Son cambios importantes. Porque el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), acaba de subir de tres a 10 años la edad a la que los niños pueden empezar a tomar ciertos pescados por presencia de mercurio.

Se trata de pescados grandes, en concreto emperador (pez espada), atún rojo, lucio, tiburón (cazón, marrajo, pintarroja y tintorera), que por su tamaño pueden acumular una mayor presencia de este mineral que afecta a la salud humana.

Como explica la AESAN, el mercurio es un contaminante medioambiental que se encuentra en los alimentos debido a su presencia en la corteza terrestre y por la actividad humana.

Este metal, que llega a los pescados en forma de metilmercurio, puede afectar al sistema nervioso central en desarrollo, por exposición directa tras el consumo de ciertos alimentos o indirectamente al poder atravesar la placenta, además de llegar a la leche materna. Por ello, las mujeres embarazadas, las que estén planeando quedarse embarazadas, las que den lactancia y los bebés y niños de menor edad son quienes deben restringir más el consumo de estos pescados, indica la agencia.

Tal como especifica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal exposición al mercurio por vía humana es el consumo de pescado y marisco. Y su transmisión al organismo puede ser tóxica para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos.

Nada de estos pescados hasta los 10 años

El cambio principal sobre lo que se recomendaba hasta ahora es que los niños de menos de 10 años directamente no deben tomar este tipo de pescados.

Tras ellos, entre los 10 y los 14 años el consumo recomendado también es muy restringido, apenas 120 gramos al mes. A partir de los 14 años, no existen restricciones para este tipo de pescados y la AESAN recomienda entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana.

Para las poblaciones vulnerables al mercurio, también se recomiendan entre tres y cuatro raciones de pescado, siempre que tengan medio o bajo contenido en mercurio y variando entre pescado azul y blanco.

Especies con medio y bajo contenido en mercurio

La AESAN ha recordado las especies con bajo contenido en mercurio y ha aclarado que el resto (las que no se mencionan aquí) tienen contenido en mercurio de nivel medio.

Las de nivel bajo son el abadejo, anchoa/boquerón, arenque, bacalao, bacaladilla, berberecho, caballa, calamar, camarón, cangrejo, cañadilla, carbonero/fogonero, carpa, chipirón, chirla/almeja, choco/sepia/jibia, cigala, coquina, dorada, espadín, gamba, jurel, langosta, langostino, lenguado europeo, limanda/lenguadina, lubina, mejillón, merlan, merluza/pescadilla, navaja, ostión, palometa, platija, pota, pulpo, quisquilla, salmón atlántico/salmón, salmón del Pacífico, sardina, sardinela, sardinopa, solla, y trucha.

Como ha recordado la pediatra Lucía Galán a través de una publicación en Facebook, es importante incidir en que el atún de lata, bote o el bonito no es atún rojo y, por tanto, no está incluido en las restricciones.

El pescado es recomendable y saludable en el embarazo

La AESAN recuerda que los límites establecidos de mercurio para los pescados son obligatorios y están controlados por las autoridades sanitarias y, por tanto, garantizan un consumo seguro.

Así, la agencia recuerda los beneficios del consumo de pescado, que es fuente de energía, de proteínas de alto valor biológico y que contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. Además, tiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, que es un componente de los patrones dietéticos asociados con la buena salud, y pocos ácidos grasos saturados.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha asociado el consumo habitual de pescado durante el embarazo con efectos beneficiosos sobre el desarrollo neurológico en niños y con la reducción del riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria en adultos.