La inclusión social, un compromiso a largo plazo

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Indigenas Guna Yala, Panamá. Foto: Jessica Belmont / Banco Mundial
Indígenas Guna Yala, Panamá. Foto: Jessica Belmont / Banco Mundial

Las manifestaciones de grupos históricamente marginados, como las que se produjeron en la región de América Latina en los meses previos a la pandemia de COVID-19, buscan que se les permita participar plenamente en la vida política, económica y social de su país. El mundo está en proceso de grandes transformaciones sociales, impulsadas por la urbanización, el cambio climático y los avances tecnológicos, que abren la puerta para la inclusión social o la exclusión. 

Las personas tienen varias identidades que se determinan por su género, edad, ubicación, ocupación, raza, etnia, religión, estado de ciudadanía, discapacidad y orientación sexual e identidad de género (SOGI), entre otros, y que las llevan a ser miembros de distintos grupos a la vez. Además, participan en la sociedad a través de tres esferas: mercados (trabajo o crédito), servicios (acceso a la salud, educación) y espacios (políticos, físicos), las cuales se cruzan de la misma forma que las identidades. Esta mezcla de identidades y esferas puede generar una multiplicación de oportunidades u obstáculos en el desarrollo de las personas. 

Ciertos grupos son rechazados por estereotipos, estigmas y supersticiones basados en alguna de sus identidades, lo que los puede privar de la dignidad, la seguridad y la oportunidad de llevar una vida mejor. Este rechazo o exclusión afecta a miembros de un mismo grupo, sin importar si son ricos o pobres ni el nivel de desarrollo del país en el que viven, pues les impide participar en la sociedad. Las restricciones pueden ser por medio de leyes, pero también por actitudes, creencias o percepciones basadas en la historia y la cultura de la gente, que actúa de acuerdo con lo que siente. 

¿Qué es la inclusión social?

La inclusión social es el proceso de mejorar la habilidad, la oportunidad y la dignidad de las personas que se encuentran en desventaja debido a su identidad, para que puedan participar en la sociedad; sin embargo, no es lo mismo que igualdad. 

Analiza y explica por qué existen algunas desigualdades como la razón por la que ciertos grupos no tienen acceso a la educación, la salud y otros servicios o reciben servicios de peor calidad. Si bien muchas veces los grupos excluidos están sobrerrepresentados entre los pobres, la exclusión social es a menudo más que pobreza y, en algunos casos, no se trata en absoluto de ésta, pues tiene que ver más con aspectos no materiales de la vida de una persona. 

Los costos ocasionados por la exclusión social pueden llegar a ser sustanciales tanto para los individuos como para los países. A nivel individual, las personas excluidas se enfrentan a la pérdida de salarios, ganancias de por vida, educación deficiente y malos resultados laborales aunado a los costos para la salud física y mental causados por la discriminación . A nivel nacional, el costo económico puede calcularse mediante el producto interno bruto (PIB) no percibido y la riqueza del capital humano. En América Latina, los afrodescendientes continúan experimentando niveles de pobreza hasta 2.5 veces más altos que otras comunidades . A nivel mundial, la pérdida de riqueza debido sólo a la desigualdad de género se estima en $160.2 billones de dólares. Mientras que, el 90 por ciento de los niños con discapacidad en los países en desarrollo no asiste a la escuela.

En América Latina, el Banco Mundial busca crear oportunidades para todas las personas, trabajando con grupos tradicionalmente excluidos (como los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las comunidades rurales), para que participen plenamente en los mercados, los servicios, las tecnologías y la sociedad. Por ejemplo, en Panamá, trabaja con las comunidades indígenas y sus líderes tradicionales para mejorar la calidad de los servicios de salud, educación, agua y saneamiento. 

El paso de la exclusión a la inclusión no se da de un día para otro, sino que es gradual y exige un compromiso a largo plazo. Empieza con el reconocimiento de los grupos excluidos e “invisibles”, superando las creencias y los estereotipos negativos para crear las condiciones necesarias para que haya igualdad de oportunidades y movilidad social. Aumentando del acceso a trabajos decentes, mejores servicios y medios de subsistencia más seguros ayudará a las personas habitualmente excluidas a participar plenamente en la sociedad y vivir con dignidad. 

 


Autores

Carlota Molina

asociada de asuntos externos del Banco Mundial

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