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Situación de Venezuela

Llamamiento de emergencia

Situación de Venezuela

Más de 7,7 millones de personas han salido de Venezuela buscando protección y una vida mejor; la mayoría – más de 6,5 millones de personas – ha sido acogida por países de América Latina y el Caribe. En las Américas y en el resto del mundo, ACNUR trabaja para apoyar la inclusión de las personas venezolanas en las sociedades que generosamente les han dado acogida y para encontrar soluciones que generen estabilidad y fomenten el crecimiento y el desarrollo de sus comunidades.
Una trabajadora de ACNUR ayuda a familias venezolanas que se han quedado durmiendo a la intemperie en la plaza Simón Bolivar en Boa Vista, Brasil, a instalarse en el albergue Jardim Floresta.

"Dejamos todo en Venezuela. No tenemos un lugar donde vivir o dormir y no tenemos nada para comer".

Nayebis Carolina Figuera, una venezolana de 34 años que huyó al vecino Brasil

Si bien ha habido personas venezolanas que han retornado a su país de origen, persiste la salida de refugiados y migrantes de Venezuela a países vecinos y al resto del mundo; de hecho, de acuerdo con datos proporcionados por los gobiernos, la cifra ya superó los 7,7 millones a nivel mundial. Por tanto, un número considerable de personas requiere protección internacional y asistencia humanitaria.

Aunque los países y las comunidades de acogida en la región tienen el compromiso de ayudar a las personas de Venezuela y les han dado generosa acogida, la presión para ellos incrementa. Algunos países están implementando procesos de regularización a gran escala para garantizar la documentación y el acceso a derechos y servicios de las personas refugiadas y migrantes. Sin embargo, el éxito de estos esfuerzos y gestos de solidaridad requiere apoyo financiero, con el que también es posible garantizar que no se deje a nadie atrás.

La mayoría de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela que llegan a países vecinos son familias con hijas e hijos, mujeres embarazadas, personas mayores y personas con discapacidad. Además, según una evaluación de necesidades que ACNUR y sus socios de la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) llevaron a cabo recientemente, muchas de estas personas han caído en la pobreza y luchan por sobrevivir.

El creciente costo de vida, los estragos de la emergencia provocada por la COVID-19 y las tasas de desempleo, que van en aumento, han agravado la vulnerabilidad de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y les ha imposibilitado la reconstrucción de sus vidas y su integración en las sociedades de acogida en toda la región. La mitad de las personas refugiadas y migrantes de América Latina y el Caribe no pueden costear tres comidas al día; además, no tienen acceso a una vivienda digna y segura. Para conseguir alimentos o para evitar caer en situación de calle, muchas de estas personas recurren al sexo por supervivencia, la mendicidad o el endeudamiento.

Por otra parte, los efectos de la pandemia de COVID-19 aún obstaculizan la integración socioeconómica, lo que lleva a las personas de Venezuela a una situación de marcada pobreza. Muchas familias se han visto obligadas a reducir su consumo de alimentos y han adquirido deudas para poder subsistir; además, corren el riesgo de ser desalojadas o explotadas, y se enfrentan a riesgos de protección. Aunado a ello, las dificultades económicas y la inestabilidad política en algunos países, así como la creciente competencia por los empleos y el limitado acceso a los servicios públicos, han contribuido a la xenofobia y la discriminación. Del mismo modo, los salarios extremadamente bajos obstaculizan la manutención de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela.

Con respecto a las infancias, son muchos los obstáculos que niñas y niños refugiados y migrantes deben superar para tener acceso a la educación en los países de acogida, sobre todo debido a la falta de cupos suficientes en las escuelas. En este contexto, las personas que no cuentan con documentación, medios de vida ni oportunidades de integración local recurren a los movimientos sucesivos en busca de un futuro seguro y sostenible. De hecho, muchas de ellas ponen sus vidas en riesgo recorriendo rutas irregulares que son sumamente peligrosas.

"Caminamos por once días y tuvimos que dormir a la intemperie. Nos fuimos porque nos amenazaron con matarnos. Mi hermano fue asesinado, y casi me matan a mí también".

Ana, venezolana en Ecuador

 

¿Qué está haciendo ACNUR para ayudar?

En estrecha colaboración con gobiernos de acogida, sociedad civil, organizaciones confesionales, otras agencias de la ONU (en particular, OIM) y otros socios, ACNUR ha estado llevando a cabo diversas actividades para proteger a las personas refugiadas y migrantes de Venezuela, que incluyen satisfacer sus necesidades humanitarias, así como promover su inclusión socioeconómica.

Para garantizar que la recepción ocurra en condiciones dignas y seguras, ACNUR ha ampliado su presencia en las zonas fronterizas en toda la región; estando ahí, brinda asistencia vital – como ofrecer agua potable y proporcionar kits de higiene para mujeres, niñas y niños – y atiende las necesidades básicas de las personas refugiadas y migrantes. Además, garantiza el acceso al asilo y al territorio, brinda asesoramiento legal, y defiende el derecho internacional de los refugiados y las prácticas que son congruentes con este.

Por otra parte, para promover la integración en las comunidades de acogida, ACNUR trabaja de cerca con las autoridades locales, la sociedad civil y el sector privado; promueve actividades de formación vocacional para las personas venezolanas; apoya la reubicación de refugiados y migrantes de Venezuela a lugares donde existen más oportunidades de empleo y servicios; y colabora con los gobiernos de la región para fortalecer los sistemas nacionales de registro y asilo. Asimismo, ACNUR aboga por la inclusión socioeconómica y la integración local de las personas refugiadas y migrantes.


En colaboración con la sociedad civil y los socios gubernamentales, ACNUR apoya redes de alojamientos y albergues temporales, intervenciones de infraestructura comunitaria, espacios diseñados para las infancias, y espacios de lactancia en cruces fronterizos.

Además, ACNUR cuenta con un programa integral de transferencia de efectivo que ayuda a las personas refugiadas y migrantes a satisfacer sus necesidades más apremiantes, como el alimento, el alquiler y los servicios públicos. Al recibir apoyo de este tipo, los venezolanos contribuyen a la economía de las comunidades de acogida, pues les es posible adquirir servicios y bienes locales.

Por otra parte, ACNUR y sus socios han implementado campañas antixenofobia en varios países para acabar con la discriminación y promover una coexistencia pacífica entre personas venezolanas y comunidades de acogida; también ha creado redes de voluntarios para fortalecer los vínculos con las comunidades y garantizar que la comunicación y la rendición de cuentas fluyan correctamente en ambas direcciones.

Al mismo tiempo, está trabajando con diferentes grupos poblacionales, que incluyen mujeres, niñas, niños, personas mayores, jóvenes, personas con discapacidad, así como pueblos indígenas y personas LGBTIQ+. Además, junto con sus socios, ACNUR está coordinando una iniciativa regional para la creación de Espacios de Apoyo donde refugiados y migrantes puedan recibir información actualizada y confiable, así como un paquete mínimo de servicios en áreas estratégicas en la región.

"Nos llevó más de siete días llegar a Perú. No teníamos nada que comer al final. Tratamos de ahorrar todo para nuestro hijo, pero también pasó más de 24 horas sin comer un bocado. Solo tiene tres años".

Gerardo, padre venezolano en Perú

 

El alcance de la asistencia humanitaria y del apoyo para alcanzar la inclusión socioeconómica debe aumentar con urgencia para complementar los esfuerzos gubernamentales y garantizar que las comunidades sigan recibiendo a las personas refugiadas y migrantes en un entorno seguro y acogedor. Para garantizar una respuesta integral a nivel de Naciones Unidas y para apoyar los esfuerzos de los principales gobiernos de acogida, la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), que es liderada por ACNUR y OIM, prepara cada año el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP, por sus siglas en inglés). El Plan se desarrolla en conjunto con los socios y tiene como objetivo apoyar en la satisfacción de necesidades tanto de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela como de las comunidades de acogida en diecisiete países en América Latina y el Caribe.

 

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Actualizaciones operativas

Para obtener más información sobre el presupuesto, la financiación y la respuesta operativa de ACNUR, visita la página del Global Focus dedicada a la situación en Venezuela.

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¿Necesitas más información sobre la situación de Venezuela?

La Plataforma de Coordinación Intergencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) está integrada por más de doscientes organizaciones que trabajan de manera coordinada en diecisiete países de América Latina y el Caribe, según el Plan de respuesta para refugiados y migrantes de Venezuela.

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