La igualdad entre sexos predominaba en las sociedades prehistóricas

Un estudio demuestra que tanto mujeres como hombre tenían la misma influencia en los grupos de cazadores y recolectores

La aparición de la agricultura fue el principio del cambio al permitir la acumulación de bienes

Recreación de un hombre y una mujer prehistóricos

Recreación de un hombre y una mujer prehistóricos

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Barcelona. (Redacción).- La consecución de la igualdad entre géneros es uno de los grandes anhelos de la sociedad contemporánea. La historia se ha construido con un papel predominante del hombre sobre la mujer, hecho que en muchas ocasiones se justifica apelando a un hecho natural. Al poseer el hombre más fuerza física, la idea de que éste tiene un papel predominante en las sociedades desde las épocas prehistóricas está absolutamente extendida. Sin embargo, un estudio de la Universidad College de Londres publicado en la revista Science asegura que es muy probable que las primeras sociedades se erigiesen sobre principios absolutamente igualitarios.

Según el estudio, en las tribus de cazadores y recolectores prehistóricas, tanto hombres como mujeres tenían la misma influencia dentro del grupo, siendo la aparición de la agricultura un factor fundamental para romper esta tendencia y que dio pie a la creación de relaciones de desigualdad. De esta manera se pone en duda que la busca de la igualdad sea un concepto relativamente nuevo; se considera que la desigualdad entre géneros es una construcción humana y no de orden natural.

Mark Dyble, antropólogo y director del estudio, considera que la igualdad entre sexos habría podido ser un factor influyente en nuestra evolución y que habría deparado resultados diferentes. “Habría influido en cómo la construcción de nuestras relaciones, en nuestras formas de lenguaje y en nuestros vínculos de pareja”.

Basándose en datos genealógicos de tribus prehistóricas del Congo y Filipinas, el estudio refleja que en aquellos grupos que las decisiones quedaban en manos únicamente de los hombres, se tendía a construir una red de relaciones excluyente a las mujeres, que las relegaba a una posición periférica y que tenía muy pocas conexiones con grupos externos. Sin embargo, cuando la decisión estaba en manos de ambos sexos, esta tendencia desaparecía y se construían sociedades mucho más amplias y con más relaciones intergrupales

. El estudio sugiere que la igualdad entre géneros habría podido ser un factor clave para construir desde el pasado sociedades mucho más interconectadas entre sí, lo que habría favorecido con toda probabilidad a una evolución más rápida, pues la conexión entre diferentes grupos permitiría haber influido entre los diversos grupos dando pie a la aceleración de los avances.

Andrea Migliano, una de las principales autoras del estudio considera que "la igualdad entre géneros sugiere un escenario en el que los rasgos humanos únicos, como la cooperación con individuos no emparentados, podrían haberse dado fácilmente y con mayor celeridad en nuestro pasado evolutivo."

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