Mis emociones más puras las experimenté en un gran bosque de España (los puertos de Horta) donde, a los dieciséis años, me retiré a pintar.

Picasso

Picasso habitó en Horta de San Juan dos veces. La primera convaleciente, a partir del verano de 1898, invitado por su amigo Manuel Pallarés, estancia que se prolongó hasta febrero de 1899. La segunda durante el periodo de mayo-agosto de 1909, en compañía de Fernande Olivier.

En su primera estancia, los dibujos y las pinturas utilizan un lenguaje tradicional. Tiene dieciséis años cuando llega y diecisiete cuando se va, quedando muestras muy diversas, la mayoría propiedad del Museo Picasso de Barcelona y de los herederos del artista. La segunda corresponde al momento de su gran aventura cubista, estando las obras diseminadas por los lugares más diversos del mundo, Nueva York, Moscú, Sao Paulo, París, Frankfurt.

Una de las mayores características de esta segunda etapa, es su intento de unir la tierra que ama (Horta) con la mujer que ama (Fernande). Esto puede ayudarnos a comprender algunos aspectos de su producción, empezando por aquellos cuellos fornidos.

Entre una y otra venida, se sitúan unas cuantas obras que también hacen referencia al pueblo de Horta. Unas de 1902 y 1903, son evocaciones de su primera estancia; son notas optimistas en medio de su universo más bien calamitoso de la época azul.

En la primavera de 1909, cuando ya ha decidido volver para celebrar los diez años de su llegada a Horta, anticipa imaginativamente su viaje y revive algunos de sus recuerdos, en unas cuantas composiciones que hacen referencia, sobre todo, a la fiesta de San Antonio, mitificándola.

El Centre Picasso de Horta quiere ser homenaje permanente a Picasso y pretende recoger la reproducción, lo más fiel posible, de todas las obras que el artista creó en Horta o pensando en Horta y con las cuales inmortalizó este pueblo. El visitante y el estudioso encontrarán así una muestra fehaciente de los lazos profundos que unen esta tierra con el gran artista, lazos que él mismo sintetizó en la célebre frase:

TODO LO QUE SÉ LO HE APRENDIDO EN HORTA.

Dos mapas ayudan a darse cuenta de los dos aspectos, a la vez contrapuestos y complementarios de estos vínculos. Uno topográfico, indicando los lugares donde Picasso dibujó, pintó ó vivió -los lugares que le inspiraron- muchos de los cuales aún se pueden encontrar, como la Masía de Tafetans, la Masía de Quiquet, el Convento de San Salvador, etc. Y un planisferio con la indicación de las ciudades donde se encuentran algunas de las obras creadas en Horta.

El localismo trascendido por la universalidad del genio.

Texto de: Josep Palau i Fabre