El día en que Mick Jagger le confesó a Borges su fanatismo
Era Madrid. Era de noche. Era la década del 80. El escritor argentino, Jorge Luis Borges, y su pareja, María Kodama, estaban en el hotel Westin Palace, en España. Esperaban que los recogieran para ir a cenar. Entonces, un hombre alto, de porte fino y delgado, con acento inglés, se les acerca y se rinde a sus pies, entregado a la devoción por el autor de El aleph. Era Mick Jagger.
La anécdota no tiene registro pero cuenta con la memoria de Kodama, quien en una entrevista publicada en LA NACION volvió a recordar el momento.
"Él se había encontrado con Borges en el hotel Westin Palace. Resulta que estábamos con Borges y había muchísima gente, pero viste que en el hotel hay siempre alguna personalidad. Yo soy miope, y aun así veo de pronto a Mick Jagger que se arrodilla, le agarra las manos y le dice: ‘Maestro, yo lo admiro. Leí toda su obra’", contó la también escritora.
Asimismo, agregó sobre la reacción de su marido ante la declaración del cantante de Los Rolling Stones: "Borges, que estaba ciego, le dice: ‘Yo no veo. ¿Usted quién es, señor?’. ‘Soy Mick Jagger’. ‘Ah’, le dijo Borges. ‘Uno de los Rolling Stones’, Jagger le contestó: ‘¡Usted no puede saber de mí!’. El otro casi se desmaya".
En la entrevista, Kodama indagó sobre el fanatismo del músico inglés por el autor de Funes, el memorioso, y contó: "En la película Performance, Jagger lee a Borges y hay detrás un gran retrato de él".
Asimismo, describió la faceta más íntima del escritor y aseguró que, quizá contra todo pronóstico, quizá por los prejuicios, él era un hombre con un gran sentido del humor: "Era muy divertido, entonces en la intimidad eso se potenciaba. Yo les decía a mis amigos que vinieran a casa. Y me decían: ‘No, el viejo, los laberintos’. Y se lo perdieron, porque era divertidísimo".