Patrimonio cultural y paisaje urbano

La erección del monumento a Argüelles en el año 1902 es fruto de la decisión del Ayuntamiento de Madrid, presidido entonces por el Alcalde Alberto Aguilera, de dedicar dicha obra para solemnizar los actos de la coronación del rey Alfonso XIII. Fue colocada inicialmente en la calle Princesa, en el cruce de Alberto Aguilera con Marqués de Urquijo, y su construcción costó a las arcas municipales 39.918 pesetas. Desde ese momento dio nombre a uno de los barrios más céntricos de la ciudad de Madrid. Fue trasladada al final del Paseo del pintor Rosales, en el Parque del Oeste en el año 1967, para retornar años después a la calle de la Princesa, en su confluencia con la de Quintana. Este segundo cambio de ubicación se produjo en 1995, y no fue el último, puesto que, en la madrugada del día 7 de marzo de 2006 un conductor, a gran velocidad, perdió el control de su vehículo e impactó frontalmente contra el pedestal del monumento. La magnitud del golpe provocó gravísimos daños en el pedestal y en la estatua, quedando el primero inutilizado y la segunda rota en varios fragmentos. Este suceso determinó la retirada de la obra a los talleres de la empresa encargada de la conservación de los monumentos del Ayuntamiento de Madrid, para la evaluación de los daños y su posterior restauración. La Comisión para la Protección del Patrimonio Artístico y Natural, en reunión de 14 de septiembre de 2007, toma la decisión de reubicarla, una vez restaurada, en su por ahora último, emplazamiento: la Plaza del Marqués de Cerralbo, en el espolón de encuentro de la calle de Ferraz con el Paseo del Pintor Rosales, y dicha reubicación ha concluido en el primer trimestre del año 2011. En este proceso el monumento ha visto reemplazado su anterior pedestal, demasiado deteriorado por el accidente, por uno nuevo que ha resultado de la reutilización, y combinación de dos elementos preexistentes, una base circular sobre la que anteriormente se elevaba el monumento a Pío Baroja sito en el Retiro, y uno de los pilares de las farolas de la Puerta del Sol, desmontadas y reemplazadas durante la última remodelación de la misma.

Agustín Argüelles (Ribadesella, Asturias, 1776 €€Madrid 1844), impulsor de importantes reformas en la ciudad de Madrid, fue un singular político liberal, diputado por Asturias en las Cortes de Cádiz, donde, dadas su profunda formación y su destacada elocuencia (circunstancia que le deparó el sobrenombre de €€l Divino€€, se le confió la redacción del preámbulo y el articulado de la primera Constitución Española, la de 1812. A su iniciativa se debieron también leyes como la de libertad de imprenta, o la abolición del tormento como medio de prueba en los procesos criminales. Fue represaliado durante el reinado de Fernando VII, primero enviado a presidio durante seis años, y posteriormente, en 1823, exiliado en Londres, de donde regresó durante la regencia de la reina María Cristina de Borbón para retomar su actividad parlamentaria, volviendo a participar en la redacción de una nueva Constitución, la de 1837. Elegido presidente del Congreso, las Cortes le designan tutor de la reina Isabel II durante la minoría de edad de ésta y la regencia de Espartero, labor que Argüelles desempeña hasta 1843.

El autor del monumento, el destacado escultor José Alcoverro y Amorós (Tivenys, Tarragona, 1835 €€Madrid 1908), es miembro de una activa y fecunda generación de arquitectos catalanes del siglo XIX encabezada por los hermanos Vallmitjana, cuya obra no se circunscribe sin embargo a su tierra natal, sino que se asienta por toda la geografía española, con especial incidencia en Madrid, de donde reciben multitud de encargos. Alcoverro destacó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes desde 1867, recibiendo la medalla de segunda clase en 1890, y la primera medalla en 1895. Participó con tres obras (San Isidoro de Sevilla, Alonso Berruguete, Alfonso X el Sabio) en la decoración de la Biblioteca Nacional.