Abordando la desigualdad en la educación durante y después del COVID-19. Los retos de la educación inclusiva

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Child learning

20 de abril, 2020. El aprendizaje de más de 1.5 mil millones de niños y jóvenes ha sido interrumpido por la pandemia de coronavirus (COVID-19). La mayoría de estudiantes en todo el mundo no asiste a la escuela y hace uso de programas de aprendizaje a distancia a través de internet, televisión o radio, o una combinación de los mismos, si se encuentran disponibles. La desigualdad en el acceso a internet, paquetes de datos y dispositivos en apoyo de la continuidad de la educación a distancia para todos los estudiantes es claramente evidente. Sin embargo, los riesgos específicos que esta pandemia implica para los estudiantes más vulnerables, sobre todo para aquellos con alguna discapacidad o con necesidades educativas diversas/especiales han sido, básicamente, pasados por alto.

Quienes eran excluidos antes de la pandemia presentan ahora mayor riesgo. La interseccionalidad entre pobreza, género, etnia, edad, discapacidad y otras identidades puede resultar en múltiples maneras de discriminación y exclusión. Es por eso que los esfuerzos en salud, protección social, educación y otros sectores deben tomar en cuenta a todos al momento de afrontar la pandemia con el fin de garantizar la continuidad de servicios seguros e inclusivos para todos. Reconocer esto y adoptar medidas ambiciosas para superar la creciente desigualdad y la brecha digital resulta fundamental para el futuro.

Esta infografía y las siguientes preguntas señalan qué países deberían prestar especial atención al momento de responder ante la crisis del COVID-19.

1. ¿Cómo garantizar la seguridad de todos los estudiantes y las comunidades?

La pandemia ha obligado a los países y comunidades de todo el mundo a cerrar sus escuelas. Es posible que las oportunidades del aprendizaje a distancia no estén disponibles o no sean accesibles para todos los estudiantes, por lo que se necesita recurrir a una serie de canales y métodos de comunicación para garantizar que el contenido educativo sea impartido en los idiomas locales y minoritarios, incluso con lenguajes de signos, uso de subtítulos, provisión de audio y gráficos.

El cierre de las escuelas ha generado la pérdida de la rutina y la supervisión. Además, ya no hay acceso a servicios como alimentación, apoyo brindado por personal de recursos especiales[1] o tecnologías de asistencia, y casi todos los servicios de protección social y de menores han sido cerrados. Al mismo tiempo, la violencia doméstica ha ido en aumento. En estas circunstancias, los más vulnerables serán los más afectados. Es importante abordar estos desafíos para evitar una mayor estigmatización y marginalización de niños, niñas y personas con discapacidad.

Una vez que los estudiantes, maestros y el resto del personal de educación vuelvan a la escuela, es fundamental restablecer la salud y la seguridad a través de prácticas mejoradas de salud y saneamiento, continuando de manera inclusiva con instalaciones, información y comunicación que sean accesibles para todos los estudiantes y el personal en general. La demanda de soporte socioemocional y de servicios de orientación es alta actualmente y seguirá aumentando, ya que el bienestar de los maestros y los estudiantes debe pasar a primer plano.

2. ¿Cómo garantizar la accesibilidad y los ajustes razonables del aprendizaje a distancia?

Es fundamental que todos los estudiantes tengan acceso a un programa, siguiendo los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje, con ajustes y diferenciaciones razonables, tanto ahora como después de volver a la escuela.

El próximo Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2020, Inclusión y educación: todos significa todos (all means all), señala que la tecnología disponible permite a los estudiantes con discapacidad visual el uso de materiales de estudio en línea en diferentes formatos, tales como convertir textos a audio o al lenguaje Braille. Sin embargo, no muchos sistemas educativos aprovechan las tecnologías rentables de apoyo disponibles para todos los estudiantes ni toman en cuenta recursos como Bookshare y la Global Digital Library, que pueden apoyar a los estudiantes con discapacidad visual o brindan una lista de verificación al momento de planificar los servicios educativos para estudiantes que usan lenguajes de signos.

Algunos países como Finlandia, Sudáfrica y el Reino Unido han tomado en cuenta a los estudiantes con discapacidad o necesidades educativas diversas/especiales en su respuesta ante el COVID-19, garantizando la disponibilidad de algún tipo de servicio de apoyo durante la crisis. La pandemia presenta una oportunidad para garantizar que el aprendizaje a distancia sea accesible para todos y la disponibilidad de un mayor apoyo personalizado. Esto será útil en futuras situaciones de emergencia y en los esfuerzos para abordar las necesidades de aquellos que corren el peligro de no volver a la escuela después de que los centros abran nuevamente.

3. ¿Cómo apoyar a los padres para que se involucren con sus hijos, incluidos niños con discapacidad?

Es fundamental involucrar a los padres y a los cuidadores en el aprendizaje a distancia. La estructura ayuda, pero puede ser difícil de seguir si los padres y los cuidadores se enfrentan a múltiples responsabilidades en el hogar. Es probable que los padres y cuidadores de estudiantes con discapacidad y diversas necesidades de aprendizaje tengan que esforzarse incluso más y requieran apoyo y recursos para ayudar a sus hijos a aprender. Muchos padres buscan el apoyo de los maestros, mientras que otros pueden apoyarse en sus comunidades, cuando los servicios de soporte que brindaba la escuela ya nos encuentren disponibles. La crisis crea oportunidades para que los padres y el personal de educación colaboren más, con el fin de garantizar el bienestar y aprendizaje de todos los estudiantes.

4. ¿Cómo asegurar que los maestros apoyen el aprendizaje de todos los estudiantes?

Los sistemas educativos necesitan mantener a los maestros y líderes educativos comprometidos y trabajando mientras dure la crisis del COVID-19 para garantizar la continuidad de los servicios educativos. Los maestros juegan un papel esencial en la educación inclusiva y es importante que aprendan sobre pedagogía inclusiva. Siempre existirán estudiantes que necesiten un apoyo más intenso o individualizado. De ahí la importancia de educar a algunos maestros para que se conviertan en expertos en estos enfoques más personalizados y puedan brindar apoyo efectivo a otros colegas y estudiantes dentro del salón de clases en general. Este personal de recursos especiales o maestros de educación especial jugarán un papel crítico apoyando a otros maestros después de la crisis.

En los países donde la capacitación formal para maestros y otros servicios y recursos son escasos, podrían usarse otros recursos, como miembros de la comunidad, padres, cuidadores u organizaciones no gubernamentales, que podrían convertirse en socios al momento de apoyar la educación inclusiva.

Responder a la crisis del COVID-19 y recuperarse a futurorequiere de un enfoque inclusivo, que se ocupe de todos los estudiantes, incluidos niños y jóvenes con discapacidad y otros estudiantes vulnerables. El logro de sistemas de educación más inclusivos puede ayudar a todos los estudiantes a retomar el rumbo, tanto ahora como después de la crisis.

 
[1] Resource personnel: médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, logopedas, terapeutas físicos y ocupacionales, educadores y otras personas técnicas y profesionales cuya experiencia se utiliza para proporcionar servicios especializados a niños. (N. de la T.)

 


Autores

Hanna Alasuutari

Senior Education Specialist

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