Todas hemos tenido días en los que sentimos que nada marcha bien o no como lo habíamos pensado . En nuestro día a día se presentan situaciones que hacen que nos sintamos desanimadas , cansadas y probablemente estresadas , déjame decirte que no hay edad en la que no nos sintamos así en algún momento .
Cuando somos jóvenes , la escuela , clases , tareas y actividades pueden hacernos sentir presionadas , creemos que al terminar una carrera nuestra vida será más tranquila pero no es así , al contrario , todas nuestras responsabilidades aumentan , tenemos poco tiempo libre , estamos más tiempo en oficina que en casa y esta termina por convertirse en un lugar solo para dormir . Lo mismo pasa con las mujeres que son mamá , pues ellas no solo se enfrentan a la maternidad sino también al matrimonio , los quehaceres y deberes cotidianos que hacen que sintamos que el día no rinde .
Anhelamos que los niños crezcan para poder tener más tiempo para nosotras , pero en realidad cada etapa de la maternidad implica un reto diferente y las responsabilidades aumentan cuando nuestro cónyuge no ayuda a la labor de la crianza ocasionando que las mujeres nos sintamos poco valoradas .
Cuando las mujeres comenzamos a sentirnos poco valoradas , desanimadas , cansadas o estresadas solemos culpar al mundo y las cosas externas que nos rodean ; pensamos que nos están robando nuestra felicidad , pero realmente ¿ esto nos roba la felicidad ? No , las situaciones o factores externos que causan conflictos no son quienes nos roban la felicidad ,
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somos nosotras mismas porque ponemos nuestra esperanza en lugares incorrectos , cuando reconozcamos que solo Dios puede darnos el descanso , paz y estabilidad , podremos entender que esto no depende de los demás sino de nuestra relación con Dios .
Dios es quien nos defiende , sustenta , provee y da paz , cuando nos gocemos en Él dejaremos las preocupaciones de lado .
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