La Aldea ha sido un municipio eminentemente agrícola, con un porcentaje muy alto de su población dedicada al sector primario, en concreto al cultivo del tomate. Sin embargo, las exportaciones, hectáreas en cultivo, cifras de negocio y empleo, se han derrumbado hasta representar la décima parte de lo que era hace 20 años.

Por otro lado, es un municipio con una situación muy singular, encontrándose al oeste de Gran Canaria, su clima es propio del sur de la isla, donde se concentra la mayor parte de la actividad turística insular. Esta situación, junto con la inminente mejora de la conectividad, hace que sea necesario pensar, con la mayor antelación posible, el modelo de desarrollo que las personas que viven en el municipio quieren tener. Una fórmula que incluya un modelo competitivo de turismo, conectado con la comunidad local y el territorio.

Es necesario un modelo adecuado al contexto global, que se ajuste a la agenda 2030, y a la Agenda Urbana, promoviendo el empleo local, la puesta en valor del patrimonio cultural, la pequeña escala y sobre todo la participación en su definición y desarrollo de las personas que allí viven.

Este proyecto facilita un espacio de reflexión para pensar un modelo socioeconómico y territorial que se sume al tejido productivo como oportunidad para regenerar la economía local.