Una Amiga lucha contra la
o g n rafía r o P
S
eguramente vas a decir ¡Noo, es pecado!, sin embargo, este es uno de los problemas más comunes entre los jóvenes cristianos. Con solo escuchar la palabra Pornografía muchos de nosotros nos avergonzamos y esto pasa por dos razones; la primera porque simplemente nos da pena abordar estos temas, no nos sentimos cómodas hablando del tema, pero otros chicos se avergüenzan porque consumen este tipo de contenido y les da miedo que esa verdad pueda salir a la luz. No sé si pienses lo mismo que yo, pero necesitamos abordar estos temas con mayor frecuencia con nuestros padres y en las reuniones juveniles, nuestros líderes velan para guiarnos e instruirnos con la Palabra de Dios, pero olvidamos que no solo es trabajo de ellos, debemos ser conscientes de los peligros que trae consigo consumir pornografía.
Peligro Mirar pornografía te aleja de tu familia y es que la pornografía actúa como una droga en nosotros afectando nuestros lazos familiares, preferimos estar más tiempo en nuestra habitación a solas que compartiendo con nuestra familia y ¡no solo eso! a los chicos les afecta su condición física ya que puede ocasionar eyaculación precoz, impotencia sexual y otras condiciones que en un futuro podrían generar problemas para mantener
relaciones sexuales placenteras dentro del matrimonio. Para nosotras las condiciones son diferentes, pero no más alentadoras, hay un porcentaje alto de mujeres que ven pornografía afectando seriamente de forma emocional sus vidas. Genera sentimientos de culpabilidad, ira e incluso depresión, sumando a esto los peligros de la pornografía indirecta, ¿cómo que pornografía indirecta? Cuando nuestra pareja consume pornografía todo cambia en él; su forma de pensar, actuar y la forma en la que nos trata se vuelve diferente. Pensamos que la forma correcta en que nos deben tratar es como un objeto, somos expuestas sin censura ante los demás pensando que es la moda exagerar nuestro cuerpo, pero es una mentira debemos ser tratadas como un elemento delicado y exclusivo. Enfrentar el problema solos es imposible, al ser incapaces de pedir ayuda o reconocer la adicción se vuelve un mar tempestuoso, por esto es que debemos estar atentos a nuestra vida, hablar estos temas con nuestros padres o líderes, e informarnos para poder ayudar a aquellos jóvenes, hermanos y amigos que se encuentran cautivos a esta adicción. Te recomendamos leer: ¡Ayuda! Una amiga lucha con la pornografía, es un libro que podrá ayudarnos en esta tarea.
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