SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.6 número3Efectividad in vitro de Bacillus y polifenoles de plantas nativas de México sobre Rhizoctonia-SolaniRelleno de series diarias de precipitación, temperatura mínima, máxima de la región norte del Urabá Antioqueño índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.6 no.3 Texcoco abr./may. 2015

 

Artículos

 

Una estimación de la responsabilidad social empresarial en empresas hortofrutícolas de Baja California, México*

 

An estimate of corporate social responsibility in horticultural enterprises from Baja California, Mexico

 

Belem Avendaño Ruiz, Olga A. Sierra López2 y Martha Lobo Rodríguez3

 

1 Universidad Autónoma de Baja California- Facultad de Economía y Relaciones Internacionales. Calle Sansón Flores Núm. 207, Col. Compuertas, Mexicali, B. C. 21218. Tel: 686 2-211621. §Autora para correspondencia: b_avendano@uabc.edu.mx.

2 Universidad Autónoma de Baja California-Facultad de Economía y Relaciones Internacionales. (olgasierra@uabc.edu.mx).

3 Universidad Autónoma de Baja California-Facultad de Turismo y Mercadotecnia. (mlobo@uabc.edu.mx).

 

* Recibido: diciembre de 2014
Aceptado: febrero de 2015

 

Resumen

Sí bien la adopción de protocolos de responsabilidad social empresarial (RSE) no es de carácter obligatoria, las empresas lo asumen como una forma de mantener la cuota en el mercado internacional y una ventaja competitiva. El objetivo de este artículo es realizar una estimación de la adopción de acciones de RSE en empresas hortícolas de exportación de la zona costa de Baja California, a través de dos ejercicios. En primer lugar, se calculó un índice de adopción de innovaciones en RSE que considera cuatro categorías de acciones: capital humano, sustentabilidad de la producción agrícola, uso del agua y fuentes de energía y ética empresarial. En segundo lugar se realizó una adaptación del Indicador Ethos para Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) sugerido por el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial, que permite identificar la situación de las empresas en cuanto a la implementación de RSE y las áreas de oportunidad para la mejora en la gestión empresarial. Se concluye que las áreas de ética de la empresa y uso eficiente del agua y la energía son las que presentan el mayor reto para la implementación de protocolos de RSE en las empresas hortícolas de la zona costa del estado de Baja California.

Palabras clave: ética empresarial, indicador Ethos, índice de adopción de innovaciones en RSE.

 

Abstract

Whilst the adoption of protocols for corporate social responsibility (CSR) is not mandatory in nature, firms take it as a way to maintain international market share and competitive advantage. The aim of this paper is to estimate the adoption of CSR activities in horticultural export companies from the coast of Baja California, through two exercises. First, rate of adoption of innovations in CSR was calculated, considering four classes of actions: human capital, sustainability of agricultural production, water use and energy sources and business ethics. Secondly an adaptation of Ethos Indicator for Small and Medium Enterprises (SMEs) was performed suggested by the Argentine Institute of Corporate Social Responsibility, which identifies business situation regarding the implementation of CSR and areas of opportunity for improvement in business management. It is concluded that the areas of business ethics and efficient use of water and energy are those that present the greatest challenge in implementing CSR protocols in horticultural enterprises from the coastal area of the state of Baja California.

Keywords: business ethics, Ethos indicator, rate of adoption innovation in CSR.

 

Introducción

Como en otros países en desarrollo, en la agricultura mexicana es común encontrar una actividad polarizada, entre un segmento comercial altamente capitalizado orientado a la producción para la exportación, que incluye además de grandes empresas, pequeños y medianos agricultores con algunos lazos comerciales particularmente con el mercado interno; y por otra, un sector de subsistencia que produce para el consumo familiar, cuyo ingreso depende considerablemente de actividades no agrícolas.

En el periodo de 1993 a 2011 el sector primario en México ha mantenido una participación relativamente estable como parte del Producto Interno Bruto (PIB) ya que aportó en promedio 3.71%. Durante el mismo lapso de tiempo la agricultura ha sido la principal actividad en el sector primario al participar con 63% del valor del PIB del sector y si nos referimos al sector agroalimentario las exportaciones agroalimentarias de frutas y hortalizas participaron con el 67% en promedio del total generado por este subsector (INEGI, 2013). La intensidad en la producción mexicana de frutas y hortalizas orientada a la exportación obedece no sólo a una lógica de dotación de recursos naturales, sino también a un proceso de aprendizaje emprendido por las empresas productoras-exportadoras a lo largo del tiempo, que les ha permitido flexibilizar sus procesos y adecuarse a los nuevos requerimientos del mercado internacional con mayor rapidez que aquellas orientadas a satisfacer el mercado doméstico.

En Baja California, el sector primario participa en promedio con 3% del PIB estatal y al interior del sector, la producción agrícola participa con 76% del valor total de las actividades (INEGI, 2013). Una gran parte de los productos agrícolas de la entidad se destinan al mercado de exportación, teniendo como destino el mercado del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), en particular hacia los Estados Unidos de América, que ha convertido a México en su principal proveedor de frutas y hortalizas, impulsando a los productores de la entidad a realizar esfuerzos extraordinarios de modernización para mantener la competitividad de sus operaciones (Avendaño y Acosta, 2009).

La participación relativa de la producción de frutas y hortalizas en la agricultura de Baja California es primordial. Con solo 15% de la superficie cosechada en la entidad, aportan 17% del volumen de producción y 62% del valor de la producción. Además, generan 72% de los empleos del sector y utiliza cerca de 11% del agua de riego. La producción de hortalizas en verano se realiza principalmente en la Zona Costa del estado, en tanto, en el ciclo otoño-invierno, se efectúa en el valle de Mexicali. La constante innovación tecnológica en esta zona se distingue también por el uso de malla sombra y la incorporación de hidroponía en cultivos como el tomate, pepino, fresa y frambuesa. El crecimiento de la superficie agrícola protegida que en 2013 sumó 2 983 h, ha posicionado a Baja California en el 3er lugar nacional (SEFOA, 2013).

Por décadas esta región se ha orientado principalmente a la producción para la exportación de tomate, fresa, frambuesa, pepino, col de Bruselas, vid, flores y algunas variedades de chiles, la región comprende los valles agrícolas de San Quintín, Maneadero, Punta Colonet, Valle de la Trinidad, Valle de Guadalupe y Ojos negros (Avendaño y Schwentesius, 2005). Desde su origen brindó a la actividad hortofrutícola de la entidad un doble vínculo con el mercado norteamericano: el primero, como proveedor de productos y el segundo, como receptor de capital, propiciando una fuerte concentración de las exportaciones en EE. UU., lo cual ha derivado en un proceso constante de adaptación de los grados y estándares demandados por los distribuidores y consumidores norteamericanos, en aras de preservar la calidad, sanidad e inocuidad de los productos, y por ende, la cuota de mercado (Avendaño y Montaño, 2009).

La aplicación de normas y estándares tienen por objetivo que los productos que ingresan a los países importadores cumplan con requisitos, en ocasiones mayores inclusive a los que se establecen a los productores locales que abastecen su mercado doméstico. Se considera que los estándares proveen a los agentes económicos nuevas oportunidades de aprendizaje, de mejora en su competitividad y de acceso al mercado. De igual modo modifican profundamente las relaciones entre los agentes dentro de las cadenas de valor, con el riesgo de excluir al pequeño productor de la oportunidad de mejorar su desempeño, aunque este siempre ha sido un riesgo existente en el sector agrícola (FAO, 2002).

A partir de 2012, la implementación de estándares relacionados con la responsabilidad social empresarial (RSE) se ha convertido en el objetivo de los distribuidores norteamericanos hacia sus productores en Baja California. Las acciones realizadas actualmente han sido a título individual y de carácter voluntario por las empresas, debido a la ausencia de consenso acerca del protocolo que debe aplicarse o el cuál sea el más conveniente para el sector agrícola, según las condiciones de la región y a las especificidades de la actividad misma.

Con base en lo anterior, el objetivo del presente estudio es realizar dos estimaciones acerca de la adopción de acciones de RSE en empresas hortícolas de exportación de la zona costa de Baja California, mediante el cálculo del índice de adopción de innovaciones en RSE (IAI) y del indicador Ethos Pymes que se detallan a continuación. La proposición hipotética que subyace en el documento es que la implementación de acciones de RSE ofrece áreas de oportunidad para elevar la competitividad de las empresas de la región y mantener su participación en el mercado exportador de hortalizas.

 

Responsabilidad social empresarial

La responsabilidad social empresarial (RSE) tiene sus orígenes en 1953 con la publicación del economista norteamericano Howard R. Bowen titulada Social Responsabilities of the Businessman, considerado como el libro semilla en el tema de la responsabilidad social corporativa, al ofrecer la primera discusión comprehensiva sobre la inclusión de la ética en los negocios y la responsabilidad social en la estrategia de planeación y toma de decisiones empresariales (Bowen, 1953).

Conforme se desarrolla el tema de la ética en los negocios, la diversidad de definiciones sobre RSE ha aumentado considerablemente debido a su carácter multidisciplinario. Entre las principales se encuentra la que ofrece el Libro Verde de la Comisión de las Comunidades Europeas (2001), que la define como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Otros autores la vinculan con el cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria por parte de la empresa, en su gobierno interno y gestión diaria, en el diseño de su estrategia, políticas y procedimientos, además de las preocupaciones sociales, laborales, ambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo transparentes con los grupos (interno y externos) con quienes se relaciona la empresa a lo largo del proceso operativo de la administración y la toma de decisiones (Red Pacto Mundial, 2013).

Un elemento impulsor clave en la adopción de la RSE ha sido la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien con la promoción del "Pacto Global", busca lograr una economía global inclusiva y sustentable. Se ha adoptado en la forma de una red integrada por las empresas que se adhieren a la iniciativa de manera voluntaria alrededor del mundo en estrecha relación con el sistema de las Naciones Unidas en cada uno de los países. Los 10 principios que suscriben quienes participan en el Pacto Global se agrupan en cuatro categorías: derechos humanos; ámbito laboral; medio ambiente; y política anticorrupción (Pacto Mundial, 2007).

Por otra parte, el enfoque teórico de la RSE ha sido abordado por autores como Carroll (1979), que relaciona la RSE con aspectos morales y éticos, enfatizando las acciones filantrópicas de la empresa de las que no tendrían por qué esperarse retribuciones para la compañía y que tampoco serían esperadas por la comunidad. Para Garriga y Melé (2004) la RSE se entiende como una herramienta estratégica de la empresa que apoya la obtención de mayores ganancias y el incremento de su competitividad por adelantarse a ciertas medidas legislativas. De igual forma Porter y Kramer (2006), plantean la RSE como actividades instrumentales que permiten la creación de riqueza empresarial, ligadas a la obtención de mayores beneficios económicos para sus accionistas.

Estas teorías de objetivo estratégico han comenzado a tener un gran número de seguidores y al mismo tiempo, han sido muy criticados por su enfoque estrictamente economicista. De acuerdo con la teoría de la ventaja competitiva, una empresa busca mantener su liderazgo en el mercado basado en tres estrategias genéricas: costos, especialización y diferenciación (Porter, 2002), aquí las acciones de RSE forman parte de una estrategia de diferenciación que le reportan a la empresa una posición de mayor competitividad.

Desde esta perspectiva la RSE, en una herramienta de innovación en nuevas dimensiones de la operación de la empresa y en su relación con la sociedad en la que se encuentra inserta. Aunque la RSE no se ha convertido en un estándar obligatorio para las empresas del mercado, el patrón de consumo actualmente está relacionado con el desarrollo de negocios sostenibles, que incluyen las perspectivas ambientales, sociales y económicas, de manera que en la práctica la empresa tiene que considerar mejorar su desempeño en áreas que antes le eran ajenas. Estudios empíricos recientes muestran que hay grupos de consumidores dispuestos a pagar un sobreprecio por productos que en su elaboración operaron con respeto a leyes vigentes, a las condiciones laborales de sus trabadores y respeto al medio ambiente y derechos humanos (Juscius, 2008).

Así el cumplimiento de las leyes y el apego a valores que el consumidor espera de las empresas, le reporta a la organización empresarial una mejoría en la percepción e imagen que los clientes tienen de ella. Las empresas Nestlé, Unilever y Danone crearon en 2002 la iniciativa de agricultura sostenible (SAI), por sus siglas en inglés, una organización sin fines de lucro, que busca facilitar el intercambio del conocimiento para apoyar el desarrollo e implementación de prácticas de agricultura sostenible en los diferentes actores de la cadena alimentaria. La SAI cuenta actualmente con cincuenta miembros, los cuales son empresas transnacionales orientadas a satisfacer al consumidor final (SAI, 2013).

Otras acciones han sido desarrolladas por organizaciones involucradas en el comercio exterior, como la Foreign Trade Association (FTA), considerada como la organización europea con mayor injerencia en el desarrollo de la política comercial y cadenas globales de suministro. Sus acciones identificaron la proliferación de protocolos y códigos de conducta de RSE, la existencia de sistemas de auditoría variables y la aparición de enfoques divergentes que llevaban a las empresas a la duplicidad de auditorías. Debido a la falta de un criterio claro y ampliamente aceptado sobre el significado de la implementación de acciones de RSE, en 2003 se estableció la Business Social Compliance Iniatitive (BSCI) por sus siglas en inglés, con el objetivo de crear una plataforma consistente y armonizada, que apoyara a las empresas interesadas en mejorar sus prácticas de responsabilidad social en la cadena global de suministro, evitando así la duplicidad de auditorías, esfuerzos innecesarios, confusión en los requerimientos, falta de transparencia y altos costos para las empresas y sus productores para enfrentar los requerimientos de cumplimiento (BSCI, 2013).

Las iniciativas mencionadas anteriormente como la SAI, la BSCI y otras como la Fair Labor Association, ICTI Care Foundation y Worldwide responsible accredited production (WRAP), forman parte de la Global Social Compliance Programme (GSCP), que es una iniciativa del Consumer Goods Forum, organización de la cual son miembros empresas de distribución minorista en el sector agroalimentario como Walmart, Auchan, Tesco, Migros, Dole, Chiquita, Coop y Ahold, que representan a las principales cadenas de suministros en el mundo y que realizan gran parte del comercio global de frutas y hortalizas frescas (GSCP, 2013). La diversidad de iniciativas de RSE muestra la necesidad de consolidar un grupo de normas y estándares que sean aceptados por todos en lo referente a las certificaciones de cumplimiento de la ley, respecto a derechos sociales y medio ambientales a nivel de las empresas y las organizaciones en general.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que podrían ser consideradas para aplicarse en el sector agrícola son: la norma SA 8000, publicada por la Social Accountability Internacional (SAI) de los Estados Unidos de América; AA1000 del Institute for Social and Ethical AccountAbility (ISEA); ISO 26000 de la International Estándar Organization (ISO); la norma SGE 21 de Forética, Asociación de Empresas y Profesionales de la RSE de España; la norma UNE 165010, de la ex Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR); la IQ Net SR10 de la Asociación Española para la calidad (AEC).

Además de la búsqueda del consenso en cuanto a la mejor acepción de RSE y del contenido del protocolo, un problema que emerge es el referente a quién sería la entidad encargada de auditar la implementación de los protocolos y códigos de conducta, seguimiento de las actividades de RSE plasmadas en los programas de trabajo de las empresas. Para el caso que nos ocupa, la implementación de la RSE es solicitada por los distribuidores de las frutas y hortalizas frescas localizados en los Estados Unidos de América, quienes tienen relaciones comerciales con cadenas globales de suministro como Walmart o Tesco, o grandes distribuidores internacionales como Dole, Chiquita, entre otras. En el caso específico de los productores hortofrutícolas de la zona costa del Estado de Baja California, la auditoria la lleva a cabo la empresa Intertek, seleccionada por los clientes de las distribuidoras para reconocer el cumplimiento con un programa de RSE (CABC, 2012).

 

Metodología

Como se abordó en la sección anterior, los lineamientos relacionados con el cumplimiento de la responsabilidad social empresarial (RSE), son de carácter voluntario y aún no se cuenta con un estándar o protocolo definido y aceptado por todas las empresas. Sin embargo, considerando que la implementación de acciones de RSE es un factor diferenciador de los atributos de calidad implícitos y explícitos del producto en el comercio actual, resulta importante su implementación como una oportunidad para que los productores se mantengan o amplíen su participación en el mercado objetivo y con ello su ventaja competitiva.

Por lo anterior, en esta sección se presentan dos estimaciones acerca de la implementación de acciones relacionadas con RSE en 13 empresas hortícolas de exportación de la Zona Costa de Baja California. La información que servirá de base para el análisis proviene de la aplicación del cuestionario diseñado ex profeso adopción de la responsabilidad social empresarial en el sector hortícola de Baja California (2013). Las empresas en estudio cuentan con una superficie de cultivo de 4 283 ha, donde se practica la agricultura intensiva con propósitos de exportación y los principales productos de exportación son tomate, fresa, frambuesa, pepino y pimiento.

El instrumento diseñado obtiene información referida a cuatro categorías relaciones con RSE a saber: aspectos relacionados con el capital humano; producción agrícola sustentable; uso del agua y las fuentes de energía; aspectos de la ética empresarial. En total las cuatro categorías consideradas se refieren a 31 variables relacionadas con RSE, las cuales se presentan en la sección de resultados. La información recolectada en el verano de 2013 sirvió de base para calcular por un lado el Índice de Adopción de Innovaciones de RSE y por el otro generar diagnóstico preliminar del nivel de implementación de medidas de RSE con la metodología del indicador Ethos para Pymes sugerido por el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE-2008).

La instrucción de respuesta que se ofreció a los entrevistados fue la siguiente según la guía de IARSE: "la primer reflexión a ser realizada se refiere a la adecuación de esta afirmación a la realidad de la empresa. De esa forma responda "no" cuando la situación presentada no estuviera inserta en la práctica de la empresa, "en parte" cuando apenas algunos de los factores resaltados en la situación reflejaran lo cotidiano de la empresa, "en gran parte" cuando la situación mostrara una condición próxima de la realidad de la empresa y "si" cuando la situación descrita formara parte integral de la realidad de la compañía" (IARSE, 2008).

 

Índice de adopción de innovaciones de RSE por categoría

La metodología para la estimación del índice de adopción de innovaciones (IAIC), por categoría RSE (IAIC-RSE) se basó en el trabajo de Muños et al. (2004) y la aplicación al sector hortícola del Noroeste de México que efectuó Hernández (2010). La construcción del IAIC, permite ubicar a los productores que revelaron haber adoptado innovaciones El IAIC se expresa como:

Donde: IAICik= índice de adopción de innovaciones del iésimo productor en la késima categoría; Innov jk= presencia o no de la jésima innovación en la késima categoría; y nk= número total de innovaciones en la késima categoría.

El índice estimado por categoría tiene un rango de variación entre 0 y 1, si el resultado para algún productor es cero, esto se interpreta como que dicho productor no ha realizado ninguna acción de RSE en la categoría de que se trate. Por el contrario, si el resultado es 1 se interpretaría como que dicho productor ha implementado la totalidad de acciones referidas a RSE en la categoría de que se trate.

Para conocer el promedio global de innovaciones realizadas por un productor en todas las categorías se estima el índice global de adopción de innovaciones (INGAI), mediante la siguiente expresión:

Donde: INGAIi= índice de adopción de innovación global del iésimo productor; IAIC ik= índice de adopción del iésimo productor en la késima categoría y l= número total de categorías.

El INGAIi arroja el nivel promedio global de las cuatro categorías en lo referente a la adopción de innovaciones de RSE, para cada productor (de nueva cuenta 1 es un adoptante total alineado con la gestión RSE, y 0 aquel que no ha realizado ninguna acción innovadora en cualquiera de las cuatro categorías). Este índice permite identificar en un primer momento a los agentes más dinámicos en el proceso de implementación de acciones de RSE, y hacer comparaciones entre productores. Aunque el índice INGAIi permite un diagnóstico preliminar, no facilita la identificación de quién fue el productor que primero adoptó alguna innovación y la trascendencia o impacto de esta adopción.

 

Indicador Ethos Pymes de IARSE

En el cálculo del indicar Ethos Pymes para empresas exportadoras de hortalizas en Baja California se adaptó la metodología de IARSE (2008), el Indicador Ethos toma en cuenta las cuatro categorías de acciones de RSE mencionadas previamente y sus 31 variables distribuidas en esas cuatro categorías, la medición arroja un número que gradúa el nivel de adopción de acciones de RSE. La escala del indicador varía de 0 a 3, siendo 0 si "no realizó innovaciones", 1 si "realizó innovaciones parcialmente", 2 si "realizó innovaciones en gran parte" y 3 "realizó completamente la innovación" en la categoría considerada.

Los resultados se presentan por categoría. El valor máximo posible que puede obtener una empresa por categoría se estandariza igualándolo a 10, y a partir de ahí se obtiene la proporción de cada empresa según los puntajes obtenidos, el indicador global considerando las cuatro categorías arrojaría un puntaje de 40. La primera categoría llamada aspectos sobre capital humano tiene 21 puntos como máximo; la categoría producción agrícola sustentable en armonía con el medio ambiente tiene 15 puntos como máximo a obtener; la categoría uso de agua y energía tiene un máximo de 21 puntos y la última categoría aspectos éticos de la empresa tiene 36 puntos como máximo a obtener. Los valores máximos se igualan a 10 cada uno, y a partir de estos se escala el logro en la implementación de medidas RSE de cada empresa por categoría, y se construye el indicador global por categoría.

De acuerdo con la recomendación de IARSE (2008), este ejercicio es el principio para diagnosticar el estado en que se encuentra la empresa en el nivel de oportunidad o cumplimiento de RSE. Permite identificar aquella dimensión a la que la empresa le asigna el mayor nivel de importancia en sus acciones cotidianas, y en las que es necesario implementar nuevas acciones de mejora en la gestión empresarial.

 

Resultados

Con la finalidad de identificar las áreas de oportunidad para la implementación de medidas RSE por categoría, se muestra el porcentaje promedio de adopción por cada una de las variables incluidas en el Índice de innovaciones por categoría (IAIC-RSE). Como se muestra en la Figura 1, respecto a la categoría Aspectos sobre el capital humano, en cuanto al cumplimiento de la normatividad laboral sobresale la prohibición del trabajo infantil y el trabajo forzoso, así como el cumplimiento de las obligaciones patronales y las leyes sobre seguridad social. En esta categoría, las oportunidades de mejora su ubican en lo referente a temas contemporáneos, que no son privativos del sector hortícola, tal como las medidas para evitar la discriminación laboral, la libertad de asociación y la existencia y respeto a los contratos laborales.

El desempeño de las empresas consideradas en la implementación de medidas en la categoría asociada a la producción agrícola sustentable, repunta que 100% de las empresas existen programas de manejo integral de plagas y los porcentajes de cumplimiento son altos en cuanto a la existencia de programas de recolección de residuos peligros y su confinamiento y la promoción de acciones para fomentar el uso de plaguicidas y fertilizantes de origen orgánico. La mayor oportunidad para las empresas se presenta en el rubro de adopción de programas integrales de administración ambiental, donde el porcentaje promedio de implementación de medidas es 38.5%.

Figura 2

En lo referente a la categoría 3 fomento de acciones para el uso eficiente del agua y la energía, el mayor porcentaje de implementación de medidas se ubica en las áreas de reducción de costos económicos de tecnologías ya existentes como son la racionalización en el uso de agua y energía y la disposición de las aguas residuales en los lugares adecuados (61.5% en tecnologías eficientes en el uso de agua y energía y los programas de reducción de uso de agua y energía). En menor proporción de cumplimiento se encuentran las áreas que requieren inversiones adicionales como el uso de energías alternas (15.4%) y plantas tratadoras de agua (23.1%).

Figura 3

La implementación de medidas en la categoría 4 relacionada con la promoción del desarrollo ético de la empresa es la que presenta a nivel global un menor porcentaje de implementación de medidas RSE, la Figura 4 muestra las áreas de oportunidad para mejorar el desempeño de la empresa.

Por otra parte, en la Figura 5 se muestra el índice global de adopción de innovaciones por categoría, IAIC-RSE, aquí se advierte que en ninguna de las empresas hortícolas de la Zona Costa en Baja California se han implementado al 100% las acciones RSE; sin embargo, sobresalen las acciones en la categoría II: producción agrícola sustentable en armonía con el medio ambiente con 75.4% promedio; seguido por las categorías aspectos sobre capital humano (64.8%), categoría fomento de la utilización eficiente del agua y energía (46.2%), finalmente la categoría promoción del desarrollo ético de la empresa (25%), lo cual hace pensar en que las oportunidades para el sector exportador de hortalizas en la región tiene grandes oportunidades de emprender esfuerzos por alinear la gestión empresarial a los rubros de la utilización sustentable de los recursos naturales y su impacto en el medio ambiente, en especial los aspectos relacionados con los códigos internos de funcionamiento en la empresa y su relación con la comunidad en la que se inserta.

Por su parte, la estimación del Indicador Ethos Pymes por categoría, muestra correspondencia con el orden que resultó de estimar el IAIC-RSE presentado en la sección anterior, lo cual refuerza la identificación de áreas de fortaleza y de oportunidad en cuanto a la implementación de medidas RSE. La interpretación del Índice nos dice que de 40 puntos que acreditarían un cumplimiento más que satisfactorio de RSE, el grupo de empresas consideradas en el estudio alcanzan un puntaje de 26.3 en promedio global. En el análisis por categoría, la categoría aspectos sobre capital humano el puntaje es 8.1; en la categoría producción agrícola sustentable en armonía con el medio ambiente (8.6 puntos) es donde ocurren la mayor cantidad de acciones relacionadas con la implementación de acciones de RSE; en la categoría fomento del uso eficiente del agua y la energía 5.7; en tanto la categoría promoción del desarrollo ético de la empresa, solo 4.

Por otro lado y en torno al puntaje global obtenido por las empresas, se encontró que 53.8% de ellas se ubica en el rango de 20 a 30 puntos; 30.8% de 30 a 40 puntos, y solo 15.4% de ellas alcanzó un puntaje por debajo de los 10 puntos; lo que indica que ya están presentes acciones de RSE en la acción de las empresas, que si se integraran en una visión de conjunto alineada con RSE tendrían mayor oportunidad para ampliar su participación en el mercado de destino y en las empresas ubicadas entre 30 y 40 puntos.

 

Conclusiones

A partir de los resultados obtenidos de los dos indicadores se concluye que las empresas hortofrutícolas de la zona costa del estado de Baja California, presentan oportunidad para abordar la promoción del desarrollo ético de las empresa, como uno de los factores determinantes para la adopción de RSE y que las relaciones laborales podrían fortalecerse ante la promoción de acciones de impacto social en favor de los trabajadores. Por otra parte, se observa que las empresas han demostrado preocupación por el desarrollo de los procesos productivos sustentables, en armonía con el medio ambiente, particularmente por lo que se refiere a la eficiencia en el uso del recurso agua y las fuentes de energía.

 

Literatura citada

Avendaño, B. y Acosta, A. 2009. Midiendo los resultados del comercio agropecuario mexicano en el contexto del TLCAN. México. Estudios Sociales. 17(33):42-81.         [ Links ]

Avendaño, B. y Montaño, I. 2009. La actividad agropecuaria de México y Baja California. In El Sector Agropecuario de México y el TLCAN en el 2008. In: Avendaño, B.; De la O V. y Acosta, A. Fundación Produce y UABC, Ilcsa editores. 45-58 pp.         [ Links ]

Avendaño, R. y Shcwentesius, R. 2005. Factores de competitividad en la producción y exportación de hortalizas: el caso del Valle de Mexicali, B. C., México. México. Problemas del desarrollo. Rev. Latinoam. Econ. 140(8):165-192.         [ Links ]

Bowen, H. R. 1953. Social responsabilities of the businessman. Harper and row. II edition. Nueva York. (Series on Ethics and Economic Life). 276 p.         [ Links ]

BSCI (Business Social Compliance Initiative). 2013. Código de conducta. Foreign Trade Association, Brussels. http://bsci-intl.org/.         [ Links ]

Comisión de las Comunidades Europeas Libro Verde. 2001. Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas. Bruselas. 27 p.         [ Links ]

Carroll, A. B. 1979. A three-dimensional conceptual model of corporate performance. USA. Academy of Management Review. 4 (4):497-505.         [ Links ]

Garriga, E. and Melé, D. 2004. Corporate social responsibility theories: mapping the territory. USA. J. Business Ethics. 1(53):51-71.         [ Links ]

GSCP (Global Social Compliance Program). 2013. Código de referencia versión 2. http://www.gscpnet.com/.         [ Links ]

Hernández, A. y Myriam, L. 2010. Las innovaciones tecnológicas en el sector hortícola del noroeste de México. Tesis de Doctorado en Ciencias Económicas. Universidad Autónoma de Baja California. 155 p.         [ Links ]

IARSE (Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial). 2008. Indicadores de responsabilidad social empresarial. Paso a paso para PyMES. Córdoba, Argentina. 97 p.         [ Links ]

INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). 2013. México en cifras. Información nacional, por entidad federativa y municipios http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e=2.         [ Links ]

Juscius, V. 2008. Influence of corporate social responsibility on competitive abilities of corporation. USA. Eng. Econ. 3(58):34-44.         [ Links ]

Muñoz, R.; Manrrubio, R.; Rendón, M.; Aguilar, J.; García, J. y Reyes, J. 2004. Redes de innovación: un acercamiento a su identificación, análisis y gestión para el Desarrollo Rural. Fundación PRODUCE Michoacán, A. C. / Universidad Autónoma de Chapingo (UACH). 134 p.         [ Links ]

Pacto Mundial (PM) 2007. Estableciendo la conexión: guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad del GRI y comunicación del progreso del pacto mundial. Publicado por la Oficina de Naciones Unidas para el Pacto Mundial. http://www.pactomundial.org/.         [ Links ]

Porter, M. y Kramer, M. 2002. The competitive advantage of corporate philanthropy. USA. Harvard Business Review. 56-68 pp.

Porter, M. y Kramer, M. R. 2006. Strategy and society: the link between competitive advantage and corporate social responsibility. USA. Harvard Business Review. 78-92 pp.

Red Pacto Mundial (RPM). 2013. España. http://www.pactomundial.org/.

SAI (Sustainable Agriculture Initiative). Platform. 2013. http://www.saiplatform.org/.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons