Carlos Iván Martínez

En un artículo de 2018, Dwight Smith nos cuenta que la forma de entender la delincuencia organizada en Estados Unidos en los 50’s llevó a una ecuación simple: la delincuencia organizada es una actividad de migrantes (principalmente italianos) y, por lo tanto, es igual a mafia. Esto llevó también a suponer que, eliminando la mafia, la delincuencia organizada desaparece. “El nombre que damos a lo que vemos, refleja suposiciones previas(i)”.

De forma análoga, en México se creyó por muchos años que la delincuencia organizada era el narcotráfico, y supuestamente se le combatió con eso en miras. En 1996 se publicó la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada (LFCDO), y entre el 200 y el 2003, México firmó, aprobó y publicó los acuerdos de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (Convención de Palermo).

De acuerdo con la estadística delictiva oficial del Secretariado Ejecutivo del sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se tienen datos de averiguaciones previas/carpetas de investigación por delitos contemplados en la LFCDO desde 2012. En esa estadística podemos ver cómo esta ley ha venido cayendo en desuso, ya que el número de casos anuales se ha desplomado desde que inició la estadística (2012, 2 270; 2013, 1 302; 2014, 1 299; 2015, 1 053; 2016, 637; 2017, 222; 2018, 199; 2019, 265).

De acuerdo con la LFCDO, hay delincuencia organizada cuando tres o más personas se organizan de hecho para realizar, en forma permanente o reiterada, la comisión de alguno (o algunos) de los siguientes delitos: terrorismo, narcotráfico, falsificación de moneda u operaciones con recursos de procedencia ilícita; acopio o tráfico de armas; tráfico de personas; tráfico de órganos; corrupción, pornografía, lenocinio o turismo sexual, con menores de edad; Robo de vehículos; trata de personas; secuestro; contrabando, defraudación fiscal, o compra venta de facturas (en vigor desde enero 2020); robo de hidrocarburos; y contra el medio ambiente. Como podemos ver, el narcotráfico es apenas una de más de 18 modalidades de delincuencia organizada, pero siempre hemos pensado que es la más frecuente e importante de ellas.

Sin embargo, de acuerdo con la estadística del SESNSP, de las averiguaciones previas/carpetas de investigación relacionadas con la LFCDO entre 2012 a enero 2020, apenas un 6% de ellas corresponden a delitos contra la salud. En 2012, hubo 77 casos. Entre 2013 y 2018 no hubo más de 60 cada año, pero el año 2019 casi duplica la cifra de 2012, ya que registró 140 carpetas de investigación de LFCDO relacionadas con delitos contra la salud. Leyó usted bien. Esta cifra corresponde a la administración federal actual, que clama no perseguir capos ni cárteles.

Pero, aunque las cifras indican que en este sexenio se le da más importancia al narcotráfico como delincuencia organizada, también es cierto que se han desestimado todas las demás modalidades, ya que la cifra de carpetas por todos los otros delitos de la LFCDO, muestran una caída casi constante, que va desde los 2 193 delitos de 2012, hasta la cifra más baja del periodo, 125 en 2019.

De lo anterior cabe preguntarse ¿qué cambió en la realidad mexicana que se ha dejado de utilizar la LFCDO en delitos distintos al narcotráfico? ¿Se acabó la delincuencia organizada? ¿La ley es complicada o inoperante? Es oportuno recordar que los indiciados por delincuencia organizada no gozan de las ventajas de la reforma del sistema penal de 2008. Para ellos existe el arraigo, la prisión preventiva oficiosa en centros de reclusión especiales, la restricción de comunicaciones en prisión (excepto con su defensa) y no les aplica el beneficio de prisión preventiva máxima dos años, entre otras. Esto haría deseable su uso por parte del ministerio público federal (MPF) para ganar tiempo de investigación.

El cambio puede provenir del entendimiento mismo de lo que es el combate a la delincuencia organizada. El propio presidente ha expresado que anteriormente, “los operativos especiales de la Marina, del Ejército, se orientaban a enfrentar a lo que se llama crimen organizado y no se protegía a los ciudadanos(ii)”. Esto tiene tras de sí dos suposiciones: que el combate a la delincuencia organizada 1) se realiza través de las fuerzas armadas, y 2) no protege a los ciudadanos.

Creer que la delincuencia organizada sólo se combate con sangrientos operativos militares es desestimar los trabajos (pero también los resultados) de investigación, inteligencia y judicialización de los casos. Considerar que el combate a la delincuencia organizada y la seguridad pública son acciones mutuamente excluyentes, es negar que buena parte del problema de seguridad pública proviene precisamente de la impunidad de la delincuencia organizada.

Pero hay un importante tercer factor tan evidente como un elefante en una habitación: Las decisiones en materia de persecución de la delincuencia organizada se toman en la Fiscalía General de la República, la cual goza de autonomía respecto al titular del ejecutivo federal. Aunque el fiscal fue propuesto por el presidente, este no tiene ya control sobre la actuación del MPF. Esta puede ser otra razón por la que la Guardia Nacional ha sido enfocada a la seguridad pública y la prevención de delitos del fuero común, y por lo que los delitos de delincuencia organizada diferentes al narcotráfico llegaron a un mínimo histórico en 2019.

Tal vez sea tiempo de que todos los actores revisemos la LFCDO y la forma en que el MPF la ha usado y dejado de usar en años recientes, pues no podemos prescindir de ningún instrumento que nos sirva, como sociedad, para protegernos de los más peligrosos delincuentes que se organizan en detrimento nuestro. Debemos organizarnos mejor que ellos.

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
@martinisivan

i Smith, Dwight. How Do We Think about Organised Crime? Publicado en Strategic Hub on Organised Crime, 2 de agosto, 2018. Recuperado de https://shoc.rusi.org/informer/how-do-we-think-about-organised-crime

ii Versión estenográfica de la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, 11 de enero 2019. Recuperado de https://lopezobrador.org.mx/2019/01/11/version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-21/

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