetas de la Repblica; la de Eugenia Brito, Antologa de Poetas ,
Chilenas; etc) ella est ausente.
Establecidas las generalizaciones anteriores vamos al texto que nos
ocupa y que a continuacin transcribimos:

CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO

1
Ya haba visto sus ojos
en los tuyos
que no me miran
que se mueren por verla.
2
Eran un desliz definitivo.
Desde un bolsillo de secretos
un nombre de mujer
tu letra
un nmero
la prueba final
en la estructura mtica del hroe
-consultar Villegas, Juandesde el bolsillo
esa mujer
ese cuerpo de tus delitos.
3
Maana
marcar ese nmero.
Repetir la operacin hasta dar con esa
palomita.
Pienso decirle
menos cosas de las que pienso.
Pero a ti, te lo advierto
nos encontraremos
los
tres
y sean cuales fueren
los resultados
te lo prometo
habr un muerto
en la familia,
querido mo.
4
Como ves
o como no ves
estoy pendiente de ti.
Estoy el colmo de ti.
5
He aguzado el olfato para husmearla
mejor
en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi odo
qu magnfico espectculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el nufrago
a su tabla
y todo el ocano

para l solo.
6
Todos mis sentidos alerta
pueden reconocerte
a una distancia de metros
bajo una niebla de pelcula
en pleno centro de Santiago
a las doce del da
en medio de la gente, animal.
Todos mis sentidos alerta.
Dije todos
menos el sentido
del humor.
7
Cudate de m, maldito,
porque te amo.
8
Ms vale que te cuides.
T sabes
una cada en la ducha
esas son cadas fatales
me entiendes
un remedio de ms
o equivocado
te fijas
un accidente casero
cualquiera tiene en la vida
arreglabas un enchufe
y oh, sorpresa, Fiat Lux!
me comprendes
o el cuchillo de cocina
guardado adentro de la cama
o el gas lento pero seguro
no olvidemos.
Por eso, cudate
mejor
que te encuentro confesado
oleado
sacramentado y todo
si te descubro amadsimo hroe.
9
Te acaricio
te arao
con tctica felina
porque estas mintindome
porque te juro
lo s todo
aunque no digas ni po.
10
Tardara la noche entera
enumerando

"Hombres de mala ley,


animales de mierda que no son capaces
de hacer nada que no sean desgracias".
Garca Mrquez
los espantos que te hara
si se confirman
mis
-segn tu miserable opinininfundadas sospechas.
No tienes idea
la de horrores que soy capaz,
mi vida,
la infinidad de maleficios
que preparara en la cocina
hasta dar con esa pcima
que te pusiera fuera de combate.
11
En esta guerra sangrienta
las matemticas
estn claramente de tu parte
yo soy una
y una no es ninguna.
Ante una ventaja as
no cabra ms
que deponer esas armas
con las que no cuento
y saludarlos
con mis mejores deseos:
que se pudran.
Quiero que reciban peridicamente
a la cigea cargada de imbunches
que no falten al himeneo
las reinas de la muerte,
la parca de infalibles tijeras
Oh Mnmesis
diosa fantstica de la veng

Celos que matan pero no tanto es un poemario constituido por 11 textos lricos que
conforman la seccin del mismo nombre en el volumen Gnero Femenino,
publicado por Planeta, como ya se dijo en 1989.
Como una primera aproximacin al texto en cuestin, pudiramos concluir
que este poemario se adscribe con facilidad a una de las dos vertientes
poticas que Soledad Bianchi seala en su trabajo sobre la poesa chilena nueva,
Un mapa por Completar, que -segn ella- permean toda la poesa en el
transcurso del siglo.
Dice esta estudiosa: "Dos direcciones [] dos vertientes complementarias
[...] se han dado en la poesa chilena a lo largo de la centuria en un mismo
momento y que en pocas palabras pueden caracterizarse como un hacer
potico aparentemente sencillo, ntimo que se expresa con frecuencia en poemas
breves que utilizan un lenguaje casi cotidiano que refiere a situaciones ms
habituales en una sintaxis trabajadamente simple que parece de ms fcil
acceso por un lado, y por otro, un quehacer ms quebrado, de una gran
reflexin, de mayor dificultad para el lector medio por su gran movilidad
lingstica y gramatical y por su amplia libertad imaginativa".
De la primera vertiente quisiramos rescatar aquello de "aparentemente
sencillo", lo "de poemas breves", que entendemos se refiere a la cantidad de
versos de un poema y a la cantidad de slabas mtricas del mismo y el "uso de un
lenguaje casi cotidiano que se refiere a situaciones ms habituales".
La suma de tales caractersticas retratan de manera casi perfecta, la estructura
externa e interna del poemario que comentamos, vase, por ejemplo, el
emblemtico poema nmero 7, el que expresa: "Cudate de m, maldito,/ porque
te amo."
Las causas de esta manera de poetizar las seala la misma Teresa
Caldern, en la revista Mercado Negro, aparecida en agosto-septiembre de 2001,
donde expresa:
"Lo cotidiano es una marca de la poca, de la generacin, ms que de los
hombres y las mujeres de los 80...de repente hay una dictadura, un golpe de
estado... Las mujeres salen a trabajar, a buscar a sus maridos y a sus hijos
desaparecidos, por lo tanto tambin salieron a hablar, a escribir... Despus del

terremoto poltico quedamos parados en un punto y desde ah empezamos a


hablar. Qu pas con el lenguaje?, el lenguaje se hizo de verdad mucho
ms cotidiano y ms accesible a la mayora, porque se comenz a hacer una
poesa ms oral como la poesa de Cardenal, de Parra".
Gerard Genette denomina "paratexto" a toda la produccin verbal
o no verbal que acompaa al texto y mantiene con l una relacin ms o
menos explcita. En este aspecto, cabe mencionar el nombre del autor, la portada, el
ttulo y subttulo, prefacio y postfacio, advertencias, agradecimientos,
epgrafes, autgrafos, ilustraciones, cualquier tipo de seales accesorias, etc.
Los ttulos, por ejemplo, son una excelente puerta de entrada para la
decodificacin del mensaje planteado en la obra. Nadie -como se sabe- titula de
modo azaroso, por el contrario, la denominacin de una obra guarda, como se dijo
recin, una relacin ms o menos clara con sta.
Una primera aproximacin interpretativa al ttulo del poemario que nos
ocupa: Celos que matan pero no tanto, nos permite colegir -sin que todava pasen la
prueba de su validez al interior del texto- dos significados posibles de aquel:
Celos que matan pero no tanto, es decir, no mucho, poco, poquito; o Celos que
matan pero no tanto, como la hablante quisiera. Respuesta definitiva, un poco ms
adelante.
Por otra parte, el conocido diccionario de Marchesse y Forradellas3 define al
"epgrafe", indicando que lo constituyen oraciones cortas de un autor (un
verso, una frase) que se colocan al principio de un libro, de un captulo o de un
poema, que sirve para indicar el clima de este.
El poemario que estamos comentando se encabeza con el epgrafe que sigue:
Hombres de mala ley,
animales de mierda que no son capaces de hacer nada que no sean
desgracias"
(Garca Mrquez)
Algunos alcances al respecto: en estricto rigor la aseveracin anterior
no la ha expresado, contagindola con su prestigio, Garca Mrquez, sino uno

de los personajes femeninos de su obra -ntese la congruencia con estos Celos


que matan- Crnica de una Muerte Anunciada.
Adems, entre las desgracias capaces de ser realizadas por los hombres,
est entonces, el dar celos, definidos por la RAE como "la sospecha, inquietud y
recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cario por otra",
los que como se demostrar ms adelante, alterarn emocionalmente a la hablante y
provocarn la enunciacin de su discurso.
Ms an, este epgrafe plantea la inversin de la relacin vctima -victimario
(la que ahondaremos ms adelante), ya que libera de culpas a la
hablante respecto de los deseos homicidas desplegados en parte del poemario
y la convierten en una vctima simblica ms de las catstrofes provocadas
sempiternamente por los poderes fcticos del patriarcado.
Luego, la ancdota corresponde en Celos que matan pero no tanto a una serie
de poemas originados en la frustracin amorosa de la hablante .
Todos ellos se estructuran a partir de una situacin inicial conflictiva: la
sospecha de la hablante de que su amado la engae con otra.
A diferencia de la hablante lrica de "Balada", -popular y conocido poema
de Gabriela Mistral originado en la misma frustracin amorosa- quien ha
constatado personalmente ("en vivo y en directo") el engao: "l pas con otra / yo
le vi pasar"; la de "Celos..." produce su discurso potico a partir de la mera
sospecha de la infidelidad del amado, que brota de un hecho concreto: "Desde
un bolsillo de secretos/ un nombre de mujer/ tu letra/ un nmero... ,
sujeto este a interpretaciones varias y no slo la que le confiere la hablante.
A partir de estas situaciones recin anotadas (constatacin personal
del engao, en "Balada" v/s sospecha de un engao en "Celos....") las
diferencias en el temple de nimo de las hablantes se ahondan paradojalmente.
Dice Juan Villegas en su anlisis del poema de la Mistral : "la hablante,
desde una posicin marginada, revela que dos amantes disfrutan del amor y
que otra mujer ha tomado la posicin que, segn ella, le corresponde... La
tragedia personal de la hablante se expresa con tremenda economa. Su
objetividad y descriptiva mencin evidencian el dolor contenido del yo

potico... La impresin general que origina el poema es de contencin, de


represin de los sentimientos que pugnan por estallar".
En "Celos....", por el contrario, la mera sospecha del engao, que ella ya
haba intuido, al parecer provocado por el desinters del amado ("yo haba visto
sus ojos/ en los tuyos/ que no me miran/ que se mueren por verla") ocasiona en ella
sentimientos, sensaciones, actitudes, que al verbalizarlas en los poemas muestran a
una persona que padece de estado de nimo lindante en el delirio.
En psicologa este transtorno delirante, que a nuestro entender con todo lo
riesgoso que significa aplicar conceptos de esa ciencia a personajes ficticiospadece la hablante, se denomina Tipo celotpico4, el que segn plantea un
manual al uso "se aplica cuando el tema central de la idea delirante es que el
cnyuge o el amante es infiel. Esta creencia aparece sin ningn motivo y se basa
en inferencias de pequeas pruebas (por ejemplo, ropas desarregladas o
manchas en las sbanas) que son guardadas y utilizadas para justificar la idea
delirante. El sujeto con esta idea suele discutir con el cnyuge o amante e intenta
intervenir en la infidelidad imaginada (por ejemplo, coartando la libertad de
movimientos del cnyuge, siguindole en secreto, investigando al
supuesto amante o agrediendo al cnyuge)".
Tambin es notable su contradictorio anhelo de querer confirmar sus sospechas a
todo trance a travs del obsesivo espiar a su amado.
Por ejemplo, poemas 4, 5 y 6.
He aguzado el olfato para husmearla mejor
en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi odo
qu magnfico espectculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el nufrago
a su tabla
y todo el ocano
para l solo.

An ms, por las actitudes reflejadas en el poema, ella aparece como


equiparable a la serie de locos y desequilibrados que protagonizan, por ejemplo,
muchos de los cuentos de Edgar Allan Poe.
Al respecto, confrntese este poema y el 6 con las afirmaciones
iniciales del narrador de "El corazn delator" del cuentista norteamericano:
"Es verdad! Soy nervioso, terriblemente nervioso. Siempre lo he sido y lo
soy, pero podra decirse que estoy loco? La enfermedad haba
agudizado mis sentidos, no los haba destruido ni apagado. Sobre todo
tena el sentido del odo agudo. Oa todo sobre el cielo y la tierra. Oa muchas
cosas del infierno. Entonces cmo voy a estar loco? Debera usted haber
visto con qu sabidura proced, con qu cuidado, con qu previsin, con qu
disimulo me puse a trabajar... Por lo tanto, ver usted que tendra que haber
sido un viejo muy astuto para sospechar que cada noche a las doce, yo iba
a mirarlo mientras dorma".
La hablante lrica expresa su deseo de causar dao al amado si se
confirman las sospechas de su engao, dao que podra concluir incluso con la
eliminacin fisica de este. (Ver al respecto, especialmente, los poemas 8 y 10).
Varias situaciones notables habra que destacar tambin al respecto:
a) El discurso de la hablante es emitido desde el vrtice ms dbil del presunto
tringulo amoroso: el de la mujer engaada.
No obstante lo anterior, su inquina no est dirigida al principio contra la
mujer con quien su amado la engaa, a quien trata entre despectiva y
cariosa de "palomita" (solidaridad femenina frente a las tropelas del varn?)
y a quien piensa decirle "menos cosas de las que pienso", suavizando su
interlocucin con ella. Al revs, su inquina est dirigida directamente hacia el varn
que comete, que perpetra el engao y a quien dirige no slo sus invectivas sino que
su discurso completo transformndose este, entonces, en el oyente lrico explcito
de dicho discurso (1 "Ya haba visto sus ojos en los tuyos", 2 "Tu letra ... ese cuerpo
de tus delitos", 3 "Pero a ti te lo advierto", 4 "Como ves", 5 "En tus camisas", 6
"Todos mis sentidos alerta/ pueden reconocerte", 7 "Cudate de m, 8 "Ms vale
que te cuides", 9 "Te acaricio", 10 "Los espantos que te hara).

b) Producindose, entonces, la conversin del tringulo amoroso que


antes hacamos mencin en una relacin bipolar entre vctima (la hablante) y
victimario (el amado, el oyente lrico) afectivo, relacin que podra, a su vez,
invertirse - dados los deseos de la hablante - en vctima (el amado) y
victimaria (la hablante) esta vez en plano fisico. (Ver especialmente los poemas 8 y
10).
Es este deseo de eliminar al amado, provocado por un sospechado
engao, desarrollado discursivamente en los poemas recin vistos, el que
provee la posibilidad de interpretar el ttulo del poemario : "Celos que matan pero
no tanto" como la expresin de un anhelo no concretado (Celos que matan, pero
no tanto como yo quisiera), situacin claramente establecida en el poema
once que sirve de eplogo a la ancdota amorosa desarrollada.
All se detecta que no obstante los deseos amenazadores de la hablante, en el
sentido de querer eliminar al amado, este hecho no se concreta, pero s se da por
establecida la unin de ambos amantes, reapareciendo as el tringulo amoroso de
la primera parte. Por eso ella debe "deponer esas armas" en esa "guerra
sangrienta" no quedndole a la hablante ms que, despus de desearles a esos
amantes " que se pudran", encargarles a fuerzas sobrenaturales: a "las
reinas de la muerte, a las parcas, a Mnmesis, diosa de la venganza", que
cumplan el rol exterminador que ella no ha podido concretar.
Mientras la divinidad en "Balada" es, en cierto modo, cmplice de la
traicin y avala subrepticiamente a la pareja "( Dios quiere callar)"; la
hablante de "Celos...." acude a otras divinidades para lo contrario.
Desde una perspectiva complementaria de la anterior y si atendemos al
contenido general del poemario, habra una crtica implcita al papel
disociador del varn (recordar el epgrafe) respecto de la institucin del
matrimonio. No olvidar que el destinatario del discurso, el oyente lrico, es al final
de cuentas el marido de la hablante: "Habr un muerto en la familia".
Situacin que puede ser ratificada con otro breve y demostrativo poema de
Teresa Caldern:

Bodas
"Hasta que la muerte
nos separe".
Y cmo brillaba
en su mano
el pual.
Finalmente, brota tambin del poemario completo la actitud ambivalente
que tiene la hablante respecto del oyente lrico, sus sentimientos encontrados,
propios de la situacin en que se encuentra, para con l (Recurdese al respecto lo
expresado en el citado poema 7, que ahora reiteramos).
Cudate de m, maldito,
porque te amo.
Situacin, adems, claramente detectable, no obstante cierto sarcasmo que
encierran algunos de ellos, a travs de los vocativos que ella utiliza: "querido mo"
(poema 3), "animal" (poema 6), "maldito" (poema 7), "amadsimo hroe" (poema 8)
y "mi vida" (poema 11).
NOTAS:
1

VILLEGAS JUAN, Interpretacin de textos poticos chilenos.


Santiago, Chile: Editorial Nascimento, 1977.
2
GENETTE GERARD, Palimsestes, 1982
3
MARCHESE ANGELO Y JOAQUIN FORRADELLAS. Diccionario de
Retrica. Critica, y Terminologa Literaria. Barcelona, Editorial Ariel, 1991.
4
APA, Manual diagnstico y estadstico de los trastornos mentales, segunda
edicin espaola, Barcelona, 1995.

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