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El hallazgo de una sala de torturas muestra la violencia del crimen organizado en los Países Bajos

La policía ha descubierto también unas supuestas celdas clandestinas y ha efectuado un centenar de arrestos gracias a la interceptación de mensajes de la red encriptada EncroChat

La policía emplea explosivos para penetrar en el edificio que albergaba los contenedores utilizados como cámaras de tortura, en la localidad holandesa de Wouwse Plantage, en junio. En vídeo, la policía holandesa encuentra seis contenedores habilitados como celdas y uno más que funcionaba como sala de torturas.Vídeo: POLITIE LANDELIJKE EENHEID
Isabel Ferrer

Un contenedor para mercancías marítimas convertido en supuesta cámara insonorizada de tortura, con una silla de dentista fijada al suelo, y correas para sujetar a la víctima. Así era el habitáculo camuflado en el interior de unos almacenes en la provincia neerlandesa de Brabante, y descubierto a finales de junio por la policía en el curso de una operación facilitada por la interceptación de mensajes de la aplicación de mensajería encriptada EncroChat. Liderada por Francia y los Países Bajos, y coordinada por Eurojust y Europol, que refuerzan a la justicia y policía europeas, respectivamente, la redada ha permitido interceptar unos 20 millones de mensajes del crimen organizado.

Como el seguimiento se produjo en tiempo real, se han evitado decenas de secuestros, tiroteos, asesinatos y transporte de drogas a gran escala. Este miércoles, las investigaciones de la Fiscalía señalaban a Robin van O., miembro de una banda de narcotraficantes, como el cerebro detrás del complejo de contenedores. Es uno de los rivales de Ridouan Taghi, el delincuente más peligroso del país, que fue deportado en 2019 por Dubái, donde se escondía. Ambos están ahora en la cárcel.

Junto al contenedor de la tortura, había en Wouwse Plantage, a cuatro kilómetros de la frontera con Bélgica, otros seis similares convertidos en celdas. Todos estaban cubiertos de aislante térmico y dentro había esposas colgadas del techo, tijeras de poda, sierras, alicates, bisturíes, cinta adhesiva y bolsas negras de algodón para cubrir la cabeza. “Eran para martirizar a las víctimas o bien a presionarlas”, ha dicho Andy Kraag, jefe del servicio de investigaciones de la Policía Nacional. Los agentes también encontraron uniformes como los suyos, “¡Ajá! Mira lo que hay ahí”, se oye decir a uno de los efectivos durante la filmación policial de la redada, así como armas de fuego, chalecos antibalas, camionetas y señales de tráfico. Estas últimas aparecieron en otra inspección similar, efectuada en Róterdam. La zona examinada de noche, en Brabante, con apoyo de un helicóptero, estaba desierta, pero poco después fueron detenidas seis personas, entre ellas Robin van O., dueño de un gimnasio. En las conversaciones se llamaba “sala de tratamiento” a la supuesta cámara de tortura. En otros pasajes se mencionan ataques con ácido y mutilaciones.

Los mensajes de EncroChat se cuentan por millones y aunque solo una parte corresponden a grupos criminales neerlandeses, Jannine van den Berg, comisaria jefa de la policía, ha dicho que era como “estar sentados en la mesa de reuniones de los delincuentes mientras estos se preparaban”. Así se han podido reunir pruebas con mayor rapidez, y ha habido hasta 800 arrestos en territorio europeo, entre otros, en España, el Reino Unido, Suecia y Noruega. “Cuando lo tengamos en la silla, sabremos más”, se oye decir en una de las cintas. La policía vigilaba los contenedores desde el pasado abril, e intervino cuando estaban casi listos. Robin van O. intentó pasar desapercibido, pero “el movimiento de su dinero mostró que usaba supuestamente el complejo para guardar cosas”, ha añadido la comisaria jefe.

Silla de dentista usada por la mafia para torturar gente, según la policía holandesa, encontrada en el interior de un contenedor en Brabante.
Silla de dentista usada por la mafia para torturar gente, según la policía holandesa, encontrada en el interior de un contenedor en Brabante.Politie Landelijke Eenheid (Reuters)

Según Pieter Tops, experto en Administración Pública, que imparte clases en la Academia de Policía de los Países Bajos, el negocio de la droga mueve unos 20.000 millones de euros anuales a escala nacional, una cantidad que fomenta la rivalidad entre bandas muy violentas. En 2019, las cifras recogidas por la policía señalaban “un aumento de un 42% de las basuras abandonadas por los laboratorios clandestinos de droga sintéticas, con respecto a 2017: pasaron de algo más de 200 a unos 300 hallazgos de bidones con restos de éxtasis o anfetaminas arrojados al bosque, cunetas o acequias”.

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Las investigaciones sobre EncroChat han permitido en los Países Bajos la detención de un centenar de sospechosos, y la requisa de ocho toneladas de cocaína y 1,2 toneladas de metanfetamina. Se han desmantelado a su vez 19 laboratorios y confiscado armas, y unos 20 millones de euros en efectivo. Ahora cerrado, EncroChat era un proveedor de sistemas de comunicación encriptados que ofrecía una red segura y veloz de mensajería. Contaba con una suscripción premium. El seguimiento policial se detuvo al advertir la plataforma a los usuarios de que “una agencia gubernamental” se había infiltrado. La recomendación interna fue clara: deshacerse de los móviles.

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