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Una dieta para conseguir hábitos alimentarios saludables

¿Puede tu dieta establecer en tu vida unos hábitos alimentarios saludables?

Tener una dieta con hábitos alimentarios saludables, es lo mismo que comprar salud.

Lo más importante es empezar cuanto antes con  nuestro cambio de hábitos saludables, como dijo Benjamín Franklin “Un hoy vale por dos mañanas”. Para ello, como para cualquier empresa, que queramos llevar a cabo en la vida hace falta voluntad y determinación.

Existen miles de dietas para adelgazar, dietas milagrosas que te ofrecen tener tu peso ideal en unos días, dietas a base de líquidos, la dieta de la manzana, dieta a base de frutas…¿cuál es la mejor?. La respuesta la tienes tú: ¿cuál es el objetivo real de tu dieta?, ¿queremos perder peso o ganar salud?, ¿son compatibles ambos objetivos?

Si tu objetivo final es perder peso a toda costa (comprometiendo inclusive tu salud), cualquier dieta que puedas encontrar te puede valer, las famosas dietas milagro, aquella que te promete la imagen de algún famoso, aquella que te dice que comas una sopa al día durante una semana y estarás preparado para la operación bikini o habrás liberado a tu cuerpo de los excesos navideños. Claro que perderás kilos pero, ¿cuánto tardaremos en recuperar el peso perdido?, ¿de verdad crees que se puede adelgazar o tener una vida saludable sin ejercicio físico?, pero sobre todo, ¿hasta dónde se puede considerar este tipo de dietas saludable?

Suena a tópico pero la única dieta válida si lo que buscamos es ganar en salud, es aquella que te ofrece una alimentación variada y equilibrada, de la que forman parte alimentos de todos los grupos. Por supuesto que podemos adquirir unos hábitos alimentarios saludables y a la vez alcanzar nuestro peso ideal pero recuerda que el objetivo final de tu dieta sea mejorar tu salud, desde el conocimiento y el convencimiento propio.

Hábitos alimentarios saludables para toda la familia. Es posible.

Puede que nosotros como adultos no hayamos cuidado nuestra salud, nuestra alimentación durante todas las fases de la vida, que aún siendo precavidos existan etapas en las que nos ‘descuidamos’, no obstante reeducar nuestra alimentación es posible, sobre todo cuando tomamos conciencia de las repercuiones positivas de adquirir un régimen alimentario completo, variado y equilibrado.

Nunca es tarde para volver a recuperar esos hábitos que nos aporte salud y felicidad pero resulta mucho más fácil si desde niños hemos recibido una educación alimentaria correcta. Por lo tanto tenemos en nuestra mano mejorar la salud y la alimentación de nuestra familia al completo.

El primer año de vida es fundamental para encaminar a los ‘peques’ por la senda de la dieta saludable. Un niño que reciba poca fruta o verdura durante sus primeros 6 años es probable que mantenga una desaprobación para estos alimentos para el futuro. No se trata de cambiar la dieta de los hijos, se trata de adoptar una alimentación sana para toda la familia. ¿Quieres saber algo más sobre cómo educar la alimentación de nuestros hijos? Asentar unos hábitos alimentarios saludables desde la infancia.

  • Si es bueno para tí es bueno para tus hijos y al revés. Adopta una dieta variada y equilibrada y ofrecela a toda la familia.
  • Muestra a tus pequeños lo que puede aportarle cada alimento. Cuanto antes tomen conciencia de la importancia de los nutrientes que poseen ciertos alimentos, antes empezarán a ofrecer prioridad por frutas, verduras o legumbres.
  • Come en familia y haz que la comida sea divertida y educativa.
  • Haz deporte con ellos.

 ¿Cuál es la base para establecer unos hábitos saludables de alimentación?

Conocer los alimentos, los nutrientes que nos aportan y su importancia para la vida gracias a la energía que obtenemos de ellos, así como aquellas sustancias que nos permiten crecer, desarrollarnos y reconstruir nuestras células.

Cuando las personas tomamos conciencia del verdadero motivo por el que nos alimentamos, es cuando empezamos a comprender la importancia de llevar una alimentación rica, variada y equilibrada.

A veces confundimos términos, usamos indiferentemente alimentación y nutrición, conceptos muy diferentes. La alimentación es el acto voluntario de comer o beber, mientras que la nutrición comienza de forma involuntaria una vez que los alimentos están en nuestro cuerpo preparados para que puedan extraerse todas las sustancias nutritivas.

Pero la nutrición es consecuencia de la alimentación, es decir de los alimentos que componen la dieta y de su proporción. Por este motivo la alimentación se considera saludable cuando:

  • Es suficiente para cubrir las exigencias y mantener el equilibrio del organismo.
  • Completa y variada en su composición con inclusión diaria de todos los nutrientes y en ciertas cantidades y proporciones, según la edad, características personales o existencia de alguna patología o intolerancia.
  • Adecuada a las diferentes finalidades en el organismo: conservar la salud, cooperar en curar las enfermedades, asegurar el crecimiento y desarrollo de los niños…
  • Adaptada a las necesidades y gasto energético de cada individuo.

Por eso si queremos mantener la salud deberemos conocer sus necesidades y también la composición de los alimentos, sus nutrientes. Así podremos analizar si nuestra forma habitual de alimentarnos es la correcta o si no lo es, modificar nuestra dieta. Siempre existen alimentos muy variados que nos puede aportar lo que nuestro organismo necesita, ¡no te preocupes si no soportas una determinada verdura!, lo importante es adquirir una dieta completa y adaptada a tus necesidades. Recuerda contactar con un profesional antes de modificar tu hábitos de alimentación.

¿Que puedo hacer para tener una dieta que me aporte hábitos alimentarios saludables?

  • Empezar el día con un desayuno completo y equilibrado, que contenga, fruta, lácteos ,pan con fibra y proteína.
  • No pretendas lo imposible. Cuando se intenta adelgazar mucho en dos días el fracaso está asegurado.
  • Debes comer. Morirse de hambre es un sacrificio inútil y lo único que conseguimos es deteriorar nuestra salud.
  • Aprende a comer despacio, está demostrado que la sensación de saciedad no llega al cerebro hasta 15 minutos después de haber empezado a comer.
  • Servir los platos en la cocina. Si ponemos la cazuela en la mesa es fácil perder el control de las veces que picamos o repetimos.
  • Vigilar el frigorífico y la despensa, no guardar en ellos ningún alimento tentador. Llenarlo de frutas y verduras.
  • No saltarse ninguna comida, con ello sólo  conseguimos picar entre horas y llegar a la siguiente comida con mucha hambre.
  • Nunca vayas de compras con el estómago vacío, evitarás tentaciones.
  • Bebe mucha agua. Entre 1,5 y 2 litros al día. Ni te imaginas la de problemas que se solucionan ‘milagrosamente’ cuando vivimos bien hidratados.
  • Por supuesto, realiza ejercicio físico a diario y adaptado a tus características. Al igual que pasa con las dietas el ejercicio puede no ser saludable si no sabemos practicarlo.

¿Cuando cambiará mi metabolismo?

Tu metabolismo cambiará cuando tú cambies a unos hábitos alimentarios saludables. No es cierto que con una dieta de adelgazamiento, tu metabolismo cambie de tal forma que, puedas de ahí en adelante puedas comer lo que quieras sin engordar. Mas bién es todo lo contrario, mientras pretendías adelgazar, has conseguido modificar tus malos hábitos alimentarios y como consecuencia has bajado de peso. Pero recuerda si vuelves otra vez a tus anteriores malas costumbres en la dieta, recuperarás el peso perdido en menos tiempo del que te llevó perderlo.

Recuerda que una buena nutrición es consecuencia de una alimentación saludable.

Saludos

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